2 3 Mueven pasiones en la franja costera en el norte de nuestro país. Muy pocos, sin embargo, incluso allí, conocen el origen de estas embarcaciones tan españolas..., que nacieron en Francia. ¡JESÚS, Y ADENTRO! TRAINERAS DE COMPETIR PARA SOBREVIVIR A VIVIR PARA COMPETIR © MAS· MUSEO DE ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO DE SANTANDER Y CANTABRIA DEPÓSITO DEL CENTRO DE ESTUDIOS MONTAÑESES 4 5 Trece remeros, un patrón y tres millas náuticas por delante. Eso son, en esencia, las regatas de traineras. Un deporte muy arraigado en el País Vasco y Cantabria, que también se practica en Galicia y cuyo origen hay que situar hace siglo y medio. Entonces querían pescar sardinas. ROBERTO GONZÁLEZ / M ás!..., ¡más! –gritaba a los extenuados remeros, porque había llegado el momento decisivo. Y los remos crujían y los hombres jadeaban y la lancha seguía encaramándose, pero ganando terreno. Cuando la popa tocaba la cima de la montaña rugiente y la débil embarcación iba a recibir de ella el último impulso favorable, Andrés, orzando brioso, gritó conmovido poniendo en sus palabras cuanto fuego quedaba en su corazón: –¡Jesús, y adentro!”. Así reflejaba José María de Pereda, el escritor por antonomasia del costumbrismo montañés, los apuros de una trainera para huir de la trágica ‘Galerna del Sábado de Gloria’ y ganar, en medio del súbito temporal, el abrigo de la bahía santanderina. 322 marineros vascos y cántabros no lo consiguieron aquel 20 de abril de 1878. La mayoría de ellos perecieron agarrados al remo que manejaban en su trainera. Sí, entonces, en los primeros años de estas bravas embarcaciones, había mucho más en juego que las banderas, la gloria o el dinero. Aquel mismo año, 1878, apenas unos meses después de llorar a sus muer tos en todos los puertos del Cantábrico, se celebró en Santander la primera gran regata de traineras animada por un espíritu deportivo. Un año más tarde, sucedería lo mismo en San COLORES. Cada trainera y, por antonomasia, cada pueblo se identifica por el color de su barco. Los días de regata, el aficionado es su color. Sebastián y en 1881, en la Ría de Bilbao. Antes de este momento, sólo se habían producido desafíos puntuales. Los pescadores de Pasajes de San Juan contra los de Pasajes de San Pedro, los del Cabildo de arriba santanderino, contra los de abajo… En torno a 1880, estaba naciendo un deporte que hoy, 130 años después, desata pasiones del Bidasoa a la Se desconoce quién diseñó la primera trainera, sí se sabe que fue algún pescador del País Vasco francés Ría de Vigo. Pero la historia de las traineras empezó cuarenta años antes. No hay constancia escrita del momento exacto en que un carpintero de rivera construyó la primera trainera. Tampoco se sabe su nombre, pero sí que debió ser un vasco-francés pocos años antes de 1840. Los pescadores del Golfo de Vizcaya, a un lado y otro de la frontera, tenían por aquel entonces necesidad de encontrar una embarcación ágil y rápida para poder practicar la pesca de cerco, especialmente de sardina, pero también de besugo y de chicharro. Ágil, para que la velocidad a la que se podía cerrar el círculo de la red impidiera que los peces se escaparan; y rápida para, una vez subidas a bordo las redes y su captura, llegar los primeros a puerto y conseguir un mejor precio por el pescado. En las primeras décadas del XIX, aquellos valientes desafiaban al Cantábrico montados sobre botes más anchos, más pesados, más estables, con más capacidad, pero infinitamente más torpes y lentos. Eran, más o menos, como los grandes botes que Hollywood ha popularizado bajando de los galeones. Hasta que alguien, en San Juan de Luz o en Hendaya, decidió que merecía la pena arriesgar. Un pequeño paso para la humanidad, pero un gran salto en el Cantábrico. Fueron los pescadores de Fuenterrabía los primeros en ‘sufrir’ a la nueva embarcación. De repente, sus colegas al otro lado del Bidasoa, los de Hendaya, empezaron a dejarles atrás, casi sin despeinarse, a bordo del nuevo y afilado bote. Y hasta ahí podíamos llegar. Los hondarribitarras copiaron a sus vecinos y nacieron así las primeras traineras españolas. Inmediatamente después, fueron MAR ABIERTO. Las regatas de traineras adquieren dimensiones épicas cuando además de luchar contra los rivales, se pelea con el oleaje. Son botes rápidos, marineros e inestables. Nacieron para practicar la pesca de cerco y volver rápido a la lonja los de Pasajes quienes copiaron a los de Fuenterrabía, y luego los de San Sebastián, y los de Orio, y los de Zumaya… Así, de Este a Oeste, luego a Vizcaya, más tarde a Cantabria, fueron botándose traineras por todo el litoral. Las traineras de entonces no eran, exactamente, como los prototipos de competición de hoy en día (medidas exactas, 13 remeros, un patrón), pero se parecían mucho. El impresionante cuadro de Fernando Pérez del Camino ‘¡Jesús y adentro!’ que acompaña este reportaje habla mejor que mil palabras. Menos remeros, más espacio (para redes y pescado) y mástil para aprovechar con una vela el viento de popa…, LA CIABOGA. Momentos clave: se gira dejando a babor la baliza. La banda de babor cía (rema para atrás) y la de estribor boga. 6 pero claramente una trainera. El pintor, coetáneo y amigo de Pereda, pone con este cuadro imagen a los capítulos de Sotileza sobre la famosa galerna. Hoy se puede contemplar en el Museo de Arte Contemporáneo de Santander. Pero estábamos ya en las regatas. En los últimos años del XIX, eran pocas, muy señaladas, y todavía bogaban los mismos que cada día salían a la mar a pescar. Se seguían enfrentando entre puertos vecinos o entre barrios de las ciudades. En 1919 nace la Copa del Rey Alfonso XIII, quién por entonces veraneaba en Santander y en San Sebastián, y, a partir de ese momento, traineras de una provincia viajan a las vecinas para competir con sus traineras. Se institucionaliza la distancia que aún hoy tienen las regatas, tres millas náuticas, y poco a poco comienzan a competir remeros surgidos de fuera de las filas de los pescadores. Las grandes fábricas de la margen izquierda de la Ría de Bilbao, por ejemplo, botan