Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda, Aimé Césaire: por lo universal

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Organización
de las Naciones Unidas
para la Educación,
la Ciencia y la Cultura
TAGORE
NERUDA
CÉSAIRE
por lo universal reconciliado
TAGORE
O
NERUDA
A
CESAIRE
TAGO
TAGORE
NERUDA
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CESAIRE
CESA
rabindrânâth tagore pablo neruda aimé césaire
POR LO UNIVERSAL RECONCILIADO
Publicado en 2011 por
Organización de las Naciones Unidas
para la educación, ciencia y la cultura
7, place Fontenoy 75352 Paris 07 SP, Francia
Bajo la dirección de
Francesco Bandarin,
Subdirector General de la Cultura
Asistido por
Edmond Moukala,
Especialista de programa
unesco
1, rue Miollis 75732 Paris cedex 15 Francia
Coordinador editorial
Edmond Moukala
Contenido
Annick Thébia-Melsan,
Uma Das Gupta,
Alain Sicard,
René Henane
Coordinación editorial
Françoise Rivière,
Annick Thébia-Melsan,
cipsh,
Enzo Fazzino,
Jacques Plouin,
Naïma Boumaiza,
Noëlle Aboya-Chevanne,
Lamia Somai-Lasa
Chris Sacarabany
Diseño gráfico, Diseño de cubierta, Ilustraciones
Aude Perrier
Impresión
unesco
isbn :
© unesco, 2011
Impreso en Francia
Difusión
La publicación « Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda, Aimé Césaire por lo universal reconciliado »
está disponible en inglés, francés y español.
Está prohibida la alteración y la reproducción parcial o total de este documento.
Responsabilidad legal
Las ideas y las opiniones expresadas en esta obra son las de los autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de la unesco.
Los términos empleados en esta publicación y la presentación de los datos que en ella aparecen no implican, de la parte de la unesco.,
toma alguna de posición en cuanto al estatuto jurídico de los países, territorios, ciudades o regiones, ni respecto de sus autoridades,
sus fronteras o límites.
5
rabindrânâth tagore
« Si miro en torno encuentro las ruinas de una civilización orgullosa
que se derrumba desparramando vastos cúmulos de futilidad…
Sin embargo no cederé al pecado mortal de perder fe en el hombre:
centraré mi mirada en cambio hacia prólogo de un nuevo capítulo
de la historia, una vez que el cataclismo haya pasado
y que la atmósfera, con el espíritu de sacrificio se haya vuelto límpida.
Tal vez ese amanecer vendrá de este horizonte, del Este, donde nace el sol.
Llegará un día en que el hombre trazará de nuevo su sendero
de conquista, a pesar de todas las barreras, para volver a ganar
su legado de humanidad perdida. »
Extracto de la conferencia “La crisis de la civilización”, el 7 de agosto 1940 en Santiniketan
7
pablo neruda
« Yo quiero vivir en un mundo sin excomulgados.
Quiero vivir en un mundo en que los seres sean solamente humanos,
sin más títulos que ese, sin darse en la cabeza con una regla,
con una palabra, con una etiqueta.
Quiero que la gran mayoría, la única mayoría, todos, puedan hablar,
leer, escuchar, florecer. »
Extracto de Confieso que he vivido, 1974
9
aimé césaire
« Hay dos maneras de perderse: por segregación
encerrada en lo particular o por disolución en el universal.
Mi concepción del Universal es el de un universal enriquecido
por todo lo particular, por todos los particulares,
coexistencia y profundización de todos los particulares.. »
Extracto de la Carta à Maurice Thorez, 24 de octubre 1956
índice
1
mensaje de la directora general de la unesco,
sra. irina bokova
por un nuevo humanismo: tres mensajes federadores
2
3
4
p 13
introducción
un proyecto innovador para la reflexión y para la acción
p 17
atravesando los siglos; vidas y obras:
poética, humanismo y acción
tagore
neruda
césaire
p
p
p
p
cinco temas de convergencias:
p 92
1
2
3
4
5
la poesía y el arte: una fuerza vital
por un nuevo pacto de sentido entre el hombre y la naturaleza
emancipación contra la opresión, en la reciprocidad y el derecho
saber, ciencia y ética
la apuesta educativa
26
28
52
70
p 94
p 110
p 128
p 148
p 164
5
conclusión
p 182
6
resolución de la conferencia general de la unesco
p 186
7
agradecimientos
p 188
8
créditos
p 190
1
MENSAJE DE LA
SRA. IRINA BOKOVA
DIRECTORA GENERAL
DE LA UNESCO
14
mensaje de la sra. irina bokova, directora general de la unesco
por un nuevo humanismo:
tres mensajes federadores
Nuestro comienzo del siglo xxi se caracteriza por una obligación colectiva de reinventar el
modelo de desarrollo y trazar nuevos caminos hacia la paz.
La globalización ha permitido numerosas conexiones entre las regiones del mundo que antes
estaban aisladas, reforzando para cada una de ellas la experiencia de la diversidad cultural.
Esta situación que conoce hoy una escala inédita, nos abre nuevas perspectivas para construir
lo que nos es común, así como para la formulación del universal que debemos compartir.
Sin embargo, la sociedad global padece de fallas memoriales y del peso de derivas
etnocentristas e injusticias sociales que constituyen la base de nuevas intolerancias y
desigualdades. Cuando están en juego problemas planetarios como el desarrollo o el cambio
climático, surgen tensiones que exigen reforzar el acercamiento entre las culturas.
¿Cómo podríamos hacer de esta coexistencia de tantas diversidades un vivir juntos tolerante
y humanista? ¿Sobre qué fundamentos podríamos construir une comunidad humana unida,
capaz de elaborar respuestas comunes a cuestiones planetarias que nos conciernen a todos?
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son el reflejo de una humanidad decidida a hacer
frente conjuntamente a sus propios desafíos. Esta cooperación internacional no podrá
llevarse a cabo teniendo únicamente en cuenta los intereses políticos y económicos. Juntos,
tendríamos que reforzar los valores humanistas, el sentido de la ética y apostar por la fortaleza
que confieren la educación de calidad, las ciencias y la cultura al servicio de los pueblos.
Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda y Aimé Césaire nos legaron tres obras-vidas cuyo
inmenso alcance representa una contribución mayor para la reflexión y la acción a favor de
este “nuevo humanismo”.
A pesar de haber evolucionado en contextos culturales diferentes, y de apenas haber coincidido
durante sus vidas, estos tres iconos de la reflexión y de la poesía desarrollaron visiones
convergentes y extraordinariamente fecundas para la política y el ciudadano del mundo
contemporáneo.
mensaje de la sra. irina bokova, directora general de la unesco
Sus obras basadas en una profunda singularidad cultural forman juntas un vibrante alegato en
pro del derecho de cada cultura de participar en la elaboración de lo universal. Sus respectivas
batallas contra las lógicas de deshumanización y de opresión se nutren de la convicción de que
ninguna zona geográfica, ningún espacio cultural puede apropiarse del derecho a definir por
si lo que nos es común a todos. Todos los hombres y mujeres de los cinco continentes pueden
contribuir, a través de su capacidad de formular proposiciones así como por el diálogo, a definir
lo que desde su singularidad más profunda se dirige a la humanidad entera y pertenece a lo
universal auténtico, reconciliado.
Cada uno de nosotros podrá reflexionar sobre las convergencias que se extraen de los textos de
Tagore, Neruda y Césaire. Estas convergencias constituyen poderosas referencias para aclarar
nuestras dudas actuales y enriquecer el proyecto humanista contemporáneo.
Al poner en perspectiva tales referencias, la unesco actualiza también la misión de “alerta
intelectual” que es la suya y hoy mas que nunca, quiere acoger en el seno del diálogo intercultural
todas las voces del humanismo, que expresan lo mejor del espíritu humano.
Irina Bokova
Directora General de la unesco
15
2
INTRODUCCIÓN
UN PROYECTO
INNOVADOR: PARA
LA REFLEXIÓN
Y PARA LA ACCIÓN
18
un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
¿Por qué un programa
como este?
Que el legado vivo de Rabindrânâth Tagore, Neruda y Césaire pueda contribuir a la “refundación
de la solidaridad intelectual y moral que exigen los desafíos a los que la humanidad está
confrontada”, es el deseo de los Estados Miembros de la unesco. Su convicción es que es
necesario acoplar a la reflexión común las respuestas compartidas que requiere una historia
en acelerada mutación. Este proceso de sentido único ha hecho largamente incompatible lo
universal con las expectativas y las necesidades de amplitud planetaria, acrecentadas por las
innegables urgencias de la mundialización.
Reunidos en ocasión de la 35ª reunión de la Conferencia General de la unesco, los Estados
Miembros adoptaron, a propuesta del Consejo Ejecutivo, la resolución nº46 relativa al lanzamiento
del programa Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda, Aimé Césaire por lo universal reconciliado, y a
su integración, para los años 2010-2013, a la Estrategia a Plazo Medio de la Organización “en un
marco operativo interdisciplinario adaptado a una acción duradera”.
Surgidos de contextos geográficos y civilizacionales diferentes, Rabindrânâth Tagore (18611941), Pablo Neruda (1904-1973) y Aimé Césaire (1913-2008), en el centro de constelaciones muy
actuales de pensamiento, de experiencia y de creación permiten entrever hoy la posibilidad de
un universal reconciliado liberado por fin de la dominación, de la explotación y de la exclusión
que durante largo tiempo han conducido los procesos de universalización en una sola dirección.
Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda y Aimé Césaire tienen en común haberse reivindicado como
hombres que hablan y actúan desde el “sur”, pero con una voluntad de diálogo y una exigencia
de responsabilidad que sus obras, profundamente distintas y originales, han alimentado con
fuentes asiáticas, africanas, americanas, caribeñas y europeas. Su lucha anticolonialista por el
advenimiento de un nuevo orden mundial se anticipó a las grandes conmociones geopolíticas
planetarias. Ampliaron, e incluso redefinieron, el alcance del hecho humanista moderno.
Su esfuerzo ilustra y reúne el de autores, creadores, responsables de la toma de decisiones y
científicos cuyo mensaje enriquece y multiplica una vez más los temas de su compromiso
respectivo, que atravesó la complejidad de los siglos xix y xx y el comienzo del xxi.
Porque el humanismo que nos proponen concibe de una manera radical y concreta la relación con
el otro, consigo mismo y con la naturaleza, los tres abren pistas que iluminan los fundamentos
de las principales contradicciones actuales para la difícil construcción de un Universal “rico
de todo lo particular, rico de todos los particulares, profundización y coexistencia de todos los
particulares”.
un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
Como pilares de una viva solidaridad, los tres poetas encarnan, por sus obras y sus vidas, los ideales
que inspiraron la fundación de la unesco, a quien la comunidad internacional ha encargado –
recordémoslo– “construir la paz en la mente de los hombres”, tarea que resulta más necesaria
que nunca en un mundo confrontado a la dimensión global de fracturas económicas, sociales y
financieras, alimentarias y energéticas, pero también ambientales, humanitarias y éticas. Son
muchos quienes se interrogan, bajo todos los cielos, acerca de las condiciones del desarrollo de
las potencialidades humanas y del reequilibrio de saberes y riquezas que beneficien a todos,
más allá de la exclusiva acumulación de bienes materiales.
Mucho más que un accidente coyuntural, la crisis parece ser global. Sus modalidades,
diversificadas según los contextos, hacen considerarla ante todo una crisis de sentido que
cuestiona las vías concretas que hay que inventar para mejorar, e inclusive repensar, la
gobernanza y el diálogo mundiales. Una crisis, por último, que vuelve a plantear el rol de la
cultura, de la educación y de la ciencia en el eje del desarrollo sustentable y de la edificación de
la paz, en otras palabras, la sustancia misma de la misión de vigilancia intelectual que incumbe
a la unesco en el seno de la comunidad internacional: contribuir, sobre la base de referencias
irrefutables, a un nuevo humanismo compartido que exprese la experiencia de los pueblos y se
dirija a todos.
Por todas estas razones, “la ejemplaridad central, pionera y actual del mensaje de Tagore,
Neruda y Césaire” llevó a los Estados Miembros, unánimemente de acuerdo, a inspirarse en su
compromiso de poetas de la acción, porque es federador y emblemático respecto de los desafíos
del mundo actual. La puesta en marcha de este programa fundado en sus mensajes y sus actos
es una operación-faro innovadora y susceptible de reunir, tanto en el norte como en el sur, los
atributos transculturales de la reflexión y de la creación para trabajar en “la consolidación de
pasarelas entre las culturas y las civilizaciones”.
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un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
ejes de constelaciones
en favor de la cultura de la paz
Tal como lo ha indicado en su mensaje la Directora General de la unesco, Sra. Irina Bokova, la
puesta en relación de las tres obras-vidas de Tagore, Neruda y Césaire proyecta su mensaje más
allá de su propia significación, hacia una resonancia aún mayor que la de su legado individual.
Son los ejes de constelaciones de pensamiento y de acción gracias a los cuales es posible explorar
y comprender mejor, en los cinco continentes, los mecanismos que han estructurado las
relaciones entre lo universal y lo particular, desde mediados del siglo xix colonial hasta nuestros
días. Procesos históricos, de los que resulta la mundialización, como la aventura colonial y sus
avatares, que atraviesan la expansión de la civilización industrial, cuyas articulaciones complejas
y contrastadas han evaluado Tagore, Neruda y Césaire, articulaciones que anunciaban el actual
contexto mundial, definido por la recurrencia de mecanismos de hegemonía y de exclusión,
pero también por la emergencia de oportunidades innegables y nuevos paradigmas.
En la sedimentación de los dos últimos siglos, estos precursores supieron heredar lo mejor de
las tradiciones y de las conquistas de las civilizaciones que los precedieron. Si afrontaron los
combates de su época, enlutada por el colonialismo, el fascismo, el racismo o el fundamentalismo
y asumieron las elecciones impuestas por la edificación compleja de las mutaciones históricas de
su contexto particular, lo hicieron en permanente complementariedad con sus contemporáneos
esenciales, ya sean en primer lugar el Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Frantz Fanon, Pablo
Picasso, Léopold Sédar Senghor, Rafael Alberti, Wifredo Lam, Cheikh Anta Diop, pero también
André Breton, Jean-Paul Sartre, Federico García Lorca, Yasunari Kawabata, Satyajit Ray y muchos
otros. Esta tríada de hombres-confluencia engendró asimismo verdaderas filiaciones que dan
sentido, aquí, a la noción de “constelación”, que permitió reunir ampliamente a todos los hombres
y mujeres del norte como del sur que formaron parte de esta larga evolución, y posibilita abrirse
a aquellos que hoy participan, en los cinco continentes, de la propuesta de un nuevo humanismo
y de la Cultura de la Paz.
Movilizar a estas constelaciones no es sólo un ejercicio intelectual alejado de las realidades del
desarrollo. En la intersección del pasado y del presente y con una urgencia imperiosa y concreta,
de lo que se trata es del diálogo humanista que nuestro mundo necesita hoy de manera crucial.
Al poner en marcha el proyecto Tagore, Neruda, Césaire por lo universal reconciliado, la unesco
se propone asociar de la manera más amplia posible a esta dinámica a todos aquellos que se
dedican a la construcción concreta de prácticas de diálogo entre las culturas y las civilizaciones:
escritores, artistas, filósofos, científicos, deportistas, militantes de los derechos humanos,
periodistas, cineastas, educadores de todos los orígenes, alumnos de todas las edades, ya sea
que dichas prácticas sean económicas, políticas, sociales, científicas, de la memoria, educativas,
culturales o ambientales.
un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
una poética de solidaridad activa
para aprehender los desafíos
de la paz y el desarrollo
Gracias a Tagore, Neruda y Césaire y a sus constelaciones, disponemos de pautas de lectura para
descifrar, a esta altura de la historia humana, las estructuras mismas de la evolución política y
cultural del siglo xx y del comienzo del xxi, inclusive, aprehender la dimensión estratégica de
los resortes económicos y de la modernidad postcolonial. Porque cada uno de ellos hizo de la
poética de la acción una praxis de la solidaridad, un laboratorio de los caminos y de los medios de
reconciliación cultural, social y política, desde las más altas cimas del pensamiento y la creación
hasta el trabajo en el terreno.
Inventando el microcrédito o una nueva educación en la India en vías de descolonización, como
Tagore, o defendiendo a los mineros del salitre chileno como Neruda, o incluso promoviendo el
desarrollo social y cultural de las Antillas como Césaire, su ejemplo demuestra que por medio
de la acción innovadora y auténticamente responsable a favor de un humanismo pragmático y
tangible es posible hacer confluir los respectivos horizontes culturales hacia la cultura de la paz
y el desarrollo.
Como pioneros de la responsabilidad y del compartir, mostraron cómo unir la acción al espíritu,
la práctica a la ética, lo material a lo inmaterial. Sobre estas bases, el proyecto ofrece una materia
inmensa para el diálogo interdisciplinario e intercultural.
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un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
movilizar las iniciativas
y los medios
El objetivo al que apunta la unesco es lanzar una dinámica con el concurso de los gobiernos
nacionales y locales, de la sociedad civil, de los actores culturales e intelectuales, de las
fundaciones privadas y de los medios asociativos, para crear en torno de estos mensajes plurales
y cargados de sentido el marco original de una acción transcultural e interdisciplinaria que
pueda aprovechar los talentos humanos, los proyectos políticos, los recursos tecnológicos y la
cooperación operativa y financiera. El fin es promover una colaboración intelectual, artística e
institucional que responda a las necesidades de corresponsabilización a escala mundial.
Por una parte, esta poética de solidaridad activa vuelve a dar a las artes y a las humanidades un
rol crucial, que la unesco pretende tomar en cuenta en su propio seno. Por otra parte, al hacer
valer la herencia de estos tres humanistas que abarcan las grandes áreas geoculturales de Asia,
África, América, el Caribe y Europa, nuestra ambición es estimular iniciativas internacionales de
publicación, traducción, creación e investigación, a fin de:
un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
t
Volver a dar a la poesía y al arte, visionarios y generadores de toma de conciencia,
su rol de mediación entre el hombre y el mundo y de lazo entre las culturas
para un vivir-juntos en paz;
t
Reformular la relación del hombre con la naturaleza, para dotar de sentido
y de valores nuestra presencia común en el mundo y la sustentabilidad
de nuestras necesidades de desarrollo;
t
t
t
Consolidar los procesos de emancipación contra todas las formas de opresión,
para progresar en la erradicación de la exclusión política, económica, social y cultural,
y luchar en el origen contra el racismo y la intolerancia;
Reforzar el desafío ético de la ciencia y de las tecnologías, cuyas conquistas
y horizontes compartidos son vectores orgánicos de la diversidad de los pueblos
y civilizaciones, conminados a asumir juntos y en el respeto recíproco,
los desafíos de la paz y del desarrollo;
Alentar la toma de conciencia de la educación, como metodología de transmisión
y de respeto del saber para la formación de la conciencia, la evolución de las sociedades
hacia la justicia social, para luchar contra la pérdida de los valores, la fragmentación
de los saberes, los repliegues identitarios y compartir los beneficios del desarrollo.
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un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
a partir de la acción de la unesco,
algunas pistas de orientación
La unesco ha adoptado cierto número de ejes operativos para ampliar el proyecto suscitando
y acompañando acciones de fuerte potencial de visibilidad para objetivos plurales. Esta puesta
en marcha del Programa pasará por el establecimiento de asociaciones con los distintos actores
políticos, económicos y financieros, mediáticos y sociales de los Estados Miembros a fin de
alentar el interés y la movilización de los socios institucionales y de la sociedad civil. Se tratará de
generar proyectos diversificados que respondan a objetivos particulares, nacionales, regionales
o mundiales sobre la base de cooperaciones financieras y estratégicas con las instituciones
públicas nacionales y del sector privado para favorecer la dimensión educativa, universitaria, la
investigación interdisciplinaria y las variaciones artísticas y culturales del programa.
1. La comunicación y la información: un marco interactivo de comunicación y de información
es propuesto por la unesco, en particular mediante la puesta a disposición de instrumentos
digitales apropiados (sitio web, blogs, redes sociales, wikis…) que estará acompañada por
contactos permanentes con la prensa y los formadores de opinión (contactos personalizados,
acontecimientos diversos), con el fin de hacer circular ampliamente la información necesaria
para la presentación y el lanzamiento del programa; estos soportes digitales interactivos aspiran
a ser accesibles en el mayor número de idiomas para un público extenso, en particular para los
jóvenes, los artistas, los investigadores, los estudiantes, etc.
2. La organización de manifestaciones de sensibilización, en colaboración y estrecha
cooperación con los organismos internacionales e intergubernamentales que constituyen los
interlocutores multilaterales de la unesco (onu, Unión Europea, Unión Africana, Mercosur,
Organización Internacional de la Francofonía, Commonwealth…) y en cuyo seno es necesario
confrontar la problemática de un nuevo humanismo y de la Cultura de la Paz, respecto de los
Objetivos del Milenio y de las soluciones a ofrecer ante las urgencias internacionales.
Esta dimensión entre agencias y entre instituciones corresponde al mandato de vigilancia
intelectual confiado a la unesco en el sistema de las Naciones Unidas. Hoy más que nunca, es
requerida por la pertinencia y la necesidad de ese rol primordial en el contexto actual donde la
cuestión del humanismo reaparece con una urgencia central. Este marco multilateral ampliado
podrá eventualmente multiplicar la iniciativa de la unesco y contribuir de manera válida a la
actualización de la misión moral única que se le asigna en la escena mundial.
3. La edición y la traducción de las obras: se dedicará un esfuerzo particular a la promoción de
acciones editoriales y de traducción de las tres obras con las instituciones públicas y privadas
del área. El objetivo es ponerlas a disposición de manera efectiva por medio de traducciones y de
publicaciones, fuera de su lengua de origen y así hacerlas accesibles a los públicos más diversos.
La finalidad es garantizar por una parte que los mensajes sean conocidos y comprendidos en
las lenguas nacionales y por otra profundizar el rico patrimonio material e inmaterial de esas
un proyecto innovador: para la reflexión y para la acción
obras, en el estricto respeto de los derechos de los autores y derechohabientes; la realización
en un primer momento de una antología de textos de los tres autores por parte de la unesco,
disponible en las seis lenguas oficiales. Se hará un esfuerzo especial en cuanto al acceso a los
textos en las lenguas locales.
4. La puesta en marcha de acciones de sensibilización de las instituciones culturales y de los
artistas, intérpretes y creadores, para que puedan apropiarse del proyecto todos los lenguajes
del arte y de la escena, con el fin de alcanzar el público más amplio, en el norte como en el sur,
procurando llegar en especial a los jóvenes, para promover la significación intergeneracional e
interconfesional del programa.
5. El lanzamiento de convocaciones a proyectos para estimular iniciativas que respondan a las
características locales o nacionales, en función de los recursos y de las expectativas del lugar. Con
el apoyo de la unesco, beneficiarían de la puesta en común de los instrumentos de promoción y
de sensibilización del proyecto y estarían presentes en el sitio de la unesco.
6. La búsqueda de lazos entre el programa y las grandes citas y acontecimientos de las agendas
culturales mundiales (Años de la Cultura, Festivales, Exposiciones Internacionales, Ambiente
cultural de los acontecimientos deportivos mundiales, etc.…), capaces de difundir de manera
efectiva el proyecto en todos los medios sociales y todos los contextos geográficos, a fin de
insertarlo en la vida de las poblaciones y de los públicos.
7. Consiguientemente, la dimensión audiovisual del proyecto, a la que debe reservarse una
particular atención, suscitando y acompañando la concepción, realización y difusión de
programas audiovisuales de documentales o de ficciones inspirados en las tres obras-vidas y sus
constelaciones. La puesta en imagen de los textos podría permitir ocupar espacios televisivos
por medio de creaciones que pueden también utilizarse y difundirse en lugares públicos, en
medios educativos y en soportes de presentaciones tecnológicas diversificados.
El Excelentísimo Sr. Embajador Olabiyi Babalola Joseph Yai
Delegado Permanente del Benín ante la unesco
Presidente del Consejo Ejecutivo de la unesco (2007-2009)
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3
TAGORE
NERUDA
CÉSAIRE
POÉTICA,
HUMANISMO
Y ACCIÓN
ATRAVESANDO LOS SIGLOS,
VIDAS Y OBRAS;
rabindrânâth tagore
rabindrânâth tagore
1861-1941
Oh, qué alivio es estar fuera de las estrechas paredes domésticas
y contemplar el universo. La ofrenda lírica (Gitanjali), 1910
Rabindrânâth Tagore (1861-1941),
poeta de genio espiritual y multiforme,
es también un filósofo, un militante
anticolonialista clarividente, un motor de
transformación social, un educador
innovador, un mensajero excepcional
del diálogo entre culturas y civilizaciones,
un defensor y un propagador esclarecido
del rigor científico, pero también,
un músico de excepción, un dramaturgo
fecundo, un fascinante actor y cantante,
un plástico de gran talento y muchas cosas
más que hacen del “bardo de Bengala”
un despertador de conciencias hoy
en día intemporal por la fuerza
de su mensaje y la actualidad de su visión.
En la historia moderna, son pocos los
hombres que han hecho tanto como él,
por el compromiso político y humanista
como por el resplandor de pensamiento
y de inspiración, el ideal humano tan
soñado por Leonardo da Vinci,
el del Uomo universale. Ilustración
particularmente emblemática de este ideal,
Tagore es uno de los mayores actores
mundiales de la era industrial, en el período
que va de la mitad del siglo xix a la primera
mitad del siglo xx. Su vida y su obra están
animadas por una infatigable voluntad
de saber compartido y de progreso moral.
Se dedicó, sin pausa, desde una perspectiva
india y panasiática, a la lucha por la
liberación de su pueblo y, más allá, de todos
los pueblos colonizados, con la voluntad
de construir por medio de la educación
y la responsabilidad de todos, un mundo
de cooperación entre los pueblos, liberado
de la alienación, de la opresión, de la
humillación y de la regresión, para que las
civilizaciones y los talentos se desarrollaran
en el respeto mutuo y al servicio
del universal humano.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
el joven rabi
Rabindrânâth Tagore nace en Calcuta, el 25 Baishakh 1268 (era Bengali), correspondiente al
martes 7 de mayo de 1861, en la India dominada por el Raj británico. Perteneciente a la casta de los
bramanes pirali, es conocido también con el nombre de Takur y con el sobrenombre de Gurudev y,
de niño, sus allegados lo llamaban “Rabi”. Tagore es el más joven de los trece hijos sobrevivientes de
Debendranath Tagore, uno de los fundadores del movimiento reformador Brahmo Sama y patriarca
de una familia de grandes propietarios de Bengala, particularmente respetados. Fue educado en un
medio privilegiado por la facilidad material y, además, en una familia de artistas y de reformadores
sociales y religiosos, opuestos al sistema de castas y a favor del mejoramiento de la condición de
la mujer india. Digno de ese linaje esclarecido, el joven Rabi estudia historia, astronomía, ciencia
moderna y sánscrito, se sumerge en los poemas clásicos de Kãlidãsa, sin dejar de estar informado,
muy tempranamente, del legado Mogol, de las culturas occidental y musulmana. Su instrucción
doméstica así como los viajes a través de la India hacen del adolescente Tagore un inconformista y
un pragmático que se dedica a la observación de la naturaleza, al análisis del funcionamiento social
y de la sujeción colonial y, también, a la reflexión intelectual. A los 16 años, publica sus primeros
poemas y alcanza la notoriedad con Bhikharini (1877), La mendiga-primera novela corta en lengua
bengalí- y Sandhya Sangit (1882) -de la que forma parte el famoso poema Nirjharer Swapnabhanga
(El entusiasmo de la cascada). El joven Tagore pasaba largas horas en sitios que hoy forman parte
de Bangladesh, navegando en un barco, o acampando cerca de la orilla del rio. Permanecía atento
al mundo que lo rodeaba, conmovido por la belleza de la naturaleza y por el pueblo de Bangladesh.
Siendo de origen aristocrático, la pobreza de la gente viviendo en la mayor escasez en Shilaidika,
Shajadpur, y Patisar le hicieron comprender la dureza de la realidad y de la discriminación. Su
poesía y novelas a menudo las describen. Con el propósito de ser abogado y, como todo joven indio
de su casta y rango social Tagore se inscribe en 1878 en un establecimiento secundario privado de
Brighton, Inglaterra, donde descubre, desde dentro, la modernidad del mundo occidental al tiempo
que evalúa sus contradicciones y disfuncionamiento.
[…]Existen grandes preguntas que la civilización Occidental ha planteado ante
el mundo pero que no ha respondido completamente. El conflicto entre el individuo
y el estado, trabajo y capital, el hombre y la mujer; el conflicto entre la codicia de
ganancias materiales y la vida espiritual del hombre, los organizados egoísmos
de las naciones y los más altos ideales de la humanidad; el conflicto entre las feas
complejidades inseparables de las gigantes organizaciones comerciales y estatales
y los instintos naturales del hombre exigiendo simplicidad y belleza y plenitud
de libertad –todos ellos deben ser armonizados de una manera todavía no entrevista…
Estudia derecho en el University College de Londres, pero decide volver a Bengala antes de obtener
su diploma. De regreso de Inglaterra en 1880, publica en 1883 su selección de poemas Cantos de
la aurora y se casa con una joven de su casta, Mrinalini Devi (1873-1902). De esta unión nacerán
cinco hijos, de los cuales dos morirán antes de alcanzar la edad adulta, al igual que su esposa que
la muerte se lleva prematuramente.
rabindrânâth tagore
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rabindrânâth tagore
zamindar babu
Obedeciendo al deseo de su padre, en 1890, Tagore comienza a administrar el dominio familiar
de Shilaidaha (zona que pertenece actualmente a Bangladesh). Apodado “Zamindar Babu”,
Tagore vive en la embarcación familiar, la Padma y recorre el vasto dominio ancestral para
colectar las rentas de los campesinos. Es precisamente de esas tierras de donde toma la agudeza
para observar las contradicciones internas de la sociedad bengalí y comprende la carga que
constituye la alienación impuesta por el yugo colonial británico.
Tagore sueña con la emancipación para su país y para la humanidad y se opone con vehemencia
al ciego tradicionalismo que paralizaba las transformaciones de la India hacia un modernismo
endógeno. Pone la educación de las mujeres y de los hombres en el centro de la reconstrucción
nacional y funda en 1901, en Santiniketan, en tierras familiares de Bengala occidental, un ashram
que luego incluirá una escuela experimental, viveros, jardines y una biblioteca abiertos al saber
de todas las proveniencias, incluido Occidente. Sus trabajos como educador en Santiniketan y su
abundante producción literaria le otorgan un amplio apoyo en India, tanto como en el extranjero.
Así, publica Naivedya en 1901 y Kheya en 1906, y traduce al inglés sus poemas en verso libre.
Contra la decadencia socioeconómica de Bengala tanto en las ciudades asoladas por una pobreza
endémica cuanto en los pueblos, Tagore desarrolla el aprendizaje concreto del saber y del
camino científico, en el respeto de la identidad cultural y lingüística, a través de la escolarización
como medio de “liberación de los poblados de las cadenas de la impotencia y la ignorancia”,
“revitalizando el saber”.
Su interés por las ciencias hace de Santiniketan, “La mansión de la paz”, un centro de
exploraciones en biología, física y astronomía, que tienen consecuencias en su poesía, la
cual a menudo otorga un importante lugar al naturalismo y subraya su respeto por las leyes
científicas. Los complejos universitarios de Santiniketan y Visva Bharati funcionan todavía
hoy, con el apoyo del gobierno indio.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
una obra exuberante
Profundamente marcado por una inspiración espiritual, Tagore fue un reformador cultural
anticonvencional que modernizó el arte bengalí, rechazando las restricciones que lo ataban
a las formas indias clásicas. Experimenta por primera vez en el teatro en el rol del personaje
principal, a los 16 años, en una adaptación del Burgués gentilhombre de Molière, por su
hermano Jyotirindranath. A los 20 años, escribe su primera “obra musical” dramática Valmiki
Pratibha (El genio de Valkimi), seguida de dramas que exploran temas filosóficos y alegóricos,
construidos según antiguas leyendas del budismo y del hinduismo, pero en las que elige como
héroes a personas comunes, para destruir los símbolos del sometimiento. Sus reflexiones sobre
el entorno, las ideas modernas o la vida de los pobres son una singularidad en la literatura
india de aquel momento.
Músico prolífico y pintor de talento, Tagore compuso una importante obra musical, cuya gran
potencia emotiva es indisociable de su poesía, así como de su obra dramática y pictórica,
porque las letras de sus canciones exploran toda la gama de las emociones humanas, desde
sus primeros cantos sobre la muerte hasta composiciones pasionales sobre el amor y la
sexualidad, de formas innovadoras.
Fuera del campo de la ficción, Tagore escribió sobre temas tan variados como la historia de
la India o la lingüística. Junto a sus obras autobiográficas, sus diarios de viajes, ensayos y
conferencias han sido compilados en numerosos volúmenes, entre los cuales se puede citar
Iurop Jatrir Patrto (Cartas de Europa) y Manusher Dhormo (La religión del hombre).
Su legado literario y musical es inseparable de la creación cultural india moderna, en todos
los ámbitos, y varias de sus novelas y relatos como Chaturanga, Shesher Kobita, Char Odhay,
Noukadubi, Charulata, Ghare Baire (La casa y el mundo) han sido adaptadas al cine por
realizadores como Satyajit Ray.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
rabindrânâth tagore
el compromiso anti-colonialista
y el ideal panasiático
Curioso respecto del mundo, Tagore eligió muy temprano el compromiso anticolonialista y
comprendió la complejidad de los desafíos a los que se verá confrontada la India independiente
en su pertenencia continental: llegar a ser una gran nación. Supo que participar del despertar
pacífico de Asia significaba evitar las trampas del nacionalismo, del extremismo confesional y
del totalitarismo político, cualesquiera fueran sus orígenes.
En el comienzo del siglo, se perfilan nuevos e inquietantes retos nacionalistas que indican
significativos desplazamientos por venir en el mapa geopolítico mundial. La derrota de España
en Cuba (1898) confirma el surgimiento de Estados Unidos como actor primordial en la escena
mundial. Acontecimiento que precede de poco a la guerra ruso-japonesa (1904-1905) entre la
Rusia imperial, cuyo objetivo es disponer de una fachada marítima sobre el Océano Pacífico y el
Imperio japonés post-Meiji, que pretende ser enteramente reconocido como potencia regional,
para desarrollar en Asia su propia estrategia imperial y colonial y aplicar allí, en provecho de su
dominación nacional, los métodos más agresivos del sistema occidental.
