el futuro de los cultivos agroenergéticos - Universidad de Castilla

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EL FUTURO DE LOS
CULTIVOS
AGROENERGÉTICOS
POLÍTICA AGRARIA
Curso Académico:
CURSO 2006-2007
Estudios:
5º INGENIERO AGRÓNOMO
Alumno:
SONIA JIMÉNEZ JIMÉNEZ
ÍNDICE
1.
LA ENERGÍA
1.1.
Introducción
1
1.2.
Energías renovables
2
3
4
1.2.1.
1.2.2.
1.3.
1.4.
3.
Perspectiva sectorial
Obtención de agroenergía
La Biomasa
5
6
6
1.4.1.
Residuos
1.4.2.
Cultivos Energéticos
1.4.2.2. Biocarburantes
7
8
9
10
AGRICULTURA Y CAMBIO CLIMÁTICO
13
2.1.
El cambio climático
13
2.2.
Incidencia en la agricultura
14
2.3.
Impactos del cambio climático para el sector agropecuario
15
2.4.
La crisis del petróleo y la agroenergía
16
REVISIÓN DE LA PAC
3.1.
Hacia una agricultura sostenible
3.1.1.
3.2.
Cultivos energéticos
Reforma de la PAC de 2003
3.2.1.
3.2.2.
3.2.3.
3.2.4.
3.2.5.
3.2.6.
3.2.7.
3.2.8.
4.
Clasificación
Inconvenientes
Agroenergía y sector agropecuario
1.3.1.
1.3.2.
2.
1
Ayuda a los cultivos energéticos
Nuevo pago para la producción de cultivos energéticos
Cultivos energéticos tienen derecho a la ayuda
Condiciones a cumplir por los agricultores y transformadores
Transformación de los cultivos energéticos en la explotación
Producción destinada a usos no alimentarios
Nuevos estados miembros
Conclusiones
A NIVEL MUNDIAL
18
18
19
19
20
20
20
21
22
23
23
23
24
4.1.
Consumo energía
24
4.2.
Aprovechamiento de los cultivos energéticos
27
Sonia Jiménez
I
5.
SITUACIÓN EN LA UNIÓN EUROPEA
5.1.
Introducción
5.1.1.
5.1.2.
6.
Situación actual
30
5.3.
Energías renovables en la UE
30
5.4.
Consumo energético
31
5.5.
Régimen de cultivos energéticos
32
SITUACIÓN EN ESPAÑA
6.2.
9.
Previsiones para el año 2010
PER - Plan de fomento de las energías renovables
33
33
Objetivos
Producción necesaria
Barreras
34
35
37
37
6.3.
Perspectivas de utilización
38
6.4.
Demanda energética
38
6.5.
Posibilidades de los cultivos energéticos
39
6.6.
Cultivos energéticos por CC.AA.
40
6.7.
Perspectivas como biocombustibles
45
6.8.
Sostenibilidad
45
6.2.1.
6.2.2.
6.2.3.
8.
28
29
29
5.2.
6.1.1.
7.
Legislación de la UE
Programas de la UE
28
SITUACIÓN EN CASTILLA-LA MANCHA
48
7.1.
PERCAM
48
7.2.
Superficie y producción
49
FUTURO DE LOS CULTIVOS ENERGETICOS
50
8.1.
Introducción
50
8.2.
Biomasa y biocarburantes
50
8.3.
Alternativa viable para el sector agrícola
53
8.4.
Cultivos tradicionales para producción de biodiesel
53
8.5.
Economía de la producción a partir de cultivos oleaginosos tradicionales 54
8.6.
Cultivos oleaginosos alternativos
55
8.7.
Precios de los biocarburantes. Ayudas a los cultivos energéticos
55
CONCLUSIONES
10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Sonia Jiménez
57
62
I
1.
LA ENERGÍA
1.1.
Introducción
Las fuentes de energía y las cantidades disponibles de dichas fuentes es lo que se
denomina recursos energéticos.
Dado su carácter limitado o ilimitado podemos diferenciarlas y valorarlas en términos de
sostenibilidad partiendo de la evidencia de que la atmósfera está alcanzando su límite
medioambiental y de que el consumo energético sigue creciendo, con zonas del planeta
en pleno desarrollo demandando su equiparación energética con el mundo desarrollado.
Figura 1. Tipos de fuentes de energía, clasificadas en renovables y no renovables.
Condiciones de partida actuales respecto a la energía:
La gran mayoría de la energía que consumimos es generada mediante
productos fósiles.
El aumento del nivel de vida y de confort se encuentra socialmente asociado
aun aumento del consumo de energía.
Existe una gran dependencia de unas áreas sobre otras, a nivel global y
local.
Incremento de la población mundial.
Los países no desarrollados demandan los mismos niveles energéticos que
los desarrollados.
Cultivos Agroenergéticos
1
Aumento de la conciencia social respecto a temas medioambientales.
Rechazo social a la energía nuclear con tendencia a su eliminación.
Creación de redes a nivel mundial (gas).
La evolución futura de todas estas cuestiones nos dará la clave para evitar el deterioro
de nuestra calidad de vida permitiéndonos la conservación de nuestros ecosistemas
actuales.
A día de hoy estamos asistiendo a un resurgir de las denominadas energías renovables
no sólo por el notable aumento de costes de los combustibles fósiles, destacando entre
ellos al petróleo, sino también por sus negativos efectos ambientales.
La emisión constante a la atmósfera de los denominados gases invernadero contribuirá
al tan anunciado cambio climático donde el incremento de las temperaturas y su
influencia en otros factores del clima tendrá como consecuencia efectos graves para los
habitantes del planeta y la conservación de los actuales ecosistemas.
1.2.
Energías renovables
Las energías renovables se plantean actualmente como alternativa a las denominadas
energías convencionales aunque no son energías nuevas.
Su empleo ha sido generalizado hasta la llegada de fuentes de energía alternativa que
actualmente queremos desterrar, como el petróleo, y que contribuyeron a su abandono.
Representan el 20% de la energía consumida, siendo su ventaja más significativa su
respecto hacia el medio ambiente.
Sus características principales son:
Son limpias no generan residuos de difícil eliminación.
Su impacto ambiental es reducido. No producen emisiones de CO2 y otros
gases contaminantes a la atmósfera.
Se producen de forma continua por lo que son ilimitadas.
Evitan la dependencia exterior, son autóctonas.
Son complementarias.
Equilibran desajustes interterritoriales.
Impulsan las economías locales con la creación de cinco veces más puestos de
trabajo que las convencionales.
Son alternativa viable a las energías convencionales.
Cultivos Agroenergéticos
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1.2.1.
Clasificación
El origen de todas las energías renovables son fuentes naturales como el sol, el agua, el
viento y los residuos orgánicos, aunque es sin duda el sol el motor generador de todos
los ciclos que dan origen a las demás fuentes.
Las energías renovables se clasifican según la fuente natural de la que proceden en:
Energía solar - Es una de las energías renovables por excelencia y se basa en el
aprovechamiento de la radiación solar que llega a la superficie terrestre y que
posteriormente es transformada en electricidad o calor.
Energía eólica - Es la que se produce a través de la energía cinética del viento
transformándola en electricidad, todo ello mediante los denominados
aerogeneradores cuya agrupación conforma las centrales eólicas.
Energía minihidráulica - Aprovecha la energía cinética generada por las
diferencias de nivel de los cursos de agua para transformarla en energía
eléctrica. Este tipo de energía se considera renovable cuando su
aprovechamiento se realiza con una potencia no superior a 10 MW. La energía
hidráulica que supera esta potencia no se considera renovable debido al gran
impacto ambiental de su emplazamiento para mayor producción.
Biomasa - Es un combustible formado por materia orgánica renovable de origen
vegetal resultante de procesos de transformación natural o artificial en residuos
biodegradables o cultivos energéticos.
Geotérmica - Aunque no se considera energía renovable en sí, es una energía
procedente del calor interior de la tierra, utilizado para su conversión en
electricidad y para aprovechamientos térmicos.
Figura 2. Clasificación de las energías renovables.
Cultivos Agroenergéticos
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1.2.2.
Inconvenientes
Las energías renovables pueden también producir algunos impactos negativos aunque
éstos no son comparables a los de las energías convencionales. A continuación
pasamos a enumerar algunos de los inconvenientes en el uso de estos tipos de energía:
Producen impactos visuales elevados.
Son variables y no previsibles en su totalidad.
Su densidad de potencia es baja por lo que en ocasiones tienen dificultades
para garantizar el suministro y tienen que ser complementadas con otro tipo de
energías.
Algunas de ellas no están suficientemente desarrolladas tecnológicamente.
Existen dificultades para su almacenamiento por lo que no es aprovechado todo
su potencial.
El apoyo y la fuerte inversión en investigación y desarrollo que se está realizando con
este tipo de energías está haciendo que se vaya en el buen camino para hacer
desaparecer o minimizar este tipo de inconvenientes, para que el uso de las energías
renovables sea realidad en un futuro muy próximo.
Las energías renovables, por tanto, se presentan como una alternativa clara frente a las
energías convencionales en todo el proceso constructivo. Crece la demanda de
productos inmobiliarios sostenibles, la conciencia medioambiental de los proveedores de
energía para los mismos y se corrobora la viabilidad económica de los ciclos. Está
demostrado que inversiones iniciales ligeramente más elevadas revierten en ahorro
posterior durante la vida útil de los edificios.
Cultivos Agroenergéticos
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1.3.
Agroenergía y sector agropecuario
La agroenergía refiere a la generación de energía a partir de la producción agropecuaria
e integra el conjunto de las energías renovables.
En los últimos años, se constata a nivel global un fuerte crecimiento de las fuentes
renovables y un creciente desarrollo de innovaciones tecnológicas para el
aprovechamiento de la agroenergía. Esta tendencia, observada de largo tiempo atrás
frente a la perspectiva del agotamiento de las fuentes convencionales, ha venido
acentuándose progresivamente ante el aumento de la conciencia y preocupación social
por el ambiente y el desarrollo sostenible.
En los últimos años ha recibido un formidable impulso como consecuencia del alza de
los precios del petróleo y de los compromisos asumidos por los países signatarios de la
Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, particularmente al
haber entrado en vigor el Protocolo de Kyoto en febrero de 2005.
Las ventajas de la agroenergía frente al uso de los combustibles fósiles son los motores
de su crecimiento: obviamente, las ambientales (menos contaminantes y menor impacto
en el cambio climático), diversificación de las fuentes de energía con recursos locales y
generación de empleo por mayor demanda de mano de obra para su producción.
El sector agropecuario tiene un amplio potencial como proveedor de materias primas
para la generación de energía a partir de productos y de residuos resultantes de la
actividad sectorial. Esto involucra la producción de combustibles sólidos (como leña,
carbón vegetal o residuos de diversos procesos agroindustriales), gaseosos (biogás) o
líquidos (como etanol o biodiesel).
Las tecnologías para la elaboración de estos combustibles son relativamente conocidas
y difundidas, encontrándose experiencias de producción y consumo en varios países,
especialmente en EEUU, Canadá y la UE.
Además de las fuentes tradicionales para la producción de etanol (caña de azúcar, grano
de cereales), en los últimos años se han desarrollado investigaciones para producir
etanol mediante procesos químicos y enzimáticos a partir de residuos de cosecha de
cereales (paja) y de la industrialización de la madera.
No obstante su alto crecimiento relativo, tanto los biocombustibles como otras fuentes de
energía renovable, como la eólica, siguen ocupando aún una proporción reducida en el
consumo global de energía. Son varias las causas que pueden señalarse. Una muy
relevante, es que muchas de estas fuentes producen energía no firme. En el caso de los
biocombustibles, su oferta está asociada a una disponibilidad de materias primas
sometidas a fuertes variaciones por su origen agropecuario. Otra, es el mayor costo de
estos combustibles frente a los derivados del petróleo, para las relaciones de precios
vigentes en los mercados mundiales. Es por este motivo, que su producción ha sido
impulsada en muchos países, en particular en los más desarrollados, a través de
Cultivos Agroenergéticos
1
políticas activas (subsidios, reservas de mercado, impuestos, etc.) orientadas a
internalizar los costos ambientales de las distintas fuentes de energía o para compensar
a las renovables por sus beneficios, aspectos que no son recogidos en los precios del
mercado.
La creciente valoración de los servicios y bienes ambientales, manifiesta a través de la
mayor disposición a pagar de los consumidores por combustibles más “amigables” así
como por la imposición de tasas ambientales, la creación del mercado de créditos de
carbono y por otro lado, la fuerte alza del precio del petróleo ocurrida en los últimos
meses, son factores que están acelerando, ya a nivel global, procesos de adopción de
políticas que fomenten el uso de fuentes de energía renovables y la eficiencia
energética.
En este sentido, la administración ha iniciado algunas acciones tendientes a identificar y
promover alternativas de producción de biocombustibles a partir de distintas fuentes.
1.3.1.
Perspectiva sectorial
La actividad del sector agropecuario es generadora, actual o potencial, de materias
primas aptas para la producción de biocombustibles. Estas materias primas pueden ser
obtenidas del procesamiento de productos agropecuarios (como aceites vegetales y
sebo vacuno para elaborar biodiesel; jugo de caña de azúcar para obtención de etanol) y
también de los residuos resultantes de los procesos productivos (por ejemplo, paja de
cereales o residuos de la industria forestal para la elaboración de etanol).
La alternativa de uso de residuos representa una oportunidad para agregar valor y en
algunos casos tiene, además, la ventaja adicional de reducir el problema que la propia
acumulación de residuos genera (típicamente de la agroindustria forestal y de la de
arroz). Existen desarrollos de producción de etanol a partir de paja de cereales en
América del Norte y Europa, destacándose el caso de Canadá.
1.3.2.
Obtención de agroenergía
Los procesos más usuales para la obtención de agroenergía son:
1- Combustión de biomasa para la generación eléctrica y térmica a partir de
residuos o cultivos energéticos.
2- Bioetanol, mediante la transformación de materias agrarias con contenidos
en almidón o azúcar.
