EL OHI6EM DEL HOMBRE

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BibJioteca Contemporanea
ESTADO ACTUAL DE NUESTROS CONOCIMIENTOS
sobre
EL OHI6EM DEL HOMBRE
EL
JY.IO~IS:M:O
LAZO ENTRE
LA RELIGI6N Y
LA CIENOIA
(PROFESI ON DE FE DE UN NATURALISTA)
PO!\
ERNESTO HJEGKEL
protesor de /a Unlversidad de Jena
Primera versi6n espanola por ENRIQUE DIAZ-RETG
S EGUNDA EDICI6N
..
F. GRAN .\ DA
v c.a,
EorTo REs
BARCELO::'-J'A
MAUCCI HERMA!iOS E HIJOS
Ti,. EL
•a LA Exroa'IACJ6s, Pa<eo de S. Juan, S4
(Qb,a COM/Juut,a con "'aqui11a s LINOTVPII:)
AM UABIO
RIVADAVIA ,
1435
BUENOS AIRES
{
MA UCCI HERMANOS
I . a DEL RELOX, I
M£XICO
fNDICE
Ell ORICEN DEll f:{OffiB}iE
P:igs.
Ernesto Ilau~kel. . . . . . . . •
Introducci6n . . . . . . . . • •
B.hstoria. . . . . . . . . .
Resultado~ doh An:uoruia comp:lrada.
La Fisiologia comparada y e l l eng-u~jc. .
. .
La Psicolo~rfa comp:nadn y l.l cne:;lt6n dol alma.
Datos paleou tol6gicos. . . . . . . •
La deutici6n en los primates. . • . . . .
La. aerie do los vortebrndos en Ins divorsas 6pocas
gool6gicas. . . . • . . . . . . . . . .
Los nntopasados de los vertobrnclos.-Datos di Ia
Embriologia. . . . . . . . . .
Conclusiones gonoraloi. • . . . .
11
13
17
23
2\l
iH
39
49
53
61
6:>
APEN DIC E
I. Sisten1a. do loll primate~. -II. At bol genealugicl'
de lo:; primates.- III. G<:'nonlog•a 6 vrog-(1110·
ta...;h dol hombre.- IY. Explicacio · 1\a 1:1 progonotaxin del hombre.Cdti,•a 1le Ia. pr .. gonotaxi:\. . . .
. . . . .
. . . •
'r.
71
NOTAS
1. Filogenia del uh.w human:t. .
2. D escubrimiento lie los 6rg:1HOS del pcns:11nionto.
3. Iumortalirlarl d!' los vortobrndos. . . . . . .
4. La ley univot:;al do Ia conscrvacion de Ia Anbstnnci., . . . . . . . . . . . · ·
5. Los tres dogma!! contrales d e In Metnfi:~ica.
6. Elpithecanthropu.~ e1·cctus. . . . . . .
7. Las rnzns humanas pitocoidel! ( pigmc.,~) . .
8. Crlineos humanos pitccoides . . . . . . . .
!l. Opoeici6n contra Ia teuria de Ia dcscondcnc!a
del hombre. . . . . . . . . . . . .
10. La unidad filetica cle In cla se do los H•::mifcroi:. .
11. Celul.l ovularrle l hom Ill e. . . . .
12. Durnci6n do lo1 pir!odot! e-eol6e-iells.
Ell
Prt>fl\cio. .
Rl Monismo.
Nut:u . . .
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165
~~----
ESTADO ACTUAl DE NUESTROS CONOCIMIENTOS
SOB RE
Eu OI1IGEN DEll fi0ffil3~E
•
La cuesti6n suprema para Ia hum&nidad , el p1 oblem& que estlL en l:L
base de todos los domas y que nos interesa mas profuud amonte qu e niugtln otro, es Ia de terminaci6u del
Iugar que el h ombre ocupa en Ia naturaleza y de sus relaciones co n el
coujunto de las cosas. -lDe d6nde
p1·ocedemos? lCn ales son los Hmitcs
de nuestro poder so bro Ia naturalezn, y los de Ia natural eza sobre nos·
otros? ... H e a h! las cuestion es qu e
se presentan incesan temente, vor si
mismas, a todo hombre que nace {t Ia
vi<b mental y que le ofrece uu i nto·
res que nada puede d isminuir.
Toy \s HuxLt-:Y (l)
( lJ T. ll u.'lc': l~vidmc~ <IS to n;,ltl·s
i11 11 .llr1r~ I onJrcs 181i3.
pltlCI.'
Ernesto HC£cke1
Emesto !hul.·l'l, profcsor de !a Cni'l•ersidad de
nacido en Postdam el I6 de F ebrero de I8J4,
fue sucesi?.'amt•nte estudiaute en Berlin y etz vVurzburgo, preparador iie Virchow en Berlin, medicrJ despues de la capital de Alemania. Conocido ya ventajosamente por sus memorias importantes, fue nombrado en r865 profesor de Zoologia de jena. De esta
t·poca data el principia de una serie de obras de extension '<.'aria, cu}•as comrmes t endencias estan impregnadas del mismo espiritu de progreso y de novedad cienlifica. 1/reckel puede clasificarse etz la lista
de los primeros sabios y pensadores de la epoca iniciada por Daru•in, el fundador de la t eoria transformista. 1/a:d·el, ri su ?Je:, lw fwzdado 6 creado la
mteva ciencia llamada uFilogenia», sabre la cual se
basan casi todas sus publicaciones.
Este distinguido maestro ha cscrit o sobre t odos
los ramos de la Filosofia y de la !Jistoria Natural de
una mancra portentosa, en libros en folio 6 en cortos
folletos, y dirigithzdosc ora a los sabios ora al pueblo.
Su biblio~rafia complcta comprende mas de 115
obras, memorias 6 ediciones publicadas d esde r855 a
I907,· medio siglo de inccsantc trabajo en pro del
Progreso cientifzco y de l a ilustraci6n de la humatlidad.
f f:1la,
Xll
Sus obras prmcipales son: ltl celebre Historia de Ia
Creaci6n • ·atural, que -;m/gariso Ia F il ogenia e h no
dt u ncadtnar sobre tl a Htor y sobre el dar11inismo
los 1 ds j .. m.idablu hur.zca11es; Morfolog(a General
de loG orn ani~moi, ()bra d1 uua i mportan cia c()nsider1zble,
contime las bases d e la cii n cia filog en ica;
Antropogenia, obra de -.·ulganzacron que pon~ de relrn·e las tcndmcias del autor,· L os Rad10l an os; L a
Perigcn~!>is; El Sistema d e las Medusas; _R elaciones
entre los RadiolaJios, Cartas de un vlaJ ero en Ia
India y Filogenia S1stemat1ca, obra capital p ara la
genealogi,z del mundo animal, que el autor publico
ltace 1/fiOS dicz aliOs. Es Stt tUtima obra mas importmltC. DtSde l'lliOIICCS aca ha publicado fheckel 1lltmtrOlOS foUe tos, mcmorias, articulos coleccionad os y
otros trabajos breves; los mas imp ortantes SOtl los
dos cura tr,zducciou espa1iola of recemos al pzl.blico
que lwbltt it'llgua castellana. Ambos h at: tenido e11 el
mtmdo ciellllfico gran reso11a1zcia, especialmente el
rejerenle al actual estado de n ucstros C01tocim ientos
sobre cl orignt del h0111brc, eu el cual rectifica algunos conuptos de su H 1storia de Ia Creaci6n , tl.nica
obra considerable traducida al castellmzo , despucs de
tremta y ocho aiios de conocid a en el extranjero.
El Origcn del H ombre y El Monismo se con sidertm co mo las riltimas palabras prommciadas por este
sabio en laf postrimerias de su v ida, sobrc la genealogia 11at ur zl l1t1ma11a y la relig ion respectiva m m te.
qu;
E . D. R
INTRODUCCIO N
En Ia primavera d e I8g8 fui invitado a presentar
una comunicacion al 4· ° Cong reso I nternacional de
Zoologia, que debia celebrar se de l 2 2 a l 27 d e Agosto
en Cambn dge. P or diversos conductos se me comumc6 el deseo de que escogiera a dich o cfecto una de
esas grandes cuestiones que domin an toda l a zoologfa
moderna en su m a ravilloso v uelo , y que al propio
ticmpo se hall an en in timas relaciones con otra s
cicncias. E n tre esos problemas ning uno ofrece interec; tan general, ni alcance fil os6fico t an elevado,
como el del origen del hombre. E s cste realmente,
como dijo Huxley, Ia «Cuesti6n suprema».
Penetrado de csta idea, convencido d e que unicamente Ia Zoologia cientifica- en el mas am plio sen tido-esta llamada a sol ucionar en definitiva esta
cuesti6n capital, crei que debia deferi r a la invitaci6n. Decidime, pues, tras m adura refl exi6n, a aprovecbar Ia oportunid:td para someter a un examen critico, el estado actual de nuestros conocimientos sobre
el origen del bomlue. Mi memoria, leida el 26 de
Agosto en Cambridge, en tre u n auditorio muy numeroso, tuvo gran exito. No se le opuso ninguna de l as
contradicciones { que podia dar Iugar y que esperaba de distintas partes. La unica opini6n d ivergente
expresada se referia al numero bipot-et ico de millones
XV
XI\'
de aiio tran~curndos desde Ia aparici6n de Ia vida
organica (\ea<e Ia nota ::o). En cambio t~ve Ia satisfacn6n de 'cr muchos l061ogos, anat6m1cos y paleont6logos de los mas eminentes, dar su aprobaci6n
plena y cntera ami trabajo, y de notar que en otras comunicacioncs del mismo congreso (especial mente. Ia
relati,·a al origen de los mamiferos, el 25 dt Agosto), <e referian al mismo ordcn de ideas. Puedo, por
con~iguiente, creer que esta exposici6n no es tan s6Io
Ia expresi6n de mi convicci6n personal, si que tambien Ia de numerosos naturalistas, venidos de todos
los paises ciYilizados para asistir :1 este congreso; al
menos de Ia inmensa mayoria de ellos, ya que no de
todos.
Cuarenta aiios han transcurrido desde que CARLOS
DARWJ:\ public6 sus primeros trabajos sobre su imperecedcra teoria. 1Cuarenta aiios de darwinismo I 1Qu~
enormes progresos en nuestro conocimiento de Ia naturaleza I 1Y que modificaciones de nuestros mas import antes conceptos no s6Io en el dominio de Ia Biologia, sino en el de Ia Antropologia y en el de todo
ese conjunto admirable que se ll ama las «ciencias del
cspiritu !n Porque con el verdadero conocimiento del
origcn del hombre, hemos encontrado al propio tiempo una base s61ida en que estribar la Fisiologia y un
cimicnto inconmovible de Ia Psicologia natural y de
Ia Filosofia monista. Para comprender el admirable
alcance de este gran progreso cientifico, precisa
echar una mirada regresiva a las diferentes fases de
los ultimos cuarenta aiios: en el primer decenio, resistencia general a Ia nueva doctrina que parece destinada a derribar todas las concepciones rein antes;
en el segundo discusiones violentas y resultados indecisos; en el tcrcero, victoria progresiva del darwinismo en todas las partes de la Biologia; en fin, en
el cuarto, reconocimiento definitivo de esta doctrina
por todos los naturalistas competentes. Actualmente
podemos afirmar que cl darwinismo y Ia teoria de Ia
e\·oluci6n que este ba fundado, son, con Ia ley de Ia
substancia y Ia ley de la consen·aci6n de Ia materia y
de Ia energia y Ia teoria celular, una de las producciones mas brillantes de nuestra epoca.
).li memoria, leida en Cambridge, en ingles, fue
pubhcada por vez primera en el numero de Diciembre de Ia Deutsche Rzmdscl1au. La actual edici6n esta
considerablemente aumentada y seguida de cuadros
y notas explicativas. Que cumpla sus fines y pueda
llevar, incluso a las vastas esferas, Ia convicci6n de
Ia certeza posit11.•a con que consideramos como cienti{lcamC1Zte dcmostrado que el hombre desciende de
una scrie de primates.
ERNESTO H.ECKEL.
Jcn.t tn
l\ovi~mbrc l b9~.
ESTADO ACTUAL DE
~UESTROS
COfiOCir,11EHTOS
SOBRE
EL ORlGEN DEL HOMBRE
fliSTORT A
Con verdadero orgullo contemplamos en las postrimerlas del siglo XIX los incomparables progresos
que Ia civilizaci6n y las ciencias-sobre todo la historia natural-han realizado en el curso de este perlodo, situaci6n perfectamente expresada por el hecho que ofrecen los innumerables escritos que dan <\
nuestro siglo cl epiteto de ugrande>> 6 uperiodo de las
ctcncias naturalesn. Toda ciencia particulu, que se
ocupe del conocimiento y de la historia de la naturalcza, tiene Ia pretensi6n de ocupar el primer puesto
y de habcr hecho mas progresos que las otras, y cada
una puede dar para hacer valer sus pretensiones, excelentes razones. Pero Ia Filosofia, que considera sin
prejuicio ese vasto dominio, da sin disputa el sitio de
honor <\ Ia Zoologia, pues que de ella ha salido el
transformismo 6 sistema de Ia descendencia; poderosa rama de Ia historia del desenvolvimiento de
;l
18
ERNESTO RA:CKEL
los seres, nacida en I 809 con Juan Lamarck, y Begada :1 su pleno desarrollo cincuenta afios despu~s
con Carlos Darwin.
~o es este el Iugar indicado para exponer una vez
m~s
aun Ia s1gD1ficaci6n fundamental y el valor inestimable de Ia teoria de Ia descendencia, porque hoy
toda Ia Biologfa esta penetrada de ella. Es imposible
discutir y resolver ninguna gran cuesti6n en Zoologia, en Botanica, en Anatomia 6 en Fisiologia, sin
que de:.de luego se presente el probltma del origen
del objeto, de su formaci6n. Apenas habfa una persona que _se preocupara de esta cuesti6n preliminar,
hace sesenta aiios, cuando Carlos Darwin , el gran reformador de Ia Biologia, comenzaba aqui mismo, en
Cambridge, sus estudios academicos como te6Jogo.
En el memorable aiio 1828, publicaba en Alemania
Carlos Ernesto von Baer, su obra clasica Historia del
desarrollo de los attimales, que constituye Ia primera
tentativa seria para explicar la formaci6n del cuerpo
animal por ula observaci6n y Ia reflexi6nll, y exponcr
udesde todos los puntas de vista, la historia del individuo en vias de crecimientoll, desde el germen elemental hasta Ia completa madurez. N ada sabia entonces Darwin de tal acontecimiento, y no podia prever
que esta historia del desarrollo embriol6gico u ontogenico se convirtiera, cuarenta afios mas tarde J en
Ia base principal de lo que seria la obra de su vida,
el fundamento mas s6lido de la doctrina de la descendencia, creada por Lamarck cuando el nacimiento
de Darwin y aceptada a la saz6n con entusiasmo por
el abuelo de este, Erasmo Darwin.
EI ORIGEN DEL HOMBRE
--------
Entre todoa los naturali st a~ del siglo XIX ha obtenido inconte&tablemente el lll.ayor exito y ejercido
Ia acci6n mis profunda; tenemos d u•rct...ho de desil:"nar los ultimos cuarenta afios con ol titulo de llera
de Darwin)). Si inveatigainos las causas de este ~xito
sm cjemplo, precisa, como a men,1do he rept...t1dl,
recordar que Darwin ha tenido el triple merito:
1. 0 de reformar completamente la teorfa de Ia d escendencia, el lamarcki smo, y darle por base las numerosas nociones nuevas adquiridas por Ia Biologfa;
2. 0 de fundar Ia teoria moderna de Ia selecci6n, el
darwinismo propiamente dicho, y 3. 0 de establecer la
Antrcpogcnia, csta conclusion tan solemne de Ia doctrina de Ia descendencia, que supera en importancia
a todos los otros problemas de la C\'Oluci6n.
~1e propongo exammar unicamente y con brevedad
ante esta asamblea, la tercera parte de Ia teoria dar\\ iniana, Ia de Ia descendencia del hombre. Someter~
a un examen cr!tico el grado de certeza a que hoy
dia ha llcgado nuestro conocimiento sobre el origen
del hombre y de las distintas etapas de su genealogfa. N adie me contradeciri si afirmo que este es el
mas considerable de todoa los problemas cientfficos;
nues t~das las demas cuestiones que puede estudiar
el espfritu humano dependen, en ultimo termino, de
Ia teoria psicol6gica del conocimiento, y esta, a su
vez, reposa en Ia cuesti6n de Ia naturaleza animal del
hombro, d-. n Qrigen, de su deiarrollo y do ru actividad pafquica. Con el maa perfecto derecho ha podido, por lo tanto, el mas grande zo61ogo ingles del
siglo XIX, Tomas Huxley, decir de este problema,
20
ER~ESTO
H.tECltEL
que es ula cuest16o suprema para la humaoidadu, que
ec; uel problema que est~ eo la base de todos los demis y que ioteresa m~s profundameote que ningun
otrou. Eso es lo que escribi6 en 1863, en las tres memorias magistrates que, por primera vez, sometieran
i un ex:amen profundo la cuesti6n del Iugar del hombre en ia oaturaleza, 6 la ley de Ia teoria de Darwin.
La primera trata de la historia natural de los monos
antropoides; Ia segunda de las relaciones del hombre
con los aoimales situados inmediatamente despu~s de
~1 en jerarquia; Ia tercera tiene por objeto los restos
humanos f6siles. El mismo Darwin s6lo habia tratado
muy superficialmente esta cuesti6n en 1859, en su
obra principal sobre el origen de las especies. Habialo heche de prop6sito, contentandose con indicar
que esta teoria podia arrojar luz en la cuesti6n del
origen del hombre y en Ia de su desenvolvimiento.
Mas tarde, en 1871, en su c~Jebre obra sobre Ia desccndencia del hombre y Ia selecci6n sexual, profundiz6 de Ia manera mas feliz, tanto el lado morfol6gico
e hist6rico del problema como sus menores detalles
6siol6gicos y psicol6gicos.
Yo mismo habia, en 1866, estudiado en mi M orfologia General, ula significaci6n antropol6gica del desarrollo de los organismosu. Habia insistido sobre
todo en el heche de que 1a ley biogenetica fundamental conserYa todo su valor para el hombre. En el,
como en todos los otros organismos, existe Ia relaci6n
causal mas fntima, basada en la herencia, entre la
Ontogenia y Ia Filogeoia, entre Ia historia del germen
del individuo y Ia de su serie ancestral. Entonces
EL ORIGEN DEL H0111BRE
---
21
-- --- -- -
distinguia en esta, diez fases principales en la serie
de los vertebrados. Pero concedia especial importancia a Ia correlaci6n logica de la Antropogenia y del
transformismo; si ~ste es verdadero, debe ser aplicado a aqu~llas con todas sus consecuencias. uLa
;:dirm:tcion de que el hombre desciende de los Ycrtebrados in feriores cs una proposici6n deducti'l'fl especial , que resulta, con una necesidad absol uta, de la
Icy inducti1•a general , constituyeodo Ia teorfa de la
dcscendencian. He desarrollado esta idea y sus consecuencias en las distintas ediciones de mi H ist oria
de la Creaci61t y de mi A1ttropogenia. La he cimentado de una manera estrictamente cientifica en la tercera parte de mi Filogenia Sistematica.
En cl decU1·c;o de los cuaren ta aii.os que han transcurrido desde Ia primera publicaci6n de la teoria de
Darwin, han tenido Iugar numerosas polemicas, tanto acerca de su significaci6n general, como de la Antropogenia, su consecuencia particular mas importante. Hoy dla se conviene en reconocer que ~sta es
inseparable de la primera, y precisamente esta correlaci6n incontestable explica la resistencia encarnizada que el transformismo ha encontrado, en su
conjunto, en todas las escuelas misticas y ortodoxas,
en todos los que no pueden librarse de las antiguas
supersticiones antropocentricas. En el fragor del combate, se han usado las mas diversas armas; no nos
ocuparemos aquf sino de las objeciones que pretenden
apoyarse en una base bio16gica y experimental ; nos
abstendremos de discutir las que reposan en especulaciones mfsticas y metaflsicas, y que han sido pro-
22
ER::\E TO HIECKEL
pue!lta5 por gent~~ que ignoran los he-ehos experimentalmentc l'•tablecJdoc; por Ia Diolog-1a. La parte esencial de nue~tra labor ~era , pue-:, el examen critico de
los tre~ 6rdenes de documentos que colocamos en )a
bac;e de todos los estudios filogcnicos: Ia Paleontologia, Ia Anatom13 Compmada y Ia Ontogcnia. Tendrcmos que echar una ojeada a los notables progresos
realizados en d1et aiios por esas tres ciencias auxiliares de Ia Antroposenia, y luego cstud1arcmos de una
mancra critica cl grado de ccrtcza positiYa alcanzado,
gracias 1 "llac;, par nuc tro conocimicnto del origcn
del hombre.
~esultedos
de la Anatomie eomparado
Dcsde luego es preciso examinar el Iugar que Ia
Zoologia modcrna, apoyada en la Anatomia Comparada, da al hombre en el sistema natu ral. El objeto
de este sistema es el conocimiento d el arbol genea16gico hipotctico ; y los diversos grupos de valor desigual que distinguimos, clases, Iegiones, 6rdenes, familias, gcneros y cspecies, no son m<is que ramas y
ramillas de cste <irbol geneal6gico. Ahora bien, para
el hombre mismo, su posici6n sistematica csta cstablecida desde haec tiempo de una manera includable
por el estudio del conjunto de su constituci6n. Cuando, al principio del siglo, el gran Lamarck reuni6
bajo el titulo de vertebrados las cuatro clases mas
elevadas de animales de Linneo, asign6 al propio
ticmpo al hombre su Iugar a Ia cabeza de estos. El
mismo Linnco habia, en 1735, en su Systema Natural
colocado cl hombre en Ia cumbrc de los mamiferos,
y rcunido los monos y los lcmuridos, en su orden de
lo~ antltropontorpha 6 animales de forma humana.
Mas tarde los llam6 ((animales superioresu 6 prima-
!cs,
es decir, los ((reyes de la creaci6nll.
2-4
ER!'\ESTO
H~CKEL
Todo!! lo!l caractere ~ de Ia conformaci6n fisica que
distinguen a lo~ mamiferos de los demcis vertebrados,
los posee tambien el hombre. Por eso no se ha negado jam~s que pertenezca a esta clase. En cambioJ
cxi ten :n1n hoy dia opiniones <ll.c. ntcs sob L t1 1
gar que el hombre debe ocupar en uno de los 6rdenes
de los mamifcros. Cuvicr, fundando de nuevo Ia claificaci6n animal I'D Ia anatornia comparada (1817),
sigui6 cl ejemplo de Blumenbach, y cre6 para el
hombre cl orUl'n espeCial de los bimanos, en oposici6n al de los cuadrumanos, que comprendia los monos y los lemuridos. Esta forma de apreciaci6n fuc
consen·ada durante medio siglo en Ia mayoria de los
tratados de Zoologia. Se hizo in sostenible cuando
11 uxley re,·ei6, en 1863, que reposaba en un error anatomico, y que los monos son en realidad tan bimanos
como cl hombre. De suerte que quedaba restablecido
el orden de los primates en el sentido de Linnco.
En los ultimos treinta ai'ios, Ia mayoria de los autares d1stinguian en los primates los tres sub-6rdenes
sigutentes :
1.
-:.
0
0
3· 0
Los lemuridos (prosimif1!)/
Los monos (stmia)/
Los hombres (anthropi).
Otros zoologos no daban a! hombre sino el \'alor de
una familia en el orden de los monos. El grupo, tan
rico en e,pecies, de los monos propiamente dichos
(simia> 6 pitheca) comprende dos subdivisiones naturales, separadas en ab oluto geognHicamente y que
se han desarrollado independienternente una de otra
en dos mitades dtstintas del globo terrestre. Los mo-
EL ORICEN DEL HQ:\IBRE
no 5 americanos u occidentales (hesperopit!ucn) estan
caracterizados por lo hm1tado de su conducto audtth·o 6seo y Ia longitud de su tabique nasal ; por eso
,e Je~ l11ma monos de na11Z aplastada (platrrrh•nt )
Por otra parte, los monos del antiguo continente, que
habit an el Asia y el Africa (en otro tiempo tam bien
Europa), tienen un conducto auditivo 6seo alargado,
) un tabique nasal estrecho, como cl hombre. Se da
:i estos monos orientales ( eopit!teca) el nombre de
monos de nariz estrecha ( catarrlti~tf1! ). Como el hombre tiene en toda su organizaci6n los caractercs de
los monos orientales y se distingue por tal raz6n tanto como estos de los monos occidentales, algunos zo6logos han colocado al hombre en el grupo de los monos orientales. (Vease el apendice. Tabla 1 : Sistema
de los primates).
~ o cabe d uda que estc sub-arden de los catarrinos
es una divic:i6n completamente natural, cuyos numerosos representantcs, vivientes 6 extintos, estan intimamente unidos por gran cantidad de caracteres
morfo16gicos importantes. No es menos cierto que
comprende una larga serie de formas de valor dcsigual. Los monos con cola mas inferiores, son los
monos de cabeza de perro ( cynopit!zeca), sabre todo,
los babuinos ( papiomorplta). Parecen una caricatura
de Ia conformaci6n humana ; no pasan de un nivel
morfol6gico bastante bajo y se relacionan con los
platirrinos y los prosimianos. Por otra parte, los
antropoides 6 antropomorfos, desprovistos de cola,
alcanzan una perfecci6n organica tal que es evidcnte
el paso a la conformaci6n humana. Por esta raz6n
z6
ERNESTO HIECJt.EL
EL ORlvE~ DEL HC:.IDRE
uno de los mejores conoced ores de l a anatomia de
los primates, Roberto Hartmann, ha llegado a proponer que se dh 1da el orden entero en tre5 familias :
,_a Primarii (hombres y antropoides);
:!.a Simia: monos prop1amcnte dichos (cat arrinos
nos ( simia? ), emplear Ia mas estricta de monos orientales (catarrhhur). La ley de Huxley toma entonccs la forma siguiente: uLa anatomia comparada de
todos los 6rganos en el interior del grupo d e los catarrinos nos conduce al mismo resultado: las d iferencias morfol6gicas entre el hombre y los an tropoides
son menores que las que existen en tre estos y los
r
platirrinos);
3· a ProsimiO! (lemuridos).
Esta clasificaci6n parcce justificada por el intercsantc dcscubrimiento de Selenka, que e n 18go comprobo que Ia conformaci6n completamente particular
de Ia placenta en el hombre, se halla tambien en los
antropoides, pero no en los otros m onos.
Para decid ir a cual d e esas clasifi caciones con vien e
dar ]a preferencia, es preciso recordar la importante
declaraci6n hecha por Huxley en 1863, b asad a
en la com paraci6n critica mas minuciosa de tod os
lo:. caracteres anat6micos del orden de los prim ates.
En honor de su fu ndador..l. he llamad o a esta proposici6n, la ley 6 la formula del pitecometro de HuxZey_uc ualquiera que sea el sistema de 6rganos que se
considere, el estudio comp arative d e sus m odificaciones en Ia scrie simia, conduce al rcsultado siguien te,
a saber : que l as d iferencias anat6m icas que separan
cl hombre del goril a y del chim pance son menores
que las que disting uen a los an tropoides d e los monos inferioresu. De donde resulta, para tod o zo6logo
imparcial, Ia necesidad 16gica de d ar al hombre su
lunar
,., sistematico en el orden de los m onos. P ero el
cxamen concienzudo de todos estos caracteres Y la
argumentaci6n mas rigurosa nos permiten dar un
paso mas, y, en Iugar de Ia expresi6n general de mo-
otros catarrinosu.
Ahara podemos ya utilizar para Ia filogenia del
hombre esta ley incontestable que tiene su fu nd amento en Ia anatomia de los primates; pues dentro
de este orden, el sistema natural es tambien la expresion del parente<co real , como en todo otro g rupo
de los reinos animal y vegetal. Entonces se llega a
las importantes conclu sion es siguientes:
Los primates forman un grupo natural (mo n o1 .o
filCtico) _- todos, Jemuridos y mon os, el hombre incl usa l descienden de una fo r ma ancestral com un e hipotetica, que llamaremos archiPrimas.
2. 0
De los dos 6rdenes de los primates, los lemuridos (prosimcc) son los mas in feriores y mas antiguos; de estos descenclieron mas tarde los verdad eros
monos ( simim).
3. 0 Entre estos ultimos, los monos orient ales (catarrltiucc) constituyen un gru po natu r al, nzonofiletico,· su antepasado comun hipotetico ( archipitecu s)
dcsciende directa e inclirectamcnte de una r am a de
los prosimios, cualquier a que sea, por otr a parte, la
forma en que se comp rend en sus relaciones con los
monos del N uevo Mundo.
-4.• El hombre proviene d e una serie de cat arrinos
z8
extlnto i ·us autcpasados inmediatos en esta serie
pertcneccn al grupo de ]o, monos sin cola y con cinco
\'ert,.bras sactas (antlzropoidcs)/ sus antepasado:o mas
lcjano:., al grupo de los monos con cola, con tres o
cuatro \'Crtebras sac1 a~ ( cpzopitlzcca ).
E,tor <1 D\ cncido de que estas cualru propo icwnc, son iuqucLrat.t.tbles, sean cualesquier a los descubrirnientc :mat.im!C•)S u pah:onto l o,~iCOS que CsclaTClC:ln con cl ticm!W los p rmcnorcs de las n umetoo:;as f., c de Ia <~ntropogeniafilctica . (\ 'case en cl
Apcndtce 1.. tabla gcne;;l6gil a n umero 2 y Ia del
sistema U'l.~ pr imate:s, numero 1).
l.la Fi s lologi a eomporada y el te n gua Ae
La Anatomia compar ada, analizando las d ifercncias de estructura de las di vcrsas formas an imales y
haciendo Ia smtcsis de los gru pos natu rales basad a
en sus comunes ca racteres, ha dernostrado actualmente, en dcfiniti,·a, Ia ley d e H uxley en todas sus
consecuencias. 1\ o mcn os importantes que estos dato~ morfol6gicos son los q ue nos suministrara Ia fisio-
logia comparada, cien cia por desgr acia muy descuid ada basta hoy dia. U na comparaci6n crltica, imparcial, de todas l as fun ciones vitales, nos mucstra
que tam poco ahi hay diferencia oesencial entre el
hombre y el mono. N uestra nutricion , n uestra digesti6n , n ue~t ra circul aci6n , nucstra re,p iraci6n y
nuestros cambios, tienen por base los m ism os fen 6mt nos fisicos y qui micos que e n tre los an tropoides.
Digase lo mismo de Ia vida sexual y de Ia rcproducClon como para l as fun cion es de m ovimicnto y de
sensibtlid ad. Nuestros sentidos obedecen a las mismas !eyes fisicai y qu(micas que los de los monos. El
mccanismo de nuestro e~queleto y los mov imientos
que nucstros m\lsculos ejecutan por mecl io d e este
J::.R:'\ESTO H:ECKEL
sistema de palancas, no difieren en nada de cuanto
ucurre en lu:o antr poide:o En otro tiernpo ~e con:oiucraba Ia estaci6n ,·ertical como un car:icter especial del bomb1 e, pero hoy dia sabemos que esta posici6n pucde ser tomada temporalmente por el gorila
y el chimpance, por el orang y, sobre todo, por el
gibbon.
Otro tanto pucde decirse del Zenguaj~; los diferentcs sonidos por mcdio de los cuales lo<> monoo; cxprean sus scn:oacionc' y ~us descos, su s1mpat1a y su
antipatia, dcbcn scr con::.idcrados como un lcnguaje,
rual los sonid<•s igualmente imperfectos em1t1dos por
los nii1os que aprenden :\ hablar, y los di,·crsos gritO!> por med10 de los cuales los mamiferos y los p.ijaros sociables sc comumcan sus impresiones. El
canto modulado de <>lgunos de estos ultimos pcrtenece
al dominio del Jenguaje con los m ismos titulos que
'1
I c.tnto humano. I or lo dem.ls, eXJ'>t•· : ... n' , ~_,
antropoidc musico cl gibbon canta.dor 6 siamang ( ltylobat~s syndactylus) comienza por e l sonido fundamental E y rcmonta toda Ia cscala cromatica, el cspacio de uwt ccta\·a entcra, emitiendo sonidos muy
puros esparcidos en semiton os regulares. E l antiguo
dogma fJUC qu1 r" que unicamente e l hombre cste dotauo de lcnguajc y de raz6n cs todavia d cfendido por
:IIgunos ling ui,ta~, por < jcmplo, ~lax Muller, de Oxford. Ya cs 'ticmpo de abandonar esta crucilcia que
reposa en datus zoo16gico~ insuficientes.
ua Psleolog ia eompar.ade
y 1:1 euestl6n del £.lma
Nuestra ley del pitec6metro encuentra l a m as viva
rcsistencia en un dominio de Ia fisio logia nerviosa,
en el de la fun ci6n d el alma. La m aravillosa «alma
del hombre•• seria, dicese, un a «Subst an cian completamente especial, y muc has son l as gentes que consideran como imposible que se h aya d esarrollad o hist6ricamente del «alm a simi an. Ahora bien, desde
hace d1ez afios, los notables descubrimien tos de la
mwtomia comparada nos han revel ad o que Ia histologia lo mismo que Ia anatomia m acrosc6pica d el cerebro son las mism as, asi en el hombre como en los
antropoides. Las escasas d iferencias d e volumen y de
forma de las distintas partes del cerebro son m en ores
que las diferencias corre,;pondientes que existen entre los an tropoides y los catirrinos mas inferiores, sobre todo los cinocefalos. En seg undo Iug ar la ontogenia comparada nos ensefia que la ostructura tan
complicada del cerebro human o proced e de la mism a
forma simple, como ocurre en los dem as vertebrados,
32
EL QRICEN DEL HOMBRE
ER:-:ESTO H.:ECKEL
e! decir, de cinco vesiculas situad as una detras de
otra en el embri6n. La manera como toma esta dispoici6n embrionaria tan sencilla, Ia forma particular
dd cerebro de los primates, es Ia misma en el hombre
que en los antropoides. En tercer termino, Ja fisiologia comparada nos muestra, por Ia observaci6n y Ia
expcriencia que todas las funciones cerebrales, tanto
Ia conci~nc1a y lo que se llama las facultades superiores, como las simples acciones refleja~, tienen por
condici6n, en el hombre, los mismos fenomenos fisicos y quimicos en el sistema nervioso que entre los
demas mamiferos. En fin, en cuarto Iugar, sabemos,
por Ia patologia coinparada, que l as perturbacioncs
llamadas uenfermedades del espiritu,, tienen por causa modificaciones materiales de territorios detcrminados del ccrcbro, asi en el hombre como en los mamiferos mas cercano~ a el.
