AVALUO CATASTRAL - Fijación / AVALUO CATASTRAL

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AVALUO CATASTRAL - Fijación / AVALUO CATASTRAL
mínimo / AVALUO COMERCIAL - Fijación
-
Monto
El avalúo catastral está por debajo del tope máximo que el a quo considera
fijado en el Decreto municipal 858 de 1989 y que, en su sentir, había sido
excedido, e igualmente se nota que es superior al 50% del comercial,
porcentaje que en tal decreto se fijo como tope mínimo, por consiguiente, está
en el rango por él permitido (entre el 50% y 100%), de lo cual se desprende
que la decisión de la Administración resultó armónica con éste, luego no se
puede predicar que lo infringió. En cuanto a lo afirmado por el actor en el
sentido de que la Administración adoptó en la Resolución No. 001 de 1989 el
50% como parámetro para fijar el avalúo catastral del inmueble sub lite, pero
que lo varió al desatar la reposición sin que hubiera razón alguna para ello,
siendo su obligación conservarlo, y al no hacerlo violó sus propias reglas, la
Sala no le halla piso jurídico alguno, debido a que por un lado no se encuentra
plenamente demostrado que con la Resolución 001 se hubiera fijado tal
parámetro, y aunque así hubiera sido nada le impedía a la Administración
variarlo al resolver el recurso de reposición que contra éste tuvo lugar.
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN PRIMERA
Consejero Ponente: JUAN ALBERTO POLO FIGUEROA
Santafé de Bogotá, D.C., treinta (30) de mayo de mil novecientos noventa y
seis
Radicación número : 3664
Actor: ORGANIZACIÓN HOTELERA GRAN HOTEL LTDA
Se decide el recurso de apelación interpuesto por la demandada contra
sentencia de fecha 19 de octubre de 1996, proferida por el Tribunal
Administrativo de Antioquia en la cual declara la nulidad de los actos
administrativos atacados.
I. ANTECEDENTES
1. Hechos.
Por Decreto municipal 858 de 1989, la Alcaldía de Medellín dispuso que el
avalúo catastral de cada unidad predial no podía ser inferior al cincuenta por
ciento (50%) de su valor comercial.
El Departamento Administrativo de Catastro del Area Metropolitana de
Medellín dictó la Resolución 001 con fecha 29 de diciembre de 1989, por medio
de la cual formó el catastro de un amplio sector de la ciudad, donde se incluyó
el avalúo catastral de inmueble correspondiente al edificio denominada Gran
Hotel, comprendiendo tanto el lote del terreno como el edificio, por un monto de
$806´529.000.
El propietario del inmueble, dándose por notificado por conducta
concluyente, interpuso contra ella los recursos de reposición y apelación,
fundamentados en error de hecho al fijar el valor comercial del inmueble, y de
derecho al no tener en cuenta los Artículos 4º y 9º de la Ley 14 de 1983.
El recurso de reposición fue resuelto con Resolución No. 5363 de agosto1º
de 1990, en el sentido de reducir a $445´500.528 el monto inicialmente fijado.
El nuevo avalúo fue calculado sobre la base de $10.000 metro cuadrado de
terreno y de $56.728 el metro cuadrado de construcción, equivalentes
aproximadamente al 50% del nuevo avalúo comercial de cada ítem, que
determinó la inspección practicada a petición del entonces recurrente (fls. 152 a
159).
En esta resolución se dice que se adoptó el mencionado valor por haber
resultado inferior al avalúo comercial consignado en un peritaje particular
aportado por el interesado como prueba de las razones del recurso, peritaje
según el cual el valor comercial del metro cuadrado del terreno era de $50.000
y de lo edificado de $60.000 para un total de $499’660.000, con lo cual el
municipio consideró que estaba atendiendo lo prescrito en el Decreto municipal
858 de 1989.
La apelación fue decidida mediante la Resolución No SH - 233 de 1990 por
el Secretario de Hacienda Municipal en forma confirmatoria de la antes
reseñada.
