incluye íntegro el as color número 74 del 17 de octubre

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2ª ÉPOCA • NÚMERO 74 • 22 DE OCTUBRE DE 2013
BIRD
&
MAGIC
INCLUYE
ÍNTEGRO EL
AS COLOR
NÚMERO 74
DEL 17 DE
OCTUBRE
DE 1972
CUANDO NOS ENAMORAMOS DEL BASKET
Pasión por el mar en Galicia
Navega a toda vela en el barco
que ha dado la vuelta al mundo.
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Próximo evento:
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4
Nunca nadie hizo tanto por
revitalizar un deporte. Su calidad,
su garra y su lucha contra los
titanes de la NBA hicieron resurgir
el interés por la mejor liga de
baloncesto del mundo.
5
El mejor base de la Historia, alma
y líder de los legendarios Lakers
de los años 80, revolucionó la NBA
con un estilo de juego espectacular
y una sonrisa que engrandeció aún
más su mediática figura.
BIRD & MAGIC
LA RIVALIDAD QUE SALVÓ EL BALONCESTO
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JOSÉ IGNACIO PINILLA /
MARIO GARCÍA /
orría el año 1978. Red Auerbach, General Manager de
los Boston Celtics, eligió en el draft
a un joven de 21 años del estado de
Indiana. Rubio, largo y con cara de
niño bueno. Típico americano de la
zona agraria de Estados Unidos. Su
nombre era Larr y Bird y su destino
era volver a conducir a la franquicia
de Massachusetts a sus años de
gloria, a recuperar la grandeza perdida de un equipo que había quedado
en último lugar de la NBA en aquella
temporada.
Bird nunca decepcionó y desde su
llegada a la mejor liga de baloncesto
del mundo en 1979, un año después
de su elección en el draft, retomó la
senda triunfal del equipo de Boston.
Logró ser Rookie del año en la NBA,
arrebatándoselo a su gran rival y amigo, Earvin ‘Magic’ Johnson. Eje central del equipo, llevó a los Celtics a
luchar de nuevo por el cetro de la liga
americana en su segunda temporada. Los Philadelphia 76ers del exquisito Julius Erving, ‘Dr J’, fueron los
primeros en sufrir de verdad la calidad y ‘veteranía’ en el juego de este
rubio de 23 años, al verse remontar
el 1-3 inicial hasta el 4-3 final. Bird
y sus Celtics ganaron tres partidos
seguidos, alzándose con el campeonato de la Conferencia Este. Hazaña
espectacular para presentar sus credenciales ante los campeones del
Oeste, Houston Rockets. Los tejanos fueron el último escollo para el
trofeo y la gloria. Seis partidos y Bird
se convirtió en el nuevo Mesías de
Boston al levantar el 14º trofeo de la
franquicia.
icen que para comprender el
presente hay que conocer el
pasado, y el caso del baloncesto no
es una excepción. Estrellas actuales como LeBron James, Kobe Bryant o Kevin Durant tienen mucho
que agradecerle a las leyendas que
convirtieron a la NBA en el fenómeno global que es hoy, con millones
de seguidores en todos los rincones
del planeta que no pierden detalle
de las proezas de sus ídolos. Y entre las más destacadas está Magic
Johnson (Lansing, Michigan, 1959),
“una fuerza imparable que dominaba
el juego”, como definió otro mito de
la canasta, Julius Erving, al considerado mejor base de la Historia. Convertido en un icono de los años 80,
al igual que su gran rival y amigo, Larry Bird, este atípico y revolucionario
point guard de 2,06 metros, llamado
Earvin Effay Johnson Jr., llevó el concepto del deporte como espectáculo
a su máximo nivel al frente de los legendarios Lakers del Showtime, uno
de los equipos más espectaculares
que han existido, y fue decisivo para
relanzar una competición que no
atravesaba por su mejor momento
antes de su llegada.
“Se juega para ganar, para divertirse y para hacer felices a los demás”, aseguraba el prodigio de la
eterna sonrisa, premisa que cumplió a rajatabla y que sirve para describir su prolífica carrera y el efecto
que provocaba en quienes le veían
jugar. Un palmarés de vértigo así lo
atestigua (cinco anillos de la NBA,
tres MVP de la temporada, doce presencias en el All Star y dos veces ele-
C
El alero arrebató el premio de
Rookie del año a otro genio del
baloncesto como era Earvin
Magic Johnson
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D
PRIMEROS PASOS. Larry Brid dio
sus primeros pasos en el mundo
del baloncesto en las calles y
las canchas de su instituto en el
pueblo de French Lick (Indiana).
IMPARABLE. Magic ya era una
estrella siendo adolescente,
cuando adquirió el apodo que
le ha acompañado siempre tras
hacer un triple doble a los 15 años.
El base ganó cinco anillos y
disputó nueve Finales en doce
temporadas y media en la liga
profesional estadounidense
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Trabajo y constancia fueron las
claves que lo llevaron a la victoria.
Unas cualidades que comenzaron a
forjarse en French Lick (Indiana). Un
lugar remoto del medio oeste americano donde todos los chicos tienen
un balón en las manos y una canasta detrás de cada casa. Siempre jugando, solo o con sus hermanos, a
cualquier hora del día. Allí encontró la
esencia del juego. Cuarto hijo de una
familia de escasos recursos económicos, su vida se vio truncada por el
suicidio de su padre tras divorciarse
de su madre y lastrado por sus problemas con el alcohol.
Bird trató de refugiarse en el baloncesto de los avatares de la vida.
Entrenándose bajo la lluvia, llegó a
ser titular ya en su primer año en el
instituto y dominante en los posteriores, finalizando con una media de 30
puntos y 20 rebotes por partido. Su
fortaleza en el rebote, su calidad en
el tiro y su inteligencia en el pase le
situaron en el punto de mira de las
principales universidades del país,
pero siendo un chico de Indiana, la
decisión sobre su futuro era clara.
La universidad de su estado era el
paso natural. Indiana es sinónimo
de baloncesto en Estados Unidos.
Los triunfos universitarios son glorificados en todo el estado, al igual que
imborrables son los nombres de sus
jugadores: Oscar Rober tson, Rick
Mount, George McGinnis, Kurt Benson y, ahora, Larry Bird han escrito
páginas memorables en la historia
del baloncesto.
Su primer año universitario no fue
bueno. La Universidad de Indiana le
era extraña y apabullante, y la lejanía
de su familia y su pueblo no le ayuda-
Bird logró inculcar en los
Celtics un juego solidario
y colectivo donde él era la
estrella indiscutible
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gido mejor jugador, otros tres MVP
de las Finales, un oro olímpico…), al
igual que el juego que desplegó sobre la pista, verdadero arte en movimiento que atrajo al Forum, antigua
cancha de los Lakers, a las grandes
estrellas de Hollywood, incapaces de
escapar del magnetismo de un malabarista de condiciones inauditas.
Magic, apodo con el que le bautizó
acertadamente un periodista deportivo en sus tiempos en el instituto
de Everett, donde se proclamó campeón estatal, estaba dotado de una
habilidad única para manejar el balón y dar asistencias imposibles gracias a su “cerebro telepático”, según
cantaban los Red Hot Chili Peppers
en el tema que dedicaron al base en
1989. También fue un auténtico líder y un competidor voraz sobre la
pista, “uno de los mejores jugadores de la Historia bajo presión”, en
sus propias palabras, algo que ya demostró nada más aterrizar en la NBA
tras conquistar con Michigan State
el título de la NCAA en 1979 ante la
Indiana State de Larry Bird (75-64),
en el partido universitario con más
audiencia de siempre.
Y es que el que es actualmente
líder histórico de la NBA en asistencias por partido (11,2) ya saboreó la
gloria en su primera temporada en la
mejor liga del mundo, disputando en
1980 la primera de las nueves Finales que jugaría en sus doce temporadas y media como profesional, todas
en los Lakers, y logrando el primero
de sus cinco anillos. Los Sixers de
Julius Erving fueron la primera gran
víctima del único rookie que ha sido
nombrado MVP de la eliminatoria por
el título, premio que alcanzó mere-
IMBORRABLE. El paso de Larry
Brid por la Universidad de
Indiana State fue fundamental
para situarla en el panorama
nacional.
DECISIVO. El genio de Lansing
pasó dos temporadas en Michigan
State y fue MVP de la final ante
Indiana State gracias a sus 24
puntos, 7 rebotes y 5 asistencias.
Magic capitaneó el ‘Showtime’
de los Lakers que atrajo a las
estrellas de Hollywood con un
baloncesto alegre y efectivo
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ron a congraciarse con ella. No consiguió adaptarse a la vida moderna,
cosmopolita y bulliciosa de la prestigiosa universidad del medio oeste. La
presión de pasar de vivir en un pueblo
de 2.000 habitantes a los 33.000 del
campus pudo con el joven Bird, que
volvió a casa tras sólo 24 días allí.
Trabajó para el ayuntamiento tratando la basura o limpiando el pueblo,
pero el baloncesto no se olvidó de él.
Entre 50 y 60 cazatalentos le tentaban, pero fue Bill Hodges, de la humilde Indiana State, quien le convenció. Ya no hubo vuelta atrás. Ganó el
torneo estatal en su retorno. La universidad ya no le era extraña, era una
extensión de su hogar. En ella se sentía cómodo y eso lo demostraba en
la pista. Tanta era su grandeza en el
equipo que su popularidad tuvo eco
a nivel nacional. La prensa comenzó
a fijarse en él cuando condujo a los
invictos y humildes Sycamores al número uno del ranking nacional y a la
final de la NCAA, donde se encontró
por primera vez con Magic. El futuro
jugador de Los Ángeles Lakers y sus
Spar tans de Michigan desper taron
del dulce sueño a los Sycamores.
Sólo fue el primer capítulo de una rivalidad que se convirtió en leyenda y
que fue una bendición para la alicaída
audiencia de la NBA.
No daba el perfil de salvador a su
llegada a la NBA. Su capacidad para
liderar a una de las franquicias más
poderosas de la NBA se ponía en
duda. Su sueldo de 3,25 millones de
dólares por cinco temporadas (un hito
para un novato) ponía la situación un
poco más difícil para el joven jugador.
Pero contradijo a todo aquel que le
puso en duda. A sus habilidades, su
En sus primeros años en la
NBA demostró que podía ser
una gran estrella, a pesar de las
dudas que había a su alrededor
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cidamente después de realizar, con
apenas 20 años, el que el propio
base considera el mejor partido de
su carrera: 42 puntos, 15 rebotes y
7 asistencias en el sexto y a la postre definitivo encuentro de la serie (42), duelo legendario que inició como
pívot ante la ausencia por lesión de
Kareem Abdul-Jabbar, aunque acabaría desplegando el enorme talento con el que contaba desde prácticamente todas las posiciones, ayudado
por su extraordinaria versatilidad,
cualidad que más tarde le convertiría en el segundo jugador con más
triples dobles totales (168) tras Oscar Robertson, y en el mejor en esta
faceta en playoffs (30).
