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Habitat International Coalition
- 2016-11-25 11:58
Principios directrices: Aplicados a seguridad legal de la tenencia
Los principios enunciados en los artículos introductorios de todos los principales tratados internacionales de
derechos humanos afirman estándares de justicia que surgen de los sistemas legales principales del mundo.
Estos incluyen principios de aplicación inmediata, tales como los derechos inalienables a la autodeterminación,
la no-discriminación en general, la Equidad de género, y la fuerza de ley, incluyendo el acceso a la justicia y la
aplicación nacional de los derechos humanos contemplados en cada tratado, en particular por medio de la
adopción de medidas legislativas. Aplicados a la seguridad de tenencia representan instrumentos de
monitoreo del Derecho a Vivienda Adecuada.
Autodeterminación
Aplicado a la seguridad en la tenencia, el principio absoluto de autodeterminación, en su expresión clásica,
significa que toda persona tiene el inalienable derecho a establecer los términos de la tenencia de la tierra y
vivienda en su unidad administrativa y territorial. Los estándares internacionales relativos a los derechos a la
propiedad estipulan que toda persona tiene el derecho “derivado del disfrute pacífico y sin oposición” a poseer
una propiedad en lo personal o en asociación con otros(as) y tiene el derecho a no verse privada
arbitrariamente de esa propiedad.[1] Este derecho a la tenencia deberá incluir una diversidad de
estipulaciones, entre ellas el título de propiedad individual y colectiva, independientemente de que esté
acompañado de un título de propiedad como tal.
Ello significa que: “Sea cual fuere el tipo de tenencia, todas las personas deben gozar de cierto grado de
seguridad de tenencia que les garantice una protecciónlegal contra el desahucio, el hostigamiento u otras
amenazas.” Ad Minimum, los Estados deben “adoptar inmediatamente medidas destinadas a conferir
seguridad legal de tenencia a las personas y los hogares que en la actualidad carezcan de esa protección
consultando verdaderamente a las personas y grupos afectados.” Por tanto los pueblos como tales u otras
personas afectadas requieren ejercer su autodeterminación, garantizada mediante “consultando
verdaderamente”, con el fin de hacer cumplir y asegurar la tenencia, independientemente del tipo de tenencia
que se tratare.
No-discriminación
Aplicado a la seguridad de la tenencia, el principio de no discriminación evita que tanto las personas como los
grupos queden privados de oportunidades de acceso a la seguridad de la tenencia, para ello es importante el
cumplimiento de la legislación, se dé protección y se realicen acciones de reparación, que no nieguen el
derecho a la vivienda por pertenecer a un grupo étnico determinado, por el color de la piel, credo, género,
sexo, por la orientación sexual, opiniones políticas, condición social o económica, idioma, discapacidad física,
propiedad, tipo de trabajo legítimo, ascendencia o cualquier otra razón o criterio arbitrario. Para los pueblos
indígenas, tribus y otros pueblos basados en un territorio, los Estados tienen la obligación de reconocer sus
sistemas de tenencia en la legislación y en los asuntos administrativos que les concierne. De igual forma,
ningún Estado tiene autoridad legal para discriminar de jure o de facto a ninguna persona o grupo, de manera
que ponga en peligro o niegue la seguridad de la tenencia de la tierra, particularmente cuando resulte
injustamente ventajoso para un tercero. Esto es válido para prácticas como el nepotismo y otras formas de
corrupción que benefician desproporcionadamente a los miembros de la familia o partidarios políticos,
asimismo es válido para las preferencias otorgadas a grupos, las cuales son causa de sectarismo o conflictos
intercomunitarios.La legislación pública internacional hace un llamado para que los Estados den especial
atención a las personas o grupos que han estado sujetos, en el pasado o presente, a la discriminación. Para
ello se propone la puesta en marcha de programas de acción afirmativa que compensen los patrones vigentes
de privación.[2] Dicha acción afirmativa se encuentra en el centro mismo de los principios legales del CESCR
que, en el marco del Artículo 11, señala que los Estados tienen la obligación de “...conferir seguridad legal de
tenencia a las personas y los hogares que en la actualidad carezcan de esa protección...”.[3]
La Equidad de Género
La pobreza aunada a otras condiciones (esto es, clase, ser indígena, refugiada, emigrante, pertenecer a una
casta, la orientación sexual, pertenecer a una minoría étnica, la edad, discapacidad, viudez, condición de
ciudadanía o nacionalidad, entre otras) profundizan la marginación de las mujeres en cuanto a ser propietarias