2. La demanda.
a) La petición.
La sociedad Organización Hotelera Gran Hotel Ltda., en su condición de
propietaria del inmueble situado en la calle 54 No. 45 - 86 de 1996 de Medellín,
demandó la nulidad de los precitados actos administrativos, así:
— De la Resolución No. - 001 de diciembre 29 de 1989, proferida por la
Jefe de Catastro Municipal de la ciudad, en lo que hace al avalúo de formación
catastral del mencionada inmueble.
— De la Resolución 5363 de agosto 1º de 1990, emanada de la misma
autoridad antes citada, a través de la cual en virtud del recurso de reposición
revoca parcialmente la resolución anterior en lo que hace al referido inmueble,
y
— De la SH18 - 233 de septiembre 25 de 1990, originada en la Secretaría
de Hacienda Municipal, por la cual se confirma la antes indicada, con ocasión
del recurso de apelación interpuesto contra la primera.
Pidió “que en razón de la nulidad de las mencionadas resoluciones, se
restablezca en su derecho... y pueda proceder la Entidad municipal con
posterioridad al fallo a dictar nueva resolución acorde con el valor real del
inmueble” (fl.5).
b) Las normas que el actor estima violadas y el concepto de violación.
La accionante estructura su ataque en tres cargos, a saber:
Primero. Con las dos últimas resoluciones hay violaciones de la ley por
parte de la Administración al inaplicar, sin justificación alguna, un factor que ella
había establecido como precedente jurídico de la Resolución No. - 001 de
1989, como era el que el avalúo catastral para el caso debía ser el 50% del
avalúo catastral comercial del bien. Dice que no existe una norma que
consagre el vicio en comento, pero considera que pueden citarse los Artículos
84 y 73 del C.C.A.
Agrega: “Cuando la Administración liga su potestad discrecional por medio
de los motivos hace de la norma una norma reglada y no puede alegar después
de que ha dicho que el avalúo catastral debe ser el cincuenta por ciento del
comercial y ha dictado un acto particular y concreto con base en dicho
fundamento, que como es libre puede variar las bases que ella misma sentó en
el proceso de impugnación del acto en vía gubernativa” (fl. 22, cuad. 1º).
Segundo. Error manifiesto de apreciación en la consideración de los
motivos y concretamente en el avalúo del inmueble, en las tres resoluciones,
toda vez que con respecto a la primera así lo reconoció la Administración y que
tanto los dictámenes técnicos aportados como el mismo estudio de la Lonja,
demuestran que el valor comercial fijado en la segunda resolución no es cierto,
ya que supera casi en otro tanto el valor comercial.
Tercero. Enajenación de competencia por parte del Departamento de
Catastro y violación de los artículos 1º, 3º, 4º, y 5º de la Ley 14 de 1983, del
Artículo 74 de la Ley 75 y del Artículo 7º del Decreto Reglamentario 3496,
debido a que, según palabras textuales del libelista, “al parecer y de modo
inexplicable aunque francamente desconocemos cual sea la fuente, el Agustín
Codazzi habría establecido los avalúos o precios de lo inmuebles o, al menos,
sentado pautas no de sistemas o de técnicas, sino cuantitativas respecto del
valor de los bienes”, lo que infiere de la sustentación de la resolución que
dirime el recurso de apelación y de la parte motiva de la Resolución 001 en
cita.
3. Pruebas.
Al informativo se allegaron los documentos contentivos de los actos
acusados, aunque el de la Resolución No. 001 de 1989 se aporto incompleto, y
de los antecedentes de cada uno de ellos, entre los que se cuentan los
correspondientes al proceso de formación del catastro que involucró al
inmueble objeto de la controversia. También se arrimaron dos experticios
sobre el valor comercial de éste, decretados por el Tribunal. Uno a petición de
la sociedad accionante, y el otro de la demandada, en razón de la objeción que
le hizo el anterior.
