Como Pescar las aguas de los Lagos

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Como Pescar las aguas de los Lagos
De igual manera que en la compleja dinámica de un río, la presentación de una mosca en un lago
ofrece un desafío interesante en la elección del método adecuado de trabajar la confiada imitación.
Ya sea si las truchas trabajan en la superficie o en las profundidades, el pescador debe estar
preparado para enfrentar cualquier situación, y en especial poder producir resultados, aún cuando
no haya signos evidentes de acción de parte de los peces. El tipo de presentación a asumir
depende de la acción que las truchas estén demostrando en un momento puntual.
Presentación en Dos Dimensiones - Presentación Superficial
Esas dos expresiones significan lo mismo. Al pensar en que se trabajará en al superficie, o muy
cerca de ella, se pierde la componente de profundidad, también considerada como la tercera
dimensión.
¿Cómo saber que las truchas están alimentándose cerca de la superficie? Muy fácil. Basta con
detectar cualquier tipo de acción en la superficie. Las más evidentes son las aureolas que indican
una tomada de una pequeña mosca en la superficie. Pero una trucha activa en la superficie no
implica necesariamente su predilección por insectos adultos. El ataque sobre los emergentes y
sobre otros organismos que rondan la superficie también producen su efecto en la lámina
superficial. Se habla de pesca superficial, cuando los peces están claramente alimentándose en el
tope de la columna de agua. Hay ocasiones que las aureolas no serán claras y todo lo que se
podrá detectar es un suave disturbio de la superficie. El tiempo permite acostumbrar el ojo a
detectar estos disturbios.
Para trabajar la superficie del agua existen algunos métodos de presentación que logran el éxito en
distintas ocasiones.
Lanzamiento y Espera
El método más simple de presentar las
imitaciones de insectos adultos, y de
emergentes (ninfas o pupas) es el de lanzar y
simplemente esperar. Es el más simple de
presentar, pero el más difícil de pescar, porque
la clave está en mucha, mucha, mucha y más
paciencia.
No es recomendable una frenética serie de lanzamientos y levantadas, porque aumenta el disturbio
extraño para los peces. Si no se tiene clara la posición de una trucha, simplemente se lanza en una
dirección probable y se deja estar la mosca unos buenos minutos. He tenido ocasiones en que la
tomada puede incluso ocurrir pasados diez minutos de espera.
Una vez lanzada la mosca, se hace necesario recoger toda la línea sobrante hasta producir una
mínima tensión en la línea. De esa manera se está más preparado para la clavada que en muchos
casos aparecerá cuando uno comienza a relajarse y a distraerse. Evidentemente, el uso de una
línea flotante es un requisito fundamental, e incluso en algunos casos puede ser útil tratar el líder
con algún material o sustancia de flotación (como el dry fly floatant).
Al lanzar, se supone que se ha ubicado una trucha o grupo de ellas que están consistentemente
alimentándose en la capa superficial. La ubicación de la mosca intentará seguir el recorrido que la
trucha muestra con sus insistentes tomadas. Si no hay un recorrido claramente marcado, o no es
posible divisar a la trucha nadando de un lado a otro, entonces se elige la última tomada de
superficie y se posiciona la imitación en la aureola, a unos dos metros de la última levantada de la
trucha. Usualmente vendrá una picada dentro de los siguientes segundos, pero si esto no sucede,
conviene mantener la imitación en posición, y luego de unos minutos se recoge y lanza de nuevo.
Patinada
Me tocó ver el método por primera vez en una laguna de la zona del Lago Rupanco. El guía
conocedor del lugar recomendó el uso de grandes moscas secas de atracción (como el Stimulator)
que eran lanzados, y luego recogidos patinando sobre la superficie con precisos, pero constantes
tirones de la línea. A veces pausando en algunos momentos. Las picadas eran feroces por parte
de las activas arcoiris que poblaban aquel lugar. No es un método muy usado, porque asume una
predisposición de los peces a atacar insectos en movimiento en la superficie. En algunos casos,
las Caddis efectúan un suerte de cortas carreras rozando la superficie o a una muy baja altura..
Una presentación de superficie será recurrida cuando la acción de las truchas demuestre un claro
interés por alimento atrapado en la lámina superficial. De no ser así, que sucede tres cuartas
partes del tiempo, el enfoque se basará en truchas alimentándose bajo la superficie.
Presentación en Tres Dimensiones - Presentación Sumergida
Si las truchas se alimentan bajo la superficie, no será evidente detectarlas, ni saber qué es lo que
están eligiendo como alimento. Es posible obtener algunas muestras pasando una malla fina a
distintas profundidades, y en especial verificar la presencia de ninfas u otros organismos en la
vegetación de las orillas.