traineras en las que compiten, por depor te, sus obreros. Tras el paréntesis obligado por la Guerra Civil, en los años cuarenta movilizan miles de aficionados los duelos, muchos mano a mano, entre las grandes tripulaciones del momento, Orio, Pedreña y Fuenterrabía, fundamentalmente. Luego, en los cincuenta, el remo languidece (como casi todo, por otro lado, en aquella España) y entra en un agujero negro que casi le lleva a la desaparición. No fue hasta 1964 cuando se dieron los primeros síntomas de resurgimiento. Hasta el propio franquismo, a través de Educación y Descanso, y con el dictador propiciando la Copa del Generalísimo en A Coruña y asistiendo regularmente a las regatas de La Concha donostiarras, se sube a la ola traineril. En los últimos cuarenta años la competición traineril no ha hecho más que crecer. Con ciclos de dominio guipuzcoano, los más, y otros vizcaíno o cántabro, con los gallegos esperando su momento (Asturias, salvo núcleos aislados como Castropol, pinta poco en 7 FIBRA. Las traineras y los remos que manejan los remeros ya no son de madera, y todos se construyen en un astillero de Orio. traineras), el remo en banco fijo sigue apasionando cada verano en el Cantábrico. En el Campeonato de España, por ejemplo, ha habido 32 victorias guipuzcoanas, 17 cántabras, 12 vizcaínas y 4 gallegas. En la Bandera de La Concha, mucho más importante que el propio título nacional, el dominio guipuzcoano es apabullante, con Orio, el Real Madrid del remo, Las traineras guipuzcoanas tienen, de lejos, el mejor historial. Orio es el más grande, lo ha ganado todo como mascarón de proa. Ya con el cambio de siglo, en el 2000, llegó a las traineras una suerte de profesionalismo marrón que es el que, con las apreturas propias de la crisis, sigue haciendo que remeros y preparadores cambien sus pueblos por el de enfrente, o más allá, a cambio de un sueldo. Tal vez fruto de ello, Orio está ahora mismo en la segunda división, mientras decenas de oriotarras están como remeros o entrenadores en los mejores clubes de elite. Desde el 2003 existe una Liga, la ACT, seria y organizada (y repleta de intrigas palaciegas constantes, dicho sea de paso) que lidera, La Concha aparte, este deporte. Por lo que respecta a los barcos, hoy solo queda en las tres primeras categorías, una sola trainera de madera, la de Santander. Y no por romanticismo, sino por la extrema modestia del club que no se puede ni plantear comprar una de fibra, mucho más competitiva. En el 94, en el Campeonato de España en Castropol, aparecieron los gallegos de Meira con el primer bote de fibra sintética. Lo que pareció una excentricidad (ganó San Pedro con un barco de madera construido en su pueblo por el astillero Fontán), es hoy la norma. Icaceta, Cuesta, el propio Fontán, otros pequeños astilleros del litoral han quedado en el camino y todos los clubes tienen que viajar a Orio (¡Como no!) para comprar las nuevas traineras 2.0 a Amilibia. Pero que nadie crea que la fibra, los superatletas que ahora mueven cientos de watios remo en mano o los cuidados de fisioterapeutas y médicos (también hay una lacra con el doping, pero eso, como diría Kipling, es otra historia) han acabado con los peligros EXTENUANTE. En, más o menos, 20 minutos las traineras recorren tres millas náuticas. El ácido láctico fluye sin control. La Bandera de la Concha es mucho más importante que la Liga y que el propio Campeonato de España de retar a un mar bravo como el Cantábrico. Nada de eso. Hace apenas cuatro años, en el mismo lugar en que Pereda sitúa a sus pescadores, en el paraje que pinta Pérez del Camino, entre La Magdalena y el faro de la isla de Mouro, en la barra que separa el fiero mar del resguardo de la Bahía de Santander, una de las traineras punteras, la San José de Astillero, era empujada con fiereza contra los acantilados de la península de La Magdalena. El barco quedó destrozado, pero, afortunadamente, esta vez no murió nadie, aunque seguro que los astillerenses también gritaron, como sus antecesores del Sábado de Gloria de 1878, ¡Jesús, y adentro! PLÁSTICA. La imagen de estos botes es de una belleza incomparable a la que hay sumar el escenario. San Sebastián, por ejemplo, un día de regatas. 20 21 ENRIQUE ORIZAOLA UNA VIDA DEDICADA A LOS BANQUILLOS En el verano e 1971, AS Color entrevistaba a Enrique Orizaola, que meses antes había fichado como técnico del Rayo. Estuvo a punto de conseguir el ascenso a Primera con el conjunto vallecano. EN EL EQUIPO DE SUS INICIOS. Enrique Orizaola muestra una foto del Racing, en la que él fue jugador. 22 23 Fue futbolista, pero se le recuerda más por su dilatada trayectoria en los banquillos. Entrenó en alrededor de 17 ciudades distintas. En Albacete, recuerda, junto a su mujer, su carrera en la que dirigió al Barça que disputó su primera final de Copa de Europa y casi logró el primer ascenso del Rayo. MAITE MARTÍN / C uántos años crees que tengo?”, bromea Enrique Orizaola Velázquez (Santander, 2603-1922), y su voz no le delata. Ahora vive en Albacete, aunque en verano siempre regresa a su tierra natal, y recuerda con cariño una vida ligada al fútbol. Su historia. Enrique tiene a sus espaldas una dilatada experiencia como entrenador, pero ha vivido este deporte desde todas sus vertientes, ya que fue jugador, secretario técnico… “En cuanto veo una pelota por la calle, me entran ganas de ir corriendo y cogerla. Ese gusanillo no se pierde nunca, porque yo empecé a jugar cuando sólo tenía diez años. Me gustaba mucho pegar al balón, porque tiene algo. Cuando le golpeas, se te queda como un regustillo…”, confiesa quien fuera delantero del Racing durante siete temporadas y la Gimnástica de Torrelavega, en tres. Empezó su carrera como futbolista en el cuadro santanderino, donde disputó un total de 126 partidos y anotó 15 goles, siendo el primero frente al Barakaldo, un 16 de noviembre de 1941. Tras cinco años en Segunda y dos en Tercera con los racinguistas, fichó por la Gimnástica y a punto estuvo de conseguir el ascenso a Primera en 1950. Sin embargo, nunca despegó los pies de la tierra y aderezó su formación futbolística