AVALUO CATASTRAL - Fijación / AVALUO CATASTRAL mínimo / AVALUO COMERCIAL - Fijación - Monto El avalúo catastral está por debajo del tope máximo que el a quo considera fijado en el Decreto municipal 858 de 1989 y que, en su sentir, había sido excedido, e igualmente se nota que es superior al 50% del comercial, porcentaje que en tal decreto se fijo como tope mínimo, por consiguiente, está en el rango por él permitido (entre el 50% y 100%), de lo cual se desprende que la decisión de la Administración resultó armónica con éste, luego no se puede predicar que lo infringió. En cuanto a lo afirmado por el actor en el sentido de que la Administración adoptó en la Resolución No. 001 de 1989 el 50% como parámetro para fijar el avalúo catastral del inmueble sub lite, pero que lo varió al desatar la reposición sin que hubiera razón alguna para ello, siendo su obligación conservarlo, y al no hacerlo violó sus propias reglas, la Sala no le halla piso jurídico alguno, debido a que por un lado no se encuentra plenamente demostrado que con la Resolución 001 se hubiera fijado tal parámetro, y aunque así hubiera sido nada le impedía a la Administración variarlo al resolver el recurso de reposición que contra éste tuvo lugar. CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCIÓN PRIMERA Consejero Ponente: JUAN ALBERTO POLO FIGUEROA Santafé de Bogotá, D.C., treinta (30) de mayo de mil novecientos noventa y seis Radicación número : 3664 Actor: ORGANIZACIÓN HOTELERA GRAN HOTEL LTDA Se decide el recurso de apelación interpuesto por la demandada contra sentencia de fecha 19 de octubre de 1996, proferida por el Tribunal Administrativo de Antioquia en la cual declara la nulidad de los actos administrativos atacados. I. ANTECEDENTES 1. Hechos. Por Decreto municipal 858 de 1989, la Alcaldía de Medellín dispuso que el avalúo catastral de cada unidad predial no podía ser inferior al cincuenta por ciento (50%) de su valor comercial. El Departamento Administrativo de Catastro del Area Metropolitana de Medellín dictó la Resolución 001 con fecha 29 de diciembre de 1989, por medio de la cual formó el catastro de un amplio sector de la ciudad, donde se incluyó el avalúo catastral de inmueble correspondiente al edificio denominada Gran Hotel, comprendiendo tanto el lote del terreno como el edificio, por un monto de $806´529.000. El propietario del inmueble, dándose por notificado por conducta concluyente, interpuso contra ella los recursos de reposición y apelación, fundamentados en error de hecho al fijar el valor comercial del inmueble, y de derecho al no tener en cuenta los Artículos 4º y 9º de la Ley 14 de 1983. El recurso de reposición fue resuelto con Resolución No. 5363 de agosto1º de 1990, en el sentido de reducir a $445´500.528 el monto inicialmente fijado. El nuevo avalúo fue calculado sobre la base de $10.000 metro cuadrado de terreno y de $56.728 el metro cuadrado de construcción, equivalentes aproximadamente al 50% del nuevo avalúo comercial de cada ítem, que determinó la inspección practicada a petición del entonces recurrente (fls. 152 a 159). En esta resolución se dice que se adoptó el mencionado valor por haber resultado inferior al avalúo comercial consignado en un peritaje particular aportado por el interesado como prueba de las razones del recurso, peritaje según el cual el valor comercial del metro cuadrado del terreno era de $50.000 y de lo edificado de $60.000 para un total de $499’660.000, con lo cual el municipio consideró que estaba atendiendo lo prescrito en el Decreto municipal 858 de 1989. La apelación fue decidida mediante la Resolución No SH - 233 de 1990 por el Secretario de Hacienda Municipal en forma confirmatoria de la antes reseñada. 2. La demanda. a) La petición. La sociedad Organización Hotelera Gran Hotel Ltda., en su condición de propietaria del inmueble situado en la calle 54 No. 45 - 86 de 1996 de Medellín, demandó la nulidad de los precitados actos administrativos, así: — De la Resolución No. - 001 de diciembre 29 de 1989, proferida por la Jefe de Catastro Municipal de la ciudad, en lo que hace al avalúo de formación catastral del mencionada inmueble. — De la Resolución 5363 de agosto 1º de 1990, emanada de la misma autoridad antes citada, a través de la cual en virtud del recurso de reposición revoca parcialmente la resolución anterior en lo que hace al referido inmueble, y — De la SH18 - 233 de septiembre 25 de 1990, originada en la Secretaría de Hacienda Municipal, por la cual se confirma la antes indicada, con ocasión del recurso de apelación