Ampliando su visión anticolonialista, Tagore sigue con triste atención los avances del nacionalismo
cultural y el militarismo japonés, donde el poder ejerce una represión violenta de los movimientos
democráticos con el apoyo casi unánime de la población. “De Japón no han llegado protestas,
ni siquiera de sus poetas”. Adhiere plenamente al ideal panasiático pacífico preconizado por el
intelectual nipón Kakuzô Okakura quien, en su obra El despertar de Asia, escrita en India en 1902,
afirma su solidaridad con los países colonizados y, en particular, con los intelectuales indios. Así,
denunciará vigorosamente, con motivo de su viaje a Tokio de octubre de 1916, el expansionismo
ultranacionalista y colonialista en un discurso antinacionalista y universalista en la Universidad
Imperial de Tokio, que Roman Rolland calificó como “giro en la historia del mundo”.
No puedo creer, por mí mismo, que Japón se haya convertido en lo que es imitando
a Occidente. No sugiero ni por un momento que Japón no deba considerar la adquisición
de armas modernas para su autoprotección. Pero nunca se deberá permitir que ello vaya
más allá de su instinto de autopreservación. Japón debe saber que el poder real no
se encuentra en las armas, sino en el hombre que las manipula; y cuando, en su ambición
de poder, multiplica sus armas en detrimento de su propia alma, entonces se encuentra
en mayor peligro que sus enemigos… Lo peligroso para Japón no es la imitación
de los rasgos externos de Occidente, sino la aceptación de la fuerza motriz del nacionalismo
Occidental como propia. Ansío de todo corazón que Japón jamás pierda fe
en su propia alma por el mero orgullo de su propio imperialismo.
El ejemplo japonés desempeñó un papel determinante en el pensamiento de Tagore, porque
le permitió percibir más allá del ejemplo occidental, los resortes intrínsecos del colonialismo
y del imperialismo, así como la violencia estructural de su principio hegemónico sobre el
que basa su dominación.
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rabindrânâth tagore
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1913, Premio Nobel de literatura
El 14 de noviembre de 1913, tras la publicación en inglés de su obra, traducida por él mismo en
versos libres, Tagore se entera de que es el primer no occidental que recibe el premio Nobel de
literatura que le es atribuido por el carácter idealista -y accesible a los lectores occidentalesde una pequeña parte de su obra traducida, entre las cuales se encuentra Gitanjali (La ofrenda
lírica), publicada en 1912 con el título inglés de Song Offerings. La primera traducción francesa es
de André Gide y Hélène du Pasquier, en tanto que la traducción española de 1918 es de Zenobia
Camprubí, esposa del poeta Juan Ramón Jiménez. Tagore había transformado, a través de su
obra, el idioma bengalí, de un simple idioma provincial a un idioma enriquecido, sofisticado
y vibrante, capaz de expresar ideas complejas sobre temas científicos y filosóficos. El idioma
hablado y escrito hoy en Bangladesh representa de forma esencial la contribución de Tagore a
la cultura y tradiciones bengalíes.
Cuando la Europa de comienzos del siglo xx lo descubre, se fascina con Tagore. Romain Rolland
escribe en su diario. “Es muy bello, casi demasiado. Todo su aspecto brilla con una alegría
abundante y tranquila que se traduce en todas sus palabras”. Sus intercambios con los europeos
más esclarecidos de la época como André Gide, William Yeats, Ezra Pound lo informan acerca
de los debates culturales y políticos de su tiempo, momento en que empieza a manifestarse
la toma de conciencia de la responsabilidad de Occidente, de su dominio hegemónico sobre
pueblos no occidentales y de sus tendencias extremistas o fascistas. Tagore toma conocimiento
de las nuevas corrientes culturales y artísticas que revolucionan la ciencia, las artes y las letras:
cubismo, surrealismo, psicoanálisis. En vísperas de la Primera Guerra mundial, le parece que
todo el conjunto compone una peligrosa encrucijada, que desemboca en el mayor período de
transición de la historia.
En 1915, consciente del hecho de que la lectura orientalista de su mensaje por parte de una elite
occidental consciente a su vez de “la degeneración de Europa”, según los términos de Romain
Rolland, se integraba en la visión europea de la misión civilizatoria del Occidente, Tagore
acepta con reticencias ser nombrado caballero de la corona británica, título al que terminará
renunciando más tarde para denunciar los métodos inhumanos de la represión colonial.
Artesano infatigable del diálogo, su compromiso por la afirmación de la identidad india, como la
de los pueblos colonizados de Asia y de otras partes, es inseparable de la toma de conciencia de
la necesidad de modernización razonada de las prácticas sociales y culturales indias.
rabindrânâth tagore
contra el corsé de hierro y,
con el mahatma gandhi, en favor
de la independencia de la india
Al publicar en 1904 un ensayo político a favor de la independencia de la India, Tagore se convierte
en una de las primeras y principales voces anticolonialistas. Pronto adquirió la convicción de
que el imperialismo y el colonialismo, que hasta el siglo xix habían comenzado por ser asuntos
europeos, se habían vuelto realidades mundiales.
Se confirman, en consecuencia, los fundamentos de su visión, en la cual la acción social y
pedagógica es indisociable de la escritura pues ambas están dedicadas a la doble conquista de
la libertad política y la emancipación de los hombres por la educación y por la lucha contra
la opresión. Estos objetivos para él son indisociables del encuentro con otros pueblos y otras
culturas en la construcción del universal humano, liberado de la dominación y también del
nacionalismo. Doble paradigma que ha mantenido con una excepcional constancia, incluso al
costo de la incomprensión tanto de los suyos como de los críticos occidentales, con una convicción
ética inalienable. Esta actitud, a la vez anticolonialista y antinacionalista, fue en ocasiones mal
comprendida en varios países e inclusive por sus compatriotas.
Aunque no era un actor de la acción puramente política, el poder de convicción y el compromiso
humanista del poeta Tagore, afincado en la realidad india y analista informado del mundo,
alimentaron cultural y filosóficamente el movimiento a favor de la independencia de la India y
la acción anticolonialista contra el “corsé de hierro” del Raj británico.
La influencia de Tagore es particularmente notable en el más emblemático de sus compatriotas,
Mohandas Karamchand Gandhi, (1861-1944) apóstol de la desobediencia civil, del satyagrahâ
que, por primera vez, Tagore bautizó públicamente con afecto y estima del respetado título de
Mahâtmâ, “la gran alma”. Al servicio de su ideal común, la resistencia a la opresión, la conquista
de la independencia, la paz entre los pueblos, su amistad ofreció a la India una doble herencia
inseparable de su identidad nacional y de su proyección internacional. Tagore apoya totalmente
la acción de Gandhi, especialmente las campañas de desobediencia civil puestas en marcha en
la India, al mismo tiempo que desaprueba un cierto arcaísmo dogmático. Para Gandhi, Tagore
es un modelo, una referencia tanto más preciosa cuanto que su doble presencia no se excluye y
Gandhi reconoce en él el privilegio inestimable de un gran poeta.
Después de haberlos recibido sucesivamente en París, Romain Rolland escribía en febrero de
1923: “No se sabe a quién admirar más, al santo o al sabio genial. Dicha única para la India el
haber tenido al mismo tiempo a estos dos grandes hombres que son, cada uno, expresión de una
de las más altas caras de la verdad”.
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en las rutas del mundo
Animado de una insaciable sed de viajes, Tagore ha surcado el mundo y visitado más de treinta
países en los cinco continentes, entre 1878 y 1932, para encontrar públicos no indios y profundizar
la experiencia de la diversidad del mundo y de la observación de otras culturas. En el transcurso
de esos viajes de estudio en Europa (Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Rusia, Rumania, Hungría,
Grecia), en América (Estados Unidos, Argentina), en Medio Oriente (Irán, Irak) o en Asia (China,
Japón), en África (Egipto), responde a numerosas invitaciones. Como celebridad mundial, pronuncia
múltiples conferencias en las que se dedica a denunciar las realidades de la opresión colonial,
los riesgos del peligro nacionalista y a señalar las contradicciones occidentales. En todas partes,
entabla un diálogo de igualdad con el colonizador mientras se expresa acerca de la civilización
india, el nacionalismo, la guerra y la paz, la educación transcultural, la libertad de pensamiento, la
importancia del racionalismo crítico, la misión de la ciencia, la necesidad del universal.
Los intercambios intelectuales profundos que establece con muchos de sus contemporáneos
más ilustres como William Butler Yeats, Graham Greene, Romain Rolland, Henri Bergson,
Albert Einstein, Robert Frost, Thomas Mann, George Bernard Shaw, H.G.Wells, enriquecen sus
opiniones respecto del contexto geopolítico mundial, del materialismo creciente y de las lagunas
espirituales de la revolución industrial y mercantil en curso en Occidente.
Hubo un tiempo en que estábamos fascinados por Europa. Ella nos había infundido una
nueva esperanza. Creíamos que su misión principal era predicar el evangelio de la libertad
en el mundo. Habíamos llegado a conocer sólo su lado ideal a través de su literatura
y su arte. Pero lentamente, Asia y África se han convertido en los principales campos
de las actividades seculares de Europa, en los cuales su preocupación dominante ha sido
la ganancia de dividendos, la administración de imperios y la extensión del comercio.
Evalúa el peligro del fascismo, que denuncia, particularmente en el artículo del 20 de julio de
1926, publicado después de su encuentro con Mussolini. Opiniones que a menudo sorprenden
desagradablemente a las audiencias occidentales, proclives a no considerar en su “monstruoso
torrente de la India enorme” más que la expresión místico-religiosa del patrimonio ancestral
asiático, tal como lo concibe la mirada occidental, y a buscar en él tan solo la encarnación
perfecta del sabio del Oriente para llenar -según palabras de André Gide- “la estrecha copa” de
los cánones de la tradición orientalista made in Europe.
Estos viajes representan también para Tagore la oportunidad de familiarizarse con los avances
de la ciencia occidental, de la que puede beneficiarse la sociedad india. Con la convicción de que
el verdadero pulso de la India estaba en los pueblos, en 1921, Tagore y el economista agrícola
Leonard Elmhirst, a quien conoció en un viaje a los Estados Unidos, fundan el Instituto para
la Reconstrucción Rural de Sriniketan que Tagore renombrará luego como “Casa de la Paz”, en
Surul, un pueblo vecino del ashram de Santiniketan. Recluta especialistas, donantes y apoyos
oficiales de numerosos países para introducir en India conocimientos científicos nuevos.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
liberar a la india
del sistema de castas
y del sectarismo religioso
Al comienzo de los años 1930, convencido de que “la anormal conciencia de casta” en India y
la inhumanidad de la suerte que se les reserva a los intocables sobrevivirán a la dominación
colonial y constituyen un obstáculo para la construcción de la nación india, Tagore emplea todo
su esfuerzo en hacer reconocer la humanidad y los derechos de los dalits, los intocables y llama
a las autoridades y al pueblo a admitirlos.
Asimismo, luchando sin descanso contra los prejuicios de exclusión social y religiosa, Tagore
combate la violencia sectaria creciente entre musulmanes e hindúes y contra la emergencia de un
nacionalismo indio comprometido a favor de un futuro Estado hegemónicamente hindú, porque
anticipa los riesgos políticos y humanos del choque de los fundamentalismos hindú y musulmán.
Estas aberraciones fratricidas, que se presentan como excelencias espirituales
del sectarismo […], que cual un parásito voraz, se alimenta de la religión
cuya apariencia reviste y la vacía tan bien que no se percibe que está muerta […]
hace de ella una fortaleza en la que se suprimen el instinto combativo demoníaco,
la vanidad piadosa, el violento desprecio por el credo del vecino.
Anticipando las consecuencias que traería, de una y otra parte, la edificación de fronteras
determinadas únicamente de acuerdo con las consideraciones de la oposición religiosa, toma
posición contra todas las formas de extremismo religioso, a fin de que la India multiétnica y
multiconfesional pueda desempeñar plenamente el papel que le asignan, en el universal
y la modernidad, la infinita riqueza de sus recursos humanos y la profundidad de sus valores
espirituales y de civilización.
ESPÍRITU
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rabindrânâth tagore
un legado muy vivo
Gracias a su enfoque penetrante y objetivo de las contradicciones de su tiempo, en India, en
Asia y en Occidente, Tagore es uno de los analistas más luminosos de los comienzos de la era
industrial. Nos da una lectura dinámica de la India y del mundo, que denuncia y combate
la dominación colonial pero que se adelanta a la evolución geopolítica de la modernidad,
postulando la responsabilidad humanista de todos en la erradicación de los desniveles sociales,
étnicos, religiosos y culturales.
Artesano esencial del acceso de su país a la independencia política y nacional y a la madurez
cultural, todo su combate está comprometido en permitir que el pueblo indio, liberado de la
presión colonialista, se acepte en su diversidad étnica, cultural y confesional, lucha que manifiesta
una lúcida aproximación a la historia. Tagore no temió ni el riesgo de la incomprensión y la
soledad entre los suyos, ni el ostracismo del Otro en la afirmación de sus convicciones.
Sé que mi voz es demasiado débil para elevarla por encima del alboroto de esta época
agitada, y que es fácil para cualquier golfillo de la calle arrojarme el epíteto
de ‘poco práctico’. Ese epíteto se pegará a mi faldón, sin que nunca pueda quitármelo,
excluyéndome en forma efectiva de la consideración de las personas respetables.
Yo sé el riesgo que uno corre ante las muchedumbres enérgicas al ser etiquetado
de idealista en estos días, cuando los tronos han perdido su dignidad y los profetas
se han convertido en un anacronismo, cuando el sonido que ahoga todas
las voces es el ruido del mercado.
Rabindrânâth Tagore muere, en su casa natal, el 7 de agosto de 1941, 22 Shravan 1348 en el
calendario bengalí, seis años antes de que la India accediera a la Independencia. No asistirá, al
final de la Segunda Guerra mundial, al momento en que el gobierno británico, sin los medios para
afrontar una nueva guerra colonial, termina concediendo, en agosto de 1947 la independencia a
la India, no sin estimar el impacto duradero de ese centro de inestabilidades y tensiones que el
subcontinente indio, en abierto conflicto, vive desde su instauración en 1950.
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La admiración suscitada por su palabra de responsabilidad y de diálogo y su aliento espiritual
están presentes: Jana Gana Mana, una de sus composiciones, fue elegida el 24 de enero de 1950
como himno nacional de la India por la Asamblea constituyente y Amar Shonar Bangla, como el
de Bangladesh, adoptado en el momento de la independencia en 1971. Durante los años difíciles
que precedieron la independencia, las obras de Tagore fueron censuradas por el gobierno central.
El pueblo bengalí protestó y Tagore se convirtió en un símbolo de la identidad cultural y de la
lucha política del pueblo. “Amar Shona Bangla”, una canción patriótica compuesta por Tagore,
inspiró a la gente que la cantó espontáneamente una y otra vez, y así se convirtió en el himno
nacional de Bangladesh.
Como consciencia actuante y bien presente, Rabindrânâth Tagore nos lega una poética filosófica
que aborda las cuestiones ligadas a la responsabilidad política de las sociedades a las cuales
propone ideales internos y prácticas de tolerancia mutua y de diálogo que resultan más que
nunca necesarias.
Esta luz ardiente y roja en el horizonte no es la luz de tu aurora de pena,
Mi madre patria.
Tu mañana espera, detrás de la paciente oscuridad del Oriente, suave y silencioso.
Sé vigilante, India.
Aporta tus ofrendas de adoración a esta aurora sagrada.
Que el primer himno de su bienvenida resuene por tu voz.
rabindrânâth tagore
selección de obras
de rabindrânâth tagore
1900 - La Casada seguida de Nube y sol (edición francesa de novelas de la obra Galpaguchcha)
1909 - Santiniketan (La mansión de la Paz)
1910 - Gitanjali (La ofrenda lírica, traducción española de Zenobia Camprubí, 1918)
1910 - Gora (Cara pálida)
1912 - Jivansmirti (Recuerdos)
1916 - Las aves de paso
1916 - Sâdhana
1916 - Ghare Baire (La mansión y el mundo)
1921 - El naufragio
1921 - El vagabundo y otras historias
1925 - Mashi
1931 - La religión del hombre
1934 - Cuatro capítulos
1940 - Bodas y otras historias
2006 - Historias de fantasmas indios
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pablo neruda
pablo neruda
1904-1973
Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta.
Confieso que he vivido, 1974
Pablo Neruda ha revelado muchos
aspectos de su vida en distintos textos
autobiográficos escritos en verso y prosa
principalmente en su Memorial de Isla
Negra y en sus memorias, Confieso que he
vivido. Aunque la redacción haya quedado
interrumpida por su muerte, esta última
obra publicada en marzo de 1974, algunos
meses después de su muerte nos brinda
informaciones preciosas que iluminan,
desde el interior, la vida y la obra de
este poeta, diplomático, dramaturgo,
ensayista chileno que es, entre todos, uno
de los símbolos más emblemáticos del
intelectual latinoamericano del siglo xx,
militante ferviente de la justicia social, de
la democracia, comprometido contra el
imperialismo, preocupado por la defensa
y el reconocimiento de las civilizaciones
amerindias y del diálogo entre las
civilizaciones. Hombre de su tiempo y
de su lugar, Pablo Neruda adhirió
al ideal comunista durante la guerra
de España. Esta convicción se reforzó con
su ingreso al partido, el cual le parecía
la única muralla, en el marco amenazante
de la Guerra Fría y de la división del
mundo entre el Este y el Oeste, capaz
de defender a su país, a su región y al
mundo de la dominación imperialista.
Confrontado a la urgencia dramática de
la geopolítica de la Guerra Fría y a pesar
de los hechos y las revelaciones sobre los
avatares sufridos por este ideal, Neruda no
lo ha abandonado nunca. Contrariamente
a Aimé Césaire, y aunque ciertos poemas
y textos expriman su desacuerdo, no puso
en cuestión su adhesión a la ideología
comunista. Como un aliento impregnado
de un cierto romanticismo, esta atraviesa
su agitada vida de viajero del mundo,
determina su acción política y recorre su
obra tempranamente reconocida en la que
se unen bajo el signo de la poesía y de la
pasión, con una excepcional generosidad,
las figuras del epicúreo y del militante,
del diplomático y del exiliado, del
pensador y del hombre de acción.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
la infancia en araucanía
Nace el 12 de julio de 1904 en Parral, “en el centro de Chile”, donde “crecen las viñas y abunda el
vino”, con su verdadero nombre Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto. Su madre, Rosa Basoalto,
muere apenas un mes después de su nacimiento y su padre, José del Carmen Reyes, abandona la
tierra natal para sobrevivir. Después de una breve estancia en Argentina, regresa a Chile en 1905
y encuentra un empleo de obrero mecánico. Se instala en Temuco y vuelve a casarse, en 1906,
con Trinidad Candia Marverde, quien recibe al niño como a un hijo. A ella le dedica un poema
lleno de ternura: La mamadre.
La infancia del poeta, “… bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos,
el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno...”, muy cercana a la naturaleza, tiene
como marco Temuco, pequeña ciudad del centro-sud de Chile, capital regional de la Araucanía,
región vecina de la Patagonia, tierra de volcanes, de inmensidades en las que se mezclan
gigantescos lagos divididos en “multitudes de bahías y de brazos, volcanes constelados de nieve,
ventisqueros con frentes de hielo”, todo surgiendo a veces de una selva sorprendente bajo esas
latitudes extremas, santuario excepcional de la vida vegetal y animal sobre la costa del Pacífico
que acecha y periódicamente visita la violencia cataclísmica del sismo.
La grandeza telúrica de macizos graníticos da un decorado casi irreal cercano, en la sensibilidad
del futuro poeta, a la grandeza herida de la historia amerindia. La Araucanía es la antigua
tierra ancestral de los mapuches o araucanos, pueblos de combatientes amerindios altivos
que resistieron durante largo tiempo a los intentos de invasión de los incas, al genocidio de los
españoles e, incluso, a la brutalidad del gobierno chileno, antes de ser víctimas en 1880 de la
violencia de las operaciones de “pacificación de la Araucanía”.
El joven Pablo, impregnado de “un estruendo de corazón colosal, la palpitación del universo”,
donde nació la comunicación entre su “poesía y la tierra más solitaria del mundo”, arrullado
por la música de nombres araucanos, estudia en el colegio de varones de Temuco hasta 1920.
Apasionado por la lectura, desde la infancia quiere asumir su “condición de poeta” y avanza “en
el mundo del conocimiento, en el desordenado río de los libros”. Autor de “interminables cartas
de amor”, escribe sus primeros poemas nutrido de “esa comunicación, esa revelación, ese pacto
con el espacio” que, dirá, “han continuado existiendo en mi vida.
el joven poeta
En 1917, se publica en el diario de Temuco, La mañana, su primer texto “Entusiasmo y
perseverancia”. En octubre de 1920, después de haber utilizado diferentes seudónimos, con la
cabeza “llena de libros, de sueños y de poemas que zumbaban como abejas”, elige finalmente
el seudónimo literario “Neruda” y se autobautiza adoptándolo del escritor y poeta romántico
checo Jan Nepomuk Neruda, uno de los miembros más conspicuos de la Escuela de Mayo,
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pablo neruda
autor de la célebre selección de relatos Los cuentos de Mala Strana, obra maestra de la literatura
checa. Sin embargo, existe otra teoría acerca de este seudónimo, según la cual vendría de la
violinista Norman Neruda y de su pareja y acompañante musical Pablo de Sarasate. Obtiene el
Primer premio de la Fiesta de la Primavera, llega a ser presidente del Ateneo literario de Temuco
y, al mismo tiempo, escribe numerosos poemas y prepara dos títulos que no publica: Las islas
extrañas y Las fatigas inútiles para el libro que finalmente publica con el título de Crespusculario.
En 1921, mientras asiste en el Instituto pedagógico de Santiago a los cursos de preparación para
el profesorado de francés, recibe el primer premio en el concurso de la Federación de Estudiantes
de Chile por su poema La canción de la fiesta y comienza, con el nombre de Pablo Neruda ya
reconocido en la poesía joven, a realizar lecturas públicas de su obra, actividad que practicará
con pasión a lo largo de toda su vida.
En agosto de 1923, se publica Crepusculario, primer poemario y en 1924 Veinte poemas de amor y
una canción desesperada, acompañado en el diario La Nación de una carta “Exégesis y soledad”
en la que explica el proceso de creación, respondiendo a sus críticos. En 1926 publica en Claridad
Galope muerto, con el que se inicia Residencia en la tierra, algunas Páginas escogidas de Anatole
France y traduce al español textos de Rainer Maria Rilke.
cónsul honorario en asia
Como todo joven intelectual latinoamericano, Neruda aspira a conocer el mundo. El año 1927
señala un giro importante en su vida. Obtiene ser nombrado en Rangoon, Birmania, para una
misión diplomática ad honorem, “cónsul de Chile en un agujero”, recordando con humor el
momento en el que el funcionario de la Cancillería chilena le mostró el lugar de su destinación
en un globo terráqueo y se encontró con que este estaba abollado justo en ese lugar. Después de
un periplo de varios meses que lo lleva a descubrir Buenos Aires y luego Europa, Lisboa, Madrid,
París, en donde conoce a César Vallejo, joven poeta peruano, Neruda embarca hacia Marsella,
para cruzar el Mediterráneo en dirección al Mar Rojo, Djibouti, Shanghai, Tokio.
Rangoon será la primera escala de una serie de estadías en Asia en el marco de actividades
consulares honorarias. En 1928, es nombrado cónsul en Colombo, asiste en 1929 al Congreso
pan indio de Calcuta, del que participa Gandhi, en la India, que ve como “una nación en plena
lucha por su liberación”. Durante este período de exploración solitaria de horizontes asiáticos
hasta entonces insospechados, adquiere una experiencia dolorosa de la colonización británica
y europea en Asia.
Esta terrible separación de los colonizadores ingleses con el vasto mundo asiático
nunca tuvo término. Y siempre significó un aislamiento antihumano,
un desconocimiento total de los valores y la vida de aquella gente.
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Neruda, que en esta época trabaja en su Residencia de la tierra, confirma su vocación de poeta
del amor, de las mujeres, de amante culto, apasionado y libre, luego se casa por primera vez y
se dirige a Ceilán, donde comprueba los desastres del colonialismo cultural y de los métodos
de desculturación. En estos largos períodos en Asia, desarrolla una solidaridad con la lucha
de los pueblos contra la alienación y la dominación, pero no es afectado por las creencias y la
espiritualidad de las civilizaciones orientales.
El Oriente me impresionó como una grande y desventurada familia humana,
sin destinar sitio en mi conciencia para sus ritos ni para sus dioses.
el encuentro con federico garcía
lorca y españa en el corazón
Algunos cambios políticos ocurridos en Chile le permiten a Neruda llegar a ser cónsul en Buenos
Aires, en donde tiene lugar el 13 de octubre de 1933 su primer encuentro con Federico García Lorca,
poeta, dramaturgo, pintor, pianista y compositor español, emblemático fundador de la Generación
de 1927, con Manuel Altolaguirre, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Miguel Hernández,
Rafael Alberti, y pintores como Maruja Mallo y los artistas de la escuela de Vallecas así como figuras
de surrealismo como Salvador Dalí y Luis Buñuel. El encuentro con García Lorca, dueño de un genio
poético tan particular en la literatura española, es capital para Pablo Neruda, que se apasiona y se
acerca a España y al amor por la lengua española, más allá de la antigua contienda colonial.
Entonces, con gran entusiasmo, al ser nombrado Cónsul de Chile, Neruda se instala en Barcelona
en 1934, luego en Madrid, en donde la fraterna amistad de Lorca le abre todas las puertas. Se
embebe de la ebullición cultural, política y social de la vida madrileña y comparte los ideales
progresistas del proyecto político de los republicanos, que preconizan la lucha contra la
ignorancia y el retraso, la integración social y económica de las mujeres, la reforma agraria.
Convencido del rol esencial de la poesía como motor de transformación y de toma de conciencia,
funda y dirige la revista Caballo verde para la poesía.
En la Europa de entreguerra, la paz está directamente amenazada en España, donde se siente el
choque de la oposición política frontal entre los nacionalistas conservadores del general Franco
y los republicanos fieles al socialismo. Después de la victoria electoral de los republicanos y
del Frente popular, el 18 de julio de 1936, el levantamiento militar y civil del lado franquista
desencadena el prolongado y cruento conflicto de la Guerra civil, cuya brutalidad anuncia la
deflagración planetaria de la Segunda Guerra mundial.
En el mes de agosto, Federico García Lorca es uno de los primeros fusilados, cerca de Granada. Su
cuerpo es arrojado a una fosa común y sus obras son completamente prohibidas. Pablo Neruda,
afligido, toma partido por el bando republicano a pesar de la neutralidad que le exigía su cargo
diplomático, y comienza la redacción de España en el corazón, extenso poema que agota muchas
ediciones y posteriormente se incorpora al libro Tercera residencia.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
pablo neruda
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
el militante antifascista
Su actividad antifascista no tendrá tregua. Lleva adelante una campaña en apoyo de la República
española y, en 1939, cuando es nombrado en París cónsul encargado de la inmigración a Chile de los
refugiados españoles, realiza acciones en favor de la acogida de más de 2.000 refugiados españoles
que llegan a Chile a bordo del Winnipeg a quienes es distribuido el folleto Chile os acoge, escrito por
Pablo Neruda y diseñado por Mauricio Amster, canto de solidaridad que dirige a los refugiados.
En 1940, Neruda llega a México como cónsul general y trabaja en la composición de Canto
general de Chile, que concibe como un fresco épico a la gloria de los pueblos de Chile, a su
naturaleza, sus paisajes, las catástrofes naturales, sus artesanías y sus poetas. Escribe en 1941
Un canto para Bolívar y confirma así su compromiso político contra la opresión. El poeta Neruda
quiere abarcar a su continente, recorrerlo, conocerlo, cantarlo. Su identidad latinoamericana se
arraiga en la historia precolombina y vibra con la resistencia heroica que la Unión Soviética
opone, en Stalingrado, a la barbarie nazi. En paralelo a su compromiso antifascista, se confirma
su admiración por Stalin y la urss, pues para él simbolizan los únicos garantes de las libertades.
En 1942, Canto de amor a Stalingrado, reproducido bajo la forma de afiches, se pega en las paredes
de México. El Nuevo Canto de amor a Stalingrado es publicado en México en 1943 por la Sociedad
de Amigos de la urss.
En camino a Chile, descubre los países de la costa del Pacífico: Panamá, Colombia. En Perú, va
a Machu Picchu, donde visita las grandiosas ruinas del Imperio inca, la ciudad sagrada, joya de
la arquitectura incaica, expresión suprema de la obra del hombre en armonía con su entorno.
“Machu Picchu es un viaje a la serenidad del alma, a la eterna fusión con el cosmos, allí sentimos
nuestra propia fragilidad”. De este viaje a las raíces indígenas y precolombinas de la historia
hispanoamericana nacerá en 1945, Alturas de Machu Picchu. En Neruda se confirma el proyecto
de ampliar el Canto general de Chile hacia un Canto general que abarcara a toda la América Latina.
la adhesión comunista
Desde el comienzo de la Guerra Fría, se le impone una elección ideológica. Cada vez más cerca
del Partido Comunista de Chile, es elegido senador de la República por las provincias mineras
de Tarapacá y Antofagasta y se dedica al mejoramiento de las duras condiciones de vida de los
trabajadores de las minas de salitre. El 8 de julio de 1945, se afilia al Partido Comunista chileno.
Mientras termina la segunda Guerra mundial, Neruda se afirma como poeta comprometido y
de esplendor continental. El 28 de diciembre de 1945, por decisión administrativa, Pablo Neruda
se convierte en el nombre legal del poeta.
En el mundo sumido en la división de dos bloques antagónicos, occidental y oriental, y América
Latina ubicada en el campo occidental, Chile es puesto de manera directa bajo la amenaza
de la dominación americana y se ve rápidamente implicado en la Guerra Fría como campo
experimental de un enfrentamiento ideológico que se endurece.
pablo neruda
el exilio político
del camarada neruda
El 4 de septiembre de 1946 Gabriel González Videla había sido elegido presidente de Chile con el
apoyo del Partido Comunista y con Pablo Neruda como su jefe nacional de propaganda. En 1947,
el presidente, que Neruda, decepcionado, describe como un “equilibrista” adepto de las “trampas
políticas” rompe con el Partido Comunista y lo declara fuera de ley. El militante comunista
Neruda toma posición y publica en El Nacional de Caracas un artículo, Carta íntima a millones
de hombres. González Videla toma este pretexto para iniciar, a título político, demandas contra
el poeta quien en respuesta pronuncia un virulento discurso en el Senado, publicado luego con
el título Yo acuso, en la tradición del J’accuse de Émile Zola. La Corte Suprema aprueba la decisión
de desaforar a Neruda de la lista de senadores y los tribunales ordenan su detención. Neruda se
convierte entonces en un símbolo internacional apoyado por el bloque comunista.
El 24 de febrero de 1949 debe abandonar clandestinamente Chile, atravesando a caballo la
cordillera de los Andes, por la región austral que conoce desde que era niño. Comienza para él,
entonces, una vida de exiliado político, bajo los auspicios de su doble compromiso de poeta y
de miembro del Partido Comunista. El 25 de abril, asiste en París al Primer Congreso Mundial
de Partidarios por la Paz, donde es elegido miembro del Consejo Mundial de Partidarios por la
Paz. Durante su primer viaje a la Unión Soviética, asiste a los festejos conmemorativos del 150º
aniversario del nacimiento de Pushkin y recibe, en Moscú, junto a Paul Éluard, el homenaje de la
Unión de Escritores soviéticos.
El camarada Neruda visita Polonia, Hungría, Finlandia y vuelve a México, donde participa del
Congreso Latinoamericano de Partidarios por la Paz. Con una delegación del Congreso Mundial
de Partidarios por la Paz, lleva a cabo la misión confiada por Jolliot Curie de encontrarse con
Jawaharlal Nehru, en Nueva Delhi para obtener el apoyo para el Movimiento por la Paz de la
India, recientemente descolonizada, donde sus poemas son traducidos al hindú, al urdu, al
bengalí. Luego, viaja a China para entregar el Premio Internacional por la Paz a Sun Yat Sen.
Así, toda mi vida, fui y vine, cambiando de trajes y de planeta.
Su prestigio crece y llega a ser uno de los tenores de la intelligentsia comunista mundial, viaja
a través de América Latina y del mundo, da recitales y conferencias. Recibe, junto a Picasso y
a otros artistas, el Premio internacional por la Paz por su poema Que se despierte el leñador.
En numerosos países se publican ediciones populares de gran tiraje del Canto general: México,
Estados Unidos, China, Checoslovaquia, Polonia, Unión Soviética, Suecia, Rumania, India y los
Territorios Palestinos. Neruda viaja en el transiberiano hasta la República Popular de Mongolia.
En 1951, da recitales en Italia donde decide residir cuando se entera de que, tras la caída de
González, puede volver a Chile.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
poeta comprometido
entre los suyos
De regreso a su país natal, la Sociedad de Escritores de Chile y el Sindicato de Escritores saludan
el Canto general y, en 1953, Neruda prosigue su compromiso continental al organizar el Congreso
Continental de la Cultura al que asisten Diego Rivera, Nicolás Guillén, Jorge Amado, entre otras
grandes figuras de la cultura americana.
El 20 de diciembre, recibe el premio Stalin de la Paz. En julio de 1954 se publican las Odas
elementales y Las uvas y el viento. La voz del poeta Neruda se hace oír contra la dictadura y la
opresión, la exclusión social, racial y la destrucción de los patrimonios culturales e identitarios
por parte del imperialismo, ya sea que se trate de las marcas dolorosas dejadas por los
genocidios de la conquista europea en el siglo xv o de la explotación social, del neocolonialismo
o del imperialismo del siglo xx. En 1960, recorre la Unión Soviética, Polonia, Bulgaria, Rumania,
Checoslovaquia. El 14 de diciembre se publica la edición definitiva de Cien sonetos de amor,
de Editorial Losada. Cuando es nombrado miembro corresponsal del Instituto de Lenguas
romances de la Universidad de Yale, le llega la noticia de que Veinte poemas de amor y una
canción desesperada ha llegado al millón de ejemplares, mientras que en París, Roger Caillois
traduce y escribe el prefacio de Alturas de Machu Picchu, que precede a la publicación por parte
de Louis Aragon de la Elegía a Pablo Neruda.
Enamorado incansable, Neruda se instala desde 1955 en compañía de Matilde Urrutia en la
“Chascona”, una de sus tres residencias que fueron convertidas en museo y que actualmente se
puede visitar. La actividad política y la creación poética son indisociables en la vida del poeta y
del militante dedicado a la escritura de conferencias: Algunas reflexiones improvisadas sobre mis
trabajos. En 1964, se dedica a su autobiografía política Memorial de Isla Negra y a la traducción
al español de Romeo y Julieta de W. Shakespeare. Al mismo tiempo, Neruda sigue participando
activamente de la vida política a través de todo Chile.
