Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Enfermedades complejas: artritis reumatoide como modelo de estudio 51.486 Antonio Julià y Sara Marsal Unitat de Reumatologia. Servei de Medicina Interna. Hospitals Vall d’Hebron. Barcelona. España. Desde que William Herberden apuntara en 1806 por primera vez que existía «cierto grado de herencia» en la artritis reumatoide (AR), se han hecho muchos esfuerzos para estudiar los componentes genético y ambiental de esta enfermedad, pero aún hoy día su etiología sigue siendo una gran desconocida. A pesar de ello, se acepta que existe un componente genético subyacente que implica susceptibilidad a padecer la enfermedad. Los primeros estudios encaminados a demostrar la presencia de factores hereditarios fueron los clásicos estudios de gemelos. En estos estudios se mide la concordancia, definida como la proporción porcentual de gemelos monocigóticos y dicigóticos que comparten la enfermedad cuando tiene lugar en uno de ellos. Comparando estos dos valores se obtiene una estimación de la influencia del componente genético, ya que en principio la influencia del ambiente sobre los dos tipos de gemelos es la misma. Un estudio realizado en población inglesa con un alto número de casos índice otorgó una concordancia para gemelos monocigóticos del 15,4% y una concordancia en gemelos dicigóticos del 3,6%1. Por otra parte, un estudio más reciente elaborado con datos de gemelos con AR demuestra que el 60% de la variación responsable de la aparición de la enfermedad en la población es atribuible a factores genéticos2. Este porcentaje es una estimación cuantitativa de la influencia genética conocida como heredabilidad y, a diferencia de la concordancia, no está sesgada por la prevalencia de la enfermedad en la población. Otra forma alternativa (aunque relacionada conceptualmente con la concordancia) para valorar el componente genético de la AR es la determinación del riesgo relativo3 o valor λ. Este valor estadístico mide el grado de agregación familiar y se define como la relación entre el riesgo de padecer la enfermedad siendo familiar del enfermo y el riesgo en la población general. De forma convencional, se suele utilizar la λs, que corresponde al riesgo relativo entre hermanos. Para la AR se han obtenido valores de λs que oscilan entre 2 y 8, según los distintos estudios4. Poblaciones históricamente muy aisladas se prestan a otra alternativa para valorar el componente genético de la susceptibilidad a la AR que se basa en la reconstrucción de la genealogía de sus habitantes. Encontrar este tipo de poblaciones no es fácil y aun menos poder establecer su genealogía, por eso existen pocos estudios de este tipo en AR. De entre ellos cabe destacar uno realizado recientemente con población islandesa, una población históricamente aislada y con un registro genealógico privilegiado. En él se demuestra que, efectivamente, los islandeses con AR están más relacionados entre sí genealógicamente que con el resto de los habitantes de la isla5. Correspondencia: Dra. S. Marsal. Unitat de Recerca de Reumatologia. Hospitals Vall d’Hebron. Passeig Vall d’Hebron, 119-129. 08035 Barcelona. España. Recibido el 10-6-2003; aceptado para su publicación el 27-6-2003. 616 Med Clin (Barc) 2003;121(16):616-8 Todos estos resultados demuestran que existe un componente genético involucrado en la aparición de la enfermedad pero, sin duda alguna, la mayor evidencia que se puede encontrar es descubrir que existe una asociación entre un polimorfismo genético y la enfermedad. En 1974 se demostró por primera vez la asociación entre el marcador serológico HLA-Dw14 y la AR6, y fue confirmada en posteriores estudios con el marcador DR47. Este descubrimiento llevó al estudio de los polimorfismos genéticos del locus HLA-DRB1, que confirmaron la existencia de determinadas secuencias que estaban asociadas con la susceptibilidad de presentar AR8. La estrategia utilizada en estos estudios fue analizar los genes ya conocidos (genes HLA de clase II) cuyo producto proteínico parecía estar implicado en la fisiopatología de la enfermedad y se conoce como la estrategia del gen candidato. Se han hecho muchos estudios en la AR utilizando esta estrategia, aunque, como veremos, con poco éxito. Sólo la asociación de la AR con la región HLA es clara y reproducible, incluso en poblaciones aparentemente diferentes. Esta evidencia, unida al hecho de que el HLA tan sólo explica una tercera parte del componente genético en la susceptibilidad λHLA = 2), hace que cada vez se acepte más la idea a la AR (λ de que se trata de una enfermedad multigénica. Estudiar enfermedades multigénicas es un proceso arduo (de ahí que a este tipo de enfermedades se las conozca como enfermedades complejas), ya que presentan una serie de inconvenientes que no tienen las enfermedades monogénicas. Éstas son más fáciles de estudiar ya que se heredan bajo el patrón de herencia mendeliana. Estudiando la cosegregación de marcadores con la enfermedad en grandes pedigríes es relativamente sencillo dar con la región genética donde se encuentra el gen