Un examen critico imparcial confirma igualmente
aqui Ia ley de Huxley: las diferencias psicol6gicas
entre el hombre y l os antropoides son menores que
1as que existen entre estos y los monos inferiores. Este hecho psicol6gico corresponde exactamente a las
investigaciones anat6micas que nos han dado a conocer las diferencias de estructura de Ia corteza cerebral, este u6rgano del alman cuya importancia no
cabc negar. La elcvada significaci6n de esta circunstancia se hace mas palmaria cuando se consideran las
extraordinarias diferencias de Ia vida psiquica en Ia
misma especie humana. Vemos en Ia cumbre un
Goethe y un Shakec;peare, un Dan1 in r ''"'~ r .1m, 1, :
un Spinoza y un Arist6teles, y en lo m as bajo de la
__ _
33
escala encontramos los \Veddas y los Akkas, los Australianos Y los Dra vidas, los Bosquimanos )' los Patagones. L a ' •ida psiquica presenta diferencias infinitamente mas grandes cuando se pasa de aqueJlos espiritus geniales a esos representantes degradados de
Ia b uman1"d a d • que entre estos y los antropoides.
(Vcase en cl J\pendicc Ia nota n-.!T'cro 1).
Si todavia hoy uel alma humana, es con siderada
por muchos como un user» especial, si sirve de. ar,.umcnto
decisivo contra la maldita teoria del ongen
b
simio del hombre, eiio se explica, por una parte, por
cl estado asaz rudimentario de lo que se llama Ia
upsicologian y por otra por Ia creencia tan esparcida
de Ja uinmortalidad del alma,. La ciencia que todavia sc infunde en manuales y catedras academicas
baio el nombre de psicologia, no es una verdadera
ciP~cia empfrica del espfritu, una fisiologia del 6rgano del alma. Es una metafisica absolutamente fantastica formada de introspecci6n imposible de com'
probar, de comparaciones desprovistas de espiritu critico de observaciones mal comprendidas y de expe'
riencias incompletas, de errores especulativos Y de
dogmas religiosos. La mayoria de los seudo ((psic6logos,, ni siquiera conoce Ia estructura intima del cerebro y de los 6rganos de los sentidos, esos 1.1tiles maravillosos y complicados, unicos que permiten la actividad psiquica, asi en el hombre como en los animales. EI mayor numero de dlos aun no tiene conocimiento de los datos significativos de la psicologia
experimental m oderna y de Ia psiquiatria, 6 bien los
1gnoran intencionadamente. No conocen tam poco I~
3
_34_ _ _ _ _ _ _E_RNESTO H..f:CKEL
---------------------
localizaci6n de los diferentes modos de Ja actividad
del espiritu y su dependencia de Ia constituci6n normal de ciertos tt-rritorios cerebrales.
35
-----------------
EL ORIGEN DEL HOMBRE
((centro frontal de asociaci6nn ; detras de el y arriba,
el cerebro parietal 6 C!Centro parietal de asociaci~n»;
Los resultados sorprendentes obtenidos por la anatomia histol6gica y la onto~enia del cerebro humano,
detr~s y abajo el cerebra principal 6 <<gran centro de
a:udados por Ia fi siologia experimental y Ia patologia, cuentan se en el numero dt los de,cubrimientos
todos); en fin , en lo mas profundo, la insula de Reil
asociaci6n occipita-temporal» ( el mas important• de
mas importantcs del siglo XIX. Cierto que hasta aho-
que constituye el <<centro de asociaci6n insular 6 meclio». E stos cuatro focos, distintos por su estructura
ra_ n~ han p~netrado mis que en un drculo muy rrstnngtdo, pero esto debese por una parte, a la resis-
ves en ellos interpuestos, constituyen los verdaderos
tencia pasiva de Ia psicologia escol<fsttca reinante y
u6rganos del pensamientoll, los unicos instrumentos
' '
por otra, a Ia dificultad de comprender Ia arquitectura tan complicada de nuestro encefalo. L a Jocalizaci6n de las facultades superiores, en Ja corteza del
cerebra, ha sido demostrada, hace diez aiios, por los
cstudios de Goltz, ae Munk, de '\Vernickx, de Edinger, etc. Recicntemente Pablo Flechsig ( I8CJ-t) , ha
conseguido delimita r de Ia manera mas cxacta J a~
di\·ersas partes de este territorio. Ha demostrado que
en Ia sub<;tancia gri"> d el cerebra h ay cuatro reg iones
corrcspondientes a los 6rganos de los sentidos 6
'
cuatro ((esferas de sensibilidadn, muy distintas unas
de otras: Ia esfera de Ia sensibilidad general en el 16bulo parietal, Ia del olfato en el l6bulo frontal Ia
de Ia vista en el 16bulo occipital, Ia de Ia audici6n' en
~I 16bulo temporal. Entre estos cuatro toco~ sensitt os
se encuentran los cuatro grandes focos del pensa-
miento 6 ucentros de asociaci6n». Son estoc los \'Cldaderos 6rganos de Ia vida psiquica, los instrumentos
de la actividad del espiritu, que permiten el pensamiento Y Ia conciencia: delante, el cerebra frontal 6
particular y asaz complicada, de los centros sensiti-
reales de nuestra vida psiquica (2).
El obstaculo mas serio al reconocimiento de este
gran progreso de Ia psicologia natural consiste en el
dogma de Ia inmortalidad del alma, arraigado todavia en no pocos espiritus. Esta malhadada superstici6n, creada por los pueblos barbaros y conservada
en los mitos mas diversos, habia sjdo derribada en el
siglo VI antes de nuestra era, por la filosofia natural
de la escuela ioniana. Era asimismo desconocida en
las religiones mosaica y budista. S6lo merced ~ las
especulaciones misticas de Plat6n, de Cristo y de
Mahoma, se desarroll6 de una manera sistematica.
Favorecida por la decadencia de la civilizaci6n ciasica helenica y por Ia extensi6n de la j~rirquia papista durante las tinieblas de la Edad Media, esta
creencia domin6 en el transcurso de mas de un millar
de afios sobre todas las clases intelectuales. Y aunque
algunos fil6sofos librepensadores intentaron varias
veces, sobre todo en Ia epoca de Ia R eforma, demostrar la ausencia de fundamento del dogma de la inmortalidad, su refutaci6n cientifica definitiva estaba
ER~ESTO
----------EL ORIGEN DEL
H..t:CKEL
reservada a la concepci6n monist a de I a N aturaleza
que n aci6 a la luz en el ultimo medio siglo (3). La
ley univ·e rsal de Ia con~ervaci6n de Ia materia y de Ia
energia domina Ia vida psfquica de los animales y
del hombre, tanto como los demas fen6menos naturales. Parecenos hoy dia completamente absurdo que
quiera haccrse una excepci6n unica de csta ley suprema de la N aturaleza, en favor de la fiswlogia
nerviosa de un s6lo mamifero, que se ha desarrollado
)
lenta y progresi"amente muchos millones de aiios
despues de la aparici6n de la vida organica, y que
tiene por antepasados inmediatos toda una scrie de
primates terciarios (4).
Como nos 'emos conducidos a h a1))ar del valor
universal de esta ley de la substancia, no podemos
menos que rccordar el apoyo que han recibido de los
notables progresos de Ia Zoologia desde hace cuarenta a.iios. Asi como el darwinismo ha demostrado
el papel desempeiiado por Ia casualidad mecanica en
el desenvolvimiento organico, su conclusi6n mas importante, la ley del pitec6metro ha 1 ro!Jado el ',dor
general de esta, incluso en el dominio de la Antropologfa. No s61o el dogma de la inmortalidad personal
del alma bumana es incompatible con la ley de Ia
substancia, sino que lo mismo ocurre con los dos otros
dogmas lntimamente ligados al primero: el de la libertad de la voluntad bumana, y el de la existencia
de un dios personal semejante al hombre, que ha
creado, que consen•a y que rig e el universo.
Gran numero de fil6 sofos contemporaneos pien sa
que estos tres dogmas centrales-fundamentos prin-
HOMBRE
-----------
37
cipalisimos de Ia concepci6n mistica y dualista del
uni•:cr -o ro b n :.1Jo conmo' 1dos por los reuen tc s
progresos de las ciencias naturales. Pero si, a este
propOsltO, la fe se antepone a la fi]osofia critica de
Manuel Kant, oh ida que los fundamentos a priori de
esta eran puramente dogmaticos, lo cual tiene no
poca tmportancia. Las misticas y brumosas figuras
de esos trcs fantasmas centrales se desvanecen al espltndldo rayo del sol de la vcrdad que la ley de la
conservaci6n de la substancia, la teoria de la descendencia y la proposicion del pitec6metro esparcen
sobre el emgma del uni\·erso (5).
D atos pal eontol6g leos
Hay que preguntarnos ahora si los datos de la Pa!eontologia concuerdan con las importantcs conseruenc1as de Ia Anatomia Comparada y permiten :,u
aplicaci6n al sistema de los primates y a su filogenia.
Porque los f6silcs son los verdaderos «archi,·os de Ia
creae16n)), los testigos irrefutables que prucban Ia
sucesi6n hist6rica de las inumerables formas que
han poblado nuestro globo de~de hace millones de
anos. l Los primates antiguos vienen a corroborar l as
le,ves pitccometricas establecidas precedentemente?
1. Y confirman, sobre todo, Ia tan discutida hip6 tesis
del origen simio del hombre? A mi en tender, Ia respuesta es incontestab lemente afirmativa. Pcro, entiendase bien, por razones faciles de comprender, las
Iagunas de los documentos paleontol6gicos son numerosas. Lo son tambien en otros grupos de animales,
en Ia serie de los primates, cuya mayor parte Jleva
''ida arbor!cola. Pero a esas Iagunas, que s6Jo tienen
,·alur negativo, se opone un numero, de dla en dia
mayor, de hechos positivos; los f6silcs recientemcnte
descubiertos tienen un valor fi logenico cuya impor-
ER~ESTO
--------
HJECKEL
tancia no sera nunca demasiado apreciada. El mas
interesante de todos ello::. es el celebre pztlucantlzropus erectus, descub1erto en Java en 1894 por Eugenio
Dubois. Como este antropoide phocenico ha sido objeto de una vh·a discusion en el ult1mo congreso de
Zoologia verificado en Leyde, hace tres anos, seame
permitido decir aqui algunas palabras para juzgar de
su valor.
Sel:'un las mformaciones del Congreso de Leyde (al
cual no asish), veo que las autoridades zool6gicas y
anatomicas mas eminentes han em1t1do opmiones muy
divergentes acerca de Ia naturaleza de este f6sil notable. Desgraciadamentc, con sistiendo sus xestos en
un tasquete crancano, un femur y algunos dientes,
eran incompletos para permitir dar juioo dt!finit1vo.
La conclusi6n de aquellos largos y borrascosos dcbatt:s fue Ia stguicnte. de unos doce sabws competcntes, tres relacwnaron los restos fosdcs con un hombre, otros tres con un mono, y, en cambio, seis zo61ogos y aun mas, los tomaron por lo que a mi entender
e_odia ser en rcahdad: por restos de una forma pasaJera, aun dcsconoc1da, entre el hombre y el mono. Seguo las simples !eyes de Ia l6gica, tan s61o me parecc
ju::.tificada esta conclusi6n: el pitlzecantltropus erectus de Dubois forma parte de este grupo intermediario extinguido, que marcaba el paso del mono a!
hombre, y al cual di yo mismo, en 1866, cuando no
era aun mas que hipotetico, el nombre de pitluca11tlzropus. Es el anillo tan deseado que faltaba en Ia
cadena de los primates mas elevados, el missing link'
see-un Ia expresi6n de los ingleses (6).
EL ORIGEN DE==L-=H~O~M~B~R_E____________4__t
El ilustre descubridor del pitlucantltropus erectus,
Eugenio Dubois, no s61o ha dcmostrado su alta sig.nificaci6n que t 1ene como missing liuk: ha esclarecido
adem:b de una mancra intehgentisima las rclaciones
de este scr interm diario, por una parte con las razas
humanas inferiorcs, y por otra parte con las diYersas
especies de antropoidcs conociclas y con Ia forma
ancestral comun c hipotetica del grupo entero de los
antropomorfos. Llama a e::.ta forma prothylobates
(gtbb6n primtti\·o); ha d ebido tener esencialmente la
mtsma conformaci6n fisica que el gibb6n actual (lzylobates) del Asia meridional y que el pliopitlzecus,
cuyos restos fosilizados se encucntran en el terciario
medio de Europa ccntr:.tl (en el mioceno superior de
Fr<~ncia, de Suiza y de E~tyria). E ste desciende de
una forma simia mas antigua y menos especiali..::ada,
que vtda en cl mioceno inferior, y que puede considerar 5e eLmo el antepasauo comun de todos los monos del Antiguo Continente, asi de los cinopitecos
pro\ i)tos de cola como de los antropomorfos a los
que falta este 6rgano. Entre los ultimos con ocemos
especies vivas de gibbones, muy parecidos aun al
pliopzthecus/ hay, por otra parte, antropoides f6siles
que llevan directame nte al pitlzeca,ttltropus. El palteoplthecus si7;alrnsis es una de estas formas intermediarias. Ha sido hallado en las capas terciarias mas
recientes de la India oriental, en el plioceno de los
montes Si\\ alik.
Para juzgar bien el pithecautlzropJH y comprender
su pos1ci6n intermediaria entre los antropoides y el
hombre, es preciso tener en cuenta dos hechos muy
Elt~ESTO
EL ORIGEN DEL HOMBRE
flH.ClCEL
significati\'os: Ia forma absolutamente human a del
femur y el tamaiio relati\'amente grande del cr:ineo.
Entre las razas antropoides que viveo todavia en
43
. , L a capact·dad del craneo del pitlucantlzropus
gtbbon.
.
es de 900 :1
IOOO
ceotimetros cubicos, es deCir, un os
dos teretos de Ia capacidad de un cnin eo human o
nuestros dias, los gibbones (lzylobates) p asan por los
med·o
1. E sta mlsma medida s6lo alcanza en los mcis
menos elevados y mcis antlgu os. Son los que mcis se
grandes antropoides actuales Ia mitad de Ia d~l. pi-
accrcan c1 Ia forma a ncestral comun, i todos los an-
thuantlzropus, 6 sea unos soo centimetres cub1cos
tropomorfos' son los mas generaltstur y parcccn
como maximo. De modo que Ia capacidad cranean a,
com·enir de una manera muy particalar para eludir
y con ella el grande r del cerebra, ocupan en el f 6sil
I a transform ac16n del mono en h ombre. Los gibbones
de Java una situaci6n exactamente intermediaria en-
tienen, m as que los otros antropoides actuales, Ia
tre Ia de los antropoides y de las razas humanas infc-
costumbre de adoptar Ia est.aci6n vertical; en este
riores. Lo mismo ocurre con Ia linea tan caracteristi-
caso aplican toda Ia planta del pie e n el suelo y se
ca del perfil. Comparese desde este punto de vista
sin·en de sus largos brazos como de columpio. Los
el craneo de las razas humanas inferiores, l as mcis
otros antropoid es modernos (orang, ch1mpance
r
pttecoides; entre ellos, los Pigmeos actuales, los
gorila) est:in mucho menos inclinados c1 ponerse de
Wedd as de Ceylan y los Akkas del Africa central son
pie, y, de ordinaria, cuando asi ocurre, n o andan sa-
los mas importantes (7). E l estudio sin prejuicios de
bre Ia planta del pie, sino sobre su borde externo.
todos estes hechos anat6micos demuestra includable·
Desde otros puntas de vista, tienen a menudo el ca-
mente que el pitltecantlzropus es un a verd ad era f or·
dcter de especialistas y estan adaptados a las condi-
ma de transici6n del antropoide al hombre. E l cons-
ciones peculiares de su vida arboricola. Asi se ex-
tituye esc anillo que faltaba h asta ahora en 1a cadena
plica por que su femur se parece m as a ] d el lzylobates
de nuestros antepasados, ese missing link cuyo descubrimiento parecianos tan importante.
y al de l j)lt/ucauthropus que los del orang, gorila 6
chimpance.
Desde un principia, esta conclusi6n, rica en conse-
Pe ro tambien el cdneo, este umisterioso receptacu-
cuencias de todo genera y hoy ya adoptada por Ia
lo d el 6rgano del al m au, tiene en el pitecantropo, asi
mayoria de los naturalistas competentes, encontr6 el
como en el gibb6n, diversos caracteres que le b acen
m~s tenaz adversario en el celebre pat6logo berlin~s, Rodolfo Virchow, que fue ex profeso c1 Leyde
semejante a! d el h ombre. E stci desprovisto de las
grandcs crestas 6seas, que caracterizan el craneo d e
para refutar el papel de forma de paso del Pithe-
los otros antropoid es. Su grandor relativo (compa-
canthropus. Pero no fue afortunado en los ataqu es.
rado con el tamaiio del cuerpo) no a lcanza en los
Afirm6 que el casquete craneano y el femur no per-
ultimos mcis que Ia mitad del valor que tiene en el
tenedan al mismo individuo y que el primero prove-
l.RNESTO H.£CJtEL
nia de un mono y el segundo de un hombre. E ta
pr(Jpo:.ici6n fue rcfutada en el acto por los palcont6logos compctentcs alii reunidos. Basandose en Ia telacion mur detallada y asaz concienzuda de las circun:.tandas dd hallazgo, declararon por unanimiJad
uque no cabia Ia menor duda acerca de que las piczas
I 0\ inieran de un solo )" mtsmo indl\ tdUOll. Vuchow
declar6 i stgutda que una h1 perostas1s patologtca del
femur probaba su origen humano, porque unic.lmcnte atcn tos cuidados habnan pod1do curar al cnfcrmo.
Inmediatamente despues, el celebre paleont6logo
l\latsh mo~tr6 toda una sene de exJ::.tosts pareudas
eu f~UlUlc::. de mouos ,·ivicntes en estad o salvd.je, que
no habian rccibido 11atcntos CUldado:.», ) que no Jl •
d lu habian dcjado de curar. Toda colcccion osteologica de alg-una importaucia contien-e piezas analoo a~ .
Los cazadotcs sabcn que las frac tura:. y las mtlam;.~­
cwnc::. o :.ca::. sc curan perfectamente en las zorra,,
liel.uc:., <.icr\'o::., corzos, etc., en e::.tado de hbcrtad, r
::.in que cstos antmales esten cuidados por cl homhi e. En fin, irchow em1ti6 Ia idea de que el sur<.o
prot undo que e.ust-e ent1 e el borde supcn or de las
u1bita::. y Ia bo\ <;da craneana abocinada d el P t/ucauthrupus - c::.fcra d e una conformaci6n rouy pnmitiva
de las fo::.as tcmporales-d Lcidia de la natu ralcza si-
EL ORIGEN DEL HOM~R_
E_ _ _ _ _ _4
_5
-----
poco exito
\'irchow babia ya tent'd o en ot r a ~poca
~; .
con su explicaci6n Hpato16gica» de los cnineos de 1as
razas humanas inferiores. Los celebres cnineos de
Neanderthal, de Spy, de Moulin-Quignon, de La
Naulette, etc.' todos esos interesantes restos de razas humanas cxtintas que llenaban el hucco entre el
pitlucmrtlzropus y las razas actualmente inferiores,
fueron tratados por Virchow de an omalias y d eformaciones pato16gicas. En ultimo terroino el pcrspicaz pat6logo habia llegado a la increible afirmaci6n
de que Htodas las variaciones d e l as formas organicas ~on pato16gicasn, producidas por Ia enfcrmed ad.
Ac;i es que todos los productos perfecci on ados del
culti\ o y de I a domec;ticaci6n. los perroc; de raza
y los caballos de carreras , el trigo y los frutos dP
nuestrac; mesas no sedan sino seres enfermizos, pro,·inientes, por modificaciones pato16t;iras, de formas
salvajes las unicas ((sanasn.
Para comprender estas extrafias afirmaciones de
en un todo ::.emejante, en un cnineo humano prove-
Virchow, hay que recordar que desde h ace treinta
afios ha hecho caer sobre el Ia m ancha cieu tifica de
refutar el darwinismo, y con este tod a Ia teoria de
Ia evoluci6n. Con Ia mayor de las obstinaciones defiende la constancia de las especies , que hoy aia ha
sido ya abandonada por todos los naturalistas capaces de juicio. En cuanto a definir la esencia y Ia caract~ristica de la «especie verdaderan (species), es
incapaz de hacerlo como cualquiera otro adversario
del transformismo. Virchow combate con un celo
particularisimo Ia mas importante consecuencia de
niente de Santos (Brasil) (8).
est a, el origen simio del hombre: uEs cierto en ah-
mla de c::.tc cr:ineo y que esta forma no se encontraba
en cl hombre. Pocas semanas desp ues, el paleontologo • •chnng, que, desde un principio, habia adopt ado el criterio de Dubois, m ostr6 una conform aci6n,
EL ORIGEN DEL BOMBU
47
EaNUTO B~L
soluto dace, que el hombre no desciende del monon.
Esta a6rmaci6n del pat6logo berlin~s hace \'einte
alios que es reproducida profusamente en daversos
pua d1cos, sobre todo de tendencias clericales, como
re hm nao decisn·o de una autoridad indi cutible, sin
que e pre cupen de saber que hoy dia casi todos lo
ab10 amparciales son de una opini6n diametralmcntc opue ta. Seguo Virchow el uhombre-monu, s6lu
puede concebirse eo sueiios. Los restos f6siles del
'litlcuantltropus son Ia refutaci6n palpable de estas
afirmacaoncs desprovistas de fundameoto (9).
Lo enormes progresos realizados por Ia paleontologia de treinta aiios oi e ta parte han sido muy proHchosos al a\'ance de nuestra teoria pitecoidea, como
lo patentlza e1 ejemplo del mismo arden de los primates Cu\ ier, el fundador de Ia paleontologia, afirm6 basta u muerte que no existian monos f6siles.
El una co prosimio (ada pis) cuyo croineo descubri6,
Jo tom6 por el de un ungulado. Hasta 1836 no se descubrieroo en Ia India los primeros monos f6siles; en
18J8 el muopitltuus pant~leci, cerca de Atenas, y,
en 186J, algunos restos de lemuridos f6siles. Pero
en los ultimos veinte aiios los descubrimientos de
Gaudry, de Filhel, de Schlosser y, sobre todo, los
ricos hallazgos de los paleont6logos americanos,
Marsh, Cope, Leidy, Osborn, Amegbino, etc., nos
han hecbo conocer numerosos primates extintos. De
auerte que poteemos en Ia actualidad un aspecto general muy satisfactorio del gran deaarrollo adquirido
por el rrupo ~~ elevado de los mamiferos durante
Ia ~poca terciaria. Con verdadera admiraci6n be
contemplado recientemente en Londres Ia instruc'e de primates f6siles expuesta en las salas de
uva sen
.
E
, del Museo de South Kensangton. ntre
PaleontoIogaa
eUos se en Cuentra un lemurido f6sil gigantcsco, que
.
alcanza casi Ia talla humana y que Forsyth MaJor
ha descubierto bace poco en Madagascar: es el megaladapis ntadagascariensis.
ll.a de ntlc lon d e los p 11i m ates
Hoy, como en Ia epoca de Cuvi<'r, se considera la
dentici6n como Ia dtfcrcncia mas importante entre
los dos grupos principales de los 'erdaderos monos.
El hombre po ee treinta y dos c1 ientes dispuestos y
alineados de una mancra muy car'lcteristica; lo mismo se ob~cr\'a en todos los monos del Antiguo Continente. Por su parte, los platirrinos tienen treinta y
seis dientes, es dccir, un molar supernumerario en
cada semi-mandibula. La odontologia comparada estaba llamada a pensar naturalmente que este mismo
numero habiase establcciclo por reducci6n de una
f6rmula dentaria mas elevada compuesta d e cuarenta
y cuatro dientes. En cfecto, ec;ta dentici6n (en cad a
semi-mandibula, tres incic;ivos, un canino, cuatro premolares y tres mo larec;) es comun a todos los mamiferos de Ia cpoca eocena, que consideramos wmo las
formas ancestrales de los principales grupos de placentarios: los lemuravida, condylarthra, estlzonyclzi-
da c ictopsida. Estos cuatro tipos ancestrales de los
primates, de los ungulados, de los roedores y de los
carni\·oros, son ta n vecin o'i uno al otro por el con4
50
£R!'\ESTO H..ECUL
EL ORIGlL
---------------------------------------
DEL HO?.lBRE
junto de su organizaci6n, que tenemos el derecho de
~ener:lles
rcunulos y \ er en ellos el grupo primiti\·o ( procho-
de los prosimianos d\.1 eoceno antiguo hasta el hom-
dd arbol geneal t" gico de los primates, des-
a nuestra
nata) de donde dcscienden todos los placentarios.
blc, dibujanse claramcnte
Podemos aun hacer otra hip6tesis monofiletica que
de los ticmpos terci ... nos. Ya no le falt a esl ab6n en Ia
t c:ne Ia mayor \"erosimilitud, y pensar que todos lo~
cadena. La unidad iilet1ca del grupo de los primates,
vista en la serie
placentario -de-de lo:. pr"coriates hasta el hombre
de:.de los l~muridos mas antiguos basta el hombre,
dcsciend~n
I! ,
de una forma ancestral comun, aun des-
conocida, que data dd cretaceo. Este placentario pri·
mith·o pro\'endria a :;u \'ez de un grupo de marsuplales de Ia epoca jur:bica.
Tcnemos "n los numcrosos lemuridos f6siles que
han siuo descubierlos en el transcurso de \'einte anos,
todo!> los inte1medi .. rio!> 1 todos los umissing-l mksu
que rcdamaba Ia odontolociia filetica. L os rna:; antig uo:. pros1miano del terciario, los paquilemures o
hwp odmcs del eoccno antiguo tienen los cu arenta y
cuatro dientes del grupo
pla~ntario
primiti,·o: en
cada mitad de mandibula, tres inci:;ivos, un canine,
luatro premolares y tres molarcs. Encuentranse en
se~u1da lo:. nenolemures 6 adapidos eoceuos_. que
s61o tienen cuarcnta dientes; han perdido un incisi\'O
en cad a semi-maxi) ar. Los auto! emu res 6 e~tenof>JJo~
se relacionan con ellos directamente, con treinta y
:;eis dientcs; ticnen un premolar menos y su f6rmula
dentaria es la de los monos ame ricanos 6 platirrinos. La denticion de los catarrinos proviene de esta
ultim;~. por la perdida de un segundo premolar. E st<~.s rel<~.ciones son tan claras, corren tan visiblemente
p:trejas cun Ia transformaci6n del craneo entero y el
de:.en,·olvimiento de Ia forma tipica de los primate s,
que estamos en el derecho de decir que los rasgos
un it\.l·ho perfectamen te establecido.
us settle de los ve 11t e brados
en las dhtertsas epoeas geo16gieas
1ro
podemos decir lo mismo cuando abandonamos
Ia epoca terciaria para buscar en el periodo secundario Ia continuaci6n de la s-erie ancestral de los marnifcrus. Ahi encontramos )amentables lag-unas en los
archinJ:> palcontol6gicos, y los restos relativamente
poco abundantcs de los mamiferos mesozoicos (raros
sobre todo en Ia creta) "son demasiado incompletos
p::tra permitir conclusiones precisas sobre su posici6n
si:.tematica. La anatomia comparada y Ia ontogenia
estan de acuerdo en concluir que los placentarios cretaceos de-.cicndcn de marsupiales jurasicos y estos de
monotremos triasicos. T ambicn podemos admitir que
entre los placentarios crctaceos desconocidos hab[a
lemuravidos y otros procoriates, que lo s anfiteridos
r
jurasicos rcprcsentaban sus antepasados marsupiales,
y que los monotremos que han dado nacimiento a estos ultimos d eben buscarse entre los pantoterianos
del trias. Pero, b asta abora, la paleontologla n o n os
ha suministrado pruebas cicrtas de esas bip6tesis filo-
ER 'ESTO H.-ECKEL
EL
ORll~F••
' DH.
HO~IBRE
55
genica•. Se limita 5 c nfirmar d dato importante se-
afectiva del hombre. De ella el poeta Chamic;~o dij o
glin ""I cual los mamiferos m~s antiguo~ de Ia epoca
con raz6n:
me ozoJca, lo• pantoterianos y los aloterianos del
de 'crtebrados m~s antigu s, <.lc reptiles 6 de anti bios.
SOlo wra madr~ qru ama
Alltijo, ti qui~n da d .alimmto ,
.•.:olo una madr~ purd~ sabu
Tampoco contr dice Ia hip6t,.sis de que Ia cl<1s~ ente-
Lo qut>
trias, cran anim lit s insecti\ oroc:: de un tipo de organJZaci6n primiti\ o. Cabe suponer qt .. desciendcn
r
t'S
amor, lo
qu~
n ur
didrQSO.
de los mamiferoo;, de de los monotr,.mos mas an-
11 u . hasta el h~·1bre, cs monofilctica pero todos
1
sus nuembros de cJcr.dcn de una forma ancestral co
alt:t )' m:h pura del amor m a ternal en Ia especie hu -
mun.
rnana1 ,·emos Ia cmulaci6n del mismo instinto e n Ia
Si Ia
Esta creencia ~"n 1:- unidad filctica de Ia clasc de
rna
r
'e nos ofrece como Ia imagen m :b
ternura cxaitada de
lo~ mamif<'ros, dcsde ~u forma ori<Tinal
.
o
cxtmta,
h,l11 c artualmentc dh idida por todos los 7o6logos
compctentcs,
~f::tdona
I a~
he mbras de los monos h ac ia
suo; hijos. El Iento de,arrollo d e estc c:en timiento en
el cm<;o de mnchoc; millones de aiios, d esde el periodo triasico b asta Ia epoca actual , corrc parejas con
por mi pane, Ia considcro como uno
de Ia 7.0ologia moder-
toda una seric de tran,form aciones import a ntcs. Gra-
ea cual fuere cl sistema de 6rgano" de los <.life-
' ias :i 1a excitaci0n prm·oc<~da por Ia succi6n , una
rent s 6rdencs cl~ mamiferos que tenemos por termino de comparaci6n enc t
.
1
on ramos por doquu~r eca concord:mcJa tipica d 105
caractcres esenciales de Ia
e
parte de los tegumcntos de Ia madre se h a dtferencia-
de Joe;
n
grandcs progye
OS
do y transformado su s gHndula s cu ta n eas ordin a ri as
en un organa mamario. P o r otra parte, el mo,·imiento
e tructura anat6mica c histol6gica. S61o en los mamiferos Ia pie) cst:'i
d
.
' cu ~"Ita c \'Crdaderos fJC!os, y he
• h• por que Ol•en habia dado a e~ta clace el n ombrc
de succi6n del renen-nacido ha producido en 61 Ia
u
de mtimales de Pelo. S61o en ellos ~e h alla e~a mara' lllosa forma <,<'
·d
'
CUI ar 1a progcnic, Ia a limen taci6n
del recu5n-nacido con Ia lechc de Ia m adre. En clio~
e halla cl manantial fisiol6gico de Ia forma m as
el \'a c.l a de l nmor mntcmal que lla . . 'd
.
•
I
CJei CJ 0 una lD ·
tluenc:a tan fa, or able CD Ia \'ida fa miliar de los div~r sos
'f
mamJ eros, asi como CD Ia cultura y en Ia vida
con~tituri6n
ti~,
de un vel o del paladar y d e una cpiglo-
dos dcpendencias de Ia faringe, que s6lo perte-
nccen a los mamifcros. AI propio tiempo 1 el mccanismo de Ia re~p iraci6n sc modific.aba, como lo prue-
(
ba Ia estructu ra intim a del pulm6n y Ia presencia
de un diafragma completo. No m as en los m a miferos
{ -ta pared muscular separa en teramente el t6rax del
ab:lomen : en todos l os demas vertebrados1 l as dos
cavidades comunican Iibreme ntc entre si. Pcro el esquel cto y, sobrc to do, cl craneo, han experimentado
ERi\ESTO H.tECK.EL
EL ORIGEN DEL HOMBRE
igualmente modificaciones correlati,·as importantes.
edades y transmitidas hereditariamente por una forma ancestral tbzica a todos los miembros de la
La m:is capital entre elias es ciertamente Ia transformaci6n de Ia articulacion de Ia mandibula, que dis-
57
clase ( 10).
La parte mas antigua de nuestra genealogia nos
lleva aun mas lejos en el dominio de los vertebrados
tingue de una manera profunda ~ los mamiferos de
todos los otros Yertebrados. Su mandibula inferior se
articula dircctamente con el temporal, mientras que
inferiorcs, hasta esa era palcol6gica misteriosa, cuya
en sus ascendientes reptiles y batracios, entraba en
rclacioncs unicamente con el hueso Cuadrado. Esta
ultima pieza ha pao;ado, en los mamfferos, a Ia caja
duraci6n enorme se calcula en millones de afios (segun las apreciaciones mis recientes, cucnta unos
1000) y ha sido en todo caso mucho mas larga que el
periodo mesozoico que Ia sigue. Alli encontramos
desde lucgo el hecho extraordinariaroente importan-
del timpano r contribuye a constituir los huesecito~
del oido. El martillo proviene de la pieza articular
primiti,·a de b mandiliula, y el yunque esta constituido por el hue<:o cuadrado de los reptiles.
te segun el cual en Ia parte mas reciente de Ia era
paleozoica, cs decir, la epoca permiana, no existian
Pcro, aparte las particularidades anat6micas comunes a todo· los mamifcros r que los colocan sobre
cl niv I de los otro<: \'ertebrados, basta para rccono-
aun mamiferos, sino tan solo reptiles de respiraci6n
pulmonar. Reprcsentan los animales mas antiguos
da~ a Ia de los vertehrados su color rojo, son origi~
pro\'istos d e amnios. Los unos perteneccn al grupo
de los tocosaurios, que es el orden mas inferior y
mas antiguo de los reptiles; los otros constituyen esos
extrafios ther6meros que se acercan a los mamiferos
en mucbas particularidades. Estos reptiles fueron
precedidos en el periodo carbonifero per verdaderos
nanarucntc discos elipticos mas gruesos en el centro
(bico.,z•e:~.os), porque el nucleo de Ia cclula se halla
anfibios y, sabre todo, por los estegocefalos provistos
de carapacho. Estas salamandras acora::adas del te-
e~ este punto. Tan s6lo en los mamiferos han per-
rreno hullero, parecidas a pequefios cocodrilos, son
los vertebrados mas antiguos que se hayan adaptado
a l a marcha por el suelo. En ellos, las alctas de los
cer Ia diferencia de su organizaci6n, considerar al
mic rosco)'io una sola got a de su sangre. uLa sangre
es un liquido absolutamente especialn. Los corpusculitc>s rojos, que, reunidos en miles de millones
dido su nuclco r aparecen en forma de dic;cos circulares mas delgados en cl centro (biconca,•os) Estas
particularidade 1• t
.
