poder judicial del estado supremo tribunal de justicia cuarta sala

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PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
CUARTA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA
FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
20-15
12 DOCE DE MARZO DE 2015
TOCA NO. 20-15
APELANTE:
ELIMINADO
MAGISTRADA PONENTE:
ELIMINADO
SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA:
ELIMINADO
San Luis Potosí, S.L.P., a 12 doce de marzo de 2015 dos mil quince.
V I S T O, para resolver el toca 20-15 formado con motivo del recurso de apelación interpuesto por ELIMINADO en
contra de la sentencia interlocutoria de fecha 11 once de septiembre de 2014 dos mil catorce, misma que resuelve incidente de
cancelación de pensión alimenticia, pronunciada por la Juez Cuarto de lo Familiar del Estado, dentro del testimonio de constancias
deducidas del expediente 555/2002, correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Nulidad de Matrimonio, promovido por
ELIMINADO en contra de ELIMINADO; y,
RESULTANDO:
PRIMERO:- La sentencia interlocutoria que aquí se combate contiene los siguientes puntos
resolutivos: “PRIMERO.- Resultó PROCEDENTE el Incidente de Cesación de Pensión Alimenticia, planteado por el
señor ELIMINADO SEGUNDO.- En consecuencia, se CANCELA la Pensión Alimenticia Definitiva a que fue c-ondenado
el señor ELIMINADO establecida (sic) la resolución dictada por la Tercera Sala del H. Supremo Tribunal de Justicia en el
Estado, con fecha 12 doce de abril del 2004 dos mil cuatro, a razón del 25% veinticinco por ciento, fijado a favor de
ELIMINADO quedando por tanto INSUBSISTENTE el embargo trabado sobre el 50% cincuenta por ciento que le pudiera
corresponder al aquí incidentista, respecto del bien inmueble ubicado en la calle de ELIMINADO y para tal efecto, gírese
oficio al Director del Registro (sic) de la Propiedad y de Comercio de esta Ciudad, para su cumplimiento- TERCERO.- Se
dejan a salvo el derecho del C. ELIMINADO, para que lo haga valer en la vía y forma que le conviniere. CUARTO.- Con
fundamento en lo dispuesto por el artículo 135 fracción I del código de procedimientos civiles, se condena al demandado
incidentista ELIMINADO al pago de las costas originadas con motivo de la tramitación del presente incidente, por no
haber obtenido resolución favorable. QUINTO.- Notifíquese personalmente”.
SEGUNDO:- Inconforme ELIMINADO con la sentencia interlocutoria cuyos puntos
resolutivos quedaron arriba transcritos, interpuso en su contra recurso de apelación, mismo que le fue
admitido en efecto devolutivo por la juez de origen, remitiéndose en consecuencia las constancias
procesales necesarias a esta alzada para la debida substanciación del recurso planteado. Mediante
proveído emitido por esta autoridad de fecha 21 veintiuno de enero de 2015 dos mil quince, se admitió a
trámite la apelación promovida por el disidente, haciéndose el pronunciamiento previo de que con la
finalidad de salvaguardar la honorabilidad, transparencia e imparcialidad de este cuerpo colegiado, la
resolución que se llegare a dictar en el toca en que se actúa y con fundamento en el artículo 169
fracción X del Código de Procedimientos Civiles del Estado, la señora Magistrada ELIMINADO se
excusaba de conocer el presente negocio, toda vez que el recurso de apelación que nos atañe proviene
de una interlocutoria resuelta por esta última en su carácter de juez familiar; en consecuencia, esta Sala
se integró con la señora ELIMINADO enseguida se ordenó poner los autos a la vista del apelante por el
término de tres días para que expresara sus agravios, mismos que de manera formal y oportuna fueron
presentados ante este tribunal, ofertando en ese momento el apelante las pruebas documentales
supervenientes que hizo alusión y que obran agregadas a fojas 12 a 20 del presente toca, las cuales se
admitieron y dada su naturaleza se tuvieron por legalmente desahogadas, lo anterior, acorde al proveído
dictado por este tribunal el día 5 cinco de febrero del actual; constando además la debida contestación
de los agravios por parte del apelado ELIMINADO, quién objetó además las pruebas documentales
ofrecidas por su contraria parte, objeción ésta que se dijo sería tomada en consideración en el momento
procesal oportuno, según se estableció en el auto de fecha 12 doce febrero del presente año.
Finalmente, una vez que tuvo verificativo la audiencia de informe de estrados y no habiendo trámite
pendiente alguno, por auto de fecha 24 veinticuatro de febrero del año 2015 dos mil quince, se citó para
resolver el presente negocio.
CONSIDERANDO:
PRIMERO:- Este tribunal de apelación es legalmente competente para conocer y resolver
del recurso que nos ocupa, atento a lo dispuesto por los artículos 959 y 962 del Código de
Procedimientos Civiles de esta localidad.
SEGUNDO:- Los agravios expuestos por ELIMINADO son del tenor literal siguiente:
“PRIMERO:- Me causa agravio el considerando CUARTO de la sentencia que se dictó, ya que la juez al momento de
resolver sobre el incidente de cancelación de pensión alimenticia, considera procede éste a favor de mi señor padre, ya
que no le otorga valor suficiente a los documentos que acompañe para acreditar que estoy estudiando una carrera
universitaria en la UNEA, refiriendo que son insuficientes para acreditar que efectivamente el suscribiente me encuentre
estudiando una carrera universitaria y que sea de acuerdo a mi edad. SEGUNDO:- Es de hacer notar a usted Señores
Magistrados que sigue causando agravio el considerando cuarto de la sentencia que se combate, ya que el A quo refiere
en la última parte de la foja 554 frente, que no sería jurídico ni equitativo, condenar a quien ha tenido el carácter de
deudor alimentista, para que los suministre a su descendiente que ya ha rebasado la mayoría de edad, sin siquiera
comprueben que realizan sus estudios que corresponden a su edad, cuando el suscrito acompañe a mi escrito de escrito
de contestación de demanda, así como en la secuela del procedimiento una constancia y diversos recibos documentales
con las que acredito que estoy estudiando una LICENCIATURA que es de acuerdo a mi edad, y obvio es que tengo
calificaciones aprobatorias, sino seguiría pagando las mensualidades que se requieren para que siga en la Universidad
inscrito, sería una inversión inútil. Documentales que señala en la parte final de la foja 550 frente, correspondiente a la
sentencia dictada, Y a los que les da un valor jurídico, mencionando que dichas documentales no son suficientes para
acreditar que sigo necesitando los alimentos que me proporciona en la actualidad mi Señor padre, concluyendo la juez
que en la especie ha quedado de manifiesto que he dejado de necesitarlos, determinación fuera de toda lógica jurídica,
ya que he acreditado que sigo estudiando y que el porcentaje que se me proporciona como pensión alimenticia, está
siendo utilizada para realizar los pagos de las mensualidades en la carrera elegida. 3.- Al no encontrarse satisfecho el
segundo de los elementos de la CANCELACIÓN DE LA PENSIÓN ALIMENTICIA como lo es: b) Que las circunstancias
prevalecientes al momento en que se decreto la pensión alimenticia han variado: Ya que el suscrito sigo necesitando de
la pensión alimenticia que me proporciona mi padre, ya que sigo estudiando y lo es precisamente una licenciatura,
acreditando lo anterior con las documentales exhibidas tanto durante la secuela del procedimiento, como las que exhibió
en el presente escrito Para acreditar aún más y con fundamento en el artículo 960, y demás relativos del Código de
Procedimientos Civiles Vigente en el Estado; me permito acompañar diversas documentales con las que se acredita que
el suscrito realice los pagos correspondientes al cuatrimestre de la carrera que estoy estudiando, como lo son la
inscripción y mensualidades. Mismas DOCUMENTALES QUE ACOMPAÑO COMO PRUEBAS SUPERVENIENTES, ya
que BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD MANIFIESTO QUE anteriormente nos contaba con ellas, ya que como
ustedes Señores Magistrados podrán observar son de fecha posterior a la fecha en que se dictó la injusta sentencia en mi
contra. Atento a todo lo manifestado, me permito hacer alusión a los siguientes criterios aislados y de Jurisprudencia.