con la acadé- Empezó su carrera como futbolista en el Racing (debutó en 1941), donde disputó 126 partidos y marcó 15 goles PRESENTE Y PASADO. En la imagen superior, Orizaola, en su retiro en Albacete, muestra un álbum de fotos de toda su trayectoria. Abajo, una de las fotografías-cromo de cuando era jugador del Racing. mica: “Si volviera a nacer, haría lo mismo. También estudiaba la carrera de comercio, lo que ahora sería equivalente a Económicas y Empresariales. Allí conocí a mi mujer Emilia. Luego ejercí de profesor en la escuela. En aquel tiempo, en el Racing, con carrera, creo que sólo estaba yo”. A finales de la década de los cincuenta, decidió colgar las botas y se centró en la que, a la postre, sería su faceta más conocida, la de técnico. Su nueva etapa en los banquillos comenzó en los equipos donde defendió su camiseta, aunque en su currículum figuran casi una veintena de conjuntos: Gimnástica Torrelavega, Racing, Jaén, Murcia, Barcelona, la Selección española Juvenil, Osasuna, Oviedo, Levante, Deportivo, Valladolid, Salamanca, Rayo, Sabadell, Xerez, Atético Marbella, Gimnástico de Melilla, Albacete, Calvo Sotelo y Badajoz, donde se retiró en 1982. Su bautismo de fuego en los banquillos llegó en el Barça, lugar donde aterrizó después de que un periodista, con mucho peso en el club, le viese en los cursos de entrenador e intermediara para hacerle ayudante de Ljubisa Brocic. Los malos resultados hicieron dimitir a éste y su segundo, Enrique, dio un paso al frente para tomar las riendas del equipo blaugrana (un 12 de enero de 1961) y comandó al grupo en su cita con la historia, su primera final de la Copa de Europa. “El partido empezó muy bien, teníamos al Benfica a merced. Fue entonces cuando nos adelantó Kocsis, pero en dos contras los por tugueses dieron la vuelta al marcador. Uno de los goles fue de mala suerte, porque Ramallets y Gensana no se entendieron y el sol encima les deslumbró. Nada más comenzar la segunda parte, los lusos anotaron el 3-1. Nos recuperamos de aquel bajón, seguimos dominando y, a pesar del tanto de Czibor, los postes repelieron otros tres disparos. Nosotros también fuimos un ‘Dream Team’, mis jugadores eran siderales. Esa final del 3-2 siempre será recordada como la de los palos. De hecho, en la cena posterior donde se encontraban el di- rector de L’Equipe y dirigentes de la UEFA, comenté que no entendía por qué los travesaños eran cuadrados, ya que, de haber sido redondos, muchas de nuestras ocasiones hubiesen ido dentro. Además del perjuicio que sufriría un jugador al chocar contra ellos. Me dijeron que lo estudiarían y casi sin querer me convertí en el propulsor de los postes modernos, dado que al mes y medio las porterías cambiaron”, rememoró Enrique Orizaola, en una entrevista ofrecida a AS al celebrarse el 45 aniversario de aquel choque. Aún hoy recita uno a uno y sin errar el once de aquel Barça del 61: Ramallets, Foncho, Gensana, Gracia, Vergés, Garay, Kubala, Kocsis, Evaristo, Suárez y Czibor. Pero no sólo conserva recuerdos y anécdotas, también guarda su pase de libre circulación como entrenador culé: “El número está un poco borrado ya de tanto enseñarlo... 271. En el Barcelona lo único que me falta es que me hagan gobernador civil (risas). Lo tengo metido en el alma, como ahora lo tienen jugadores como Xavi, que son excepcionales”. Años después, en el 82, cuando dejó sus labores de técnico, volvió a la que había sido su casa y colaboró con Menotti, Venables, Luis Aragonés y Cruyff. Pasos previos al Rayo. En su camino hasta el Rayo, consiguió el sexto ascenso a Primera del Deportivo y jugó la promoción para dar el salto a la máxima categoría con el Valladolid. Respaldado por este bagaje y avalado por su experiencia, fue contratado por el club franjirrojo el 18 de febrero de 1971, relevando en el cargo a Manolo Peñalva. Esa temporada se estrenó ante el Pontevedra y, con Orizaola en el banco, el cuadro vallecano a punto estuvo de subir a Primera, lo PRUEBA DE FUEGO. En la imagen superior de la derecha, Orizaola vestido con la indumentaria blaugrana. A la izquierda, en el banquillo del equipo culé. Tras perder la primera final de Copa de Europa del Barça, sus quejas impulsaron las porterías de hoy día 24 25 DOS ICONOS DEL RAYO. Felines y Potele, dos de los símbolos del equipo y la afición vallecana, estuvieron a las órdenes de Enrique Orizaola. DILATADA CARRERA. Como técnico, Orizaola entrenó casi a una veintena de equipos. En el Rayo, los viejos aficionados no le han olvidado. que significaba un hito para los rayistas, quienes jamás habían militado entre los grandes. Entonces, el Rayo iba líder y se la jugaba ante el Depor, aunque un empate ya les valía para certificar su billete a la élite. “A sólo cinco minutos del final, centraron desde la izquierda y marcaron el 1-0 que nos dejaba en Segunda de nuevo. Nos quedamos destrozados, llorando en el vestuario, porque se había desplazado muchísima gente a A Coruña”, recuerda Felines, a quien entrenó en su etapa franjirroja. El presidente de entonces, Pe- dro Roiz, le renovó por una temporada más con la esperanza de que esta vez el sueño no se les escapara entre los dedos… “Nos dio mucha rabia, estaban en Madrid que se tiraban de los pelos. A la temporada siguiente, volvimos a intentarlo. Recuerdo cómo decía a mis jugadores: ‘Mañana empezamos a las 10’. Y a las 08:30, cuando yo llegaba, ya estaban allí y me decían: ‘Míster, coño, que le estábamos esperando. Ya hemos desayunado y estamos los primeros’ (risas). Ahora los futbolistas son diferentes, tanto en el juego como en su forma de ser”, esgrime el exentrenador, quien pronto se dio cuenta de la extraordinaria calidad de dos de sus futbolistas: Felines y Potele. “Jugaban muy bien al fútbol. Les recuerdo como dos de los mejores futbolistas que había en aquella época en toda España. Llamaban la atención por su altura, con altura me refiero a su calidad en el campo”. “Enrique Orizaola fue un innovador en la preparación física. Nos llevaba a la Casa de Campo y allí hacíamos ejercicios con cuerdas, con picas… Él venía de haber dirigido al Barça de Kubala, y