Una vez que se determine la necesidad de presentar imitaciones sumergidas, son varias las
maneras de ofrecer estos patrones. Se habla de las tres dimensiones, porque hay que considerar
la posición relativa a la superficie, pero agregando la variable de profundidad.
Explorando el Agua
Al no reconocer posición particular donde los peces puedan
estar presentes o rondando al menos, es necesario buscarlos.
Este proceso no es una serie de lanzamientos aleatorios, sino
que debe basarse en un esquema determinado y sistemático de
rastreo de la zona. Este método evita asustar a los peces que
ven demasiado movimiento en diversos lugares. La idea es
cubrir un área determinada de izquierda a derecha o viceversa.
Eligiendo una profundidad determinada se rastrea
completamente el área elegida, lo cual puede llevar más tiempo,
pero asegura que se presenta la imitación a los habitantes del
sector trabajado.
Se puede ser más exhaustivo y recorrer el área inmediata a la posición con lanzamientos de un
largo determinado, para alargar estos unos metros una vez cubierto el sector más cercano.
Este método es factible de realizar ya sea con líneas de hundimiento, como con líneas flotantes. La
diferencia radica en que la línea flotante agrega la tercera dimensión al área a rastrear, siendo
necesario en muchos caso elegir alguna profundidad para luego modificarla en una siguiente
pasada.
La natural sistematicidad del método tiende a distraer la mente del pescador a ratos, lo que puede
ser bruscamente interrumpido si una trucha de gran fuerza ataca la imitación.
Lanzamiento y Recogida
Lanzar y recoger es el caso más común, al estar usando imitaciones de organismos que son
capaces de nadar. Se basa en efectuar el lanzamiento, esperar unos segundos a que el patrón se
hunda, y luego comenzar variados estilos de recogidas, intentando simular el nado natural del
organismo vivo. Hay dos consideraciones necesarias al abordar este método: la profundidad a la
que se pretende presentar la imitación y el ritmo con que se simula el nado del natural, ya sea un
pequeño pez o algunas ninfas de insectos.
Líneas de hundimiento uniforme se
hacen más necesarias en estos casos
para permitir que la profundidad a la
que se trabaja la imitación permanezca
constante y no se produzcan
emergencias de la mosca a medida
que se recoge la línea. Este sería el
caso de usar líneas flotantes, que
tienden a subir la mosca hacia la
superficie, dependiendo de la
velocidad de recogida.
En muchos casos, el sector más productivo puede encontrarse muy cerca del fondo. Para poder
trabajar con este método cerca del fondo se debe lanzar la imitación y contar unos segundos,
intentando estimar el momento en que la mosca, arrastrada al fondo por el peso de la línea llega a
toparse con el lecho del lago. Luego se comienza a recoger. Si la mosca se enreda o viene con
pequeñas ramas de algas, se procede a lanzar una segunda vez, dejando que la mosca se hunda
menos que en la vez anterior. Se repite hasta encontrar la profundidad a la que la mosca no se
enreda y a la vez se mantiene cerca del fondo.
Al pasear la imitación cerca de las camas de algas que pueblan los sectores bajos de un lecho de
lago, se está imitando un organismo, de varios que habitan esas zonas, mientras los peces
piensan que escapa o simplemente está rondando.
Es muy fácil detectar las picadas, ya que se trabaja con la línea permanentemente estirada,
permitiendo que la trucha se clave casi en el momento en que ataca la imitación, dependiendo de
la intensidad de su ataque.
Hundimiento y Recogida
A diferencia del método anterior, en el
Hundimiento y Recogida, se pretende lograr un
efecto de levantada y zambullida de la
imitación, a medida que se viene recogiendo.
No se pretende lograr un nado parejo, a una
profundidad uniforme.
Para lograr este efecto se hace necesaria una
línea flotante con un líder de gran longitud. El
lanzamiento coloca la línea y el líder sobre el
trecho de agua que será cubierto en la pasada.
Se dejan unos segundos parda que la imitación, idealmente lastrada, logre la profundidad elegida.
Luego se comienza una serie de diversas recogidas, las cuales siempre incluirán una pausa entre
una y otra. El efecto producido muestra a un organismo que se eleva desde la profundidad con un
impulso, para luego dejarse caer nuevamente hacia las camas de algas o lecho rocoso. Este
accionar incita a truchas a interpretar la mosca como una ninfa u organismo nadador.
Este método es ideal para pescar sectores de baja o media profundidad, que al usar una línea de
hundimiento se tendrían muchos enredos en el fondo.
Las líneas de punta sumergible son igualmente útiles en este método, siempre y cuando el efecto
buscado es el mismo que a nivel más superficial, excepto que estas líneas llevan la imitación a
mayor profundidad.