Época: Novena Época Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO CIRCUITO. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XVI, Julio de 2002 Tesis: X.1o.29 C Página: 1241 ALIMENTOS A HIJOS
MAYORES DE EDAD. ES OBLIGACIÓN DEL DEUDOR ALIMENTARIO PROPORCIONARLOS AUN CUANDO EL
ACREEDOR HUBIERA CONCLUIDO SU CARRERA PROFESIONAL, SI PARA OBTENER SU TÍTULO REQUIERE
CURSAR UNA ESPECIALIDAD (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). Si la acreedora alimentista, no obstante
ser mayor de edad, y ésta es acorde a la temporalidad de sus estudios, acreditó que para obtener el título profesional
necesita cursar especialidad, es inconcuso que de acuerdo a los artículos 234 y 239 del Código Civil del Estado de
Veracruz, el deudor alimentario continúa obligado a sufragar los gastos para dichos estudios en forma proporcional y de
acuerdo a la edad de aquélla, esto es, dentro del tiempo normal para obtener el citado título, pues dicho deudor tiene la
obligación de proporcionar un oficio o profesión a su descendiente. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO
CIRCUITO. Amparo en revisión 33/2002. Libertad Pintor Salazar. 9 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente:
René Silva de los Santos. Secretario: Sergio Armando Martínez Vidal. Época: Novena Época Registro: 187332 Instancia:
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo XV, Abril de 2002 Materia(s): Civil Tesis: I.3o.C.307 C Página: 1206 ALIMENTOS PARA
HIJOS MAYORES DE EDAD. SU PROCEDENCIA REQUIERE QUE ÉSTOS ACREDITEN QUE EL GRADO DE
ESCOLARIDAD QUE CURSAN ES EL ADECUADO A SU EDAD. La obligación de proporcionar alimentos a los hijos
mayores de edad no desaparece por el solo hecho de que lleguen a ella, en virtud de que su necesidad no se satisface
automáticamente por la realización de esa circunstancia, toda vez que al igual que los hijos menores de edad, tienen la
presunción de necesitar los alimentos. Sin embargo, los hijos mayores deben acreditar que se encuentran estudiando y
que el grado de escolaridad que cursan es adecuado a su edad, pues atendiendo a que los alimentos deben ser
proporcionados en razón a la necesidad del que debe percibirlos, no sería jurídico ni equitativo condenar al padre o
deudor a proporcionar alimentos al hijo mayor que estuviera realizando estudios que no corresponden a su edad y
situación. En conclusión, ante la controversia respecto a la procedencia o subsistencia del pago de alimentos para un hijo
mayor que manifiesta encontrarse estudiando, éste debe demostrar, además de la calidad de hijo y de que el deudor
tiene posibilidad económica de sufragar los alimentos que le reclama, que efectivamente se encuentra estudiando y que
el grado de escolaridad que cursa resulta adecuado o corresponda a su edad. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo en revisión 5883/2001. María Concepción Becerra Ávila y otro. 25 de
octubre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Armando Cortés Galván. Secretario: Gabriel Regis López. Véase:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XII, julio de 2000, página 736, tesis I.6o.C.212 C,
de
rubro:
"ALIMENTOS.
PARA
DETERMINAR
SOBRE
SU
CONCESIÓN
DEBEN
EXAMINARSE
LAS
CIRCUNSTANCIAS PARTICULARES IMPLICADAS, TRATÁNDOSE DE HIJOS MAYORES DE EDAD.". Época: Novena
Época Registro: Instancia: TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGESIMO CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo III, Junio de 1996 Tesis: XX. J/23 Página: 535 ALIMENTOS. AUN CUANDO LOS HIJOS
ALCANCEN LA MAYORIA DE EDAD, NO CESA LA OBLIGACION POR PARTE DEL DEUDOR ALIMENTISTA DE
PROPORCIONARSELOS, SI TODAVIA LOS NECESITA EL EMANCIPADO. (LEGISLACION DEL ESTADO DE
CHIAPAS). Supuesto que dentro de las causales para la cesación de la obligación de dar alimentos a que se contrae el
artículo 316 del Código Civil para el Estado de Chiapas, no se encuentra expresamente la consistente en que el hijo haya
llegado a la mayoría de edad; y aun cuando pudiera interpretarse la fracción II del citado precepto en relación con el
numeral 438, fracción III del mencionado Código, es decir, que la patria potestad se acaba por la mayor edad del hijo y
con ello concluye el deber de darle alimentos, en razón de que al llegar a la mayoría de edad se supone que goza de
absoluta independencia para disponer tanto de sus bienes como de su persona, y esta emancipación también supone su
capacidad física, económica y jurídica para ser autosuficiente a efecto de allegarse los alimentos que necesite para su
subsistencia; sin embargo, por ser los alimentos a los hijos una cuestión de orden público, debe considerarse que por el
solo hecho de llegar a la mayoría de edad no debe suspenderse la obligación de suministrarlos, sino que en cada caso,
deben examinarse las circunstancias en que se encuentran los hijos al llegar a esa edad, para saber si siguen
necesitándolos, en la inteligencia que tanto los hijos como el cónyuge gozan de esa presunción independientemente de si
aquéllos son mayores o menores de edad, por lo cual es el deudor quien debe demostrar que ellos tienen recursos
propios para poder, así desligarse de esa obligación. TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGESIMO CIRCUITO. Amparo
directo 605/91. Humberto Luna Morales. 23 de enero de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Angel Suárez Torres.
Secretario: Casto Ambrosio Domínguez Bermúdez. Amparo directo 427/92. María Olivia Teomitzi Castro. 15 de octubre
de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Mariano Hernández Torres. Secretario: Miguel Angel Perulles Flores. Amparo
directo 610/92. Francisco Javier Paniagua Hidalgo. 21 de enero de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: Francisco A.
Velasco Santiago. Secretario: Arturo J. Becerra Martínez. Amparo directo 758/95. Juan Alvaro Pérez Domínguez. 25 de
enero de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: Roberto Avendaño. Secretario: Enrique Robles Solís. Amparo directo
990/95. Gustavo Maya Becerril. 9 de mayo de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: Francisco A. Velasco Santiago.
Secretario: Rafael León González. Véase: Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo VI, Primera Parte,
julio a diciembre de 1990, página 187, tesis por contradicción 3a./J. 41/90 de rubro "ALIMENTOS CORRESPONDE AL
DEUDOR ALIMENTARIO LA CARGA DE PROBAR QUE LOS HIJOS MAYORES QUE ACREDITEN SE ENCUENTRAN
ESTUDIANDO UN GRADO ESCOLAR ADECUADO, NO LOS NECESITAN.". Séptima Época Instancia: Tercera Sala
Fuente: Apéndice de 1995 Tomo: Tomo IV, Parte SCJN Tesis 38 Página 25 ALIMENTOS HIJOS MAYORES DE EDAD.
OBLIGACIÓN DE PROPORCIONARLOS. La obligación de proporcionar alimentos a los hijos mayores de edad no
desaparece por el solo hecho de que éstos lleguen a esa edad, en virtud de que su necesidad no se satisface
automáticamente por la sola realización de esa circunstancia. Séptima Época. Amparo directo 3248/76. Miguel Estrada
Romero. 11 de marzo de 1977. Mayoría de cuatro votos. Amparo directo 3746/76. Delfina Méndez de Sánchez 28 de
marzo de 1977. Mayoría de cuatro votos. Amparo directo 5487/76. Alfredo Guzmán Velasco. 27 de julio de 1977. Cinco
votos. Amparo directo 4797/74. María Francisca Hernández Urresti y otra. 17 de noviembre de 1977. Cinco votos.
OFRECIMIENTO DE PRUEBAS SUPERVENIENTES 1.- Constancia de la UNEA (Universidad de Estudios Avanzados.
