Corrupción Política: ¿Existe una solución?

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Corrupción Política: ¿Existe una solución?
La Iglesia y el trabajo humano / Economía y Sociedad
Por: Plinio Corrêa de Oliveira | Fuente: Acción Familia
Fe y recomposici moral de las ites: la soluci para el gravimo problema de la corrupci que se extiende, dejando al pa en una dramica situaci y al
pueblo escandalizado.
En tesis, que una persona rica contribuya para obtener la elecci de un candidato, no es en sun acto deshonesto. Pero si ella contribuye
financieramente porque, por ejemplo, el candidato a la presidencia de la Repblica se compromete a darle tales o cuales negocios, eso se
transforma en un acuerdo al menos sospechoso de ser ilegal. Esto equivale a que se contrate para un negocio pblico, no al m competente, sino
a aquel que facilitla ascensi del candidato. Ahcomienza a aparecer el lado espurio.
Un hecho que en smismo no tiene nada censurable, puede entretanto, dadas las circunstancias, ser una operaci francamente ilita.
Adem de lo cual, no solo aquel que contribuycon dinero tiene facilidades para recibir el negocio, sino tambi para ampliarlo. O sea, puede
cobrar al Estado una cantidad mucho mayor que la que cobrar alguien que no prestayuda al candidato. Eso ser deshonesto. Puede realizar el
trabajo de modo insuficiente, y el Poder Pblico no reclama. Y entonces tenemos en escena una operaci ilita.
Son variantes mayores o menores de un mismo pensamiento central, que se podr describir en torno de la sentencia del Derecho Romano: " Do
ut des, facio ut des, do ut facias, facio ut facias" (Yo te doy para que t me des, hago para que me des, doy para que hagas, hago para que
hagas). (1)
Es un acuerdo que puede ser un robo o algo honesto.
La cuesti en su eje, en lo que ella tiene de m central, no esten la forma de gobierno ni en la forma de la econom, ella esten el grado de
moralidad pblica.
Muchas personas ven que la falta de religi es la ra de todo mal, pero no quieren en absoluto propagarla para crear un ambiente de moralidad.
Porque las obligar a no ser ladronas. Ahora bien, ellas pueden concordar en que el robo es un acto despreciable, pero deducir de esto que ellas
no robar, es una cosa muy diferente.
Para eliminar la corrupci es necesario que haya un apostolado de carter esencialmente religioso, por el cual se torne presente el auxilio de la
gracia de Dios, que mueva las almas, las inteligencias y las voluntades, de manera que ellas se conviertan, y a partir de esta conversi alguna
cosa se consiga. Tal conversi es evidentemente dificilima en ocas de inmoralidad generalizada.
Siendo as es necesario si se quisiere descender a lo m recdito del problema, que haya aptoles - como los recomienda Dom Chautard (2) - de
vida interior auttica, deseosos verdaderamente del Reino de Dios antes de todo, y de que se haga la voluntad de Dios asen la Tierra como en
el Cielo. Practicando ellos mismos tales virtudes, e incitando con el ejemplo y con la palabra - como tambi por la represi del Estado en alguna
medida- a las personas a mudar de comportamiento.
Si no hubiere esto, no se consigue nada. El soborno se extiende como una mancha de aceite que cae sobre una hoja de papel: va penetrando y
se esparce por toda la superficie del papel.
En cierto momento el nmero de ladrones puede tornarse tan grande, que se vuelve prticamente imposible reprimir el crimen sin colocar a la naci
entera en la ccel. En esas circunstancias surge una necesidad: hay que encontrar una soluci.
Cu es la soluci? Un acuerdo: el individuo podrsobornar y no ira prisi, so tendrque pagar una cierta multa. Es el robo generalizado que contina,
con precios todav m altos. Es la oficializaci del robo.
Un ladr de gallinas sorprendido saltando el muro de madrugada con dos o tres gallinas en la mano serpreso. Ira la prisi y quedar
desmoralizado. El otro que arreglel negocio sucio, no queda desmoralizado, no es apresado, todo acaba en un arreglo y gana m dinero.
Conclusi: todos roban a todos; el robo se establece como costumbre oficial; el trabajo pierde su prestigio y la competencia pierde su influencia.
***
De ese modo cualquier rimen, sea comunista o capitalista, se hunde en el robo y se deshace; resulta una "robolandia", en que una minor de
ladrones acaba dominando el pa.
Se deshace la sociedad y se adultera la polica. Unos se dicen socialistas; algunos comunistas; y otros capitalistas. Los comunistas acusan a los
capitalistas porque en el rimen capitalista el robo se generaliza en todas sus formas. Los capitalistas acusan a los comunistas porque en el
rimen comunista el robo se instala de todas las formas. Todo el mundo acusa a todo el mundo de ladr, todos son ladrones. Y al final la situaci se
precipita hacia la anarqu y el caos.
Asvamos caminando hacia un orden de cosas en el que la discusi capitalismocomunismo pierde su consistencia. El comunismo es capitalismo;
el capitalismo es comunismo; todo el mundo es ladr, a no ser una media docena de personas que todav creen verdaderamente en Dios.
Se trata de un deterioro gradual, y en cuanto no hubiere una conversi religiosa, las instituciones van pudridose. En ese cuadro nadie puede
tener una ilusi al respecto. Llevdose una vida comn, que a primera vista puede parecer tranquila, la corrupci de las mentes es todav peor que la
de la econom. Y todo el mundo acaba acostumbrdose a esa situaci.
Pero entonces, cu es el remedio para eso?
Es necesario restaurar las ites - ites morales, antes que nada - pero ites por excelencia, de familias en las cuales todav alguna cosa se
conserva por el recuerdo de sus mayores que fueron cebres por su honestidad, etc. O se trabaja para restaurar las verdaderas ites, o no hay
soluci. El remedio es restablecer el orden jerquico en la sociedad.
Extractado de una conferencia del 4/12/93, sin revisi del autor
Notas:
(1) Digesto, 19.5.5 (adaptado).
(2) Libro "El alma de todo apostolado", del Abad del Monasterio de Sept-Fons (Francia), Dom Jean-Baptiste Chautard (1858-1935).
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