La unidad en La diversidad

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La unidad en
la diversidad
Candidatura
a la Presidencia del
Comité Olímpico Internacional
Thomas Bach
“La Unidad en la diversidad” es el lema que refleja mi forma de pensar sobre
nuestro Movimiento Olímpico.
En las siguientes páginas podrán ver cómo este lema influye en mis opiniones
sobre el COI y el Olimpismo y también hallarán algunas ideas para un futuro que
deseo sea aún más brillante para nuestro Movimiento Olímpico. Son ideas que
he desarrollado tras muchos años de escucharles y hablar con ustedes. Por supuesto no podré abordar aquí todas las cuestiones de importancia, pero quisiera,
al menos, compartir con ustedes algunos principios rectores que quisiera seguir
si me concedieran el gran honor y la gran responsabilidad de servir al COI en
calidad de Presidente.
“La Unidad en la diversidad” significa, ante todo respeto a las diversas culturas,
géneros, orígenes sociales, percepciones, actitudes y opiniones. No existe un único
y verdadero concepto para el futuro del COI. Y el secreto de la magia Olímpica es
la diversidad y la universalidad en todos los aspectos. Es preciso, pues, preservar
e incluso potenciar esta universalidad y diversidad en todas nuestras actividades,
tanto en lo que se refiere a nuestra estructura, como a los Juegos Olímpicos o
nuestros proyectos sociales, culturales o educativos.
Pero para alcanzar la “Unidad en la diversidad” se necesita transparencia, diálogo
y solidaridad.
La transparencia es la base de todo verdadero diálogo y para lograr un resultado
equitativo, los que participan en este diálogo han de tener el mismo nivel de
información.
Por otra parte, la transparencia es el requisito previo para tomar decisiones que
sean comprensibles para todos los interesados.
El diálogo entre nosotros es clave para definir juntos el futuro Olímpico, equilibrar
los intereses y encontrar soluciones razonables; y este tipo de diálogo interno
significa, en primer lugar, mantenerlo con y entre los Miembros, y también entre
el COI y los CONs y las FIs.
Este diálogo también implica abrirse a la sociedad moderna y dialogar con
el mundo de la cultura, la política, la educación, los negocios, los medios de
comunicación, la ciencia, etc. Necesitamos su contribución porque el deporte
ya no es una isla en el océano de la sociedad sino que constituye una parte
integral, muy respetada y popular de la misma. Podemos estar satisfechos y
orgullosos de que el COI represente una fascinante diversidad de conocimientos
especializados; por lo tanto, establecer un diálogo abierto entre nosotros y con
otros grupos de la sociedad, generará nuevas ideas y hará progresar nuestro
Movimiento Olímpico.
La solidaridad es esencial para lograr que este diálogo produzca resultados que todos
los interlocutores puedan respetar; para ser verdaderamente universales necesitamos con urgencia mostrar solidaridad, para dar una oportunidad justa a todos y
cada uno de los miembros de la familia olímpica, con independencia de su género y
sin ningún tipo de discriminación. Es preciso potenciar la solidaridad entre las FIs y
los CONs, lo cual puede facilitarse reflejando bien el hecho de que están integradas
por los mismos miembros: las federaciones nacionales.
Es necesaria la solidaridad entre los deportes, entre los países y las naciones, así
como entre los atletas: Mostrando solidaridad en un diálogo abierto y transparente
lograremos también la unidad y la lealtad.
Dicha unidad nos permitirá colocarnos en la posición ideal para lidiar con los muchos desafíos que ya vemos en el horizonte: garantizar la singularidad única de los
Juegos Olímpicos, analizar nuestra estructura, incluyendo la edad limite, equilibrar
bien los intereses de todas las partes interesadas, salvaguardar nuestra autonomía
responsable, llegar a los jóvenes, estar a la altura de nuestra responsabilidad social
y ser relevantes en un mundo más cambiante que nunca.
Yo confío en que todos juntos podemos guiar y guiaremos al Movimiento Olímpico
hacia un brillante porvenir y para ello es necesaria la contribución y participación
de cada uno de nosotros. Por lo tanto, este documento de posición no puede ser un
documento final, sino más bien un estímulo para expresar sus ideas y comentarios.
La mayoría de los consejos que ustedes me brindaron durante los muchos años de
cooperación y amistad que nos unen, ya los he integrado y agradeceré que me
ofrezcan muchos más.
En las muy numerosas conversaciones que mantuve con ustedes, mis queridos colegas del COI, me dí cuenta de que no sólo compartimos una ferviente dedicación al
Movimiento Olímpico y al deporte sino también la opinión de que necesitamos una
continuidad a través de la evolución, en lugar de una revolución, para poder guiar
nuestro magnifico navío hacia nuevas orillas.
Ya hemos conseguido mucho en los últimos años, así que podemos forjar el futuro sobre
una base sólida y representar al Movimiento Olímpico con confianza y orgullo.
Agradeciéndoles de antemano toda su consideración.