Campus San Luis Potosí), en donde se acredita que el suscribiente soy alumno de la ELIMINADO, expedida por la
ELIMINADO, de control escolar. 2.- Dos recibos de pago (Baucher) de las mensualidades correspondiente al
cuatrimestre, cursado, cada uno por la cantidad de ELIMINADO Pago realizado en Banco Azteca, mismos que se
encuentran a mi nombre, según consta en los mismos. 3.- 1 un recibo de pago (Baucher) por concepto de inscripción
correspondientes al cuatrimestre que inicia cada por la cantidad de ELIMINADO. Pago realizado en Banco Azteca,
mismos que se encuentran a mi nombre, según consta en el mismo. Atento a todo lo anterior, y como ha quedado de
manifiesto que el suscrito sigo necesitando de la pensión alimenticia que me proporcione mi padre, ya que soy estudiante
de una licenciatura en Gastronomía, solicito se REVOQUE LA SENTENCIA DICTADA POR LA C. JUEZ CUARTO DE LO
FAMILIAR y en su lugar se dicte una resolución en que se determine que mi padre siga proporcionando lo necesario para
seguir solventando mis gastos de la Universidad.
TERCERO:- Los agravios formulados por ELIMINADO resultan esencialmente fundados y
suficientes para revocar el fallo impugnado.
Del análisis pormenorizado de las actuaciones judiciales que integran el presente toca de
apelación, se desprende de manera primordial que, a través de la resolución reclamada la Juez de
origen, procedió a declarar procedente el incidente de cesación de pensión alimenticia solicitado por
ELIMINADO y, como consecuencia, determinó procedente cancelar la pensión alimenticia definitiva a
que fue condenado el incidentista, la cual fue establecida en la resolución dictada por la Tercera Sala
del H. Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, con fecha 12 doce de abril de 2004 dos mil cuatro,
fijada a favor de ELIMINADO ELIMINADO a razón del ELIMINADO mensual de las percepciones
totales que por cualquier concepto obtuviera el deudor alimentario con motivo de la prestación de sus
servicios, una vez hecho los descuentos de ley; así también, la juez familiar declaró insubsistente el
embargo trabado sobre el ELIMINADOque le pudiera corresponder al acreedor alimentario, respecto del
bien inmueble ubicado en la calle ELIMINADO
Para arribar a la conclusión anterior, la juez familiar en la interlocutoria que se examina, una
vez que determinó el valor probatorio de los medios de convicción aportados por las partes, consideró
que en el caso que nos ocupa, conforme al artículo 90 del Código de Procedimientos Civiles vigente
para el Estado y para la procedencia de la cesación de la pensión alimenticia solicitada por el actor
incidentista, se requería acreditar por parte de éste los siguientes elementos “a).- La existencia de la pensión
alimenticia que se decretó; y b).- Que las circunstancias prevalecientes al momento en que se decretó la pensión
alimenticia han variado”.
Que bajo el lineamiento anterior, sostuvo la juez familiar concretamente, el primero de los
elementos de la acción de cesación de pensión alimenticia había quedado plenamente demostrado,
toda vez que en el sumario constaba que con fecha 12 doce de abril de 2004 dos mil cuatro, la H.
Tercera Sala del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, dentro del toca de apelación 165/2003
estableció que derivado de la nulidad de matrimonio decretada en este procedimiento, resultaba
procedente condenar a ELIMINADO a otorgar a su menor hijo ELIMINADO, una pensión alimenticia
definitiva por el ELIMINADO mensual de las percepciones totales que por cualquier concepto obtuviera
con motivo de la prestación de sus servicios, una vez hecho los descuentos de ley; que en garantía del
cumplimiento de la pensión alimenticia decretada, se ordenaba quedara subsistente el embargo trabado
sobre el ELIMINADO que le pudiera corresponder al reconvenido, respecto del bien inmueble ubicado
en la ELIMINADO
Que respecto a la acreditación de la existencia de causas posteriores a la fecha en que se
fijó la pensión alimenticia y que haga necesario la cancelación de la misma, sostuvo la Juez del
conocimiento que dicha circunstancia también se encontraba plenamente acreditada en autos con las
probanzas aportadas por el actor incidentista, toda vez que en el sumario obraba la certificación del acta
de nacimiento del acreedor alimentista, en donde se apreciaba que éste había nacido el 22 veintidós de
febrero de 1993 mil novecientos noventa y tres, es decir, que actualmente tiene más de 21 veintiún años
de edad, estimando además la juzgadora familiar, que dentro del procedimiento no se desprende la
demostración de que el acreedor alimentario curse estudios acordes a su edad y con calificaciones
aprobatorias, que por el contrario, en autos obra constancia de estudios 1347/UTS/12 de fecha 3 tres de
junio de 2013 dos mil trece, expedida por la Universidad Tangamanga, Plantel San Luis, en la que
informa que el demandado incidentista estuvo inscrito en su tercer semestre de la Licenciatura de
Educación Física y el Deporte en el período comprendido de agosto a diciembre de 2012 dos mil doce
(f.438); el oficio número 040/UTANDG/14 de fecha 20 veinte de abril del 2014, expedido por la
Universidad Tangamanga Campus San Luis, en la que se informa que ELIMINADO no se encuentra
activo en el ciclo actual como alumno de dicha institución, quedando como baja en el ciclo de agostodiciembre 2013 dos mil trece (f.486); documentales privadas a las que la juzgadora les concedió pleno
valor probatorio al tenor de lo dispuesto por el artículo 392 de la Ley Adjetiva Civil, así como a la prueba
confesional con cargo al acreedor alimentario, de la que se desprendía que éste aceptó conocer al
deudor alimentario, asimismo, que es cierto que aquél anexó a este procedimiento diversos escritos que
obran a fojas 443, 444, 445 y 446 (de las que se advertía la constancia de la Universidad Tangamanga,
en la que se hizo constatar que ELIMINADO se encontraba inscrito en el cuarto semestre de la
licenciatura en Educación Física y el Deporte en el período comprendido del 28 veintiocho de enero al
31 treinta y uno de mayo del año 2013 dos mil trece); confesión con pleno valor probatorio al tenor del
artículo 383 de la Ley Adjetiva Civil. Finalizando la juzgadora, que en el caso concreto no sería jurídico
ni equitativo condenar a quien ha tenido el carácter de deudor alimentista, para que los suministre
(alimentos) a su descendiente que ya ha rebasado la mayoría de edad, sin que siquiera compruebe que
realiza estudios que corresponden a su edad y con calificaciones aprobatorias, en mérito de lo cual,
estimaba procedente la cesación de la pensión alimenticia fijada a favor de ELIMINADO al considerarse
que este último ha dejado de necesitarlos.
En ese entendido, la Juez de la causa en la resolución controvertida concluyó y consideró
pertinente hacer mención, que si bien el acreedor alimentario ELIMINADO al dar contestación a la
demanda incidental entablada en su contra hizo diversas manifestaciones (las que dio por reproducidas
en economía procesal), destacando la juzgadora que incluso, el acreedor alimentario exhibió una
prueba superveniente consistente en la constancia expedida por el Control Escolar de la Universidad de
Estudios Avanzados Campus San Luis Potosí, de fecha 5 cinco de agosto de 2014 dos mil catorce, en
donde se hizo constar que ELIMINADO es alumno de dicha institución en el primer trimestre de la
Carrera de Licenciado en Gastronomía, en turno matutito de 7:30 a 13:30 horas durante el período de
septiembre 01 a diciembre 10 del presente año; sin embargo, la juez de lo familiar estimó que con
independencia de su valor, dicha probanza no se podría tomar en consideración, ya que no sería lógico
ni jurídico que la sentencia se ocupara de actos o hechos posteriores y distintos de los que dieron lugar
a la demanda incidental y/o fueron base de los argumentos narrados en la misma, habida cuenta que
son insoslayables los principios procesales elementales de toda contienda judicial, como lo son, entre
otros, el de equidad de las partes, derecho de defensa y el atinente a la litis del juicio, que se fija a partir
de los hechos expuestos en la demanda y los vertidos en la contestación a ella. Que en tales
condiciones resultaba procedente el incidente de cesación de pensión alimenticia planteado por el señor
ELIMINADO con las consecuencias jurídicas que ello conllevaba.