Trolling o Arrastre
Su práctica requiere de una embarcación, ya sea un bote corriente, o un float tube. Para alguien
que busca el desafío de dominar técnicas más complejas de pesca en lagos y lagunas, el trolling
no suena en absoluto una alternativa desafiante. Simplemente se lanza la mosca y al estar hundida
se utiliza el avance de la embarcación usada, para imponer un movimiento de nado a la imitación.
Usualmente se utilizan streamers o ninfas de gran tamaño, que son las que son capturadas por las
truchas en pleno nado.
Si bien es cierto que su práctica no ofrece mayor dificultad, y por eso poco prestigio dentro de los
pescadores, puede ser útil al recorrer un lago nuevo, aún desconocido para el pescador. Al
desconocer los lugares más frecuentados por las truchas en un lago, el trolling resulta un buen
método para recorrer una gran orilla o un posible canal arrastrando una imitación. Un pique bastará
para determinar si las truchas están o no presentes y si están o no activas. Esa información podría
ser la base para un enfoque más complejo y eventualmente más específico y más efectivo.
Adicionalmente, el trolling puede ser un método de búsqueda mientras nos trasladamos de un lado
a otro.
Un fuerte abrazo.
Ángel Fontanazza
Pesca de Orilla en los Lagos
Muchos de los lagos que consideramos nuestros "habituales" poseen orillas que son
plenamente productivas y absolutamente trabajables con un equipo normal. De hecho, la
pesca de lago ofrece diversas posibilidades al pescador que no está embarcado. Aunque el
lago tenga una extensión considerable, son siempre las orillas las que ofrecen mayor
estructura y fuentes de alimento a los peces, quienes no son capaces de extender su
existencia en el medio del lago, donde escasean insectos y las plantas están simplemente
ausentes.
Sin ir más lejos, es muy posible que un asiduo pescador de río encuentre muy familiar
varias de las condiciones encontradas al enfrentar la pesca en un lago desde su orilla.
Ejemplos muy gráficos incluyen las bocas y los desagües, donde la entrada o nacimiento de
un río ofrece situaciones con corriente muy marcada.
¿Qué usar para pescar un lago desde la orilla?
El equipo es simple, y no se diferencia enormemente de uno para la pesca en ríos similares.
Una condición puede ser determinante y diferente: se necesitará dominar la distancia. Es
decir, al estar en la orilla, la posibilidad de lanzar varios metros es claramente una ventaja,
en especial cuando se sabe que no existe la posibilidad de acercarse más a un lugar distante,
clasificado como productivo. Un pescador que logre colocar su mosca a unos veinte o más
metros estará en clara ventaja con aquel que no sea capaz.
La elección de la caña no depende del tamaño de los peces que se pretenda capturar, sino de
la distancia que de deba lograr, de la mosca que se pretende usar, de otros factores como la
presencia o ausencia de viento, y de la necesidad de una presentación delicada. En el caso
de los lagos, una caña de acción rápida, balanceada para una línea #6 o #7 es una excelente
opción. Es posible trabajar bien aún con equipos para línea #5, pero menores números
ofrecerán limitadas condiciones para el pescador que deba lograr distancia, así como
maniobrar contra el viento. Usualmente no será necesaria una presentación delicada, porque
el gran porcentaje de la pesca se realiza bajo la superficie. Es por eso que una caña de
acción rápida asistirá al pescador en lograr distancias. El largo no requiere ser tan
exagerado como en la pesca de float tubes, ya que en este caso se estará a mayor distancia
de la superficie, y no flotando a nivel de ella como en el caso de los tubes. Entre 8 y 9 pies
es más que suficiente
La línea, balanceada para el equipo elegido, debe elegirse de acuerdo a las condiciones de
pesca que se enfrentarán. De ser medio día, en que el calor se magnifica, las truchas estarán
más lejos de la superficie, por lo que la necesidad de lograr profundidad con la línea se
vuelve esencial. Líneas de hundimiento uniforme son siempre las más indicadas para estos
casos. Una línea de punta de hundimiento, como aquellas utilizadas en la pesca en ríos
grandes y profundos, es una buena alternativa, siempre y cuando se la trabaje con
paciencia. La tasa de hundimiento de la línea en uso depende exclusivamente de la
profundidad que se requiera pescar. No hay un factor de corriente influyendo, por lo que se
elegirá una tasa baja de hundimiento si se pretende pescar islas sumergidas, camas de algas.
