Número de registro: 19926 Novena Época Instancia: Segunda Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 159/2006-SS.
Número de registro: 19926
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXV, Enero de 2007
Página: 1307
CONTRADICCIÓN DE TESIS 159/2006-SS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL SEGUNDO CIRCUITO,
EL SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL CUARTO
CIRCUITO Y EL ENTONCES TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO NOVENO
CIRCUITO.
MINISTRO PONENTE: GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL.
SECRETARIO: JAVIER ARNAUD VIÑAS.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente
para conocer de la presente denuncia de contradicción de tesis, de acuerdo con lo dispuesto
en los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución General de la República; 197-A de la
Ley de Amparo; 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y
Acuerdo Plenario 5/2001, de veintiuno de junio de dos mil uno, en virtud de que las
ejecutorias de las que deriva la denuncia corresponden a la materia laboral, en cuyo
conocimiento está especializada esta Segunda Sala.
SEGUNDO. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, en términos de
lo dispuesto por el artículo 197-A de la Ley de Amparo, toda vez que la formuló el
Magistrado Abraham Calderón Díaz integrante del Segundo Tribunal Colegiado en Materia
de Trabajo del Cuarto Circuito.
TERCERO. El Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Cuarto Circuito, al
resolver en sesión de once de agosto de dos mil seis el amparo directo 118/2006, promovido
por Alberto Guerrero González, se apoyó en las siguientes consideraciones:
"En otro tenor, en su tercer concepto de violación, el quejoso argumenta que la propuesta de
reinstalación es de mala fe, en virtud de que la misma es violatoria de lo dispuesto por el
artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, conforme al cual los plazos para el pago del salario
nunca podrán ser mayores de una semana para las personas que desempeñen un trabajo
material, por lo que el plazo para el pago del salario del demandante nunca podrá exceder de
una semana; sin embargo, la demandada dolosamente ofrece la reincorporación al empleo
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con el pago del salario en forma quincenal, lo que demuestra la mala fe. Destacó que
desempeña el puesto de ayudante de sistema de fabricación, lo que implica que en ese
proceso se tenga forzosamente que desarrollar un trabajo material.
"Luego, -advirtió-, si la empleadora ofrece el empleo con el pago del salario en forma
quincenal, violenta la prohibición expresa del artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo y la
obligada consecuencia es que se considere la oferta de trabajo de mala fe; pues
independientemente de los plazos en que se haya pagado el salario con anterioridad al
despido, para la calificación de la oferta del empleo deben analizarse las condiciones en que
éste se desarrollará a futuro, con independencia de la forma en que se haya desempeñado
anteriormente, por ser de orden público, y aun en el supuesto no concedido de que hubiera el
actor consentido que se le cubriera quincenalmente, tal consentimiento resultaría nulo.
"Concluyó el quejoso refiriendo que las condiciones en que se ofrece el empleo, como lo es
el salario y el plazo para su pago, afecta directamente su derecho establecido tanto en el
artículo 123, apartado A, fracción XXVII, inciso c), de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, que expresamente dispone: ‘Artículo 123. ... A. ... XXVII. Serán
condiciones nulas y no obligarán a los contratantes, aunque se expresen en el contrato ... c)
Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la percepción del jornal; como en el
artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, conforme al cual los plazos para el pago del salario
nunca podrán ser mayores de una semana para las personas que desempeñen un trabajo
material, resultando de todo ello que la conducta adoptada por el patrón no revela una
verdadera intención de que continúe la relación laboral.’
"Deviene infundado lo expuesto por el peticionario de garantías.
"Antes, debe indicarse que para la calificación del ofrecimiento de trabajo hecho por primera
vez, deben tenerse en cuenta únicamente los siguientes elementos, a saber:
"a) Las condiciones fundamentales de la relación laboral, como el puesto, salario, jornada u
horario;
"b) Si esas condiciones afectan o no los derechos del trabajador establecidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Ley Federal del Trabajo, o en
el contrato individual o colectivo de trabajo, sin que sea relevante que el patrón oponga
excepciones, siempre que no impliquen la aceptación del despido, toda vez que el artículo
878, fracciones II y IV, de la ley mencionada, permite al demandado defenderse en juicio.
"Requisitos los anteriores que quedaron satisfechos en el caso particular, habida cuenta que el
ofrecimiento de trabajo se hizo en condiciones acordes a las normas establecidas en la Ley
Federal del Trabajo; de ahí que el hecho de que al momento de proponer la reinstalación se
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haya hecho con el pago del estipendio en forma quincenal, no constituyen obstáculo para
considerar de buena fe la oferta patronal de reincorporación al empleo, pues ésta -como se
dijo- atendió a aspectos fundamentales de las condiciones del trabajo, como son categoría,
salario y horario de labores.
"Tiene aplicación la jurisprudencia emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en la página 243, Tomo XVI, diciembre de 2002, Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del tenor siguiente:
"‘OFRECIMIENTO DEL TRABAJO EN LOS MISMOS TÉRMINOS EN QUE SE VENÍA
DESEMPEÑANDO. PARA CALIFICARLO ES INNECESARIO ATENDER A LA FALTA
DE PAGO DE PRESTACIONES ACCESORIAS, PUES ELLO NO ALTERA LAS
CONDICIONES FUNDAMENTALES DE LA RELACIÓN, NI IMPLICA MALA FE.’ (se
transcribe).
"Por otra parte, para efecto de calificar el ofrecimiento de trabajo, sirve destacar que en el
presente caso el patrón no pretendió que el trabajador regresara con un salario menor, con
una categoría inferior, ni con una jornada u horario de trabajo mayor, además de que la
propia patronal reinstaló al trabajador el diez de mayo de dos mil cinco en las labores que
venía desempeñando (foja 95); entonces, resulta infundado que en la oferta de trabajo exista
dolo por parte del patrón, pues considerando los antecedentes aquí expuestos, no se advierte
que exista una voluntad maliciosa que pretenda engañar al obrero o la intención de incumplir
la obligación contraída con el propio trabajador.
"Ahora bien, el artículo 123, apartado A, fracción XXVII, inciso c), de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, expresamente dispone:
"‘Artículo 123. ...