Ahora bien, una vez que quedaron puntualmente establecidas las consideraciones
principales en la que se apoya la resolución aquí impugnada, por su parte, el recurrente sostiene
básicamente en su escrito de agravios, que le causa perjuicio la interlocutoria de mérito, al estimar que
el juez familiar no otorgó valor suficiente a los documentos que acompañó para acreditar que se
encuentra estudiando una carrera universitaria en la UNEA, afirmando el recurrente que, a su escrito de
contestación de demanda y durante la secuela del procedimiento acompañó una constancia y diversos
recibos; documentales con las que acredita que se encuentra estudiando una Licenciatura acorde a su
edad, siendo obvio que tiene calificaciones aprobatorias, pues de no ser así no seguiría pagando las
mensualidades que se requieren para seguir inscrito en la Universidad; que por lo tanto, sigue
argumentando el disidente, al considerar la juez familiar que dichas documentales no son suficientes
para acreditar la necesidad de los alimentos, esa es una determinación fuera de toda lógica jurídica,
pues insiste aquél, en este procedimiento acreditó que sigue estudiando y que el porcentaje que se le
proporciona como pensión alimenticia, está siendo utilizado para realizar los pagos de las
mensualidades en la carrera elegida, de ahí que estime que no se encuentre satisfecho el segundo de
los elementos de la acción de cancelación de pensión alimenticia; finalizando el recurrente su
exposición de agravios, que para demostrar que se encuentra estudiando, exhibe en esta instancia
como pruebas supervenientes, diversas documentales con las que acredita los pagos correspondientes
al cuatrimestre de la carrera que se encuentra estudiando, su inscripción y mensualidades.
Como se adelantó, este tribunal de apelación estima que las afirmaciones vertidas por el
disconforme en el párrafo que antecede resultan esencialmente fundadas, tomando en cuenta que en el
caso en particular se puede apreciar que el juez familiar al momento de resolver la presente litis, omitió
pronunciarse respecto del alcance probatorio de todos los documentos que exhibió el demandado
incidentista durante el procedimiento y sobre todo, los que acompañó a su escrito de contestación,
mismos que fueron aportados con la finalidad de demostrar los hechos en que sustenta sus defensas y
excepciones, circunstancia esta última que por sí misma hace fundadas las manifestaciones que hace
valer el apelante en sus agravios, toda vez que del examen integral de las constancias del presente toca
de apelación en relación directa con el fallo aquí impugnado, se puede advertir claramente que el
juzgador no obstante de que fijó la litis y destacó los hechos en que se basa la pretensión del
incidentista, así como en los que se sustentan las defensas y excepciones opuestas por el demandado,
procedió a enlistar las probanzas aportadas por las partes, incluso, les otorgarles el valor probatorio que
se deduce de cada una de ellas; sin embargo, el juez familiar al dirimir la controversia que nos atañe,
finalmente no se pronunció ni emitió consideración alguna respecto del alcance probatorio de las
pruebas aportadas por el demandado al momento de que éste compareció al incidente que nos ocupa,
concretamente, respecto de las siguientes pruebas: “1.- Hoja tamaño carta con la leyenda de Universidad de
Estudios Avanzados en la que aparece en la parte inferior el nombre del alumno ELIMINADO, Licenciatura en
Gastronomía de fecha 29 veintinueve de marzo del 2014 dos mil catorce, (f.503) 2.- Recibo 9730 con fecha de pago
29/03/2014, nombre del alumno ELIMINADO, por un importe de ELIMINADO con la observación de becado con el
ELIMINADOcincuenta por ciento y un sello con dice UNEA universidad de Estudios Avanzados pagado de fecha 29
veintinueve de marzo del 2014 dos mil catorce Tesorería.(f. 504)”. Por tal motivo jurídico, es evidente que en la
especie, el juez familiar al dejar de resolver las cuestiones o pretensiones deducidas oportunamente en
el pleito, infringió con su actuar los principios de exhaustividad y congruencia que toda sentencia debe
contener, los cuales se encuentran establecidos en los artículos 81, 83 en relación con los diversos 270
y 407 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, toda vez que la interlocutoria aquí examinada no
se ocupó en forma integral de los puntos litigiosos que fueron objeto de debate y que de manera
oportuna fueron expuestos por las partes, dejando la misma de pronunciarse respecto de cada uno de
ellos; demostrándose de esta manera lo esencialmente fundado de los agravios expuestos por el
discorde en su escrito de inconformidad.
En esa medida, de acuerdo a nuestro sistema jurisdiccional vigente, este tribunal de alzada
debe de examinar y resolver con plenitud de jurisdicción las cuestiones indebidamente omitidas en la
sentencia de primer grado y que se reclamen en agravios, ya que conforme a lo dispuesto en el artículo
936 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, el recurso de apelación tiene por objeto que la
Sala confirme, revoque o modifique la sentencia o auto dictado en primera instancia, lo que impide a la
Sala la posibilidad de devolver los autos al inferior para que éste subsane las omisiones en que incurrió.
Consecuentemente, este tribunal de apelación al asumir la jurisdicción que originalmente le compete y
previo análisis de las constancias que integran el sumario de origen, debe proceder a analizar íntegra y
debidamente la acción de cesación de pensión alimenticia, así como también las defensas y
excepciones opuestas por el demandado, para de esta manera dirimir integra y debidamente la
controversia original en base a los planteamientos expuestos por las partes en sus escritos respectivos,
así como a las probanzas aportadas en este procedimiento, tanto por el actor como el demandado,
respetando de esta manera los principios de congruencia y exhaustividad contenidos en los artículos 81,
83, 270 y 407 del Código de Procedimientos Civiles del Estado.
Lo precedentemente expuesto encuentra apoyo, en lo conducente, en la tesis de la entonces
Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, Séptima Época, Tomo 205 216. Cuarta parte, página 35, del rubro y texto siguiente:
“...APELACION, LITIS EN LA. Si bien la litis en la segunda instancia se integra con la sentencia de primer grado y los
agravios expuestos en contra de dicho fallo, ello no impide al tribunal de alzada, al analizar los agravios respectivos y
resolver el recurso de apelación, examinar las constancias de autos, estudiando la acción a la luz de los hechos
expuestos en la demanda, cuando sea necesario, lo cual es válido, pues en nuestro sistema jurídico no existe reenvío en
la apelación; en consecuencia, deben examinarse todos aquellos puntos de la controversia en el juicio natural que de no
tenerse en cuenta pudiera dejar inaudita a la parte que obtuvo. Así que, al examinar los hechos de la demanda, y advertir
cuales omitió exponer el actor, no puede estimarse que introduzca cuestiones ajenas a la litis de segunda
instancia...”.ELIMINADOEn ese sentido y partiendo de la facultad otorgada a esta alzada, de las
constancias que integran el presente toca de apelación se puede advertir de la interlocutoria reclamada,
que en ella se hizo el pronunciamiento respectivo de la competencia, la vía y la personalidad con la que
comparecieron las partes al juicio, presupuestos que en el caso deben seguir firmes al no haber sido
materia de litis en esta instancia. Por otro lado, de los hechos en que basa el incidentista su pretensión
de cancelar la pensión alimentaria a que fue condenado previamente, se tiene que en la parte
conducente del capitulo respectivo el accionante afirmó: “3.- El presente INCIDENTE lo presento en virtud de
que mi hijo en la actualidad cuenta con 21 años de edad y resulta que en la actualidad el demandado en el presente
incidente ya no es alumno de la UNIVERSIDAD TANGAMANGA PLANTEL SAN LUIS O SEA QUE YA NO SE
ENCUENTRA INSCRITO EN LA LICENCIATURA DE EDUCACION FISICA Y EL DEPORTE, lo cual se acredita con
bombo y platillo en el oficio girado por la UNIVERSIDAD EN MENCION con No. 040/UTANDG/14 signado por la
ELIMINADO DIRECTORA DE DICHO PLANTEL EL DIA 20 DE ABRIL 2014, la cual anexo como documento número
UNO y es prueba contundente y por demás inapelable dicha constancia y base de mi humilde petición, ya que si es bien
cierto que la pensión se le otorga a quienes realmente son estudiantes comprobados por medio de resultados y son
constantes en sus estudios el caso a aquí no se da por más que se quiera demostrar lo contrario, por tal motivo solicito la
RETENCION INMEDIATA Y DE FORMA MAS QUE PRONTA DE LA PENSION ALIMENTICIA, ya que como se aprecia
mi demandado en el presente incidente no estudia hasta la fecha y creo que esta autoridad ha de comprender que no es
pertinente seguir proporcionando PENSION ALIMENTICIA a quien de forma burlona y por demás ruin se ostenta como
estudiante por casi 9 MESES se dijo y se ostentó como estudiante de una carrera universitaria. 4.- Por otra parte, hago
de su conocimiento de que los recursos económicos que se le proporcionaron de buena fe al supuesto estudiante de
LICENCIATURA no fueron utilizados para tal caso de estudios por tal motivo solicito por medio de esta autoridad le sean
requeridos los recursos económicos que de mala fe se hizo llegar de forma más que ruin y se me sean puestos a
disposición, por tal motivo solicito se ponga especial atención en el documento que giro la UNIVERSIDAD
TANGAMANGA en el cual se aprecia que desde agosto de 2013 quedó dado de baja dicho el supuesto estudiante y creo
que tener las razón en pedir la devolución de los recursos económicos que le fueron dados de buena fe por mi persona.
