“Detección y análisis molecular de Rotavirus a partir de aguas

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Universidad de la República
– Facultad de Ciencias
Sección Virología
“Detección y análisis molecular
de Rotavirus a partir de aguas
provenientes de plantas de
tratamiento de aguas
residuales”.
Tesina de grado
Licenciatura en Bioquímica
Gabriela Betancour Curutchet
Tutor: Mabel Berois
http://www.canstockphoto.es/imagenes-fotos/rna.html
Montevideo, 2013
2
Indice
Resumen ……………………………………………………………………………………… 4
Abreviaturas …………………………………………………………………………………... 5
1 Introducción
1.1 El agua, los microorganismos y la salud humana …………………………………… 6
1.1.1 El agua y los microorganismos …………………………………………………….... 6
1.1.2 Los virus entéricos en el ambiente ………………………………………………….. 7
1.2 Virus entéricos en aguas: antecedentes en la región ………………………………. 8
1.3 Situación en Uruguay …………………………………………………………………. 11
1.3.1 Monitoreo de aguas en Uruguay ………………………………………………….. 11
1.3.2 Antecedentes de estudios de Rotavirus y otros virus entéricos en Uruguay …. 12
1.4 Los Rotavirus …………………………………………………………..………………. 14
1.4.1 Generalidades de Rotavirus ……………………………………………..………… 14
1.4.2 Estructura y genoma …………………………………………………...…………… 15
1.4.3 Clasificación …………………………………………….……………………………. 22
1.4.4 Epidemiología molecular ……………………………………..…………………….. 24
2 Objetivos
2.1 Objetivos generales …………………………………………………………………… 26
2.2 Objetivos específicos ……………………………………………………………….… 26
3
3 Materiales y métodos
3.1 Muestreo ………………………………………………..………………………………. 27
3.2 Concentración de las partículas virales …………….……………………………….. 28
3.3 Extracción de ARN genómico ………………………………………………………... 28
3.4 Detección del genoma viral ……………………………………………..……………. 29
3.5 Genotipificación del genoma viral ……………………………………..……….……. 30
3.6 Detección y cuantificación del genoma viral ……………………………….……….. 33
4 Resultados
4.1 Detección del genoma viral …………………………………………………..………. 34
4.2 Genotipificación del genoma viral ……..……………………………………………… 36
4.3 Secuenciación y análisis filogenético …………………………………………………37
4.4 Detección y cuantificación del genoma viral ………………………………………... 41
5 Discusión ………………………………………………………………………………… 44
6 Conclusión y perspectivas ……………………………………………………………… 49
7 Bibliografía ………………………………………………………………………………. 51
8 Agradecimientos …………………………………………………………………………. 64
4
Resumen
_____________________________________________________________________
Los Rotavirus, transmitidos principalmente por la vía fecal-oral, son la causa más
común de gastroenteritis infecciosa en infantes y niños jóvenes tanto en países
desarrollados como en desarrollo. Este virus puede ser encontrado en altas
concentraciones en heces, posee bajas dosis infectivas y, a través de aguas
contaminadas, puede convertirse en una seria amenaza para la salud humana. Es por
esto que merece una especial atención en lo que respecta al tratamiento que reciben
las aguas residuales transportadas por el sistema de saneamiento.
En el presente trabajo se analizaron muestras de dos diferentes plantas de tratamiento
de aguas residuales, una consistente en un sistema de lagunas (SL): laguna
anaerobia, facultativa y de maduración, ubicado en la localidad de Ecilda Paullier; y la
otra una planta de tratamiento terciario de aguas residuales con radiación ultravioleta
(PTAR), en la ciudad de Canelones.
Las muestras fueron tomadas en diferentes puntos de cada proceso de manera
bimensual durante un año, hallándose un 36,6% de positividad para la presencia de
Rotavirus por PCR convencional. Un 100% de las muestras de afluentes de la PTAR
resultaron positivas para la detección del virus mediante PCR en tiempo real, mientras
que en el caso de los afluentes del SL el porcentaje fue de 71,4%. La mayoría de las
muestras de la PTAR mostraron una carga viral nula, o en su defecto una reducción en
la misma, tras el tratamiento con radiación UV.
Mediante análisis filogenético, se pudieron determinar los diferentes G-tipos,
encontrándose genotipos comunes, como G1 y G9, y otros no tanto como G3 y G10,
que a pesar de que generalmente circulan en animales, agruparon con secuencias
humanas. La secuencia G10 encontrada agrupó con una cepa G10P[9] inusual, con
estrecha relación con una cepa bovina. En cuantos a los P-tipos detectados, los
mismos fueron los más ampliamente distribuidos a nivel mundial, P[4] y P[8], así como
también genotipos menos frecuentes como P[9] y P[11]. Las secuencias P[11]
agruparon en un cluster constituido enteramente de secuencias bovinas.
Este estudio de Rotavirus en aguas residuales forma parte de trabajos pioneros en el
área de la virología ambiental en nuestro país, siendo el primer trabajo que realiza la
detección, cuantificación y caracterización molecular de Rotavirus en aguas residuales
de dos plantas con diferente tipo de tratamiento del interior del Uruguay.
5
Abreviaturas
_____________________________________________________________________
ADN
Ácido desoxirribonucleico
ARN
Ácido ribonucleico
ADNc
Ácido desoxirribonucleico copia
ARNm
Ácido ribonucleico mensajero
DTT
Ditiotreitol
dNTP
Desoxinucleótidos trifosfato
nt
Nucleótidos
HCl
Ácido clorhídrico
KCl
Cloruro de potasio
µl
Micro litros
µM
Micro molar
MgCl2
Cloruro de magnesio
M
Molar
mM
Mili molar
ng
Nano gramos
ORF
“Open Reading Frame” (Marco abierto de
lectura)
pb
Pares de bases
PBS
Buffer fosfato salino
PCR
Reacción en cadena de la polimerasa
qPCR
PCR cuantitativa
PM
Peso molecular
PTAR
Planta de tratamiento de aguas residuales
rpm
Revoluciones por minuto
RT
Retrotranscripción
ICC-PCR
Cultivo celular intregrado a PCR
Taq
Enzima Taq polimerasa
SL
Sistema de lagunas
U
Unidades
UV
Ultravioleta
UTR
“Untranslated región” (Región no traducible)
6
1.
Introducción
1.1 El agua, los microorganismos y la salud humana
_____________________________________________________________________
1.1.1 El agua y los microorganismos
El agua de baja calidad plantea una de las mayores amenazas para la salud humana.
Billones de casos de enfermedades gastrointestinales ocurren cada año en el mundo,
y la Organización Mundial de la Salud declaró que las enfermedades causantes de
diarrea contribuyen a aproximadamente un 4,1% del total global de enfermedades, y
son responsables por la muerte de 1.8 millones de personas cada año. Del total de las
enfermedades, el 88% son atribuidas a un inseguro suministro de agua, saneamiento
e higiene, y está mayormente concentrado en niños de países en desarrollo [Bosch y
cols., 2008].
Los microorganismos patógenos asociados al agua constituyen una problemática
substancial teniendo en consideración que los mismos pueden ser de distinta clase:
bacterias causantes del cólera o la leptospirosis, entre otras, parásitos responsables
de la equistomatosis, y las diversas familias de virus implicadas en numerosas
enfermedades que actualmente aquejan a la población mundial. La mayoría de los
virus asociados con la transmisión por el agua son los virus entéricos, dentro de ellos
encontramos distintas familias que incluyen virus como Rotavirus, Norovirus,
Adenovirus, Astrovirus, Virus de la Hepatitis A o Poliovirus los cuales son causantes
de diversas enfermedades, aunque otros géneros menos frecuentes también pueden
ser detectados, como Picobirnavirus, Bocavirus y Coronavirus [Symonds y cols.,
2009].
El agua no potable, así como el agua de mar, son importantes desde el punto de vista
de la persistencia de estos virus por tiempos extensos en estos ambientes, lo cual
incrementa la probabilidad de la exposición humana por contacto recreacional y
acumulación en mariscos de consumo humano. Los virus patogénicos son
generalmente más resistentes que los indicadores bacterianos durante tratamientos
convencionales de aguas de desecho, como lo son la cloración y filtración, y son
capaces de resistir a disolventes de lípidos. En el ambiente, los virus entéricos pueden
sobrevivir bajo un amplio rango de pH y por extensos períodos a bajas temperaturas,
habiéndose reportado virus que han permanecido infectivos tras 130 días en agua de
mar, tras 120 días en agua dulce y aguas residuales, y por más de 100 días en el
suelo de 20 a 30 °C [Fong y Lipp, 2005].
7
1.1.2 Los virus entéricos en el ambiente
Los virus entéricos pueden encontrarse naturalmente en ambientes acuáticos o, más
comúnmente, son introducidos en ellos como consecuencia de actividades humanas
como vertido de efluentes y desagües. Pueden ser transportados en el ambiente a
través de aguas subterráneas, estuarios de agua, agua de mar, ríos, aerosoles
emitidos por plantas de tratamientos de aguas residuales, aguas tratadas
insuficientemente y pozos que reciben aguas de desecho tratadas y sin tratar. Estos
virus son transmitidos por vía fecal-oral, primeramente infectando y replicando en el
tracto gastrointestinal del hospedero. Los virus entéricos son excretados en cantidades
extremadamente altas en las heces de individuos infectados, típicamente entre 105 y
1011 partículas virales por gramo de materia, pudiendo ser en algunos virus incluso
más [Bosch y cols., 2008, Fong y Lipp, 2005].
Los virus entéricos son de preocupación para la salud pública debido a que causan
enfermedades agudas con dosis infectivas bajas. La probabilidad de infección debido
a la exposición a un Rotavirus es de 31%, y tan sólo una partícula viral es requerida
para causar la infección de un 1% de los adultos sanos sin anticuerpos para el virus
[Fong y Lipp, 2005]. Se ha llegado a concluir que el riesgo de infección cuando se
consumen virus del agua potable es 10-10000% mayor que el riesgo en cuanto a
exposiciones similares con bacterias patogénicas [Haas y cols., 1993].
Desde los años 80, mediante importantes avances en el área de la virología ambiental,
los virus entéricos han sido aislados de fuentes de agua potable contaminada, aguas
recreacionales, ríos urbanos, y mariscos cosechados de agua contaminada, y
vinculados con brotes originados en estos ambientes [Fong y Lipp, 2005]. Está
reconocido que la enfermedad viral gastrointestinal más común es aquella producida
por Rotavirus y Norovirus provocando diarrea en la población infantil y adulta,
respectivamente. Sin embargo, los brotes de gastroenteritis virales transmitidas por el
agua
mejor
documentados
están
relacionados
con
Norovirus.
Otros
virus
gastrointestinales así como los Rotavirus son los Astrovirus, y también han sido
implicados ocasionalmente en estos tipos de brotes [Bosch y cols., 2008].
En la mayoría de los países las regulaciones aún se basan solamente en indicadores
bacterianos como enterococos, coliformes fecales y coliformes totales para evaluar la
calidad microbiológica del agua. Sin embargo, los indicadores bacterianos no siempre
reflejan el riesgo de muchos patógenos importantes (virus, bacterias patógenas viables
pero no cultivables y protozoos). De hecho, virus entéricos infecciosos han sido
aislados de ambientes acuáticos que están bajo los niveles aceptados por los
8
indicadores bacterianos; se han encontrado virus relacionados con brotes vinculados a
la ingestión de aguas que se encuentran dentro de los estándares de coliformes
fecales [Fong y Lipp, 2005].
Los patógenos virales en la mayoría de los casos presentan especificidad de
hospedero, debido a esto han sido sugeridos como una herramienta prometedora para
determinar la fuente de los contaminantes fecales en ambientes acuáticos, pudiendo
ser usados conjuntamente con indicadores bacterianos, para evaluar la calidad del
agua y mejorar la vigilancia de la salud pública. En general, los virus entéricos
muestran un gran potencial para ser usados como indicadores de la calidad del agua,
para evaluar los riesgos asociados con la transmisión de virus infecciosos [Fong y
Lipp, 2005].
Por lo mencionado anteriormente en relación al alto grado de persistencia que
presentan muchos virus entéricos en aguas, merece una especial atención el
tratamiento que reciben las aguas residuales. Estas aguas contienen, entre otras
cosas, los virus que se excretan en las heces y que son transportados por el sistema
de saneamiento [Symonds y cols., 2009].
El sistema de saneamiento es el encargado de recoger, transportar, realizar un
tratamiento y finalmente, darle una disposición final a los líquidos residuales. Los
líquidos residuales pueden ser aguas negras, formadas por aquellas provenientes de
las industrias, las de uso doméstico y las generadas por los seres humanos; y las
aguas blancas, formadas por aquellas provenientes del lavado de calles, como las
acumuladas durante las lluvias [IM, 2012]. En Uruguay se entiende por saneamiento a
los sistemas comprendidos por redes de alcantarillado con disposición final en una
planta de tratamiento, así como también a otros sistemas de evacuación, tratamiento o
disposición de aguas residuales. [Obras Sanitarias del Estado, 2013]
1.2 Virus entéricos en aguas: antecedentes en la región
_____________________________________________________________________
En la región, la problemática respecto a la calidad del agua en un país con tanta
superficie y variabilidad demográfica como es Brasil, ha desarrollado un remarcado
interés en los estudios
ambientales, donde los virus y el agua ocupan un rol
preponderante. En el año 1993 aparece como primer antecedente en la región un
trabajo en donde se procesan muestras de desagües de hogares y también de
arroyos, donde Rotavirus es detectado en un 20,6% y 34,5%, respectivamente, por
9
métodos inmunofluorescencia indirecta y de inmunoperoxidasa directa [Mehnert y
Stewien, 1993].
En 2008, se publica un trabajo desarrollado en la localidad de Manaus, en donde el
objeto de estudio fueron aguas superficiales asociadas a la recreación de los
habitantes, y en donde en el 44,2% de las muestras fueron detectados Rotavirus
mediante PCR convencional, así como también Adenovirus y Norovirus en menores
porcentajes. Lo interesante es que en la mayoría de estas aguas la contaminación
fecal no estaba demostrada por indicadores bacterianos como los coliformes totales
[Miagostovich y cols., 2008]. En el año 2009 se publica otro trabajo que evalúa la
presencia de Norovirus en aguas, antes y después de su tratamiento, en una planta en
Rio de Janeiro. En este caso, estos virus fueron detectados en ambas situaciones
comprobando así la eficacia parcial de los métodos de desinfección, al menos contra
este virus, presente en un 53% de las muestras tratadas, detectadas mediante PCR
cuantitativa a partir del genoma viral [Victoria y cols., 2009].
En 2010, fue publicado un trabajo en el cual se evaluó la presencia y viabilidad de
virus entéricos en lodos y aguas residuales de una planta de tratamiento de la ciudad
de Florianópolis, Brasil [Schlindwein y cols., 2010]. Para el caso de Rotavirus se pudo
ver que, de un 33,3% de muestras positivas de lodos ante la detección del genoma
viral, 25 % mostró ser viable por ICC-PCR; pero para el caso de las muestras de