causal de la enfermedad. Además, desde la aparición en la década de los cincuenta del método estadístico de los LOD (logarithm of odds) se han descubierto más de 400 genes implicados en enfermedades monogénicas. Sin embargo, como resulta evidente, la AR no sigue un patrón de herencia mendeliano y es casi imposible encontrar grandes pedigríes que contengan varios individuos afectados. Cuando se hace un estudio de los LOD, se obtiene una estimación del grado de ligamiento entre un marcador y la enfermedad midiendo la probabilidad de que el marcador y el gen de la enfermedad estén efectivamente ligados y no asociados al azar. Este método estadístico, unido al descubrimiento de miles de marcadores genéticos dispersos por todo el genoma, ha permitido localizar centenares de genes implicados en enfermedades monogénicas sin necesidad de información biológica. Sin embargo, cuando se trata de enfermedades complejas como la AR nos encontramos, de nuevo, con obstáculos metodológicos. Para poder llevar a cabo un estudio de valores LOD es necesario definir el modelo de herencia y, como resulta evidente, no existe modelo de herencia que se ajuste a lo observado en las familias de enfermos con AR. Por esta razón se fueron desarrollando los llamados estudios de ligamiento no paramétricos, donde, como su nombre indica, no es ne22 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. JULIÀ A, ET AL. ENFERMEDADES COMPLEJAS: ARTRITIS REUMATOIDE COMO MODELO DE ESTUDIO cesario definir a priori el modelo de herencia. Estos estudios se basan en el concepto de que si existe un gen que contribuye a la susceptibilidad de padecer la enfermedad, entonces la región genética que lo contiene será coheredada, a partir de un ancestro en común, por los miembros afectados de la familia de forma más frecuente que lo esperado por azar. Existen varios tipos de estudios de ligamiento no paramétricos, pero el que más se ha utilizado en el estudio de la AR (y en las enfermedades complejas en general) es el método ASP (affected-sibling pair). Se estudian parejas de hermanos afectados en una familia y se determina si los alelos que comparten son «iguales por descendencia» (identical by descent [IBD]), es decir, que provienen de un mismo progenitor. La prueba de la χ2 nos dirá si los alelos se comparten entre los hermanos afectados más de lo esperado por el azar. El desarrollo de este tipo de análisis no paramétrico, junto al descubrimiento de miles de marcadores altamente polimórficos repartidos por todo el genoma, permitió llevar a cabo lo que se conoce como estrategia del cribado genómico. En este tipo de estudio se analizan centenares de marcadores polimórficos tipo microsatélite repartidos por todo el genoma (normalmente suelen estar a distancias de 10 cM ~ 10 Mb el uno del otro). Dada la extensión del genoma (3 × 109 pb), esto significa que en un estudio de este tipo se deben analizar, por cada individuo, de 300 a 500 marcadores diferentes. Como es de suponer, estudios de este tipo son tremendamente costosos y tan sólo centros con un alto nivel de recursos (o varios centros asociados) pueden llevarlos a cabo. Por esta razón, no es de extrañar que, hasta el momento, sólo se hayan publicado 4 estudios de cribado genómico en la AR9-12. A pesar de que los loci significativos no coinciden en ningún caso entre los 4 estudios (excepto para la región del HLA), sí que existen algunos loci nominativos (cercanos a la significación) que se solapan. Los motivos de las discrepancias pueden ser de diversa índole metodológica; sin embargo, las limitaciones a la hora de interpretar los resultados de estos estudios de ligamiento han sido muy discutidas y muchos, si no todos, podrían significar nada más que falsos positivos13-15. Hasta ahora la experiencia en enfermedades complejas ha demostrado que, a pesar de utilizar muchos marcadores, no es posible acotar el ligamiento a regiones de menos de 10 cM. Regiones cromosómicas tan grandes pueden contener centenares de genes, por lo que es necesario definir una región más pequeña antes de empezar a buscar genes de susceptibilidad. Una forma de acotar un área de ligamiento es utilizar métodos que detectan asociación en la presencia de ligamiento. La asociación entre un marcador y el locus de la enfermedad depende de la presencia de desequilibrio de ligamiento, es decir, de la asociación no aleatoria de alelos. El concepto del desequilibrio de ligamiento proviene de la teoría genética del individuo «fundador»: la primera persona que sufre la mutación en el gen y la transmite a sus descendientes, quienes durante muchas generaciones comparten esa misma región genética (y, por tanto, son susceptibles de padecer la enfermedad). Esta teoría implica que existiría una ventana de tiempo en la que los alelos de los marcadores muy cercanos al gen mutado serían siempre los mismos hasta que, finalmente, sucesos de recombinación devolverían el equilibrio de ligamiento de esa región. La asociación alélica (o desequilibrio de ligamiento) sólo se puede detectar en distancias muy pequeñas, menores de 1 cM. Esta característica