Bravo Asensio, C. – Contreras Rodrigo, F. – Lopez Delgado, J.L.: “Novedades sobre la numismática de Sanisera (2008 – 2014)”. Entre los años 2008 y 2014, 941 monedas han sido localizadas en las excavaciones arqueológicas efectuadas en el núcleo romano situado en el puerto de Sanitja. En lo referente a la campaña de 2014, hemos encontrado un total de 116 monedas, entre romanas, vándalas y emisiones bárbaras, posiblemente también de corte vándalo, realizadas con cuños romanos. Como en años anteriores, las monedas romanas son las más abundantes y, dentro de este grupo, las más frecuentes son aquellas que fueron acuñadas en el Bajo Imperio, además de posteriores producciones vándalas. También, en años anteriores, pese a escasas, se localizaron piezas monetarias bizantinas, destacando un follis de Justiniano I y cuatro exagia o ponderales. La importancia de estas piezas, de diferente cronología y poder político que las acuñó y distribuyó, radica en el hecho de haber coexistido durante los Siglos Oscuros, sobre todo entre la quinta y sexta centuria d.C. Estas producciones, junto con el material cerámico, son fundamentales a la hora de atribuir el área bajo intervención arqueológica a un periodo concreto de la Historia. Puesto que estos tres grupos aparecen ampliamente documentados en otros yacimientos pertenecientes a la Antigüedad Tardía, tanto peninsulares como insulares, su identificación y estudio permiten situar, como veremos más adelante, el área excavada en torno a los siglos V y VI d.C.1 Exagium bizantino localizado en 2009 (05/2009-1050-08). Presenta la letra N, equivalente a un nomisma. 1 Entre los muchos ejemplos a citar, se encuentra la evidencia numismática procedente de las excavaciones de la Puerta Decumana de Barcino, Foro Provincial de Tarrraco, barrio de Benalúa en Alicante, Punta de l’illa de Cullera (Valencia) y Pollentia (Mallorca). Una relación de todos los hallazgos peninsulares e insulares de monedas de esta época se encuentra disponible en: Marot, Teresa, “Aproximación a la circulación monetaria en la península ibérica y las Islas Baleares durante los siglos V y VI: la incidencia de las emisiones vándalas y bizantinas”, en Revue Numismatique, 1997, Volumen 6, Número 152. Pp: 157 – 190. 1 El análisis del material cerámico en el área bajo intervención de Sanisera arroja unas fechas sobre el momento ocupacional más intenso del área durante el Bajo Imperio y una fase comprendida entre los siglos V y VI d.C., si bien algunas producciones presentes alcanzan siglos posteriores. La presencia de cerámicas como ARS D, Late Roman C, DSP y ánforas orientales, entre otras, evidencia una recepción de materiales de diferentes partes del Mediterráneo (Norte de África, Focea, Galia, Este del Mediterráneo), que corrobora el mantenimiento de las rutas comerciales y la actividad portuaria en el Mediterráneo durante este período, entre las que se encuentran los puertos de Menorca. Si la cerámica atestigua patrones de comercio e intercambio, la moneda, además de indicar las mismas pautas, permite evidenciar las zonas que estaban bajo un control político determinado o, al menos, bajo su influencia. El hallazgo de este tipo de monedas en los estratos de ocupación y abandono del yacimiento, permiten datar el área durante el Bajo Imperio, la ocupación vándala y los primeros momentos del periodo bizantino. Además, no debemos olvidar que, en este caso, la importancia del estudio de las monedas no radica tanto en la fecha en la que fueron acuñadas, sino en los momentos en los que fueron utilizadas y con qué otros elementos se encontraban en asociación. Además, puesto que el área excavada parece presentar un edificio de planta basilical dedicado al culto cristiano, además de otros relacionados con él y una necrópolis en las inmediaciones; es interesante indicar que, en la arqueología cristiana, 2 tal y como afirma F. Retamero2, la existencia de monedas bajoimperiales, vándalas y bizantinas en conjuntos religiosos (basílicas, monasterios, conjuntos episcopales, etc.) apunta hacia una expansión del cristianismo organizado e intercambio de mercancías como reliquias, ánforas, encíclicas y también monedas. La presencia de bronces bajoimperiales de los siglos III y, sobre todo, IV d.C. con acusado desgaste en contextos del siglo V d.C. y siglo VI d.C. (en este último junto con emisiones foráneas, como vándalas y bizantinas), demuestra el vigor en la continuación de su uso3. Además, es en estos dos siglos cuando la reutilización de estas monedas conlleva en ocasiones a su