interpuesto contra la primera. Pidió “que en razón de la nulidad de las mencionadas resoluciones, se restablezca en su derecho... y pueda proceder la Entidad municipal con posterioridad al fallo a dictar nueva resolución acorde con el valor real del inmueble” (fl.5). b) Las normas que el actor estima violadas y el concepto de violación. La accionante estructura su ataque en tres cargos, a saber: Primero. Con las dos últimas resoluciones hay violaciones de la ley por parte de la Administración al inaplicar, sin justificación alguna, un factor que ella había establecido como precedente jurídico de la Resolución No. - 001 de 1989, como era el que el avalúo catastral para el caso debía ser el 50% del avalúo catastral comercial del bien. Dice que no existe una norma que consagre el vicio en comento, pero considera que pueden citarse los Artículos 84 y 73 del C.C.A. Agrega: “Cuando la Administración liga su potestad discrecional por medio de los motivos hace de la norma una norma reglada y no puede alegar después de que ha dicho que el avalúo catastral debe ser el cincuenta por ciento del comercial y ha dictado un acto particular y concreto con base en dicho fundamento, que como es libre puede variar las bases que ella misma sentó en el proceso de impugnación del acto en vía gubernativa” (fl. 22, cuad. 1º). Segundo. Error manifiesto de apreciación en la consideración de los motivos y concretamente en el avalúo del inmueble, en las tres resoluciones, toda vez que con respecto a la primera así lo reconoció la Administración y que tanto los dictámenes técnicos aportados como el mismo estudio de la Lonja, demuestran que el valor comercial fijado en la segunda resolución no es cierto, ya que supera casi en otro tanto el valor comercial. Tercero. Enajenación de competencia por parte del Departamento de Catastro y violación de los artículos 1º, 3º, 4º, y 5º de la Ley 14 de 1983, del Artículo 74 de la Ley 75 y del Artículo 7º del Decreto Reglamentario 3496, debido a que, según palabras textuales del libelista, “al parecer y de modo inexplicable aunque francamente desconocemos cual sea la fuente, el Agustín Codazzi habría establecido los avalúos o precios de lo inmuebles o, al menos, sentado pautas no de sistemas o de técnicas, sino cuantitativas respecto del valor de los bienes”, lo que infiere de la sustentación de la resolución que dirime el recurso de apelación y de la parte motiva de la Resolución 001 en cita. 3. Pruebas. Al informativo se allegaron los documentos contentivos de los actos acusados, aunque el de la Resolución No. 001 de 1989 se aporto incompleto, y de los antecedentes de cada uno de ellos, entre los que se cuentan los correspondientes al proceso de formación del catastro que involucró al inmueble objeto de la controversia. También se arrimaron dos experticios sobre el valor comercial de éste, decretados por el Tribunal. Uno a petición de la sociedad accionante, y el otro de la demandada, en razón de la objeción que le hizo el anterior. 4. La sentencia. Cumplidos los trámites de rigor, el Tribunal dictó la sentencia impugnada, con fecha 19 de octubre de 1995, en la que dispuso lo siguiente: “1. Anúlase la actuación administrativa cumplida por el Departamento de Catastro del Municipio de Medellín contenida en las Resoluciones 001 de 1989, 5363 de 1º de agosto de 1990, ambas de la Jefe del Departamento del Catastro Municipal, y SH - 18 - 233 de 25 de septiembre de 1990, proferida por la Secretaría de Hacienda del Municipio de Medellín, en cuanto fija nuevo avalúo catastral a la Organización Hotelera Gran Hotel Ltda., en el año de 1989. 2. En consecuencia subsiste el avalúo catastral vigente para el año de 1989 más los incrementos legales:...”. Fueron consideraciones de lo decidido, en lo sustancial, las siguientes: “Si se comparan los avalúos fijados en vía gubernativa (Resolución No. 001 de 1989, Resolución No. 5363 de 1º de agosto de 1990 y Resolución No. SH - 18 - 233 de 1990) con lo señalado por los peritos ante esta jurisdicción (Peritazgo de marzo 25 de 1993, con relación al valor comercial del Gran Hotel en 1989, que es en últimas el dictamen que servirá de fundamento al juez para llegar a una conclusión), se observa que el avalúo catastral superó el avalúo comercial y por tanto deberá anularse la actuación administrativa en cuanto fijó el avalúo catastral al Gran Hotel en el año de 1989. En consecuencia quedará vigente el avalúo existente para 1989, más los incrementos legales para efectos de liquidación del impuesto de catastro” (fl. 410). II. EL