3- Biodiesel, mediante transformación de aceites vegetales o grasas animales y
4- Biogás, mediante fermentaciones de materias de residuos agrarios.
Cultivos Agroenergéticos
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1.4.
La Biomasa
La biomasa es una fuente de energía procedente de manera indirecta del sol y puede
ser considerada una energía renovable siempre que se sigan unos parámetros
medioambientales adecuados en su uso y explotación.
La formación de biomasa a partir de la energía solar se lleva a cabo por la fotosíntesis
vegetal que a su vez es desencadenante de la cadena biológica. Mediante la fotosíntesis
las plantas que contienen clorofila, transforman el dióxido de carbono y el agua,
productos minerales sin valor energético, en materiales orgánicos con alto contenido
energético y a su vez sirven de alimento a otros seres vivos. La biomasa mediante estos
procesos almacena a corto plazo la energía solar en forma de carbono. La energía
almacenada en el proceso fotosintético puede ser posteriormente transformada en
energía térmica, eléctrica o carburantes de origen vegetal.
Figura 3. Proceso de generación de biomasa.
En España la biomasa es un recurso abundante, existiendo empresas suministradoras
de la misma repartidas por todo el territorio nacional con niveles de exportación elevados
en algunos tipos como el hueso de oliva.
Podemos utilizar dos tipos de fuentes de biomasa:
Los residuos
Los cultivos energéticos
Cultivos Agroenergéticos
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1.4.1.
Residuos
La biomasa residual conformada por residuos de carácter orgánico dispone de un gran
potencial para la generación de energía. Se puede producir de manera espontánea en la
naturaleza o como consecuencia de la actividad del hombre, agrícola, forestal e
industrial.
Los residuos pueden ser clasificados en función del sector que los genera en los
siguientes tipos:
1. Residuos agrarios
Son el resultado de la actividad agraria humana y según su origen se denominan:
Residuos agrícolas: Son restos y sobrantes de cultivos como por ejemplo la
paja de los cereales, poda de árboles y viñedos, etc.
Residuos forestales: Son los residuos generados en la limpieza de las
explotaciones forestales como leña, ramaje, etc. además de restos de madera
de montes y bosques.
Residuos ganaderos: Se refieren principalmente a excrementos de animales en
explotación ganadera.
2.
Residuos industriales
Son aquellos residuos derivados de la producción industrial con posibilidades de
generación de biomasa energética residual, como la industria de manufacturación
maderera o agroalimentaria.
Residuos urbanos. Son residuos de carácter orgánico producidos diariamente y
en grandes cantidades en los núcleos urbanos de población pudiéndose
distinguir dos formas de los mismos:
Residuos sólidos urbanos. Materiales biodegradables sobrantes del ciclo de
consumo humano.
Aguas residuales urbanas. Elementos líquidos procedentes de la actividad
humana, cuya parte sólida contiene una cantidad relevante de biomasa residual
aunque existen algunas dificultades en la depuración del material sobrante.
Cultivos Agroenergéticos
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1.4.2.
Cultivos Energéticos
Los cultivos energéticos son plantas cultivadas con el objetivo de ser aprovechadas
como biomasa transformable en combustible. Es una faceta agrícola todavía en
experimentación y por ello existen a día de hoy numerosos interrogantes sobre su
viabilidad económica y los impactos de carácter medioambiental y social que puede
producir. Existen diversos tipos de cultivos que pueden ser utilizados con fines
energéticos y que pueden ser clasificados en los siguientes grupos:
Cultivos tradicionales: Originalmente destinados a fines alimentarios con
necesidad de condiciones climatológicas favorables y terrenos fértiles lo que
hace que sólo se consideren viables como fuentes energéticas en el uso de
excedentes de su producción. Es el caso de la caña de azúcar, los cereales, etc.
Cultivos poco frecuentes: Algunas especies silvestres con posibilidad de ser
cultivadas en condiciones desfavorables, en terrenos no fértiles y con fines no
alimentarios, como el cardo, los helechos, etc.
Cultivos acuáticos: Todavía en fase experimental aunque con un gran potencial
de superficie productiva.
Cultivos de plantas productoras de combustibles líquidos: Plantas que generan
determinadas sustancias que con tratamientos sencillos pueden se
transformadas en combustibles. Ejemplo de ella pueden ser las palmeras,
jojoba, etc.
Se trata de una alternativa energética muy reciente, centrada principalmente en el
estudio e investigación del aumento de su rentabilidad energética y económica.
El desarrollo de estos cultivos energéticos suele ir acompañado del desarrollo
paralelo de la correspondiente industria de transformación de la biomasa en
combustible. Por eso, la agroenergética constituye una verdadera agroindustria,
donde hace falta que la producción y la transformación estén estrechamente
relacionadas, tanto desde el punto de vista técnico y económico, como geográfico.
A diferencia de lo que sucede con los cultivos usados como alimentos o como
materia prima en la industria, no se necesita ningún requisito especial en cuanto a
condiciones del suelo o condiciones cismáticas se refiere. Al contrario, lo que se
busca es el tipo de cultivo que mejor se acomode a las características del suelo y a
las condiciones del lugar, intentando obtener la mayor rentabilidad económica y
energética. Así, interesa conseguir un alto rendimiento en la transformación
energética y una alta producción anual.
Cultivos Agroenergéticos
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1.4.2.1.
Cultivos energéticos para biomasa
Entre los cultivos energéticos destinados a la producción de biomasa se suelen
distinguir:
Cultivos productores de biomasa lignocelulósica, apropiados para
producir calor mediante combustión directa en calderas, lo que permite
utilizarlos en desecación y en generación de vapor. En el área mediterránea
son los de especies leñosas cultivadas en turnos de rotación cortos, o los
cultivos de especies herbáceas, entre los que destaca el cardo.
Los que se obtienen en estado líquido que pueden ser usados como
carburantes de los motores de combustión interna, y que se adapten al
estado actual de la técnica, tanto en los de encendido por compresión como
por chispa, como son los aceites vegetales con diferentes grados de
transformación y los alcoholes obtenidos por destilación.
Cultivos de semillas oleaginosas: básicamente son cultivos de colza, soja
y girasoles destinados a la obtención de aceites vegetales aptos para ser
usados como carburantes en el sector de la automoción, y conocidos
comúnmente como biocarburantes.
1.4.2.2.
Biocarburantes
Los biocarburantes se obtienen a partir de productos agrícolas y tienen un poder
calorífico parecido al de los combustibles fósiles, cosa que permite su utilización en
motores sin tener que efectuar modificaciones importantes. Además, no contienen
azufre y, por lo tanto, no forman anhídrido sulfuroso, causante de la lluvia ácida, ni
incrementan CO2 emitida en la atmósfera.
Los biocarburantes son todos aquellos combustibles líquidos destilados a partir de
productos agrícolas. En la actualidad hay dos clases de biocarburantes: los
alcoholes y sus derivados, y los aceites obtenidos a partir de los cultivos de semillas
oleaginosas, como la colza, la soja y el girasol. Estos últimos pueden ser utilizados
mediante un proceso químico para obtener éster metílico o etílico.
Los productos susceptibles de ser utilizados para la obtención del aceite son la soja,
el girasol y la colza, principalmente. El aceite se extrae de las semillas de estos
cultivos mediante un proceso de separación por métodos mecánicos o químicos,
seguida de un proceso de filtraje. Los aceites obtenidos de esta manera presentan
propiedades físico-químicas bastante similares, con independencia de la especie
agrícola de que se trate.
Cultivos Agroenergéticos
1
Figura 4. Cadena de Obtención y utilización de carburantes derivados de aceites
vegetales.
1.4.2.2.1.
Cultivos energéticos para biocombustible
Cultivos destinados a ser utilizados como combustible: especies cultivadas en
plantaciones o granjas destinadas a producir materia prima para la producción de
biocombustibles. Estos cultivos se pueden producir en granjas terrestres (yuca, caña de
azúcar, euphorbia), en granjas marinas (algas) o en granjas de agua dulce (jacintos de
agua).
Los cultivos para combustible producidos en tierra se pueden clasificar en:cultivos de
azúcar/almidón, cultivos oleaginosos y otros cultivos energéticos.
Cultivos de azúcar/almidón: son cultivos destinados básicamente a producir
etanol (alcohol etílico) como combustible, solo o mezclado con gasolina, que
se utiliza principalmente en el transporte. El etanol se puede producir
mediante la fermentación de la glucosa derivada de las plantas que
contienen azúcar, como la caña de azúcar, o de materiales de almidón
después de realizar la hidrólisis.
Cultivos oleaginosos: abarcan las plantas oleaginosas (como el girasol, la
colza, y otras) plantadas para la utilización energética directa del aceite
vegetal extraído, o como materia prima para su transformación en un
sustituto del gasóleo, mediante procesos de transesterificación.
Otros cultivos energéticos: plantas y cultivos especializados considerados
más recientemente para usos energéticos, tales como: miscanthus, spartina
spp., cyperus longus, arundo donax y phalaris arundinacea.
Subproductos agrícolas: se trata principalmente de material y subproductos
vegetales derivados de la producción, cosecha, transporte y elaboración en
Cultivos Agroenergéticos
1
zonas agrícolas. Esta categoría comprende, entre otros, mazorcas y tallos
de maíz, tallos y cáscaras de trigo, cáscaras de maní, cáscara de coco,
tallos de algodón, tallos de mostaza, y otros.
Subproductos agroindustriales: subproductos de la elaboración de
alimentos, como bagazo de caña de azúcar, cáscaras de arroz, cáscaras,
fibra y médula de coco, cáscaras de maní, residuos del prensado de la oliva,
entre otros.
Subproductos de origen animal: estiércol y otras excretas de vacuno,
caballos, cerdos, aves de corral y, en menor medida, de seres humanos. Se
pueden secar y utilizar directamente como combustible, o transformar en
biogás mediante fermentación.
Biogás: subproducto de la fermentación anaeróbica de la biomasa,
principalmente de los desechos animales, realizada por bacterias. Consiste
principalmente en gas metano y dióxido de carbono.
Cultivos Agroenergéticos
1
2.
AGRICULTURA Y CAMBIO CLIMÁTICO
2.1.
El cambio climático
El cambio climático es el mayor desafío ambiental que enfrenta la humanidad. El planeta
da múltiples señales de ello: poblaciones humanas y naturaleza son frecuentemente
afectados por desastres climáticos (inundaciones, huracanes, sequías, desertificación,
etc.). Este desafío es complejo de enfrentar, no sólo por razones científicas, sino
principalmente porque implica cambios profundos en los estilos de desarrollo, en los
comportamientos de los países, las empresas y las personas, particularmente de
aquellos que integran el núcleo minoritario a escala planetaria que hace un uso muy
intensivo e irracional de la energía.
De acuerdo al IPCC (sigla que identifica al Panel Intergubernamental de Cambio
Climático, máximo referente científico en el tema, a nivel internacional) la explicación del
cambio climático es el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y, en
menor medida, de otros gases de efecto invernadero (metano, óxido nitroso, etc.) Estos
gases atrapan parte de la energía solar que ingresa a la atmósfera y luego se ve
impedida de volver al espacio exterior. Sin estos gases la temperatura media del planeta
sería tan helada como la de Marte, pero su acumulación más allá de ciertos límites
incrementa el efecto invernadero y amenaza ocasionar efectos desestabilizadores de
gran escala en el sistema climático mundial.
Desde los inicios de la era industrial, las actividades humanas han lanzado a la
atmósfera cantidades crecientes de gases de efecto invernadero. Actualmente se emiten
6,3 mil millones de toneladas cada año, de los que la mitad se reabsorbe por los
océanos y ecosistemas terrestres; y la mitad se acumula en la atmósfera.
El CO2 resulta, principalmente, de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y
gas natural) mayormente en los países industrializados, y en menor medida de cambios
en el uso de la tierra, como la deforestación. Reducir sustancialmente la quema de
combustibles fósiles es la clave para minimizar los riesgos de las alteraciones crecientes
en el sistema climático, pero esto puede implicar cambios trascendentes en los estilos de
desarrollo y afecta intereses económicos muy poderosos.
Cultivos Agroenergéticos
1
2.2.
Incidencia en la agricultura
Alrededor del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE
corresponden a la agricultura. Pero también puede aportar soluciones a los desafíos
que el cambio climático representa para la Unión.
El Programa europeo sobre el cambio climático, que se puso en marcha en marzo
de 2000, contiene planes para cumplir el compromiso asumido por la UE en el
Protocolo de Kioto de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un
8% en el año 2012.
Las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero en la agricultura
son tres:
N2O (óxido nitroso): emisiones procedentes
principalmente al uso de abonos nitrogenados;
del
suelo,
debidas
CH4 (metano): emisiones procedentes de la fermentación intestinal: un 41 %
del total de emisiones de CH4 de la UE proceden de la agricultura;
Emisiones de CH4 y N2O procedentes de la gestión del estiércol.
Los grupos de trabajo del programa europeo sobre el cambio climático dedicados a
la agricultura y los sumideros de carbono (en relación con el suelo agrícola y los
bosques) han evaluado la mejor manera de reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero en la agricultura, y cómo ésta podría contribuir positivamente a
resolver el cambio climático. Para ello se han analizado las medidas técnicas con
potencial de reducción de dichos gases, sus efectos secundarios sobre el medio
ambiente y sus posibles repercusiones socioeconómicas.
Un grupo de trabajo de agricultura de la UE estudió las principales fuentes de
emisión de gases de efecto invernadero del sector agrícola y determinó un potencial
técnico de estas emisiones que corresponde al 7,4 % de las emisiones agrícolas.
Ahora bien, este potencial se consideró muy inferior a la capacidad de reducción
que presenta la producción de biocarburantes procedentes de cultivos agrícolas.
Entre las medidas técnicas para mitigar las emisiones que se tuvieron en cuenta
figuran:
fomento de una aplicación más eficiente de los abonos para reducir su uso
compostaje
mejora de los sistemas de digestión anaerobia (por ejemplo, para la
producción de biogás), para tratar los residuos y subproductos
biodegradables
nuevo impulso a la producción de biomasa, labranza de conservación y
agricultura ecológica.