manipulación, con el fin de ajustarlas a los valores y normas metrológicas vigentes, así como asegurar el aumento de circulante disponible. De este modo se observa el cercenamiento o recorte de AE 2 (Centenional) y AE 3 (1/2 centenional) con el fin de conferirles el valor de AE 4 (1/4 centenional), así como la partición de AE 3 y AE 4 para obtener valores equivalentes a emisiones posteriores, como las vándalas4. Por esta razón, muchos autores abogan por al cese del término “residual”5 para estas producciones bajoimperiales, puesto que en gran medida la economía de los siglos V y VI en la Península Ibérica y las Islas Baleares se basó en su utilización. Éste es exactamente el comportamiento monetario detectado en Sanisera, puesto que el gran número de monedas bajoimperiales documentadas presenta un alto nivel de desgaste y se encuentran en estratos fechables de los siglos V y VI d.C., tal y como demuestra su asociación con cerámicas tardías como las ARS D, Late Roman C, DSP, las púnico-ebusitanas tardías y ánforas africanas y orientales. Se trata de monedas del siglo III, pero sobre todo abundan las acuñadas en el siglo IV d.C., especialmente las producciones constantinianas. Así, se constata la reutilización de monedas de finales del siglo III como los antoninianos de Claudio II del tipo Divo Claudio Consecratio, fechada en 270 d.C., y los acuñados por Tétrico I (270-273), Tácito (275-276) y Maximiano Hércules (286 310 d.C.). Tal y como hemos mencionado, son sin duda los bronces del siglo IV los más numerosos, destacando los ½ follis constantinianos y, sobre todo, los AE 3 y AE 4. Son estas dos últimas monedas las más frecuentes en Sanisera dentro del grupo de numerario bajoimperial reutilizado en épocas posteriores a su producción. Retamero, Félix, “Monedas Oscuras”, en Gaceta Numismática, 2005, Número 157. Presencia atestiguada en centros urbanos como Barcino, Iluro, Lucentum y Pollentia. 4 También se inició la producción de imitaciones de baja calidad en la Península, actividad que no ocurrió en las Baleares. 5 Hurtado, T., Mas, P., Ramón, M.A., Rosselló, Mm., “Un nivel de Destrucción del Siglo V d.C. en el Portus Sucronem (Cullera, Valencia). Contexto Material”, en Quad. Preh. Arq. Cast. 26. 2008. Pp: 131. 2 3 3 Destaca el gran número de AE 3 de Constantino I “el Magno” (307-337), Constantino II el Joven (337-340), Constante (337-350) y Constancio II (337-361), destacando de forma indiscutible sobre todos ellos el grupo de AE 4 del ya citado Constantino II. También debe resaltarse la presencia, aunque menor cuantía de las emisiones constantinianas, de los AE 3 de Magencio (350-353), Valentiniano I (364-375) y Graciano (367-383). En cuanto a las emisiones de finales del siglo IV que alcanzan el siglo V se aprecian los AE 4 de Arcadio (383-408). Del siglo V d.C. destacamos un AE 2 y un AE 4 de Gala Placidia (417-450 d.C.), localizado en las campañas de 2012 y 2013 respectivamente. AE 2 de Gala Placidia (417 – 450 d.C.) acuñado en Alejandría (04/2012-1226-02) y AE 4 de la misma emperatriz acuñado en Tesalónica (04/2013-1080-19). Entre los reversos más documentados en estos bronces bajoimperiales destacan los tipos Fel Temp Reparatio (con iconografía de soldado alanceando a un enemigo) y Gloria Exercitus (dos soldados estantes con casco, portando escudo y lanza, con un estandarte en el medio), además de los que recuerdan los votos realizados por los emperadores, del tipo de corona que encierra la leyenda VOT seguida de numerales. AE 3 de Constancio II con reverso de Fel Temp Reparatio (05/2010-1080-44). 4 AE 3 de Constancio II con reverso de Gloria Exercitus (05/2010-1125-11) Otro reverso común es el de la representación de la victoria, por medio de dos figuras femeninas aladas en torno a un altar. AE 3 de Constantino I con representación de la victoria en el reverso (05/2012 -1159-08) Otro reverso de especial interés apareció en una moneda que fue localizada en 2012. Se trata de un AE 2 de Constancio II acuñado en Arles, que presenta en su reverso una alegoría de la expansión de la fe cristiana. Representa a su padre, Constantino I, dentro de una embarcación y acompañado de su mujer Fausta. Mientras ella rema, él permanece estante y portando un crismón. La embarcación simboliza la expansión del cristianismo, liderado por Constantino I, quien legalizó esta religión en el Edicto de Milán (313 d.C.). 