En la noria comunista, Neruda se multiplica. Escribe en Hungría y en colaboración con Miguel
Ángel Asturias, Comiendo en Hungría, publicado simultáneamente en cinco idiomas, asiste a
las reuniones y al Congreso del Pen Club en Nueva York, graba sus poemas en la Biblioteca del
Congreso de Washington. En la urss es miembro del jurado del Premio Lenin atribuido a Rafael
Alberti, evoca sus recuerdos, lee sus poemas en emisiones radiofónicas, luego escribe su única
obra de teatro Esplendor y muerte de Joaquín Murieta, puesta en escena en 1967 por el Instituto
de teatro de la Universidad de Chile, en Santiago.
pablo neruda
premio nobel de literatura
y fin del viaje
El 30 de septiembre de 1969, el Comité Central del Partido Comunista chileno lo designa candidato
a la presidencia de la República. Como Salvador Allende fue designado candidato único, Neruda
se retira y participa activamente en la campaña presidencial de Salvador Allende, quien logra
crear la unión de la izquierda. Tras el triunfo de la Unidad Popular en 1970, Salvador Allende
se convierte en presidente de la República. Neruda es nombrado embajador en París, mientras
que se publican La espada encendida y Las piedras del cielo. El 21 de octubre de 1971, Neruda
recibe el premio Nobel de Literatura. El 28 de octubre, es elegido por la Conferencia General de la
unesco miembro del Consejo ejecutivo por un plazo de cuatro años. En mayo de 1972 comienza
la redacción definitiva de sus Memorias.
En el punto más álgido de la Guerra Fría, el cepo ideológico se estrecha en torno al régimen
democrático de Salvador Allende, presa del doble obstáculo de los grandes trusts chilenos e
internacionales que financian al unísono a la oposición de derecha chilena apoyada por la CIA.
Neruda se moviliza contra el bloqueo económico dictado por los Estados Unidos, como respuesta
a las nacionalizaciones de las multinacionales del cobre llevadas adelante por Allende. Renuncia
a su puesto de embajador en Francia y vuelve a su país. En 1973, publica Incitación al nixonicidio
y Elogio de la revolución chilena, libro de poesía política por el cual contribuye a la campaña de las
elecciones de marzo al Parlamento. Lanza un llamamiento a los intelectuales latinoamericanos
y europeos para evitar la guerra civil en Chile.
El 11 de septiembre de 1973, un golpe militar encabezado por el general Pinochet derroca el
gobierno de Unidad Popular. El presidente Salvador Allende encuentra la muerte en el Palacio de
Moneda asediado por los militares que instauran un régimen dictatorial fascista y una violenta
represión. El 23 de septiembre de 1973, Pablo Neruda, enfermo, cansado y entristecido por los
últimos acontecimientos, muere en la clínica Santa Maria de Santiago de Chile. Sus exequias
se desarrollan en presencia del ejército: sin embargo, la muchedumbre entona cantos que dan
prueba, más allá de la muerte, del poder subversivo de la poesía.
La opinión pública internacional se entera con estupor la noticia de que sus casas de Valparaíso
y de Santiago, en donde se velaron sus restos, han sido saqueadas y dañadas. El 28 de noviembre
de 1973 se publican el primero de sus libros póstumos, El mar y las campanas, y el 23 de marzo
de 1974, sus Memorias, ordenadas por su viuda Matilde Urrutia y Miguel Otero Silva, se publican
con el título Confieso que he vivido.
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selección de obras
de pablo neruda
1923 - Crepusculario
1924 - Veinte poemas de amor y una canción desesperada
1926 - Tentativa del hombre infinito
El habitante y su esperanza
1933 - Residencia en la tierra (1925-1931)
El hondero entusiasta
1935 - Residencia en la tierra (1931-1935)
1947 - Tercera residencia
1950 - Canto general
1952 - Los versos del capitán
1954 - Las uvas y el viento
Odas elementales
1955 - Viajes
1956 - Nuevas odas elementales
1957 - Tercer libro de las odas
1958 - Estravagario
1959 - Navegaciones y regresos
Cien sonetos de amor
1960 - Canción de gesta
1961 - Las piedras de Chile
Cantos ceremoniales
pablo neruda
1962 - Plenos poderes
1964 - Memorial de Isla Negra
1966 - Una Casa en la arena
Arte de pájaro
1967 - Fulgor y muerte de Joaquim Murieta, bandido chileno injusticiado
en California, el 23 de julio de 1853
1967 - La Barcarola
1968 - Las manos del día
1969 - Fin de mundo
1970 - La espada encendida
Las piedras del cielo
1972 - Geografia infructuosa
La rosa separada
1973 - Incitación al nixonicidio y Alabanza de la revolución chilena
1973-1974 - Publicación de la obra póstuma:
El mar y las campanas,
Jardín de invierno,
El libro de las preguntas,
El corazón amarillo,
Elegía, Defectos escogidos
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aimé césaire
aimé césaire
1913-2008
(…) ahora sabemos que el sol gira alrededor de nuestra tierra iluminando la parcela
que ha fijado nuestra sola voluntad y que toda estrella que cae del cielo a la tierra
a nuestra voz de mando sin límite. Cuaderno de un retorno al país natal, 1939
Poeta, dramaturgo, ensayista, hombre
político, pedagogo, Aimé Césaire ha
inscripto su obra-vida en el asalto de la
ciudadelas del poder y de la exclusión
pues tenía una visión maravillosamente
transfonteriza de la condición humana,
convencido de que el siglo xxi culminaría
en el hombre emancipado y responsable.
Si Tagore da la clave del universal a partir
de la civilización india y del proyecto
panasiático y Neruda abre los caminos de
las inmensidades andinas y del telurismo
austral, le corresponde a Aimé Césaire,
en el epicentro de la rehumanización
del mundo, llevar el inmenso desafío del
triángulo África-Europa-América. “Esta
empresa, dice, si la llamo revolucionaria
es porque, hasta ella, se entendía, de una
vez por todas, que el mundo negro no
existía y que no tenía nada que decir.
De Herder a Hegel hasta Spengler y
Toynbee, se produjeron muchos intentos,
muchos ensayos, que echaron una mirada
genérica sobre la historia universal. Y en
todos, encontré siempre una constante:
la página africana estaba vacía”.
Una tarea tanto más titánica cuanto que
la voz de Aimé Césaire, que se levanta
desde la precaria estrechez de una isla
volcánica del Caribe para asumir uno
de los desafíos más complejos de la
reconciliación y del universal, es al mismo
tiempo la voz de un descendiente de
esclavos arrancados de la tierra de África
y la de un heredero de la historia colonial,
moldeado por las humanidades grecolatinas, impregnado de los fermentos más
fecundos de la razón occidental y solidario
de las corrientes culturales innovadoras
que procuran refundar un universal allí
donde las heridas de la trata de negros
y de la opresión colonial todavía sangran.
“La palabra de Aimé Césaire, bella como
el oxígeno naciente”, dijo André Breton en
1943, quien agrega, “Para mí, su aparición,
y no digo solamente aquel día, con aquel
aspecto tan suyo, tiene el valor de un signo
de los tiempos, que desafía por sí mismo
una época en la que parece que asistimos
a la abdicación general del espíritu, […]
primer aliento nuevo, revivificante que
dice el Hombre todo, que expresa todas
las interrogaciones, las angustias,
las esperanzas y los éxtasis y que se
me impondrá cada vez más como
el prototipo de la dignidad”.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
las preguntas sin respuesta
del “país natal”
Aimé Césaire nació el 26 de junio de 1913 en Basse-Pointe, en una antigua plantación de azúcar
del norte de la Martinica. Es el hijo menor de una familia de seis hijos, de una madre costurera y
un padre agente fiscal. Concurre a la escuela primaria de Basse-Pointe, pequeña aldea que vive
entre la lava todavía ardiente de la Montaña Pelée, volcán soberano que destruyó por completo,
algunos años antes (1902), la ciudad de Saint Pierre, y el furor del Océano Atlántico que azota las
rocas del norte de la Martinica “con el gran lamido histérico del mar”.
El joven Aimé demuestra muy temprano un talento para los estudios y un gusto por la escritura
y la soledad, un carácter marcado por la independencia de espíritu y, con agudeza, su mirada
se dirige a la sociedad colonial, construida sobre el prejuicio de color, que le provoca malestar
y cuya alienación adivina, sobre todo porque una de las figuras tutelares de su infancia, su
abuela Mamá Niní, que conserva aún el recuerdo todavía reciente de la esclavitud, es quien le
enseñó a leer y le inculcó el virus de la memoria. Césaire obtiene una beca para el liceo Victor
Schoelcher en Fort-de-France, donde continúa y concluye sus estudios secundarios, mientras
busca respuestas a los interrogantes que le plantea la vida martiniquesa.
En septiembre de 1911, como becario del gobierno francés, llega a París con una carta de
recomendación de su profesor de historia, que lo presenta al director del Liceo Louis le Grand
para ser admitido en la clase preparatoria a fin de preparar el concurso de ingreso a la École
Normale Supérieure de la calle Ulm. Desde el primer día, en el transcurso de las formalidades de
admisión, Aimé Césaire conoce a un joven senegalés, algo mayor que él, Léopold Sédar Senghor,
con quien entabla una amistad fraterna que durará toda su vida. Por último, reencuentra
también al guyanés Léon Gontral Damas a quien conoce desde Martinica. El trío de la primera
generación de la “Negritud” se ha formado.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
los estudios en el parís
de entreguerra
En el París de entreguerra coexisten realidades contradictorias. Una efervescencia literaria
está en marcha con el dadaísmo y el surrealismo, cuyo Manifiesto destaca las estructuras
universales de la creación para proponer una aprehensión del mundo despojada de los
prejuicios naturalistas racistas y cuestiona los fundamentos de verdades consideradas
eternas hasta ese momento en Occidente. René Maran, autor de Batouala, auténtica novela
negra, obtiene el Premio Goncourt en 1921. La aparición del cubismo, inspirado en el arte
africano y de Oceanía, había revelado la estrechez de la visión estética dominante y marcaba
el contraste con la “misión civilizadora del hombre blanco” que el etnocentrismo europeo
exhibe en Vincennes en la Exposición colonial de 1931.
Francia y Europa descubren los primeros ritmos del jazz importados por los soldados negros
estadounidenses que huyen de la segregación de los Estados Unidos, la belleza explosiva de
Josephine Baker, las noches del Bal Nègre [Baile Negro] donde los primeros músicos antillanos y
africanos se atreven a hacer escuchar los ritmos “salvajes” de la “gente de color”. Ese París de los
años treinta, donde el exotismo tiene éxito y la negromanía hace furor, está lejos de responder
a las preguntas identitarias que se plantea el joven Césaire ante el avance de las ideologías
fascistas y racistas que niegan el aporte de la civilización africana a la historia universal. Al
poco tiempo, Mussolini invade Etiopía, mítica tierra de África, y el emperador Hailé Sélassié no
consigue ayuda de la Sociedad de Naciones frente a esta agresión colonialista, mientras que
Hitler y el Reich alemán precisan sus alcances militaristas y racistas y la guerra de España
prefigura, particularmente por el bombardeo de poblaciones civiles en Guernica, la deflagración
de la Segunda Guerra mundial.
En contacto con jóvenes estudiantes africanos, americanos y malgaches y en una fraternidad
cotidiana con Senghor y Damas, Césaire descubre el mensaje de William Burkhardt Du Bois, de
Countee Cullen y del Renacimiento de Harlem. Llegados del otro lado del Atlántico, los jóvenes
Claude Mac Kay, Langston Hughes, Richard Wright traen la antología-manifiesto The New Negro
y alientan el movimiento panafricano que reúne estudiantes de diversos orígenes. Del debate
surgen las revistas La revue du monde noir [La revista del mundo negro] creada por las hermanas
Nardal, Légitime défense [Legítima defensa], cercana al surrealismo y comunista, que promueve
la revolución. En septiembre de 1934, Césaire funda, con otros estudiantes antillo-guyaneses y
africanos, entre los que se cuentan Léon Gontran Damas y Birago Diop, el diario L’étudiant noir
[El estudiante negro] en el que aparecerá por primera vez la palabra “negritud” que ha forjado
como reacción a la opresión cultural, para rechazar la asimilación cultural y promover a África y
su cultura, desvalorizadas por el racismo surgido de la ideología colonial.
aimé césaire
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…VEN DRÍA A ESTE PAÍS MÍO
Y LE DI RÍA:
« ABRÁCENME SIN TEMOR...
Y SI NO SÉ QUÉ HABLAR,
ES PARA USTEDES QUE HABLARÉ. ».
aimé césaire
la negritud
Aimé Césaire comprende que la clave del malestar que lo acecha desde su infancia en Martinica,
es el componente africano, víctima de la deshumanización y del racismo que dominan África y
todas las sociedades coloniales. Comprende asimismo que el colonialismo, que excluye partes
enteras de la humanidad, es un sistema de esclavización que tiene como origen y justificación
ideológica el principio soberano de la superioridad del mundo occidental, reforzado por
la jerarquización arbitraria de las razas y de la omnipotencia de los intereses económicos,
estratégicos y “civilizacionales”.
Su neologismo “Negritud” no se funda únicamente en la “determinación de la biología […]
plasma, soma, sino que se mide al compás del sufrimiento” y en el rechazo del erróneo concepto
científico de “raza”, aun cuando está obligado a usar el término por razones de historicidad y de
comprensión. Césaire declara, en efecto: “Soy de la raza de aquellos que son oprimidos”. Nacido
en la voluntad de derribar la opresión del hombre negro, el concepto de la Negritud es “de
cualquier color” y solidario con todos los hombres. Se construye, ante todo, contra la ideología
colonial de la época, como un proyecto que apunta a humanizar el mundo, sin exclusión,
porque es la toma de conciencia de la identidad de un hombre contra su negación por el otro.
Negación que se expresaba por el desprecio, en ese caso, traducido por el término peyorativo
“negro” [nègre] que le negaba al hombre negro toda humanidad.
Rechazar el insulto por un desafío existencial y trascendente es la expresión de una humanización
que se reconcilia con el universal. Se trata de denunciar la visión sectaria y racializada del mundo
y de proponer, junto a todos los colonizados y los explotados, un humanismo activo y concreto
a todos los oprimidos del planeta. Lo esencial es, para Aimé Césaire, restituir la exclusión y la
alienación impuestas al “negro” en el proceso de la colonización, reconocer la causa y los efectos
para permitir al hombre negro reconquistar su lugar en la historia a fin de redefinir, desde
el interior, su dignidad de ser humano. Admitido en la École Normale Supérieure, Césaire es
invitado por su amigo Petar Guberina a pasar el verano de 1934 en su pueblo natal de Chibenik,
sobre la costa dálmata. Allí, frente a una isla vecina, Martinska, comienza la escritura del Cahier
d’un retour au pays natal (Cuaderno de un retorno al país natal), largo poema en prosa que
terminará recién en 1938, al mismo tiempo que una tesina: El tema del Sur en la literatura negra
americana de los Estado Unidos.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
el retorno
al país natal
y la revista tropiques
Por intermedio de un profesor, la revista Volontés [Voluntades] publica, en septiembre de 1939, la
primera edición del Cuaderno de un retorno al país natal, primera obra magistral cuya potencia,
pasión y búsqueda órfica hacen de ella una obra mayor.
Aimé Césaire se casa con una compatriota estudiante de letras, Suzanne Roussi, de acuerdo con
la evocación de André Breton, “bella como la llama de la energía”, cuyos escritos acaban de ser
publicados. Es padre de dos hijos y… es rechazado en el concurso de Agrégation en letras. Estalla
la Segunda Guerra mundial y la familia Césaire regresa al país natal.
En Martinica, donde enseña en el Liceo Schoelcher, los efectos conjugados del bloqueo establecido
por Estados Unidos y el régimen de Vichy degradan aún más las condiciones de la vida colonial,
ubicada bajo el signo de la represión. El almirante Robert, enviado especial de Vichy, establece
inclusive campos de detención. Como reacción a la alienación y la opresión, junto a su esposa
Suzanne y a otros intelectuales antillanos, Césaire funda la revista Tropiques que desafía la
censura del gobierno de Vichy.
El joven profesor Césaire ejercerá rápidamente influencia sobre toda una generación de
intelectuales tales como Frantz Fanon, Joseph Zobel o incluso Edouard Glissant. La revista
Tropiques, dirigida por la pareja Césaire, respaldada por jóvenes intelectuales martiniqueses
como René Ménil, Georges Gratiant, Alejo Carpentier y Aristide Maugée, se ocupa de revelar la
realidad antillana, a cuestionarla por medio de investigaciones en botánica, geografía, sociología
o en historia, para generar solidaridades efectivas entre los pueblos antillanos y provocar la
reapropiación de los saberes y de las identidades. Aparecerá, con dificultad, hasta 1943.
En abril de 1941, las rutas transatlánticas azarosas del conflicto mundial conducen a Martinica
a Claude Lévi-Strauss, al pintor cubano Wifredo Lam y, sobre todo, al Papa del surrealismo,
André Breton, quien relata las peripecias del viaje en una obra breve, Martinica, encantadora
de serpientes. Gracias a la lectura fortuita del Cuaderno de un retorno al país natal hallado en el
mostrador de una mercería, Breton descubre, estupefacto y deslumbrado, la palabra de Césaire.
Se establece entre los dos poetas una profunda fraternidad. En Un gran poeta negro, que Breton
escribe en 1943, en Nueva York, como prefacio a la edición bilingüe del Cuaderno de un retorno al
país natal y en 1944, en otro prefacio, esta vez al poemario Las almas milagrosas, narra cómo, en
la más oscura de las horas dramáticas de la guerra y la desesperación, fue tocado por la potencia
regeneradora de la poesía de Aimé Césaire y cuán profundo fue el respeto que le inspiró, de
inmediato, la poética de aquel que quiso “dar el enorme grito negro con tal firmeza que los
cimientos del mundo serán quebrantados”.
aimé césaire
Durante un largo viaje que realiza a Haití, en 1944, Césaire pronuncia en la Universidad de Puerto
Príncipe la conferencia Poesía y conocimiento, dirigida a la generación de jóvenes intelectuales
haitianos, como Jacques Stephen Alexis o René Depestre, que “se trepan al árbol Césaire” y
encuentran la clave de su lucha contra la colonización y la aculturación. Césaire evalúa la deuda
inmensa que la comunidad humana tiene con Haití. “Haití donde la Negritud se puso de pie
por primera vez y dijo que creía en su humanidad” desempeñara a partir de ese momento un
rol cardinal en su compromiso con la universalidad efectiva de los derechos humanos. En 1981
dedicará un ensayo histórico al sacrificio pionero de Toussaint Louverture, emblema mayor de
los héroes que se liberaron solos de la ignominia de la esclavitud y abrieron hacia lo universal la
dimensión de la humanidad toda.
el compromiso político
y la adhesión
a la utopía comunista
En 1945, Aimé Césaire, cooptado por las elites comunistas que ven en él el símbolo de una
renovación, es elegido intendente de Fort-de-France y luego diputado de Martinica, mandato
que conservará sin interrupción hasta 1993. Comparte con numerosos intelectuales del sur la
convicción de que la legitimidad antirracista y anticapitalista de la ideología comunista parece
ser la única capaz de enfrentar la deplorable situación económica y social del contexto de la
posguerra. En 1946, Césaire se afilia al Partido Comunista francés, más tarde crea con Alioune
Diop, en 1947, la revista Présence africaine [Presencia africana].
En 1948, se publica la Anthologie de la nouvelle poésie nègre et malgache [Antología de la nueva
poesía negra y malgache], de L.S. Senghor, con un prefacio importante de Jean-Paul Sartre,
El orfeo negro, donde éste reconoce la responsabilidad del “mundo blanco” en la alienación de
los pueblos víctimas del etnocentrismo colonial. En el momento en que las Naciones Unidas
adoptan la Declaración de los Derechos del Hombre, en profunda solidaridad con el combate de
los colonizados, Sartre se hace portavoz de la toma de posición de intelectuales occidentales que
denuncian el crimen de la jerarquización de los componentes etno-culturales de la humanidad.
En el contexto del comienzo de la Guerra Fría, a instancias de numerosos intelectuales del sur,
Césaire es un militante de la movilización comunista. Participa, en total fraternidad con Picasso,
Eluard y Jorge Amado, del 1º Congreso de Intelectuales por la Paz en 1948 en Vroclaw (Polonia)
y viaja a los países del Este, en los que observa las relaciones entre el poder del Estado y la clase
obrera de las democracias populares. Pero, rápidamente, se interroga sobre las contradicciones
que percibe entre el ideal comunista y la realidad social y política de los pueblos sometidos al
“fraternalismo” soviético. En 1950, publica el Discurso sobre el colonialismo, donde deconstruye
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
la lógica del sistema colonial, denuncia la represión de los movimientos de liberación nacional,
las guerras coloniales de Indochina y de Madagascar, subraya lo que considera estrechos
parentescos que ligan al nazismo y al colonialismo y cuestiona la recurrencia de la hegemonía
en el nacimiento de la naciones. La recepción del Discurso no ha de sorprender: se lo ve como
texto fundador de un humanismo anticolonialista y hace de Césaire, cuyo poder de fuego es
apreciado, la “bestia negra” de los poderes conservadores y del pensamiento colonialista.
En 1950, se publica Corps perdu [Cuerpo perdido], poemario que Pablo Picasso le propone ilustrar.
Las treinta planchas grabadas del fundador del cubismo manifiestan la convergencia profunda
que liga al pintor de Guernica con Césaire, en “la iniciativa de una política nueva fundada en el
respeto de los pueblos y de las culturas”, en la cual el aporte específico de África y del mundo
negro debe encontrar, por fin, todo su lugar.
En su acción política militante y en el Parlamento francés, Césaire alcanza la convicción de que
se refuerzan las disfunciones entre la utopía comunista y el imperialismo soviético. Asume
el hecho de que la lucha de los pueblos colonizados contra el colonialismo y la de los pueblos
“de color” contra el racismo son singulares, que no pueden tolerar prácticas discriminatorias
incompatibles con el ideal comunista, sobre todo teniendo en cuenta que Stalin reintrodujo
en el pensamiento oficial del Partido la noción jerarquizante de pueblos avanzados y pueblos
retrasados. Incluso antes de que los crímenes de Stalin sean develados y confirmados por
Kruschev, se hace dolorosamente claro para Césaire que la ideología comunista y su práctica
se revelan tan imperialistas y alienantes como la ideología colonialista, neocolonialista e
imperialista pues, al traicionar el ideal fundador, se unen con “todos los viejos caminos que
condujeron a la impostura, a la tiranía, al crimen”.
Césaire se opone al Partido comunista francés respecto de la cuestión de la desestalinización
y renuncia al pcf en octubre de 1956, cuando escribe la Carta a Maurice Thorez que es una
contribución al avance de los movimientos de descolonización en África porque sitúa, fuera
de la ideología, la cuestión de la emancipación de los pueblos y los derechos humanos, en
el centro de la iniciativa histórica de los pueblos colonizados dedicados a la construcción de
identidades nacionales. En consecuencia, Césaire se ve obligado a padecer dos ostracismos, el de
la intelligentsia comunista y el del poder colonial.
aimé césaire
el hombre de cultura
y sus responsabilidades
El largo combate por la liberación política y cultural de los pueblos colonizados tiene como
principio cardinal, el de la descolonización, política pero ante todo cultural para la emancipación
de los pueblos que es, para Césaire, la etapa fundadora hacia el “universal reconciliado”.
Césaire sabe, en efecto, que la “empresa colonial es al mundo moderno lo que el imperialismo
romano fue al mundo antiguo: preparador del desastre y anunciador de la Catástrofe”. Analista
escrutador de las lógicas de la historia, evalúa los pasivos que resultarán, de manera ineluctable,
de la colonización: desacuerdos relativos a la división geográfica, fragilidad de las fronteras y los
territorios, codicia por los recursos naturales, presiones ideológicas y geopolíticas antagonistas,
manipulación e irresponsabilidad de los responsables nacionales, etc. Si Césaire sabe hasta
qué punto la independencia nacional es un camino necesario pero lleno de trampas, analiza
los límites de la independencia política, que debe ser preparada por el Hombre de cultura y sus
responsabilidades, pues solo la emancipación cultural fundada en la pertenencia compartida
al universal es capaz de advertir a los colonizados y colonizadores contra la recurrencia del
neocolonialismo, las derivaciones del imperialismo, los desvíos del poder o la trampa nacionalista.
Fiel a este análisis, en 1956, Césaire es miembro del Comité de organización del Primer Congreso
de Escritores y Artistas Negros que se desarrolla en la Sorbona y se inscribe en la línea de los
Congresos Panafricanos organizados al comienzo del siglo xx en Londres, Nueva York, Bruselas
y Manchester. A ese primer Congreso sigue el Segundo Congreso internacional de escritores y
artistas negros que tiene lugar en Roma (1959) y dos Festivales mundiales de Artes negras en
Dakar (1966) -donde se profundiza la fraternidad original con Senghor, que ha llegado a ser el
primer presidente del Senegal independiente- y en Lagos (1977).
Se trata, entonces, de hacer frente al desafío de la descolonización y ese combate es compartido
por numerosos intelectuales europeos como Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Roger Bastide,
Basil Davidson, Michel Leiris que aportan su apoyo incondicional. Se funda la Sociedad Africana
de Cultura como consecuencia del Primer Congreso, para “unir por lazos de solidaridad y de
amistad a los hombres de cultura del mundo negro y del mundo, contribuir a la creación de las
condiciones necesarias para el desarrollo de culturas nacionales y cooperar con el desarrollo y el
saneamiento de la cultura universal”.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
las lecciones de la historia
Los años 1960 parecen ser, por último, los de la liberación del hombre negro y del fin del
colonialismo a escala mundial. Después de haber acompañado el combate por los derechos
cívicos en Estados Unidos, todos esperan que el movimiento que hace estallar los fundamentos
legales de la segregación racial, ubicado bajo el signo complementario del combate de Malcolm X
y de la resistencia no violenta de Martin Luther King, permitirá que la democracia americana se
abra de manera efectiva a la inclusión de hombres y mujeres, cuyos ancestros fueron los esclavos
que, tras haber construido la prosperidad y la nación norteamericana, se vieron privados de todo
derecho de ciudadanía cívica y política.
Césaire funda el Partido Progresista Martiniqués (ppm), en cuyo seno va a reivindicar y preparar
la autonomía para Martinica, en el contexto de la crisis de los misiles nucleares de Cuba en
1962 que, al desplazar el conflicto este-oeste al Caribe, amenaza la coexistencia pacífica, lleva al
mundo al borde de la guerra nuclear y parece establecer un contexto particularmente explosivo.
Los años sesenta son los del Sol de las Independencias para los pueblos del continente africano,
confrontados a partir de ese momento a la gestión de su propio destino. Césaire recurre a la
polifonía de la obra teatral para acompañar, con fervor solidario, los primeros pasos de las
naciones y de los responsables africanos. Ya en 1946, en Et les chiens se taisent [Y los perros callan],
había explorado los resortes de la dramaturgia para expresar la revuelta de su primer héroe
trágico, El Rebelde, alegoría de la redención y del rechazo del odio. Atento a los obstáculos que
amenazan a los regímenes políticos africanos surgidos de la descolonización, Césaire interroga
la historia, ausculta la actualidad, revisita el mito y analiza los resortes profundos de la catarsis,
como el ágora en donde las ciudades de la Grecia antigua se liberaban de la dominación persa,
para ofrecer a la educación de los pueblos africanos las lecciones de la historia.
Así nace su obra teatral, portadora de una filosofía de la Historia que pone en escena el triángulo
África-Europa-América y encarna una visión coral donde el humor muestra el otro lado de las
cosas. Césaire persigue el ideal de transformar lo real por la conciencia y reafirma su fe en África
así como su visión lúcida de la presencia en el mundo no sólo del hombre negro sino de todos los
hombres. Estas tragedias o, mejor, tragicomedias son llevadas a escena con Jean-Marie Serreau,
director de teatro, amigo y cómplice. Primero, en 1963, La tragedia del rey Christophe, que habla
de la epopeya haitiana, estrenada en el Festival mundial de las Artes Negras en Dakar en 1966,
luego, Una temporada en el Congo, gesta del nacimiento del Congo construida alrededor de la
figura de Patrice Lumumba, y por último, Una tempestad, basada en La tempestad de William
Shakespeare: adaptación para un teatro negro, en 1969.
aimé césaire
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denis de rougemont
sonia sekula
marcel duchamp
esteban frances
elisa breton
patricia m.
jackie matisse
yves tanguy
teeny
andré breton
madame nicolas calas
matta
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susane césaire
nicolas calas
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aimé césaire
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
poeta y patriarca
Césaire sesiona en la Asamblea Nacional francesa, como diputado no inscripto de 1958 a 1978,
luego como afín al socialismo de 1978 a 1993. En 1980, publica el poemario Moi, Laminaire [Yo,
Laminaria], seguido en 1992 de Configurations [Configuraciones] y de Comme un malentendu de
salut [Como un malentendido de adiós], publicado en 1994.
Hasta 2001, es intendente de Fort-de-France, donde ha puesto en marcha una política cultural
para poner la cultura al alcance del pueblo porque “la poesía puede nacer de la visita de un jardín
de infantes o de la inspección de una alcantarilla, la construcción de un camino también puede
desembocar en el nacimiento de un poema”.
Retirado de la vida política, el poeta Césaire recibe entusiastas homenajes internacionales que no
busca, sigue siendo ante todo un hombre simple, abierto al diálogo y ferviente partidario de una
refundación del humanismo en el contexto de la mundialización. Después de atravesar el siglo,
siempre movilizado por la defensa de lo humano, Aimé Césaire permaneció fiel a su peñasco,
asumiendo la flagrante desproporción existente entre su aura planetaria y la estrecha realidad
de su lugar de vida, la “isla protectora” con la que mantiene un lazo umbilical e indestructible.
Su fidelidad a ese polvo de isla, “nacido de los escupitajos de los volcanes” y su indefectible
simplicidad son algunas de las claves que nos deja como herencia para “mirar al siglo de frente”.
Numerosos visitantes, intelectuales, artistas, políticos se desplazan hasta allí y van en peregrinaje
a su encuentro. Recibe con simpatía y emoción el homenaje que le rinde la unesco en ocasión
del 50º aniversario de la Organización. Su desaparición, el 20 de abril de 2008, a los 93 años,
causa una viva emoción entre los suyos y en la vida internacional.
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tagore, neruda, césaire, poética, humanismo y acción
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selección de obras
de aimé césaire
1939 - Cahier d’un retour au pays natal [Cuaderno de un retorno al país natal], Revista Volontés
1946 - Les Armes miraculeuses [Las armas milagrosas]
1947 - Soleil cou coupé [Sol cortado]
1950 - Corps perdu [Cuerpo perdido], ilustrado por Pablo Picasso
1960 - Ferrements [Herramientas]
1961 - Cadastre [Cadastro]
1976 - Œuvres complètes [Obras completas]
1982 - Moi, laminaire [Yo, Laminaria]
1990 - Configurations [Configuraciones]
Teatro
1958 - Et les chiens se taisaient [Y los perros callan]
1963 - La Tragédie du roi Christophe [La tragedia del rey Cristóbal]
1966 - Une saison au Congo [Una temporada en el Congo]
1969 - Une tempête [Una tempestad] basada en
La Tempestad de William Shakespeare : adaptación para un teatro negro
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Discursos, ensayos
1948 - Esclavage et colonisation, Victor Schoelcher et l’abolition de l’esclavage
[Esclavitud y colonización, Victor Schoelcher y la abolición de la esclavitud]
1950 - Discours sur le colonialisme [Discurso sobre el colonialismo]
1962 - Toussaint Louverture, La révolution Française et le problème colonial
[Toussaint Louverture, la revolución francesa y el problema colonial]
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4
CINCO TEMAS
CONVERGENTES
entre las obras de tagore,
neruda y césaire, es posible
identificar al menos cinco
grandes temas convergentes
que ponen sus mensajes en
resonancia e iluminan nuestros
cuestionamientos actuales.
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cinco temas convergentes
1
la poesía y el arte : una fuerza vital
Tagore, Neruda y Césaire se definían ante
todo como poetas. Pero ¿se oye acaso
la voz de los poetas en el triunfo del
materialismo y del consumismo
que caracterizan a nuestra época
y que parecen reducir hoy en día la
escucha de la palabra poética?
Y sin embargo, la poesía nos llega, intacta,
desde el fondo de los tiempos como
una comunión primordial por la cual se
expresan y comparten las más profundas
aspiraciones humanas a la elevación
espiritual, a la interpretación del caos y
a la búsqueda de sentido. A lo largo de
la historia, en todas las civilizaciones,
desde su aparición a menudo ligada a los
grandes mitos fundadores, la necesidad
de poesía tradujo el mensaje estético
individual o la aspiración a la cohesión
de las sociedades, pero también la
crítica radical, el humor y la resistencia
a la dominación. Solo la poesía y el arte
hablan de lo oculto, lo enterrado que
exhuman del magma de la conciencia,
de los meandros de la memoria o de la
sensibilidad y que profieren, contagiosos,
regenerados, espléndidos, en las palabras
de la vida cotidiana y el espíritu de
los hombres. El primer gesto de los
dictadores, que lo saben bien, suele ser
acallar a los poetas o tratar de ponerlos a
su servicio, pues saben que la poesía,
cuya etimología debe buscarse en el
término griego ›ƮƨƤĤƬ(poiein) que
significa crear y hacer, como los otros
lenguajes del arte, es una fuerza vital
que puede alzarse contra los alambrados
y la asfixia de las limitaciones,
las soledades y las servidumbres.
El arte y la poesía siguen siendo
irreemplazables vectores de mediación
entre los seres humanos y el mundo.
Reinventar el humanismo podría querer
decir leer mejor y oír mejor la poesía
en todas sus formas, ir al encuentro de
los nuevos lenguajes de la oralidad que
traducen los sueños y las revueltas de la
juventud. Puede querer decir permitir que
la creación poética y artística alimente
otro saber, preocupado por una calidad
de vida planetaria y por la dimensión
espiritual que haga compatible el
desarrollo material con los misterios de lo
sagrado, la fraternidad entre los hombres
o el ritmo de las fuerzas de la naturaleza.
¿Qué hacer para que renazca el gusto
por la poesía? Para volver a encontrar
la calidad poética de la vida y molestar
porque, dicen, un poeta que no molesta
no sirve para nada.
la poesía y el arte : una fuerza vital
95
96
cinco temas convergentes
tagore,
donde la experiencia encuentra
una forma poética
Rabindrânâth Tagore fue ante todo y sobre todo poeta.
Consciente o inconscientemente, puede que haya hecho muchas cosas que no eran
verdaderas, pero nunca he afirmado nada falso en mi poesía –ese es el santuario
donde las más profundas verdades de mi vida encuentran refugio.
Sea la cercanía al mundo de la aldea o las lecciones aprendidas de la política nacionalista, cada
experiencia encuentra forma poética y sentido en la escritura creativa de Tagore:
Vuelo a través del tiempo, y en tu canto, corazón mío,
baila el poeta que canta, mientras recorre los espacios.
Para él, la poesía siempre está conectada con la trascendencia. Creía que la necesidad más
fundamental del hombre es alcanzar la unidad de lo bello y lo bueno, y entender las misteriosas
e inquietantes conexiones entre los aspectos fundamentales de la vida.