Cultivos Agroenergéticos
1
El carbono orgánico tiene especial relieve en funciones del suelo tales como la
fertilidad, la estabilidad, la estructura y la capacidad de almacenamiento de agua, el
grupo vinculó el tema de la retención de carbono con aspectos más amplios de la
protección del suelo. Es importante mantener las actuales existencias de carbono y
retrasar la pérdida de carbono mediante mejores prácticas de gestión.
Un ulterior desarrollo de la biomasa agrícola renovable podría contribuir a reducir las
emisiones del transporte y la energía beneficiando a la vez al sector agrario. En la
actualidad ya se producen cultivos energéticos en tierras anteriormente retiradas del
cultivo, pero se considera necesario adoptar medidas adicionales.
Por ello la reforma de la PAC de 2003 introdujo sistemas de «créditos de carbono»
que ofrecen a los agricultores incentivos económicos para producir biomasa.
2.3.
Impactos del cambio climático para el sector agropecuario
El cambio climático tiene algunas peculiaridades significativas:
1) es global, pero se expresa en forma diferenciada en las distintas zonas del planeta, o
sea que algunas regiones resultarán más afectadas que otras,
2) representa externalidades negativas de unos países respecto a otros con notables
implicancias en términos de equidad, o sea los países industrializados son los principales
responsables del problema, pero otros lo sufren con mayor rigor, y
3) el cambio climático no se produce en la forma de lentos cambios acumulativos
graduales (a los que sería más fácil adaptarse) sino en un marco de una fuerte y
creciente variabilidad.
Más allá de lo que indican las tendencias de los promedios anuales, para el sector
agropecuario, que trabaja casi enteramente a cielo abierto, es particularmente
preocupante el aumento de la variabilidad climática intra e interanual, ya que significa
mayores riesgos y un potencial de afectación muy relevante, que aún no ha sido
suficientemente internalizado en las estrategias productivas. Este aumento de la
variabilidad significa que es esperable una mayor intensidad y frecuencia de eventos
extremos: en particular períodos de déficit o excesos hídricos.
Para la agricultura esto significaría rendimientos menos previsibles y, por ejemplo, mayor
riesgo de enfermedades (caso del desarrollo de micotoxinas en trigo y cebada, asociado
a primaveras más húmedas). Para las producciones intensivas representaría mayor
riesgo de daños en la infraestructura productiva y el patrimonio (por ejemplo,
invernáculos). Para la forestación, el riesgo de incendios sería una amenaza creciente.
En la ganadería extensiva es de esperar un aumento de la variabilidad de la oferta
forrajera dentro de años y entre años, lo que afectaría directamente los niveles de
producción de carne. A la vez, hará más difícil optimizar la carga, por lo que cabría
Cultivos Agroenergéticos
1
esperar que aumenten tanto el sobrepastoreo (y la degradación de los tapices) como los
excesos de forraje.
El cambio climático aumenta el riesgo de pérdidas de suelo por erosión (más lluvias y
más intensas, particularmente en el norte del país), aumenta los riesgos de incendios por
olas de calor y sequías, deteriora la biodiversidad natural y afecta fuertemente el ciclo
hidrológico.
En definitiva, el cambio climático torna los agroecosistemas mucho más vulnerables. Es
necesario, pues, plantearse estrategias de adaptación. La vulnerabilidad debe ser
entendida como un concepto que incluye la probabilidad de exposición a perturbaciones
severas, la tolerancia de los sistemas a las perturbaciones y, por último, la capacidad de
recuperarse de las perturbaciones (resiliencia). Los seguros agrícolas, por ejemplo,
adquieren en este marco una relevancia incrementada.
La investigación agropecuaria tiene también un papel central a jugar, por ejemplo
generando materiales genéticos más resistentes a enfermedades o a excesos o déficit
de agua, y proponiendo estrategias de diversificación de los sistemas productivos y
prácticas de manejo que minimicen los riesgos asociados a eventos extremos. A nivel de
establecimiento será necesario incorporar crecientes medidas para amortiguar los
impactos de la variabilidad climática (reservas de forraje, mejores sistemas de aguadas,
más abrigo y sombra, mínimo o cero laboreo, sistemas productivos más diversificados,
escalonar épocas de siembra, medidas de protección de los recursos naturales, etc.).
La mejora de la disponibilidad de información sobre escenarios climáticos de corto y
mediano plazo, los sistemas de alertas tempranas y, en particular su incorporación a la
planificación de las actividades, son otra parte central de esas estrategias.
2.4.
La crisis del petróleo y la agroenergía
El alza de los precios del petróleo se dibuja sobre un escenario en el que la oferta
empieza a verse impedida de acompañar el aumento de la demanda. Los pronósticos
más conservadores hablan de precios que se mantendrán encima de los 50$ por barril,
en los próximos años. Algunos pronósticos son aún más sombríos, pero todos coinciden
en que aumentará la volatilidad y la inseguridad de abastecimiento. Se estima cercano el
pico en la oferta de petróleo y luego una tendencia descendente en la oferta a la par que
la demanda presionará por más petróleo.
España es muy vulnerable a estos escenarios de aumento sostenido del petróleo, por su
elevado peso en la matriz energética. Sin embargo, nuestro país es rico en posibilidades
de aprovechar sus fuentes renovables de energía. En el sector agropecuario y
agroindustrial el país tiene un enorme potencial, hasta ahora poco aprovechado, para
producir energía renovable. Es tal el potencial agroenergético del país que incluso la
producción de biocombustibles líquidos (etanol, biodiesel) podría analizarse como un
Cultivos Agroenergéticos
1
nuevo rubro no sólo para autoconsumo sino también para la exportación a un mercado
internacional en rápida expansión.
Todo indica que hoy la agroenergía puede ser parte central de la respuesta uruguaya al
agotamiento y encarecimiento del petróleo, en la medida en que otras fuentes de gran
potencial, como el hidrógeno, están aún lejos de volverse comercialmente viables y
disponibles. También puede ser parte importante de la estrategia de abastecimiento
eléctrico y de disminución de la vulnerabilidad de la generación hidráulica a los
previsiblemente más frecuentes períodos de sequía. Una política agroenergética integral
podría tener ventajas en términos de renta, empleo, ahorro y generación de divisas,
seguridad de abastecimiento, sustentabilidad, desarrollo tecnológico, innovación,
competitividad de las cadenas y calidad ambiental (reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero, disposición de residuos).
Las oportunidades que se visualizan con mayor potencial se asocian a la producción de
biocombustibles líquidos (etanol y biodiesel), la obtención de energía por co-generación,
carbonización o gasificación a partir de subproductos y residuos de las cadenas
agroindustriales (aserrío, celulosa, arroz), y la generación de biogás procesando
residuos de producción animal intensiva (tambos, criaderos de cerdos y aves, y feedlots) y de la industria frigorífica y láctea. Aprovechar estas posibilidades en su real
dimensión requiere, sin embargo y según los casos, un esfuerzo de desarrollo
tecnológico nacional importante.
Considérese, a título ilustrativo el potencial de la agroenergía de una hectárea de paja de
cultivos, que puede producir 1.000 l de bioetanol; una hectárea de cultivos oleaginosos
puede producir entre 600 y 1.500 l de biodiesel. Precios del petróleo bajos no hacían
estos proyectos atractivos, pero la situación presente y futura de los combustibles fósiles,
las presiones por la reducción de su uso debidas al cambio climático y el acceso a
ingresos complementarios por créditos de carbono pueden modificar el panorama
radicalmente.
Cultivos Agroenergéticos
1
3.
REVISIÓN DE LA PAC
La producción de cultivos energéticos se contemplaba históricamente en la Política
Agrícola Común (PAC) y es algo que se ha reforzado en la última reforma de 2003.
Bruselas fijó una ayuda especial de 45 euros por hectárea para este tipo de
materias primas, cifra que el sector pretende elevar a 90 si se quiere que las
siembras sean atractivas para el agricultor.
Desde la industria agroenergética se apoya el desarrollo de este tipo de
producciones para asegurar el abastecimiento de materias primas y evitar
importaciones que ya se han iniciado este año.
Desde el sector agrario y la Administración se mantiene la apuesta por los cultivos
agroenergéticos como una salida para mantener la actividad en cientos de miles de
hectáreas de la España continental, que podrían quedar semiabandonadas en el
futuro por la bajada de los precios y la competencia exterior. Para algunas
producciones como la remolacha, el desarrollo del bioetanol puede suponer la única
salida para mantener el cultivo tras la última reforma de la OCM.
Este cambio en la política energética, con un mayor uso de materias primas para
biocarburantes, puede tener efectos importantes en los mercados en origen. En la
actualidad ya hay un ejemplo. La mayor demanda de bioetanol para combustibles
ha supuesto en los últimos dos años duplicar los precios del azúcar en el mundo. La
razón ha estado en la decisión de Brasil de destinar una gran parte de sus
producciones de azúcar para biocarburantes y eliminar parte de los excedentes.
3.1. Hacia una agricultura sostenible
Entre los objetivos que se fijan en las propuestas de Revisión intermedia de la PAC
presentadas por la Comisión Europea para potenciar el desarrollo rural, destaca:
responder a las preocupaciones de los consumidores y mejorar las orientaciones de
mercado del sector agrario de la Unión Europea.
Para que en el futuro, la agricultura europea se ajuste más a las expectativas de la
sociedad, habrá que adaptar el régimen de ayudas que la UE proporciona
actualmente a los agricultores, para ofrecer a éstos más flexibilidad y permitirles que
respondan mejor a las cambiantes demandas de los consumidores. Las propuestas
protegen las rentas de los productores y salvaguardan plenamente el modelo
europeo de agricultura.
Cultivos Agroenergéticos
1
La revisión intermedia, que forma parte de las reformas de la Agenda 2000, es
necesaria para garantizar que las políticas adoptadas sigan cumpliendo sus
objetivos. En ella se tienen en cuenta los problemas planteados recientemente
sobre la PAC en debates públicos. Teniendo presente lo anterior así como las
conclusiones del Consejo Europeo de Göteborg, en las que se reitera la importancia
de los aspectos medioambientales de la agricultura y del desarrollo rural sostenible,
la Comisión recomienda en sus propuestas que se efectúen ajustes importantes en
la política actual sin perder de vista los objetivos fijados.
3.1.1.
Cultivos energéticos
Con relación al medio ambiente, la retirada de tierras por un período prolongado es
obligatoria en el caso de las tierras de labor y estará sometida a las mismas normas
que las superficies dedicadas a la producción.
Sin embargo, no se contempla sembrar cultivos energéticos en las tierras retiradas
de la producción. En su lugar, la Comisión propone que se dé un crédito carbono de
45 euros/ha por los cultivos no alimentarios producidos, en tanto que fuentes de
energía renovable, en una superficie máxima garantizada de 1,5 millones de
hectáreas.
En cuanto a la política de mercados, el primer pilar de la PAC, la revisión intermedia
propone nuevos ajustes encaminados a lograr que la agricultura tenga una mayor
orientación de mercado y pueda responder mejor a las señales procedentes de éste.
3.2. Reforma de la PAC de 2003
La reforma de la PAC de 2003 introdujo asimismo una nueva ayuda destinada a
favorecer la producción de cultivos destinados a usos energéticos. Prosigue además
el programa vigente de utilización de las tierras retiradas de la producción para
cultivos no alimentarios.
La reforma ofrece por lo tanto a los agricultores dos sistemas que favorecen los
cultivos energéticos: la nueva ayuda correspondiente a esos cultivos y el régimen de
retirada de tierras de la producción (que permite el cultivo de productos destinados a
múltiples usos no alimentarios, entre los que se encuentra la producción de
energía).
Cultivos Agroenergéticos
1
3.2.1.
Ayuda a los cultivos energéticos
Consiste en permitir el cultivo de esos productos en las tierras de labor retiradas de
la producción. Aunque los cultivos energéticos representan el mayor volumen de
producción no alimentaria de esas tierras, se ha introducido también una ayuda
específica a los cultivos energéticos con el objetivo de incrementar la sustitución del
dióxido de carbono.
3.2.2.
Nuevo pago para la producción de cultivos energéticos
Se concede una ayuda de 45 euros por hectárea a los agricultores que produzcan
cultivos energéticos, aplicable en una superficie máxima garantizada de 1 500 000
hectáreas en el conjunto de la UE.
Los agricultores tienen derecho a esa ayuda si su producción de cultivos
energéticos se halla recogida en un contrato entre el agricultor y la industria de
transformación correspondiente. Cuando la transformación se efectúa en la propia
explotación, es innecesario ese contrato. El agricultor y el transformador no tienen
que estar necesariamente en el mismo Estado miembro.
En caso de rebasamiento de la superficie máxima garantizada de la UE se aplican
determinadas sanciones (la superficie por agricultor respecto de la que se solicita la
ayuda se reduce proporcionalmente para el año en cuestión).
3.2.3.
Cultivos energéticos tienen derecho a la ayuda
Los cultivos energéticos son los que se destinan esencialmente a la obtención de
los siguientes productos:
Biocarburantes u otros combustibles renovables para transporte 1
Energía eléctrica y térmica producida a partir de la biomasa.
Dan derecho a la ayuda todos los cultivos (incluidos algunos bianuales,
permanentes y multianuales) destinados a la producción de energía, salvo la
remolacha azucarera.
Los criterios de subvencionabilidad son revisados constantemente (y los Estados
miembros pueden solicitar la exclusión de otros cultivos por motivos justificados).
1
Recogidos en la lista de la Directiva 2003/30, de 8 de mayo de 2003, relativa al fomento del uso de biocarburantes
u otros combustibles (DO L 123 de 17.5.2003).
Cultivos Agroenergéticos
1
3.2.4.
Condiciones a cumplir
transformadores
por
los
agricultores
y
Todas las ayudas directas están sujetas a las condiciones impuestas por la reforma
de la PAC. Entre ellas se incluye la ecocondicionalidad o “cumplimiento cruzado”, es
decir la vinculación del régimen de pago único al respeto de las normas
medioambientales, de seguridad alimentaria, zoosanitarias y fitosanitarias, y del
requisito de mantener todas las tierras de labor en buenas condiciones agrarias y
ambientales.