RECURSO Estando en tiempo, el representante judicial del municipio impugnó la providencia, centrando su ataque a ésta en el cuestionamiento de la mayor credibilidad que le dio el a quo a los avalúos efectuados por particulares que obran en el proceso frente a los realizados por la entidad municipal, a los que debía darles mayor atención en virtud de la legalidad de los procedimientos y parámetros rigurosamente técnicos que se siguieron para establecerlos, los cuales describió en detalle, así como la competencia que la ley le ha dado a la División de Catastro para ello, por tanto gozaban de legitimidad y mayor credibilidad que los efectuados por los particulares. Acota que el Tribunal no es claro en su fallo al anular en todas sus partes las resoluciones enjuiciadas y deja en el limbo el jurídico económico la formación catastral de dicho predio. Lo que debió haber hecho fue anular las resoluciones en cuanto al avalúo catastral y no en todas sus partes, en el evento de que dicha Corporación se hubiese convencido de la justeza de las pretensiones. En consecuencia solicita se revoque la sentencia y se condene en costas a la actora. III. ALEGATOS PARA FALLO 1. De las partes. El recurrente reiteró sus razones ya expuestas como fundamentos de recurso, en tanto que el actor insistió en los defectos del avalúo oficial y por tanto pidió la confirmación del fallo. 2. Del Ministerio Público. El Procurador Delegado ante la Sala rindió concepto en la causa, en el cual hace un breve recuento de la actuación administrativa, y de su análisis concluye que el avalúo catastral adoptado por la Administración no guarda proporción con el avalúo comercial del inmueble en los dictámenes periciales que obran en el expediente. Como complemento de su vista advierte que el fallador debe limitarse a la anulación de los actos impugnados, en razón a lo previsto en el Artículo 38 del Decreto 2304 de 1989, según el cual no goza de atribuciones para modificar o reformar las disposiciones acusadas porque excedería los para - metros que le fijó el petitum de la demanda. En consecuencia estima que la providencia debe confirmarse. IV. CONSIDERACIONES Sea lo primero aclarar que el examen de los actos acusados sólo se podrá hacer respecto de las dos últimas resoluciones, y no de la Resolución 001 de diciembre 29 de 1989, puesto que se aportó incompleta en relación con la decisión controvertida, es decir, sin la parte contentiva del avalúo tanto comercial como catastral del inmueble del Gran Hotel, que es lo que en últimas interesa. Lo que consta sobre el punto, descontando los antecedentes de la resolución preanotada por ser generales, son datos fragmentarios que se mencionan en las resoluciones que le siguieron, así como los mencionados por el actor en el libelo incoactivo de la acción. Por consiguiente se hará a partir de la Resolución No. 5363 de 1º de agosto de 1990, toda vez que con ella se revocó la 001 de diciembre 29 de 1989 en el punto del litigio, esto es, en el avalúo catastral al pasarlo de $806’529.000 a $445.500.528 (que por cierto entraba a tener vigencia a partir del 1º de enero de 1990). En este orden de ideas, atendiendo las consideraciones del fallo, se puede decir que de los cargos que fueron hechos, el Tribunal acogió el primero, por tanto a él se contraerá el análisis de la causa en la presente instancia, amén de que a él se contrae la apelación. Para el efecto conviene retomar lo que en dicho cargo se aduce. Según el mismo, (la Administración, al establecer el nuevo avalúo catastral en la segunda de las resoluciones atacadas, no dio aplicación al parámetro que ella había fijado mediante el Decreto municipal 858 de 1989 y aplicado en la primera de aquéllas, consistente en adoptar como avalúo catastral el 50% del verdadero valor comercial del bien). El actor dice que no existe propiamente una norma que consagre el vicio, pero que pueden citarse los artículos 84 y 73 del C.C.A. También hace mención del Decreto municipal precitado, aunque si no explícitamente como una norma violada sí deja entrever en la sustentación del cargo que así lo considera. Tales normas y el susodicho artículo primero, que es la parte pertinente, rezan: “Artículo 84 (C.C.A). Acción de nulidad. Toda persona podrá solicitar por sí o por medio de representante, a que se declare también la nulidad de los actos administrativos. Procederá no sólo cuando los actos administrativos infrinjan las normas en que deberían fundarse, sino también cuando hayan sido expedidos por funcionarios u organismos incompetentes, o en