4. La sentencia.
Cumplidos los trámites de rigor, el Tribunal dictó la sentencia impugnada,
con fecha 19 de octubre de 1995, en la que dispuso lo siguiente:
“1. Anúlase la actuación administrativa cumplida por el Departamento
de Catastro del Municipio de Medellín contenida en las Resoluciones
001 de 1989, 5363 de 1º de agosto de 1990, ambas de la Jefe del
Departamento del Catastro Municipal, y SH - 18 - 233 de 25 de
septiembre de 1990, proferida por la Secretaría de Hacienda del
Municipio de Medellín, en cuanto fija nuevo avalúo catastral a la
Organización Hotelera Gran Hotel Ltda., en el año de 1989.
2. En consecuencia subsiste el avalúo catastral vigente para el año de
1989 más los incrementos legales:...”.
Fueron consideraciones de lo decidido, en lo sustancial, las siguientes:
“Si se comparan los avalúos fijados en vía gubernativa (Resolución No.
001 de 1989, Resolución No. 5363 de 1º de agosto de 1990 y
Resolución No. SH - 18 - 233 de 1990) con lo señalado por los peritos
ante esta jurisdicción (Peritazgo de marzo 25 de 1993, con relación al
valor comercial del Gran Hotel en 1989, que es en últimas el dictamen
que servirá de fundamento al juez para llegar a una conclusión), se
observa que el avalúo catastral superó el avalúo comercial y por tanto
deberá anularse la actuación administrativa en cuanto fijó el avalúo
catastral al Gran Hotel en el año de 1989.
En consecuencia quedará vigente el avalúo existente para 1989, más
los incrementos legales para efectos de liquidación del impuesto de
catastro” (fl. 410).
II. EL RECURSO
Estando en tiempo, el representante judicial del municipio impugnó la
providencia, centrando su ataque a ésta en el cuestionamiento de la mayor
credibilidad que le dio el a quo a los avalúos efectuados por particulares que
obran en el proceso frente a los realizados por la entidad municipal, a los que
debía darles mayor atención en virtud de la legalidad de los procedimientos y
parámetros rigurosamente técnicos que se siguieron para establecerlos, los
cuales describió en detalle, así como la competencia que la ley le ha dado a la
División de Catastro para ello, por tanto gozaban de legitimidad y mayor
credibilidad que los efectuados por los particulares.
Acota que el Tribunal no es claro en su fallo al anular en todas sus partes
las resoluciones enjuiciadas y deja en el limbo el jurídico económico la
formación catastral de dicho predio. Lo que debió haber hecho fue anular las
resoluciones en cuanto al avalúo catastral y no en todas sus partes, en el
evento de que dicha Corporación se hubiese convencido de la justeza de las
pretensiones.
En consecuencia solicita se revoque la sentencia y se condene en costas a
la actora.
III. ALEGATOS PARA FALLO
1. De las partes.
El recurrente reiteró sus razones ya expuestas como fundamentos de
recurso, en tanto que el actor insistió en los defectos del avalúo oficial y por
tanto pidió la confirmación del fallo.
2. Del Ministerio Público.
El Procurador Delegado ante la Sala rindió concepto en la causa, en el cual
hace un breve recuento de la actuación administrativa, y de su análisis
concluye que el avalúo catastral adoptado por la Administración no guarda
proporción con el avalúo comercial del inmueble en los dictámenes periciales
que obran en el expediente.
Como complemento de su vista advierte que el fallador debe limitarse a la
anulación de los actos impugnados, en razón a lo previsto en el Artículo 38 del
Decreto 2304 de 1989, según el cual no goza de atribuciones para modificar o
reformar las disposiciones acusadas porque excedería los para - metros que le
fijó el petitum de la demanda. En consecuencia estima que la providencia debe
confirmarse.
IV. CONSIDERACIONES
Sea lo primero aclarar que el examen de los actos acusados sólo se podrá
hacer respecto de las dos últimas resoluciones, y no de la Resolución 001 de
diciembre 29 de 1989, puesto que se aportó incompleta en relación con la
decisión controvertida, es decir, sin la parte contentiva del avalúo tanto
comercial como catastral del inmueble del Gran Hotel, que es lo que en últimas
interesa.