La ayuda a los cultivos energéticos, que funciona como complemento del pago
único, se concibió con un propósito específico. Es necesario llevar a cabo controles
destinados a asegurar no sólo que los productos se cultivan y entregan sino también
que se transforman en energía.
Existen por lo tanto estrictas condiciones adicionales que los agricultores y los
transformadores deben cumplir para poder optar a dicha ayuda, a saber:
sólo se concede ayuda por las superficies cuya producción está recogida en
un contrato entre el agricultor y la industria de transformación, y en relación
con una cantidad de determinadas materias primas entregadas (los Estados
miembros deben determinar los rendimientos representativos que deben
alcanzarse, y las cantidades realmente entregadas por los agricultores a los
primeros transformadores deben ser al menos iguales a ese rendimiento
representativo);
los contratos recogen todos los datos del solicitante, el cultivo, el
transformador y el uso previsto de la materia prima;
los agricultores deben entregar la producción de toda la superficie para la
que se ha solicitado/contratado la ayuda;
para asegurar que la materia prima se transforma en el producto energético
especificado, los primeros transformadores deben depositar una garantía
(cuyo importe debe ser lo suficientemente elevado como para prevenir todo
riesgo de que las materias primas sean finalmente desviadas de su
destino);
los transformadores deben indicar qué cultivos han sido entregados,
especificando dentro de un plazo fijado a tal efecto la especie de que se
trata, el nombre y la dirección del responsable de la entrega de las materias
primas, el lugar de entrega y la referencia del contrato;
las ventas de materias primas y productos semi-transformados deben
limitarse a un máximo de dos operaciones antes de la transformación final;
las obligaciones del solicitante (el agricultor) finalizan una vez se produce la
entrega de la cantidad total de materia prima;
Cultivos Agroenergéticos
1
las obligaciones de los primeros transformadores comienzan con la entrega
y finalizan con la transformación final de las materias primas en productos
energéticos;
algunas operaciones de transporte de materias primas destinadas a usos
energéticos (y los productos de ellas derivados) están sujetas a controles.
El incumplimiento de estas condiciones puede dar lugar a la aplicación de sanciones
(reducciones de las ayudas en el caso de los agricultores o pérdida de la garantía
en el de los trasformadores). Las condiciones son objeto de constante revisión en
función de la experiencia. Para asegurar el cumplimiento de las normas, los Estados
miembros deben llevar a cabo controles inopinados en las instalaciones de al menos
un 25% de los transformadores, seleccionados mediante análisis de riesgo. Está
asimismo sujeto a control un 10% de los solicitantes de ayudas (agricultores),
también seleccionados mediante análisis de riesgo.
Las superficies que figuren en una solicitud de ayuda a los cultivos energéticos no
contarán como retiradas de la producción.
3.2.5.
Transformación
explotación
de
los
cultivos
energéticos
en
la
Loa agricultores pueden transformar ellos mismos los cultivos que dan derecho a
esta ayuda. Pueden utilizarlos:
como carburante para la calefacción de su explotación agraria;
para la producción de electricidad o biocarburantes en la explotación;
para su transformación en biogás en las explotaciones.
En lugar de firmar un contrato con un transformador, los agricultores solicitantes
tendrán que presentar una declaración del uso que piensan dar a los cultivos
energéticos. Los solicitantes deberán además entregar la materia prima cosechada,
para su pesaje, a un organismo designado a tal efecto2. Deberán mantener
contabilidades separadas para la materia prima utilizada y los productos derivados
de su transformación.
2
En el caso de los cereales, las semillas oleaginosas y la paja, y siempre que se utilice la planta entera, el pesaje puede
sustituirse por la medición volumétrica de la materia prima.
Cultivos Agroenergéticos
1
3.2.6.
Producción destinada a usos no alimentarios
Se mantiene el régimen de retirada de tierras de la producción, en virtud del cual se
asignará a los agricultores derechos de retirada calculados sobre la base de
referencias históricas. Las tierras retiradas podrán ser sometidas a rotación y seguir
utilizándose con fines no alimentarios, incluida la producción de cultivos energéticos.
3.2.7.
Nuevos estados miembros
Los nuevos Estados miembros pueden optar por acogerse a ciertas disposiciones
especiales, entre las que destaca el “sistema de pago único por superficie”,
consistente en el pago de importes a tanto alzado por cada hectárea de superficie
agraria en el Estado miembro correspondiente.
Cuando los nuevos Estados miembros prefieren recurrir al régimen de pago único y
a las ayudas directas específicas, están sometidos a las mismas condiciones
generales que los demás Estados miembros de la UE. Así sucede también en el
caso de la ayuda por cultivos energéticos y su cantidad máxima garantizada.
3.2.8.
Conclusiones
La ayuda a los cultivos energéticos forma parte de la estrategia global de la UE para
ampliar el lugar de la energía renovable en la UE. Se trata del elemento agrario de
un paquete más completo de medidas.
Antes del 31 de diciembre de 2006, la Comisión deberá presentar al Consejo un
informe sobre la aplicación del régimen de ayuda a los cultivos energéticos.
Asimismo, los Estados miembros deberán presentar informes anuales sobre la
aplicación de ese sistema.
Cultivos Agroenergéticos
1
4.
A NIVEL MUNDIAL
El fuerte crecimiento de la demanda mundial de energía por el crecimiento del nivel
de vida y el acceso de nuevos países al desarrollo, ha disparado el gasto de energía
en un modelo basado en un consumo del 80% en combustibles fósiles
El fuerte crecimiento de la demanda mundial de energía por el crecimiento del nivel
de vida y el acceso de nuevos países al desarrollo, ha disparado el gasto de energía
en un modelo basado en un consumo del 80% en combustibles fósiles, lo que
conlleva una altísima dependencia de los países productores de petróleo, gas, etc...
Se estima que de 2002 a 2030., la demanda energética se incrementará en un 60%,
sin embargo a pesar del crecimiento de las energías renovables el modelo fósil
permanece. Así la UE importará en 2030 el 94% del petróleo y el 81% del gas.
A pesar de estos datos, las energías renovables sufrirán un importante ascenso y en
lo que respecta a las energías dependientes de materias primas provenientes de la
agricultura, serán una parte importante de la solución.
4.1. Consumo energía
A nivel mundial el suministro total de energía primaria es de 9,958 Mtep de los
cuales la energía renovable representó cerca de un 13.8%, es decir unos 1,372
Mtep.
Del total de la contribución de las energías renovables cerca del 16.5% fue
hidroeléctrico, 3.7% incluye a la geotermia-energía solar y eólica, y un 79.8% los
combustibles renovables y desechos.
Energías renovables representan la segunda contribución a la generación de
electricidad con un 19%, después del carbón con un 39%, pero adelante de la
energía nuclear (17%), gas natural (16%) y derivados de petróleo (9%)
Hidroeléctricidad representa cerca del 92% de la participación de renovables en
generación eléctrica, seguido por un 5% de combustibles renovables y desechos; y
un 3% de otras fuentes renovables (solar-geotérmia-viento).
Cultivos Agroenergéticos
1
700
Cuatrillones de BTU
600
500
Re novable s
Nucle ar
Carbón
Gas Natural
Pe tróle o
400
300
200
100
0
1990
1999
2005
2010
2015
2020
Figura 5. Consumo mundial de energía primaria.
La distribución del consumo de energía primaria en el mundo en 2000 fue la
siguiente:
34,6% petróleo.
21,6% carbón.
21,4% gas natural.
11,3% biomasa tradicional.
6,6% nuclear.
2,3% energía hidroeléctrica.
2,1% las nuevas energías renovables.
Figura 6. Distribución del consumo de energía primaria en el mundo (Fuente: Informe
BP).
Cultivos Agroenergéticos
1
El crecimiento del consumo energético por regiones mundiales se ve reflejado en la figura a
continuación.
Cuadrillones de BTU
Países
Industrializados
300
250
Países en
desarrollo
200
150
100
50
Europa del Este y
antigua Unión
Soviética
0
1990
1999
2010
2020
Figura 7. Crecimiento del consumo energético por regiones.
4500
4000
3500
Millones de 3000
2500
toneladas
equivalentes de 2000
petróleo
1500
1000
500
0
Petróleo
Electricidad
Gas
Carbón
Calor
Renovables
1971
1997
2010
2020
Figura 8. Consumo final de energía a nivel mundial.
4.2. Aprovechamiento de los cultivos energéticos
Aunque en nuestro país se ha realizado entre los años 1.996 y 1.990 un total de 235
instalaciones para el aprovechamiento de los cultivos energéticos, aún estamos
lejos de alcanzar el nivel de Francia, el país líder de la UE en el que seis millones de
hogares utilizan la madera como fuente de calor, o de Dinamarca, donde una planta
quema 28.000 toneladas anuales de paja para producir 13 Mw. de electricidad.
Cultivos Agroenergéticos
1
En Brasil unos 2.000.000 de vehículos funcionan con alcohol casi puro, obtenido del
cultivo de la caña de azúcar, y 8.000.000 más utilizan una mezcla de gasolina y
alcohol.
Uno de los ejemplos más destacados en el campo de la tecnología de las fuentes de
energía renovables es el caso de la obtención de alcohol industrial por fermentación
en Brasil. En 1976, el gobierno brasileño decidió dejar de ser el mayor importador de
petróleo entre los países en desarrollo, y se embarcó en un programa para la
producción masiva de etanol, a partir de melazas de caña de azúcar o de la pulpa
de mandioca, para ser utilizado como combustible. Actualmente se producen entre 3
y 5 millones de m de etanol por año. Gran parte del etanol se mezcla con gasolina, y
constituye el 20 % del combustible que utilizan los automóviles, con el consiguiente
ahorro de energía fósil (gasolina).
Es poco probable que el combustible procedente de cultivos energéticos sea factible
en muchos países occidentales pequeños y densamente poblados. Pero en Brasil,
las vastas extensiones de terreno, la elevada productividad agrícola y los altos
niveles de precipitaciones y sol, hacen que el proceso sea ideal.
Incluso los países avanzados están buscando medios para reducir su dependencia
de los combustibles fósiles y organizando proyectos tendentes a satisfacer una
parte de sus necesidades energéticas. Suecia obtiene ya un 10% de su energía de
desechos forestales y agrícolas, y Finlandia, el 14 %. En el Reino Unido existen
proyectos para producir alcohol en fermentadores en proceso continuo, que son lo
suficientemente rápidos y el alcohol lo bastante concentrado como para poder
competir con la gasolina como combustible para el transporte.
EE.UU. tiene instalados más de 9.000 MW para generación de energía eléctrica,
obtiene el 4% de la energía que necesita de esta fuente.
La Unión Europea tiene un potencial económico del orden de 100 Mtep,
aproximadamente el 10% de sus necesidades, su potencial técnico es del orden de
306 Mtep.
Cultivos Agroenergéticos
1
5.
SITUACIÓN EN LA UNIÓN EUROPEA
5.1. Introducción
Actualmente, la mitad del consumo energético en Europa procede de la importación
de combustibles fósiles. A tenor de la tendencia actual, más de dos tercios de
nuestro consumo de energía procederán del exterior de la UE en el año 2030, con
una parte cada vez mayor para el petróleo y el gas. Esta situación conlleva grades
riesgos económicos, políticos y ambientales.
Los combustibles fósiles, utilizados tanto en el sector de la energía como del
transporte, son también la primera causa de las emisiones atmosféricas de CO2, el
principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático. El aumento de
la producción y consumo de energías renovables es bastante inferior al aumento del
suministro y consumo de energías convencionales.
En este contexto, y aunque las energías fósiles convencionales y la energía nuclear
seguirán siendo energías clave, la UE tiene un gran papel que desempeñar a la
hora de fomentar el desarrollo de las energías renovables.
Por consiguiente, está proponiendo los biocombustibles como una alternativa viable
a corto plazo que permita que el suministro de energía seguro y diversificado.
Las vías más importantes de producción de biocombustible a partir de los cultivos
agrícolas en Europa son:
Biodiesel producido a partir de colza y girasol como sustituto del diesel fósil.
Bioetanol producido a partir de trigo, remolacha, patata y maíz como
sustituto de la gasolina.
Sea cualquiera el cultivo elegido, habrá subproductos que no puedan convertirse
fácilmente en biocombustibles, por ejemplo, la paja de trigo o de colza.
El valor energético de tales productos puede contribuir a cumplir otros objetivos de
energías renovables.
Cultivos Agroenergéticos
1
5.1.1.
Legislación de la UE
La Unión Europea firmó en 1997 el Protocolo de Kioto y se comprometió a reducir
en un 8% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2012, respecto a los
niveles de emisión en 1990 (aunque la tendencia actual apunta hacia un aumento).
Desde entonces, la Unión Europea ha propugnado su ratificación en los principales
foros internacionales. El 16 de febrero de 2005, el Protocolo de Kyoto entró en vigor.
Apoyando aquel compromiso y con objeto de fomentar el debate público, la UE
elaboró el Libro Verde Hacia una estrategia europea de seguridad del
abastecimiento energético.
Sus objetivos eran garantizar la seguridad del abastecimiento, disminuir el impacto
medioambiental del uso y producción de energía, reducir la demanda energética
mediante la introducción y el uso de técnicas y herramientas de ahorro de energía y,
en cuanto a la oferta, duplicar la parte de las fuentes de energía renovables hasta
alcanzar el 12% de nuestro consumo global en 2010.
Desde el año 2000, la UE ha aprobado diversas medidas legislativas para impulsar
la penetración en el mercado de la energía renovable y el uso de tecnologías
energéticas eficientes3. En la actualidad, los Estados miembros coinciden en que el
aumento registrado recientemente tanto en la producción de energía sostenible
como en las pautas de consumo sostenible repercute de manera positiva en el
medio ambiente.
5.1.2.
Programas de la UE
También se reconoce asimismo la importancia de una actuación amplia que fomente
la introducción de medidas de eficiencia energética y del uso de energías
renovables. En los últimos diez años se ha creado en la UE un buen número de
programas destinados a apoyar la acción de los principales agentes del sector de la
energía sostenible, tanto en el campo de las fuentes de energía renovables como en
el de la eficiencia energética, con objeto de desarrollar proyectos específicos,
difundir sus logros y resultados y demostrar los beneficios de las nuevas tecnologías
y herramientas4.