·
, un as con otras determmadas, pertenecen a! conJ'unto de lo s ID<lmi'feros sm
. excepCJ6I:'
.
<li tiuguiendolos de todos los otros vertebrados. En
su mi~i6n )' co 1 · •
rre anon tan especiales no pueden
baber sid 0 3 d · 'd
'
qum as ~dno una Yez en el curso de las
•
peces y del grupo intermediario de los dipneustos se
han con\rertido en la extremidad tipica de los cuadrupedos 6 tetrapodos con sus cinco dedos.
Basta comparar el esqueleto de las patas de nuestras salamandras 6 de nuestras ranas con el de nucs-
ERI'\ESTO H..£CKEL
EL ORIGE.' DEL
-------
troc cuatro miembro~, para coD\·encerno~ de que ya
entre lo~ anfibio5 existe esta conformaci6n particular
y caracteristica que Ia berencia ha transmitido acto
continuo a todos los saur6pt1dos
ya
los mamiferos.
F.n ellos encontramos, efectiv ..mente, las mismas cinturas toracica y peh·iana. el mismo hueso unico en el
brazo y en el muslo, el mismo par de huesos en el
antebrazo )' en Ia pierna, la misma complexi6n 6sea
I"D el carpo r t'n cl t:uso, Ia misma divi~i6n , en fin,
en cinco dcdos en las manos y en los pies. Esta eYidente concordancia del conjunto de la constituci6n
del esqueleto 6~eo en todos los '"ertebrado5
pcdos habia llamado vi,·amente Ia atcnci6n
chos pcnsadorcs hace mas de cien aii.os. Ella
:i e c ~ran espintu, poeta y fil6<:ofo a la \"ez, :i
cuadrude mucondujo
Goethe,
a esas
sorprendentes con<:idcraciones sobre Ia morfolo&ia de los animalc:s, que nos permiten considerarle
como un precursor de Daru in.
Una de las pruebas m:is conYincentes de nuestra
de ccndencia de los anfibios pentadactilos es la existcncia de cinco dedos en nuestra mano y de otros
tantos rn nuestro pie. El hombre y la mayoria de los
primates (no todos) han consen·ado, gracias a la herencia, Ia disposici6n primitiva de I as extremidades
) de algunos otros 6rganos, con mucba mas fidelidad
que la mayoria de los mamifcros, especialmente los
ungulado~. Entre cstos ultimos, los caballos, por
cjemplo, que s6lo tienen un solo dedo, 6 los rumiantc~ de dos dedos, est.1n mucho mas modificados y
'specializodos por los primatf's pentad:ictilos.
Los m~, aniguos anfibios carboniferos, los este-
HO~IDRE
59
gocefalos con carapacho (y sobre todo esos notable!
dc<cubicrtcs por Crcdncr) son consi-
branquiosaurio~
derados con perfecto d~recbo por todos los zo6logos
imparciales como cl grupo ancestral comun de que
han dcrivado todos lo cuadrupcdos, anfibios y amniota<>. Pcro ~de uonde ha tomado su origcn este
mismo grupo tan import ante? Los grandes progresos
de Ia palcontologia modcrna nos h .. n pcrmit1do igualmente resolYer esta cuestion, y la rcspucsta concuerda
de la manera nds sati<factoria con los resultados ya
adquirido- por la anatomla comparada )' la ontogenia. Haec cuarenta y cuatro anos. el mas grande de
los anatomico~ \"ivi~>nteo, Carlos Gegenbaur, habla
demo~trado, en una sf'l ic de mcmonas clasicac:, como
las partrs del esquelcto y sobre todo el cranco y lo~
miembros, m~• can en Ia serie de lo rcrtcbrados \'l,·os las diferentes fascs que ha rccorrido Ia cvoluci6n
filogcnica. Aparte los cicl6stomos, los peces ' ·erd:\dcro->, cspEci d! entc los selacios (tiburones y rayas)
han conscn ado con Ia mayor fidelidad Ia constituci6n
primiti,·a del cuerpo, en sus ra~gos mas escnciales.
Con los ~elacios se relacionan directamf'nte los ganoidcos 6 pcces de escamas cubiertas de co;malte, sobre todo los cro!>opterigios que nos conducen a los
d1pneustos. Entre estos ultimos, los ceratudos de
Australia han adquirido recientemente alta significaci6n, desde que los trabajos de GUnther y de Semon
nos han dado i conoccr su anatomia y su ontogenia.
Este ;,rupo intermediario de los dipneustos, peces
proYistos de pulmones y de aletas no transformadas
6o
aun en m1embros de cinco dedos, seiiala un paso muy
natural bacia los anfibios mas antiguos.
Los datos de Ia paleontologia corresponden e."{actamente ~ esta cadena anat6mica y morfol6gica; los
"I CIOS )' los ganoidcos se en cuentran en el silurico, los d1pncustos en el terreno devoniano, los anfiblOs en d carbomfero, los reptiles apa1esen en el
permiano, los mamiferos en el trfas. (\'eanse las tablas y sus explicaciones).
e<tos hechos hist6ric-os de pri,ner ord~n, que
muestran de Ia manera mas satisfactoria el desen,·olvimiento asaz progresivo de los Yertebrados, tal
cual ha ido e tablcciuo por los trabajos de anato-
ll os a n te pas ados d e los vert:ebrados
Dato s de la Embrlo lo gi a
~on
mia comparada de CU\·ier y de 1\teckel, de J. Muller
Y de Gegenbaur, de 0\\t'n, de Huxley y de Flo\\er.
La uce i6n en l'l til'mpo de los principalt>s estadios
de Ia C\'oluci6n de los \'crtcbrados e sta, de tal suert(', dcfinitl\ amcnte cstablecida. Este pwgreso rev1ste
para cl conocimicnto de nuestro ar bol gencal6g1co
muc ha mas importancia que si se bubier a logrado
de cub1ir un ccntenar de esqueletos de !em uridos y
de monos f6siles, y ponernos ante Ia vista tod a la
~erie de nuestros an tepasados primates.
·l\Iucho mas obscura cs Ia parte mis antigua de
nuestra gcnealogia, Ia que se refiere a los an tepasados im·ertebrados de lu~ ,·ertebr ados. Asi como los
mis inferiores de estos, los cic16stomos }' los acraniotas, aquell os animales no poseen p artes d uras capaces de fosdizarse. De modo que no puede invocarse el testimoni o de Ia paleontologia; n os vemos
reducidos a conten ta rnos con otras dos ciencias auxiliares de la ~ l ogen ia, Ia an atomia comparada y Ia
ontogenia. L os res ultados que suministran son a menuda t an importan tes que, pa ra todo zo6logo competente e im parcial, arrojan Ia mas esplendida luz
sabre muchos rasgos esenciales de nuestra fil ogenia.
Asi es, ante todo, respecto de las conclu siones de
gran valo r aport ad as desde hace treinta afios por la
ontogenia com parad a ayudada de las leyes fundamentales de Ia b iogenia. Desde luego, los trabajos
profundos de B aer y d e Bisch off, de Remak y de
KcHliker habfan erhado los cimien tos de Ia evoluci6n
EL ORIG!!:-.: DEL
HO~IBRE
'ertebrados. Siguieron inmediatamente, en
----------------- -------------------------6J
es Ia repetici6n hereditaria ue Ia gtJ.s(Ttl'tl, esta forma
1866, los descubrimientos de Ko" ale\\ sky que confir-
ancestral comun de todos los metazoarios. El hombre
m ron Ia htp6tesis de Goodsir y demostraron el pr6-
divide, en cl curso de su dcs:>.rrollo, todas cstas for-
x mo parente::.co de los vertebrados y de los tunica-
mas tipicas con los otros meta:oarios, es dectr, con
ERl'ESTO II.IECXEL
de lo
d s
Desde entonces Ia anatomb comparada y Ia
ontogenia del anphiorus y de b
ascidia se con\ ir-
du::. lo:. animales, excepci6n hecha de lo~ protozoarios. T odo hombre cumienza su cxistencia indn·idual
t
ueron en el punto de partida constante de tod:ls las
bajo Ja forma de una ccJuJa 0\"Ular csfcrica visible
iD\ estigaciones ace rca de n uestros au te pasados
a pen as
lU-
' crtebrado .
t mctl afios de estudios ( 186]-T872) sobr~ Ia cstructura ) d desen,·oh•imicnto de l.ts c.,ponja, calcar a , me habi:m conducido :i rcformar Ia doctrina Je
las hojatas embrionat ias
r a
e,tablecer Ia tcoria de
astrtr l, CU) o pnmer esbozo a parccio e n 1 87 2, en
una monografia ue las e ponjas calcareas 6 calci-.pong-io . F ta~ con id• racioncs tu\ ieron cl apoyo m.J
••fectno,) pro\ocaron un nUC\O de en ul\"ill1icnto Jc
Ia
ex "lemcs
111 \
e tigaciones de muchos otros embriolo-
go , sobre todo de E. Ray-L ankester, de Balfour y
de los henn:mo::. Oscar y Ricard o Hert\\ ing. Destle
SIJU
a
simple \" i:>ta; los caracteres de este 6' ulo
idcnticamente los mismos :1si en el hombr e como
en tod os los de mas mamiferos ( a' ).
La p ::>t tc mas obscura de nuestra genealogla es
lo que \'a dcsde Ia gastra·a ::d amphioms. L a exticma importancia de
e~le,
del famoso pez-lanceta, ha-
Lia siJo ya reconocida pur el gran Juan ll1liller, el
primeru en dar del mismo una descripci6n d etall ada. C n tituye un documento de un \'alor inesttmable
],ar.t Ia filo:;enia de los vertcbrados. K o podemos,
'in emb::~rgo, considerarle _como su antepasado comun, ::.ino unicamente como uno de sus parientes
pruximos, como el ultimo representan te vi,·iente de
la clase de los acranios. Si los anfioxidos se hubie-
lucgo, ucduje tie estas investigaciones comparativas,
Ia • ondusi6n de que los primeros estadios del desarrollo cmbrionario debian ser e cncialmem • lo~
ran extinguido, al igual que tautos otros miembros
de 1a serie de nuestros antepasudos, seriamos casi
mi mos ~n t•ldos los metazoarios 6 animales pluricc-
inca paccs de formarnos una idea de los estadios mas
lul. res. P cnst5 que esle hecho podria suministrar d:l-
:mtiguos de Ia evoluci6n de los \'Crtebr ados. Por Ia
pane m.Js tlevada el amphioxus se relaciona intima-
tos ciert os sobre el origen comun y las series ancestr:des mi~ primitivas de estos animales. El hue,·o
unicelular reproduce el estado que permanece definith·o en el protozoario; despu~s de su segmentaci6n ,
mente con la larva de los cicl6stomos. Son estos los
am males mis antiguoi provistos de un cdneo ( cra-
da una blastula, que corrcsponde al voft,o r y :i Ia ma-
niotas), los primeros vertebrados en los cuales el
craneo y el ccrebro estan diferenciados. E :i'tos cicl6s-
go.lpluua de Ia mi ma serie ancestral. La ga.slrula
tomos, uno de los cuales, la lamprea 6 petromy::o11,
6,.
ER.NESTO HA.:CKEL
~--
~---
es ben conocido, son los antepasados presiluriano
de los pe e Por Ia parte inferior, Ia concordancia
de Ia ontogenia del amphioxus y de Ia ascid1a indica
que ba existJdo un grupo m<'is antiguo de animale
con cord n dor al, los procordonianos, de donde proceden lo tunicados, por una parte, y, por otra, los
\ ertebrados. E os procordonianos 6 anim:~les primitn os de cord6n dorsal, pueden, en nuestro sistema
filog~nico, ser deducidos a su vez de Jo~ lronlonia-
nos, rama de los .•nmalianos 6 gusanos en el sentido
e tricto. El halanoglosms, actualmcntc aislado, r los
n~mutmianos son \'erosimilmcnte ruuy vecino:. ~ e ttgrupo de gu anos. Es ,·erdad que entre esos gusanos
y lo ga treados primiti\ os, ha hab1do en cl tran scur o de los periodos cambriano y laurentino, toda
una sene de formas de paso, y hasta juzgamos que
formab n parte de e ta cadena rotifcros y tu1 belario :mtiguos. Pero, de momento, no puedc sentarse
re pecto del particular una hip6tc:.is que tenga a)gun grado de certeza; hay realmente en este punto
una 'a ta laguna en nuestra genealogi:t.
Co n el asion es gene r ales
Pt-ro :i e to<; capitulos indcscifrables de Ia evoluCi6n dl' los ,·crtcbrados, pucdcn oponerc;e las <'xplicacioncs claras y dcfinitivas aportada• por Ia anatomia, Ia ontogenia y Ia palcontolngia, en el intrrior
mismo de esta horcajadura , y sobrt> t•1do en el de su
dase m<'is elen1da, Ia de los mamiferos. Todas las
inn~stigaciones recientec; han confirmado 1:~ proposici6n que Lamarck, Darwin y Huxley h:ohi:m ya rcconocido como Ia conclusi6n rna~ importante del
transformismo. Los ant~pasados inmcdiatos del hombre entre los placent:~rios son una serie de primates
terciarios, y, entre eiJ oc;, los mas ele\·:~dos <;On catarrinianos antropomorfos. E l cstudio comparati\'O Y
critico hecho con el mayM de los cuidados por los dos
zo61ogos Pablo y Fritz Sarascin, en sue; Forsclrungf'n
auf Ct'ylan (1893), h a demostrado que los \ Veddas
actuales, los habitantcs primiti,·oc; de Ceyl~n. se
acercan a! mono por Ia conformaci6n de sus cuerpos
mas que cualquiera otra raza. Entre los antropoides,
e) chimpance y el gorila son los m:i< parecidos a l
hombre (7). Por otra, el gibb6n. forma infer ior y poco
- - - - -67
ERNE TO 1!.-ECK.EL
EL ORIGEN DEL HmiBRE
espec a uada <e acerra con la mayor 'entaja ~ los
das. Spencer, al igual que yc ha combatido desde el
antepac dos m10cenos comunes 1 todos lo< antropm-
primer momenta c0n Ia mayor energia la teoria del
des E<te parente co directo es mucho mas eviden e
pla,ma germinati,·o de \\ CI'mann, que niega el fac-
66
)'
m~S
{ Cll de ec:tableccr que d de Otroc JI'IUC:hoc; ma-
mifero
Asi
anim le
e encuentran en los do
hemi~f< n
o
tor tan importante en Ia e\'oluci6n
explicar ror la
CU) o origen es mucho mis nbsruro, pc r
~01 a
ufuerza
Ia cual procura
todopodero~a
de Ia se-
lecci6nu . En Inglaterra ha Lcnido gran exito 1:1 l"O-
ejemplo el elefante, los sirenio , lo'" cet keo..,, los
ria de \\• eismann, habiendosc opuesto con el nombrc
de dent dos (armadillos y pangolinf's'
de
Y 1 no tini-
camentt! en sus manos y en sus pie", de onco divi-
a nuestra
unen-dan,ini~mon
n6mt>no
concepCion de los fe-
evoluti,•os, que se Glr:>rtr.riz.lb? < "m'1
I<'J<'"-
i que tambien en otros caracteres anat6mico~ ,
lamarckismon. Estas designacionco:; no son del todo
el hombre ha conser\·auo por hf'rcncia r:>~r·ns primi-
JUStificadas ; Ca1 lo;; Dan' in c:;taba tan conY<>ncido
' ne
tho
dP.
no p c
us antepa<ados , m•1c.hn m:is fielm,.ntr qm·
del alto \' alor ell- la
otr s mamifero
gran pr<'cur•or Juan Lam:1rck )' cc !no Herib<'rto Spencer. Ht> tcnido <'I guc;to <I<' \ isit;~r I l l \ (('(•c; ·I n n -
por ei• mplo lr> 11n ula-
, I s c t:iceos y los qui ..6ptt>r s.
d
f 1 on en
de nu s•ro
imio del h0rnbrr ticnr• para el < nT'juntn
conocimiento
una importancia (, ot m~
q C pen <kr aJrruno •mparcial y C nc:eluente pu"dC
J•cgai. Entre In fil6sofo~ , nadie ha cc;tablt>c.irlo meinfiucnl ia
JOT
nu~stra
concepci6n "'''H'ral del
mundo que el gran pen ador
C~'r.
ingh~s
HPribc::to
Sp~n­
uno de los rari imo<; c;abios de Jo, prcc;entes
uempos que sabc hermanar los
mif'ntos en hi toria
nat11r~ll
m~s
\'astos conoci-
con Ia e-.peru
;~r-i6n
filo-
6fica mas profunda. Spencer pertenc_c :-; aquel anriguo grupo de filosofos de Ia naturaleza quf' antes
de Dan\ in, habfa encontrado en la doctrina cvolucionista
r
moni ta la clave <}'le debia permiti1 la reso-
win
PO
lwrenci::~
prngresi,·a. como su
Dow y siC'mprc hemos cambiac!o o;obre
-e~ta
c:uesti6n funclrtmental criteria<: completamente conformes.
Participo de>
la convicci6n de
Heribcrto
Spencer, de que Ia heren(ia progJ<•si• n e• un factm
indispensable de Ia teoria monista de Ia evoluci6n y
uno de sus elementos m:is importantes. Si sc nicga,
con \Veismann,
'"E'
cac en cl
c:aso, mcjor fuera accptar cl
ai .. ladn de cad
especien
mi~tici~mo,
mi~tC'Tio
y. en tal
de Ia ucreaci6n
L:~. mi.;rn:l antropogcnia
ofrece de ello no pocas pruebas.
S1 contemplamos ahara desde un puntc de mira
general cl cc;tado actual de Ia antropogenia, )'
<~i
abarcamos con una sola mirada tocla~ sus pruebas
a
luci6n del enigma del uniYCr,o. Figura tamLi(.n entre
empiricas, tendremos indiscutiblc drrecho
e•os ,.volucionistas qu .. conn•den, con .... ran
l
boy dla La descendencia del !tombrc de una serze tie
e~ta
primates terciarios o. tmtos no es J'O t'tta vaga ltip6tesis, si1ro un lteclto ltist6rico. Estc hecho, natural-
m
)OT
lmponancia i Ia henncia
r?16n
protr~Sii·,z,
a
transmisi6n tap discutida de las cualir;la(les adguiri-
afirmar
~L
l:R!'\I!STO H..ECUL
mente no pu"'d"' •er demo, trado por metcdo• exactos; como t::tmpoco
ble• fen6me O• fJ lC
podemo~
•
p1 ob::tr lo ~ innumeray qufmicoc que en f'l CUT 0 d t
OlUGl!.N
D~L
ftOM.B!Ut
----
con\ enc1do de que, no ~olamente I a ciencia del ~~ ­
glo X.'\. acept ar~ en sus Jineas gen-erales nueitra d octnna transformista, sino que Ia considera.ri como Ia
df' cien mtllone• ue afio•, h" conducido progre•h amente desde 13 monera mis c;cncdla y el pro-
conqUlsta del espfritu mis 1mportante de nuestra ~po
tozoario primith o al gorila y al hombre (12). Pero
lo mismo ocurre con toua• las ,·ariedades hict6rica .
sas nube::; de Ia ignoran~:ia ) de 1a super;,tici6n que
hasta hoy proycctaban una obscundad 1mpcnetrable
Todos neemos en Ia exi tencia d~ Linneo y de La-
en el mas impurtante de todos los problemas, el del
m~
place, de
1
y de
origcn del hombre, de su naturaleza real, y de su Iu -
t6teles, aun cuando no pucda c:er dcmostrada de una
gar en Ia naturaleza. La inftuencia incalculable de
manera cxacta. en cl
Ia antropogeni.\ natural :.obre todas las otra
moderna
t
Lutero, de .Malpigio
r
de Aris-
C\
t n
c.1. Sus ra}os de~lumbr:ldorts b:ln disipado las espe-
entido de Ia hi -tulia natural
E tamos pcrsuadidos de Ia <'xistcnci:'l. de
stos geni s y de muchos otroc:, porque conoccmoo; las
ram.1s
de b ciencia y de la ci\ dizadon, tcndra los mas feliccs
re~ultados.
La gran obra comenzada en nues-
tro :.iglo por Lamarck
r
continuada por Dat
m seti
obra que han dejado, y porque \'emos Ia infiuencia
que han ej .. rrido en Ia hi!;toria de Ia ch·ilizaci6n. Y
ya para sicmpre una ue las conquistas mas maravillo-
esto
indirectos no prueban meno.; que
sas del espirit u humane . La filosofia monista, que
lo• que nos han sen•ido para est:~blecer Ia historia de
ba amo,; en cl e\·olucionismo, favoreceri poderosa-
loc: antepacados vertcbrados del hombre.
De todoc; Joe: mamiferos jurao;ico ~ un huec;o unic:t-
mente cl conocimiento de las \'crdades naturales, al
propio tiempo que su utilizaci6n practica hacia lo
mente el mo:a:iliar inferior, ha lleg-ado hasta nosotroc; Huxley ha expuesto mur felizmente las cau-
bucno r lo bello. El funuamento emptrico s61tdo de
estc monismo nos lo suministra Ia zoologia fil oge-
c:as de e te fen6meno. T odo c admitimos que estes animales tenian tambien una mandibula super ior y otros
nica.
argumento
hue os, por m<1s que no podamos probarlo dircctamente. Lo que c:e llama u~•cuela exactan, Ia que con•id~ra Ia e\oluci6n d~ la~ especies como una hip6te•i, no demo,trada, debi~ra creer, para ~er consecuente con ~igo mi rna , qu~ la mandibula inferior erCl t-1
unico hue 0 que po-,.lan aquello~ extr::ti1os animales.
Permitidme, para t,. rminar , que eche una r apida
mirada al pon enir que !e acerca. E~toy firmemente
,/
APENOICE
I. Sistema de los p11imates ... n. At1bol
genea16gieo de los p11imates ... ru.
Ceneatogia 6 p11ogonotaxia del
hombtfe .... I\1. Explieaei6n de ta
p11ogonotaxia del hombrre.-V. Ctfitiea de ta p11ogonotaxia.
I. SISTEMA D E LOS PRIMATES
+
ignilia lorm.t ext ngu1dn,- V srupoa oun \ n o , - w. rcprncnta Ia (orma ancestral h1p tt lka . \'t
Jfl sturtOJ J c /4 crca<1~ n nlltural y m• A ntropog ma.
N. ll . -
Ordenea
F a mlll"s
-t
(II)' 1 s d1na)
Pro shnle
AI princip:o p.;~rras en todn,
lo• dct.lo~ ''en 111 mayoron.
.M :I.s tHdc lormncann proI;rcsiv.J de ur a<. I ar ode
'onlormad6n pnmitna.
t .e mu riano~
1/rrmpat h ..·a "rei
I •·m ur•sJ
U rbit a incom plctam~nte
sc para<.la de Ia fosa
t empor a l p or un ar..:o
lll.ll''o~o . l tcro dohlc
Arch1prlma~
L(!murar•ul
+
Eoc c:no :mt • uo
3- 1 - • -3
{f'alalrmur<~)
l.cmurinno• antlfjUI'S
1_gcncrahbta )
alJmt•CH~n
l'e/ycodus
I• o._~no au t og1.1 o
II) opsodu•
toccno rccocntc
s
t - 4-
primitiu
2. Necro le m u r es
I htaptomorplla)
+
.Adaprs
Plws,adtlpu
.! - t - 4 - 3
nu-.t
0
-- -
"u
G6n e ros
I. Pach7lemures
i . Lomuravt da
e m•
-
-
L..
\ccrd"ll"r
!- t -•-s
l>not1C16n rcolucida
3. A ntolemurcs V
<i l'ic6rnco. Pla;.cnta
.t m ~ nudo ,llfu .t y
dc, p rovi'w d e memb r a ...• cad uca.Cercbro
rc ln tivao cntc pcquctio, h'o n d tholmcnt;
(,\'c,Jhmurcs)
I. em uriano' :nnu rn<'s
(E~r•c•alt't 'ill
~u r cado,
\
Ord•nan:lmlntc '' dos I ~
tl dn pro1 1Mo~ de ' n.:;
lj CX<: po.;t.6n del SCj.:U'ld >
dd fllCJ. rnr " modthc.do
~
f>tn:. t:ih
(llesp~roprt'•eca)
- I - :1 - :l
\'C '"bu.~
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.! - I - :1- 3
'· Ch l rol f' mttre~ V
{C.hrrom \"ldiJ l
lhr.t.
- 0 - 0
J)lnt (3.)
Char ornys
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I - II - t - ll
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llcntico~n •srcci:~l•~ta
[>. ArG\01
3. l'l e.t ) rrh huo
Monos de nnriz o~pla~tadoa
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I cprltmur
(l un11rirla)
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gordo del p1c.
Monos occ•dcntalcs
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NJ'Clipltii<CIIS
Ocnt. (31!
tf'otftCCI
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MI'CCit'
/\ide~
C:ynopithuca V
h . ··s"' o
Ja .
r,,bus
~- 1 -.l-J
l 'ti:l\ en todos los dcdos
Orbita cntcramcnt c ~c­
pa r.Hia d ~ Ia fo~.o tcmro .II ror un U.b>~UC
U •~r" s• mple. por forme PlaCL:nta di~cu1 d c pro,·i!>ta Je u n.• '- J u ~a Ccr c b r o relativamcntc
p-ran d c, con ci,·cu O\'O·
lU ClO IC ~ t'-1~ 1 m.trca-
r,.,lt.thr.x
Fosas na,alcs l.1tcralc • epa·
r:~da' pnr aocho :...tuqul.'.
.!-1-1-:l
' Cat arrhlniD
cqrcch.t
( 1-:opll'tcca l
Mono;; de
D nt. ~~-J
rll·IZ
Monos oncr tnlc~
1,\r .. ws~c 1
Europa, Asia, America
F o· as nas:~lcs anteri J: e' de
t:~bique c,tre.t.o. t Pnmulans. (Jfias en todo~
los dcdos.
Prn\ i to de nrolonario d ~ CO·
b , "· rrd ;,d ~- ::.a,ro de
36 •
'e
tcbras.
2- t -.!-3
~ - \ - ! -
3
Nicola ni carnlladas. s~c o
de 5 , c!ntbras.
(
/IIUilS
'\tlllll JptlfttCIII
Colultor.s
\,uall$
I
:-.. A nth rop o morpha V
Dent. •3!1
I
Cynoc. • halu5
r·.-r c ,p.tl:ccu•
~
\
Jh·lr,balt:t
silt•·r ~~
Pltopilt.tcus
Gorolla
AnlhropithtcuJ
/'r\'Opll'tLCUS
l'dhecanllll ]JWS
TlomfJ
I~
EL ORIGE.l D£L HOMBRE
75
II.-ARBOL GENEALOGICO DE LOS PRIMATES
l:IROPOMOR!'!!.\
.~nthropl n l
Anturo,,.__......
.1oiJes t r lcunlll
An:hru:;:ithccu'
:.chim pan•e
Goralla
£10:1
PLATYR'RBIN..E
Dysmopitbeca
'I ycttes
Ctbus
LEMUROGONA
LEMURAVIDA
ProslmllD !.enerallstlll Arcbipithccus ~~Necrolemures
An:lptomorpha
Adapida
Chirolemurc~
Tarsolrm/re~
(Chiro'mys)
t Tar· .ll''l
Necrolemures
I
l?mur"
Lemura\o ida
(U n gu lata}
PaehYlomures
(C arn aa/aJ
~·!~,J,~:~
Pro c hor ;:>.-
III n.-PROGONOTAXIA (0 GENEALOGtA) DEL HOMBRE, PRIMERA PARTE
ca Mluroana
de /a
r
f:qa(IIM 1 - ~,
Antepasado5-ProUstaa
Organosmo~
Orgnn.smos actua/es
Grupos pr1mlt•voa
Estadlos
pl'lnclpalea
un1 C·
lularcs
p:tN!CidO$
a /a.a formu ancettrales
&erie ancestr1t.l
t. Monera
t . Cbromncea
(l'lu~mod o ma)
(r'iJrOIJCOC<'II )
Sm nudco
(f'tcnrh r omarea)
2. Algarla
2 Paulo1emea
••Ul
3 Lobosa
0
?
I
1
Palmrllatt a
I-:rcmo•phncr.:o
4. Flagellata
0
?
I I
I nfusorio~
En rl.o!ltliJt.t
0
l l l
I I I
G. Oa! trull\
0
1t
llydril, 01) nthus
Urt!.o'' dtdu
7. Cr yptocoola
(Coni oluta)
0
?
I
0
?
I
0
?
I
0
?
I
II
l.u monacl s
Est.Jdio s G- I t :
Antepasados motazoarios tnvertebrados
5. Bla.s teados
(!:cnohial
pl uri clulnrcs
fl. Gastreado s
A nimalcs de dns lumoni llas
~ ontc>tino primot vo
7. Platodos I
Pl.:otod.:ona
Co: len tcr• os
( ni ano, ni cavidad
general d isunta)
( pr· visto' de nclridi.JS)
9. Provcrmalla
(uusanos promotivos)
Rotat. na
10. Frontonia.
!1-H :
Rhync/lPifll lltl us
Ver mali.:~no~
.ano y cav1da d general)
Gu~an ••S
con trompa
11 Prochordonla
Gusano~
con cucrJa dor!<>al
- - --1- -tz.
Esud ios t l - lf• ·
Antepa sa.dos mo-
norrinos
lo~ m<l~
s• n ma>;i a r es
micmt-ra~
pucs,
r
n1~Jittn':l
Acrania I
Acr . niJn"~ ., n tipuos
(Pr spooJyl J)
1:1. Acra.nil. II
. .-\ cr Ani 100"'
re
cotes
I 'o. Cyclostoma 1
Cid 'stomos an g ... os
(Ar.:h ocranaa)
15. Cyclostom a 11
Cicl 6s10·nos
r~c
x. Rhabdocoela
11
• \'crt.x•
Pl.:otodi• i r
G-8:
5 Ca t f\llacta
M.lfiOSJI.aru. l'aiJ•oclna
lla lu a
(l'rorM·u~
hon ncloidi ... SI
S. Platodes ll
con fo sa
!?
I. I nfusori a
louc~s
nt
0
Riz6pod ns
r:,fcra
anti~uos,
~l:t
0
11 )
J-5 :
P r otozoarios
plasm6fago&
Vertebra.
Mortolo-
nla
3 Amcbln ,\
Am.ba
/,cucucyt.t
( \n c
Prot fito~
p la• todomo5
Onto£•-
-1- -,- -1-
Algns un•ccl ul a rc~ flrt>\
d e un nllclco
1-2:
I
cotes
(,\/Oil(J/11 I
!1. Gas tro trlcha
TrochrJ(MJ
Trochoph"r.:o
t O. Enteropn eu sta
JlalanfJ{:I•ssu.~
C.:phalud 1scu.s
11 Copelata
1
\
,J, n.t tat· a
0
u . Larvas
de Amphioxus
13. Lep\(JCatdia
0
II
Larv .. ~ d e -:6rdula
! !
l I I
0
A'Tlp,_i X IS
( • z-1.. .;c a)
1 1 Larva.s
de PetrCJm.i zon
1··. Marsipobran chla
•.. ) x.mo .lc
Pctrom)zontcs
0
0
I I
!!
I1
Ill
I~
lll h.-PROGONOTAXIA (6 GENEALOGiA} DEL HOMBRE~ SEGUNDA PARTE
Sene an~c tral reCifnlc, qu ha de,ado hucllu f ••IQ, comcnundo en el 1luna o
- ··-
-
Grupos prrmltrvot
d&lll
Perlodot
de Ia H11 or111 de
Ia T1orra
serre .1ncestral
Organlsmoa actu111ea
aemeJftnte•
a las tormu
!G Sela.chll
Period.o
alluriaoo
{
Peccs
I
Periodo
allurlano
f6
Notlda.nlde
Pros t.u:h1i
llepwnchus
ti . Ganoidea
d Chlma
l'rol(a•wiJ.s
17. Acciponserldea
<Estu nl)ncs)
Poliptcros
I . Dipneusta.
l ·' · Neodlpnou&ta
I
Poriodo
de onla.no
Puriodo
carbonitero
Pcccs .•nil bios
Prot6ptcro~
I
W. A m ph ibia
l!l. Ph anN obranchia
I
P e riodo
}lurm11u.. o
Periodo
Juras! co
< Me~oz Ill
!'
Periodo
cretaceo
(MQOl. 111.
\
Eoceno
reciente
Mioceno
anttguo
I
Periodo
plioceno
I
23. Mallotherl~
Placent.arios prim uvos
Prochori-.la
I
24 L emuravida
Lcmunanos anu~uos
Den t 3. L ~ . ·
tI
25 Lemurogono.
L~munaoo rcc•entes
Dent. 2. 1 '•· 3.
l
l
I
~I
~
I
Periodo
pleistoccno
20. Rhynchocepballa.
22. Marsupie.lla
Mar,up•alcs
Prodidclphia
I
Mioceno
r eciente
20. Reptilia
Saurios
26. nysmopitbeca
Monos occid~n';:llc.s
Dent. 2. L ~. 3
21. Cynopitheco.
Mon<~s prov1stos
de cola
2~. Anthropoides
Monos ~in cola
de con t ormaci6n bumaoa
2fl. Pithecanthro~i
Hombre' monos,s1n enguajc articulado (.\WI
311. Homines
doudo' dl Ia palabra
. cs l
tLocuac
gilt
...