Nosotros
los miembros
… s omos como una orquesta
universal
Sólo podemos producir un sonido perfecto si contribuimos todos, cada uno con
su instrumento específico. Las piezas que interpretamos no están compuestas
por J. S. Bach o por Andrew Lloyd Webber u otras personas ajenas al Movimiento
Olímpico, sino que han sido o están compuestas por todos nosotros como reflejo
de diferentes épocas, culturas, sociedades, creencias u orígenes: Todos unidos en
la devoción por el Movimiento Olímpico.
La Sesión debería ser más interactiva convirtiéndose en un foro para dialogar y debatir en lugar de escuchar informes solamente. Se debería examinar la
posibilidad de incluir en la agenda de cada Sesión un tema estratégico específico,
presentado por un experto Miembro del COI o un experto externo, seguido de un
amplio debate.
El papel y la influencia de las Comisiones deberían fortalecerse,
alentándolas a tomar sus propias iniciativas en todos los temas de su competencia
y, cuando se considerase oportuno, se invitaría al presidente respectivo a las reuniones de la Comisión Ejecutiva para analizar la visión estratégica de la Comisión.
Deberíamos crear, con un claro mandato y un plazo límite, grupos de trabajo para
cuestiones específicas dentro o fuera de las comisiones. En este contexto, con el
fin de adoptar un enfoque más estratégico en vez de técnico en nuestro trabajo,
se podría estudiar la forma de ampliar el ámbito de competencias de algunas
comisiones y de definir el de otras.
El presidente del COI actúa como director de esta orquesta. El anima a los Miembros a participar en el concierto y se asegura de que cada uno pueda contribuir con
sus capacidades individuales. También es el responsable de equilibrar los sonidos,
posiblemente dispares, de las distintas partes de la orquesta, lo que debe conducir
a una armoniosa melodía producida por diferentes instrumentos.
Si ustedes, los Miembros del COI, me conceden el honor y la responsabilidad de
elegirme como Presidente, yo me emplearé a fondo para dirigir el COI de este
modo, mediante la participación, el diálogo, el consenso y la motivación.
Debido a mi experiencia y larga carrera en la administración del deporte, pueden
estar seguros que el papel decisivo y la responsabilidad de los Miembros
se reforzarán, con el pleno apoyo y la cooperación de nuestra apreciada y
altamente eficaz administración.
La composición del COI refleja una enorme riqueza de experiencia, pasión, conocimientos y dedicación. Nuestra gran diversidad nos lleva, por supuesto, a que existan
opiniones divergentes en algunos aspectos. Muchos miembros me conocen como
presidente de diferentes comisiones y grupos de trabajo, dirigiendo los debates. Ellos
saben que creo en el diálogo, que fomento toda contribución e idea. Confío en
mis colegas y estoy convencido de que, entre personas que comparten el mismo
objetivo y la pasión por el deporte, siempre es posible llegar a un entendimiento común.
Para hacer frente a los grandes retos que nos aguardan: Los Juegos Olímpicos, la estructura del Movimiento Olímpico, incluyendo la edad límite, la juventud,
la credibilidad, la autonomía por nombrar unos pocos, necesitamos las ideas y la
colaboración de todos y cada uno de los Miembros del COI y, para lograr este objetivo, debe existir un diálogo directo entre el Miembro y el Presidente y fortalecer
el papel de los Miembros en su respectivos CONs o en sus FIs.
Deberíamos cambiar los métodos de trabajo de la Sesión, las Comisiones y la
Comisión Ejecutiva.
Las reuniones de la Comisión Ejecutiva deben ofrecer un espacio para
debatir nuevas iniciativas, para un intenso intercambio de opiniones antes de
tomar decisiones y para formular ideas innovadoras. Por lo tanto, yo ampliaría las
reuniones habituales de la Comisión Ejecutiva y organizaría la reunión inaugural
como una sesión de reflexión de una semana para tratar los principales temas
estratégicos y además fomentar el trabajo en equipo.
Para un futuro mejor del Movimiento Olímpico es fundamental la comuni-
cación directa con los colegas Miembros y su mayor participación
en el proceso de toma de decisiones. Necesitamos las aportaciones e
ideas de Miembros con diferentes trayectorias en todas las áreas del mundo y de
la sociedad. Esta diversidad social y universal es la que confiere singularidad
y fuerza al COI.
Debemos tocar nuestra pieza llamada « el Movimiento Olímpico » y compuesta por
todos los Miembros unidos en armonía
... como una orquesta universal.
Nosotros
los Atletas
… somos el corazón y estamos en
el corazón del Movimiento Olímpico
Los atletas son los principales representantes de nuestros ideales. Ellos son los
que hacen que nuestros valores y nuestro mensaje sean tangibles para miles de
personas en todo el mundo. Esta función esencial engendra responsabilidades
para los deportistas para con el Movimiento Olímpico, como cumplir
con las reglas y el juego limpio, respetar y promover nuestros valores. También
activa las responsabilidades del Movimiento Olímpico para con los
atletas, como establecer y aplicar reglas justas, protegerles, y en especial su salud e integridad física, así como atender a sus condiciones de vida después de su
carrera deportiva. Por último, esta función esencial que desempeñan, les confiere
la responsabilidad y el derecho a hacer oír su voz en el Movimiento Olímpico.
