VOL. 15 • SUPL. 1 • NÚM. 34 • MARZO 2008 REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ARTROSCOPIA (A.E.A.) VOL. 15 - SUPL. 1 - NÚM. 34 - MARZO 2008 Fundador: Dr. Enrique Galindo Andújar Director: Prof. Javier Vaquero Martín Redactor Jefe: Dr. Antonio Pérez-Caballer Secretarios de Redacción: Dr. Alejandro Espejo, Dr. Albertino Amigo Fernández JUNTA DIRECTIVA ACTUAL Corresponsales: Presidente: Dr. José M.ª Altisench Bosch Andalucía: Dr. Alejando Espejo Baena Aragón: Dr. Ángel Calvo Díaz Asturias: Dr. Albertino Amigo Fernández Baleares: Dra. Cinta Escuder Capafons Canarias: Dr. José Luis País Brito Cantabria: Dr. Francisco J. Gómez Cimiano Castilla-La Mancha: Dr. Ricardo Crespo Romero Castilla y León: Dr. Amador Campo Soto Cataluña: Dr. Sergio José Massanet Extremadura: Dr. José M.ª Cortés Vida Galicia: Dr. Rafael Arriaza Loureda Madrid: Dr. Carlos Gavín González Murcia: Dr. Pedro Antonio Martínez Victorio Navarra: Dr. Juan Ramón Valentí Nin Valencia: Dr. José M.ª Guinot Tormo Vizcaya: Dr. Juan Carlos Arenaza Merino Vicepresidente: Dr. Sergi Massanet José Secretario: Dr. Rafael Canosa Sevillan Tesorero: Dr. Juan Carlos Monllau García Vocales: Dr. Ricardo Crespo Romero Dr. José Luis País Brito Dr. Jaume Vilaró Angulo Consejo de Redacción: Dr. Luis Munuera Martínez Dr. Joaquín Cabot Dalmau Dr. Raúl Puig Adell (†) Dr. Ramón Cugat Bertomeu Dr. Juan José Rey Zúñiga Dr. Enrique Galindo Andújar Dr. Javier Vaquero Martín Dr. José Achalandabaso Alfonso Dr. Antonio Estévez Ruiz de Castañeda Dr. Manuel Díaz Samada Copyright de los textos originales 2008. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de reproducción, sin la autorización por escrito de los titulares del Copyright. Los editores no se declaran responsables de las opiniones reflejadas en los artículos publicados. REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ARTROSCOPIA (A.E.A.) VOL. 15 - SUPL. 1 - NÚM. 34 - MARZO 2008 SUMARIO Anatomía topográfica de la cadera F. Reina, M. Tey, P. Gelber, J.C. Monllau ................................................................................. 9 Portales artroscópicos de la articulación de la cadera X. Pelfort, M. Tey, F. Reina, P. Eduardo, J.C. Monllau .............................................................. 14 Posicionamiento en artroscopia de cadera E. Margalet, F. Clemente, X. Gual .......................................................................................... 19 Vascularización de la cabeza y cuello femorales y artroscopia de cadera I. Sáenz, O. Fariñas ................................................................................................................ 26 Artroscopia del compartimento periférico de la cadera L. Pérez Carro, J. Vega, P. Golano, D. Casas, M. Sumillera, A. Alfonso ................................... 33 Técnica quirúrgica y anatomía artroscópica del compartimento central de la cadera J.M.a Centenera, M. Tey, R. Gebhardt, F. Santana .................................................................. 41 Valoración diagnóstica y planificación quirúrgica del choque femorotabular Ó. Marín, M. Ribas, M. Tey, B. de la Torre, L. Pérez Carro ....................................................... 46 Coxa saltans (cadera en resorte) V.M. Ilizaliturri, J. Camacho ................................................................................................... 55 Tratamiento artroscópico del choque femoroacetabular M. Tey, P. Gastaldi, J.M.a Altisench, J. Forriol, J.C. Monllau ..................................................... 64 Normas para la presentación de manuscritos ................................................................ 71 Cursos AEA ......................................................................................................................... 75 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 5 REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ARTROSCOPIA (A.E.A.) VOL. 15 - SUPPL. 1 - NO. 34 - MARCH 2008 CONTENTS Topographic anatomy of the hip F. Reina, M. Tey, P. Gelber, J.C. Monllau ................................................................................. 9 Arthroscopic approaches to the hip joint X. Pelfort, M. Tey, F. Reina, P. Eduardo, J.C. Monllau .............................................................. 14 Positioning in hip arthroscopy E. Margalet, F. Clemente, X. Gual .......................................................................................... 19 Vascularization of the femoral head and neck and hip arthroscopy I. Sáenz, O. Fariñas ................................................................................................................ 26 Arthroscopy of the peripheral compartment of the hip joint L. Pérez Carro, J. Vega, P. Golano, D. Casas, M. Sumillera, A. Alfonso ................................... 33 Surgical technique and arthroscopic anatomy of the central compartment of the hip joint J.M. Centenera, M. Tey, R. Gebhardt, F. Santana ................................................................... 41 Diagnostics accessment and surgical planning of femoroacetabular impingement Ó. Marín, M. Ribas, M. Tey, B. de la Torre, L. Pérez Carro ....................................................... 46 Coxa saltans (snapping hip) V.M. Ilizaliturri, J. Camacho ................................................................................................... 55 Arthroscopic management of femoroacetabular impingement M. Tey, P. Gastaldi, J.M.a Altisench, J. Forriol, J.C. Monllau ..................................................... 64 Instructions for authors .................................................................................................... 71 Courses AEA ....................................................................................................................... 75 6 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 EDITORIAL Queridos todas/os: Siempre hemos querido ayudar a formar a todos los compañeros interesados en nuestra especialidad. Por eso nació CUADERNOS DE ARTROSCOPIA, para poder difundir los conocimientos y experiencias de los que más saben. Luego aparecieron los monográficos, en los que queríamos aglutinar la mayor cantidad de conceptos y técnicas referentes a una articulación en concreto. El año pasado fue la rodilla y el menisco. Este año hemos optado por la articulación de moda, la cadera. En la mayoría de los quirófanos donde he asistido o realizado una artroscopia de cadera, he encontrado cirujanos de cadera. Unos interesados en el tema, otros curiosos por saber hasta dónde podíamos llegar, pero al terminar la cirugía todos estaban de acuerdo en que era una opción válida a ese vacío que existe hoy en el tratamiento de la patología de la cadera en pacientes jóvenes. Acordaos de la expresión morir de éxito. No dejemos que una técnica compleja y delicada como la artroscopia de cadera caiga en el olvido por darle un mal uso. Si indicamos mal, no es la técnica la que falla, sino nosotros. He oído a muchos compañeros decir: “probaré con una coxoartrosis”. Ése es el gran error, pues la primera contraindicación de la artroscopia de cadera es la coxoartrosis ya instaurada porque no podremos distender la articulación, con lo cual no podremos entrar en ella. Fallará nuestra indicación, no la técnica. Pensemos que es una opción para los pacientes jóvenes con dolor e impotencia funcional en la cadera, sin cambios artrósicos evidentes, a los que se les decía “lo siento, pero eres joven para tratamientos agresivos”. Podemos tratar esas caderas para evitar la pronta aparición de esos cambios artrósicos, por problemas funcionales de CAM y PINCER, lo que llamamos pinzamiento femoroacetabular o FAI por los anglosajones. Con este monográfico hemos intentado que tengáis una idea clara y amplia de cómo indicarla y cómo realizarla. Dr. José M.ª ALTISENCH BOSCH Presidente de la AEA Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 7 P R E S E N TA C I Ó N L a cirugía artroscópica de cadera está de moda. Proliferan los cursos, las ponencias en congresos y cada vez es más habitual la publicación de artículos científicos sobre la materia. Pero, cuidado, somos médicos, no diseñadores de moda. Las técnicas nuevas, para patologías nuevas, deben ser siempre vigiladas muy de cerca. Pueden abrir el camino a nuevos tratamientos que mejoren la calidad de vida de nuestros pacientes, pero también pueden abrir la puerta a nuevas complicaciones que vayan en sentido contrario. Las técnicas quirúrgicas en artroscopia de cadera han evolucionado extraordinariamente en los últimos años gracias a la enorme inversión de la industria médica y al esfuerzo de colegas pioneros e imaginativos. El uso de instrumentales largos y canulados, ópticas de 70º, anclajes de pequeño diámetro y un sinfín de materiales específicos para cadera han abierto las puertas a técnicas complejas capaces de afrontar los retos que el choque femoroacetabular nos impone. El presente monográfico nos expone todos los puntos que hemos de tener presentes a la hora de valorar dicha técnica, pero no hay que olvidar que los trabajos realmente importantes son los que se van a desarrollar a partir de ahora; la presentación de resultados a medio y largo plazo. Sólo entonces estaremos en disposición de poder explicar a nuestros pacientes qué expectativas reales hay y cuál es el riesgo que debe asumirse. Debemos estudiar, innovar y avanzar en el tratamiento de nuestros pacientes, pero, cuidado, primero somos médicos, luego cirujanos y nunca diseñadores de moda. Dr. Marc TEY PONS Coordinador de este Suplemento 8 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Anatomía topográfica de la cadera F. Reina(1), M. Tey(2), P. Gelber(3), J.C. Monllau(3) (1) Departamento de Ciencias Morfológicas. Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Barcelona. (2) Instituto Universitario Dexeus. Barcelona. (3) Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. IMAS. Hospitales del Mar y de l’Esperança. Universidad Autónoma de Barcelona Correspondencia: Francisco Reina Departamento de Anatomía y Embriología Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Barcelona Correo electrónico: [email protected] El conocimiento de la anatomía topográfica de la cadera es esencial en las técnicas de cirugía abierta y en la creciente utilización de la cirugía artroscópica. Su situación topográfica profunda y sus importantes relaciones vasculonerviosas hacen necesario su conocimiento preciso. El presente trabajo expone las principales características anatómicas de la articulación de la cadera y sistematiza sus relaciones topográficas en relación tanto a los abordajes de cirugía abierta como a los principales portales de acceso artroscópico. Topographic anatomy of the hip. Knowledge of the topographic anatomy of the hip is essential both for open surgery techniques and in the increasingly used arthroscopic ones. The deep topographic situation of this joint and its important vascular and nerve relationships render a detailed and precise knowledge necessary. We here present and discuss the main anatomic characteristics of the hip joint and systematize its topographic relationships as regards both the open surgery approaches and the main arthroscopic access portals. Palabras clave: Cadera. Anatomía. Anatomía topográfica. Cirugía abierta. Cirugía artroscópica. Key words: Hip. Anatomy. Topographic anatomy. Open surgery. Arthroscopic surgery. La articulación de la cadera (articulación coxofemoral) es una típica enartrosis biomecánicamente multiaxial. La cabeza del fémur y el acetábulo del coxal forman las superficies articulares, son estructuras de elevado grado de congruencia y obtienen su máxima aposición en situación de extensión, rotación interna y ligera abducción. A nivel femoral, el recubrimiento de cartílago articular es máximo en su cuadrante anterolateral, estando ausente en la fosita del ligamento de la cabeza del fémur. A nivel acetabular, el cartílago articular sólo recubre la carilla semilunar, siendo su grosor máximo en la región anterosuperior(1). La presencia de un rodete acetabular fibrocartilaginoso y del ligamento transverso del acetábulo incrementa su profundidad (Figura 1). La cápsula articular, fuerte y de tejido fibroso denso se inserta 5-6 mm lateral al rodete 9 acetabular, en su propia cara externa, en el ligamento transverso del acetábulo y en el segmento adyacente del agujero obturador. Lateralmente, se fija en la línea intertrocantérea por delante y en el tercio lateral del cuello femoral por detrás. Por su cara profunda, fibras de la cápsula ascienden por el cuello femoral, sobre las cuáles la membrana sinovial forma una serie de pliegues denominados frenula capsulae. En la constitución de la cápsula participan dos tipos de fibras: longitudinales o coxofemorales y circulares, que conforman la denominada zona orbicular (Figura 2) de gran trascendencia en los mecanismos de coaptación articular(2). Los refuerzos capsulares incluyen los ligamentos iliofemoral en la cara anterior, pubofemoral en la región anteromedial e isquiofemoral en su cara posterior. El ligamento de la cabeza del fémur, intracapsular pero extrasinovial, se extien- Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (9-13) Anatomía topográfica de la cadera Figura 2. Visión posterior de la articulación de la cadera donde se observan las fibras anulares y la inserción en el cuello femoral de la cápsula articular. Figura 1. Sección horizontal de la articulación de la cadera que muestra el recubrimiento de cartílago articular (flechas). 1: ligamento de la cabeza del fémur; 2: trasfondo acetabular; 3: cápsula articular. de desde la fosita de la cabeza del fémur a los márgenes de la escotadura acetabular y el ligamento transverso. El ligamento, ausente en algunas ocasiones, frena la flexión, aducción y rotación externa de la cadera (Figura 3). La articulación de la cadera se encuentra rodeada por la musculatura pelvitrocantérea profunda. Por su cara anterior, las fibras más laterales del músculo pectíneo y el tendón de inserción del músculo psoas-ilíaco, del que se encuentra separada por una bolsa serosa, la separan del paquete vasculonervioso femoral. En situación más lateral, el músculo recto femoral cruza la cara anterior de la articulación. Por su cara superior se relaciona medialmente con el tendón reflejo del músculo recto femoral y lateralmente con el tendón de inserción del músculo glúteo menor. Por su cara inferior, la cápsula articular se relaciona con las fibras más laterales del músculo pectíneo y con el músculo obturador externo. Sobre la cara posterior de la cápsula se sitúan, distalmente el tendón del músculo obturador externo y el músculo cuadrado femoral que lo cubre, y en situación más craneal, los músculos obturador interno y géminos, que la separan del nervio ciático, nervio 10 Figura 3. Visión anterior de la articulación de la cadera. 1: ligamento iliofemoral; 2: ligamento pubofemoral; 3: ligamento inguinal. cutáneo posterior del muslo y paquete vasculonervioso glúteo inferior. Por encima de ellos, la cápsula se relaciona con las fibras del músculo piramidal de la pelvis (Figura 4). Las arterias responsables de la irrigación de la articulación de la cadera son ramas de la arteria obturatriz, de la arteria circunfleja femoral medial y de los vasos glúteos superiores e inferiores. La inervación es tributaria de ramas articulares de los nervios femoral, obturador, glúteo superior y nervio del cuadrado femoral(3). Cuatro son las vías anatómicas básicas para el abordaje quirúrgico de la articulación de la caCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 F. Reina, M. Tey, P. Gelber, J.C. Monllau dera. Cada una de ellas utiliza la presencia de intervalos, verdaderos pasillos anatómicos que definimos entre algunos de los músculos pelvitrocantéreos. Las vías más utilizadas son la anterior, entre los músculos sartorio y tensor de la fascia lata; la vía anterolateral, entre los músculos tensor de la fascia lata y glúteo medio; el abordaje posterior, entre los músculos glúteo mayor y medio, o bien atravesando el propio músculo glúteo mayor, y finalmente el abordaje medial, que se abre camino entre los músculos aductor largo y grácil para exponer la superficie anterior y medial del acetábulo(4). Por otro lado, la cirugía artroscópica de la articulación coxofemoral, cuya utilización ha ido creciendo de forma relevante en los últimos años, comporta necesariamente la práctica de portales que van a atravesar algunas de las estructuras periarticulares reseñadas anteriormente y cuyas relaciones vasculonerviosas de proximidad deben ser conocidas. Dichos portales han sido clasificados topográficamente en anterior, anterolateral y paratrocantéreos(5). Los abordajes anterior y anterolateral utilizan como referencia el músculo tensor de la fascia lata. En el primero, el acceso quirúrgico debe considerar la presencia de dos estructuras vasculonerviosas situadas en el intervalo entre los Figura 4. Sección horizontal de la articulación de la cadera que muestra las relaciones de la cápsula articular. 1: cápsula articular anterior; 2: cápsula articular posterior; 3. m. psoas-ilíaco; 4: m. pectíneo; 5: m. recto femoral; 6: m. tensor de la fascia lata; 7: m. glúteo menor; 8: vasos femorales; 9: m. obturador interno; 10: nervio ciático. músculos sartorio y tensor de la fascia lata: la rama ascendente de la arteria circunfleja femoral lateral, que cruza bajo el músculo recto femoral hacia la cara anterior de la cápsula articular; y el nervio cutáneo femoral lateral, que perfora la fascia lata distal y ligeramente medial a la espina ilíaca anterosuperior. En ocasiones, sus ramas terminales atraviesan el vientre del músculo sartorio. Por su parte, en el abordaje anterolateral debe tenerse en cuenta el paquete vasculonervioso glúteo superior que cruza el plano entre los músculos glúteo medio y tensor de la fascia lata a los que inerva (Figura 5). En referencia al portal arFigura 5. A. Ramas de división terminal del nervio cutáneo femoral lateral. B. Visión anterior del triángulo femoral. 1: arteria femoral; 2: vena femoral; 3: nervio femoral; troscópico anterior, éste se sitúa 6-7 cm distal a la es4: arteria circunfleja femoral lateral; 5: m. sartorio; 6: m. tensor de la fascia lata. A Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 B 11 Anatomía topográfica de la cadera Figura 6. Imagen que demuestra la orientación del trócar en el abordaje anterior de la cadera y su relación de vecindad anterior con el paquete vasculonervioso femoral. Figura 7. Imagen correspondiente a la región glútea donde se observa el espacio entre el abordaje posterior y los elementos vasculonerviosos del espacio infrapiriforme. 1: m. glúteo mayor; 2: m. glúteo medio; 3: nervio ciático; 4: paquete vasculonervioso glúteo inferior; 5: arteria pudenda interna. pina ilíaca anterosuperior, coincidiendo con el plano horizontal que pasa por el borde superior de la sínfisis púbica(6,7). El portal atraviesa los músculos sartorio y recto femoral para acceder a la cara anterior de la capsula articular mediante la orientación del trócar en sentido medial y craneal. En relación a dicho portal se encuentran, como se ha descrito, las ramas del nervio cutáneo femoral lateral y profundamente la rama ascendente de la arteria circunfleja femoral lateral. La situación del nervio femoral es medial al portal, aunque la trayectoria del trócar hace que éste se sitúe tangencialmente en la cara dorsal del nervio(6) (Figura 6). El portal anterolateral debemos situarlo entre el borde anterior del trocánter mayor y el plano sagital que pasa por la espina ilíaca anterosuperior, también a la altura del borde superior de la sínfisis púbica. Atraviesa el músculo tensor de la fascia lata, quedando el nervio cutáneo femoral lateral en posición medial a dicho portal, por lo que es considerado de mayor se- guridad(8). No obstante, el grosor de la propia cápsula y la menor ortogonalidad de la dirección del trócar con respecto a ella pueden ser causa de lesión del paquete vasculonervioso femoral(9). La vía de abordaje lateral o transglútea atraviesa las fibras del músculo glúteo medio distalmente al paquete vasculonervioso glúteo superior, situado a unos 3-5 cm del borde superior del trocánter mayor. Se debe también considerar a este nivel la presencia de la rama horizontal de la arteria circunfleja femoral lateral. El abordaje posterior de la articulación coxofemoral separa las fibras del músculo glúteo mayor próximo a su inserción, con objeto de minimizar el riesgo de lesión del nervio glúteo inferior. Este abordaje deberá considerar la presencia en la región glútea profunda de las estructuras vasculonerviosas que atraviesan el espacio infrapiriforme (Figura 7). Los portales artroscópicos paratrocantéreos anterior, medio y posterior toman como referencia los márgenes del trocánter mayor del fé- 12 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 F. Reina, M. Tey, P. Gelber, J.C. Monllau Figura 8. Elementos vasculonerviosos en relación con el abordaje medial de la cadera. 1: ligamento inguinal; 2: rama horizontal del pubis; 3: m. pectíneo; 4: m. aductor corto; 5: m. obturador externo; 6: conducto obturador; 7: nervio obturador (rama anterior); 8: nervio obturador (rama posterior); 9: rama isquiopubiana. mur. El primero atraviesa el borde anterior del tendón de inserción del músculo glúteo mayor y el vientre muscular del glúteo medio. El portal medio atraviesa los vientres musculares de glúteo mayor y medio. El portal posterior (también denominado abordaje posterolateral o lateral) toma como referencia el borde posterosuperior del trocánter mayor, atravesando principalmente el vientre del músculo glúteo mayor(10). Se debe considerar que el paquete vasculonervioso glúteo superior se sitúa 3-4 cm craneal al portal medio, mientras el nervio ciático queda 2-3 cm medial al portal posterior o lateral, distancia que se ve disminuida si la articulación se encuentra en rotación externa(9,11). Son también estructuras en riesgo con respecto a dicho portal el nervio cutáneo posterior del muslo y el paquete vasculonervioso glúteo inferior. Más alejado en sentido medial con respecto a este portal posterior se sitúa el paquete vasculonervioso pudendo, que abraza dorsalmente a la espina ciática para alcanzar el suelo pélvico (Figura 7). El abordaje medial accede a la articulación a través de los músculos aductores. Deben considerarse como relaciones vasculonerviosas a este nivel: las ramas de división anterior y posterior del nervio obturador, que descienden inmediatamente por delante y por detrás, respectivamente, del músculo aductor corto (Figura 8); la arteria circunfleja femoral medial, que alcanza la articulación coxofemoral relacionándose con el borde medial del tendón del músculo psoas-ilíaco. BIBLIOGRAFÍA 1 Kurrat HJ, Oberländer W. The thickness of the cartilage in the hip joint. J Anat 1978; 126: 145-55. 2 Williams PL. Anatomía de Gray. 38.ª ed. Harcourt: Madrid; 2001. p. 684-91. 3 Bonnel F, Chevrel JP, Outrequin G. Anatomie Clinique. Les members. Paris: Springer-Verlag; 1991. p. 427-31. 4 Hoppenfeld S, DeBoer P. Surgical exposures in orthopaedics. The anatomic approach. 2.ª ed. Philadelphia: Lippincot; 1994. p. 324-98. 5 Dorfman H, Boyer T. Artroscopia de cadera. En: Zarins B, Cugat R, (eds.). Principios de artroscopia y cirugía artroscópica. SpringerVerlag Ibérica; 1993. p. 377-86. 6 Byrd JWT, Pappas JN, Pedley MJ. Hip arthroscopy: an anatomic study of portal placement and relationship to the extra-articular structures. Arthroscopy 1995; 11: 418-23. 7 Ide T, Akamasu M, Nakajima I. Arthroscopic surgery of the hip joint. Arthroscopy 1991: 7: 204-11. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 8 Monllau JC, Reina F, Puig L, Rodríguez A. Arthroscopic approaches to the hip joint. Tech Orthop 2005; 20: 2-8. 9 McCarthy JC, Day B, Busconi B. Hip arthroscopy: applications and technique. J Am Acad Orthop Surg 1995; 3: 115-22. 10 Glick JM. Hip arthroscopy. The lateral approach. Clin Sports Med 2001; 20: 733-47. 11 Glick JM, Sampson TG, Gordon RB, Behr JT, Schmidt E. Hip arthroscopy by the lateral approach. Arthroscopy 1987; 3: 4-12. 13 Portales artroscópicos de la articulación de la cadera X. Pelfort(1), M. Tey(2), F. Reina(3), P. Eduardo Gelber(1), J.C. Monllau(2) IMAS. Hospitales del Mar y l’Esperança. Barcelona. Unidad de Artroscopia. ICATME. USP. Institut Universitari Dexeus. Barcelona. (3) Departamento de Ciencias Morfológicas. Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Barcelona (1) (2) Correspondencia: IMAS. Hospitales del Mar y l’Esperança. Barcelona Passeig Marítim 25-29 08003 Barcelona Correo electrónico: [email protected] La utilización de las técnicas artroscópicas para el abordaje de la articulación de la cadera se ha incrementado estos últimos años. Sus peculiaridades anatómicas la habían convertido en una articulación inaccesible hasta no hace mucho tiempo. Además, existen numerosas estructuras neurovasculares cercanas potencialmente lesionables durante el establecimiento de los portales. Será necesario un exacto conocimiento de la anatomía de esta área para colocarlos de forma segura. En el presente trabajo examinaremos la anatomía de los portales habituales y accesorios de la cadera, así como las dificultades y complicaciones relacionadas con los mismos. Palabras clave: Artroscopia. Anatomía de la cadera. Portales artroscópicos. INTRODUCCIÓN La artroscopia de cadera cuenta con una historia aproximada de 75 años. En sus inicios, Burman describió las dificultades técnicas de su acceso utilizando esta técnica. Aunque durante todos estos años se han desarrollado enormemente tanto las técnicas como los instrumentales para su práctica, se sigue considerando en la actualidad como una técnica reservada a expertos(1-5). Como en cualquier otra articulación, la artroscopia de cadera cuenta con una serie de ventajas respecto a la técnica abierta. Entre las más significativas se encuentran una menor morbilidad asociada a la agresión quirúrgica, la posi14 Arthroscopic approaches to the hip joint. The application of arthroscopic surgical techniques to the hip joint has gained increasing popularity in recent years. However, the particular anatomic features of this joint and surrounding tissue have made it arthroscopically inaccessible until recently. Several major neurovascular structures in the vicinity of the joint can be injured during the establishment of these percutaneous portals. Therefore, a perfect knowledge of the anatomy of this particular area is necessary in order to establish stable and safe arthroscopic portals. This report examines the anatomy of the standard and non-standard arthroscopic portals to approach the hip joint as well as the difficulties and complications related to them. Key words: Arthroscopy. Hip anatomy. Arthroscopic portals. bilidad de realizarla de forma ambulatoria y, finalmente, poder evitar luxar la articulación para su práctica. Todo ello favorece una más rápida recuperación del paciente y un menor riesgo de necrosis avascular de la cabeza femoral. Además, la distensión articular, sin llegar a luxar la articulación, provoca una menor agresión a las estructuras capsuloligamentosas circundantes y, por tanto, menor riesgo potencial de inestabilidad en el futuro(4,6-9). El objetivo de este trabajo es describir los portales artroscópicos teniendo en cuenta, fundamentalmente, las estructuras neurovasculares próximas, así como sus posibles complicaciones. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (14-18) X. Pelfort, M. Tey, F. Reina, P.E. Gelber, J.C. Monllau COLOCACIÓN DEL PACIENTE EN QUIRÓFANO Y ESTABLECIMIENTO DE LOS PORTALES ARTROSCÓPICOS Posición del paciente en quirófano Para la realización de una artroscopia de cadera de suele utilizar anestesia regional o general y el paciente puede posicionarse en decúbito supino o lateral sobre la base de las preferencias del cirujano. No obstante, la posición en decúbito supino con mesa de tracción es la posición más empleada(2,6,10-12). Se debe proteger el poste perineal y los pies del paciente de la misma forma que se haría para realizar una osteosíntesis de fémur, aunque recientemente se ha descrito la técnica sin utilizar dicho poste(13). La rotación de la extremidad a intervenir deberá ser neutra y con una ligera abducción. La pierna contralateral debe colocarse en máxima abducción para permitir la entrada del aparato de escopia. La posición en decúbito lateral fue introducida por Glick et al. en 1987(5). Aunque no es la posición más utilizada, se le atribuyen algunas ventajas como la mayor maniobrabilidad en pacientes obesos(14) y el mejor acceso al compartimento posteroinferior(15,16). Distracción de la articulación La gran congruencia articular que existe entre la cabeza del fémur y el acetábulo obligan a realizar una cierta distracción de estas estructuras para poder acceder a su revisión artroscópica. Desde un punto de vista técnico, podemos dividir esta articulación en dos zonas. En primer lugar, existe una zona considerada “central” a la que pertenecen tanto la superficie articular de la cabeza femoral como el acetábulo. La distracción articular resulta imprescindible para poder acceder a este compartimento. En segundo lugar, se define un compartimento “periférico” al que pertenecen el cuello femoral, parte del cartílago de la cabeza femoral y zonas del labrum acetabular visibles sin necesidad de distracción(3). En algunas ocasiones se han utilizado para la distracción articular sistemas robotizados que permiten modificar la posición de la extremidad intraoperatoriamente(17) pero, a parte de su elevado coste, obligan a colocar el paciente en decúbito lateral y eso dificulta el acceso a la articulación a través de los portales más anteriores(18). Para realizar una distracción articular de 10 mm, se requieren aproximadamente 900 N(19), que se reducen a 300 o 400 N desCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Figura 1. Imagen intraoperatoria con tres portales de trabajo. AL: anterolateral; PA: paratrocantérico anterior; PP: paratrocantérico posterior. pués de la anestesia. Este grado de distracción suele ser suficiente para realizar la artroscopia y se corresponde a una tracción aproximada de 25-30 kg(10,17). Algunos autores han propuesto su práctica sin utilizar distracción articular en los casos en los que se debe actuar en las zonas de no congruencia(3). Referencias anatómicas Antes de empezar el procedimiento, será importante localizar y marcar en la piel algunas referencias anatómicas significativas. Las más importantes son la espina ilíaca anterosuperior, la sínfisis púbica, el trocánter mayor y la arteria femoral. PORTALES ARTROSCÓPICOS La articulación de la cadera se encuentra en una situación profunda, recubierta de grandes masas musculares e importantes estructuras neurovasculares. La proximidad de los nervios ciático y femorocutáneo en las zonas posterior y lateral, respectivamente, así como el paquete neurovascular femoral anterior dificultan significativamente la ubicación de los portales respecto a otras articulaciones. Además, sabemos que un solo portal no permite una revisión completa de la articulación(20). Para ello, se requieren al menos tres accesos utilizando un instrumental con una longitud adecuada(17) (Figura 1). Algunos estudios han demostrado mediante tomografía computerizada que el instrumental quirúrgico debe medir al menos 16 cm para permitir un acceso cómodo a la articulación(9). 15 Portales artroscópicos de la articulación de la cadera Aunque existen en la literatura complicaciones neurovascules descritas en relación con el establecimiento de los portales(21-23), parece claro que los situados en el cuadrante anterolateral son los más seguros(2-5). Las peculiaridades anatómicas de estos portales están bien estudiadas en cadáver(17,24). No obstante, su relación con las estructuras nobles puede cambiar en el quirófano y también según la técnica quirúrgica utilizada; por ejemplo, con o sin tracción(3,20). Existe además una cierta controversia en cuanto a los nombres utilizados para estos por- Figura 2. Portal anterior. Relación con las Figura 3. Referencias cutáneas para tales (2,4,6,8) . De acuerdo con ramas terminales del nervio femorocutáneo el establecimiento de los portales Dorfman y Boyer(2), podemos y cruzando los m. sartorio y recto anterior. paratrocantéricos. clasificar su posicionamiento dividiendo su ubicación en tres zonas: anterior, anterolateral y paratrocantérea. liza en el punto medio entre la espina ilíaca anterosuperior y el margen anterior del trocánter maZona anterior yor. Algunos autores preconizan una ubicación más lateral para este portal, aunque en este caEl portal anterior se sitúa en la intersección de la línea vertical trazada desde la espina ilíaca pítulo consideraremos esta colocación más lateral como el portal paratrocantérico anterior(8,24). anterosuperior y la horizontal desde el margen (6,25) superior de la sínfisis púbica . El portal debe En este caso, no existe riesgo de dañar el NFC, establecerse con una inclinación lateromedial ya que queda a una distancia prudencial. No obstante, el grosor de la cápsula articular puede de 30-40º, inferosuperior de 45º y cruza los músculos sartorio y recto anterior (Figura 2). provocar un deslizamiento anterior del trócar duEste abordaje permite una excelente visión de rante el establecimiento del portal y poner en sila fóvea, fascies lunata, ligamento redondo y la tuación de riesgo la arteria femoral(8). parte anterior del cuello femoral si se utiliza una Zona paratrocantérica óptica de 30º. La utilización de una de 70º per(8) mite visualizar el labrum anterior . Las estrucLa zona paratrocantérica puede dividirse en tres turas de riesgo al establecer este portal son el áreas; paratrocantérica anterior, media y posterior(5) (Figura 3). El portal paratrocantérico annervio femorocutáneo (NFC) y la rama circunfleja ascendente de la arteria femoral(26). La disterior discurre a través del margen de inserción tancia calculada entre el portal y el NFC es de del músculo glúteo mayor y a través de las fibras musculares del glúteo medio. El portal medio se 30 a 46 mm. No obstante, en la práctica clínica la lesión del NFC en relación con este portal se establece cruzando la parte central de los glúteos mayor y medio. Finalmente, el portal posterior se considera excepcional(19,27-29). En un plano más relaciona con el margen posterosuperior del troprofundo, la rama ascendente de la arteria femoral discurre 3-4 cm distal al portal y hasta el cánter mayor y cruza la parte más posterior del momento no encontramos en la literatura lesiomúsculo glúteo medio en la zona anexa al tennes de la misma en relación con este portal. dón del músculo piriforme. Éste es el portal que permite un mejor acceso y visión a la parte posteZona anterolateral rior de la articulación y algunos autores lo denominan portal posterolateral (Figura 4)(15,30). El portal anterolateral se considera como uno de los mas seguros. De hecho, es el primer portal Los portales paratrocantéricos, prioritariamente el medio, pueden poner en peligro el utilizado en la mayoría de las ocasiones. Se loca16 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 X. Pelfort, M. Tey, F. Reina, P.E. Gelber, J.C. Monllau Figura 4. Relación de los diferentes portales paratrocantéricos (AL, LT, PL) y anterolateral (DA) con el cuello y cabeza femorales. paquete neurovascular del glúteo superior, situado a unos 3-4 cm superiores a los portales según algunos trabajos anatómicos. De todas formas, la estructura noble más importante a tener en cuenta es el nervio ciático, que se sitúa 2-3 cm medial al portal paratrocantérico posterior (Figura 5). Por tanto, es importante evitar posiciones de excesiva rotación externa durante el establecimiento del portal(5,8). Otras estructuras en situación de riesgo potencial son el nervio femorocutáneo posterior y el paquete neurovascular glúteo inferior. Otra estructura a tener en cuenta es el nervio pudendo. Aunque es una de las estructuras situadas mas medialmente en esta zona, la mayoría de complicaciones neurológicas de la artroscopia de cadera están en relación con este nervio. Éstas son debidas principalmente a la tracción que se utiliza más que no a su relación anatómica con los portales artroscópicos (Figura 6). Existen en la literatura múltiples casos descritos de neurapraxia del mismo después del procedimiento quirúrgico(6,20,22). De forma más excepcional, se ha producido esta lesión en el nervio ciático(31). Este tipo de complicaciones neurológicas suelen ser autolimitadas en el tiempo y puede reducirse su incidencia y severidad teniendo en cuenta tres factores importantes. En primer lugar, se debe realizar una protección adecuada del poste perineal para evitar una excesiva presión sobre esta zona. Además, será importante controlar la fuerza con la que se realiza la distracción articular, que no debería ser superior a los 25 kg. Finalmente, se recomienda no exceder en 2 horas el tiempo de tracción. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Figura 5. Relación entre el portal paratrocantérico posterior o posterolateral (PP) y el nervio ciático. PORTALES ACCESORIOS Como veremos a lo largo de este monográfico, la reciente descripción de entidades clínicas, como el pinzamiento femoroacetabular, ha permitido un estudio más exhaustivo de las posibilidades artroscópicas de la cadera y, por tanto, la descripción de portales artroscópicos accesorios que suelen utilizarse al tratar esta patología. Algunos autores lo denominan portal accesorio laterodistal o portal accesorio. Éste se sitúa aproximadamente 4-5 cm distal del anterolateral y suele utilizarse como portal de trabajo junto con el anterolateral convencional cuando se debe actuar sobre el compartimento periférico de la cadera(30). Figura 6. La neurapraxia del nervio pudendo en relación con la distracción articular y el poste perineal es la complicación neurológica más frecuente. 17 Portales artroscópicos de la articulación de la cadera Suele establecerse bajo control artroscópico directo(14) cuando ha finalizado la revisión del compartimento central, como veremos más adelante. CONCLUSIONES La artroscopia de cadera ha aumentado significativamente sus indicaciones estos últi- mos años. Tanto sus peculiaridades anatómicas como la complejidad técnica la han convertido en un procedimiento reservado a expertos. El exacto conocimiento de las relaciones anatómicas, así como los riesgos potenciales neurovasculares, son imprescindibles para su práctica habitual. BIBLIOGRAFÍA 1 Burman MS. Arthroscopy or the direct visualization of joints: an experimental cadaveric study. J Bone Joint Surg 1931; 13: 583-8. 2 Dorfman H, Boyer T. Artroscopia de cadera. In: Zarins B, Cugat R (eds.). Principios de artroscopia y cirugía artroscópica. Barcelona: Springer-Verlag Ibérica; 1993. p. 377-86. 3 Dorfman H, Boyer T, Henry P, De Bie B. A simple approach to hip arthroscopy. Arthroscopy 1988; 4: 141-2. 4 Glick JM. Hip arthroscopy. The lateral approach. Clin Sports Med 2001; 20: 733-47. 5 Glick JM, Sampson TG, Gordon RB, Behr JT, Schmidt E. Hip arthroscopy by the lateral approach. Arthroscopy 1987; 3: 4-12. 6 Byrd JWT. Hip arthroscopy utilizing the supine position. Arthroscopy 1994; 10: 275-8. 7 Cory JW, Ruch DS. Arthoscopic removal of a 44 caliber bullet from the hip. Case report. Arthroscopy 1998; 14: 624-6. 8 McCarthy JC, Day B, Busconi B. Hip arthroscopy: Applications and Technique. J Am Acad Orthop Surg 1995; 3: 115-22. 9 Monllau JC, Solano A, León A, Hinarejos P, Ballester J. 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Barcelona La artroscopia de cadera es un procedimiento que está despertando un interés creciente en el conjunto de cirujanos ortopédicos, incrementándose año tras año tanto en número de intervenciones como en el de profesionales que se adentran en este nuevo campo. El objetivo del presente artículo es la descripción de la técnica de posicionamiento y disposición de quirófano para la realización de la artroscopia de cadera, contemplando las diferentes opciones con y sin tracción y la posición de decúbito lateral y supino, con sus ventajas e inconvenientes. Creemos que han de combinarse siempre la tracción y su liberación durante la artroscopia, mientras que la posición del paciente dependerá en gran medida de las preferencias del cirujano. Positioning in hip arthroscopy. Arthroscopy of the hip is a procedure that is awakening a growing interest among orthopaedic surgeons, and both the number of such interventions and the number of professionals entering this new field increases year after year. The aim of the present paper id to describe the positioning technique and the operating theatre outlay for carrying out hip arthroscopy, considering the various options with and without joint distraction and the lateral and supine decubitus positions, with their advantages and disadvantages. It is our opinion that traction and release should always be combined during arthroscopy, while the patient’s positioning will to a great extent be dependent on the surgeon’s preferences. Palabras clave: Cadera. Artroscopia. Cirugía artroscópica. Posicionamiento del paciente. Key words: Hip. Arthroscopy. Arthroscopic surgery. Patient positioning. INTRODUCCIÓN Mucho se ha discutido sobre la colocación del paciente a la hora de practicar una artroscopia de cadera, con sus ventajas e inconvenientes, según los diferentes cirujanos consultados, y cada uno defiende sus hábitos según la experiencia que presenta: el decúbito supino y el decúbito lateral(1). Numerosos son los autores que han estudiado y puesto a punto la técnica quirúrgica, así como diseñado el instrumental y los diferentes aparatos de tracción con los que poder distender la articulación(2-4). Y qué decir tiene que en los últimos años el gran apoyo de las casas comerciales, con el desarrollo de nuevos instrumentales y soportes, ha proporcionado un avance significativo en el progreso de esta técnica quirúrgica, facilitándonos a todos su práctica (Figuras 1, 2 y 3). CON O SIN TRACCIÓN La posibilidad de realizar esta técnica con o sin distracción, llevó en su día a debate esta cues- tión. Hoy en día todos los que nos dedicamos a la cirugía artroscópica combinamos ambas opciones en el mismo acto quirúrgico, dependiendo de la zona a tratar(1). Sin tracción Trabajar sin tracción es un concepto atractivo porque elimina los posibles problemas y consideraciones de tipo técnico sobre las fuerzas de tracción necesarias para la distracción adecuada en la cadera y las complicaciones neurológicas por neuroapraxia del nervio pudendo. Esta técnica que fue descrita por Dorfmann et al.(4), nos permite visualizar de forma exclusiva la zona articular que no está cubierta por el acetábulo y que se corresponde al receso capsular anterior y parte del receso interno y externo, así como 1/3 de la superficie articular periférica de la cabeza femoral (compartimento periférico). Aunque hay autores que han conseguido acceder al compartimento central sin la realización de la tracción axial de la extremidad, esto sólo es posible en un número muy reducido de casos (12 de 358 en la experiencia de Dorfmann)(5), por lo que no podemos contar Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (19-25) 19 Posicionamiento en artroscopia de cadera con esta posibilidad de forma sistemática. Figura 1. Posicionador de cadera para el decúbito supino. Figura 2. Posicionador de cadera para el decúbito lateral. Figura 3. El posicionador nos facilita la flexión de la cadera a la hora de trabajar en el compartimento periférico. 20 Con tracción Con la tracción conseguimos separar las superficies articulares, por lo que podemos visualizar el cartílago del acetábulo en toda su extensión y el cartílago de la zona de carga de la cabeza femoral, así como la zona del pulvinar con la sinovial que recubre el ligamento redondo(6,7). Hasta que no estuvieron disponibles los diferentes dispositivos para realizar la tracción de la extremidad, ésta no pudo ser aplicada de forma eficaz. Hoy en día disponemos de diferentes mecanismos que pueden ser fácilmente adaptados a las mesas ortopédicas comunes, con las que ya estamos familiarizados, y que nos permiten aplicar la tracción tanto en la posición de decúbito lateral como en decúbito supino(8). Cuando empleemos la tracción debemos tener un control de la fuerza aplicada, por ejemplo mediante dinamómetro, no debiendo sobrepasar los 45 kg(9,11), lo que ya nos permitirá una separación de las superficies articulares de unos 8 mm. El tiempo de aplicación de dicha tracción tampoco debe superar las 2 horas, evitando de esta manera las lesiones nerviosas y perineales(10,11). Otros autores han descrito la realización eficaz de este procedimiento sin la utilización del pivote perineal de contratracción(12). Sin embargo, recomendamos la utilización de forma sistemática de dicho pivote perineal(1,7,8). Estudios realizados sobre cadáver demuestran que podría conseguirse una mayor distracción de la cavidad articular combinando la tracción y la insuflación de aire intraarticular(7), aunque por ahora nadie ha probado a utilizar dicha técnica in vivo. No somos partidarios de realizar tracción desde el inicio de la intervención, sino que preferimos, una vez marcadas las referencias óseas de interés (trocánter mayor y espinas ilía- Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 E. Margalet, F. Clemente, X. Gual ANESTESIA Otra consideración a tener en cuenta es el tipo de anestesia que utilizaremos con nuestro paciente. La anestesia raquídea puede presentar problemas a lo largo de la intervención si se tiene en cuenta que la prolongada insuflación de partes blandas puede llegar a producir dolor abdominal(15). Por otro lado, es necesario lograr una buena relajación de la musculatura, que no es fácil de conseguir mediante un bloqueo. Por lo que en general es preferible una anestesia que consiga un adecuado bienestar de nuestro paciente y que nos garantice una cirugía dentro de un ambiente estable. Por ello que aconsejamos se realice bajo anestesia general(1,3,15,16). POSICIONAMIENTO DEL PACIENTE. VENTAJAS E INCONVENIENTES Figura 4. Una vez se realiza la punción con la aguja dentro de la articulación, iniciamos la tracción. Observaremos cómo la aguja desciende al realizar tracción, así como la cavidad articular se llena de aire. cas antero superiores), realizar una punción con una aguja a nivel de la entrada del portal anterolateral, siempre guiado por el fluoroscopio en proyección anteroposterior, de manera que al introducir la aguja en la articulación, se produce la pérdida de la presión negativa, facilitando la distensión de la articulación al aplicar tracción(13-15) (Figura 4). Es entonces cuando debemos realizar un control visual de la aguja mediante el fluoroscopio de forma continua mientras vamos realizando la tracción. Observamos que la cabeza del fémur sufre un descenso y la aguja debe descender de igual manera que la cabeza. En caso contrario nos encontraremos en la situación de que la aguja ha atravesado el labrum y no descenderá. Es el momento de corregir la trayectoria de la aguja inicial hasta conseguir el efecto deseado. A la hora de poder acceder al compartimento periférico, deberemos quitar la tracción de forma progresiva, ganado flexión de rodilla y cadera para relajar la cápsula articular. Es en este momento donde los diferentes sistemas de posicionamiento de cadera podrán facilitarnos nuestro trabajo (Figura 3). Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 La colocación del paciente está claramente determinada por las preferencias del cirujano, pudiéndose llevar a cabo tanto en decúbito lateral como en decúbito supino y presentando ambas posiciones sus ventajas e inconvenientes(1). La principal ventaja del decúbito supino es su simplicidad. Ofrece una más fácil orientación para aquellos cirujanos que se encuentran más familiarizados con dicha posición y puede realizarse con una mesa de tracción estándar sin complementos especiales. Además permite un fácil control radioscópico de los primeros pasos para la introducción de las cánulas(11,12,16,17). Por estas razones puede ser una posición ideal para aquellos cirujanos que quieran iniciarse en la artroscopia de cadera. Presenta los inconvenientes de la dificultad para maniobrar el instrumental en pacientes obesos y un acceso difícil para aquellos pacientes con grandes osteofitos anterolaterales del cótilo(11,12,16,10). A pesar de ello, resulta una forma sencilla y reproducible y nos proporciona una capacidad de visión y maniobra suficiente para resolver la mayor parte de la patología intraarticular de la cadera(1,17). El decúbito lateral ofrece en cambio una mayor maniobrabilidad en pacientes obesos, ya que el panículo adiposo abdominal y glúteo quedan fuera del campo operatorio. Desde este acceso podríamos visualizar toda la superficie de carga articular sólo con la óptica de 30º (17). 