PODER JUDICIAL DE LA NACION JUZGADO NACIONAL DE PRIMERA INSTANCIA DEL TRABAJO NRO. 57 "ASOCIACION DE TRABAJADORES DEL ESTADO ATE C/HOSPITAL DE PEDIATRIA SAMIC DR. PROF. J.P.GARRAHAM S/COBRO DE SALARIOS'- EXPTE. N`33.582/07- SENTENCIA N`5541 (NO FIRME) BUENOS AIRES, 8 DE ABRIL DE 2013. Y VISTOS: Estos actuados en los que la ASOCIACION DE TRABAJADORES DEL ESTADO - ATE-, en representación de los trabajadores denunciados a fs. 61/63, demanda al HOSPITAL DE PEDIATRIA SAMIC DR.PROF. J.P.GARRAHAM. Relata que, en el marco de recuperación salarial que emprendiera la actora en el año 2005, se dispuso la realización de medidas de acción directa en toda la Administración Pública de la República Argentina. En el caso de la accionada, dichas medidas se desarrollaron entre los meses de abril y septiembre de 2005, en lapsos interrumpidos semanalmente, y cada semana la huelga se prolongaba progresivamente de 24, 48 o 72 horas. La modalidad utilizada era que los trabajadores permanecían en los puestos de trabajo, cesando en sus tareas, pero sin obstaculizar ni impedir el funcionamiento del Hospital. Prosigue diciendo que a partir de agosto de 2005 el Consejo de Administración del hospital decidió que se descontaran los días de huelga de los salarios de los trabajadores que se adhirieron a las medidas de fuerza decretadas por ATE, y sosteniendo que con ello contradijo disposiciones constitucionales prescriptas por el art. 14 bis e instrumentos internacionales enunciados en el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional. Sostiene que la decisión de la empleadora es contraria a derecho por obedecer la huelga a la culpa del empleador, y evidencia una clara actitud persecutoria y antisindical, como represalia por sus reclamos. A fs. 72/90 contesta el demandado la acción incoada en su contra, negando que su conducta haya sido contraria a la libertad sindical, que los descuentos de haberes realizados a la demandante no se ajusten a derecho y que constituyan una forma de represalia por un nuevo conflicto, que la medida de fuerza adoptada por la entidad sindical fuese causada por culpa de su parte. Aduce en su defensa que el proceder seguido al descontar los haberes del personal del hospital que no prestó tareas durante las medidas de fuerza efectuadas en los meses de abril a septiembre de 2005 se ajusta a lo dispuesto en los arts. 20 y 21 del Régimen Personal del Hospital, que fuera creado en el marco de la ley 17102. Asimismo, relata que fueron otorgados diversos aumentos desde el año 2002 hasta marzo de 2005. Producidas las probanzas ofrecidas por las partes, quedaron las actuaciones en condiciones de ser sentenciadas. Y CONSIDERANDO: Tal como había quedado trabada la litis, contestes ambas partes en la participación de la demandante y de los trabajadores cuya representación invoca en las medidas de fuerza dispuestas por la ASOCIACION DE TRABAJADORES DEL ESTADO- ATE-, así como en la cuantía de lo descontado en concepto de haberes por no haber puesto la fuerza de trabajo a disposición del empleador en diversas oportunidades durante los meses de abril a septiembre de 2005, y existiendo controversia en cuanto a si corresponde abonar salarios en caso de falta de prestación por haber adherido a una medida de fuerza dispuesta por la entidad sindical correspondiente- así como la eventual culpa del empleador en la generación del conflicto que da lugar a la huelga incide en torno al punto- y una finalidad antijurídica- descuento como represalia-, corresponde elucidar lo atinente a estas últimas cuestiones. El contrato de trabajo - según la clasificación clásica- es bilateral, oneroso, conmutativo y de tracto sucesivo. Realizando una simplificación extrema, puede decirse que las obligaciones básicas y principales- obviamente no las únicas- que asumen las partes son poner la fuerza de trabajo a disposición del empleador (la del trabajador) y abonar la remuneración correspondiente (la del empleador). El concepto de remuneración está normativamente fijado en el art. 103 de la Ley de Contrato de Trabajo. Según el mismo, remuneración es la "contraprestación que debe percibir el trabajador como consecuencia del contrato de trabajo". Es evidente que - en torno al punto- se ha seguido el Convenio 95 de la OIT, según el cual (art. 1ro.) salario "significa la remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba prestar". De modo tal que en el contrato de trabajo -bilateral, oneroso, conmutativo y de tracto sucesivo- el trabajador se hace acreedor a la remuneración cumpliendo con su obligación principal, que es poner su fuerza de trabajo a disposición del empleador, o cuando se encuentra legal o convencionalmente eximido de ponerla a disposición- licencia por enfermedad (art. 208 LCT), licencia para descanso anual (art. 150 LCT), licencia paga acordada con el empleador, etc.