3
4
http://europa.eu.int/pol/ener/index_es.htm
http://europa.eu.int/comm/dgs/energy_transport/index_es.html
Cultivos Agroenergéticos
1
5.2. Situación actual
La situación varía enormemente, según el informe, de un Estado miembro a otro. En
general pueden distinguirse tres grupos de países que se encuentran en etapas más
o menos avanzadas en el camino hacia las energías renovables.
Alemania, Dinamarca, España y Finlandia han adoptado políticas
energéticas que les deberán permitir alcanzar los objetivos nacionales
fijados.
Austria, Bélgica, Francia, Irlanda, Países Bajos, Reino Unido y Suecia han
empezado a adoptar políticas y medidas que les podrían permitir alcanzar
tales objetivos.
Grecia y Portugal deberán reforzar sus políticas, que no les permiten
alcanzar sus objetivos.
Respecto a Italia y Luxemburgo no existe información disponible. La situación en los
nuevos Estados miembros está siendo evaluada.
5.3. Energías renovables en la UE
Las fuentes de energía renovables de mayor importancia en términos
contribución, al consumo energético son en primer lugar la biomasa, incluidos
residuos sólidos urbanos, que supone el 62,3% de la energía renovable, y
segundo lugar la energía hidráulica con una contribución del 33,2%, como
muestra en la que representa la estructura de las energías renovables en la UE.
de
los
en
se
Figura 9. Fuentes de energía renovables de mayor importancia en UE.
El uso de las fuentes de energía renovables en los distintos Estados miembros de la
UE depende en gran parte de los recursos disponibles, del estado de la tecnología
en los diferentes sectores, y de los apoyos que estas tecnologías reciben.
Cultivos Agroenergéticos
1
A continuación se muestran los datos de producción total por países. Francia se
sitúa en primer lugar con una producción notablemente superior al total de los
países, en gran parte debido a un gran uso de la biomasa. Suecia se sitúa en
segundo lugar e Italia en el tercero, destacando en este caso el área geotérmica.
España se sitúa en cuarto lugar con una estructura de las energías renovables muy
similar a la media europea.
Figura 10. Datos de producción total por países UE.
5.4. Consumo energético
A pesar de que la Unión Europea tan sólo posee el 0,7% de las reservas de petróleo
mundiales y el 2,2 % de las reservas de gas. También tienen el 7,4% de reservas de
carbón, el 16% de la capacidad mundial para refinar crudo en productos petrolíferos,
y el 17% de la capacidad mundial para generar electricidad. En 1998, produjeron el
5% del crudo del mundo, el 10% del gas natural mundial y el 7% del carbón mundial.
Tabla 1. Consumo de energía en la Unión Europea. Fuente: Administración de
información energética.
Cultivos Agroenergéticos
1
5.5. Régimen de cultivos energéticos
La UE ha establecido que la cuota de mercado de los biocarburantes fuera para el
2005 del 2%, y de 5,75% en 2010.
El régimen de cultivos energéticos que establece la UE en la actualidad una prima
por Ha. de 45 euros, para 1.500.000 Has. y será revisado antes de 31 de Diciembre
de 2006 dado que a nivel de la UE la aceptación ha sido pobre:
En 2004: 305.668 Has. (España: 6.704 Has.)
En 2005: 567.375 Has. (España: 27.321 Has.).
En este sentido los agricultores esperan que se consolide la propuesta de 2.200.000
Has a 100 euros/Ha.
Cultivos Agroenergéticos
1
6.
SITUACIÓN EN ESPAÑA
España tiene una dependencia del 80% de la energía exterior. El Plan de Energías
Renovables para 2005 a 2010 mantiene el compromiso de que este tipo de energías
suponga a su finalización hasta el 12% de todo el consumo de energía.
Esos objetivos energéticos corresponderían, según los datos del Plan de Energías
Renovables, a:
462.000 toneladas de residuos forestales
670.000 toneladas de residuos agrícolas leñosos
660.000 toneladas de residuos agrícolas herbáceos
670.000 toneladas de residuos industriales forestales
670.000 toneladas de residuos de industrias agrícolas
1,9 millones de toneladas de conjunto de cultivos energéticos.
6.1.1.
Previsiones para el año 2010
Las previsiones realizadas por el IDAE para el año 2010 se basan en las siguientes
consideraciones. Los recursos potenciales se han valorado en 16,1 millones de tep,
desagregados de la siguiente forma:
Cultivos energéticos:
Valorados en 5,7 millones de tep para el 10% de la superficie disponible y
atendiendo a criterios de agrupación mínima. Este potencial a su vez se
desagrega en:
4 millones de tep de cultivos energéticos herbáceos en secano cuyo
interés económico mayor se centra en los secanos semiáridos con índice
de regionalización entre 2 y 2,5.
1,7 millones de tep de chopos en regadío cuya viabilidad económica es
más dudosa (aunque podrían tener acceso a las ayudas para
reforestación del FEOGA).
Biomasa residual:
Valorados en 10,4 millones de tep, desagregados de la siguiente forma en:
Cultivos Agroenergéticos
1
1,4 millones de tep de residuos forestales en condiciones económicas de
explotación favorables: cortas finales, clareos, aclareos, etc.
1 millón de tep de residuos agrícolas leñosos: olivo, viñedo, etc.
7,9 millones de tep de residuos agrícolas herbáceos: pajas de cereal,
cañote de maiz, etc.
Tabla 2. Previsiones
Ambientum.
energéticas
1999-2010
por
origen
y
aplicación.
Fuente
Respecto a la capacidad industrial, no existe una industria específica identificada de
fabricación de bienes de equipo que limite la potencialidad industrial de este sector.
La estimación de las Comunidades Autónomas es de 3.413.000 tep/año
desglosados en 1.230.000 tep destinados a usos térmicos y la instalación de una
potencia de generación eléctrica de 915 MW.
La previsión del IDAE, acorde con las perspectivas europeas y los recursos
disponibles, cifra la realización de cultivos energéticos en torno a 3.350.000 tep.
Para el caso de la biomasa residual, la previsión podría situarse en torno a
2.650.000 tep.
6.2. PER - Plan de fomento de las energías renovables
El gobierno español ha introducido en la Ley del Sector Eléctrico el compromiso de
cubrir en el 2010 el 12% del consumo en energía primaria con fuentes de energía
renovable. Esta introducción se ha realizado siguiendo las directrices recogidas en
el Libro Blanco de las Energías Renovables de la Comisión de la UE. Para alcanzar
este objetivo se aprobó el Plan de Fomento de las Energías Renovables.
Cultivos Agroenergéticos
1
6.2.1.
Objetivos
En función del análisis del contexto energético general y sus perspectivas de
evolución, de la situación actual de las energías renovables y la evaluación del
potencial adicional de los recursos disponibles en nuestro país de estas energías,
así como de los imperativos para su desarrollo, se establecen a continuación los
objetivos del Plan de Fomento de las Energías Renovables para el año 2010.
La importancia que para nuestro país y para la Unión Europea tiene un crecimiento
sustancial de las fuentes de energía renovables, aumentando significativamente la
parte de nuestra demanda energética que es satisfecha con estas fuentes, ha
llevado, en el marco de la política energética nacional y comunitaria, a la
elaboración de este Plan, estableciendo unos ambiciosos objetivos de desarrollo,
para que, de acuerdo con la Ley del Sector Eléctrico, las fuentes de energía
renovables cubran al menos el 12% de la demanda total de energía en España en el
año 2010, el mismo objetivo globalmente fijado para la Unión Europea en el Libro
Blanco de las Energías Renovables de la Comisión de las Comunidades Europeas.
Este objetivo general, que en términos relativos, supone la práctica duplicación de la
participación actual de las energías renovables en España (6,3% del consumo de
energía primaria en 1998, 6,2% considerando año hidráulico, eólico y solar medio),
significa mucho más.
En primer lugar, porque duplicar la participación de estas fuentes en un contexto de
crecimiento de la demanda energética, implica multiplicar por más de dos la
cantidad que deben aportar las energías renovables.
En segundo lugar, porque el grueso de la contribución actual de estas energías
proviene de la generación de electricidad de origen hidráulico y de la biomasa
(alrededor del 95% en 1998 entre las dos), la primera de ellas con unas
perspectivas limitadas de desarrollo, especialmente la gran hidráulica, y la biomasa,
que debe incorporar nuevas formas de utilización y de obtención de recursos para
alcanzar la importante contribución que se le asigna. Paralelamente, deben recibir
un fuerte impulso otras áreas que, con mayor o menor grado de madurez, tienen
una participación muy limitada, así como otras hoy prácticamente inexistentes en
nuestra estructura energética.
Por ello, duplicar la participación de las energías renovables, implica cambios
sustanciales de cualidad y de cantidad, que requieren la armonización de esfuerzos
y voluntades, desde la consideración estratégica de estas energías como valor de
futuro para el desarrollo económico y social de nuestro país, para la reducción de la
acusada dependencia energética y para la mejora del medio ambiente.
La actualización de las previsiones del consumo de energía hecha con motivo de la
elaboración de este Plan, a través de los Escenarios Tendencial y Ahorro Base,
apunta hacia consumos superiores a los anteriormente previstos y refuerza la
necesidad de intensificar las actuaciones de ahorro y eficiencia energética. No cabe
Cultivos Agroenergéticos
1
pensar en un impulso tan sustancial a las energías renovables, sin actuar
paralelamente para suavizar los consumos que refleja el Escenario Tendencial para
la próxima década.
Por ello, los objetivos del Plan se asocian al Escenario Ahorro Base, que incorpora
los efectos de políticas más activas de eficiencia energética y protección
medioambiental que es necesario impulsar para conseguir la importante reducción
del consumo que contempla con respecto a la tendencia. No obstante, los
consumos previstos en este escenario, alrededor de 135 millones de tep en el año
2010, obligan a un esfuerzo adicional para situar los objetivos de crecimiento de las
energías renovables sensiblemente por encima de anteriores previsiones. Del
acierto en la definición y adaptación de objetivos y de la capacidad de las distintas
administraciones, Administración General del Estado, Autonómica y Local, para
articular e integrar desde sus respectivos ámbitos, las medidas necesarias para su
desarrollo, dependerá, en gran medida, el éxito de este Plan.
Tabla 3. Objetivo de potencia eléctrica instalada en 2010 por tipo de recurso.
Se consideran los biocombustibles sólidos para usos térmicos o producción de
electricidad, biocombustibles líquidos para transporte (bioetanol, biodiesel), biogás y
RSU (residuos sólidos urbanos) para la producción de electricidad.
En la tabla se indica la estimación de la evolución del consumo de cada uno de los
biocombustibles según el Plan de Fomento de las Energías Renovables.
Cultivos Agroenergéticos
1
6.2.2.
Producción necesaria
Para que los objetivos del PER se cumplan se necesitaría 1,2 millones de hectáreas
de colza o su equivalencia en girasol, para producción de aceites para biodiésel, y
unos 3,2 millones de hectáreas de cereal para el bioetanol.
Si bien la materia prima para el bioetanol está cubierta (con más de medio millón de
hectáreas de cereal), la baja implantación de la colza actualmente en España, con
5.600 hectáreas sembradas, podría ser un condicionante para el desarrollo del
sector del biodiésel, ya que para la obtención de este carburante se necesita una
mezcla de aceites de diferentes cultivos: colza, soja y palma, por ejemplo. Si bien,
además de la colza, la soja se puede cultivar en España, es mucho más barata
importarla de países como Brasil, Argentina o Estados Unidos. Bien es cierto que la
soja podría sustituirse por el girasol, cuya superficie de cultivo es de más de
800.000 hectáreas actualmente, pero el coste del aceite es más elevado.
Ante las perspectivas de aumento de la demanda de colza por parte de la industria
del biodiésel, se ha creado en el ámbito nacional un grupo de trabajo, integrado por
organismos públicos, empresas de semillas, industriales, productores y centros de
investigación, para unificar criterios de cara a su desarrollo, estudio de variedades y
adaptación en las diferentes climatologías de las posibles zonas productoras. En los
ensayos realizados hasta ahora, como se ha apuntado anteriormente, la posible
rentabilidad se alcanzaría en su rotación con cereales. Las principales barreras para
su desarrollo están ligadas a los problemas de implantación del cultivo, al tener que
sembrarse a final del verano o principio de otoño, periodo habitualmente muy seco.
La presión de las plagas obliga a un seguimiento del cultivo muy detallado y en
ocasiones costoso económicamente. No obstante, los progresos realizados en los
últimos años en el conocimiento de las técnicas de cultivo de la colza podrían
permitir un crecimiento de la superficie de este cultivo con resultados satisfactorios
para agricultores e industriales.
6.2.3.
Barreras
Si bien el desarrollo del sector de los biocarburantes parece imparable, como
muestra que en el último año se hayan duplicado en número de gasolineras que
ofrecen biodiésel (unas 250 en todo el país), los elevados costes de producción,
frente a los carburantes de origen fósil, están retrasando su penetración en el
mercado, según el IDAE. Más aún cuando ambos carburantes se suministran al
consumidor al mismo precio.
El Plan de Energías Renovables contempla una serie de actuaciones de cara a
conseguir una mayor implantación: mantener los incentivos fiscales al menos
durante los primeros diez años de vida en las nuevas plantas, incrementar las
ayudas de la PAC a los cultivos energéticos, desarrollar una logística de recogida de
Cultivos Agroenergéticos
1
aceites usados ante el elevado precio de los de primera utilización y estudiar y
seleccionar nuevas especies oleaginosas adaptadas a las características
agronómicas de España.
Otra asignatura en la que será preciso emplearse a fondo es la distribución de los
biocarburantes, de tal manera que se facilite el acceso del producto a los
potenciales consumidores.
6.3. Perspectivas de utilización
Las previsiones del plan en el consumo anual de biocombustibles sólidos en España
para el período 1999–2010, según la contribución esperada de las diferentes
fuentes, tanto de residuos como de cultivos energéticos, se muestra en la tabla a
continuación.