Para luchar contra el dopaje, la corrupción y cualquier tipo de
manipulación, debemos seguir la política de tolerancia cero ,
creada por nuestro Presidente Jacques Rogge, con el fin de proteger a los atletas
comprometidos con un deporte “limpio y justo”.
En la lucha contra el dopaje es preciso cooperar estrechamente con todas las
partes interesadas, incluidas las autoridades públicas y los organismos anti dopaje
a escala nacional, regional y mundial. En el proceso de revisión en curso del Código Mundial Anti dopaje, debemos hacer todo lo posible para que se acepten las
propuestas formuladas por el COI y sus partes interesadas: Imponer más sanciones
disuasorias, mejorar los procedimientos de los tests y aumentar la cooperación con
las autoridades gubernamentales. Sólo se logrará el éxito en la lucha contra el dopaje, si se aplica un sistema que combine la prevención y la sanción. Las medidas de
prevención han de iniciarse ya en las primeras etapas de la carrera de un atleta. Por
lo tanto, en este sentido, necesitamos la estrecha cooperación de los CONs y las FIs
estableciendo un programa eficaz de prevención, a través de sus miembros comunes,
las federaciones nacionales, sus clubes y organizaciones deportivas para la juventud.
En la lucha contra las apuestas ilegales y la corrupción conexa,
necesitamos una contribución y una determinación aún mayor por parte de las
autoridades públicas que en la lucha contra el dopaje. En la lucha contra el dopaje
contamos con los controles de dopaje, un sistema de información de localización,
el principio de la responsabilidad objetiva y sanciones severas impuestas por las
organizaciones deportivas, que la legislación estatal no puede aplicar por razones
jurídicas y constitucionales.
En la lucha contra las apuestas ilegales estas opciones no existen. Por lo tanto, debemos alentar a los estados y gobiernos a que promulguen las respectivas leyes penales,
las armonicen en el plano internacional y coordinen bien sus fuerzas policiales en
todo el mundo, porque las organizaciones criminales que están detrás de las apuestas
ilegales y la corrupción conexa operan a través de todas las fronteras nacionales.
La Comisión de Atletas del COI, de la que yo fui miembro fundador, cuyos
miembros se escogen ahora democráticamente, es el órgano representativo legítimo de los atletas Olímpicos. Por este motivo, debemos brindarle nuestro apoyo
para que se erija como el interlocutor legítimo en el debate con otras partes y
se distinga de los diferentes grupos de presión o sindicatos de deportistas que
pueden tener peso en ciertas cuestiones muy concretas.
El gran éxito de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 ha demostrado, una vez
más, que es esencial dar prioridad a los intereses de los atletas y que sean
ellos el centro de atención de la organización, tanto en las cuestiones técnicas,
como en lo que se refiere a la experiencia olímpica emocional. Debemos, por tanto,
resaltar aún más este aspecto a la hora de evaluar las ciudades candidatas y en
las Comisiones de Coordinación, por ejemplo escogiendo como tema específico
de información “la experiencia de los Atletas”.
Después de su carrera deportiva, los atletas comienzan su vida como ciudadanos
por lo que es esencial secundar los programas de doble carrera. Debemos fomentar la cooperación con nuestros patrocinadores para convencerles, con
ejemplos de buenas prácticas, de que contratar a un atleta no es sólo una herramienta de marketing, sino una situación ventajosa para ambas partes.
Debemos colaborar con todos los sectores interesados en el deporte para crear
una herramienta digital accesible a los atletas con todas las ofertas de empleo en
las organizaciones deportivas.
Para garantizar que los intereses de los atletas activos estén bien representados y atendidos, debemos fomentar una cooperación más estrecha a todos los
niveles, entre la Comisión de Atletas y las respectivas Asociaciones de Atletas
Olímpicos.
Nuestros juegos
Olímpicos
… s on parte de mi ADN
Los aficionados al deporte, los académicos, los políticos, los historiadores, los
diferentes grupos sociales, tienen su visión específica de los Juegos Olímpicos.
Para los atletas es “el momento culminante de su carrera deportiva”, para los que
se ocupan de las finanzas es “la única fuente de ingresos del COI”, para el mundo
del marketing se trata de “una marca fascinante”. Todo esto es cierto, pero es sólo
parte de la verdad: los Juegos Olímpicos son el elemento central de la
“razón de ser” del COI.
Por lo tanto, el foco de atención del COI debe ser salvaguardar el carácter
singular y la relevancia de los Juegos Olímpicos en un mundo en
constante evolución, teniendo en cuenta los muchos desafíos que tenemos
por delante. La clave de nuestro éxito es ofrecer a los mejores atletas de todo el
mundo, las óptimas condiciones para que logren sus mejores resultados, pero el
Olimpismo va mucho más allá. Los Juegos Olímpicos son una excelente plataforma
mundial para difundir nuestros valores. Por todas estas razones, una prioridad
máxima para el COI es hacer que los Juegos Olímpicos sigan siendo el
acontecimiento más atractivo del mundo para todos los grupos de interés. Para los mejores atletas, los Juegos Olímpicos deben suponer, en sus vidas,
una experiencia única llena de excelencia deportiva, emoción e inspiración que
supere otros intereses a corto plazo.