-, y -por contrario- no se devenga en su favor remuneración alguna si incumple con aquella obligación. Entre los numerosos doctrinarios que se han abocado al análisis de la cuestión, el profesor Justo López ha elaborado una valiosa conceptualización de la huelga, a la que describe como "el acto jurídico de incumplimiento justificado de la prestación contractual de trabajo subordinado, colectivamente decidido como medio de presión sobre los empleadores, para hacer triunfar un interés profesional también colectivo"'. ("La huelga como acto jurídico colectivo", LT XX-A, pág. 8) La huelga es una de las herramientas- quizá la más contundente- con que cuentan los trabajadores para luchar colectivamente en pos de la consecución de los intereses grupales, y constituye un derecho fundamental- reconocido constitucionalmente- de aquéllos. La huelga es decidida voluntariamente por el colectivo de los trabajadores, y la adhesión a la misma voluntariamente decidida por cada trabajador en forma individual. Es, como ya dijera, una herramienta de lucha. Lucha por la dignidad de los trabajadores, cuya representación colectiva entiende avasallados o retaceados sus derechos, que - por definiciónimplica esfuerzo. El trabajador que adhiere a una huelga sabe que - al abstenerse de poner su fuerza de trabajo a disposición del empleador- no está gozando de un franco o asueto auto-concedido o de un día de descanso, sino intentando - como medio- causar un daño al empleador de entidad tal que supere la ventaja que éste obtiene al no conceder lo requerido. En tanto fundamental, el ejercicio del derecho de huelga debe ser protegido por el Estado y soportado por el empleador. Protegido no implica promovido. Soportado no implica solventado. No existe regulación alguna acerca del derecho del trabajador a percibir - o no- la remuneración correspondiente a un día en que se abstuvo de poner su fuerza de trabajo a disposición del empleador por adherir a una huelga. En torno al punto, bien viene recordar la prohibición contenida en el primer párrafo de art. 9 de la Ley 23.551, en relación con la posibilidad de que las asociaciones sindicales puedan recibir ayuda económica de empleadores, que implica un reconocimiento al principio de pureza y tiene como propósito preservar la autonomía de esas asociaciones. La percepción de remuneración por un día en que no se prestaron tareas en virtud del acatamiento a una huelga no sólo violenta lo más elemental del sinalagma contractual laboral, sino que ofende a la dignidad, integridad e independencia de los trabajadores, quienes en tal caso permitirían que el empleador solvente su lucha, desvirtuando así la naturaleza activa y combativa de la misma para degenerarla en holganza, pero no entendido el vocablo como raíz del sustantivo huelga sino como sinónimo de ociosidad o pereza. Malhadado será el día en que los trabajadores, convocados por intereses superiores y de solidaridad- trascendentes de los puramente individuales- a una huelga, se abstengan de poner su fuerza de trabajo a disposición del empleador, pero no para tomar su lugar en la lucha sino para simplemente gozar de un día de holganza. La accionante argumenta también que el descuento habría sido dispuesto a modo de represalia. Si recordamos que, conforme el Diccionario de la Real Academia Española (vigésimo segunda edición), represalia es la "respuesta de castigo o venganza por alguna agresión u ofensa", y también que las ya analizadas características del contrato de trabajo demandan la puesta a disposición del empleado a fin de que se devengue el derecho a percibir remuneración, así como la conceptualización realizada respecto de la huelga, mal puede acordarse con la argumentación ensayada con la actora. En efecto, la huelga es un derecho fundamental de los trabajadores, cuyo ejercicio no puede ser considerado agresión u ofensa al empleador. Y el descuento de la remuneración indebidamente abonada por no haberse devengado derecho a ella, al no haber puesto el trabajador la fuerza de trabajo a disposición del empleador, no puede ser considerado castigo o venganza. Por todo ello, la demanda incoada habrá de ser rechazada. Por hallar mérito para apartarme del principio general que, en materia de costas, consagra el art. 68 del C.P.C.C.N., atento la naturaleza de la cuestión debatida (arg. art. 71 del C.P.C.C.N.) las mismas serán impuestas en el orden causado. Para regular los emolumentos de los profesionales intervinientes en la causa, tomaré en consideración el mérito de la labor desarrollada, lo normado en el art. 38 de la L.O., ley 21.839 y demás disposiciones arancelarias de aplicación. Al efectuarse la liquidación de los emolumentos regulados a los profesionales actuantes, deberá calcularse- también- la incidencia del porcentual correspondiente a la alícuota del Impuesto al Valor Agregado, que integrará los mismos, y ello de conformidad con lo resuelto por la C.S.J.N. (C.181-XXIV- 16/6/93, in re "CIA. GENERAL DE COMBUSTIBLES S.A. S/RECURSO DE APELACION"), al establecer que "aún cuando los honorarios regulados judicialmente no pueden asimilarse literalmente a los precios concertados a que se refiere la norma legal que estableció el I.V.A., ello no permite obviar la ponderación de que tal precepto reveía inequívocamente que el legislador previó el funcionamiento del tributo de manera tal que su carga se traslade hacia quien ha de pagar por el bien o el servicio gravado, sin que existan elementos que autoricen a suponer que la materia bajo examen constituya una excepción a ese principio". Por todo ello, disposiciones legales citadas, y demás consideraciones vertidas, FALLO: 1) Rechazar la demanda incoada por ASOCIACION DE TRABAJADORES DEL ESTADO - ATE- contra HOSPITAL DE PEDIATRIA SAMIC DR. PROF. J.P. GARRAHAM; 2) Imponer las costas en el orden causado; 3) Regulando los honorarios de la representación y patrocinio letrado de la parte actora y los de igual carácter de la demandada en las sumas de $ 4.000.- para cada una de ellas, las que se encuentran expresadas a valores de la fecha del presente pronunciamiento, y devengarán intereses a la tasa establecida en el acta N`2357 de la C.N.A.T. REGISTRESE, NOTIFIQUESE, y - oportunamente- previa citación Fiscal, ARCHIVESE. JOSE ALEJANDRO SUDERA JUEZ NACIONAL