algo que me llamaba mucho la atención del míster era lo bien que le pegaba al balón. Nos decía cómo disparar a puer ta sin que se fuera alto”, rememora con especial cariño Felines, que adereza con humor sus recuerdos de aquella temporada: “Ese año nos hicieron uniforme y todo para viajar, parecíamos acomodadores de cine... Éramos unos gentleman (risas). Aquel vestuario era una familia. No seríamos Di Stéfano o Gento, pero éramos gente que nos dedicábamos a muer te a lo que hacíamos”. Varios fueron los supervivientes de aquella plantilla que pudieron vivir ese ansiado salto a Primera (entre ellos los míticos Felines y Potele), que no llegó hasta la temporada 1976-77. Curiosamente, años después, sería ‘Felo’ quien estuviera al frente del Rayito en su cuarto ascenso, en la campaña 1988-89. Seis ascensos rayistas. Desde aquel año 1971, Vallecas ha celebrado seis ascensos al lado de su equipo, siendo el último en la 2010-11 (el 22 de mayo de 2011 frente al Xerez), y a pesar de todos los problemas extradeportivos de la entidad. Los impagos derivaron en la marcha de la familia Ruiz-Mateos como gestora del club, la llegada de Raúl Martín y la entrada en Ley Concursal, el 20 de junio de 2011, de la que aún no se ha salido. La pasada campaña se salvó la categoría in extremis, gracias a un gol de Tamudo ante el Granada, y el objetivo de este curso es claro: pasar menos apuros que la temporada anterior y certificar la permanencia cuanto antes. El nuevo técnico, Paco Jémez, sueña con cotas 26 “Nos conocimos y él era jugador; ya iba yo detrás de él. He visto fútbol desde los 16 años”, dice su mujer, Emilia 27 más altas y busca la ambición de un vestuario renovado totalmente. Aferrarse a Primera para conseguir la viabilidad del club es la meta. Como técnico, Enrique Orizaola era consciente de las vicisitudes del cargo y esas características inherentes a su puesto le obligaban a tener siempre la maleta a punto, así su familia conoció prácticamente toda la geografía española y alrededor de 17 ciudades diferentes. “Cuando fichó por el Rayo, vivíamos en Valladolid, porque la temporada anterior entrenó allí y, como estaban los niños a mitad de curso, se fue solo a Madrid y nos íbamos turnando. Un sábado venía él y al siguiente iba yo. Ahora los contratos se hacen por dos o tres temporadas, pero entonces lo mismo en un año ya te echaban, y si no tenías suerte, ni cobrabas. Eran otros tiempos”, cuenta su esposa Emilia, con quien lleva toda la vida. Su mujer y compañera fiel en todos sus proyectos: “Nos conocimos y él era jugador. Ya iba yo detrás de él (risas). He visto fútbol desde los 16 años, momento en que nos hicimos novios. Cuando no acudían mujeres al campo, ya iba yo con mi padre, que era socio del Racing”. Familia unida. Acabó su carrera en los banquillos en el Badajoz, en 1982, y se fue del fútbol como gerente del Zaragoza Enrique y Emilia formaron juntos una familia y tuvieron cuatro hijos, dos médicos y dos abogados. Uno de ellos, Enrique Orizaola Paz (Santander 1950-Córdoba 2007) terminó ligándose al fútbol ya que, en 1986, comenzó como asesor jurídico del Córdoba y luego pasó a ocupar los puestos de vocal, secretario y vicepresidente. Fue clave en la transformación de la entidad en Sociedad Anónima Deportiva y en diciembre de 2003, después de que Ángel Marín Cano se marchase, se convirtió en el presidente en funciones del club. Un puesto que tuvo hasta el 29 de mayo de 2006. Apenas un año después, falleció de cáncer. A pesar de haber respirado fútbol desde su infancia y de ser deportistas, el matrimonio siempre ha tenido claro que sus hijos debían estudiar y que sólo les dejarían ju- gar cuando estuvieran cursando una carrera, para tener así la certeza de que entonces la terminarían. “De jóvenes, mis hijos jugaban con los hijos de Kubala y les gustaba. Dos de ellos lo hacían muy bien y no sé si nos perdonan que no les dejáramos seguir la carrera futbolística. Pero en este mundo, si no eres para el Barça o el Madrid no merece la pena. Ahora son ‘Don’ y entonces serían cualquier mote. Se vive mejor trabajando, que el fútbol es muy corto, enseguida se acaba”, afirma Emilia. Fin en Badajoz. Cerrada aquella época en Vallecas, Enrique Orizaola continuó su labor en los banquillos diez años más. En la campaña 1981-82, tras dirigir al Badajoz en Segunda B, dio por concluida su trayectoria en los banquillos. Después se recluyó en los despachos y trabajó en la secretaría técnica del Barcelona, dando carpetazo a su vida futbolística como gerente del Zaragoza. “Ahora soy sólo aficionado, pero no me importa. Todo tiene su etapa y las de futbolista y entrenador ya las quemé. Amo el tiquitaca y fui de los primeros que lo utilizó. Admiro a Guardiola porque es inteligente, preparado, hábil y honesto. Tanto como cuando era jugador”, admitió en un reportaje a AS en 2010, donde explicó cómo el deporte le había reportado amigos y una vida sana: “Ya lo decía mi padrino: ‘Éste es duro. Será futbolista o torero”. Enrique se divierte ahora con otra de sus pasiones, la pintura, con la que ha hecho exposiciones. Disfruta recordando su recorrido y se emociona al hablar de su familia. En su casa de Albacete colecciona libros de fútbol, fotos antiguas, cromos en los que aparecía como interior izquierda… retazos de tiempos para esbozar su historia. “Tengo una pila de años”, bromea con vitalidad y simpatía, consciente de que las arrugas son simplemente las cicatrices de la vida. “Me gustaría que me recordaran como alguien honrado y amigo de sus amigos”. Y ellos lo certifican. EN VALLECAS. Orizaola, que llamó al atención por su forma de preparar físicamente al equipo, estuvo a punto de conseguir el ascenso a Primera en ese año de 1971. 