Estoy abrumado por la conciencia de los desconcertantes misterios en mi interior,
que no puedo entender ni controlar. No puedo ver, ni soy consultado sobre,
lo que surge en mi corazón, lo que fluye en mis venas, lo que se agita en mi cerebro.
La misión de la obra del poeta o artista es resolver ese misterio y, de acuerdo con el concepto de
amor infinito por la vida y la naturaleza de Tagore, la poesía es el modo de acceder “al aspecto de
la divinidad que tiene su lugar exclusivo en la vida del individuo, en contraste con aquello que
pertenece al universo”.
Su poesía está habitada por una indagación espiritual que busca realizar lo humano y establecer
el diálogo del alma con lo divino y lo infinito, en el éxtasis impalpable y casi amoroso de un viaje
místico, cuyo sentido profundo e intuitivo solo la poesía puede traducir.
[…] El hombre no es completo; le queda llegar a serlo. El hombre “natural” se ocupa
de acrecentar sus posesiones. No podemos adquirir algo más que en el límite de nuestras
necesidades; nuestra función ya no es adquirir sino ser. El río puede convertirse
en mar, pero nunca podrá hacer que el mar sea una parte de sí. Si por algún concurso
de circunstancias, rodea una vasta extensión de agua y pretende haber absorbido el mar,
inmediatamente sabemos que no es cierto y que la corriente del río busca todavía
un descanso al que podría asignarle límites.
La profunda dimensión espiritual de su poética abreva en la India eterna, pero una fuerte
inspiración politeísta lo liga a las tradiciones religiosas más antiguas, los Rishis y los Upanishads,
inspiración que se eleva por encima de la vida material, la filosofía y las religiones, de la ciencia y
del arte. Bajo el manto transparente del verbo poético, este mensaje que es a menudo demasiado
98
cinco temas convergentes
grande para ser expresado solo por la palabra humana, aparece en la inspiración de Tagore a través
de la música, el drama, la danza. Le ha significado ser presentado en Occidente como un “poderoso
aluvión poético que toma su fuerza del Ganges”, quintaesencia de la poesía mística.
Algunos intelectuales occidentales no han querido ver –incluso en vida de Tagore– más que la
adhesión del poeta a la ortodoxia de la fe hindú y de la espiritualidad india, tal como la imagina el
orientalismo occidental o como ha sido caricaturizada en ocasiones por algunos jóvenes poetas
bengalíes. Sin embargo, la espiritualidad de la poesía de Tagore transmite, principalmente, un
compromiso en su siglo, por una síntesis no convencional de las tradiciones hindú, musulmana,
mongola o persa. Pero la búsqueda poética de Tagore “da un sentido a las actividades sin
finalidad […] hacia la perfección del ‘ser’ y da a la imperfección del ‘devenir’ esa calidad de belleza
que encuentra su expresión en la poesía, el drama y el arte”. Esta búsqueda es ante todo humana,
pues para él se trata de revelar lo visible y lo invisible que el hombre lleva también dentro de sí y
que debe iluminar su presencia en el mundo, como iluminó la de Tagore: “Estoy seguro que fue la
idea de humanidad divina trabajando inconscientemente en mi mente la que me obligó a salir
del aislamiento de mi carrera literaria y hacer mi parte en el mundo de la actividades prácticas”.
En la visión espiritual del poeta Tagore, opuesta a toda religiosidad extremista, la relación directa
entre el hombre y lo divino, desprovista de angustia, se hunde en diversas raíces filosóficas.
Contrariamente a la visión simplista de una poesía místico-religiosa, expresa su recorrido
personal a través de la experiencia compleja, tanto religiosa como metafísica, de un hombre que
quiere encontrarse con la fraternidad de los otros hombres para descubrir y compartir el secreto
de la fuerza vital del universo:
¡No puedo dormir!
Abro mi puerta a cada instante, y miro a la oscuridad, mas nada veo.
Amigo mío, ¿dónde está tu camino, di?
¿Por qué vaga ribera de qué río de tinta, por qué lejano seto de qué imponente bosque,
a través de qué intrincada profundidad oscura
vienes trenzando tu ruta hacia mí, amigo mío?
La poesía tiene su origen, para Tagore, en el amor divino tanto como en la contemplación de la
naturaleza y en el amor de los seres humanos a naturaleza y en el amor de los seres humanos,
porque aunque sometido a la abominación del poder y de la miseria, más allá de los límites de un
ego doloroso y sufriente, el hombre aspira a una visión espiritual. La poesía abre en el alma humana
la vía de la realización en el amor, vocación de toda relación humana con los otros y con el mundo.
Cuando un hombre siente latir en su alma la vida y el alma del mundo entero, es libre
[…] Entonces sabe que forma parte de esas suntuosas fiestas de amor, que es un huésped
respetado en el festival de la inmortalidad.
Cartas, cuentos, ensayos, novelas, dramas dieron variada expresión a sus convicciones y
respuestas, siempre con una dimensión espiritual y poética. Pero a través de la poesía él podía
expresar su dicha al observar el amor presente en la naturaleza, el dolor ante el sufrimiento, la
rebelión ante la injusticia o el apoyo a una causa humanitaria.
Deja ya esa salmodia, ese canturreo, ese pasar y repasar rosarios.
¿A quién adoras, di, en ese oscuro rincón solitario del templo cerrado?
la poesía y el arte : una fuerza vital
¡Abre tus ojos, y ve tu Dios no está ante ti!
Dios está donde el labrador cava la tierra dura, donde el picapedrero pica la piedra;
está con ellos, en el sol y en la lluvia, cubierto de polvo su vestido.
La espiritualidad en Tagore es encarnada y la poesía es en y para el mundo. Para él la dimensión
espiritual de la poesía engendra perspectivas prácticas sobre el nacionalismo, la guerra y la paz,
la educación transcultural, la libertad intelectual, el criticismo racional, la necesidad de apertura
y la aspiración a sumergirse en la profundidad de las visiones de otras culturas para mejorar la
comprensión mutua y sobreponerse a la alienación y la opresión. Su poesía patriótica inspiró y
movilizó la lucha nacional. Pero sus poemas y canciones, notablemente libres de chauvinismo,
estaban llenos de su amor y preocupación por el ser humano, más importante para él que su
compromiso con el nacionalismo o cualquier otra ideología.
Es necesario que un poema esté animado por una idea completa. Cada frase del poema
toca esa idea. Cuando el lector capta esa idea que impregna toda la obra, la lectura
para él está llena de alegría. Cada elemento del poema toma una significación radiante
a la luz del conjunto. El progreso de nuestra alma es como un poema perfecto que,
una vez realizado, da a todos sus movimientos tanto el sentido cuanto la alegría.
Con creciente simpatía por los millones de seres sufrientes de su país, Tagore emergió con su
poesía como un crítico del imperialismo, del nacionalismo militante, de la deshumanización
y el aislacionismo. Se encaminó hacia un nuevo liberalismo internacional y se convirtió en el
heraldo de la esperanza a través de sus creaciones literarias y musicales, de sus intervenciones
reformistas en política y educación.
Me he pasado la vida afinando y desafinando la lira.
En sus últimos años de vida, la Segunda Guerra Mundial le recordó tristemente la agonía de la
anterior guerra de 1914-1918 que lo empujó a la arena pública con el fin de predicar el mensaje de
la poesía por la paz. En esta ocasión todo fue más difícil ya que él estaba demasiado enfermo para
militar. Esa impotencia fue agravada por una fe tambaleante en la moderna civilización de la época.
Hoy, el logro humano
Es una desagradable burla
Anunciándose por doquier
La cara de un monstruo.
¿Debo presenciar esta horrible pesadilla
Encendiendo una tormentosa lámpara
En el ocaso de mi vida?
La lucha de India por la libertad, la codicia del hombre, la ambición de la mujer, las heroínas
trágicas, el romance, las esperanzas frustradas, los fantasmas, los límites del juicio humano,
la intransigencia de los gobernantes coloniales, la inhumana explotación de los débiles, la
impotencia y apatía de la sociedad campesina, fueron para Tagore experiencias humanas
pertenecientes a la expresión poética del activismo humanista.
Cuando la vida ha perdido su gracia, ven a mí en una explosión de canto.
99
100
cinco temas convergentes
neruda,
poeta de utilidad pública
Neruda quiso hacer del laberinto de su vida la concreción de una vocación primordial: ser poeta
para expresar el magnetismo vital de las relaciones ocultas en la naturaleza y entre los seres.
La inclinación profunda del hombre es la poesía y de ella salió la liturgia, los salmos,
y también el contenido de las religiones. El poeta se atrevió con los fenómenos
de la naturaleza y en las primeras edades se tituló sacerdote para preservar su vocación.
De ahí que, en la época moderna, el poeta, para defender su poesía, tome la investidura
que le dan la calle y las masas. El poeta civil de hoy sigue siendo el del más antiguo
sacerdocio. Antes pactó con las tinieblas y ahora debe interpretar la luz.
Neruda quiso ser, antes que ninguna otra cosa, el poeta de su época, de su país, Chile, y luego
de su continente. Poeta entre los poetas, ese fue el rol existencial que asumió desde su primera
juventud de adolescente tímido. “Ritualmente vestido de negro desde muy jovencito, como se
visten los verdaderos poetas del siglo pasado”, pretendía dedicar su vida a señalarle al siglo xx
la necesidad creciente que tienen los pueblos de la poesía para revelar su historia, acceder a
su destino y ocupar su identidad. Según él, corresponde al poeta, aun cuando “carbonizado en
ese brasero secreto”, reconstruir el lazo entre los hombres y su historia por la reconciliación,
sin fronteras, de los hombres con la poesía. Si desde su primer libro, afirma por medio de una
imagen epicúrea que: “llegarán las palabras trasvasadas a la copa de otros idiomas como un vino
que cante y perfume en otros sitios de la tierra”, Neruda quiere realizar este destino en primer
lugar para su tierra natal.
Mi poesía y mi vida han transcurrido como un río americano, como un torrente de aguas
de Chile, nacidas en la profundidad secreta de las montañas australes, dirigiendo
sin cesar hacia una salida marina el movimiento de sus corrientes. Mi poesía no rechazó
nada de lo que pudo traer en su caudal; aceptó la pasión, desarrolló el misterio,
y se abrió paso entre los corazones del pueblo.
Porque debe llegar a todos los hombres, la poesía para Neruda toca todos los temas terrestres,
el canto político, el lenguaje figurado de la metáfora, el mensaje simple y cotidiano y el poema
amoroso. Poemarios enteros como Veinte poemas de amor y una canción desesperada o Cien
sonetos de amor, han consagrado a Neruda como uno de los más auténticos poetas del amor del
siglo xx, que cantan a la amada en la más pura vena romántica y lírica de la tradición ibérica,
saborean el goce material y sensual de su cuerpo, la felicidad carnal de la unión amorosa, la
polifonía de los mil sentimientos de la ausencia, de la presencia, del dolor y de la pasión o la
ternura vividas.
La luz que de tus pies sube a tu cabellera,
la turgencia que envuelve tu forma delicada,
no es de nácar marino, nunca de plata fría:
eres de pan, de pan amado por el fuego.
la poesía y el arte : una fuerza vital
La harina levantó su granero contigo
y creció incrementada por la edad venturosa,
cuando los cereales duplicaron tu pecho
mi amor era el carbón trabajando en la tierra.
Probablemente por su elección del materialismo poético le debemos a Pablo Neruda una de las
tentativas más audaces de desacralización que la poesía haya conocido jamás.
A la pregunta:
Puede la poesía servir a nuestros semejantes? Puede acompañar las luchas
de los hombres? Ya había caminado bastante por el terreno de lo irracional
y de lo negativo. Debía detenerme y buscar el camino del humanismo, desterrado
de la literatura contemporánea, pero enraizado profundamente a las aspiraciones
del ser humano.
Neruda responde que su poesía es de “utilidad pública”, que se define por lazos indisociables
entre escritura y compromiso, humanismo y materialismo poético y que la epopeya y el lirismo
están ligados por lazos estrechos. “La poesía es siempre un acto de paz. El poeta nace de la paz
como el pan nace de la harina”. El poema para Neruda es un canto compartido como debe serlo
el pan, como una luz cotidiana que ilumina los elementos más materiales y terrestres de la
existencia, con un lenguaje desnudo e intenso porque “sobre todo es la ideología del idioma
la que se parte en dos”. Su uso de la metáfora conserva un carácter tradicional para abordar
comparaciones con las partes del cuerpo femenino y con los elementos de la naturaleza.
Este materialismo poético es, sin embargo, portador de un aliento de exaltación inmaterial
nacido de la nostalgia y de los sentimientos individuales. Contaminada por la grandeza de la
epopeya, su poesía se ilumina, desde el interior mismo de las palabras, por la manifestación de
lo impalpable que dice
[…] todos los colores del arco iris […] La poesía no es una materia estática,
sino una corriente fluida que muchas veces se escapa de las manos del propio creador.
Su materia prima está hecha de elementos que son y al mismo tiempo no son,
de cosas existentes e inexistentes.
Neruda veía en la mitología del poeta maldito una estrategia burguesa para aislar la poesía del
pueblo en un ritual impuesto por una cierta clase, una cierta sociedad que él desaprueba y que
considera como “la vieja burguesía retrógrada”, que no es capaz de percibir el futuro y de vivir el
presente. Toda la acción de Pablo Neruda apunta a luchar contra el poder destructor de ese poder
burgués y capitalista que quiere acallar a la poesía comprometida embalsamándola.
Pobres poetas a quienes la vida y la muerte
persiguieron con la misma tenacidad sombría
y luego son cubiertos por impasible pompa
entregados al rito y al diente funerario.
101
la poesía y el arte : una fuerza vital
Esa clase dominante dogmática impone por medio de una ley no escrita que “el poeta debe
torturarse y sufrir, debe vivir desesperado, debe seguir escribiendo la canción desesperada”.
Neruda rechaza esta postura: “Las cosas cambiaron porque el mundo cambió. Y los poetas, de
pronto, encabezamos la rebelión de la alegría. El escritor desventurado, el escritor crucificado,
forman parte del ritual de la felicidad en el crepúsculo del capitalismo”.
A esta visión elitista y miserable, imbuida hasta el fondo del ideal comunista se opone la
“rebelión de la alegría”, la del “canto compartido”, y afirma provocador
Yo destroné la negra monarquía,
la cabellera inútil de los sueños,
pisé la cola
del reptil mental,
y dispuse las cosas
-agua y fuegode acuerdo con el hombre y con la tierra.
Quiero que todo
tenga
empuñadura,
que todo sea
taza o herramienta.
Quiero que por la puerta de mis odas
entre la gente a la ferretería
El sujeto poético, por su parte, deberá disolverse en el ser colectivo, llegar a ser ese “hombre
invisible” cuyo canto se confunde con el de todos los hombres. Neruda confía, en sus Memorias,
que aquello que más lo enorgullece es haber contribuido a que la poesía sea respetada.
He llegado a través de una dura lección de estética y de búsqueda, a través de los
laberintos de la palabra escrita, a ser poeta de mi pueblo. Mi premio es ése […]
Al tratarse de pueblos que, como el pueblo chileno y latinoamericano, han sido colonizados y a
los cuales la dominación y el imperialismo les han robado la identidad, el poema debe aspirar
a un realismo histórico y utilizar los recursos del romanticismo revolucionario. Debe dar a los
protagonistas de esta historia, aun cuando sean desconocidos, la dimensión heroica de su
sacrificio que les ha sido negada por los enemigos del pueblo de ayer y de hoy, cuyo crimen debe
ser denunciado con implacable dureza.
Tierra, pueblo y poesía son una misma entidad encadenada
por subterráneos misteriosos.
La poesía, proyectada a la luz de la esperanza y del optimismo, encontrará derecho de ciudadanía
entre los hombres poniéndose al servicio del pueblo.
Somos los cronistas de un nacimiento retardado. Retardado por el feudalismo,
por el atraso, por el hambre. Pero no se trata solo de preservar nuestra cultura,
sino de entregarle todas nuestras fuerzas, de alimentarla y de hacerla florecer.
103
104
cinco temas convergentes
Colonización, explotación, aculturación, Neruda explora todos los temas para sacarlos de las
tinieblas, incluidos los más prosaicos, los más oscuros, los más humildes.
No hay material antipoético si se trata de nuestras realidades.
Y nosotros tenemos que cumplir esa tarea. Los hechos más oscuros de nuestros
pueblos deben ser levantados a la luz. Nuestras plantas y nuestras flores deben
ser por primera vez contadas y cantadas. Nuestros volcanes y nuestros ríos
se quedaron en los secos espacios de los textos. Que su fuego y su fertilidad
sean entregados al mundo por nuestros poetas.
Flora, fauna, volcanes, ríos… nada se deja de lado en los textos escritos y a menudo recitados
por Pablo Neruda, que valoraba la oralidad del decir poético, en particular en las numerosas
lecturas y recitales que dio en América Latina, en Europa o en Estados Unidos. La dimensión
mágica del poema se inscribe en la generosidad del verbo, cuyo poder revelador es contagioso e
irremplazable en las luchas de liberación política:
Me tocó hablar el último. Cuando se anunció mi nombre, y mi poema Nuevo canto
a Stalingrado, pasó algo insólito, una ceremonia que nunca podré olvidar.
La inmensa muchedumbre, junto al escuchar mi nombre y el título del poema,
se descubrió silenciosamente. Se descubrió porque después de aquel lenguaje
categórico y político, iba a hablar mi poesía, la poesía. Yo vi, desde la elevada tribuna,
aquel inmenso movimiento de sombreros: diez mil manos que bajaban al unísono,
en una marejada indescriptible, en un golpe de mar silencioso, en una negra espuma
de callada reverencia. Entonces mi poema creció y cobró como nunca su acento
de guerra y de liberación.
La voz del poeta, cuyo cuerpo está destinado a la tierra, perdura más allá de la comunión del
instante. Porque la poesía que lleva en ella la eternidad convoca los orígenes y trasciende el
tiempo. Abre la ventana de la irrealidad y del absoluto. El poeta capta en su carne, en los frutos
de la tierra así como en las curvas precarias del cuerpo de la mujer o sobre las piedras de las
Alturas de Machu Picchu, los mensajes dejados por los siglos. Más allá de la vida, su canto traduce
la muerte que hace de él el depositario y le dice:
He renacido muchas veces, desde el fondo
de estrellas derrotadas, reconstruyendo el hilo de las eternidades.
la poesía y el arte : una fuerza vital
césaire
la poesía para
“decir no a la oscuridad”
Así como el hombre necesita oxígeno para sobrevivir, también necesita el arte
y la poesía. En efecto, sabe, al contrario del pensamiento conceptual y de la ideología,
que el arte y la poesía restablecen la dialéctica del hombre y del mundo.
Por el arte, el mundo reificado vuelve a ser mundo humano, el mundo de las realidades
vivas, el mundo de la comunicación y la participación. De una colección de cosas
la poesía y el arte rehacen el mundo, un mundo pleno, un mundo total y armonioso.
Y por esa razón, la poesía es juventud. Es esa fuerza que vuelve a dar al mundo su
vitalidad primordial, que vuelve a dar a cada cosa su aura de lo maravilloso
reubicándola en la totalidad original. De modo que salvar a la poesía,
salvar al arte es, en definitiva, salvar al hombre moderno repersonalizando
al hombre y revitalizando la naturaleza.
Para Aimé Césaire, desde su primera obra, la poesía es palabra fundadora. La poesía y el arte
son formas de “comunicación total”, fuera del lenguaje común, visceralmente ligadas a todos
aquellos que participan, por el impulso creativo, del diálogo y la universalización de los valores,
a favor de la liberación de lo humano y la humanización del hombre.
[…] sostengo que la poesía, la verdadera poesía es verdad, que es la Verdad,
fundamental, la verdad de las profundidades del ser.
El vocablo, la palabra poética son las primeras reconquistas para renacer de la opresión
colonial. “Más que ningún otro, el hombre colonizado siente la incompletud del hombre”.
Tras la alienación y frente a la empresa de deshumanización, reconstruirse es salir del
abismo de la historia, de los infiernos de la humillación o de la miseria.
Al final del amanecer estos países sin estela, estos caminos
sin memoria, estos vientos sin alféizar
¿qué importa?
Diríamos. Cantaríamos. Gritaríamos.
voz plena, voz amplia, serás nuestro bien, nuestra punta
de lanza.
¿Palabras?
Ah, sí, palabras
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cinco temas convergentes
la poesía y el arte : una fuerza vital
En el Calendrier lagunaire [Calendario lacunar], el primer verso es “…yo habito una herida
sagrada…”. El fuego de la rebelión permanece insatisfecho, después de tres siglos durante los
cuales un pueblo y su memoria fueron excluidos del género humano, apartados de la historia
universal. Después de la larga noche de la humillación, solo la poesía puede acompañar al Rebelde,
héroe emblemático de la dignidad humana, para que logre alcanzar la libertad y rehabilitarse
superando el odio:
[…] somos el resultado histórico de todas las violencias de la Historia,
privados de nuestros países, privados de nuestras lenguas, privados de nuestras
religiones, privados de nosotros mismos. Es lo que ha determinado mi vocación poética.
Mi poesía no tiene otro sentido. Se trata de una conquista, de una reapropiación…
…aquí poesía equivale a insurrección.
La verdad es que, desde hace casi un siglo, la poesía hace mucho ruido,
el ruido de las explosiones […] que nuestra herencia es de fiebres, de sismos,
y que la poesía para ser válida no debe dejar de reivindicarla.
Pretendemos seguir siendo fieles a la poesía, mantenerla viva: como una úlcera,
como un pánico, imágenes de catástrofes y de libertad, de caída y de liberaciones,
que devoran sin fin el hígado del mundo.
En este sentido, arte y poesía son activadores políticos que abren unas a otras las conciencias
de los pueblos, hacen permeables los espíritus a las diversas visiones del mundo, los hacen
“porosos a todos los hálitos del mundo”. A partir de un simple hálito, postulan la otra parte de la
civilización y la igual pertenencia a la humanidad.
con una rodaja de cielo sobre una hogaza de tierra
profeta de las islas olvidadas como un céntimo
sin sueño sin vigilia sin dedos sin palangres
cuando pasa el tornado royendo del pan de las cabañas.
La poesía es el “arma milagrosa” contra la lógica determinista, mecanicista, especializada que
rompe los resortes del ser, por su “valor operatorio: con su doble rostro de nostalgia y de profecía,
salva porque recupera el Ser e intensifica la vida”. No hay que sorprenderse de que otros poetas
hayan planteado, en diversos momentos de la historia, el mismo tema. Entre ellos, a Césaire le
gustaba citar al poeta romántico Hölderlin, quien decía: “El poeta conserva la huella de los dioses
ocultos y muestra a sus hermanos mortales el camino hacia el viraje…”. Arte de las profundidades,
la poesía ocupa la dimensión de lo sagrado, porque libera a la persona de los límites estrechos de
la individualización, de la degradación de antiguas solidaridades, del debilitamiento del sentido.
Yo volvería a encontrar el secreto de las grandes comunicaciones y de las grandes
combustiones. Diría tormenta. Diría río. Diría tornado. Diría hoja. Diría árbol.
Sería mojado por todas las lluvias, humedecido por todos los rocíos.
Rodaría como sangre frenética en la corriente lenta del ojo de las palabras
en caballos locos en niños frescos en coágulos en toque de queda en vestigios
de templo en piedras preciosas alejadas para desalentar a los mineros.
Quien no me comprendiera tampoco comprendería el rugido del tigre.
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cinco temas convergentes
¿Para qué sirve el poeta en un mundo que parece alejarse de la palabra poética? La pregunta se
vuelve hoy nuevamente aguda, frente a un mundo que es el nuestro. Para Césaire, la cosificación
no toca solamente al colonizado que lucha para reconstituir su humanidad caída. El proceso de
deterioro del hombre reificado amenaza a todos los hombres, cuando se encuentran presos del
yugo de la hegemonía que impone sus valores alienantes a las culturas, ya sean dominadas o
dominantes. Tomando en cuenta la eficiencia del poder de contaminación del materialismo, de
su arrogancia y de su mesianismo, el poeta Césaire evalúa la gravedad del peligro que representa
el dominio del materialismo que se abate, sin límites, sobre las naciones y los pueblos del norte
tanto como sobre los del sur. Se anticipa a los efectos de la lógica de reificación de las conciencias
en una “humanidad reducida al monólogo”.
En la apertura del Primer Festival mundial de las Artes Negras en Dakar, en 1966, Césaire observa
con lucidez y objetividad:
Quiérase o no, en este momento existe una civilización eminente y tentacular.
Porque está claro que hemos entrado en la era del mundo finito…
Más aun, con el pensamiento europeo moderno, nació un nuevo proceso…
un proceso de reificación, es decir, de cosificación del mundo…
Las consecuencias, ustedes las conocen, son la aparición del mundo mecanizado,
del mundo de la eficiencia pero también del mundo en el que el hombre mismo
se vuelve cosa. En suma, estamos frente a una devaluación progresiva del mundo
que desemboca de manera muy natural en un mundo inhumano, en cuya trayectoria
se encuentra el desprecio, la guerra, la explotación del hombre por el hombre.
El arma milagrosa del poema debe ser escuchada, porque despierta la conciencia y alimenta
el espíritu. Es, para Césaire, una prioridad contra el espectro de la desculturización que crean la
miseria y la injusticia. La creatividad artística y poética es la vía hacia la reconquista del sentido.
Hoy en día, e incluso si el hilo puede parecer cortado, la poesía en todas sus formas, orales y
escritas, sigue todavía mostrando el camino.
Retomemos
el útil camino paciente
más bajo que las raíces el camino de la simiente
el milagro sumario mezcla las cartas
pero no hay milagro
solo la fuerza de las simientes
que se obstinan en morir
hablar es acompañar la simiente
hasta el negro secreto de los números.
la poesía y el arte : una fuerza vital
Contra la invasión de la máquina, la hipertrofia del provecho, el desmoronamiento de la
esperanza, es del arte y de la palabra poética que nace el indispensable suplemento de ser.
Si se necesitara una prueba, diría que solo hay que constatar que nunca se ha hecho
sentir tanto la palabra poética, que nunca el hombre se ha puesto de acuerdo,
se ha aferrado a la poesía de manera tan desesperada, como a una última tabla
salvavidas, como al salir de esas épocas llenas de ruido y de furor que se llaman
la guerra, ya sea que esta guerra sea caliente o fría, precisamente al salir de esas épocas
en que la no comunicación y la cosificación son exacerbadas hasta un grado
francamente intolerable. La salvación del mundo depende de su capacidad
de oír y escuchar esta palabra.
Para Aimé Césaire, la función del poeta y la del artista responden a una vocación de iluminar, en
el centro de la tormenta del mundo.
El poeta es ese ser muy complejo y muy simple, muy joven y muy viejo,
que en los confines del sueño y de lo real, entre ausencia y presencia,
ve y recibe en el detonante súbito de los cataclismos internos, la contraseña
de la connivencia y de la potencia.
Contra el silencio, su misión es alumbrar “el anverso de las cosas”, para “decir no a la oscuridad”,
para cruzar el espejo ilusorio del tener y volver accesible “la plenitud ontológica reconstituida”.
La función social del poeta es un deber de palabra “para mirar el siglo de frente”. Deber que se
inscribe para Aimé Césaire en las tradiciones orales de África, vivas en las expresiones antillanas
y centroamericanas. Pero la poesía surge también de la oralidad de todas las culturas, rurales o
urbanas, del norte o del sur como un desafío individual y colectivo que refuta la abdicación y
la desaparición de los valores. Manifiesta los múltiples rostros que reviste, a través del mundo,
el poder movilizador y regenerador de la palabra, cuando es música y ritmo y cuando dice la
juventud del mundo y responde a la urgencia moral de no callar, de dar voz a la resistencia y
a la esperanza:
Quien tiene a cargo la palabra sabe, por instinto, que su palabra es universalizante
y que al final de la singularidad individual, al final de la diferencia,
está la comunidad de todos los hombres.
Porque está presente en todas las sensibilidades particulares, la dimensión operatoria y
rehumanizante de la poesía es constitutiva del universal. A la poesía le corresponde ocupar las
calles, las plazas, las paredes, para impulsar un vasto movimiento de vida, ligado al encuentro
del otro y a la necesaria reconciliación. Porque la poesía puede convocar la memoria, la rebelión,
la alegría o el mito, conjura la dispersión y la negación de las fuerzas humanas.
La poesía es plenitud. Plenitud. Del hombre a la medida del mundo; dilatación
vertiginosa. Y se puede decir que toda gran poesía, sin renunciar nunca a ser humana,
en un momento muy misterioso, deja de ser estrictamente humana para comenzar
a ser verdaderamente cósmica… Henchido del mundo, el poeta habla…
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cinco temas convergentes
2
por un nuevo pacto de sentido
entre el hombre y la naturaleza
La necesidad de volver a pensar la
representación de la especie humana,
sus actividades y su lugar en un
entorno natural, del que no es más
que una parte integrante, es objeto
de una toma de conciencia y
de un debate internacional.
Por su compromiso humanista,
Tagore, Neruda y Césaire, mucho
antes de que la cuestión ecológica
y ambiental adquiriera la gravedad
que tiene en la actualidad,
habían comprendido
la imperiosa necesidad de poner
en armonía el desarrollo material
y colectivo de la humanidad con la
naturaleza. Sus visiones pioneras nos
recuerdan que el respeto y el amor
del hombre por la naturaleza han
unido durante mucho tiempo
las sabidurías de las civilizaciones
occidentales y no occidentales,
ya sea que se trate del hinduismo,
del vitalismo africano
o de la tradición amerindia,
de lo infinitamente grande del cosmos
a lo infinitamente pequeño de la gota
de agua o de la hoja. Confrontados,
es cierto, por sus respectivas tierras
nativas a la inminencia apocalíptica
del sismo, de la lectura que hacen
de la historia proviene, sin dudas,
su mirada anticipatoria de los
cataclismos provocados por el
hombre cuando pretende dominar
los ritmos naturales de acuerdo
a las consecuencias económicas,
tecnológicas y científicas,
así como sus cuestionamientos
acerca de la fractura abierta entre
los hombres y el entorno por
los excesos del desarrollo
industrial contemporáneo.
La movilización ecológica actual deriva
de las disfunciones ambientales que
hacen estragos a escala planetaria
como efecto de los errores humanos.
Frente a los resultados modestos
de las cumbres políticas y al cinismo
del mercado, algunas controversias
denuncian los dogmas de moda
que estarían alimentando fuentes
de nuevas ganancias, rivalidades
científicas o sobrepujas políticas.
En cualquier caso, al término de casi
dos siglos de actividades industriales
no exentas de indudable
responsabilidad, las consecuencias
de un antropocentrismo erróneo
y mercantil se imponen a todos.
Sin embargo, parece necesario ir más
allá del enfoque materialista para
firmar un nuevo pacto de sentido
con la naturaleza, que no se limite
a un utilitarismo inmediato o a un
reacomodamiento coyuntural, como
reacción al desastre que se perfila.
Este pacto de sentido es el eje de una
revisión humanista y sustentable
de los objetivos del desarrollo en sus
relaciones con la justicia y la libertad
que los mensajes convergentes
de Tagore, Neruda y Césaire
nos urgen a emprender cuanto antes.
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cinco temas convergentes
tagore
y maya, madre naturaleza
Rabindrânâth Tagore veía a la naturaleza y la cultura como íntimamente conectadas. A un cierto
nivel, consideraba la cultura como una respuesta física a la belleza de la naturaleza; y a otro
nivel, como emocional o espiritual. Su visión de la naturaleza, como un permanente movimiento
creativo, reflejaba su tradición y origen cultural.
La necesidad parece estar en la naturaleza, el único factor por el cual todo se mueve
y trabaja: la semilla deviene flor, la flor, fruto, el fruto deviene grano,
el grano deviene una nueva planta y así sucesivamente; la cadena
de la actividad se prosigue sin interrupción.
Tagore analiza la ruptura materialista con lo viviente permaneciendo fiel a la tradición india
de los Upanishads, al tiempo que está informado de manera pertinente acerca de las elecciones
y los procesos que pone en marcha la civilización industrial, cuyos comienzos en Occidente
ha observado. Desde su punto de vista externo, advertido de los frágiles equilibrios, como por
ejemplo los fenómenos naturales, presiente la gravedad de los riesgos ecológicos que prepara
para el mundo la concepción occidental moderna de progreso como un fin en sí, separada de
los elementos y el respeto por los ciclos de armonía o imprevisibles que la naturaleza puede
producir, “donde el hombre quiere caminar sobre la cuerda floja de la humanidad”. Tagore evalúa
la arrogancia del hombre que se cree superior a los elementos de la naturaleza y su búsqueda
desenfrenada de lucro; instancias que proliferarán en un acercamiento predador que sacrificará
a seres humanos, despreciará la naturaleza y obrará por su destrucción:
Cuando por barreras físicas y mentales nos separamos brutalmente de la inagotable
vía de la naturaleza, cuando nos volvemos simples hombres y dejamos de ser
“el hombre en el universo”, creamos problemas alarmantes -y cuando hemos
agotado para nosotros mismos la fuente de su solución, intentamos todo tipo
de procedimientos artificiales, cada uno de los cuales trae consigo
una proliferación de interminables dificultades.
Por lo tanto, el progreso de una sociedad humana debe mantener viva la relación íntima
entre el individuo y el universo, en el respeto de la actividad y del ritmo del universo, so pena
de consecuencias irreversibles. Si el hombre “puede utilizar para sus propios fines las fuerzas
naturales, es sólo porque su poder está en armonía con la fuerza universal; a fin de cuentas, el fin
de su esfuerzo no puede nunca estar en contradicción con el que se manifiesta por la naturaleza”.
Tagore denuncia vigorosamente el progreso material e industrial, pensado sobre la explotación
del otro, progreso que él sabe inseparable de la soberbia de querer destruir la naturaleza. Cuando
“la conciencia del hombre se restringe solo a la vecindad inmediata de su ego las raíces más
profundas de su naturaleza no encuentran el suelo que les es natural”.
Desde una perspectiva tan clara, la ecología y el medioambiente tienen un lugar central en sus
por un nuevo pacto de sentido entre el hombre y la naturaleza
escritos. El discurso de Tagore está tan lleno de referencias al planeta tierra y su flora como al
vasto universo y sus estrellas. En su poesía constantemente se refirió al vínculo del hombre
con la tierra. Para él la tierra no era un fenómeno remoto y abstracto.
Siento la ternura del césped en mi paseo por el bosque
Las flores junto al camino me conmueven
Que los obsequios del infinito estén desparramados en el polvo
Impulsa mi canción maravillada
He visto, he oído, he vivido; en las profundidades de lo conocido
He percibido la verdad
Que excede todo conocimiento que llena mi corazón de asombro
Y canto.