Debemos asegurarnos de que la singularidad de los Juegos Olímpicos no se diluya a través de otros eventos; que los atletas no se distraigan
por otros incentivos y sigan considerando los Juegos Olímpicos como la verdadera
cumbre y el objetivo último de sus esfuerzos.
Asimismo, debemos asegurarnos que organizar los Juegos Olímpicos sea
atractivo y factible para muchas ciudades y países de todo el mundo
con diferentes niveles sociales, culturales y políticos. En este sentido, es posible
que tengamos que reconsiderar nuestro proceso de candidatura a fin de
que sea más alentador y más flexible, manteniendo la excelencia de su funcionamiento. Tenemos que encontrar un equilibrio entre, por un lado, el interés del COI
en llevar a cabo un examen a fondo y un análisis de riesgo de una candidatura, y,
por el otro, el interés de un potencial candidato en obtener un rendimiento social
y promocional de su inversión.
Debemos informar sobre el valor de solicitar y albergar los Juegos Olímpicos con
estudios científicos pertinentes. El legado positivo de los Juegos Olímpicos puede
diferir mucho teniendo en cuenta los diferentes puntos de partida de las ciudades
anfitrionas: No se pueden aplicar por tanto los parámetros de medida
de una sola parte del mundo.
Con respecto a la organización de los Juegos Olímpicos deberíamos centrarnos en
lograr un buen equilibrio entre garantizar las cuestiones operativas y permitir
que se revele la magia de los Juegos sobre el telón de fondo de la cultura
del país anfitrión. Esto debe quedar bien reflejado durante todo el período de candidatura, incluyendo la evaluación. Debe colocarse a los Miembros, como
responsables últimos de la decisión, en la mejor posición posible
para que tengan en cuenta este importante aspecto.
La Sostenibilidad
La sostenibilidad abarca muchos factores y es, con respecto a los Juegos Olímpicos, un concepto del respeto por el medio ambiente, la viabilidad y
el desarrollo, para dejar un legado positivo en la comunidad anfitriona y en el
mundo de los deportes en general.
Nos encontramos cada vez con mayores expectativas por parte de las partes
interesadas. También los Comités Organizadores tratan de superar en excelencia
a sus predecesores. Nos corresponde gestionar estas exigencias y ambiciones de
forma integral, que pueden ser razonables si se consideran caso a caso. Esto, sin
embargo, precisa del esfuerzo concertado y la colaboración de todos.
Para la sostenibilidad de los Juegos Olímpicos no existe una solución “válida para
todos”. Las ciudades anfitrionas candidatas parten de puntos muy diferentes de
desarrollo y se esfuerzan por lograr objetivos también muy diferentes. Debemos
respetar esa diversidad y tenerla en cuenta en el proceso de evaluación y la
elección de la ciudad anfitriona, sin comprometer la excelencia operativa.
Esta diversidad forma parte de la magia de los Juegos. El COI puede
contribuir a la sostenibilidad trabajando en coordinación estrecha con todas las
partes interesadas y haciendo que sean conscientes de los efectos de sus exigencias en la organización en general.
Sería muy útil crear una comisión de sostenibilidad que incluya también
a las partes interesadas y los expertos. Esta comisión podría estudiar permanentemente las oportunidades de vanguardia para una gestión sostenible, en particular
los costos y un modelo financiero bien equilibrado y transparente para
la organización de los Juegos Olímpicos.
A este respecto, debería examinar todos los factores de costes, incluida la tecnología y las exigencias de los medios. La clara distinción entre los costes reales de la
explotación de los Juegos Olímpicos y la inversión de capital en la infraestructura
futura de una ciudad organizadora deberían precisarse más y comunicarse de
forma más transparente.
Esta comisión debería estar estrechamente vinculada a las Comisiones de Coordinación, de Evaluación y del Programa Olímpico.
Con respecto a la mera magnitud de los Juegos Olímpicos, es imprescindible mantener las limitaciones en el número de atletas. Al elaborar el programa debemos
siempre tener en cuenta los efectos sobre el número de instalaciones deportivas
y las posibles soluciones temporales.
El Programa
El programa de los Juegos Olímpicos tiene que representar un equilibrio entre
la tradición y el progreso. Hemos experimentado el emocionante impacto
positivo de los nuevos eventos que reflejan nuevas culturas y atraen nuevo
público. Esto también ha alentado a otros deportes Olímpicos a modernizar sus
competiciones sin comprometer sus esenciales elementos tradicionales.
La composición del Programa Olímpico es como un rompecabezas:
No se puede simplemente sustituir unas cuantas piezas por otras ya que se
podría destruir la armonía de toda la imagen.
Por tanto, debemos permitirnos cierta flexibilidad
con respecto al programa. Una manera de lograrlo
sería tener más en cuenta las disciplinas
deportivas más que los deportes en su
conjunto. En esta tarea podríamos beneficiarnos de las experiencias de los Juegos
Olímpicos de la Juventud, lo que también
nos llevaría a un enfoque más universal del
programa Olímpico.