aguas residuales, del 41,6% de las muestras positivas, ninguna mostró viabilidad por
ICC-PCR, sugiriendo la baja infectividad del virus en estas muestras. También en
2010, se publicó un estudio en el cual muestras de agua de fuentes como: agua de
mar, laguna de agua salobre, aguas residuales, agua potable de fuentes con y sin
cloro y agua procedente de un arroyo contaminado; así como también ostras de dos
diferentes zonas de cultivo, fueron analizadas por
nested PCR, RT-PCR, PCR
cuantitativa, y la viabilidad se analizó por ICC-PCR. Se encontró que el 19% de las
muestras de aguas fueron positivas en la detección de Rotavirus, mientras que los
ensayos de viabilidad mostraron que sólo el 12,5% se trataba de virus infectivos
[Rigotto y cols., 2010].
En 2010 Barril y colaboradores publicaron un trabajo en el cual se planteó como
objetivo determinar si los genotipos de Rotavirus del grupo A y el patrón estacional de
los meses de frío descrito en pacientes con diarrea era reflejado en lo encontrado en
aguas residuales, lo cual podría ser representativo de los genotipos circulantes en la
población. La distribución de este virus en muestras de efluentes de una planta de
tratamiento de aguas residuales en la ciudad de Córdoba, Argentina, fue comparada
10
con aquella observada en los casos clínicos de esta localidad. Se encontró que la
distribución proporcional de los genotipos del virus fue similar en aguas residuales y en
muestras clínicas durante los meses de frío [Barril y cols., 2010].
En 2011, Blanco Fernández y colaboradores, en Córdoba, Argentina, realizaron un
trabajo en el que se evaluó la presencia de Norovirus en muestras de aguas residuales
y aguas colectadas del río Suquía, siendo éste el primer informe sobre detección y
caracterización del virus en aguas residuales en este país. Los Norovirus detectados
en este estudio estaban filogenéticamente más relacionados con otros de otras
regiones más que con secuencias locales anteriores. En las muestras ambientales, se
detectaron dos variantes genotípicas, una de las cuales se encontraba ampliamente
distribuida, reflejando co-circulación y posibilidad de recombinación [Blanco Fernández
y cols., 2011]. Más recientemente, en 2012, el mismo equipo de trabajo publicó un
estudio en el que fue evaluada la presencia de Norovirus en cinco ríos de Argentina
entre 2005 y 2011. Norovirus estuvo presente en todas las muestras, con diferentes
patrones en aguas impactadas por comunidades de diferentes tamaños. En ríos
afectados por poblaciones de tamaño medio, como Salta y Córdoba, sólo uno o dos
genotipos fueron hallados en invierno. Sin embargo, en la ciudad de Buenos Aires, con
mucha más población, el genotipo prevalente fue el mismo que el encontrado en Salta
y Córdoba, pero se encontraron también genotipos adicionales, sin una estacionalidad
clara. Análisis filogeográficos, filodinámicos y de difusión espacio-temporal fueron
realizados [Blanco Fernández y cols., 2012].
También en 2012, Poma y colaboradores establecieron un conjunto de datos a tomar
como línea de base para caracterizar la calidad del agua del río, identificar cambios en
el tiempo, y el diseño de una estrategia de seguimiento racional, para lo cual utilizaron
datos de un año de monitoreo mensual del río contaminado Arenales, en Argentina.
Los datos fueron analizados estadísticamente para correlacionar las variables
fisicoquímicas y microbiológicas, las variaciones estacionales y longitudinales de la
calidad del agua, y determinar la similitud entre los sitios de estudio. Los diferentes
virus y parásitos encontrados no se correlacionaban con la concentración de
coliformes termotolerantes. Dentro de los virus que fueron incluídos en este estudio, se
encontraban Norovirus y Adenovirus [Poma y cols., 2012].
11
1.3 Situación en Uruguay
_____________________________________________________________________
1.3.1 Monitoreo de aguas en Uruguay
El territorio uruguayo se encuentra comprendido dentro del acuífero Guaraní, una de
las mayores reservas de agua dulce en el mundo. Si bien nuestro país no cuenta
actualmente con problemas para suministrar el agua potable, es esencial una buena
gestión de uno de los recursos naturales más importantes, de impacto a nivel
económico y de la salud pública.
En Montevideo, el monitoreo de la calidad del agua lo realiza la Intendencia de
Montevideo, mientras que a nivel nacional, en el interior del país, es realizado por OSE
(Obras Sanitarias del Estado) en colaboración con la DINAMA (Dirección Nacional de
Medio Ambiente), participando también una red privada y pública de laboratorios
especializados. Los lugares monitoreados son: zonas costeras, la cuenca del Río
Santa Lucía, y en particular, la zona de Fray Bentos en torno a la planta Botnia. Los
controles específicos realizados incluyen diversos análisis físicos así como productos
químicos (cloros, nitratos, metanos, etc.). Los coliformes totales y termotolerantes son
los únicos agentes microbiológicos controlados, quedando por fuera virus y parásitos.
Esta situación determina que al día de hoy el conocimiento acerca de la circulación de
estos organismos patógenos en nuestro país, tanto en aguas de abastecimiento, en
aguas de recreación y en aguas servidas antes y después de su tratamiento, sea nulo
constituyendo así un riesgo importante para la población y el medio ambiente [Obras
Sanitaris del Estado, 2013].
La empresa estatal OSE tiene a su cargo el abastecimiento del agua potable a nivel
nacional y el sistema de saneamiento en el interior del país, realiza diferentes tipos de
tratamientos a las aguas residuales empleando diversas tecnologías en función de la
cantidad de población y las condiciones de los cuerpos receptores; éstos últimos
generalmente suelen ser ríos o mar abierto. La carga que accede a la planta de
tratamiento presenta dos flujos entremezclados, uno de agua y otro de barro. El flujo
de agua recibe un pre-tratamiento y luego el tratamiento en sí, cada uno compuesto
por etapas diferentes.
El pre-tratamiento consiste en procesos físicos de acondicionamiento del líquido
residual, para que no afecte y facilite los demás procesos de depuración. La primera
unidad, una reja, retiene elementos mayores a la separación entre las barras de la
misma. Cuanto mayor es el caudal, más rápido se depositan los materiales aguas
12
arriba de la reja, lo que tiende a obstruirla, debiéndose realizar una limpieza. En esta
instancia se puede encontrar con una unidad desarenadora, la cual recolecta toda la
arena y materiales similares, sedimentándola y evitando que esto suceda en las
unidades siguientes. También suelen construirse otras unidades para evitar problemas
posteriores: desengrasador, tanques de homogenización.
Luego, el tratamiento primario tiene el propósito de remover materia en suspensión y
flotante. El sistema más común es un sedimentador, que puede remover hasta el 60%
de los sólidos en suspensión y el 30% de la DBO (Demanda Biológica de Oxígeno),
pero no podrá remover suspensiones coloidales ni sólidos disueltos, para lo que se
necesita un tratamiento secundario. La sedimentación primaria también dispone de
digestores para barro sedimentado. Por último, las instalaciones poseen un espacio
para el secado de barro digerido, que una vez solidificado se extrae de la planta
debidamente acondicionado.
En el tratamiento secundario el objetivo es reducir la concentración de materia
orgánica. Para líquidos domésticos se usan generalmente procesos de oxidación
biológica, siendo los más comunes: filtros percoladores, procesos de barros o lodos
activados, lagunas aireadas y lagunas de estabilización. Muchos de estos procesos se
complementan con procesos de separación de sólidos de los efluentes, como
sedimentadores, espesadores de lodo y lechos de secado o filtros prensa de bandas o
centrífugas.
En el tratamiento terciario se aplican reactivos para favorecer la coagulación y
decantación de sales de fósforo y de nitrógeno, que no perjudican a la mayoría de los
cursos de agua en donde están disueltas, pero son nutrientes para las algas. Se
maximizan así los niveles de depuración del efluente que se verterá al curso receptor.
Existen tratamientos en los que se exponen los afluentes a luz ultravioleta. También
puede haber un vertido directo, donde no se aplica ningún tratamiento a la carga de
afluentes recogidos por la red de alcantarillado sanitario y se vierte directamente a
través de emisarios, en puntos alejados de los cursos de agua, con corrientes
apropiadas para autodepuración y alejamiento de zonas costeras inmediatas [Obras
Sanitaris del Estado, 2013].
1.3.2 Antecedentes de estudios de Rotavirus y otros virus entéricos en Uruguay
Uno de los primeros antecedentes del estudio de Rotavirus en Uruguay fue un estudio
realizado por Torres y colaboradores en el año 2001. En este trabajo se estudiaron
13
256 casos de diarrea en niños de entre 1 a 20 meses de edad con diarrea persistente
o aguda del Hospital Pereira Rossell en la ciudad de Montevideo. Los resultados
obtenidos mediante inmunoensayo indicaron que un 16,4% de las muestras fueron
positivas para Rotavirus [Torres y cols., 2001].
En 2003, se determinaron genotipos de Rotavirus por primera vez en el país, donde se
detectó al virus mediante PCR convencional en un 32% de los casos de diarrea de
niños menores de 2 años que realizaron una consulta o necesitaron tratamiento
médico en el período 1996-1999 en la institución de salud CASMU de Montevideo
[Berois y cols., 2003]. En este estudio se detectó el serotipo G1, del cual se detectaron
dos linajes; el serotipo G2 que estuvo presente en 1997 y el G4, que agrupó con cepas
argentinas, durante 1998.
En 2008, se finalizó un trabajo en el que se estudió la variabilidad genética de
Rotavirus en 23 muestras clínicas provenientes de la institución de salud CASMU de
Montevideo, detectándose, mediante RT-PCR y posterior análisis filogenético, al
genotipo G2 en un 30% de las muestras y al G9 en un 70%, sin detectarse genotipos
comunes (G1, G3 y G4) y detectándose al genotipo G9 por primera vez en el país
[Alberti, 2008]. Luego, en 2010, se realizó un estudio en el cual se caracterizaron
genotípicamente 41 muestras clínicas provenientes de pacientes pediátricos del
Hospital Pereira Rossell del año 2002, donde se detectó mediante multiplex RT-PCR
que un 48,7% de las muestras fueron G4P[8] [Bengochea, 2010].
Los trabajos sobre el estudio de Rotavirus en muestras ambientales en nuestro país
son trabajos pioneros que han sido enmarcados, en conjunto con el desarrollo de esta
tesina, en un proyecto CSIC I + D titulado “Detección de virus entéricos en aguas
residuales y tratadas en Uruguay” [CSIC, 2010]. Dentro de éstos estudios, se
encuentra un monitoreo cualitativo y cuantitativo de Rotavirus, Astrovirus y Norovirus
en aguas residuales de afluentes, efluentes tratados con UV y efluentes sin
tratamiento con UV en dos PTAR en las ciudades de Melo y Treinta y Tres. En ambos
puntos de colecta, al menos uno de los virus fue detectado en el 57% de las muestras
(16/28), Norovirus y Astrovirus en un 39%, mientras que Rotavirus se halló en un 32%.
En la mayoría de los casos el tratamiento de las plantas logró reducir o incluso eliminar
la carga viral de las distintas muestras [Lizasoaín, 2012].
Más allá del proyecto mencionado, también un trabajo pionero en el área, es aquel en
el cual se determinó por primera vez la presencia de Rotavirus del grupo A, Norovirus
y Enterovirus en cuatro puntos de colecta sobre el río Uruguay: Fray Bentos,
Paysandú, Salto y Bella Unión, observándose una gran circulación de éstos virus,
14
principalmente en Paysandú. Rotavirus se halló en un 48,5% de las muestras,
Enterovirus en un 41,6%, Norovirus GII en un 39,4% y Norovirus GI en un 21%. Este
estudio indica la alta contaminación de aguas residuales por estos virus, vertidas
directamente sobre este río, lo cual indica un riesgo para la población que entra en
contacto con este curso de agua [García, 2012].
En otro trabajo realizado en 2012 en nuestro país, se muestrearon aguas de los
vertederos de la zona este de la costa de Montevideo, analizándose 30 muestras de
agua residual. Se detectó mediante PCR convencional, Norovirus GII en un 30% de
las muestras y GI en un 3,3%, y mediante PCR en tiempo real se detectó Norovirus GII
en un 33% y GI en un 13,3%. Mostrándose un incremento de un 6,6% en la
sensibilidad de la PCR en tiempo real por sobre la convencional [Alberti, 2012].
Por otra parte, se estudió la presencia de tres virus entéricos en aguas recreacionales
en 3 microcuencas del área metropolitana, ciudad de Barros Blancos, Canelones. Las
aguas testeadas fueron de cañadas, cunetas, tajamares, pozos, haciendo a un total de
16 cuerpos de agua, todos muy relacionados con el baño y recreación de la población.
Por PCR convencional, se halló un 50% de las muestras que fueron positivas para
Norovirus en los dos primeros muestreos, disminuyendo luego las detecciones. Este
estudio de aguas recreacionales fue ampliado con valores obtenidos tras otras
detecciones virales, de indicadores bacterianos y de parásitos; entre los demás virus
se detectó Rotavirus en un 56% en el primer muestreo, disminuyendo en los restantes;
y Picobirnavirus con un máximo de 19% en el tercer muestreo [CEUTA, 2013].
1.4 Los Rotavirus
_____________________________________________________________________
1.4.1 Generalidades de Rotavirus
Rotavirus, virus entéricos transmitidos por vía fecal-oral, es la causa más común de
gastroenteritis infecciosa en infantes y niños de corta edad
tanto en países
desarrollados como en países en desarrollo (Fig. 1.1). La infección normalmente se
manifiesta con nausea, malestar, dolor de cabeza, calambres abdominales, diarrea y
fiebre; incluso puede ser asintomática. El tiempo de incubación de la enfermedad
diarreica provocada por este virus es de menos de 48 horas [Anderson y Weber, 2004,
Estes y Kapikian, 2007].
15
La resistencia a la inactivación, así como también la alta carga viral en heces, pueden
contribuir a la transmisión eficiente del Rotavirus humano. Esto se concluye de la
estabilidad observada en varios Rotavirus humanos y animales a temperatura
ambiente y en bajas dosis. Sin embargo, una alta humedad relativa, de alrededor de
80%, resulta en una rápida pérdida de la infectividad del Rotavirus humano [Estes y
Kapikian, 2007].
Los Rotavirus desarrollan un patrón de infección estacional con picos epidémicos en
los meses más fríos de cada año. La causa de esto se desconoce, pero la influencia
de una humedad relativa baja ha sido sugerida como un factor que favorece la
supervivencia de Rotavirus en superficies. Sin embargo, una correlación entre la
humedad relativa con el patrón temporal de infección no ha sido observada [Estes y
Kapikian, 2007].





