Resumen de la lectura “Mejoramiento de la enseñanza mediante la alineación constructivista” LiliaVillalba Almendra y Elizabeth Cruz Flores En el marco de estudio del proceso de enseñanza aprendizaje se pueden discriminar dos amplias tradiciones teóricas aplicadas a la educación superior: La objetivista: basada en el dualismo entre el sujeto que conoce y lo conocido. La de transmisión por enseñanza directa: el significado es creado por el propio sujeto que aprende, no impuesto por la realidad. De ésta última tradición se desprenden dos corrientes: La Constructivista y la Fenomenografía, las cuales comparten la siguiente característica: perciben el aprendizaje en términos cualitativos, y ambas ven al educando como central en la creación del significado y no al docente como transmisor del conocimiento. La constructivista ha sido adoptada rápidamente en la educación superior. La pregunta ahora es ¿Cómo se diseña la enseñanza constructivista? El análisis del constructivismo como modelo prescriptivo es contrario a los principios constructivistas, en el documento se hace referencia a Wood (1995) quien sugiere las siguientes acciones que los docentes deben llevar a cabo: Proporcionar situaciones de enseñanza que promuevan actividades adecuadas para los alumnos, visualizar la concepción del alumno desde la perspectiva del mismo, identificar los errores como niveles de desarrollo y reconocer los periodos de conflicto, sorpresa e interacción social como fuente de aprendizajes verdaderos. ¿Como se alinea la enseñanza con el constructivismo? Se sabe que para mejorar la enseñanza es necesario cimentarla en un sistema que apoye el conjunto de resultados que están planteados en el currículo, así mismo el documento original señala que según Cohen (1987), “cuando el currículo y los métodos de evaluación están alineados los resultados de la enseñanza son mejorados”. El punto crucial es definir los objetivos de enseñanza en un alto nivel cognitivo. Al respecto, es preciso comentar que ésos objetivos, nos guiarán hasta la evaluación de desempeños, así si los objetivos de un curso requirieron un alto nivel de comprensión entonces tanto la enseñanza como la evaluación debe organizarse coherentemente. El desempeño evaluado debe ser integral, Bigg y Collis (1982) propusieron un método sistemático para describir que el desempeño de un alumno crece en complejidad cuando domina muchas tareas académicas, el método se divide en 5 niveles: Preestructural, Uniestructural, Multiestructural, Relacional y el de Abstracción Ampliada, que es el nivel que representa transferencia o generalización a nuevos temas o áreas, metacognición. Utilizando éstos niveles se puede estructurar el currículo de forma jerárquica. La estructuración del currículo, lleva consigo el diseño y aplicación de actividades de enseñanza aprendizaje que también deben ser alineadas y coherentes con los mismos. Dentro de éstas actividades deben evitarse las que se desarrollen en la recepción de un contexto aislado tales como la exposición o conferencia y el tutorial. Al contrario, las actividades enfocadas en los roles de grupos, las actividades controladas como el trabajo de grupo, y las autocontroladas que abarcan el aprendizaje independiente son las actividades que se alinean con los objetivos de alto nivel cognitivo que son propuestos en el currículo. Así mismo, el docente no es el único responsable de la selección de dichas actividades, también el alumno y la actividad social juegan un papel de construcción del conocimiento. Finalmente la alineación atiende a las actividades de evaluación y calificación. Las formas tradicionales de evaluación como los exámenes tipo ensayo, las de respuestas breves y las de opción múltiple están enfocadas en niveles cognitivos bajos, por lo tanto son inadecuadas para la mayoría de la enseñanza enmarcada en niveles altos, es decir los desempeños están limitados a tratar conocimientos declarativos o proposicionales y es el docente quien establece los límites de un buen aprendizaje. Por lo anterior, se comenta que la evaluación debe llevarse a cabo mediante el uso de “portafolio de evidencias” donde se incluyan los trabajos que los alumnos seleccionan por que los consideran en relación con los objetivos, además de promover la autoevaluación. Las siguientes cuestiones podrían orientar las nuevas técnicas de evaluación: ¿Cuáles cualidades de lo aprendido estamos explorando? ¿Cuáles desempeños deben ser considerados en la evaluación? ¿Evaluación descontextualizada o situada? ¿Se proporcionan las evidencias y se evalúa su orientación con los objetivos? Como conclusión se espera que los objetivos definan los desempeños, los métodos de enseñanza los inciten y las tareas de evaluación los confirmen. Así el modelo de enseñanza aprendizaje resultante es simple e incluye que los profesores sean claros acerca de lo que desean que sus alumnos aprendan y cómo manifestarán dicho aprendizaje, que los objetivos de desempeño sean ordenados en forma jerárquica y que los alumnos sean colocados en situaciones que demuestren sus aprendizajes dejando evidencias de ello, contrastando lo aprendido con los objetivos acordados. REFERENCIA Biggs, J. (1996). Mejoramiento de la enseñanza mediante la alineación constructiva. Ubicado en: http://www.profordems.cfie.ipn.mx/profordems3ra/modulos/mod2/pdf/Unidad1/ U1Lec_complementarias/mejoramiento_de_la_ensenanza.pdf