5.- Así las cosas es de manera importante poner atención a las fojas 443, 444, 445 y 446 en las cuales de manera artera
y demás ventajosa que quiso sorprender a este juzgado con documentos en los cuales se demuestra que estuvo inscrito
en el periodo de ENERO A MAYO DE 2013 únicamente, mas no así en los periodos subsecuentes de 2013 a la fecha
para lo cual anexó una copia simple y demás que apócrifa donde únicamente se describen cantidades mas no pagos
según obra en autos a fojas 442, y tal es el caso de la foja 445 en la cual solo se demuestra que dicho comprobante nada
tiene que ver con le (sic) período que según el demandado quiso demostrar toda vez que dicho documento lo remitió el
día 10 de julio de 2013 para lo cual también se demuestra que es una simple copia de documentos pasados y de todo lo
antes mencionado se desprende una conducta inapropiada por mi demandado y por demás de ingratitud así (sic) mi
persona”.(f. 489 y 490).
En el caso que nos ocupa, la afirmación del accionante en cuanto a que en la fecha en que
demandó el incidente de cesación de pensión alimenticia (27 de mayo de 2014), el acreedor alimentario
ya no era alumno de la Universidad Tangamanga Plantel San Luis, dicha circunstancia la acreditó con el
contenido que se desprende del oficio 0040/UTANDG/14 expedido por la Universidad Tangamanga
Campus San Luis, por parte de la Directora General licenciada ELIMINADO, en la que hace constar al
Juzgado Cuarto de lo Familiar del Estado, que ELIMINADO no se encontraba activo en el ciclo actual
como alumno de la Universidad Tangamanga, quedando como baja en el ciclo agosto-diciembre 2013 (f.
486).
Ahora bien, el hecho que antecede es acorde con las documentales que el propio acreedor
alimentario exhibió al presente procedimiento y que obran a fojas 444, 445 y 446, las cuales fueron
acompañadas al escrito recibido el día 10 diez de julio del 2013 dos mil trece, mediante las cuales el
aquí demandado incidentista exhibió el pago que hizo de la inscripción ante la Universidad
Tangamanga, haciéndose constar que en esa fecha (julio de 2013 dos mil trece) era alumno de dicha
Universidad, cursando el cuarto semestre de la licenciatura en Educación Física y el Deporte, en el
período comprendido del 28 veintiocho de enero al 31 treinta y uno de enero del año 2013 dos mil trece,
con un período vacacional del 1º primero de junio al 11 once de agosto de ese mismo año. Luego
entonces, se insiste, estas documentales se encuentran acordes con el oficio 0040/UTANDG/14
expedido por la Universidad Tangamanga Campus San Luis, relativo a que ELIMINADO ya no cursó el
siguiente semestre comprendido el ciclo de agosto a diciembre del 2013 dos mil trece, lo que hace
suponer válidamente, como lo afirma el deudor alimentista, que en la fecha en que se promovió el
incidente que aquí se plantea (27 veintisiete de mayo de 2014 dos mil catorce), el acreedor alimentario
no era alumno y, por ende, no estaba estudiando en la Universidad Tangamanga.
Sin embargo, no obstante la precisión anterior, cabe destacar que el demandado incidentista
al momento de comparecer ante el juez familiar a dar contestación a las prestaciones exigidas por su
contraria parte, lo que hizo mediante escrito recibido el día 20 veinte de junio de 2014 dos mil catorce,
sostuvo en la parte conducente, lo siguiente: “3.- El tercer punto de la demandada que se contesta es falso en su
totalidad ya que en la actualidad me encuentro estudiando en la Universidad de Estudios avanzados. Por lo que me
permito solicitar se gire atento oficio a la Dirección de éste centro de estudios ubicado en Amado Nervo Número 500, Col.
Tequisquiapan, a efecto que informe a ésta autoridad, si el compareciente se encuentra estudiando en la Universidad a
que he hecho referencia anteriormente. Al presente escrito me permito acompañar recibo de pago debidamente que me
atendió el centro de estudios de referencia, COMO ANEXO 1) así como una copia de los costos por inscripción y
cuatrimestre de la carrera elegida, mismo que se anexa como número 2). En cuanto a las documentales que dice
acompaña, SE OBJETAN EN TODAS Y CADA UNA DE SUS PARTES, POR NO SER PROCEDENTES EN DERECHO
EN CUANTO AL ALCANCE PROBATORIO QUE PRETENDE DARLE EL ACTOR INCIDENTISTA. 4.- Es totalmente falso
que en nueve meses no estuviera estudiando, lo cierto es que no he dejado de estudiar, he realizado diversos cursos
también para estar a la vanguardia en los tiempos que en la actualidad se están viviendo. Ello con independencia de la
carrera universitaria elegida. En cuanto a las demás peticiones que realiza, ni lo afirmo ni lo niego, por no ser hechos
propios. 5.- En cuanto al punto 5 de la demanda que se contesta es falso de toda falsedad que el compareciente haya
querido sorprender a ésta autoridad con documentos que en su momento acompañe de la Universidad Tangamanga, en
donde estudiaba. Y si así lo estimaron porque no los objetaron”. (f. 497).
Es decir, en el caso concreto el demandado incidentista, sostuvo que era falso que en la
fecha que se le demandó la cancelación de la pensión alimentaria (27 de mayo de 2014 dos mil catorce)
no se encontrara estudiando, aseverando que lo cierto era que esto último lo estaba haciendo en la
Universidad de Estudios Avanzados (ya no en la Universidad Tangamanga), demostrando dicha
circunstancia con los anexos que presentó ante el Juzgado al momento de comparecer a dar
contestación al incidente que nos ocupa, documentos relativos a la información, costos de inscripción
del cuatrimestre de la carrera elegida, solicitud por parte del alumno y recibo de pago por parte de la
institución educativa por conducto de la tesoreria (f. 503 y 504), de cuyo contenido se advierte lo
verídico de las afirmaciones del demandado incidentista, gestiones éstas que hizo el día 29 veintinueve
de marzo del año 2014 dos mil catorce, es decir, dos meses antes de que fuera interpuesta la incidencia
propuesta por el señor ELIMINADO; instrumentos privados que incluso, la juez familiar concedió pleno
valor probatorio al tenor de lo dispuesto por el artículo 392 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, no obstante que en el momento procesal oportuno fueron objetados por el actor incidentista,
empero, lo cierto es que dichas impugnaciones resultan improcedentes para restar valor probatorio a
dichas documentales, toda vez que si bien que si la solicitud de ingreso pudiese tratarse de una copia
simple, ese hecho por si mismo no es bastante para estimar ineficaz dicha probanza, atento a lo
dispuesto por los artículos 373 y 402 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, por tal motivo,
esa documental adminiculada con el recibo de pago de ingreso a la Institución Educativa por parte del
acreedor alimentario, corrobora la eficacia de dicho instrumento, aún y cuando se tratare de una copia
simple, dado que con ambas documentales se arriba a la conclusión de que desde el 29 veintinueve de
marzo del 2014 dos mil catorce, el demandado incidentista gestionó el ingreso a la Universidad de
Estudios Avanzados, para el cuatrimestre comprendido del mes de septiembre a diciembre del año 2014
dos mil catorce.