Fig. 1.1. Incidencia estimada de muertes por diarrea causada por Rotavirus por 100000 niños menores de 5 años de
edad (extraído de Chandran y cols., 2010).
1.4.2 Estructura y genoma
Los Rotavirus son virus no envueltos de 70-75 nm de diámetro, caracterizados por
poseer un genoma de ARN doble cadena de 11 segmentos, cubierto por tres capas
proteicas concéntricas con simetría icosaédrica, que codifican seis proteínas
estructurales y seis no estructurales [Greenberg y Estes, 2009]. La apariencia
morfológica de las partículas virales de Rotavirus es distintiva, pudiendo visualizarse
tres tipos de partículas por microscopía electrónica. Las partículas completas se
16
asemejan a una rueda con rayos cortos y bien definidos y con borde homogéneo, de
ahí su nombre (del latín rota: rueda). La partícula infecciosa completa también se
denomina TLP, del inglés “triple-layered particle”. Las partículas que carecen de la
capa más exterior, DLPs (double-latered particles), se describen como partículas
rugosas debido a que muestran subunidades triméricas proyectándose en la periferia
de la cápside interna; y las partículas más sencillas, aquellas con sólo la capa más
interna, las SLPs (single-layered particles) o “cores” [Charpilienne y cols., 2001, Estes
y Kapikian, 2007] (Fig. 1.2).
Fig. 1.2. Micrografía electrónica del virus SA11, A: DLPs, B: TLPs. (Barra equivale a 100nm.). (Adaptado de Crawford
y cols., 1994)
La secuencia nucleotídica de los 11 segmentos de ARN doble hebra de Rotavirus es
conocida para varias cepas de Rotavirus. La cepa prototipo SA11 de simio fue el
primer genoma completamente secuenciado, con segmentos que van desde 3.302 pb
(segmento 1) hasta 667 pb (segmento 11) [Estes y Kapikian, 2007, Ramig y cols.,
2005]. Las secuencias de las diferentes cepas de Rotavirus muestran características
generales de estructura en cada uno de los segmentos genómicos. (Fig. 1.3; Fig. 1.4).
Cada segmento de ARN en la hebra de sentido positivo comienza con dos guanidinas
en el extremo 5’ seguidas por un conjunto de secuencias conservadas que forman
parte de una secuencia 5’ no codificante (UTR: “untranslated region”, 9-49 nucleótidos
(nt)). Sigue un marco abierto de lectura (ORF) codificante para el producto proteico
que termina con el codón stop siguiente (en el caso del segmento 11 los ORF son
dos), y luego otro fragmento no codificante conteniendo un subconjunto de secuencias
3’ terminales conservadas (3’ UTR, 17-182 nt) y terminando con dos citidinas en el
extremo 3’ terminal. La mayoría de los ARNm terminan con la secuencia consenso 5’UGUGACC-3’, que contienen señales importantes para la expresión génica y la
replicación genómica, y los últimos cuatro nucleótidos de los ARNm pueden funcionar
como potenciadores de la traducción. La longitud de las secuencias 3’ y 5’ no
codificantes varían para los diferentes genes, pero las regiones no codificantes de
cepas homólogas están altamente conservadas, y ninguna señal de poliadenilación es
encontrada en el 3’ de los genes. Todos los genes secuenciados poseen al menos un
17
gran ORF luego de cada primer codón de iniciación, aunque algunos genes tienen
ORFs en fase, como en el caso de los genes 7, 9 y 10, o fuera de fase, como el caso
del único gen que no es monocistrónico, el gen 11 [Estes y Kapikian, 2007].
Fig. 1.3. Características generales de la estructura de los genes de Rotavirus (Adaptado de Estes y Kapikian, 2007)
Fig. 1.4. Los 11 segmentos de ARN doble hebra del virus de simio SA11 se muestran separados por migración en gel
de poliacrilamida. Cada segmento genómico numerado codifica para al menos una proteína, proteína viral (VP) o
proteína no estructural (Adaptado de Hyser y Estes, 2009).
Como ya se anticipó desde el punto de vista morfológico, la cápside consiste en tres
capas concéntricas. La capa más externa del virus infeccioso, de geometría
icosaédrica con T=13, se compone de la glicoproteína VP7 y de la hemaglutinina VP4,
18
formando púas diméricas. La proteína VP4 es clivada in vitro por la tripsina para dar
lugar a VP5 y VP8, que parecen tener un papel importante en la adsorción celular
[Anderson y Weber, 2004, Ludert y cols., 1996]. La capa intermedia la componen
trímeros de la proteína VP6 organizados en un entramado icosaédrico con un T=13.
La capa más interna, con un T=1, está compuesta por 120 moléculas de la proteína
VP2 de 102 KDa, la cual tiene un dominio de unión al ácido nucleico se encuentra
localizado entre los aminoácidos 1 y 132, y encierra los 11 segmentos de ARN doble
cadena. Canales acuosos penetran las capas de VP6 y VP2, permitiendo acceder al
interior de la partícula a los cationes divalentes y nucleótidos [McClain y cols., 2010,
Prasad y cols., 1988, Zeng y cols., 1994] (Fig. 1.5).
Los complejos de la polimerasa viral, que consisten en una ARN polimerasa ARN
dependiente (VP1) y guanilil transferasa (VP3), se encuentran asociados a la
superficie interna de la capa de VP2, próximos a la mayoría de los doce ejes múltiples
[Li y cols., 2009, McClain y cols., 2010, Prasad y cols., 1996]. VP3 además de unirse al
ARN formando complejos con la polimerasa VP1, es la encargada de incorporar la
caperuza en el extremo 5’ de los ARNm virales [Estes y Kapikian, 2007]. La
sincronización del empaquetamiento genómico y la replicación es regulado en parte
por las interacciones entre VP1 y el core formado por VP2 [Guglielmi y cols., 2010,
McDonald y Patton, 2009].
La polimerasa se une a la secuencia consenso 3’ del ARNm de manera que mantiene
el extremo terminal del ARN de polaridad positiva fuera del registro del sitio activo de
la enzima, produciendo un complejo estable catalíticamente inactivo [Lu y cols., 2008].
Ha sido hipotetizado que la polimerasa durante su empaquetamiento, unida al ARN y
estando autoinhibida, se activa subsecuentemente cuando es unida por VP2
[Guglielmi y cols., 2010, Lu y cols., 2008, McDonald y cols., 2009]. Tras la activación
de VP1, la secuencia consenso 3’ funciona como un promotor mínimo, ayudando al
inicio de la síntesis del ARN de polaridad negativa dentro del core de la partícula
[Tortorici y cols., 2010, Wentz y cols., 1996].
19
Fig. 1.5. Ubicación de las diferentes proteínas estructurales en la partícula viral de Rotavirus. (Adaptado de Infección
por Rotavirus, 2010)
La proteína mayor de cápside, VP6, que como ya se mencionó, fue la primera utilizada
para la clasificación de Rotavirus, comprende más del 80% de la masa de la partícula
y presenta una estructura cristalográfica organizada en dos dominios: el dominio
superior con una estructura tipo sándwich β, como en otras proteínas virales de
cápside, y un dominio inferior con un arreglo característico de α hélices [Charpilienne y
cols., 2002, Estes y cols., 1985]. La presencia de esta proteína en el virus se asocia a
la actividad de la polimerasa viral. En el interior del citoplasma de la célula infectada,
donde la partícula se encuentra como DLP, la falta de VP6 hace a la partícula viral
transcripcionalmente inactiva [Bican y cols., 1982]. Las capa formada por las 780
moléculas de VP6 arregladas en trímeros interacciona con la capa de la proteína VP2
subyacente predominantemente a través de superficies hidrofóbicas, aunque la base
de la capa de VP6 muestra un potencial electrostático de superficie global negativo
[Charpilienne y cols., 2002, Estes y Kapikian, 2007].
20
La cápside más externa de Rotavirus se conforma por 260 trímeros de la glicoproteína
VP7, de 37 KDa, la proteína externa más abundante que conforma la superficie lisa de
la partícula [Ludert y cols., 2002]. Esta glicoproteína une calcio y se ha visto que, “in
vitro”, la quelación del mismo resulta en la solubilización de la cápside externa del
virión [Cohen y cols., 1979, Dormitzer y cols., 2000]. Recientemente, se halló que VP7,
así como también VP4, cuentan con motivos de unión a secuencias, miembros de la
familia de las α/β integrinas, que han sido propuestos como mediadores en la
adsorción y entrada del virus a la célula hospedadora [Guerrero y cols., 2000, Hewish
y cols., 2000]. Es VP7 quien interactúa con la punta de los trímeros de VP6, y se utiliza
para la clasificación de estos virus, según su genotipo, en los distintos G-tipos [Estes y
Kapikian, 2007].
La cápside más externa del virión también está compuesta por 60 dímeros de la
proteína de 88 KDa, VP4. El clivaje proteolítico de VP4 en dos subunidades no
asociadas covalentemente, VP8*, de 28 KDa, y VP5* de 60 KDa, potencian de gran
manera la infectividad viral [Gilbert y Greenberg, 1998]. Este proceso “in vivo” ocurre
en el lumen del intestino, mientras que “in vitro” se lleva a cabo por la tripsina,
proteasa específica por el clivaje luego de los residuos de arginina y lisina. VP8*, la
porción amino-terminal de VP4, es la subunidad involucrada en la unión a receptores
específicos en la superficie de célula, mientras que VP5*, la porción carboxilo-terminal,
contiene motivos de secuencia que se creen involucrados en la penetración del virus
en la célula hospedera. Se cree que estos procesos de unión hacen a cambios
conformacionales. Según esta proteína se clasifica a los Rotavirus en los diferentes Ptipos [Fiore y cols., 1991, Gilbert y Greenberg, 1998, Kalica y cols., 1983, Ruggeri y
Greenberg, 1991].
El ARN de Rotavirus, además de codificar las seis proteínas virales (VP) que
conforman la cápside viral, codifica seis proteínas no estructurales (NSP), cuyas
funciones están menos definidas en cuanto a sus roles en el ciclo replicativo del virus.
La proteína NSP1, codificada por el segmento 5, es una proteína básica con un
dominio en dedos de zinc en su extremo amino terminal une el ARN, e interactúa y
degrada el factor 3 regulador de interferón, IRF-3 [Estes y Kapikian, 2007, Graff y
cols., 2002].
La proteína NSP2, como también la NSP5, están asociadas con los intermediarios de
replicación “in vivo”, sugiriendo que podrían participar en eventos tempranos de la
21
replicación del ARN viral [Aponte y cols., 1996, Patton y Gallegos, 1988]. NSP2 posee
una actividad desestabilizante de hélice y actividad nucleósido trifosfatasa, indicando
un posible rol en desenrollar y empacar el ARN viral [Jayaram y cols., 2002,
Taraporewala y cols., 1999, Taraporewala y Patton, 2001]. NSP5 es una fosfoproteína
O-glicosilada que se autoensambla en dímeros, tiene una actividad de unión al ARN
no específica y una actividad autoquinasa [Blackhall y cols., 1997, González y
Burrone, 1991, Vende y cols., 2002]. La coexpresión de NSP2 y NSP5 en células no
infectadas genera estructuras similares a viroplasma, donde NSP2 regula la
hiperfosforilación de NSP5 [Afrikanova y cols., 1998, Fabbretti y cols., 1999]. El rol de
NSP6, proteína la cual es codificada por un marco abierto de lectura alternativo del
gen 11, en el proceso de replicación permanece sin conocerse, pero ha sido sugerido
un rol regulatorio en su asociación con NSP5 [Estes y Kapikian, 2007].