"‘A. ...
"‘XXVII. Serán condiciones nulas y no obligarán a los contratantes, aunque se expresen en el
contrato ...
"‘c) Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la percepción del jornal; ...’
"Asimismo, debe destacarse que el propio artículo 123 constitucional, en las fracciones VI,
VIII, X y XI, así como la propia fracción XXVII, en sus incisos b) y d), dispone lo siguiente:
"‘VI. Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o
profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos
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se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en profesiones, oficios o
trabajos especiales.
"‘Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades
normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la
educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijarán
considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas.
"‘Los salarios mínimos se fijarán por una comisión nacional integrada por representantes de
los trabajadores, de los patrones y del gobierno, la que podrá auxiliarse de las comisiones
especiales de carácter consultivo que considere indispensables para el mejor desempeño de
sus funciones.
"‘...
"‘VIII. El salario mínimo quedará exceptuado de embargo, compensación o descuento.
"‘...
"‘X. El salario deberá pagarse precisamente en moneda de curso legal, no siendo permitido
hacerlo efectivo con mercancías, ni con vales, fichas o cualquier otro signo representativo
con que se pretenda sustituir la moneda.
"‘XI. Cuando, por circunstancias extraordinarias deban aumentarse las horas de jornada, se
abonará como salario por el tiempo excedente un 100% más de lo fijado para las horas
normales. En ningún caso el trabajo extraordinario podrá exceder de tres horas diarias, ni de
tres veces consecutivas. Los menores de dieciséis años no serán admitidos en esta clase de
trabajos.
"‘...
"‘XXVII. Serán condiciones nulas y no obligarán a los contrayentes, aunque se expresen en
el contrato:
"‘...
"‘b) Las que fijen un salario que no sea remunerador a juicio de las Juntas de Conciliación y
Arbitraje.
"‘...
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"‘d) Las que señalen un lugar de recreo, fonda, café, taberna, cantina o tienda para efectuar el
pago del salario, cuando no se trate de empleados en esos establecimientos.’
"En este sentido, de la parte relativa del precepto constitucional previamente transcrito, se
desprende que el Poder Constituyente cuando refiere a la percepción que habrían de recibir
los obreros por su trabajo, lo refiere como ‘salario’, salvo la excepción hecha en el inciso c)
de la fracción XXVII del mismo precepto de la Carta Magna, que establece que serán
condiciones nulas y no obligarán a los contratantes, las que estipulen un plazo mayor de una
semana para la percepción del ‘jornal’.
"Así las cosas, de una interpretación integral e histórica del artículo 123 constitucional, este
tribunal considera dadas las circunstancias económicas, políticas y sociales del país en el año
de mil novecientos diecisiete (tiempo de la redacción del referido precepto constitucional),
que cuando el Poder Constituyente precisó e hizo la distinción en el inciso c) de la fracción
XXVII, que serían nulas las condiciones que estipulasen un plazo mayor de una semana para
la percepción del ‘jornal’, se refería precisamente a los jornaleros, a los que ejecutaban
trabajos por jornal o destajo, que eran justamente los trabajadores de la tierra, ya fuera en una
empresa agrícola, ganadera o forestal, dentro de los cuales, por cierto, no se encuentra
ubicado el ahora quejoso quien se desempeña como ayudante de sistema de fabricación.
"En este tenor, cabe destacar que las consideraciones anteriores referentes al concepto de
violación en estudio, se robustecen al considerar que las condiciones de los trabajadores tanto
del campo como de la ciudad, en la década de mil novecientos diez, en general eran diversas
y de mayor desventaja que las que imperan actualmente, pues en ese tiempo la fuerza obrera
en su mayoría carecía de prestaciones de seguridad social, así como de diversos incentivos
económicos resultados de conquistas laborales; de ahí que ante tal carencia de prestaciones se
haya considerado en forma específica que el jornal del campesino se debía de pagar en un
plazo no mayor a una semana.
"A mayor abundancia (sic), si la oferta de trabajo que realizó el aquí tercero perjudicado fue
con el salario de ciento ochenta y siete pesos con veinte centavos diarios, pagaderos
quincenalmente ($2,808.00), se evidencia que ese salario es superior en más de cuatro veces
al salario mínimo general para esta área geográfica en la época del despido, lo que le permite
prever la distribución de su ingreso para satisfacer sus necesidades en un periodo mayor a los
siete días.
"En este orden de ideas, se destaca que el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, refiere:
"‘Artículo 88. Los plazos para el pago del salario nunca podrán ser mayores de una semana
para las personas que desempeñan un trabajo material y de quince días para los demás
trabajadores.’
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"No obstante, en atención a lo previamente expuesto, es válido considerar que no existe mala
fe en el ofrecimiento del trabajo al efectuarlo con el pago del salario al trabajador en forma
quincenal, no semanal, y (sic) aun cuando la labor de éste sea de carácter material, y no
semanal (sic), puesto que de la exégesis de lo dispuesto por los artículos 51, fracción IV y 88
de la Ley Federal del Trabajo (este último con una redacción análoga al artículo 87 de la Ley
Federal del Trabajo de 1931), se colige que el espíritu del legislador, en cuanto al plazo para
el pago del salario, es el de proteger al trabajador para que éste reciba del patrón la
retribución correspondiente por la labor desempeñada en espacios más o menos cortos (8 y
15 días); y, por tanto, el hecho de que reciba su salario cada quince días, no implica mala fe
en la oferta de trabajo.
"Al respecto, se comparte el criterio sustentado por el Tribunal Colegiado del Décimo
Noveno Circuito, en la tesis número 19.1o. J/4, consultable en la página 687, en el Semanario
Judicial de la Federación, Tomo II, Segunda Parte-2, julio a diciembre de 1988, Octava
Época, que dispone:
"‘SALARIO, PAGO DEL, EN PLAZOS DISTINTOS DEL SEMANAL. NO CONSTITUYE
FALTA DE PROBIDAD.’ (se transcribe)."