II!
Ill
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I I
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prrmiu~os
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....
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111
....
/la/1/'rla
l'rm I'CI'IIIP>
I
Periodo
oligoceno
St~{(Occph.lla
Salamandrrna
IPrCJtcu , Tnton)
2t. Monotroma
\\onotrcmns
Proma•nm.tlla
~
-----
s
Hcpulc)
{
Periodo
trias teo
(Mcsoz. l)
Eoceno
antiguo
I
!'uladipneusta
Batr:~ci<
fllortolo -
nla
t~cr.atodcs
{
{
1
Onto£•-
Chlamydoscla<hu~
pr1m1U\O~
PcCCb
t
ance~lra/el
----
Paleonto log/It
21. ornltholdclph1&
1
ch•dn"
Ornithorhtn,h~<'
22. Didelphte.
\
.....
f) ide/ pln•J
Pcr.Jmcics
23. Jn&ectivora
£ri n:<cc,da
(l<:tpn ida )
:! 4.
Pacbylemures
11yo psod u.~ -:-)
,\dapr.s \-)
2:; A utolemures
Euhmur
Slcnops
26. Platyrrhinae
........
\
!I
Il
l
!
\
.....
.....
....
!?
II
........
!?
II
....
!
....
!
....
!!
III
........
!!I
III
....
!!I
II
.\nthropop~ ~
Jlomunculw; + !
2i'. P aptomorphla
(Babuino. p:tp!On'
Cynocophalus
2R. Bylob'ltida
I-fllOb3tCS
Anthroprtccus
2'l. Anthropitbec a
Chimpance
<Iorita
30. W eddales.
Negros de Austnila
III
III
£L
£rpl1cact n 4, Ia progtJH tu·ra dd ltomh 71. En 1 • t b as precedent~:• al ]ado de cada uno de lo<
tretnt e tadw• de Ia cne ancestral, se encuentra Ja
1\
mdtcact n del grupo de organ~~mos , n ientes en Ia
~p ca actu I que enctena Jo, m:is pr6x1ruos parientes
de lo antepa ados htpot~ttcos. Las tres columnas
e trech.1 colocadas :i Ia deredta muestran el \'alor
relatt\ o de los tres gcner<Js de documentos tilogeni-
ORIGE~
St
DEL HOMBRE
Con d signa I 1 que !a anatom1a
comp.J.r~tl:-
um.-
nistra escasos informe";
II, que ofrecc muchos;
III, que da muy numerosos puntas de
apoyo :i 1a filogeuia.
V. Crltica de lcl progonolatia.-Si, como Cl ee actual mente Ia gencralidad de los n:~tur:tli::.tas compe-
co c r1 espondicntes ~ cad a uno de lu:. t tadio:,, tal
cu.1l e nos ofrecen en el e:stado auual de nuestros
con clmtentos.
tente-., 1:1 teoria de !a desccndencia es 't>rdadera, 1a
h1:.toria natural sistem:'itica ticne cl dcber de J~.:sci­
a lo::. documt'n-
pos de formas orgamcas. Y, desde luego, L'l sistema
En Ia pnmera columna, consagrdda
tos paieontologuos,
0 Sigtilfica ialta absol uta de restos f6 iles,
que estos son raros
-.-....
r
poco lmportantes,
que se conocen algunos importantes, pero en poca caotidad,
que son abundantes y significati\·os .
Ln Ia egunda columna (documentos ontoginicos),
?
significa que d 'aim filogenico de aquellos es
dudoso,
que es esca::.o 6 ambiguo,
que es incontestable,
que es muy importante
e instructivo.
Finalmente, Ia tercera columna (docu11untos marologuos) muestra:
f r ar las rei aciuncs de
p.lr~nte,co
de los d iversus gru-
natural debe sen ir de base ,\ I a genealogia. Las primeras tentati,·as que he realizado en esta cuestl6n,
de·de r866, se estrellaron contra
rc~istenc1as
cast ge-
nerales. Los dt\·ersos perfeccionamientos que he intruducido en e~tos en sa) us imperf~{ tos, en las ediciones sucesi,·as de mi Historicl de Ill Crt·acitm y de mt
.lntropogenia, no encontraron de momcnto mngun
apuyo. Pero desde haec ninte anus, ha cambiado por
completo d aspecto de las casas: numcrosos zoulogos
y botanicos se csfuerzan en determinar las relacioncs
Je parente~co de los grupos organicos objeto de sus
cstudios y de trazar su arbol genea16gico. Espcro que
llegue i dar todos sus frutos !a tl.!ntati,·a m.ts importante en este particular, que he hccho de r89-t-C)6, en
Ius tres \'Olumeoes de rot Filogenia Sistematica.
Sin embargo, el m:is importante de todos los arboles gen_:~l6gicos, el del hombre, es aun objeto de no
pucas desconfianzas por parte de algunos naturalistas -y sobre todo de Ius que .;e Haman antrop6logos.
6
SJ
EL ORICE
F.R E TO JI..£CKEL
---~
ind1<:ado en Ia mit ad mi::.
C
p
T
que he procur do estableg~ma. 50bre Ia filog""ema det _
II da de t
de 6rgano . no ha
He aht por
qu~
antcpasados , :ib:~.rcan d" ~
-1]), ha.;;ta los ti nl!lO' :'Ctu lc
3 ) 1.1 de t.:n\ h imi.:nto ~ 1:. cxi~tencia d'•
lo e tali n
anug-uos c:J.en en c~ta {"ra pr<'siluria
rc-tos s6hdos d
m
n m rosos na[\! rah:st:J.s
briJbe, para ..clarar un
,
C<
}
h n uepo•qt du Ius podt>t<''')' a~ientns dd pt•riodo uri-
\a
fl
nada. Repito unn ,·ez m
m. Ia 1dca Je p.e nt 1 ,
tabla g ne 3 I6g 1c.
r mo dogm:J.s en lo" que no c:J.be
ffiU) al contr.u io, .,on hip6tc-
~
los pr gre os ince,ant<:s de
trunta e
10
I t<'in t)len lt>JO
J
pun to de 'i ta de J
mentalt•
r 11
1a I .1rte m.h relirntc ( c:.tadios
\:X (It'll1
o-30\,
de documento< d~..· la filog•'ni.t cn
cu ntr. n u cmpl o imult:lueo. l)or el cont1 ano,
.
l'n
Ia mttad nlotS
~
an:tgua (e~tadio., I-ts), falt.tn tut.d-
to
tre
mentc
6rd ne
los documento:. palcontolugilos, poiquc el
cuerpo blando } des pro\ is to de esqueletos de c
sere ' no era en paz de fo ·iliL..tr~e
<h
nos 'emos ,·cuuci-
dos :1 'alerno de lo:. mformes sacados de Ia Anatomfa Comparada ) de Ia Outogenia. Por c,o sulrJ he
igid.1
de origcn scdimt•ntarin.
aprox1madamcnte por l<! mayoria de In~
lc a l periodo arcozoico (p1 c,iluriano), ) cl rc~toJ
o -.ca
de cuarenta y onco a cu.trcnta y ocho millonl'S til'
m
u·rtt"la d c su, prueba
t'.
y cmco millones dl• a lO", corrc'pondcn ,·erosimilmcn-
nue~­
tcncr cl mi·mo v.tlor desdl• el
1'> C:l[•:l."
r ( :1111-
de e •a d raci6n, uno!> lin• uenta y dos a ~.in u n!.i
lm"'
. ,,or1;:~ l", q u•• l
dt ttnr•utr
e en Ia progonota.xta
· d(•) hombte han ,ido
.,
dl\ldtdo., en d,) mua d es en ]a-. tabln:. preccd•nte .
t
u i,taliiill<; de Ins
gc61ngos en cien mtllnncs de ailOs. La mayor p.ule
empiri~,_ 0 ,
muento
e~qui~tos
no. I .1 ch rae it n 'a:,t in1 l nmen.::urablr,
(:lit ul
d"' I rf, c'-ionam1enfos mdefinid, c;,
u cepoble
corre pondtente
c 1r 1 , l '
Ia•ll entmo, hurl ni:lllll, algunquino
por d ,J p6~tto d..: I
cuando
t
I )
l'Jl'l 1 I
t•
qte e
modtfican n
mnt dt.tl ,) • rc
i la luz de Ia Zoclogia l'il
Ia Progonoiat i, lzommi~ un
[>:l.r
I
na, de un .. I< "lt,Jtud mt.lcul.lblc, durante b cual sc
m
!ltffi})L)rtante dt~ Ia~ in 1" ti!Ll
ci ne
nue trc
de Ia epoca .. ,tunanl
he apr
uc me ufreda c ta comuntc ct
los di\'l'rSO' P"
nodo de L hi tona de Ia nerra que no h 1
td
'e
at
1 eciente
aiio •
a
l<b l''~. iodus
iguientc~, desdc ('\ :;ilt•ll,lllll
hasta Ia t~p, ca actu:tl (\•e.lSc Ia nota n).
Los lreinta cst.ttlio:. auccs\1 ales sc repartcn en lTC~
I
grupos principall''>: lo:. cinco primcros pcrtcneccn al
r~:mo de lo::.
pr(lti<to:. 6 s-cr<'s
unicelulares. lo~ ,..eis
si;::-uicntcs (6-tt), al grupo de los metazo:nios im•rr-
it'l,radal, )' los diPZ )" 1\li<"'C u\timos {12-30) ,\ 1.1
Jc Ius : ertebrados.
Lo::o an tepa ados prot i<;tas ( estadios 1-5), empiezan
< la.,e
por protufitos pl a -.madomos ( 1 y
2)
que han
JHCt
c-
diJo nece :uiamcnte :l. los protozoarios plac;m6fagos
(3-5). Los
111:b
antiguus de tod()s los organi;mos cran
pl.\ tidos de pro\ j tOS de nuclco, parcnoOS
a las
IJIO·
4
E
E TO IL£CU'.L
--------------------------------------------U
t
rde dieron nacim1ento
un n cleo
2-.. .
Fu on dec:d
nacier n por meta' t1 mo
Hrtebrados, pertenedan, unos :i los platodes (7-8) )'
mb10 de regimen alimentlCIO),
P r Ia
~
a~ociaCI6n de muchos pro-
n CPnobto::. • cv omas lCiulare
Ia forma de c f~ra huec:t tan ra-
fen n .I
J nomb1e Je bldl
T.l
Ill 1
l
n d
m
ext tenc1a
~.:n
cierto ~rado de ~rteza que los numerosos antepasados de,ap;necido" que constituyen esta serie de in-
res amibas 6 nz p dos :m:ilogos
10fu
_ _ _ _ _ _£_L_O_R_IL·l .._ DEI._H_O_!t_fB_R_E
_________8..;;.S
d
6 :tlgas unicelu-
lganas
T C,
~
ur
del de en\ olnll..:l•tO de numeros ~
) que c::. permanentc \!ur:mte t da l:l
Ia 'oh ocinias y bs cat ..! acta .
otro::. 1 los \'ennalianos (9-11). Pero
de momento,
unpo~ible c tablecer con claridad suficiente la li:.ta
uc e~to:. antepn,ados y S\15 relaciones con las formas
<':.
actuale.s.
La sl'ric de \ 1ls antep::tsados ycrtebrados puede repart j 1 ,c en tres gru pos; I. .1/ o~torrin o! ( I 2- I 5) ;
11. ,1namniolriS (16-20) y III. l\f amiferos. Los mo110,;110~ no e,t.ln rep1escntados mas que por dus c1a'e.s que,
a pesar
de su pequenez, tienen la mayor im-
(c::.tadios 6-11) co-
pot tancta. los acranios ( amfio'- us) y los ciclQstomo_s
nuenzan con las b streadas (6) y se termm::m con los
(mixinos y Jamprl'a:.). Estos \'ertebrados, los m:\s pn. · \'us d e todos , no j)osccn
aun esqueleto cald.reo,
mttl
-
Los
ntepasad::. 10\crtebrado
pr c rd1anos ( 11) La c:Igntficacu)n fih uca de Jo, priembrionario gastrula, ra de
ui en Jos tegum~ntus, ni en Ia ,·aina de la cucrda dor-
egundo::. del c tad10 de c:terda dorsal. Asi como
::.al. La fosa nasal es impar.• •o tienen ni mandlhu-
mero
lo
urge del
di
t
11act>
las, ni co-.tillas, ni miembros pares. £n las dos cla-
Ia gastra.z,
<es, las )an•as son muy diferentes de los adultos; su
uene por orig n una blasl!I'a 3n:ih,ga a! -:•ol, •t• t 6 \ 1:.1
magosplurr • En d otro extremo de Ia sene, l.t ho-
sus p::tra rcconstituir los sercs in ter med iaries que He-
mologia de Ja c61dula t n el conjunto de los Ycrtebra-
nan ]a ,·asta laguna entre los procordianos (1 x) Y los
do ) de los tum~.: I
, prueba que esta~ do-.. clase~
o:elacios ( 1 6). Distinguen-;e, por con siguiente, con to-
rocJrordirwos, pnhimos parien-
da claridad cuatro e~tadios consecutivos en l a serie
h ) d1a Ia gastrula de todo:. los metazoarios
de una blastztla, su antepa~ado
n. cen junta de Jo::.
tc dt! lo
E
l
capdatos 6
< omiin.
app~ndicari r.
un thflcll c lmar con una c dena de forma
organizacion palingcncsica ofrece importantes recu r -
de los monorrinos · formas antigu as y recientes asi
\'asta laguna que se cxiiendc de~de
de anamnianos como de cic16stomos.
Los 0 ,,1111 n iatws 6 ictiopsidos (26-20) constituyen
to ~ g4 t rcado~ (6) ~ los procordiano 3 (tr). E:. e~ta
en Ia c:erie d e nuestros an tepasad os, un gru po que ha.
ob cura de Ia filogenia del hombre y
vi,·ido en e1 largo periodo q ue se extien d e d esde el
d e los 'ertebrados ~:n J:cncral. Pt uemo · afirmar con
siluriano b asta el fin d e Ia epoca p aleolitica, 6 co-
tcrmedtanas, I
Ia parte mli
in-
mienzo del t rias. L as tres formas caractcristica s de
EL ORJ\.,£.:\ DEL HOMHRE
0 H
CE
L
s n lo
peces.
Lo pece m:1s
. pre nt n )
c t
n • to-
una p rte Ia umdad fih~tica de la clase de los mami-
p :r otra Ia succsi6n, en el tiempo, de sus
tre
c;ub-cl. ses naturales.
1. 0
Monotremos Qviparos
p r.t tC"TlJ.D s dd tna~, :2 t} · ~ 0 !\tar~uptalcs dc~­
pro• 1 0 dt.: r I enta (anfitCT!.lllO~ t1cl ptd I t), --)
en fin. Jo., pl. <~ntanos (m.lotcn ..nos del t ll't,\tt't),
I
n •
en
T do
~,
u
es prob.lhlcmcntt• de mas de tres millones de anos, e l
tr :JCO d J · pJ Cl'Ot .. no.; h::t auquil ido UJ\ .dlll h l. J,l
('
antcr1
A los m
r~:
ant
J!uriano lo)
1
ides, 'i
pu.;
d •ule re p1rac1 n pul
• • ) , en el
tal
bomft ro
en el permiano, los pd
-0 ·
La
uccc;H~n tie It
en Ia
l'n Ia ~.:ual los reune Ia
Ontogenr.r !'a• .\ , cr en
II
hum r.to pr ;;te
I\o
d• I tlpn \l'llt'-
br do
L
s 21 3°) c n.:;titU)Cn el ult 1mo eo;lala c, Jtna de nu tr• .ntcpa ai:.• . r·:.s e I m "•• .,
int~r
nt
p
conceptos. Gracias a to:.
pr
d s a fines cle iglo por
Pale ntol
m a Comparada y Ia Onmamtf ros, hemos llegado en lo que
I rne al cuart
c t dJO, a un grado de claridad
e c rteza satlsfactono en absoluto. Los tres 6rdcpe
d
d cumento estan de. acl.:erd::; en mostrar, por
l"n
I
<..Ul" l
de l:l epoca terciari.t, cuya extl'l1)it1n
de de-arrollu ) ,h: diferenciaci6n. Una sola de ~us
cuc~t1o rama
p•mcipales. lade lo:. primates (24-3o),
no interc::.a duectamente dcsdc el punto de ,·i~ta c.lc
nue tra g-en~alog-ia.
NOT AS
•
(t) (Pig. 33). Filogmia del alma !tum.wa. (Alltropologla y Psicologia).-En el tomo III de mi Systematiulu F/u?ogmir, expresaba en estos terminos
mi opini6n sabre el de sen volvimiento prog 1 esivo del
nlma human a:
uLas funciones fisiol6gicas del organismo, que reunimos bajo el nombrc de acti,·idad espiritual, 6 mas
s~ncillamente alma, son producidas en el' hombre por
los mismos fen6menos mecinicos (fisicos y quimicos)
que l'n los otros \'ertt·brados. Los 3rganos correspondicntes a estas funciones psfquicas, son los mismos en
ambas partes: cerebro y medula en el centro, ncrvias y 6rganos de los sentidos en Ia pcriferia. Estos
6rganos ~e han de.,arrollado en el hombrC' )t•nt·l y
progresivamente desde el Pstado rudimentario que
prcsentan en sus an tepasados, los \'C'rtcbrados in I erio.res. Ocurre e,·identemente lo mismo con sus funciones, es decir, el alman.
Esta concepci6n natural, monista, del alma humana, se encuentra en contradicci6n con la idea dualista r mttologlCa que, desde hace millares clc alios,
0 HECK L
de dla
F.L ORh.E:O.: l.!EL HOMIIRE
b eto c:m
La tiene p r un
y extrafia a sus I e) es c mo
tup ndo de Ia mm rtahdad del
h
a m 'or infl uencia
no, aun h y Ia rna} ria
{ rmc .'i lo
mi m
n 'omo Ia hac:
0101 ..,
indtspen-
\rgument
mtim
1 am h.:
En
l
1
e ta
)' Je
im-
de Ia e' oluc16n en gen -
a una
p icologia
an t6micos.-El encefalo del homu e -
car ctere5 generales c.lel de lo
iutenor de este orden, Ia An:~tomta
Lo antropomor{o
(sobrc
I clumpann!) y d h ombte, ocupan lo s grado";
m
de\ do
Sus d1f
1 enua,
c;on mucho mertores
q ce I s que '1:i ten entre l:l conformacion cerebral cJe
ntropoide ) Ia de los monos inferiore. El fiombre no pre ent
n
n igualmente
u cerebro ningun organ<) que no
antr poide,
Se
di~tin~ue
de
uantlt3tl\ amente pero no cualitativamente
11.
Argumento
me ula
t
te
> t::
enc"t!falo y Ia
e d~ arr ll ..n en cl cmbrrun humano ab-olu-
m ntc de I
1
ontogenicos.-El
llh,
r
de lo
hcn't fer
er, b
m .-a 1
ce1 cbro
ca1 .ct(li tun dt' la da~c de lo::. m:unif•en 1:1 1 n Je 'ad 1 un' Je l.1s p:11 It'
,\1 <.lc las ClH un\ olucinne;; ~
d1f
del "Iel1
tuo td ldt J
}C en el h miJr.: y
<JUH
l s
ti,ne Iuga1 ,hI Pli mu modo en 1:\ ~!;pee it' hu-
Ill
m1 r da ofrece toda una e!le de c tad;)., le ri
d
1 ~ pre mnt
dt::. In- rra-
1
en el , ( rehro .m1o.:1 ior y J..-1 cetehelo en d
Ia ra-
\ntr pogenia.
o.:ll\ohtmt nto del cer hro
p1 mcip10s que en
po~teno 1 t•
para much
bre tiene, tanto en c;u forma exterior como en
u ctur
dt erenctaci n ca1 :H te-
1
tcul , terturalt•' ~c re:tliza ron-
lllU) e
p10 t1empo de bac:e
I
't.:
u incompatlbthd d con Ia
q e destruyen este c.logma y
n I
n
) c 1 n !'Dente
onco
s p r d m:ts re un ir aqui lo
r
m d lar
d, 1.
H.le admiti r
tnn
ganoc: nen lD'OS cen t r I c llaccn de l exotlermo ta I
cual en los otr s , t brados Ia e\oluci6n del canal
1gum uto
, ortez::1. , ri'
n lo
fi
1
a normal del hombre
1,, u••
I
I
I
antropoicle"
!tlg"it
t''>l:'i
c;,
La .ctntJ:~J
Jig ada
a
J::\ confol !ll,\-
ClOn normal de su cCit.:hro; cs inconccb1blc una vida
<:'>pintual ... w cell bro. I.
lutaliz:J.ci6n dt• Ia:. difercn-
p 1quica• eq;l dcmostr:~da pm 1:1 ob:,(l·
tc::. {uncitmc
, acH'in ) Ia l x 1 c1 imcnt :u ion . La } tSiologia cumpa1 ac.la mue,tra que c~t:'i en Ia rhi sma relaci6n con los
organ<l::o
t
PtehJ ales tanto en cl humbH.: como en loc;
dcm s m.unift 1u ) cspccialmentc los mono". L1 P sicol gia Expel imentnl nos cnsdta que
l"omo tn lo' dc11l.l
lll.llnifci t'
,
tl1
las ,\i
t:l homb1<
fun< i•
ncs ccrc:bral • entran en jut:go por Ia excitacion de
~u u1 .. anus ,. -on
e tos. La ct eencia
0
)
•
anictuiladas por la d:c struccion de
mlstica en un alma existente por
si misma, independ1entemente del cercbro, es
rc~iduo de las super tiC1oncs de lo
un
siglos f'l .du.,
mt rna mancra que en los otros prima-
que ha persi:.tido hasta nuestros dias. Desempefia
pccialmcntc en los antropomodos. Esto:. 6r-
aun un gran papd en los ruistcrios de Ia::. religion\':.
[L ORh..i£.:-; DEL HOMBU
93
£Rt\ESTO RlECKEL
p ralel . La conciencia per·onal y Ia claridad del
) en Ia 1magmac1on d~ lo e ptrHistas No
obstante
pens rnientot el sentimiento estetico y Ia Yolunt, d ra-
Ia Psacologia consigui6 demostrar Ucil-
cional han alcantado en el hombre un gr:1do :sor-
m ... nte en cada caso que estas creencias reposan ~n
prendente de pcrfecc16n. Xo es menos cierto que las
1luswne ,·oluntaria< 6 no. La sana cdtica bace en-
d1fcrencias psaquicas que nos .-;eparan de nuestros an-
trar en el dominio de Ia fantasfa todos los relato
tepasados mamifero son de naturaleza cuantirati,·a y
modernos rei ti\'oS :i Jo.- c•espiritusu y d las •taparioone u, a f como las lt!yendas d~ demonio ) de f.m-
no cuahtat11 a; su:. fadorc.:. elementales son, t,mto
~n el hombre tOmo en lth dcmas nnimales, l.ts tt~lu­
ta mas que nos han trasmitido los siglos pasado .
las ganghonarcs. Dando a Ia Psicologia una bnc:e mona ta 6lid.t, l.t Antropog~nia dcstruye defimti\·anwntt' 1 I cOllJUnto de los mi::.t~nos, t'ligidos t>LH' ··l 1 11'·
1\'. Argumentos patol6gicos.-Las rninuciosas oben acione de Ia P iquiatlia modern a han demo trado
que I s eudo c enfcrmedades del espirituu reposan en
jo dogma de Ia inmortahdaJ personal del alma. El
modafi acaones m.lteriales de determinadas partes del
hbr('. conoclmlento de Ia naturaleza ocupa el put.:.to
(erebro. La de trucci6n patol6gica de un 6rg:mo ce-
de Ia mitologia sobrenatural.
rebral, por hem'tlrragia 6 reblandecimicnto, pongamos por ca o,
produ~.. forzoc:am~nte
el aniquilamien-
to de Ia funci6n que le e;:;taba encomendada. L a de~;eneracJ6n
progre-iva del cercbro en enfermedadcs
cr6nacas de
l'
te 6rgano permite comprobar Ia dismi-
nuca6n, • rmismo progresiva, y finalmente, Ia e.xtini6n de sus func10nes.
Estas pruebas empiricas, sacada!l del dominio de
(:z) (Pag. 35). Deswhrimimto de los 6rgmros dd
pe,uamieuto -Pablo Flechsig ha e1:.puesto de una
manera muy clara su gran descubrimiento en el
di cursu obre , d aim.\ y el cerebrou que pronunt i6
en Ia Uni\ ersidad de Leipzig, el 31 de Octubre <.lc
1S94· ll:illa.e una e:xposici6n mas detallada, acompa-
Ia Anatomia y de Ia Embriologia Comparadas, de Ia
ii.tda de figuras muy in-tructivas, en Ia memoria que
1 re ent6 en 18¢1 en el Congreso de naturali-tas }'
fi iologia y de 1a Patologia, llenn
mediCO:>
de pro\·isto de prejuicios
j
j
todo pensador
concluir que Ia filogenia
del alma hum:ma esto1 unida de una manera inseparable ~ Ia de us 6rganos. Nuestros antepasados verLebrados han pcrfeccionado, en el curso de muchos mi·
Hones de afios, su "estructura cerebral , dan dole progresi\ amente Ia conformaci6n que present a en los
primates; a! propio tiempo se ba desarrollado Ia
funci6n de su cerebra de una manera completament~
alcman~.:s
<.le I rancfort-sur-le-Mem. Con ra-
z6n dice Flcchsig en cl comienzo de su introducocln:
ul.a cstrucrura de nuestro espiritu, los rasgos generales )' permanentes <.le su organizaci6n son clara y
fie! imagen de Ia arquitectura de nuestro cerebrou.
Acerca de Ia parte m:b importantc de Ia corteza n··
rebral, del cuebro principal, 6 gran centro de aso·
uacion occipito-tt'lnporal. cste pensador profundo sc
E.R. ;ESTO O.iECKE.L
rt ltd d del s : rtebrados
r
1
e
n t e-ne p r fu
1 n
,
t
Ia mmortahdad per onal del hombre,
!'
'lue la rna) or p. rte de Ia:. scudo ugentc
, , 1
1
r.m totalmente lo
rdut n e-.t
uctindad
tanto de
1m.
m
ll\
dato, de Ia uen-
d( gm.1 ) son, por otra
de rcftex10n.n sm prejutdus S•>hte
p
u cont md
de fe
.llt<il
etc Fn un
tj uc le~
h m mt u lea do J,•-.dt•
u
1. 5t d hombre fu r a n: ... mcntc innh rtal, lo
1 rJ. o unu 1 .1a lu:. \Cttebr:H.los m:b pt•J-
de
• eJ
m~
tr do 1
6rgano
e enci al, la conellm ntalc
pue:. necestdad meludtble d
r
ntr I Uno de lo:o factores que r ctcnte
c ntnbuido :1 fortificar r e parcu c 1 ucas, cs el b1 ill nte d1 cur o pro
J:J
li<." ....\1
rollo prug ll'·
cl I cerebru, que I. An. tOmia Compa1 ada
no~
pre ntar tambi~n las hue lias dd de-cn,·oh inucnpro
re~J\ o
en Ia iumo1 tahJad.
La ley tmh.crsal de Ia cousrn ,,
r rr d, lz substanria. La !Ly quiu1ica funJ:umut:~l
d b , n n au6n de la materia (La\ oisit•I) )' Ia h)'
4
fJ'>It.<l
P
b
36)
de Ia <-on en·auon de 1.1 fuerza (Robcrtu !\1.1-
}cr, llclmhultl) han sido Jcunidas por mi bajo cl
nomine de h•y de 1.1 con::.e1' aci6n cle 1.\ ::.ubstancia
(Ll Uom 110). l'odria d~:sign.11,c tar11bicn ~:on ... J
lo
tur leza
linutes de nuestro conocl-
En dl\ ersas ocasione
he
c r r fundamental de e ta doctrina d
, 1 r \:j mpll) en mi trahajo La
•
le h
lllall\lf~: I <b.
ncias de ncrlinu, J:uulw D~ Boi -
I
r , d
d
Jo
7· en Leipzig por el ucclebrl' re tor d·
I t
ub m ent
Col
en e ta cla"C de . nimale:. supt 1iores, debl'n
h
d mm.\ aun cl ongen de e te nu t n
D I
u
qu
~lulas ganglionarc:. del cer
H '
1
0
11
a lrbrc ) en el t/
6rg no
111
CitJIClll
mo. 1~1 d~.;s
reales del p<.'n amicnto
d do cl g lpc de muerte.
l )' de coustancia 6 doc trina de Ia coust.mcJa etc rna de 1.1 , nergi.1 y de Ia materia ( constam i,,
nom re d
de 1. sub.,tan•t.l).
6r •an
(.I a<
ta:. a! dt•,<.ubrinuento tl•• Joe;
del pens:nniento y su aphcaci6n :i Ia Anllo-
pogem , ha potiJdo demosll arse el 'a lor uni ,·ersal de
Ia le) de la conscn·aci6n de Ia substancia, incluso
para ··I orden de fcn6menos :i que De Bois-Rcymond
) otros habian neb"ado todo \"alor, para c:.t.J. fun< ion
I:lt.
STO HlECKEL
EL ORIGE'\ DEL
RO~URE
~~-----
9i
r bro principal que de;)ignamo:> con el nombr,.
onc1enoau. Al propio tiempo ~on de- tru d
1 .,
b 1er sido su si::.tema d e Filosoha Critlca. Su biologia hubiera respondido a nuestro mom -.mo lo mismo
do" terribles dogmas centrales, ciudadelas d e Ia ignoranda y de 1.. ~uperstici6n.
que Ia genial obra cosmol6gica de su juYentud His-
del
de
t ria tUZlttral
g~neral
)' t~oria d~l r:i~lo, 6 e-nsayo so-
bre la constituri6n y el origen mcdnico del unherso
(S)
(P~g. 37).
mdafiSica.
1
1
Los tru dogmas untrales de la
La Filosofia contemporinea, dualista y
con-,cn·ado aun todo su valor. M:l tarde, el gran fil6-
e<>run Jo prinnpio de Newton (•7"5) Lt .. olJr 1
t ol6o-il ol, c mete un grave error predil.ando con
sofo trat<~ de utilizar, para el estudio de Ia constitu-
~nf
i d urcgre o ~ Kantu J' afirman u o que Ia Filo-
<.1
oft
critica del gran pen ador de K ocnig<:berg ha
puesto at .. b1 igo de todos los ataque~ de las <.:iencias
n turales los dogmas de Dios, del hb1 c .1rt1ti o
'n y del 01 ibcn del mundo org.1nico, ei principia
moni'5ta del umt•ranismo de la Naturalcz:1, sin el r u al
no hay ciemia natural posiblen. Ha expresado, ade1111 ,
oht c Ia unidad del desarrollo del mundo org:l-
y d Ia inmortalidad del alma. Tuestros fil6sofos de
escuela oh idan que con sen ando :1 Kant han h••tho
mco, iuea en armonia con los principios fundamen-
su Fllo ofia CtCriticau cada ,-ez mas dogm:hica y m:i.;
Ia .,e!ccci,~n . Pero su ignorancia en Zoolo;:i:l impidio
mfstica, y que las bases a priori de su criticismo eran
~ Kant llevar adelante ~us teo das. Solo en el curso
en realidad, por ·i mismas, dogm~ ticas. En tod as
de nuestro sif;IO esta ciencia ha recibiu o el poderoso
J);Jrtes hallase el dualismo, porque ulos elementos
auxiliu de Ia Anatomia Comparada, de la OntogtCnia
rcali tas e iuealistas cstan yuxtapuestos sin estar en-
y dt.! la Palcontologia.
laz do- en un todo arm6nico, ni aun en Ia critica de
l.t raz6n purau.
tales de l.t teoria moderna de Ia deset'ndencia 6 de
siologfa. Cierto es que en la epoca en que vida, es-
T:l pitlucantltropus rrutus Fl
pither:anlltrojms fuc estoblecido por mi en
r86G en el "cgundo ynJ urn e n de mi V or/ol o.~ltr prucTal. B acia d e el el intermediari o hipotetico entre los
tas bases empirica" de Ia Antropologia eran aun muy
:mtwpoid es y lo-, hom bres verdade ro s dotados d~ pa-
rudim£"ntarias. Si Kant hubie1 a podido apron•chnr
labra. En Ia primera edici6n de mi !listoritZ dl' Ia
resplandore~ inesperados que la Biologia ba es-
parcido de::.ue hace cincuenta anos si hubiera tenid o
(rracion 11aturnl ( 1868), introducia c~ta forii1a hipott~ tl ca como ::! 1° t·~tadio ,.n Ia c;ene de nueslros anlc-
una idea clara de Ia mara\'illosa estructura del ce-
pasados. Y daba de e:.tc gencro Ia sig-uiente c;>rartl'-
r bro, de Ia teorin celular, del tran sformismo y de
ristica:
Ia ley fundamental de la biogcnia, bien distioto hu-
primiti\•os priYados de p alabra (a/,zlr), forma de pa-
Lo que falt6 siempre ti Kant, es el conocimiento
del organismo humano, de su anatomia y de su fi-
lo
'
(6)
(Pag-. 40).
g~neru
7
cc H ombres-monos
( pitulwn tliro p1) u lu,mbres
______
EL ORI .E•. DEL HOMBRE
~ntr
s gr
5
z
)
:2. 0
,
entre Joe:
101ente~
el b
ntrop • es }
I s pr me
r
re h z da )
99
__::...:..
antrcpol ~o' imparnales, put'!l
por lo
a
a 1.. m rcha b1peda } 1 r 1.
el m~morable dr:-cubnmiento de Dub i~ t'n rSq4
h
u to en nucstras manoc Joe rectO' f6cli<'• y pal-
d
mpleta de Ia
p ble
de es e hombre mono que habia ·o rccon"ti-
tu do p<'r mcra lup6tec;j ..
nos fu
'~em
m
en por su conformac n
Toda cntlc
del hombre 'erdadero que de I
p tde , lc f ltab
no obstante, Ia
f<~,
ntr
ultad ' rda\.ot.
ramente caracten tica del hombre, I'! lengu Je
u ul do ) Ia p
JbJhclad de formar 1 \•as a s r.
r
t
ble de Ia pnmera. Est s hombre.: mono
lemcnte hac1a fines de Ia
\ l\
n
~poca
tcrc1
1p1 s dd cuatcmanou.
h ce ) a tremta )
do~
SClS "'- Q
UDl\
r
S1Ct6n ignrfiu1ti\'a de intermed1ario entre cl hnmbre
y el mono. ~i J,l ha demo,trad" ha,ta Ia I <'1 ft•rrion
el paleont61ogo \V.