Meses antes había sido elegido
número 1 del draft por los Lakers gracias a una operación de 1976 con
los Jazz, entonces en Nueva Orleans,
que recibieron a cambio a un jugador
estelar de la época como Gail Goodrich, y a un sorteo por la primera elección con los Chicago Bulls en el que
les sonrió la suerte a los angelinos.
Pero la franquicia californiana estuvo
cerca de cometer un error histórico
por el interés inicial de su propietario, Kent Cooke, en seleccionar a Sidney Moncrief, jugador sólido, pero de
nivel inferior al que demostraría posteriormente Magic, a pesar de llegar
a ser cinco veces All Star. Por fortuna para los púrpura y oro, Jerry Buss
compró los Lakers pocas fechas antes del draft y tomó la decisión acertada: “Mis consejeros consideraban
que Moncrief era la mejor opción,
pero yo no tenía ninguna duda”.
El tiempo lo dejó claro, y es que
si hay un nombre que aparece enseguida en la mente de cualquier aficio-
FRIALDAD. El jugador de French
Lick era una bomba en los
momentos finales de todos los
partidos. Siempre lograba la
canasta definitiva.
DESEQUILIBRANTE. Competitivo
como pocos y dotado de una gran
visión de juego, el ‘32’ de los Lakers
era capaz de sacar lo mejor de sus
compañeros en la cancha.
El jugador nacido en la capital
de Michigan se adjudicó tres
veces el galardón de MVP de la
temporada (1987, 1989 y 1990)
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confianza y su juego espectacular se
le unían una moral e inteligencia que
le permitieron orquestar y organizar
un equipo de gran potencial, junto a
hombres de la talla de Robert Parish
o Kevin McHale. Un equipo cuya principal función era la solidaridad. Circulaban el balón hasta encontrar la
canasta fácil, pero siempre teniendo
a Bird como referencia y puntal de un
ataque que siempre debía pasar por
él. “Lo importante no es quién anote
los puntos, sino quién puede hacer
llegar el balón al anotador”, así definía la filosofía de este equipo El paleto de French Lick, apodo como se
conocía a Larry Bird.
En sus primeros cuatro años en la
mejor liga de baloncesto del mundo
fue All Star siempre y logró dos campeonatos, el de 1981 y el de 1984.
Este último se escribió con letras de
oro en la historia del baloncesto. Ver
ganar a Magic los dos últimos campeonatos hicieron saltar algo en el
corazón verde de Bird. Su ética de
trabajo, antes buena, se convirtió en
brillante. Entraba el primero y salía
el último de las sesiones de entrenamiento. Todos sus compañeros le
imitaban y la intensidad que mostraba el equipo en la pista era brutal.
Bird logró el MVP de la liga regular.
Los playof fs por el título del Este
fueron un paseo militar. Las finales
del campeonato nacional fueron otra
cosa. Se abriría el segundo capítulo de la rivalidad contra Magic. Los
Lakers, su rival en las finales, tampoco tuvieron dificultades para vencer
en el Oeste. Ambos jugadores habían
hecho resurgir a sus equipos. Eran
los dos mejores de una Liga que pasaría a ser un fenómeno mundial.
Junto a Robert Parish y Kevin
McHale formó un trío que
pudo frenar el ‘Showtime’ de
Los Ángeles Lakers
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nado al oír la palabra Lakers ése es
Magic Johnson. La estatua de bronce
de cinco metros de altura que adorna
los alrededores del Staples Center,
pabellón actual del equipo californiano, es un buen ejemplo de la relevancia de este ilustre miembro del Hall
of Fame (Salón de la fama) en una
de las entidades deportivas con más
prestigio del planeta. Pero la del draft
de 1979 no fue la única ocasión en
la que pudo acabar defendiendo otra
camiseta. En la temporada 1981-82,
molesto por el juego “lento y predecible” del equipo que propugnaba el
técnico Paul Westhead, que centraba el ataque sobre todo en Abdul-Jabbar, otra de las grandes leyendas
de este deporte, llegó a pedir una salida: “No me divierto, quiero ser traspasado”. Tan sólo dos días después
de estas palabras, fue el entrenador
el que acabó dejando Los Ángeles.
Con ello se produciría el ascenso a
head coach del entonces asistente
Pat Riley, en otra acertada decisión
de Jerry Buss que marcaría el futuro
de la franquicia.
Así, llegarían las presencias casi
constantes en las Finales, multitud
de momentos inolvidables y cuatro
títulos más bajo el liderazgo en la
cancha del célebre ‘32’, el primero
de ellos esa misma temporada, al
superar de nuevo a los Sixers (4-2).
Luego vendrían los legendarios duelos ante los Celtics de Bird, incluida la primera victoria ante estos en
series por el campeonato, después
de ocho enfrentamientos en 1985,
que supuso además la primera vez
que el equipo de Boston veía cómo
un rival celebraba el título en el Garden, su mítica cancha. Poco más tar-
ESTRELLAS. Tanto Larry Bird como
Magic Johnson fueron claves en
el resurgimiento de la NBA, tanto
desde el nivel de juego como a
nivel comercial.
HISTORIA. Larry Bird y Magic
Johnson se enfrentaron en tres
Finales de la NBA, con una
victoria para el alero de los Celtics
y dos para el base de los Lakers.
Miembro del ‘Hall of Fame’, al
igual que Bird, la leyenda de
los Lakers es el líder histórico
de asistencias por partido
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Su rivalidad dentro de la cancha
era absoluta, pero su amistad fuera
de ella era perfecta. Bird fue de los
primeros en recibir del propio Magic
la noticia de que estaba contagiado
con el virus del VIH, y el ‘32’ angelino
estuvo presente durante la retirada
del número 33 de Bird en el TD Garden. Magic llegó incluso a mostrarse
ante todo el público de Massachusetts con la camiseta del de Indiana
y a dirigir las siguientes palabras a
los presentes: “Larr y Bird dijo que
habría otro Larry Bird un día. Y Larry
no habrá nunca, nunca, nunca jamás
otro Larry Bird”.
Los Celtics de Bird se alzaron con
el campeonato tras siete encuentros.
Para el recuerdo está el cuarto partido. Bird, tras un tercer duelo donde
los Lakers arrollaron a los Celtics,
rogó más corazón a sus compañeros. Su frustración caló en sus compañeros, que saltaron a la cancha en
el siguiente duelo como si fuera una
revancha. El parquet se convirtió en
un campo de batalla. Los Celtics marcaron el ritmo del juego e hicieron bajar a la mina a los Lakers. El Showtime angelino chocó contra la dureza
obrera bostoniana. Los Celtics, como
pez en el agua, se llevaron la victoria
en la prórroga y finalmente vencerían
4-3 en las finales, levantando el trofeo Larry O’Brien de campeones de
la NBA en el Garden de Boston.
Bird se coronaría una vez más
campeón de la NBA en 1986, creando una nueva dinastía en la franquicia y un equipo inmortal para la memoria colectiva. La admiración de
los fans con él no sólo se produjo
por volver a situar a los Celtics en
los puestos de honor de la Liga, sino
Alcanzó su primer anillo de
campeón de la NBA en 1981,
tras superar en seis partidos a
los Houston Rockets
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de llegarían sus dos últimos anillos,
éxito que conseguirían los Lakers de
forma consecutiva en 1987 y 1988
ante Boston (4-2) y Detroit (4-3),
respectivamente, back to back que
ningún equipo había logrado desde
los propios Celtics a finales de los
años 60. En ambas Finales, Magic
dejó imágenes que forman parte de
la historia de la NBA, entre ellas el
Baby Sky Hook (gancho marca de
la casa al más puro estilo del Sky
Hook de Kareem) con el que sentenció el cuarto partido frente al equipo
de Massachusetts y la asistencia a
su compañero A.C. Green y posterior
robo decisivo a Isiah Thomas en los
últimos segundos del igualado séptimo contra los Pistons.
Magic Johnson, que promedió
en su carrera en temporada regular
19,5 puntos, 11,2 asistencias y 7,2
rebotes (19,5, 12,3 y 7,7 en playoffs), aún disputaría dos Finales más,
frente a los Pistons en 1989 y los
Bulls de Jordan en 1991, antes de
anunciar su prematura e inesperada
retirada cuando aún no había dado
comienzo el curso 1991-92, tras haber contraído el virus VIH, noticia retransmitida en directo por televisión
a nivel nacional en Estados Unidos
que dejó en shock a millones de personas en todo el mundo, la primera
de ellas Larry Bird, el hombre con el
que se había enfrentado en tantas
batallas, y provocó que otra estrella
de la liga como Charles Barkley luciese el dorsal 32 como homenaje. Ahí
comenzó otra lección de este virtuoso de la canasta nacido en Lansing,
que no perdió la sonrisa y agrandó todavía más su leyenda por la forma en
la que afrontó una enfermedad sobre
OLÍMPICOS. Bird y Magic fueron
dos de los integrantes del Dream
Team que enamoró y fascinó a
todo el planeta durante los Juegos
de Barcelona de 1992.
DREAM TEAM. Ewing, Laettner
Magic, Robinson, Malone, Bird,
Jordan, Daly (entrenador), Barkley,
Mullin, Pippen, Stockton y Drexler
ganaron el oro olímpico.
La retirada de Magic en 1991
como consecuencia de haber
contraído el virus VIH causó
conmoción en todo el mundo
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por un compromiso y un carácter
muy cercano a la de aquella Boston
de descendientes irlandeses, que
se habían ganado la vida desde la
humildad y el trabajo duro. Durante
su estancia en la franquicia de Massachusetts, las butacas del Garden
nunca estuvieron vacías. Nunca más
se volvieron a ver las 1.000 o 2.000
butacas vacías pre-Bird. Su corazón
se parecía al suyo. Aunque él siempre quiso alejarse de esa idea de imprescindible en la historia de la franquicia: “En Boston sí ha habido un
jugador por encima del resto, ha sido
Bill Rusell, siempre será el número
uno, porque todo el mundo se queda
lejos de su marca”.
Ganador de tres MVP de la NBA,
los de 1985, 1986 y el ya mencionado de 1984, y vencedor en las
tres primeras ediciones del concurso de triples durante la celebración
del par tido de las estrellas (1986,
1987 y 1988), dejó para el recuerdo sus 60 puntos ante los Hawks de
1985 y la ovación del publico de Atlanta cada vez que el balón entraba
en el aro. Récord de anotación personal y de la franquicia. Su grandeza
fue tal, que hasta el mismo Michael
Jordan señaló que si tuviera que elegir algún jugador para lanzarse el último tiro, escogería, sin lugar a dudas,
a Larry Bird.
