Algunas particularidades del sistema jubilatorio policial

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ALGUNAS PARTICULARIDADES DEL SISTEMA JUBILATORIO
POLICIAL
Dra. Marisa Arizeta Paipó
I.- Introducción
El sistema jubilatorio policial ha sido transformado por la Ley 18.405 del
24/10/08, la que busca homogeneizar los regímenes previsionales sin desconocer los
universos de personas diferentes a los que los mismos deben aplicarse.
Hasta su aprobación, los policías se jubilaron por las previsiones de la
Ley 9.940 del 2/7/40 primero, la Ley 13.793 del 24/11/69 después y finalmente por la
Ley 16.333 del 1/12/92. No obstante ni la Ley 16.333 ni su predecesora, crearon un
sistema autónomo, sino que modificaron parte del régimen y permitieron que
sobrevivieran normas que se encontraban desperdigadas por todo el ordenamiento
jurídico.
La Ley que hoy se encuentra vigente, pretende recoger todas las aristas
de un régimen jubilatorio que regula una actividad especial.
Pretender desentrañar todo su contenido en este trabajo, sería un objetivo
inabarcable, por lo que nos limitaremos a analizar dos puntos: los servicios bonificados
y el acto directo de servicio como causal jubilatoria.
II.- Los servicios bonificados
Todo el personal del Ministerio del Interior, es funcionario policial pero
no todos tienen como cometidos el mantenimiento de la seguridad y el orden público y
el resguardo de los derechos individuales; quienes sí lo tienen son los policías
ejecutivos, quienes no, son los sub escalafones de apoyo (especializado, técnico,
administrativo y de servicio).
Hasta el dictado de esta Ley, todos los funcionarios del Ministerio del
Interior tenían el mismo régimen jubilatorio y sus servicios estaban considerados como
especiales por aplicación de lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley Nº 9.940. Esta
norma dividía los servicios en generales y especiales, estableciendo a texto expreso
estos últimos; en el literal A) se prevé como servicios especiales los prestados “en
empleos terrestres de los de la Policía Terrestre dependientes del Ministerio del
1
Interior”. La conversión de los servicios generales a especiales a los efectos del
cómputo jubilatorio, se encuentra regulada en el art. 1º de la Ley 12.076 del 4/12/53.
La especialidad de la función que desarrollan los policías ejecutivos,
demanda mayor esfuerzo físico y destrezas que determinan la existencia de edades de
retiro obligatorio para los mismos, según el grado. Por qué según el grado, porque el
personal de los grados inferiores es quien en mayor medida desarrolla actividad física;
al ascender aumenta la realización de actividad logística, planificación y coordinación.
Estas consideraciones, llevaron a la necesidad de trasladar un régimen
bonificado1 a la nueva ley, de tal modo de asegurar al funcionario que va a poder
jubilarse y a la población que la fuerza del orden no se encuentra envejecida.
De la lectura del artículo 18, se observa que no era intención del
legislador regular los servicios bonificados sino delegarlo en el Poder Ejecutivo pero el
grado de incertidumbre e intranquilidad que generaba su falta de previsión, llevaron a
establecerlo con carácter de transitorio en el artículo 56, donde se expresa que por cada
cinco años de trabajo efectivo se computaran siete fictos a los efectos de configurar la
causal.
Esta bonificación que se suma a la edad en la misma proporción, permite
que un policía que ingresa con 18 años, al cumplir 30 años de servicios configure causal
jubilatoria con una tasa de reemplazo del 53,5%; de llegar a los 38 años de servicio, con
una edad real de 56 años, alcanza la tasa máxima de reemplazo del 85%.
Al trasvasar estas edades y porcentajes con la Ley 17.4442 del 28/12/01
por la que se establece el retiro obligatorio de los policías que habiendo configurado
causal jubilatoria lleguen a determinada edad, nos encontramos que los Agentes de 1º y
2º, cuya edad de retiro obligatorio es a los 55 años, quedarían obligados a jubilarse con
una tasa de reemplazo máxima de 82%. Este punto fue motivo de preocupación entre
quienes trabajaron en este proyecto, no obstante la solución no se encuentra del lado de
1
Artículo 18 (Servicios bonificados).- Los servicios cumplidos en forma efectiva por los funcionarios del
subescalafón ejecutivo serán bonificados, en la forma y condiciones que determine el Poder Ejecutivo, de
acuerdo con los criterios previstos en el artículo 37 de la Ley Nº 16.713 de 3 de setiembre de 1995, sin
perjuicio de lo establecido transitoriamente en el artículo 56 de la presente ley.