Lo que consta sobre el punto, descontando los antecedentes de la
resolución preanotada por ser generales, son datos fragmentarios que se
mencionan en las resoluciones que le siguieron, así como los mencionados por
el actor en el libelo incoactivo de la acción.
Por consiguiente se hará a partir de la Resolución No. 5363 de 1º de
agosto de 1990, toda vez que con ella se revocó la 001 de diciembre 29
de 1989 en el punto del litigio, esto es, en el avalúo catastral al pasarlo de
$806’529.000 a $445.500.528 (que por cierto entraba a tener vigencia a partir
del 1º de enero de 1990).
En este orden de ideas, atendiendo las consideraciones del fallo, se puede
decir que de los cargos que fueron hechos, el Tribunal acogió el primero, por
tanto a él se contraerá el análisis de la causa en la presente instancia, amén de
que a él se contrae la apelación.
Para el efecto conviene retomar lo que en dicho cargo se aduce. Según el
mismo, (la Administración, al establecer el nuevo avalúo catastral en la
segunda de las resoluciones atacadas, no dio aplicación al parámetro que ella
había fijado mediante el Decreto municipal 858 de 1989 y aplicado en la
primera de aquéllas, consistente en adoptar como avalúo catastral el 50% del
verdadero valor comercial del bien).
El actor dice que no existe propiamente una norma que consagre el vicio,
pero que pueden citarse los artículos 84 y 73 del C.C.A. También hace
mención del Decreto municipal precitado, aunque si no explícitamente como
una norma violada sí deja entrever en la sustentación del cargo que así lo
considera.
Tales normas y el susodicho artículo primero, que es la parte pertinente,
rezan:
“Artículo 84 (C.C.A). Acción de nulidad. Toda persona podrá solicitar
por sí o por medio de representante, a que se declare también la
nulidad de los actos administrativos.
Procederá no sólo cuando los actos administrativos infrinjan las
normas en que deberían fundarse, sino también cuando hayan sido
expedidos por funcionarios u organismos incompetentes, o en forma
irregular, o con desconocimiento del derecho de audiencias y defensa,
o mediante falsa motivación, o desviación de las atribuciones propias
del funcionario o corporación que los profirió”.
“Artículo 74 (C.C.A). Procedimiento para la revocación de actos de
carácter particular y concreto. Para proceder a la revocación de
actos de carácter particular y concreto se adelantará la actuación
administrativa en la forma prevista en los Artículos 28 y concordantes
de este Código. En el acto de revocatoria de los actos presuntos
obtenidos por el silencio administrativo positivo se ordenará la
cancelación de las escrituras que autoriza el artículo 42 y se ordenará
iniciar las acciones penales o disciplinarias correspondientes.
El beneficiario del silencio que hubiese obrado de buena fe, podrá
pedir la reparación del daño ante la jurisdicción de lo contencioso
administrativo si el acto presunto se revoca”.
“Artículo 1º (Decreto 858 de diciembre 26 de 1989). El avalúo
catastral de cada unidad predial del Municipio de Medellín no podrá ser
inferior
al cincuenta por ciento (50%) del valor comercial. El
equivalente a dicho porcentaje será determinado por el departamento
de catastro.
Parágrafo. El avalúo catastral a que se refiere el presente artículo rige
en el proceso de formación, de actualización de la formación y de
conservación catastral, con la excepción del autoavalúo, en los
términos del Artículo 12 del Acuerdo. Solamente por solicitud del
propietario podrá también tomarse el valor por escritura siempre y
cuando éste no sea inferior al avalúo catastral vigente”.
De acuerdo con lo reseñado y teniendo como marco de referencia las
normas transcritas, en especial el decreto municipal, se tiene que las
cuestiones a dilucidar en esta instancia son dos, a saber:
1. El real valor comercial del inmueble; y 2. El porcentaje de éste sobre el
cual se debe determinar el monto del avalúo catastral.