Con frecuencia la imagen a la que recurre para describir la naturaleza es la de una madre, en
la mitología hindú, la “Maya cósmica”, donde la maternidad representa la tierra y la fuerza
natural que guía a los seres humanos. Asimilar la naturaleza a la maternidad fue su modo de
inducir un ecologismo compasivo, ya que Tagore era un pensador holista, que nunca olvidaba
el todo, aún cuando se concentraba en las partes. Así, consideraba a los seres humanos como
parte del universo, no excluidos de él, y creía que la especie humana debe vivir en armonía con
su medioambiente natural.
La oscura noche sin luna
Ha aprisionado al mundo, transformándolo en pesadilla
Y por ello es que
Con lágrimas en los ojos, pregunto:
A aquellos que han envenenado tu aire, a aquellos que han extinguido tu luz,
¿Es posible que los hayas perdonado?
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O YOU SHAGGY-HEADED BANYAN TREE STANDING
ON THE BANK OF THE POND,
HAVE YOU FORGOTTEN THE LITTLE CHILD,
LIKE THE BIRDS THAT HAVE NESTED IN YOUR
BRANCHES AND LEFT YOU?
DO YOU NOT REMEMBER HOW HE
SAT AT THE WINDOW
AND WONDERED AT THE TANGLE OF YOUR ROOTS
THAT PLUNGED UNDERGROUND?
THE WOMEN WOULD COME TO FILL
THEIR JARS IN THE POND,
AND YOUR HUGE BLACK SHADOW
WOULD WRIGGLE
ON THE WATER LIKE SLEEP STRUGGLING
TO WAKE UP.
SUNLIGHT DANCED ON THE RIPPLE LIKE
RESTLESS TINY SHUTTLES WEAVING
GOLDEN TAPESTRY.
TWO DUCKS SWAM BY THE WOODY MARGIN
ABOVE THEIR SHADOWS,
AND THE CHILD WOULD SIT STILL
AND THINK.
HE LONGED TO BE THE WIND AND BLOW
THROUGH YOUR RUSTLING BRANCHES,
TO BE YOUR SHADOW AND LENGTHEN
WITH THE DAY ON THE WATER,
TO BE A BIRD AND PERCH ON YOUR
TOPMOST TWIG,
AND TO FLOAT LIKE THOSE DUCKS AMONG
THE WEEDS AND SHADOWS.
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cinco temas convergentes
Tagore sabía que la deforestación tenía lugar no sólo en India, sino también en las Américas
como parte de la concepción occidental del desarrollo a través de la revolución industrial.
Occidente se glorifica, parece, de pensar que doma la naturaleza -como si viviéramos
en un mundo hostil, de donde debiéramos arrancar todo aquello que no es necesario
para un orden de cosas extraño y recalcitrante. En la vida de la ciudad […]
da como resultado una disociación artificial entre el hombre y la Naturaleza universal
en cuyo seno descansa.
Consciente de la dimensión global del problema, advirtió acerca de la necesidad de proteger
los bosques de la codicia humana en todo el mundo. En aquellos días, en que el calentamiento
global era un concepto todavía desconocido, fue sensible a los peligros del calentamiento de la
atmósfera en India debidos a la deforestación.
Apoyándose en las imágenes de la mitología hindú, remarcó que el calentamiento atmosférico
en el deforestado norte de India estaba sobrepasando los límites tolerables.
En la India, el punto de vista era diferente; el hombre y el mundo estaban
englobados en una sola gran verdad.
Tagore se refirió una y otra vez a la rapacidad del hombre y su explotación de la naturaleza debido
a intereses adquisitivos. En un artículo titulado Palliprakriti (La naturaleza de la naturaleza),
también hizo referencia al agotamiento de la fertilidad de la tierra y a la reducción de la cubierta
arbórea de la tierra como las principales razones del calentamiento atmosférico. En un poema
escrito en 1895 y titulado Swargo hothey biday (Adiós al cielo) escribió:
Ah, madre,
Despojada, afligida, triste, empañada tierra,
Luego de tantos días al fin mi corazón
Se agita lloroso por ti, ay!
Fue en su escuela, sobre el trasfondo del paisaje de Santiniketan, hecha de piedras y tierra de
laterita, que inauguró Briksha Ropan, un festival para la plantación de árboles, y celebró una
Ceremonia del Arado (Halakarsan) a partir de su visión orgánica de la naturaleza para iniciar
ceremonialmente el primer tirón del arado. Todas estas eran iniciativas para llamar la atención
acerca de los efectos dañinos del industrialismo en el planeta tierra si la ecología era descuidada.
Dio expresión a esta inquietud en su poesía cuando escribió:
Devuelve aquellos bosques, llévate estas ciudades.
Esos festivales combinaron la práctica de educar bajo los árboles iniciada en Santiniketan, sobre
el regazo de la naturaleza, con los pies de los estudiantes tocando la tierra y sus cabezas bajo el
cielo, y su programa de entrenamiento sensorial para inculcar respecto por la omnipresencia
de la naturaleza.
Cuánto gusta la luz danzando de hoja en hoja.
por un nuevo pacto de sentido entre el hombre y la naturaleza
Un género importante de la producción poética de Tagore son las canciones sobre las flores,
los árboles, los cielos y las cualidades del aire que caracterizan las estaciones en India.
Mientras reflejan la cambiante belleza de los paisajes bengalíes, estos poemas instan a
respetar y apreciar el valor intrínseco de los fenómenos naturales como límites versátiles
e impredecibles de la acción humana, sus propósitos y necesidades vitales. En el contexto
geográfico indio, Tagore siempre tuvo en mente que frecuentemente ocurren tornados en
los meses previos al monzón y que el subcontinente indio tiene una historia de terremotos
devastadores. Por ello, consideraba la naturaleza como un medioambiente potencialmente
violento que puede destruir la vulnerable existencia humana, como el terrible terremoto que
tuvo lugar en Shillong Plateau en 1897 y en Bihar en 1934.
Entonces llegó un furioso alboroto. Desgarrados trozos de nubes avanzaron
rápidamente desde el oeste como jadeantes mensajeros de malas noticias.
Finalmente, rayos y truenos, lluvia y tormenta, llegaron juntos empujándose
y ejecutando una demente danza derviche; las abrazaderas de bambú chirriaron
mientras el arrasador viento barría la tierra como la flauta de un domador
de serpientes gigantes, y a su ritmo se bambolearon cientos y miles
de olas encrespadas, como otras tantas serpientes encapuchadas.
Le llegó la oportunidad de vivir en el campo para supervisar a los granjeros hindúes y musulmanes
residentes en las tierras agrícolas de su familia, en el este de Bengala. Esos años lo pusieron en
contacto íntimo con la naturaleza y la vida del hombre común. Viviendo mayormente en su
barco, el Padma, y navegando en él una y otra vez los ríos, vio la vida a través de sus ojos de buey
mientras un mundo completamente nuevo de paisajes, sonidos y sensaciones se abría ante él.
El mundo externo de la naturaleza lo fascinó y se convirtió en fuente de una más profunda
reflexión en su obra. Escribió, por ejemplo,
Una vez más me despierto cuando la noche ha languidecido
Cuando el mundo abre todos sus pétalos una vez más
Y esta es una interminable maravilla.
Todas las experiencias de una poderosa y generosa naturaleza le inspiraron a Tagore un
amplio conjunto de reinterpretaciones personales de clásicas melodías Indias o ragas, que
evocan de un modo espiritual la dimensión cósmica de la naturaleza. Más allá de la belleza de
su Bengala natal, él vivió y escribió sobre la tierra común que los seres humanos, de Oriente a
Occidente, deben compartir, con la más profunda sensación de una humanidad compartida y
una responsabilidad proactiva.
De aquellos que se encuentran espiritualmente cercanos a la tierra, de aquellos
que son hechos y moldeados por ella, y que en ella encontrarán su descanso final,
de ellos soy el amigo, soy el poeta.
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cinco temas convergentes
neruda
y su “pacto con la tierra”
La naturaleza en Neruda no es un simple paisaje. Es el sitio de la “nocturna convivencia de las vidas
y de los muertos”. Es matriz, madre material. Determina el canto del poeta y, más allá, las relaciones
entre el hombre y la naturaleza se vuelven símbolo y modelo para las relaciones entre los seres.
En el corazón de su memoria como un rito iniciático fue firmado su “pacto con la tierra”.
[…] mi poesía nació entre el cerro y el río, tomó la voz de la lluvia, se impregnó de los
bosques tal como la madera […] Mi vida es una larga peregrinación que siempre da
vueltas, que siempre retorna al bosque austral, a la selva perdida.
Su poesía telúrica habla del universo en poderosas metáforas, en cataratas de imágenes
y de ritmos.
Dame la mano en esta ruptura del planeta
mientras la cicatriz del cielo morado se hace estrella.
Ay!, pero recuerdo, dónde están?, dónde están?
Por qué hierve la tierra llenándose de muerte?
Oh máscaras bajo las viviendas arrolladas, sonrisas
que no alcanzaron el espanto, seres despedazados
bajo las vigas, cubiertos por la noche.
El pacto sobre el que descansa el edificio nerudiano está tanto en el ámbito de la creación poética
como en el de la conciencia humanista, el reconocimiento por parte del hombre de su origen
material y, de ahí, su dependencia respecto del mundo, de la tierra o del mar que transforma.
En las tierras marinas
y calcáreas,
peladas, en las rocas
del litoral chileno,
a la mesa desnuda
del minero
a veces sólo llega
la claridad de tu mercadería.
por un nuevo pacto de sentido entre el hombre y la naturaleza
A Neruda le fascina la infinita diversidad del mundo: plantas, insectos, caracoles, objetos de todo
tipo, nada escapa a su curiosidad. La poesía de Pablo Neruda puede maravillarse ante la belleza
del objeto, pero no se atiene a su forma o a su color. El sujeto poético nerudiano viaja hasta el
interior de las cosas para captar su esencia material, como en su Oda a la manzana:
A ti, manzana,
quiero
celebrarte
llenándome
con tu nombre
la boca,
comiéndote. […]
Qué difíciles
son
comparados
contigo
los frutos de la tierra,
las celulares uvas,
los mangos
tenebrosos,
las huesudas
ciruelas, los higos
submarinos:
tú eres pomada pura,
pan fragante,
queso
de la vegetación.
Pablo Neruda, alejado de su continente por el exilio, se presentó en Las uvas y el viento como el
hijo de vastas soledades, de selvas vírgenes, de volcanes majestuosos y ríos indómitos, frente a
una Europa de urbanización ancestral, de “calles torcidas” y de “solemnes bibliotecas”, un mundo
inhabitado, y todavía poblado de injusticias y de sufrimientos.
América arboleda,
zarza salvaje entre los mares,
de polo a polo balanceabas,
tesoro verde, tu espesura.
Germinaba la noche
en ciudades de cáscaras sagradas,
en sonoras maderas,
extensas hojas que cubrían
la piedra germinal, los nacimientos.
Útero verde, americana
sabana seminal, bodega espesa,
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cinco temas convergentes
una rama nació como una isla,
una hoja fue forma de la espada,
una flor fue relámpago y medusa,
un racimo redondeó su resumen,
una raíz descendió a las tinieblas.
Contra la masacre industrializada de nuestros días, el hombre, enfrentado a las primeras grandes
catástrofes ecológicas en las que contempla, desde el espacio, al planeta en el que vive, toma
conciencia de su condición de terráqueo, hace un balance de su vida y de su siglo: una visión de
apocalipsis.
Todo se rompe y cae. Todo se borra y pasa.
Es el dolor que aúlla como un loco en un bosque.
Soledad de la noche. Soledad de mi alma.
El grito, el alarido. Ya no hay nada en la tierra!
Un sueño acecha en la poesía de Neruda, el de un hombre cuya actividad, el trabajo, no lo
alienaran de sus orígenes naturales y no atentaran contra los elementos de la naturaleza, donde
la vida lo ha precedido.
La tierra hizo del hombre su castigo.
Dimitió bestias, abolió montañas
escudriñó los huevos de la muerte.
La casa de la infancia podría ser el ejemplo, el símbolo, en el corazón de la selva austral de la
simple construcción de la casa del pionero, la “casa-árbol” en Fin de mundo. Neruda, muchas
veces desarraigado por el exilio evoca ese arraigo en la tierra.
Alma mía! Alma mía! Raíz de mi sed viajera,
gota de luz que espanta los asaltos del mundo.
Flor mía. Flor de mi alma. Terreno de mis besos.
Campanada de lágrimas. Remolino de arrullos.
Agua viva que escurre su queja entre mis dedos.
Azul y alada como los pájaros y el humo.
Te parió mi nostalgia, mi sed, mi ansia, mi espanto.
Y estallaste en mis brazos como en la flor el fruto.
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cinco temas convergentes
césaire
en el ombligo mismo del mundo
Aimé Césaire nació en los contrafuertes de la Montagne Pelée, algunos años después de la
violenta erupción de 1902 de ese volcán tutelar de su isla natal.
Un escritor ruso está marcado por la estepa, un escritor nórdico está marcado
por la nieve, yo estoy marcado por la naturaleza martiniquesa…
Tengo la tentación panteísta, quisiera ser todo, quisiera ser todos los elementos.
Pero, es cierto, siempre me fascinó el árbol. Todo aquello forma parte de mi imaginario
[…] el océano, la ola […] Las Antillas, nunca son solo montaña, agua y montaña.
Muy pronto, la montaña se convirtió para mí en volcán. También allí hay
una determinación geográfica precisa […] Somos los hijos del volcán…
La geografía de su isla es el primer anclaje porque, según él, el hombre se determina con relación
a la geografía asumiendo de ese modo su condición carnal para fundirse, en comunión, “en el
ombligo mismo del mundo”. Esta fusión es la del individuo, “alga laminaria” colgada de su roca
para azotar mejor la lejanía, o árbol baobab arraigado en la lava todavía humeante, para lanzar
al cielo sus ramas despedazadas, hacia “el cielo inmemorial”. Es que “toda isla llama, toda isla es
viuda”, aun cuando para Césaire, la naturaleza es en primer lugar la de la isla natal, paradójica,
contradictoria, absoluta, acogedora, estrecha, grandiosa y precaria “…y mi isla no clausura, su
clara audacia de pie en la parte trasera de esta polinesia”, geografía del sufrimiento, del riesgo
cósmico, “de la lengua maléfica de la noche”, de la herida incrustada en la carne del circuito
transatlántico triangular:
[…] ni un tramo de mundo que no lleve mi huella digital…
Isla cicatriz de las aguas
Islas evidencias de heridas
Islas migas, islas informes.
En la eternidad de los elementos, la catástrofe está de guardia. Ciclones, tornados, erupciones,
tsunamis, diluvios, sismos amenazan continuamente con rayar de nada el cielo y las palmeras.
El poeta percibe de ese modo la naturaleza, imprevisible, bajo su doble aspecto. A una naturaleza
violenta, árida, incendiaria, cataclísmica, que esporádicamente puede destruir al hombre, se
opone una naturaleza maternal, nutricia, tierna, regeneradora, frágil, verde y sublime en la que
el poeta reconoce la generosidad y el esplendor y en la que debe vivir respetando equilibrios
sobre los que no tiene influencia.
[…] Cosas, cosas, a vosotras os entrego
mi blando rostro de violencia desgarrada en las profundidades
del torbellino
mi tierno rostro de frágiles asas donde se entibia la linfa
soy yo mismo Terror, soy yo mismo
el hermano del volcán que seguro sin decir palabra rumia un no sé qué de cierto.
por un nuevo pacto de sentido entre el hombre y la naturaleza
El hombre no tiene más opción que la ósmosis total con su fuente natural. El animismo o el
vitalismo que palpita en el pensamiento de Césaire busca el camino que le permite conciliar
esos flujos vitales que irrigan la comunicación con sus raíces, con los jugos nutricios de una
naturaleza que nutre al hombre, y no solo lo cura, sino que lo regenera y lo dilata gracias a la
participación en “lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande”.
En nosotros el hombre de todos los tiempos. En nosotros todos los hombres.
En nosotros, el animal, el vegetal, el mineral. Es hombre no es sólo hombre.
Es universo…
La naturaleza grandiosa del Trópico libera la estrechez de su isla, esa “nada elipsoidal que
tiembla” para proyectar hacia otro lado infinito, “poroso a todos las respiraciones del mundo”.
Adherir a la naturaleza, comprenderla es una dimensión capilar en la conciencia para emerger
mejor de ella y reencontrar “las cosechas vivas de la memoria”.
¿Qué eres…
Tú que comprendes lo que dicen las islas…
Qué has venido a decirnos en violencia y ternura
Sino que al alcance de la voz
Al alcance de la mano y de la caracola
Al alcance del corazón y del coraje
Palabra más lejana palabra más alta levantan el árbol espada y la espada
Esperanza a flor de abismo
La naturaleza es una escuela de vida. Su observación debe estar al alcance de todos. Nacido del
escupitajo de los volcanes, el poeta frecuenta y observa cada hoja, cada tronco, cada desagüe,
cada cruce de caminos de su territorio, cada árbol, sobre todo porque, para él, “un árbol es una
moraleja”: arraigo, surgimiento, despliegue, florecimiento, polinización, germinación, para
volver a la raíz primera. Ese es ciclo de la vida y su lección para los hombres.
En nosotros todos los hombres.
En nosotros, el animal, el vegetal, el mineral.
El hombre no es sólo hombre. Es universo…
En la inmersión, el conocimiento y la experiencia de su pertenencia terrena, hecha de proximidad
o de distancia y tejida de gestos cotidianos, la especie humana puede vivir en paz con el orden
de las cosas, con la generosidad y la empatía del espacio y del tiempo, para impregnarse de la
energía cósmica que rige el universo al que pertenece.
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cinco temas convergentes
Desde hace milenios, según Aimé Césaire, “a pasito de hechicero” avanza la historia humana.
No domina los elementos y no intenta medirse con la violencia del volcán, la virulencia del
océano o la irrupción del tornado. A escala de los elementos del cosmos, la sabiduría de los
pueblos ha sabido ser durante mucho tiempo solo un “semi sueño de isla, tan turbio sobre el
mar”. Pero esta violencia cósmica es también la que fecunda la tierra nutricia, hace vibrar el
polen en una coexistencia desmedida que determina la dimensión humana en su debilidad
tanto como en su grandeza:
Una sorprendente movilización de todas las fuerzas humanas y cósmicas…
[…] el torbellino precioso: el yo, el sí, el mundo…
Todo tiene derecho a la vida. Todo es llamado. Todo espera…
En el siglo xxi, y pese a los progresos de la ciencia, la irrupción del sismo sigue siendo para las
sociedades humanas la última prueba que hay que asumir, en la solidaridad y la dignidad, con
coraje y estoicismo para proseguir la ruta de los años y de los siglos.
[…] hacia allí donde amenaza la inagotable conminación
de los hombres arrojados al sarcasmo nudoso del huracán,
desde Elam, desde Akkad, desde Sumeria.
El ser humano, olvidándose de este paradigma insuperable y de sus consecuencias ineluctables,
agrava su vulnerabilidad intrínseca, no solamente por la incapacidad para comunicar en la
celebración de las potencias de la naturaleza, sino también -lo cual es más grave- provocando,
por su acción irresponsable, desarreglos y disfunciones que se añaden a los riesgos cósmicos
del huracán o del sismo y engendran cataclismos previsibles con consecuencias bien reales e
incalculables. La incapacidad para coexistir con otras especies que componen los reinos animal,
vegetal y mineral, y definen los ciclos climáticos del único horizonte dado al hombre de todos
los tiempos es la absurda demostración de que la naturaleza sigue siendo la “savia inagotable”
de todo progreso material.
Son muchos los textos y los actos en los que Césaire nos exhorta a reencontrar la sabiduría de
una presencia y de una acción humanas en armonía con la naturaleza, como en La selva virgen,
un texto del poemario Las armas milagrosas (1944), en el que denuncia algunos excesos de la
proliferación urbana y evoca con un tono sarcástico las catástrofes que el hombre inventa o
provoca, por ejemplo, en la selva de cemento de las megalópolis modernas:
No soy de los que creen que una ciudad no debe elevarse hasta la catástrofe
una torsión más de cintura de cuello una vuelta al piso será el detonador
del promontorio; no soy de aquellos que luchan contra la propagación
de covachas, una mancha más de mierda y será el verdadero pantano.
Verdadero la potencia de una ciudad no está en relación inversa
con la suciedad de sus amas de casa en cuanto a mí conozco bien
la canasta en la que nunca más rodará mi cabeza.
por un nuevo pacto de sentido entre el hombre y la naturaleza
Césaire denuncia el antropocentrismo prometeico que se expresa en una visión del desarrollo
que se hace a expensas del medio ambiente y que destruye los ciclos de la naturaleza en
todas sus formas, “Tierra cuyo agitado rostro sólo puedo comparar a la selva virgen y loca
que desearía mostrar convertida en cara a los ojos indescifrables de los hombres”. Esta
actitud materialista y que ya no sabe inclinarse ante lo vivo, confina con la ceguera y, bajo las
apariencias de conocimiento y de modernidad revela la ignorancia más indigente. El poeta la
vive como la manifestación del absurdo de un desarrollo que coloniza también la naturaleza a
la que aplica idénticos principios suicidarios de voracidad, conquista y destrucción.
Una civilización que se revela incapaz de resolver los problemas
que suscita su funcionamiento es una civilización decadente.
Una civilización que elige cerrar los ojos a sus problemas
más cruciales es una civilización enferma.
Una civilización que juega con sus principios es una civilización moribunda.
En este contexto, la arrogancia humana amenaza la supervivencia individual y colectiva.
La debilidad de muchos hombres es que no saben volverse piedra o árbol.
Césaire siente dolorosamente la manipulación y la confiscación de las energías naturales por
la mercadería rentable que aprovecha a unos pocos, y a menudo perjudica a la humanidad y
al planeta.
Hijo del ciclón y del volcán, siente en lo más profundo de sí el efecto devastador de ese paradigma
predador y suicida que prolonga la lógica colonialista y confirma los otros desarreglos políticos,
sociales y culturales que afectan a la comunidad mundial, tanto en las relaciones económicas
y sociales como en los valores culturales y ontológicos. Ve allí la mecánica autodestructiva de
un modelo de sociedad empantanado en una concepción errónea del desarrollo que engendra
angustia, miseria y que amenaza los valores, la creación y la cultura en lo que tienen de más
sustentable, de más necesario.
los besos de los meteoritos,
la feroz exhibición de los volcanes a partir
de los juegos de águila
el surgimiento de los subcontinentes apuntalados
también ellos por pasiones submarinas
la montaña que desciende sus cabalgatas al galope
por rocas contagiosas
mi palabra que captura cóleras
soles que calculan mi ser
nativo natal
cíclopes violetas de los ciclones
no importa el insolente tizón
alto sílex que se quema durante la noche
agotada por una duda que hace renacer
la fuerza de mirar mañana.
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cinco temas convergentes
3
emancipación contra la opresión :
en la reciprocidad y el derecho
Actuar en terrenos conflictivos
o post-conflictivos por la edificación
del universal reconciliado no significa
olvidar las luchas de los pueblos por la
libertad y la dignidad. La emancipación
de los pueblos, la paz civil, la justicia
social y el diálogo en la reciprocidad
y en el derecho, ese es el objetivo que ha
guiado, muchas veces a costa de sangre
y sacrificio, a varias generaciones de
hombres y mujeres que han luchado
para conquistar y compartir derechos
políticos, sociales, económicos y
culturales y participar así del universal.
Tagore, Neruda y Césaire, en contextos
históricos y geoculturales difíciles
y también tan diferentes como Asia y
el subcontinente indio, América Latina
o las Antillas en el cruce de Europa
y de África, se comprometieron como
visionarios activos y propusieron un
diálogo basado en la integridad de la
persona humana. Su proyecto no era
convocar un tribunal de la historia
sino contribuir a la emancipación
de los pueblos, por la liberación
de la opresión política así como por la
erradicación de servidumbres morales o
intelectuales que nos amenazan a todos.
El combate anticolonialista de estos tres
hombres, que hablan desde el sur, es un
combate de humanistas decididos,
convencidos de la prevalencia del
derecho sobre la exclusión, el sectarismo,
el racismo o la intolerancia, en la
convicción de que los valores de un
universal responsable no están
reservados a algunos pueblos ni son
el monopolio de ciertos grupos dentro
de la sociedad.
Estos objetivos siguen estando todavía
lejos en el contexto mundial actual,
que es el punto de llegada de procesos
puestos en marcha desde el nacimiento
de la civilización industrial y en los
que numerosos factores conducen
a considerar que la crisis que
atravesamos es global y sistémica,
porque es el producto de contradicciones
que se derivan directamente de lógicas
del colonialismo y del imperialismo,
multiplicadas por la expansión
tecnológica, consumista y materialista.
La guerra económica, la exclusión
social, los conflictos confesionales y
civilizacionales, el riesgo ambiental,
o incluso la sociedad de vigilancia,
completan los rostros de una
universalización en sentido único
que infunde angustia y subleva
a cientos de millones de seres humanos,
atrapados entre la “segregación
amurada en lo particular”
y “la dilución en el universal”.
Tanto en el norte como en el sur, parece
plantearse ahora la pregunta que Tagore,
Neruda y Césaire colocaron en el centro
de su compromiso humanista: ¿Cómo
construir una sociedad planetaria
justa, en la que cada uno se comprometa
a compartir con el otro un universal
de derecho, de diálogo y de sentido?
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cinco temas convergentes
tagore
de un sujeto colonial
a un sujeto global
La de Tagore fue una de las primeras voces a favor de la conciencia nacional en la India moderna,
en contra del colonialismo británico, “esta prisión que abarca el país entero”. Desde 1904 escribió
acerca de las secuelas de la colonización británica que se apoyó en la perspectiva occidental según
la cual las costumbres indias eran “degeneradas y bárbaras” para emprender la colonización y
someter India a sus intereses.
Aborreciendo la cultura india como un todo, la “misión civilizadora” de la perspectiva colonial
británica pudo transformar esta figura del patrimonio indio en un signo de la “inherentemente
opresiva y coercitiva naturaleza de la entera tradición cultural del país”. En los ochenta años
de la vida de Tagore, el encuentro entre India e Inglaterra se convirtió en un conflicto que tuvo
que ser resuelto poco a poco a través de ajustes en varios niveles de la vida india. La cultura
británica dominó la interacción dentro de un sistema colonial que se apoyaba en las reglas de la
dominación, la explotación y la represión.
La masacre del Jallianwallah Bagh que tuvo lugar el 13 de abril de 1919, cuando tropas británicas
abrieron fuego sobre una concentración pacífica en un jardín cerrado llamado Jallianwallah
Bagh en Amritsar, matando e hiriendo a cientos de indios desarmados que se habían reunido
para protestar contra la Ley Rowlatt, impresionó profundamente a Rabindrânâth, quien organizó
una manifestación pública de protesta y escribió la histórica carta al virrey del 31 de mayo de
1919 renunciado al título de caballero que había aceptado del gobierno en 1915.
La enormidad de la medidas tomadas por el Gobierno (inglés) de Punjab
para reprimir algunos desordenes interiores nos ha enseñado brutalmente
lo desesperada que es nuestra situación de súbditos británicos en India.
La desproporcionada severidad de los castigos infligidos al desgraciado pueblo,
y la manera como se han llevado a cabo, no tienen precedentes, estamos convencidos
de ello, en la historia de los gobiernos civilizados, salvo algunas conspicuas
excepciones, recientes y remotas. Considerando que semejante tratamiento
ha sido infligido a una población desarmada y sin recursos, por un poder
que posee la más terrible y eficiente organización para la destrucción de vidas humanas,
debemos afirmar tajantemente que no puede reclamar [su] conveniencia
política ni, mucho menos, la menor justificación moral.
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
En consecuencia, una de las principales características de la lucha por la emancipación sería
bregar, con dignidad, contra la occidentalización del pensamiento indio y la práctica de adoptar
las ideas recibidas del invasor británico, que agotaban la economía india a través de desiguales
intercambios coloniales y e incluso llegaba a enrolar indios en el Ejército Indio-Británico para
reforzar la influencia británica en el mundo.
Lo menos que puedo hacer por mi país es asumir todas las consecuencias
por dar voz a la protesta de millones de compatriotas, sumidos en la paralizante
angustia del terror. Ha llegado el tiempo en que las insignias honoríficas hacen
destacar nuestra vergüenza, por el contraste con el estado de humillación en
que vivimos, y, por mi parte, deseo permanecer despojado de toda marca de distinción
especial al lado de aquellos de mis compatriotas que, debido a su así llamada
insignificancia, han de padecer ultrajes que no corresponden a seres humanos.
Dos de las composiciones de Tagore más políticamente orientadas Chitto Jetha Bhayshunyo
(Allí, donde el alma no tiene miedo) y Ekla Chalo Re (Si no responden al llamado, camina en
soledad) fueron de interés masivo. Más allá de su compleja relación con Gandhi, Tagore fue
importantísimo en el proceso emancipatorio que permitió a los indios concebir la independencia
nacional a través tanto de la lucha como del diálogo, como el medio para enfrentarse a y superar
el colonialismo y las divisiones entre Este y Oeste, pasado y presente, tradición y modernidad.
Tagore tenía una clara percepción de la historia colonial a nivel mundial:
La primera invasión de la India es un paralelo exacto de la invasión de América
por los colonos europeos; estos también tuvieron que hacer frente a la selva virgen
y a una lucha sin piedad contras los pueblos aborígenes.
Lo que nos estimula del genio de Tagore es el modo en que superó el aislamiento del sujeto
colonial para convertirse en un sujeto global. Todos sus argumentos eran extraídos directamente
de la experiencia del ambiente social y natural en el que vivió hace ciento cincuenta años. Estas
experiencias explican su posición contra el colonialismo, la discriminación social y racial y la
deshumanización, al tiempo que dan coherencia a su fe en la relación entre seres humanos y
medio ambiente.
Cuando observamos la brutalidad con la que su nacionalismo irrumpe,
lo que sucede tan frecuentemente en el mundo -en la última guerra,
en el linchamiento de negros, en las cobardes atrocidades que se le permiten perpetrar
a los soldados europeos sobre los indios indefensos, en la rapacidad y el vandalismo
practicado en Pekín durante la rebelión de los boxers por las mismísimas naciones
que nunca se cansan de aplicarse epítetos barbáricos unas a otras según las vicisitudes
de las conveniencias y las pasiones políticas.
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cinco temas convergentes
Así, el pensamiento político de Tagore era complejo. Se opuso al imperialismo y apoyó la
resistencia india, pero denunció el nacionalismo hindú. Hizo hincapié en la auto-ayuda y el
desarrollo intelectual autodidacta de las masas como alternativa, afirmando que el imperialismo
británico era “un síntoma político de nuestra enfermedad social”, animando a los indios a aceptar
que “no es cuestión de hacer una ciega revolución, sino de una constante y decidida educación”.
Haber visto y conocido en su vida ambos mundos, el oriental y el occidental, lo convenció
completamente de la necesidad de reconciliar los valores de lo universal y lo diverso a través del
diálogo. Eso lo llevó a realizar un llamamiento para una verdadera apertura hacia el ‘otro’, para la
creación de un tipo de humanidad cuyo progreso científico-tecnológico y desarrollo económico
sólo podría ser entendido a través del diálogo y el respeto de los valores.
Para el comercio del espíritu, es preferible que pueblos diversamente situados
aporten productos diferentes al gran mercado de la humanidad y que cada
uno complete a los demás y sea necesario para ellos.
Esta preocupación se expresa en los contactos de Tagore con otros grandes intelectuales
contemporáneos, entre ellos H. G. Wells y Romain Rolland, Victoria Ocampo y Okakura, con
quienes discutió el problema del orgullo y la superioridad racial entre las naciones. Tagore
eligió el difícil camino intermedio entre el modernismo radical y el orgulloso tradicionalismo,
enfrentando el desdén y las amenazas de ambos bandos.
Yo estaba convencido de que lo que India más necesitaba era construirse
desde ella misma.
A pesar de ser un firme crítico de la colonización practicada por del Imperio Británico, no quería
que ello interfiriera con su misión de romper el aislamiento que la ley colonial y el nacionalismo
militante imponían.
Incluso si desde mi infancia estoy convencido de que mis compatriotas no ganarán
verdaderamente su India que si luchan contra la educación que les enseña
que un país es más importante que los ideales de la humanidad.
Aún durante la furia de la Primera Guerra Mundial, Tagore habló contra la guerra y el
nacionalismo militante en su ciclo de conferencias de 1916-17 en Japón y Estado Unidos.
El problema de esta nueva era es ayudar a construir el mundo nuevamente.
Debemos aceptar esta gran tarea. […] Todas las demás cosas pueden esperar.
Debemos hacer lugar al Hombre, el huésped de la época, y no dejar
que la Nación obstruya el camino.
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
Protagonista de su tiempo, su universalismo emancipador, cosmopolita e inclusivo, se convirtió
en una poderosa fuente de ideas para el futuro de India como una democracia secular y liberal
que Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru adoptaron. Tagore tenía una clara percepción de las
grandes amenazas que el nacionalismo suponía para la construcción de cualquier nación y de
India en especial. Protestando contra las tendencias fascistas de los movimientos nacionalistas
indios, repetidamente hizo pública su oposición a cualquier forma de totalitarismo, sea cual fuere
su origen. Lo describía como una manifestación de la “sinrazón”, como una “fundamental fuente
de los poderes ciegos que nos empujan en contra la libertad y el respeto de sí”. La construcción
de una nación sobre esa base es “la peor forma de cáncer a que la humanidad está expuesta”.
Sin embargo, su espíritu se ensombreció cuando percibió que el carácter de los pueblos en el
mundo moderno era constantemente moldeado por pasionales preocupaciones políticas y por
una furiosa competencia con los pueblos vecinos. Advirtió que la agresión y mecanización sobre
los débiles y dominados por parte de los dominantes crecía rápidamente, no sólo en el mundo
económico sino también en el corazón mismo de la sociedad humana: las naciones.
Los hombres no creen en la sabiduría del alma. Sus mentes están llenas de suspicacias
mutuas, odio y enfado y sin embargo intentan inventar algún dispositivo mecánico
que resuelva las dificultades. Reclaman el desarme, pero éste no puede lograrse
desde afuera. Son eficientes, pero eso solo no ayuda. ¿Por qué?
Porque el hombre es humano, mientras que la maquinaria es impersonal.
Los hombres poderosos son eficientes con respecto a las cosas externas;
pero la personalidad del hombre está perdida. […]
Lo he sentido, y me lo he dicho a mí mismo, y he repetido aquella canción:
‘¿Dónde habré de encontrarlo? No será en la maquinaria de poder y riqueza
que encontraré la humanidad del mundo. Si no está en el corazón de una civilización,
¿dónde está? El gran hombre, el segador, el músico, el soñador, ¿dónde están?
Tú luchas contra el mal, y esa es una gran cosa.
Tagore fue una de las fuentes de inspiración de la Déclaration pour l’indépendance de l’esprit
(Declaración para la independencia del espíritu), liderada por Romain Rolland y otros estudiosos
occidentales, que fue tal vez el primer intento de movilizar internacionalmente la opinión
intelectual contra la guerra.