La traducción de los ARNm virales que poseen un Cap pero no están poliadenilados
es facilitada por la acción de la proteína no estructural NSP3. Esta proteína funciona
de la misma forma que la proteína celular “poly(A) binding protein” (PABP),
interactuando el extremo
amino terminal con el 3’ de la secuencia consenso del
ARNm viral y el extremo C-terminal con eIF4G como lo hace PABP, pero con mayor
afinidad. Este evento conduce a NSP3 a desalojar a PABP de eIF4G para el
potenciamiento de la traducción de los ARNm de Rotavirus y la concomitante
incapacidad de traducción de los ARNm celulares [Vende y cols., 1998].
La proteína NSP4, la única no estructural que no se une al ARN, tiene múltiples
dominios y un número de funciones en aumento, entre ellas: un rol clave en el proceso
de ensamblaje. NSP4 ha sido estudiada extensivamente por su rol en la morfogénesis
viral y porque funciona como una enterotoxina. El dominio C-terminal citoplasmático
(aa 161 al 175) funciona en la morfogénesis viral actuando como un receptor
intracelular en la membrana del retículo endoplasmático (RE), uniendo las DLPs y
ayudando al desnudamiento de estas partículas dentro del lúmen del RE. Este rol de
receptor de NSP4 es apoyado por la observación de los DLPs unidos a la membrana
del RE conteniendo sólo NSP4. La glicosilación de NSP4 no es requerida para unir a
los DLPs o para la oligomerización, pero es requerida para su interacción con la
calnexina. NSP4 también tiene un sitio de unión para VP4, y jugaría un rol en remover
la envoltura transitoria [Estes y Kapikian, 2007].
En 1996, fue demostrado que NSP4 inducía diarrea dependiendo de la edad en un
modelo animal de ratones que imitaban la enfermedad causada por infección por
Rotavirus, y esto ha sido confirmado para proteínas NSP4 de varios Rotavirus, del
22
grupo A y de otros. Estos resultados explican cómo NSP4 podría actuar como factor
de virulencia [Ball y cols., 1996, Horie y cols., 1999].
1.4.3 Clasificación
Los Rotavirus se encuentran clasificados en el género Rotavirus, dentro de la familia
Reoviridae, conjuntamente con los géneros: Orthoreovirus, Orbivirus, Coltivirus,
Aquareovirus,
Cypovirus,
Fijivirus,
Phytoreovirus,
Oryzavirus,
Seadornavirus,
Idnoreovirus y Mycoreovirus (Tabla 1) [Mertens y cols., 2005].
TABLA 1. Clasificación de Rotavirus grupo A
Familia:
Reoviridae
Géneros:
Aquareovirus
Rotavirus
Grupos:
Infectan:
Seadornavirus
Rotavirus A
Animales y humanos
Orbivirus
Rotavirus B
Animales y humanos
Orthoreovirus
Rotavirus C
Animales y humanos
Oryzavirus
Rotavirus D
Animales
Fijivirus
Rotavirus E
Animales
Idnoreovirus
Rotavirus F
Animales
Mycoreovirus
Rotavirus G
Animales
Coltivirus
Cypovirus
Phytoreovirus
Los Rotavirus están clasificados serológicamente por un esquema que presenta la
presencia de múltiples grupos (serogrupos) y múltiples serotipos dentro de cada grupo.
Un grupo de Rotavirus (o serogrupo) incluye virus que comparten antígenos de
reacción cruzada que son detectables por varios métodos serológicos como lo son la
Inmunofluorescencia,
immunosorbent
el
assay”),
ensayo
e
IEM
inmunoenzimático
(inmuno
ELISA
electromicroscopía).
(“enzyme-linked
Los
Rotavirus
comprenden siete diferentes grupos (A-G), donde los grupos A, B y C son encontrados
tanto en humanos como en animales, mientras que los Rotavirus de los grupos D, E, F
y G hasta ahora sólo han sido encontrados en animales. Los determinantes
antigénicos, o antígenos comunes, son encontrados en la mayoría de las proteínas
estructurales, y probablemente en varias de las proteínas no estructurales [Estes y
Kapikian, 2007].
23
La primera proteína de Rotavirus usada para su clasificación fue la proteína estructural
VP6. VP6 es una proteína altamente inmunogénica en el virión [Ciarlet y Estes, 2002,
Svensson y cols., 1987] y los ensayos inmunológicos más sensibles están basados en
la detección de esta proteína. Esta proteína posee distintos epítopes que permiten
distinguir especificidades de subgrupos (SG) de Rotavirus A: virus SG I, SG II, SG I +
II, o SG no-I, no-II Más recientemente, basado en la caracterización molecular, sólo
dos grupos (denominados genogrupos) fueron distinguidos dentro de los Rotavirus
humanos del grupo A (genogrupo I: SGI; genogrupo II: SG II, SG I + II y SG no-I, no-II)
[Ciarlet y Estes, 2002, Estes y Kapikian, 2007].
Los Rotavirus del grupo A están clasificados en serotipos, definidos por la reactividad
de los virus en ensayos de neutralización utilizando suero hiperinmune. Con estos
ensayos 15 serotipos de VP7, o G-tipos (por glicoproteína) han sido identificados,
pudiendo abarcar cada uno cepas de origen animal y humano. Los ensayos de
neutralización pueden medir la reactividad de un anticuerpo contra los dos antígenos
neutralizantes de la cápside externa (VP7 y VP4). Sin embargo, en la mayoría de los
casos, la actividad detectada predominante es con la glicoproteína VP7, ya que la
misma abarca un mayor porcentaje de la cápside externa del virión; o,
alternativamente, con hiperinmunización, VP7 induce selectivamente anticuerpos
altamente específicos [Estes y Kapikian, 2007].
En algunos casos, una cepa de Rotavirus no reacciona claramente en ensayos de
neutralización recíprocos con antisuero hiperinmune, lo cual usualmente se debe a
que los dos virus comparados poseen distintas formas inmunogénicas de la proteína
VP4, la cual también es un antígeno neutralizante, que induce una respuesta humoral
[Estes y Kapikian, 2007].
Los Rotavirus son clasificados en un sistema binario, similar al usado con virus
influenza, en el cual distintos serotipos de VP4 y VP7 son reconocidos. Sin embargo,
la falta de un suero de tipificación fácilmente disponible o de anticuerpos monoclonales
para diferentes tipos de VP4 ha obstaculizado la clasificación de los serotipos de VP4
o P-tipos (por proteína sensible a proteasa). Es por esto que las propiedades de VP4
han sido estudiadas principalmente por análisis de secuencia, detectándose genotipos
diferentes de VP4. Para VP7, ha sido establecida una correlación entre genotipo y
serotipo [Estes y Kapikian, 2007].
24
1.4.4 Epidemiología molecular
Hasta el momento se han reportado a partir de estudios genómicos al menos 27 G-
tipos y 35 P-tipos en especies de mamíferos y aves [Matthijnssens y cols., 2011,
Santos y Hoshino, 2005, World Health Organization, 2012], de los cuales 12 G-tipos y
15 P-tipos han sido encontrados infectando humanos. Alrededor de un 90% de las
cepas humanas de Rotavirus incluyen las combinaciones: P[8]G1, P[4]G2, P[8]G3,
P[8]G4 y P[8]G9, de las cuales la cepa con la combinación P[8]G1 representa la
combinación más comúnmente encontrada [Santos y Hoshino, 2005].
Castello y colaboradores en 2004 publicaron una revisión de 9 años a la fecha de las
cepas de Rotavirus circulantes en América Latina. Para esto se tomaron en cuenta 15
estudios de 5 países, juntando un total de 1989 muestras. Del total de las muestras,
12% eran de infecciones múltiples con más de una cepa, y 20 % no fueron totalmente
tipificables. Del resto de las muestras, 1354, que fueron totalmente tipificadas, 83%
mostraron 4 cepas comunes: P[8]G1 (40%), P[4]G2 (30%), P[8]G3 (6%), P[8]G4 (7%).
Las cepas inusuales, como las G5, eran comunes en la región; las cepas G9
emergentes se distribuían ampliamente; varios reordenantes entre cepas humanas y
animales también fueron halladas; y algunos serotipos comunes, como G3 y G4,
fueron de origen animal. También se halló un serotipo inusual, G12, en muestras
argentinas detectadas en el último tiempo del estudio [Castello y cols., 2004].
En 2011, Linhares y colaboradores realizaron una revisión sistemática y un análisis de
toda la evidencia disponible reportada entre 1990 y 2009 sobre el peso de la
enfermedad por Rotavirus y la circulación de cepas en Latinoamérica y El Caribe. En
este trabajo se encontró que el G-tipo detectado más comúnmente fue G1 (34,2%),
seguido de G9 (14,6%) y G2 (14,4%); mientras que los P-tipos más prevalentes
detectados fueron: P[8] (56,2%), P[4] (22,1%) y P[1] (5,4%). Las asociaciones P-G tipo
más comunes fueron: P[8]G1 (17,9%), P[4]G2 (9,1%) y P[8]G9 (8,8%) [Linhares y
cols., 2011].
Contrario a los datos reportados tras este trabajo, en Norteamérica y Europa los
serotipos G1-G4 ocurren en más del 95% de las infecciones por Rotavirus, con sólo
las cepas G1 representando un 70% [Sanchez Padilla y cols., 2009]. Estas diferencias
son esperadas debido a la diversidad de tipos antigénicos y a la combinación de cepas
de Rotavirus que parecen darse más en los países en desarrollo [Estes y Kapikian,
2007].
25
Los P-tipos P[8] y P[4], como se indicó, son los predominantes en Latinoamérica y El
Caribe, pero los porcentajes son mayores en Europa y Norteamérica y menores en
África [Santos y Hoshino, 2005, Steele y cols., 2003]. G9 combinado con P[8] o P[6] es
el segundo G-tipo más frecuente, y su circulación global se refleja en que la cantidad
de países que reportan estas cepas ha aumentado notablemente en los últimos 10
años [Gentsch y cols., 2005, Iturriza Gomara y cols., 2001, Santos y Hoshino, 2005,
Steele y cols., 2003]. En la región, una alta prevalencia de cepas G9 ha sido detectada
en Brasil desde 1998, y en Argentina y Paraguay desde 1999 [Bok y cols., 2001,
Coluchi y cols., 2002, Leite y cols., 2008, O’Ryan y cols., 2001]. Otros estudios
recientes también han reportado la presencia del genotipo G5 en Brasil [Alfieri y cols.,
1996, Leite y cols., 1996], Argentina [Bok y cols., 2001] y Paraguay [Coluchi y cols.,
2002]. En nuestro país, un estudio mostró el resultado del procesamiento de 23
muestras positivas para Rotavirus provenientes del hospital CASMU de Montevideo
del año 2006, donde se encontraron los genotipos G2 y en G9 en un 30% y 70%,
respectivamente. Sin detectarse otros genotipos más comunes como G1, G3 y G4,
este trabajo se destaca por ser la primera ocasión en la que se detecta al genotipo G9
en el país, además de ser el más prevalente del mismo [Alberti, 2008].
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), son dos las vacunas
recomendadas contra Rotavirus humano. Una de ellas, Rotarix®, es una vacuna
atenuada de RVA humano, monovalente, diseñada a partir de una cepa humana
G1P[8], el genotipo más prevalente a nivel mundial. De hecho se ha visto que niños
infectados con una cepa de este genotipo desarrollan amplias respuestas de
neutralización con reactividad cruzada con los otros genotipos mayormente detectados
en humanos en todo el mundo: G3P[8], G4[8], G9P[8] y G2P[4]. Y la otra vacuna,
RotaTeq®, es una vacuna pentavalente, diseñada a partir de cepas reordenantes
bovinas-humanas, todas las cuales derivan de una cepa parental bovina con un único
gen de VP4 o VP7 de origen humano. Esta última vacuna fue formulada para contener
los genotipos: G1, G2, G3, G4 y P[8] [Angel y cols., 2007].
26
2.
Objetivos
2.1 Objetivos generales
_____________________________________________________________________