forma irregular, o con desconocimiento del derecho de audiencias y defensa, o mediante falsa motivación, o desviación de las atribuciones propias del funcionario o corporación que los profirió”. “Artículo 74 (C.C.A). Procedimiento para la revocación de actos de carácter particular y concreto. Para proceder a la revocación de actos de carácter particular y concreto se adelantará la actuación administrativa en la forma prevista en los Artículos 28 y concordantes de este Código. En el acto de revocatoria de los actos presuntos obtenidos por el silencio administrativo positivo se ordenará la cancelación de las escrituras que autoriza el artículo 42 y se ordenará iniciar las acciones penales o disciplinarias correspondientes. El beneficiario del silencio que hubiese obrado de buena fe, podrá pedir la reparación del daño ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo si el acto presunto se revoca”. “Artículo 1º (Decreto 858 de diciembre 26 de 1989). El avalúo catastral de cada unidad predial del Municipio de Medellín no podrá ser inferior al cincuenta por ciento (50%) del valor comercial. El equivalente a dicho porcentaje será determinado por el departamento de catastro. Parágrafo. El avalúo catastral a que se refiere el presente artículo rige en el proceso de formación, de actualización de la formación y de conservación catastral, con la excepción del autoavalúo, en los términos del Artículo 12 del Acuerdo. Solamente por solicitud del propietario podrá también tomarse el valor por escritura siempre y cuando éste no sea inferior al avalúo catastral vigente”. De acuerdo con lo reseñado y teniendo como marco de referencia las normas transcritas, en especial el decreto municipal, se tiene que las cuestiones a dilucidar en esta instancia son dos, a saber: 1. El real valor comercial del inmueble; y 2. El porcentaje de éste sobre el cual se debe determinar el monto del avalúo catastral. Sobre estos ítems obran diversos datos sobre el plenario, provenientes de tres peritajes practicados en la actuación administrativa y de dos que se surtieron dentro del proceso por orden del Tribunal. El segundo de éstos se surtió por objeción que la demanda propuso sobre el primero. En cuanto al avalúo comercial, se tiene que en cada uno de los tres primeros ascendió a $891'001.056 (aproximadamente), $436’840.000 y $499’660.000, respectivamente, los que en su orden fueron practicados por una comisión de expertos del Departamento de Catastro 9Fl.152 a 157), la Lonja de Propiedad Raíz de Medellín (fls. 187 a 202) y por dos avaluadores contratados por el accionante y presentado por él con el recurso de reposición. Por su parte, los dictámenes ordenados por el Tribunal, que lo fueron para el año de 1989 por disposición suya, arrojaron los siguientes guarismos: —Primer peritaje: Total $415’100.000 —Segundo peritaje: $501’723.000, que comprende sólo la edificación porque así lo dispuso el Tribunal, dado que, en verdad, el valor del terreno no fue objeto de discusión. En tanto que el avalúo catastral sólo fue estimado por la comisión designada por el Departamento de Catastro, el que situó en $445’500.528, suma que fue la recogida en la Resolución 5363 de 1990. Conviene poner de presente que el segundo dictamen ordenado por el a quo obedeció a que la parte demandada objetó el primero por error grave, objeción que desestimó al decidir de fondo, lo que se revisará en detalle más adelante. Para su análisis el Tribunal, haciendo su propia interpretación del decreto municipal en cita, da por entendido que al señalar el 50% del avalúo comercial como el mínimo que puede tener el catastral, infiere que éste tampoco puede excederse el 100% de aquél. Bajo esta premisa tomó como referencia el valor comercial del primer peritaje ($415´100.000) de los dos que él ordenó realizar, por considerar que era el válido, y así fue como concluyó que el avaluó catastral fijado en la vía gubernativa ($445´500.528) superó el 100% de aquél y que por lo tanto debía anularse la actuación administrativa, en cuanto fijó el avalúo catastral al Gran Hotel en el año de 1989. Lo anterior indica que el Tribunal halló los actos acusados contrarios al Decreto 858, por exceder el tope máximo que a su juicio se señaló en él. En definitiva, no hizo ninguna referencia a las normas del C.C.A. expuestas como fundamentos del cargo. No obstante la vaguedad del razonamiento del fallador, de lo cual participa también la acusación que éste acogió, la Sala estima que es viable entrar a examinar la validez de tal razonamiento y por