De ahí entonces, que resulte inexacto lo vertido por la propia juzgadora, en cuanto que las
pruebas supervenientes no pueden ser tomadas en consideración en el caso que nos ocupa, alegando
que las mismas no pueden demostrar los hechos vertidos en la contestación de la demanda, pues lo
cierto es que, contrario a la afirmación de la juez familiar, en el caso en particular el acreedor alimentario
sí argumentó en su escrito de contestación, que en la fecha en que fue demandado se encontraba
gestionando el ingreso a una Universidad diversa a la que alude su contraria parte, por tal motivo, al
formar parte ese hecho como punto litigioso, en consecuencia sí debió tomarse en consideración la
prueba superveniente consistente en la constancia expedida por Control Escolar de la Universidad de
Estudios Avanzados Campus San Luis Potosí, de fecha 05 cinco de agosto del 2014 dos mil catorce, en
donde se hace constar que ELIMINADO es alumno con número de matricula 0000093555 y está inscrito
en esa institución en el 1er trimestre de la carrera de Licenciado en Gastronomía, en turno matutino de
07:30 a 13:30 hrs, durante el periodo septiembre 01 a Diciembre 10 diez del año 2014 dos mil catorce
(f.526). Documental privada con pleno valor probatorio al tenor de lo dispuesto por el artículo 392 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado, no obstante que también en el momento procesal
oportuno fue objetada por el actor incidentista, pues lo cierto es que dichas impugnaciones resultan
improcedentes para restar valor probatorio a esta documental, en virtud de que las objeciones fueron
respecto a que dicha probanza no se mencionó en el período de ofrecimiento de pruebas y que además
dicho documento no forma parte de la litis, la cual se formó por el hecho de que el demandado
incidentista debió continuar sus estudios en la Universidad Tangamanga y no en otra; objeciones éstas
que como se mencionó resultan improcedentes, dado que la prueba superveniente se fundó en lo
establecido por el artículo 93 fracción I del Código de Procedimientos Civiles del Estado, al ser de fecha
posterior a los escritos de demanda y contestación, además de que, como previamente se anotó, el
demandado en su escrito de contestación sí argumentó el hecho que pretende demostrar con las
documentales aquí objetadas.
Idéntica situación acontece con las pruebas documentales que el aquí apelante exhibe en
esta instancia, las cuales tienen el carácter de supervenientes y que fueron debidamente admitidas
conforme a lo dispuesto por el artículo 956 en relación con los numerales 93 fracciones I y II, 299 del
Código Procesal Civil del Estado, mediante proveído de fecha 5 cinco de febrero del actual (f. 12 a 20
del presente toca). Documentales privadas con pleno valor probatorio, acorde a lo dispuesto por el
artículo 392 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, no obstante que también fueron objetadas
por la parte apelada, sin embargo, dichas impugnaciones devienen improcedentes, en virtud de que el
objetante se limita a referir que las documentales no demuestran que el apelante se encuentra
estudiando, sino que se tratan de simples recibos de pago, el cual no comprueba que el demandado
incidentista sea un estudiante con calificaciones aprobatorias, es decir, en el caso concreto las
objeciones que hace la parte apelada son en cuanto al alcance probatorio de este medio de convicción,
pero no en cuanto a su valor conforme al artículo arriba mencionado. Sin que pase desapercibido que
las documentales exhibidas en esta instancia, adminiculadas con las valoradas en los párrafos que
anteceden justifican que Carlos Adrián Hernández Treto se encuentra estudiando la carrera de
Gastronomía en la Universidad de Estudios Avanzados, Campus San Luis, acreditando los pagos que
ha realizado a dicha institución para efecto de recibir la educación conforme a las mensualidades del
primer cuatrimestre y la inscripción al segundo cuatrimestre.
En las relatadas condiciones, resulta válido concluir que en el presente asunto no se
encuentra plenamente acreditado el segundo de los elementos de la acción intentada, relativo a la
variación de las circunstancias prevalecientes al momento en que se decretó la pensión alimenticia,
conforme a lo estatuido por el artículo 90 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, tomando en
consideración que el acreedor alimentario durante el procedimiento demostró los hechos en que
sustentó sus defensas y excepciones, relativos a que no obstante de actualmente tiene más de 22
veintidós años, lo cierto es que cuando fue demandado ya había realizado gestiones (solicitud y pago)
para ingresar a una institución educativa diversa a la que alude el actor en su demanda incidental,
demostrando el acreedor alimentario que se encuentra estudiando y por lo tanto, sigue subsistiendo la
necesidad de recibir alimentos por parte de su acreedor alimentario, lo anterior, de acuerdo a lo
expresamente establecido por el artículo 148 del Código Familiar del Estado.
En efecto, esta autoridad de apelación estima que la conclusión a la que se arriba en el
presente caso se encuentra plenamente acorde a la naturaleza de la acción intentada, la cual es de
orden público, dado que el interés del Estado en la preservación de la familia, como núcleo de la
sociedad, lo que se encuentra plasmado de manera preponderante en el artículo 4º Constitucional, la
doctrina, los Tratados Internacionales y la Suprema Corte de Justicia de la Nación; de ahí entonces, que
el sistema jurídico nacional haya definido al derecho de los alimentos como la facultad jurídica que tiene
el acreedor alimentario para exigir al deudor lo necesario para vivir, considerándose por tal motivo a los
alimentos como de interés y de orden público. En esa medida, debe decirse que el espíritu del legislador
potosino en el caso de la acción de alimentos, se encuentra plasmado en los artículos 140, 141, 145,
148, 150 y 152 del Código Familiar del Estado de San Luis Potosí, que literalmente establecen:
“…Artículo 140.- Los derechos alimentarios serán preferentes a cualquier otra obligación económica del
deudor alimentario;
Artículo 141.- Los alimentos constituyen una prioridad de naturaleza urgente e inaplazable, que tienden a
asegurar la subsistencia de las o los acreedores alimentarios;
Artículo 145.- Las madres y los padres están obligados a dar alimentos a sus hijas o hijos. A falta o por
imposibilidad de los padres, la obligación recae en los ascendientes más próximos en grado, por ambas líneas;
Artículo 148.- Las madres, los padres, las hermanas, los hermanos, parientes colaterales y tutores tienen
obligación de dar alimentos a las y los menores, mientras éstos llegan a la edad de dieciocho años. En el caso de que la
o el acreedor alimentario se encuentre estudiando, la edad máxima será hasta los veinticinco años. También deben
alimentar a sus parientes incapaces dentro del grado mencionado;
Artículo 150.- Los derechos alimentarios comprenden: I.- Los alimentos, el vestido, la habitación, la atención
médica, la hospitalaria y, en su caso, los gastos del embarazo y parto; II.- Respecto de las o los menores, además los
gastos necesarios para la educación básica obligatoria del acreedor alimentario, y para proporcionarle algún oficio, arte o
profesión honestos y adecuados a sus circunstancias personales; III.- Respecto a las personas con algún grado de
discapacidad o declaradas o en estado de interdicción, lo necesario para lograr, en lo posible, su rehabilitación y
desarrollo; y IV.- Respecto a las personas adultas mayores que carezcan de capacidad económica se procurará, además,
todo lo necesario para su atención gerontogeríatrica, independientemente de su integración al seno familiar;
yELIMINADOArtículo 152.- El deudor alimentario cumple la obligación asignando una pensión proporcional y equitativa
al acreedor alimentario o incorporándolo a la familia. Si el acreedor alimentario se opone a ser incorporado, compete a la
autoridad judicial, según las circunstancias fijar la manera de ministrar los alimentos…”.