Evaluar la presencia de Rotavirus en aguas residuales tratadas así como en el
afluente de dos plantas de saneamiento de O.S.E., de forma de contribuir a
determinar la diseminación ambiental de este virus.
2.2 Objetivos específicos
_____________________________________________________________________

Monitoreo de Rotavirus en un sistema de lagunas de la localidad de Ecilda
Paullier y una planta de tratamiento terciario de aguas residuales con radiación
UV en la ciudad de Canelones, de manera bimensual durante un año.

Concentración de las partículas virales a partir de muestras ambientales.

Detección y cuantificación del genoma viral.

Caracterización molecular y análisis filogenético de los genomas de Rotavirus
detectados.
27
3. Materiales y métodos
3.1 Muestreo
_____________________________________________________________________
Se realizaron 7 muestreos bimensuales en dos diferentes sistemas de tratamiento de
aguas residuales: una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR), ubicada en
la ciudad de Canelones, y un sistema de lagunas (SL), ubicado en la localidad de
Ecilda Paullier (Fig. 3.1). La PTAR de Canelones es una planta de tratamiento terciario
donde se emplea un tratamiento con radiación UV, con un caudal 4.293 m³/d,
cubriendo una población de 19.700 habitantes. Por su parte, el SL de Ecilda Paullier
consta de tres lagunas de diferente composición, donde el agua del afluente pasa
primeramente a una laguna anaerobia, luego a una laguna facultativa, y por último a
una laguna de maduración, de menor profundidad. En ésta última planta, el caudal es
de 188 m³/d, y cubre una población de 2.600 habitantes.
Fig. 3.1. Ubicación geográfica de los sistemas de tratamiento de aguas residuales estudiados en el presente trabajo.
28
3.2 Concentración de las partículas virales
_____________________________________________________________________
El procedimiento aplicado en la concentración de partículas virales presentes en aguas
se basó en las técnicas descritas por Pina y colaboradores 1998 y modificado por Bofill
y colaboradores (2000) [Bofill Mas y Girones, 2000, Pina y cols., 1998], y se detalla a
continuación. Se centrifugan 42 ml de la muestra una hora a 40.000 rpm, a 4 oC
(ultracentrífuga Beckman, rotor 60Ti). Se descarta el sobrenadante y se resuspende el
sedimento con 4 ml de glicina 0.25 N, pH 9.5, colocando la resuspensión en tubo
Nalgene OAK Ridge. Se incuba con hielo 30 minutos, agitando cada 5 minutos. Se
agregan 4 ml de PBS 2X frío y 100 µl de fago PP7 como control interno, y se
centrifuga 20 minutos a 12.000 rpm. Se recupera el sobrenadante, se coloca en tubo
de ultrcentrífuga, y se centrifuga una hora a 110.000 xg, a 4 oC (ultracentrífuga
Beckman, rotor 60Ti). Se descarta el sobrenadante y se resuspende el sedimento en
300 µl de PBS 1X, el guarda a -80 oC.
3.3 Extracción de ARN genómico
_____________________________________________________________________
Para esta etapa se empleó el sistema comercial de extracción de ARN viral (Qiagen,
QIAamp Viral RNA Mini Kit), siguiendo las indicaciones del proveedor. Primeramente
se tomó un volumen de 560 µl de buffer AVL conteniendo 5.6 µl de carrier de ARN, el
cual se adicona con el fin de aumentar la unión del ácido nucleico viral a la membrana
del kit y reducir las posibilidades de degradación del ARN viral. Se agregan 140 µl de
la concentración de partículas virales obtenidas en el paso anterior, se agita por 15
segundos y se incuba a temperatura ambiente (15-25 oC) durante 10 minutos. Se
agregan 560 µl de etanol (96-100%) y se agita por 15 segundos. Esta solución se
agregan a una columna Mini QIAmp y se centrifuga 1 minuto a 8.000 rpm, descartando
el filtrado. Se agregan 500 µl del buffer AW1 y se centrifuga 1 minuto a 8.000 rpm,
descartándose el tubo conteniendo el filtrado. Luego se agrega el buffer AW2, 500 µl,
y se centrifuga 3 minutos a velocidad máxima (13.400 rpm). Por último, se coloca la
columna en un tubo nuevo de 1.5 ml, descartando el anterior tubo colector. Se
agregan 60 µl del buffer AVE, se incuba a temperatura ambiente por 1 minuto y se
centrifuga 1 minuto a 8.000 rpm, conservándose el filtrado, el cual se almacena a -80
o
C.
29
3.4 Detección del genoma viral
_____________________________________________________________________
La etapa de detección del genoma viral se realizó mediante técnicas de biología
molecular, más precisamente una retrotranscripción (RT) seguido de una PCR,
específica contra una región conservada del genoma. Para la RT se empleará
oligonucleótidos hexaméricos randómicos los cuales son utilizados para obtener un
ADN copia de todo el ARN que haya en la mezcla. En el siguiente paso de PCR se
amplificará parte del gen de la proteína de la cápside intermedia de Rotavirus: VP6,
mediante la utilización de primers específicos [Tabla 2] y siguiendo los protocolos
descritos por Logan y colaboradores (2002) para detectar un fragmento de 140 pb
[Logan y cols., 2002]. Los productos se analizarán por electroforesis en gel de agarosa
1,5%.
En la etapa de RT se toman 8 µl de la suspensión obtenida en el paso de extracción y
se desnaturaliza el ARN doble hebra a 65 oC durante 5 minutos con 0.8 µl de
oligonucleótidos hexaméricos (300 ng/µl), 1µl de dNTPs (10 mM) y 0.2 µl de agua
desionizada estéril. Se mantiene en hielo durante 3 minutos para que los
oligonucleótidos se hibriden con el ARN doble hebra. Se agregan 10 µl de una mezcla
conteniendo 4 µl de buffer 5X First Strand Tris-HCl (250mM, pH 8,3, Invitrogen Inc.), 2
µl de DTT (0,1 M), 0.5 µl de RNAsa OUT (10U/µl, Invitrogen Inc.), 1 µl de la enzima
Superscript II (200U/µl, Invitrogen Inc.) y 2.5 µl de agua desionizada estéril. Se realiza
un ciclado de 10 minutos a 25 oC, 50 minutos a 42 oC, y 10 minutos a 70 oC.
Para la PCR se toman 2.5 µl del ADNc obtenido en la RT y se mezclan con 22.5 µl de
una mezcla conteniendo 0.25 µl de la polimerasa Taq Pol (5 U/µl, Fermentas) con 2.5
µl de buffer 10X Tris-HCl con KCl (100 mM, pH 8,8), 1 µl de MgCl2 (25 mM), 0.5 µl de
dNTPs (10 mM), 0.5 µl cebadores específicos (10 µM) y 16.25 µl de agua desionizada
estéril. Se mantiene 3 minutos a 94 oC para inactivación, y se dan 40 ciclos de los
cuales cada uno comprende: desnaturalización durante 30 segundos a 94 oC,
hibridación por 45 segundos a 50 oC y polimerización durante 45 segundos a 72 oC;
finalmente, un ciclo de 7 minutos a 72 oC.
30
TABLA 2. Oligonucleótidos para la detección de VP6
Gen target
Cebadores
Rotavirus A RotaA-fwd1
(VP6)
RotaA-fwd2
RotaA.rev1
RotaA.rev2
Secuencia (5’-3’)
Posición
GGATGTCCTGTACTCCTTGTCAAAA
GGAGGTTCTGTACTCATTGTCAAAAA
TCCAGTTTGGAACTCATTTCCA
TCCAGTTTGAAAGTCATTTCCATT
26-50
26-51
170-149
170-147
Para el caso del fago control, PP7, la amplificación se lleva a cabo de la misma
manera que para el caso de la proteína VP6 de Rotavirus, pero los primers específicos
son
247f
(5’
GTTATGAACCAATGTGGCCGTTAT
3’)
y
320r
(5’
CGGGATGCCTCTGAAAAAAG 3’) para detectar un fragmento de 74 pb [Rajal y cols.,
2007].
El material genético se visualizó en geles de agarosa al 2%, utilizándose 1 µl de
GoodView® cada 20 ml de gel.
3.5 Genotipificación del genoma viral
_____________________________________________________________________
La determinación de los G y P-tipos presentes en las muestras se realizó mediante
una PCR anidada, en la que se amplifica directamente un fragmento conservado de
los genes que codifican para cada las proteínas VP7 y VP4. En esta PCR semianidada se parte de un fragmento obtenido en una primera ronda de amplificación y se
utilizan cebadores diseñados contra secuencias internas conservadas de cada gen.
El procedimiento para la RT es el mismo que se describió para el paso de detección
del genoma viral (3.4).
En el siguiente paso de PCR se amplificará un fragmento de los genes de la proteína
de la cápside externa de Rotavirus: VP7 y VP4, mediante la utilización de primers
específicos [Tablas 2 y 3] y siguiendo los protocolos descritos por Gómara y
colaboradores (2001) y Simmonds y colaboradores (2008), respectivamente. Los
productos se analizarán por electroforesis en gel de agarosa 1,5% [Gómara y cols.,
2001, Simmonds y cols., 2008].
31
TABLA 2. Oligonucleótidos para genotipificación de VP7 [Das y cols., 1994, Gouvea y
cols., 1990, Gouvea, 1993].
OLIGONUCLEÓTIDO
SECUENCIA
RA4 (End9)
5’ GGT CAC ATC ATA CAA TTC TAA TCT AAG 3’
RA1 (Beg9)
5’ GGC TTT AAA AGA GAG AAT TTC CGT CTG G 3’
RA2
5’ GGA CCA AGA GAA AAC GTA GC 3’
POSICIÓN
FRAGMENTO
1062-1036
1-28
1062 pb
805-824
257 pb
Fig. 3.2. Oligonucleótidos para la amplificación de VP7 por la técnica de PCR anidada.
Para la amplificación de la región conservada del gen de VP7, de 257 pb, se realiza
una primera ronda de amplificación, donde se parte de 6 µl de la RT, los cuales se
mezclan con 19 µl que contienen: 0.25 µl de la polimerasa Taq Pol (5 U/µl, SBS) con
2.5 µl de su buffer 10X Tris-HCl 100 mM, pH 8,0 (con 500 mM KCl y 20 mM MgCl2),
1.5 µl de MgCl2 (25mM), 1 µl de dNTPs (10 mM) y 0.5 µl de cada uno de los
cebadores específicos, Beg-9 y End-9 (10 µM) (Tabla 2, fig. 3.2), y 12.75 µl de agua
desionizada estéril. El ciclado de la primera ronda de amplificación es de 3 minutos a
94 oC, 30 ciclos de un minuto a 94 oC, un minuto a 46 oC y 2 minutos a 72 oC; y 7
minutos a 72 oC. Luego, se toman 2 µl de la primera ronda de amplificación y se
mezclan con 48 µl de una mezcla conteniendo 0.5 µl de Taq Pol (5 U/µl, SBS) con 5 µl
de su buffer 10X Tris-HCl con 500 mM KCl y 20 mM MgCl2 (100 mM, pH 8,0), 2 µl de
dNTPs (10 mM), 2 µl de cada cebador: RA2 (10 µM) y End-9 (10 µM) (Tabla 2, fig.
3.2), y 36.5 µl de agua desionizada estéril. El ciclado para esta segunda ronda, tras 3
minutos a 94 oC, será de 30 ciclos de un minuto a 94 oC, 2 minutos a 42 oC, y un
minuto a 72 oC; y un ciclo de 7 minutos a 72 oC.
Para el caso de la amplificación de la secuencia conservada interna del gen que
codifica para VP4, el protocolo es el mismo que para la amplificación de la región
32
conservada de VP7, siendo los cebadores específicos Con2dg, Con3dg, y Con1dg,
Con2dg, para la primera y segunda ronda respectivamente (Tabla 3, fig. 3.3).
TABLA 3. Oligonucleótidos para genotipificación de VP4 [Abbaszadegan y cols., 1999,
Castello y cols., 2006, Gentsch y cols., 1992].
OLIGONUCLEÓTIDO
SECUENCIA
Con2dg
5’ ATT YCN GRC CAY TTA TAH CC 3’
Con3dg
5’ TGS YKW SBY TMA TTT ATA GAC A 3’
Con1dg
5’ YTR CCA CCM ATK CAR AAT AC 3’
POSICIÓN
FRAGMENTO
868-887
11-32
876 pb
686-705
201 pb
Fig. 3.3. Oligonucleótidos para la amplificación de VP4 por la técnica de PCR anidada.
Posteriormente, los productos de PCR obtenidos tras amplificación de fragmentos
conservados de VP7 y VP4 son purificados con un Kit comercial (General Electric,
Macherey Nagel). Los productos purificados se envían a procesar al servicio de
secuenciación del Instituto Pasteur Montevideo (IPMON), para finalmente proceder
con el análisis filogenético, donde se procesan las secuencias con el programa BioEdit
7.09 y se analizan con el programa MEGA 5. El árbol filogenético fue construido
usando el método de Neighbor – Joining y el cálculo de distancia mediante el algoritmo
de Tamura – Nei. El soporte estadístico se realizó mediante 1000 réplicas de
Bootstrap, y se utilizaron secuencias de diferentes genotipos de Rotavirus de la base
de datos del GenBank.
33
3.6 Detección y cuantificación del genoma viral
_____________________________________________________________________
Todas las muestras de agua residual, previamente analizadas en la etapa de
detección del genoma viral de Rotavirus por PCR convencional, fueron cuantificadas
®
por la técnica de PCR en tiempo real con tecnología TaqMan , amplificándose un
segmento de 86 pb del gen que codifica la proteína no estructural NSP3 [Zeng y cols.,
2008].
Para calcular la cantidad relativa de copias genómicas de Rotavirus presentes en las
muestras de aguas residuales, se realizó una curva estándar empleando como matriz
ADN plasmídico de cantidad conocida (8 diluciones seriadas a partir de un stock de 3 x
1010 copias/µl) con un inserto del gen NSP3 de Rotavirus. La cantidad del ADNc en la
muestra es interpolada en la curva estándar que es corrida simultáneamente. Los
estándares, así como cada una de las muestras, se realizaron en duplicado.
En la sonda, “the minor groove binder” (MGB) fue utilizado para mejorar la
especificidad
y sensibilidad de una sonda convencional Taqman. El “colorante”
indicador fluorescente en el extremo 5’ de la sonda es la 6-carboxi-fluoresceína (FAM)
y en el extremo 3’ se encuentra un quencher no fluorescente conjugado al MGB [Zeng
y cols., 2008].
En esta etapa de PCR cuantitativa fue utilizado el kit “SensiMixTMII Probe Kit”
(BIOLINE®). Se parte de 2 µl de ADNc de cada muestra, obtenido como se detalla en
3.4, y se mezcla con un mix que contiene: 12.5 µl del SensiMixTMII Probe 2x, 0.5 µl de
Rox 1/10 ((5-carboxy-X-rodamina, succinimidil éster, 2.5 µM), 1 µl de la sonda NSP3
(Applicel, 5 µM) 1 µl de cada cebador, NSP3-For y NSP3-Rev (10 µM), y se lleva a 23
µl con agua desionizada estéril. El ciclado es el siguiente: 10 minutos a 95 oC para la
desnaturalización, y 40 ciclos de 15 segundos a 95 oC y 1 minuto a 60 oC, para la
hibridación y la extensión [Zeng y cols., 2008].
34
4. Resultados
4.1 Detección del genoma viral