D:~mc.;
no halle mas que
En cu nto :\ lo~ reprcsentantcs de lo qu
en un
intcre~nnte :~rtic
u-
lo Ha hecho Ia e tndi·tica de las difl'rentcs opinione emitida- accr• a del particular en el
Zoologia de Lcyde en
afioc:, f rmul..1 a p
n m1 Antropogrmtl
un
objeti\ a despro\ ista de pr juicins e-.t ~
en el ca o de dar a! pithum•tl1rop115 nutus 1:\ po-
1 S05,
Cnng-n·~o
de
y con much a oportunid:td
y justcza ob en·a que. usi ordinariamente grande din~rgencia
de opinione!\ traen con igo Ia incerticlum-
bre en esta 1 ue~ti6n son una prueba convincente de
Ia naturaleza intermedinria del pitltuantltropusu.
Los ather,ario de Ia doctrina de Ia "\'Oluci6n y de
Ia Antropologw exactau, ~e dcclararon m1
m:i rcsueltos y n1 siquiera me CS! atima-
su aplicaci6n a! homLre Yense priYados actualm<'ntc
c rbas burin-. He demo trado ya lo qu<'
d be pen arse de Ia Antropologia exacta en Ia nove-
hablar del cslab6n que falta (missi,1g link). pucs que
s,• ha hallado ya e--tr: intermedi:.nio entre el hombr<' y
el mono· <on Jo restoc f6siles del pithrcmttltropm
n
edt 16n de m1 1\ at uliclu Sclzopju11gsg sclucl. te,
con Ia exposic16n de Juan Ranke. Sin embargo, en lo
tremta aiios transcurridos desde entonces, <e ha modifi ado con 1derablemcnte el aspecto de las coc:a~, en
la lucha p r Ia 'erdad. La teoria de Ia desccndenc1a
antes rechazada como una teoria sin fundamento, c
con tderada hoy dta como Ia base ind1 pen able de
toda b10logfa oentifica. Su aphcact6n al hombre, Ia
teona Jmta 1 tan atacada no ha mucho, no puedc er
de uno de sus argumentos
fa,·nrito~.
Ya no poddn
ucctus. Desde cste punto de \ista puedc afirmarse
que 1'1 deccubrimiento de Dubois ticne para Ia Antropologia mic: \'alar que cl de los rayos Roetgcn
para Ia fisica.
Por lo demi·, he demo,trado ya. hace treinta :~rio<~,
que los tan buscados interm~>diarios "iven hoy d{a
entre nosotros. La posici6n de los antropoides actuales (gibb6n y orang en A'ia, c himpanc~ y gorila
E
JOO
en Afnca
n
E TO H£CD:L
rup
EL ORI\.E . ll£L
de los pn ates, puede det r-
m
Hartmann
de lo
s b mbre•,-mon s 6 antropo des
E
n I s mtermediarios que f rman el p
ern s
\erd dero
mono< (swria)
lo
..
h mbres (h m11u)n
u gr. n obra
It
tanto como los
(P g.
43)
pitecoides
F. ntre I. s e pe ies hum na at tu. k
h y
Las
razas
lzumatuu
egun nucstros conoClmlcnto
ant1op
se ac rc n con id rablemente :i Ia fc nna
I com n, 5 t do el
g~nero
lwmano y
c,·n~idcr.lrse
l-puu~)
'erdadera- e-pecte" (bo11
~lcduerdneos,
los Papuec, etc. Ub d1ferencia
entre c<:to
(7)
obre los resultad s d, t'tudio
Los \\'edda · y Jo, Akkas pueden
1
o
\erdad r
d
101
c nufi o en Ce) !:in.
m n r e de Ia s1 u1ente f rma, empleada por R ~rto
°
4
JJO~fiRE
del
como
g-~m·ro
los 1\longoles,
f1 ita:> quL' t'xi,..tcn
dner o- g1upo" :son mudw maym''
que
las que utilizan comunmente Ius zo61ogos para distmgulr
l~b
especics de un hl!neto tie anim.de::.. '-'in
cmb rgo, aun hoy dia, la mayuri.1 Je los antrop0J,,_
go:. cst.i apegada al 'icjo dogma de b unid. d Je l.l
por
pee it• h urnana )" em tin U.a t•mborronnnJo papel sllhre
c n igu1ente :i su .. ntepasado inme:diato d pitlzrrallthropus Son ~stos lo Wcddas de Ceyl n y los
gran Laman k habia decl.nado en su Filosofla Zoolo-
Akk s del Afnca central. I os primeros han sido dt -
glca que la idea de l'"pctie e- tan indist;uta ) con-
cr tus de una manera magistral por p. )
r.
s~u a in'
gundos p r Sch emfurth. En cl :'irbol genea-
lo
c ta cuest16n en absoluto inthfen•ntL', Ya en rSo9 d
fu a, que con,tituyc una
:~b::.traccion
:ntificinl del cla-
ificad r como los conceptus que se Ia ·ulwrpont•n, el
16t;tc de las doce razas humanas que he inst'rtado en
g~nero,
Ia ultima edici6n de mi Historia d" la Creadorz, he
transfurmismo, t'll 18)9, una ha~c ::.ulida y le nostnS
c .J c do lo
~n
~
Cuando Dan' 111 d16 al
de
c6mo espccies dtfl'rt ntcs pueden n:tn·r de '.lrie<l:tdc-;
liso<, y lo< Akka• en Ia de las de cabellos
de una sola c-.pccic primiti,·a, el d.1gma de !.1 n ns-
cr
Esoc do• troncos principales de Ia e'pecw
t, ncia dt> la cspccic fue derribado definitivamcnte.
'ero <lmilm~ntl'
en Ia par-
lie da<lo de cllo una dctallada demostraci(jn en rl
m<i baja, en el ni\ el de ~u raiz comun, correspon-
capitulo XXIV de mt .1/orfologia Gweral, <londc
i Ia t'poca pliocenica. (\'eanc.e nl efec-
trato de Ia definicion de las catcgorias d<'l si::.tema
natural.
humana s61o •e confunden
t f'
Ia base de las r:u.
Nc.
cabello
p
\\'l'ddas
el orden, Ia cla::.l',
d!ente tal
Ht
to mi Monoria sohr1 lcs ltabitanll'S primiti1IOS de
ce,ldn y mts Cartas de
India) En
Las nue\':lS prucbas de cste criterio l:ls suminis-
ambas he di•cutido Ia de•cripd6n, de•de tantos pun-
tran prccisamcnte Ia comp:uaci6n de las difen•ntcs
ltll
'Liajuo
Uf ' "
r
:fritz
especies humanas entre 5i, Ia de las diferentcs cs-
\VI"dda•, en loc. vohlmenes
3· 0 y
pecies de 1110UOS de
to d~ ' i ta interesantes, que los Dres. Pablo
S rasio dan d ~ lo
UD
mismo g-cnero, )' fin .. lmcnte
Ia de las cspecies de primates en general. Dames ob-
l.L ORIGE.'
----------------
ER :ESTO H.I£CE.EL
-----
t'
n
n
por dn-ergenc1a
tant
13
de \ 1ena afitmaba que uel hombre
pod1a descende1 del mono, como del
lef.,ntc,
·n m nt , prueba cl het ho conocido h,~<c ticmpo dt•
i e ta propo,;11 ton Ia t'IHII1< i
arm ron
que \ ncltu\\ -!.>ten que disdpulo de Juan ~1ullet
n da com[Hendc de l.t \n:Homia Compa1:-da, ni tie 1.1
z
(. ra1 e s ltumatws pituozd s
cr:'in o
tr
hum no::. que
tes de Ia Paleontolog-1a y de Ia Onto~enia Comp:ll a-
acercan
da Pero si c~a fr .1 e ~·5t~ destinada ~ :urnj:u l'l 1i-
n
dtculo -obre 1.1 utt•oria simian tan dehstada,
n o bra tleuo dnc.nto por .. dunng
~
n b qui
d
uo
men s que dcplorar 't'r :\ un nattu ali ta de gran
nto r
1gno cterto de
~ste
u natu-
en un
do
e.,un lo
I•
un 1r :i tal mt•dw pa1 a deposttar el pe o tl
.1ut ndad en 1.1 m.h
:.<'11:1
d•• toda:. la s tlt <US
la que e refierc :.'i Ia ucue-ti6n
csu
oJll'S
upreman.
Con gt an sentimicnw mio, ,·come oblig-ado 3 dl'mostrar de nuc,·o 1a falta absoluta de funclam• nt•)
s
de Ia~ ... firmacione:. dl: \ trchow y la austncia com-
67 en
pleta de ba~c · t'Xpt•nmentales en su oposici6n in-
tanto rn:is not. l>le ( uan-
ron iderada contra Ia teoria de 1:1 c\·oluci<ln. Cnn 1.\
~~
<r:'ineo de
~an to
d·· 64 :1 6:S en el gonia; d
tc hcc.ho e
t
el d1ametro
90 nulimttro
n med1do; en
tr
11•)
:l runpqJ, IIHlS
Ia rc 0 16n po:.t-orbnana,
th autlzropus £n
a
td rarla como una lamentable l>url1,
r
de S. ntos ) presenta
punto de 'l:.ta ~
de 87
ologia Si ttm:'itica, ni de los hecho:. m.'is impottan-
En-
mt(' c
1 n "1m1a uno de los m
ntr 1 01dcs en cl Bra tl, ni, por
crcaci6n, haec cuarenta aiios, de Ia Patol• gi.1 rclul
11,
rc to de Amenca. Los hablt ntc:. pn-
d celebre pat61ogo h:1 adquirido una :lllt•>ridad fjU<'
c nuncnte cnugraron :1 el, por lo tan-
ha aumcntado luego su infatigahle acti\ id:'d <'n los
Mundo
bo
r
dCSClenden de antroputde:.
hechos politicos y
oci:' les. Para much as gc>ntc,, Vir-
n ab oluto las obs n•a tones que
clto'' es una e--pecie de papa cientifico, dotado de una
c te pale nt61 go que e halla tan al
infalibilidatl que le permite fallar sin rccurso cual-
natom1a de lo
pe to 1 d
0
hace cuatro afio,, en el Congreso
no.1 m1 ma dt
al.
d
cl
contra Ia desct'tttltmc
omo d 1
enc tiLl e::. tmpo~tble ho.1-
btcn
11
1e La podtd
fact n .. de Ia e
u c
ntr
103
---------------
\'ncb '' -En d solemne dt.-:curso qu<>
r bo '
ha::.ta h } dta mng n d
t1
suz
0
l negro } el
n tdcr na c mo
DEL HOMORE
mami eros con rcs-
u nmh:nto de Dubo1 .
qui ra cucsti6n biol6gica y, por consiguiente, derribar la teoria simi:w. Aun hoy dia son C'pecialmcntc
~0
E.IU\
-=------~
II :ECKEL
dl\ ~r as t ndenCl s
fuc
r uct6n y enemtgos
que e
E
lll\
r e 1r
an Ia
iio
ru ndo e pu e en el Congre o de • aLUr.1lt r.
Ia It puc ta al
al
\ trchov. comb t16 inmedt tamente e ta teoua dt> Ia
ma n o e
't\ a, ) ,
) de 1
~
satisfacct6n unamme de Ia
qut
e una tmple funo n del c r bto De de
n
h
ent
tran curndo un
gom mo c ntra Ia tcoria mode rna de I
h )
u anta-
C\ uluet6n
ombatido 'igorosamcnte Ia descendcnca.
hom r
n
de una
m '
tant
n\ ac tone
antepa~ado
)
del
' rtebr. do
p no o tener que juzg r
t'
qu
grande
tra Ia cart
e~tl ihio
de
u
pllllll )
lc-
Jgutt•ntc.
1/i qrurido
lttu~rl:
Arabo de leer la tradttcctlm i11J.:Irsa de 7'1Ustra u!.ib rt d "" Ia Citmcuw ric. /Jrjad qur os dtga
Ia ad11uro. Es
WI
rnsayo
UIIIJ' iulnt·~tmfe
cou
rttri11!0
1 ll)'<ll
rdras cstoy rutuamrntr de arucrdo. L1 candu, t.1 Jr
I
ITCh
d11
•'
1 Qt
Os
r Cfptro que sr .trrrpie1llo1
drluioso es d pr,fatio dt• 1/rn/,•y/
es '1 crgoni!OSa,
r11 w
los
mejof(~s
I
to" hecho
11
osa de mcdio si~lo, Ia
puc tns :1 su
renente
II/I
jalrtdos
sfro
11111)' si11n ro,
C.m1 0'> DAR\\''
idt.
u J}errnanencia en \\' urzbur~o ( 1 S4q •R56
~I
arlo'S Da1" in m('
d 1 JO' en \ 1rcho\\ cran hi n di tmt
da m tr Imente
D r nte
de
, < u, ndo hace
deplor bl
)
m que el
o
pat I go h ) a dado hbre cur o fi
el
Cu.10do apareo6 Ia o.Ju<t:Wn ingk!S.I UL' e t.l nw-
mona,
1 ng n
tmao del b mbre es amp( able ) que Ia actn td d p {-
d,•
derno).
re cca6n, afirm6 que el tran f r-
hap te 1 no dt m :.trada, q c
un
J1 <lll ~•>
Ia ltbt:rt d cl~ Ia n~nci., en d I: tad''
obr
n n
de lum h (• 77) Ia rei
d
teo
na de Ia de cendenct con el conJunto de J c1enoa
ngall
re n amcnte de e tas doctnn., mom t.
rse fin !mente al campo del duali mo nusttCtl.
lo que ocurri6 ) a h c
m n ra m
lad Jo \ncho\\ fi Bulm, \16 t'll'
11
~lebt c
(10)
debta r formar Ia medtcma cicnttfica en
c lui r Alii, en col:lboraci6n fecund. <on
hi t6lo •os Kulliker y Leydtg, establ ct6
(P.,g. Si)·
Lo:.
patologo su princtpal tr..1bajo c n
l uidad fi!ttic,, de Ia rluse de lfl1
grant!es t1rt!t.•nc::. dt.• d.,cum• nlus
IJCs
hi gcnicos com ieucn en Jcmo::.tr:tr que tcdos 1. s
m mife1 o dt.•q i n<.l. n de una fc rma ancestr:~l com lin
c te h cho tan import:tnte, ticne en Ia actua-
ba s de su Patol gta Celular Alii t mbtl:n, en
hdad un carictcr de certc~:l a'>soluto. Su alcancc
una ene de n t ble memorias, d~.-mostr6 e a unidad
filo 6fico ·~ Jnconmensurablc, pues b:tsta por si solo
del or&ani mo hum.1no que e!S una de Ia
para dcmosll.H Ia inanidad de Ia opiDton :muo-
Ia
tes1s m..-ls
.
e
desde Ia m
p ra Ia 1g
D 1
xa
ba.;;ta para t'Char por til"rra t"l dogma
he h
,J~
1:1
10
hdad per• nal.
Dm uit5n d~ los p~nvd s grnl E:. de Ia mayor importar.da, p:ll a , ompll n-
P:ig. 68).
s
der Ia e\ olu~.:i6n, e<:pecialmente Ia d I hombr.-, 1e
1m ne e
.1 I
Ctlula o -ular dd II
't rt
n-
n
t do
u
en I
• ::un
derr.i mamJf<'r s
con Ia rna) or e. aecXJS-
6n. Des,>u•~
dos ~ ul s xual
Ia o f ra reorgani mo m t rno ) cl c rm prO\ cnido del padr
c nr u fu 16n, un nuc' o elcmcnfccund
d
t''
n qu I s d
10 c
ex.tst n
1
undado ( tufa) £1 m tante
s se unen para f rm:lf un nuc' o
al cl \ crd der
per onal del nu 'o mdt
iqui,•r. do' un
omt nzo de lt
~~.:uo Estc .olo
d
aiioc;. La may01 ia de los
g~6logos
en crcer que han tran'>currido a! nwnos ri,•n mdlone::.
ro• i nz. Ia
pul
cs imposible calcular, ni
tmpl
£>
n ab lutu c n lo
antropoide e o pr6. 1m '> p.
d I h mbrc Com
11,
m do aproxunado, el numero de c os mill':. Jc mdlone
ffil
1
Ia Crrat'i
Ted
c1m n) en
m
me sUL-.. ~i6n de til'mpo
raz nes que alego en Ia h.:ccion 16.• d' rni 1/zstori 1 dr
ubr~
e
COLli
ur nte l..1 cual .sc ha 'Lrific:tdt> ll Jesa1 rollo Jl' •>gre 1\ o de Ia '1d:1 orgfn1ca en nuestro pbm:ta. Por
n filo entca de Ia
I
1 r<' en tar LOn cln1 idad Ia
de :mos de Je "I r.omicnzo de Ia 'i,l.l
•II n: 1.
ClOD<'~ "Oil
pu1 lo
dem~~.
ulo IDU)
dt:
minutio~o
oq~.~ nil ,1.
I .t:>
tan ,·ari.1Lles, que
re 1cntemcnte ( 1897) CoudchilJ, dt
tU\0
cum icnl'n
spu~s
de un dl-
b:t:.ado en Ia Geologia, Sl'
u~­
en Ia Clfra minima de mil cuat1ocicntus mdloncs
.IIlli~,
de Ius cuale
curre:.ponden no\'enta y
t res
IDlllones unicamcnte <tJ peril do l<'l nario, que CS cl
relatn·amentc corto. En cambiu, en el Congrc:.o de
C mbndgc, cun ocasilin de mi comuntcacion de ~t.J Je
.1\busto, d Rc\·. Stcbbing- ha h<>cho ob<en·ar que,
~c­
b'UD calculo::, ba~:ldus en Ia .\ tTvl omia Fisic:-t hcchos por sir \\.illiam Thom>on, esta duraciun no po-
dia cxcedcr de 'cinticinto milluncs de arius. Lc Luntc
It~
que Lunsider:lba
1::~:.
cifras que sin·eu de ba:.c
.~
me-
t
dos c to:. dlculo,, como iosuticientcs, cl mismo
t
do como incompleto, y que, por otr:l parte, era pcl-
fe, tamente inca paz de represcntarlllc, ni siquict a de
tR
un
m ner
F.I ORI
L
apr xtm da
<:sos enormcs penodt
de
Ill
~ '
rg n1
iio , ello es en absoluto tgual para m1
tmagtn
lo m1 mo debe ocurnr para Ia m ) na
dem~s
de lo
del todo
h mbrc
E
una
do.~raci6n
colo
ctones de las f rmas animal
m ddi
le
en nue tro globo, aun cuando Ia C\'vluuon
) ' bcta-
leota Es, en todo caso, lo un1co que no
IDU)
1V
suundaria
t r n1illoncs
Epoca anozoica 6 tucinria (desde el principia del eoceno hasta
el fin del periodo plioceno)......
1 }
u 1 1 nte para permlttr Ia compren 16n de
Ia
o
ceo). ...... ....... .. .. ....................
mt1C1nco, cien 6 m1l cuatrocient
mtll nes de
m~soeoir.t
I 01)
(de<:de el triac: a! fin del creta-
u mpo Que e h ga retroceder Ia apadn6n dt> Ia
nda
Epora
.r..;
\'
Epora mrtropo:oictZ
3
o ruatrrnari z
(de-de Ia aparici6n del lenguaje
ca
human(• articul.tdo basta nul's-
mte-
tros dia-) .. ...............................
o't
re
St no podemos dtterminar Ia longitud absolut,z dl'l
tlempo durante
po eem
I cu I se ha realizado Ia
C\
ulucu n
en camb10 Ia posib1hdad de calcular l.1
'i
ALCH:\
de c,ta ultima cpoca, Ia m~s impmtantc
p.1ra nosotros, hay que ob-l'n·ar
dado Iugar
~
C(UC ~u
dnraci6n ha
aprcciacione<> muy di\ Ci<;:lS basad as en
~~
durac10n relat j, a de sus dl\ er so:. pcriodos. La b.1 e
los e tudios prehistoricos modt•rnos.
emptn
trop61ogo · admiten que el hombre ext.,.tc hace un mi
para e te c:ilculo Ia cncoutramos en cl es-
pe::.or 'anable de las capas sedimentarias Jt.>po::.itagua durante este mten alo de t~~.: mpo.
da:. por d
Ba ando c en e ta comparaciones a 1 como en otr
l
I ulo , eten mllloncs de • iio:. tomad<''S tomo du1.-
liOn muuma
tre lo
e n parten Je Ia
pnnc•palcs perfodo
igmcnte
manl'T.t
l'D-
de Ia In tona de Ia t•e-
la panct6ndela\idaorJ.:''n~ta·
rrad d
alg-unos an-
116n de aiios, Ia rnayuria cakul:l Ia cdad de nue<:tra
e~peC"ie en medio mi116n de anns y :tun menos
Lo
que sc admite de una mancra casi general cs que han
tr. nscurrido cien millones de aiios cuando menos
dec:de Ia apari<:i6n del hombre ~obrc Ia tterra
£,.,ta
duraci6n ec: mucho m:is larga de lo que .-c treia aLin
hacia Ia mitad de cstc siglo, mucho mas l;~rga sobre
todo de lo que con una enseiianza por dtm:is dcfec-
I
F:pora arc oica 6 pnmordstll (d
-
tuosa, se imprcgna lastimosamentc en las cscuelas en
de d prinCtpio de Ia '1d.t org.t-
el Cl'rebro de la jU\entud.
ntca ha:.ta el fin d 1 perfodu C.tm-
11
Fuera de desear, para el progreso de Ia ciencia,
bn o). ..
. ... .. ....... ....... ... s~ milloncs
Epoca pal~D"Otra -primaria (des-
o
de d comaemo del
t
iluriano ha -
el tin del pcrmiano)..... . ...
que •e diera cuanto antes
a los
ninos una idea apro-
>.:imada de la edad enorme de Ia tien a y de su poblaci6n organica. De esta suerte se formarfan un con-
34
cepto del infinito del tlempo, asi como la contcmpJa.
n de c e o e uellado Jes dana "' pnmera no..
de anfimto d I e•pacto
Lo ele ent • de Ia Geologta lh t6nca Clencs
sot re•.mte ) tan propsa para encumbrar d
tstU) en un med10 IDapreClable de cdu
e n debsera oh adar e eo omguna escuel )
que en n r ar a su Jugar natural I Iado de Ia 1_.,
gr f a E t nee 'en an e los mfios prwados del
err r gcocentnco y de la l1l~;ura antropol~tnca Jc Ia
S'randezas, en cone 16n con aqucl y fuente de tanto
m le E to tum e rdan ua c• n el anhf;UO dogma
antro o ~ntn o, y hace del organt mo humano de ccnd~nte de I s m n
el centr del um\er o Ambo do&m
c mphcan e con Ia creenna en un crea
d r antr
m rfo } c nducen al h mot i mo que aun
ho) rcma L 1de de D10 toma entcnces Ia form
de Ia htp te 1 parad6g~ca de un "' ertebrado ga"eosou En c mb10 el conodm1ento de su origcn real
sat1sf cc Ia ncce tdad de cau ..alldad que Jente cl
pensador } se connerte para el en un poderoso agut]6n que le tmpcle ~ progresar cada vez mas t:n Ia
5tnda de lo \ erdadcro, de lo Bueno y de lu Bello.
fiN
EL MONJSMO
8
PREFAClO
La conferencia sigui<:ntc es un simple discurso de
circun,tancias. Fuc impro\'isada e l 9 de Octubre de
0
1892 en Altcnbu rgo, durante el jubileo del 75. aniversari o de Ia
1
'atu1 fo r schende Gesellschaft de O s-
terlands. L a causa directa de esta improvisaci6n fuc
un discursr) pronunriodo en esta ceremonia por cl
profesor Schl esinger, <.le Vicna, sobrc los artirulos de
Ia fc de las ciencias nat ural es. Varias propo icioncs
de estc di ~c urso fi lo ... 6fico se re ferian
a
las impor-
tantcs y elc' adas cuestion<:-; llcl conocimiento ci t' Ia
natura leza por el hombre , a lgunas eran ir.cliscHti ·
bles, pero vtras asc1cione..,, rec lam J.ban una n·spue'-ta inmcdiata y Ia <;Xposiciun de id<.as contrari as. Co
mo h:J.cc trcinta :u-tos que me ocupo del estu,lio profundo de e::.te problema de Fil osofia
Natural, y
como he expuesto en diH rsos e"cr:tos mis con\ iccioncs moni,tas, c;e me cxprcs6 por parte de num< rosos miembr os, cl desco de verlas compe ndiad as en t an
116
ERNESTO H.fECKEL
solcmne circunstancia. Para responder
se hi1o Ia presente
Profesio~z
d e fe de
a
u;z
uaturalista.
Su contenido esencial, tal cual lo escribi d e memoria al dia
si~uiente
I
C::.lc deseo
de pronunciarlo, apareci6 prime-
ro en Ia Altmburger Zeituug del 19 de Octubre de
1892. Aparecio luego una reimpresi6n de esta pri-
mera comunicaci6n, con algunos complementos filosoficos, en el fasciculo de Noviembre de Ia Freie
Bit/me f;'ir dm Ent?t'ickclungskamPf dcr Zeit. En Ia
prescnte memoria, el cliscurso de Altenburgo esta
aumcntado con proposiciones importantes, y ciertas
partes cst;\n mas dcsarroll adas. En las n otas he nc larado en cl sentido monista algunos problemas c,mdenles de nuestro ticmpo.
EI fin de mi sincera profesi6n de fe monista
e~
doble. Quisiera dc -.de luego dar una idea de Ia concepci6n r acional del mundo que se nos impone como
una necesidad 16g ic<> por los recientes progresos del
conocimiento unit::trio de Ia natural"'za. En e l fondo,
se encuentra en todos los naturalistas inclepcndientes
que piensan, aun cuando s61o un reducido n umcr o
. ' 6n raci·o n al del scnti miento
Ia cicncia, esta conci., IaCI
y del juicio, se con\ ierta cada d ia en una necl!sidnd
mas apremiante en las esferas ilustradas, c~ I J que
demuestra Ia balumb<>. de libros publicados a:::-::n
a
que ticnc cste objeto: The open court,
l~l
ciencia, y contribuir de esta su erte 5
que dcsapareciese Ia oposici6n creada sin n ecesidad Y
torcidamente entre esos dos superiores dominios del
pensamiento humano. La necesidad moral d e nuestro
sentimicnto sed satisfecha por el n1onismo, asi como
tambien Ia necesidad l<'igica de causalid ad de nue <;tro
juicio.
Que esta aproximaci0n natural de Ia crea.:-i6n y de
de
a weekZJ'
journal de 7 •oted to the TVork of conciliating Rt·ltgiou
with Scic1tce. Su cxcelcnte editor, el Dr. Pablo Carus autor de The Soul of ilfan, publica ademas otra
rcvista trimcstra l con este t itulo: Th e /l!oni st, a
)
quarterly Magaainc. Fuera de desear que tan preciosas tcntativas de aproximaci6n entre Ia considcraci6n positiva de Ia n atura leza
r
Ia cspcculaci6n, en-
tre el realtsmo y cl idealismo, fuescn mcjor apreciada::. y sccundadas, puc, unicamente por su uni6 n
natural
pod~mo s
accrcarnos a l fin s upremo de r.ur s-
tra acti\ iadad intelectual, Ia fusion de Ia religion y
tie Ia ciencia en el Monismo.
ERNESTO H.ECKEL
renglc!n seguido establecer un l azo entre
Ia religion y
:t
Ia materia. En ta America del Norte, en Cl11rago,
publfcasc haec ya \'arios a nos una reYista seman a!
ticne el \'a lor 6 sicnte Ia necesidad de confesarlo .
Qui sicra
17
Jena, 31 Octubre 1892.
E l ffionismo
Una sociedad que tiene por fin Ia in \'estigaciun
de Ia naturaleza y cl conocimiento de Ia \'Crd <" d r.o
puede cclebr ar mas dig n amen te su J ubilco que con cl
cxamen de sus problemas gener ales mas importantes. Hrmos, pucs, de fehcita rn os de que el oradc r en
una circun!>tancia tan solcmne como es d Jub leo del
aiio 75 ° dr Ia fundaci6n de nuestra Sociedad de :·aturali tas, haya escogido por tem a de su confe rlnda
un asunto de Ia mayor importancia genera l. Se abusa,
en circunstan ci:lc; par~cidas a esta )' en pa rtic ular en
las sestones genera les de Ia g r an Reunion de !t.s naturalistas )' de los medJtOS alemanes, de Ia costumbre, cada vcz mas accntuada, de tomar por tcma dd
discurso una estrecha cuest16n de especiabihd ••d, de
intercs lim1tado . Y aunque csta costumbre cr!'Ci•~nte
pucda cxcusarse por Ia di,·isi6n tambien crecientc del
trabajo y por Ia especializaci6n di' ergente en toC:os
los r amos del trabajo, debiera, sin embargo, con
ocasion de esas fi estas, someterse
a Ia
atencion de Ia
12 1
ERNESTO H./ECKEL
EL 1\ION!Si\10
concurrcncia los mas granC.:es asunto' y de iutcn~ s
mas general.
tefstas. Aunque esten expresados de muy distinta ma-
120
tos de vista con los nombres de mecanistas 6 pan-
Un tcma de esta gran importancia es aquel en c1
cual el profesor Schlesinger acaba de desarrollar sus
crecio, de un Spinoza, de un Bruno, de un Lamarck
ideas person ales: los principios de Ia fe del sabio ( 1).
y de un Strauss, sin embargo subsisteD las ideas fun-
Me complazco en cstar de acuerdo con cl en numrro-
damentales comunes de Ia unidad c6smica, de Ia sol i-
puntos de importancia, por mas que respecto dr
daridad inseparable de Ia fuerza y de I a s ubstancia,
otros tenga que exp_resar algunas dudas, y opini1 ncs
diferentes. Desde luego estoy plenamcnte de act1rrdo
del espfritu y de la materia, 6, como tambien pu ede
con el accrca de la concepcion unitaria de Ia nC1tura-
concepci6n una expresi6n mas poetica que el mas
leza entcra, que designamos, en una palabra, con el
grande de nuestros poetas y de nuestros pensadores,
nombre de ~Ionismo. De e'ta suerte expresamos 'in
Goethe, en s u Fau:.t y en su mara,·illoso poema Dios
duda alguna Ia com·icci6n de que un ~~pfritu csta
distinci6n absoluta entre cl reino animal y cl n•ino
y cl ilhmdo.
Para Ia exacta apreciaci6n de este Monismo, dejesenos desde luego echar una ojeada de conjunto dc.sdc
lo alto de las conside raciones filos6fi co- hist6rica~. el
desem olvimiento historico del conocimiento humano
de Ia naturalen. Una l arga serie de periodos psiquicos y de etapas de ci,·ilizacic)n del humLre desfi la
ante Ia vi sta del e spiritu. En I a parte inferior vemos
el estado grosero, y hasta pod~c:mos decir animal, del
hombre prehist6rico primitive, este an tropopiLcco
\'egetal, 6 entre el mundo animal y el mundo huma-
que durante la epola terciaria no se ha clevado mu-
S05
ncra en los sistemas de un Empedocles, de un L u-
decirse de Dios v, del Mundo. N adie ha dado de esta
)
en todo, y que todo el mundo conocible exi~tc y sc
desarro lla segun una ley fundamental comun. r (l,
eso insistimos particularmente en Ia unidad fund ., mental de l a naturaleza organica e inorganica, de
las cuales Ia primera ha comenzado relativamcnte
tarde
a e\·olucionar
de Ia ultima (2). No puede tra-
zarse un Hmitc cxac to entre cstos dos dominies prin1
cipales de I a naturaleza, no se puede establecer tllla
no. En consecuencia miramos tam bien toda 1a cicncia humana como un solo edificio de conocimientcs
rechazamos Ia distinci6n habitual entre Ia ciencia de
cho mas que
•'
SU S
parientes pitccoides inmediatos,
~O S
antropomorfos. Yicne luego una seric de estado:; de
Ci\·iJizaci6n de ni\ e l inferior, de cuya simpJicidad
a
Ia naturaleza y Ia del espfritu. L a segunda no es
s61o podemos tener una idea parcial merced
mas que una parte de la primera, 6 redprocamente
sal vajes mas groseros que existen hoy dfa. Con e~tos
ambas no forman sino uno.. Nue~tra cc,ncepcion mo-
salvajcs confinan los pueblos mcnos ci,·ilizadv:.. De
nista del uni 1 erso pertenece, pues,
a
e~e grupo de
sistemas filosofico s que se designa desde otros pun-
~stos
los
a los pueblos civi lizados mas distinguidns h ay
toda una serie dt> e scalones intermediarios.
122
ER~ESTO
----------------
n.F.CKEL
F. r.
, 'O'~..:.'_'"...:.'..:..to=---------~-2-=-3
------~-
Tan s61o estos y entre las doce razas de hcml>res
hucllas en el alma de nuestros mamifnos domesticos
unicamente Ia medi terdnea y Ia mong61ica, ban h"-
mas elevados, particularmente en el caballo y en el
cho lo que llarJlamoc; impropinmente Ia lli<.tona Uni-
pcrro. En intima comunidad de \'ida con el hombre
y bajo la influencia de su cducacion, c;e han .dec;arr~­
llado tambien en su co?rebro asociacion<'s de 1deas •nn
cesar' mis emincntes, asi como e l mas perfecto juicio.
El adie~tram 1 ento se ha con,·crtido en instinto, ejcmplo irrefutable de Ia hercncia de las cualidadt>s ad-
\'Cnal, que con,·cndria llamar con mas
cxacti~ud
Ia
IJi,toria de las 'Jaooncs. Fl cspacio de ticmro ouc
CSta COmprcndr incluso COD las trntati\•as dtJ
cimiento cicntdico, apcnas
"C
C! 110-
cnicnde m;; s ,,Ji:) de
seis mil aiios, pC'riodo singularmentc corto t>D Ia l::lrga seric de millones de anos tic Ia hi toria d<'l r1undo
organico tcrr!?•tre.
quiridas (4).