CUARTO. El entonces Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, al resolver en
sesión de catorce de abril de mil novecientos ochenta y ocho el juicio de amparo directo
189/1987 promovido por Porfirio Gutiérrez Castillo y otro, se apoyó -en lo conducente- en
las siguientes consideraciones:
"En efecto, se estiman infundados, porque contra lo alegado por los quejosos, la Junta
responsable determinó de manera correcta que el pago del salario en forma quincenal no
actualiza la causa de rescisión prevista por el artículo 51, fracción II, de la Ley Federal del
Trabajo, porque el espíritu del legislador al establecer en el artículo 88 de la Ley Federal del
Trabajo, los plazos para el pago del salario, es el de que el trabajador reciba del patrón la
justa retribución por el trabajo ordinario en espacios más o menos cortos o periódicos (8 y
15) días, y que si se produce el incumplimiento fuera de estos términos, tenga el trabajador la
facultad de rescindir la relación de trabajo, de conformidad con el artículo 51, fracción V, de
la citada ley, y como quiera que sea en la especie sen han venido pagando a los quejosos los
salarios que fijó la Comisión Nacional de Salarios Mínimos en el centro de trabajo, hecho
que ellos mismos consintieron, hace evidente de que no obstante que se trata de un trabajo
material, no se causa perjuicio con ello a los promoventes del amparo, pues esta circunstancia
no riñe con lo preceptuado en el artículo 88 de la ley laboral, sino que viene a
complementarlo dadas las condiciones de trabajo de la empresa, y tan es así, que lo ordenado
por el mencionado artículo 88 no se incluye dentro de las causas de rescisión que contempla
el multicitado artículo 51 de la ley en consulta. En otras palabras, el percibir el salario cada
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quince días en vez de semanal, no implica falta de probidad, pues no atenta los términos del
contrato sino que atañe exclusivamente a periodicidad en el pago."
El mismo órgano jurisdiccional, al resolver en sesión de veintiuno de abril de mil novecientos
ochenta y ocho el amparo directo 502/1987, promovido por José Contreras Martínez,
determinó:
"Resulta infundado el concepto de violación hecho valer por el quejoso, en el sentido de que
al haber acreditado que su trabajo era material y que recibía su salario en forma decenal y no
cada ocho días, como lo establece el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, deba
concluirse que el demandado incurrió en falta de probidad u honradez; toda vez que tal forma
de pago no contraviene el citado precepto, porque al relacionar el mismo con lo dispuesto por
el diverso 51, fracción IV, del señalado ordenamiento, se colige que el espíritu del legislador
en cuanto al plazo para el pago del salario, es el de proteger al trabajador para que éste reciba
del patrón la retribución correspondiente por la labor desempeñada en espacios más o menos
cortos (8 y 15 días); en tanto que en la especie se ha venido pagando al actor su salario en
forma decenal, hecho que consintió tácitamente durante un año, tres meses,
aproximadamente, por lo cual debe concluirse que aun cuando se trata de un trabajo material,
no se causa perjuicio alguno al trabajador, tan es así, que lo ordenado por el artículo 88 del
código laboral no se incluye dentro de las causas de rescisión que contempla el 51 del
ordenamiento legal en consulta. En otras palabras, al percibir el salario cada diez días y no en
forma semanal, no implica falta de probidad u honradez, puesto que si por falta de probidad u
honradez debe entenderse el no proceder rectamente en las funciones legalmente
encomendadas, apartándose de las obligaciones que se tienen a cargo o actuar en contra de
las mismas, de donde resulta evidente que la conducta de la demandada no se aparta de lo
precisado y, por ende, esto hace improcedente la acción de rescisión de la relación laboral
intentada por el trabajador, consistente en falta de probidad y honradez. Sirve de apoyo a lo
anterior, la tesis jurisprudencial número 220, publicada en la página 204, Quinta Parte, Cuarta
Sala, del último Apéndice del Semanario Judicial de la Federación, que aparece bajo el rubro:
‘PROBIDAD U HONRADEZ, FALTA DE. CONCEPTO.’ (se transcribe)."
En sesión de diecinueve de mayo de mil novecientos ochenta y ocho, al resolver el amparo
directo 92/1987, promovido por Raymundo Crespo Quintanilla, sostuvo:
"Ahora bien, no puede estimarse de mala fe el ofrecimiento de trabajo como lo pretende el
quejoso, pues aun cuando el demandado aceptó de manera tácita la afirmación del actor en el
sentido de que se le pagaba cada doce días y no semanalmente por el trabajo material que
desempeñaba, ya que sólo expuso que le cubría el sueldo de acuerdo a lo estipulado sin hacer
referencia a si era por semana o cada doce días, ello no implica que la oferta del trabajo fuera
de mala fe, si se atiende a que tal forma de pago no contraviene las disposiciones legales que
señala el artículo 88 de la Ley del Trabajo, porque el espíritu del legislador respecto de los
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plazos para el pago del salario, es el de que el trabajador reciba del patrón la justa retribución
por el trabajo ordinario en espacios más o menos cortos o periódicos (8 y 15 días), y si se
produce el incumplimiento fuera de estos términos tenga el trabajador la facultad de rescindir
la relación de trabajo, de conformidad con el artículo 51, fracción V, de la citada ley, y como
quiera que sea, en la especie se ha venido pagando al quejoso el salario base en un plazo de
doce días, hecho consentido por el actor, hace evidente que no obstante que se trata de un
trabajo material, no se causa perjuicio con ello con lo preceptuado en el artículo 88 de la ley
laboral, sino que viene a complementarlo, dadas las condiciones de trabajo que realizaba, y
tan es así, que lo ordenado por el mencionado artículo 88 no se incluye dentro de las causas
de rescisión que contempla el multicitado artículo 51 de la ley en consulta. En otras palabras,
el percibir el salario cada doce días en vez de semanal, no implica falta de probidad, pues no
atenta los términos del contrato, sino que atañe exclusivamente a periodicidad en el pago."
En el amparo directo 367/1987, promovido por Tomás Bocanegra Márquez y otros, resuelto
en sesión de veinticuatro de agosto de mil novecientos ochenta y ocho, estimó:
"IV. Son inoperantes los conceptos de violación aducidos por los apoderados de los quejosos.
