10_05_2012_Consejos para prevenir y actuar frente al golpe de calor

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Expte: IT 0144-2011
CIRCULAR INFORMATIVA
Consejos para prevenir y actuar frente al golpe de calor
Con la llegada del verano se produce un aumento de temperatura que conviene tener en
cuenta para evitar graves consecuencias, especialmente en los trabajadores que están
expuestos, ya sea en exteriores o en ambientes interiores.
Construcción, jardinería.... Son tareas que se realizan en exterior y que se verán afectadas
por las condiciones ambientales, así como trabajos temporales de verano como por ejemplo
trabajos en cocinas en las proximidades de fogones, hornos, etc., o en salas de calderas, y
en general en lugares cerrados y poco ventilados.
Los efectos del calor excesivo sobre el organismo van desde las molestias, el agotamiento
por calor hasta el golpe de calor, cuyos efectos pueden llegar a ser mortales. Además hay
que tener en cuenta que la aparición de los primeros síntomas (mareos, calambres...), si
bien no deriva directamente en un daño para la salud, puede ser el factor desencadenante
de accidentes laborales.
Situaciones y factores de riesgo
Existen una serie de condiciones personales y ambientales que favorecen las situaciones de
riesgo. Las personas mayores de 65 años, los diabéticos, obesos o aquéllos que presenten
insuficiencia cardiaca serán más propensos. También lo serán los trabajadores que
consuman fármacos como barbitúricos, diuréticos o neurolépticos, o que se hallen bajo los
efectos del alcohol. Deben extremar las precauciones las personas que provengan de climas
habitualmente más fríos (países del norte de Europa, por ejemplo).
En cuanto a las condiciones ambientales, éstas son especialmente perjudiciales a partir de
temperaturas de 34 ºC y humedad relativa del 60%, por lo que nos interesará
mantenernos por debajo de estos niveles. La realización de una actividad física y la falta de
hidratación son dos factores muy importantes.
Medidas de protección y prevención
Las medidas de prevención del golpe de calor son sencillas, y en la mayoría de los casos no
requieren grandes medios ni inversiones económicas, sino una correcta previsión y
organización del trabajo:
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Ropa: amplia y ligera, de color claro y tejido que absorba el agua, permeable al
aire y vapor y que facilita la disipación del calor. Hay que evitar la exposición
directa de la piel al sol.
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Protección: cubrir la cabeza con casco, gorro o sombrero. Es conveniente disponer
de toldos o sombrillas siempre que sea posible, al menos para las zonas de
descanso, así como utilizar protección solar.
Hidratación: Hay que reponer líquidos y sales que se pierden por sudoración.
Conviene ingerir bebidas isotónicas, ya sean comercializadas o de "fabricación
propia" (6-7 cucharadas de azúcar y media cucharada de sal por litro de agua), a
razón de dos vasos cada media hora. Por eso es necesario tener cerca o llevar
encima cantimploras o botellas, mientras se realizan las tareas. ¡Tomar las
medidas necesarias para no quedarnos nunca sin agua! Después del ejercicio o
al final de la jornada laboral es recomendable ingerir bebidas azucaradas.
Organización del trabajo: Hay que evitar la exposición en las horas centrales del
día, programando las tareas más duras durante los periodos más frescos del turno de
trabajo. Es importante llevar a cabo pausas periódicas en las que aprovechar para
descansar y, sobre todo, refrescarse e hidratarse. Es recomendable mantener un
control periódico de compañeros: visual, telefónico...
Dieta: Hay que evitar las comidas copiosas y la ingestión de café y alcohol,
especialmente justo antes de iniciar el ejercicio físico.
Otros: Apantallar ventanas, proteger y aislar los focos de calor, evitar cambios
bruscos de temperatura.
Primeros auxilios: síntomas y cómo actuar
Los primeros síntomas del fallo de la termorregulación son mareos, nauseas, cefaleas,
calambres, dolores musculares, cansancio, debilidad y taquicardias. Si la situación se
mantiene se agravan los síntomas, hasta evolucionar al golpe de calor, que se caracteriza
por una piel seca, caliente y enrojecida, pulso rápido y fuerte, dolor intenso de cabeza,
confusión, mareos, nauseas, convulsiones y pérdida de conciencia.
Para no poner en peligro la vida, en cuanto se presenten los primeros síntomas:
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Abandonar el ejercicio físico.
Poner a la persona a la sombra en un lugar fresco y ventilado, y refrescarla de
inmediato (humedecer ropa y cuerpo, aplicar compresas frías y ventilar o abanicar).
Si la persona está consciente hay que suministrarle líquidos de inmediato, pero
nunca bebidas alcohólicas.
Si hay convulsiones intentar únicamente que la persona no se haga daño, poniendo
algún cojín o ropa bajo la cabeza para evitar que se la golpee.
Se trata de una urgencia médica, por tanto debe solicitarse ayuda y trasladar al
afectado a un centro hospitalario. Hay que tener en cuenta que algunos efectos del
golpe de calor pueden presentarse días después de la exposición.
Melilla 10 de Mayo de 2012
GABINETE DE INFORMACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES DE CEMECEOE
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