_____________________________________________________________________
Se procesaron 7 muestreos bimensuales, desde Setiembre de 2011 hasta Octubre de
2012, realizados en la ciudad de Canelones y Ecilda Paullier. Las muestras
pertenecen a tres puntos de la PTAR de Canelones: afluente sin tratamiento, efluente
previo al tratamiento con UV y efluente posterior al tratamiento con UV; y a tres puntos
del SL de Ecilda Paullier: afluente sin tratamiento, laguna facultativa y laguna de
maduración (Fig. 3.1).
Posterior a la concentración de partículas virales de cada una de las muestras de agua
residual, se procede a la detección del genoma viral y del fago control mediante la
técnica de RT-PCR y el posterior análisis de los productos de amplificación en geles
de agarosa al 2% (Fig. 4.1).
PM 1
2
3
4
5
6
7 8
PM 1
PP7
74 pb
300 pb
200 pb
100 pb
A
2
3
4
5
6
7
RV VP6
140 pb
300 pb
200 pb
100 pb
B
FIG. 4.1. Resultado de la PCR para detección del genoma viral. A: resultado de la PCR para la detección del fago
control PP7 (PM: marcador de peso molecular de 100pb GeneRulerTM Thermo Scientific, 1-6: muestras de agua
residual, 7: extracción de fago, 8: control negativo). B: resultado de la PCR para la detección de VP6 (PM: marcador de
peso molecular de 100pb GeneRulerTM Thermo Scientific, 1-6: muestras de agua residual, 7: control negativo) (Fig. 4.1
A).
El fago PP7 inoculado en cada una de las muestras en la etapa de ultracentrifugación
fue detectado en la totalidad de las muestras, validando así todo el proceso de
concentración para aguas residuales.
Tras la PCR para la detección de un fragmento conservado de la región codificante
para la proteína VP6 en cada una de las muestras durante los 7 muestreos, de un total
de 41 muestras, 15 resultaron positivas (36,6%). En los muestreos de Setiembre 2011
y Noviembre 2011 las detecciones totales fueron 3 en cada mes, en el muestreo de
Febrero 2012 fueron 4, en Abril 2012 no hubo ninguna muestra positiva, en los
muestreos de Junio y Agosto 2012 fueron 2 en cada mes y en Octubre 2012 sólo una
(Tabla 4; Fig. 4.2 A). En el caso de las muestras del SL de Ecilda Paullier, el número
de detecciones fue el mismo en las muestras de afluentes y de ambas lagunas; en
35
cambio, en el caso de la PTAR de Canelones, las detecciones fueron mayoritarias en
muestras de afluentes y anteriores al tratamiento con UV, siendo las detecciones en
muestras tratadas con UV nulas (Fig. 4.2 B).
TABLA 4. Resultados de las detecciones virales.
Muestras
Setiembre
2011
Noviembre
2011
Febrero
2012
Ecilda Paullier/Afluente
+
+
-
-
-
+
-
Ecilda Paullier/Laguna
Facultativa
Ecilda Paullier/Laguna
Maduración
Canelones/Afluente
-
-
+
-
+
+
-
-
+
+
-
+
-
-
+
No se recibió
+
-
-
-
+
+
+
+
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Canelones/Efluente antes
de UV
Canelones/Efluente
después de UV
Abril
2012
Junio
2012
Agosto
2012
Octubre
2012
Detección total de Rotavirus por RT-PCR en los 7
muestreos
4,5
4
3,5
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
Setiembre
2011
A
Noviembre
2011
Febrero 2012
Abril 2012
Detección de Rotavirus por
RT-PCR / Ecilda Paullier
Agosto 2012 Octubre 2012
Detección de Rotavirus por
RT-PCR / Canelones
4
4
3
2
1
0
3
2
1
0
B
Junio 2012
Ecilda Paullier / Ecilda Paullier / Ecilda Paullier /
Afluente
Laguna
Laguna de
Facultativa
Maduración
C
Canelones / Canelones / Canelones /
Afluente
Efluente antes
Efluente
de UV
después de
UV
FIG. 4.2. Detección del genoma viral de Rotavirus mediante PCR en las plantas de tratamiento de aguas residuales. A:
resultados de las detecciones por muestreo; B: resultados de las detecciones por punto de muestreo en el SL; C:
resultados de las detecciones por punto de muestreo en la PTAR.
36
4.2 Genotipificación del genoma viral
_____________________________________________________________________
Se procedió a la amplificación directa de un fragmento conservado de los genes que
codifican para las proteínas VP7 y VP4, para luego determinar los G y P-tipos
mediante un análisis filogenético. En esta etapa se parte del fragmento obtenido en la
primera ronda de amplificación y se utilizan primers específicos contra secuencias
internas conservadas de cada gen (Tablas 2 y 3; Fig. 3.2 y 3.3).
Para la amplificación del fragmento conservado de la región codificante para VP7, se
partió del producto obtenido en una primera ronda de amplificación (1062 pb) con los
oligonucleótidos Beg-9 (RA1) y End-9 (RA4), y se amplificó un fragmento menor en
una segunda ronda de amplificación, de 257 pb, empleando los oligonucleótidos RA2 y
End-9. Los productos obtenidos se analizaron en un gel de agarosa al 1,5% (Fig. 4.3
A). De un total de 41 muestras, 8 resultaron positivas para el gen de VP7 (19,5%), de
las cuales la mayoría fueron muestras de laguna facultativa del SL de Ecilda Paullier y
muestras de afluentes de la PTAR de Canelones (Tabla 5).
Para la amplificación de la región conservada de VP4, tras la amplificación de un
fragmento de 876 pb con los cebadores Con2dg y Con3dg en una primera ronda, se
realizó una segunda ronda de amplificación con los cebadores Con1dg y Con2dg. Los
fragmentos de 201 pb obtenidos se analizaron por corrida electroforética en un gel de
agarosa al 1,5%. En esta instancia fueron 15 muestras las positivas para la detección
de VP4 (36,6%), siendo la mayoría muestras del punto de laguna facultativa del SL de
Ecilda Paullier.
PM
300 pb
200 pb
100 pb
A
1
2
3
4
5
6
7
RV VP7
257 pb
RV VP4
201 pb
PM
1
2
3
4
5
6
7
400 pb
300 pb
200 pb
B
FIG. 4.3. Detección de los genes VP7 (A) y VP4 (B) de Rotavirus mediante PCR anidada. Geles de agarosa al 1,5%,
material genético visualizado con GoodView® . PM: marcador de peso molecular de 100pb GeneRulerTM Thermo
Scientific; 1-6: muestras; 7: control negativo.
37
TABLA 5. Resultados de las detecciones de los conservados de VP7 y VP4.
SL Ecilda Paullier
Muestreos Afluente
Laguna
Laguna de
facultativa
maduración
Set/11
Nov/11
Feb/12
Abr/12
Jun/12
Ago/12
Oct/12
VP4
VP7
VP4
VP4
VP4
VP7/VP4
VP7/VP4
VP7/VP4
VP7
PTAR Canelones
Afluente
Efluente
Efluente
antes de después de
UV
UV
VP4
VP4
VP7
VP4
VP4
VP4
VP7/VP4
VP4
VP7
VP4
4.3 Secuenciación y análisis filogenético
_____________________________________________________________________
Los productos de PCR obtenidos en la instancia de amplificación de los fragmentos
conservados, tanto para el caso de VP7 como de VP4, fueron purificados a partir de la
banda en el gel y enviados a secuenciar al servicio de secuenciación del IPMON.
De los 8 productos que se purificaron para el caso de VP7, fueron 6 las secuencias
finalmente obtenidas para el posterior análisis filogenético por tratarse de secuencias
adecuadas para dicho análisis, representando un 14,6% del total de las muestras. De
las dos restantes, una poseía mucho ruido, haciendo imposible la lectura de la
secuencia, y otra no se pudo purificar. (Fig. 4.4 A).
Para el caso de VP4, de las 15 muestras que habían resultado positivas, 8 fueron las
utilizadas para el análisis filogenético de esta proteína, representando un 19,5% de la
totalidad de las muestras (Fig. 4.4 B).
38
PM 1
2
3
4
5
6
7
8
RV VP7
257 pb
300 pb
200 pb
100 pb
A
PM 1
2
3
300 pb
200 pb
100 pb
4
5
6
7
8
9 10 11 12 13 14 15
RV VP4
201 pb
B
FIG. 4.4. Resultado de la purificación de las muestras positivas para VP7 y VP4. Geles de agarosa al 1,5%, material
genético visualizado con GoodView® . A: gel sembrado con las muestras tras purificación de los productos de PCR
anidada para VP7 (PM: marcador de peso molecular de 100pb GeneRulerTM Thermo Scientific; 1-8: muestras). B: gel
sembrado con las muestras tras purificación de los productos de PCR anidada para VP4 (PM: marcador de peso
molecular de 100pb GeneRulerTM Thermo Scientific; 1-15: muestras).
Las 20 secuencias obtenidas fueron utilizadas en un análisis filogenético posterior.
Para llevar a cabo el mismo las secuencias fueron procesadas con el programa
BioEdit 7.09 y luego analizadas con el programa MEGA5. El árbol filogenético fue
construido usando el método de Neighbor – Joining y el cálculo de distancia mediante
el algoritmo de Tamura – Nei. El soporte estadístico se realizó mediante 1000 réplicas
de Bootstrap, y se utilizaron secuencias de diferentes genotipos de Rotavirus de la
base de datos del GenBank.
Tras obtenerse el árbol filogenético basado en parte de la secuencia codificante para
la proteína VP7, se detectaron genotipos comúnmente detectados a partir de muestras
clínicas, como G1 y G9, así como también genotipos que, a pesar de que mayormente
circulan en animales, agruparon con genotipos humanos, G3 y G10, los cuales no
habían sido detectados previamente en nuestro laboratorio a partir de muestras
clínicas. En particular, la secuencia G10 obtenida agrupa con una cepa inusual
G10P[9] (Fig. 4.5).
39
FIG. 4.5. Análisis filogenético de las secuencias de VP7. El
árbol fue construido usando el método de Neighbor – Joining y
el cálculo de distancia mediante el algoritmo de Tamura – Nei.
El soporte estadístico se realizó mediante 1000 réplicas de
Bootstrap. Se utilizaron secuencias de diferentes genotipos de
Rotavirus de la base de datos del GenBank; se indican las
secuencias de este trabajo con un rombo.
40
Por otra parte, al realizar el árbol filogenético con parte de la secuencia codificante
para la proteína VP4, los P-tipos obtenidos fueron P4 y P8, lo más ampliamente
distribuidos a nivel mundial, así como también genotipos P9 y P11. Las secuencias
P11 fueron de origen bovino, las mismas agrupan en un cluster enteramente de
secuencias bovinas. Las secuencias P9 agruparon con la misma cepa G10P[9]
inusual, con la que agrupa la secuencia G10 de este trabajo. (Fig. 4.6).
FIG. 4.6. Análisis filogenético de las secuencias de VP4.
El árbol fue construido usando el método de Neighbor –
Joining y el cálculo de distancia mediante el algoritmo de
Tamura – Nei. El soporte estadístico se realizó mediante
1000 réplicas de Bootstrap, Se utilizaron secuencias de
diferentes genotipos de Rotavirus de la base de datos del
GenBank; se indican las secuencias de este trabajo con
un rombo.
41
4.4 Detección y cuantificación del genoma viral
_____________________________________________________________________
A modo de obtener una mayor información acerca de la carga viral se procedió a la
detección del genoma viral por PCR en tiempo real (Real Time - PCR) con tecnología
TaqMan®. Para obtener la cantidad relativa de ARN de Rotavirus de las muestras de
aguas residuales, ADN plasmídico de cantidad conocida, de 107 a 100 copias/µl,
conteniendo un fragmento del gen NSP3 de Rotavirus, es usado como estándar
externo para generar una curva estándar o de calibración. La cantidad del ADNc
blanco en la muestra es interpolada en la curva estándar que es corrida
simultáneamente. Los estándares, así como cada una de las muestras, se realizan en
duplicado (Fig. 4.7).
A
40
y = -3,5426x + 43,103
R² = 0,9885
35
30
Ct
25
20
15
10
5
0
0
B
1
2
3
4
5
6
7
8
Copias genómicas/µL
FIG. 4.7. Estandarización de la curva de amplificación por PCR cuantitativa del genoma viral. A: amplificación de las
diluciones seriadas, por duplicado, de ADN plasmídico con un inserto del gen NSP3 de rotavirus (10E6-10E1 copias
genómicas/µl). B: curva de calibración obtenida al graficar la cantidad de copias genómicas/µl promedio de los
estándares en función de los valores de Ct. Se muestra la ecuación de la recta y el valor de R 2.
42
La cantidad del ADNc blanco en la muestra es interpolada en la curva estándar que se
corrida de manera simultánea, obteniéndose de esta forma la carga viral, en copias
genómicas/ml., de cada una de las muestras de los 7 muestreos (Tabla 6).
En el 100% de las muestras de afluentes de la PTAR Canelones se detectó la
presencia del genoma de Rotavirus; en cambio, para las muestras de afluentes del SL
de Ecilda Paullier sólo se lo detectó en un 71,4%. La mayoría de las muestras de la
PTAR mostraron una carga viral nula, o en su defecto una reducción en la misma, tras
el tratamiento con radiación UV. Un efecto similar se observó en las muestras del SL,
donde se detectó una carga viral reducida o nula en las muestras de laguna de
maduración (Fig. 4.8 A y B).
TABLA 6. Resultados de la cuantificación por PCR en tiempo real de las muestras de
ambos sistemas de tratamiento de aguas residuales en 7 muestreos bimensuales.
FECHA
Setiembre 2011
Noviembre 2011
Febrero 2012
Abril 2012
Junio 2012
Agosto 2012
Octubre 2012
MUESTRA
ROTAVIRUS [copias/mL]
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
CAN Afluente
CAN Efluente antes UV
CAN Efluente después UV
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
CAN Afluente
CAN Efluente antes UV
CAN Efluente después UV
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
CAN Afluente
CAN Efluente antes UV
CAN Efluente después UV
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
CAN Afluente
CAN Efluente antes UV
6,95E+03
3,97E+04
1,95E+03
1,71E+03
1,23E+04
1,14E+04
NR
1,41E+03
7,18E+03
2,05E+03
2,22E+03
1,60E+03
7,67E+03
1,22E+03
1,87E+03
CAN Efluente después UV
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
Can Afluente
CAN Efluente antes UV
CAN Efluente después UV
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
1,25E+03
2,1E+04
1,28E+03
3,59E+03
3,86E+03
Can Afluente
CAN Efluente antes UV
CAN Efluente después UV
EP Afluente
EP Laguna Facultativa
EP Laguna Maduración