50 51 AS Color hizo en 1971 referencia a la cultura vasca y sus deportes más arraigados en dos capítulos, con imágenes de aizkolaris y puntistas Pelota, levantamiento de piedras, corte de troncos y barrenadores cuentan con una legión de adeptos en Euskadi. DEPORTE VASCO E EL ORGULLO DE TODO UN PUEBLO PAULINO ORIBE ALFONSO HERRÁN / LOS REYES. Aimar Olaizola se dispone a golpear con la derecha ante Martínez de Irujo, el otro gran dominador de la pelota en la era moderna. uskadi, históricamente, ha tratado de resaltar sus rasgos propios que encuentran en el deporte como uno de los puntos vertebradores. Quitando el fútbol, rey intocable, la pelota es el depor te nacional, aunque la crisis y la saturación de festivales ha provocado el descenso de modalidades antes multitudinarias como la pala, la cesta punta y el remonte. La pala, el depor te del leño, tiene su mayor arraigo en Bizkaia. Tras años de promoción, Asfedebi dejó en manos de Innpala la gestión profesional de los eventos. El adiós a un recinto legendario, como el frontón del Deportivo de Bilbao, provocó enorme incer tidumbre. El Bizkaia, enclavado en Miribilla (Bilbao), ha surgido como el templo de la pelota vasca, un recinto majestuoso, el más grande de todos, con más de tres mil asientos. En un principio, surgieron muchas dudas sobre cómo sería el acoplamiento a un frontón 52 53 EL MEJOR. Nazabal, durante una competición de aizkolaris. En la imagen grande, un detalle de un torneo en el que se parten troncos con un hacha. MAJESTUOSO. Aspecto del frontón Bizkaia, recién inaugurado, en el que caben más de tres mil personas y acoge todas las grandes finales de la mano. de 38 metros, denominado corto, por eso hubo que adecuar el material al recinto. El argentino Pablo Fusto es el gran dominador de la era moderna. “La idea fue de un grupo de personas que aman la pala y que están ligados a este deporte. Nuestra intención es rescatar la pala, porque vimos que estuvo a punto de desaparecer. De ahí surgió la idea de tratar de resurgir un depor te tan nuestro, tan bilbaíno”, sostiene Andrés Llosa, director comercial de Innpala. En su afán por refrescar la pala, convocó hace unas semanas un flamante Torneo Internacional con duetos argentinos, franceses, cubanos y españoles (dos vizcaínos, uno ibérico, otro navarro y otro guipuzcoano). La cesta punta también está pasando su particular ‘vía crucis’. Deporte con mucho arraigo en Florida y Filipinas, es un espectáculo ver a los pelotaris atrapar la pelota con tan poca superficie. Iñaki Goikoetxea es el gran dominador de la especialidad, que estos La modalidad estrella de la pelota es la mano; Aimar e Irujo son los grandes dominadores en la actualidad días, y hasta la final del día 31, celebra en Hondarribia el Campeonato Individual del Consejo Mundial. Por primera vez se jugará el torneo, que corona al mejor puntista mundial, en formato de liguilla y los dos primeros disputarán la final. Ya estaban clasificados para la liguilla Goikoetxea y Egiguren, campeón y subcampeón vigentes, y las otras dos plazas saldrán entre Hernández, López, Olharan y Enbil. En este caso, es Jai Alive el que lleva el peso del deporte. El remonte estuvo a punto de desaparecer hace bien poco. Es un juego de origen navarro y la diferencia fundamental con la cesta punta estriba en la forma de la herramienta y en la manera en que ésta se utiliza, ya que en este juego no se retiene la pelota, sino que, al recibirla, se le golpea con la parte de la cesta lo más próxima posible a la mano, haciendo, al mismo tiempo, que remonte por toda su longitud para que gane impulso. Koteto Ezkurra, con once txapelas en catorce finales, es probablemente el mejor de la historia. Sin duda alguna, la modalidad estrella de la pelota es la mano. Pelotaris como Aimar e Irujo son rebautizados como el Messi y Cristiano, respectivamente, del frontón. Xala se ha adentrado en ese mundo bipolar en los últimos tiempos, pero solo tímidamente. Su influencia es tan grande que muchos pueblos se dividen entre irujistas o aimaristas. Por una butaca en una final grande se pueden pagar más de 140 euros y las apuestas bullen a pie de cancha. Cada temporada alberga tres grandes torneos, como ocurre en tenis: el Cuatro y Medio, Parejas y el Manomanista, el más valorado por todos. Durante el verano, la actividad de los campeonatos oficiales para y se desarrollan torneos estivales (San Fermín, La Blanca, Donostia, Zarautz, Lekeitio, San Mateo…), con gran atractivo entre la afición pelotazale. VARIEDAD. Parte del cuadro de Innpala, que recientemente disputó un torneo internacional con pelotaris argentinos, cubanos, franceses y del norte de España. Aizkolaris. Con todo, el corte de troncos entre los aizkolaris siempre ha ido al corazón de los vascos, por conjugar fuerza, destreza y resistencia. Cada uno emplea su tiempo como quiere: puede tomarse descansos o lanzarse a tumba abierta. Todo cuenta. En noviembre de 2011, contra todo pronóstico, Iñaki Azurmendi consiguió su primer título de cam- El corte de troncos siempre ha ido muy directo al corazón de los vascos, por conjugar fuerza, destreza y resistencia peón de Euskal Herria de aizkolaris, en un abarrotado frontón Municipal de Baztan, en Elizondo. En una de las finales más emocionantes de los últimos años, el aizkolari de Arriaran le sacó seis segundos al navarro Floren Nazabal, el gran favorito. En la final, se midieron seis aizkolaris: Josemari Olasagasti (Igeldo, 52 años), Floren Nazabal (Etxarri Aranaz, 42), Juanjo López Azpilikueta (Lezaun, 42), Luis Txapartegi (Aizarna, 41), Iñaki Azurmendi (Arriaran, 39) y Aitzol Atutxa (Dima, 23). El trabajo de cada aizkolari consistía en cor tar cuatro kanaerdikos, cuatro de 60 pulgadas y otros cuatro de 72. El material no fue bueno y complicó el trabajo a los aizkolaris: algunos troncos presentaron nudos importantes, por eso los tiempos fueron altos. Azurmendi pudo saborear su primer gran triunfo, con una marca de 46 minutos y 50 segundos, seis segundos menos que Floren Nazabal. Un forzudo de 15 años. También hay deportes individuales vascos en los que la lucha se produce sólo contra las marcas de uno mismo. Es el caso de los harrijasotzailes (voz compuesta del euskera harri, piedra, y jaso, levantar), en el deporte de records personales en el levantamiento de piedras, que también engloba a dos deportis- 54 Iñaki Perurena ha sido el levantador de piedras más famoso, y Urdax ya levanta 170 kilos con tan sólo 15 años tas para competir por levantar un número superior