Sobre estos ítems obran diversos datos sobre el plenario, provenientes de
tres peritajes practicados en la actuación administrativa y de dos que se
surtieron dentro del proceso por orden del Tribunal. El segundo de éstos se
surtió por objeción que la demanda propuso sobre el primero.
En cuanto al avalúo comercial, se tiene que en cada uno de los tres
primeros ascendió a $891'001.056 (aproximadamente), $436’840.000 y
$499’660.000, respectivamente, los que en su orden fueron practicados por
una comisión de expertos del Departamento de Catastro 9Fl.152 a 157), la
Lonja de Propiedad Raíz de Medellín (fls. 187 a 202) y por dos avaluadores
contratados por el accionante y presentado por él con el recurso de reposición.
Por su parte, los dictámenes ordenados por el Tribunal, que lo fueron para
el año de 1989 por disposición suya, arrojaron los siguientes guarismos:
—Primer peritaje: Total $415’100.000
—Segundo peritaje: $501’723.000, que comprende sólo la edificación
porque así lo dispuso el Tribunal, dado que, en verdad, el valor del terreno no
fue objeto de discusión.
En tanto que el avalúo catastral sólo fue estimado por la comisión
designada por el Departamento de Catastro, el que situó en $445’500.528,
suma que fue la recogida en la Resolución 5363 de 1990.
Conviene poner de presente que el segundo dictamen ordenado por el a
quo obedeció a que la parte demandada objetó el primero por error grave,
objeción que desestimó al decidir de fondo, lo que se revisará en detalle más
adelante.
Para su análisis el Tribunal, haciendo su propia interpretación del decreto
municipal en cita, da por entendido que al señalar el 50% del avalúo comercial
como el mínimo que puede tener el catastral, infiere que éste tampoco puede
excederse el 100% de aquél.
Bajo esta premisa tomó como referencia el valor comercial del primer
peritaje ($415´100.000) de los dos que él ordenó realizar, por considerar que
era el válido, y así fue como concluyó que el avaluó catastral fijado en la vía
gubernativa ($445´500.528) superó el 100% de aquél y que por lo tanto debía
anularse la actuación administrativa, en cuanto fijó el avalúo catastral al Gran
Hotel en el año de 1989.
Lo anterior indica que el Tribunal halló los actos acusados contrarios al
Decreto 858, por exceder el tope máximo que a su juicio se señaló en él.
En definitiva, no hizo ninguna referencia a las normas del C.C.A. expuestas
como fundamentos del cargo.
No obstante la vaguedad del razonamiento del fallador, de lo cual participa
también la acusación que éste acogió, la Sala estima que es viable entrar a
examinar la validez de tal razonamiento y por consiguiente la prosperidad del
cargo, para lo cual es preciso partir de la naturaleza del decreto municipal en
referencia.
Al punto se tiene que es un decreto reglamentario del Acuerdo 044 de
1989, expedido por el Concejo de Medellín, a su vez reglamentario de la Ley 14
de 1983, del Decreto 1333 de 1989 y Ley 75 de 1989 en materia catastral, de
suerte que como acto regla o general resulta norma superior de los actos
particulares que la Administración Municipal profiera en aplicación de las
contenidas en las normas legales citadas y en las del acuerdo que las
reglamentan.
Las resoluciones demandadas son actos de índole particular, por ende las
disposiciones del decreto comentado le son normas superiores.
Hecha esta aclaración es menester verificar si hay o no la pretendida lesión
del mismo. Para el efecto, en primer lugar, es menester revisar la actuación
administrativa plasmada en los actos acusados que como se dijo habrá de
hacerse a partir de la Resolución No. 5363 de agosto 1º de 1990, toda vez que
con ella se revocó la No. 001 de diciembre 29 de 1989 en el punto del litigio, o
sea, en el avalúo catastral, como atrás se indicó.