es la que explotan los métodos utilizados en la estrategia del gen candidato. Esta estrategia, como hemos dicho, no busca ser una alternativa a la estrategia del cribado genómico, sino que la puede complementar. De esta forma, se puede buscar si en las regiones genéticas en las que se 23 encontró ligamiento significativo, o incluso nominal, existe algún gen conocido cuyo producto proteico pueda estar implicado en el origen de la enfermedad. Existen dos tipos principales de estudios de asociación: los estudios de casos y controles y los estudios basados en familias. En el primer tipo de estudio se recoge una cohorte de individuos enfermos y se los compara con una cohorte de individuos sanos no relacionados. En este caso basta un estadístico χ2 para comparar las frecuencias alélicas de los enfermos con las de los sanos. Si las distribuciones son significativamente diferentes, entonces el marcador está en desequilibrio de ligamiento (por tanto, muy cercano) con la mutación de la enfermedad. Por lo que respecta a la AR, se han estudiado varios polimorfismos en (o cerca de) genes que se pensaba podían estar asociados con la enfermedad, pero los resultados han sido, en la mayoría de los casos, conflictivos. Desde hace unos años se considera que este tipo de estudios también es susceptible de dar resultados erróneos por la estratificación de la población. En determinadas poblaciones como la americana, la inglesa o la española conviven diferentes subgrupos poblacionales. Este fenómeno abre la posibilidad a que, en estudios de casos y controles, los individuos que entran en el estudio como enfermos pertenezcan mayoritariamente a un subgrupo poblacional diferente del de los controles. Esto hace posible la aparición de asociaciones (falsos positivos) únicamente por la heterogeneidad genética inherente de las poblaciones no aisladas. Para evitar esta posible fuente de sesgo, Spielman et al16 desarrollaron en 1993 un test estadístico para detectar asociación en presencia de ligamiento basado en familias, el TDT (transmision disequilibrium test). En este test se estudia la transmisión de alelos que potencialmente dan susceptibilidad a la enfermedad de un padre heterocigoto a un hijo enfermo. Se confirma así si este padre heterocigoto para un alelo asociado y un alelo no asociado transmite el alelo asociado al hijo enfermo más de lo que se esperaría por azar. De esta forma, se utilizan los propios miembros de la familia como controles (el alelo que no es transmitido es el alelo control), con lo que se evita la aparición de asociaciones espurias debidas a la estratificación poblacional. Además, otra característica de este método es que permite el estudio de la transmisión de haplotipos que se extienden a lo largo de varios marcadores adyacentes. No obstante, el poder de este test para detectar asociación también se ve afectado por factores tales como la disponibilidad de los genotipos parentales, la estructura familiar o las características del marcador a estudio. Con este método se encontró que las regiones cromosómicas del agrupamiento de la interleucina 1 (2q13)17 y de la hormona liberadora de corticotropina (8q13)18 estaban asociadas a la AR, pero estos resultados tampoco se han podido reproducir en otros grupos poblacionales19,20. Detrás de todos estos conceptos no es difícil reconocer una cierta incapacidad de la tecnología y de los métodos de estudio actuales para comprender el componente genético de las enfermedades complejas. Pretendemos localizar efectos genéticos probablemente de escasa magnitud, con marcadores genéticos brutos, en muestras de pacientes y familias de tamaño inadecuado y con limitaciones inevitables debidas a la inherente heterogeneidad clínica de la enfermedad. Tampoco podemos olvidar que los genes y el genoma no actúan de forma aislada y que los factores ambientales son igualmente importantes en la biología humana. La diversidad genética no sólo condiciona la susceptibilidad a padecer una enfermedad, sino también sus múltiples variaciones fenotípicas y la respuesta a los tratamientos, y eso es lo que verdaderamente nos obliga a ser cada vez más metódicos en la anotación de las observaciones clínicas. Med Clin (Barc) 2003;121(16):616-8 617 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. JULIÀ A, ET AL. ENFERMEDADES COMPLEJAS: ARTRITIS REUMATOIDE COMO MODELO DE ESTUDIO REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Silman AJ, MacGregor AJ, Thomson W, Holligan S, Carthy D, Farhan A, et al. Twin concordance rates for rheumatoid arthritis: results from a nationwide study. Br J Rheumatol 1993;32:903-7. 2. MacGregor AJ, Snieder H, Rigby AS, Koskenvuo M, Kaprio J, Aho K, et al. Characterizing the quantitative genetic contribution to rheumatoid arthritis using data from twins. Arthritis Rheum 2000;43:30-7. 3. Risch N. Assessing the role of HLA-linked and unlinked determinants of disease. Am J Hum Genet 1987;40:1-14. 4. Wordsworth P, Bell J. Polygenic susceptibility in rheumatoid arthritis. Ann Rheum Dis 1991;50:343-6. 5. 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