Las barreras de la segregación nacional deben ser destruidas, las supersticiones
acerca de la incompatibilidad religiosa y social deben ser incansablemente combatidas.
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cinco temas convergentes
Tagore nunca fue indiferente a la necesidad de introducir los derechos humanos y la democracia
en un mundo injusto y desigual. La justicia social era para él mucho más importante que la
libertad política.
Aquellos de nosotros que en India hemos caído en la desilusión respecto
de que la mera libertad política nos haría libres hemos aceptado las lecciones
del Occidente como la pura verdad y perdido la fe en la humanidad.
Debemos recordar que cualquier debilidad de nuestra sociedad se convertirá
en una fuente de peligro en la política. La misma inercia que nos lleva
a idolatrar formas muertas en las instituciones sociales creará en nuestro
comportamiento político prisiones con paredes inamovibles.
Esta exigua simpatía que nos permite imponer a una parte considerable
de la humanidad el yugo humillante de la inferioridad dominará
nuestra política imponiendo la tiranía de la justicia.
Un poema de Gitanjali es el mejor ejemplo de su aspiración a la emancipación política y cultural
universal:
Donde la mente carece de miedo y la cabeza se mantiene erguida
Donde el conocimiento es libre;
Donde el mundo no se ha roto en pedazos entre estrechos tabiques;
Donde las palabras salen de la profundidad de la sinceridad;
Donde la lucha incansable extiende sus brazos hacia la perfección;
Donde la clara corriente de la razón
No ha perdido su camino en la arena sombría del desierto de los hábitos muertos;
Donde el espíritu conducido por ti avanza hacia la apertura continua
del pensamiento y de la acción
En ese paraíso de libertad, Padre mío,
Deja a mi país despertar.
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
neruda
mantener la conciencia
revolucionaria
Si los combates por la emancipación son inevitables, la división y la desunión no podrían ser
la cara definitiva del hombre para Neruda: “No entendí nunca la lucha sino para que termine”.
En los combates que los pueblos llevaron adelante por su libertad o su dignidad, ya sean en
América, en Europa o en Viet Nam, la poesía de Neruda dio todo su lugar al enfrentamiento
entre colonizadores y colonizados, explotadores y explotados. “Yo estoy aquí para contar la
historia”, declara en el poema que inicia el Canto general. Esa historia, que Neruda anuncia que
va a contar, contra el silencio o las manipulaciones, está marcada por la violencia y la lucha y
no podrían existir circunstancias atenuantes para las masacres que, desde Cholula a Guernica,
desde Pisagua hasta Hiroshima han tristemente marcado la historia de la humanidad.
Ya se sabe que los araucanos fueron aniquilados y, por fin, olvidados o vencidos,
y la historia la escriben o los vencedores o los que disfrutaron de la victoria.
Al denunciar la Conquista de América como la primera etapa de la alienación, no existe, para
el poeta de España en el corazón y de la Incitación al nixonicidio y alabanza de la Revolución
chilena, diálogo posible con la barbarie que se repite, ya sea fascista o imperialista.
Los carniceros desolaron las islas.
Guanahani fue la primera
en esta historia de martirios.
Los hijos de la arcilla vieron rota
su sonrisa, golpeada
su frágil estatura de venados,
y aun en la muerte no entendían.
Fueron amarrados y heridos,
fueron quemados y abrasados,
fueron mordidos y enterrados.
Y cuando el tiempo dio su vuelta de vals
bailando en las palmeras,
el salón verde estaba vacío.
Sólo quedaban huesos
rígidamente colocados
en forma de cruz, para mayor
gloria de Dios y de los hombres.
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emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
De la experiencia que ha adquirido en Asia del colonialismo padecido por los pueblos de países
en los que ha pasado varios años, no puede más que hacer una irrevocable constatación:
“Esta terrible separación de los colonizadores […]” y los colonizados “[…] nunca tuvo término. Y
siempre significó un aislamiento antihumano, un desconocimiento total de los valores y la vida
de aquella gente”. La potencia dominante, al dejar su imperio colonial “se ha despedido de sus
antiguos súbditos sin dejarles escuelas, ni industrias, ni viviendas, ni hospitales, sino prisiones y
montañas de botellas de whisky vacías”.
Esta historia, los historiadores profesionales ya la han contado, pero a menudo al servicio del
colonizador y de su visión alienante. El poeta pretende decirla adoptando el punto de vista de
aquellos que fueron víctimas anónimas, volviendo a colocar en el centro del proceso histórico a
su protagonista tantas veces ignorado: el pueblo. Desde el guerrero araucano hasta el “roto” de
la pampa, desde las ruinas de Machu Picchu a la mina de salitre de Chuquicamata, se construye
una identidad americana que, por estar fundada en las luchas y las esperanzas colectivas, hace a
los pueblos latinoamericanos hermanos en el diálogo con todos los pueblos de la tierra.
[…] como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares
La soledad de su adolescencia austral, luego la que había elegido para sí en Oriente lo
mantuvieron durante largo tiempo apartado del hombre en tanto ser colectivo, definido por
un cierto número de derechos que lo hacen corresponsable de su prójimo. La vida y la poesía
de Pablo Neruda están profundamente comprometidas con el ideal socialista de los derechos
humanos y permanecieron fieles a esta concepción ideológica, tomada de su fuente humanista
y en la realidad pre estalinista, en la “convicción profunda” de la transformación por parte de la
conciencia revolucionaria, solidaria de todo pueblo “[…] atacado por feroces invasiones, cercado
por implacables colonialistas, oscurantistas de todos los climas y pelajes […]”.
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cinco temas convergentes
Pero para él, en la lucha por la emancipación de la “desventurada familia humana” donde aun
en el colonialismo “había excepciones”, no todo es enfrentamiento. El combate, necesario, lleva
en sí la unidad. El otro, humano y fraterno, está siempre presente. Los pueblos no son culpables,
desde su punto de vista, de los crímenes perpetuados en su nombre. De esta fe militante y de los
lazos anudados entre la experiencia chilena y la de otros pueblos, otras culturas, otros combates,
el humanismo poético nerudiano adquiere una dimensión universal. La agresión fascista contra
la joven República española abrió en el corazón de Neruda una herida que no se cerrará nunca y
que marcará de manera definitiva su destino de poeta. “El mundo cambió y mi poesía cambió”,
escribirá en el margen de ese grito de revuelta y de esperanza que es su libro España en el corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal ?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles !
El hombre y el poeta entran en partes iguales en la abominación que siente Neruda por el
fascismo. ¿Cómo distinguir el poema del acto? Provisto de su fe comunista de la que nunca
renegó, Neruda luchó sin pausa contra el fascismo, hermano del racismo. El 18 de junio de
1947, el senador Pablo Neruda tomó la palabra para defender la lucha del Partido Comunista
junto al pueblo. Eso ocurría durante los meses previos a la aprobación de la ley que decretaba
la ilegalidad del Partido y la persecución de sus militantes, entre los cuales el poeta, que debió
exiliarse a caballo por los caminos abruptos de la Cordillera de los Andes. En el senado, Pablo
Neruda proclamó:
El Partido Comunista ha surgido de las entrañas del pueblo y ha sido
una fuerza fundamental en el progreso social, en la defensa de la soberanía
de la patria y en la educación cívica de las masas populares…
Los comunistas chilenos seguiremos con mayor firmeza la lucha en nuestro territorio
por una vida más digna para el pueblo de Chile y saludamos la lucha
de todos los pueblos por su liberación en todos los puntos de la tierra.
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
¿Es el hombre o el poeta quien, después de crear la sección chilena de la Alianza de los
Intelectuales para la Defensa de la Cultura y llegar a ser su Presidente, recorre el país para
denunciar el despertar en la Alemania de Hitler de la “bestia inmunda”? ¿Es el hombre o el poeta
el que, rodeado de algunos amigos, entrega solemnemente a la Biblioteca Nacional de Santiago
los libros alemanes que el hitlerismo acaba de proscribir? ¿El hombre o el poeta verá cómo su
Canto a Stalingrado cubre las paredes de México una mañana de 1942? Cien mil personas, en
Santiago, responderán al llamado de Neruda para protestar contra los pogroms anti-judíos que
acaban de comenzar en Alemania.
Sólo su resistencia era camino,
y aislados eran como trozos rotos
de una estrella, sin boca y sin brillo.
Juntos en la unidad hecha silencio,
eran el fuego, el canto indestructible,
el lento paso del hombre en la tierra
hecho profundidades y batallas.
Eran la dignidad que combatía
lo que fue pisoteado, y despertaba
como un sistema, el orden de las vidas
que tocaban la puerta y se sentaban
en la sala central con sus banderas.
En la actualidad, Chile todavía tiene excluidos: a menudo son los indios araucanos. El poeta,
que había celebrado en su Canto general la resistencia del pueblo araucano frente al invasor
español, no perderá oportunidad de alzarse contra la suerte que, todavía hoy, reserva a los indios
el gobierno de su país.
De la fulguradora desnudez,
dorados pechos, pálida cintura,
o de los ornamentos minerales
que unieron a su piel el rocío,
lo llevaron al hilo del andrajo,
le repartieron pantalones muertos
y así paseó su majestad parchada
por el aire del mundo que fue suyo.
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cinco temas convergentes
El exilio será para Pablo Neruda una oportunidad de enriquecimiento. El espacio se agranda. Se
anudan lazos entre la experiencia chilena y la de otros pueblos, otras culturas, otros combates.
El espacio alcanza el tiempo de la historia para honrar la fuerza moral de aquellos que como
Toussaint Louverture tuvieron el coraje heroico y solidario de preceder la liberación de los
pueblos latinoamericanos contra la dominación colonial, sin recibir de ellos como contrapartida
marcas de una solidaridad que no vino y que Neruda intenta reparar dos siglos después.
Toussaint Louverture anuda
la vegetal soberanía,
la majestad encadenada,
la sorda voz de los tambores
y ataca, cierra el paso, sube,
ordena, expulsa, desafía
como un monarca natural […]
El humanismo poético nerudiano adquiere, en el dolor del exilio político, una profundidad
universal que se pone al servicio de la utopía comunista de la que no reniega, a pesar de la
evidencia de los hechos de la “degradación del maoestalinismo”, porque para él sigue siendo
la única “fuerza moral que mantenía la resistencia y la lucha antifascista” en la guerra civil
española o en los combates latinoamericanos para construir, contra la dominación imperialista
y la explotación social.
Ven acá, sombrero caído,
zapato quemado, juguete,
o montón póstumo de anteojos,
o bien, hombre, mujer, ciudad,
levántense de la ceniza
Esta constancia en el compromiso demuestra que la participación intensa en el combate por la
paz está estrechamente ligada, para el militante comunista que fue siempre Neruda, al combate
contra el imperialismo y contra las taras de tipo colonial que subsisten en el combate político
y social. Contra aquellos que pretenden “[…] montar un tinglado donde unos cuantos snobs,
escrupulosamente blancos o blancuzcos, se presenten en sociedad, gesticulando ante los arios
puros o los turistas sofisticados”, se alegra en su autobiografía ante la esperanza de un universal
reconciliado por la emancipación y la diversidad:
Por suerte todo eso va quedando atrás y la onu se está llenando
de representantes negros y mongólicos, es decir, el follaje de las razas humanas
está mostrando, con la savia de la inteligencia que asciende,
todos los colores de sus hojas.
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
césaire
la hora de nosotros
mismos ha sonado
El joven poeta Césaire afirma, desde su primer obra, Cuaderno de un retorno al país natal, su
compromiso a favor de la emancipación de todos los hombres en la reconstrucción de una
comunidad humana herida por una opresión que afecta principalmente a la víctima, pero
también y de manera inevitable, a su verdugo. La finalidad es la objetivación, no la objetividad
que es imposible. Esa finalidad, el Rey Christophe, su héroe trágico, la resume en estas palabras:
“Hablo de una salida hacia arriba, Señores, y desgraciados sean aquellos cuyo pie flaquee”, una
conminación dirigida primero a los Negros, contra la desigualdad de la que han sido víctimas,
pero también a todos aquellos que “sin privilegio, sin exoneración particular, han conocido la
deportación, la trata, la esclavitud, la denigración colectiva como animales, el ultraje total, el vasto
insulto” y que “han recibido, incrustado en el cuerpo, en el rostro, el escupitajo omninegador”.
En la obra y la vida de Césaire se expresa una luminosa continuidad en cuanto a la construcción
del universal y su carácter compartido, en la memoria, la reciprocidad, el diálogo y el respeto del
derecho. Desde su llegada a Francia a los diecinueve años, en 1932, el joven Césaire forjó al mismo
tiempo su identidad particular y su visión del universal, como una búsqueda historicizada y
compartida por todos los hombres. En el mismo impulso, se definieron las armas de su lucha
contra los errores y los crímenes de la historia: colonialismo, explotación, discriminación,
segregación, racismo…
La juventud Negra quiere actuar y crear. Quiere tener sus poetas, sus novelistas,
que le cuenten sus propias desgracias y sus propias grandezas; quiere contribuir
a la vida universal, a la humanización de la humanidad, y para ello, una vez más,
hay que conservarse o reencontrarse, el es primado de sí…
[…] La tribu de los Viejos dice: “asimilación”, nosotros respondemos: resurrección.
¿Qué quiere la juventud Negra? Vivir.
Por último, para ser sí mismo, hay que luchar contra sí mismo:
hay que destruir la indiferencia, extirpar el oscurantismo,
cortar el sentimentalismo desde la raíz.
El grito de humanización para el hombre negro se arroja a la cara del mundo, pero el combate
queda inconcluso frente a la permanencia del prejuicio social, legal, de la exclusión económica
y esto es así porque la fisonomía o el color de piel siguen siendo los criterios que revelan la
intolerancia, la xenofobia, el racismo, la discriminación.
¿Y qué? Los indios masacrados, el mundo musulmán vaciado, el mundo chino mancillado
y desnaturalizado durante un largo siglo; el mundo negro descalificado;
inmensas voces para siempre apagadas; hogares dispersados al viento;
todo ese destrozo, todo ese derroche, la humanidad reducida al monólogo
¿y vosotros creéis que eso no se paga?
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emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
Estas palabras de Aimé Césaire son abruptas. Disgustaron profundamente a los poderes
conservadores y durante largo tiempo contribuyeron a la diabolización de su autor. En el
contexto mundial hoy en día, deben volver a pronunciarse para describir los disfuncionamientos
recurrentes de un mundo en el que el colonialismo se recicla, donde las lógicas de dominación se
reproducen, la mundialización cancela al mismo tiempo las fronteras y las solidaridades y en el
que una opresión reiterada y sistémica amenaza, tanto en el norte como en el sur, las identidades
que, a su vez, se encierran, se oponen, se exacerban. Ciclo infernal en el que puede quedar
atrapada la mundialización si solamente asistimos como espectadores de esta degradación. La
recurrencia de esta exclusión particular es emblemática de la opresión de millones de hombres
en los cinco continentes, cuya humanidad ha sido, es y podrá seguir siendo pisoteada.
Al venir me diría a mí mismo: y sobre todo a mi corazón tanto como a mi alma,
cuidado con cruzarse de brazos en la actitud estéril del espectador,
porque la vida no es un espectáculo, porque un mar de dolores no es un proscenio,
porque un hombre que grita no es un oso que baila.
Aimé Césaire elige su campo: el de la humanidad que sufre, ahora y siempre, ya en 1939, antes de
la tragedia del Holocausto y de tantos crímenes contra la humanidad reiterados en el siglo xx.
[…] así como hay hombres-hiena y hombres panteras,
yo seré un hombre judío
un hombre-cafre
un hombre-hindú-de-Calcutta
un hombre-de-Harlem-que-no-vota
el hombre-hambruna,
el hombre-insulto, el hombre-tortura…
La única lucha por la emancipación del hombre es universal y solidaria.
Mi boca será la boca de las desgracias que no tienen boca, mi voz la libertad
de las que se derrumban en la celda de la desesperación […]
no hay en el mundo un pobre tipo linchado, un pobre hombre torturado
en quien yo no sea asesinado y humillado.
En la incandescencia de los textos de juventud, la humanización de todos los hombres guía toda
la obra poética y política del hombre Césaire. Con sus amigos Léopold Sédar Senghor, en el Liceo
Louis le Grand, y Léon Gontran Damas y los jóvenes estudiantes de África o de Estados Unidos,
comulga contra los daños del colonialismo y el avance del fascismo con la clara conciencia de que
el combate se identifica con todos los combates de la historia humana pasada, presente y futura.
Así se define, para Césaire, la Negritud:
mi negritud no es una piedra su sordera estrellada contra el clamor del día,
mi negritud no es una mancha muerta en el ojo de la tierra
mi negritud no es ni una torre ni una catedral,
ella se hunde en la carne roja del cielo,
ella se hunde en la carne ardiente del cielo
ella perfora el abatimiento opaco con su recta paciencia
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cinco temas convergentes
Se da así prioridad a la emancipación política, cultural, económica y social y al diálogo acerca de
la independencia puramente política, que es uno de los medios primordiales necesarios, pero
no suficientes, para que se vuelvan indisociables la dignidad reencontrada, la responsabilidad
asumida y la reconciliación por la realización universal de los derechos del hombre de acuerdo
con “el gran resplandor que sube desde el brasero encendido en 1789 y que desde entonces no
ha dejado de obsesionar el horizonte de los pueblos, porque les traía a todos, cualquiera fuera su
raza o su color, no solamente la salvación de un pueblo libre, sino también el gran mensaje de
la fraternidad”.
En cuanto a Toussaint Louverture, héroe de la gesta haitiana en favor de la dignidad, de “Haití
donde la Negritud se puso de pie por primera vez y dijo que creía en la humanidad…”, para
Césaire representó el emblema del derecho, en su esfuerzo heroico de universalidad.
Cuando vino Toussaint Louverture, fue para tomar al pie de la letra la declaración
de los derechos del hombre, fue para mostrar que no hay una raza paria;
que no hay país marginal; que no hay pueblo excepcional […]
La lucha de Toussaint Louverture fue esa lucha por la transformación
del derecho formal en derecho real, la lucha por el reconocimiento del hombre.
Más de dos siglos después del sacrificio entre todos emblemático de Toussaint Louverture,
la emancipación, el diálogo, la libertad, la igualdad son todavía un ideal lejano. Césaire se
pregunta por el contexto inacabado de la democracia y de la descolonización y les recuerda a
los descolonizados las inevitables responsabilidades que les incumben en su propio proceso de
emancipación y de responsabilidad.
Hombres de África y ustedes ante todo, políticos africanos,
porque ustedes son los más responsables, hágannos una buena política africana,
hágannos un África en la que haya razones para esperar,
medios para realizarse, razones para estar orgullosos.
Expurgar la memoria para desapasionarla, ¿no es ese acaso el pasaje obligado para llegar de
manera efectiva a la reconciliación y asumir su lugar en el universal rehumanizado? ¿Por qué
medios reconquistar el derecho de formar parte del universal? ¿Qué decir de la lucha armada?
Algunos compañeros de rebelión y de esperanza la han elegido, como Frantz Fanon, que
participa de la guerra de Argelia. Señalemos que el autor de Piel negra, máscaras blancas y de
los Condenados de la tierra le mostró a Césaire sus primeros manuscritos. En un poema de Yo,
Laminaria, Césaire le dirige un vibrante homenaje
…te enuncio
Fanon
Rayas los barrotes de las prisiones
Rayas el rostro de los esbirros
Guerrero-sílex
Vomitado
Por las fauces de la serpiente del manglar
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
¿La democracia y el diálogo republicano? Aimé Césaire quiere creer, hasta el final. Y las
temidas intervenciones del diputado Césaire, en la Asamblea nacional francesa, denuncian la
permanencia de una lógica desigual en el tratamiento social y político reservado, aun en un
contexto republicano y democrático, a ciertos grupos marcados por la diferencia étnica, cultural
o confesional: “La violencia cometida contra el miembro más ínfimo de la especie humana
afecta a la humanidad entera. El combate, el secular combate por la libertad, la igualdad y la
fraternidad, nunca está totalmente ganado y todos los días vale la pena dar batalla”.
¿Creer en la utopía? ¿Por qué no, si se cree en el hombre? “Porque, hay lugar para todos a la hora
de la conquista”. A la sazón, para el joven intelectual Césaire, en la movilización de la posguerra,
fue el ideal comunista, al que adhirió en 1946 sin aceptar el adoctrinamiento, como lo precisa en
la Carta a Maurice Thorez (1956), texto que explica las razones de su renuncia. Adhirió al ideal
comunista con la esperanza de que
la doctrina y el movimiento sean hechos por los hombres,
no los hombres para la doctrina y el movimiento.
Y, por supuesto, eso no solo es válido para los comunistas.
Y si fuera cristiano o musulmán, diría lo mismo.
Que una doctrina solo vale cuando fue repensada
por nosotros, convertida para nosotros.
Para Césaire, el balance de “la traición estalinista” es amargo. Probablemente, la lección que da
la severa constatación que realiza reside en su anticipación a las diversas patologías que derivan
de toda visión totalitaria, ya sea que nazcan de la opresión política, cultural o económica.
Pero, frente a ellas, subsisten los pueblos y los hombres, portadores de ideales irreductibles, que
pueden considerarse desaparecidos pero que hay que mantener y despertar, pues son portadores
del fuego sagrado de la resistencia a todas las formas de opresión:
Hay volcanes que perecen
Hay volcanes que permanecen […]
Pero, no hay que olvidarse de aquellos que no son menores,
Los volcanes que ninguna dorsal localizó jamás,
Pero cuyos rencores se construyen de noche
Hay volcanes cuya boca tiene la medida
Exacta de la antigua desgarradura
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cinco temas convergentes
Ese brasero, alimentado por las “desgarraduras” de la memoria o los aspectos hegemónicos de
la mundialización económica y tecnológica, aunque legítima frente a la historia, puede ser una
amenaza a la paz porque sus llamas suscitan, como reacción, la radicalización de reivindicaciones
identitarias particulares, exacerbadas y sectarias.
mi corazón, presérvame de todo odio
no hagas de mí ese hombre de odio por el que no siento más que odio,
pues para relegarme en esta única raza
sabéis sin embargo de mi amor tiránico
sabéis que no es por odio de las otras razas
que me exijo presumir de esta única raza
que lo que quiero
es por el hambre universal
por la sed universal
por fin libre conminarla
a producir de su intimidad cerrada
la suculencia de los frutos.
Porque el fuego de la revuelta y la experiencia de la opresión no justifican todos los excesos y
todas las violencias. No podrían legitimar la abominación ciega del terrorismo o de la agresión.
Necesitan, también, una toma de conciencia. Comprender no es absolver. Al alzarse contra
todas las formas de opresión de nuestro tiempo que menoscaban los derechos elementales de
la persona humana en África, en América, en Asia, en Europa o en otro lado, Césaire nos incita
a permanecer vigilantes, pero al mismo tiempo, humanos y generosos, a fin de hacer nacer una
“nueva bondad”:
No se trata de entregar el mundo a los asesinos
de albas
la vida-muerte
la muerte-vida
los humilladores de crepúsculos
las rutas cuelgan de su cuello de desolladores
no puede tratarse de desvíos
solo los carteles fueron escamoteados por la noche
[…]
burlándose de las apariencias
pero también de los senos que amamantan riachos
y las calabazas dulces en el hueco de las manos de ofrenda
una nueva bondad no deja de crecer en el horizonte.
emancipación contra la opresión: en la reciprocidad y el derecho
La idea maestra de la emancipación contra la opresión, en Aimé Césaire, es que el universal no
puede de ningún modo ser alcanzado por la negación de lo particular, sino por la profundización
y la superación de lo particular -de acuerdo con la noción hegeliana- a fin de reconocer al otro y
de acceder juntos, por medio del diálogo y el compartir, al universal.
Es el viaje hasta el final de sí el que nos hace descubrir el afuera y el todo.
A lo largo de toda su existencia, Césaire sigue siendo un combatiente infatigable por el despertar
de la conciencia. Escuchemos al Rebelde en la tragedia Y los perros callan, frente a su propia
liberación:
Odiar es seguir dependiendo; Y de una vez por todas, yo me negué a ser esclavo.
El desafío cotidiano de la emancipación para cada uno y para todos es el compromiso de asumir,
para superarlas, las tensiones contradictorias que dominan la comunidad humana.
Hay dos maneras de perderse: por segregación encerrada en lo particular
o por disolución en el universal. Mi concepción del Universal
es el de un universal enriquecido por todo lo particular,
por todos los particulares, coexistencia y profundización
de todos los particulares.
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cinco temas convergentes
4
el saber, la ciencia y la ética
De la obra vida de Tagore, Neruda y Césaire
emana una misma visión de precursores
respecto de las relaciones entre la ciencia,
el hombre y la ética. Visión tanto más
preciosa cuanto que ninguno de ellos se
ocupó en sentido práctico de la ciencia
y la tecnología, disciplinas que progresan
hoy a pasos agigantados y que nos ponen
en la situación en que la humanidad en
su conjunto se interroga acerca de los
beneficios y los riesgos de ese potencial
vertiginoso, del que depende cada vez más.
La cuestión va más allá de los aspectos
meramente metodológicos o de los medios
puestos en juego. Constituye un desafío
ético mayor para el humanismo del tercer
milenio, que deberá reconciliar los saberes
y rehabilitar la universalidad del
procedimiento cognitivo, para reunir,
sobre la base de los pasivos, de lo adquirido
como inmensas potencialidades del ámbito
científico y de sus aplicaciones tecnológicas,
las mil y una expectativas de una
humanidad común. Se ha vuelto tanto más
crucial cuanto que los cambios radicales
acontecidos en el transcurso de la segunda
mitad del siglo xx en las relaciones entre
el individuo y la sociedad, por una parte,
entre la sociedad y el resto de la biosfera,
concepto holístico e interdisciplinario
por otra, pero también el crecimiento de
las conexiones entre ciencia, tecnología
y economía, son desafíos ineludibles.
Tagore, Neruda y Césaire saludaron la
formidable explosión de conocimientos
que representó en los siglos xix y xx la
evolución del pensamiento científico y de
las técnicas. Los tres poetas consideraron
que se trataba de una parte esencial,
aunque no exclusiva, de la aventura
del saber humano que debe alimentarse
también de lo imaginario, inseparable
de la vida. Más aún, su origen geocultural
alimentó su interpretación de la
formidable oportunidad del progreso
científico para la comunidad humana
emancipada y solidaria a la que cada uno
de ellos aspiraba con fervor. La ética es la
afirmación primera y última, por ella le
corresponde a la ciencia manifestar el
esfuerzo de la inteligencia humana para
que la comprensión metódica de lo real
reconcilie también a los miembros de la
humanidad por la ampliación del saber.
Por haber planteado la difícil cuestión
acerca de los lazos entre ética, ciencia y
libertad y por haberlos hecho indisociables
de los fundamentos de la solidaridad
intelectual y moral de la humanidad y de
sus fundamentos filosóficos, Tagore, Neruda
y Césaire iluminan, dentro de un enfoque
pluridisciplinario, la acción de la unesco.
La creación en 1998 del Programa sobre
la Ética de las ciencias y las tecnologías
y de la Comisión mundial de ética de los
conocimientos científicos y tecnológicos
(comest) señalan, desde 2002, la ética
de las ciencias y las tecnologías como una
prioridad para la unesco.
Teniendo en cuenta las conmociones
suscitadas por el impacto de los avances
científicos y tecnológicos en la evolución
del hombre, de la sociedad y del planeta,
también allí el mensaje individual de estos
tres autores anima la reflexión sobre esta
problemática internacional y transcultural.
150
cinco temas convergentes
tagore
compartiendo
el conocimiento humano
La ciencia le ha dado al hombre un inmenso poder.
Volverá la era dorada en que esté al servicio de la humanidad.
El llamado de esa era suprema ya se escucha.
El hombre debe hoy poder decirle,
“¡que este poder tuyo nunca disminuya;
que sea victorioso en obras y rectitud!”
Fascinado por la proliferación acelerada de los descubrimientos científicos, Tagore invitó a
cantidad de científicos occidentales a visitar la universidad que había creado en Santiniketan e
impartir sus conocimientos en ciencias fundamentales y aplicadas en favor del desarrollo de la
India, en camino hacia la independencia nacional. Sus intercambios epistolares e intelectuales con
Einstein son de una riqueza extrema, que es preciso profundizar en el marco del proyecto.
Tagore creía que la diversidad del género humano era una riqueza, por lo que no apoyaba la tendencia
de la civilización moderna a hacer el mundo uniforme a través de una visión colonial de las ciencias y
las técnicas. Debido a este hecho, se encontraba en desacuerdo con cualquier pretensión de crear un
nuevo ser humano universal por medio de un orden científico que no tuviera en cuenta la fisonomía
individual que necesita ser reconocida como intrínsecamente diferente y complementaria. Tampoco
aceptaba la idea de que una civilización humana pudiera ser creada por las ciencias sin tener en
cuenta la individualidad de los pueblos y las civilizaciones. Las civilizaciones individuales no podían
ser fundidas en un todo universal, aún cuando pareciera ser el destino natural de la humanidad es
perseguir la unidad en tanto que objetivo moral y filosófico.
En su perspectiva, no hay contradicción entre las culturas nacionales y el desarrollo científico en
países colonizados.
Deja que el espíritu sea universal. El individuo no debe ser sacrificado.
Tagore creía en el desarrollo de todas las ciencias de acuerdo con las necesidades del pueblo,
sea de las ciencias sociales y humanas para la profundización de particulares raíces culturales e
históricas, sea de las ciencias naturales para el ajuste de la adaptación geográfica en el mundo
físico y la comprensión de las leyes que rigen los elementos naturales. El apoyo de Tagore a la
aplicación de la ciencia por parte de la sociedad india para el bienestar humano suponía que
todas las formas de conocimiento pueden ser comúnmente implementadas. Así, escribió:
Hemos omitido actuar de modo tal que nuestros acueductos y reservas de agua se han
secado; la malaria y la enfermedad, la codicia, el pecado y el crimen acechan la tierra;
una resignación cobarde nos abruma. En cualquier dirección que vayamos, encontramos
la imagen de la derrota, de la penuria debida a la depresión de la derrota.
En todas partes nuestros compatriotas exclaman: “Hemos fracasado”.
el saber, la ciencia y la ética
La misión de la investigación científica, la invención de nuevas disciplinas fundamentales y
la producción de conocimientos tienen la misma urgencia que la producción de aplicaciones
prácticas inmediatamente útiles para la reducción y erradicación de la pobreza en las ciudades
y aldeas al igual que para la mejora de las condiciones de vida de la sociedad entera a través de
la provisión de comida, salud y toda clase de necesidades concretas.
La cooperación internacional y nacional es uno de los principales recursos para la construcción
de una relación en nuevos términos entre el Oriente y Occidente.
Creo que la unidad de la civilización humana puede ser mantenida del mejor modo a
través del vínculo cooperativo y fraterno de las diferentes civilizaciones del mundo.
Es crucial advertir que la ciencia no puede ser una imposición innecesaria sobre la diversidad
humana. En su trabajo para la reconstrucción rural Tagore experimentó lo importante que es la
enseñanza de la ciencia y su aplicación en la vida cotidiana para el progreso tecnológico.
Si podemos poseer la ciencia que da su poder a esta época,
podremos todavía ganar, podremos todavía vivir.
Pero Tagore sabía bien que en los tiempos modernos el progreso tecnológico había multiplicado
la capacidad productiva a través de la maquinaria, y había incrementado del mismo modo
la escala de la ganancia y con ella la de la codicia. Eso había perturbado el balance no sólo
entre la ciudad y la aldea sino también el balance entre las distintas partes del mundo. Los
pobres pasaron a ser explotados por la comida y a través del trabajo comunitario mientras los
poderosos disfrutaban de esos beneficios y también de aquellos deparados por los progresos
en la maquinización. En un mensaje escrito para la inauguración del Instituto fundado por su
amigo, el internacionalmente reconocido científico Jagadish Chandra Bose, Tagore reiteró su
posición: que la ciencia debe ser usada para beneficio de la humanidad.
No puedo sino bendecir esta institución desde la oscura distancia a que la multitud de
los que por generaciones han sido descuidados en este país ha sido empujada impotente
para trabajar despiadadamente en el primitivo cultivo de la tierra. Ofrezco mi saludo a los
ilustres fundadores de este Instituto, que se colocan humildemente junto a aquellos que
están privados del conocimiento suficiente como para salvarse de la desoladora amenaza
de la privación científica y del continuo agotamiento de los recursos vitales, e invito a este
Instituto a elevar nuestro llamado a la ciencia para que rescate al mundo de las garras de los
maleantes que traicionan su noble misión transformándola en un salvajismo desenfrenado.
Cuando Tagore comenzó su trabajo de reconstrucción rural en las zonas agrícolas del oeste
de Bengala a las cuales pertenecía su familia y se acercó a la vida del campesino decidió que
su miserable condición económica y social no cambiaría hasta que la ciencia y su aplicación
agrícola no fuera introducida en sus vidas. Hizo arreglos para enviar a su hijo mayor junto con
otro pupilo de la escuela de Santiniketan, que era hijo de un amigo de la familia, a estudiar
agricultura y cría de animales en una escuela agrícola en Estados Unidos en 1906.
He deseado seriamente durante mucho tiempo que nos ocupemos en este país de los problemas
agrícolas como se debe. Y he enviado a algunos de nuestros jóvenes al extranjero a estudiar
agricultura de modo tal que a su regreso puedan enfrentar este problema y así servir a su patria.
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cinco temas convergentes
Desde su extensa y profunda experiencia del conocimiento y los procedimientos intelectuales
indios, pudo establecer los límites y las diferencias en la interpretación de los fenómenos
naturales, experiencias físicas y hechos biológicos. Tagore tenía especial interés en el progreso
de las ciencias humanas para promover el auto-conocimiento social sobre la cultura, la lengua,
el patrimonio histórico, los trasfondos específicos y los criterios para una razonable y adaptada
modernización. “Tenemos que crear la nueva psicología, apropiada a esta época. Tenemos que
ajustarnos a las nuevas necesidades y condiciones de la civilización”. Para él, el estudio y el saber
no tienen límites y el desarrollo del conocimiento científico es la condición para participar en
los desafíos de la modernidad.
Tal y como argumentó frente a Gandhi en torno a la cuestión de la tradición y la modernidad,
Tagore no podía aceptar el rechazo radical de Gandhi del pensamiento occidental en detrimento
de los beneficios de la ciencia. La ciencia representaba para Tagore la condición gracias a la cual
se erigiría una nueva India, consciente de los progresos científicos y capaz de adoptarlos, con un
profundo conocimiento de sus métodos y propósitos.
El conocimiento secular estaba en posesión de los pensadores y científicos europeos
y nosotros, quienes lo necesitábamos en Oriente, debemos buscar su ayuda…
Si estamos predispuestos contra la ciencia occidental sólo porque pertenece a Occidente,
no sólo nos privaremos de los principios que tiene para enseñar sino
que además rebajaremos nuestra propia espiritualidad oriental.