de diferentes formas, dimensiones y pesos determinados. El más famoso de la historia es Iñaki Perurena, que en 1999 alcanzó la marca de 1.000 levantamientos continuos de una piedra de 100 kilos, en cinco horas, cuatro minutos y 46 segundos. Fue el primer levantador que alzó piedras de 300 o más kilos, llegando en 1994 a 320. A principios del siglo XX, se realizó la reglamentación de los pesos de las piedras, normalmente fabricadas en granito denso, para levantar, distinguiéndose cuatro formas geométricas: cilíndrica, esférica, cúbica y rectangular. En los últimos tiempos, ha saltado a la fama Urdax Magunazelaia, que acaba de cumplir los 15 años y ya levanta 170 kilos. Es el nuevo niño prodigio del herri kirolak, los depor tes tradicionales vascos. Mientras la mayoría de jóvenes de su edad se dedica al fútbol o los videojuegos, él alza moles. Es su hobby, además del deporte que practica desde hace 55 años. Todo hace pensar que este portento superará pronto la marca de 177,5 kilos que estableció otro superdotado como Aimar Irigoien, con 14 años y 357 días. Nacido en Mendiola (Abadiño, Bizkaia), a los 11 años Urdax sólo necesitó nueve segundos para levantar una piedra de 106 kilos y, con 12, pudo con una de 133. Un cor te en el gemelo, subsanado con 16 puntos de sutura, le obligó a estar un tiempo parado. Pero eso no fue impedimento para que, con 13 primaveras, llegara a los 150 kilos, realizando una tanda de tres alzadas en solo cinco minutos. Su entrenador desde hace cuatro años es Joxe Antonio Gisasola, Zelai, leyenda viva del herri kirolak, que ganó 16 títulos de campeón de Euskadi. “Un día fui con mi hijo y mi sobrino a hacer una actuación en la que estaba Urdax, que entonces tenía 9 años, y me dijo: ‘Yo también levanto piedras, de 50 kilos”, explica. Ahí empezó su carrera. Urdax pesa más 100 kilos y mide más de 1,70 metros. El levantamiento de piedras está enraizado en la época prehistórica. Antiguamente, los seres humanos solían tener que transpor tar moles a rastras para la construcción. Más tarde, al igual que los aizkolaris que trabajaban en el bosque competían entre ellos cortando troncos a modo de Los barrenadores perforan la roca con gran esfuerzo mediante unas barras de acero de dos metros de longitud pasatiempo, los canteros medían sus fuerzas levantando piedras. A pesar de que el levantamiento esté muy arraigado en Euskadi, las primeras noticias históricas de dicha actividad de las que disponemos son de finales del siglo anterior. Eso sí, los desafíos y competiciones con piedras eran muy normales durante el siglo XVI, y, al parecer, incluso mucho antes. Bajo tierra. Por último, la margen izquierda de la ría bilbaína del Nervión, con mucha riqueza y tradición minera, recuperó hace años como modalidad deportiva el esfuerzo de los barrenadores. Desde finales del siglo XIX y durante el primer tercio del XX, ese oficio era muy común en las explotaciones mineras, donde era necesario perforar la roca mediante barrenas (barras de acero de unos dos metros de longitud y varios kilos de peso) para introducir los explosivos que después hacían estallar en voladuras controladas y así poder extraer la rocas que contenían el mineral de hierro. En aquellos tiempos, esa labor se reali- zaba a puro músculo, sin el empleo de ninguna máquina, por lo que era un oficio de especial dureza y, por lo tanto, muy apreciado, percibiendo los especialistas mayores salarios que el resto. Esta dura actividad motivó que estos profesionales quisieran demostrar a los demás su fuerza y destreza en el oficio, causando gran admiración entre el público asistente. La ley de descanso dominical de 1904 favoreció las reuniones de ociosos en las plazas de los pueblos mineros, que pronto comenzaron a congregarse alrededor del espectáculo que protagonizaban los barrenadores. Desde un primer momento, surgieron apuestas sobre quién podría hacer el agujero más profundo o en menos tiempo, y pronto se organizaron campeonatos de barrenadores a los que acudía multitud de espectadores. El dinero de las apuestas era, además, un importante sobresueldo para unos pocos barrenadores que destacaban sobre el resto. A principios de los 30, antes de la Guerra Civil, los campeonatos de barrenadores desaparecieron. Con la llegada de maquinaria (martillos hidráulicos y compresores), la per foración manual dejó de ser necesaria en las canteras y minas. Con el fin del oficio, se acabó este deporte popular, hasta su reciente recuperación como modalidad deportiva. CUATRO OPCIONES. Inaxio Perurena, hijo del mítico Iñaki, en una prueba con una piedra de 200 kilos. A la izquierda, el pelotari Xala, las estrellas de la cesta y un barrenador. 62 AS Color recogía en sus páginas, en el verano de 1971, palabras de la lanzadora viguesa María José Fernández, después de que una lesión le hubiera privado de ir a los Campeonatos de Helsinki. 63 Esta gallega, que hoy tiene 64 años, fue la gran dominadora de la especialidad durante casi una década. Fue campeona de España entre 1968 y 1976 (salvo 1973) y la primera mujer que superó la barrera de los 50 metros. La jerezana, de 32 años, ha sido campeona de España desde 1997 y fue la primera mujer en conseguir una medalla en la modalidad a nivel internacional. No ha podido estar en Londres por una lesión en el tendón de Aquiles. FERNÁNDEZ CHILLA LAS DOS MEJORES LANZADORAS DE JABALINA DE ESPAÑA 64 65 MARÍA JOSÉ FERNÁNDEZ. En la imagen, la lanzadora gallega paseando por su tierra natal, Vigo. Hoy tiene 64 años y hace poco que se ha jubilado de las oficinas de SEAT. MARTA RODRÍGUEZ / D icen que el destino es caprichoso y, unos 40 años después, la mejor lanzadora de jabalina de España se ha vuelto a quedar fuera de una competición internacional por lesión. Hace cuatro décadas, la campeona de España de jabalina María José Fernández explicaba a AS que no estaría en los Campeonatos de Europa de Helsinki de 1971 debido a que no había logrado la mínima para clasificarse por culpa de una lesión. Este verano ha sido Mercedes Chilla quien no ha podido estar en los Juegos Olímpicos de Londres por un problema en el tendón de