La Psicologia C'omparada nos cnsefia :\ conoc"r una
Respccto de los mas antiguos lwmbrec; primiti,·oo:; 6
Jarga, muy Jarga seric de grados hist6ricos clel de<;-
antropopitccos, y de los sah ajcc; que dcsciendcn in·
cnvolvimiento del alma en el reino animal. Fnica-
mcdiatamcnte de estos, no podemos aun
conocimicnto de Ia naturalcn. E l
to ~co
habl:~r
de> un
mente en los vertebrados mas ele,·ados. los paju0s Y
,ah·ajc p•-
los mamifcros, reconocemos los pri meros csbozos de
el mzi-
Ia raz6n, los primeros trazos de las r~'laciones reli-
mal de las causas primeras de Lichtenberg, su n<'rcsidad de cau.;;alidad no es ;:n1n superior a h de lc s
monos y de lo perros su curio,ic!ad no sobrcpuja a
su !lecesidad de saber. Si qucremos, a prop6 ito del
hombre pitec01dc primitt\'O hablar de ra16n, dchcmos
h acerlo unicamcnte en cl mi•mo scntido en qu<: lo hacemos respccto de los mamJf<'ros m lc; cit \'ados, C'C\1rriendo lo propio por lo que se reficre a los primeros
rudimcntos de religitin (3).
Hoy dia tiencsc Ia frccucntc costumbrc de ncg.1r
en abso)uto razon )' rellgioc;irhd a )os 1Dima)cs
cuando, por e l contrario, Ia comp ar aci6n sigu icntc
conduce a Ia conclusi6n opue-.ta. E l perfeccionamiento Ien to e incesante que Ia , ida ci' ilizada ha realizado en cl alma humana en el transcurso de lo.:; siglos n o sc ha llevado a cabo sin d cjar tam bien sus
giosas y morales. En ellos no s6lo encontramos las
miti,·o de l grado mas inferior no es
tod~n·ia
virtudes sociales de todos los animales -;uperiores que
vi\'en en sociedad (amor al pr6Jimo, amistad. fidelidad, sacrificio, etc ) , si que tamb1en el conocimiento,
el sentimiento del deber y Ia con ciencia, y, par a con
el hombre, ser dominante, Ia misma obcdiencia, la
misma sumisi6n, Ia mi. ma ncce.,idad de c;er prot~'gi­
dos que los salvajes manifiestan hacia sus diosc>s.
En los ultimos, como en los primeros, falta aun cse
grado superior del conocimiento y de Ia ra76n, que
tiendc
a conocer
el mundo que lc rodca, Y que repre-
senta el p r imer comicnzo de la Filosofia, de Ia ciencia del uni' erso. Es esta una primera conquista, muy
posterior, de los pueblos ci\ ilizados: se ha desarrollado de una man er a leota y continua con las esfcr as
mas infcriorcs de l a conccpci6n rcligiosa por base.
EL ~.rONt<;~!O
------~~~------
125
rali:.ta de talla que Ia ha sostenido y desarrollado fue
_J_24..:...__ _ _ _ _ _FR!':ESTO RtECKE_L_ _ _ _ __
Luis 1\.gassiz, muerto en 1873· En su notable Ensayo
AI llegar a este grado de Ia r eligion pnmittva, y
tambien de Ia Filosofia primitiva, el hombre aun
e~ta.
muy alejado de su concepci6n monista. Cuando
invcstiga las causas primeras de los fen6m en os y a
cllo aplica su intcligencia, esta siempr e dispucsto
a
considerar scres personales, y especialmente diose<;
parccidos al hombre, como los factores que l os producen. En d trueno y el r el;impago, en let tcmpestad y
c1 terremoto, en los cursos del sol y de Ia luna, en
todo cambio metcorol6gico 6 geo16gico notable, ,.e
Ia manifestacion tnmediata de un dios personal 6 de
un gcnio,
r
sc los imag-ina ordinariam• nte mas 6
mcnos antropomorfos 6 parecidos al h r,m!)re. Di tinguid buenos r ma los dioses, enemi:;os) amigos, C<.nsrn·adores y dcstructorcs, el a ngel y e) diablo.
Esto ocune en mayor grado cuand o Ia necesida d
crcciente de conocer r adi ca en Ias manifestacionrs
mas elevadas de Ia vida organica, Ia formaci6n y Ia
destrucci6n de las plantas y de los animales, Ia vida
y Ia muerte del hombre. La composici6n ingcniosa
y adaptada a
SU
objeto deJ organismo Yi\ iente COn-
duce inmcdia tamente a una comparacic!n con las
obras del arte humano construi(h s seg un un plan
y Ia idea indetermiuada de un dios personal se trucca en Ia de un dios que construye tambien segun un
plan. Es de notar que esta concepci6n de Ia creaci6n
organica, como obra de arte de un dios antropomorfo, de un constructor divino, se ha mantenido muy
general hast a mcdiados de nuestro siglo, bien que
hace mas de dos mil anos eminentes pen sadores hayan clemostrado que es insostenible. El ultimo natu-
sobre Ia dasifzcacion ( t8S7) ha desarroll a~o esta
tcosofia en todas sus consecuencias, conduClend ola,
por consiguien te , al absurdo.
. .
T odos los mas antiguos sistemas rehgJOsos y teolugicos, asi como los sistemas filos6ficos que de e ll os
se desprenden, por cjemplo, los de Pl at6n y de los
Padres de Ia Igle sia, 'ion antimo n istas, se cncuen t ran
en oposici6n de principio con nue stra Fi losofia moni!>ta de Ja naturalcza. La mayoria de e tos anti~uos
sistemas cs dualista, pues consid cran Dios y el l\1undo, crcador y creaci6n, espiritu y materia, como dos
sub~tancia
cntcramente scparadas.
E~tt:
duaJ..smo
eYidcnte se encuentra tarnbien en Ia mayoria de las
puras rel igiones de otras Igl esias, en particular en
esas tres formas del monoteismo, que los tres mis
celebres profetas del Oriente mediterr:'ineo
1\Ior,cs,
Cristo y 1\lahoma h an fundado. Sin embarro, ya en
muchas sectas impuras de csas trcs principales r e ligJOnes mediterraneas, )' atin mas en )as baJaS formas
de rcligi6n de Ia antiguedad, se encuentra r n Iug-ar
de c e clu..,li mo un pl'tralismo rcligio;;o
AI dioc;
bueno consen ador (Ostris, Ormudz, Vi-.chnu) se opone un dios malo y destructor (T yf6n , Ah rima n , Sn•a).
\umerosos semi-dwses 6 santos, buenos ) malos hijos
c htjas de dioses,
se asocian a esas d os divinidad es
principalcs y comparte n con elias Ia admtmstracton )'
e) gobierno del Co~mos.
En todos e· tos sistemas analistas y pluralistac; de
Ia concepci6n del mundo, hay que retonocer por rdea
ER. "J::STO H.-ECKEL
1 27
fundamental m.\s impor tante el antropomo1 fismo, Ia
rodea, OJganica
humanizac:ion de Dios. E l mismo hombre, como un
ferent s de una sola y misma fuerza primera, combi-
ser parecido .i Dios, 6 procediendo directamente de
nacwnes d1ferentcs de una sola y m1sma materia fun-
cl, ocupa un I ugar particular en el mundo,
~epa1 ado
del resto de Ia naturalela por su profunda abisrro
L o mas frecuente es que una
a esta
e
inorgauica, son produccioncs di-
damental. Cada 'ez se nos pre~enta m.1::. irre ... i,ublc
Ia noci6n de que nuestra alma humana es tan solo
idea la antropo-
una parte infima de esta .dma univcr a! que todo In
centrica, es dt:cir, I a CODVlCCi6n de que el hombre cs
cngloba, asi como nue-,tro cu-!'rpo h umano cs unica-
cl punto central del Universo, el ultimo y sup1cmo
mcnte una particula indn 1du,d del gran tue1po or-
fin de Ia Creaci6n, y que el resto de Ia naturalcza
gamzado del universo.
Para set vir de base exac ta y hast a en parte matc-
"e ha h(;cho solamcntc para ser vir al hombre. En Ia
Etlad l\Icd1a sc aiiadta ademas a esta u lttma propo-
m,l.tica de
e~ta
concepcion unttaria de Ia n.1turaleza.
::.iciun Ia idea gcoccntrica segun Ia cual Ia ticrr'l,
'icnen i tracrnos los materiales precisos los gr:m-
como rcsidcncia del hombre, ocupaba el punto central cxacto del ststema del mundo, rodando en lorno
d6 c.lc::.cubrimientos gcnc1ale::. de Ia fisica ) de Ia
{JUimica te6ncas. Despuc:. que Roberto f..I.tycr y
suyo el :.ol, Ia luna y las estrellas. Asi como Copcr-
Helmhotz ha estableodo Ia ley de Ia con::.er\'aoon
nico ( 1543) di6 cl golpe de mucrte a l dogma geocentrico fundado en Ia Btblia, Damin ( 1859) ha he-
de Ia cncrgia, esta demostrado que la cnergia cons-
cho otro tanto con el dogma antropoccntri<.O intima-
tituye en cl mundo una cantidad constant< e mmutable; cuando una fuerza parccc di,aninuil u dc;:,,qM·
men te ligado al primero (5) .
rcc( r, no
e trata mas que de Ia transformacion de
Una comparacion gener al, hi:.tori ca y critica de
una fuern en otra. Asi tambien Ia ley de L avoisier
los d1vcrsos sistemas religiosos y filos6ficos d a por
sobrc Ia c.onservaci6n de Ia materia n os enseiia que
re-,ultado pnncipal q u e cada grau prog1eso cu d co-
Ia matC'tJa de l Cosmos rcprescnta una cant1dad cons-
nocimit11lo profundo de l as cosas, t rae apartjnclo ZJ~I
tantc e im clriablc, y cuando un cuerpo parcce dcsaparcccr en Ia combusti6n, par cjcmplo, o aparcce,· c.olllo
nlejamicnto del dualismo t radici01wl, 6 del pluralJsmo, y una aprotimacu)u del Mo11JSIIIO. Cada vez ·e
nuc\ o, en Ia cristallzacidn, pong-amos por ca o, no
impone con mas clarid ad a Ia raz0n su trabajo, Ia ne-
haec m.!-, que cambial de forma de cvmbinacion. Es-
nece)id ad de no oponer ya
a Dios
el mundo material
ta::. do::. grandcs !eyes, la ley fundamental fi:.ica de
como ser exterior, sino de colocarl.o en cl fondo de l
la consen·acion de Ia fuerza, y Ia Icy fundamenta l
Cosmos mismo como fuer za divina 6 espiritu motor.
Cada ,·ez es mas claro pa ra n osotros que todas csa~
qutmica de Ia con servaci6n de la materia, podemos
asombrosas manifcstacion es de l a natu raleza que nos
reunirlas en un conccpto filo::.viico, Ia l-ey de l a conscrvaci6n de Ia substancia. .I:.n nuestra concepcion
ERJSESTO H.-ECKEL
moni ta, en efccto, Ia fuerza y Ia materia .on in~e­
parables, y simple~ manifestacio:tes <.hfa··nte~ d -. u na
misma escncia uni,·ersal, Ja substancia (6) .
Como parte fund am ental esencial de este Moni,mo
puro puede aceptarse en cierto sentido Ia teoria de
los :itomos an imados, vieja hip6tesis cuya exprc,ion
di6 Empedocles hace ya mC.s d, dos mil aiio . en su
teoria del odio y del amor de los elemento-;. ~ues­
tra Fhica y nuestra Qufmica actu a les h an acep tado
ra de u na m .mera general Ia hipotesis at6mica propucsta en un principio por Democrit o, pues con sideran todos los cuerpos como constituidos de <Homos,
y r elacionan todos los cambios :i traslaciones de C'~as
peque1ia::. partic ulas discretas. T odos eso::. ca1 nbi os,
~ea en Ia n aturaleza org-.inica, sea ~n el mundo inor-
g.lnico, no nos parecen comr,rensibles si no con.;;id('ramos los :itomos no como pequeiias masas d e materia muerta, sino como particul a~ e lcment2les \ i\'as,
pro\ istas de fu erzas d e atracci6n y de r epu lsion . E l
placer y e l disgusto, cl amor y el odio de los :itomos
no son sino expr esiones diferentes de esta fuerza d e
at r acci6n y d e rep ulsi6n. La Fisica designa muy
exactamcntc su energia cinetic'a con el nomine de
por oposici6n
fuersa de te;zsi6n.
fuersa 7•i1•a,
a
Ia ener gfa po ten <ial,
Aun cuando por una p arte el 111onismo ~e n os aparezca como una proposici6n fundamental necesaria
de Ia ciencia de Ia naturaleza, y bien q ue el Monism o d ebe concluir por reducir todos l os fen 6menos
EL
12C)
~10::-;ISh i O
. d o d~t: formarnos una idea satisfactoria
de
to en es.a
•
'
.
. . d los :Homos y de sus re laclOn
. cs
.
Ia escnCla pl opla e
·
L
Qu1m1
con el eter universa l que llena e l espaeto. ~
haec
ticmpo
a
rcclucir
los
difercntes
llegado
ca h a
,
cuerpos de Ia naturaleza a combinacion~"S dl" un n umero relati,'amente pequefio d e elementos. Los progresos d e Ia Quimica en estos ultimos tiempos han.
demostrado que cs muy verosimil que esos elementos
6 substancias fundamentales, h asta hoy iPdcscomponibles, sean di,·ersas formas compleja s, constitufdas
por cantidadcs variables de a tomos d e una sola s ubstancia primitiva. Sin embar go, aun no
DC'S
cs po-;ibl e
dar una conclu~i6n m as precisa acerca d e Ia naturaleza propia de esos <Homos primiti,·os Y d e ::uc; propiedades elcmentales.
Una serie de pensadores de los mas sutilcs se h a
esforzado en vano en penetrar m as all:i en estc problema fund amental de Ia Filosofia Xatural, Y en determin ar de mas cerca Ia natural eza del atomo Y sus
relaciones con el eter universal que llena el espacio.
E sta proposici6n cs cad a dia m as fund ad a por cuanto
no existe punt o del cspacio que es te vacio y por doquiera los <Homos primiti vos d e Ia materia ponderable 6 de Ia ma sa pesada estan c;eparados por el eter
universal, homogcneo, esparcido por el espacio universal. E ste eter, muy sutil y ligero, si no imponderable, produce con sus ondulaci on cs todos los fen6menos de luz y de calor de elcctricidad y de magne-
Ia mecinica at6m ica, del)cmos, por
lismo. Puede reprec;entarse. y a como una substan cia
otra parte, conceder que no estamo<>. pur el momcn-
continua que llena cl cspacio que h ay entre los :Ho-
sin excepcion
a
mos, 6 como conjunto
9
a su
'ez de particulas discr~-
130
13 I
ERNESTO HA'i:CKEL
esos atomos
cada instante con experimentos electricos y 6pticos.
del etcr una fucrza intrinseca de repulsi6n en oposici6n a Ia fucrza de atracCi6n inherente a los atomos
Conocemos Ia extensi6n de las ondas luminosas y d•
las ondas electricas. Aun mas: ciertos fisicos crcen
de materia ponderable Por Ia atracci6n de los ultimos y Ia repulsion de los segundos se cxplicaria
toda Ia mednica de Ia vida uni,·ersal. Podria tambien referirsc cda acci6n del espacio univc r ~al,, en
poder e\'aluar aproximadamente Ia d ensidad del eter.
Cuando con ayuda de una maquina neumatica purgamos una campana de crista! de la masa de aire at-
tas. Entonces scria n<'ccsario atribuir
a
cl ~cntido <.lei profcsor Sch lesinger, a las vibraciones
del cter universal.
I a Fisica tc6rica h a hecho en cstos ultimos ticm-
mosferico, con excepci6n de un ligero residuo, Ia cantidad de luz permanece invariable en el interior: i ve-
pos un progreso ekmcntal de Ia mayor im portan cia,
mos el eter en vibraci6n! (7)·
Estos progresos en el conocimiento del eter son de
un valor enorme para Ia Filosofia Monista, porque
que ha facilitado el conocimiento de este ~ter uniYcrsal y colocado Ia cuesti6n de su natu raleza, de
con ellos desaparecen l as err6neas proposiciones sobre cl espacio Yacio y Ia acci6n de los cuerpos a dis-
su e:-.tructura, de su mo,·imiento, en las mismas frcm-
tancia. El espacio infinito del universo, aunque los
teras de Ia Filosofi<l Natural Monista. Aun h aec poros anos era el cter c6smico para Ia rna) oria de los
sabios una sub:.tancia propiamente imponderable, de
atomos pesados, Ia materia ponderable, no lo ocupcn
por completo, esUi lleno de etcr. N uestra noci6n del
tiempo y del espacio es completamente distinta de
b que no se sabia realmente nada, y que tan s61o
Ia que en-.cfi.6 Kant no hace alin cien afi.os. El sistema critico del gran fil6sofo de Krenigsberg demuestra en esta circunstancia, como en la cxplica-
debia .tdmitirse de una manera provi <;iona l, como
una hip6tesis cuyo recurso era necesario. E sto ha
C<>mbiado por completo despucs de habernos iluminado Enrique Herz ( 1888) sobre Ia naturaleza de
Ia fuerza electrica. Con sus hermosos experimentos
ha comprobado las previsiones de Faraday, segun
\•1 cual Ia luz y el calor, Ia electricidad y el magnetismo eran manifestaciones de un parentesco pr6ximo con un solo grupo de fuerzas y resultaban de vibraciones trans,ersales del eter. La misma luz, de
cualquicr naturaleza que sea, es siemprc y en todas
parte, una manifestaci6n electrica. El cter mismo ya
no es hipotetico i su existencia puede ser revelada a
ci6n teol6gica del mundo organ izado y en su Metafisica, un tan dificil dogmatismo, que es preciso abandonarlo a! olvido (8). Si; la teoda dd eter, tomada
como base de fe, puede suministrarn os una forma racional de religi6n, si se opone al etcr universal y m6vil, divinidad creadora, Ia masa inerte y pesada, materia de 1a creaci6n ( 9).
A nuestro espiritu in\'e tigadL r satisfecho de haber llegado afortunadamente a Ia cumbre del conocimiento monista, ofrecense ya nuevas y sorprendentes perspectivas, que nos permiten aproximarnos
aun
132
ERNESTO lLECKEL
mas a Ia soluci6n del unico gran enigma d el mundo.
'C6mo obra este eter universal , ligero, ~ctiYo, respecto de Ia masa pesada e inerte, de esta materia
ponderable que estudiamos qufmicamente y que podemos suponer constituida unicamcnte de atomos?
~ uestra Quimica Analitica actual cuenta todavia
unas setenta materias indescomponibles 6 elementos.
Sin embargo, las relaciones redprocas d e estos elementos, su p,arentesco por grupos, sus propiedades
espectrosc6picas, etc., hacen muy ,·erosfmil Ia hip6tcsis de que sean hist6ricamente simples productos
de evoluci6n, constituidos por las disposiciones y las
currelaciones diferentes de un numero rariable de
;itomos primitiYos.
A estos atomos prim1t1 vos, masa-atomos, ultimas
particulas discretas de l a materia ponderable inerte,
podemos con mas 6 menos certeza atribuir cierto numero de cualidades fundamentales, eternas e inmu tables. \'erosfmilmente estan por doquiera en el espac:io asf en tamano como en propiedades. Aun c uando
presentan en su ultimo analisis un tamaiio d eterminado, no son divisibles por raz6n de su misma naturaleza. S u forma es perfectamente esferica, son
ine rtes, en el sentido de Ia F isica, in variables, no
elasticos, impenetrables por el eter. Fuera de su inmutabilidad, la principal propiedad de esos atomos
primitivos es su afinid ad qufmica, su tendencia a colocarse mas al lado de otros y a unirse en pequefios
grupos segun formas determinadas por !eyes. Fijos
en las condiciones actuales de la existencia ffsica de
)a tierra, esos grupos de atomos primitives son los
~Homos elementales, los :Homos indescomponiblc'
conocidos en Qufmica. Las diferencias cualitativas
de nuestros elementos quimicos, inmutables para
nuestra ciencia empfrica actual, son no obstante debidas unicamente al numero y a Ia posicion diferente de atomos primiti\"OS de la misma naturaleza
unidos entre sf. Por ejemplo, el ~Homo de carbono,
ese vcrdadero creador del mundo organico, es muy
verosfmilmente un octaedro, compuesto de cuJ.tro
atomos primitivos.
Desde que Mendeleieff y Lothar Meyer ( 1869) han
descubicrto la ley de periodicidad de los elementos
quimicos, y fundado en ella su si ~tema n atural, este
precioso progreso de la Quimica T e6rica ha sido de
nuevo utilizado por Gustavo \Vendt en el sentido d e
la teoria de Ia evoluci6n . Queria establecer que los
diferentes elementos eran estados de desarrollo, 6
combinaciones hist6ricamente producidas por seis elementos fundamrntales, y que estos ultimos eran a su
vez los productos hist6ricos de un s61o elemento primitivo. Crookes, en su Ghtesis de los elenu ntos habfa ya dado a esta substa ncia primiti,•a hipotetica
el nombre de materia primitiva 6 Protilo. La demostraci6n experimental de esta substancia primitiva,
que es la base de toda materia ponderable, no es tal
vez sino una cuesti6n de tiempo. Es verosimil que su
descubrimiento satisfaga l as esperanzas d e los alquimistas de transformar artificialmente en oro y en
plata otros elementos. Pero aqui topamos de nueYo
con esta gr an cuesti6n: l c6mo se establectn las relaciones de esta materia primiti,·a con el eter ? ~ Es-
IJ4
EL
EllNXSTO IL£CUL
tas <.Ius substanci.t
primitivas e,tan en antinomia
MOi\IS~fO
135
Pur cncima de las demas conquistas del espfr itu humano hallase nuestra moderna teo rfa de Ia evoluci6n
csencial y ctt'f!la' i. 0 bien el eter activo ha 1 rec:e.
dido y engcndrado Ia masa ponderable?
Fue prc•cntida haec m:is de un siglo p or Goethe, pe-
Como rcspulSta ~ esta gran cuestion fundament:~! ,
ra no furmulada de una manera satisfactona hasta
:.c h,tn prcscntado ya \'arias hipotcsis fisicas. Hasta
principios del siglo XIX por L amarck , habiendo sido
ahora, no ob:.tante las diferentes hipotesis at6m1ca
finalmen te cstablecida por Carlos Dan\ in hace trein-
de Ia Qufmic ... no tienen bases muy satisfactorias, )'
ta y tres at'ios. Su teorfa de Ia evoluci6n colma Ia la-
lo mismo parccemc ocurrc con Ia hipotcsis tan sen-
guna que Lamarck habfa dejado en su teo ria de Ia
sata que t'i orador de esta reunion ha desa rrollado ~
inftuencia recfproca de Ia hcrencia y de Ia adaptaci6n.
rcngl6n scguidu sobre Ia accion del espacio univer-
Actualmente sabcmos ya con ccrteza que cl mundo or-
sal. Como dijo justamente cl mismo, en todas esa~
tentati,·as de Filosofta Nat ural, s6lo se tr:1ta, de md-
ganico se ha desarrollado en nuestra tierra de una
mento, de a1 ti1 ulos de fe cientfficos, sobre cuyo fun-
como las que habia demostrado Lyell en 1830 para el
damcnto f"! dt n tenerse las opiniones mas dlferentes
globo inarganico. Sahcmos que las innume.-ablc ~ es-
manera con tinua, segun !eyes fat a les
c
inmutable ,
segun cl 'uic10 subjeti,·o y grado de instrucci6n. Creo
pecies diferentcs de ammales y de pl antas que han
que Ia ,1,1 ut ion de c,te gran problema esta, en los
hab1 tado nuestro planeta en
actunles momcntos, mas alia de los limites del cono-
afias no son m;b que r amas de un tronco unico. Sa-
cimicnto ue Ia 1nturaleza, y que par durante largo
bemos que el mismo genera humano s6lo representa
tiempo hemo5 de decir aun no ignoramus, sino igno-
una de las ramas m:is JO\'cnes, Ia mas ele\ ada y mas
perfecta del tronco de los 'ertcbrados.
rabimus.
Todo cambia, si tr asladamos nuestras miradas
dcsdc csta hipotcsis elemental at6mica ;~ I a~ relacioncs hi~ t 6ric as de Ia e\·oluci6n universal, tal cual
nos ha ido rl'\'t'lada por los grandiosos progresos
hec:hos en el conocimiento de Ia naturaleza durante
e os tiltimos trcinta anos. Sc ha abierto ah f un nuc,·o
e
incspcrado dC'Iminio, fuera de los limites de nuestro conocimicnto de Ia naturaleza, domin io en el que
se ha paditlo resoh·er de Ia manera mas sor pr en den te
una infinidad de problemas del arden m as importan
te, considerados antes como insolubles.
I curso de millones de
Una scrie i nterrumpida de procesos naturales e\'0l utivas, dcsarrollandose segun !eyes fijas, conduce
hoy el espfritu del pensador
a
tra\'CS d e los Fo-
nes de un estado primiti\'O ca6tico del universo hac;ta nuestro Cosmo~ actual. AI principia no h a llamos
en el espacio infinito otra cosa que el etcr elastica
m6, t1
c
innumerables particub.s discreta,, homo-
geneas, dispersas en su seno: son los atomos primitives. T,\1 vez estos son originariamente los pun tas
de candensaci6n de Ia substancia vibrante cuyo resto
esta representado por el eter . Cuand o los j.tomos pri-
136
,..
~
)/
ER:-iESTO H.t'ECKEL
n lJO
Ia segura direccion de las tres grandes cicn-
miti,·os 6 ~Homos de masa estan reunidos en g ru pos
en numeros determinados, encucntranse ya constitufdos nuestros :Homos elementales. Conforme con Ia
Comparacla y Ia Ontogenia, conclucenos Ia Filogen ia,
hip6tesis de Ia nebulosa de Kant y de Laplace , las esferas circulantes se separan de esta nebulosa primiti,·a en vibraci6n. ~ uestro sol no es mas que uno de
hast a el hombre. En Ia raiz m.' s baj a del arbul ge-
cia:. de los origenes, Ia Paleontologfa, Ia Anatomfa
paso a paso, desde los m:is ant ig uos metazoarios, desde los ammales pluricclulares mas rudimentarios,
encuentran~e
e~tos
neal6gico comun de los metazoarios,
N uestra insignificante tierra n o es sino un simple
los gastrcados y los espongiarios; todo su cuerpo limltase en el caso mas sencillo a un saco gastrico re-
mlllones de globos y con el los planetas a que
ha dado Iugar por efecto de Ia fuerza centrifuga.
planeta de nuestro sistema sol ar; toda su vida indi,·idual es el producto de Ia luz del sol. Despues que
se bubo enfriado hasta cierto grado el globo incandesccnte de Ia tierra, precipit6se en gotas el agua liquida sobre Ia corteza solidificada de su superficie,
primera condici6n de Ia vida organica. L os <'itomos de
carbona comienzan su acci6n organ6gena y se un en
dondeado, cuyas espesas parcdes estan representadas
con los otros elementos en combinaciones pbisticas
coagulables. Un pequeiio grumo de plasma supera
los limites de Ia cohesi6n y del crccimiento individual
y se divide en dos mitades semejantes. Con esta primera monera comienzan la vid a organira y su fun-
sanos inferiores se desarrollan como d i,·isiones prin-
cion propia Ia herencia. En el plasma de Ia monera
homogenea se afsla un nuclco central ma s denso, en
media de una masa mas blanda; por esta diferen cia-
por dos capas de celulas 6 sea las dos laminill as blastodermicas primitivas. Un estado blastodermico correspondiente, Ia gastrula de dos hojitas, se cncucntra transitoriamente en Ia embriologfa de los restantes metazoarios, desde los radi ados 6 gusanos hasta
el hombre. Del tronco comun de los helmintos 6 gucipales e independientes las cuatro ramas separadas
de los muluscos, zoofitos, articu!ados y ·:ertebrados.
Estos ultimos son los unicos gue concuercl a n ton el
hombre en toclas las particul::nidacles esenci~.lcs de
Ia Morfologfa y de Ia EmbrioloJfa. Una larga serie
de vertebraclos acu;Hicos inferiores ( amfioxus, lampreas, peces) precede a los anfibios pulmonados; estos aparec~n por Yez primera en el carbonffl!ro. .\
ci6n del nucleo y del protoplasma, f6 rmase Ia primera eel ula organica. L argo tiempo habit aron solos
continuaci6n de los anfibios vitnen en el perfudo pcr-
en nuestro planeta esos protistos 6 seres primitivo s
unicelulares. L os histones inferiores, plantas y ani-
miano los primeros amniotas, los reptiles mas a ntiguos. De cstos se desarrollan m;ls tarde, en Ia epo-
males pluricelulares, n o fueron producidos basta ma s
tarde por Ia evoluci6n de los ceuobias 6 uniones sociales.
ca del trias, los pajaros por un~ parte y los ffi;_tmfferos par otra.
Que el hombre es por toda su estructura un mamf-
E1tNX~TO
l'itEC~L
1·1
.\10\!S\Ill
qq
----
fero, ue~prendese desde el primer memento en que
damentos, 6 juzgar de Ia falta de pruebas, c0mo ha
~e
ha comprendido Ia unidad natural de esta clase
ocu1rido no ha mucho por parte de un celebre pa t6-
superior de animales. La mas sencilla comparaci6n
Jogo aleman en el Congreso Antropol ogico de Mos-
dcbtera con,·encer al obsen•ador sin idea premedita-
cou, este hccho solo demuestra que los progresos ad-
da del pr6ximu parentesco de forma entre el hombre
mirable5 de Ia Biologfa contemponinea y sobre todo
y los monos, los mas analogos a el, entre los mami-
de Ia Antropogenia, le son completamente extrafios.
feros La Anatomfa Comparada, penetrando mas pro-
T odo cuanto se ha escrito modernamente de Biolo-
fundamente, ha comprobado que todas las diferen-
gia, toda nuestra Geol ogia, nuestra Botanica, nuestra
cias morfol6gicas del hombre y de los antropoides
Morfologia, nuestra Fisiologfa, nuestra Antropologfa
(gorila, chimpance, orangutan), son menos impor-
y nuestra Fisiologfa modernas, estan penetradas por
tantes que las diferencias respectiYas entre esos an-
Ia teorfa de Ia dec;cendencia y fecundadas p or ella.
y los otros monos. La importancia filogc -
Asi como Ia teorfa natural de Ia evoluci6n ha es-
nica de est a proposici6n d e Huxley salta desde I m•go
clarecido e iluminado desde s u base monista todo el
a Ia 'ista.
La cuesti6n de l origen d el genera humano,
dominio de los fen6menos naturales ffsicos, lo mismo
6 del Iugar del hombre en Ia n aturaleza, Ia curstion
de las cuestiones, ha recibido ya s u contestaci6n definitiva · el hombre desciende de una serie de mamiferu~ pitccoides. La Antropologia ha descorrido el velo
de Ia larga cadena de los vertebrados antepasados
que h an precedido al desarroll o tardio de este retni'io mas eminentemente evolucior.;.do.
Es clara a ojos vi.,tas Ia importancia in calculable
de Ia ley que esta conclusi6n de Ia teoria de la descendencia ha arrojado en todos los dominies de Ia
Historia K atural del hombre, y extend era de afio en
afio Stl influencia transformadora a todas Jas ram.1 ~
de la ciencia, a mcdida que se abra camino Ia crcencia en su vcrdad inquebrantable. Hoy dfa unicamentc
Jos ignorantes )' los espiritus obcecados SOD Jos uniCOS que puedcn dudar de que sea cierta. Aunque todavia algun rancio naturalista pueda negar sus fun-
hace con el de Ia vida psiquica, de Ia que no puede
tropoide~
separarse. Nuestro cuerpo humano se ha form ado
lentamente y por grados a traves de una larga serie
de vertebrados ancestrales; asi ocurre tambien por
lo que al alma se refiere. Funci6n de nuestro cerebra,
se ha desarrollado as imismo gradualmente en correlaci6n con este 6rgano. Lo que llamamos lac6nicamente alma humana no es mas que Ia suma de nuestras sensaciones, de nuestras vol untades y de n uestros pensamientos, Ia suma de las funciones psico16gtcas cuyos 6rganos elementales representan las
microsc6picas celulas ganglionares de nuestro cerebro. C6mo se ha desarrollado este ultimo en el cur-
'
so de millones de afios, por sobre las formas cerebrales de los vertebrados superiores e inferiores, es lo
que nos muestran la Anatomia Comparada y la Ontogenia. C6mo, en correlaci6n con el, se ha desarro-
•
1 •o
~
tR:\ESTO HA':CKEL
-------------------------------------------
llado el alma humana , funci6n cerebral, es lo que
nos demue tra Ia Psicologfa Comparada. Esta ultima
nos re,·ela tambien c6mo una forma inferior d~ actividad psiquica se encuentra ya en los animales mas
in feriores, Ios protistas unicel ul ares, los infusorios
y los riz6podos. Todo naturalista que haya, como
}:o, observado durante largos ai'ios Ia actividad psiquica de los protistas unicelulares, esta positivamente
com·encido de que tambien ellos tienen alma. Esta
alma cclular esta asimismo constituida por una surna
de sensaciones, de ideas y de actos de voluutad; las
sensaciones, el pensamiento y Ia voluntad de nuestra alma humana son unicamente desarrollos graduales de aquellos. Asi tambien, encuentrasc un
alma celular hereditaria , en energia potencial, en el
huevo, del cual evoluciona el hombre como los demas animales.
El primer deber de todo psic6logo verdade1 amente cientffico no debera pues limitarse, como hasta ahora, a Ia ociosa cspeculacion sabre Ia natur:~­
leza del alma inmaterial y distinta, y su union temporal dudoc;a con el cuerpo animal, sino que habra
de dedicarse a Ia investigaci6n comparativa de los
6rganos del alma y de b prueba experimental de sus
funciones psiquicas. La P sicologia cientifica es, en
efecto, una parte de Ia Fisiologia, Ia teoria de las
funciones 6 de Ia acti,·idad vital de los organismos.
