Expte: IT 0144-2011 CIRCULAR INFORMATIVA Consejos para prevenir y actuar frente al golpe de calor Con la llegada del verano se produce un aumento de temperatura que conviene tener en cuenta para evitar graves consecuencias, especialmente en los trabajadores que están expuestos, ya sea en exteriores o en ambientes interiores. Construcción, jardinería.... Son tareas que se realizan en exterior y que se verán afectadas por las condiciones ambientales, así como trabajos temporales de verano como por ejemplo trabajos en cocinas en las proximidades de fogones, hornos, etc., o en salas de calderas, y en general en lugares cerrados y poco ventilados. Los efectos del calor excesivo sobre el organismo van desde las molestias, el agotamiento por calor hasta el golpe de calor, cuyos efectos pueden llegar a ser mortales. Además hay que tener en cuenta que la aparición de los primeros síntomas (mareos, calambres...), si bien no deriva directamente en un daño para la salud, puede ser el factor desencadenante de accidentes laborales. Situaciones y factores de riesgo Existen una serie de condiciones personales y ambientales que favorecen las situaciones de riesgo. Las personas mayores de 65 años, los diabéticos, obesos o aquéllos que presenten insuficiencia cardiaca serán más propensos. También lo serán los trabajadores que consuman fármacos como barbitúricos, diuréticos o neurolépticos, o que se hallen bajo los efectos del alcohol. Deben extremar las precauciones las personas que provengan de climas habitualmente más fríos (países del norte de Europa, por ejemplo). En cuanto a las condiciones ambientales, éstas son especialmente perjudiciales a partir de temperaturas de 34 ºC y humedad relativa del 60%, por lo que nos interesará mantenernos por debajo de estos niveles. La realización de una actividad física y la falta de hidratación son dos factores muy importantes. Medidas de protección y prevención Las medidas de prevención del golpe de calor son sencillas, y en la mayoría de los casos no requieren grandes medios ni inversiones económicas, sino una correcta previsión y organización del trabajo: • Ropa: amplia y ligera, de color claro y tejido que absorba el agua, permeable al aire y vapor y que facilita la disipación del calor. Hay que evitar la exposición directa de la piel al sol. • • • • • Protección: cubrir la cabeza con casco, gorro o sombrero. Es conveniente disponer de toldos o sombrillas siempre que sea posible, al menos para las zonas de descanso, así como utilizar protección solar. Hidratación: Hay que reponer líquidos y sales que se pierden por sudoración. Conviene ingerir bebidas isotónicas, ya sean comercializadas o de "fabricación propia" (6-7 cucharadas de azúcar y media cucharada de sal por litro de agua), a razón de dos vasos cada media hora. Por eso es necesario tener cerca o llevar encima cantimploras o botellas, mientras se realizan las tareas. ¡Tomar las medidas necesarias para no quedarnos nunca sin agua! Después del ejercicio o al final de la jornada laboral es recomendable ingerir bebidas azucaradas. Organización del trabajo: Hay que evitar la exposición en las horas centrales del día, programando las tareas más duras durante los periodos más frescos del turno de trabajo. Es importante llevar a cabo pausas periódicas en las que aprovechar para descansar y, sobre todo, refrescarse e hidratarse. Es recomendable mantener un control periódico de compañeros: visual, telefónico... Dieta: Hay que evitar las comidas copiosas y la ingestión de café y alcohol, especialmente justo antes de iniciar el ejercicio físico. Otros: Apantallar ventanas, proteger y aislar los focos de calor, evitar cambios bruscos de temperatura. Primeros auxilios: síntomas y cómo actuar Los primeros síntomas del fallo de la termorregulación son mareos, nauseas, cefaleas, calambres, dolores musculares, cansancio, debilidad y taquicardias. Si la situación se mantiene se agravan los síntomas, hasta evolucionar al golpe de calor, que se caracteriza por una piel seca, caliente y enrojecida, pulso rápido y fuerte, dolor intenso de cabeza, confusión, mareos, nauseas, convulsiones y pérdida de conciencia. Para no poner en peligro la vida, en cuanto se presenten los primeros síntomas: • • • • • Abandonar el ejercicio físico. Poner a la persona a la sombra en un lugar fresco y ventilado, y refrescarla de inmediato (humedecer ropa y cuerpo, aplicar compresas frías y ventilar o abanicar). Si la persona está consciente hay que suministrarle líquidos de inmediato, pero nunca bebidas alcohólicas. Si hay convulsiones intentar únicamente que la persona no se haga daño, poniendo algún cojín o ropa bajo la cabeza para evitar que se la golpee. Se trata de una urgencia médica, por tanto debe solicitarse ayuda y trasladar al afectado a un centro hospitalario. Hay que tener en cuenta que algunos efectos del golpe de calor pueden presentarse días después de la exposición. Melilla 10 de Mayo de 2012 GABINETE DE INFORMACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES DE CEMECEOE