“Sólo tengo miedo de Larry, porque si tiene una oportunidad, ganará”, señaló Magic en una ocasión.
Los Celtics y Bird no volverían a ganar un campeonato pero el que quisiera hacerlo, debía pasar la prueba
del Garden. Equipo de una eficacia
mortal, hecho a imagen y semejanza
de Bird, las lesiones y la edad em-
El tres fue su número: el ‘33’
fue tres veces MVP, ganó tres
campeonatos y tres concursos
de triples
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la que existían muchos prejuicios y
un gran desconocimiento. Los aficionados, que no se resignaban a dejar
de disfrutar de aquel carismático jugador capaz de elevar las prestaciones de todos sus compañeros, seguramente su mayor virtud y de la que
más orgulloso se ha sentido siempre, le votaron para que disputase el
All Star Game de esa misma campaña. Magic jugó el partido a pesar de
las reticencias de varios miembros
de la NBA, algunos de ellos tan ilustres como Karl Malone, y se llevó el
MVP después de dar la enésima exhibición de su carrera.
Meses después formaría par te
del mejor equipo de baloncesto que
se haya visto nunca, el Dream Team
de Estados Unidos que se adjudicó
la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona, después de ganar todos sus partidos por una media de 43,8 puntos de diferencia. En
España, pese a estar renqueante por
una pequeña lesión en la rodilla, Magic continúo ejerciendo de embajador del baloncesto americano, y más
allá de las estadísticas que acumuló
en el torneo (8 puntos, 2,3 rebotes
y 5,5 asistencias), su labor fue clave incluso a la hora de juntar a aquel
equipo irrepetible. De ello puede dar
fe Larry Bird, quien cambió su idea
inicial de no formar parte del equipo
de ensueño tras una llamada de su
viejo rival y amigo: “Vamos a jugar,
necesitamos una emoción más”.
El amor por el deporte que le había dado tanto seguía muy vivo en
Ear vin Johnson, quien reconoció
posteriormente que jamás se hubiese retirado en 1991 de haber tenido
los conocimientos sobre el sida que
LOS MEJORES. El ‘33’ se tuvo que
enfrentar a una generación de
jugadores como Michael Jordan
que marcarían un antes y un
después en el baloncesto.
EMBLEMA. Earvin Effay Johnson Jr.
lo ha sido prácticamente todo en
los Lakers, desde jugador estrella a
entrenador e incluso accionista de
la franquicia californiana.
La medalla de oro en los
Juegos Olímpicos de Barcelona
fue el broche de oro de un
palmarés extraordinario
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pezaron a pasar factura a un jugador que entraba en la década de los
noventa, o lo que es lo mismo, en el
tiempo de Michael Jordan. A pesar
de ello, su calidad y espíritu le mantuvieron en la primera línea de fuego
y, lo que es más importante, contagiando a todo el equipo y a toda una
generación de jugadores que emanan el ADN de la lucha y de la garra
de los Celtics de Bird cada vez que
se enfundan la camiseta verde. En
1990 superó los 20.000 puntos y en
1992 jugó los Juegos Olímpicos de
Barcelona con el Dream Team, que
apabulló a todos sus rivales y que se
colgaron el oro. La magia del baloncesto alcanzó cotas nunca antes vistas durante esa cita olímpica.
El 18 de agosto de 1992, Larr y
Bird anunció su despedida del baloncesto. Tras 13 temporadas, 1.061
partidos y 25.688 puntos en la NBA,
los dolores de espalda consiguieron
lo que ningún rival logró: parar sus
ansias de victoria y juego. Bird no se
desligó del baloncesto. Primero fue
entrenador de la franquicia de su estado, los Indiana Pacers, para luego
pasar a ser General Manager del mismo equipo. Es el único en la historia
de la NBA que ha logrado ser nombrado Novato, Mejor Jugador, Mejor
Entrenador y Mejor General Manager
del año. La gloria de su nombre llegó en 1998 con su inscripción en el
Hall of Fame de la NBA y la subida a
los cielos de Boston de su número
33, cinco años antes, donde observa
el devenir de los nuevos tiempos de
estos Boston que buscan de nuevo
inmortalizar el verde de sus camisetas en la historia de la mejor liga de
baloncesto del mundo.
El 18 de agosto de 1992, los
dolores de espalda provocan
la retirada del baloncesto del
mítico jugador de los Celtics
posee en la actualidad, e intentó volver a la liga después de maravillar en
verano al lado de las megaestrellas
de la selección estadounidense. En
septiembre anunció su regreso, se
entrenó con los Lakers y participó en
varios encuentros de pretemporada,
pero finalmente desistió de volver a
la competición por la oposición de algunos jugadores que se dejaron llevar por el miedo y los prejuicios.
El ansiado momento de su retorno aún tendría que esperar hasta el
30 de enero de 1996, cuando volvió a vestir la elástica de los Lakers
para disputar los últimos 32 partidos
de la temporada regular. A pesar del
tiempo que había estado inactivo,
contar ya con 36 años y estar muy
lejos de su mejor forma física, fue
capaz de promediar 14,6 puntos, 6,9
asistencias y 5,7 rebotes. Tras caer
en primera ronda de los playoffs ante
Houston (1-3), pondría fin definitivamente a su brillante carrera, siempre
ligada a la franquicia californiana,
donde también fue entrenador durante 16 par tidos en la temporada
1993-94 y accionista minoritario.
Hoy, Magic Johnson, que cuenta
con 54 años de edad, es uno de los
personajes más queridos y respetados de la Historia del depor te, no
sólo por el extraordinario legado que
dejó en la cancha con su incomparable estilo de juego, también por la
actitud combativa contra el virus que
le hizo temer por su vida y su constante afán de superación. Toda una
leyenda, con estrella en el Paseo de
la Fama de Hollywood incluida, que
sigue siendo una referencia y ha hecho vibrar, llorar y soñar a millones
de personas de todo el mundo.
AMIGOS. Los míticos duelos
que mantuvieron Bird y Magic
forjaron un gran respeto y
admiración entre ambos.
El carismático ‘32’ de los
púrpura y oro puso punto y final
definitivamente a su carrera en
1996 tras regresar a la NBA
20
21
CRUYFF
40 AÑOS DEL DEBUT DEL PROFETA
El holandés,
primero como
jugador y luego
como técnico y
asesor, dio un
vuelco a la historia
del Barça. Su
estreno con la
camiseta azulgrana
fue el 28 de
octubre de 1973.
22
23
CON AIRE
REBELDE.
La afición
del Barça se
enamoró al
momento de
ese aire de
modernidad
que traía
el jugador
holandés y de
su carácter
rebelde.
MIGUEL ANGEL CALERO /
E
l 28 de octubre de 1973
fue un día grande para el
Barcelona. Ese día, hace ya 40
años, debuta Johan Cruyff (25-41947, Amsterdam, Holanda) con
la camiseta azulgrana. El rival es
el entonces temible Granada, con
fama de matagigantes y con unos
centrales, Aguirre Suárez y Pedro
Fernández, que siembran el terror
entre los delanteros rivales. El público del Camp Nou está expectante. A principios de septiembre
ya ha llenado el estadio para ver
jugar al holandés por primera vez.
En el amistoso contra el Círculo
de Brujas, que termina con 6-0,
Cruyff ha marcado dos goles. Ahora la afición quiere que la exhibición se repita, pero en un partido
de carácter oficial.
El Barcelona ha comenzado la
temporada de forma penosa. En
los siete primeros par tidos de
Liga lleva más derrotas (tres) que
victorias (dos) y ocupa el puesto
14 en la clasificación. El debut oficial de Cruyff se ha retrasado por
problemas burocráticos. El fichaje se confirma el 13 de agosto,
pero Jaap van Praag, el presidente del Ajax, ha demorado el pase
internacional todo lo que ha podido como represalia. Van Praag
había llegado a un acuerdo con el
Real Madrid para vender al jugador por más dinero. En cambio,
el Barcelona, que lleva detrás del
holandés desde hace más de dos
años, ha firmado un contrato pri-
Cruyff es el primer jugador
mediático a nivel mundial.
Cuando ficha por el Barça, ya
era doble Balón de Oro
vado con él por tres temporadas
por un millón de dólares de la época (unos 60 millones de pesetas,
unos 360.000 euros de ahora).
Las negociaciones son el culebrón
de ese verano. Cruyff es el primer
jugador mediático a nivel mundial
de la historia. Valdano, por ejemplo, suele contar que él se enteró
en Argentina de la existencia de la
ciudad de Barcelona por el fichaje del holandés. Es el jugador del
momento. Ha ganado tres Copas
de Europa con el Ajax y dos Balones de Oro (el tercero lo recibirá
EN PRIMER
PLANO. Nada
más llegar,
Cruyff se
colocó como
el líder del
equipo y el
Barcelona
no perdería
ningún
partido de la
Liga 73-74,
que ganaría
de calle.
ya con el Barça). El Ajax sabe que
el Barcelona quiere a toda costa
al primer crack con mayúsculas
de la era moderna e intenta sacar
todo lo posible con su traspaso.
Pide tres millones de dólares por
el jugador, pero el Barcelona está
dispuesto a llegar a poco más de
uno. La operación sólo se desbloquea cuando Cruyff amenaza con
colgar las botas si no se hace el
traspaso: “O juego en el Barça o
me retiro”. Ante esa perspectiva,
el Ajax acepta la oferta.
El Barça tampoco ha fichado
antes a Cruyff porque las fronteras de nuestro fútbol estaban cerradas. En la primavera de 1973
la Federación Española abre la
puer ta a la posibilidad de fichar
a dos extranjeros por club. Incorporado ya el peruano Hugo Cholo
Sotil, el Barça inicia una negociación en paralelo para atar al alemán Gerd Müller por si le falla el
astro holandés. El Real Madrid
apura sus opciones hasta el último momento, con llamadas de
Raimundo Sapor ta, mano derecha de Bernabéu, a Van Praag, el
CON EL 14.
Muchos
jugadores
han llevado
ese número
en homenaje
a Cruyff,
entre ellos,
su hijo Jordi.
En el Barça
también se lo
puso Henry y
ahora lo lleva
Mascherano.
presidente del Ajax, pero Cruyff
se mantiene firme: “Soy un hombre de palabra y se la di al Barça.
No jugaré en otro club. Hace tres
años que espero este momento”.
Como ven, las similitudes con fichajes recientes como los de Bale
o Neymar son evidentes. Pocas
cosas han cambiado en 40 años.