Esta flexibilidad contribuiría al equilibrio entre
los intereses de las FIs y los CONs, entre la tradición y el progreso, respetando a su vez una gestión
sólida de los costes de los Juegos Olímpicos.
Solidaridad y Desarrollo
El desarrollo sostenible del deporte es fundamental para difundir los valores
Olímpicos y ponerlos al alcance de más comunidades y personas. Al mismo
tiempo, el desarrollo deportivo bien encauzado, puede conducir a una mejora
equilibrada y una evolución de los Juegos Olímpicos.
El COI debería seguir contribuyendo al desarrollo del deporte, principalmente a
través de las FIs y los CONs, garantizando una visión estratégica global en esta
área y facilitando la coordinación entre las distintas organizaciones involucradas, a fin de asegurar un uso más eficiente de los fondos disponibles. El COI
debería también facilitar las sinergias necesarias entre las instituciones del
Movimiento Olímpico y otras organizaciones, ya sean públicas o privadas, a fin
de permitir la creación y la financiación de programas de desarrollo deportivo
que compartan los mismos objetivos.
La Solidaridad Olímpica seguirá desempeñando un papel importante en la ejecución de la política de desarrollo del COI, en estrecha cooperación con los CONs
y con la ayuda indispensable de las FIs.
El COI debería seguir teniendo en cuenta la importante contribución que el
deporte puede suponer para el desarrollo humano y social, especialmente
en las regiones y países desfavorecidos. Por ello, debemos promover diversos
programas de Responsabilidad Social, desarrollados en colaboración
con todas las organizaciones del Movimiento Olimpico, patrocinadores y otras
instituciones, como fundaciones, organizaciones u ONG que deseen y estén en
condiciones de asociarse con este tipo de acción.
Nuestros Valores
… marcan la diferencia
Sin nuestros valores, el deporte Olímpico dejaría de ser “Olímpico”. Degeneraría hasta convertirse en un mero pasatiempo. El Olimpismo es más
que un simple concepto para el deporte: Es una filosofía de vida. Algunos de
nuestros valores están descritos en la Carta Olímpica, otros son inherentes a la
práctica deportiva. Muchos de nuestros valores se difunden por el mero hecho
de practicar juntos un deporte e incluyen, entre otros, el respeto, el juego limpio,
la dedicación, el autocontrol, la disciplina y el disfrute del esfuerzo. Además los
valores Olímpicos incluyen la verdadera universalidad, la solidaridad, la integración, el entendimiento internacional.
Nuestros valores y nuestras normas son reconocidos universalmente. El deporte
es, en realidad, el único ámbito de nuestra sociedad humana que
ha logrado lo que la filosofía política llama “el derecho mundial” o
lo que la filosofía moral llama “el ethos mundial”. Como otras normas
y estándares éticos, nuestros valores están amenazados. Tenemos la misión de
proteger y difundir estos valores a una audiencia mundial. La estima del Deporte
Olímpico, su importancia, depende en gran medida de nuestros valores. Por eso
escogí como tema de mi discurso de investidura como presidente fundador de la
DOSB en 2006: “Aumentar el valor del deporte a través de sus valores.”
Este planteamiento refleja, al mismo tiempo, nuestras responsabilidades y ofrece
grandes oportunidades al COI y a todas las partes que configuran el Movimiento
Olímpico.
Credibilidad
Nuestros valores sólo se respetarán si nuestras competiciones y nuestras organizaciones gozan de credibilidad. El COI, bajo el liderazgo de nuestro Presidente
Jacques Rogge, ha alcanzado un gran mérito en este sentido. Él ha dejado bien
claro que el deporte, como el conjunto de la sociedad, también es susceptible de
manipulación y corrupción. No ha dejado duda alguna de que la credibilidad del
COI ha de estar garantizada por la aplicación estricta de las normas de
buen gobierno, incluida la transparencia, la rendición de cuentas
y la participación. Seguiremos, sin duda alguna, esta política de
tolerancia cero con respecto a la protección de nuestros principios
éticos consagrados en la Carta Olímpica. La discriminación, la corrupción o
cualquier tipo de manipulación son las infracciones más graves de estos principios y por ello, todos nosotros hemos de combatirlos con plena determinación.
El COI, con su Comisión de Ética y las normas pertinentes, dispone de las herramientas necesarias para asegurar su integridad y credibilidad. Sin embargo y,
con el fin de estar a la altura de los requisitos cambiantes, deberíamos estudiar
la posibilidad de organizar la Comisión de Ética en dos órganos separados claramente definidos y con diferentes competencias y funciones.
Siguiendo las recomendaciones del Congreso Olímpico 2009, debemos asegurarnos de que todos los miembros del Movimiento Olímpico adoptan y aplican
como norma mínima “los principios universales de buen gobierno del
Movimiento Olímpico”. El COI debería asesorar a todos los componentes del
Movimiento Olimpico organizando los seminarios pertinentes y hacer del buen
gobierno un tema de cada curso de Solidaridad Olímpica, así como solicitar a
las partes involucradas un informe periódico sobre su buen gobierno. En el caso
de producirse fallos estructurales, deberían tomarse las medidas correctoras
oportunas, incluyendo potenciales sanciones financieras.