2
La Ley 17.444 modificó el art. 67 de la Ley Orgánica Policial., en la redacción dada por el art. 1º de la
Ley Nº 15.098, por la misma se establece “El retiro será obligatorio cuando se posea el coeficiente que
otorgue derecho a la pasividad y se llegue a las siguientes edades…”
2
la norma previsional sino de la Ley Orgánica Policial, en el texto dado por la Ley
17.444.
Finalmente, debe señalarse que no hay bonificación para los sub
escalafones de apoyo3 con excepción de aquellos que quedaron comprendidos en el
período de transición que regula la ley (arts. 36 a 41). A quienes se encuentren en esa
franja, se les computarán cinco años fictos por cada cuatro años de servicios policiales
efectivos, cumplidos hasta la fecha de entrada en vigencia de la presente ley (1º/1/09),
de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 38 literal B) numeral c). No obstante, también a
partir de dicha fecha se derogó a su respecto el retiro obligatorio, teniendo únicamente
las limitaciones que el ordenamiento jurídico establece para los demás funcionarios
públicos.
III.- El acto directo de servicio como causal jubilatoria
A) Configuración de la causal
Al clasificar los retiros, el artículo 5º literal C) de la norma en examen,
prevé el “Retiro por acto directo se servicio”, más adelante el artículo 84 se titula
“Retiro por incapacidad por acto directo de servicio” y describe con un criterio amplio
las circunstancias en que puede ocurrir el hecho que determina la configuración de la
causal.
El acaecimiento de esos hechos deben estar necesariamente vinculados
con el desarrollo de la función pública que el policía tiene encomendada, separándose
aquí de los sucesos que puedan ocurrirle al funcionario cuando se dirige hacia o desde
su trabajo por agentes externos a la función. El ejemplo más sencillo es el de un
accidente de tránsito que arroja como resultado para el policía una incapacidad
permanente, si ocurre cuando el funcionario está patrullando configura un acto directo
de servicio; si se produce cuando el funcionario termina el turno y va desde la seccional
3
El trabajo refiere a quienes quedaron comprendidos en el nuevo sistema y no a quienes ya habían
configurado la causal o la configuren al 30 de junio de 2011.
4
Art. 8º: La causal de retiro por acto directo de servicio se configura por la ocurrencia de la incapacidad
absoluta y permanente para toda tarea, a causa o en ocasión de la prevención, investigación, represión y
combate de siniestros, accidentales o no, o de los delitos y faltas contenidos en el Código Penal, leyes
especiales y contravenciones administrativas en que esté dispuesta la intervención del personal policial,
cualquiera sea el tiempo de servicios prestados.
3
a su casa, estaría contemplado en la causal de retiro por incapacidad total (artículo 7) y
no como acto directo de servicio.
No obstante, las posibilidades de protagonizar un acto directo de servicio
no se agotan con los hechos que puedan ocurrir dentro del lugar de trabajo o mientras se
trabaja. La indivisibilidad de la función policial, determina que el policía deba actuar en
cualquier lugar y momento, siempre que estén en juego el orden público, los poderes del
Estado o el ejercicio y goce de los derechos individuales. Acorde a ello, siempre que el
policía actúe en cumplimiento de la función que la Constitución y la ley le asignan y de
su actuación se derive una incapacidad permanente para toda tarea, estaremos frente a
un acto directo de servicio.
Esta causal está prevista para todos los policías, esto es para todos los
funcionarios del Ministerio del Interior y no solamente para el personal ejecutivo. Este
tratamiento, que no fue al azar, responde a la actividad íntimamente entrelazada que
realiza todo el personal, lo que se observa con mayor claridad si pensamos en las
Jefaturas, en las seccionales, en los centros de reclusión, etc. En todos esos lugares de
trabajo, la actividad del personal de apoyo se mezcla con la del ejecutivo, de tal modo
que el grado de exposición a hechos nefastos justifica un tratamiento igualitario.5
Para que se configure la causal tenemos entonces que se requiere ser
policía y que el hecho que la produce se vincule directamente al desarrollo de la
función. Ahora bien, la incapacidad que se genera, la norma exige que sea “una
incapacidad absoluta y permanente para toda tarea” lo que instala la discusión con
respecto a si hablamos de la actividad policial propiamente o de cualquier otra actividad
susceptible de ser remunerada.