Como Ia Fisiologia y Ia Patologia modernas, Ia
Psicologfa y Ia Psiquiatria del porvenir deben hacerse celulares e investigar en primera lfnea las funciones psiquicas de las celulas. Las importantes con-
•
L1
MO='IIS~10
!.p
clusioncs que nos reporta esa P sicologfa celular desde los grados mas inferiores de Ia vida organica,
en los protistas unicelulares, especialmente los riz6podos y los infusorios, han sido reYeladas recientemente por Max 'Verworn en sus hermosos £studios
psico-fisiologicos de los Protistas.
Las mismas categorias principales de actividad psiquica que encontramos ya en el organismo unicelular,
fen6menos de irritabilidad, sensibilidad y motilidad ,
hallanse tambien en todos los organismos pluricelulares, como funci6n de las celulas que componcn su
cucrpo. En los metazoarios mas inferiores, los invertebrados de las cl ases de los cspongiarios y de
los p6lipos, no hay aun, lo mismo que en las plantas, ningun 6rgano de alma indi,·idual, pues todas
Ia- celulas del cuerpo participan mas 6 menos de
Ia vida psiquica. Unicamente en los animates superiores parccc localizada esta funci6n y enlazada a
un 6rgano particular. Como consecuencia de Ia division del trabajo, se han especializado en ellos diversos 6rganos sensitives como instrumcntos de Ia sensaci6n, m1hculos como 6rganos d el movimiento voluntario, centros nerviosos 6 ganglios como 6rganos
centralizadores y reguladores. En las ramas mas
desarrolladas del reino animal, esos centros transf6rmanse, cada vez mas evidentemente, en los 6rganos especiales del alma. En raz6n de Ia cstructura
extraordinariamente desarrollada de su sistema ncrvio~o central, del cerebra con su tejido prodigio:.o de
celulas ganglionares y de fibras ncn iosas, su multi-
LP
ERNESTO H.lECKEL
pie actividad llega
a alcanzar un grado de elevaci6n
digno de admirar.
En este grupo del reino animal tan altamente de~­
arrollado, es en el unico que hallamos con certcza
esta ma~ pcrfecta funci6n del sistema nervio5o central que llamamos la conciencia. Sabido es que ha-,ta
aqui csta funci6n, la mas noble del cerebra, es aun
prescntada, muy a menudo, como un fen6meno completamcnte misterioso, y como Ia mejor prueba de Ia
existencia inmaterial de un alma inmortal. En este
pun to recurrese muy a menudo al celebre I g 1zorabimus del fisiologista berlines Bois-Reymond en su discurse sobre los Hmites del conocimiento de Ia natur .. leza (1872). Fue una verdadera ironia del destmo
que el celebre rector de Ia Academia de Ciencias de
Berlin, en este discurso tan discutido, presentara,
hace unos ,·einte afios, Ia conciencia como una mara,·i lla inconcebible y un obstaculo insuperabl<' del conocimiento, precisamente cuando cl mas grande d~
los tc6logos de nuestro siglo, David Federico Strauss,
demostraba todo lo contrario. El penetrantc autor
de Ia Antigua y la Nue-;.•a Fe habia ya rcconocido
claramente que toda Ia actividad psiquica del hombre, y su misma conciencia, procedcn de una misma
fuente, como funciones del sistema nervioso central
y deben, desde el punto de vista monista, someter,.
al mismo juicio. Esta noci6n era inaccesible al exacto fisi6logo de Berlin, que con una miopia intelectual inconcebible, colocaba esta cuesti6n neuro16gica
ec;pccial al !ado del ugran enigma del Qniverso)), de Ia
EL i\IONISMO
1
43
cuesti6n fundamental de la substancia, Ia cuesti6n
general de Ia materia y de Ia fuerza ( zo).
Como ya he demostrado hace mucho tiempo, estas
dos grandes cuestiones no son dos distintos uenigmas
del universe)). El problema neuro16gico de Ia conciencia no es mas que un caso particular del problema cosmol6gico que lo abarca todo, Ia cuestion de
Ia substancia en globo. Si hubieramos podido penetrar la cscncia de la materia y de Ia fuerza, habriamos podido comprcndcr tambien c6mo Ia substancia,
que es nuestro substratum, puede, en determinadas
condiciones, sentir, desear y pensar. La conciencia,
lo mismo que la sen~aci6n y Ia voluntad de los animales superiores, es un trabajo mecinico de las celulas gan_,.,l10nares y. como tal, se refiere a un proceso
fisico y quimico en su plasma. Ademas, llegamos
por Ia aplicaci6n de los metodos geneticos y comparados, a la conclusion de que Ia conciencia y asimismo Ia raz6n, no son funciones cerebrales exclusivamente propias tiel hombre, antes al contrario,
p~es se encucntra ademas en muchos animales supenorcs, no ya vcrtebrados, si que tambien articulados. S6Jo de una man era cuantitati va, por un grado
mas ele\'ado de evoluci6n, difiere Ia conciencia del
h~mbre de Ia de los animales mas perfectos, ocurnendo lo propio en todas las otras formas de la actividad psiquica del hombre.
Por estos resultados y otros de Ia Fisiologia Comparada, toda nucstra Fisiologia, debe necesariamente
estabkcerse sobre una nueva b ase, segura, monista.
Asi quedara derribada esta vieja idea mistica del
144
EL
ERNESTO H.iECK.EL
alma que se encuentra aun hoy d1a en los pueblos
en cstado salvaje y en los sistemas de las filosofias
duali ~tas.
Segun
~stas,
el alma d el hombre (y Ia
de los animales superiores) seria una esencia particubu que habita y gobierna e l cuerpo, unicamente durante su ,·ida individual, y que lo abandona dcspues
de Ia muerte. Esta Hteoria del piano», tan esparcida,
compara cl alma inmortal a un pianista que toea en
el instrumento del cuerpo mortal un trozo inte resante, Ia vida individual , y que, d espues d e Ia muerte,
marcha a! otro mundo. E sta alma inmortal presentascnos como algo inmaterial, pero, en realidad se
nos rcpresenta completamente material, como algo
suti l, in\'isible, aereo 6 . gaseoso, 6 parecido
a Ia
substancia activa del eter, extremadamente ligera y
tenue, como Ia admite Ia Fisica actual. Lo mismo
cxactamente ocurre con Ia m ayo rfa de las representaciuncs que los salvajes y las cl ases incultas de los
pueblos ci,,iJizados se h an forjado desde h aec siglos,
de los espiritus y de los dioses. Yendo al fondo de las
cosas vemos que se trata, a semej a nza de los espiritus de los espiritistas modemos, no de una cosa ver-
ron frccucncia
a nuestro
145
:\L0.\1 1 ~~10
-----------------
:r-.Iomsmo que nicga en
ab~o­
luto Ia inmortalidad; sin embargo no hay nada de
esto. 1Iuy a l contrario, lo consideramos en <:1 sc:: ntido estrictamcnte Cientifico, como una concepcion fundamental de nuestra Filo sofia :r-.lonista ck la no.~nn l-
leza. La inmortalidad , en cl scnt1do cientifico, es l:l
con en·acion de Ia sub::.lancia, es deci . , lo que en
Fi~ica definc::.e tomo cu n ~crvaci6 n de Ia energia, y
en Qufmica como con sc n aci6n de Ia m ateria. £1 uni,·erso, en su conjunto cs mmortal. Y asf como es posible que ]a mas m ~igmflcante partfcula de maten:L
jamas haya perccido en el uni,·crso, asi tambien es
probable que lo ffilSmo ocurra con los atomos de
nuestro cercbro y con las fucrzas de nue::.tro espintu.
Con nucstra mu~rle t'<. apare<.u·.i t.lu solo Ia forma
ind1ndual bajo Ia c,t=-1 sc prcs ~nta Ia sub t1nc1a
nerviosa y el alma pe1 son a! que rcpresentaba su trabajo. Las complicadas combinaciones qunnicas de
Ia masa nervio:.a se descomponen y dan I uga r i otras
combin aciones, y las fucrzas vi,•a<;, por elias pt oducidas, se transforman en otros m odos de movimicnto.
d ader amente material, sino de un cuerpo gaseoso, in\'isibl e. En general, somos incapaces de representar-
E l gran Cesar, muerto J' COil7'Ntido en btl! ro
Tapa hoy mt agujero contra el n"euto del 1\ ortr_.
n os exactamente una substancia verdaderamente inmaterial. Como claramente lo h abia reconocido Goethe, Ia m ateria no puede existir ni obrar sin el espiritu, ni el espiritu sin la m ateria.
La arcilla que un tiempo asusto al rn:udo entero
Por lo que respecta a Ia inmortalidad , esta con ccp·
cic)n importantc h a experimentado notori amcnte intcrprctaciones
y modificaciones diversas. Objetase
Defiende
U/1
muro coutra el 1.•iento J' la llm·ia.
La idea de una inmortalidad r; rsonal cs, :1or cJ
contrario, absolutamen te insostenible. Que toda\"la se
mantcnga de una rnanera general , explfcase pcrf,'ctamente por Ia ley fl sica de Ia inerci a, pues Ia fucrza
10
q6
!:!.
ER!'\ESTO R.IECKEL
de inercia ejerce su acci6n as! ~bre las celulas ganglion. res del ccrebro como sobre los otros cuerpos de
la naturaleza. Las ideas origin arias antiguas, transmitidas por berencia durante numerosas generacio-
;\lO ~JS~.ro
en toda su extension, y alcanz6 durante Ia Eclad 1\fc-dia una amplitud tan grande que muy raramente o.:;;lba contradecirla un pen~ador atrevido. La pretensi6n
de que Ia crccncia en Ia inmortalidad personal influye
nes, se con"en·arrtn aun con la mayor tenacidad en
el cerebro humano, :.obre todo si h an sido inculcadas
de una manera particular en Ia naturaleza moral del
en la primera junntud y presentadas al espiritu del
mno como dogmas irrefutables. Semejan tes creen-
niestra historia moral de Ia Edad Media, ni mucho
menos con Ia psicologfa de los pueblos salvajes (1 1).
cias hereditarias arraigan tanto mas s6lid amen te
cuanto mas alejado se esta del conocimien to r acional
d i> l universo, y m 1;, sc envueh·en en el manto mis-
nismo lamentable que exista aun una rancia e ,cuela
hombre ennobleciendola, no se compagina con Ia ::. i-
A las alturas
a que
hemos llegado es UD anacro-
de Psicologia puramente especulativa que sostenga
teriuso de Ia ficci6n mitol6gica. E n el d ogma de Ia
inmortaJidad indiYic\uaJ inten•ienen aun e] SUpUeStO
tan equi,·ocadamente cse dogma irracional. Haec se-
in teres que el hom!. rc cree tener en su persistenci:~
individual despues de Ia muerte, y Ia esperanza excusable de tener resen·<~.da en otro mundo dichoso una
to, no era bien conocida ni Ia delicada cstructura del
cerebra, ni Ia funci6n fisio16gica de sus diversas p:lr-
compensJcion a las decepciones y multiples miserias
microsc6picos, eran casi desconocidos, lo mismo que
de Ia \'ida terrestre.
Se ha sostenido erroneamente por parte de los nu-
el alma celular de los protistas. No se tenia mas que
mero~os
partidarius de la inmortalid ad person al , que
estc dogma era una idea comun, innata en tod os los
hombres razonables, y que lo ensefian todas las rcli-
no habfa aun idea de Ia e \·oluci6n fi logenica.
giun es mas perfertas. Esto es inexacto. Ni el budismo, ni Ia religi6n mo;,aica sostenian en sus origenes
el dogma de Ia inmortalidad personal, y Ia mayoria
manifiesto en sus grandes lfneas, Ia local izaci6n de
de los hombres instruidos d e Ia an tiguedad clasica no
crdan en ell a, particularmente en ]a mejo r epoca de
Grecia. La Filosofia monista de aquel tiempo, que
senta anos podia ello excusarse; entonces, en efcc.-
tes. Los 6rganos elemcntales, los ganglios celularcs
una noci6n imperfecta de Ia evoluci6n ontogenica, y
Toclo esto se ha modificado en el transcurso de este
media siglo. La Fisiologfa moderna h a puesto de
diversas funcioncs psiquicas, y su dcpendcncia r~s­
pecto de determinadas partes del cerebra. La Psiquiatria ha demostrado gue esas funciones psiquicac;
son turbadas 6 aniquiladas cuando estas partes del
cerebra estan enferrnas 6 destrufdas. La Histolo"ia
0
ya soo anos an tes de J. C. se habfa encu mbrad o a tan
admirable alt ura de especulaci6n , no con ocia cse
su complicada estructura y de su situaci6n . De una
r con Cristo fue desarrollado
impurtancia decisiva para esta cuesti6n del mas a lto
dogma. S6!o con P lat6n
de las celulas ganglionares ha descorrido el velo d ..
qS
EL
ER'IFSTO H.ECKEL
intere,, son los d escubrimiento! realizados en
esto~
d1ez ultimos anOS ~obre Jos mas d c)icados fen6men os
d e Ia fecundaciun. Sabemos ya q ue consisteD esencialmente en Ia c6pula 6 fu si6n d e d os elementos celulares microsc6picos, el huevo fem-cnino y cl esper-
MO;\JS~IO
149
Para ei materialismo anadese ademas I a diferencia
esencial de Ia significaci6n te6rica y practica: ambos son cnteramente difcr entes. Nuestra concepci6n
del M:onismo 6 Filosofia de la unid ad es por el contrario clara
c incqui,·oca.
Para el un espiritu vivo
matuzoide macho. El momento en que se fu sionan los
e inmaterial
midco-.
representa
sin espiritu y sin vida. Ambos estan en cada ::itomo
comienza c I nue\'o indivi-
inseparablemente un idos. L a idea del dualism o-6 d e
duo ll umano. La cclula raiz que se forma, el 6vulo
pluralismo en otros sistemas antimoni::.tas-scpara
fccundado, conticne ya en potencia todas l as propie-
el espiritu y la fue r za de la materia, como d os subs-
de
esas dos
cxactamcnte aqucl rn
cclul as
CJUC
sexualcs
cs tan inconcebible como u na materia
dades corporales 6 intclcctuales que el nino hereda
tancias esencial mente diferentcs; pero que una de las
de
dos pueda existir sin Ia otra y se manifieste, no con s-
SU->
paJres. Es una contradicci6n e\ idente para
Ia raz6n pura admitir una vida eterna para una manifestaci6n indi,·idual cuyo comienzo e n e l tiempo
tituye prueba alg-una experimental.
AI indicar someramente aqui csas consecuencias
podemos apr eciar exactamente por Ia observaci6n di-
psicologicas, tan vastas, de Ia teoria monista d e Ia
rccta. He ahi, pues, por que en una ap reciaci6n r a-
e\·oluci6n, abordo una cuesti6n de Ia mayor irupor-
cional de Ia vida intelectual del hombre, no podemos
tancia, i Ia que nuestro or ador ha hecho ya alusi6n
srparar nuestra alma indi,·idual d el cercbr o, como n o
en su conferencia, esto es, el terrene d e la relig i6n y
podcmos tampoco separar nuestros bra .. os de Ia con-
Ia crecncia en Dios
tracci6n d e sus musculos, 6 Ia circulacion de Ia san-
por altamente im portante Ia formaci6n d e ideas fi lo-
gre d e Ia acci6n d-el corazon.
s6ficas claras en c::.ta base fundamental de Ia fe, y
Contra esta concepcion estrictam cnte fi sio1 6gica,
a est a
asociada. Como el , ten go
yo pcdiria por consiguicn te
a
Ia asam blea p ermiso
levantase aun como una injuria Ia objeci6n d el ma-
para hacerle en esta <.ircunstancia ::.olcmne una pro-
terialismo, lo m1smo que contra toda nuestra manera
fesi6n de fe p ub lica. Esta concepcion monista d ebe
de considerar las roe! aciones entre Ia materia y Ia
atraer tanto mas Ia atenci6n de los espiri tus sin idea
fucr za, el alma y el cuerpo. He dicho ya mas arriba
preconcebicla que, segun mi firme convicci6n , cs pro-
que aquella palabra grue<.a no era de cste Iugar. Mu-
fesada por las nue,·e decimas partes de los naturalis-
cho mejor podria emplearse Ia d e es piritualismo, su
tas vivientes. Creo, en efccto, que esta profesi6n de
fe monista serd.L a d mttl
· ·d a por todos los naturalistas
contrario aparente. El pen sador critico que conoce Ia
historia de Ia Filosofia, sabe que esas palabras tie-
que reunan las cuatro condtciones siguientes:
nen distintos stgnificados en los dive~sos sistemas.
Conocimicnto suficiente del conjunto de las ciencias
,.a
ER<'\ESTO H..£CKEL
1)0
naturales, principalmcnte de Ia teoria m oderna de Ia
evnluci6n;
2
&
Claridad y ju:.teza de razon amiento
suficientcs para dcducir con ayuda de Ia inducci6n v
de Ia deducci6n las consecuencias 16gicas d el conoc:micnto experimental ; 3· a F uerza moral suficiente
para sostener las con vicciones monistas asi adquirid as contra los ataques de los sistemas enem igos dualistas y pluralistas; 4·a Fuerza de animo suficicntc
p ara libertarse, fundandose en Ia propia sana raz6n,
de los prejuicios rcligiosos reinantcs y, en particul ar, de esos do;>"mas Yacfos de sentido qu e dcsde Ia
m1s tierna edad nos han implantado en Ia rnPmoria
como reYelaciones inquebrantablcs.
Si contemplamos y cotejamos dcsde este punto de
vista las numcrosas rdigiones de los diferentt>s pue-
'l
Si dejamos, pues,
a
un !ado los diversos do:;mas
m;sticos y las re\ elacioncs inconcebibles, quccla como
nucleo precioso
c
inestimable de Ia verdadera reli-
gion, Ia moral purificada y fundada en la AntropoJogia racional.
Entre las numerosas y diversas formas de rdi g i6n
que se han desarroll ado durante los di.ez mil anos a l
me nos transcurridos desde los toscos princi pios prehist6ricos, las dos religiones que ocupan separada~
mente el primer Iugar, que presentan hoy aun Ia mayor difusi6n en los pueblos civilizados, son el bud ismo mas antiguo y el cristiani smo m<is recientc. La.;
dos tienen muchos rasgos comunes, tanto en su mitoJogia como en su etica. una parte importante del
cristianismo dcri,·ase a s u vez del budismo indio,
blos, n os Yemos obJigados a declarar insostcnib)es todas aqucllas ideas que estan en antinomia incductl-
mientras otra par te proviene d e l as creen cias mosai-
ble con las proposiciones de Ia ciencia experimental
de nucstra civil izaci6n act ual, que Ia moral cr istiana
claramente rcconocidas y establecidas por Ia r az6n
tiene dcrecho
critica. Debemos, p ue s,
a no
mas tard ar, hacer abs-
tr~cci6n de todos los rclatos mitol6gicos, de tod os los
mtlagros Y de todas las seudo r evelaciones que se
h an hccho por vfa sobrenatural. .Todas estas teorfas
misticas son irracionales, porque no estan demostradas por ninguna verdadera experiencia, y mucho
mas, porquc sabemos que son inconciliables con los
hechos establccidos por el con ocimiento racional de
Ia naturaleza.
Asi• es I tanto por 10 que 5e refiere a laS leyendaS
cnst1anas y mosai. cas, como por lo que r especta a las
de lo.> musulmanes Y c1c
· 1os 1egendanos
.
.
d e la Ind1a.
•
cas 6 plat6nicas. Nos parece, desde e l punto de vi ta
a
ser con sid er ada como mas perfecta
y mas pura que las de las demas r el ig iones. Debemos tam bien afiadir espontaneamente que I as m as
importantes y mas n obles m aximas de Ia e tica cristiana, amor a! pr6j imo, fidelid ad en el debcr , am or
hacia Ia verdad, obediencia de las !eyes, n o son de
ningun m odo propias del cristian ismo en si, sino
que son de origen mucho mas a ntiguo. La P sicologia
Comparada de los puebl os demuestr a que esas maximas eticas fundamcntales eran mas 6 m enos conocidas y practicadas, en n o pocos antig uos pueblos civilizados, muchos sigl os antes de Cristo.
La m as elevada ley moral de la religi6n r acio nal
I
EL 1\10:'\ISMO
ERNESTO HJECKEL
es el amor al pr6jimo, que constituye el equilibria
natural entre el egoismo y el altruismo, entre el
53
· · t o de Ia moral cristiana,
arrollo y al ennob1ec1m1en
pcro su e levado valor ba sido muy a menudo compro.
demas. Lo que quie-
metido de una manera l amentable por su conex16n con
ras que otro te haga, hazsclo tambien. E ste alto man-
mitos insostenibles y prctendidas re' elaciones. Cuan
data natural era ya enseiiado y practicado siglos an-
poco han contribuido estas ultimas
amor
a si mismo y el
amor
a los
a la fo~maci6n
d.e
tu pr6jimo
Ia moral, demuestralo el hecho hist6rico bien conocJ-
mismo)). En Ia familia humana considera e
do de que prccisamente Ia ortodoxia y la j erarquia en
en tcdo tiempo esta maxima como absolutamente na-
ella fundada, el papismo ( 12), son los que menos ::.e
tural. pues habia sido transmitida hereditari amentc
han esforzado en obedecer los mandata:. de esta mo-
por nucstros antepasados
instinto
ral. Cuanto mas predicada es esta en teoria, menos se
etico. Existia ya de Ia misma manera y en tan amplia sig-nificaci6n, entre l<:s agrupaciones m as primi-
practican sus prescripciones.
Hay que advertir que otra parte muy consider able
ti\·as y las hordas de los mas antiguos pueblos lo
de nuestra civilizaci6n y de nuestra ctica modernas,
mismo que entre las bandas de monos y de otros ani-
se han desarrollado de una roanera coropletamente
males sociales. El amor al pr6jimo, es decir, Ia rc-
independienles del cristianisroo, es decir, merced
ciprocidad de Ia ayuda, de los cuidados y de la pro-
Ia cultura interrumpida de los tesoros intelectua-
tecci6n, aparcccn ya como un debcr social entre esos
les mas perfectos de la antigi.iedad clasica. El estudio
animales que viven en comunidad. Y aun cuando
profundo de los clasicos g riegos y r omanos ha cun-
esos fundamentos moralcs de Ia sociedad se hayan
tribuido a clio mucho mas que cl de los padr.:!s de Ia
mas tarde desarrollado en mayor escala en el hom-
Iglesia cristiana. A esto ai'iidesc ademas en nuestro
bre, su mas antiguo origen prehist6rico, h <illase, como
siglo, que se ll ama ya con raz6n siglo de las ciencias
tes de las palabras de Cristo: uAma
como
a ti
animales
a
como
a
ha demostrado Dandn, en el instinto social de las
naturales, el inmcnso progreso de Ia mas alta cui·
bestin~. Asi en los ,·ertcbrados superiores (perro, ca-
tura intclcctual debido al conocimiento mas amp! io
oallo, elefante, etc.) como en los articulad os ( hormi -
de Ia naturaleza
gas, abejas, termites, etc.) Ia vida comun en socieda-
dada. No es dudoso que asi deba ocurrir para des-
des regulares, supone el desarrollo de relaciones y
arrollar y cnnobkcer nucstra moral, y ya muchos es-
debcrc:. sociales. Esto ha constituido para <I hombre
critos (de Spencer, Carneri, etc.) h an , cniclo
Ia mas podcrosa pal anca de los profresos intelectuales y morales.
mostrarlo en el transcurso de csos trcinta ultimos
afios (13).
~o hay Ia menor duda de que Ia ct·. ilizaci6n huma-
Contra esta moral monista cuya base cstriba en cl
na actual debe gran parte de su perfecci6n al des-
couocimiento racional de la naturaleza, se ha le\ an-
r
i la Filosofia monista en ella fun-
a
dc-
ERJSESTO HIECKEL
tado el falso testimonio de que mina Ia civilizaci6n
actual y faYorece el progreso de Ia democracia socialista modcrna, enemiga de l!l cinlizaci6n. Conside1 amos completamente injustificado este reproche. La
aplicacion de los pnncipios filosoficos a las necesidadcs practica:s de Ia Yida, y en particular a las cucstiOnes sociales y puliticas, puede real izarse de distint as maneras. El hberalismo polftico no tiene nada
que \'Cr con cl librepensamiento de nuestra religi6n
natural monista. Por otra parte, estoy convencido de
que Ia moral racional de esta \."dtima no esta en modo
al uno en contradicci6n con Ia parte buena y verda"'
dera mente preciosa de Ia etica cristian a, y que unid a
a ella, puede aun servir por mucho tieropo al progreso de Ia humamdad.
No puede decirse lo misroo respecto de Ia mitologia cristiana y de las formas de Ia creencia en Dios
particularmente unidas a ella. En tanto esta creencia implica Ia idea de un Dios persona l, es completamcnte insostcnible ante los recientes progrcsos del
conocimiento monista de Ia naturalcza. P or otra parte, ha sido ya demostrado hace mas de do s mil afios
por cmin entes defen sores de la Filosofia monista, que
con Ia idea de un Dios personal, a rtifice y conductor
del uni,•erso nada gana la explicaci6n verdaderamente racional del roundo. Se ha respondido, efectivamente, a Ia cuesti6n de la creaci6n, pl anteada en el
sentido vulgar, in vocando la actiYidad maravillosa
de un Dios extra mundanal que se pone a crear con
determinado objcto; pero surgen al m omento nuevas cuestiones. ul D e donde procede oeste Dios perso-
EL MO:-.:ISl\10
nal? l Que hacia antes de Ia creacl·6 n .( c1 De d6nde
los materiales para e lla? etc.,, He ahi por que
sac 6
.
.
.
de
Ia
Filosofia
verdaderamente
cleoen Jos d omm1os
tifica Ia caduca idea de un Dios personal antro:omorfo pierde mas credito de dia en dfa. La noCI6n
correlativa de un diablo personal, que en el siglo XVIII
se oponfa aun a Dios, y en el cual se creia a ciegas,
ha sido ya completamente abandonada por l as personas instruidas de nuestra cpoca.
Observemos de paso que el anfi teisroo, la cr eencia
en un Dios y un diablo, concuerda mucho mejor con
una explicaci6n racional del mundo que el puro monoteismo. La forma mas pura de anfiteismo se cncuentra tal vez en Ia religi6n zenda, de los persas,
que Zoroastro (Zarathustra, la estrell a de oro), fund6
dos mil aiios antes de J. C. En ella encuentrase constantemente Ormuzd, el Dios de Ia luz y del bien , en
lucha con Ahriman, el Dios de las tinieblas y d el
mal. La lucha eterna entre un principio bueno y otro
mal o se encuentra asiroismo personificada en la mitologia de muchas otras religiones an fi tefstas. En el
antiguo E gipto, el buen Osiris combatia al malo Tif6n ; en Ia India antigua Vischnu, el conservador,
esta en lucha abierta con Siva, el destructor.
Si realmente quiere tomarse la idea de un Dios
personal por base de una concepci6n d e Ia creaci6n,
este anfiteismo explica muy scncillamente los males
Y los defectos de este mundo p or la acci6n del prin-
cipia malo 6 del diablo. El puro monoteismo, por el
contrario, que es Ia base de Ia religi6n primitiva de
Moises y de Ma4oma, no puede darnos de ello un;l
IS6
-----
J.:f, l\!0:\ISMO
ERNESTO HtECKEL
157
explicaci6n racional. Si su Dios unico es verdadera-
los organismos, por los prQgresos de la Aecolog1a, Y
mente la bond ad absol uta, un ser perfecto, h abra de-
de Ia Sociologia, por Ia Parasitologia y la Patologia.
bido hacer perfecto tambien su universo. Un mundo
Todos estos hechos desesperantes e inconmutables,
organico imperfecto
r
lleno de defectos, como el que
,,erdadero !ado tenebroso de Ia naturaleza, eran com-
existe en la tierra, no debiera subsistir en modo al-
prensibles para Ia fe religiosa por el anfitelsmo.
guno.
Ofredanse como Ia obra del demonio, que combate Y
Estas consideraciones aumentan de peso cuando se
a Ia
destruye el Cosmos perfecto y moral del buen Dios ;
moderna Biologia en el conoci-
pero eran incompren s1bles para el monotefsmo puro ,
e~­
que reconoce un Dios unico, un ser solo, de su p1 C'n1 '1
pecialmente, con su doctrina d e Ia luch a por Ia exis-
perfecci6n. Si despucs de esto continua predicando ... c
tencia y con Ia teoria de Ia selecci6n en ell a funda-
el estribillo de Ia pcrfecci(ut moral del Uui·v crso, es
da, nos ha abierto los ojos hace treinta afio s. Desde
que se cierran los ojos
entonces sabcmos que toda la naturaleza organica de
Ia Historia Universal y de Ia Historia Natural.
penetra merced
micnto mas profundo de Ia naturaleza. Darwin,
a los
hechos indiscutibles de
nuestro plancta s6lo subsiste por Ia lucha sin cuar-
Basandonos en e~tas con sideraciones, diffcilment~
tcl de cada uno contra todos. Millares de animates y
plantas de ben sucumbir diariamente en cad a .pun to de
seudos hombres instruidos reconoce de una parte que
Ia tierra, para que los pocos individuos cscogidos
Ia creencia en Dios personal es e l fundamento in-
puedan subsistir y gozar de Ia ,·ida. L a mi sma cxis-
dispensable de Ia religion, y, por otra, rechaza Ia
tencia de esos privilegiados es una 1ucha perpetua
creencia en un diablo per!>onal como una superstici6n
comprendemos c6mo todada Ia mayor parte de los
contra los peligros que les amenazan por doquiera.
absurda de Ia Edad Med ia. Esta inconsccuencia cs
Millares de germenes llenos de esperan za deben pe-
tanto mas incomprcnsible y vituperable en los cri s-
reccr inutilmente cada minuto. L a luch a feroz d e in-
tianos instruidos, cu anto los dos dogmas representan
tereses en la sociedad hum ana, no es sino una debll
partes igualmentc esenciales de la \'erdadera fe cris-
imagen de Ia existencia de combate, incesante y
tiana. Sab1do es que cl demonio personal desempeiia
crue l, que reina en todo el mundo viviente. La her-
con los nombres de Sa tanas, tentador, embaucador,
mosa ficci6n de Ia bondad y de Ia providencia de Dios
prfncipe del infierno, senor de las tinieblas, etc.' un
en Ia naturaleza, que escuchabamos de' otamente en
papel muy importante en el Nuevo Testamento, mientras q
· · ·
. ue n1 SlqUJera se le menciona en los antiguos
escntos del AntiCT
N
·
o uo. 1 uestro m1smo gran reforma-
nue:.tra infancia, h ace unos cincuenta afios, ya no
tiene hoy partidarios, al menos en el mundo instruido que piensa. Ha sido aniquilada por nuestro conocimiento profundo de las rel aciones reciprocas de
dor Lutero que h
· d
.
•
a env1a o al d1abl o tantos rancios
trozos del dogma
d'
.
' no po 1a renunc1ar a Ia creencia
T
J
58
-----------
ER1'11ESTO H !ECKEL
------------
r: r.
~IO:\IS~!O
I
)0
----------~~----------~
en Ia existcncia real y en el antagonismo personal de
Dios en todas las cosas. Xo pu~dc ya rcpresentarse
Belcebu: 1piensese unicamente en Ia hist6rica man-
a Dioc;
cha de tmta de \\·artburgo! Aparte esto, nuestro
sonaje que ocupa una parte d cterminada del espacio,
arte decorativo cristiano ha represen tado en
mile~
6 bajo
como un ser personal, es decir, como un pcr1
rma bumana. Dios esd, antes bien, en to-
de lienzos y otras representaciones figuradas, un Sa-
da:. panes. Ya lo dcda Giordano Bruno: uUn espi-
tanas tan corporal como los tres Dioses buenos cor-
n tu ldll a:.c en todas Jas cosa;;; no hay cuerpo por
porales, cuya rcuni6n en una sola persona triple ha
pequeiio que sea que no contcnga en si una partfcula
fatigado inutilmente Ia raz6n humana hace mil ochocientos afios. La impresi6n profunda que tales re-
de Ia substancia divina, por Ia cual esta animado.n
De esta sucrte cada <itomo est:\ proYisto de :dm.t , \ o
presentaciones concretas, repetidas milloncs de vr-
mismo que cl cter c6smico. Por consiguicnte, pucdc
ces, producen, particularmente, en el alma de los ni-
definirse :i Dios diciendo que es Ia suma infinita de
iio,, es una fuerza colosal que no se tienc en cucnta
todas las fuerzas naturales, 6 Ia suma de todas la c;
cual se debiera. A ella cabe ciertamente una gran
fuerzas at6micas y de todas las \'ibraciones del cter.
parte de respon.;abilidad en la conservaci6n de Jo.;
A i se llega, en esencia, al mismo punto que el pre-
a
Dios la ley
mitos tan lrracionales bajo la ma.;cara de verdades
cedente conferenciante, quien define
de Ia fe, a pesar de todas las objeciones de Ia raz6n.
suprema del mtmdo, y lo representan como la o/Jr,;
Ha habido te6Jogos cristianos liberalcs que en dis-
del espacio ge11eral. Poco importa el nombre en esta
tintas ocasiones han procurado excluir el diablo per-
materia tan elevada de creencia; ba sta la identidad
sonal de Ia doctrina cristiana, representandole uni-
de la idea fundamental , la unidad de Dios Y del
camente como personificaci6n de Ia idea de mentira,
mundo, del espfritu y de Ia naturaleza. El homotcis-
como el Genio del mal. Por Ia misma raz6n debie-
mo, pot- el contrario, Ia idea antropomorfa de ~ios,
ramos colocar en el Iugar del Dios personal Ia idea
rebaja este concepto c6smico supremo al estado de
personificada de Ia verdad, el Genio d~\ bien. Contra
vertebrado gaseoso ( 14).
Entre los diversos sistemas de panteismo que Ia
idea monista de Dios ha inspirado de una manera
esta concepci6n no hemos de objetar una palabra, antes al contrario, Ia consideramos como un puente
ficci6n religiosa con el de Ia concepci6n cientifica de
Ia naturaleza.
mas 6 menos clara, el de Spinoza es mucho mas per. ,
S b"d
que Goethe prestecto que nmgun otro. a 1 o es
.
taba tambicn a este sistema su adhesion y admJra-
Nuestra idea monista de Dios, unica que esta conforme con las extensas nociones que actualmente poseemos sobre I a naturaleza, reconoce el espfritu de
ci6n mas elevada. Entre los otros hombres eminen.