Tagore evaluó la responsabilidad ética de la ciencia en el marco geopolítico global.
Probablemente fue la ciencia dominante del siglo xix la que creó el espíritu de superioridad
racial en Occidente. Cuando el Oriente asimilara la ciencia de la física, puede que la tendencia
cambie y tome un curso normal.
Aquellos que están privados del conocimiento suficiente como para salvarse
de la desoladora amenaza de la privación científica y del continuo agotamiento
de los recursos vitales, e invito a este Instituto a elevar nuestro llamado
a la ciencia para que rescate al mundo de las garras de los maleantes
que traicionan su noble misión transformándola en un salvajismo desenfrenado.
Tagore creía que la ciencia moderna no es propiedad exclusiva ni de Europa ni de Occidente.
Era consciente de que una serie de accidentes y de circunstancias peculiares habían impedido
a algunos países orientales aplicar sus propios descubrimientos de las ciencias que fueron
aprovechados por Occidente. Anticipó que un día los científicos japoneses, chinos o indios
ganarían en el mundo de la ciencia el debido reconocimiento.
¡Qué maravilla: una fruta cotidiana se convierte en un mundo inexplorado
que todas las ciencias del universo son incapaces de medir
sin los humildes sentidos humanos!
el saber, la ciencia y la ética
neruda
la ciencia,
una esperanza irrevocable
Un mundo orbitando su propio sol que todavía no se ha descubierto
por los científicos, llenos de instrumentos, para pedir eternidad
pero faltando un sentido de sabor.
El progreso científico y tecnológico se inscribe en la tela de fondo sobre la que se construye el
materialismo poético de Neruda y su deseo de describir el mundo, a partir de la observación
de las cosas:
La idea de un poema central que agrupara las incidencias históricas,
las condiciones geográficas, la vida y las luchas de nuestros pueblos,
se me presentaba como una tarea urgente.
Pablo Neruda comienza su Canto general como un observador atento al espectáculo de la
naturaleza andina, de su estructura geológica y topográfica, así como toma conciencia del
poder creador del hombre sobre el espectáculo de las ruinas históricas y del análisis sociológico
y antropológico de la guerra de España: lo que construyó gracias a su saber y a su trabajo se
encuentra reducido a un montón de cenizas. Las ruinas, por una trágica paradoja, están en el
origen de una celebración de lo que pretenden negar.
Como el botón o el pecho
se levantan al cielo, como la flor que sube
desde el hueso destruido, así las formas
del mundo aparecieron.
Cuánto hasta ser relojes! Aluminio
de azules proporciones, cemento
pegado al sueño de los seres !
No hay hiato, en la visión nerudiana del progreso tecnológico y de la observación, entre las
fuentes del saber científico y los temas que explora y expresa la inspiración poética: de ellos
toma el poeta el poder de transformar lo real.
Miro el mar con el mayor desinterés: el del oceanógrafo puro,
que conoce la superficie y la profundidad; sin placer literario,
sino con un saboreo conocedor, de paladar cetáceo.
En efecto, es el mar, el océano, el océano austral y sus mares helados pero fecundos así como la
observación de los grandes acuarios, como los de Madrás, Nápoles, Copenhague, que apasionan
particularmente a Neruda, que se refiere largamente a ellos en sus Memorias.
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cinco temas convergentes
“Es el plancton el que me interesa; esa agua nutricia, molecular y electrizada que tiñe los mares
de un color de relámpago violeta.” Conoce todas las especies, sus caminos, su nutrición. La casa
que construye, el átomo que la ciencia aísla y la flor que se abre nacen de la misma necesidad.
El hombre, que se realiza por su trabajo, participa del universal “crecimiento”, palabra maestra
del léxico de Neruda. De modo tal que no podría transgredir las leyes fundamentales, como si el
horizonte del saber residiera también en la búsqueda del secreto misterio de lo vivo.
Pero sabes de dónde viene
la muerte, de arriba o de abajo?
Dónde termina el arco iris
en tu alma o en el horizonte?
Ninguna ruptura en la obra de Neruda en la exploración de la biodiversidad. Inspirado e
impresionado de admiración por los dones generosos de la naturaleza, en México, en las tierras
de los Mayas, observa los misterios insondables del agua, que anuncian las experiencias muy
recientes de la química orgánica y de la física cuántica, que buscan descubrir la clave científica
de la materia viviente y mineral y avanza con las nanociencias y las nanotecnologías hacia las
fronteras del universo cuántico.
Entonces, sobre los cenotes sagrados, por miles de años las religiones primitivas
e invasoras aumentaron el misterio del agua misteriosa.
Neruda es un poeta inmerso en la respiración y la diversidad del mundo: plantas, insectos, caracoles,
libros, objetos de todo tipo, nada escapa a su curiosidad. Su casa-museo de Isla Negra da testimonio
de ello, como si el poeta, descubridor, explorador, deseara desarrollar allí una visión museográfica y
una presentación de las correspondencias objetivas entre los objetos. Revisaba minuciosamente las
playas del mundo en busca de pequeños ejemplos de conchillas vacías, abandonadas sobre la arena
por una nueva marea. En más de veinte años, acumuló más de 9.000 caracoles, con 400 especímenes
diferentes de variedades raras o poco conocidas, presentados en enero de 2010 en el Instituto
Cervantes de Madrid que expuso la colección que el poeta donó a la Universidad de Chile en 1954.
[…] Lo mejor que coleccioné en mi vida fueron mis caracoles. Me dieron el placer
de su prodigiosa estructura: la pureza lunar de una porcelana misteriosa […]
La obsesión por las proporciones matemáticas aparece en sus textos y los caracoles la reflejan,
como una metáfora de la diversidad de la vida en el seno de sus límites. La poesía de Pablo
Neruda puede maravillarse ante la belleza del objeto, pero no se atiene a su forma o a su color. De
manera convergente con la investigación científica, el sujeto poético nerudiano viaja al interior
de las cosas para captar su esencia material:
Pregunté a cada cosa
si tenía
algo más,
algo más que la estructura,
y así supe que nada era vacío :
Todo era caja, tren, barco cargado
de multiplicaciones[…]
el saber, la ciencia y la ética
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cinco temas convergentes
No solamente se dedica a dar voz a su silencio, sino que se interesa por ellas en tanto que
creaciones, se interroga acerca de su génesis, su funcionamiento, y pone ese saber al servicio del
mayor número. Cualquiera que sea la especificidad que Neruda reconozca a la búsqueda poética,
fundada en un uso particular de la lengua, no la opone a la del hombre de ciencia. Cuando en su
libro Odas elementales, elige celebrar al laboratorista o cuando canta la belleza de una farmacia,
no está fuera de su proyecto poético fundamental que es la celebración de la totalidad de las
experiencias humanas. En la inmensa biblioteca que donó, así como su colección de caracoles, a
la Universidad de Chile, no faltan obras científicas.
Se sabe, por el Canto general, que cuando dejó su país por el exilio, el poeta solo llevó consigo dos
libros. Sus títulos eran: Geografía física de la república de Chile (1875) de Amado Pissis y Libro de
los pájaros de Chile (1946) de Johnson y Philippi.
En vano buscaríamos en la poesía de Pablo Neruda la huella de un rechazo o de una desconfianza
respecto del progreso científico y técnico como tal, por el contrario, le apasionó poder compartir
en Moscú el “tiempo de los cosmonautas”. Pero para él, la única ciencia verdadera es la que
está al servicio de la vida. Cuando escribe su Oda al átomo, no han pasado todavía diez años
desde que la bomba atómica cayó sobre Hiroshima. El poeta da un amplio lugar al horror del
acontecimiento, pero no por eso se priva de terminar con una exhortación dirigida al poder
pacífico y fecundador del átomo:
Átomo,
desbordada
copa
cósmica,
vuelve
a la paz del racimo,
a la velocidad de la alegría,
vuelve al recinto
de la naturaleza […]
En el origen de esta fe en el progreso científico y técnico, enclavada en el corazón de su
universalismo utópico, existe en Neruda la convicción de que, a pesar de todos los riesgos, la
misión científica consiste en inscribir a cada uno de nosotros en su relación con las generaciones
que vienen después de nosotros, como miembros de la familia humana en la que el humanismo
triunfará. Esta convicción es fundadora y última. Trasciende su fe ideológica.
Escribo conociendo que sobre nuestras cabezas, sobre todas las cabezas,
existe el peligro de la bomba, de la catástrofe nuclear que no dejaría nadie
ni nada sobre la tierra. Pues bien, esto no altera mi esperanza.
En este minuto crítico, en este parpadeo de agonía, sabemos
que entrará la luz definitiva por los ojos entreabiertos.
Nos entenderemos todos. Progresaremos juntos.
Y esta esperanza es irrevocable.
el saber, la ciencia y la ética
césaire
hay lugar para todos
a la hora de la conquista
Aimé Césaire pone a la ciencia y a la tecnología en el epicentro de los desafíos que el siglo xxi
plantea a la familia humana.
Visión del mundo. Sí. La ciencia ofrece una visión del mundo.
Pero somera. Pero de superficie.
La física clasifica y explica, pero la esencia de las cosas se le escapa.
Las ciencias naturales clasifican, pero el quid proprium de las cosas le escapa.
En cuanto a la matemática, lo que escapa a su actividad abstracta y lógica es lo real.
De ninguna manera se trata de rechazar los aportes de las ciencias, sino de apreciar las
responsabilidades ampliadas en un mundo en el que el riesgo es inevitable.
La historia, siempre es peligrosa, y nos corresponde a nosotros establecer
y reajustar la jerarquía de los peligros.
Entre los beneficios que puede aportar el progreso científico, la ética es el principal desafío.
Para el universal que propone Césaire, el conocimiento, que engloba a la ciencia, es un camino
fundador de lo humano desde la aparición de la especie. El conocimiento tiene un alma y se
encarna. La ciencia no es la totalidad del conocimiento. Sin ética, todos los conocimientos, por
esenciales e innovadores que sean, no están exentos de amenazas.
La historia de las ciencias humanas, como la de las ciencias exactas, lleva los estigmas de tesis
por lo menos cuestionables que pesan sobre el rol histórico de la ciencia y que, con toda razón,
mereció por parte de Aimé Césaire profundas y severas interrogaciones. En consecuencia, no
hay que reproducir la colisión de “la gran traición” de algunos científicos, vendidos a intereses
predadores que podían afirmar que
Occidente inventó la ciencia, solo Occidente sabe pensar,
que en los límites del mundo occidental comienza el tenebroso reino
del pensamiento primitivo, incapaz de lógica.
¿Cómo olvidar, en efecto, a título de ejemplo en el estado de las divisiones del mundo y de la
recrudescencia del prejuicio racial, los estragos legados por “el alcance objetivo del trabajo sucio”
realizado por muy importantes científicos teóricos que establecieron una jerarquización de los
seres humanos y que justificaron de ese modo el racismo, la destrucción y el sometimiento de
numerosos pueblos?
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el saber, la ciencia y la ética
A los nazis, que emplearon la craneometría y la antropometría para distinguir a los arios de los
no arios, el joven poeta Césaire responde en su primera obra:
Desconfío del craneómetro. Homo sum etc
Y que sirvan, se traicionen y mueran
Así sea. Así sea. Estaba inscrito en la forma
de su pelvis.
En efecto, el craneómetro o la craneología ilustran bien la culpabilidad de las pseudociencias.
Esa disciplina, que pretendió hasta la primera mitad del siglo xx que existían desigualdades
anatómicas entre los cerebros humanos de orígenes étnicos diferentes, legitimó la jerarquización
de los seres humanos según la raza y la identificación de temperamentos criminales o sociales a
partir de las medidas craneanas. Sus adeptos también formularon hipótesis “científicas” que, a su
vez, determinaron características de clasificación de la inteligencia y del comportamiento moral,
a pesar de las pruebas empíricas muy poco concluyentes. Esto no impidió que durante mucho
tiempo se recurriera a ellas para justificar políticas racistas contra los irlandeses asimilados a los
africanos de raza negra y, por tanto, considerados como razas inferiores, de las que se decía que
los cráneos tenían la misma forma que los de los hombres de Cromañón y recordaban el de los
simios, una prueba más de su inferioridad. Semejantes teorías, todavía recientes, preconizaron
asimismo la inutilidad de la enseñanza superior para las mujeres, cuyos “cerebritos no estarían
nunca a la altura”.
El Discurso sobre el colonialismo interpela duramente a los responsables de las ciencias
humanas, cuando estas se ponen al servicio de la opresión, del provecho y la alienación: “Los
psicólogos, sociólogos, etc., sus miradas sobre el ‘primitivismo’, sus investigaciones dirigidas, sus
generalizaciones interesadas, sus especializaciones tendenciosas…”. Césaire con un tono sarcástico,
prosigue: “¿hace falta que diga que siempre es desde lo alto desde donde el eminente sabio mide
a las poblaciones indígenas, las cuales ‘no participaron’ en el desarrollo de la ciencia moderna?”
Hoy en día la vigilancia es de rigor para erradicar estos desvíos, a pesar de la progresión de las
realidades científicas y frente a las presiones económicas, financieras o políticas recurrentes.
“¡Admirable! Todo el mundo gana: grandes compañías, colonos, gobierno, salvo el bantú,
naturalmente.” Después de la justificación de conceptos erróneos sobre los “primitivos” ¿qué
hay de la suerte que les toca a los humanos actualmente, en las estadísticas, en las distintas
experimentaciones, en el gran mercado de las ciencias y las técnicas…? La cuestión sigue
planteada:
Sí o no, encontraremos el secreto de una sociedad en la que la ciencia
dejará de separar al hombre del universo, de separar al hombre
de sí mismo y de su prójimo, de aislar al hombre para extinguirlo mejor,
para destruirlo mejor.
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cinco temas convergentes
Aimé Césaire admira profundamente la ciencia a la que demuestra una inmensa gratitud por las
soluciones positivas que procura el progreso científico y tecnológico cuando alivia el sufrimiento
humano que se repite a través de las diferentes épocas. Pero ese saber debe ser reconciliado con
la inteligencia de todos, en el norte como en el sur, pues según él, “sería un error creer que el
conocimiento ha esperado para nacer el ejercicio metódico del pensamiento o los escrúpulos
de la experimentación”. Es un precursor de la transdisciplinariedad que anuncia la corriente
contemporánea de pensamiento holístico, la transdisciplinariedad, que reagrupa como en un
cenáculo a poetas, filósofos, antropólogos y etnólogos, científicos de todas las corrientes. Del
mismo modo que la iniciativa de Tagore de crear Visha Barati y las Universidades de Santiniketan
y Sriniketan, el objetivo de la revista Tropiques, creada por Césaire es rol del método científico
para rehabilitar la constitución de un saber objetivo sobre el patrimonio local por la geografía,
la botánica, para explorar “la vegetación del entorno antillano”, conocer “las denominaciones
genéricas y científicas”, “el rol de la ecología”, hacer “honor a los agrónomos”, informarse sobre
“las propiedades de los vegetales”, “el manglar: fenómeno tropical”, “la fauna precolombina
de las Antillas francesas” o “la historia del entorno antillano”. Sería particularmente peligroso
aislar la ciencia en una torre de marfil. Y esto concierne a todos los campos de investigación
y del discurso científico. Engloba las ciencias humanas, las ciencias físicas y las ciencias de lo
viviente, tanto como la investigación fundamental y aplicada. Los conocimientos y los métodos
científicos deben ser explicitados y accesibles al mayor número para suscitar y justificar la
fascinación admirativa que se encuentra en el uso que hace Césaire de vocablos médicos en su
poesía, rica en términos de botánica o de medicina, como para rendir un homenaje poético a las
soluciones que la ciencia brinda a las enfermedades, elefantiasis, paludismo, varicela, escaras,
pústulas, escamas, melasmas, vómito negro…
Palabras, ah sí, palabras, pero
palabras de sangre fresca, palabras que son que son
maremotos y erisipelas
paludismos y lavas y fuegos
maleza y láminas de carne,
y llamaradas de ciudad
Por primera vez en la historia de la especie, el hombre se encuentra en condiciones de intervenir
científica y técnicamente en los procesos fundamentales de la vida y de la muerte, lo que
compromete nuevamente la ecuación del hombre singular y la de la humanidad frente a
los beneficios de la innovación. Pero la experiencia del pasado reciente ofrece una distancia
suficiente para optimizar la contribución efectiva de la ciencia a la construcción del humanismo
y del universal.
el saber, la ciencia y la ética
De modo que, cuanto más ganan en eficiencia y en sofisticación los ámbitos y las ramificaciones
de la ciencia, más se impone la responsabilidad ética frente a la proliferación de descubrimientos,
de saberes y de aplicaciones que pueden hacer de la ciencia, al mismo tiempo, el fin y el medio
exclusivo de producción de un saber autista y desencarnado.
marchar a través de la fractura mal reducida de los continentes
(de nada sirve recorrer la Grande-Fosse
inspeccionar todos los cruces examinar los esqueletos
de pariente en pariente siempre falta un eslabón)
marchar diciéndose que es imposible que la sobre tensión atmosférica
captada por los pájaros pararrayos
no haya sido transmitida a alguna parte
en todo caso en alguna parte hay un hombre que la espera.
En este espíritu, nos alerta Césaire acerca de la marcada tendencia del “todo científico”, la
irresistible expansión del “todo tecnológico”, detrás de lo cual se perfilan implacables formas
modernas de deshumanización, si el conocimiento científico y la seducción tecnológica se dan
como finalidad olvidar al hombre, enredar a lo humano en una malla de servicios mercantiles y
de verdades puestas al servicio a veces subrepticio de prácticas poco justificables.
Frente al desafío ético, la gran cuestión para Césaire es ampliar las realidades científicas
concebidas en primer lugar como las del mundo físico, cuantificable, que puede ser recortado,
controlado y mecanizado por las tecnociencias, secundadas por las matemáticas y la geometría,
pero neutralizando los aspectos negativos que encierra el instrumento científico y técnico
para conjurar el desastre de “la máquina, sí, nunca vista, la máquina, pero para aplastar, para
confundir, para embrutecer a los pueblos”. Es primordial evitar que el dogmatismo materialista
no convierta en ideología a cierto despotismo de la ciencia moderna, pues:
Para adquirir ese conocimiento impersonal que es el conocimiento científico,
el hombre se ha despersonalizado, se ha desindividualizado.
Una complementariedad debe unir al poeta y al artista con el hombre de ciencia, porque al igual
que la germinación del saber científico, la poesía es una magia intuitiva y operatoria. Así, Césaire
exhorta a los científicos a ser sensibles a lo poético, al maravilloso estremecimiento ante el
misterio y la profundidad de la naturaleza animada o inanimada, ante la cual la razón se inclina.
En un texto de su juventud, Poesía y conocimiento, conferencia pronunciada en 1944, Césaire
establece la relación entre ciencia y poesía en estos términos:
El conocimiento poético nace en el gran silencio del conocimiento científico.
Por la reflexión, la observación, la experiencia, el hombre desorientado
ante los hechos termina dominándolos. A partir de ahora, sabe encaminarse
en la selva de los fenómenos. Sabe usar el mundo. Pero no por ello es el rey del mundo.
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cinco temas convergentes
el saber, la ciencia y la ética
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la educación
¿Qué educación se necesita para reinventar
y reasumir el universal? ¿Transmisión
de datos, traspaso de valores, formación
personal, despertar de las memorias,
revelación de talentos, apertura al otro?
Por el cuestionamiento de la relación entre
dominante y dominado, los legados de
Tagore, Neruda y Césaire contribuyen
a definir la misión que corresponde a
la educación para “construir en el espíritu
de los hombres” un orden del mundo
que haga por fin compatibles las urgencias
de lo universal y las exigencias de
lo particular. Nos enseñan que todos
los saberes y todas las culturas son
conquistas igualmente significativas,
como símbolos orgánicos de la diversidad
de pueblos y civilizaciones.
Si es verdad que el comienzo del siglo
xxi fue calificado como “sociedad del
conocimiento”, en la época de Internet
y de sus herramientas, somos todos
virtualmente autores, detentadores
y beneficiarios de la más formidable
acumulación de saber puesta a disposición
de los hombres en toda la historia de la
especie humana. La distinción establecida
por Montaigne entre una “cabeza bien
hecha” y una “cabeza bien llena” es válida
todavía hoy para diferenciar los contenidos
de los usos, ejerciendo una capacidad
crítica en una época en la que la educación
formal, la escuela o la universidad,
no es más -lejos de eso- el único lugar de
educación. El desafío es el fundamento
del humanismo y el avance de los hombres
y mujeres hacia una comunidad humana
en la que la sensibilización en los valores
de justicia y de diálogo, la resistencia al
sometimiento, pero también, el aprendizaje
de la responsabilidad son los únicos
guardianes que se pueden
oponer a los múltiples peligros
de la aculturación, la alienación,
el sectarismo o el formateo de las mentes.
El derecho de toda persona a la educación
fue consagrado en la Declaración
universal de los derechos del hombre,
las convenciones sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación
de la mujer, la Convención de los derechos
del niño y los Objetivos del Milenio.
Pero, la lista de obstáculos todavía es larga:
escuelas a menudo deficientes, oferta
pública insuficiente, mercantilización
creciente de la educación, adoctrinamiento,
etc. Queda mucho por hacer para que
el acceso de todos a una educación
responsable pueda favorecer de manera
efectiva el desarrollo de las aptitudes
mentales y físicas, inculcar el
respeto de los derechos del hombre,
de los valores culturales y de su diversidad,
en un espíritu de comprensión, de paz,
de tolerancia, de igualdad entre los sexos,
de amistad entre los pueblos y grupos
étnicos, nacionales y religiosos,
y por último, inculcar a todos
el respecto de su entorno natural.
Para Tagore, Neruda y Césaire,
la necesidad de la educación trasciende
los particularismos en el seno de un mundo
multipolar, como un pasaporte de inclusión
social, de integración económica,
de diálogo cultural. ¿Cómo, sobre la base
de sus mensajes, la educación puede
repartir, clasificar, profundizar, transmitir
los contenidos, las experiencias y los
valores del patrimonio inestimable del
que debe nutrirse el Universal reconciliado?
la educación
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cinco temas convergentes
tagore
educación por encima
de las barreras
En toda nación, la educación está íntimamente conectada con la vida del pueblo […]
La era del chauvinismo estrecho está llegando a su fin en pos del futuro;
el primer paso en dirección a esta grandiosa reunión de la humanidad mundial
será dado aquí, en los mismísimos campos de Bolpur. La tarea de mis últimos años
será liberar al mundo de las sinuosas trabas del chauvinismo nacional.
Tagore creía que todos los problemas sociales e individuales como la pobreza, los conflictos
religiosos y la desunión encontrarían su solución en la educación. Nacido en una India colonizada,
Tagore vivió en el fermento de un mundo dinámico cuando el así llamado “Oriente inmutable”
se agitó.
Aún siendo un patriota, el compromiso nacional de Tagore era inclusivo desde su infancia,
porque estaba impregnado del entorno profundamente cosmopolita de la casa familiar, donde
se alegraba constantemente del placer de poder sacar su saber de una multitud de fuentes. Su
filosofía política era universalista, porque para el, era importante inspirarse de la fuente universal
del conocimiento.. Desde sus primeras obras sobre la literatura bengalí, sobre los anglosajones,
Dante y Beatriz, Petrarca y su Laura, los amantes de Goethe, reclamaba:
¿Mi placer de aprender debería atenerse sólo a la literatura bengalí porque nací
en Bengala? ¿No soy acaso ciudadano del mundo?¿La creación del filósofo,
del poeta, del científico no son tanto para mí como para otro?
Para Tagore la prioridad absoluta era hacer salir a India de su aislamiento.
India estuvo amputada de la erudición universal, reducida a no recibir sino migajas
y relegada, en enombre de la educación en una escuela primaria particular.
No queremos más padecer hoy tal humillación espiritual e intelectual.
Estuvo también en contra de un apego exagerado al pasado; en otras palabras, luchó contra
aquellos elementos del patriotismo y el nacionalismo que pudieran crear xenofobia. Eso es
lo que lo hizo un universal. Consistentemente llamó a sus compatriotas a reformar su propia
sociedad y a no esperar esto como un favor de un gobierno extranjero.
Creo que todos los problemas humanos hallarán su solución definitiva en la educación…
Sé que todos los males, casi sin excepción, de que sufre mi tierra se deben solamente
a la completa falta de educación del pueblo. La pobreza, la peste, las luchas comunales
y el atraso industrial hacen que nuestro camino sea angosto y peligroso debido
a la escasez de educación… Repito que nuestra educación es aquello de lo que antes
que nada deberíamos hacernos cargo.
la educación
Tagore exhortó a sus compatriotas a observar las aldeas, donde la mayoría de los indios vivían,
y se propuso como tarea concientizarlos. Depositó firmemente su fe en la educación a fin de
lograrlo. Él mismo se dedicó a trabajar constructivamente a nivel nacional en el ámbito de la
educación. Tagore estaba opuesto a toda forma de aislamiento nacional, sea en nombre de
causas nacionalistas o de la exclusión social.
Con frecuencia en mis viajes en Occidente encontré gente anónima que sufría
y luchaba por una causa a la que no hacían frente ni los poderosos ni los sabios.
Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru consideraron a Tagore la “conciencia” de India, que se
rebeló contra “los enemigos llamados intolerancia, ignorancia, inercia y otros miembros de esa
misma camada”.
Gracias al celo imperturbable de Tagore y a las relaciones que cultivaba en todo el mundo
Visva-Bharati prosperó durante las tres primeras décadas de su historia -durante los años 1920
y 1930- en la medida que le permitieron sus escasos recursos. Debido al contexto de la Segunda
Guerra Mundial los últimos años de Tagore fueron duros. Durante su última conferencia,
pronunciada con motivo de su octogésimo aniversario, el 8 de mayo de 1941, titulada La crisis
de la civilización dijo:
Si miro en torno encuentro las ruinas de una civilización orgullosa
que se derrumba desparramando vastos cúmulos de futilidad…
Sin embargo no cederé al pecado mortal de perder fe en el hombre: centraré mi mirada
en cambio hacia prólogo de un nuevo capítulo de la historia, una vez que el cataclismo
haya pasado y que la atmósfera, con el espíritu de sacrificio se haya vuelto límpida.
Tal vez ese amanecer vendrá de este horizonte, del Este, donde nace el sol.
Llegará un día en que el hombre trazará de nuevo su sendero de conquista,
a pesar de todas las barreras, para volver a ganar su legado de humanidad perdida.
Hoy la institución educativa que él fundó en la zona rural del sur de Bengala todavía existe y es
conocida como Santiniketan. Habiendo empezado con una escuela en el año 1901, Tagore sumó
una Universidad Internacional y un Instituto de Reconstrucción Rural en 1921-22. La institución
entera -escuela, universidad y centro para la reconstrucción rural- que constituye la actual
Universidad Visva-Bharati de Santiniketan y su gemela Sriniketan, situada a dos kilómetros de
la primera, se apoyan en la convicción de su fundador según la cual una escuela y universidad
deben estar conectadas con la vida de su pueblo y asociada con la humanidad entera.
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la educación
Este experimento era “un intento autóctono de adaptar los métodos modernos de educación a
un ambiente cultural verdaderamente indio”. Aclarando su posición, Tagore escribió:
Si alguna vez se crea una escuela verdaderamente india, deberá desde el comienzo
aplicar los conocimientos adquiridos de economía, agricultura, salud y todas
las demás ciencias cotidianas en las aldeas. Solo entonces podrá la escuela convertirse
en el centro del modo de vida del país. Esta escuela deberá practicar la agricultura,
la producción láctea y el tejido con medios modernos.
Y para obtener sus propios recursos financieros deberá adoptar métodos
cooperativos que agrupen a los estudiantes, los maestros y los pobladores
de las zonas aledañas.
El compromiso de Tagore con la educación tenía varias premisas. Una era mantenerla libre
de prejuicios raciales y nacionales, educando a los niños de la Escuela de Santiniketan en
el reconocimiento de su pertenencia a una humanidad más amplia, compuesta de varios
pueblos, desde los campesinos locales a los visitantes extranjeros que Tagore invitaba a
enseñar en su escuela.
Gracias al premio Nobel de literatura, Tagore pudo mezclar lo local y lo global. Utilizó sus
contactos internacionales para presentar a Visva-Bharati como un sitio de reunión donde los
eruditos del Este como del Oeste podían compartir su saber y disertar sobre sus concepciones
respectivas, particularmente con respecto a sus diferencias.
En una carta que escribe a Thomas Moore desde Santiniketan el 1° de mayo de 1914, Tagore dice:
Su literatura me es preciosa. La literatura de un país no se limita al uso local.
Así es, para nosotros, la literatura occidental; introduce en nuestras vidas elementos
que completan nuestras tendencias y otros, que las contradicen. Es lo que necesitamos.
No es suficiente seducirnos o sorprendernos- tenemos que sufrir choques,
tenemos que sentir dolor.
Ese objetivo era también un principio básico para la fusión de los estudios en su escuela y
universidad, abarcando desde el estudio del sanscrito védico y clásico, arábico y pérsico, hasta
al estudio de Europa, China y Japón. El experimento de Santiniketan debía hacer hincapié en la
libertad de opinión y razonamiento.
La Escuela de Santiniketan debe convertirse en el vínculo entre India y el mundo.
Debemos establecer allí un centro para la investigación humanística relativa
a los pueblos del mundo. […] He tomado coraje para invitar a Europa a participar
en nuestra institución. Aquí habrá una reunión de verdades.
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cinco temas convergentes
El espíritu de asociarse con la humanidad y la conciencia de que India era parte de la misma
humanidad tal y como las demás naciones del mundo lo condujo a una creciente impaciencia
con las tradiciones anacrónicas. En su lucha contra las contradicciones internas de India, Tagore
argumentó que la educación sólo puede ser inclusiva como el vínculo entre las personas y las
civilizaciones.
Mi institución simboliza un ideal de fraternidad,
donde los hombres de idiomas y naciones diferentes se pueden encontrar.
Yo creo en la unidad espiritual del hombre y le pido al mundo
que acepte la misión de la que le encargo.
Hasta que no venga a mí para decirme “nosotros, también,
nos identificamos a este ideal”, sabré que he fallado.
Los indios deben transformarse junto con el resto de la humanidad y deben tratar de erradicar las
injusticias y la discriminación que eran corrientes en la sociedad hindú ortodoxa. Los hombres
eran castigados por carnear una vaca pero no por asesinar a otro ser humano. El contacto con
la casta más baja era una ofensa hacia la sociedad pero destruir la propiedad de un enemigo
no lo era. Un criminal no tenía nada que temer en tanto casara a su hija de acuerdo con las
normas sociales. Un baño ceremonial en el Ganges borraba tanto los crímenes pequeños como
los grandes. En una sociedad así, escribió Tagore, el hombre es tratado como engranaje en una
maquinaria. Enojado, se preguntó ¿la intención de Dios era que seamos hindúes y no humanos?
Hemos venido a este mundo para aceptarlo y no meramente para conocerlo.
La más alta educación es aquella que no sólo nos provee información
sino que transforma nuestra vida armonizándola con todas las formas de la vida.
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la educación
neruda
mantener vivo el diálogo
entre las culturas”
“La educación será nuestra epopeya” declaró en el Consejo ejecutivo de la unesco, Pablo
Neruda que veía en la educación “la tarea más gallarda, lo mejor que el hombre ha hecho y
que puede hacer”.
Aun cuando, en tanto elegido o responsable político nunca se haya encontrado directamente a
cargo de cuestiones de educación, no por ello Neruda era menos consciente de la urgencia que
tenían en su país y en el conjunto del mundo, tal como lo prueba el discurso que pronunció en
la unesco algunas semanas antes de ser elegido en su Consejo Ejecutivo.
La gesta americana, que está en el centro del gran libro de su vida, ¿no fue acaso, para
Neruda, una manera de satisfacer en tanto que poeta ese deber de educación cuya magnitud
calculaba? Al dar a la palabra su acepción más amplia, se puede hablar en su obra de una
pedagogía épica y cotidiana de la conciencia americana, por la revalorización de los saberes
locales. Esta “pedagogía” se inscribe en un camino poético que, al salir de la terrible prueba
de la guerra de España, pone en su centro ya no al sujeto que escribe sino a su destinatario: el
pueblo. El destinatario dicta el mensaje que se le dirige y exige como corolario una práctica de
la simplicidad y de la accesibilidad.
Sí, mi creencia profunda es la de que la lucha de la educación y los objetivos mismos
de la unesco no pueden apartarse de los deberes de combatir y extinguir
el colonialismo hereditario, el neocolonialismo recién adquirido.
Existen aún un colonialismo externo y un colonialismo interno de clases sociales
que hacen valer sus derechos hereditarios para oprimir a sus propios pueblos.
[…]. De aquí que el movimiento por la educación en la América Latina tiene
que ser considerado como un fenómeno revolucionario,
vinculado a la sobrevivencia popular, al alma nacional amenazada
por sus viejos enemigos.
Para Pablo Neruda, la tarea primordial del poeta americano, como la de todo el Tercer Mundo, es
la del pionero, del educador: poblar de palabras ese vasto espacio silencioso que fue dado por el
silencio de la dominación.
Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
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cinco temas convergentes
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre,
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.
Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
Quién
me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío
La educación es, en su inmensidad, un cruce de caminos donde se dan cita la mayor parte de los
grandes escritores de la poesía universal. No se trata de influencias sino de intercambios: de un
efecto, a la escala de una obra, de las grandes figuras del diálogo universal. Cualquiera que sea la
especificidad que Neruda le reconozca a la identidad de los pueblos, el proyecto fundamental es
transmitir la celebración de la totalidad de las experiencias humanas.
Tierra, pueblo y poesía son una misma entidad encadenada por subterráneos
misteriosos. Encarnan el poder mítico de la palabra, su capacidad de mantener vivo el
diálogo entre los hombres y sus culturas.
El libro no debe ser para todos más que un instrumento de liberación al que Neruda ha dedicado
una atención doble y contradictoria, porque, sobre las huellas de la aculturación y de la alienación
imperialistas, teme que el libro encierre al espíritu humano por “el veneno de la imprenta”.
En una de sus Odas al libro, reconoce su doble existencia material e intelectual:
Libro
hermoso,
libro,
mínimo bosque,
hoja
tras hoja,
huele
tu papel
a elemento,
eres
matutino y nocturno,
cereal,
oceánico […]
la educación
Quiere un libro abierto sobre la vida, como una parte integrante de su movimiento que pueda
mantener vivo el conocimiento para transmitirlo a las generaciones futuras, como canta en su
Testamento II:
Dejo mis viejos libros, recogidos
en rincones del mundo, venerados
en su tipografía majestuosa,
a los nuevos poetas de América,
a los que un día
hilarán en el ronco telar interrumpido
las significaciones de mañana.
La necesidad de transmisión de saber, de formación para la acción es inseparable del
descubrimiento de sí, de la experiencia del otro, del conocimiento de la historia, del aprendizaje
de lo real por el libro. “Libro, déjame libre”. Está en el corazón de la misión del poeta, como el eco
de las grandes corrientes que estructuran las sociedades humanas.