21 Posicionamiento en artroscopia de cadera cadera a intervenir para evitar en lo posible interferencia con el fluoroscopio a la hora de realizar alguna proyección axial. Asimismo, la disposición de las extremidades inferiores ha de posibilitar el paso y maniobrabilidad del fluoroscopio a la hora de comprobar la entrada de los diferentes portales (Figura 5). Las extremidades inferiores, antes de su colocación en la mesa de tracción, se prepararán a nivel de los tobillos con protecciones adecuadas para evitar la fricción o la presión de las estructuras óseas prominentes (Figura 6). Es fundamental la colocación Figura 5. Es importante ensayar las maniobras con la escopia, para comde un amplio rulo o poste periprobar que no existen impedimentos físicos. El brazo contralateral es el neal (12 cm de diámetro mínimo) portador de la sueroterapia, manguito de presión… (Figura 6) y lateralizado hacia el lado quirúrgico(1,3,16) (esto añade un componente lateral a la dirección del vector Además, permite no sólo una mejor visualización de la porción inferior y posterior de la de tracción) (Figura 7), para evitar la compresión nerviosa de las estructuras implicadas a la articulación, sino que también nos facilita acceder con el instrumental a estas zonas(18). Prohora de realizar la tracción La extremidad a intervenir se coloca en abporciona además un acceso más sencillo en pacientes con grandes osteofitos en la porción ducción de 20°-25° y con la cadera en extensión (la cadera en flexión acercaría el nervio anterolateral del acetábulo(16). La posición de decúbito lateral nos permite ciático a la articulación) y con rotación nula diseñar de forma más sencilla los portales paratrocantéricos y, en el momento de introducir las cánulas, éstas entrarán más fácilmente, pues atravesarán la porción más superior de la cápsula articular, que es ligeramente más delgada(18). Por otro lado, tiene el inconveniente de precisar dispositivos especiales para el posicionamiento y la tracción, y necesita un tiempo superior para la colocación adecuada del paciente(1,16). DECÚBITO SUPINO El paciente se encuentra colocado en decúbito supino, con las extremidades inferiores colocadas en mesa de tracción o bien con los diferentes posicionadores de cadera específicos que existen para realizar cirugía artroscópica (Figura 1). Recomendamos que la sueroterapia se realice en la extremidad superior contralateral a la 22 Figura 6. Debemos proteger las estructuras articulares del tobillo. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 E. Margalet, F. Clemente, X. Gual intensificador de imágenes entre las piernas, debiendo fijar el pie contralateral para evitar que la pelvis bascule durante la distracción de la cadera a intervenir(11,18) (Figura 8). Es imprescindible realizar una buena estrategia preoperatoria a la hora de establecer la posición de cada uno de los aparatos (Figura 9), por lo que recomendamos la disposición que aparece en la Figura 10 como la mejor manera de alcanzar el ambiente estable. DECÚBITO LATERAL Descrita inicialmente por Glick(10,13,19) para resolver las dificultades que encontraban con el decúbito supino para determinados casos de osteofitosis, importante en la porción anterolateral del cótilo, y para pacientes obesos. El paciente se coloca en decúbito lateral, con la cadera a intervenir en la parte superior. El pie quedará fijado en el dispositivo de tracción, dejando la cadera en posición de discreta abducción, 10-20° de flexión y rotación neutra o discretamente externa, para relajar la cápsula(11,16,17). Al igual que en la posición supina, el dispositivo de tracción debe permitir liberar la rotación del pie durante la intervención, por si fuera necesario para la completa exploración de la cabeza femoral(17) (Figura 2). Figura 7. Vector de fuerza resultante del efecto del poste perineal. o interna del pie, haciendo que la rótula mire al cenit. De esta manera alejaremos el nervio ciático del portal posterolateral. Dicha fijación del pie debe permitir liberar su rotación por si fuera necesario para explorar completamente la cabeza femoral durante la intervención(3,11,16,18). La extremidad contralateral se coloca con la abducción necesaria para poder trabajar con el Figura 8. La disposición de las extremidades ha de permitir el paso de la escopia para poder visualizar la cadera a la hora de realizar los portales de entrada. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Figura 9. Disponemos de una mesa auxiliar colocada sobre el abdomen del paciente, donde colocaremos el motor, vaporizador… disfrutad de un ambiente estable. 23 Posicionamiento en artroscopia de cadera Figura 10. Ambiente estable en quirófano. La abducción superior a 20º no es recomendable, ya que no produce un aumento significativo de la distracción articular y puede ocasionar un estrechamiento del espacio entre la cabeza del fémur y el borde anterior del acetábulo, además de incrementar la tensión sobre el nervio ciático(7). El pivote perineal se colocará horizontal, en posición transversal respecto al eje del tronco, entre ambas piernas, aproximadamente 10-15 cm distal a la tuberosidad isquiática, empujando hacia arriba la cara medial del muslo. Así conseguimos el necesario vector lateral para la fuerza de distracción, y evitamos la presión directa sobre el nervio pudendo en el punto en el que cruza sobre el isquion(10,17). El brazo del fluoroscopio se colocará perpendicular a la mesa de operaciones y por debajo de ésta, proporcionándonos así una proyección anteroposterior que nos permitirá saber el grado de distracción articular y nos orientará a la hora de la colocación de los portales(16,17) (Figura 11). CONCLUSIÓN Figura 11. Colocación del poste perineal en el lado de la cadera a intervenir. La rótula ha de mirar al cenit o realizar rotación interna. Abducción de unos 20° de la extremidad intervenida. 24 La artroscopia es un procedimiento cada vez más popular para determinada patología de cadera, ha despertado un interés creciente entre los cirujanos. Antes de iniciarse en este procedimiento, se ha de planificar cuidadosamente todos los aspectos técnicos, incluyendo la posición del paciente. Recomendamos la utilización sistemática de la tracción para la visualización del compartimento central y su liberación para actuar sobre el compartimento periférico. Tanto la posición de decúbito lateral como la de decúbito supino permiten el desarrollo satisfactorio de la artroscopia, teniendo cada opción sus ventajas e inconvenientes. La elección de una u otra depende fundamentalmente de las preferencias y de la experiencia del cirujano. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 E. Margalet, F. Clemente, X. Gual BIBLIOGRAFÍA 1 Byrd JWT. Surgical techniques: Hip arthroscopy. J Am Acad Orthop Surg 2006; 14 (7): 433-44. 2 Burman MS. Arthroscopy or the direct visualization of joints: an experimental cadaver study. J Bone Joint Surg 1931; 13: 669 95. 3 Byrd JWT. Hip arthroscopy utilizing the supine position. Arthroscopy 1994; 10: 275-80. 4 Dorfmann H, Boyer Th, Bie B. Arthroscopie de hanche. Méthodes et intérêts. Rev Rhum (Ed Fr) 1993; 60: 330-4. 5 Dorfmann H, Boyer Th, Henry P, et al. A simple approach to hip arthroscopy. Arthroscopy 1988; 4: 141-2. 6 Funke EL, Munzinger U. Complications in hip arthroscopy. Arthroscopy 1996; 12: 156-9. 7 Dienst M, Seil R, Gödde S, Brang M, Becker K, Georg T, Kohn D. Effects of traction, distension, and joint position on distraction of the hip joint: an experimental study in cadavers. Arthroscopy 2002; 18 (8): 865-71. 8 Hawkins RB. Arthroscopy of the hip. 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Facultad de Medicina. Universidad de Barcelona. (2) Servicio de Traumatología. Fundación Hospital Espíritu Santo. Santa Coloma de Gramenet. Barcelona (1) El conocimiento exacto de la vascularización de la cabeza femoral es básico para la realización de cualquier proceso quirúrgico intra- o extracapsular. Esta vascularización proviene fundamentalmente de la arteria circunfleja femoral medial y de sus ramas, con un papel mucho menos destacado de la arteria circunfleja femoral lateral. Desde los trabajos de Trueta y colaboradores se reconocen dos vascularizaciones en cuanto al punto de penetración en el hueso, una epifisaria y otra metafisaria. Se revisan aquí las características de los dos accesos vasculares nutricios de la cabeza y el cuello femorales, y se examinan los riesgos vasculonerviosos en la artroscopia de cadera. Vascularization of the femoral head and neck and hip arthroscopy. A precise knowledge of the vascularization of the femoral head is fundamental for carrying out any intra- or extracapsular surgical intervention. This vascularization derives fundamentally from the medial femoral circumflex artery and its branches, with a much lesser role for the lateral femoral circumflex artery. Since the works of Trueta and co-workers, two vascularization networks have been recognized based on the point of bone penetration, an epiphyseal one and a metaphyseal one. We here review the characteristics of the two nutritional vascular accesses to the femoral head and neck and examine the neurovascular risks in hip arthroscopy. Palabras clave: Artroscopia de cadera. Vascularización. Riesgos vasculonerviosos. Key words: Hip arthroscopy. Vascularization. Neurovascular risks. El conocimiento exacto de la vascularización de la cabeza femoral es básico para la realización de cualquier proceso quirúrgico intra- o extracapsular. Es difícil encontrar en la literatura referencias exactas sobre la localización y distribución de los vasos que penetran a nivel de la cabeza y cuello femoral, ya que la gran mayoría de estudios abarcan la localización aproximada de los mismos. En el momento actual, donde todos los procesos quirúrgicos tienden a realizar abordajes más reducidos así como técnicas quirúrgicas artroscópicas, es donde la descripción y el conocimiento de la anatomía toma un papel más relevante. La vascularización de la cabeza femoral se ha dividido clásicamente en extraósea e intraósea. La vascularización intraósea toma relevancia en procesos como las artroplastias de recubrimiento (resurfacing) en las que la preservación de la vascularización del resto de la cabeza femoral es esencial para el éxito de la técnica. La vascularización de la cabeza femoral básicamente proviene de la arteria circunfleja femo26 ral medial y de sus ramas, haciendo hincapié en su rama profunda que discurre profunda a los músculos rotadores pelvitrocantéricos. El papel de la arteria circunfleja femoral lateral es mucho menor(1) (Figura 1), del mismo modo que su riesgo de lesión, que en procesos quirúrgicos también disminuye debido a que la mayoría de abordajes sobre esta articulación afectan a la región posterior. Trueta et al. definieron la nomenclatura apropiada para la descripción de la vascularización de la cabeza y del cuello femoral en el punto de penetración al hueso. De esta manera, se describieron dos vascularizaciones, una epifisaria y otra metafisaria. Las arterias epifisarias se dividen en externa, que penetra en la cabeza femoral por su región posterosuperior, e interna, cuyas ramas principales se dirigen hacia fuera a partir de la fovea capitis, por la cual penetra en la cabeza femoral anastomosándose con los vasos epifisarios externos. La anatomía arterial metafisaria está formada normalmente por dos, tres o cuatro arterias me- Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (26-32) I. Sáenz, O. Fariñas Figura 1. Visión lateral del triángulo femoral, donde se observan las ramas de la arteria femoral profunda. 1: arteria femoral profunda; 2: arteria femoral; 3: arteria circunfleja femoral medial; 4: arteria circunfleja femoral lateral; 5: músculo sartorio (seccionado); 6: músculo recto anterior (seccionado); 7: músculo tensor de la fascia lata; 8: vasto lateral de músculo cuádriceps. Figura 2. Representación ósea del es- Figura 3. Preparación anatómica de quema horario de la cabeza y cuello la región glútea derecha mostranfemorales para cuantificar la locali- do la musculatura pelvitrocantérea. zación de los orificios vasculares propuesto por Lavigne et al.(2). tafisarias superiores, que más tarde darán origen al grupo de las arterias epifisarias externas, que entran en la parte superior del cuello femoral a cierta distancia del cartílago articular, y las arterias metafisarias inferiores, que penetran en el hueso cerca del borde inferior del cartílago articular. Tanto las arterias epifisarias laterales como los dos grupos de arterias metafisarias proceden habitualmente de la arteria circunfleja femoral medial, teniendo por tanto un papel crucial en la vascularización de la cabeza y cuello femorales. La arteria epifisaria interna se desprende de la arteria del ligamento redondo, rama de la arteria acetabular que procede de la arteria obturatriz. Lavigne et al.(2) (Figura 2) detalló la distribución de estos vasos alrededor de la cabeza y cuello femoral, concretando el punto de entrada de los mismos y su importancia en el momento de preservarlos en las vías de abordaje de esta articulación. Describió la cabeza y cuello femorales, dividiéndolos en porCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 ciones horarias, y concluyó que la mayoría de orificios vasculares (77%) se hallan situados en la región posterosuperior, comprendida entre la franja horaria de las 9 a las 2. En el 71% de los especímenes estudiados los orificios vasculares habían desaparecido totalmente en la franja horaria situada entre las 2 y las 6, es decir a nivel de la región anterior del cuello femoral. ARTERIA CIRCUNFLEJA FEMORAL MEDIAL Es la arteria principal en la vascularización de la cabeza y cuello femorales. Rama de la arteria femoral profunda (83%) o de la arteria femoral común (27%)(3) está formada normalmente por cinco ramas: ascendente, descendente, acetabular, superficial y profunda. La rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial (Figuras 3 y 4) es la principal arteria responsable de la vascularización de la cabeza y cuello femorales(4). Se origina medial, entre los tendones de los músculos pectíneo e ílio-psoas, a lo largo del borde inferior del músculo obturador externo. Posteriormente, 27 Vascularización de la cabeza y cuello femorales […] Figura 4. Tenotomía de los músculos pelvitrocantéreos mostrando la cápsula posterior. 1: músculo glúteo medio; 2: músculo glúteo menor; 3: tendón del músculo piriforme; 4: músculo gémino-superior; 5: tendón del músculo obturador interno; 6: músculo gémino-inferior; 7: arteria circunfleja femoral medial; 8: músculo cuadrado femoral; 9: nervio ciático; 10: cápsula posterior. Figura 5. Imagen del plano profundo de la región glútea donde se observa la emergencia de la rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial sobre el músculo cuadrado femoral. Figura 6. Resección del músculo cuadrado femoral para observar el trayecto de la rama ascendente de la arteria circunfleja femoral medial. Figura 7. Visión posterior de la articulación de la cadera. Se observa la cápsula posterior y el trayecto de la rama ascendente de la arteria circunfleja femoral medial con sus ramas sobre la cara interna del trocánter mayor. la rama profunda se divide originando la rama ascendente de la arteria circunfleja femoral medial, la cual se dirige en profundidad en el espacio entre el límite proximal del músculo cuadrado femoral y el músculo gémino-inferior (Figuras 5 y 6). Discurre anteriormente a los tendones de ambos géminos y del músculo obturador interno. A continuación, perfora la cápsula a ni28 vel del tendón del músculo gémino-superior y da origen a entre dos y cuatro ramas retinaculares intracapsulares(4) (Figura 7). En el 20% de los especímenes nos encontramos con dos ramas en la cara inferior del cuello femoral, conocidas como vasos retinaculares inferiores. Estos vasos retinaculares, tal y como describió Carlioz(5) y Gautier(3), provienen de la rama Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 I. Sáenz, O. Fariñas ARTERIA CIRCUNFLEJA FEMORAL LATERAL Figura 8. Plano superficial del triángulo femoral. Figura 9. Visión del triángulo femoral tras realizar la tenotomía del músculo sartorio. profunda de la arteria circunfleja medial, por lo que son susceptibles de que sean lesionados en el momento de la realización de abordajes posteriores de cadera o en la práctica de portales artroscópicos posteriores de dicha articulación. La arteria circunfleja femoral lateral tiene una participación mucho menos importante en la vascularización del cuello y cabeza femorales(6). Nace en la mayoría de casos de la arteria femoral profunda (Figura 8). Desde este punto se dirige lateralmente pasando en profundidad al músculo recto anterior (Figuras 9 y 10). A este nivel da origen a ramas tanto para este músculo como para la cápsula anterior de la articulación coxofemoral (Figura 11) y el vasto externo del cuádriceps al cual rodea anastomosándose, en la extremidad superior del cuello, con la rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial(7).. RIESGOS VASCULONERVIOSOS EN LA ARTROSCOPIA DE CADERA Los riesgos vasculonerviosos vienen determinados por la localización de los portales realizados en la artroscopia de cadera. Tal como se ha descrito, los portales habitualmente utilizaFigura 10. Imagen del dos en este procedimiento vietriángulo femoral donde nen determinados por su mejor se ha realizado la tenotoacceso al área de trabajo: commía del músculo recto anpartimento central y/o compartiterior. Se pueden observar mento periférico(8,9). el recorrido de las ramas Si decidimos trabajar en el musculares del nervio fecompartimento central, los pormoral así como de la artales de uso habitual son tres: teria circunfleja femoral el anterior, el antero-lateral y el lateral. 1: nervio femoral; postero-lateral. Para acceder al 2: arteria femoral; 3: artecompartimento periférico, los ria femoral profunda; 4: portales más utilizados son: el nervio cutáneo femoral suanterior, el antero-lateral proxiperficial; 5: músculo sartomal y el antero-lateral distal(10). rio; 6: músculo psoasilíaco; 7: músculo recto anterior; 8: rama transversa de la arteria circunfleja femoral lateral; 9: ramas musculares de la arteria circunfleja femoral lateral. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 PORTAL ANTERIOR Los riesgos de lesión del portal anterior son el nervio femoral y 29 Vascularización de la cabeza y cuello femorales […] cia se reduce de manera considerable cuando medimos la distancia con respecto a la rama terminal de dicha arteria, que se encuentra a una distancia media de 0,3 cm (0,2-0,4 cm). En referencia al nervio cutáneo femoral lateral se encuentra una distancia de seguridad media de 0,3 cm (0,21 cm). Esta estructura es, con diferencia, las más próxima al lugar de establecimiento de este portal, por lo que es recomendable la disección roma en el momento de su realización al menos Figura 11. Visión anterior del cuello fe- Figura 12. Visión de la región glútea hasta nivel de la fascia moral en la que se observa el recorrido (músculo glúteo mayor y medio resecados) crural, salvando de esde la rama ascendente de la arteria cir- donde se muestra la relación del paquete te modo el trayecto de cunfleja femoral lateral sobre la cápsula neurovascular glúteo superior con el troeste nervio. anterior de la articulación coxofemo- cánter mayor del fémur. 1: nervio ciático; La distancia media ral. 1: arteria circunfleja femoral lateral; 2: paquete vásculo-nervioso glúteo supecon respecto al nervio 2: rama ascendente; 3: rama transversa; rior; 3: músculo glúteo menor; 4: músculo femoral es de 4,3 cm 4: ramas musculares; 5: cápsula anterior; piriforme; 5: músculo cuadrado femoral; 6: (3,8-5 cm), si bien di6: vasto externo del músculo cuádri- inserción del músculo glúteo medio a nivel del trocánter mayor. chas mediciones pueden ceps. establecerse en diferentes niveles y planos. Por ello, cuando nos encontramos a nivel del cutáneo femoral lateral, y la rama ascendente músculo recto anterior la distancia media de la arteria femoral lateral(11,12). es de 4,3 cm, mientras que a nivel de la cápsuEl portal anterior se encuentra a una distancia media de 3,7 cm (1-6 cm) con respecto a la es de 3,7 cm(11). la rama ascendente de la arteria circunfleja femoral lateral (Figura 11), pero esa distan- PORTAL ANTERO-LATERAL Figura 13. Representación ósea de la ubicación del portal antero-lateral. 30 Con respecto a las estructuras potencialmente lesionables tan sólo destaca el paquete glúteo superior (Figura 12). Byrd(12) concluyó que la distancia media de seguridad con respecto al nervio glúteo superior es de 4,4 cm (3,2-5,5 cm). En conclusión, se trata de un portal bastante seguro y el primero a realizar, bajo control radiológico. Hay que tener en cuenta que el portal antero-lateral (Figura 13) presenta dos variaciones: el antero-lateral propiamente dicho y el portal lateral. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 I. Sáenz, O. Fariñas Figura 14. Representación ósea de la localización portal postero-lateral sobre el margen posterior del trocánter mayor del fémur. Figura 16. Corte transversal a nivel de la epífisis proximal del fémur. Observamos la rama ascendente de la arteria femoral medial protegida por el trocánter mayor. El trayecto del trócar se encuentra apoyado sobre el borde posterior del trocánter mayor protegiendo la arteria de su posible lesión. 1: borde posterior del trocánter mayor; 2: cuello y cabeza femorales; 3: músculos pelvitrocantéreos; 4: músculo glúteo mayor; 5: rama ascendente de la arteria femoral medial; 6: nervio ciático PORTAL POSTERO-LATERAL Tradicionalmente el portal postero-lateral (Figura 14) ha sido utilizado como un portal seguro, debido a que la única estructura nerviosa de riesgo descrita ha sido el nervio ciático (Figura 15). No obstante, debe recordarse que este portal mantiene una relación muy cercana con la arteria circunfleja femoral medial, en el momento que ésta se hace posterior. Muchos autores se han centrado en el peligro de lesión de la arteria circunfleja femoral lateral Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Figura 15. Región glútea profunda a nivel del plano pelvitrocantéreo. Se observan las relaciones de la rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial con la musculatura pelvitrocantérea y el nervio ciático. 1: nervio ciático; 2: paquete vásculo-nervioso glúteo superior; 3: músculo glúteo menor; 4: músculo piriforme; 5: músculo cuadrado femoral; 6: inserción del músculo glúteo medio a nivel del trocánter mayor; 7: músculos pelvitrocantéreos; 8: rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial. durante el establecimiento del portal anterior. Sin embargo, la lesión de esta arteria y sus ramas no produce una necrosis vascular de la cabeza femoral, ya que no es la principal arteria nutriente de la misma(13). Sussman hizo hincapié en la relación de esta arteria con el portal postero-lateral. El único inconveniente del estudio, en el momento de extrapolar los resultados, es que el número de especímenes era siete. Según dicha publicación, la distancia del portal con el trayecto de la arteria circunfleja femoral medial y sus ramas se 31 Vascularización de la cabeza y cuello femorales […] respecto al nervio ciático es de 2,9 cm (2-4,3 cm)(11). PORTALES COMPARTIMENTO PERIFÉRICO En el establecimiento de estos portales, una posible lesión vascular no provocará la necrosis de la cabeza del fémur. Los portales habitualmente utilizados para acceder al compartimento periférico son tres: portal anterior, portales anterolateral proximal y antero-lateral distal(10) Figura 17. Representación ósea de los tres portales habitualmente (Figura 17). Todos ellos se encuentran loutilizados para acceder al compartimento periférico. calizados a nivel de la región anterior de la articulación. No existen suficientes estudios que describan encuentra entre 3 y 10 mm. Sussman destacó el papel del reborde óseo posterior del trocánlas relaciones vasculo-nerviosas de los portales antero-lateral proximal y distal, pero anatómiter mayor (Figura 16) como margen de seguridad en el momento de establecer este portal. camente comparten riesgos con el portal anterior, es decir, la arteria circunfleja femoral lateSi no situamos este portal, en el momento de acceder a la articulación, anteriormente a diral y sus ramas capsulares, el nervio femoral, y cho reborde respetaremos el trayecto de la arsuperficialmente el nervio cutáneo femoral lateteria circunfleja femoral medial y sus ramas, ral, aunque las distancias de seguridad pueden preservando así la vascularización de la cabeza variar debido a la diferente dirección de los porfemoral. La distancia media de este portal con tales tanto proximal como distalmente. BIBLIOGRAFÍA 1 Sevitt S, Thompson RG. The distribution and anastomoses of arteries supplying the head and neck of the femur. 