Sólo el precio.
En la foto que da oficialidad al
fichaje, un brindis multitudinario,
aparece Armand Caraben (19312001), economista y gerente del
Barcelona de 1970 hasta 1973,
hombre clave en la gestión del
fichaje, que explicó algunos detalles menos conocidos, en un
documental de Televisión Española: “La operación financiera
se concretó finalmente en un to-
El Real Madrid apuró las
opciones de ficharlo hasta el
último momento, pero Cruyff
había dado su palabra al Barça
24
tal de 120 millones de pesetas
(720.000 euros de ahora). Eran
un millón de dólares para el jugador por tres años y un millón cien
mil dólares de traspaso para el
Ajax. En aquel tiempo el dólar estaba a 58 pesetas, si no recuerdo
mal. O sea que se fue a los 120
millones de los que hablo. Por los
millones que tenía que cobrar Cruyff aquí no había problemas, pero
sí por el traspaso, por la cantidad
que tenía que recibir el Ajax. La
importación de un jugador, de una
persona extranjera, no estaba prevista en la legislación española.
Los buenos oficios de Manuel Ortínez, entonces director general
del Instituto Español de moneda
extranjera, que ya no existe, pero
que entonces era un departamento del Ministerio de Comercio, que
cuidaba de las divisas, nos ayudaron. Él fue el que nos facilitó la
fórmula para hacer la importación
como si fuera un camión, que en
terminología del Ministerio era un
semoviente. Entonces Cruyff entró aquí en España como si fuera un coche. Sí, así se resolvió. Y
muy bien”.
Más que como un coche o un
camión, Cruyff entra en el Barça
como una locomotora. Arrastra a
sus compañeros primero y luego
a todos los aficionados y al club
entero. Para hacerse una idea de
lo que cuesta Cruyf f entonces,
un récord mundial de la época,
hay que decir que el presupuesto del club estaba en los 371 millones de pesetas (2,2 millones
Cruyff fue importado como
si fuera un camión, en la
terminología del Ministerio de
Comercio, como un semoviente
25
GOLEADOR.
Como jugador
del Barcelona,
Cruyff sólo
ganaría una
Liga (73-74)
y una Copa
del Rey en
1978, que en
la imagen de
abajo recoge
de manos de
Juan Carlos I.
de euros). O sea, que casi un tercio del total del gasto se destina
a su incorporación. Un abono del
Barça cuesta entonces 1.500 pesetas (9 euros), ver un partido, 75
(0,45). Hay una crisis económica
global, provocada por el alza en
los precios del petróleo y en España es aún más acusada, como
ocurre en estos momentos, pero
la gent blaugrana, paga su entrada con gusto y abarrota el Camp
Nou para ver debutar a su nuevo
ídolo contra el Granada. Ha estado a punto de quedarse con las
VOLVIÓ LA
ILUSIÓN.
Cruyff llegó
a un club
deprimido y
victimista y
lo transformó
por completo
en lo
contrario, en
lo que es hoy
día, un club
ganador y
optimista.
ganas, pues el transfer internacional ha llegado sólo un día antes del partido, pero la Federación
Española ha actuado con una diligencia que extraña al entrenador
visitante. “No sabía yo que la Federación trabajara los sábados
por la tarde”, diría José Iglesias,
Joseíto, tras la derrota de su equipo por 4-0.
En cambio, la Prensa se entusiasma. “Resucitó el fútbol espectáculo”, titula AS en su portada al
día siguiente. “El Barcelona bordó
el juego y ‘jugó” con su adversa-
rio”, puede leerse en páginas interiores. La crónica habla de un
“debut afortunadísimo de Cruyff,
que, si bien en la primera mitad
pasó desapercibido, en la reanudación brindó jugadas de gran genialidad, proporcionando pases
milimétricos”. “Comienza la era
Cruyff”, anticipa el Mundo Deportivo, que dentro elogia el papel
del holandés: “Eje, centro y motor de esa estimable resurrección
atacante azulgrana, ha sido el ostensible catalizador de una línea
delantera, en la que Marcial y So-
FUTBOLISTA
TOTAL. Cruyff
se estrenó
en Liga
marcando
un doblete
al Granada y
luego dejaría
goles para
la historia,
como aquel
que le marcó
en escorzo al
Atlético.
til, cada uno a su manera, dentro
de su estilo, no han desmerecido
del gran juego del flamante fichaje
azulgrana y nos han brindado varias jugadas de las que consiguen
poner en pie a los graderíos”.
Cruyf f acaba el par tido con
un doblete. Inter viene en el primer gol de De la Cruz y marca el
segundo, a pase de Marcial. El
cuar to es su primera gran obra
de arte, un impresionante zurdazo desde fuera del área que entra
por la escuadra. No hay exageración. El tanto está grabado y pue-
de verse en youtube. El 4-0 es el
primer apunte de lo que pasaría
después en aquella Liga 73-74.
El Barça la ganaría de calle, con
resultados que han quedado para
la historia, como el 0-5 del Berna-
Su debut liguero ante el
Granada fue “espectacular,
afortunadísimo, genial”, según
relata la prensa de la época
26
béu, y algunos goles que jamás se
irán de la memoria, como el que
le hizo en un escorzo imposible y
de tacón al Atlético de Miguel Reina, el padre del actual portero del
Nápoles.
Contra todo pronóstico, el impacto del Cruyf f jugador en el
Barça se limita a esa primera
temporada, pues en las cuatro
siguientes en que vistió la camiseta azulgrana sólo levantaría la
Copa del Rey de 1978. A pesar de
todo, Cruyff echó raíces en el club
y en la ciudad. A su primer hijo le
puso Jordi, se compró una casa
en El Muntanyá, al lado de la que
ocupaba la familia de Armand Carabén, y la afición se enamoró de
ese aire de modernidad que traía
y de su carácter rebelde. Siempre
se ponía de su parte en los diversos conflictos que generó, sobre
todo con la directiva y con el técnico alemán Weisweller.
Tras esa primera temporada,
al club regresa ese aire deprimido, voluble, fatalista, victimista,
que llevaba sin ganar una Liga 13
años, ese aire que se llevó el viento de la llegada del holandés. Hasta su vuelta como entrenador, ya
en 1988, el club sólo celebraría
la Liga de Venables (84-85). Para
entender la importancia del Cruyff entrenador, sólo hay que ver
que el club había levantado dos
ligas en más de 30 años. Y que
había fracasado en sus dos intentos más claros de obtener la Copa
de Europa (1961 contra el Benfica
y 1986 contra el Steaua). Cruyff
Como entrenador, Cruyff llegó
en 1988 e implantó un estilo
de jugar que se mantiene hoy
día 25 años después
27
LA PRIMERA.
Un gol de
Koeman, en la
prórroga de la
final contra el
Sampdoria,
dio al Barça
la primera
Copa de
Europa de
su historia
en 1992, un
título que el
club festejó a
lo grande.
forjó el que pasaría a la historia
del fútbol como el Dream Team,
un equipo que ganó cuatro Ligas consecutivas (1991,92,93, y
94) y que llevó al club su primera
Copa de Europa (1992). El técnico
holandés se sentó en el banquillo,
de nuevo tras otra época convulsa
de la entidad, justo después del
Motín del Hesperia, donde la plantilla del Barça pidió la dimisión del
presidente José Luis Núñez, algo
insólito antes y después, en el
mundo del fútbol.
Lo que no consiguió en su épo-
EN EL
BANQUILLO.
Cruyff volvió
al Barça diez
años después
de irse como
jugador
para forjar el
Dream Team,
que ganó
cuatro Ligas
seguidas y la
primera Copa
de Europa.
ca de jugador sí lo hizo como entrenador y más tarde, como ideólogo o asesor en la sombra del
club, también tras otra etapa oscurísima, sin títulos y llena de conflictos, como fue la presidencia de
Gaspar t. A pesar de que ahora
esté peleado con Rosell (“No volveré al Camp Nou mientras él sea
presidente”), en la época de Laporta recomendó para el banquillo
primero a Rijkaard y luego a Guardiola, con el que el Barça alcanzó el hito más grande de su historia: ganar seis títulos en un año,
2009. Cruyff había entrenado a
los dos técnicos cuando eran jugadores, a uno en el Ajax y a otro
en el Barcelona. En los últimos 25
años, el club cambió por completo y buena parte de culpa en esa
transformación hay que achacársela a Cruyff, cuya paternidad, si
no en el estilo en sí, al menos en
la institucionalización de ese mismo estilo de toque y juego coral
que le caracteriza. Es una idea
que funciona como una religión y
que tiene numerosos apóstoles.
Todo el club, desde prebenjami-
CON
LAPORTA.
Cruyff asesoró
en la sombra
al club
durante la
presidencia de
Joan Laporta.
Primero
recomendó
como técnico
a Rijkaard
y después a
Guardiola.
nes hasta profesionales, lleva
jugando así desde hace 25 años.
En este tiempo, el Barcelona ha
ganado 4 Copas de Europa, 2
Mundiales de Club, 2 Recopas, 4
Supercopas de Europa, 12 Ligas,
6 Copas y 10 Supercopas de España. En total, 40 títulos. O sea,
más de la mitad de todos los que
existen en las vitrinas del club
azulgrana, que va camino de los
114 años de historia. O sea, un
club perdedor y victimista transformado en uno de los mejores y
más ganadores del mundo y de la
historia. Todo por obra y gracia de
Cruyff, al que muchos aficionados
le reconocen el título de profeta
del barcelonismo y que debutó
oficialmente un 28 de octubre de
1973, hace ya 40 años.
En los últimos 25 años el
Barça ha ganado 40 títulos,
más de la mitad de todos lo
que tiene en sus vitrinas
28
29
Atlético desde
niño, desde que
su tío le llevaba al
Metropolitano, vio
cumplido su sueño
cuando debutó con
la camiseta rojiblanca
en 1970. Nueve años
en el Calderón, 269
partidos y 6 goles. Y
lo mejor de todo, el
reconocimiento de
la afición cuando fue
homenajeado en 1980.
JOSÉ LUIS
CAPÓN
EL TORITO DE EMBAJADORES
30
31
JUAN CASÁÑEZ /
J
osé Luis Capón. Atlético y
castizo. Castizo y atlético.
Esa sería la mejor forma de definir a uno de los jugadores carismáticos del Atlético de Madrid. Su
afición por los colores rojiblancos
los heredó y los prolongó con su
prolífica etapa en la que vistió la
casaca colchonera: “Yo era aficionado del Atlético desde pequeñito. Vivía en Legazpi y e iba
en Metro hasta Cuatro Caminos
para ver al equipo al Metropolitano. Tenía un tío, que era guardia,
que me esperaba allí en la puerta
del subterráneo e íbamos juntos a
los partidos”. El fútbol, como para
muchos niños, era una válvula de
escape de aquel Madrid de barrio
de finales de los 50: “Yo era un pícaro de niño. Era un chico de barrio y siempre me escapaba del
colegio. Lo hacía para jugar. Mi
padre, y también mi tío, me castigaban. Yo era muy inquieto. Ellos
vieron la manera perfecta de que
me desfogase: con el fútbol”.