Autonomía
La autonomía responsable es indispensable para la existencia del deporte internacional y para la difusión mundial de nuestros valores. El deporte
ha de gozar de libertad para regular sus asuntos específicos, bajo su propia
responsabilidad y de conformidad con la leyes generales.
La autonomía responsable del deporte está cada vez más amenazada
en muchos países y regiones. Algunos de estos ataques son muy sutiles, a veces
incluso seductores, otros son muy directos y obstruccionistas.
La mayoría de ellos son adoptados por los gobiernos para obtener un mayor
control sobre el deporte, para tener mejor acceso a sus recursos financieros y
de comunicación .
El deporte tiene que ser neutral desde el punto de vista político, pero
no puede ser apolítico. Esta es la razón por la que el Movimiento Olímpico precisa gozar de autonomía responsable y, al mismo tiempo, asociarse con la política. Esto
puede lograrse mediante un diálogo de respeto mutuo entre el Movimiento
Olímpico y las autoridades gubernamentales a todos los niveles, incluyendo las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales y los gobiernos nacionales.
Hemos de definir más claramente el concepto de autonomía responsable y comunicar mejor sus ventajas tanto para la política como para el deporte. El COI
debería utilizar, en este sentido, su condición ya bien afianzada de observador
ante la ONU. Los CONs, las FIs y sus respectivas asociaciones deberían hacer
un seguimiento a sus respectivos niveles. Las consultas con las ONG podrían
ser de utilidad para dar a conocer ante el público nuestro concepto de una
autonomía responsable.
A causa de la estructura del Movimiento Olímpico, un ataque contra la au-
tonomía de uno de sus miembros supone un ataque contra la
autonomía de todo el Movimiento Olímpico. La falta de autonomía de
una federación nacional, por ejemplo, conduce siempre a la falta de autonomía
del CON y la FI correspondientes. Por lo tanto, más allá de nuestras medidas preventivas, debemos optimizar y armonizar aún más nuestro sistema de sanciones.
Cada FI y cada asociación continental de CONs y FIs debe designar un experto al
más alto nivel ejecutivo a quien acudir cada vez que surja un problema de autonomía. Las sanciones impuestas por el COI deben respetarse y aplicarse en tantas
FIs como sea posible; este enfoque unitario logrará la máxima eficiencia.
Educación
La educación es la clave para el futuro de nuestras sociedades y también es
crucial para el desarrollo saludable del Movimiento Olímpico. Tenemos muchos
ejemplos excelentes de Academias Olímpicas, CONs y COJOs, para difundir nuestros valores fuera del período de los Juegos Olímpicos.
Debemos hacer un esfuerzo para recopilar todos estos programas y compartir
los ejemplos de prácticas óptimas entre todos los componentes del Movimiento
Olimpico. Hemos de usar los llamados nuevos medios de comunicación para
diseñar una estrategia de educación olímpica digital. De esta manera,
se puede llegar directamente a muchos jóvenes de todo el mundo y hacer que
tomen conciencia y se familiaricen con nuestros valores. Los Campeones Olímpicos deben considerarse como ejemplos a seguir y educadores de primera linea
para atraer al máximo público posible y transmitir nuestro mensaje de manera
auténtica y convincente.
Debemos entablar un intenso diálogo con la UNESCO sobre la manera de
integrar mejor la divulgación de los valores Olímpicos en los sistemas nacionales de educación.
Hemos de considerar la posibilidad de concertar alianzas o al menos establecer
contactos con otras fundaciones privadas sin animo de lucro, muy
respetadas, o con ONG con gran alcance y experiencia en programas de
educación. Un ejemplo podría ser la estrecha cooperación dentro de los centros
“Deporte para la Esperanza”.
Cultura
El deporte es un fenómeno cultural. Pero el deporte se manifiesta de forma tan
específica y llega a tantas personas diferentes, de tantas maneras distintas que
algunos lo consideran un fenómeno en sí mismo. Independientemente de esta
controversia filosófica, nuestro fundador Pierre de Coubertin y la Carta Olímpica
nos encomiendan la misión de asociar el deporte con la cultura.
Nos esforzamos por cumplir esta misión con muchos proyectos y acciones,
culminando con las ceremonias de inauguración y de clausura de los Juegos
Olímpicos y por otro ejemplo la emblemática arquitectura Olímpica.
Debemos ampliar nuestra visión en cuanto a nuestra relación con
el mundo de la cultura de diferentes maneras. El deporte y los Juegos
Olímpicos se han convertido en un verdadero fenómeno social, de modo que,
escritores, escultores, pintores, músicos, artistas, arquitectos etc. se interesan
por el deporte y los eventos deportivos.
Debemos identificar aquellos más cercanos a nosotros y seguir en contacto con
ellos, incluso después de que hayan entregado sus obras de arte relacionadas
con el deporte o las Olimpiadas.
Debemos conversar con ellos sobre cómo ven el papel del Olimpismo en la sociedad actual y en el futuro. Como primer paso podríamos invitar a algunos de ellos
a una mesa redonda con el COI. Una idea a tener en cuenta conjuntamente sería
la de invitar a los Juegos Olímpicos a uno o dos artistas como “artistas resi-
dentes” y que traduzcan su experiencia olímpica en obras de arte.