Tabla 4. Contribución de las distintas formas de biocombustibles sólidos al incremento
esperado de consumo con fines energéticos, en base al Plan Fomento. Fuente: Plan de
Fomento de las Energías Renovables en España. I.D.A.E., 1999.
6.4. Demanda energética
En el caso de plantearnos el abastecimiento del 100% de la demanda energética
total en el 2050 con energías renovables resulta evidente que habría que introducir
algún otro sistema de distribución energética adicional, o incluso reemplazando
totalmente a la red eléctrica de transporte. Este sistema de distribución adicional,
mediante la introducción de otro vector energético de más fácil almacenamiento y
por tanto más apropiado para los otros sectores energéticos, relajaría mucho la
exigencia de sobre-dimensionado para satisfacer el acoplamiento temporal de
demanda y capacidad de generación.
En la tabla se muestra un posible mix tecnológico con capacidad de generar una
cantidad de energía igual a la demanda de energía total peninsular para el 2050, es
decir, asumiendo un rendimiento del 80% del sistema de transporte y regulación,
Cultivos Agroenergéticos
1
con una potencia pico total de 627 GW y una ocupación del 14,1% del territorio de la
España peninsular.
Estos resultados nos muestran claramente la gran capacidad de acomodar las
pérdidas del sistema de regulación-transporte sin ocupar cantidades exageradas de
territorio que nos proporcionan los elevados techos de generación renovable de que
disponemos.
Tabla 5. Propuesta de mix tecnológico para abastecer el 100% de la demanda
energética total peninsular, suponiendo un sistema de regulación y transporte con 80%
de rendimiento. Fuente: Greenpeace.
6.5. Posibilidades de los cultivos energéticos
Las previsiones del Plan de Fomento elevan a 3.350 ktep la contribución, en energía
primaria renovable, de los cultivos energéticos, situando entre 800.000 y 1 millón de
ha, la superficie necesaria para el cultivo de especies con fines energéticos, al
margen de la superficie agrícola para usos tradicionales. Dado que actualmente en
España se han dejado de cultivar cerca de dos millones de hectáreas de secano,
como consecuencia de la aplicación de la PAC, existe superficie suficiente para la
producción de biomasa mediante este tipo de cultivos, que pueden representar una
buena oportunidad para relanzar la actividad en el sector agrario.
Entre las especies herbáceas lignocelulósicas, el cardo (Cynara cardunculus L.)
parece ser la más prometedora para la producción de biomasa, por ser una especie
de la región mediterránea bien adaptada a la climatología de la Península Ibérica.
Cultivos Agroenergéticos
1
En los últimos años la caña de Provenza (Arundo donax), ya utilizada por la
industria papelera, y la Brassica carinata, han mostrado resultados prometedores
para la producción de biomasa.
6.6. Cultivos energéticos por CC.AA.
Los cultivos energéticos que más se suelen utilizar en España son cardo, sorgo y
colza etíope, con algunos casos de chopo y eucalipto.
Figura 11. Comunidades autónomas con cultivos energéticos.
Geográficamente, Castilla y León, Castilla-la Mancha, Andalucía y Aragón disponen
del 80% del potencial del país.
Tabla 6. Distribución en porcentaje de los cultivos energéticos, por comunidad
autónoma. Fuente: PER.
Cultivos Agroenergéticos
1
Si se crearán plantas consumidoras de la biomasa generada mediante cultivos
energéticos, que estarían necesariamente en las áreas agrícolas, se posibilitaría la
utilización de la biomasa residual generada en los cultivos de la zona de influencia
de dicha planta y con ello se incrementaría notablemente el consumo de este tipo de
biomasa residual. De esta forma se estima que se podría utilizar fácilmente un total
de 3 Mtep de biomasa agrícola residual, equivalente al 34% del potencial.
El potencial energético de los residuos agrícolas en España se estima en 8.800
ktep, siendo actualmente muy escasa o nula su utilización, en especial por falta de
industrias que puedan utilizarlos y que estuvieran situadas en las inmediaciones de
los campos de cultivos en los que se producen dichos residuos.
6.6.1.
Cultivos leñosos
Los residuos agrícolas leñosos se obtienen con las podas de olivos, frutales y
viñedos. Andalucía, Castilla La Mancha, Castilla y León y Valencia acaparan casi el
70% del potencial energético
Cultivos Agroenergéticos
1
Figura 12. Comunidades autónomas con potencial energético por cultivos leñosos.
Tabla 7. Distribución en porcentaje de leñosos con potencial energético, por comunidad
autónoma. Fuente: PER.
Cultivos Agroenergéticos
1
6.6.2.
Cultivos herbáceos
Estos recursos están compuestos, básicamente, por paja de cereal y cañote de
maíz. En Castilla y León, Castilla La Mancha y Andalucía se halla el 65% del total
disponible.
Figura 13. Comunidades autónomas con potencial energético por cultivos herbáceos.
Figura 14. Distribución en porcentaje de herbáceos con potencial energético, por
comunidad autónoma. Fuente: PER.
Cultivos Agroenergéticos
1
6.6.3.
Forestales
Los residuos forestales se obtienen con las operaciones de mantenimiento de los
bosques, tras el cortado, secado y transporte a pista. Galicia y Castilla y León
acumulan más del 40% del potencial total del país.
Figura 15. Comunidades autónomas con potencial energético forestal.
Tabla 8. Distribución en porcentaje forestales con potencial energético, por comunidad
autónoma. Fuente: PER.
Cultivos Agroenergéticos
1
6.7. Perspectivas como biocombustibles
La historia de los biocarburantes en España es reciente. Dos líneas principales se
han elegido para la introducción de los biocarburantes en la matriz energética
nacional, el bioetanol utilizado como materia prima del aditivo de la gasolina y el
biodiesel directamente mezclado con el diesel de origen fósil.
Actualmente sólo hay una planta de bioetanol en España (Cartagena, 100.000
m3/año de capacidad), y dos plantas más en construcción o en proyecto (La Coruña
y Salamanca, 250.000 m3/año de capacidad total).
Actualmente no existe ninguna planta de producción de biodiesel en el ámbito
industrial. Existen iniciativas en Tarragona y Vitoria para producirlo a partir de
aceites usados y en Andalucía a partir de residuos de la industria del aceite.
Las estimaciones del I.D.A.E. para el año 2010 son entre 1'4–1'8% de
biocarburantes. Estos cálculos se realizaron teniendo en cuenta que el bioetanol
será producido de cereales nacionales, pagado al precio de garantía y con una
exoneración total de impuestos.
Considerando el consumo actual en España de combustibles de automoción 10 Mt
de gasolina y 20 Mt de diesel, la substitución del 5% por biocarburantes
representaría 0'5 Mt de bioetanol y 1 Mt de biodiesel.
6.8. Sostenibilidad
El sector agrario propicia la disminución de la contaminación ambiental y favorece la
posibilidad de alcanzar una cuota significativa de independencia energética, en un
marco de sostenibilidad económica.
El MAPA impulsará el despegue de las producciones agroenergéticas por su
eficacia para aportar soluciones a los problemas energéticos.
En este sentido, desde el punto de vista de España y de la UE, el sector agrario se
considera un elemento básico que contribuye a la solución del problema energético
ya que propicia la disminución de la contaminación ambiental y favorece la
posibilidad de alcanzar una cuota significativa de independencia energética, en un
marco de sostenibilidad económica.
Los procesos de industrialización de carácter global están produciendo un
incremento sostenido de la demanda energética que frente a una oferta
forzosamente limitada produce una tendencia estructural de precios al alza.
Por otro lado, los problemas que representa el cambio climático y la influencia que
en éste pudieran tener los gases de efecto invernadero, medidos en equivalentes de
CO2, obligaron a las Naciones Unidas a actuar. Consecuencia de ello fueron los
acuerdos del Protocolo de Kyoto al que se adhirieron la mayoría de los Estados. La
Cultivos Agroenergéticos
1
Unión Europea firmó precisamente el Tratado y estableció una política de apoyo al
conjunto de las energías renovables y muy particularmente a la gradual sustitución
de los combustibles de origen fósil por otros de carácter renovable, en base a las
llamadas producciones agroenergéticas.
A pesar de ello el ritmo de consecución de los objetivos previstos no ha alcanzado el
nivel deseable, si bien el crecimiento de las superficies dedicadas a cultivos
energéticos en España ha pasado de 2000 ha en 2004 a 25.000 ha, en 2005, con
una previsión de crecimiento para el año 2006 de no menos de 150.000 ha.
Como conclusiones de esta sostenibilidad, cabe destacar los siguientes aspectos:
La agricultura y el medio rural, sin renunciar a su papel en el sistema
agroalimentario y su contribución al mantenimiento medioambiental, se
constituye como un instrumento muy eficaz para aportar soluciones a los
problemas energéticos, tanto en el ámbito de la Unión Europea como en
España.
Los niveles de precios del petróleo unidos a las demandas sociales sobre el
medio ambiente aconsejan acelerar la consecución del objetivo de 5,75 por
ciento en el año 2008 en lugar del 2010.
Igualmente sería deseable para el horizonte 2010 -2012 un porcentaje de
mezcla de al menos el 10 por ciento.
Para conseguir este objetivo resulta obligado por parte de la UE
incrementar de manera sustancial la subvención de 45 euros/ha así como la
superficie total elegible.
Es aconsejable que Organizaciones Agrarias y Cooperativas trabajen
conjuntamente con las Empresas del Sector Agroenergético para la
consecución de un marco contractual estable, en el que debería
contemplarse la variabilidad del precio del barril de petróleo.
Aunque en el caso de España se produce un déficit de las producción de
gasóleo y un exceso de gasolinas, lo que implicaría una mayor tendencia a
la producción de biodiesel y una mucho menor de bioetanol, es aconsejable
mantener la proporcionalidad que marca el Plan Energético Nacional entre
ambos productos.
En la política de exenciones fiscales, conviene dar un tratamiento
singularizado que favorezca la producción de biocarburantes a base de
materias primas de producción nacional.
El ingente volumen de biomasa disponible que se puede acrecentar
notablemente con el desarrollo de cultivos energéticos específicos,
aconseja intensificar las políticas que propicien el despegue de las
Cultivos Agroenergéticos
1
tecnologías agroenergéticas, siendo conscientes de la importancia que
tiene la solución de los problemas de logística para el correcto
aprovisionamiento de las industrias transformadoras.
El sector agrario demanda políticas de ahorro energético. Hay que poner de
relieve que es el único sector que ha experimentado una disminución
notable en algunos inputs como el consumo de agua para riego y mejorado
notablemente la eficacia hídrica en nuestros regadíos. A este respecto el
plan de choque sienta un precedente notable, ya que por primera vez se
valoran los proyectos de regadío en función no solo del número de
hectáreas y de usuarios beneficiados, sino también por el volumen de agua
ahorrado.
Los agricultores organizados, particularmente en cooperativas, disponen de
un potencial económico suficiente para abordar con éxito proyectos que
vayan mas allá de la simple producción de las materias primas energéticas,
debiendo entrar, además, en su transformación y distribución. Y ello a
través tanto de empresas propias como participadas.
Cultivos Agroenergéticos
1
7.
SITUACIÓN EN CASTILLA-LA MANCHA
El 40% de la energía eléctrica que se consume en Castilla-La Mancha procede de
fuentes energéticas renovables y no contaminantes y el Gobierno regional quiere
que en 2010 este porcentaje sea del 100%. Para conseguirlo, el Consejo de
Gobierno ha elaborado un proyecto de ley de Fomento de las Energías Renovables
y Eficiencia Energética que se va remitir en breve a las Cortes regionales con la
intención de que la nueva norma se apruebe antes de que acabe el año.
La gran herramienta para fomentar el uso de las energías renovables será el Plan
Estratégico para el Desarrollo Energético de Castilla-La Mancha (PERCAM). Dicho
plan incluirá medidas para favorecer la producción de las energías solar y eólica y
los cultivos bioenergéticos con los que se producen carburantes, como el girasol o la
colza.
7.1. PERCAM
La Dirección General de Industria y Energía tendrá una dotación presupuestaria de
17’9 millones. La principal actuación será la Ley de Energías Renovables y
Eficiencia Energética que se desarrollará a través del PERCAM, Plan Regional para
el Desarrollo Energético de Castilla-La Mancha.
Este marco permitirá potenciar las energías renovables con cuatro planes: eólico, de
cultivos bionergéticos, solar y un último para favorecer la utilización del hidrógeno.
Esta norma permitirá que en 2012 el cien por cien del consumo eléctrico proceda de
energías renovables.
Por otro lado, los presupuestos también permitirán desarrollar redes de gran
capacidad para absorber el incremento de producción de energía eléctrica.
El campo manchego está llamado a iniciar la “revolución de la agroenergía”,
siguiendo la iniciativa de la administración autonómica para plantear sin complejos
un plan de cultivos con esa finalidad y su capacidad de gestión para ordenar y
promover la participación de la iniciativa privada, que en este momento se
materializa en escarceos con no demasiada consistencia.
Los agricultores ven posibilidades dado que las cosechas convencionales están
limitadas por los altos costes de producción (precisamente por culpa del gasóleo),
el abaratamiento de los precios en origen y el importante desembolso necesario
para su cultivo, añadiéndose a estos razonamientos las tierras que quedan por el
desacoplamiento, a elección del agricultor el tipo de cosecha a incorporar al terreno
en caso de decidir su siembra ( no es preceptivo), sin menoscabo sea cual sea su
decisión, de la correspondiente ayuda PAC, lo que abre a los cultivos bioenergéticos
Cultivos Agroenergéticos
1
importantes posibilidades al no tener el agricultor que hacer obligatoriamente una
cosecha determinada para cobrar la subvención.
7.2. Superficie y producción
Los productores pretenden obtener carburantes menos contaminantes a partir de
productos como la colza o el girasol. El objetivo, reducir entre un 25% y un 80% las
emisiones de CO2 producidas por los derivados del petróleo a la atmósfera.