Su vida futbolística y personal
la desarrolló junto a un compañero, vecino y amigo: Salcedo. Juntos comenzaron a dar patadas al
balón sin un horizonte fijo hasta
encontrarse defendiendo los colores de su club en un mismo vestuario. “Mi carrera siempre estuvo
ligada a la de Salcedo, gran amigo
SANGRE ROJIBLANCA POR SUS VENAS. Capón jugó 269
partidos como rojiblanco y marcó seis goles. El 25 de
noviembre de 1980 fue homenajeado en el Calderón.
mío. Empecé con 12 años en un
equipo de barrio junto a él”. Para
Capón, su infancia son recuerdos
de balón, familia y el barrio. “Un
día un ojeador vino a verme. Me
dijeron que querían hacerme una
prueba con el Plus Ultra. A ella me
llevó el panadero de mi barrio. Mi
padre ya no estaba y yo no tenía
cómo ir. Era una época bonita, vivía en un barrio con un gran ambiente familiar. Los entrenamientos me apasionaban”.
La casualidad, el amor por el
Atleti y la amistad con Salcedo hicieron que Capón pudiera fichar
por el equipo colchonero. El Madrid le quería, pero el destino para
el joven muchacho era el club de
su vida, por el que suspiraba desde las gradas del Metropolitano
cuando iba con su tío. “De repente, el Madrid se interesó por Salcedo y por mí. Sin embargo, él me
llamó para decirme que también
tenía una oferta del Atlético. Que
yo hiciese lo que quisiera. Llamé
al Atleti para ver si me quería y me
dijeron que sí. Ni lo dudé. En cuestión de 24 horas pasé de vestir de
blanco a fichar por el Atlético”.
Se fogueó en el Reyfra y en el
Burgos antes de llegar definitivamente al Atlético. De joven pudo
firmar por el Madrid, pero tras su
etapa burgalesa, el Barcelona
también llamó a la puerta del que
sería mito rojiblanco. “Luego, des-
MUY QUERIDO EN EL CALDERÓN. Capón fue un lateral
que dejó huella en el Atlético. A la izquierda, con
Alfonso Cabeza, expresidente, el día de su homenaje.
32
33
RECUERDOS Y RECONOCIMIENTO. Capón, que vivió una de las noches más
tristes del Atlético, cuando perdió la final de la Copa de Europa ante el Bayern
de Múnich, recibió la Medalla de Plata al Mérito Deportivo. En la imagen de la
derecha, junto a dos atléticos insignes: Bernando Salazar y Petón.
DOS
CESIONES.
Capón fichó
por el Atlético
y para que
se fogueara
le cedieron
al Reyfra.
Regresó a la
disciplina
rojiblanca y
a la siguiente
volvió a
marcharse
con destino
a Burgos. A
partir de ahí,
ocho años
más en el
Atlético.
pués de fichar por el Atleti, jugué
en el Reyfra. Más tarde me cedieron al Burgos, que militaba en Primera, e hice una gran campaña.
Así, en 1972 ya formaba parte de
la primer plantilla del Atlético. Antes de eso, el Barça se interesó
por mí tras mi gran campaña en
el Burgos. ¡Pero no sabían que
per tenecía al Atleti!”, recuerda
Capón. El sueño se empezaba
a cumplir: “Jugar en el Atleti era
muy difícil, porque era una época
gloriosa del club. Aún así, nunca
fui reserva. Yo admiraba a Gárate,
Ufarte, Melo, Calleja y de repente
me vi allí”.
Llegó como el sustituto de Calleja en 1972, pero por detrás de
Panadero Díaz. Sin embargo, la
casualidad volvió a colocar a Capón en primera línea. “Lo dejó Calleja y yo fui su sustituto. En principio, habían fichado a Panadero
para ese puesto. Sin embargo, no
pudo jugar al principio, ya que no
tenía todos los papeles en regla.
Así que me dieron la oportunidad.
Me otorgaron mucha confianza y
respondí. Jugué y me quedé con
el puesto. Y así hasta llegar a casi
300 partidos”. Tras su debut esa
temporada, se quedó en el Atlético durante los ocho años siguientes. Jugó 269 partidos como rojiblanco y marcó seis goles. Lateral
izquierdo desde siempre, no titubeaba si tenía que jugar en la ban-
da derecha. “Donde más cómodo
estaba era de lateral izquierdo,
aunque podía jugar en ambas bandas”, presume ahora Capón.
Sin embargo, el exrojiblanco
tuvo que vivir en primera persona el momento más amargo de la
historia del Atlético. Formó parte
del once que disputó la final de
la Copa de Europa frente al Bayern de Múnich. “Fue el momento
más triste de mi carrera. Podíamos haber sido el mejor equipo
de Europa”.
Sin embargo, si hay algo que
enorgullece a Capón por ser atlético es la afición del club madrileño: “Nuestra hinchada es lo que
enriquece a la entidad”. Unos seguidores que siempre quisieron al
‘Torito de Embajadores’: “Me llamaban el ‘Torito de Embajadores’.
Yo vivía en la calle Jaime I, que era
por donde bajaban a las reses al
matadero. Y de ahí el nombre. No
sé por qué será, si será el bigote
o que lo entregaba todo, pero los
aficionados me querían mucho”.
Su reconocimiento le llegó con el
partido de su despedida. El 25 de
noviembre de 1980 vio como el
estadio Vicente Calderón le rendía un merecido tributo. Además,
recibió la Medalla de Plata al Mérito Deportivo. Pero su mayor orgullo siempre será sentirse castizo
y rojiblanco. Rojiblanco y castizo.
El ADN de Capón.
34
35
LOS INICIOS DE
KAKÁ
EL TRIUNFO DE LA FE
Y LA PERSEVERANCIA
Antes de su salto a Europa,
el brasileño tuvo que
sobreponerse a un retraso
en su crecimiento óseo y
a un accidente que pudo
haberle dejado paralítico.
JESUCRISTO,
SIEMPRE
PRESENTE.
Tanto dentro
como fuera
del campo,
Kaká siempre
tiene presente
su fuerte
sentimiento
religioso.
En esta
imagen, en
sus botas: ‘Yo
pertenezco a
Jesús’.
MARIO CORTEGANA /
M
arcaba el calendario el
22 de abril de 1982,
cuando en Brasilia, capital de
Brasil, donde el fútbol encuentra
su significado más alegre y festivo, empezaba a alumbrar una
futura estrella del fútbol. Dicho
día, Bosco Izecson, ingeniero civil, y Simone Cristina dos Santos,
maestra de primaria, fueron padres de un niño al que bautizaron
Ricardo Izecson dos Santos Leite. A su hermano pequeño, Digão
(futbolista profesional), le debe el
sobrenombre por el que se le conoce mundialmente, Kaká, ya que
era incapaz de pronunciar “Ricardo” de forma correcta.
Kaká nació en el seno de una
familia de clase media, lo que le
alejaba del prototipo de futbolista brasileño criado en la pobreza
y que se iniciaba en el fútbol entre favelas. Si algo caracterizó al
mediapunta desde bien pequeño
fue su empeño por conseguir su
sueño: ser futbolista profesional.
Para ello, pese a que no sea vox
pópuli, tuvo que recorrer un camino lleno de obstáculos en forma
de problemas físicos. De no haberlo conseguido, hubiera seguido los pasos profesionales de su
padre.
Cuando tenía cuatro años, los
derroteros del trabajo de su padre
llevaron a toda la familia a trasladarse a Sao Paulo, lugar del que
Kaká se siente natural y en el que
se crió. Allí se dieron sus inicios
futbolísticos, en el equipo de fútbol sala del colegio Baptista Brasileiro, donde era conocido como
Ricardinho. Era superior al resto y
un profesor telefoneó a su madre
Le debe su apodo de ‘Kaká’
a su hermano pequeño, que
era incapaz de pronunciar
“Ricardo” correctamente
para aconsejarla que le apuntase
a una escuela de fútbol. Académicamente, sobresalía en Matemáticas y Religión. En 1989, su madre
le apuntó a la escuela dirigida por
Andrés Córdoba, quien le condujo
al Alphaville Tenis Club para integrarlo en el Soccer Brasil, con el
que jugó su primer torneo fuera de
las fronteras brasileñas, el de La
Serena, en Chile, en el que fue el
máximo goleador.
Después, sus padres le llevaron a probar al Sao Paulo, donde
causó gran asombro entre los técnicos. Tenía ocho años y su entrada en el club paulista inició una
larga y dura travesía que desembocó en el primer equipo, previa
superación de dos contratiempos
INFANCIA
ACOMODADA.
Pese a no ser
lo usual en
Brasil, gracias
a su familia,
Kaká nunca
pasó hambre
y obtuvo una
formación
académica
adecuada.
que marcaron su infancia futbolística y que fueron los contrapuntos a una niñez sin problemas de
hambruna o de formación académica, algo muy frecuente en los
otros chicos de su edad. De hecho, en las categorías inferiores
del Sao Paulo fue apodado como
‘El Príncipe’ por las diferencias
económicas existentes.
Kaká tuvo que sobreponerse a
dos grandes golpes que le presentó la vida: uno genético y otro en
forma de accidente.
Con 12 años era más bajo
que el resto de niños de su edad.
Unas pruebas le diagnosticaron
un retraso de dos años en la edad
ósea, lo cual le hacía frágil y echaba para atrás a los entrenadores
a la hora de alinearlo. La solución,
esperar y mucho esfuerzo y sacrificio para evolucionar físicamente:
horas y horas de gimnasio, que
era la principal directriz de unos
técnicos del Sao Paulo que confiaban mucho en su potencial.
Kaká contó con la inestimable
ayuda de Turibio Leite, fisioterapeuta del club. De acuerdo con la
complexión de sus padres, pronto se descartó que se tratase de
un problema heredado. Ya con 15
años, Kaká cambió su dieta alimenticia, algo duro y raro en un
chico de su edad: la ingesta de hidratos y vitaminas para incrementar la producción calórica pasó a
ser capital. Además, pasaba seis
horas diarias en las instalaciones
del club (la mitad, en el gimnasio),
tres más que el resto de sus compañeros, que sólo se entrenaban
en el campo. A par tir de los 18
años empezó a ponerse al nivel
físico de los demás e incluso a
superarles, ganando 13 kilos en
dos años y obteniendo el récord
histórico en los test de resistencia del Sao Paulo. Las ocasionales dudas pasaron a ser pretéritas y las esperanzas, realidades:
resultaba una obviedad que sería
una estrella mundial.