Can Afluente
CAN Efluente antes UV
CAN Efluente después UV
3,97E+04
1,70E+04
3,24E+04
2,94E+04
6,50E+04
2,67E+04
1,27E+04
43
RV SL Ecilda Paulier
8
7
6
Log
número
5
de
copias genómicas/
4
mL
3
2
1
0
Afluente
Laguna Facultativa
Laguna de Maduración
A
RV PTAR Canelones
8
7
Log
número
de
copias genómicas/
mL
6
5
4
3
2
1
0
Afluente
Efluente antes de UV
Efluente después de UV
B
FIG. 4.8. Cuantificación del genoma viral de Rotavirus por qPCR según los puntos de muestreo. Cada línea une los tres
puntos muestreados, cada muestreo se representa con diferente color. A: resultado de la PCR cuantitativa de las
muestras del SL; B: resultado de la PTAR.
44
5. Discusión
_____________________________________________________________________
La calidad del agua es de vital importancia para la salud humana. El hecho que exista
un gran número de enfermedades transmitidas por el agua, saneamientos
inadecuados y regulaciones mayormente basadas en indicadores bacterianos, los
cuales son menos resistentes que los virus patogénicos; ha obligado a prestar especial
atención al estudio de los virus en este tipo de ambientes.
Los virus que se encuentran mayormente asociados a la transmisión por el agua son
los virus entéricos, altamente resistentes, de bajas dosis infectivas y excretados en
alto número en las heces, de los cuales Norovirus y Rotavirus, afectando adultos y
niños, respectivamente, son los principales exponentes tanto en países desarrollados
como en desarrollo. Generalmente, estos virus son introducidos en el ambiente como
consecuencia de actividades humanas y se han aislado de fuentes de agua potable
contaminada, aguas recreacionales, ríos urbanos, aguas residuales y mariscos
contaminados, por lo que se han vinculado con brotes originados en estos ambientes.
En las aguas residuales pueden encontrarse grandes cantidades de virus entéricos
que se excretan en las heces y son transportadas por el sistema de saneamiento.
Previo a la deposición final de estas aguas en los diferentes cuerpos receptores, se
debe dar una especial importancia al tratamiento dado a las mismas, debido a la
presencia de estos patógenos altamente resistentes. Es entonces por la gran
importancia y constante seguimiento que merecen los procesos con lo que se tratan a
las aguas previamente al contacto humano, que se han empezado a ahondar en
estudios de virología ambiental, tanto en aguas recreacionales como residuales.
Como ya se mencionó, este, en conjunto con otros trabajos sobre el estudio de los
virus entéricos en muestras ambientales en nuestro país, son pioneros en la detección
de estos virus en aguas. En este trabajo se detectó la presencia de Rotavirus en
aguas residuales, para lo cual se llevaron a cabo, a lo largo de un año, 7 muestreos
bimensuales de aguas procedentes de dos tipos de sistemas de tratamiento de aguas
residuales, un sistema de lagunas y una planta de tratamiento terciario y radiación UV
(Fig. 3.1).
Primeramente, debido a la baja concentración de los virus entéricos en aguas, las
partículas virales presentes en cada una de las muestras se concentraron mediante
una técnica basada en una serie de ultracentrifugaciones, ampliamente utilizada en
nuestro laboratorio para el mismo fin. El bacteriófago PP7, inoculado en esta etapa en
45
cada una de las muestras como control interno, se detectó luego en las siguientes
etapas, descartando así fallos durante la concentración, extracción y/o procedimientos
de PCR (Fig. 4.1 A).
La detección del virus se realizó mediante una PCR convencional, contra un fragmento
conservado de la región codificante para la proteína neutralizante VP6. Las muestras
ambientales de aguas residuales pueden potencialmente contener una gran cantidad
de inhibidores de PCR, resultando en falsos negativos, el hecho de haber obtenido la
amplificación del fago en todas las muestras confirma que el procedimiento llevado a
cabo ha sido correcto, no detectándose inhibidores en el proceso.
El 36,6% de las muestras resultaron positivas por PCR convencional (Tabla 4). Los
resultados obtenidos no siguen el patrón de estacionalidad esperado para Rotavirus,
con picos de detección en los meses más fríos. Sin embargo, cabe preguntarse cuán
significativos son estos datos, si los resultados cambiarían al realizar más muestreos
y/o tomar más muestras de los diferentes puntos a evaluar (Fig. 4.2 A).
En el caso de las muestras de la PTAR
de Canelones, las detecciones fueron
mayoritarias en muestras de afluentes y anteriores al tratamiento con UV, siendo las
detecciones en muestras tratadas con UV nulas. Sin embargo, en el SL de Ecilda
Paullier, al pasar de las muestras de afluentes a las de laguna facultativa y luego de
maduración no se encontró la disminución esperada en detecciones virales (Fig. 4.2 B
y C).
Para poder determinar los genotipos presentes en cada una de las muestras, se
amplificaron fragmentos conservados de los genes codificantes para las proteínas de
cápside externa VP7 y VP4 mediante PCR anidada (Fig. 4.3). La técnica empleada es
aplicada tanto en detección de Rotavirus en muestras ambientales de aguas
provenientes de afluentes y efluentes de plantas de saneamiento, así como también
en muestras clínicas; de hecho esta técnica es aplicada en muestras clínicas en otras
líneas de investigación de nuestro laboratorio.
El 19,5% de las muestras resultaron positivas para la detección de VP7 y 36,6% para
VP4. En esta instancia, los resultados obtenidos en el caso del SL de Ecilda Paullier
fueron la mayoría en muestras de afluentes y/o laguna facultativa, con sólo una
detección en muestras de laguna de maduración (VP7). Sin embargo, para el caso de
la PTAR de Canelones, el número de muestras positivas luego del tratamiento con
radiación UV fue el mismo, no se observó una disminución como en el caso de la
detección de VP6. Nuevamente debe plantearse cuan significativos son los datos
obtenidos, si cambiarían al aumentar la toma de muestras [Tabla 5].
46
Mientras que en la etapa de detección de VP6 el 36,6% de las muestras resultaron
positivas; en la detección de VP7 y VP4, las muestras positivas fueron el 46%. Al
detectar VP6, las detecciones que coincidieron con las de VP7 y VP4 fueron del 50%
del total de las muestras positivas para dicha proteína. En el caso de VP7 y VP4, el
porcentaje de coincidencias en detecciones respecto a VP6 fue similar, 47%. Si bien la
tendencia general en cada uno de los muestreos fue la disminución de las detecciones
a medida que avanza el tratamiento, en el SL las detecciones de VP6 en las muestras
de la laguna de maduración, etapa final, fueron 3 a lo largo de todos los muestreos; sin
embargo las detecciones de VP7 y VP4 fueron sólo una. Para el caso de la PTAR en
cambio, las detecciones en la etapa final, tras el tratamiento con luz ultravioleta fueron
mayores para VP7 y VP4.
Se encontró que en un 100% de las muestras de afluentes de la PTAR Canelones se
detectó la presencia de Rotavirus; en cambio, las muestras de afluentes del SL de
Ecilda Paullier resultaron positivas para la detección del virus en un 71,4% (Tabla 6).
Los porcentajes de detección mediante la PCR cuantitativa fueron mucho mayores
respecto a los de ambas PCR convencionales realizadas en este trabajo. Para la
detección de VP6, las muestras del SL que resultaron positivas fueron 43%, mientras
que las de afluentes de PTAR 50%; y para VP7 y VP4, fueron de 29% y 57%,
respectivamente. Esto demuestra la mayor sensibilidad en la detección viral de esta
técnica, empleada rutinariamente en nuestro laboratorio en muestras ambientales.
La mayoría de las muestras de la PTAR mostraron una carga viral nula, o en su
defecto una reducción en la misma, tras el tratamiento con radiación UV. Un efecto
similar se observó en algunos de los muestreos de SL, donde se detectó una carga
viral reducida o nula en las muestras de laguna de maduración, si bien no fue el efecto
mayoritario (Fig. 4.7). En esta oportunidad se pudo observar claramente el efecto de la
radiación UV, debido a que la profundidad de la laguna maduración, que es menor que
la de las lagunas anteriores (anaerobia y facultativa), hace a que dicha radiación llegue
mejor a todos sus puntos. Este efecto no pudo ser observado para el SL en la etapa
de detección por PCR convencional.
Se realizó un análisis filogenético con las muestras positivas de la etapa de
amplificación de las regiones conservadas de VP7 y VP4. Seis secuencias de VP7 se
pudieron analizar e indicaron la presencia de genotipos comunes, detectados
anteriormente en nuestro laboratorio a partir de muestras clínicas, como lo son los
genotipos G1 y G9, así como también nuevos genotipos, como G3 y G10, que a pesar
de que generalmente circulan en animales, agruparon con secuencias humanas (Fig.
47
4.5). En particular, la secuencia G10 encontrada agrupó con una cepa G10P[9] inusual
(AY855063), la cual fue aislada de un niño de dos años hospitalizado con diarrea,
vómitos y fiebre, en estrecha relación con una cepa bovina, B223, con genotipo
G10P[11], con una identidad aminoacídica del 96,7% [Volotão y cols., 2006].
Los genotipos G10 son comúnmente detectados en ganado, y esporádicamente en
humanos, con excepción de India, donde han sido detectados con alta frecuencia en
neonatos o niños sintomáticos y neonatos asintomáticos. El genotipo P[9], se haya
comúnmente en gatos, siendo entonces esta inusual cepa G10P[9], que agrupa con la
secuencia G10 hallada en este estudio, una cepa única que ha pasado por varios
rearreglos entre cepas humanas, bovinas y felinas [Volotão y cols., 2006].
En cuantos a los P-tipos detectados en este trabajo, los mismos fueron los más
ampliamente distribuídos a nivel mundial, P[4] y P[8], así como también genotipos
menos frecuentes como P[9] y P[11] (Fig. 4.6). En particular, las secuencias P[11]
detectadas son de origen bovino; las mismas agrupan en un cluster enteramente de
secuencias bovinas, una de ellas de la cepa B223, mencionada anteriormente [Hardy y
cols., 1992].
Las secuencias P[9] halladas en este trabajo agruparon con la misma cepa inusual
G10P[9] (AY855066), una cepa de la que existe evidencia de haber pasado por varios
rearreglos entre cepas humanas, bovinas y felinas.
El único caso en el que se pudo determinar tanto el G-tipo como el P-tipo presente en
la muestra fue en la proveniente de la laguna facultativa del SL del muestreo de
Agosto de 2012, donde el G-tipo detectado fue G9 y el P-tipo P[9], siendo la secuencia
P[9] a su vez, aquella que agrupa con la cepa inusual ya descrita.
Los genotipos detectados en este estudio probablemente coincidan con aquellos
circulantes en cada una de las poblaciones, tanto de la localidad de Ecilda Paullier
como para el caso de la ciudad de Canelones. Estos datos nos aportan información de
base respecto a los genotipos circulantes en la población, lo cual debería ser
verificado con un muestreo y estudio de muestras clínicas de ambas poblaciones.
La efectividad del tratamiento sobre las muestras en cada uno de los dos sistemas se
encuentra limitada por la falta de ensayos respecto a la infectividad de las partículas
virales en cada una de las muestras que resultaron positivas. El hecho de que sea
detectado el genoma viral en una muestra no implica que se trate de una partícula viral
infectiva, puede suceder que una muestra positiva ante la detección por PCR
convencional o real time PCR no sea infectiva, que haya perdido su capacidad de
48
replicación en las células del hospedero. Es necesario poder determinar si el genoma
viral que se detecta se encontraba o no dentro de partículas infectivas. El cultivo
celular integrado a PCR, ICC-PCR, por sus siglas en inglés “Integrated Cell Culture –
PCR”, que consta de un pasaje por cultivo celular previo a la instancia de amplificación
o cuantificación, supera las desventajas individuales de la técnica de PCR y de la de
cultivo celular, ayudando a deshacerse de los inhibidores de PCR y proporcionando un
sistema de amplificación in vitro que aumenta el número de virus, diferenciando entre
infecciosos y no infecciosos [Reynolds, 2004].
Este estudio, pionero junto a otros trabajos sobre el estudio de virus entéricos en
muestras ambientales en nuestro país, enmarcado en un proyecto CSIC I + D titulado
“Detección de virus entéricos en aguas residuales y tratadas en Uruguay”, es el primer
trabajo en el área de la virología ambiental que realiza la detección, cuantificación y
caracterización molecular de Rotavirus en dos plantas con diferentes sistemas de
tratamiento de aguas residuales. Tanto en el SL como el la PTAR se comprobó una
disminución en las detecciones y carga viral de las muestras a medida que se avanzó
en los respectivos procesos; sin embargo, esta disminución fue más notoria en el caso
de la PTAR, tratamiento con radiación UV.
Se logra evidenciar entonces la eficacia de ambos tratamientos en cuanto a la
detección del virus en aguas residuales, si bien este efecto sólo es mayoritario en el
caso de la PTAR de Canelones. Sin embargo, no es posible concluir nada respecto a
la infectividad luego de cada tratamiento, debido a que, como ya se mencionó, la
detección del genoma viral no implica la presencia de partículas virales viables e
infectivas.
49
6. Conclusión y perspectivas
_____________________________________________________________________