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(2) Servicio Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Asepeyo Sant Cugat. Sant Cugat del Vallés (Barcelona). (3) Laboratorio de Anatomía Artroscópica y Quirúrgica. Universidad de Barcelona Correspondencia: Luis Pérez Carro Avda. Estadio 17 D, 3.o izda. 39005 Santander Correo electrónico: [email protected] Aunque durante años se ha prestado poca atención al compartimiento periférico de la articulación de la cadera, la evolución de la artroscopia de esta articulación, la mayor comprensión de sus alteraciones patológicas y la aparición de nuevos conceptos nosológicos han hecho que la artroscopia de este compartimiento adquiera mayor importancia. Se describen en este artículo la técnica y el instrumental necesarios, los portales de acceso y el recorrido artroscópico del compartimiento en condiciones normales junto a determinados aspectos patológicos. Arthroscopy of the peripheral compartment of the hip joint. Even though, over the years, only scarce attention has been given to the peripheral compartment of the hip joint, the evolution of arthroscopy of this joint structure, a better knowledge of its pathological changes and the apparition of new nosological concepts has led to an increasing importance of the arthroscopy of this compartment. The present paper describes the technique and instrumentation required, the access portals and the arthroscopic run-through both in normal and in certain disease conditions. Palabras clave: Cadera. Compartimiento periférico. Artroscopia. Técnica. Instrumental. Portales. Recorrido artroscópico. Key words: Hip. Peripheral compartment. Arthroscopy. Technique. Instrumentation. Access portals. Arthroscopic run-through. INTRODUCCIÓN Dorfmann y Boyer(1) dividieron la articulación coxo-femoral, desde el punto de vista artroscópico, en dos compartimentos separados por el rodete cotiloideo o labrum, el compartimento central y el compartimento periférico. El compartimento central comprende la fosa acetabular, el ligamento redondo, el cartílago lunate y la carilla articular de la cabeza femoral en la zona de carga. El compartimento periférico lo forman el cartílago de la cabeza femoral de la zona de no carga, el cuello femoral con los diferentes repliegues sinoviales y la cápsula articular. Durante años, al compartimento periférico se le ha dado poca importancia desde el punto de vista clínico, pero la evolución de la artroscopia de cadera, el mayor entendimiento de su patología y la aparición de nuevos conceptos como el femoroacetabular impingement, y la necesidad de acceder a la periferia de la articulación coxo-femoral para su resolución han hecho que la artroscopia del compartimento periférico cobre mayor importancia, abriéndose nuevos campos y posibilidades terapéuticas. TÉCNICA ARTROSCÓPICA EN EL COMPARTIMENTO PERIFÉRICO DE LA CADERA La técnica artroscópica utilizada para trabajar en el compartimento periférico es similar, en cuanto a materiales y terminales artroscópicos, a la que se utiliza en el compartimento Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (33-40) 33 Artroscopia del compartimento periférico de la cadera central, pero con pequeñas variaciones, principalmente en lo que se refiere a la posición de la extremidad. El material artroscópico que se utiliza consta de una óptica de 70°, cánulas de 4,5 mm, 5 mm y 5,5mm, instrumental motorizado tipo sinoviotomo, tanto rectos como curvos, fresa de 4,5 mm oval y redonda, material de radiofrecuencia flexible, instrumental para realizar microfracturas, arpones de 2,4 mm y 2,9 mm, para reinsertar el labrum, e instrumental de sutura similar al utilizado en el hombro (empujadores, cortadores, penetradores, etc.). La posición del paciente puede ser tanto en decúbito lateral como en decúbito supino pero, al igual que otros autores(2-6), consideramos que el decúbito supino presenta una serie de ventajas sobre el lateral. En decúbito supino la colocación del paciente es más simple y todo el equipo quirúrgico (cirujano, anestesista, enfermería y técnicos en general) está familiarizado con ella, pues es una posición similar a la utilizada para la osteosíntesis de las fracturas de fémur. Una ventaja adicional del decúbito supino es que las estructuras anatómicas están dispuestas de tal manera que permiten una fácil orientación para el cirujano. Por otro lado, esta posición proporciona el acceso a todos los portales para la realización de la técnica, y no se ha descrito ningún caso de extravasación de líquido de irrigación a la cavidad intraabdominal, complicación que sí se ha percibido en el decúbito lateral(7,8). La colocación del paciente en decúbito supino puede ser realizada, a su vez, con la mesa de tracción clásica o con mesas específicas que nos aportan un mejor manejo durante la técnica quirúrgica en el momento de cambiar de posición, de flexión a extensión de la extremidad y viceceversa, o de realizar rotación interna-externa o aducción-abducción. Estas maniobras se realizan de manera habitual durante la osteocondroplastia en el tratamiento del femoroacetabular impingement. A pesar de todas estas ventajas, hay que tener en cuenta el riesgo, aunque bajo, de neuropraxia debida a la compresión de algunas estructuras neurológicas causada por un déficit de protección en la región perineal o en la zona distal de la pierna, o bien por un exceso de tracción(9,10). Sin embargo, el compartimento periférico de la cadera puede ser visto y explorado mejor sin tracción(11), por lo que el riesgo de neuropraxia al realizar una artroscopia 34 en este compartimento va a ser aún menor. Al no ser infrecuente que un proceso patológico afecte a ambos compartimentos, es recomendable acostumbrarse a la realización combinada de la técnica con y sin tracción. Además, parte del tratamiento de algunos procesos que afectan al compartimento periférico, como la reinserción del rodete cotiloideo en algunos casos de pinzamiento femoroacetabular, deben realizarse en tracción (Figura 1). Debido a que técnicamente es más exigente la localización exacta de los portales para la exploración del compartimento central y que existe el riesgo de perforación del rodete cotiloideo o labrum, o de lesión del cartílago durante su realización, se recomienda empezar por la técnica artroscópica en tracción y continuar con la técnica artroscópica sin tracción. La realización de los diferentes portales anteriores y anterolaterales, que luego describiremos, puede lesionar la rama lateral del nervio fémoro-cutáneo(12,13). Esta estructura neurológica se ha observado en algunos casos localizada a sólo 0,3 cm del portal anterior, según un estudio realizado por Byrd(14). Por este motivo va a ser imprescindible una técnica protocolizada similar a la utilizada en la artroscopia de otras articulaciones (incisión cutánea y disección roma con mosquito hasta un plano profundo), o bien, como recomienda algún autor(15), la realización de una pequeña incisión para visualizar y evitar la rama nerviosa. Figura 1. Algunos procesos que afectan al compartimento periférico, como la reinserción del rodete cotiloideo en algunos casos de femoroacetabular impingement, deben realizarse en tracción. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 L. Pérez Carro et al. Figura 2. La flexión de la cadera va a permitir la relajación de la cápsula anterior, proporcionando un acceso más fácil en el compartimento periférico anterior. PORTALES PRINCIPALES DEL COMPARTIMENTO PERIFÉRICO DE LA CADERA Una vez retirada la tracción, la flexión de la cadera va a permitir la relajación de la cápsula anterior, proporcionando un acceso más fácil en el compartimento periférico anterior(16) (Figura 2). Es importante reconocer una serie de referencias cutáneas que debemos marcar una vez el paciente está correctamente colocado y con la cadera en tracción. La cresta ilíaca y su espina antero-superior son fácilmente palpables incluso en algunos pacientes con sobrepeso. La prolongación hacia distal de estas dos referencias, como si se tratara del recto anterior del músculo cuádriceps, que no vamos a palpar por ser profundo, va a delimitar la zona segura para la realización de los portales anteriores, ya que medial a este límite vamos a encontrarnos el nervio del músculo cuádriceps, el tronco principal del nervio fémoro-cutáneo y la arteria y vena femoral. La protusión cutánea del trocánter mayor va a ser otra referencia importante a tener en cuenta. Sin embargo, esta referencia puede variar en función del grado de tracción o de flexión de la cadera, por lo que va a ser importante su palpación constante cada vez que haya un cambio en la posición de la pierna y sea necesario realizar un nuevo portal. Por otro lado, al ser la articulación coxo-femoral una articulación profunda, deberemos orientar correctamente el trayecto de nuestros portales desde la superficie hasta la articulaCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 ción, para evitar de este modo lesionar otras estructuras. Para ello, va a ser útil la utilización de un aparato de radiología portátil que nos indique si la dirección de las agujas, utilizadas como guía de los diferentes dilatadores, necesarios para la creación y mantenimiento del portal, es correcta. Nosotros realizamos la exploración del compartimento periférico en posición de flexión de 45° y sin tracción, y una vez terminada la exploración y tratamiento de las lesiones en la región central, no obstante hay otros autores como Dienst(17) que realizan en primer lugar el portal antero-lateral sin tracción y en flexión de 45° dirigido hacia la región periférica y, posteriormente y bajo control artroscópico, realiza el portal anterior de modo que controla su ubicación precisa. De esta manera, y como la articulación no está inicialmente en tracción, se disminuye el riesgo de lesión sobre el cartílago, al estar protegido por su propia coaptación dentro de la articulación. A continuación, y con la guía introducida, realiza la tracción sobre la extremidad, permitiéndose entonces la exploración y tratamiento de las posibles lesiones a nivel del compartimento central. Se han descrito numerosos portales para el acceso al compartimento periférico en función de la preferencia de los cirujanos y de las escuelas quirúrgicas. Nosotros utilizamos, en la artroscopia de este compartimento, básicamente cuatro portales: 1. El portal antero-lateral (utilizado para en la artroscopia del compartimento central y que redirigimos a la región periférica en posición de flexión, sin tracción y bajo control radioscópico), con el que iniciamos la visión del compartimento periférico. 2. El portal accesorio anterior u oblicuo anterior distal. 3. El portal accesorio antero-lateral o anterolateral distal. 4. El portal anterior proximal u oblicuo anterior proximal. Todos estos accesos se pueden utilizar tanto como portales de trabajo como de visión. El portal oblicuo anterior distal, descrito por Philippon(18) tiene la ventaja adicional de que el acceso al borde cotiloideo para la colocación de anclajes en las reinserciones del labrum es más seguro y reproducible (Figura 3). El portal antero-lateral o paratrocantérico anterior (1-2 cm proximal del trocánter mayor y a 1 cm del margen anterior de su pro35 Artroscopia del compartimento periférico de la cadera Figura 3. Visión externa de trabajo en el compartimento periférico mostrando el portal antero-lateral distal (óptica), el portal oblicuo anterior (sistema de flujo) y el portal antero-lateral (instrumental motorizado). Figura 5. Foto artroscópica de resección de la giba con visión desde el portal oblicuo anterior. minencia) es considerado el portal estándar para la exploración del compartimento periférico, ya que prácticamente permite toda su visualización. La exploración protocolizada del compartimento periférico se realiza a través de este portal. La zona más lateral y la posterior son más difíciles de visualizar, sobre todo en casos de hipertrofia sinovial o de articulaciones estrechas o “constreñidas”. En esta situación será necesario la realización de portales adicionales. El portal accesorio antero-lateral o antero-lateral distal (4 cm distal respecto al portal antero-lateral) (Figura 4) puede ser utilizado como portal de trabajo o de visión de 36 Figura 4. Portales habituales de trabajo en la posición periférica. Dos accesos antero-laterales (antero-lateral y antero-lateral distal) y dos anteriores (distal y proximal). la región más lateral y posterior del compartimento periférico en aquellos casos en que no sea posible desde el portal estándar. En algunos pacientes, va a ser necesaria la realización del portal postero-lateral o paratrocantérico posterior (1-2 cm proximal del trocánter mayor y en el margen posterior de su prominencia), para acceder a la región más lateral y posterior del compartimento periférico, pero esta maniobra es raramente necesaria. El portal anterior (a la altura de la línea que prolonga la espina ilíaca antero-superior y en línea con la punta del trocánter mayor) utilizado en los últimos años para la exploración del compartimento central, puede emplearse como portal de trabajo en algunos procesos del compartimento periférico. Sin embargo, su utilización se está reduciendo debido al riesgo de lesión de la rama lateral del nervio fémoro-cutáneo. En su lugar, Philippon(18) aconseja la realización del portal accesorio anterior u oblicuo anterior distal (6-7 cm distal anterior y oblicuo a unos 60° desde el portal antero-lateral). Este portal también permite un buen ángulo de trabajo y observación para la resección de las gibas observadas a nivel del cuello femoral en algunos pacientes afectos de femoroacetabular impingement (Figura 5). También empleamos un portal anterior proximal u oblicuo anterior proximal, localizado a medio camino entre la espina ilíaca antero-superior y el portal anterolateral para completar el fresado de la cabezacuello femoral en casos de osteocondroplastia. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 L. Pérez Carro et al. RECORRIDO ARTROSCÓPICO DEL COMPARTIMENTO PERIFÉRICO Es importante conocer la anatomía normal para distinguirla de la patológica. La exploración protocolizada del compartimento periférico desde el portal antero-lateral la realizamos según la describió Dienst(19), siguiendo el sentido contrario de las agujas del reloj a partir del cuello femoral en su región anterior. Las maniobras de rotación interna y externa de la cadera, van a permitir una visualización más fácil y amplia de la parte anterior de este compartimento periférico. La región posterior del compartimento es mucho más pequeña que la anterior. Anatómicamente, la inserción capsular posterior al fémur es más proximal que a nivel anterior, y el muro posterior de la cavidad cotiloidea junto a un potente rodete van a ocupar en gran medida esta área, reduciendo el volumen de la región posterior del compartimento periférico. La primera imagen que vamos a observar durante el recorrido artroscópico es el cuello femoral. El cuello del fémur, al ser intraarticular, va a estar recubierto por membrana sinovial. Este tejido sinovial forma una serie de repliegues que descienden por el cuello femoral, desde el límite cartilaginoso de la cabeza femoral hasta la cápsula articular en su inserción femoral. Estos repliegues pueden ser variables en número y tamaño, y es importante distinguirlos de posibles adherencias. Habitualmente, se obser- Figura 7. Distintos aspectos del repliegue sinovial medial. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Figura 6. Repliegue sinovial anterior. va un repliegue o faldón sinovial a nivel medial y lateral, siendo más raro un repliegue anterior (Figura 6). El repliegue medial es una referencia importante para la orientación inicial y marca habitualmente el límite medial para la realización de una osteocondroplastia en casos de femoroacetabular impingement (Figura 7). El repliegue lateral es el límite lateral de esta resección y, además, nos orienta del lugar por donde penetran estructuras vasculares importantes para la vascularización de la cabeza femoral (Figura 8). Es importante recordar dicha vascularización, ya que su lesión, tanto en procedimientos abiertos como artroscópicos, puede conducir hacia una necrosis de la cabeza femoral. El sistema arterial ilíaco externo emite las arterias circunflejas medial y lateral con anastomosis alrededor del fémur proximal. La arteria circunfleja medial femoral se divide a su vez en tres ramas, la ascendente, la profunda y la trocantérica. La rama profunda proporciona el aporte sanguíneo primario a la cabeza femoral. Esta rama surge de la arteria circunfleja medial femoral medial, localizándose entre el músculo pectíneo, el tendón ílio-psoas, y el borde inferior del músculo obturador externo. Posteriormente, transcurre entre el borde proximal del músculo cuadrado femoral y el gémino-inferior. A continuación, se dirige hacia anterior acompañando al tendón conjunto de los músculos gémino-inferior, obturador interno 37 Artroscopia del compartimento periférico de la cadera Figura 8. Repliegue sinovial lateral. Nos marca la entrada de los vasos sanguíneos a la cabeza femoral. una hemiesfera. El rodete tiene tres caras: la base o cara adherente, que es la que se inserta en la ceja cotiloidea; la cara interna o articular, que se continúa con la superficie articular de la cavidad cotiloidea, de modo que en ocasiones es difícil de distinguir con la simple visión artroscópica, y la cara externa se inserta en la cápsula articular, dejando un borde libre de rodete que podrá observarse durante la exploración artroscópica. El tamaño del rodete cotiloideo va a variar en su perímetro, de modo que será mayor en su región superior y posterior que en la inferior y anterior. Los estudios anatómicos clásicos observan variaciones de tamaño que oscilan, de la zona mayor a la menor, entre 6 y 10 mm de altura. Entre el rodete cotiloideo y la cápsula articular se observa el surco o sulcus paralabral. Es importante acostumbrarse a la visión artroscópica normal del sulcus, dado que es frecuente observar adherencias y la obliteración de dicho surco como consecuencia de la cirugía del femoroacetabular impingement (Figura 9). En la visión artroscópica de la cápsula articular se observan algunos refuerzos capsulares. El más importante de estos refuerzos es la zona orbicular, que se encuentra en la región anterior capsular. Por debajo de la zona orbicular pasa el repliegue sinovial medial, siendo ambos una buena referencia para la orientación artroscópica. La zona orbicular o ligamento anular no es más que un haz grueso de fibras capsulares dispuestas circularmente en región media y más profunda de la cápsula, formando un anillo de refuerzo capsular alrededor de la zona del cuello femoral (Figura 10). Otros refuerzos capsulares, como los ligamentos iliofemoral y pubofemoral, son periarticulares pero están íntimamente relacionados con la cápsu- y gémino-superior. A nivel del gémino-superior, esta rama perfora la cápsula articular, proporcionando entonces de 2 a 4 ramas retinaculares superiores intracapsulares(20). El repliegue medial puede ser objeto de patología por atrapamiento, en la literatura anglosajona se le denomina pectineofoveal impingement(21). Clínicamente, estos pacientes refieren dolor mecánico de la cadera con movimientos de flexión y rotación, de modo que se ven obligados a reducir o a parar la práctica deportiva. Los estudios complementarios no suelen mostrar alteraciones y el diagnóstico debe realizarse a través de una artroscopia en la que se observará el pinzamiento de dicho repliegue sinovial con los tejidos blandos mediales (zona orbicular y tendón del músculo psoas). Como consecuencia, el repliegue sinovial se hipertrofia, rozando contra el cuello femoral durante la práctica deportiva. El tratamiento de este proceso consiste en la extirpación del repliegue sinovial engrosado. El rodete cotiloideo, o labrum, es un fibrocartílago con forma triangular que ocupa todo el perímetro de la cavidad cotiloidea. Esta estructura permite aumentar la profundidad y extensión de la cavidad cotiloidea, de modo que aumenta la contención de la articulación coxo-femoral al formar algo más que Figura 9. Diferentes visiones artroscópicas del surco o sulcus paralabral. 38 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 L. Pérez Carro et al. Figura 10. Arriba: visión de la zona orbicular; medio: repliegue sinovial medial con palpador; abajo: cuello femoral. Figura 11. Visión del tendón del psoas a través de una ventana capsular en la región medial del compartimento periférico. la articular. En algunas ocasiones, como en laxitudes capsulares de la cadera, estos ligamentos podrán causar una impronta en la cápsula debido a su tensión(22). El ligamento iliofemoral se tensionará en extensión y/o rotación externa de la cadera, mientras que el ligamento pubofemoral lo hará en extensión y/o en abducción. El ligamento isquiofemoral tiene un efecto constrictivo. Estos ligamentos serán responsables de patología por laxitud o por retracción. Así, si se retrae el ligamento iliofemoral se originará una deformidad en flexión y rotación interna de la cadera. El tendón del músculo psoas, localizado a nivel antero-medial de la articulación coxo-femoral puede observarse en ocasiones debido a una perforación de la cápsula o intuirse a través de la cápsula articular debido a su engrosamiento en atletas de alta demanda (Figura 11). Wettstein(23) describió la tenotomía del psoas a través de la apertura de una ventana en la cápsula antero-medial de la cadera durante la realización de una artroscopia, para el tra- tamiento de algunos casos de pacientes afectos de cadera en resorte interna. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 CONCLUSIONES La evolución de las técnicas artroscópicas, la aparición de nuevos conceptos como el femoroacetabular impingement y la necesidad de acceder a la periferia de la articulación de la cadera para su resolución, han hecho que la artroscopia del compartimento periférico cobre mayor importancia, siendo actualmente una técnica emergente que ofrece nuevas posibilidades terapéuticas. Este hecho ha provocado que muchos cirujanos se animen a la realización de esta técnica, pero creemos que, aún hoy en día, la artroscopia de cadera es una técnica difícil que deben practicar cirujanos que tengan un buen conocimiento anatómico de la región y con experiencia y habituados a las diferentes técnicas artroscópicas utilizadas en otras articulaciones. 39 Artroscopia del compartimento periférico de la cadera BIBLIOGRAFÍA 1 Dorfmann H, Boyer T. Hip arthroscopy utilizing the supine position. Arthroscopy 1996; 12: 264-7. 2 Byrd TJW. Hip arthroscopy utilizing the supine position. Arthroscopy 1994; 10: 275-80. 3 Dienst M, Gödde S, Seil R, Hammer D, Kohn D. Hip arthroscopy without traction. In vivo anatomy of the peripheral hip joint cavity. Arthroscopy 2001; 17: 924-31. 4 Byrd JWT. Surgical technique: Supine position. Oper Tech Orthop 2005; 15: 204-17. 5 Guanche CA, Bare AA. Arthroscopic treatment of femoroacetabular impingement. Arthroscopy 2006; 22: 95-106. 6 Smart LR, Oetgen M, Noonan B, Medvecky M. Beginning hip arthroscopy: Indications, positioning, portals, basic techniques, and complications. Arthroscopy 2007; 23: 1348-53. 7 Bartlett CS, DiFelice GS, Buly RL, Quinn TJ, Green DS, Helfet DL. Cardiac arrest as a result of intraabdominal extravasation of fluid during arthroscopic removal of a loose body from the hip joint of a patient with an acetabular fracture. J Orthop Trauma 1998; 12: 294-99. 40 8 Sampson TG. Complications of hip arthroscopy. Clin Sports Med 2001; 20: 831-6. 9 Clarke MT, Arora A, Villar RN. 