Turibio Leite volvió a ser el ángel de la guarda del brasileño, ya
PERSEVERANCIA.
Ya en las
inferiores del
Sao Paulo, Kaká
trabajaba el
doble que sus
compañeros
para solucionar
sus problemas
físicos.
que años después fue clave en la
recuperación de Kaká tras un grave percance. Y es que, cuando la
luz aparecía al final del túnel, llegó un apagón: sufrió un accidente
que pudo dejarle paralítico.
En octubre de 2000, jugaba en
el Juvenil del Sao Paulo y, a mediados del campeonato, fue sancionado por acumulación de tarjetas amarillas y aprovechó el fin
de semana libre para visitar a sus
abuelos. Fue con su hermano a
un parque acuático y, saltando al
agua, su cabeza golpeó contra el
fondo de la piscina, fracturándose la sexta vértebra y recibiendo
cuatro puntos de sutura. Pese a
que inicialmente no pareció muy
grave, dos días después saltó la
alarma a raíz de unos mareos y
dolores en las cervicales durante
los entrenamientos. Una revisión
evidenció el daño en la vértebra
y se celebró el estado de Kaká,
puesto que los médicos coincidieron en que fue una suerte que
no se hubiera quedado paralítico.
Él jugador, sin embargo, descartó que fuera un designio del azar:
“No creo que fuera la suerte; creo
que Dios me estaba protegiendo”.
Kaká reconoció que las bases
fundamentales para su reconstrucción física fueron la perseverancia, la pelea, el trabajo duro y
el resguardo en Dios. “Creo que
Dios tuvo un propósito en ese
accidente y creo que no fue coincidencia. Fue algo que sucedió
apenas antes de empezar la bendición de mi carrera como jugador
profesional”, aseguró. Pero no se
conformó con recuperarse, sino
que elaboró una lista con cinco
38
objetivos principales de cara al futuro: volver a los terrenos de juego, firmar un contrato profesional,
jugar con la selección brasileña,
fichar por un club europeo importante y ganar un Mundial.
Estas vicisitudes por las que
pasó Kaká pusieron los cimientos de uno de los mejores centros
de alto rendimiento del mundo, el
del Sao Paulo, puesto que el club,
sabedor del potencial del centrocampista, se decidió a invertir en
maquinaria importante.
Estuvo alejado de los terrenos
de juego desde el accidente hasta finales de año. Regresó a los
entrenamientos en enero, ya en
2001, cuando fue llamado para jugar con el primer equipo del Sao
Paulo, con el que debutó a los 19
años. Era distinto, extraordinario:
poseía una zancada privilegiada y
una pegada difícil de igualar; una
gran habilidad, una elegancia innata y un don para mantener la
verticalidad con un equilibrio demoledor.
Fue Osvaldo Álvarez ‘Vadao’,
entrenador del equipo brasileño por entonces, quien le dio la
alternativa. Kaká, suplente por
aquel entonces en el filial, estuvo
en varios entrenamientos del primer equipo y no volvió a las categorías inferiores. De este modo,
Kaká debutó con el Sao Paulo el
1 de febrero de 2001, cerca de
cumplir los 19 años. Partió desde
el banquillo y entró en la segunda
parte de un partido que acabó con
1-1. En la serigrafía de su zamarra
se podía leer el nombre ‘Cacá’ y
el dorsal ‘30’. Pasaron tan sólo
3 días para que repitiera oportunidad y, además, con estreno goleador: fue en una victoria por 4-2
Tras el gran partido del
Centenario en el Bernabéu, el
Madrid descartó su fichaje por
lo mal que sonaba su nombre
39
ante el Santos. Su primera gran
actuación data del 7 de marzo de
2001, en la final de la Copa RioSao Paulo. Ingresó en el campo
con 0-1 a favor del Botafogo, en
la segunda parte, y, ante 70.000
personas, volteó el resultado con
dos goles en un abrir y cerrar de
ojos que valieron el único título
que ganó en Brasil. El año acabó
con 12 goles en su haber y siendo
la estrella del equipo.
El 31 de enero de 2002 llegó
su primera convocatoria con la selección brasileña. Scolari le citó
para medirse a Bolivia en Goiania, en un amistoso que acabó
con victoria brasileña por 6-0. En
el verano fue a su primer Mundial,
el de Japón y Corea (2002). No
llegó a jugar ni media hora (ante
DEBUT DE
‘CACÁ’. Su
debut con
el primer
equipo del
Sao Paulo fue
el 1 de febrero
de 2001, con
‘Cacá’ y el 30
a la espalda.
Salió en la
segunda
mitad y el
resultado
final fue 1-1.
Costa Rica), pero le permitió vivir
en primera persona el quinto entorchado mundial de la Canarinha
y el resurgir de un Ronaldo Nazario que le llamaba ‘Kakito’ y que,
como expresó Kaká, le trató como
un padre a su hijo pequeño.
El 20 de diciembre de 2002
dejó su car ta de presentación
en Europa, en un escenario sin
parangón: el Santiago Bernabéu. Fue en un par tido con motivo de la celebración del centenario del Real Madrid, en el que
se midieron el conjunto blanco y
una selección FIFA. El choque finalizó con 3-3 y Kaká hizo el segundo. Venía de ganar el Mundial
con Brasil y de ser elegido jugador revelación del Brasileirao. Un
año más tarde, en julio de 2003,
su representante, Wagner Ribeiro,
ofreció el traspaso del jugador por
ocho millones al club blanco. El
gran desembolso por Beckham y
lo mal que sonaba en la directiva
su nombre futbolístico frustraron
el fichaje. El propio Ribeiro, representante de Kaká en 2002, dijo
en Brasil en 2010 que podría haber jugado en el Getafe: “Había
acuerdo entre el Madrid y Ricardo
por siete millones y la idea era cederlo al Getafe”.
En sus tres temporadas en el
Sao Paulo (2000-01, 01-02 y 0203), jugó 56 partidos y marcó 22
goles, ganándose el reconocimiento y cariño de sus compañeros y
del público. El siguiente paso,
irremediablemente, era el salto a
Europa. Tras rechazar a grandes
clubes europeos, Leonardo consiguió su contratación para el Milán
en agosto de 2003, previo pago
de 8,5 millones de dólares. Pero
ésta es otra historia…
Religión y familia.
Más allá del fútbol, no cabe duda
de que la vida de Kaká se sustenta en dos pilares básicos: su familia y la religión. Con 12 años ya
había ingresado en el ‘Renacer en
Cristo’ por voluntad propia, puesto que sus padres siempre respe-
CAROLINE
CELICO.
Debido a
las firmes
creencias
religiosas de
ambos, no
mantuvieron
contactos
sexuales
hasta su
enlace.
taron la idea del bautismo opcional, a elección propia. Este hecho
descar ta la teoría extendida de
que su fe tiene origen en el grave
accidente que pudo dejarle paralítico, si bien es cierto que éste
reforzó sus convicciones. No sorprende que Kaká alce los brazos
señalando al cielo en sus celebraciones y que aparezcan en ellas
camisetas que rezan ‘I Belong to
Jesus’ (‘Per tenezco a Jesucristo’), o que rece dos veces antes
de cada encuentro: una en el vestuario y otra cuando salta al campo. Tampoco llaman la atención,
pues, sus reconocidas intenciones de estudiar Teología e incluso convertirse en pastor evangélico. Kaká siempre mantuvo que
juega al fútbol “porque tengo un
talento dado por Dios”.
Conoció a su actual esposa,
Caroline Celico, en 2002. Ella tenía 15 años y él 20. La boda tuvo
que esperar hasta que ella cumpliera los 18. Debido a las creencias religiosas de ambos, se mantuvieron al margen de contactos
sexuales hasta el matrimonio,
algo que nunca han ocultado, sino
más bien lo contrario. Un ejemplo
de ello son estas declaraciones
de Kaká: “Caroline y yo nos besábamos, el deseo existía, pero
siempre supimos controlarnos.
Para nosotros, la primera noche
fue bellísima”. Fruto de la unión
de ambos son sus dos hijos, Luca
e Isabella.
Kaká se caracteriza, además,
por su solidaridad. Más allá de
donaciones a diferentes iglesias,
participa en proyectos y colabora
con asociaciones caritativas como
‘Atletas pela Cidadania’.
40
SENSACIÓN.
Meilutyte mezcla
una cualidades
excepcionales para
nadar, junto al
desparpajo que
le dan sus apenas
dieciséis años.
41
LA SIRENA DEL BÁLTICO
PABLO M. FUENTENEBRO /
C
on quince años era campeona olímpica; con dieciséis, del mundo. Ruta Meilutyte (19-03-1997, Kaunas) se ha
convertido en apenas un año en
toda una estrella y ha igualado en
popularidad a mitos del baloncesto lituano. Sabonis, Marciulionis,
Chomicius, Kur tinaitis, Karnisovas, Stombergas, Jasikevicius,
Timinskas… eran hasta la fecha
los depor tistas más recordados
de la exrepública soviética, y ahora este país, que se extiende a lo
largo de 65.200 km2, bañado por
el Mar Báltico, tiene en Meilutyte
a su mejor embajadora.
En un país donde los poco más
de tres millones de habitantes viven por y para el baloncesto, sorprende ver que la joven deportista
destaque nada más y nada menos
¿Una nadadora
lituana? La joven,
de 16 años, es la
nueva sensación de
la natación mundial
y parece que no
tiene limites. En
Lituania ya es toda
una estrella y eso
que es un país con
escaso interés en
la piscina.
que dentro de la pileta. El baloncesto es el deporte nacional, con
13.500 licencias masculinas y
5.000 femeninas, mientras que
de otros depor tes apenas hay
arraigo, la natación entre ellos.
Lituania consiguió cinco medallas en los Juegos Olímpicos de
Londres 2012, las mismas que en
Pekín 2008 y Sydney 2000, y su
tope desde la desmembración de
la URSS. Uno de los oros fue para
Meilutyte, en 100 metros braza; el
otro para la mujer que le roba los
pocos focos a la sirena lituana,
la pentatleta moderna Laura Asadauskaite. El pentatlón moderno,
disciplina que combina la esgrima, el tiro con pistola, el salto de
obstáculos a caballo, la carrera y
la natación, es muy querido en la
república báltica.