Frente a su afirmación de que rescindieron sus contratos de trabajo el veinte y el veinticuatro
de agosto de mil novecientos ochenta y cinco, aun suponiendo que Elio Rodríguez de León e
Isidro Ortiz Vázquez no hayan incurrido en abandono de sus labores, y que por lo que
concierne a Tomás Bocanegra Márquez, Porfirio de La Rosa Márquez y Ramón Martínez
Moreno, no hayan concluido el veintitrés del mismo mes la obra para la que fueron
contratados, se destaca la circunstancia de que la cuestión materia de la litis estribó en
determinar si el pago decenal del salario es o no causa justificada para rescindir el contrato de
trabajo, y cabe señalar que al resolver los juicios de amparo directo números 189/87 y 92/87
promovidos en su orden por Porfirio Gutiérrez Castillo y Raymundo Crespo Quintanilla,
según ejecutorias de cuatro de abril y diecinueve de mayo de mil novecientos ochenta y ocho,
este tribunal sostuvo el criterio de que en esa hipótesis no existe falta de probidad y honradez
del patrón, y que no se surte motivo alguno para que el trabajador dé por terminada
unilateralmente la relación laboral, pues en tal caso, no se advierte mala fe, ni engaño, ni
abuso que redunde en perjuicio de aquél. En consecuencia, por las condiciones que
anteceden, debe negarse la protección federal solicitada."
Y en la sentencia pronunciada en sesión de veintiséis de octubre de mil novecientos ochenta y
ocho, relativa al amparo directo 531/1987, promovido por María Cruz Chávez, consideró:
"En efecto, resultan infundados en virtud de que la Junta responsable estuvo en lo correcto al
absolver en su laudo combatido a los demandados personas físicas Abel Cardona y Sandra de
Cardona, ya que los también demandados Óscar Martínez Páez y María Angélica Caballero
Reyes, aceptaron la relación laboral con la actora María Cruz Chávez; en consecuencia,
asumieron la responsabilidad que deriva de esa relación, quedando de esa forma protegidos
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los derechos de la trabajadora actora. Por otra parte, debe decirse que contra lo aducido por la
quejosa, la Junta responsable determinó de manera correcta que el pago del salario en forma
quincenal no actualiza la causa de rescisión prevista por el artículo 51, fracción II, de la Ley
Federal del Trabajo, porque el espíritu del legislador al establecer en el artículo 88 de la
citada legislación laboral, los plazos para el pago de salario, es el de que el trabajador reciba
del patrón justa retribución por el trabajo ordinario en espacios más o menos cortos o
periodos (8 y 15) días, y que si produce el incumplimiento fuera de estos términos, tenga el
trabajador facultad de rescindir la relación de trabajo, de conformidad con el referido artículo
51, fracción V, y como quiera que sea, en la especie se han venido pagando a la quejosa los
salarios en el centro de trabajo, hecho que ella misma consintió, hace evidente de que no
obstante que se trata de un trabajo material, no se causa perjuicio con ello a la promovente
del amparo, pues esta circunstancia no riñe con lo preceptuado en el citado artículo 88 de la
ley laboral, sino que viene a cumplimentarlo dadas las condiciones de trabajo del patrón, y
tan es así, que lo ordenado por el mencionado artículo 88 no se incluye dentro de las causas
de rescisión que contempla el multicitado artículo 51 de la ley en consulta. En otras palabras,
el percibir el salario cada quince días en vez de semanal, no implica falta de probidad, pues
no atenta a los términos del contrato sino que atañe exclusivamente a periodicidad en el pago.
Este criterio se apoya en el sustentado por este Tribunal Colegiado al resolver los juicios de
amparo directo números 189/87 y 92/87 en fechas 14 de abril y 19 de mayo de 1988,
respectivamente."
El criterio sostenido en las ejecutorias transcritas en este considerando integró la
jurisprudencia XIX.1o. J/4 publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Octava
Época, Tomo II, Segunda Parte-2, julio a diciembre de 1988, página 687, de rubro y texto
siguiente:
"SALARIO, PAGO DEL, EN PLAZOS DISTINTOS DEL SEMANAL. NO CONSTITUYE
FALTA DE PROBIDAD. El patrón no incurre en falta de probidad u honradez al efectuar el
pago del salario al trabajador en forma decenal, aun cuando la labor de éste sea de carácter
material, y no semanal, puesto que de la exégesis de lo dispuesto por los artículos 51,
fracción IV y 88 de la Ley Federal del Trabajo, se colige que el espíritu del legislador, en
cuanto al plazo para el pago del salario, es el de proteger al trabajador para que éste reciba del
patrón la retribución correspondiente por la labor desempeñada en espacios más o menos
cortos (8 y 15 días); y, por tanto el hecho de que reciba su salario cada diez días, no causa
perjuicio alguno al trabajador, tan es así que la infracción del artículo 88 de la ley laboral no
se incluye entre las causas de rescisión que contempla el 51 del citado ordenamiento."
No pasa inadvertido que las copias certificadas de las sentencias pronunciadas por el entonces
Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, fueron solicitadas al Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del mencionado circuito, de conformidad
con el Acuerdo General 62/2004 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la
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fecha de inicio de especialización, nueva denominación y competencia de los Tribunales
Colegiados del Décimo Noveno Circuito, con residencia en Ciudad Victoria, Tamaulipas, así
como a las reglas de turno, sistemas de recepción y distribución de asuntos entre los
mencionados Tribunales Colegiados, por ser de naturaleza laboral y que dicho órgano
jurisdiccional les asignó nuevos números para la realización de las actuaciones requeridas,
como sigue: AD. 611/2006-I, AD. 612/2006-I, AD. 610/2006-I, AD. 613/2006-I y AD.
609/2006-I, respectivamente.
QUINTO. El Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Segundo Circuito al resolver en
sesión de seis de noviembre de dos mil tres el amparo directo 767/2003, promovido por Juan
Antonio Carmona Salinas, en lo conducente, sostuvo:
"e) Finalmente, el ahora peticionario de garantías aduce que en el ofrecimiento de trabajo se
indicó que se le cubriría el salario en forma quincenal, en contravención a lo previsto en el
artículo 88 de la ley de la materia, en cuyo cumplimiento debería pagársele cada semana.