Nosotros
los poetas
caminantes
exploramos
el mundo,
en cada puerta
nos recibió la vida,
participamos
en la lucha terrestre.
Cuál fue nuestra victoria?
Un libro,
un libro lleno
de contactos humanos,
de camisas,
un libro
sin soledad, con hombres
y herramientas,
un libro
es la victoria.
Y termina con estas palabras su Canto general: Termino aquí (1949)
Este libro termina aquí. Ha nacido
de la ira como una brasa, como los territorios
de bosques incendiados, y deseo
que continúe como un árbol rojo
propagando su clara quemadura.
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cinco temas convergentes
la educación
césaire
la educación
para mirar el siglo de frente
Desde la publicación de su primera obra, el Cuaderno de un retorno al país natal, el fulgor poético
de Aimé Césaire es una pedagogía de lo Humano. La educación es la columna vertebral de la
emancipación de las sociedades y el pasaje hacia la inscripción ontológica, social, corporal y
política de la persona humana en un mundo que nos es común. Más oscura la época, más
solidaria, humilde y generosa es la misión de educar. Frente al horror de la guerra así comienza
su introducción a la revista Tropiques:
Ahí donde miramos, la sombra gana. Uno tras otro los hogares se apagan, entre
los gritos de hombres y los aullidos de las fieras. Sin embargo somos de los que dicen
no a la sombra. Sabemos que la salvación del mundo depende también de nosotros.
Que la tierra necesita a cualquiera de sus hijos. Los más humildes. La sombra gana…
¡Ah, toda la esperanza no está de sobra para mirar el siglo de frente!
Los hombres de buena voluntad darán al mundo una nueva luz.
Educar no se limita, en efecto, a instruir o a enseñar stricto sensu, lo que solo sería relativo a
transmitir a la generación futura un corpus de conocimientos útiles para el grupo o la nación, o
incluso, para el ascenso social.
Educar es también garantizar a cada hombre y a cada mujer el desarrollo de todas sus capacidades
físicas, intelectuales y morales para que pueda participar, como ciudadano responsable, de la
vida de la humanidad y de las transformaciones necesarias para un nuevo universal.
Las condiciones éticas del aprendizaje determinan la adquisición del saber. En este proceso de
ejercicio de la responsabilidad, la pareja formada por el maestro y el alumno constituye la dualidad
que da sentido al acto educativo para todos, hombres y mujeres de todas las edades y culturas.
Así, en Una Tempestad, escuchemos el dialogo entre Prospero, el maestro dominador, y Calibán,
a quien desea mantener en estado de sujeción a través de una educación perversa, adaptada y
dedicada a su condición de esclavo:
[…] Podrías por lo menos bendecirme por haberte enseñado a hablar. ¡Un bárbaro! ¡
Una bruta bestia que yo he educado, formado, sacado de la animalidad
y que llevo conmigo a todas partes!
[…] Tú no me has enseñado nada. Salvo, claro está, a chapucear tu lenguaje para
comprender tus órdenes: cortar madera, lavar los platos, pescar el pescado,
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cinco temas convergentes
plantar las verduras porque tú eres demasiado holgazán para hacerlo.
¿Tu ciencia, acaso me la has enseñado tú?
Te has cuidado bien de hacerlo. Tu ciencia, la guardas egoístamente para ti sólo,
encerrada en aquellos grandes libros.
En este sentido, e incluso cuando transmite efectivamente un saber, la escuela hegemónica es
una herramienta de servidumbre, a la manera de la escuela colonial, que conviene recordar para
erradicar mejor los principios asimilacionistas y alienantes:
Y ni el maestro en su aula, ni el cura en el catecismo no podrán sacar una palabra
de ese negrito somnoliento, a pesar de la manera enérgica que tienen todos
de tamborilear sobre su cabeza rapada, porque en los pantanos del hambre
se atascó su voz de inanición…
En el siglo xxi, la educación ya no es compatible con el mantenimiento de la pobreza, de la
exclusión y del hambre de millones de seres humanos. La palabra clave de todos los sistemas
educativos es “responsabilidad”, la de los Estados que deben hacer de la oferta pública de educación
no la afirmación formal de principios a menudo traicionados por los hechos, sino una acción
decidida, democrática y permanente. La responsabilidad es también la del poder económico,
la de los intelectuales, la de las iglesias y la de las confesiones religiosas, la de los medios en el
momento en que la sofisticación de los instrumentos informáticos y tecnológicos puede abolir
los obstáculos del tiempo y del espacio. En ese proceso de ejercicio de la responsabilidad, ni el
maestro ni el alumno están ausentes, pues forman la dualidad que da sentido al acto educativo,
para todos, hombres y mujeres de todas las edades.
El desafío es crucial. La pesada responsabilidad que corresponde a la educación de los pueblos es
encarnada, hasta el sacrificio último, por el Rey Christophe:
Y aquí estoy como un maestro de escuela blandiendo la férula en la cara de una nación
de malos alumnos. Señores, comprended bien el sentido de estas sanciones.
O bien rompemos todo, o bien ponemos todo de pie.
Romper, se puede entender… todo por el piso, la desnudez desnuda.
En verdad, una libertad como cualquier otra.
Quedan la tierra y el cielo; las estrellas, la noche, nosotros los Negros con la libertad,
las raíces, los bananeros salvajes. Es una concepción.
O bien, ponemos todo de pie.
Y sabéis cómo sigue; entonces hay que cargar, hay que sostener:
cada vez más alto.
Cada vez más lejos.
Yo ya elegí. Hay que cargar. Hay que andar.
la educación
El poeta Césaire, como alcalde de Fort-de-France, ejerce un magisterio pedagógico a favor de la
educación de las conciencias, la apertura de sí mismo al mundo. Esa vocación completa, la de
fundador, de constructor de escuelas, de colegios, de marcos de aprendizaje y de intercambio de
experiencias y de saberes. Césaire ubica la educación en el centro de la vida del ciudadano, de
la res publica y de la regeneración de la condición humana, como un obrero, obstinándose en la
tarea de construir la conciencia de los pueblos, pacientemente, humildemente. La educación y la
cultura le permitirán a cada uno interrogar el mundo y construir allí su lugar propio.
Este supuesto pedagógico y la misión asignada por Césaire a su teatro, donde sus héroes, como el Rey
Christophe y Patrice Lumumba, tienen la tarea -difícil entre todas- de transmitir los datos elementales,
las lecciones de la historia, para rehabilitar y reconciliar los saberes nacidos de experiencias iguales
de vida, de estudio, de naturaleza, de reflexión y de arte. La educación es el marco de la reconstrucción
de la diversidad de lo real vivido geográfico e histórico, surgido del conocimiento profundo de la
circunstancia y de las limitaciones particulares de cada uno y para todos.
Pero el cumplimiento concreto de la misión de educación no adquiere su sentido más que en
la transmisión de valores, como lo es para Christophe la tarea hercúlea y siempre inacabada de
construir un Estado: “¡Oíd! Hay que rehacer. Volver a armar. Todo. Tierra y agua. Abrir el camino.
Rehacer la tierra.” El héroe del teatro cesairiano acepta el sacrificio de su vida, porque la tarea del
educador no se termina nunca. Está ligada al devenir de la historia humana, más amplia que la
vida del poeta o la de sus héroes.
Porque conocieron rapto y escupitajo, escupitajo a la cara, quise darles una figura
en el mundo, enseñarles a construir su casa, enseñarles a dar la cara.
La tarea de la educación es universal, educar a los pueblos, ya sean ricos o pobres, es el primero
de los deberes para evaluar el precio del sacrificio y de la libertad, para construir en los espíritus
la convicción de que la existencia de una comunidad humana, con una rica diversidad étnica
y cultural, depende de todos los hombres. Contra la dispersión de “la comunidad humana en
mónadas”, cada uno se vuelve prisionero de la ceguera, de la ignorancia, del sometimiento, del
odio de sí y del otro, la educación es pasaje pues permite abrir las conciencias a la reciprocidad
del conocimiento, a los saberes del pasado y a los peligros del presente.
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cinco temas convergentes
Educar es, sobre todo, preparar para la más difícil de las conquistas: la que se debe llevar contra
sí, contra el peligro del encierro en sí mismo, que nos describe Fuera de los días extranjeros.
mi pueblo,
cuando
fuera de los días extranjeros
germinarás una cabeza tuya sobre los hombros reanudados
y tu palabra
el permiso dado a los traidores
a los maestros
el pan restituido a la tierra lavada
la tierra dada
[…]
pueblo de mal dormir roto
pueblo de abismos escalados
pueblo de pesadillas domadas
pueblo nocturno amante de los furores del trueno
mañana más alto más suave más amplio
y la marejada torrencial de las tierras
en la carreta salubre de la tormenta
Por la educación se puede construir la reconciliación con el antiguo enemigo, el antiguo verdugo
o la antigua víctima y se realiza “el encuentro del dar y recibir” del que habla L.S. Senghor. Más
que una transmisión cuantitativa de datos, únicamente reservada a la institución escolar, cuyas
normas reproducen las de la esfera social, la educación de la que habló Aimé Césaire es una
mayéutica, un parto de la persona preparada para llevar su contribución particular al universal.
Para ser operatoria, la educación con la que sueña Césaire debe ser ante todo la ampliación del
campo de la conciencia de un espíritu humano que ha encontrado en sí mismo la capacidad de
acceder a las fuentes más profundas del conocimiento y de las bellezas del mundo. La educación
trasciende las fronteras entre las generaciones así como construye puentes entre los pueblos y
entre los ámbitos del saber, también reconciliados.
Estar comprometido significa, para el educador, estar inserto en un contexto social,
ser la carne del pueblo, vivir los problemas de su país con intensidad y dar testimonio…
Educadores y educandos, maestros y alumnos participan juntos en la construcción de la sociedad
responsable que el poeta desea profundamente, “una sociedad en la que veremos resolverse de
una manera no verbal la antinomia del orden y de la libertad”.
la educación
Así como Rabindrânâth Tagore se dedicó a desarmar las trampas identitarias de la India en
vías de descolonización, como Neruda rechazó el velo del victimario, así Césaire no ocultó
que la responsabilidad es inmensa, que se impone a todos. No solamente a escala nacional,
a los políticos de los países etiquetados como pobres, “menos avanzados”, emergentes, ricos,
desarrollados o poderosos, sino también dentro de las sociedades, ricas o pobres, a todos los
ciudadanos independientemente de las clases sociales, de las generaciones, de las identidades
étnicas y culturales.
[…] pienso en una identidad no arcaizante, devoradora de sí misma,
sino devoradora del mundo, es decir, dominando el presente
para reevaluar mejor el pasado y, más aún, para preparar el futuro.
Pues, ¿cómo medir el camino recorrido si no se sabe ni de dónde venimos ni hacia
dónde queremos ir? Nuestro compromiso solo tiene sentido si se trata de un re-arraigo,
por cierto, pero también de un florecimiento, de una superación y de la conquista
de una fraternidad más nueva y más amplia.
¿Poesía? ¿Política? Digamos que se trata, en Césaire, de una cadena de solidaridad y de fraternidad
que hay que construir por medio de la educación con todo lo humano, tal como lo expresa el
poema Eslabón de la cadena:
con cachitos de hilo
con trozos de madera
con todos los pedazos bajos
con los golpes bajos
con hojas juntadas con pala
con restos de trapos
con lazos lacerados
con tramos forzados de cadena
con osamentas de morenas
con látigos arrancados
con conchas marinas
con banderas y tumbas desparejadas
por rombos
por trombas
construirte.
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conclusión
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conclusión
un programa innovador al servicio
de una misión original y completa
Después de la legitimación secular de las relaciones desiguales, las generaciones actuales
saben que para compartir y prolongar la vida en un mundo frágil y finito, y para reinventar las
modalidades de participación y de respuesta a las mutaciones, solo existe una posibilidad: construir
una modernidad caracterizada por procesos de universalización cuyas múltiples entradas estén
reunidas por una preocupación común por la solidaridad.
Más allá de sus significaciones individuales, la alianza de las tres obras de Rabindrânâth Tagore,
Pablo Neruda y Aimé Césaire proyecta el mensaje de cada una de ellas hacia un mismo espacio
de acercamiento entre culturas. En la confluencia de diferentes constelaciones de pensamiento,
de experiencias, de reflexiones y de creación, Tagore, Neruda y Césaire encarnan, lo dijimos, el
humanismo en la acción, anunciador de grandes conmociones planetarias y de la instauración
de una visión pragmática de la universalización, impregnada de la diversidad de las vivencias
asiáticas, africanas, americanas, caribeñas y europeas, sin jerarquización ni exclusión.
Al adoptar este programa, los Estados miembros de la unesco quisieron ir más allá de un
mero proyecto de intercambios culturales. El objetivo es lanzar una dinámica ambiciosa,
ampliamente abierta al diálogo y a la innovación, inscripta en el corazón mismo del mandato
complejo de la Organización, que conjuga educación, ciencias, cultura y comunicación. De este
modo el programa debería abarcar todas las disciplinas del saber, de la transmisión y de la
creación artística que, “en el espíritu de los hombres”, desempeñan un rol irreemplazable en la
construcción de un “universal reconciliado”.
Reconciliar no es borrar los pasivos colectivos e individuales o lanzarse en una fuga hacia adelante
tanto más vertiginosa cuanto que los humanos se ven cotidianamente confrontados a nuevos
desafíos provenientes de la ciudad, el trabajo, las riquezas, la pobreza, el mercado, la frontera, el
planeta… Haciendo valer la herencia de las grandes áreas geoculturales de Asia, de África, del
Caribe y de Europa, el proyecto tiene el objetivo combinado de proponer plataformas de mediación
y de convergencia en las que las memorias del norte y del sur puedan afirmar su coherencia y
su complementariedad, y de suscitar una dinámica internacional y duradera de la respuesta
intelectual y ética que requiere la crisis global.
Por una parte, este proyecto está estructurado sobre la base del corpus preciso que constituye la
suma de las tres obras y sus constelaciones, que ofrecen contenidos concretos, que escapan a los
hábitos puramente normativos de los ámbitos y sectores de actividades, al tiempo que alimentan de
experiencias y de sustancia el cumplimiento de un mandato de vigilia intelectual que corresponde,
por cierto, a la unesco, pero que es de una urgencia crucial en la escena mundial. Por otra, vuelve
a dar a las artes y a las humanidades, que expresan la abundancia de la creación particular, de la
diversidad cultural mundial, el rol principal que se espera de ellas en la vida internacional.
conclusión
una mirada anticipatoria para hacer
frente a los desafíos de nuestra era
Desde su entrada en funciones, la Sra. Bokova, Directora General de la unesco, deseó reactivar
fuertemente los ideales que presidieron la creación de la Organización concebida a partir de la
doble convicción de “que una paz fundada solamente en acuerdos económicos y políticos de los
gobiernos no podría concitar la adhesión unánime, duradera y sincera de los pueblos y que, por
consiguiente, esa paz debe establecerse sobre la base de la solidaridad intelectual y moral de la
humanidad”. En el centro de los peligros denunciados por el Preámbulo de su Acta Constitutiva
figura “la incomprensión mutua de los pueblos que siempre estuvo, a lo largo de la historia, en el
origen de la sospecha y la desconfianza”.
Para la unesco, única organización mundial dedicada a la educación, a la ciencia y a la cultura,
la prioridad es poner todo en marcha para moldear un siglo xxi cordial, pacífico y responsable.
“En cada una de nuestras acciones y pensamientos, debemos reflexionar acerca de los efectos
de nuestros actos sobre las siete generaciones futuras, a fin de que la compasión y los granos
de paz puedan florecer”, esa es la recomendación con la que termina cada reunión del consejo
tribal iroqués. En efecto, se trata, para todos los pueblos, de reanudar lazos con la cadena de
los predecesores, de los contemporáneos, de los hermanos de lucha, de los adversarios y de
los diversos herederos que, todos juntos, dan la dimensión de la fuerza de la memoria, de la
anticipación y de la actualidad.
Para este compromiso vital que va a reunirnos, siempre más inspirados, la obra-vida de
Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda y Aimé Césaire abre el camino. Magnificada por la fuerza
contagiosa y regeneradora de la poesía, muestra que ningún humano puede vivir simplemente
cara a cara consigo mismo y los Estados Miembros reconocieron en su mirada anticipatoria la luz
de estos “transmisores” modernos cuya obra, compromiso de pensamiento y acción, interpela a
todos los tipos de expresión artística e intelectual que el genio de las culturas ha desarrollado a
través de las épocas y que brillan en la actualidad.
En el momento en que las polaridades emergentes hacen aparecer nuevos equilibrios geopolíticos,
la geografía cultural animada por redes dinámicas de parentescos, de correspondencias y de
fecundaciones, muestra que la complejidad mundial encierra tesoros de experiencias y de
potencialidades. Hagamos que esos yacimientos de energías conjugadas permitan edificar,
con el concurso de todos, el universal reconciliado y humanista digno de las promesas que deja
esperar el tercer milenio.
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6 la resolución de la
conferencia general
Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda, Aimé Césaire por lo universal reconciliado.
Resolución aprobada, previo informe de la Comisión CLT,
en la 17ª sesión plenaria, el 23 de octubre de 2009.
La Conferencia General,
Habiendo examinado el documento 35 C/53, que pone de relieve los contenidos interdisciplinarios
e intersectoriales de las obras de Rabindrânâth Tagore (1861-1941), Pablo Neruda (1904-1973) y Aimé
Césaire (1913-2008), subrayando la originalidad de cada obra y estudiando al mismo tiempo sus lazos
de parentesco, para contribuir a la edificación de lo universal en respuesta a las expectativas de los
pueblos, en particular mediante la consolidación de los puentes entre las culturas y las civilizaciones,
1. Reconoce la importancia de las obras de esas tres figuras y el carácter ejemplar, precursor y
actual de su mensaje, para enriquecer la acción de la unesco en favor de lo universal reconciliado;
2. Subraya la pertinencia de este programa, cuyo carácter innovador actualiza la acción
interdisciplinaria de la unesco en respuesta al contexto de crisis mundial, y recomienda que
se le añadan, en el futuro, los autores, creadores y científicos cuyo mensaje pueda enriquecer y
ampliar las temáticas previstas;
Teniendo en cuenta la celebración en 2010 del Año de Acercamiento de las Culturas, que
constituye un marco propicio para poner en marcha un programa de actividades centradas en
la obra de Tagore, Neruda y Césaire, y la pléyade de intelectuales que les acompañan,
3. Alienta a los Estados Miembros y a las instituciones públicas y privadas a que apliquen la
Decisión 180 EX/58 y, en particular, a que pongan en marcha programas de traducción, publicación
e investigación en la lengua de cada país, a fin de promover el legado material e inmaterial que
constituyen esas obras, velando por que se respeten rigurosamente los derechos de los autores y
de sus derechohabientes, y cumplan en los planos nacional, regional e internacional una función
de divulgación para materializar el programa y su tema, en todas las dimensiones necesarias,
con especial atención a los jóvenes;
4. Hace suya la Decisión 180 EX/58 y aprueba el lanzamiento de este programa en el bienio
2010-2011 y su integración en las labores de aplicación de la Estrategia a Plazo Medio (documento
C/4), con un marco operativo interdisciplinario y específico, apto para una acción duradera;
5. Invita al Director General a que presente al Consejo Ejecutivo, en su 184ª reunión, propuestas
concretas para la ejecución de programas interdisciplinarios e intersectoriales relacionados
con la obra de esos tres autores, a los que asignará recursos del Presupuesto Ordinario, y a que
movilice, con el apoyo de un comité de patrocinio de alto nivel, los fondos extrapresupuestarios
complementarios que se necesiten para lograr una fuerte movilización internacional.
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7
agradecimientos
A los participantes de la reunión de expertos en la unesco de marzo 2009 y de enero 2010,
Azarie Aroulandom, Tapas Bhatt, Justine Bertheau, Jean Bessière, Lyne Rose Beuze, Patrick
Crowley, Bikas C Sanyal, Uma Dasgupta, Doudou Diène, Michèle Espanet, Jacques Martial,
Catherine Mukherjee, Prithwindra Mukherjee, Ernest Pépin, Sharmila Roy Pommot, Gérard
Lamoureux, Adama Samassekou, Alain Sicard, Raul Silva-Cáceres, Annick Thébia-Melsan, por
su acompañamiento, su dedicación, y por haber contribuido mediante sus reflexiones y su
especialización al zócalo de esta publicación.
Nuestros agradecimientos se dirigen también a las Delegaciones permanentes de Bangladesh,
de Benín, de Chile, de la Republica francesa y de India ante la unesco, que han presentado
oficialmente este programa para su aprobación al Consejo Ejecutivo y de la Conferencia General
de la unesco.
Quisiéramos agradecer igualmente los derechohabientes de los tres autores, sus allegados, y
todas las instituciones asociadas al proyecto, entre las cuales se destacan la Universidad de Visva
Bharati, la Fundación Pablo Neruda y el Servicio Municipal de Acción Cultural de Fort-de-France
(Martinica), que han aportado todo el apoyo necesario en la investigación y la transmisión de los
elementos iconográficos que componen este libro.
C S
Agradecemos al Sr. René Depestre su apoyo infalible, su profundo conocimiento, sus reflexiones
transversales, y sus valiosos e inagotables recuerdos que hemos tenido el honor de compartir.
Dirigimos nuestro entero reconocimiento al Excelentísimo Embajador Joseph Olabiyi Yai,
Delegado Permanente de Benín ante la unesco, y entonces Presidente del Consejo Ejecutivo
de la unesco (2008-2009) por la inspiración aportada a esta iniciativa, que tiene el objetivo
de transmitir y valorar, tanto en lo particular como en lo universal, el mensaje unificador de
un universal reconciliado, rindiendo homenaje a Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda y Aimé
Césaire así como a las constelaciones de autores, intelectuales y artistas que realzan el camino
convergente, fecundo y renovado del nuevo humanismo.
Dedicamos esta publicación a todas las generaciones pasadas, presentes y futuras, llenas de
desafíos y de un ideal de progreso eternamente reactualizado; que sea el libro sabio de los
compromisos, las convicciones y las esperanzas de un humanismo anclado en la paz, el dialogo,
la comprensión, y que se eleva hacia los valores de libertad y progreso.
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8
créditos
Introducción
p. 4 Rabindrânâth Tagore © Delegación Permanente de la India ante la unesco; p.6 Pablo Neruda © Todos los derechos reservados;
p.8 Aimé Césaire © unesco.
Rabindrânâth Tagore
p. 28 Retrato del joven Rabindrânâth Tagore © Delegación Permanente de la India ante la unesco; p. 31 El joven “Rabi” © Delegación
Permanente de la India ante la unesco; p. 32 El poeta joven © Delegación Permanente de la India ante la unesco; p. 35 El poeta Tagore
durante los años Gitanjali © Delegación Permanente de la India ante la unesco; p. 36 Rabindrânâth Tagore visitando el Japón en 1916
© Delegación Permanente de la India ante la unesco; p. 38/39 Firma manuscrita de Rabindrânâth Tagore en bengalí © Delegación
Permanente de la India ante la unesco; p. 42/43 Rabindrânâth Tagore y Mahatma Gandhi en visita a Santiniketan © Delegación
Permanente de la India ante la unesco; p. 45 El encuentro entre Rabindrânâth Tagore y Albert Einstein © Delegación Permanente de la
India ante la unesco; p. 47 Rabindrânâth Tagore en los Estados Unidos en 1913 © Delegación Permanente de la India ante la unesco; p. 48
Rabindrânâth Tagore en los Estados Unidos © Delegación Permanente de la India ante la unesco.
Pablo Neruda
p. 52 El joven Pablo Neruda. Al reverso de la fotografía, con una carta adjunta: 1927, junio, Santiago, Chile, “A mi querido padre Neftalí
Ricardo” © Fundación Pablo Neruda/Bernardo Reyes, archivo personal; p. 55 El joven poeta Pablo Neruda y su hermana Laura Reyes
© Fundación Pablo Neruda/Bernardo Reyes, archivo personal; p. 56 Retrato de Pablo Neruda, con una prenda autóctona, en Ceylán,
en 1929 (Sri Lanka) © Fundación Pablo Neruda; p. 59 Pablo Neruda sobre el Machu Picchu © Fundación Pablo Neruda; p. 60/61 Firma
manuscrita de Pablo Neruda © unesco; p. 64/65 Congreso Continental de la Cultura en Santiago de Chile, 1953 – Pablo Neruda con otras
grandes figuras, notablemente: en la 1° fila, de izquierda a derecha: René Depestre, Nicolas Guillén/en la 2ª fila, a la izquierda: Jorge
Amado, Zélia Gattaï, Diego Rivera © Bibliothèque francophone de Limoges, Fonds René Depestre.
Aimé Césaire
p. 70 El joven Aimé Césaire © Assemblée nationale-2011; p. 73 El estudiante Césaire en Paris © Todos los derechos reservados; p.75 Poster
de la exhibición Senghor presentada en la unesco en 2006 © unesco/Mr Ravassard; p.76 El joven profesor Césaire © Ministère de la
Culture/ Médiathèque du Patrimoine/ Denise Colomb/Dist. RMN; p. 80/81 Grupo de participantes al primer Congrès international des
écrivains et artistes noirs (Congreso internacional de los escritores y artistas negros) a la Universidad de la Sorbonne, 19-22 septiembre
de 1956 © Éditions Présence Africaine – Communauté africaine de culture. Podemos distinguir: 1° fila: Andriantsilaniarivo, Jacques
Rabemanjara, Alioune Diop, J. Price-Mars, L.S. Senghor /2ª fila : René Depestre, Aimé Césaire/3ª fila : Frantz Fanon, Édouard Glissant, Claude
Macquet. Los participantes : G. Sekoto (Sudáfrica), P. Tchibamba (Africa Equatorial Francesa), Abbé Mario P. Andrade, M. Lima (Angola),
P. Blackman, G.Lamming (Barbados), Tibério (Brasil), Pasteur T. Ekollo, François Sengat Kuo, Benjamin Matip, Nyunaï, F. Oyono (Camerún),
A.R. Bolamba (Congo Belga), Bernard Dadié (Côte d’Ivoire), W. Carbonel (Cuba), N. Damz, Paulin Joachim, P. Hazoumé (Dahomey),
H.M. Bond, M. Cook, J.A. Davis, W., J. Ivy Fontaine, Richard Wright (Estados Unidos), P. Mathieu, Moune de Rivel (Guadalupe), J. Alexis,
R.P. Bisanthe, René Depestre, A. Mangones, E.C. Paul, R. Piquion, J. Price-Mars, E. Saint- Lot (Haití), Cédric Dover (India), M. James, J. Holness
(Jamaica), Andriantsilaniarivo, Jacques Rabemanjara, F.Ranaivo (Madagascar), L. Achille, Aimé Césaire, Frantz Fanon, Édouard Glissant
(Martinica), M. Dos Santos (Mozambique), B. Hama (Níger), B. Enwonwu, L.A. Fabunmi, M. Lasebikan, J. Vaughan (Nigeria), Mamadou
Dia, C.A. Diop, David Diop, Diop O. Socé, A. Seck, L.S. Senghor, Bachir Touré, Abdoulaye Wade (Senegal), D. Nicol (Sierra Leona), H. Bâ,
A. Wahal (Sudan), F. Agblemagnon (Togo) © Présence Africaine Éditions, 1956; p. 85 Apéritif chez Pierre Matisse (Aperitivo en casa de Pierre
Matisse), Nueva York, 1945 © Association André Breton/ ABnew Photographies, fotógrafa: Charles Maze; p.86/87 Firma manuscrita de
Aimé Césaire © unesco/ Annick Thebia Melsan; p. 89 Los últimos años en Fort-de-France, 2008 © unesco/Annick Thebia Melsan.
Cinco temas de convergencia
p. 95. Dibujo al pastel de Rabindrânâth Tagore, inspirado por una máscara Malagan de Nueva-Irlanda, Papúa Nueva Guinea
© Universidad de Visva-Bharati; p. 97 Poema manuscrito del libro Chitralipi © Delegación Permanente de la India ante la unesco; p.102
Retrato de Pablo Neruda © Sara Facio; p.106 Le poète couronné (El poeta coronado), ilustración de Pablo Picasso para el libro Corps perdu
de Aimé Césaire y que sirvió de poster para la revista Présence Africaine durante el Congrès international des écrivains et artistes noirs
(Congreso internacional de los escritores y artistas negros) en la Sorbonne, Amphithéâtre Descartes, Paris, 19-22 septiembre de 1956 © Todos
los derechos reservados; p.111 Flor de Lotus, Brasil © unesco/ Bernard Martinez; p. 144 Poema The Banyan Tree (El árbol Banyan) de
Rabindrânâth Tagore © Universidad de Visva-Bharati; p.115 Arbol Banyan, Everglades National Park, Estados Unidos © unesco/ Armelle
de Crépy; p.121 Volcanes en Hawái, Estados Unidos © unesco/Thorsell, Jim/iucn; p.126/127 Bosques de Mangle, Papúa Nueva Guinea
© unesco/Vanucci, Marta; p.129 Poema manuscrito Where the mind is without fear de Rabindrânâth Tagore, de Gitanjali © Delegación
192
Permanente de la India ante la unesco; p.136 Pablo Neruda en frente de la estatua de George Washington © Fundación Pablo Neruda;
p.142 Evocación de Toussaint Louverture (1743-1803) © unesco; p.149 Lámpara Plasma © Luc Viatour; p.155 El Hombre de Vitruvo, Leonardo
da Vinci (1485-1490, Venecia, Galleria dell’ Accademia) © Luc Viatour; p.158 Colección de caracoles © unesco; p.162/163 La plus grande
ouverture sur le cosmos, pintura mural de Roberto Matta © Todos los derechos reservados/Fotografía: unesco/G. Nicolas; p.165 Alumnos
en Santiniketan © Universidad de Visva-Bharati; p.168 Santiniketan, Bangladesh del Este © Universidad de Visva-Bharati; p.171 Enseñanza
y aprendizaje bajo los árboles de Santiniketan © Universidad de Visva-Bharati; p.172 Pablo Neruda con niños griegos en Hungría, 1950
© Fundación Pablo Neruda/Magyar Film Foto; p.176 Cubierta del libreto « Il était une fois Aimé Césaire », para las clases de primaria
© Mairie de Fort-de-France, 2008.
Citas de los autores
Rabindrânâth Tagore ©Visva Bharati
Pablo Neruda ©Fundación Pablo Neruda
Aimé Césaire p. 71, bajo la dirección editorial de A. Thebia-Melsan, Discours de Dakar, 1966, Aimé Césaire, pour regarder le siècle en
face, Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p. 105, Bajo la dirección editorial de A. Thebia-Melsan, Discours de Dakar, 1966, Aimé Césaire,
pour regarder le siècle en face, Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p. 105, A. Césaire, Cahier d’un retour au pays natal © Présence Africaine
Editions, 1956; p. 107, Bajo la dirección editorial de A. Thebia-Melsan, Discours de Dakar, 1966, Aimé Césaire, pour regarder le siècle en
face, Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p. 107, A. Césaire, Soleil cou coupé, Cadastres © Editions du Seuil, 1982, Points Poésie, 2006; p. 107,
A. Césaire, Cahier d’un retour au pays natal © Présence Africaine Editions, 1956; p. 108, Bajo la dirección editorial de A. Thebia-Melsan,
Discours de Dakar, 1966, Aimé Césaire, pour regarder le siècle en face, Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p.108, A. Césaire, Chemin, Moi
Laminaire…, © Editions du Seuil, 1982, Points Poésie, 2006; p. 109, Bajo la dirección editorial de A. Thebia-Melsan, Genève et le monde noir,
Aimé Césaire, pour regarder le siècle en face, Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p. 109, A. Césaire, Tropiques © Editions Jean Michel Place;
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A. Césaire, L’étudiant noir © Derechos reservados; p. 141, A. Césaire, Discours sur le colonialisme © Présence Africaine Editions, 1955; p. 143,
A. Césaire, Cahier d’un retour au pays natal © Présence Africaine Editions, 1956; p. 144, A. Césaire, Toussaint Louverture © Présence Africaine
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Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p. 144, A. Césaire, Par tous mots guerrier-silex, Moi Laminaire…©Editions du Seuil, 1982, Points Poésie,
2006; p. 145, A. Césaire, Lettre à Maurice Thorez © Mairie de Fort-de-France; p. 145, A. Césaire, Dorsale bossale, Moi Laminaire… © Editions
du Seuil, 1982, Points Poésie, 2006; p. 146, A. Césaire, Cahier d’un retour au pays natal © Présence Africaine Editions, 1956; p. 146, A. Césaire,
Nouvelle bonté, Moi Laminaire… © Editions du Seuil, 1982, Points Poésie, 2006; p. 147, Bajo la dirección editorial de A. Thebia-Melsan,
Genève et le monde noir, Aimé Césaire, pour regarder le siècle en face, Paris, Maisonneuve et Larose, 2000; p. 147, A. Césaire, Lettre à Maurice
Thorez © Mairie de Fort-de-France; p. 147, A. Césaire, Et les chiens se taisaient © Présence Africaine Editions, 1956; p. 157, A. Césaire, Tropiques
© Editions Jean-Michel Place; p. 159, A. Césaire, Cahier d’un retour au pays natal © Présence Africaine Editions, 1956; p. 160, A. Césaire,
Cahier d’un retour au pays natal © Présence Africaine Editions, 1956; p. 161, A. Césaire, J’ai guidé du troupeau la longue transhumance,
Moi Laminaire…©Editions du Seuil, 1982, Points Poésie, 2006; p. 161, A. Césaire, Tropiques © Editions Jean-Michel Place; p. 177, A. Césaire,
Tropiques © Editions Jean-Michel Place; p. 178, A. Césaire, Une tempête © Editions du Seuil, 1960, n.e., Points poésie, 2008; p. 178, A. Césaire, La
tragédie du roi Christophe © Présence Africaine Editions, 1963; p. 179, A. Césaire, La tragédie du roi Christophe © Présence Africaine Editions,
1963; p. 180, A. Césaire, Ferrements © Editions du Seuil, 1960, n.e., Points poésie, 2008; p. 181, A. Césaire, Maillon de la cadène, Moi Laminaire…
© Editions du Seuil, 1982, Points Poésie, 2006.
Documentos oficiales
Actas de la Conferencia General; 35ª reunión, Paris, 2009, 35C/53
http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001848/184890s.pdf
Actas de la Conferencia General; 35ª reunión, Paris, 2009, vol.1 35C/Resolución 46
http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001864/186470S.pdf
Consejo Ejecutivo, 180ª reunión, Paris, 2008, Decisión 180ex/58
http://unesdoc.unesco.org/images/0016/001625/162500s.pdf
Pagina web oficial del programa
« Rabindrânâth Tagore, Pablo Neruda, Aimé Césaire por lo universal reconciliado »
www.unesco.org/new/tnc
Email: [email protected]
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pablo neruda
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por lo universal reconciliado
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