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Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Técnica quirúrgica y anatomía artroscópica del compartimento central de la cadera J.M.a Centenera(1), M. Tey(1,2), R. Gebhardt Delmas(2), F. Santana(2) (1) Actúa-Serveis Mèdics. Clínica Quirúrgica Onyar. Girona. (2) ICATME. Institut Universitari Dexeus. Barcelona Correspondencia: Jose M.a Centenera Centenera Actúa Serveis Mèdics. Clínica Quirúrgica Onyar. Heroïnes Sta. Bárbara. Girona Correo electrónico: [email protected] Apoyándose en la experiencia acumulada desde 1994, los autores describen la técnica quirúrgica, instrumentación y portales para la cirugía artroscópica del compartimento central de la cadera y revisan la anatomía artroscópica y las variantes anatómicas más frecuentes de este compartimento. Surgical technique and arthroscopic anatomy of the central compartment of the hip joint. Based on the experience accrued since 1994, the authors describe the surgical technique, instrumentation and access portals for arthroscopic surgery of the central compartment of the hip joint, and review the arthroscopic anatomy and the more usual anatomic variants of this compartment Palabras clave: Cadera. Compartimento central. Artroscopia. Técnica quirúrgica. Key words: Hip. Central compartment. Arthroscopy. Surgical technique. INTRODUCCIÓN El desarrollo de la cirugía artroscópica de la cadera ha sido fulgurante; de ser la cenicienta de las grandes articulaciones, desde el punto de vista del artroscopista, a ser motivo de una enorme actualidad. En tan sólo un par de años se han multiplicado las publicaciones, los cursos monográficos y las entradas en internet. La primera reflexión es que puede tratarse únicamente de una moda, pero la madurez de la técnica llega con la protocolización del procedimiento y la descripción de técnicas reproducibles para tratar un buen número de patologías. Cuando en 1931 Michael Burmann publica su trabajo anatómico describiendo la técnica artroscópica en las distintas articulaciones, dedica un corto apartado a la cadera, concluyendo que no es posible entrar en ella, debido a la alta congruencia de sus superficies articulares(1). Pese a un degoteo constante de pequeñas series o casos aislados en la literatura científica, hasta finales del siglo pasado, con la descripción de los distintos compartimentos de la ca- dera(2) y la necesidad de tracción(3) para acceder al compartimento central, no se inicia un verdadero interés por la artroscopia de la cadera. El desarrollo de un instrumental específico ha permitido la estandarización de la técnica quirúrgica. El presente trabajo tiene como objeto servir como guía para el desarrollo de la técnica quirúrgica del compartimento central de la cadera. Debe entenderse que compartimento central y periférico no comportan distintas cirugías ni indicaciones, sino que son diferentes etapas de la técnica que pueden desarrollarse secuencialmente o incluso alternarse durante la cirugía. Ello comporta que la planificación, el posicionamiento del paciente y la preparación del material y distribución del quirófano deban tener presente el hecho de que han de permitir abordar el compartimento central y el periférico. MATERIAL Y MÉTODO Entre 1994 y 2005 los autores realizaron 150 artroscopias de cadera por distintas indicaciones. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (41-45) 41 Técnica quirúrgica y anatomía artroscópica […] Inicialmente la técnica se llevaba a cabo con insDESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA trumental estándar de artroscopia, con óptica de 30º. Se realizaba la tracción en una mesa Desde el punto de vista de los requerimientos de la técnica quirúrgica, debemos considerar ortopédica y se usaba el control de radioscopia con doble visión, axial y anteroposterior, para que la artroscopia de cadera se realiza en dos tiempos, pues la técnica que utilizamos para el realizar los portales. Únicamente se inspeccionaabordaje del compartimento central y del comba el compartimento central de la cadera. A partir de 2001 se empezó a utilizar de forma irregupartimento periférico son diferentes. Como helar material específico de artroscopia de cadera. cho fundamental, trabajamos con tracción y extensión para la visualización y la realización de Ello permitió agilizar la técnica pero existían las mismas limitaciones. Desde 2005 se ha ido estécnicas quirúrgicas en el compartimento centandarizando la técnica quirúrgica tal como actral y sin tracción y con flexión variable de la catualmente la realizamos, con la introducción dera para estudiar y trabajar en el compartiprogresiva mejor instrumental, el uso de óptimento periférico. ca de 70º, mejoría de la tracción, inspección sistemática del compartimento periférico, etc. El Posicionamiento desarrollo de la técnica en el choque femoroExiste controversia en la literatura sobre la poacetabular (CFA) ha permitido adquirir una exsición ideal para el desarrollo de la técnica arperiencia importante en dicha técnica. troscópica(4,5). Por comodidad y por economía, se recomienda en decúbito supino. Con indeLa posición que utilizamos es en decúbito supino, lo que permite operar sin necesidad de aparapendencia de qué posición escojamos, será imtaje especial y con una distribución de quirófano portante comprobar que permite una tracción más sencilla. Para ello se utiliza una mesa convenadecuada con decoaptación suficiente de la articional de tracción de traumatología. El pivote de culación (entre 1 y 2 cm). contratracción pélvico se lateraliza al lado a interDe igual modo, debe asegurarse que dejamos todo preparado para retirar la tracción y colovenir y se incrementa el grosor hasta 20-30 cm. car la cadera en flexión y con rotaciones libres Esto facilita la decoaptación y protege las estructuras neurovasculares ante tracción importante y/ sin desmontar el campo quirúrgico. Para el acceso al compartimento central resulta cómodo o prolongada. Se colocará la extremidad en discreta flexión de cadera, con rotación interna de 10º y trabajar con la extremidad en abducción 0º, leve flexión y 10º de rotación interna. En esta posiabducción neutra. Así el cuello femoral queda paralelo al suelo, facilitando las referencias para el dición el cuello femoral queda paralelo al suelo y, seño de los portales. Se comprobará con radiospor tanto facilita la introducción de la aguja guía del primer portal. copia en visión frontal de cadera y que la tracción logre una diastasis mínima de 1-2 cm. Debe entallarse y prepararse el campo quirúrgico de manera que permita retirar la tracción y adoptar una flexión de 4045º para acceder al compartimento periférico. Se realiza siempre el marcaje de las referencias óseas y la ubicación de los portales. El entallaje estéril y la edematización de partes blandas harán difícil el reconocimiento de las estructuras durante la cirugía, según se muestra en la Figura 1. Se utiliza instrumental específico con trócares más largos y obturadores canulados. Igualmente, se emplea trócares acanalados para permitir el intercambio de instrumental sin la pérdida de movilidad que puede suponer el uso de trócares. Se utiliza óptica de 70º y 30º en función de la patología a tratar. Figura 1. Entallaje para artroscopia de cadera en decúbito supino. 42 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 J.M. Centenera, M. Tey, R. Gebhardt, F. Santana Instrumentación Para el establecimiento de los portales y el inicio de la técnica usamos el intensificador de imagen, en visión anteroposterior, el arco quirúrgico lo introduciremos desde el lado contrario al intervenido, en el mismo lado se colocarán también tanto la torre de artroscopia como la pantalla del intensificador de imagen (Figura 2). Para mejorar el flujo de agua y contener el sangrado empleamos una bomba de perfusión, con presiones de agua de entre 70 y 120 mmHg. Utilizamos para la intervención un instrumental específicamente diseñado, más largo, con obturadores de trócares canulados para permitir el uso de agujas guía flexibles y diferentes tipos de intercambiadores que posibilitan trabajar sin perder nunca el portal realizado. Estudios previos(6) demuestran que el instrumental estándar de artroscopia es excesivamente corto y podría ser insuficiente en pacientes obesos. Por otra parte, al no ser canulado, hace difícil el intercambio del las vías. El grosor de las partes blandas que tenemos que atravesar para llegar a la articulación y la configuración de la misma originan otra dificultad técnica, la poca movilidad que tendrá el artroscopio una vez introducido, con la consiguiente disminución del ángulo de visión que ello producirá. Para subsanar este problema utilizaremos una óptica de 70º de visión, de esta manera conseguiremos que la simple rotación de la óptica nos dé una visión mucho mayor que la que conseguiríamos con una normal de 30º. Portales No existe consenso en la literatura acerca de cuáles son los portales ideales para desarrollar la técnica así como la denominación de los mismos. Los autores presentamos la denominación que hemos considerado más aceptada, así como el desarrollo de los portales que nosotros utilizamos, entendiendo que otras opciones son perfectamente válidas. El objeto de este trabajo no es la definición de los portales, así que nos limitamos a describir y justificar el desarrollo de los mismos. Es importante marcar las referencias cutáneas y localizar los portales antes de entallar al paciente, dado que tras el entallado es difícil identificar las referencias adecuadamente. Localizaremos la espina ilíaca anterosuperior (EIAS) y el extremo craneal del trocánter mayor. Dibujaremos una línea vertical desde EIAS al centro de la rótula y posteriormente una línea transversal, perpendicular a la anterior y paralela a la línea imaginaria entre ambas EIAS que pase por la punta del trocánter mayor. Partiendo de la punta del trocánter mayor dibujaremos una línea en dirección caudal a 45º de la transversal y otra en sentido craneal a 30º de la misma. Localizaremos los portales a partir de estas referencias tal como se muestra en la Figura 3. En primer lugar, desarrollaremos el abordaje anterolateral (AL). Éste se define justo por encima y delante del trocánter mayor. Tras aplicar tracción y lograr un espacio articular de aproximadamente 1 cm, se introduce una aguja guía paralela al suelo y, bajo control de radioscopia, se dirige al espacio articular. Para disminuir la posibilidad de lesión del labrum podemos colocar la aguja guía sin completar la tracción y posteriormente completarla. Si al aumentar ésta la aguja se mueve, es señal de que sólo atraviesa la cápsula. En caso de que quede fija junto al acetábulo, sospecharemos que atravesamos el labrum, si es así la redirigiremos. Se localiza en una zona segura, atraviesa el músculo glúteo medio pero, salvo el labrum y el cartílago articular, el único elemento potencialmente lesionable es el nervio glúteo superior, que se localiza craneal, a una distancia media de 4,4 cm. Al atravesar la cápsula, se retira el obturador de la aguja y se introduce una aguja de nitinol, con la punta roma, que nos permite palpar el fondo acetabular, obteniendo la certeza de que estamos en el espacio articular sin daFigura 2. Disposición del quirófano para artroscopia de cadera. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 43 Técnica quirúrgica y anatomía artroscópica […] te anterior del acetábulo con la porción correspondiente del labrum y de la cabeza femoral. Tendremos también una excelente visión del ligamento redondo y del pulvinar. Girando hacia la parte inferior tendremos la porción posterolateral de acetábulo, labrum y cabeza. Una vez finalizado el recorrido, realizaremos el portal anterior, bajo visión intraarticular directa, aunque podemos ayudarnos con el intensificador. Cuando se haya establecido el portal, intercambiaremos la óptica para visualizar la articulación desde este portal. En primer lugar, controlaremos la entrada del portal anterolateral y la rectificaremos si es necesario, las estructuras que visualizaFigura 3. Dibujo de las referencias anatómicas y de los portales. mos desde esta localización son la parEIAS: espina ilíaca anterosuperior; TM: trocánter mayor; ALP: ante anterolateral y anteroinferior del laterolateral proximal; ALD: anterolateral distal; AL: anterolateral; brum, el ligamento transverso y la parte A: anterior. correspondiente de acetábulo y cabeza. Girando la óptica tendremos acceso visual a la porción anterior y lateral de la cabeñar el cartílago. Inyectaremos 20-30 cm3 de suero para distender más la articulación y comproza, girando la óptica, la parte anterior y latebar un fácil reflujo del mismo que nos ayudará a ral de la cabeza femoral, el ligamento redondo confirmar que estamos en dicho espacio. y el pulvinar. El segundo portal se desarrolla bajo control Por el portal posterolateral visualizaremos visual directo, pero puede ayudar el uso de rala región anterolateral y lateral de la articuladioscopia. Este segundo portal de trabajo será ción, el ángulo posteroinferior de la superficie el portal anterior (A) o, alternativamente, el anarticular del acetábulo, el ligamento redonterolateral distal (ALD). Éste se desarrolla introdo, la parte posterior del ligamento transverduciendo la aguja guía a través de la cápsula so y el pulvinar Hay que insistir en la palpación articular entre el labrum y la cabeza femoral. El con el gancho explorador de todas las estrucuso de la aguja guía permite evitar dañar dichas turas, al ir cambiando el portal de visión cambiaremos también el portal de trabajo para estructuras, como muestra la Figura 4. El portal posterolateral (PL) lo realizamos ocarealizar la palpación de todas las estructuras articulares. sionalmente. Se localiza en el margen posterior y craneal del trocánter mayor, con una dirección craneal y anterior. Permite acceso a la región posterior del labrum y, dado que intervenimos en decúbito supino, es el utilizado para retirar cuerpos extraños. ANATOMÍA ARTROSCÓPICA La visión que tenemos de la articulación será diferente dependiendo del portal por el que introduzcamos el escopio. Iniciaremos la exploración desde el portal anterolateral, que será el primero que estableceremos. Tendremos desde esta posición la mayor visión de la articulación, en la parte superior podremos ver la par44 Figura 4. Aguja guía entrando en el compartimento central. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 J.M. Centenera, M. Tey, R. Gebhardt, F. Santana Figura 5. Surco sublabral. Figura 6. Cicatriz del cartílago trirradiado. VARIACIONES ANATÓMICAS so origen no es del todo conocido. Se supone por algunos autores que se trata de una variación de la cicatriz del cartílago misario. • Surco sublabral. Es un hiato bajo el labrum, de localización, longitud y profundidad variables, lo distinguiremos de una ruptura en la ausencia de tejido inflamatorio y la indemnidad de toda la estructura del propio labrum. La imagen de RMN es indistinguible de una lesión labral, por lo que debe diagnosticarse con prudencia. La imagen artroscópica, sin embargo, suele evidenciarlo con claridad, como muestra la Figura 5. • Cicatriz del cartílago fisario trirradiado. Se observa a veces como un área lineal, desprovista de cartílago, localizada anterior o posterior a la superficie articular del acetábulo. Se trata del vestigio de la unión de los tres huesos del coxal, no tiene en absoluto significación patológica. Debe distinguirse de una lesión condral. Su particular geometría debe hacer sospechar dicha variante anatómica (Figura 6). • Stellate crease. Es un área focal de condromalacia en contacto con la foseta, no guarda correlación con síntomas clínicos y su preci- RECOMENDACIONES FINALES La artroscopia de cadera es una técnica reproducible. El acceso al compartimento central exige tracción para decoaptación de la articulación. La posición del paciente debe ser definida por cada cirujano en función de sus afinidades y posibilidades técnicas, sin embargo, no condiciona o limita las indicaciones quirúrgicas. Es imprescindible el uso de un instrumental adecuado y específico para artroscopia de cadera, de otra forma deja de ser una técnica reproducible y entraña riesgos importantes para las estructuras articulares. El protocolo a seguir es variable; cada cirujano desarrolla el suyo propio, pero es necesario establecer un orden y seguirlo rigurosamente. Deben conocerse las variaciones anatómicas para no caer en el error de falsos diagnósticos. BIBLIOGRAFÍA 1. Burman MS. 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Instituto de Cirugía de Cadera. Clínica La Luz. Madrid. (2) Unidad Cadera. Instituto Universitario Dexeus. Barcelona. (3) Unidad Artroscopia. Instituto Universitario Dexeus. Barcelona. (4) Hospital Universitario Guadalajara. (5) Hospital Universitario Valdecilla. Santander (1) Correspondencia: Óliver Marín Peña Correo electrónico: [email protected] Recientes estudios han demostrado la relación entre el síndrome femoroacetabular y el origen de la artrosis del adulto joven. El conflicto de espacio entre la transición cabeza cuello femoral y el reborde acetabular anterior son el origen del dolor de cadera en muchos de nuestros pacientes jóvenes. El conocimiento del choque femoroacetabular (CFA) es actualmente una herramienta diagnóstica indispensable para todo el personal sanitario que trate con patología del aparato músculo-esquelético. Su creciente popularidad en foros científicos se sustenta sobre la posibilidad de que su tratamiento facilite la vuelta a las actividades laborales y deportivas de estos pacientes jóvenes con coxalgia, mejorando su calidad de vida y el consiguiente retraso en la aparición de artrosis precoz coxofemoral con su irremediable camino hacia la prótesis de cadera. Diagnostics accessment and surgical planning of femoroacetabular impingement. Recent studies have demonstrated the relationship between femoroacetabular impingement syndrome and the origin of hip osteoarthritis in young adult. Painful hip in young adults is actually related with a space conflict between femoral head-neck junction and antero-superior acetabular rim. Knowledge of femoroacetabular impingement (FAI) is an important diagnostic tool for all health personnel dealing with musculo-skeletal pathology. Recent popularity is based in the excellent mid-term results of the surgical treatment in sport young patients, improving their quality of life, release to sport and work activities and delay the onset of early hip osteoarthritis and the possibility of a total hip arthroplasty. Palabras clave: Cadera. Choque femoroacetabular. Coxartrosis. Osteocondroplastia. Dolor. Key words: Hip. Femoroacetabular impingement. Hip osteoarthritis. Osteochondroplasty. Pain. INTRODUCCIÓN Miculicz (1913) propuso cómo una sutil alteración en la forma de la cabeza femoral supondría el inicio de la degeneración articular coxofemoral. Algunos estudios han demostrado la presencia de cartílago articular normal en las zonas con deformidad ósea de la cabeza femoral, a diferencia de los osteofitos donde no existe recubrimiento cartilaginoso con estructura normal(1). Smith-Petersen publicó un tratamiento quirúrgico de la deformidad que se producía en la transición cabeza-cuello femoral y en el reborde acetabular anterior. Esta técnica la realizaba mediante 46 un abordaje anterior(2). A día de hoy existen más de ochenta publicaciones sobre el choque femoroacetabular (CFA), de las cuales más de cuarenta lo han sido en el último año, lo que indica el gran interés que despierta el CFA actualmente. Este síndrome fue descrito por Ganz et al. como una complicación por hipercorrección tras osteotomía periacetabular(3,4). Posteriormente, se ha relacionado directamente el origen de la artrosis coxofemoral con la presencia de alteraciones estructurales a nivel de la transición cabezacuello femoral o a nivel del reborde acetabular antero-superior(5-9). Estas alteraciones van a crear un compromiso de espacio en ciertas posiciones Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (46-54) Ó. Marín et al. CLASIFICACIÓN Figura 1. Mecanismo tipo cam con lesión del labrum en su base de inserción. En rojo, delaminación del cartílago acetabular en zona antero-superior. de la cadera. En flexión forzada con rotación interna, se produce un choque entre la prominencia ósea femoral y el reborde anterosuperior del acetábulo. Este compromiso de espacio afecta principalmente al labrum acetabular, que se sitúa entre ambas estructuras óseas durante la flexión-rotación interna. El continuo impacto sobre el labrum provoca una degeneración del mismo junto con el cartílago acetabular situado en su base (Figura 1). Este daño continuado en el tiempo va a alterar la función de sellado articular que realiza el labrum y, subsecuentemente, modifica la lubricación y biomecánica normal de la articulación coxofemoral(10,11). Leunig et al.(12) establecen su incidencia en el 15%, aunque recientemente Gosvig et al.(13) detectan, en la población general, la presencia de una prominencia ósea en la transición cabeza-cuello en el 10% de los varones y el 2% de las mujeres asintomático. Este mecanismo se ha postulado como una causa frecuente de los procesos degenerativos considerados como “idiopáticos” que aparecen en la cadera del adulto joven(14-17). Recientemente, en un estudio radiológico retrospectivo, Marín et al.(18) sitúan entorno al 70% la presencia, en radiografías realizadas años antes de la intervención, de signos femorales y acetabulares sugerentes de CFA en menores de 55 años a los que se les implantó una artroplastia total de cadera. Otros autores han referido valores entorno al 45% en pacientes pendientes de intervención de prótesis de cadera con un rango de edad entre los 30-82 años(13). Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Existen dos mecanismos básicos de producción del CFA(6,7,19): a) Tipo cam o leva. La esfericidad de la cabeza femoral está alterada con la presencia de una prominencia ósea (giba) en la transición cabeza-cuello, que en flexión y rotación interna eleva el labrum acetabular y ejerce un efecto lesivo de compresión directo desde fuera hacia dentro del cartílago anterosuperior del acetábulo, provocando una delaminación del mismo(6-9,20) (Figura 1). En ocasiones se provoca un desgarro del labrum e incluso una avulsión del mismo. Es mas frecuente en varones donde se correlaciona directamente con la coxartrosis precoz del adulto joven. Existen diferentes teorías en su producción entre las que destacan la presencia de una epifisiolisis femoral subclínica en la infancia o, como segunda hipótesis, un cierre anómalo en la fisis proximal femoral (Figura 2). b) Tipo pincer o tenaza. Más frecuente en mujeres de mediana edad que practican deporte. Presentan una esfericidad normal de la cabeza femoral pero el cuello femoral choca con el labrum gracias a una pared acetabular pro- Figura 2. Cierre anómalo de la fisis femoral proximal en su zona anterior creando la deformidad tipo cam. 47 Valoración diagnóstica y planificación […] presión lumbar o artroscopia de rodilla cuando en realidad se trataba de sintomatología ocasionada por un CFA(6,23). EXPLORACIÓN FÍSICA Y ANAMNESIS Figura 3. Mecanismo tipo pincer con lesión del labrum en su borde libre. En rojo, delaminación del cartílago acetabular en zona antero-superior y efecto de contragolpe en zona inferior. minente. Con el paso del tiempo, se produce un efecto de contragolpe en el margen postero-inferior del acetábulo (Figura 3). El margen antero-lateral prominente del acetábulo actúa como un tope que limita la flexión-aducción y rotación interna de la cadera. Puede asociarse a coxa vara, coxa profunda y en algún caso a displasias acetabulares leves con retroversión(15,21). La primera estructura en afectarse en este tipo es el labrum y la extensión de la lesión labral es menor que en el tipo cam. Típicamente se observan cambios degenerativos labrales como quistes o calcificaciones (22). Los mecanismos descritos no se presentan habitualmente de forma aislada. Hasta en un 70% de los casos se aprecia una combinación de los mismos con un ligero predominio de uno de ellos (Figura 4). Se debe recoger una correcta anamnesis y exploración física que incluya el rango de movilidad, así como algunas pruebas específicas. Suelen ser pacientes entre los 20-50 años con dolor de insidioso, sin claro antecedente traumático. La localización suele ser inguinal, trocánter mayor, glúteo e incluso irradiado hacia rodilla. En ocasiones los pacientes lo señalan con los dedos pulgar e índice alrededor de la cadera (“dolor en C”). Inicialmente el dolor es intermitente y aumenta con actividades como marchas prolongadas, movimientos de máxima flexión (sentarse y cruzar las piernas, golpeo del balón, práctica de artes marciales, conducción de automóviles…). A veces aparece dolor tras la sedestación prolongada o tras un traumatismo menor(22,24). Philippon establece el CFA como la causa más frecuente de dolor de cadera en el deportista(25). Existen una serie de pruebas específicas que debemos realizar en toda exploración física(24). a) Maniobra de choque(6,26). Aparece dolor a la flexión a 90° con rotación interna y aduc- DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL No resulta sencilla la valoración de la cadera dolorosa del adulto joven (<50-55 años). Debemos investigar el origen del dolor, lo que nos acercará al diagnóstico correcto. Así, podremos realizar diagnósticos el diagnóstico diferencial con otras patologías (Figura 5). A menudo se confunde con hernias inguinales, osteopatías pubianas, etc., debido a la semejanza de ciertos parámetros clínicos. Algunos autores han publicado cómo estos pacientes han sido sometidos a laparotomías, laparoscopias, herniorrafías, cirugía de descom48 Figura 4. Presentación del tipo combinado en representación TAC 3D. 1: tipo cam; 2: tipo pincer. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Ó. Marín et al. ������������������� �������������������������� ��������������� ����������� ������ ������������� ������������ �������������� ������������������� ��������������� ������������������ ����������������� �������������������� ������������������ ������������������������� ����������� ��������������� ����������� ������������� ������������������ ��������������� ����������� �������������� �������������� ��������� ����������������������� ����������������������� ���������������������������� ���������� ��� ������ ������������������� ������������� ������� Figura 5. Diagnóstico diferencial de la cadera dolorosa del adulto joven. ción de la cadera. Esta maniobra no es específica, pero debe ser siempre positiva en el CFA. Existe una importante correlación entre esta maniobra y la aparición de lesiones en el reborde acetabular detectadas mediante artrorresonancia magnética (artro-RNM). En caso de positividad, se diagnostica la ausencia de dolor al repetir esta maniobra tras la inyección articular de anestésico local (Figura 6). Figura 6. Exploración de la maniobra de impingement o atrapamiento con la cadera en 90° de flexión, 20° de aproximación y rotación interna. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 b) Maniobra de aprehensión. Con el paciente en decúbito supino, se coloca la pierna a explorar en extensión moderada y aparece dolor con la rotación externa máxima. Refleja lesión en el labrum acetabular en casos de CFA, aunque también en la displasia acetabular leve (Figura 7). Figura 7. Maniobra de FABER. Muestra una asimetría de rotación externa-abducción entre la cadera sana y la cadera patológica. Maniobra de aprehensión que reproduce el dolor en extensión y rotación interna (refleja lesión labral). 49 Valoración diagnóstica y planificación […] cionalmente tiene ese paciente. • Proyección axial de Dunn. Esta sencilla proyección se realiza con la cadera en 20º de abducción y 45º de flexión, y el pie en posición neutra. Nos aportará información de la presencia de gibas óseas en la transición cabeza cuello localizadas en zonas anterosuperiores. • Proyección lateral Figura 8. Radiografía axial donde se aprecia la restitución del ángulo α al comparar pura (cross-table). Más imágenes preoperatorias y postoperatorias con técnica de miniabordaje anterior. difícil de realizar, el paciente se sitúa en decúbito supino y el haz de rayos entra a 45º desde c) Maniobra de FABER. Con el paciente en decúbito supino, se coloca la pierna a exploel lado medial la cadera. La cadera a explorar se coloca sobre la mesa en posición neutra y rar en posición de “cuatro” (flexión, abducción la contralateral es sujetada por el paciente con y rotación externa) mientras se sujeta la pelvis una flexión de 90º. El chasis se apoya contra la contralateral. Con una leve presión sobre la rozona externa del trocánter mayor, pero con una dilla, se mide la distancia vertical desde la rodilla inclinación de 45º para llegar a ser perpendicuhasta el borde de la camilla. Se considera positivo cuando existe asimetría, es decir, si esta dislar a la entrada del haz de rayos. Esta proyectancia es menor en la extremidad afectada frención nos muestra la presencia de gibas óseas de posición puramente anteriores. Estas gibas alte a la contralateral(24) (Figura 7). La limitación de la movilidad que presentan teran la medición de la lateralidad anterior de estos pacientes suele afectar principalmente a la transición cabeza-cuello (offset anterior) (Fila flexión, aducción y a la rotación interna, siengura 8). do más acusada esta última si la valoramos en flexión de 90º de la cadera(6,9,27,28). Tomografía axial computarizada (TAC) La realización de cortes coronales, transversales y sagitales, nos ayudará a precisar los estadios degenerativos de Tönnis(29). Es de utilidad en la PRUEBAS DE IMAGEN medición de la anteversión-retroversión acetabular, aunque diferentes autores cuestionan el Radiología simple corte idóneo para su cálculo(30). La representaMuchos trabajos reflejan la gran utilidad de la radiografía simple en el diagnóstico del choción tridimensional es útil para la planificación que femoroacetabular, pero debemos tener en preoperatoria de la osteoplastia y nos localiza los forámenes posterosuperiores por donde pecuenta que hay que realizar diferentes proyecciones para concretar el diagnóstico. netran en la cabeza femoral los vasos retinaculares que debemos conservar durante la cirugía • Proyección anteroposterior de pelvis: es importante que el centro de la articulación sacro(Figura 4). Actualmente se utilizan para la simulación del resultado de movilidad tras la recoccígea coincida en la perpendicular con la sínfisis pubiana y que la distancia entre ambos sección quirúrgica, así como para la osteoplassea de unos 2 cm(22). Estos aspectos técnicos intia artroscópica asistida por navegador. fluyen para la valoración de la sobrecobertura acetabular y evitar un diagnóstico incorrecto Resonancia nuclear magnética (RNM) de CFA tipo pincer. Debemos realizar estas raLa realización de cortes oblicuo-axiales, siguiendiografías en bipedestación para obtener una do el eje del cuello, permite visualizar las roturas degenerativas del labrum, quistes paralabrainclinación pélvica más cercana, a la que fun50 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Ó. Marín et al. CFA. Por el contrario, la realización de una osteotomía de trocánter mayor añade un riesgo de retardo o ausencia de consolidación del trocánter mayor. 2. Técnica miniabordaje anterior. Descrito por Ribas et al. en 2005(35-40) evita la osteotomía del trocánter mayor y la luxación de la cabeza femoral. Esta técnica presenta ventajas, especialmente en el paciente con expectativas de reincorporación rápida a la práctica deportiva(40). 3. Técnica artroscópica. Presenta importantes ventajas en el tiempo de reincorporación a la actividad previa del paciente. Requiere, para su correcta realización, una costosa curva de aprendizaje y la necesidad de mantener un flujo de casos mayor de cuarenta casos anuales para permitir su reproductibilidad(24,41- 44). les y la presencia de gibas óseas en la transición cabeza-cuello(31). La artro-RNM detecta lesiones labrales y condrales no apreciables con RNM convencional(8,27). Actualmente existen ciertas limitaciones en la detección de delaminaciones condrales no separadas de su lecho(12). Es patognomónico del choque femoroacetabular tipo cam la asociación de un aumento del ángulo α, lesión del labrum anterosuperior y lesión del cartílago acetabular anterosuperior(32). ALTERNATIVAS TERAPÉUTICAS Hoy día no existe tratamiento conservador que pueda mejorar la situación de conflicto mecánico que se produce en el CFA. El tratamiento quirúrgico se conoce como osteoplastia femoro-acetabular y sus resultados óptimos aparecen cuando se realiza de forma precoz. Consiste en la resección de los elementos óseos causantes del CFA, proporcionando un efecto de remodelado anatómico de la articulación y con ello la eliminación del bloqueo o impacto al que se halla sometida la cadera. En el mismo acto operatorio se reparan las lesiones del labrum acetabular y del cartílago acetabular adyacente. Recientemente, la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS) ha avalado la existencia de tres abordajes quirúrgicos para la osteoplastia femoroacetabular(22), aunque con cualquiera de ellos es fundamental un correcta planificación quirúrgica(33): 1. Abordaje abierto con luxación segura de la cabeza femoral(7,10,34). Ganz et al. fueron los pioneros en la descripción y el tratamiento del CFA. La principal ventaja es la amplia exposición de todos los elementos responsables del PLANIFICACIÓN QUIRÚRGICA El primer dato que debemos valorar es el grado de degeneración articular en la radiología simple. Preferimos utilizar los grados degenerativos de Tönnis por su sencillez de aplicación (Tabla 1). Este dato será fundamental a la hora de valorar el tratamiento más adecuado(29). Estadios Tönnis 2 presentan resultados clínicos muy dispares tras la osteoplastia, por lo que se recomienda discutir abiertamente con el paciente la posibilidad de una artroplastia total de cadera cuando la sintomatología dolorosa sea importante. En estadios Tönnis 0 y Tönnis 1, debemos valorar el tipo de mecanismo productor del CFA: a) En el tipo pincer, el hallazgo radiológico más importante es el “signo del lazo” o “signo del ocho” (cross-over). Se trata de la super- Tabla 1 CLASIFICACIÓN DE LA COHORTE DE PACIENTES SEGÚN EL ESTADIO DEGENERATIVO ARTICULAR Espacio articular Esclerosis subcondral Geodas subcondrales Osteofitos Tönnis 2 Disminuido (>2 mm respecto al espacio contralateral normal) Importante Acetabulares y femorales Presentes Tönnis 1 Ligera disminución Moderada Mínimas Ausentes Tönnis 0 No disminuido Ligera No Ausentes Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 51 Valoración diagnóstica y planificación […] giba en la transición cabeza cuello que se debe resecar. Marín et al. han diseñado una plantilla de medición del ángulo α preoperatorio y poder compararlo con el ángulo teóricamente normal(33). Utilizando esta herramienta, primero debemos medir el ángulo α de esa cabeza femoral. Posteriormente, señalaremos el punFigura 9. Izda.: imagen radiológica de la posición normal de las paredes anterior y posto marcado con una terior del acetábulo en proyección anteroposterior. Dcha.: signo del cruce bilateral por flecha en la plantilla y retroversion acetabular que produce la superposición de ambas paredes acetabulares. que correspondería al punto teórico donde el ángulo α se normalizaría. Con estos dos punposición de las paredes anterior y posterior del acetábulo en una radiografía simple ortostátitos marcados, realizamos por transparencia un calcado en papel del perfil de la cabeza femoca (Figura 9). b) En el tipo cam, aparece una giba o promiral y el reborde acetabular. Sobre ese perfil añanencia ósea en la transición cabeza-cuello en dimos los puntos establecidos, entre los cuales proyecciones anteroposterior de pelvis. Su prese delimita el área de hueso a resecar (Figusencia se hace más visible si realizamos proyecra 10). Esta planificación permite iniciar la osciones axiales o laterales puras de cadera. En la teoplastia con cierta seguridad al conocer los literatura anglosajona se conoce esta imagen como en “empuñadura de pistola” (pistol grip)(28). La proyección axial nos permitirá valorar la disminución de la lateralidad en la zona anterior del cuello (offset) (Figura 8). A partir de las diferentes proyecciones en radiología simple, cortes de TAC o cortes oblicuo-axiales en RMN, se puede medir el ángulo α. Este ángulo, descrito por Nötzli, es uno de los pocos datos objetivos de que disponemos para planificar y medir los resultados radiológicos en este tipo de cirugías(9). Se obtiene trazando una circunferencia que sigue el perímetro del eje de rotación de la cabeza femoral. En el punto donde dicha circunferencia contacta con el borde anterior del cuello femoral, se traza una línea dirigida al centro de la cabeza femoral. Esta línea y el eje cervical forman el ángulo α que en caderas normales es inferior a 50º. En presencia de mecanismos Figura 10. Planificación quirúrgica de la resección ósea de la giba tipo cam, este ángulo está aumentado. en transición cabeza-cuello, utilizando la plantilla Marín-Ribas para La obtención adecuada de este ánguestablecer la cantidad de resección ósea necesaria para corregir el lo nos posibilita estimar la cantidad de ángulo α. 52 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Ó. Marín et al. límites de resección que debemos alcanzar. Existe la posibilidad de aplicar esta plantilla sobre el monitor de la escopia intraoperatoria y establecer, de manera orientativa, la cantidad de resección que nos faltaría por realizar para obtener el ángulo α planificado previamente. CONCLUSIONES El conocimiento del choque femoroacetabular es actualmente una herramienta diagnós- tica indispensable para todo personal sanitario que trate con patología del aparato músculoesquelético. Su creciente popularidad en foros científicos se sustenta sobre la posibilidad de que su tratamiento facilite la reincorporación a las actividades laborales y deportivas de estos pacientes jóvenes con coxalgia, mejorando su calidad de vida y el consiguiente retraso en la aparición de artrosis precoz coxofemoral, dilatando hipotéticamente su irremediable camino hacia la prótesis de cadera. BIBLIOGRAFÍA 1 Harrison MHM, Schajowicz F, Trueta J. Osteoarthritis of the hip: a study of the nature evolution of the disease. J Bone Joint Surg 1953; 35-B: 598. 2 Smith-Petersen MN. Treatment of malum coxae senilis, old slipped upper femoral epiphysis, intrapelvic protrusion of the acetabulum and coxa plana by means of acetabuloplasty. J Bone Joint Surg 1936; 18-A: 869-80. 3 Siebenrock KS, Schoeniger R, Ganz R. Anterior Femoro-acetabular Impignement due to Acetabular Retroversion. Treatment with Periacetabular Osteotomy. J Bone Joint Surg Br 2003; 85: 278-86. 4 Myers SR, Eijer H, Ganz R. 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A new periacetabular osteotomy for the treatment of hip 53 Valoración diagnóstica y planificación […] 20 21 22 23 24 25 26 27 28 54 dysplasias. Technique and preliminary results. Clin Orthop 1988; 232: 26-36. McCarthy JC, Noble PC, Schuck MR, Wright J, Lee J. The Otto E. Aufranc Award: The role of labral lesions to development of early degenerative hip disease. Clin Orthop Relat Res 2001; 393: 25-37. Reynolds D, Lucas J, Klaue K. Retroversion of the acetabulum: A cause of hip pain. J Bone Joint Surg Br 1999; 81: 281-8. Parvizi, J, Leunig M, Ganz R. Femoroacetabular Impingement. J Am Acad Orthop Surg 2007; 15: 561-70. Burnett RS, Della Rocca GJ, Prather H, Curry M, Maloney WJ, Clohisy JC. Clinical presentation of patients with tears of the acetabular labrum. J Bone Joint Surg 2006; 88-A: 1448-57. Philippon MJ, Maxwell RB, Johnston TL, Schenker M, Briggs KK. Clinical presentation of femoroacetabular impingement. Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc 2007; 15: 1041-7. 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The present paper describes the clinical features, diagnosis and therapeutic management –both conservative and arthroscopic-surgical– of the coxa saltans, stressing the fact that further development of the techniques shall render them more reproducible and reliable in the future. Palabras clave: Cadera. Cadera en resorte. Coxa saltans. Diagnóstico. Tratamiento. Cirugía artroscópica. Key words: Hip. Spring hip. Coxa saltans. Siagnosis. Therapy. Arthroscopic surgery. INTRODUCCIÓN La cadera en resorte o coxa saltans se caracteriza por un chasquido o resalto palpable en ocasiones audible asociado con el movimiento de la cadera. Se clasifica en tres tipos(1): 1. Externa: es causada por el deslizamiento brusco de la banda iliotibial sobre el trocánter mayor(2). 2. Interna: descrita por Nunciata et al.(3), este tipo es producido por el deslizamiento del tendón del psoas ilíaco sobre la eminencia iliopectínea de la pelvis o la cabeza femoral. 3. Intraarticular: producido por cualquier patología articular que puede reproducir los síntomas principales de la coxa saltans (atrapamiento, bloqueo articular, etc.). Debido a que en la actualidad existen mejores métodos diagnósticos clínicos y de gabinete para identificar la patología intraarticular no se considera útil este último tipo(4). COXA SALTANS EXTERNA Este síndrome es producido por el engrosamiento de las fibras posteriores de la banda iliotibial y de las fibras anteriores del músculo glúteo mayor. Estas fibras se localizan posterior al trocánter mayor, cuando se mueve la cadera de flexión a extensión se deslizan súbitamente sobre el tro- cánter mayor hacia la parte anterior, produciendo el chasquido o el resalto que puede ser o no doloroso. En la Figura 1 se aprecia la cadera en extensión y cómo las fibras de la banda se localizan posterior al trocánter mayor (A). En B, el resalto sucede durante la flexión y suele repetirse al extender por el regreso súbito de la banda iliotibial a su posición original. Las flechas indican la zona de la banda iliotibial que produce el salto. Cuadro clínico Este síndrome frecuentemente es asintomático(5). Puede ser visible en algunos pacientes y en otros puede ser palpado mientras se realiza el movimiento de la cadera, también puede ser un movimiento voluntario y el paciente es capaz de reproducirlo(1) algunos suelen referirlo como capacidad para “luxar” o “dislocar” la cadera y generalmente son asintomáticos. El dolor es el principal síntoma y se localiza en la zona del trocánter mayor, esto es debido a la bursitis secundaria que produce la fricción de las fibras de la banda iliotibial, se irradia hacia la porcion distal de la banda hasta su inserción. El subir y bajar escaleras, así como el permanecer tiempos prolongados en posición sentado o con flexión de la cadera puede producir el chasquido al exdenderla súbitamente. El dolor puede estar asociado a marcha tipo Trendelemburg secun- Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (55-63) 55 Coxa saltans (cadera en resorte) anteriores, tales como bursitis trocantérica, bursitis del tendón del ílio-psoas y ruptu≠ras parciales o completas de los músculos abductores(8,9). Tratamiento El tratamiento inicial para aquellos casos de leves a moderados y asintomáticos es la terapia física basada principalmente en el estiramiento de la banda iliotibial, de los ten� � dones de los músculos isquiotibiales, del cuádriceps y de Figura 1. Esquema del fenómeno de la coxa saltans externa. los aductores, asociado a calor profundo y masoterapia. Los antiinflamatorios no esteroideos y la infiltración dario a una ruptura del músculo del glúteo mede la bursa trocantérica con corticoesteroides dio, lo que justificaría la reparación quirúrgica. suelen tener un índice elevado de éxito(1). La cirugía está indicada para aquellos casos Diagnóstico en que no ha funcionado el tratamiento conEl diagnóstico es clínico, puede ser reproducible por el explorador con el paciente en decúbiservador y se basa principalmente en la liberato lateral movilizando la cadera flexionándola o ción o el alargamiento de la banda iliotibial vía movilizándola de extensión a flexión, en casos abierta, que ha sido la más aceptada y de la que severos es posible encontrarla solamente con se tiene más información en la literatura(5,10-13). rotaciones interna y externa de la cadera. En los En la actualidad con los avances en la técnica casos de pacientes que pueden luxar la cadera endoscópica hemos descrito una técnica de lide manera voluntaria, lo hacen de pie inclinanberación de la banda iliotibial para el tratamiendo la pelvis y rotando la cadera. En todos los cato de la coxa saltans externa(14). sos puede ser palpable, ocasionalmente visible Los reportes de los resultados a corto y largo y poco frecuente audible. plazo en la técnica abierta no son muchos, sin Es frecuente encontrar datos de contractura embargo son los que predominan en la literatude la banda iliotibial, manifestado por la prueba ra. Recientemente se comenzó con los reportes de Ober, con el paciente en decúbito lateral se de los resultados a corto plazo de la técnica enflexiona la cadera explorada y se deja caer la rodoscópica que parecen comparables a los obtedilla sobre la mesa. Cuando existe contractura nidos en la técnica abierta (Tabla 1)(14). puede ser doloroso todo el trayecto de la banda o incluso puede no tocar la mesa con la rodilla. Técnica endoscópica En los casos en que el dolor es de larga evolude liberación de la banda iliotibial(14) ción, es posible encontrar contracturas asociaSe coloca el paciente en posición lateral, como se das de los tendones isquiotibiales, del músculo hace para artroplastia total de cadera, se viste recto anterior y del glúteo mayor. con campos quirúrgicos estériles que permitan mover libremente la cadera en flexión y extensión de manera que se pueda reproducir el fenómeno Imagenología del chasquido o resalto transoperatorio. Lo único Las radiografía AP de pelvis siempre está indique se requiere como equipo especial, además cada con el fin de identificar alteraciones óseas, del equipo de endoscópico, es de una bomba de calcificaciones u otra patología ósea. infusión continua de alto flujo con presiones que El ultrasonido dinámico puede documentar el oscilan de 40 a 60 mmHg. Se utiliza la lente de fenómeno, así como detectar patología asociada 30° de 4 mm con cánula convencional. como tendonitis, bursitis o ruptura muscular(6,7). Se infiltran entre 40 a 50 cm3 de solución saliLa resonancia magnética sólo confirma los hallazgos de la exploración clínica y de los estudios na en el espacio que se encuentra por debajo de 56 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 V.M. Ilizaliturri, J. Camacho Tabla 1 RESULTADOS DEL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO ABIERTO Y ENDOSCÓPICO DE LA COXA SALTANS EXTERNA Autor Núm. de casos Fery(13) 35 Faraj(11) Provencher(5) 11 9 White(10) 17 Ilizaliturri(14) 11 Técnica Abierta, corte transverso, sutura de colgajo inverso Abierta, z plastia Abierta, z-plastia Abierta, longitudinal, múltiples cortes tranversales Endoscópica, defecto en diamante la banda iliotibial sobre el trocánter mayor, a continuación se realizan los portales. Nuestra preferencia es el instrumental Hip Access® (Smith & Nephew, Andover MA) para artroscopia de cadera. Se recomienda la localización y marcaje del trocánter mayor, ya que es la principal referencia para la realización de los portales. Se inicia con dos portales, proximal trocantérico y distal trocantérico. La zona del resalto deberá localizarse entre ambos portales (Figura 2): 1. Distal trocantérico: se inicia con el obturador romo (no cortante) por debajo de la piel y Figura 2. Fotografía quirúrgica de un caso de cadera en resorte externa. El trocánter mayor (TM) se observa delineado, el área de salto se encuentra posterior al trocánter mayor y ha sido marcada con líneas horizontales. El portal peritrocantérico proximal se localiza aproximadamente 2 cm por arriba de la punta del TM y el peritrocantérico distal aproximadamente 6 a 7 cm debajo de la misma. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Seguimiento Dolor Resalto/ chasquido postop 7 años 21 10 casos 12 meses 22 meses 3 1 0 0 32,5 meses 0 2 casos (reoperados) 25 meses 0 1 caso, mejoró con terapia física se dirige hacia el portal proximal, y crea un espacio de trabajo por encima de la banda iliotibial. Éste será el portal de visión. 2. Proximal trocantérico: el lugar para éste se identifica con el artroscopio, utilizando una aguja espinal hasta la triangulación de los instrumentos. Se trata del portal de trabajo. Se realiza resección del tejido subcutáneo que se encuentra por encima de la banda iliotibial y, entre ambos portales, en este punto es importante realizar hemostasia con electrofulguración, de manera que permita aclarar la imagen e identificar la banda iliotibial. Hasta este punto se recomienda mantener una presión baja de infusión de agua, con el fin de prevenir complicaciones de la piel secundaria a compresión del líquido. Con un gancho de corte de electrofulguración a través del portal proximal se inicia un corte de 4 a 5 cm vertical desde donde está localizado el portal distal, que es el portal donde se encuentra la cámara. En este momento puede incrementarse la presión de infusión de agua. Se continúa ahora con el corte transversal de la banda de 2 cm de longitud, justo en el centro del primer corte y dirigido anterior. Estos dos cortes en t producen dos colgajos que deberán ser resecados con una punta de rasurador hasta lograr un defecto triangular de vértice anterior. El corte de los colgajos anteriores facilita la realización del corte transversal posterior, que es la continuación del segundo corte. Éste es el más importante, ya que es el que solucionara el problema del resalto. Este tercer corte produce otros dos colgajos, los cuales deberán ser resacados, de manera que al final resulte un de57 Coxa saltans (cadera en resorte) � � ��� ��� � � ��� ��� ��� Figura 3. Secuencia esquemática de la liberación de la banda iliotibial (BIT). fecto en forma de diamante o rombo, a través del cual se expondrá el trocánter mayor y se demostrará bajo visión endoscópica que el fenómeno del resalto se ha resuelto. En la Figura 3 se observa un ejemplo de liberación de la banda iliotibial (BIT): el primer corte (A) es vertical, de 6 a 7 cm en longitud, alineado al centro de la región trocantérica con la cadera en posición neutra; el segundo corte (B) es el transverso anterior y mide 2 cm aproximadamente, resulta en dos colgajos anteriores (superior e inferior); el corte transverso anterior (C) es el más importante porque es el que resuelve el problema del salto de la BIT. Se realiza a la misma altura que el corte transverso anterior y se debe prolongar posteriormente lo suficiente para liberar la zona que produce el salto. Por último (D), se resecan los colgajos resultantes obteniendo finalmente el defecto en forma de diamante sobre la BIT. Nótese cómo la resección posterior es más extensa. La Figura 4 muestra el lugar donde se encuentra el artroscopio (A): el espacio subcutáneo por encima (lateral a) de la BIT. El corte longitudinal 58 inicial se realiza con un cuchillo retrógrado de radiofrecuencia. El artroscopio se encuentra en el portal peritrocantérico distal y el gancho en el proximal. Una vez completado el corte longitudinal se realiza el corte transverso anterior sobre la BIT (B), aproximadamente a la altura del centro del corte longitudinal inicial. Cuando se retiran los colgajos superior e inferior (C) resulta un defecto de forma triangular sobre la BIT, donde la base del triángulo es el borde posterior del corte longitudinal inicial. La bursa del trocánter mayor se observa a través del defecto. El último corte es el transverso posterior (D). La longitud del mismo depende del fenómeno de salto. Se deberá cortar hasta que el fenómeno se resuelva. Al remover los colgajos resultantes el defecto final tendrá forma de diamante. La flecha indica la dirección del corte sobre la BIT posterior. Anterior al borde de la BIT posterior se observa la bursa del trocánter mayor (BTM). Recomendamos evitar seccionar completamente la banda iliotibial en sus dos direcciones, tanto anterior como posterior. El corte posterior se recomienda un poco más amplio, así como la exéresis de la bursa trocantérica y la exploración del tendón y del músculo glúteo medio. En caso de requerir artroscopia de la cadera, se recomienda iniciar en posición lateral con tracción la exploración y trabajo de los compartimentos central y periférico de la cadera. Al finalizar se puede liberar el pie para su movilización libre y entonces trabajar en la liberación de la banda iliotibial, como se ha descrito anteriormente. Figura 4. Secuencia endoscópica de la liberación de la banda iliotibial (BIT). Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 V.M. Ilizaliturri, J. Camacho Tabla 2 RESULTADOS DEL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO ENDOSCÓPICO Y ABIERTO DE LA COXA SALTANS INTERNA Autor Taylor(26) Jacobson(27) Dobbs(28) Gruen(29) Núm. de casos 17 20 11 11 Byrd(4) 9 Ilizaliturri(15) 7 Dienst(20) 9 Flanum(21) 6 Técnica Seguimiento Liberación abierta Abierta, z-plastia Abierta, z-plastia Abierta, z-plastia Liberación endoscópica en el trocánter menor Liberación endoscópica en el trocánter menor Liberación endoscópica transcapsular (preservando músculo ilíaco) Liberación endoscópica en el trocánter menor 17 meses 20 meses 4 años 3 años COXA SALTANS INTERNA En este síndrome el chasquido o resalto se produce por el deslizamiento súbito del tendón del psoas ilíaco sobre la eminencia iliopectínea de la pelvis o sobre la cabeza femoral. El tendón del psoas ilíaco se localiza lateral a la línea iliopectínea cuando la cadera se encuentra en flexión máxima. Durante la extensión, el tendón se desplaza en dirección medial con respecto a la línea iliopectínea(1). Cuadro clínico Este fenómeno es asintomático en aproximadamente un 10% de la población en general y se debe considerar como normal(4). Cuando es sintomática generalmente se manifiesta con dolor localizado en la región inguinal asociado con el resalto o chasquido. Es común relacionarlo con actividades en las que se realiza el movimiento de flexión a extensión de la cadera, como subir escaleras o levantarse de una silla. Exploración física Generalmente este fenómeno es voluntario y reproducible(1,4,15). Siempre puede ser palpado, en ocasiones audible pero nunca visible. La exploración física de este fenómeno se debe realizar con el paciente en decúbito supino con la mano en la región inguinal, flexionando más de 90° la cadera y extendiendo hasta llegar a posición neutral. Este fenómeno puede Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Resalto/ chasquido postop 0 5 2 (reoperado) 6 0 1 0 0 Dolor 20 meses 0 0 21 meses 0 0 3 meses (reporte de técnica) 0 0 12 meses 0 0 acentuarse con la combinación de abducción, rotación externa y flexión, llevándola a aducción, rotación interna y extensión. El paciente puede referir aprensión, mientras se explora la cadera en decúbito supino. No es infrecuente que esté asociado a sintomatología intraarticular, como pinzamiento fémoro-acetabular, por tanto deberá diferenciarse el origen del dolor. Diagnóstico Las radiografías simples AP de pelvis son de ayuda para descartar pinzamiento fémoro-acetabular tipo cam que podría estar asociado a este fenómeno(16,17). La bursografías del psoas asistidas con el intensificador de imágenes puede documentar el fenómeno de manera dinámica, pero depende de la habilidad del técnico para la punción, así como de la forma del explorador para reproducir el fenómeno y el tamaño del aparato de fluoroscopia que se emplee(18). El ultrasonograma del tendón del psoas es un estudio no invasivo que también puede documentar dinámicamente el fenómeno, así como la patología adyacente del tendón y de la bursa, sin embargo también depende del técnico para poder realizar un diagnóstico certero(19). La artroresonancia magnética de la cadera es el estudio que preferimos por dos razones principales: permite conocer las condiciones del tendón del psoas, así como de la patología intraarticular. Como se menciona arriba, es frecuente encontrar este fenómeno asociado a le59 Coxa saltans (cadera en resorte) Figura 5. Fotografía clínica de un paciente preparado para cirugía artroscópica de cadera en decúbito lateral. Se ha usado una mesa de fracturas con accesorios especiales. El arco en C del intensificador de imágenes se encuentra posicionado de manera horizontal por debajo de la mesa para proporcionar una imagen en proyección anteroposterior. La mesa de fracturas permite colocar y retirar la tracción, flexionar y abducir la cadera para accesar el compartimiento periférico. siones de la cadera; la debilidad de este estudio es que se trata de un estudio estático. Tratamiento Al igual que en la coxa saltans externa, el tratamiento de elección para este fenómeno es el conservador o no quirúrgico, basado principalmente en la terapia física, los antiinflamatorios no esteroideos y las infiltraciones con corticoesteroides. La terapia física debe ir dirigida en el estiramiento del tendón del psoas, así como de los aductores de la cadera. El tratamiento quirúrgico está indicado para aquellos pacientes en los que el tratamiento conservador haya fallado(1). La tenotomía del tendón del psoas por vía abierta es el tratamiento de elección en la mayoría de la literatura en que se trata esta patología. Recientemente, se ha propuesto una técnica endoscópica para la liberación del tendón del psoas. Existen dos formas de hacerlo: de manera intraarticular o extrarticular. Los resultados reportados en estos estudios muestran resultados comparables con los obtenidos en la liberación abierta del tendón(4,15,20,21). Técnica endoscópica para liberación extraarticular del tendón del psoas(15) La posición del paciente es en decúbito lateral, en la mesa de fracturas o con algún dispo60 sitivo que aplique tracción controlada en la extremidad inferior que se va a operar (Figura 5). Recomendamos iniciar con la exploración del compartimento central de la cadera con tracción para su acceso y, posteriormente, con el compartimento periférico sin tracción, con los portales descritos(22-25). Al finalizar, se deben retirar todos los instrumentos y el artroscopio de los portales. Se flexiona la cadera aproximadamente 20°, combinado con rotación, externa de manera que en el intensificador de imágenes sea posible observar el trocánter menor. (Figura 6). A continuación, se establecen los portales accesorios: 1. Portal superior accesorio: se coloca una aguja espinal 2 cm distal a la línea horizontal sobre la punta del trocánter mayor y 2 cm anterior al borde anterior del fémur. Se dirige la aguja directamente hacia el trocánter menor, guiada con el intensificador de imágenes que da la orientación en el plano coronal. La orientación en el plano sagital es a través de la palpación del borde anterior del fémur hasta llegar al trocánter menor. Se siguen entonces los pasos necesarios para establecer un portal artroscópico de acuerdo al sistema Hip Access® (Smith & Nephew), empleando una guía flexible de nitinol a través de la aguja sin obturador, se retira la aguja y a través de la guía flexible se introCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 V.M. Ilizaliturri, J. Camacho Figura 6. Fotografía de fluoroscopia que muestra la posición de la aguja espinal hacia el trocánter menor. Nótese la visión del trocánter menor lograda con la rotación externa. sición del portal accesorio de trabajo usualmente utilizado para la liberación transcapsular del psoas. El círculo blanco marca la situación del portal de trabajo para la liberación del psoas a nivel de su inserción sobre el trocánter menor. Por otro lado (B), se muestra el artroscopio en el portal de trabajo accesorio de visualización y una cánula ranurada con instrumento de radiofrecuencia en el portal accesorio inferior (típicamente para liberación del psoas en la inserción sobre el trocánter menor). Una vez establecidos los portales, se reseca el tejido sinovial de la bursa y se diseca el tendón. Al finalizar, con un gancho de radiofrecuencia se realiza el corte del tendón cercano a su inserción en el trocánter menor. En la secuencia que aparece en la Figura 8, vemos una fotografía endoscópica (A) en la que se observa el tendón del psoas (TP) dentro de su bursa rodeado de tejido sinovial; en B, la resección del tejido sinovial alrededor del TP con un rasurador mecánico; en C, una imagen fluoroscópica que muestra la posición del artroscopio y un cuchillo de gancho de radiofrecuencia sobre el trocánter menor, por último, en D, la liberación del TP con el uso de un cuchillo de gancho de radiofrecuencia en forma retrógrada. duce una guía canulada de intercambio, la cual se empleará como guía de la cánula del artroscopio. Recomendamos emplear una lente artroscópica de 30° y 4 mm, así como una cánula artroscópica de 4,5 mm doble válvula. En este momento se inicia el flujo con la bomba de inLiberación transcapsular fusión a baja presión. del tendón del psoas(20) 2. Portal inferior accesorio: se localiza 2 a 3 cm El tendón del psoas puede ser identificado intraardistal al portal superior. Utilizando una aguja esticular a nivel de la unión de la cabeza con el cuello pinal, se triangulan los instrumentos con ayuda femoral a través de una capsulectomía anterior. del intensificador de imágenes. Una vez identificada la punta de la aguja dentro de la bursa del tendón del psoas, se establecen los pasos descritos anateriormente para crear un portal a través del que se introducirán los instrumentos para trabajar. Si se emplea el sistema Hip Access®, recomendamos en este portal emplear la cánula abierta de intercambio que facilita la entrada del rasurador y de los intrumentos de corte y de radiofrecuencia. En la Figura 7 se muestran, por un lado (A), los portales para el compartimiento central, anterolateral (AL), posterolateral (PL), anterior directo (AD) y su relación con el trocánter mayor (TM) y la espina ilíaca anterosuperior (EIAS). El círculo negro indica la posición del portal accesorio para visualización. El círculo rojo señala la poFigura 7. Situación topográfica de los portales de acceso. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 61 Coxa saltans (cadera en resorte) Para realizar esta técnica se coloca al paciente en posición lateral o supino. Recomendamos realizar esta liberación al finalizar el trabajo en el compartimento central, retirar la tracción y los instrumentos. Se flexiona la cadera aproximadamente 30° y se deja en rotación externa. Para acceder al compartimento periférico de la cadera se crean 2 portales accesorios (Figura 7A): 1. Portal superior accesorio: se coloca un aguja espinal 2 cm distal a la línea horizontal sobre la punta del trocánter mayor y 2 cm anterior a el borde anterior del fémur. La aguja se dirige atravesando la cápsula hacia la superficie anterior del cuello femoral en un ángulo casi perpendicular al cuello. Una vez situada la aguja se realizan los pasos para establecer un portal para introducir el artroscopio. 2. Portal accesorio: se establece utilizando una aguja espinal hasta triangular la punta con el artroscopio en la periferia del cuello femoral. El tendón del psoas se localiza inmediatamente anterior a la cápsula articular de la cadera. Generalmente se encuentra en el espacio entre la zona orbicular anterior y el labrum anterior proximal y anterior al receso sinovial medial. En algunos casos es posible encontrar una comunicación con la bursa del tendón del psoas en este punto. En la secuencia de la Figura 9, vemos una fotografía artroscópica (A) tomada desde el compartimiento periférico. El repliegue sinovial medial (RSM) se observa en el centro de esta imagen; el cuello del fémur (CF), a la derecha; la zona orbicular (ZO) de la cápsula anterior de la cadera en la parte inferior de la imagen y, a la izquierda, el labrum. En B, se muestra una campsulotomía anterior con un cuchillo de gancho en forma retrógrada entre el labrum (L) y la ZO. El RSM y el cuello del fémur (CF) aparecen a la derecha de la imagen. Una vez que se ha completado la capsulotomía se reseca el tejido sinovial alrededor del TP (C). Éste ha sido expuesto después de retirar el tejido sinovial alrededor del mismo y se encuentra listo para ser liberado en forma retrógrada con un cuchillo de gancho de radiofrecuencia (D). La cápsula adyacente al tendón generalmente es delgada, lo que permite verlo a través. Se realiza una capsulectomía para acceder al tendón, se reseca el tejido sinovial alrededor de la bursa del tendón, después, con un gancho de rediofrecuencia, se realiza la liberación del tendón. En este acceso es 62 Figura 8. Secuencia que muestra la técnica de liberación del tendón del psoas (TP) a nivel de su inseción en el trocánter menor. Figura 9. Secuencia que muestra la técnica de liberación transcapsular del tendón del psoas (TP). posible observar la porción muscular del ilíaco. No recomendamos la liberación de este músculo. DISCUSIÓN El desarrollo de la técnica artroscópica adaptado para la cadera ha permitido aumentar el conocimiento de la anatomía patológica, así como de las técnicas de tratamiento(30), las cuales con el tiempo (como en el caso de la coxa saltans) demostrarán ser reproducibles y confiables tanto como los resultado obtenidos por las técnicas tradicionales(23). Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 V.M. Ilizaliturri, J. Camacho BIBLIOGRAFÍA 1. Allen WC, Cope R. Coxa saltans: the snapping hip revisited. J Am Acad Orthop Surg 1995; 3: 303-8. 2. Binnie JF. Snapping hip (Hanche a resort; Schnellend Hefte). Ann Surg 1913; 58: 59-66. 3. Nunziata A, Blumenfeld I. Cadera a resorte: a propósito de una variedad. Prensa Med Argent 1951; 38: 1997-2001. 4. Byrd JWT. Evaluation and management of the snapping iliopsoas tendon. Tech in Orth 2005; 20: 45-51. 5. Provencher MT, Hofmeister EP, Muldoon MP. 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Este tratamiento puede ser llevado a cabo por artroscopia. De una casuística de 45 casos, se presenta la técnica y resultados de 15 casos con seguimiento mínimo de 6 meses evaluados con test de ‘impingement’ y escalas WOMAC y Merle d’Aubigne. Arthroscopic management of femoroacetabular impingement. Femoroacetabular impingement is a recently described hip deformity causing mechanical hip dysfunction. This dysfunction may give rise to structural changes resulting in hip osteoarthritis. Resection of the deformity and repair of the damaged structures has been proposed in order to relieve the pain caused by this dysfunction; this therapy may be carried out arthoscopically. From our own case material (45 cases) we have selected 15 with at least 6-months follow-up, which are here presented with the results of the impingement tests and the WOMAC and Merle d’Aubigné outcome scores. Palabras clave: Artroscopia de cadera. Choque femoroacetabular. Osteoplastia. Key words: Hip. Arthroscopy. Arthroscopic surgery. Patient positioning. INTRODUCCIÓN La patología de la cadera ha dado un giro importante en los últimos años. La descripción de una particular morfología de la articulación como origen del conflicto mecánico dado a conocer como choque femoroacetabular es la responsable de dicho giro. Diversos estudios han mostrado una importante relación entre la presencia de esta particular morfología articular y el desarrollo de artrosis de la cadera(1-3). Por otro lado, estudios epidemiológicos muestran que existe una prevalencia de hasta un 15% de dicha patología(4). La anatomía patológica que define el choque femoroacetabular viene representada por una alteración a nivel de la cabeza femoral y una alteración a nivel del acetábulo. Por un lado, la pérdida de la esfericidad de la cabeza femoral da lugar a la deformidad en la zona de transición cabeza-cuello, conoci64 da como deformidad en culata de pistola (pistol grip) y, más recientemente, como lesión de tipo leva (cam, en inglés), mientras que la presencia de una cobertura anterior excesiva de la pared anterior acetabular por una alteración en la anteversión normal del acetábulo o por un desarrollo patológico de ésta da pie a la lesión conocida como de tipo pinza o pincer en la terminología anglosajona(5). El tratamiento propuesto para el choque femoroacetabular consiste en la rectificación de la anatomía patológica articular, así como la resolución de los defectos ocasionados por dicho choque. La escuela de Berna propone un abordaje lateral con osteotomía del trocánter mayor y luxación de la cabeza femoral(6). Obvia decir que ello conlleva una agresión quirúrgica importante, motivo por el que paralelamente ha ido desarrollándose una técnica específica para el abordaje artroscópico de dicha patología. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 (64-70) M. Tey et al. midad de la cabeza femoral mediante abordaje indirecto tal como describen Sampson y Glick. Para ello se realizó un estudio previo en cadáver para valorar los portales más adecuados, los riesgos de los mismos y el espacio de trabajo Figura 1. Tratamiento por acceso indirecto de la lesión cam de cabeza femoral. A: capsuloque se desarrolla. tomía desde espacio precapsular; B: osteoplastia en curso. Los pacientes se colocaron en decúbito lateral y se llevó un doble control del proMATERIAL Y MÉTODO cedimiento, artroscópico y radioscópico. Se utilizó material estándar de artroscópica y se diEntre abril de 2006 y diciembre de 2007 han sido intervenidos 45 pacientes por choque feseñaron los portales con obturador trócar romo moroacetabular. para no penetrar la cápsula articular. Tras triangulación en grasa precapsular, se procedió a El diagnóstico fue establecido en aquellos pacientes con historia crónica (entre 6 y 48 resección con vaporización de la misma hasta identificar claramente un espacio precapsular meses, con una media de 12 meses) de dolor incon visión de la cápsula. Se delimitó el área de guinal, con test de impingement positivo y esturesección bajo control de radioscopia y se prodio radiológico específico que evidenciaba una cedió a capsulotomía y posterior resección de la lesión de tipo cam. Dolor en la nalga o en la región trocanterea han sido síntomas acompañangiba femoral (Figura 1). tes frecuentes. No se valoró el signo del cruce en Esta técnica es sencilla, pero presenta tres los estudios radiológicos. Ello es debido a que se importantes limitaciones. En primer lugar, no requiere un preciso y constante protocolo radiose evalúa el compartimento periférico (CP) en su conjunto; en segundo lugar, es un procelógico para no obtener falsos resultados, como dimiento con una importante irradiación, y en muestran estudios como el de Siebenrock(7), y dado que los pacientes obtienen sus estudios tercer lugar, sólo se resecciona la giba visible bajo radioscopia. La visión completa del CP es radiológicos en muy diversos centros de diagimportante tanto para delimitar la giba como nóstico por la imagen esa constancia no quepara identificar posible los retináculos sinoviada garantizada. En caso de duda diagnóstica, se les y lograr preservar el retináculo lateral, impracticó punción articular con anestésico local (5 cm3 mepivacaína al 2%) aislado o junto con portante para la vascularización de la cabeza fecorticoide depot (5 cm3 Trigon®). Ésta fue realimoral. Debe recordarse que estamos hablando zada bajo control radiográfico, añadiendo conde patología de adulto joven, por lo que la irratraste iodado al preparado o mediante control diación excesiva en la región pélvica debe tratar ecográfico. Se evaluó como sugestivo de CFA de evitarse en la medida de lo posible. Por otro la eliminación transitoria del dolor. Se practicó lado, la eliminación de la “lesión radiológica” RMN a todos los pacientes diagnosticados de no garantiza un éxito, dado que la lesión que CFA para evaluar el estado del cartílago articuentra en conflicto mecánico en el momento de flexión y rotación interna es la presente en la relar, labrum acetabular y medición del ángulo α. En ausencia de lesión de labrum, geodas subgión anterior y anterolateral, no lateral. condrales o lesión condral, se remitió al paciente Los restantes pacientes (38) fueron tratados mediante abordaje directo de la lesión del a tratamiento de fisioterapia. Aquellos casos refractarios a la fisioterapia por un periodo no inCP y siguiendo una rutina quirúrgica constanferior a un mes fueron propuestos para cirugía. te. Se colocó al paciente en decúbito supino en En los primeros siete pacientes tratados por mesa de tracción con la extremidad en abducel primer autor (MT), se accedió a la deforción neutra, 10º de rotación externa y muy ligeCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 65 Tratamiento artroscópico del choque femoroacetabular Figura 2. Lesión condral periférica con labrum indemne, típica de la lesión cam. Figura 3. Fresado pared anterolateral acetabular sublabralmente. ra flexión. Se practicó tracción hasta comprobar decoaptación bajo escopia, se retiró la misma y se comprobó que se pudiera realizar flexión de 40-45º de la cadera con movimientos rotacionales libres. Posteriormente, se volvió a la extensión y se inició la intervención. Bajo tracción se realizó el abordaje del compartimento central (CC), donde se comprobó el estado del labrum y del cartílago articular periférico. En este punto se pueden encontrar cuatro supuestos distintos: lesión de labrum con preservación del cartílago articular, lesión de labrum y de cartílago articular, lesión de cartílago articular con preservación del labrum o preservación de ambos. La lesión de cartílago articu- lar con preservación del labrum es la imagen más habitual en CFA poco evolucionado, como se muestra en la Figura 2. La lesión del cartílago periférico se tratará mediante eliminación del cartílago desprendido y fresado del borde de la pared acetabular hasta eliminar el hueso subcondral denudado, como muestra la Figura 3. En caso de existir un labrum indemne, se procederá a una desinserción con bisturí para realizar la osteocondroplastia de la pared anterior del acetábulo y posterior reanclaje del mismo. En caso de lesión labral, si éste es inestable habitualmente requiere una ampliación de la misma y, en caso de ser estable, se procede a regularización del mismo con radiofrecuencia previo a su desinserción. Tras la osteocondroplastia de pared anterior del acetábulo por fresado, se procede a reanclaje labral con de 1 a 3 anclajes óseos (Figura 4). Es preferible el uso de anclajes reabsorbibles de 3 o 3,5 mm con hilos de alta resistencia. En caso de lesiones condrales, puede realizarse tratamiento mediante microfracturas. Tras retirada de tracción y reubicación de los portales en el compartimento periférico, se identifica la lesión de la cabeza femoral, como muestra la Figura 5, habitualmente entre la plica sinovial media y lateral y se procede a su resección con fresa de hueso. Con la cadera colocada a una flexión de 40-45º, se reseca la giba hasta el límite con el reborde acetabular, para asegurar que no se realiza una infracorrección (Figura 6). En aquellos casos que presentan una prominencia ósea inferior, se elimina la pli- Figura 4. Resultado de sutura del labrum tras osteocondroplastia acetabular. 