A esta decisión se llegó como resultado del trámite que se le imprimió al
recurso de reposición interpuesto por el afectado contra la Resolución 001, que
comprendió la práctica de los dos experticios evaluativos del bien atrás
reseñados, amén de que el accionante presentó otro con el recurso.
El Departamento del Catastro, tomando en cuenta sólo el avalúo catastral
que estimó su propia comisión y el último concluyó que: “De la confrontación
de los informes se aprecia que el avalúo catastral resultante de la diligencia de
inspección ocular al inferior al avalúo comercial, encontrándose dentro del
marco establecido por el Artículo 1º del Decreto 858 de 1989 reglamentario del
Acuerdo 44 de 1989, cuando dice “El avalúo catastral de cada unidad predial
del Municipio de Medellín no podrá ser inferior al 50% del avalúo comercial’“.
Hasta aquí se pueden hacer las siguientes observaciones sobre la
situación procesal descrita:
Primero. Se evidencia que el Tribunal acogió el primer dictamen efectuado
dentro del proceso sin su necesaria valoración crítica, ya que las valoraciones
que expuso para ello no alcanzan a ser tales. En efecto, por una parte, se limitó
a transcribir algunos pronunciamiento jurisprudenciales sobre el error grave y a
decir que “en el presente caso no cabe duda que en el dictamen se hizo
respecto al inmueble objeto de avalúo, que los peritos apreciaron directamente
sus características e hicieron la correcta descripción coincidiendo en los metros
cuadrados del lote de terreno y de la edificación para efectos de hacer el
cálculo valorativo del mismo y aunque fijaron un supuesto precio para el año de
1993, no puede olvidarse que lo que es objeto de discusión es el valor para el
año de 1989, el cual señaló en $415´100.000. Se concluye que no se presentó
el error grave.
Así fue como pasó por alto las inconsistencias del mismo, verbi gratia, la
falta de una justificación racional del valor comercial unitario estimado para el
año de 1989 (período el cual el Tribunal ordenó a los peritos referir el
experticio), y por consiguiente de la diferencia tan significativa en el valor
comercial de la edificación entre el año de 1989 y 1990, al tiempo que el valor
del terreno lo mantuvo estable.
Es así como se dice en el informe que para 1990 el valor del metro
cuadrado de edificación era de $60.000, mientras que sin mediar explicación
alguna se afirma que para 1989 era de $40.000, en tanto que el del terreno lo
fija en $50,000 para ambos años.
Significa lo anterior que, según sus actores, el metro cuadrado de
edificación tuvo un incremento en $20.000, esto es, el 50% entre 1989 y 1990,
dato que a la vez comporta una incoherencia con el resto del dictamen, ya que
el justiprecio de cada ítem que en él se hace para 1993 aparece mostrando un
incremento de apenas el 16% del promedio anual, amén de que parte de la
motivación de los estimativos para todos los períodos da a entender una
estimación de estancamiento en los precios, de la cual se resaltan
insistentemente, los problemas de orden público.
De otra parte, la certificación dada por la Cámara de Comercio de la
Construcción, Seccional Antioquia habla de un incremento del 23.80% en los
costos de construcción entre 1989 y 1990 (fl. 326), índice que ha de
considerarse teniendo en cuenta que se trata de edificación nueva, mientras
que la valorada es antigua, según consta en autos.
De modo que el Tribunal al apreciar el susodicho dictamen, no atendió el
mandato del Artículo 241 del C. de P.C. y por tanto su decisión de acogerlo
como prueba suficiente del punto controvertido no se ajusta a derecho.
Síguese de esta actuación que la objeción por error grave al experticio
analizado sí ha de prosperar y por ende éste debe desestimarse y en su lugar
debe apreciarse el que se efectuó con ocasión de su trámite.