ELIMINADODel contenido de los preceptos legales transcritos es evidente que se deducen los
siguientes elementos: a) El derecho de recibir alimentos constituye la facultad jurídica concedida a una
persona, denominada acreedor alimentista, para exigir a otra, llamada deudor alimentario, lo necesario
para subsistir como resultado, ya sea del parentesco consanguíneo, del matrimonio, del divorcio e
incluso del concubinato; b) La obligación de otorgar alimentos consiste en proporcionar la asistencia
debida para el adecuado sustento de una o varias personas por disposición imperativa de la ley; c) El
imperativo de proporcionar alimentos encuentra su génesis en un deber ético, a la postre acogido por el
derecho y elevado a la categoría de obligación jurídica, cuyo propósito fundamental estriba en otorgar lo
necesario para la subsistencia de los acreedores alimentarios. Bajo este orden legal, es válido concluir
que, al surgir la obligación de proporcionar alimentos de un imperativo legal (Código Familiar del
Estado), revestido de orden público e interés general, como se apuntó; en consecuencia, es claro que
no es posible hacer depender el alcance y efectividad del indicado bien jurídico tutelado (alimentos), a la
voluntad unilateral o incluso bilateral de las partes, ya que, de aceptar tal posibilidad, implicaría
reconocer que el deudor alimentario pudiera imponer condiciones contrarias al espíritu del derecho de
alimentos contenidas en la legislación familiar y además, que en su caso, el acreedor alimentista
pudiese aceptar concesiones inferiores sobre el monto de la pensión, lo que implicaría una renuncia a
ese derecho, lo cual se encuentra expresamente prohibido conforme al numeral 164 del Código Familiar
Local.
En ese sentido, se insiste, en este procedimiento resulta apegado a derecho lo concluido por
este tribunal, en virtud de que en esta clase de juicios la obligación de proporcionar alimentos por
concepto de educación no se extingue necesariamente cuando los acreedores alimentarios alcanzan la
mayoría de edad, toda vez que éstos siguen conservando ese derecho siempre y cuando se satisfagan
los requisitos contenidos en la legislación aplicable, debido principalmente, a que el sentido y finalidad
de la institución alimentaria es garantizar que los padres no trunquen el futuro de sus hijos,
eliminándoles los recursos que les darán o servirán de base para desarrollar sus planes de vida. Ello es
así, porque en la actualidad la evolución del mercado laboral y de las estructuras familiares y sociales,
hace considerar que los ciclos educacionales que deben cumplirse para estar en aptitud de desarrollar
gran cantidad de profesiones y oficios se puedan prolongar más allá de la mayoría de edad (artículo 148
del Código Familiar del Estado); en consecuencia, contrario lo pretendido por el incidentista
ELIMINADO, no basta que el acreedor alimentario ELIMINADO, actualmente sea mayor de edad, para
afirmar que por esa sola circunstancia no requiere alimentos, en razón de que de admitir ese hecho
como causa para cesar la pensión alimenticia, evidentemente haría nugatorio el derecho del acreedor
de obtener lo necesario para desempeñar una profesión u oficio, amenazando de esta forma la
funcionalidad de una institución que pretende satisfacer las necesidades reales de una de las partes de
la relación jurídica, en proporción obviamente con las posibilidades concretas de la otra, más aún
cuando nuestra legislación familiar en su artículo 148 prevé la posibilidad del pago de alimentos a los
mayores de edad, por tanto, se insiste, la mayoría de edad por si misma no es causa suficiente para que
cese el pago de alimentos de un padre para con su hijo o hija.
En lo relativo a que el acreedor alimentario no justificó haber estado estudiando en la
Universidad Tangamanga Plantel San Luis, a partir del mes del mes de agosto de 2013 dos mil trece
(fecha que hace constar la Directora General de ese Plantel Educativo, se dio de baja el acreedor
alimentario); así como que, con los documentos que aportó el demandado incidentista al procedimiento,
no se acredita que esté cursando estudios acordes a su edad y con calificaciones aprobatorias, debe
decirse que dichas circunstancias tampoco son bastantes para considerar procedente la acción de
cancelación de pensión alimenticia, lo anterior, en base al marco jurídico antes apuntado y, sobre todo,
al artículo 148 de la Legislación Familiar del Estado, que no exige de manera expresa que, los hijos
mayores de edad que se encuentran estudiando, para continuar teniendo derecho a recibir alimentos,
necesariamente deben demostrar un desempeño escolar óptimo o sin materias reprobadas, pues el
precepto legal solamente prevé que ese derecho se actualiza cuando aquéllos se encuentran
estudiando, teniendo como edad máxima hasta los veinticinco años, por tanto, es claro que la
legislación familiar en comento no contiene como requisito o condicionante expreso para la obtención de
los alimentos, el desempeño académico óptimo por parte del acreedor, pues es claro que de ser así, la
norma por el contrario restringiría los derechos alimentarios de los acreedores, lo cual se estima
incorrecto y contrario a la naturaleza del derecho alimentario; por tal motivo, no puede tenerse como
causa de cesación de una pensión alimenticia que el acreedor no haya demostrado su desempeño
óptimo en el Plantel Educativo que eligió en un primer término, pues lo cierto es que de estimar justa
esta circunstancia, el legislador la hubiese plasmado expresamente como causa de cesación, lo cual no
aconteció; pero además, de ser así, tampoco se tomaría en cuenta la existencia factores ajenos a la
voluntad del acreedor e incluso del propio deudor alimentario, ya sea de índole económica, social,
material, de salud o familiar que pueden influir necesariamente en el desarrollo normal de la preparación
académica e inclusive en su inclinación profesional del acreedor, factores todos éstos que pueden en un
momento dado provocar que los estudios sean interrumpidos. En consecuencia, se insiste, no es
necesariamente aceptable para decretar la cesación de la pensión alimenticia, que el acreedor no haya
concluido sus estudios en un Plantel Educativo donde inició aquellos, como lo pretende el accionante,
pues de estimar válida esa condicionante de manera absoluta, excluiría entonces la posibilidad válida de
que por cualquier factor ajeno a la voluntad del acreedor alimentario no pudiese interrumpir sus
estudios, trayendo como consecuencia ese hecho, la pérdida indiscutible del derecho a alimentos, lo
cual no es acorde a la naturaleza de éstos, según se acotó en líneas que preceden. Más aún, si se toma
en cuenta también otro factor, consistente que si los padres no se ocuparon en vigilar el desempeño
académico de sus hijos siendo menores éstos, entonces sería a ellos en principio, a quienes en todo
caso sería imputable la discrepancia entre la edad y el grado académico que tuvieran sus hijos; por
consiguiente, en la especie se estima acorde la edad del acreedor con el nivel o grado de estudios que
actualmente cursa (licenciatura), al no existir una notoria disparidad entre ambas circunstancias que
provoquen estimar un evidente desdén por las actividades educativas, es decir, una clara falta de
aplicación del acreedor alimentario en continuar con sus estudios, sino más bien, el gestionar y cursar
actualmente una licenciatura denota un interés por parte del acreedor de cumplir con esas actividades,
siendo válido considerar la posibilidad de que hayan ocurrido diversos factores, incluso ajenos a su
voluntad, que pudieron influir en la decisión de interrumpir sus estudios, con la única limitante para exigir
el derecho alimentario, que no tenga la edad de veinticinco años, pues de ocurrir esto último, entonces
haría patente la notoria discrepancia entre la edad y el grado académico que tuviera.