"Es fundado este razonamiento.
"Ciertamente, para determinar si existe ánimo sincero del patrón para que la relación laboral
continúe vigente luego del conflicto surgido con motivo del despido que se hace valer en la
demanda, esto es, para determinar si existe buena fe, la autoridad debe examinar no sólo si se
respetan las condiciones de trabajo manifestadas por quien presta el servicio o si se mejoran,
pues serán las que rijan el nexo contractual a partir de que la reinstalación se practique, en
caso de aceptación de la propuesta, sino también debe analizar la legalidad de dichas
condiciones.
"Ahora bien, del laudo combatido no se advierte que la responsable haya analizado ese
aspecto, lo que condujo a la responsable a emitir una calificación equivocada de la oferta de
empleo, pues no podía ser de buena fe, si se le proponía al trabajador desempeñar sus
servicios en forma ilegal, contrariando lo dispuesto en el artículo 88 de la Ley Federal del
Trabajo, a cuyo tenor, los plazos para el pago del salario nunca podrán ser mayores de una
semana para las personas que desempeñen un trabajo material como es el caso, y de quince
días para los demás trabajadores, máxime si se toma en cuenta que el trabajador a través de
su promoción consultable a fojas sesenta y dos, precisó lo siguiente:
"‘Que una vez que me informó mi apoderado en el presente asunto, que la demandada
Tratados de Teoloyucan, S.C., al contestar mi demanda se encuentra ofreciéndome el trabajo;
considero su conducta contradictoria con el despido injustificado de que fui objeto en mi
empleo. Al decir de mi apoderado, dicha oferta de trabajo es con el solo objeto de revertirme
la carga probatoria del despido. Sin embargo, y no obstante lo anterior, vengo por medio del
presente escrito a manifestar que acepto el ofrecimiento del trabajo, ya que no he podido
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conseguir empleo y, por tanto, solicito se señale día y hora para mi reinstalación formal y
materialmente en el trabajo.
"‘Es de hacer notar, que dicha aceptación obedece única y exclusivamente a mi necesidad de
trabajo; que insisto en el despido injustificado de que fui objeto en mi empleo; que tal
aceptación no implica mi conformidad con el pago de mis salarios por periodos de quince
días; puesto que, salvo error de apreciación personal, se me deben liquidar en forma semanal
por tratarse de un trabajo material, como lo establece el artículo 88 de la Ley Federal del
Trabajo.’
"En ese orden de ideas, aun cuando en su demanda no precisara cada cuándo debía pagarle el
patrón, ello es intrascendente, porque de cualquier manera el ofrecimiento de trabajo debe
hacerse en términos legales.
"Son de citarse, en mérito de la razón jurídica sustancial que expresan, respecto de la
prestación de servicios, en forma contraria a la prevista legalmente, las tesis aisladas IV.3o.8
L, del Tercer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Tomo II, de julio de 1995, en la página 251, que dice:
"‘OFRECIMIENTO DE TRABAJO. ES DE MALA FE CUANDO SE OFRECE CON UN
SALARIO INFERIOR AL MÍNIMO PROFESIONAL.’ (se transcribe).
"Y la del Tribunal Colegiado del Décimo Tercer Circuito, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación, Volúmenes 163-168, Sexta Parte, en la página 61, del tenor siguiente:
"‘DESPIDO, NEGATIVA DEL, Y OFRECIMIENTO DEL TRABAJO CON SALARIO
INFERIOR AL MÍNIMO. IMPLICA MALA FE.’ (se transcribe)."
Ese criterio se plasmó en la tesis II.T.259 L publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, enero de 2004, página 1574, que
establece:
"OFRECIMIENTO DE TRABAJO. ES DE MALA FE CUANDO EL PATRÓN PROPONE
QUE LOS SALARIOS SE PAGUEN EN FORMA QUINCENAL Y EL TRABAJADOR
DESEMPEÑA ACTIVIDADES MATERIALES. Para que el ofrecimiento de trabajo sea
calificado de buena fe, la autoridad no sólo debe examinar si se respetan las condiciones de
trabajo manifestadas por quien presta el servicio o si se mejoran, sino también está obligada a
analizar la legalidad de dichas condiciones; por tanto, si en el juicio el actor manifiesta que su
trabajo consistía en realizar actividades materiales, y el patrón al contestar la demanda ofrece
el trabajo, proponiendo entre otras cosas, que los emolumentos se paguen en forma
quincenal, la responsable debe calificar el ofrecimiento de trabajo de mala fe, por ser ilegal,
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aun cuando el accionante no hubiese precisado en el libelo inicial cuándo debía pagarle el
patrón, pues de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, los
plazos para el pago del salario nunca podrán ser mayores de una semana para las personas
que desempeñen un trabajo material."
SEXTO. Corresponde ahora verificar si existe o no la contradicción de criterios denunciada.
Con ese propósito, es necesario establecer que la contradicción de tesis se suscita cuando los
Tribunales Colegiados contendientes, al resolver los negocios jurídicos implicados en la
denuncia, examinan cuestiones jurídicas esencialmente iguales, ante las cuales adoptan
posiciones o criterios jurídicos discrepantes en las consideraciones, razonamientos o
interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas.
Así lo establece la jurisprudencia P./J. 26/2001,(1) del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, de rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA."
Del estudio de la ejecutoria pronunciada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Cuarto Circuito en el amparo directo 118/2006, se desprende que ante el
concepto de violación planteado por el quejoso -en el sentido de que el ofrecimiento de
trabajo es de mala fe por contravenir el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, conforme al
cual el plazo para el pago del salario nunca podrá ser mayor a una semana para las personas
que desempeñan un trabajo material-, adoptó el criterio sustancial consistente en que no
existe mala fe en el ofrecimiento del trabajo, aun cuando se proponga con el pago del salario
en forma quincenal, no semanal, y el trabajador desarrolle labores de carácter material, pues
de la exégesis de los artículos 51, fracción IV y 88 de la Ley Federal del Trabajo, se colige
que el espíritu del legislador, en cuanto al plazo para el pago del salario, es proteger al
trabajador para que reciba la retribución correspondiente por la labor desempeñada en lapsos
más o menos cortos (ocho y quince días); por tanto, el hecho de que reciba su salario cada
quince días no implica mala fe en la oferta de trabajo.