)' . 6
atural en el mistes que han onentado su re 1g1 n n
mo sentido panteista, no citaremos en este Iugar ma~
precioso que enlaza los maravillosos paises de Ia
LRNESTO H£CKEL
EL MO='IiSMO
que dos de los mas grandes poetas conocedore.; dt>l
de indulgencias y en el dinero de San Pedro, le de-
hombre· Sh'lkcspeare y Lessing, dos de los mas gran-
jamos de buen grado sus pretensiones a Ia unica re-
des principes alemanes: Fednico II de Hohenstau-
ligi6n que salva. Consentimos sin reparos en pasar
fen y Federico II de H ohenzo1Iern, dos di! los m :\-;
por ateos para un fetichista de este talante.
Tan poco fundada como Ia acusaci6n de atefsmo y
160
grandes sabios: Laplace y Darwin. Punsto que nuestra propia profesi6n de fe p_antel~ta concuerd;> con
Ia de estos cminentes espfritu5 independirnte;; , s<'i lo
nos rP ~ta ob~<'n·a r que con los asombrosos prog-r<' o~
16r
de irreligi6n, es Ia frecuente imputaci6n de que
nuestro Monismo clestruye Ia poesia, y no satisface
rcali zados por el conocimicnto de Ia naturale7a en
las necesidades del sentimiento humano. La estetica en particular, dominio de gran importancia, se-
estos trcinla uJtimos afios, ha adquirido h e; b;..;;e.;
guramente, tanto para la Filosofia Te6rica como
"X-
pcrimenta]es que antes no podian presentir-.c.
para la practica de l a vida, estaria amenazada por la
La imputaci6n de atef mo gue se arroja aun contra
Filosofia monista en su naturaleza. David Federico
nuestro panteic;mo y contra e ) Moni,mo que le sin·e
Strauss, uno de nuestros mas delicados esteticos y
de base no encuentran ya ceo en los drculos verclade-
de nuestros mas nobles escritores, habia ya refutado
ramente ilustraclos. Cierto que e l c-ctual canciller del
esta objeci6n y mostrado que la cultura de Ia poesfa
imperio aleman ha podido aun plantcar, al comenz:1r
cl corriente afio, esta singular alternativa en Ia d-
y el culto de lo bello, estaban llamados a desempeiiar
mara de los cliputados de Prusia: uO una concepcion
cristiana de l munclo, 6 una concepci6n atean. Se trataba a Ia saz6n de Ia defensa de Ia l-ey escolar destinada a colocar de nuevo la enscfianza en manos de
•
un papel mucho mas im12ortante en nuestra nueva fe.
A vosotros, que sois naturalistas y amigos de Ia naturaleza no he de demostraros que Ia penetraci6n
'
mas profunda de nuestra inteligencia en el conocimiento de los secretos de Ia naturaleza enciende
Ia jerarquia papal. El intervalo con sider able que se-
nuestros sentimicntos, da nuevo alimento a nuestra
para esta deformaci6n de Ia religi6n cristiana del
imaginaci6n y agranda nuestra concepci6n de lo bello. Para convencerse en cuan estrecha relaci6n di-
puro cristianismo primitivo, no es mayor que el qut:
existe entre Ia alternativa de la Edad 1\fedia y Ia brillante religion de nuestros dias. Respecto de quien
considera como verd aderas pnicticas cristianas Ia
adoraci6n de antiguos restos de vestidos y de mufiecos de cera, 6 Ia salmodia irrefl.exiva de misas y r osarios, de quien cree en milagrosas reliquias, y d e
quien busca el perd6n de sus pccados en la compra
recta estan estas m aterias con las ro~is nobles manifestaciones del espiritu humano j cuan directamente
se rel acionan el conocimiento de Ia verdad con el
amor de lo bueno y el culto a lo bello, basta citar un
s61o nombre, el del mayor genio de Alemania, \Volfgang Goethe.
Si la significaci6n estetica de nuestra religi6n naII
LL
ERNl:.STO HiECKEL
tural moni ta y su \'alor moral no han penctrado aun
lo suficiente en el cspiritu de los hombres de saber,
debe::.e especialmcnte a nuestra d~fcctuosa enseiianza
escol ar. J\1 ucho sc ha disertado y escrito en estos diez
1.iltimos ai1os sobre Ia reforma de Ia ens:!ii::>nza y los
mctodos de educacion, pero apenas se ve rasgo de
progreso real. Aqui tambien reina la ley fisica de Ia
inercia ; aqui tambien, y particularmente en las es-
.1110:'\1::.~:0
I
'
.)
rrestrc que una Teologia m6rb1da y contra natur.l
nos pinta como valle de l:igrimas. Hay, en fin, que
abrir los ojos al espiritu humano que tan podcrosamentc progrcsa, hay que demostrarle que c l \'Crdadero conoc1miento de Ia naturale1a suministra satisbcci6n plena )' alimcnto inagotable no solamcnte a
su raz6n en acti vidad, sino tambien
nes de sus sentimi-cntos.
a
las aspiracio-
<:uelas alemanas, el escolasticismo de Ia Edad Media
El cstudio monista de Ia naturaleza como conoci-
ejercc un poder inmovilizador contra el cual la rc-
ruiento de Ia verdad, Ia etica monista como a prendi-
forma racional de la enseiianza debe conquistar pe-
zajc de lo bueno, Ia estetrca monista como culto
a lo
cosas tan importante, del cual depende Ia dicha 6
bello: he ahi los tres puntos principales de nuestro
I\Ionismo. Por su desarrollo arm6nico y coordmado,
malestar de las generaciones del porvenir, no habra
adquirimos e l lazo ,·erdaderamente satisfactorio en-
no,amente el terreno paso
a paso.
En este orden de
progreso alguno en tanto el conocimiento monista de
tre Ia religion y Ia ciencia que aun hoy dia cs tan
e
penosamente buscado por tantos espiritus. Lo Verdadero, lo Bueno, lo Bello: he ahi las tres di,·inida-
La escuela del siglo xx, ft oreciendo en esta base
des sublime::. ante las cuales nos Jo~Ostramos de rodillas. Por su mision natural y su comp lemento rcci-
Ia naturaleza no sea reconocido como base solida
indispensable.
nu eva y solida, no s6lo debera descubrir a Ia juventud creciente las maravilloc;as verdades de Ia evoluci6n universal, si que tarnbien los inagotabl es tcsoros de belleza que en ella se encierran. Admiremos el
csplendor de las altas montafias 6 el rnundo maravillo~o del mar; ob . . crvemos con el telescopio las ma-
ranlhs infinitamente grandes del mundo cstrellado.
o con cl microscopio las maravillas aun mas asombrosas de Ia vida de los infi nitamcnte pcquenos: cl
Dios-.N aturalcza nos ofrcce por todas partes un rnan anttal inagotablc de goces estcticos. Ciega y obtot•a cs hasta ahora Ia mayor parte de Ia humanidad
en mcdio de este esplcndido y maravilloso mundo te-
proco obtcnemos cl conc~pto natural de Dios. A cste
ideal de Dios uno y trino, a esta trinidad natural del
moni mo levantara sus altares cl s1glo x.x.
Hace diez anos asi~ti a las fiestas del tercer CCT~le­
nario de Ia Uni\·crsidad de "'urzburgo, donde comence haec cuarcnta r continue durante :;cis ~emcs­
trcs mis e studios medicos. El que
a
]a
<;:tZO 1
era
Rector, el distinguido quimico Juan \Vtslicenus pronuncio un solemnc y admirable discurso, en Ia I gle~ia de Ia Universidad. Termin6 sus votos de bend;
<ion con est as palabras: uj Plegue a Dios, espiritu del
hicn y de Ia yerdad !n A lo cual aiiado: uy cspiritu
ERNESTO HECKEL
de lo bello». En este sentido ofrezco tambien a vuestra Sociedad de los naturalistas de las provincias
orientales mis mcjores votos en esta circunstancia
solcmne. 1Ojala pucda la investigaci6n de los secretes de la naturaleza tlorecer y prosperar aun en este
rincon K ordeste de nuestra tierra de Turingia, y
NOT AS
puedan los fruto s cientificos madurados en Altenburgo, ser para la cultura del espiritu y ]a formaci6n de
una religion verdadera, de una utilidad no menor que
las producidas hace unos trescientos setenta aiios por
el gran reformador Martin Lutero en el angulo Noroeste de la Turingia, en 'Vartburgo, cerca de Cisenach.
A medio camino entre 'Vartburgo y Altenburgo,
se encuentran, en la frontera septentrional de Ja Turingia la clasica ciudad de las musas, ' Veimar, y en
las cercanias la Universidad de nuestro pais, Jcna.
Considero como un presagio favorable que precisamente en este instante celebran en \Veimar u na fiesta
parecida a esta los protectores de la Universidad de
J en a, los defensores de la investigaci6n y de ]a enseiianza libres (rs). En La esperanza de que se conser\'e en lo pon·enir su prot~cci6n y su ayuda, termino mi confesi6n de fe monista en estos terminos:
"I Pleguc a Dios, espiritu de la Bond ad , de la Belleza y de la \'erdad !n
( 1)
En el solemne discurso pronunciado por el
profesor Schlesinger sobre este as unto, el 9 de Octubre, en AI tenburgo, ha indicado, con raz6n, en el
mismo sentido de Kant, los Jimites del conocimiento
de la naturaleza, que se nos imponen por Ia imperfecci6n de los 6rganos de nuestros sentidos. Las Iagunas que dejan en el edificio de Ia ciencia las investigaciones experimentales, podemos ll enarlas con
hip6tesis 6 suposiciones mas 6 menos Yerosfmilcs.
No podemos, por el mom en to, demostrarlas con certeza, pero es licito utilizarlas para la explicaci6n de
los fen6me nos, tanto mas cuanto no estan en contradicci6n con las nociones racionales de la naturaleza.
Tales hip6tesis racionales son articulos de fe cientifrcos, y m uy distintos como tales de los pretendidos
articulos de fe de las Iglesias y dogmas religiosos.
Estes ultimos son puras invenciones, sin base experimental, 6 simples absurdos, en contradicci6n con la
ley de causalidad . Hip6tesis racionales, de importancia fundamental son , por ejemplo, la crecncia en
la unidad de Ia materia (for maci6n de los elementos
I
C>6~-------E-R'\'ESTO
LL
UO~IS:1110
HA::CKEL
por agrupacion de los :itomo, primiti\'os), Ja crcencia en Ia gcneraci6n espontanea, Ia crcencta en el
princ1pio de Ia unidad de todos los fen6menos naturale", como sostiene el 1\fonismo. Las manifestacioncs
m:is rudimcntarias de Ia n aturaleza inorganica y las
mas dc~arrolladas de la vida organica pueden refcrirse i~ualmcnte a las mismas fucrzas naturales, y
como
.· · ·
. t1cnen
. . . su fundamento comun en un pllDClpiO
ordmano umco que llena el espacio infinito del universe, puede considerarse este ultimo, el eter tmiversal, como una divinidad uniYersal y formularse en
consecuencia csta proposici6n: HLa crecncia en Dios
es conciliable con las ciencias naturales,. En esta
conccpci6n panteista, como en Ia critica del mdtcrialismo unilateral, estoy de acuerdo con el profesor
Schlesinger, aunque en otros puntos de vista no pueda aceptar una parte de sus conclusiones, en Biologfa y en Antropologfa.
La unidad en principia de Ia naturaleza orgaDizada Y de Ia inorganica, asi como su s relaciones
gcncticas, son para mi un principia fundamental de
nuestro Monismo. Insisto espccialmente en este articulo de fe , porque hay aun naturalistac; que lo com.(2)
de Ia cuest1 1n a e lla anexa de Ia ,,rchl!-,Oma, Ia generacion espontanea tomada en un sentldo determinado, t<.~n s6lo puede obtenerse, merced ;\ un anali'is critico y a una infatigable comparaci6n de bs
materias, de las formas y de las fue1zas en h naturaleza organica e inorganica. He dado un CJemplo de
clio en 1866, en el se5undo libro de m1 Gnzere/lr'
.1/orplzologie. (Investigaciones generales sobre Ia natura1e;:a y Ia formaciou primera de los organismos,
sus rclaciones con el mundo inorganico y su divisi6n
en animalcs y plantas). La lecci6n 1 S·" de mi Creacion .Vatural conticnc tambien un breve resumen. La"
mayores dificultades que se oponi?n en otro tiempo
a Ia doctnna monista de tal manera expuesta, pueden
consider:nse como resuel tas hoy por las nocioncs recientcmentc adquiridas sobre Ia naturaleza d(") plasma, el descubrimi<'nto de las monera,, cl estudio mas
exc;cto de los protistas unicdulares, sus parientes
pr6ximos, S\1 comparaci6n con Ia celula fundament..,!
6 hue\·o ferundado, asi como por Ia teoria qufmica
del Curbono.
(3) L os primeros rasgos de esas elevadas funcionc;; que ll amamo:; raz6n y conciencia, religion y mo-
baten. No solamente se resucita de tiempo en tiempo
Ia vicja fuerza vital mistica, sino que se objeta aun
a Ia teorfa natural de Ia descendencia el paso mara,·illoso de Ia naturaleza muerta inorganica a Ia vida
raEdad, sc reconocen ya en los animales domcsticos
m;\s perfecc10naclos, sobre todo en los perros, los caballo", l o~ elefantcs; difieren cuantitativamente y no
cuahtatn·amente de las formas correspondicntcs de
act1vida<.l psfquica en las razas humanas inferiores.
organica como un enigma insoluble, uno de los siete
enigmas del universo enunciados por de Bois-Reymond. La sol uci6n de este enigma trascenden tal' y
~i los monos, y principalmente los antropoides, hubier:m sido domest1cados como el pcrro durante va-
16S
ERNESTO H./ECKEL
rios sigloo;; y criados en comuni6n intima con Ia civilizaci6n humana, se h abrfan acercado a las formas
humanas de actividad psfquica de una m an era ciertamente mucho mis asombrosa. El profundo abismo
que en apariencia separa al hombre de csos mamfferos tan perfeccionados debese principalmente a que
el hombre reune varias cualidades capitales que
cxisten unicamente separ adas en los d emas animales:
t.& Dlferenciaci6n mas desarrollada de Ia laringe
(lcngu aje); z.& Del cerebro (alma); 3·a De las extrcmidades, y 4· & De Ia estaci6n derecha. Es senci ll am ente Ia feliz combinaci6n de un a lto grado de desarrollo de esos 6rganos y de esas funciones impo rtantes lo que encumbra a Ia mayorfa de los hombres
tan por encima de los demas animales.
(4) Com() aun no ha concl ufdo Ia discusi6n de
esta impGrtante cuesti6n, seanos permitido insistir
particularmente en los preciosos elementos de soluci6n que nes ofrecen el desarroll o de los in stintos
en los animales superiores, d el lenguaje y de Ia raz6n
e n el hombre. uLa herencia de las cualidades adquiridas durante Ia vida individual es un a hip6tesis
esencial de Ia teorfa monista d e Ia evoluci6nn. «Si es
negado, como hace Galton \Veism ann , excluyese enteramente Ia influencia tran,sformista del mundo exterior en Ia forma organican. ( A~ttropogenia).
(5) Darwin y Copernico. B ajo este titulo cl consejero fntimo, Emilio de Bois-R eymond ha reimpreso
en el s~'gundo volumen de sus GesammeUe Reden
EL
MONIS~10
(1887) un discurso que pronunci6 'el 25 de Enero de
1883 en Ia Academia de Ciencias de Berlin. Este dJscurso, habiendo, como el autor dice en una nota, suscitado no poco ruido y habiendo provocado violentos
ataques por parte de Ia prensa clerical, me permlto
observar aqui que ninguna idea nueva contiene. Yo
mismo he desarrollado, haec quince anos, bien a fondo Ia comparaci6n de Darwin y de Copernico, y clemostrado cl mcrito de estos dos heroes que han dcstrufdo el antropoccn trismo y el geoceutrismo, en mi
conferencia Ueber die Entstchung und d en Strammbaum des 111 ettscltengesclzlechts. Cuando de BoisReymond dijo: uP a ra mf Darwin es el Corpernico del
•
mundo organicou me alegrc tanto mas al ver mis
ideas aceptadas por el, a menudo en los mismos terminos, cuanto quiere ponerse inutilmentc en oposJci6n conmigo. Lo mismo debe deci rse de Ia explicaci6n de las ideas innatas por med io del darwinismo,
que M. de Bois ensaya en su discurso Leibnisisclte
Gedanken inder re1'eren Naturwissetzschaft. Sus ideas
concuerd an en forma que me satisfacc con las que
h abfa d esarrollado yo cuatro anos antes en mi M orfol ogla General y en Ia Historia de la Creaci61t Natural, Jecciones p rimera y ultima. uLas leyes de Ia
herencia y de Ia adaptaci6n explican c6mo los conocimientos a priori h an salido primitivamente de co-
nocimientos a posteriorin. No puedo menos que asombrarme de hallar en el celebre rector de Ia Academia
de Berlfn un amigo y un partidario de Ia Historia
i e la Creacion Natural que al principio habfa el calificado de mala novela. Pero esto no puede hacer ol-
-
liO
ER:\ESTO H...ECKEL
------------------------------
,·•dar su pal<1bra, lan:zaua como un dardo, que ulos
arbole~
genC'al6gicos de Ia Fil<'geni::- tiencn tan poco
, a lor como los de los ht!roes de Homero tienen a los
ojos de Ia critica hist6rican. ( Dt. rwiu, 1•crsus Galia-
ciencia C'st<.ln sometidos <i Ia Icy de conservaci6n de
Ia substancia, prccisamente como los procesos mecanicos mas sencillos que constituyen cl objeto de 1a
Fisica y de Ia Quimica inorganica.
ni, 1876).
(7)
(6) La ley de Ia conc:crvc:.cion de Ia substancia,
rigurosamente hablando, forma pHte de los articulus de Ia fe natural, y poJria scr el primer parrafo
de nuestra religi6n monista. Los fisicos actuales con~idcran en general, y con raz6n, la ley de la conser,·aci6n de Ia fuerza como Ia base inconroonblc de su
Ct>nocimiento cient:fico de Ia ncturaleza (~!eyer,
Helmhotz); lo mismo ocurre con los quimicos respecto de su ley fundamental de Ia consen·aci6n de Ia
materia (Lavoisier). Unicamente los fil<lsofos cientificos podrian hacer inutilmente algunas objcciones
'ontra cada una de esa~ dos leyes fundamentales, y
,outra ~u uni6n en Ia ley fundamental suprema de
Ia
ccn~ervaci6n
de Ia subs anc1a; p arccidas objecio-
m., intentanse aun continuamente por parte de Ia
F!losofia dualista, pero bajo aparicncia de una critica prudente. Esas objcciones escepticas, en parte
simplemente dogm.lticas, parecen justificadas unicamente en lo que se refiere al problema fundamental
de Ia substancia, de la union de la materia y de Ia
fucrza. Si hay que rcconoccr como subsistente aun
esta ultima frontera dd conocimiento de Ia naturaleza, J odemos en cambia aplicar generalmentc en sus
Hmites la ley mecanica de causalidad. Los procesos
psiquicos muy complicados, espec1almente la con-
En una conferencia de gran merito sobre las
relaciones de la luz y de !a electricidad, Enrique
Hertz explic6 en la 62." reuni6n de los Naturalistas
y de los medicos alem(lDCS, celebrada en Heidelberg
en 1 889, la importancia de su brillante descubrimiento. uAsi es que el dominio de la electricidad se extiende a Ia -- aturaleza enter a. NOS toea a nosotros
mismos: sabemos real mente que tenemos un 6rgano
electrico, el ojo. Por una parte encontramos Ia cuesti6n de la acci6n inmediata a distancia; en otra direccion hallamos el problema de la naturale7a de Ia
electncidad, y simultaneamcnte con estos problemas
surge !a cuesti6n capital de la esencia del etcr, de
las propiedades del media que !lena el espacio, de su
estructura, de su repose 6 mo\'imiento, de su infinidad 6 de sus limites. Parece cada vez mas que este
problema d omina a todos los restantes, que el conocimiento d el eter debe bacer accesible el de las cosas
imponderables, el de la esencia de Ia misma antigua
materia y de sus cualidades m;\s Intimas, cl peso y
,
' d
Ia inercia. y la Fisica actual aborda la cuestwn e
si acaso todo lo que existe ha sido crcado por el
etern. Ciertos fil6sofos monistas han respondido ya
definitivamente a esta cuesti6n, como por ejempl~
G. Vogt en su profunda obra Das Wese~ der ~lec.tn.­
citat tmd des M agnetismus a':I Grund emes emlzettll-
-'~7_2______________
E_R_N_E_ST_O_H1E
___
C_KEL
clzm
Substansh~griffes
(Leipzig, 1891). En ella con-
sidera los <Homos de masa, 6 atomoc: pnmitiVOS de Ia
teoria cinetica de Ia materia como centros indi,·idualizados de concentrao6n de la substancia continua, llenando sin inter\'alo el universo entero. La
EL :'1!0:-lbMO
I-,
/;)
tro cerebro y de los 6rganos de nuestros :.cnt1dos,
)' por conslgmente, solo puede comprender el fen6rnlnO que Ia expencncia le transmite desde el mundo
exterior. Pero en e~tos limites del conocimiento humano, es po~ 1 ble un conocimiento monista pos1ti\'O de
parte m6vil elastica de esta substancia comprendida
entre los :Homos y esparcida por todo el universo es
Ia naturalcza, en oposici6n a todas las fantasias duaJistas y metafisicas. Un acto im portante de recc na-
el eter. Jorge Helm, de Dresde, b abia llegado hacia
ya tiempo a puntos de vista semejantes en el terreno
cimiento del Monismo encuentrase en Ia rosmogonia
med.nica de Kant y de Laplace, el ensayo sobre Ia
org-anizaci6n y el origen mecanico de todo el edificio
de Ia Fisica Matematica en su publicaci6n V eher die
Vermittdung du Ferm<'irkungen durch den Aetlzer.
Muestra en ella que para Ia explicaci6n de Ia acci6n
a distancia y de Ia radiaci6n, es necesario admitir
solamente una materia, el eter, es decir, que para
esos fenomenos todas las cualidades que pueden ser
atributdas a una matena no tienen infiuencia alguna,
excepto Ia de ser m6vil, 6 que en el concepto del
eter huelga hacer entrar cuanto no sea Ia movilidad.
uni,·ersal' tratado segun los principios de Ne\don
(I7SS)· En general, Kant conserva en el dominio de
las oencias naturales inorganicas el pun to de 'Ista
monista concedtendo valor unicamente al mecanismo
para Ia' explicaci6n de los fen6menos. En el dominio de las ciencias naturales organicas, tienelo por el
contrario, en cuenta, pero d e un modo insuficiente.
.
Creia, en efecto, que debic. invocar necesanaroente
no s6lo las causas eficientes, sino las causas finales.
La nueva Filosofia alemana, refiriendose en
su mayor parte a Manuel Kant y adorando a l gran
fil6sofo de Koenigsberg de una manera exagerada,
(8)
casi como infalible, n os da pie para recordar que su
sistema de Filosofia critica es una mezcla cle Moni:.mo y de dualismo. Siempre seran de importancia fundamental sus princ1p10s criticos de Ia teoria del conocimiento, la demostraci6n de que no podemos con ocer la esencia profunda y real de Ia substancia, Ia
cosa en si, 6 la uni6n de Ia materia y de la fuerla.
Nuestro conocimiento permanece de naturaleza subjetiva, esta condicionado por la organizaci6n de nu es-
Esto condujo a Kant al plano inclinado d~ la Te~, d ua J'1s t a y ffi~S
1oala
" tarde a SUS in sostembles Opl.
b
D'
niones metafisicas sobre
ws, 1a libertad y Ia lnmortal 1.d a d . Probablemente Kant hubiera evitado .sus
errorcs
a tener
profunda cultura anatomo-fisio16gJca.
Cierto es, no obstante, que entonces estaban en .Ia
T ao )a firme conVICcuna las ciencias natura Ies. enb
•
ci6n de que e l i-,tcma de Filosofia critica de Kan~
habria sido muy distmta y entcramcnte monist.a Sl
t oros imprev:stos
hubiera podido aprovechar 105 es
tal de que disponemos en 1a
de Ia cicncta expcnmen
actual idad.
l.R~ESTO
'74
(9)
---
H.tECKEL
Las rclacioncs de los dos
mpuncntes on,.,
o 1
n6roenos de Ia naturalc7a. En csta idea ha fundado
Ia ma.:;a, pucdcn ser per-
el dualismo su ascrto de que el hombre es verdade-
fectamentc pucstos de manifiesto en Ia antitesis si-
ramcnte un ser e ... pecial y que su alma per.,onal es
guil·ntc de .teuerdo con una de las numerosas hipo'te:.lS.
inmortal. Pur eso se im·oca haec veinte aiios cl I g11o-
.narios del Co mo:., cl cter
r
C<
rabimus del di.;curso de De Bois-Rcymond, como un
positi,·o apoyo, por todos los partidarios de Ia concepcion nitologica del uni' crso, y se proclama h rc-
UNIVERSO .. SUBSTANCIA .. COSMOS
Eter uni,·crsal: espiri-
futaci6n del dogma monista. La palabra decisiva ig-
tu: substancia mont y
l\1asa uni ''ersal: cuerpo: substancia inertc r
.activa.
past va.
Capacidad vibratoria
Fuerza de inercia
nombimus ~ ha pasado del futuro al presentc, y esc
ignora .1111s quicrc decir que no sabemos absolutamente nada, 6 roejor, que no llegamos <i nada clnro
y que tod1. dtscust6n es inutil. Es verdad que el famoso discurso dl I I :·rorabimus queda como una obra
muy intcrcsante de ane oratoria, es un magnifico ser-
Funciones principales:
electricidad,
magnetis-
mo, luz, calor.
Estructura: din:imica;
Funcioncs principales:
mon, perfecto en la forma y en el cual desfilan ri-
gra\·edad, inercia, afini-
pidamente las im:igenes de Filosofia natural; pero
dad clccti va quimH:a.
sabido es que Ia ma)orfa, y muy en especial Ia dd
bello sexo, u 1 ga un bucn sermon no segun las ideas
1
que contiene realmente, ~mo por su valor c~tctiro y de
Estructura:
atom1ca,
suhstancia continua elas-
substancia discontinua no
tica, no compuesta
:itomos ( ?)
atomos.
Teosofia:
Dios
de
crea-
elastica,
compucsta
Tcosofia: uni vcr o
de
CI ea-
dor. sin cesar en accion.
do, formado pasi,·amcnte.
Accion del cspacio mu-
Efuto de la condl'IIS4-
?'ers•Jl
(10)
cion del espacio
En numerosos cscritos sostienese aun Ia ''le-
ja idea de De Bois-Reymond (1871) que la concien-
ci:l humana cs en si uno de los enigmas insolubles
<lei uni\ erso, un fcn6mcno trasccndental, que se enueutra en antltesis fundamental con todos los fe-
aroenidad. Despucs de haber De Bois entretenido extensamente a su auchtorio con las incrcibles producciones del espiritu de Laplace, esbon al terminar,
en once lineas, la parte m:is importante de su '~is~e atrc,·e siquiera a contcstar Ia cuestr6n
curso, y no
. . I
. ,-crJaderamentc cl uni' erso es doblcprmcr pa , sl
•
.
mente incomprensiblc. Yo, por el contrano, he proe los dos limitcs
cur ado di ycr~as yeces demostrar qu
on en realldad los
del conucimiento de Ia natura l eza s
.
mismos. El hccho de Ia conciencia y de s~s r~l~crones
. m-\s ni menos emgmatiCO que
con el cere b ro no cs m
~
los fcnomenos de Ia ,·ista y del oido, que c1 de Ia
J
ER ~ESTO
EL MONlSMO
IL£CKEL
--------------
~
gra\'itaci6n, que Ia uni6n de Ia materia y de Ia fuerza. (Comp::irese mi trabajo Freie vVis~·enclwft zmd
freie Lelue, Stuttgart, 1878).
Tal ,·ez en ningun dogma de Ia ig lesia se
manificsta de un modo tan claro Ia im agmaci6n g ro~er.1mente natural del cristianismo como en las tan
repctidas doctrinas de Ia inmortalidad personal y de
Ia rcsurrecci6n de Ia carne, que son simu ltaneas.
A cste prop6~ito, Savage, en su notable obra sobre
La religion desde el pzmto de ?•ista de la teoria darwiniana, hace Ia obscn ·aci6n stguiente: uUna de las
acusacioncs que Ia Iglesta dinge contra Ia ciencia es
:.cr materialista. Podria hacer obsen ·ar en contestacion que toda Ia idea cristiana de Ia ,·ida futura ha
.ido y es puro matenaltsmo. Es el cuerpo m aterial
el que debe resucitar y habitar en el cielo materiab1.
Cump;hcsc en estc punto a Luis Buchner, Lester
\ Vard y Pablo Carus. Este ota muy oportunam en te
las ideas anttguus y modern as sobre Ia I uz y el alma.
An tes, asi como se cxplicaba Ia ll am a lumin osa segun un cuerpo particular, el flogisto, explicabase
tambie n cl alma como un a especie d e substa ncia
gaseosa. H oy sabemos que Ia luz de Ia llama es un
conjunto de \'ibraciones elcctricas del eter , y el
alma, un conjunto de vibracioncs del p lasm a d e las
cclulas gang lionarcs. Ante cstas conccpciones cientificas, Ia doctrina de Ia inmortalidad, d e Ia p sicologia escolastica, tiene casi el mismo valor que l as
imagenes m atcriales de los P icles-R oj as sobre Ia vida
( 11)
177
fut ura, que Schill er ha reproducido en el canto funebre de los Natchez.
( 12) E n el n umero de los fen6menos mas asombrosos del sig lo XIX y t ambien de los mas vergonzosos par a Ia raz6n humana, hallase Ia persistente infiuencia de esa podcrosa jerarquia del Vaticano, que
llamamos papismo. Sabido es que esta caricatura de
Ia r eligi6n cat61ica esta en abierta oposici6n con su
forma primitiva. Los votos de renuncia y de amor
al pr6j imo, d e pobreza y de castidad, han sido sustituidos hace muchisimo tiempo por todo lo contrario. L as bendiciones morales del cristianismo puro, cuya unica base s6 lida es el E vangelio del Nuevo
T estamento, se han con vertido en m aldiciones de
los pueblos por Ia acci6n del papismo. N ada es mas
vergonzoso, para el nuevo I .nperio aleman, como ver
a Ia minoria del centro ultramontano adquirir, al
cabo de veinte afios de fund ada, una infiuencia decisiva p ara su suerte. La religi6n ya no sirve mas
que de manto para encubrir intenciones politicas, y
por Ia misma per fecci6n de Ia organizaci6n jerarquica y por la irracionalidad de las masas que obedecen cieg amente, el mismo papismo se ha con vertido en una temible potencia.
( 13) Toda etica, a si Ia moral te6rica como Ia practicaJ est a como ciencia de reg! as en relaci6n intima
con el concepto del universo y con Ia religi6n. Considero este principio de gran importancia, Y asi lo
he sostenido recientemente en mi trabaj o Etltik uttd
12
ERNESTO HiECKEL
~Vdtausclzaurmg, dirigido contra Ia seudo Sociedad
alemaoa para Ia cultura moral, que acaba d e fundarse eo Berlin. Esta Sociedad quiere eoseiiar y hacer
progresos de moral sin tocar los con ceptos del uoiverso y de Ia religi6n. Asi como para el coojuoto d l'"
Ia cieocia reconozco solamente Ia base monista como
raciooal que es, pretendo otro tanto para Ia etica
Vease respecto de este particular lo que han cscrito
Heriberto Spencer, Guillermo Strecker, Harold, Hoffdmg, Guillermo \Vund y B . von Carneri, particularmente las excelentes y ultimas obras de este.
Todas las variadas conccpciones de las creencias religiosas que a tribuyen a! Dios personal cuahdades puramente humanas, pueden reunirse bajo Ia
rlenominaci6n de homotefsmo 6 antropoteismo. Por
( 14)
diversas que sean esas concepcioncs antropomorfa s
en las relig10nes dua!istas 6 pluralistas, todas con
tienen igualmente ese irreverente concepto de que
Dios es parecido a! hombre y organizado con semejanza a el (homotipo). En el dominio de la imaginaci6n, pueden permitirse tales personificaciones; pero
en el de Ia ciencia no son tolerables, y menos cuando
Is) El jubllco de Ia Sociedad de Naturalist .•
del Este celebr6se el 9 de Octubre de 1892 en Alt6b
burgo, mientras la pareja gran-ducal celebraba e''
Weimar sus bodas de oro. Tan raras como las fie~­
tas de este genero son las particularidades que ofre<t
la pareja principesca. El gran duque Carlos Alejan
dro, durante su feliz reinado de cuarenta aiios, se
ha revelado como el promovedor eminente de la.•
c1encias y las artes. Como Rector magnificentissimi4J
de nuestra U niversidad turingia de Jen a, ha cubieJ
to siempre con su protecci6n, paladi6n supremo, el
derecho de libre investigaci6n y de libre ensefianza
de la verdad. L a gran duquesa Sofia, heredera y
guardiana de los archivos de Goethe, ha dado a
w eimar un digno a silo a los precio:.os leg ados de.-!
mas brillante perfodo de nue5tra literatura, y recieotemente ha hecho accesible a Ia naci6n al~mana el
tesoro ideal del pensamiento de su mas grandt: heroe intelectual. L a historia de la civilizaci6n nrJ ol
vidara los servicios que Ia noble pareja priocipesc:.
ba prestado a Ia evoluci6n superior del espiritu b\. ·
mano y ta.mbien a Ia verdadera religi6n
sabt:mos que el hombre sali6 bacia el fin de Ia epoca
terciaria de animates pitecoides. Todo dogma religioso que represente a Dios como un espiritu en
forma humana, rebajalo al nivel de un vertebrado en
estado gaseoso; Ia expresi6n homoteismo es en doble
sentido Y etimol6gicamente defectuoso, pero practiramcnte es mejor que Ia de antropoteismo.
FIN
r
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llasiN J (IUdl cs ..
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