de su casa. En el contexto de la creciente feminización de la pobreza, el acceso cada vez menor que las
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mujeres tienen a la seguridad de la tenencia las coloca, cada vez más, en situaciones donde carecen de
vivienda adecuada (incluida la negación a la tenencia segura de la misma) o simplemente dejándolas de lado
en la lucha por conseguir recursos siempre escasos.Se entiende que el libre ejercicio de la propia cultura
(adecuación cultural) significa permitir la elección y expresión cultural en el marco de los derechos humanos;
esto es, dentro de los límites que impone la afectación negativa de los derechos de otras/otros. Sin embargo,
mantener o tolerar una práctica desigual de los derechos para garantizar la tenencia, herencia y otros
derechos económicos/sociales/culturales no resulta consistente con el presente marco y será violatorio tanto
de las disposiciones de igualdad de género que establece el Pacto Internacional, como las disposiciones de la
Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (1969).[4]
La fuerza de ley
De haber controversia en relación con la tenencia, los Estados están obligados a garantizar que se aplique la
fuerza de ley en un contexto de igualdad, inalienabilidad y universalidad de los derechos, particularmente en
relación con el derecho humano a la vivienda adecuada. En los casos en que las instancias públicas (esto es,
juzgados o policía) asuman un papel en la disputa por la tenencia, tienen la responsabilidad de guiarse según
las obligaciones que el Estado tiene para con los derechos humanos y evitar cualquier violación del derecho a
la vivienda incluido el desahucio ilegal o cualquier otra forma de violencia, u otro comportamiento punitivo
inconsistente con los principios de (1) presunción de inocencia hasta tanto se pruebe lo contrario y, en caso
del uso de la fuerza, (2) su necesidad y (3) proporcionalidad.
El Estado que se guíe por la ley, sus agentes e instancias, no deberán restringir arbitrariamente la tenencia de
la vivienda o ejercer ninguna forma de discriminación arbitraria en contra del propietario. Los/las ciudadanos
que hayan perdido injusta o ilegalmente la tenencia de su vivienda tienen derecho al libre acceso a soluciones
legales, incluida la compensación a la víctima, ante lo cual el Estado mantiene la obligación correspondiente.
No regresividad / realización progresiva
Las dependencias y agentes del Estado, así como los lineamientos en su política y legislación, deben
garantizar que las disposiciones para la tenencia de la vivienda salvaguarden cada vez más la tenencia y
garanticen el mejoramiento progresivo del derecho a la vivienda de toda persona que habite un hogar. Esto
quiere decir que las nuevas leyes o políticas, así como la tendencia en el comportamiento y prácticas oficiales
deben mejorarse y avanzar en dirección de una mayor justicia para todas y todos, al tiempo que protegen a la
población más vulnerable o que es víctima de la pérdida o deterioro de cualquier derecho a la tenencia de la
tierra o vivienda. Asimismo, significa que dichas partes deben desarrollar mayor capacidad para proporcionar
alivio a todas y todos cuantos han perdido sus hogares o refugios.
Cooperación internacional
La cooperación internacional para el desarrollo debe llevar a mejorar la protección para la seguridad de la
tenencia, ya sea por medio de la mejora de la capacidad administrativa, de gobierno, la provisión de servicios
o cooperación técnica de naturaleza material. Cualquier cooperación transfronteriza e inversión en
asentamientos humanos y/o en otro sector no debe afectar negativamente la seguridad de la tenencia. Los
Estados deben insistir en que cualquier asistencia internacional debe respetar y, cuando sea posible, mejorar
la seguridad en la tenencia de vivienda adecuada, especialmente para aquella población más vulnerable.[1]
Como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 17.[2] Para una guía más
completa de las obligaciones legales relativas a la instrumentación inmediata del principio de no
discriminación aplicado a los derechos a la vivienda, véase el informe del Special Rapporteur sobre Adequate
Housing (Vivienda Adecuada) E/CN.4/2002/59.[3] Observación General núm. 4, “Seguridad jurídica de la
tenencia,” op. cit., para. 8 (a).[4] La Convención de Viena, en su artículo 27 establece que: "[Una] parte no
podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado", y
el principio de ley consuetudinario que emerge del artículo 8 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el cual establece que: "Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales
nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por
la constitución o por la ley."Fuente: HLRN Toolkit 2005
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