Debe precisarse que el quejoso en ese juicio, de acuerdo con la relatoría contenida en la
propia ejecutoria, se desempeñaba como "ayudante de sistema de fabricación" en la empresa
denominada Camas y Muebles de Monterrey, Sociedad Anónima de Capital Variable.
Por otra parte, del análisis de las ejecutorias pronunciadas por el entonces Tribunal Colegiado
del Décimo Noveno Circuito, actualmente Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y de
Trabajo del mencionado circuito, se observa que en la relativa al amparo directo 92/1987
(AD. 610/2006-I), el quejoso adujo que el ofrecimiento de trabajo era de mala fe, porque a
pesar que desarrollaba un trabajo de carácter material el salario lo recibía cada doce días en
contravención a lo dispuesto por el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo. En relación con
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ese planteamiento, el órgano jurisdiccional estimó que el ofrecimiento del empleo no era de
mala fe, pues la intención del legislador, respecto de los plazos para el pago de los salarios, es
que el trabajador reciba del patrón la retribución en lapsos más o menos cortos o periódicos
(ocho y quince días), como es el caso que al quejoso se le paga en un plazo de doce días,
hecho consentido por él, lo cual hace evidente que si bien se trata de un trabajo material, no
se le causa perjuicio dado que así se desarrollaban las condiciones de trabajo.
De esa ejecutoria se advierte también que el trabajador se desempeñaba indistintamente como
"operador de maquinaria pesada" y como "relleno" en sustitución de los trabajadores de base.
Por último, del estudio de la ejecutoria pronunciada por el Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Segundo Circuito al resolver el amparo directo 767/2003, se tiene que respecto
del concepto de violación planteado por el quejoso atinente al ofrecimiento del trabajo considerado de mala fe por no atender lo dispuesto en el artículo 88 de la Ley Federal del
Trabajo-, el órgano jurisdiccional estimó que la proposición para que el trabajador regresara a
su empleo no podía ser de buena fe si se le proponía desempeñar sus servicios en forma
ilegal, contrariando lo dispuesto en el precepto citado, a cuyo tenor los plazos para el pago
del salario nunca podían ser mayores de una semana para las personas que desempeñen un
trabajo material como es el caso, y de quince días para los demás trabajadores.
En este caso, el trabajador se desempeñaba como "jardinero" al servicio de la empresa
Tratados de Teoloyucan, Sociedad Anónima de Capital Variable.
De lo hasta aquí expuesto se tiene que tanto el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Cuarto Circuito como el entonces Tribunal Colegiado del Décimo Noveno
Circuito, actualmente Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y de Trabajo del
mencionado circuito, sostienen el criterio de que no puede considerarse de mala fe el
ofrecimiento de trabajo cuando al proponer se hace con el pago del salario en forma
quincenal y no semanal, no obstante que el trabajo desempeñado sea de carácter material; en
cambio, el Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Segundo Circuito considera que
cuando las labores desempeñadas son de naturaleza material, el ofrecimiento del trabajo será
de mala fe si se propone con un plazo de quince días para el pago del salario.
Esos criterios son esencialmente contradictorios no obstante que parten del análisis de un
mismo elemento normativo como es el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, y del cotejo
de hechos también semejantes, como son: a) un despido -que por estimarse injustificado en el
primero se demandó la reinstalación y en los dos restantes la indemnización-; b) el
ofrecimiento del empleo con la propuesta de pago de salario en un plazo mayor a una semana
-doce y quince días-, respecto del cual la Junta de Conciliación y Arbitraje los calificó de
buena fe; y, c) los ex trabajadores desarrollaban labores de carácter material.
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No participan en esta contradicción de criterios, las ejecutorias pronunciadas por el entonces
Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, actualmente Primer Tribunal Colegiado en
Materias Penal y de Trabajo del mencionado circuito, en los juicios de amparo directo
189/1987 (AD. 611/2006-I), 502/1987 (AD. 612/2006-I), 367/1987 (AD. 613/2006-I) y
531/1987 (AD. 609/2006-I), porque en ellos se analizó el contenido del artículo 88 de la Ley
Federal del Trabajo, desde la perspectiva de la acción de rescisión de la relación de trabajo,
sin responsabilidad para el trabajador, en términos del artículo 51, fracciones II y V, del
mismo ordenamiento, por incurrir el patrón en faltas de probidad u honradez y no recibir el
salario correspondiente en la fecha convenida, además en estos casos no se planteó el
ofrecimiento de trabajo; de lo que se sigue que en estas ejecutorias se analizaron supuestos
distintos a los tres casos reseñados con anterioridad.
Por tanto, el punto en contradicción a resolver es si tratándose de trabajadores que realizan
labores materiales es o no de buena fe el ofrecimiento de trabajo que haga el patrón cuando lo
propone con un plazo mayor a una semana para el pago del salario.
SÉPTIMO. Atento al tema materia de la contradicción de tesis, esta Segunda Sala procede a
desarrollar el criterio que debe prevalecer conforme a las consideraciones que enseguida se
exponen.
El artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, dispone que: "Los plazos para el pago del salario
nunca podrán ser mayores de una semana para las personas que desempeñen un trabajo
material y de quince días para los demás trabajadores."
Esta disposición, con una redacción diferente, se preveía en el artículo 87 de la Ley Federal
del Trabajo de mil novecientos treinta y uno, el cual señalaba: "Las partes fijarán el plazo
para el pago del salario, pero nunca podrá ser mayor de una semana el que se convenga para
el pago a personas que desempeñen un trabajo material, y de quince días el que se fije para
los domésticos y demás trabajadores."
La norma vigente ya no contiene la expresión inicial conforme a la cual las partes podían fijar
el plazo para el pago del salario, pero subsiste el imperativo relativo al plazo para el pago de
la remuneración a los trabajadores que desarrollan labores de carácter material, el cual no
podrá ser mayor de una semana.