Con anterioridad, Romas Ubartas, lanzador de disco, abrió el
camino y consiguió el primer oro
para la recién refundada Lituania
en Barcelona 1992. Luego llegarían los oros en Sydney 2000 y
Atenas 2004 de Virgilijus Alekna,
también en disco. Tiro, ciclismo,
remo, heptatlón, vela, lucha grecorromana, piragüismo y boxeo,
junto al mencionado pentatlón
son las otras pocas disciplinas
que han conseguido medalla para
MEILUTYTE
42
43
ORO OLÍMPICO. La lituana se dio a conocer mundialmente
tras batir a grandes de la braza en la final de los 100 metros
en los Juegos de Londres. Meilutyte tenía sólo 15 años.
Lituania en unos JJ OO, aparte del
baloncesto (tres bronces olímpicos consecutivos). ¿Y del deporte rey en Europa? del fútbol, ni
hablamos. Su selección ocupa el
puesto 103 en el ránking FIFA, justo por detrás de Zimbabue, para
hacernos una idea.
Revelación.
Aún así, lo logrado por Meilutyte, y
con sólo quince años, es un éxito
difícil de igualar en Lituania. Nadie en el país podía imaginar que
tendría una campeona olímpica en
natación, aunque lo cierto es que
Meilutyte ya había dado signos
de su inmensa calidad (oro en los
100 braza) en 2011 en el Festival
Europeo de la Juventud, disputado
en Turquía. Fue su bautismo en el
escaparate continental.
La joven Meilutyte llegó en
2009 al Reino Unido con su padre; antes, con cuatro años, perdió a su madre, atropellada por
un vehículo. Sus familiares ven en
‘Ruta’ el vivo retrato de su madre.
“La primera vez que me metí en
la piscina, lo hice en la parte más
profunda y casi me ahogo”; dato
revelador, porque a pesar de dar
clases en el Kaunas Swimming
School, era poca la relación de
Meilutyte con el agua, hasta que
entró a formar parte de la presti-
MUNDIALES DE BARCELONA. Meilutyte, más madura, enseña
orgullosa la medalla de plata conseguida en los 50 metros
braza. En semifinales, había batido el récord del mundo.
giosa institución inglesa Plymouth
College, uno de los centros de tecnificación más impor tantes del
país en natación, y también lugar
de estudio para Tom Daley, el más
que prometedor saltador de trampolín británico. Tener un 43 de
talla de pie con 13 años, tal vez
haya ayudado, aunque no es una
nadadora muy alta, 1,72 (la súper campeona Missy Franklin llega a los 1,85); su peculiar estilo
de natación le hace casi imbatible
en la braza, su especialidad, y ha
pulverizado en apenas un año los
récords mundiales. En los Juegos
de Londres consiguió la sorprendente medalla de oro en 100 me-
tros braza, superando a la potente norteamericana Rebecca Soni.
Y eso porque los 50 braza, otra
de sus distancias campeonas, no
es olímpica. Aunque probó suerte en Londres en los 50 y 100 libres sin destacar, es en la braza donde de momento Meilutyte
domina con mano de hierro, y en
las pruebas de velocidad donde
a poco que se dosifique y mejore
la técnica tiene un “futuro prometedor”, como pronosticaba a los
cuatro vientos cualquier especialista de natación en los pasados
Mundiales de Barcelona. Ya en los
campeonatos Junior de este año
se llevó el oro en los 200 estilos
(a parte de otros tres oros y dos
platas), y con margen de mejora,
margen que le concede sus casi
insultantes 16 años.
¿Mejor de la historia?
Muy potente, con una musculatura, sobre todo un tren superior,
que sorprende en un cuerpo femenino aún por formar, Meilutyte no
pierde un ápice su juvenil sonrisa,
su melena rubia que deja ver su
cara aniñada. Su gran flotabilidad
junto a una técnica exquisita para
encadenar los movimientos acompasados de la braza y una concentración entre extrema y despistada (se atrevió a salir al Centro
Acuático de Londres antes de la
final de su consagración con la
mano izquierda en el bolsillo y un
rostro pétreo que sólo interrumpió un débil resoplido, como quien
pasea por el parque) la hacen una
nadadora única para la braza (su
récord mundial lo atestigua; 1:04:
35 segundos) y una de las reinas
futuras de la natación mundial.
“Obviamente, estaba ner viosa,
pero era sólo un minuto de carrera, y pensé: ‘no hay nada que
perder”, y le fue bien. Apoyada en
una rápida puesta en escena desde el poyete (uno de sus puntos
fuertes para las pruebas rápidas
de libre) y con una frecuencia de
44
brazada espectacular, Meilutyte
se ha convertido “en una anomalía histórica” para
un país en el sólo existen tres piscinas olímpicas (50mx25m). Lituania ha encontrado a una joya deportiva en uno de los deportes más mediáticos del planeta.
“No puedo creerlo, es demasiado para mí”, pronunció Meilutyte tras alzar los brazos hacia el cielo (homenaje a su madre) después de ganar el oro olímpico, y aún ignorante de que a pocos
kilómetros de allí, el alumnado de su escuela brincaba de alegría por su gesta. Desde entonces, su crecimiento ha sido un no parar, sorprendiendo incluso a su propio entrenador, Jon Rudd. “Nunca me lo tomé demasiado en serio (la natación) hasta que batí el primer récord nacional de mi país”, suele relatar la propia adolescente.
Aunque lo cierto es que el entrenador que le dirigió en sus primeras brazadas, Giedrius Martinionis, no dudó en afirmar
que “llegará (Meilutyte) a un momento en que batirá todos los registros del país”. Se quedó corto, porque en los Mundiales
de Barcelona fijó dos nuevos récords del mundo en 50 y 100 braza.
¿Puede devorar la presión a una joven de tan sólo 16 años que se abriendo los programas más importantes de su país? Parece
que no, a tenor de la anécdota que aún recorre los pasillos de Plymouth College. Uno de sus profesores la interrogó sobre si echaba
de menos hacer cosas normales de adolescente con tanto entrenamiento en la piscina. “Mira, esto será unos cuantos años, luego tendré un montón de tiempo para ir a fiestas, cuando haya terminado; ahora mi objetivo es ganar una medalla olímpica”, le respondió, con una
madurez envidiable. Para hacernos una idea de lo centrada que está la cabeza de la adolescente lituana.
Elegida deportista del año 2012 en Lituania, Meilutyte despejó todas las dudas antes del Campeonato Mundial de Barcelona sobre su posible paso a la ciudadanía británica, ya que Meilutyte vive, estudia y se entrena en Inglaterra. “Siempre voy a
representar a mi país, por mucho que me guste estar en Gran Bretaña”. ‘Ruta’ se siente lituana y ya ha
hecho del gorro verde una de sus señas de identidad. Su medalla de oro en los Juegos, sus
récords mundiales en Barcelona y su llorera interminable en lo alto del pódium de
Londres le han convertido en una figura… que dará mucho que hablar.
45
Ruta tiene un 43 de talla
de pie desde los 13 años y
una frecuencia de brazada
superior al resto
MAL TRAGO.
La ceremonia
de entrega de
medallas en los
Juegos de Londres
nos mostró la
sensibilidad de
una niña que
se codea de tú a
tú con las más
grandes de la
natación.
46
47
COMO UN
TIRO. Con
la sospecha
sobre su
rendimiento,
Horner puso
patas arriba
la Vuelta a
España 2013
en las etapas
de montaña.
Aquí, en la
subida a Peña
Cabarga.
HORNER
LA CRISIS DE LOS 40 ES UNA FALACIA
Con 41 años y 327 días, el estadounidense
Chris Horner se convirtió en el ciclista de
más edad en ganar una grande: la Vuelta
2013, envuelta en dudas por su rendimiento.
48
49
JOSÉ ANDRÉS EZQUERRO /
H
ijo de un mecánico de la
Armada nor teamericana,
Christopher Horner nació el 23
de octubre de 1971 en Okinawa,
Japón, donde su padre se encontraba destinado. Con 41 años y
327 días, se convir tió el 15 de
septiembre de 2013 en Madrid
en el corredor de más edad que
ha conquistado una grande: la
Vuelta. También ostenta el récord
como el ganador de etapa más
longevo, en la subida a Hazallanas: 41 años y 314 días. La anterior plusmarca la estableció en el
Mirador de Lobeira, una semana
antes: “Me hace ilusión entrar en
la historia”.
Horner es un ciclista atípico.
El estadounidense pasa olímpicamente de los estrictos planes
de alimentación. En el transcurso
de su victoria en la Vuelta, aprovechó los dos días de descanso
para comer en el McDonald’s. En
vez de alimentarse con fruta, gel
y las habituales barritas energéticas, se hincha a Snickers (chocolatinas con caramelo) y bebe Coca
Cola a litros. En el RadioShack se
resignaron con sus hábitos.
Como no sabe cocinar, ha subsistido a base de comida rápida,
hamburguesas y pizzas. Profesional desde 1995 (debutó con el
PAA-NutraFig de su país), en sus
inicios lucía una larga coleta y perilla a lo Alexi Lalas. Acorde con
su particular estilo hippie, acudía
a las pruebas de Estados Unidos
con su autocaravana y su perro.
Estiraba 20 dólares para toda la
semana, lo que facilitó su afición
por los Big Mac’s.
En Estados Unidos durmió en
su autocaravana y en parques
para competir en las carreras y
estirar 20 dólares a la semana
EMIGRÓ A
EUROPA. En
la imagen de
la izquierda
se aprecia
a Horner
celebrar su
segunda
victoria en
Europa: una
etapa en
Romandía, en
2006, con el
Lotto.
Casado y con tres hijos, su
mujer le acompaña en coche en
la mayoría de competiciones (y le
lleva al hotel hamburguesas de
extranjis), igual que en España su
amigo Imanol Ayestarán, ex del
Relax, que ejerce como traductor
si resulta necesario. Antes de fichar por Saunier Duval, en 2005,
se divorció de su primera esposa,
que le pidió que abandonara la
vida errante.
En España le llamaron Chiquito de la Calzada tras fracturarse la cabeza del fémur en la
Tirreno-Adriático: con su característica calvicie, cojeaba y chapurreaba en castellano “No puedo,
no puedo”. En 2011, después de
AMANTE DEL
BIG MAC. El
americano es
un fanático
confeso de la
característica
hamburguesa
del
MacDonald’s.
En su perfil de
Twitter sube
fotos como
la que ilustra
esta página.
ganar el Tour de California, soltó
esta joya: “En forma, sólo Contador puede batirme”. Apodado
The Hornet (porque ataca como
una avispa: “Tengo las fuerzas
de un jovencito”) reside en Bend,
Oregón, y también se traslada a
Denia (Alicante) para disfrutar del
buen clima en invierno.
Sobre las dudas que levantó
su rendimiento con casi 42 años,
Horner corta de raíz: “Me preparé
para dar lo máximo en la Vuelta.