Luego entonces, el demandado incidentista al haber acreditado que se encuentra
estudiando en diversa institución educativa a la que inició, independientemente de los factores que
pudiesen haber acontecido, los cuales se estiman válidos, al no existir una notoria discrepancia entre su
edad y el grado de licenciatura que cursa, lo cierto es que esa circunstancia (estudiar) denota o
demuestra el interés del acreedor alimentario en mantener las posibilidades de tener acceso a una
profesión, arte u oficio, mismo que le permitirá alcanzar una vida independiente en la sociedad,
otorgándole lo necesario para su subsistencia futura, que es el objetivo perseguido en el artículo 148 del
Código Familiar del Estado. En efecto, de acuerdo con el espíritu del precepto legal aludido, la
obligación de proporcionar alimentos no cesa por hecho de que el acreedor alimentista alcance la
mayoría de edad, sino que, los alimentos también comprenden los gastos necesarios para que el
acreedor tenga una educación que le permita tener acceso a una profesión, arte u oficio. Así entonces,
el hecho de garantizarlos de esta manera, evidentemente se están ponderando los principios y valores
que protegen la convivencia familiar, principios y valores éstos que persiguen, entre otros objetivos, la
subsistencia de los miembros del grupo familiar, además de los lazos afectivos que unen a
determinadas personas y los obligan moralmente a velar por aquellos que necesitan ayuda o asistencia,
de ahí la justificación de que el derecho familiar haga coercible el cumplimiento de esa obligación a fin
de garantizar al acreedor alimentista la satisfacción plena de sus requerimientos presentes y futuros. En
ese contexto y debido a que la naturaleza de los alimentos decretados participan de las características
de orden público e interés social, es por lo que aún en el supuesto de que no se haya acreditado la
necesidad de recibirlos en el lapso que dice el incidentista no estudió el acreedor alimentario (agosto
2013 a septiembre 2014), lo cierto es que las cantidades entregadas en ese tiempo fueron consumidas
de manera irreparable y las cuales satisficieron en su momento las necesidades propias de subsistencia
del acreedor alimentario, existiendo por ello una causa o razón jurídica para considerar improcedente la
solicitud del deudor alimentario respecto de la reintegración de las pensiones alimentarias comprendidas
en ese periodo. Deviniendo por ello improcedentes las pretensiones del actor incidentista de cancelar la
pensión alimentaria que otorga a su descendiente, pues no obstante de actualmente éste tiene más de
22 veintidós años, lo cierto es que cuando fue demandado en este procedimiento incidental, ya había
realizado gestiones (solicitud y pago) para ingresar a una institución educativa diversa a la que alude el
actor en su demanda incidental, demostrando el acreedor alimentario que actualmente se encuentra
estudiando y, por lo tanto, sigue subsistiendo la necesidad de recibir alimentos por parte de su acreedor
alimentario, lo anterior, de acuerdo a lo expresamente establecido por el artículo 148 del Código
Familiar del Estado.
Al respecto, resulta oportuno citar la tesis de jurisprudencia emitida por el H. Primer Tribunal
Colegiado en materia civil del séptimo circuito, localizable en la página 1227, tomo XIX, Abril 2004,
Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo rubro y contenido es el
siguiente “ALIMENTOS. CASO DE EXCEPCIÓN EN QUE A PESAR DE NO SER ACORDE LA EDAD DEL HIJO
MAYOR CON EL GRADO DE ESCOLARIDAD QUE CURSA, SÍ EXISTE MOTIVO PARA OTORGARLOS. Cuando la
jurisprudencia número 41/90, aprobada por la Tercera Sala del más Alto Tribunal Federal, visible en la página ciento
ochenta y siete del Tomo VI, Primera Parte, julio a diciembre de mil novecientos noventa, del Semanario Judicial de la
Federación, Octava Época, de rubro: "ALIMENTOS. CORRESPONDE AL DEUDOR ALIMENTARIO LA CARGA DE
PROBAR QUE LOS HIJOS MAYORES QUE ACREDITEN SE ENCUENTRAN ESTUDIANDO UN GRADO ESCOLAR
ADECUADO, NO LOS NECESITAN.", señala que el grado de escolaridad que cursa un acreedor alimenticio debe ser el
adecuado a su edad, no proporciona a la vez un parámetro matemático para determinar esa circunstancia, como tampoco
existen reglas legales sobre ese aspecto, por lo que para arribar a una conclusión lógico-jurídica es de examinarse cada
caso en particular a fin de poder determinar en justicia cuándo los estudios no son acordes con la edad del acreedor,
pues es condición indispensable que haya una notoria disparidad entre el grado escolar y la edad del mismo, aunado a
que se advierta una clara falta de aplicación por parte del estudiante, que conlleve a estimar esa disparidad, pues es de
insistirse que los argumentos respectivos se dan en el caso particular, según el planteamiento de la situación material y
de la apreciación que de ella debe hacer el juzgador en el prudente ejercicio de su función jurisdiccional, por ello, el que
se haga el cómputo sobre la escolaridad normal de un educando y su edad, sólo puede tomarse como referencia de una
manera genérica, mas no es posible considerarse como una exigencia específica que los hijos concluyan sus estudios en
cada etapa sucesiva a una determinada edad, en virtud de que en ello intervienen diversos factores, como son los
económicos, sociales, materiales, de salud y familiares, los cuales pueden influir en el desarrollo normal de su
preparación académica e inclusive en su inclinación profesional; de ahí que deban ser ponderados justamente por el
resolutor en cada asunto que se le plantee”.
Así las cosas, al ser esencialmente fundadas las aseveraciones del disidente, lo
conducente es REVOCAR la sentencia interlocutoria que resuelve incidente de cesación de pensión
alimenticia de fecha 11 once de septiembre de 2014 dos mil catorce, pronunciada por la Juez Cuarto de
lo Familiar del Estado, dentro del testimonio de constancias deducidas del expediente 555/2002,
correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Nulidad de Matrimonio, promovido por ELIMINADO en
contra de ELIMINADO; con la intención de que quede plenamente establecido en la misma que el actor
incidentista no acreditó su acción y el demandado sí justificó sus defensas y excepciones, por lo que no
ha lugar a decretar la cesación de la pensión alimenticia
CUARTO:- Atento a lo dispuesto expresamente por el artículo 965 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, no se hace especial condena al pago de costas originadas por la
tramitación del presente recurso, debido a que al estimarse los agravios expuestos como esencialmente
fundados, el recurrente finalmente obtuvo la revocación de la resolución incidental, por lo que es claro
que en este caso no se actualiza la hipótesis legal contenida en la fracción II del numeral 135 de la
legislación en cita.
Por lo expuesto y fundado es de resolverse y se resuelve:
PRIMERO:- Este tribunal de apelación fue legalmente competente para conocer y resolver el
presente negocio.
SEGUNDO:- Los agravios formulados por ELIMINADO resultaron esencialmente fundados.
TERCERO:- En consecuencia, se REVOCA la sentencia interlocutoria que resuelve
incidente de cesación de pensión alimenticia de fecha 11 once de septiembre de 2014 dos mil catorce,
pronunciada por la Juez Cuarto de lo Familiar del Estado, dentro del testimonio de constancias
deducidas del expediente 555/2002, correspondiente al Juicio Ordinario Civil por Nulidad de Matrimonio,
promovido por ELIMINADO en contra de ELIMINADO, para quedar la misma en los siguientes términos:
“...PRIMERO:- El Juzgado Cuarto de lo Familiar del Estado resultó competente para conocer del presente incidente.
SEGUNDO.- Las partes comparecieron al presente incidente con personalidad. TERCERO.- Resultó IMPROCEDENTE el
Incidente de Cesación de Pensión Alimenticia planteado por el señor ELIMINADO En consecuencia, es improcedente
CANCELAR la Pensión Alimenticia Definitiva a que fue condenado el señor ELIMINADO, la cual fue establecida en la
resolución dictada por la Tercera Sala del H. Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, con fecha 12 doce de abril del
2004 dos mil cuatro, a razón del 25% veinticinco por ciento, fijado a favor de Carlos Adrián Hernández Treto; quedando
por tanto SUBSISTENTE el embargo trabado sobre el 50% cincuenta por ciento que le pudiera corresponder al aquí
incidentista, respecto del bien inmueble ubicado en la calle de ELIMINADO. QUINTO.- Con fundamento en lo dispuesto
por el artículo 135 fracción I del Código de Procedimientos Civiles del Estado, se condena al demandado incidentista
ELIMINADO al pago de las costas originadas con motivo de la tramitación del presente incidente, por no haber obtenido
resolución favorable. SEXTO.- Notifíquese personalmente”.
CUARTO:- No se hace especial condenación al pago de costas en esta instancia.
QUINTO:- Envíese copia certificada de la presente resolución al juzgado de origen para los efectos legales
correspondientes y en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.
SEXTO:- Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.
A S I, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores Magistrados que integran la Cuarta Sala
del H. Supremo Tribunal de Justicia del Estado, licenciados ELIMINADO, siendo ponente la primera de los nombrados,
quienes actúan con Secretaria de Acuerdos que autoriza licenciada ELIMINADO.- Doy Fe.
L’ GGC/L´JAPP/vlg.
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