Sin duda alguna, los conceptos "trabajador" y "trabajo material", poseen especial relevancia,
porque aparecen referidos en el artículo 8o. de la Ley Federal del Trabajo, donde se define al
"trabajador" como la persona física que presta a otra, física o moral, un trabajo personal
subordinado, y al "trabajo", como toda actividad humana, intelectual o material,
independientemente del grado de preparación técnica requerido por cada profesión u oficio.
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En torno del concepto "trabajador" dice Juan B. Climent Beltrán(2) se desarrolla la fuerza
expansiva del derecho del trabajo que orientado inicialmente a la protección del obrero
industrial, fue ampliando su órbita hasta comprender al trabajador intelectual, al
profesionista, al técnico y al alto empleado, cuyas relaciones de trabajo fueron al tiempo
gradualmente absorbidas por el derecho laboral y que todavía suscitan dudas en los llamados
"casos frontera" para dilucidar el régimen jurídico aplicable a situaciones de trabajo que no
aparecen claramente enmarcadas en el campo del derecho del trabajo, cuanto más que esta
rama del derecho en su reciente proceso evolutivo no se ha apartado de su sentido clasista
originario, pues continúa expandiendo su tutela a la clase obrera y, a la vez, cobija al
inventor, al científico, al artista, al deportista y al trabajador accionista.
Esta evolución, en apariencia ambivalente, junto con la mejora en las condiciones en que se
desarrolla hoy día el trabajo de índole material o intelectual, respecto de las que prevalecían
en la década de mil novecientos treinta -en ese entonces los trabajadores en general carecían
de las herramientas, métodos y técnicas de trabajo que en la actualidad utilizan o aplican-,
puede llevar a minimizar la diferencia entre el trabajo material y el intelectual, y con ello las
condiciones de trabajo básicas que deben prevalecer en uno u otro caso, lo cual sería
incorrecto, porque debe reconocerse que un gran segmento de trabajadores, dada la
naturaleza de su trabajo y sus condiciones económicas, requiere percibir su salario en forma
semanal.
Por ello, la Ley Federal del Trabajo -con acierto- conserva el concepto genérico de
"trabajador" como toda persona física que presta a otra un trabajo personal subordinado, y
como "trabajo" la actividad humana intelectual o material, pues de esa manera se evita una
posible confusión entre los conceptos "trabajador" y "empleado" y permite un único criterio
de diferencia, como es el carácter del trabajo desempeñado, para determinar el plazo para el
pago del salario.
Se considera un acierto de la Ley Federal del Trabajo, porque en la doctrina extranjera se han
elaborado diversas teorías en torno a los conceptos de "trabajador" y "empleado", no
necesariamente resueltos en forma satisfactoria. Ludovico Barassi(3) señala que se han
ofrecido cuatro criterios principales para distinguir esos conceptos: a) una primera teoría, la
más antigua, creyó encontrar la diferencia en la naturaleza del trabajo: el trabajo manual
caracteriza al obrero, en tanto el trabajo intelectual corresponde al campo de los empleados,
aunque en algunos casos no es posible establecer un límite entre esas dos formas de trabajo;
b) una segunda opinión buscó la diferencia en la forma de pago del salario: el obrero es
pagado a la semana o a la quincena, en tanto el empleado lo es por mes; c) una tercera teoría
vio la distinción en la diversa naturaleza de las actividades: el obrero tendría su campo en la
industria mecánica, mientras que el trabajo comercial sería propio de los empleados; d) la
última escuela sostuvo el criterio más difundido: el empleado es aquel trabajador que tiene
funciones de colaboración con el empresario.
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Aunque esas posturas son ilustrativas, en el derecho mexicano, como ya se dijo, existe un
criterio genérico de "trabajador" y un criterio de diferenciación para efectos del plazo para el
pago del salario: el carácter de las labores material o intelectual.
La distinción entre el trabajo material e intelectual radica en que el primero se refiere a un
trabajo manual en el que predomina el esfuerzo puramente físico; y el intelectual es aquel en
el que predomina el gasto de energías psíquicas,(4) y si bien carece de importancia, pues
ambas actividades se encuentran tuteladas por la Ley Federal del Trabajo, tiene interés en
razón a la clasificación del trabajo que se desempeña y de las prestaciones correspondientes,
pues el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, fija un plazo más corto para el pago del
salario a favor de quienes cumplan un trabajo material, el cual no podrá exceder de una
semana, en tanto que autoriza un plazo de quince días para los demás trabajadores.
Tal diferencia, basada en el aludido criterio, es congruente con el carácter tutelar de la ley
laboral, pues con ello el legislador reconoce la existencia de un sector de trabajadores que por
su nivel de ingreso requiere percibir su salario en un plazo razonablemente corto, adaptando
tal plazo a la situación económica y social de ese sector de trabajadores; finalidad que es
evidente si se considera que la propia Ley Federal del Trabajo, en su artículo 5o., fracción
VII, dispone que no producirá efecto alguno la estipulación que establezca "un plazo mayor
de una semana para el pago de los salarios a los obreros", y en su artículo 283, fracción I,
impone a los patrones de los trabajadores del campo la obligación de "pagar los salarios
precisamente en el lugar donde presente el trabajador sus servicios y en periodos de tiempo
que no excedan de una semana" normas que tienen un sustento genérico en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en cuyo artículo 123, apartado A, fracción XXVII,
inciso c), señala que es condición nula "las que estipule un plazo mayor de una semana para
la percepción del jornal."(5)
Ninguna duda cabe, pues, que tratándose de trabajadores que desarrollan un trabajo material,
entendido éste como la actividad en la cual predomina el esfuerzo puramente físico
(material), el plazo para el pago del salario nunca podrá ser mayor de una semana.
Ahora bien, esta Segunda Sala ha sostenido(6) que para calificar de buena o mala fe la
proposición que hace el patrón para continuar la relación laboral, deben atenderse las
condiciones fundamentales de ésta, como son el puesto, el salario y la jornada u horario de
labores.
