LOS DATOS DE MENORES EN EL AMBITO EDUCATIVO

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LOS DATOS DE MENORES EN EL AMBITO EDUCATIVO
1.- La vulneración del derecho a la intimidad de un menor de edad por el
propio centro escolar.
Casos prácticos.- El padre de un alumno denuncia al centro educativo por la
aparición de la imagen de los alumnos en la página web del centro, sin que
mediara autorización de sus padres.
El Tribunal Supremo, interpretando lo establecido en la Ley Orgánica 1/1982,
de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Familiar
y a la Propia Imagen, en Sentencia de 7 de octubre de 1996, manifestó que el
derecho a la propia imagen “pertenece a los derechos de la personalidad y se
concreta en la facultad exclusiva del titular de difundir o publicar su propia
imagen, pudiendo en consecuencia evitar o impedir la reproducción y difusión,
con independencia de cuál sea la finalidad de esta difusión”.
Parece claro, entonces, que la facultad de disponer de la imagen de una
persona requiere del consentimiento expreso de su titular, tal y como exige el
art. 2.2 de la Ley Orgánica 1/1982 citada. Tratándose de un menor de edad,
podrá otorgarlo él mismo, si sus condiciones de madurez lo permiten; o en caso
contrario, cuando aquél no tiene capacidad de defenderse o hacer valer sus
derechos o, simplemente, de prestar su consentimiento, serán sus padres o
representantes legales, los que se erijan en portavoces de sus intereses y
bienestar, además del Ministerio Fiscal, cuya intervención actúa a modo de
asentimiento, autorización o ratificación, tal como prevé en el art. 3.2 del mismo
texto legal.
En otro sentido, la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección
Jurídica del Menor, en el art. 4.2 también prevé la intervención del Ministerio
Público cuando la difusión de información o la utilización de imágenes o
nombre de menores en los medios de comunicación pueda implicar una
intromisión ilegítima en su intimidad, honra o reputación, o que sea contraría a
sus intereses, incluso si consta el consentimiento del menor o de sus
representantes legales.
Es cierto que en el presente caso, parece evidente que los fines de la difusión
no tienen un carácter comercial o publicitario, sin embargo, aún admitiendo un
interés educativo o cultural, siguiendo la tesis del Tribunal Supremo, ese interés
no parece tener un carácter relevante, que le haga prevalecer sobre el derecho
de los ciudadanos a su propia imagen (ST 7.10.1996).
Por su parte, la Agencia de Protección de Datos destaca entre las actividades
de Internet que vulneran principios de privacidad de las personas, la
divulgación a través de la Red de imágenes personales (junto a otras como
dejar al descubierto en Internet datos personales, transferencias de información
confidencial o retención de datos personales, como puede ser las contraseñas
de usuarios).
2. Guardería donde los padres de los menores matriculados podían
contemplar a sus hijos durante el horario escolar, empleando para ello
una dirección de Internet, con unas claves de seguridad individuales.
Se evidencia que los fines de la difusión no tienen un carácter comercial o
publicitario, sin embargo, aun admitiendo un interés educativo o cultural,
siguiendo la tesis del Tribunal Supremo, ese interés no parece tener un
carácter relevante, que le hiciera prevalecer sobre el derecho de los
ciudadanos a su propia imagen.
La actividad de captación y difusión de imágenes de los menores mientras
estaban en la guardería y su reproducción en la red Internet, parece encajar en
el art.7.5 de la Ley Orgánica 1!1982, y por lo tanto puede constituir una
intromisión ilegitima en la intimidad de los menores, aun contando con la
autorización parental y a pesar de las técnicas de seguridad adoptadas como
las claves de acceso especificas, que, de un lado, no impiden que los usuarios
puedan contemplar imágenes de menores sobre los cuales no detentan
funciones de carácter tuitivo y que, de otro, pueden ser burladas permitiendo el
acceso de cualquier persona.
3. Los expedientes disciplinarios, respeto a la intimidad.
Vamos a plantearnos si es posible ocultar la identidad de los menores que
declaran en los expedientes disciplinarios.
Un primera manifestación del respeto a la intimidad del menor dentro del
ámbito educativo, lo constituye el art. 18 del Real Decreto 732!1995, de 5 de
mayo, de Derechos y Deberes de los Alumnos, que recoge la obligación de los
centros docentes de guardar reserva sobre toda aquella información de que
dispongan acerca de las circunstancias personales y familiares del alumno.
En esta línea y de acuerdo con la norma citada, en el ámbito de los
procedimientos sancionadores, únicamente esta previsto comunicar a los
padres o representantes legales del alumno menor de edad afectado por un
expediente disciplinario:
● Durante la fase de instrucción:
= El pliego de cargos, donde se expondrán con precisión y claridad los hechos
imputados;
= y la propuesta de Resolución que, deberá contener los hechos y conductas
que se imputan al alumno, la calificación de los mismos, las circunstancias
paliativas o agravantes si las hubiere y la medida correctiva que se propone.
= Durante la fase de resolución: la Resolución del Consejo Escolar, que será
suficientemente motivada y contendrá los hechos que se imputan, las
circunstancias agravantes o paliativas, los fundamentos jurídicos en los que se
basa la corrección, la medida y su fecha de efecto y el órgano ante el que cabe
interponer recurso y plazo del mismo.
Esta notificación al padre o representante legal del alumno menor de edad
imputado, es imprescindible para su defensa. En principio, esos documentos no
tendrían la necesidad de reflejar la identidad de personas de donde proviene la
información recabada, o a las que se ha tomado declaración para aportar datos
de interés al expediente, quedando axial salvaguardado el derecho a la
intimidad de cuantos menores declaren como testigos del mismo.
Sin embargo, cuando los hechos imputados al alumno consisten en una
agresión de cualquier tipo a una persona concreta, esta circunstancia esta
ligada de forma inseparable a la descripción del suceso, de manera que
difícilmente podrá obviarse al imputado la identidad de dicha persona, cuando
se le da traslado del pliego de cargos o de la propuesta de resolución para que
formule alegaciones, dado que, si así fuera, se estaría impidiendo su derecho
de defensa.
Entre las cautelas que pueden adoptarse, convendría tener en cuenta la
posibilidad de formular al padre o representante legal del alumno menor de
edad imputado que accede al expediente, la advertencia sobre la prohibición de
difundir información a la que ha tenido acceso, so pena de incurrir en una
intromisión ilegitima en el derecho a la intimidad del menor.
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