5 AE 2 de Constancio II, con reverso simbolizando la expansión del Cristianismo (04/2012-1159-03) Como es común en la evidencia numismática tardoantigua peninsular e insular, muchas de estas emisiones de bronce halladas en Sanisera presentan manipulaciones, de modo que se aprecia cómo una notable cantidad de ellas fueron “partidas” intencionadamente. Así, además de ases y sextercios imperiales fragmentados, son característicos los muchos AE 3 partidos, posiblemente para obtener valor de AE 4; y varios de éstos últimos, a su vez, también presentan partición, que quizás fue realizada en tiempos de la ocupación vándala. Esta práctica en los AE 4 podría deberse a la intención de dotar a estar emisiones con un peso equivalente al nuevo numerario introducido a la llegada de esta población germánica en la mitad del siglo V d.C. AE 2 de Teodosio I fraccionado en cuatro partes para obtener un cuadrante o ¼ de Centenionalis (04/2012-1254-01). Sobre estas monedas bajoimperiales en el puerto de Sanitja destaca también su localización formando parte de tesorillos compuestos, además de este tipo de emisiones, de monedas vándalas, bizantinas e incluso púnicas 6. Hasta el presente se han localizado cuatro tesorillos dentro del denominado “Edificio 10”, situados cerca de las paredes de varias habitaciones. Tal vez se encontrasen originalmente sobre techumbres o vigas que, 6 La reutilización de un numerario tan temprano como el púnico es común en yacimientos tardo-antiguos hispanos, como el caso de Cartago Spartaria, Cartagena (Murcia). Vizcaíno, J., La Presencia Bizantina en Hispania (Siglos VI—VII). La Documentación Arqueológica, Antigüedad y Cristianismo. Monografías Históricas sobre la Antigüedad Tardía, XXIV, Murcia, 2007. Pp: 698. 6 al derrumbarse, quedaron sepultados entre los niveles de escombros7. Tal grado de heterogeneidad demuestra la reutilización de estas emisiones imperiales, junto con numerario nuevo procedente del Norte de África, además de producciones mucho anteriores como las púnicas. El hecho de que se reutilizasen incluso monedas púnicas evidencia que la importancia de las monedas por parte de las autoridades de la época residía en la obtención de un peso y una calidad determinados, independientemente de la acuñación, procedencia y tipo de las monedas utilizadas. En 2103 localizamos un tesorillo más, en este caso en una sala aneja al “Edificio 11”. En el Sector 125, el Tesorillo 4 fue encontrado en una de sus esquinas, conteniendo un total de 9 monedas, todas bajoimperiales a excepción de un nummus vándalo. Tesorillo 4 localizado en el Sector 12 del Edificio 11. Por su parte, el elevado número de emisiones vándalas pone de manifiesto la actividad portuaria de Sanisera durante la ocupación de este pueblo durante la segunda mitad del siglo V y principios del siglo VI d.C. La mayoría de nummi de adscripción vándala fue localizada en los niveles de ocupación y derrumbe del yacimiento. Sin embargo, esto no indica que la fase de abandono se diera tras la ocupación vándala, puesto que, como bien es sabido en muchos yacimientos del litoral peninsular, durante la ocupación bizantina, estas emisiones continuaron siendo utilizadas ampliamente. Se trata de piezas de bronce de reducido tamaño y grosor, que fueron acuñadas en el Norte de África, posiblemente procedentes del foco principal de la capital del reino vándalo en Cartago8. Dentro de estas emisiones existen dos grupos fundamentales: las anónimas (anteriores a 7 Tesorillos de este tipo abundan en contextos tardo-antiguos en diferentes yacimientos, tales como La Alcudia de Elche, la Villa des Fresques y Punta de l’Illa de Cullera, localizado en un conjunto monástico. 8 Pese a que los vándalas también acuñaron monedas en plata, en Santja sólo se han localizado los nummis de bronce. 7 Guntamundo, 484-496) y las que especifican el rey que las acuñó. Desafortunadamente, el acusado desgaste de este numerario no ha posibilitado la identificación de la iconografía y la epigrafía en estos ejemplares, si bien podríamos aventurar que quizás sean producciones del siglo VI d.C.; es decir, de los últimos soberanos como Trasamundo, Hilderico y Gelimero. Esta hipótesis es respaldada por la gran dispersión de esta moneda vándala en los territorios bajo control vándalo o de posterior influencia bizantina, en los que se encuentran junto con numerario tardo-imperial y bizantino en contextos del siglo VI d.C. 9 Monedas vándalas indeterminada en cuyos anversos se intuye el perfil de un monarca (04/2013-1172-04 y 04/2013-1080-21). Otro aspecto a destacar sobre la numismática de Sanisera, que por primera vez se documentó en 2013 y se ha seguido observando en 2014, es la aparición de acuñaciones