66 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 M. Tey et al. Figura 5. Lesión cam bajo visión directa del compartimento periférico. Figura 6. Resultado de osteoplastia de la cabeza femoral. ca media y se continúa la resección hacia la región anteromedial e inferior de la cabeza femoral. Se establece el límite superior de resección a las 11 por la presencia de los vasos retinaculares superiores(8). Se comprueba el resultado mediante movimientos rotacionales y de flexión de la articulación. En el postoperatorio inmediato iniciamos movimiento de flexión y extensión limitado (de 0 a 80º) para evitar adherencias capsulolabrales, pero se evitan los movimientos rotacionales hasta la tercera semana para evitar estrés en la sutura labral. Se mantiene carga propioceptiva hasta de la cuarta a la sexta semana en función de la resección femoral practicada. A latercera semana se inician ejercicios de cadena cerrada; al tercer mes, deporte de bajo estrés articular, y al sexto mes, se inicia actividad deportiva libre. El seguimiento lo realizamos con escalas de WOMAC, Merle d’Aubigne, test de impingement y ángulo α siempre que sea posible. Pacientes atendidos en otros centros han sido perdidos en el seguimiento pese a haber obtenido resultados satisfactorios subjetivos. Se presentan aquellos casos con seguimiento mínimo de 6 meses con el seguimiento realizado mediante estas escalas. vo por el que se abandonó dicha técnica). En todos ellos se logró un ángulo α inferior a 50º medido en proyección AP. Un caso presentaba una coxartrosis moderada radiológica, con lesión condral importante en acetábulo y, pese a la satisfacción de la paciente con el procedimiento, no se observó mejoría objetiva clínica. Un segundo paciente presentó mejoría en la escala WOMAC respecto del dolor y funcionalidad al primer año, pero sin mejoría del test de impingement y con recidiva de la clínica por la que a los dos años fue tratado mediante artroplastia de superficie. Dos pacientes presentaron mejoría estable en la escala WOMAC y con test de impingment negativo y los otros tres mostraron mejoría subjetiva para dolor y función en la escala de WOMAC, pero con persistencia de test de impigement positivo. Atendiendo a la evaluación de resultados propuesta por Ribas y Marín, se obtuvo únicamente un 28% de buenos resultados a 17 meses postoperatorios (20 a 15 meses). Dados estos malos resultados, se abandonó la técnica de abordaje indirecto en favor de la técnica de abordaje directo del compartimento periférico(9). Los restantes pacientes presentaron un resultado radiológico muy variable, dado que la resolución del ángulo α en la proyección AP no es uno de los objetivos buscados en la cirugía y no existe proyección de Dunn o RMN postoperatoria de todos los pacientes, pero la evolución clínica es más constante. La evaluación clínica se realizó a los 6 meses y al año, momento en el que es deseable un control radiológico con AP, RESULTADOS Los pacientes de la serie inicial de abordaje indirecto han tenido resultados erráticos (motiCuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 67 Tratamiento artroscópico del choque femoroacetabular axial de Dunn y falso perfil de Lequesne. Dada la corta evolución de nuestra serie sólo tenemos proyección AP postoperatoria inmediata, pero no las proyecciones específicas de duodécimo mes de seguimiento. Se descartaron los pacientes con seguimiento inferior a 6 meses o aquellos a los que no se les pudo realizar el test de impingemnet o estudio con los protocolos de seguimiento, y se obtuvo 15 pacientes con un tiempo de evolución de entre 6 y 14 meses (media de 9 meses). En el estudio preoperatorio todos los pacientes presentaban una historia de dolor crónico de la cadera, con test de impingement positivo y mala respuesta a tratamiento médico y fisioterapéutico. A todos los pacientes se les advirtió preoperatoriamente de que se trataba de un procedimiento novedoso con resultados inciertos, pero accedieron a la intervención quirúrgica por interferencia con las actividades habituales (deportivas en 5 de ellos y de la vida diaria en los restantes 10). La Tabla 1 muestra los pacientes de dicha serie. Un paciente presentó una historia de dolor tras fractura femoral que había precisado enclavado endomedular más de 5 años atrás (material de osteosíntesis retirado al año de la cirugía). Tres pacientes fueron diagnosticados de lesión labrum preoperatoriamente (uno con historia de traumatismo deportivo con rotación externa de cadera traumática, los otros dos sin claro antecedente traumático). Un paciente presentaba una historia de larga evolución de CFA con artritis séptica intercurrente tras infiltración articular y otro paciente dolor residual tras osteoplastia abierta. Los otros nueve pacientes fueron diagnosticados de CFA, uno de tipo cam y ocho de tipo mixto. En cinco pacientes existía lesión del labrum, dos con desinserción del mismo y tres con desestructuración sin desinserción. Dicha lesión se localizaba siempre en la región anterolateral, entre las 9 y las 12 h de la esfera horaria para cadera derecha. Ocho pacientes evidenciaron una lesión condral periférica que requirió desinserción labral para su tratamiento. Un paciente presentó una lesión condral de cartílago acetabular y femoral moderada (Outerbridge III/IV) y otro paciente mostró un surco sublabral. Los otros cinco pacientes presentaban un cartílago periférico normal. En todos los pacientes existía una lesión de tipo cam de tamaño variable. 68 La cirugía tuvo una duración media de 2,6 horas (rango 1,7-3,5 h), con una duración de la tracción de 1,3 horas (rango 0,75-2 h). En todos los pacientes se constató una hipoestesia o anestesia postoperatoria en la región perineal, sin disfunción de sistema genitourinario, de grado variable, transitoria, que mejoró en pocas horas en unos casos y varias semanas en otros. Los tiempos largos de tracción se asociaron con períodos más largos de hipoestesia. El reanclaje del labrum se realizó con anclajes absorbibles en todos los casos. En un caso hubo rotura del material de transporte del implante, sin que afectara a la correcta fijación del mismo. El paciente con antecedente de artritis séptica y lesión condral extensa no presentó mejoría clínica y a los 6 meses fue programado para recambio protésico. Todos los pacientes mostraron mejoría clínica y funcional en escalas de WOMAC y Merle d’Aubigne (según el protocolo de Ribas y Marín sólo es aceptable un 6-6-6 o 5-6-6 como buen resultado) pero con test de impingement positivo en dos pacientes. DISCUSIÓN El tratamiento artroscópico del choque femoroacetabular es una técnica quirúrgica compleja por varios motivos. En primer lugar, requiere un instrumental específico, con material más largo, obturadores canulados, etcétera(10). En segundo lugar, se requiere el uso de ópticas de 70º que distorsionan la visión. En tercer lugar, el margen de maniobra del instrumental es pequeño, dado el grosor de las partes blandas. Pese a ello, es una técnica reproducible y expertos como Villar o Phillippon sitúan en 30 la curva de aprendizaje para cirujanos artroscopistas. Sin embargo, una técnica cuidadosa (y posiblemente más larga) permite obtener buenos resultados como demuestra nuestra serie. El abordaje extraarticular propuesto por Sampson(11) ofrece grandes atractivos para iniciarse en esta técnica dada su relativa sencillez. Sin embargo, tiene claras desventajas respecto de la técnica intraarticular: uso intenso de radioscopia, área limitada de resección, incapacidad de recorrido por el resto del compartimento periférico. La iatrogenia propia de la irradiación de la región pélvica de adultos jóvenes junto a los malos resultados preliminares Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 M. Tey et al. Tabla 1 PACIENTES INCLUIDOS EN ESTUDIO Diagnóstico intraoperatorio Caso Seguimiento (meses) Diagnóstico 1 14 2 Tiempo tracción (min) Duración de IQ (h) Labrum Cart. Acetal. Cabeza femoral CFA y secuelas de cir. de fractura femoral ok Lesión condral periférica Cam 60 2,5 12 CFA mixto Lesionado Lesión condral periférica Cam 60 <3 3 11 CFA mixto Lesionado Lesión condral periférica Cam 90 3.5 4 10 Desinserció labrum posterior Desinsertado Buen estado Cam 60 1,7 5 10 CFA mixto Desinsertado Lesión condral periférica Cam 80 3 6 9 CFA mixto Lesionado Buen estado Cam 90 3 7 9 Lesión labrum Buen estado Lesión condral periférica Cam 120 <3 8 9 Secuelas osteoplastia abierta por CFA Buen estado Lesión condral periférica Cam 45 2 9 8 CFA mixto Buen estado Lesión condral periférica Cam 110 3 10 8 CFA mixto Buen estado Buen estado Cam 100 <3 11 8 CFA mixto Buen estado Buen estado Cam <120 <3 12 8 CFA mixto Buen estado Buen estado Cam <120 <3 13 7 CFA mixto con artritis séptica Buen estado Condropatía III/IV Condropatía III + lesión cam 15 2 14 7 CFA cam Buen estado Buen estado Cam <120 2,7 15 6 Lesión labrum Buen estado Lesión condral periférica Cam 120 <3 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 69 Tratamiento artroscópico del choque femoroacetabular hicieron que se abandonara dicha técnica en pro del abordaje directo, tal como se ha descrito previamente. La mejoría clínica es fácil de justificar si entendemos que la sintomatología es fruto del conflicto mecánico propio del CFA y resolvemos dicho conflicto. Sin embargo, queda todavía por definir la etiopatogenia de dicho conflicto(12). Existe una importante asociación con patología lumbosacra, aunque no está definida una relación causal. Sin duda, la alteración en la orientación en la rotación anteroposterior de la pelvis conlleva una alteración coxofemoral en bipedestación que puede agravar o disminuir un conflicto mecánico anterior. Se precisan estudios epidemiológicos y biomecánicos para completar nuestro conocimiento sobre este aspecto. De igual forma, pese a que los estudios que existe muestran claramente cómo el choque femoroacetabular es una causa reconocida de artrosis. Queda por demostrar que el tratamiento del mismo mediante resección de la deformidad causante alterará la historia natural de la patología(1-3,13). La valoración de los resultados es un tema no cerrado. Obvia decir que el grado de satisfacción del paciente es importante, aunque no suficiente. Dado que es una patología crónica, cualquier mejoría es percibida muy positiva- mente y existe un grado de satisfacción del paciente. Ribas y Marín proponen un seguimiento mediante tests clínicos (test de impingement y maniobra de aprehensión) y escalas de valoración WOMAC y Merle d’Aubigne. Sin embargo, éstas son escalas de valoración para el seguimiento de pacientes con patología degenerativa, por lo que nuevas escalas están siendo propuestas y el tiempo nos dirá si son válidas para el seguimiento de esta particular patología. CONCLUSIONES Las técnicas quirúrgicas artroscópicas permiten el tratamiento del choque femoroacetabular gracias al desarrollo de un instrumental específico y la sistematización de un orden terapéutico determinado. El abordaje extraarticular de la lesión cam no nos ha ofrecido un resultado satisfactorio. Ello puede ser debido a iatrogenia, la falta de control completo del CP y la resección de la prominencia visible por radioscopia, que habitualmente no es la causante de la clínica. Los anclajes absorbibles de 3,5 mm han supuesto una buena opción para la reinserción del labrum acetabular. BIBLIOGRAFÍA 1. Hofmann S, Tschauner CH, Graf R. Mechanical causes of osteoarthritis in young adults. Hip International 2003; 13 (Suppl 2): 3-9. 2. Ganz R, Parvizi J, Beck M, Leunig M, Notzli J, Siebenrock K A. Femoroacetabular impingement: a cause for osteoarthritis of hip. Clin Orthop 2003; 417: 112-20. 3. Harris WH. Etiology of osteoarthritis of the hip. Clin Orthop 1986; 213: 20-33. 4. 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PROCESO EDITORIAL • Todos los trabajos serán valorados por el Consejo de Redacción. En el caso de que el artículo necesitara correcciones, éstas deberán ser remitidas a la Redacción en un plazo máximo de un mes, transcurrido el cual se desestimará la publicación y el manuscrito será devuelto al autor. • La revista CUADERNOS DE ARTROSCOPIA se reserva el derecho de realizar modificaciones en el texto de los trabajos en aras de una mejor comprensión del mismo, cambios que en ningún caso alterarán el mensaje científico. ACEPTACIÓN DE LOS TRABAJOS • La Secretaría de Redacción acusará recibo de los trabajos recibidos e informará acerca de su aceptación y fecha de publicación. • El Consejo de Redacción no asume ninguna responsabilidad respecto a los puntos de vista defendidos y las afirmaciones vertidas por los autores en sus trabajos. GARANTÍA DE PUBLICACIÓN NO REDUNDANTE • La remisión del manuscrito implica que el trabajo no ha sido publicado ni enviado si71 multáneamente a otras publicaciones y que, en caso de ser aceptado, no será difundido por ningún otro medio de forma íntegra ni parcialmente. • El material gráfico debería ser de creación original. La iconografía procedente de otras publicaciones deberá ir acompañada del preceptivo permiso del Editor. COPYRIGHT El material publicado en CUADERNOS DE ARTROSCOPIA está protegido con copyright. La reproducción de contenidos debe solicitarse previamente a la revista y, una vez autorizada, incluirá mención expresa a la fuente. NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE MANUSCRITOS • Se remitirán por correo electrónico y una copia en papel, o bien dos copias impresas por correo ordinario o mensajería. • Los archivos digitales tendrán las siguientes características: – Texto: preferiblemente en formato RTF, OpenDocument o Microsoft Word®. – Imágenes (ver también apartado “Figuras”): 1. Formato TIFF, EPS o JPG 2. Resolución mínima: 350 ppp 3. Tamaño: 15 cm de ancho Toda imagen que no se ajuste a estas características se considera inadecuada para imprimir. En determinados casos es conveniente indicar la orientación (vertical o apaisada). • Las copias impresas, en formato DIN-A4, deben ir mecanografiadas a doble espacio, en el tipo de letra Times New Roman del cuerpo 11 y debidamente numeradas. Se pueden acompañar fotografías de 13 × 18 y diapositivas, y también dibujos o diagramas cuyos elementos se detallarán con claridad. Las microfotografías de prepa- Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Normas para la presentación de manuscritos raciones histológicas deben llevar indicada la relación de aumento y el método de coloración. No se aceptan fotocopias. 1. Primera página La primera página incluirá los siguientes datos identificativos: • 1. Título completo del artículo en castellano y en inglés. Se sugiere redactarlo de forma concisa y evitar las siglas. • 2. Autoría: – Nombre completo de cada autor. – Centro de trabajo de cada uno de ellos. Si éste desarrollase actividad clínica, indicar servicio, hospital y localidad; si se ocupa sobre todo de labores docentes de nivel universitario, precisar departamento universitario, facultad y localidad. • 3. Direcciones postal y electrónica del autor a quien pueden dirigirse los lectores. • 4. Número de tablas y figuras. 2. Resumen La segunda página incluirá un resumen del trabajo (con una extensión máxima de 200 palabras) y una recopilación de dos a cinco palabras clave (a ser posible, que figuren también en los Descriptores de Ciencias Médicas, o MSH (Medical Subjet Headings), del Index Medicus, así como su versión en inglés. 3. Cuerpo del informe • En la tercera página comenzará el artículo, que deberá estar escrito en un estilo preciso, directo, neutro y en conjugación verbal impersonal. • Para abreviaciones se utilizarán criterios convencionales. La primera vez que aparezca una sigla debe estar precedida por el término completo al que se refiere. • Se evitará el uso de vocablos o términos extranjeros, siempre que exista en castellano una palabra equivalente. • Las denominaciones anatómicas se harán en castellano o en latín. Los microorganismos se designarán siempre en latín. Se usarán números para las unidades de medida y tiempo (8 pacientes, 6 cm, 40%, 7 años y 2 meses), excepto al inicio de la frase ([…]. Cuarenta pacientes…). 72 • Para estructurar las comunicaciones científicas, es habitual –aunque no preceptivo– organizar las secciones según el denominado esquema IMRD (Introducción, Materiales y métodos, Resultados y Discusión), si bien pueden añadirse epígrafes adicionales. 3.1. Introducción Expondrá el estado actual de los conocimientos sobre el tema tratado y el propósito del trabajo. 3.2. Material y métodos • Se describirán claramente los sujetos sometidos a observación o a ensayo. Se identificarán metodologías, implantes y procedimientos con suficiente detalle para que otros investigadores puedan reproducir los resultados. Se mencionarán otras técnicas ya desarrolladas. En cuanto a las nuevas o modificadas sustancialmente, se justificará su utilización y se valorarán sus límites. Deben anotarse igualmente el tipo de análisis el intervalo de confianza estadístico escogido. • De todos los fármacos deben citarse nombre genérico, dosis y vía de administración. Los nombres comerciales de los medicamentos se anotarán entre paréntesis. • Las unidades de medida, símbolos y abreviaturas se adecuarán a los estándares internacionales. Las medidas de longitud, altura, peso y volumen se expresarán en unidades del sistema métrico decimal. La temperatura, en grados Celsius, y la presión arterial, en milímetros de mercurio. 3.3. Resultados Se recogerán de forma clara, preferiblemente en gráficas y tablas, con referencia concisa en el texto. 3.4. Discusión • Los resultados obtenidos se comentarán y se compararán con los de otros autores que hayan empleado las mismas técnicas o métodos. • Debe definirse su importancia en la práctica clínica y en la investigación experimental. • La argumentación lógica debe ser rigurosa y ajustada a los datos experimentales. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Normas para la presentación de manuscritos 3.5. Conclusiones Si se decide exponerlas, serán concretas, destacando los aspectos originales más trascendentes del estudio. 3.6. Agradecimientos Si se desean formular agradecimientos, figurarán tras las Conclusiones. 4. Bibliografía • Se presentará diferenciada del resto del texto y escrita en minúscula. • Numerar las referencias de forma consecutiva según el orden de aparición en el texto. • No pueden emplearse observaciones no publicadas ni comunicaciones personales ni las comunicaciones a Congresos que no hayan sido publicadas en el Libro de Resúmenes. • Los manuscritos aceptados pero no publicados se incluyen “en prensa”. Formato de las citas bibliográficas • Los campos, y el signo de puntuación final de cada uno de ellos, para las citas bibliográficas de artículos de revista son: a) apellido/s e inicial/es del nombre de pila (sin punto abreviativo) del cada autor. Si son más de tres, se citan los tres primeros y se añade la locución latina abreviada “et al.”. punto. b) título completo del artículo en la lengua original. punto. c) nombre abreviado de la revista y año de publicación. punto y coma. d) número de volumen. dos puntos. e) separados por guión corto, números de página inicial y final (truncando en éste los órdenes de magnitud comunes). punto. • Si se trata de un libro, los campos autor y título se transcriben igual que en el caso anterior, y después de éstos: c) nombre en castellano, si existe, del lugar de publicación. dos puntos. d) nombre de la editorial sin referencia al tipo de sociedad mercantil. punto y coma. e) año de publicación. punto. f) abreviatura “p.” y, separados por guión corto, números de página inicial y final (truncando en éste los órdenes de magnitud comunes). punto. Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 EJEMPLOS • Artículo de revista: Abudu A, Carter SR, Grimer RJ, et al. The outcome and functional results of diaphyseal endoprotheses after tumour excision. J Bone Joint Surg 1996; 78: 652-7. • Capítulo de libro: Eftekhar NS, Pawluk RJ. Role of surgical preparation in acetabular cup fixation. En: Abudu A, Carter SR (eds.). Manuale di otorinolaringologia. Torino: Edizioni Minerva Medica; 1980. p. 308-15. • Libro completo: Rossi G. Manuale di otorinolaringologia. IV edizione. Torino: Edizioni Minerva Medica; 1987. • Tesis doctoral: Marín Cárdenas MA. Comparación de los métodos de diagnóstico por imagen en la identificación del dolor lumbar crónico de origen discal. Tesis Doctoral. Universidad de Zaragoza; 1996. • Libro de Congresos: Nash TP, Li K, Loutzenhiser LE. Infected shoulder arthroplasties: treatment with staged reimplatations. En: Actas del XXIV Congreso de la FAIA. Montréal: Peachnut; 1980: 308-15. Formato de las remisiones bibliográficas • Todas las referencias recogidas en la bibliografía deben reseñarse en el texto principal. Dichas remisiones se numerarán consecutivamente según su orden de aparición en el cuerpo del informe. • Los números se escribirán entre paréntesis, inmediatamente después de la última palabra y antes del signo de puntuación si lo hubiera, y en formato superíndice. Por ejemplo: Recientemente, varios estudios clínicos han confirmado la utilidad de la navegación sin escáner(9,11,13-16). Sin embargo, aún no se dispone de pruebas experimentales que prueben […]. TABLAS Se entiende por tabla la recopilación de cifras, datos clínicos u otra información recogida en forma de filas y columnas. • Se presentarán después e independiente de la bibliografía, una por página. 73 Normas para la presentación de manuscritos • Irán numeradas consecutivamente en números arábigos en el mismo orden con el que son citadas por primera vez en el texto. • Para las alusiones desde el texto se empleará la palabra Tabla seguida del número correspondiente. Si la remisión se encierra entre paréntesis, son innecesarios los términos ver, véase, etc. • Serán presentadas con un título de cabecera, a ser posible, conciso. Las observaciones y explicaciones adicionales, notas estadísticas y desarrollo de siglas se anotarán al pie. • Todas las tablas deben ser citadas en el texto. FIGURAS Todo material gráfico que no sea tabla (fotografías, gráficos, ilustaciones, esquemas, diagramas, reproducciones de pruebas diagnósticas, etc.) será recopila dentro de esta categoría y se numera correlativamente en una sola serie. • Se adjuntará una figura por página después de las tablas si las hubiera, e independientemente de éstas. • Irán numeradas consecutivamente en números arábigos en el mismo orden con el que son citadas por primera vez en el texto. • Para las alusiones desde el texto se empleará la palabra Figura seguida del número correspondiente. Si la remisión se encierra entre paréntesis, son innecesarios los términos ver, véase, etc. • Serán presentadas con un título de cabecera, a ser posible, conciso. Las observaciones y 74 explicaciones adicionales, notas estadísticas y desarrollo de siglas se anotarán al pie. • Las leyendas interiores deben escribirse como texto, no como parte de la imagen. DIRECCIÓN DE ENVÍO Y COMUNICACIÓN EDITORIAL Los trabajos irán dirigidos se remitirán la Secretaría de Redacción del Departamento de Publicaciones de Grupo Acción Médica: Archivos digitales: [email protected] indicando en el asunto la ref. “Revista Cuadernos de Artroscopia”. (En caso de que su servidor de correo imponga restricciones en la transferencia de archivos voluminosos, pueden remitirse en soporte CD junto con la copia impresa.) Copias impresas: Grupo Acción Médica Departamento de Publicaciones Secretaria de Redacción (a/a: Srta. Carmen González) c/ Fernández de la Hoz, 61, entreplanta 28003 Madrid También tienen a su disposición un número de teléfono para cualquier consulta o petición de información: 91 536 08 14 Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 A Coruña 13-15 de mayo de 2009 Cursos AEA FECHA LUGAR DIRECTOR PATROCINADOR ARTICULACIÓN 17-18 ABR U. Málaga J.M. Altisench STRYKER Rodilla-Hombro 26-27 JUN U. Granada C. Gavín DE PUY MITEK Rodilla-Hombro 18-19 SEPT U. Barcelona R. Crespo SMITH & NEPHEW Cadera-Hombro 15-17 OCT U. Valladolid F.J. Vaquero STRYKER MMSS-MMII 30-31 OCT Barcelona J.L. País CONMED Rodilla-Hombro 20-21 NOV Barcelona G. Mora AEA Rodilla-Hombro SOSN CUR RMACIÓ DE FO AEA GÍA ÍA Y CIRU OM EN ANAT ARTROS CÓPICA 2 0 0 8 a lon a | Barce | Barcelon Granada a Málaga | | Barcelon Valladolid w w w.a ea 76 rt ro sc op ia .c om Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 Sponsor Oro Sponsor Plata Sponsor Bronce Redacción y publicidad: Grupo Acción Médica c/ Fernández de la Hoz, 61, entreplanta. 28003 MADRID Dirección general: Javier Baglietto Redactora jefe: Celerina Ramírez Tfno.: 91 536 08 14 • Fax: 91 536 06 07 Redacción: Mamen Gómez, Daniel Dorrego, Correo electrónico: [email protected] Rosana Jiménez, Felipe Contreras, Ester Carrasco Director de arte: Domingo Roldán c/ Balcells, 21-25, bajos, oficina 1. 08024 BARCELONA Diseño y maquetación: Nuria Martínez, Agustín Sánchez, Lola Vázquez Dep. legal: M-21.670-2006 • SV: 93036 • ISSN: 1134-7872 Secretaria de redacción: Carmen González Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008 77 www.aeartoscopia.com Índice de anunciantes 78 LABORATORIO PRODUCTO PÁGINA Striker HDTV/HD 2 Smith & Nephew Serie 560 4 Arthrex LCA/LCP RetroConstrucción™ 77 Linvatec ConMed™ Spectrum® MVP™ Contraportada Cuadernos de Artroscopia. Vol. 15, supl. 1, n.º 34, marzo 2008