Hay poco más que hablar”. Vencedor en dos jornadas, nunca había
rayado a ese nivel en una prueba
de tres semanas (su mejor puesto hasta entonces fue el noveno
en el Tour de 2010, temporada en
la que se anotó el País Vasco. En
2009 le diagnosticaron asma y en
2011 sufrió una embolia pulmonar). El pelotón dio su propia explicación: “No se ha quemado y ha
seleccionado su calendario”.
Sin embargo, un control teledirigido por la Agencia Antidopaje Norteamericana (USADA), que
sospecha de él y que no pasó el
día después de ganar la Vuelta por
un malentendido con su homónima española (AEPSAD), le colocó
de nuevo en la diana y provocó
que no disponga aún de contrato
para 2014, ya que desea correr al
menos dos campañas más.
En su perfil de Twitter narró su
historia y se ofreció a cualquiera
AMABLE CON
LA PRENSA.
Horner
atendió sin
problemas
durante la
pasada Vuelta
a todos los
medios de
comunicación.
Hasta intentó
expresarse en
un castellano
muy peculiar.
dispuesto a firmarle: “De chaval
me levantaba a las cuatro y media
para entrenarme antes del instituto. Siempre soñé con ganar una
grande. Iba en bicicleta al trabajo para poder prepararme, y luego
lo hacía en plena noche cuando
salía de currar. Viajé por Estados
Unidos sin más equipaje que mi
bici, mediante autostop. Dormía
en hoteles, pensiones, en el coche o en bancos en el parque para
poder disputar carreras. Como nadie me quería dar una opor tunidad, compré mi licencia para
competir como independiente.
Gané todo en mi país, sin sueldo
y con la única esperanza de mantenerme, y renuncié a mucho dine-
ro para trasladarme a Europa por
el sueldo mínimo. Allí viví en un
pequeño apartamento, sin coche,
ni ordenador, ni teléfono, ni televisión. Mi única compañía era un
walkman. Vendí todas mis posesiones por tener otra oportunidad
en Europa. Volé con sólo 140 dólares en el bolsillo. Sí, vale la pena
luchar. Mi sueño continúa”.
Pese a su triunfo en la Vuelta,
aún no tiene equipo para la
temporada 2014: “Vale la pena
luchar, mi sueño continúa”
50
51
MARÍA
DE
VILLOTA
SE FUE EL ÁNGEL DE LAS CARRERAS
La piloto que soñaba
con estar en la parrilla
de Fórmula 1 perdió
la vida mientras
dormía en un hotel de
Sevilla. Al instante, el
paddock de Suzuka se
transformaba en pura
tristeza.
52
53
MANUEL FRANCO /
R
ecuerdo aquel momento.
María conversando con
Alonso, a su lado De la Rosa,
un poco más allá Gené; y detrás,
el resto... por ahí venían Vettel,
Raikkonen, Hamilton... todos la
miraban mientras ella caminaba
junto al mejor con la sonrisa iluminada, brillando como sólo hacen
los que están soñando en vida.
Era Australia 2012, en el parque
de Albert en Melbourne, en otro
mundo, en un universo paralelo
en el que los milagros parecían
ser posibles, pero...
Suzuka. GP de Japón 2013.
De pronto, un mecánico llorando
se abraza a otro, miran al cielo,
se echan las manos a la cara y
las lágrimas siguen brotando de
sus ojos. Ellos conocieron al ángel que se fue... Sucedió en el
circuito de Suzuka, un sábado de
gran premio de 2013, unos momentos antes se vivió una sensación extraña, como si por el cielo
pasara una estrella. En pleno día.
En el trazado se hizo el silencio.
De repente, el sonido de los coches dejó de tener sentido, las
curvas desaparecieron y la tabla
de tiempos no estaba en los monitores. Llegó la noticia de una
muerte desde España y no importó ya nada más. María de Villota,
la luchadora, la chica que perseguía un sueño hasta que la fatalidad cambió su existencia para
siempre, la guerrera que sentía
la necesidad de vivir, la que hacia
sentir pequeños a los más grandes, ella, la que conocían aquellos mecánicos de Marussia que
lloraban su pérdida, se había ido
para siempre.
María había nacido un 13 de
enero de 1980 en Madrid con gasolina en la sangre y un futuro de
sueños por cumplir. Hija de Emilio
de Villota, piloto de Fórmula 1, el
promotor de una escuela de pilo-
POSITIVISMO.
Siempre tuvo
claro que su
sueño era
llegar a F-1 y
lo consiguió
cuando
Marussia
la nombró
piloto de
desarrollo.
Antes, ya hizo
un test con
Renault.
POR TODO EL MUNDO. María
viajó por los paddocks de la F-1
mientras duró su aventura con la
escudería Marussia.
ACCIDENTE. El día que pilotó
el Marussia en el aeródromo
Duxford debía ser el más feliz de
su vida... y acabó siendo trágico.
tos en la que los tres hijos formaron a grandes que serían y serán.
María junto a sus hermanos Emilio e Isabel vivían subidos en un
kart, pero la rubia quería ser algo
más. “Siempre quiso ser algo en
la vida”, susurró Sergio Pérez al
conocer su pérdida. Y era cierto,
quería ser alguien, quería ser piloto de Fórmula 1. Comenzó en el
karting, después la F-Toyota Castrol 1300, la F-3 española, la Superleague, las Ferrari Challenge o
el Trofeo Maserati y múltiples participaciones en Resistencia, algunas tan importantes como las 24
Horas de Daytona. Y el Mundial
de Turismos. La F-1 estaba en el
horizonte. Y en 2011 hizo historia. Se convirtió en la primera española en subir a un monoplaza
de Fórmula 1 cuando probó un Lotus-Renault en Paul Ricard. Aquel
año viajó a Interlagos y pude entrevistarla para AS: ella quería dejar claro que su intención era real,
que no era una operación de marketing, que luchaba cada día por
demostrar que era una verdad,
que su sueño no era una utopía.
Y lo logró: hizo buenos tiempos
y demostró su extraordinaria forma física. En ese momento podía
convertirse en probadora de ese
equipo, pero finalmente llegó la
opción de Marussia. Verla llegar
en Australia conversando con los
pilotos, con sus iguales, con los
más grandes, era vivir una ilusión
pura, era sonreír sólo con verla.
Pero el destino tenía guardada otra suer te para esta mujer
de firmes convicciones. El 3 de
julio de 2012 iba a hacer un test
de F-1. Se trataba de una prueba aerodinámica en el aeródromo de Duxford, en Inglaterra, un
test aparentemente sencillo que
se transformó en tragedia. Nadie
sabe aún por qué o los que lo saben no lo han hecho público, pero
lo cierto es que María no pudo esquivar la rampa de un camión que
54
55
OPTIMISTA.
Después de
su accidente,
María no se
vino abajo
y enseguida
tenía
proyectos de
futuro para
encauzar
todas sus
ilusiones.
nunca debió estar abierta. Y esa
vez venció a la muerte. Perdió el
ojo derecho, sufrió múltiples operaciones, desafió a la dama negra y ganó. Poco después volvió
a aparecer en público con su voz
de princesa de Madrid, dulce y tenue, diciendo que ahora veía las
cosas importantes de la vida. Y siguió con mil proyectos, y se casó
y pensaba tener un hijo y...
Misma ciudad.
... Y de nuevo apareció en Suzuka, el lugar donde ella hubiese
deseado estar. Y ese universo de
la Fórmula 1 quedó conmocionado, pensando en despertar de un
mal sueño, como una de esas noticias que a la mañana siguiente
esperas que no sean verdad. Pero
lo son. Y María ahora ya vivirá en
nuestros recuerdos, una forma de
convertirse en inmortal. Y la volvimos a ver en el GP de Australia
2012, su primera carrera como piloto de desarrollo de Marussia; de
nuevo caminando por el paddock
acompañada del resto de héroes
de este deporte, casi de la mano
de un doble campeón asturiano.
“Ha sido increíble estar en la reunión de pilotos, tengo que decir
que Fernando me ha ayudado mucho; y Pedro; se están portando
muy bien conmigo”, explicaba.
Ese mismo Alonso que en Japón se quedó sin saber qué decir
al escuchar la trágica noticia de
su desaparición, incrédulo, con
ganas de que se hubieran equivocado los periodistas; ese De la
Rosa que ya de noche en Suzuka
preguntaba si se sabía algo más,
como si la respuesta pudiera devolverle la vida a su amiga. “Mierda de vida, eh, tío”, repetía el probador de Ferrari. Ésa era la frase
más repetida en varios idiomas
en el paddock del circuito japonés
desde que, durante la disputa de
los segundos libres, se conociera
la fatal noticia.
DOLOR.
Todos los
integrantes
de la
parrilla de
F-1 estaban
consternados
el día que
conocieron el
fallecimiento
de María.
LESIONES
GRAVES. Las
radiografías
tras el
accidente
de Duxford
mostraban
severos
daños en la
cabeza de la
madrileña.
La expiloto española fue hallada sin vida en el hotel Sevilla
Congresos de la capital andaluza,
ciudad en la que se encontraba
para dar una conferencia sobre su
experiencia, sobre cómo precisamente logró engañar a la muerte,
cómo era un milagro viviente. Un
congreso, ‘Lo que de verdad importa’, que se canceló en muestra de respeto. Sobre las 7:00 de
la mañana su asistente, Arancha
Yagüe, encontró el cuerpo sin vida
de la madrileña de 33 años: parece que sufrió un derrame cerebral
que le provocó una parada cardiorrespiratoria mientras dormía.
Las causas del fallecimiento fueron “absolutamente naturales”,
según el forense. La traicionera
dama de las tinieblas la esperaba en el sueño.
Su familia dedicó unas palabras a la tristeza: “María se nos
ha ido. Tenía que ir al cielo como
todos los ángeles. Damos gracias
a Dios por el año y medio de más
que la dejó entre nosotros. Firmado: Familia Villota”.
María iba a presentar un libro
sobre su vida titulado ‘La vida es
un regalo’, con prólogo de su amigo Marc Gené, que apenas podía
aguantar las lágrimas en público.
Como esos mecánicos de Marussia que la conocieron y la aprendieron a querer. María lo intentó
y, después de vencer a la muerte
tras ese accidente terrible, tuvo
más de un año de vida de regalo tras pelear como sólo ella y su
familia saben. Y es que a veces
luchar no es suficiente, pero su
ejemplo perdurará en el tiempo.
María de Villota, gracias por tantas cosas, piloto, tú que seguro sonreíste al ver tu estrella en
los cascos de Vettel, Hamilton o
Alonso, corriendo en los mejores
coches del planeta. María, piloto
para siempre de Fórmula 1, descansa en paz, ángel de las carreras...
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