Debemos honrar con un prestigioso premio Olímpico específico, los logros sobresalientes en la asociación del deporte con la cultura.
Hemos popularizado la cultura del voluntariado también en las regiones y
los países que no tenían este tipo de tradición, y debemos seguir haciéndolo. Los
cientos de miles de voluntarios Olímpicos con su entusiasmo y dedicación son un
tesoro escondido del Olimpismo y de la sociedad. No debemos, por tanto, dejarlos
atrás cuando nos marchamos de la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos sino
estudiar la posibilidad de crear, como primera medida, un “Club de voluntarios
Olímpicos” virtual para mantenerlos informados, aprender de su experiencia y
mantener vivo su espíritu Olímpico, incluso después de haber servido al éxito de
los Juegos Olímpicos, mejorando la difusión de nuestros valores.
Nuestros Servicios
de Marketing y
Televisión
objetivo final ha de ser la promoción universal de los Juegos Olímpicos y de
nuestros valores.
… han de servir a la promoción de
nuestros valores
nes para aumentar la presencia televisiva del deporte Olímpico
y sus valores en los periodos entre los Juegos Olímpicos, incluyendo la
creación de un canal de televisión Olímpico.
El Programa de Marketing Olímpico y las ventas de los derechos de televisión
han resistido a la actual crisis económica mundial debido al notable éxito de
los Juegos Olímpicos, que han atraído más público que nunca. Esto, también
es gracias a la excelente producción televisiva de nuestra propia empresa
OBS. Pero en ambas áreas, el marketing y la Televisión, se están produciendo
cambios importantes y se esperan otros aún mas drásticos. Patrocinadores
y anunciantes buscan una relación más estratégica vinculada
directamente con el contenido real del programa o evento patrocinado.
En marketing ya se puede ver que, en el futuro, el marketing y
los programas de Responsabilidad Social de las empresas irán
cada vez más unidos. Esto abre grandes oportunidades para el COI, ya
que nuestro “producto” no consiste sólo en las herramientas de marketing de
un evento deportivo único, sino que contiene también numerosas actividades
en educación, en desarrollo, actividades humanitarias y sociales, de contacto
con la juventud etc, por lo que debemos integrar nuestros proyectos
de Responsabilidad Social en nuestro programa de marketing,
haciéndolo aún más atractivo para los patrocinadores potenciales. Este nuevo
programa también llevaría a una mejor movilización de patrocinadores y un aumento de los ingresos a nivel nacional.
Por lo que se refiere a las ventas de nuestros derechos de televisión, siempre
debemos encontrar el justo equilibrio entre la tasa más alta
de derechos y la mayor audiencia posible, puesto que nuestro
El COI debería ampliar el diálogo con sus socios teledifusores para mejorar la
promoción de los Juegos Olímpicos junto con los respectivos CONs.
El COI, junto con las FIs y los CONs, debería de seguir explorando opcio-
Percibimos que el gran aumento del uso de una segunda pantalla (tableta, PC,
etc.) está aumentando incluso el consumo televisivo. Por lo tanto la televisión
seguirá siendo nuestro socio prioritario dentro de un previsible futuro . Como
ya tenemos contratos u opciones en los principales mercados hasta 2020, en
los próximos años podemos y debemos concentrar la atención en los mercados
en que nuestros ingresos se están quedando por detrás del dinámico desarrollo en términos económicos y deportivos de esos países. Debemos adoptar
un enfoque mucho más personalizado en estas zonas y, para nuestro propio
beneficio a largo plazo, invertir en uno u otro mercado nacional especial
para aumentar el interés en los deportes y Juegos Olímpicos.
Los jóvenes
… son nuestro futuro
También debemos atraer a iconos de la juventud ajenos al deporte,
como músicos o actores, para que sean una especie de embajadores, ya que muchos de ellos son aficionados al deporte o incluso amigos de grandes atletas. Esto
también puede abrir un camino para los Juegos Olímpicos ( de la Juventud) y los
deportes en general para que aparezcan más en medios no deportivos dedicados
a la juventud.
Hoy en día, para entrar en contacto con los jóvenes son esenciales las redes sociales. Junto con la televisión y otros socios deberíamos concebir una estrategia
mundial de redes sociales para conseguir que los jóvenes se interesen por
los atletas y los Juegos Olímpicos, también en el período entre diferentes ediciones
de los mismos. Esta estrategia no sólo ha de estar destinada a informar sobre el
deporte sino también a motivar a los jóvenes a practicarlo.
Nuestros atletas representan lo mejor de la generación joven, sin embargo, en
nuestro moderno mundo digital el deporte tiene muchos competidores
cuando se trata de atraer a los jóvenes. Por lo tanto, si los jóvenes
ya no hacen deporte de forma natural, el deporte ha de acercarse
a los jóvenes.
Con la creación de los Juegos Olímpicos de la Juventud, inspirados por
nuestro Presidente Jacques Rogge, hemos dado un paso importante para
dedicarnos más a los jóvenes.