Sobre él se observa que la estimación que contiene el valor comercial de la
edificación para 1989 sí obedece a un procedimiento, que se puede calificar
como más racional y técnico, mientras que en el objetado cabe decir que no
aparece utilizado ninguno para el año de que se trata. El proceso fue el de
establecer el valor comercial presente de la edificación (marzo de 1984)
siguiendo los criterios objetivos pertinentes y la observación directa por parte
de los peritos, y a partir de tal valor hicieron la extrapolación al año de 1989
sobre la base de la diferencia del IPC acumulado entre uno y otro año, lo que
condujo a un avalúo comercial de la sola edificación de $501’723.000.
Se aclara que no se incluyó en este dictamen el avalúo comercial del
terreno en virtud en que el auto que lo ordenó así lo dispuso, lo cual se explica
porque, en verdad, no hay discusión al respecto, amén de que el estimado por
la Administración ($7’220.000) es menor a los estimados por los avaluadores
privados.
Así las cosas cabe inferir que el valor comercial más problable para todo el
inmueble para 1989 era de $501.723.000 por concepto de la edificación más
$7’220.000 a cuenta del terreno, para un total de $508.943.000, de manera que
con este monto que de ha de confrontrarse el fijado como avalúo catastral en la
Resolución 5363 de agosto primero de 1990, el cual es de $445.500.528.
Segundo. Lo discurrido indica a las claras que el avalúo catastral que la
Administración señaló al desatar el recurso de reposición ($445'500.528) es
inferior al comercial ($508´943.000) que resultó de la probanzas, por
consiguiente está por debajo del tope máximo que el a quo considera fijado en
el Decreto municipal 858 de 1989 y que, en su sentir, había sido excedido, e
igualmente se nota que es superior al 50% del comercial, porcentaje que en tal
decreto se fijó como tope mínimo, por consiguiente está en el rango por él
permitido (entre el 50 y el 100%), de lo cual se desprende que la decisión de la
Administración resultó armónica con éste, luego no se puede predicar que lo
infringió.
En cuanto a lo afirmado por el actor en el sentido de que la Administración
adoptó en la Resolución 001 de 1989 el 50% como parámetro para fijar el
avaluó catastral del inmueble sub lite, pero que lo varió al desatar la reposición
sin que hubiera razón alguna para ello, siendo su obligación conservarlo y al no
hacerlo violó sus propias reglas, la Sala no le halla piso jurídico alguno, debido
a que por un lado no se encuentra plenamente demostrado que con la
Resolución 001 se hubiera fijado tal parámetro, y aunque así hubiera sido nada
le impedía a la Administración variarlo al resolver el recurso de reposición que
contra ésta tuvo lugar.
En efecto el pluricitado decreto no le prohibe al Municipio tomar un
porcentaje superior al mínimo, con tal que se mantenga en el rango que se dijo,
de suerte que bien podía tomar el 50% o más, ya fuere en la primera resolución
o ya al decidir dicho recurso.
En consecuencia, la decisión que se ajusta a derecho es la de revocar la
sentencia apelada, para, en su lugar, negar las pretensiones de la demanda,
previa declaración de haber sido probada la objeción que por error grave se le
hizo al primer dictamen que decretó el Tribunal.
En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Primera, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley,
FALLA:
REVOCAR la sentencia apelada, y, en su lugar, disponer:
Primero. DECLARAR PROBADA la objeción que por error grave hizo la
demandada al primer dictamen pericial sobre el avalúo comercial del inmueble
en referencia, practicado dentro del proceso.
Segundo. Negar las pretensiones de la demanda.
Tercero. Condenar en costas en las dos instancias, de conformidad con el
Artículo 392, numeral 4 del C. de C. P. al demandante. TASENSE por
secretaría.
Cópiese, notifíquese y, en firme, devuélvase el expediente al Tribunal de
origen. Cúmplase.
La anterior providencia fue discutida y aprobada por la Sala en reunión
celebrada el día treinta (30) de mayo de mil novecientos noventa y seis (1996).
Ernesto Rafael Ariza Muñoz, Presidente; Juan Alberto Polo Figueroa,
Libardo Rodríguez Rodríguez, Manuel S. Urueta Ayola.
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