Se detectó la presencia de Rotavirus en aguas residuales en un 36,6% de las
muestras mediante PCR convencional para la detección de VP6, en la mayoría
de los casos previo a su tratamiento tanto en el SL como en la PTAR. Estos
resultados, conjuntamente con otros de trabajos de detección de virus
entéricos en aguas residuales, en el norte del país, son pioneros en el área.

Sólo en el caso de la PTAR, mediante tratamiento con luz UV, el efecto de
dicha radiación en la detección de este virus en aguas residuales pudo
demostrarse por PCR convencional.

Las detecciones mostraron un patrón distinto al esperado en cuanto a
estacionalidad, siendo lo esperado picos de detección en los meses más fríos.

Por PCR en tiempo real, en ambos casos hubo una disminución en la carga
viral tras recibir el tratamiento, si bien no fue el efecto mayoritario en el caso del
SL.

Los porcentajes de detección mediante la PCR cuantitativa fueron mucho
mayores respecto a los de ambas PCR convencionales realizadas en este
trabajo, demostrando la mayor sensibilidad en la detección de esta técnica.

Se genotipificaron las muestras de aguas residuales mediante un análisis
filogenético.
Se
detectaron
G-tipos
comunes
(G1-G9),
detectados
anteriormente en nuestro laboratorio a partir de muestras clínicas, y nuevos
genotipos (G3-G10), que generalmente circulan en animales. Los P-tipos
detectados fueron los más ampliamente distribuidos a nivel mundial (P[4]-P[8]),
así como también genotipos menos frecuentes (P[9]-P[11]).

Las secuencias G10 y P[9] encontradas agruparon con una cepa G10P[9]
inusual, que ha pasado por varios rearreglos entre cepas humanas, bovinas y
felinas.
50

Es necesario integrar a la etapa de PCR un paso previo por cultivo celular:
ICC-PCR, para poder determinar si el genoma viral que se detecta se
encuentra o no dentro de partículas infectivas.

A nivel estadístico, sería adecuado sumar etapas de muestreo para ver cuán
significativos son los resultados obtenidos.

Estos datos serían de gran aporte si se realizara un estudio similar con
muestras clínicas de la localidad de Ecilda Paullier y la ciudad de Canelones.
51
7. Bibliografía
_____________________________________________________________________
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8. Agradecimientos
_____________________________________________________________________
Este trabajo, la dedicación y los sueños que llevan detrás, fue realizado gracias a
muchas personas que han forjado la persona que hoy soy.
Mis maestros que me acompañaron en los hermosos años en el Jardín No140 primero,
y en la Escuela No10 luego. Mis profesores que siguieron el trabajo de los maestros sin
dejar de brindarme la mejor educación que mi país, debo decir con orgullo, me dio
gratuitamente, sólo pidiéndome a cambio un poco de entusiasmo y otro tanto más de
esfuerzo.
Mis amigas y amigos, aquellos que han estado a mi lado desde siempre, que Dios me
ha dado la dicha de conservarlos a pesar de todo; y a aquellos que esta hermosa
carrera me ha dado.
Mi amiga adorada Elisa, quien a pesar de habernos dejado con tantos momentos por
compartir hace mucho tiempo, ha estado presente en cada día de mi vida, lo está y lo
seguirá estando.
Mi familia, los primos y primas, los tíos, que nunca dejaron de preguntar por mí y mis
exámenes, aquellos que nunca olvidaron prender las velitas a la hora de rendir,
quienes en estos difíciles momentos de mi vida nunca dejaron de estar. A mis
hermanos, a mi sobrina, soles adorados de mi vida, luchadores incansables.
Todos los docentes de Facultad de Ciencias que me han formado en estos años,
quienes despertaron en mí una profunda admiración, al grado de grabar en mi
memoria clases y charlas de esas que no se pueden comprar.
Quiero agradecerle a Mabel Berois por la oportunidad y la confianza, a Juan Arbiza por
abrirme las puertas de su laboratorio, a toda la sección virología por todos los
momentos compartidos. A Luciana Gillman y Alvaro Alberti, a Virginia Bengochea y
Andrés Cabrera, quienes tuvieron infinita paciencia. A Darío Porley por el aguante, los
mates y el oído.
A la Universidad de la República y a mi paisito por mi educación. A la ANII y al CSIC
por la oportunidad.
65
Pero por sobre todo, quiero agradecerle a la mujer más luchadora, a aquella que antes
de pensar en si misma pensó en nosotros, la mujer más linda que he conocido, la que
siempre estuvo, la que siempre escuchó, la que siempre aconsejó, eterna confidente;
la que sacó adelante a mis hermanos contra todo pronóstico, a quién ha dejado todo
por mí, a mi madre, el ser que yo más amo, y a quién estaré eternamente agradecida.
Mi felicidad hoy es para vos madre mía.
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