Después de la próxima edición de, los hasta ahora muy exitosos, Juegos Olímpicos
de la Juventud debemos evaluar cuidadosamente y examinar cómo estos Juegos
pueden llegar más a los jóvenes que aún no están integrados en
nuestro sistema deportivo, ya sea porque practican deportes en solitario o
porque estando interesados en el deporte, no lo practican. Debemos valorar la
posibilidad de integrar nuevas formas de deporte y actividad física
que (todavía) no figuren en el programa y debemos valorar la posibilidad de invitar
a jóvenes, que (aún) no participan en el deporte, a reuniones y sesiones especiales
con deportistas jóvenes.
Mis credenciales
… para que los puedan comprobar
Con mis padres yo tuve suerte: los dos eran amantes del deporte y creían en su
valor educativo. Así que pasé la mayor parte de mi infancia jugando al fútbol con
mis amigos en la calle o en la áspera arena roja del campo de fútbol local, lo que
en los dos casos terminaba igualmente con heridas en las rodillas y los codos. Para
el parvulario no me quedó tiempo. A los seis años de edad mis padres decidieron
que la hiperactividad deportiva de su segundo hijo estaría mejor encauzada en
un club deportivo.
Thomas Bach
Edad: 59 años
Casado con Claudia
English, Français, Español
Después de grandes discusiones y algunas lágrimas, me convencieron para inscribirme en el recién fundado club local de esgrima con el argumento de que el
ejercicio deportivo en general también mejoraría mi técnica con el balón de fútbol.
Por razones que no recuerdo, tuve que hacer esgrima con la mano derecha, aunque
en el fútbol y en el tenis era zurdo y aún lo soy.
Así que durante los años siguientes seguí mi “ doble carrera” en los deportes y
en la escuela. Empezando por los campeonatos junior regionales, acabé por ver
el sueño de mi vida hecho realidad en 1976: Campeón Olímpico de esgrima a la
joven edad de 22 años.
Tras haber sido elegido presidente de la Comisión de Atletas alemanes en 1979, yo
luché, en la medida de mis posibilidades, contra el boicot de los Juegos Olímpicos
de Moscú de 1980, pero el Presidente de Alemania, el Canciller y el Parlamento,
lograron lo que resultó ser una “victoria pírrica”. Al darme cuenta de la posición
de debilidad que tenían los deportes con respecto a la política de la época y la
débil posición de los atletas nacionales en nuestra organización deportiva, tomé
la decisión de “cambiar de bando” y aceptar la responsabilidad de administrador
deportivo.
Tras haber sido uno de los miembros fundadores de la Comisión de Atletas del
COI desde el undécimo Congreso Olímpico en Baden-Baden en 1981 hasta el año
1988, fui elegido Miembro del COI en 1991. Desde ese momento, he presidido
dos Comisiones de Evaluación, numerosas Comisiones Disciplinarias Antidopaje
y todavía estoy presidiendo dos Comisiones, la Comisión Jurídica y la Comisión de
Derecho y Deporte. Al mismo tiempo, soy miembro de la Comisión de Marketing
y la de Derechos de Televisión y Nuevos Medios en la que nuestro Presidente me
ha confiado las negociaciones de los derechos de televisión para Europa. Además,
desde 1994 también presido la Cámara de Apelación del Tribunal Arbitral del Deporte. Es para mí un gran honor que la Sesión me haya elegido cuatro veces como
miembro de la Comisión Ejecutiva, entre ellas tres veces como Vicepresidente.
En 2006, participé en una iniciativa que condujo finalmente a la fusión del CON
alemán y la Confederación Alemana de Deportes, creando la Confederación Alemana de Deportes Olímpicos (DOSB), de la que fui elegido presidente fundador
y reelegido en 2010. La DOSB que consta de una afiliación de aproximadamente
28 millones de miembros (un tercio de la población alemana) reunidos en 91,000
clubes y 98 (Con)Federaciones, es, con mucho, la mayor organización civil en mi
país. La DOSB habla en nombre de todos los deportes en Alemania, goza de plena
autonomía y es un socio codiciado del gobierno alemán, que coopera con todos
los ministerios, desde el de Asuntos Sociales al de Economía, desde el de Salud
al de Finanzas, desde el de Interior al de Asuntos Exteriores, desde el Canciller al
Presidente de la República Federal Alemana.
Siguiendo mi “doble carrera” como voluntario en el deporte y como profesional,
creé mi propio despacho de abogados en 1983 y en mi calidad de abogado, trabajé
como consejero del Ministerio de Economía alemán en el momento de la reunificación. En mi carrera profesional he abandonado la carrera de derecho en favor
de la administración. Soy el Presidente de la Cámara de Comercio e Industria árabe-alemana apoyada por las cámaras y las Embajadas de los 22 Estados árabes y
reconocida por el Gobierno alemán. Mi ocupación principal es administrar diferentes empresas internacionales en distintas ramas (tecnología, finanzas, máquinas,
seguros, fondos de capital riesgo) como presidente del Consejo de Supervisión en
tres de ellas y como miembro en otras dos.
Por supuesto, si me eligen Presidente del COI, me trasladaría a Lausana y me
dedicaría a servir al COI como voluntario.
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