Si se pretende pescar los cortes a la profundidad, una tasa mayor de hundimiento será una
buena ayuda. Si se pretende pescar bocas y desagües, la tasa dependerá de la profundidad
del sector y de la velocidad de la corriente. En mi caso, tengo dos líneas que son las que
más uso. Primero, una T130, cuya punta de hundimiento tiene un largo de 7 metros y su
tasa es relativamente rápida. Hay líneas más rápidas y pesadas, pero son pocas veces mi
elección en lagos. La segunda línea es una de hundimiento uniforme tipo II (en escala de I a
IV). Esta última es claramente mi elección para pescar sectores de profundidad media, tales
como islas sumergidas, los bajos, las orillas con vegetación.
Cuando se ve una evidente actividad de superficie, la línea flotante es la correcta, junto con
la elección de patrones que se asemejen lo más posible a las ninfas emergentes o insectos
adultos que están siendo objeto de la acción de los peces. Bajar a una caña #4 puede
producir mejores presentaciones. Más útil es preparar un largo líder, lo más delgado que sea
razonable. A veces he pescado con 6x, pero en la superficie, con moscas relativamente
grandes, hasta un 4x es suficiente.
Para lograr posicionar la mosca lo más lejos posible, ya sea pescando a profundidad o
superficie, es absolutamente necesario contar con habilidades que logren la técnica en
distancias. El dominio del double haul es casi un deber, así como un buen manejo de los
roll casts o steeple casts en el caso de pescar orillas cortadas, o con mucha vegetación hacia
atrás (en las que será imposible un backcast adecuado).
¿Dónde están los sectores más productivos al pescar de orilla?
No todos los elementos estructurales de un lago son accesibles desde las orillas. Es muy
posible que los canales subacuáticos, las islas sumergidas, y muchas de las camas de algas
se encuentren a demasiada distancia de la orilla, como para poder llegar, incluso, con un
poderoso lanzamiento. Sin embargo existen esencialmente tres elementos anatómicos de un
lago que siempre están cerca de la orilla.
Las bocas y desagües son entradas y salidas del lago, respectivamente, y proveen
excelentes condiciones a lo largo del día, y mantienen su calidad incluso en las horas más
calurosas. En el caso de las bocas, el lago estará recibiendo aguas de menor temperatura
seguramente, por lo que muchos de los peces del lago se sentirán traídos en los meses y
horas de mayor calor. En un gran porcentaje de los casos será fácil llegar caminando hasta
ellas. La forma de enfrentarlas es simple y se asemeja mucho a las técnicas de río. Se debe
buscar el lugar más prometedor de la corriente, que usualmente se encuentra bajo el agua
más turbulenta. En el caso de una boca, el sector turbulento estará más cerca de la orilla y
en muchos casos existirá un corte muy definido que marca el límite para las truchas. Se
debe pasear una mosca por ese sector. Una Muddler o una simple Woolly Bugger son
básicos ejemplos a utilizar en estos lugares. Se intenta lanzar en diagonal con la corriente y
se deja que la mosca tome una profundidad adecuada. Luego se comienzan recogidas de
distintos ritmos e intensidades, buscando identificar la combinación que incite el ataque de
los peces. Tanto en las bocas como en los desagües se trabaja la recogida en contra de la
corriente, e idealmente en un ángulo diagonal con ésta.
Los sectores bajos son excelentes productores en los extremos del día. De darse una posible
eclosión de insectos, ya sean las hermosas y pequeñas mayflies nadadores (especies
clásicas como la Callibaetis), o bien algunas de las familias de las grandes caddis, estas
eclosiones ocurrirán en sectores de poca profundidad. Es decir, donde el fondo se encuentra
a unos 5 metros o menos. Utilizar líneas de poco hundimiento, o directamente flotantes es
lo que más se acostumbra y produce en estos sectores.
Siendo mi sector favorito, los cortes en los lagos son áreas sumamente productivas. La
orilla gradualmente se va sumergiendo, hasta un punto en que abruptamente se marca una
fuerte gradiente a la profundidad. Las truchas y otros peces reconocen esta condición como
la oportunidad de estar simultáneamente cerca de la protectora oscuridad de la profundidad
del lago, mientras que a pocos metros se hallan algas, que requieren de la luz del sol para
proliferar, con su correspondiente población de insectos. Mi elección en estos cortes es el
uso de una línea de hundimiento, de preferencia una de punta de hundimiento como la
T130, que permite colocar una extensión flotante en la zona baja, mientras que el resto se
precipita por el corte hacia abajo. Una buena ninfa de libélula, o un streamer, trabajado a
distintos ritmos de nado, ya sea subiendo por el corte, o recorriendo el borde, son fórmulas
absolutamente ganadoras. No hay cómo perderse. Quizás lo primero que busco en un lago
es el corte, claramente identificable por el brusco cambio de tonalidad en el fondo.
Ángel
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