Esta discusión no es ociosa, porque hasta ahora se entendió que la
incapacidad por la que se medía al policía era para la actividad policial; así el artículo 8
de la Ley 13.793 en su inc. 2do., establecía que tendrían derecho a jubilarse por acto
directo de servicio quienes se encontraran “inhabilitados para continuar en actividad”6.
5
El artículo 41 de la Ley Orgánica Policial, en la redacción dada por la Ley 15.098 del 23/12/80, prevé
que el Ministerio del Interior podrá levantar por resolución fundada las limitaciones que rigen para los
sub escalafones de apoyo en forma transitoria.
6
Ley 13.793, art. 8º: Los causahabientes de los funcionarios policiales fallecidos en acto de servicio
propio de la función policial activa, o con motivo o a causa de dichos actos, tendrán derecho a una
pasividad equivalente a la totalidad de las últimas retribuciones, sujetas a montepío, de actividad,
correspondientes a dos grados superiores del cargo que tenía el causante al momento de fallecer.
4
Al policía se le exigen estándares de salud más elevados que para otras actividades; por
esa razón, una incapacidad del 50% en estándares normales, implica una incapacidad
total para un policía ejecutivo. De cambiarse este criterio, se mantendría dentro de la
institución, personal que no se encuentra apto para el desarrollo de las tareas pero
además se estaría cercenando un beneficio. El policía que no se encuentra apto para
cumplir las tareas propias, pierde la motivación y la posibilidad de continuar su carrera
administrativa; no puede cumplir el rol que la institución necesita y sólo en ocasiones
puede ser asignado a otras tareas. Todas estas razones que someramente mencionamos,
obligan a mantener la interpretación histórica: la incapacidad absoluta y permanente
para toda tarea refiere a las propias del sub escalafón en el que revista.
Finalmente haremos mención, a lo que entendemos es el cuarto y último
requisito para configurar la causal: el tiempo de servicios. No se exige tiempo mínimo
de servicios, atendiendo a la naturaleza de la función.
B) Prestaciones
Para quienes configuren esta causal de retiro, se establece que les
corresponderá una asignación equivalente al 100% del sueldo básico de retiro, con un
monto mínimo equivalente al de la remuneración del Grado de Oficial Sub Ayudante
(Grado 6), además de considerar la antigüedad real del policía.
El sueldo básico de retiro se obtiene promediando los últimos sesenta
meses de actividad o el tiempo de servicios que el funcionario tenga trabajado de no
alcanzar aquel, actualizado por Índice Medio de Salarios.
El cambio operado en el tratamiento del haber de pasividad, reside en que
hasta la entrada en vigencia de esta ley, se otorgaban al policía dos grados más al que
tenía en actividad a los efectos del cálculo de su pasividad; como el mayor número de
retiros por esta causal se da en los grados de ingreso, constituye una mejora tomar como
mínimo el Grado 6. Ahora bien, en este tortuoso camino de elaboración del proyecto, se
omitió dejar establecido que siempre se iban a otorgar como mínimo dos grados más,
porque puede ocurrir que quien reciba este daño, sea un grado 5, 6 o más y en ese caso,
la solución legal le es perjudicial porque únicamente se le va a abonar la pasividad por
su grado de actividad.
Igual criterio se seguirá con los funcionarios que por accidente en acto de servicio con motivo o a causa
de dicho acto se encuentren comprobadamente inhabilitados para continuar en actividad.
5
La solución a la que llega la Ley puede resultar injusta para muchos y
estamos seguros que se encuentra lejos del espíritu de esta reforma. No podemos perder
de vista que el funcionario que encuadra en esta disposición padeció un hecho
desgraciado en el cumplimiento de la función pública, muchas veces con el resultado
muerte, otras con parálisis, sillas de rueda, pérdida de miembros, cicatrices deformantes,
etc. Esta omisión, sin duda involuntaria, debe contemplarse a la brevedad de modo de
evitar a ese policía un nuevo perjuicio.
Sin duda que la puesta en práctica de la ley, nos despertará estas y otras
inquietudes, algunas de las cuales podrán ser recogidas y solucionadas por otras
disposiciones.
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