Aquiles. El lanzamiento de jabalina es uno de los deportes más añejos de la historia y se cree incluso que fue practicado por Hércules. Esta herramienta se utilizaba por las civilizaciones griega y romana para la cacería y la lucha, facetas muy apreciadas en entre esas poblaciones, por lo que su inclusión en los Juegos Antiguos se hizo a modo de reconocimiento a esta preciada habilidad. No obstante, no sería incluida en el calendario de la Era Moderna hasta Londres 1908 para los hombres y hasta Los Ángeles 1932 para la categoría femenina. En aquella entrevista concedida a AS, la viguesa manifestaba, también a sus 23 años, que no veía claro que ninguna otra atleta pudiese hacerle sombra, aunque daba alguna opción a su hermana Luzdivina. Sus predicciones no fueron acertadas, pero se ha visto una gran evolución desde Fernández hasta Chilla y, especialmente, a nivel internacional. Como a lo largo de la historia las marcas eran cada vez más altas y llegaban a suponer un peligro para lanzadores y espectadores, se decidió acortar en aproximadamente un 20 por ciento su vuelo, desplazando el centro de gravedad de las En los años 60, Pilar Pardo superó los 40 metros, mientras que María José Fernández, su gran sucesora, estableció el récord de España, en 1970, en 52,36 jabalinas hacia la punta para que cayesen antes, por lo que habría que hacer una distinción entre las lanzadoras de antes del año 1999 y posteriores, así que la diferencia entre Fernández y Chilla sería todavía mayor a favor de la jerezana. Existen ya registros de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) que remontan esta disciplina hasta el año 1909, cuando la lanzadora finlandesa Anna Kuparinen logró una marca de 17,99 metros en la ciudad de Sakkola, superada por su compatriota Sandra Kipaila en 1914, en Padasjoki, con 28.84, ambas con un arpón de 800 gramos, que es el peso que actualmente llevan los hombres, por 600 gramos de las mujeres. Ya oficializada la disciplina para las mujeres con el peso de 600 gramos, la alemana Ellen Braumüller estableció en 1932, en Berlín, el récord de 44,64 metros. En España, uno de los primeros registros se quedó casi en la mitad de distancia de la marca germana, con los 22,07 de Aurora Villa, en el Campeonato de España de 1931. Y, debido a los conflictos bélicos, no sería hasta a partir de la década de los 60 cuando comenzó a desarrollarse este deporte en nuestro país. Primero apareció el nombre de Pilar Pardo, superando los 40 metros en 1966 y, posteriormente, le llegó el momento a María José Fernández Vázquez, quien destacó en 1970. MERCEDES CHILLA. En la imagen, la atleta jerezana bajando de un autocar. A sus 32 años, se está recuperando de una operación de lesión en el tendón de Aquiles. jabalina de España, María José Fernández, Chilla se ha quedado fuera de la cita internacional disputada en Londres este verano, debido a una grave lesión en el tendón de Aquiles. La jerezana sí había logrado la mínima para participar en los recientes Juegos Olímpicos, pero, tras ser operada en Madrid a finales de mayo, continúa con la rehabilitación. No obstante, como dice la propia atleta, de 32 años, la jabalina es una disciplina “bastante longeva” y todavía espera tener más oportunidades para mejorar su marca, tanto a nivel nacional como internacional. La gallega fue campeona de España de lanzamiento de jabalina desde 1968 a 1976, con la excepción de 1973, y plusmarquista nacional también. María José Fernández estableció el récord nacional de nuestro país en 52,36 metros en Barcelona, en 1970. Pertenecía al Real Club Celta y fue la primera española en pasar de los 50 metros. Defendió en 14 ocasiones al equipo español absoluto a nivel internacional. Hoy tiene 64 años y se jubiló hace uno de las oficinas de SEAT en Vigo. Natividad Vizcaíno fue la otra gran protagonista española de esta primera etapa al lanzar 60,64 metros en 1986, en Francia. Registros internacionales. La estrella actual. Desde que comenzase el nuevo ciclo en 1999, la gran dominadora española es la plusmarquista Mercedes Chilla, quien llegó a alzarse en 2006 con la medalla de bronce en los Europeos de Göteborg, lanzando la jabalina a 61,98 metros, por debajo de su actual mejor registro que está en los 64,07, logrados en Valencia en 2010. La jerezana, que probó también con el baloncesto y el balonmano, ha sido campeona de España desde 1997 y fue la primera atleta española que ganó una medalla internacional en la categoría de lanzamientos. Al igual que sucedió hace cuatro décadas con la mejor lanzadora de Desde que comenzase el nuevo ciclo en 1999, la gran dominadora en España es la plusmarquista Mercedes Chilla: su mejor registro es 64,07, en 2010 A nivel internacional, en la primera época del lanzamiento de jabalina sobresalieron los nombres de la atleta inglesa Fátima Whitbread, con 77,44 metros, logrados en 1986; la finlandesa Tiina Lillak, con 74,76 (1983); y la noruega Trine Hallestad, con 72,12 (1993). Aunque ninguna de ellas logró superar el registro de 80 metros que lanzó la alemana Petra Felke en 1967, en Postdam. Dentro de la nueva etapa, hay una atleta dominadora por encima de todas: se trata de la vigente campeona olímpica, la checa Barbora Špotáková, quien llegó a lanzar en Stuttgart, en 2008, hasta los 72,28 metros y es la actual plusmarquista mundial. Junto a ella, las otras grandes atletas de la disciplina son la rusa María Abakumova, con 71,99 metros (décima en Londres 2012), y la cubana Osleidys Menéndez, con 71,70. Para todas ellas, como dijo el exjugador de fútbol americano Earl Campbell, “siempre habrá alguien que rompa tus records. Es cómo vives tu vida lo que al final cuenta”. María José Fernández y Mercedes Chilla, dos vidas ligadas a la jabalina. 