El objetivo de la Asociación de Cultivos Energéticos de Castilla-La Mancha es
constituir una sociedad dedicada a la obtención de biocarburantes participada
mayoritariamente por los agricultores productores de la materia prima.
La previsión es partir de una superficie de unas 40.000 hectáreas, 20.000 de secano
y el resto de regadío, para obtener una producción de materia prima, en principio
girasol y colza, del orden de 30.000 toneladas.
Se trata de una alternativa de cultivo importante para los agricultores de la provincia
de Albacete y de la obtención de un producto que reduce de forma notable las
emisiones contaminantes de los vehículos, suponiendo un ahorro de entre un 25% y
un 80% de las emisiones de CO2 producidas por los combustibles derivados del
petróleo.
En este sentido, cabe recordar que la provincia de Albacete presenta características
idóneas para la obtención de biocarburantes, con una superficie cultivable
aproximada de 806.018 hectáreas, de las que 155.000 hectáreas son de regadío.
Tradicionalmente, se ha cultivado el girasol y la colza, oleaginosas que aportan la
materia prima básica para la obtención de biodiesel.
Por otro lado, cabe destacar que la utilización de biocombustibles (biodiésel y
bioetanol) es una de las principales medidas promovidas a nivel internacional para
reducir el impacto medioambiental del transporte, sector que constituye el mayor
emisor a la atmósfera de gases de efecto invernadero, con un 40% del total.
Al ser producido a partir de recursos agrarios autóctonos, los biocombustibles
constituyen una vía para aminorar la elevada dependencia energética del petróleo
que registra el sector en España (98,7%), y favorecer el desarrollo rural con cultivos
destinados a la producción energética.
Además, la Unión Europea, en su Directiva de 8 de mayo de 2003, relativa al
fomento del uso de biocarburantes, fijaba como objetivo indicativo que éstos
representaran en 2005 el 2% del consumo total de energía en el sector, actualmente
inferior al 0,5%, y el 5,75% en 2010.
Cultivos Agroenergéticos
1
8.
FUTURO DE LOS CULTIVOS ENERGETICOS
8.1. Introducción
Mientras otros sectores económicos de la UE están diversificando sus fuentes de
energía, el sector del transporte mantiene como fuente fundamental el petróleo (98%
según el Libro Verde de la Comisión Europea), cuyo consumo sigue creciendo de
manera sostenida y constituye una de las mayores preocupaciones desde el punto de
vista medioambiental y de seguridad de suministro.
En España, las previsiones sitúan al transporte como el sector con mayor crecimiento en
el consumo de energía, con un 4,2% de media entre 2000 y 2012, lo que lo convertiría
en el mayor emisor de gases de efecto invernadero del país. El uso de combustibles
alternativos al petróleo en el sector de la automoción es una de las prioridades
energéticas que se ha fijado la comunidad internacional, y muy especial-mente la Unión
Europea, con objeto de reducir la dependencia del petróleo, reducir los efectos nocivos
provocados por el uso masivo de los combustibles fósiles y cumplir los compromisos de
reducción de CO2 derivados del Protocolo de Kyoto. Todas esas causas plantean la
necesidad, cada día más urgente, de desarrollar nuevas fuentes energéticas menos
agresivas con el medio ambiente y que contribuyan a romper la actual dependencia del
petróleo y sus derivados. En este contexto, las denominadas energías renovables tienen
un importante papel que jugar y, dentro de ellas, las energías generadas a partir de las
actividades agrícolas. El objetivo de este artículo es presentar esta realidad, y más
concretamente la del biodiesel, clarificando un panorama en ocasiones confuso,
comentando las nuevas medidas puestas en marcha por el Gobierno para impulsar el
uso del biodiesel y las actuales ayudas disponibles para el desarrollo de cultivos
energéticos oleaginosos. Se trata de un tema ya importante hoy, pero que va a serlo
mucho más en un futuro inmediato y es preciso proponer propuestas concretas, ya que
es posible que una parte significativa de la actividad agraria del futuro vaya a vincularse
a ese tipo de producciones.
8.2. Biomasa y biocarburantes
Desde el punto de vista renovable, se entiende como biomasa al grupo de productos
energéticos y materias primas de tipo renovable que se originan a partir de la materia
orgánica formada por vía biológica. Dentro de estos estarían incluidos los cultivos
energéticos, entre los que existe una gran variedad. Quedan por tanto fuera de este
Cultivos Agroenergéticos
1
concepto, los combustibles fósiles o los productos orgánicos derivados de ellos aunque
también tuvieron un origen biológico, en épocas remotas.
Además de otras formas básicas de uso de la biomasa para la generación de energía
(generación de calor y energía eléctrica), a partir de ella pueden obtenerse los llamados
biocarburantes, definidos en la Directiva 2003/30/CE como el combustible líquido o
gaseoso para transporte producido a partir de la biomasa. En este grupo se incluyen
bioetanol, Biodiesel, biogás, biometanol, bioETBE, aceite vegetal, biohidrógeno. Los
biocarburantes suponen la alternativa más realista que permita alcanzar los objetivos
comunitarios planteados en términos de sustitución de los combustibles fósiles convencionales. Razones medioambientales y macroeconómicas (desarrollo de empleo
rural, disminución de la dependencia energética del exterior...) han inspirado diversas
directivas y medidas de apoyo al desarrollo de las Energías renovables y, en particular,
de los biocarburantes, que han permitido proporcionar un impulso al desarrollo de estos
mercados en los últimos años.
8.2.1.
Ventajas y restricciones de la biomasa
Ventajas:
La biomasa es una fuente renovable de energía y su uso no contribuye al
calentamiento global. De hecho, produce una reducción los niveles atmosféricos
del bióxido de carbono, como actúa como recipiente y el carbón del suelo puede
aumentar.
Los combustibles de biomasa tienen un contenido insignificante de azufre y por
lo tanto no contribuyen a las emisiones de dióxido de azufre que causan la lluvia
ácida. La combustión de la biomasa produce generalmente menos ceniza que
la combustión del carbón, y la ceniza producida se puede utilizar como
complemento del suelo en granjas para reciclar compuestos tales como fósforo
y potasio.
La conversión de residuos agrícolas, de la silvicultura, y la basura sólida
municipal para la producción energética es un uso eficaz de los residuos que a
su vez reduce significativamente el problema de la disposición de basura,
particularmente en áreas municipales.
La biomasa es un recurso doméstico, que no está afectado por fluctuaciones de
precio a nivel mundial o a por las incertidumbres producidas por las fuentes de
combustibles importados. En países en vías de desarrollo en particular, el uso
de biocombustibles líquidos, tales como biodiesel y etanol, reduce las presiones
económicas causadas por la importación de productos de petróleo.
Cultivos Agroenergéticos
1
Los cultivos para energía perennes (las hierbas y los árboles) tienen
consecuencias para el medio ambiente más bajas que los cultivos agrícolas
convencionales.
Restricciones:
naturaleza, la biomasa tiene relativamente baja densidad de energía y su
transporte aumenta los costes y reduce la producción energética neta. La
biomasa tiene una densidad a granel baja (grandes volúmenes son necesarios
en comparación con los combustibles fósiles), lo que hace el transporte y su
administración difíciles y costosos. La clave para superar este inconveniente
está en localizar el proceso de conversión de energía cerca de una fuente
concentrada de biomasa, tal como una serrería, un molino de azúcar o un
molino de pulpa.
La combustión incompleta de la leña produce partículas de materia orgánica, el
monóxido de carbono y otros gases orgánicos. Si se utiliza la combustión de
alta temperatura, se producen los óxidos del nitrógeno. En una escala
doméstica más pequeña, el impacto en la salud de la contaminación
atmosférica dentro de edificios es un problema significativo en los países en
vías de desarrollo, en donde la leña se quema ineficazmente en fuegos abiertos
para cocinar y la calefacción de ambientes.
Existe la posibilidad que el uso extensivo de bosques naturales cause la tala de
árboles y escasez localizada de leña, con ramificaciones ecológicas y sociales
serias. Esto está ocurriendo actualmente en Nepal, partes de la India,
Sudamérica y en África sub Sahara. La conversión de bosques en tierras
agrícolas y áreas urbanas es una importante causa de la tala de árboles.
Además, en muchos países asiáticos gran parte del combustible de la madera
usado con propósitos de energía provienen de áreas indígenas boscosas.
Hay un conflicto potencial por el uso de los recursos de la tierra y del agua para
la producción de energía de biomasa y otras aplicaciones, tales como
producción de alimentos y de fibras. Sin embargo, el uso de técnicas modernas
de producción agrícola representa que hay suficiente tierra disponible para
todas las aplicaciones, incluso en regiones densamente pobladas como Europa.
Algunos usos de la biomasa no son completamente competitivos en esta etapa.
En la producción de electricidad por ejemplo, hay fuerte competencia de las
nuevas plantas de gas natural, altamente eficientes. Sin embargo, la economía
de la producción energética de biomasa está mejorando, y la preocupación
cada vez mayor por las emisiones de gas de invernadero está haciendo a la
energía de biomasa más atractiva.
La producción y el proceso de la biomasa pueden implicar un consumo de
energía significativa, tales como combustible para los vehículos y los
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fertilizantes agrícolas, dando por resultado un balance energético reducido para
el uso de la biomasa. En el proceso de la biomasa se necesitan reducir al
mínimo el consumo de combustibles fósiles, y maximizan la conversión de
basura y recuperación de energía.
A menudo existen restricciones políticas e institucionales al uso de biomasa,
tales como políticas energéticas, impuestos y subsidios que animan el uso de
combustibles fósiles. Los costos de la energía no reflejan a menudo las ventajas
ambientales de la biomasa o de otros recursos energéticos renovables.
8.3. Alternativa viable para el sector agrícola
La presentación del Plan de Energías Renovables ha sido seguida con mucho interés
por el sector agrícola, ya que considera que los cultivos energéticos y la gestión
adecuada de la biomasa pueden ser una auténtica alternativa productiva para el sector
agrario español, además de generar grandes beneficios ambientales y contribuir a
disminuir la dependencia excesiva del petróleo que actualmente padece la economía de
nuestro país. En España, para conseguir el objetivo de consumo estimado por el PER de
biodiesel, se deberían destinar a la producción de cultivos oleaginosos una superficie de
aproximada-mente un millón de hectáreas.
8.4. Cultivos tradicionales para producción de biodiesel
De la superficie total de cultivo en España, la superficie ocupada por cultivos herbáceos
en el periodo 1985 -2002 fue de 10.650.00 hectáreas, lo que supone aproximadamente
un 20% de la superficie nacional. Mientras que la de cultivos oleaginosos, fue de
1.108.766, lo que representa un 10% de esta superficie. Como se puede observar en la
tabla de esta página, en los últimos años, la superficie destinada a los cultivos
oleaginosos ha disminuido debido a la desaparición de las ayudas de apoyo de la PAC a
la producción de semillas oleaginosas, disminuyendo en el año 2004 a 508.711 ha. Los
cultivos oleaginosos que mejor se adaptan a la superficie agraria española son el gira-sol
y la colza. De los datos presentados en la tabla en relación a la superficie ocupada por
cultivos oleaginosos, se deduce claramente que con la superficie dedicada actualmente
a la producción de semillas oleaginosas no se pueden cumplir los objetivos marcados
por el PER. Además, estos cultivos presentan una serie de desventajas para evaluarlas,
hoy por hoy, como materias primas potenciales para la producción de biodiesel:
El interés de la industria alimentaria en el girasol hace pensar que será difícil que la
utilización energética alcance mayor relevancia.
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El aceite de colza, por otro lado, es la materia prima que aporta características al
biodiesel producido (punto de congelación) que se adapta perfectamente a la normativa
EN 14214 de calidad del Biodiesel. En consecuencia, es de prever que la superficie
destinada al cultivo de colza aumente en España en los próximos años.
En varias CC.AA. del norte de España se están llevando a cabo una red de ensayos
para la adecuación del cultivo de la colza con destino energético. Sin embargo, el cultivo
de la colza es un cultivo del norte y centro de Europa con mayores dificultades para
adaptarse a las condiciones ambientales mediterráneas españolas o del sur de Europa
en general. En este contexto es importante pensar que, en una perspectiva de futuro, el
sector industrial de biodiesel del sur de Europa se abastezca de otras oleaginosas mejor
adaptadas a sus zonas.
8.5. Economía de la producción a partir de cultivos oleaginosos
tradicionales
El cultivo que más se está considerando en España como materia prima para la
producción de Biodiesel es el girasol de secano, cuyo coste de producción oscila
alrededor de 327,22 €/Ton de semillas, con un precio medio de venta en el año 2004 de
alrededor de 210 €/Ton de semillas. Si no se contara con la subvención que se obtiene
en la actualidad de la PAC, el umbral de rentabilidad del cultivo estaría en una
producción de 3,895 ton/ha, que es superior a la producción media de este cultivo en
condiciones de secano (2,5 ton/ha). En estas condiciones, el cultivo del girasol depende
por completo de la subvención de la PAC, y cualquier reducción de ésta, podría implicar
el abandono del cultivo por una gran parte de los agricultores que actual-mente lo
siembran. El precio de mercado del aceite bruto de girasol (sin refinar) en España es de
571,89 €/Ton y del refinado 629,82 €/Ton, siendo necesario 2,3 kg de pipas de girasol
para la producción de 1 litro de Biodiesel.
El aceite supone aproximadamente un 80% del coste de producción del biodiesel. A la
hora de estimar este coste hay que tener en cuenta por tanto, la gran variabilidad del
precio de venta de los aceites que, como el de girasol, compiten en el mercado
alimentario. El IDAE, en el PER, calcula un coste de producción del Biodiesel de 74.5
c€/l a partir de aceite de girasol (considerando un coste de materia prima de 670€/Tn) e
incluyendo costes de distribución. Aunque el precio del petróleo mantiene una tendencia
alcista, el coste de producción del biodiesel sigue superando el coste antes de impuestos
del gasóleo tipo A (54,96 c€/l -[Boletín petrolero 17.10.2005]). Así pues, la viabilidad
económica de la producción de biodiesel se apoya en la exención de impuestos
aprobada en España hasta diciembre 2012 , pero exige trabajar en una adecuada
valorización de los subproductos del proceso y en la búsqueda de materias pri-mas
alternativas más baratas que permitan superar esta barrera de coste.