bárbaras de monedas romanas. Se trata de piezas que aparentemente son romanas, pero que en realidad son copias, seguramente acuñadas en Hispania por pueblos bárbaros, mediante el empleo de cuños romanos. Tanto la métrica, el peso como la iconografía de estas monedas difieren de las propiamente romanas, lo que facilita su identificación como acuñaciones bárbaras. Entre ellas destacan las copias bárbaras de los antoninianos de Claudio II el Gótico, siendo éste un emperador muy querido en Hispania por pueblos bárbaros. A pesar de estar prohibidas estas copias, siguieron realizándose hasta el siglo VI d.C. Según Marot, 2000-2001: 141: “Las monedas del período vándalo documentadas en el sur peninsular y en las islas Baleares permiten observar que, a pesar de la presencia nada despreciable de monedas denominadas vándalas anónimas, probablemente acuñadas con anterioridad al gobierno de Guntamundo (484-496) (Morrisson, 1988: 423-432), existe un predominio numérico de las emisiones fechadas ya en el siglo VI, siendo, sobre todo las atribuidas a Trasamundo (496-523), Hilderico (523-530) y Gelimero (530533), las más abundantes.” Éste es el caso de las monedas vándalas localizadas, por ejemplo en la Calle Alona del barrio de Benalúa (Alicante). 9 8 Acuñaciones bárbaras: imitaciones de ¼ Centenionalis de época constantiniana (04/2013-1288-04) y antoniniano de Claudio II el Gótico (04/2013-1151-12). Tanto el peso como las dimensiones son menores, como se observa en la imagen de la izquierda, donde el cuño romano era más grande que la propia copia. Sobre el numerario bizantino, de momento es difícil establecer tipologías, puesto que, pese a estar documentado en Sanitja, todavía no se han hallado ejemplares que presenten un buen estado de conservación. Se han encontrado, no obstante, algunas piezas de segura atribución bizantina, debido a su metrología, que posiblemente fueran acuñadas por los primeros emperadores que asentaron el dominio de Bizancio en el Oeste del Mediterráneo, incluyendo a las Baleares a partir de 534 d.C. 10 Otras piezas de origen bizantino, relacionadas con el sistema monetario, son los ponderales o exagia. Se trata de piezas de bronce de forma circular o cúbica que presentan iniciales equivalentes a distintos pesos; abundantes en yacimientos tardoantiguos. En Sanisera se han localizado cuatro ejemplares (STE-08-1001-32, STE-08-1018-12, STE-1050-08, 05/2010-1080-08), que prueban la necesidad de comprobar el peso de las monedas para las transacciones, ya que, como se ha mencionado con anterioridad, el valor de las monedas utilizadas en la tardoantigüedad versaba básicamente en el peso de las mismas. Mientras dos de ellos son ilegibles, un ejemplar (STE-2008-1018-12) presenta una L invertida (gamma, representación de una uncia) y una B (valor de 2), resultando en equivalente a dos uncias; mientras que el ponderal STE-09-1050-08 presenta la letra N (valor referido a nomisma). Así, el uso de ponderales también demuestra la permanencia de un comercio activo en esas fechas. 10 Entre ellas destaca una pieza que, por sus dimensiones, bien podría tratarse de un follis de Justiniano I (05/2010-1125-06), cuya iconografía parece haber sido intencionadamente borrada. 9 Ponderal bizantino con representación con valor de dos uncias (STE-08-1018-12) El análisis de la evidencia numismática de Sanisera permite conocer el estado de su economía en los siglos V y VI d.C., basada en los intercambios comerciales por medio de transacciones realizadas con monedas reutilizadas del periodo bajoimperial, así como con nuevas emisiones procedentes del Norte de África, tanto vándalas como bizantinas; llegando a utilizarse los tres tipos indistintamente en los tiempos en que el Imperio de Oriente dominó las Islas Baleares junto con otros territorios del Mediterráneo occidental. La presencia de estos numerarios, junto con las cerámicas tardías con las que comparten cronología, permite establecer que el comercio no se encontraba en retroceso, como normalmente se asumía para este periodo en los territorios del desaparecido Imperio Romano de Occidente. La llegada de nuevas monedas, primero vándalas y luego bizantinas, más la reutilización de otras más antiguas, ponen de manifiesto la necesidad de obtener piezas monetarias con las que poder realizar transacciones. Además, debido a esta reutilización, que a menudo implicaba una transformación de las piezas monetarias, el uso de ponderales era necesario para equiparar los valores dados por el peso de las diferentes monedas empleadas . 10