66 67 MERCEDES CHILLA “SI TUVIERA QUE VOLVER A PLANTEÁRMELO, NO ELEGIRÍA LA JABALINA, NO DA DINERO” La lanzadora, en pleno proceso de rehabilitación, habla de su carrera, que espera que siga en Río 2016. —¿Cómo se siente al ver las imágenes de estos Juegos Olímpicos de los que la ha apartado una lesión? —La verdad es que más que envidia, siento pena. Tienes ese sentimiento porque son unos Juegos y son cada cuatro años, además ya tenía la mínima hecha, pero estaba tocada del tendón de Aquiles y al final no he podido participar. —¿Cree que podremos verla en Río 2016? —No lo sé. Ojalá, pero depende de que el tendón se recupere bien y no vuelva a darme problemas. Pero eso no se sabe, todo pasa porque esto salga bien y no vuelva a tener problemas. Ha sido una rotura y eso te impide seguir lanzando porque no te funciona el pie. Pero sí pretendo seguir hasta esos Juegos. Tengo compañeras que han seguido tirando hasta por encima de los 40 años, pero es el cuerpo el que tiene que decir si sigues o no. Yo cada vez me siento mejor técnicamente, más estable y con más fuerza, sólo hay que mejorar pequeñas cosas, así que el trabajo ya está hecho para poder estar en esa cita. —¿Cómo va con la rehabilitación? —Bien. Los fisioterapeutas están encantados porque en poco tiempo estoy ganando bastante fuerza en el tendón. Todavía no puedo correr, pero ya trabajo con la elíptica, hago bici y empiezo a caminar de puntillas. Lo bueno es que no competimos hasta el verano del año que viene, así que tengo tiempo para recuperarme bien. —¿Se ha puesto alguna fecha en concreto? —No nos hemos puesto fecha porque no hay prisa. Se trata de una rotura longitudinal parcial, que suelen tener mejor pronóstico, pero hasta que no esté corriendo no se va a saber. —Usted también ha lanzado previamente al cambio del centro de gravedad de la jabalina que se realizó en 1999, ¿se siente la diferencia? —Sí, antes se lanzaba más porque, al adelantar el centro, ahora cae antes, pero te vas adaptando, lanzas según una jabalina u otra. —¿Cómo se logra el lanzamiento perfecto? —(Risas) Técnicamente lo más importante es estar lo más tranquila posible. Cuanto más tranquila estás, más lejos llega. También es clave tener unas buenas condiciones externas, especialmente el viento afecta mucho. —El récord del mundo lo tiene la checa Barbora Špotáková con un lanzamiento de 72,28. ¿Qué hace falta para llegar a esos ocho metros más en los que se encuentra su registro? —Es complicado. En su caso, ella mide cerca de 1,90 y sus condiciones físicas son excepcionales. Apar te de que técnicamente es muy buena, físicamente es muy alta, y lo que tiene de altura lo tiene de envergadura. Lo que pesas de más, si lo aplicas a la jabalina, es una ventaja. Yo, por desgracia, soy canija, me baso en la rapidez y ella en técnica. —Antes de dedicarse al lanzamiento, optó por el balonmano y el baloncesto... —Eso fue en el colegio y con los equipos de Jerez. Se me daba bien porque, aunque soy pequeña, soy hábil. Pero finalmente me enganché al atletismo. —¿Y cómo ve su futuro? —Pues me gustaría hacer el curso de entrenadora nacional, pero ahora por la lesión no puedo. Aunque sí quiero sacarme el título e ir viendo adónde me lleva la vida. Lo cierto es que se trata de una disciplina de la que es difícil vivir. Pertenecemos a un país de mediofonderos y fonderos y la jabalina tiene poca tradición; sin embargo, en países europeos es un boom y se nota en el número de licencias y en el nivel en los campeonatos. De hecho, si compites en Alemania u otros países nórdicos, todos te conocen o saben quién eres, incluso mejor que aquí. Yo hasta ahora vivo de lo que he ahorrado, porque he estado con mis padres, y también de la medalla de Göteborg. Además, tengo la suerte de vivir en un sitio pequeño y tanto la Diputación como el Ayuntamiento se han portado bien conmigo, así que voy tirando de los ahorros, pero no es de los deportes que más dinero da. Si tuviera que volver a planteármelo, no elegiría la jabalina… O a lo mejor sí, porque es mi deporte. —¿Cuál es el plan de entrenamiento de una lanzadora de jabalina? —Hacemos dieta como la de cualquier lanzador, comiendo arroz, atún y pollo todos los días y a todas horas. Yo tengo la ventaja de ser flaquita y apenas necesito guardar una dieta estricta. Y nuestro entrenamiento es bastante completo, hacemos desde velocidad hasta lanzamiento, pasando por el balón medicinal y las pesas. —¿Se marca algún objetivo? —Me encantaría volver a batir el récord de España en lo que me queda de vida deportiva. La verdad es que ahora podríamos haberlo hecho, pero no se ha dado el momento por las lesiones. Técnicamente, me siento mejor que nunca y físicamente igual, salvo ese problema en el tendón. DISFRUTA DEL EJEMPLAR COMPLETO EN KIOSKO Y MÁS ����������������������������������������������� ��������� www.as.com/kioskoymas �������������� ������� �������� �������������� ������������� ������������ ���������� ������� CÓMO CONSEGUIR AS COLOR Consíguelo gratis: • Si eres suscriptor de AS, El País o Cinco Días lo tendrás gratis en Kiosko y Más. • Si compras en Kiosko y Más un ejemplar de AS, El País o Cinco Días. Compra un ejemplar: • Cada semana a través de la plataforma Kiosko y Más por 0,79. CONTENIDO COMPLETO DEL NÚMERO 16 • TRAINERAS: DE COMPETIR PARA SOBREVIVIR A VIVIR PARA COMPETIR Por Roberto González • ¡SORPRESA! CUANDO LA LIGA SE SALE DEL GUIÓN DESDE EL PRIMER DÍA Por José Antonio Zapico • LEAL: “EN UN DÍA, LUIS PASÓ DE LLAMARME CHELI A SEÑOR LEAL” Por Jorge García • CON SOL AMANECIÓ TOLDRÁ Por Conrado Valle • ENRIQUE ORIZAOLA: UNA VIDA DEDICADA A LOS BANQUILLOS Por Maite Martín • BAYERN DE MÚNICH Y LA HUMILLACIÓN QUE LES HIZO LEVANTARSE Por Agustín Martín • EL PRIMER EUROCELTA DE LA HISTORIA Por C. Garrido y A. Martínez • GENTO: TRES HOMENAJES PARA UN PALMARÉS DEL QUE POCOS PRESUMEN Por Manu Sáinz • FIDEL URIARTE, EL ANTIMITO Por Javier R. Beltrán • CANTERA: EL TESORO ESCONDIDO Por Aimara G. Gil • LABEL VASCO: EL ORGULLO DE UN PUEBLO Por Alfonso Herrán • MAILLOT ARCOIRIS: UNOS POCOS SEGUNDOS PARA UNA GLORIA ETERNA Por Sergio Santos • FRAZIER: UN ARTISTA SOBRE EL RING, UN BOXEADOR SOBRE EL ESCENARIO Por Javier Ureta • FERNÁNDEZ-CHILLA: LAS DOS MEJORES LANZADORAS DE JABALINA DE ESPAÑA Por Marta Rodríguez • ESQUÍ NÁUTICO, SE CUMPLEN 41 AÑOS DEL MUNDIAL DE ESPAÑA Por Mario Peña • DERBI: LA MARCA QUE LLEVÓ A LA GLORIA A ÁNGEL NIETO Por Raúl Romojaro • ÍNTEGRO, EL NÚMERO 16 DE AS COLOR DEL 7 DE SEPTIEMBRE DE 1971