consiguiente la prosperidad del cargo, para lo cual es preciso partir de la naturaleza del decreto municipal en referencia. Al punto se tiene que es un decreto reglamentario del Acuerdo 044 de 1989, expedido por el Concejo de Medellín, a su vez reglamentario de la Ley 14 de 1983, del Decreto 1333 de 1989 y Ley 75 de 1989 en materia catastral, de suerte que como acto regla o general resulta norma superior de los actos particulares que la Administración Municipal profiera en aplicación de las contenidas en las normas legales citadas y en las del acuerdo que las reglamentan. Las resoluciones demandadas son actos de índole particular, por ende las disposiciones del decreto comentado le son normas superiores. Hecha esta aclaración es menester verificar si hay o no la pretendida lesión del mismo. Para el efecto, en primer lugar, es menester revisar la actuación administrativa plasmada en los actos acusados que como se dijo habrá de hacerse a partir de la Resolución No. 5363 de agosto 1º de 1990, toda vez que con ella se revocó la No. 001 de diciembre 29 de 1989 en el punto del litigio, o sea, en el avalúo catastral, como atrás se indicó. A esta decisión se llegó como resultado del trámite que se le imprimió al recurso de reposición interpuesto por el afectado contra la Resolución 001, que comprendió la práctica de los dos experticios evaluativos del bien atrás reseñados, amén de que el accionante presentó otro con el recurso. El Departamento del Catastro, tomando en cuenta sólo el avalúo catastral que estimó su propia comisión y el último concluyó que: “De la confrontación de los informes se aprecia que el avalúo catastral resultante de la diligencia de inspección ocular al inferior al avalúo comercial, encontrándose dentro del marco establecido por el Artículo 1º del Decreto 858 de 1989 reglamentario del Acuerdo 44 de 1989, cuando dice “El avalúo catastral de cada unidad predial del Municipio de Medellín no podrá ser inferior al 50% del avalúo comercial’“. Hasta aquí se pueden hacer las siguientes observaciones sobre la situación procesal descrita: Primero. Se evidencia que el Tribunal acogió el primer dictamen efectuado dentro del proceso sin su necesaria valoración crítica, ya que las valoraciones que expuso para ello no alcanzan a ser tales. En efecto, por una parte, se limitó a transcribir algunos pronunciamiento jurisprudenciales sobre el error grave y a decir que “en el presente caso no cabe duda que en el dictamen se hizo respecto al inmueble objeto de avalúo, que los peritos apreciaron directamente sus características e hicieron la correcta descripción coincidiendo en los metros cuadrados del lote de terreno y de la edificación para efectos de hacer el cálculo valorativo del mismo y aunque fijaron un supuesto precio para el año de 1993, no puede olvidarse que lo que es objeto de discusión es el valor para el año de 1989, el cual señaló en $415´100.000. Se concluye que no se presentó el error grave. Así fue como pasó por alto las inconsistencias del mismo, verbi gratia, la falta de una justificación racional del valor comercial unitario estimado para el año de 1989 (período el cual el Tribunal ordenó a los peritos referir el experticio), y por consiguiente de la diferencia tan significativa en el valor comercial de la edificación entre el año de 1989 y 1990, al tiempo que el valor del terreno lo mantuvo estable. Es así como se dice en el informe que para 1990 el valor del metro cuadrado de edificación era de $60.000, mientras que sin mediar explicación alguna se afirma que para 1989 era de $40.000, en tanto que el del terreno lo fija en $50,000 para ambos años. Significa lo anterior que, según sus actores, el metro cuadrado de edificación tuvo un incremento en $20.000, esto es, el 50% entre 1989 y 1990, dato que a la vez comporta una incoherencia con el resto del dictamen, ya que el justiprecio de cada ítem que en él se hace para 1993 aparece mostrando un incremento de apenas el 16% del promedio anual, amén de que parte de la motivación de los estimativos para todos los períodos da a entender una estimación de estancamiento en los precios, de la cual se resaltan insistentemente, los problemas de orden público. De otra parte, la certificación dada por la Cámara de Comercio de la Construcción, Seccional Antioquia habla de un incremento del 23.80% en los costos de construcción entre 1989 y 1990 (fl. 326), índice que ha de considerarse teniendo en cuenta que se trata de edificación nueva, mientras que la valorada es antigua, según consta en autos. De modo que el