También ha señalado que ese ofrecimiento será de buena fe cuando se advierta la clara
intención del patrón de no afectar los derechos del trabajador proponiéndolo en los mismos
términos en que se venía desarrollando la relación de trabajo -siempre que se ajusten a la leyo en mejores condiciones a las pactadas.
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En ese sentido, si bien el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo, dispone que el plazo para
el pago del salario nunca podrá ser mayor a una semana para las personas que desempeñan un
trabajo material, también lo es que el ofrecimiento de trabajo formulado por el patrón, a un
trabajador que realiza ese tipo de labores, con un plazo para el pago de salarios de diez o
quince días, no es de mala fe si se ofrece en los mismos términos y condiciones en que se
venía desempeñando y en juicio de acredita que al trabajador se le cubría su salario en alguno
de esos plazos; pues con ello, no se altera el salario -una de las condiciones fundamentales de
la relación laboral que este Alto Tribunal estableció jurisprudencialmente para la calificación
del ofrecimiento de trabajo- máxime si el propio trabajador era anuente en que se le cubriera
su emolumento en un plazo distinto al establecido por el precepto citado.
De ese modo, el plazo para el pago del salario con que se realiza la oferta de trabajo, no
necesariamente es determinante para calificar de mala fe la oferta de trabajo, a menos que se
proponga con un plazo superior al en que se venía haciendo.
Lo anterior no contraria la intención del legislador en el sentido de que los trabajadores que
desempeñan ese tipo de labores reciban su salario en un plazo razonablemente inferior al
resto de los trabajadores.
No pasa desapercibido para esta Segunda Sala que existen labores que por sus características
no son fáciles de ubicar exclusivamente como un trabajo material, pero en esos casos el
órgano jurisdiccional que deba calificar la propuesta formulada por el patrón deberá poner
especial atención en determinar cuáles son las actividades desarrolladas por el trabajador para
conocer si son esencialmente materiales, pues no debe olvidarse que cuenta con facultades
amplias para realizar aquellas diligencias que estime necesarias para conocer la verdad de los
hechos, incluso interrogar a las partes y a los testigos; al mismo tiempo, apreciar los
antecedentes del caso y la conducta asumida por el patrón.
Corolario de lo expuesto, el criterio que debe prevalecer con carácter de jurisprudencia es el
siguiente:
OFRECIMIENTO DE TRABAJO. PLAZO PARA EL PAGO DEL SALARIO
TRATÁNDOSE DE TRABAJADORES QUE DESEMPEÑAN ACTIVIDADES
MATERIALES.-Si bien es cierto que el artículo 88 de la Ley Federal del Trabajo prevé que
el plazo para el pago del salario nunca podrá ser mayor a una semana para las personas que
desempeñan un trabajo material, también lo es que el ofrecimiento de trabajo formulado por
el patrón a un trabajador que realiza ese tipo de labores con un plazo para el pago de salarios
de 10 o 15 días no es de mala fe, siempre que se ofrezca en los mismos términos y
condiciones en que se venía desempeñando y en juicio se acredite que al trabajador se le
cubría su salario en alguno de esos plazos, pues con ello no se altera el salario -una de las
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condiciones fundamentales de la relación laboral que la Suprema Corte de Justicia de la
Nación estableció jurisprudencialmente para la calificación del ofrecimiento de trabajo- en
razón de que el propio trabajador era anuente en que se le cubriera su emolumento en un
plazo distinto al establecido por el precepto citado, y satisface la intención del legislador
consistente en que las personas que desarrollan ese tipo de labores reciban su salario en
plazos razonablemente cortos. En consecuencia, el plazo para el pago del salario con que se
realiza la oferta de trabajo, no necesariamente es determinante para calificarla de mala fe, a
menos que se proponga con un plazo superior al en que se venía haciendo.
En mérito de lo expuesto y fundado, con apoyo en los artículos 107, fracción XIII y 197-A de
la Ley de Amparo, se resuelve:
PRIMERO.-Existe la contradicción de tesis que ha sido denunciada en autos.
SEGUNDO.-Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio que se fija en la parte
final del considerando séptimo de esta resolución.
Notifíquese; con copia de esta resolución a los Tribunales Colegiados de Circuito; y en su
oportunidad archívese el toca de la contradicción.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cuatro votos de los señores Ministros: Juan Díaz Romero, Genaro David Góngora
Pimentel, Sergio Salvador Aguirre Anguiano y Ministra presidenta Margarita Beatriz Luna
Ramos. El señor Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, estuvo ausente por atender
comisión oficial. Fue ponente el señor Ministro Genaro David Góngora Pimentel.
______________
1. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril de dos
mil uno, página setenta y seis.
2. Ley Federal del Trabajo -comentarios y jurisprudencia-, décima primera edición, Editorial
Esfinge, México, mil novecientos noventa y seis, página cuarenta y siete.
3. Citado por Mario de la Cueva, Derecho Mexicano del Trabajo, tomo I, décima primera
edición, Editorial Porrúa, México, mil novecientos sesenta y nueve, página cuatrocientos
veinte.
4. Luigi de Litalia, El Contrato de Trabajo, traducción de Santiago Sentis Melendo, Buenos
Aires, Argentina, mil novecientos cuarenta y seis, página catorce.
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5. El concepto jornal no parece tener una connotación exclusiva al salario de los trabajadores
del campo, sino a su acepción amplia, esto es, al estipendio que percibe un trabajador por
cada día de trabajo. Así también se entiende en la obra "Los Derechos del Pueblo Mexicano",
segunda edición, Tomo XX, página cuatrocientos setenta, al señalar que las menciones
específicas que hace la fracción XXVII se refieren a los derechos básicos que se sustentan en
principios universales que igual corresponden a los derechos humanos de primera y segunda
generación de los trabajadores que declara y protege el artículo 123 constitucional en todo su
contenido.
6. Jurisprudencia 2a./J. 125/2002 publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XVI, diciembre de dos mil dos, página doscientos cuarenta y
tres. Jurisprudencia 2a./J. 1/2005, publicada en el mismo medio de difusión y Época, Tomo
XXI, enero de dos mil cinco, página quinientos sesenta y tres.
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