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8.6. Cultivos oleaginosos alternativos
Existen otras especies oleaginosas no convencionales mejor adaptadas a los países de
la cuenca mediterránea, que se pueden cultivar orientando su producción al sector
energético y siendo a la vez no competitivos con el sector alimentario. Esto permitiría
maximizar sus rendimientos de producción de aceite en condiciones de mayor rusticidad
y además, conseguir disminuir los costes de producción de semillas, obteniendo un
aceite más barato que se adecue al proceso de producción y norma de calidad del
Biodiesel. Entre estos cultivos se pueden citar varias especies de la familia de las
crucíferas (entre ellas diversas variedades de Brassicas) y otros como Cynara
cardunculus y Camelina sativa. A priori, las especies más adecuadas para las
condiciones edafo-climáticas del sur de Europa serían Brassica carinata, Sinapis alba y
Cynara cardunculus. En general se trata de especies con un alto potencial pro-ductivo,
tanto en rendimiento agrario como en contenido en aceite de las semillas, pero cuyo
desarrollo no está completado y requieren tanto de selección genética de semillas, como
de desarrollo y adaptación de técnicas de cultivo, por lo que no está prevista su entrada
en el mercado industrial para biodiesel a corto plazo. En cualquier caso, existe una
necesidad de desarrollo de especies alternativas que mejoren los costes de la materia
prima para biodiesel y que no estén sujetos a las fluctuaciones del mercado alimentario,
de modo que se aminore el efecto del coste y fluctuación del coste de la materia prima
sobre el producto final, mejorando la rentabilidad del negocio. (Así se contempla en el
Plan de las EERR de España 2005-2010 - IDAE).
8.7. Precios de los biocarburantes. Ayudas a los cultivos
energéticos
Uno de los principales problemas que tienen los biocarburantes en la actualidad es
que sus precios son más elevados que los de los derivados del petróleo, a pesar del
incremento continuado de éstos. Evidentemente, en esas cuentas no se incluyen los
costes “indirectos”, como los generados por la contaminación, la gestión de
residuos, etc.
En cualquier caso, mientras los biocarburantes no resulten una alternativa atractiva
para el consumidor, y también para el agricultor que debe proporcionar la materia
prima y el productor que debe transformar ésta en carburante, su futuro presentará
muchas incógnitas.
En el Plan de Energías Renovables se han establecido estímulos fiscales para los
biocarburantes que se cifran en unos 2.855 millones de euros hasta 2010. Los
bioetanoles y los biodiésel se encuentran de esta manera eximidos del impuesto de
hidrocarburos. Por otra parte, el Reglamento de Ayudas de la PAC establece que
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“se concederá una ayuda de 45 euros por hectárea y por año a la superficies
sembradas con cultivos energéticos”, con una superficie máxima en la Unión
Europea de 1,5 millones de hectáreas. Para ello es preciso establecer un contrato
entre el agricultor y la empresa de transformación, excepto en los casos en que sea
el propio agricultor quien proceda a la transformación en su explotación.
En el caso de las tierras retiradas de la producción, “se autorizará a los Estados
miembros a pagar ayudas nacionales hasta un 50% de los costes asociados al
establecimiento de cultivos plurianuales para la producción de biomasa...”.
En general, los agricultores tienden a considerar que las ayudas actuales son
escasas y no contribuyen a impulsar un cambio significativo en la orientación
productiva de las explotaciones agrícolas.
Tampoco las superficies susceptibles de recibir ayuda parecen suficientes para que
los cultivos energéticos puedan resultar una alternativa importante a la actual
preponderancia del petróleo y sus derivados.
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9.
CONCLUSIONES
El volumen de energía consumido diariamente para realizar las tareas más
cotidianas y rutinarias es inmenso. Esta actitud choca frontalmente con una realidad:
los recursos energéticos se agotan y el sostenimiento de la vida actualmente no
tardará en verse dañado.
Es por ello que gobiernos y administraciones empiezan a ver la importancia de
cubrir las necesidades energéticas con otros recursos diferentes a los fósiles y
hacer un uso extensivo de las energías alternativas: solar, eólica, geotérmica,
hidráulica y biomasa. Todos los agentes sociales, tecnológicos e industriales han
reconocido la importancia de hacer fuerte un desarrollo mundial equilibrado y
sostenible y para ello necesitan desarrollar el uso de las energías renovables.
Más pronto que tarde, se acabará con los recursos energéticos fósiles, como son el
petróleo, el carbón o el gas, y los nucleares. En la actualidad, estos recursos no
satisfacen la demanda energética mundial.
Además, por razones ambientales, cada vez más importantes, se prefiera unos
recursos energéticos a otros. La utilización de los combustibles fósiles puede dar
lugar a serios problemas ambientales si no se aplican medidas de control de la
contaminación, de sus emisiones de CO2 y de la de otros gases de efecto
invernadero.
Aunque las reservas de carbón y uranio son muy abundantes, no lo son tanto las de
los hidrocarburos, que resulta ser la energía primaria más utilizada en los últimos
decenios. Afortunadamente en la actualidad este recurso puede ser sustituido en
muchas de sus aplicaciones, como es la producción de electricidad y calefacción.
A medio y largo plazo se prevé que las energías renovables desempeñarán un
papel muy importante en el suministro y equilibrio de las necesidades energéticas
del mundo, ya que permitirán que los países en vías de desarrollo puedan utilizar,
unos combustibles con menores requerimientos tecnológicos y, por lo tanto, más
asequibles a sus economías.
La Unión Europea es un gran importador de energía, consume el 16% del total
mundial de energía. El petróleo es el carburante más utilizado, con el 45% del total
de consumo energético en la zona, seguido del gas natural con el 22%. También
tienen el 7,4% de reservas de carbón, el 16% de la capacidad mundial para refinar
crudo en productos petrolíferos, y el 17% de la capacidad mundial para generar
electricidad.
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La dependencia de las importaciones varía entre países, aunque la tendencia
general es a importar el 50% de la energía consumida. Alemania, Italia y Francia
son los principales importadores de energía de la UE, mientras que Gran Bretaña es
el único exportador significativo.
Europa necesita reducir su dependencia de los combustibles fósiles. La biomasa es
una de las principales alternativas. Es preciso desarrollar a nivel europeo medidas
rentables en favor de la biomasa para:
Obtener el máximo provecho de la innovación nacional y local
Proporcionar un claro camino a seguir a las principales industrias,
organizadas a escala europea
Compartir las cargas de forma equitativa
La consecución del objetivo fijado por la U.E. sobre la participación creciente de las
energías renovables en el balance energético comunitario, que pretende alcanzar el
12% en el año 2010, pasa necesariamente por incrementar considerablemente la
producción y el empleo de biomasa con fines energéticos, con un incremento de
90'2 Mtep, lo que representa el 83'8% del incremento global de la energía primaria
que deberían aportar todas las renovables.
En la actualidad, los recursos energéticos fósiles no satisfacen la demanda
energética en España, y la dependencia exterior de estos combustibles supera el
90%.
Sin embargo, recursos naturales susceptibles de ser utilizados como recursos
energéticos, como el viento, el sol, el agua o la biomasa, abundan en muchas zonas
de la Unión Europea y, especialmente en España. Así lo demuestran las
estadísticas de la situación actual de las energías renovables en España, así como
las previsiones hasta el 2010.
Es innegable el interés por conocer los recursos energéticos de que puede
disponerse, pero la tarea es bastante difícil puesto que depende tanto de la certeza
con que este dato pueda evaluarse como del coste de su aprovechamiento. Este
coste depende a su vez tanto de la situación del recurso como de la tecnología para
utilizarlo.
Las variaciones grandes del consumo o uso de cualquiera de los productos
energéticos provocan problemas de suministro. El sistema eléctrico es muy sensible
a los cambios de consumo puesto que la energía eléctrica que se suministra no
tiene actualmente ninguna posibilidad de ser almacenada como tal. Ello significa
que en todo momento debe generarse lo que se demanda. Si la centrales no
pudieran producir toda la energía que se estuviera pidiendo se irían desconectando
zonas de la red hasta conseguir el equilibrio. Si las variaciones de la carga fueran
muy rápidas e importantes, la zona que quedaría a oscuras podría ser muy grande.
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El Plan de Fomento de las Energías Renovables propuesto para España,
aprobado por el gobierno el 31 de diciembre 1999, basa su propuesta en un
incremento de 90'2 Mtep obtenidos a partir de la biomasa, lo que representa el
74'4% del incremento global de la energía primaria aportada por todas las
renovables.
También en este Plan se considera una participación muy importante de los
cultivos energéticos para la producción de biomasa, estando prevista la utilización
de más de 800.000 ha de tierras de secano para la producción de 3'35 Mtep de
biocombustibles sólidos.
Para la consecución de los objetivos del Plan de Fomento de las Energías
Renovables es preciso potenciar la investigación sobre la producción de biomasa
mediante cultivos energéticos. Asimismo se precisa desarrollar las tecnologías de
transformación eficiente de la biomasa en combustibles sólidos. Estos serán
utilizados tanto para la producción de calor y electricidad como para fabricación de
biocombustibles líquidos para automoción alternativos a los combustibles fósiles.
La principal barrera con la que se encuentra el sector es el carácter multidisciplinar
de las acciones que es necesario emprender.
Es preciso, en primer lugar, mejorar la logística de obtención del recurso,
intensificando tanto el desarrollo de cultivos energéticos, como la recogida y
utilización de los residuos agrícolas, forestales y de las industrias del sector.
Por otro lado se necesita mejorar las líneas de financiación de las inversiones en
equipos, forestales y en instalaciones de aprovechamiento de la biomasa, que
faciliten la rentabilización de estas instalaciones.
Es necesario promover las subvenciones a fondo perdido para el desarrollo de
proyectos piloto y de demostración que permitan la puesta a punto de tecnologías
incipientes, principalmente en el campo de la generación, tales como: la cocombustión de carbón y biomasa, por ejemplo.
Hay que señalar el diferente comportamiento de los sectores que integran el
conjunto de las renovables. Así, es previsible que las áreas de eólica, biogás y
minihidráulica cumplan los objetivos del horizonte 2010, si continúa la tendencia
actual de realizaciones anuales y se mantienen las actuales medidas de fomento.
Por el contrario, en los sectores de biomasa, biocarburantes y solar térmica de baja
temperatura es donde se están detectando las mayores dificultades.
Los agricultores ven posibilidades dado que las cosechas convencionales están
limitadas por los altos costes de producción (precisamente por culpa del gasóleo),
el abaratamiento de los precios en origen y el importante desembolso necesario
para su cultivo, añadiéndose a estos razonamientos las tierras que quedan por el
desacoplamiento, a elección del agricultor el tipo de cosecha a incorporar al terreno
en caso de decidir su siembra ( no es preceptivo), sin menoscabo sea cual sea su
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decisión, de la correspondiente ayuda PAC, lo que abre a los cultivos bioenergéticos
importantes posibilidades al no tener el agricultor que hacer obligatoriamente una
cosecha determinada para cobrar la subvención.
9.1. Renovarse con rentabilidad
Los nuevos tiempos deparan cambios sustanciales en el quehacer agrario y el
agricultor se encuentra en estos momentos con una situación difícilmente
imaginable hace unos años. Los conceptos como globalidad, sostenibilidad,
energías renovables, libre comercio... le bombardean continuamente en los medios
de comunicación y le han convertido en cierta medida en protagonista.
La rentabilidad de la agricultura tradicional se ha visto afectada por las nuevas
condiciones socioeconómicas planteadas y algunos cultivos cada vez tienen más
difícil su continuidad.
En medio de este panorama surge la necesidad de conseguir energías limpias que
sustituyan al petróleo y al carbón, y se está produciendo una carrera por conseguir
combustibles sustitutivos procedentes de la agricultura, tanto de los cultivos
propiamente dichos como de sus subproductos.
Se habla de la obtención de bioalcohol o biodiesel, en el primero de los casos a
partir de cereales, remolacha..., y, en el segundo, a partir de girasol, colza, soja…
También se indica que la biomasa (pajas, residuos de cosecha, cultivos de chopos,
robinias, pawlonias…) tiene muchas posibilidades de entrar en la producción de
energía mediante su combustión.
Obviamente el futuro pasa por disminuir la dependencia de los combustibles fósiles
y de buscar alternativas entre las que se encuentran los cultivos agrícolas
destinados a producir energía, pero para que esto sea realmente posible es
necesario que se aclaren muchos aspectos fundamentales que hoy tienen bastantes
oscuridades todavía y que será preciso aclarar.
Algunas de las reflexiones que surgen podrían ser las siguientes:
Los cultivos destinados a producir algún tipo de energía tienen que ser
rentables para el agricultor.
En los terceros países, sobre todo en Sudamérica, producen cada día más
semillas, como soja por ejemplo, y con costes y precios muy inferiores a los
de la UE, por lo que la incidencia negativa sobre el pago de los cultivos
europeos es evidente.
Será necesario establecer unas subvenciones adecuadas, ya que de lo
contrario los cultivos agrícolas destinados a la producción de energía no
podrán existir.
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Las previsiones que se hagan a la hora de tener en cuenta la implantación
de las instalaciones necesarias destinadas a la obtención de
biocombustibles o energía eléctrica deberán contar con una base territorial
agraria que garantice los suministros, teniendo en cuenta que el destino de
la mayoría de los cultivos seguirá siendo la industria agroalimentaria o la
ganadería, como hasta ahora.
El empleo de cultivos agrarios para la producción de energía deberá cumplir
un doble objetivo: que el agricultor gane dinero con su trabajo y que el coste
final del combustible producido sea lo suficientemente barato como para
estimular cuanto antes su consumo.
Es de esperar que esta apuesta de futuro prospere y que, además de ganar la
batalla contra la contaminación, agricultores y ganaderos sigan siendo piezas
sustanciales en este engranaje en el que, no hay que olvidarlo, la materia prima se
obtiene de su trabajo.
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