Tribunal al apreciar el susodicho dictamen, no atendió el mandato del Artículo 241 del C. de P.C. y por tanto su decisión de acogerlo como prueba suficiente del punto controvertido no se ajusta a derecho. Síguese de esta actuación que la objeción por error grave al experticio analizado sí ha de prosperar y por ende éste debe desestimarse y en su lugar debe apreciarse el que se efectuó con ocasión de su trámite. Sobre él se observa que la estimación que contiene el valor comercial de la edificación para 1989 sí obedece a un procedimiento, que se puede calificar como más racional y técnico, mientras que en el objetado cabe decir que no aparece utilizado ninguno para el año de que se trata. El proceso fue el de establecer el valor comercial presente de la edificación (marzo de 1984) siguiendo los criterios objetivos pertinentes y la observación directa por parte de los peritos, y a partir de tal valor hicieron la extrapolación al año de 1989 sobre la base de la diferencia del IPC acumulado entre uno y otro año, lo que condujo a un avalúo comercial de la sola edificación de $501’723.000. Se aclara que no se incluyó en este dictamen el avalúo comercial del terreno en virtud en que el auto que lo ordenó así lo dispuso, lo cual se explica porque, en verdad, no hay discusión al respecto, amén de que el estimado por la Administración ($7’220.000) es menor a los estimados por los avaluadores privados. Así las cosas cabe inferir que el valor comercial más problable para todo el inmueble para 1989 era de $501.723.000 por concepto de la edificación más $7’220.000 a cuenta del terreno, para un total de $508.943.000, de manera que con este monto que de ha de confrontrarse el fijado como avalúo catastral en la Resolución 5363 de agosto primero de 1990, el cual es de $445.500.528. Segundo. Lo discurrido indica a las claras que el avalúo catastral que la Administración señaló al desatar el recurso de reposición ($445'500.528) es inferior al comercial ($508´943.000) que resultó de la probanzas, por consiguiente está por debajo del tope máximo que el a quo considera fijado en el Decreto municipal 858 de 1989 y que, en su sentir, había sido excedido, e igualmente se nota que es superior al 50% del comercial, porcentaje que en tal decreto se fijó como tope mínimo, por consiguiente está en el rango por él permitido (entre el 50 y el 100%), de lo cual se desprende que la decisión de la Administración resultó armónica con éste, luego no se puede predicar que lo infringió. En cuanto a lo afirmado por el actor en el sentido de que la Administración adoptó en la Resolución 001 de 1989 el 50% como parámetro para fijar el avaluó catastral del inmueble sub lite, pero que lo varió al desatar la reposición sin que hubiera razón alguna para ello, siendo su obligación conservarlo y al no hacerlo violó sus propias reglas, la Sala no le halla piso jurídico alguno, debido a que por un lado no se encuentra plenamente demostrado que con la Resolución 001 se hubiera fijado tal parámetro, y aunque así hubiera sido nada le impedía a la Administración variarlo al resolver el recurso de reposición que contra ésta tuvo lugar. En efecto el pluricitado decreto no le prohibe al Municipio tomar un porcentaje superior al mínimo, con tal que se mantenga en el rango que se dijo, de suerte que bien podía tomar el 50% o más, ya fuere en la primera resolución o ya al decidir dicho recurso. En consecuencia, la decisión que se ajusta a derecho es la de revocar la sentencia apelada, para, en su lugar, negar las pretensiones de la demanda, previa declaración de haber sido probada la objeción que por error grave se le hizo al primer dictamen que decretó el Tribunal. En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, FALLA: REVOCAR la sentencia apelada, y, en su lugar, disponer: Primero. DECLARAR PROBADA la objeción que por error grave hizo la demandada al primer dictamen pericial sobre el avalúo comercial del inmueble en referencia, practicado dentro del proceso. Segundo. Negar las pretensiones de la demanda. Tercero. Condenar en costas en las dos instancias, de conformidad con el Artículo 392, numeral 4 del C. de C. P. al demandante. TASENSE por secretaría. Cópiese, notifíquese y, en firme, devuélvase el expediente al Tribunal de origen. Cúmplase. La anterior providencia fue discutida y aprobada por la Sala en reunión celebrada el día treinta (30) de mayo de mil novecientos noventa y seis (1996). Ernesto Rafael Ariza Muñoz, Presidente; Juan Alberto Polo Figueroa, Libardo Rodríguez Rodríguez, Manuel S. Urueta Ayola.