Pregón de Semana Santa 2015

Anuncio
••••••SUMARIO••••••
SALUTACIÓN DE LA ILUSTRÍSIMA SRA. ALCALDESA……..…………………...….. 3
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA……..……... 4-5
PROGRAMA DE ACTOS:
ACTOS CUARESMALES………………………………………………………………..… 6
CULTOS PREVIOS A LA SEMANA SANTA……………………….………………….… 7
CELEBRACIONES LITÚRGICAS………………………………….……………………... 8
DESFILES PROCESIONALES…………………………….…………………..……… 10-11
PRESENTACIÓN DE D. ENRIQUE ORTÍZ BAENA, PREGONERO DEL PRESENTE
2015…………………………………………………………………………………………… 12
RECENSIONES Y ARTÍCULOS DE HERMANDADES……..……………………… 14-37
PREGÓN DE SEMANA SANTA 2014, POR D. JUAN LUQUE CARRILLO.…..…. 38-49
SALUDA DE LA ALCALDESA
Estimados amig@s:
E
s un placer para mí, como en años
anteriores, el poder dirigirme a vosotr@s
desde esta magnífica revista que realizan
las cofradías y hermandades de nuestra localidad.
La Semana Santa, junto con nuestra Feria en honor
a San Bartolomé, es uno de los momentos de reencuentro
fundamentales de nuestro pueblo. Nuestr@s paisan@s que
están fuera escogen estas dos fechas para venir a su
pueblo, por lo que es un momento de reencuentro con
nuestros familiares y amigos que, en muchos casos, no
hemos visto en mucho tiempo. Es por ello que en el
recuerdo de tod@s l@s luqueñ@s, estos dos momentos
ocupan un lugar muy especial en nuestra memoria.
La gente se vuelca en la calle, unos en sus hermandades y procesiones, para que
todo salga bien, tras el trabajo realizado todo el año, y otros para pasar unos días de
reencuentro y tranquilidad, por lo que Luque, durante estos días, brilla de manera
especial.
Es mucho el esfuerzo, cariño y entusiasmo que se pone desde todas las
hermandades y cofradías de nuestra localidad para que todo lo organizado y trabajado
durante el año salga bien en estos días, por eso quiero desde estas líneas agradecer a
todas las personas que hacen posible nuestra Semana Santa, pues están creando
vivencias y recuerdos para toda una vida.
Por esta razón, desde el Ayuntamiento, colaboramos en todo lo que está en
nuestra mano, con tod@s l@s luqueñ@s, que de corazón, la hacen posible.
Buena Semana Santa a tod@s.
Felisa Cañete Marzo
ALCALDESA DE LUQUE
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA
LA CUARESMA 2015
Fortalezcan sus corazones (St. 5, 8)
Queridos hermanos y hermanas:
L
a Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y
para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co. 6, 2). Dios
no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque
Él nos amó primero» (1 Jn. 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de
nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de
nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando
estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace
jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen…
Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido
de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión
mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un
malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no
cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.
1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co. 12, 26).
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la
ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede
testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista
de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de
los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro
no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un
ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien
antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn. 13, 8) y así pueden
servir al hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él.
Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en
particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En Él no
hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones.
Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un
miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co. 12,
26).
2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn. 4, 9).
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las
parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos
parte de un solo cuerpo? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que
están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada?
(cf. Lc. 16,19-31).
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora,
se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos,
que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la
indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del
mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la Muerte y la
Resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio.
Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía
peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en
el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra
que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir
trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254, 14 julio 1897).
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la
Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia
en medio del mar de la indiferencia.
3. «Fortalezcan sus corazones» (St. 5, 8)
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de
noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos
toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta
espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia
terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas
personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se
celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días
13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración. Y en
segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto
a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos
organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo
propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto,
aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma
humanidad.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con
ustedes a Cristo en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor
tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo” (Súplica de las
Letanías al Sagrado Corazón de Jesús).
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente recorra provechosamente el
itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.
Franciscus.
ACTOS CUARESMALES
Miércoles de Ceniza
Miércoles 18 de febrero a las 19:30 h., en la Parroquia, Santa Misa con imposición de la
ceniza, apertura del tiempo cuaresmal, presentación oficial del cartel anunciador de la
Semana Santa 2015.
Rezo del Santo Vía Crucis
Todos los viernes antes de la Santa Misa de las 19:30 h., en la Parroquia.
Peregrinación a la Virgen de la Sierra
El sábado día 21 de Febrero peregrinaremos de modo penitencial al Santuario de la
Virgen de la Sierra, para ganar la gracia del Año Jubilar, que le han concedido con
motivo del 1.300º Aniv. de la Ocultación de la Imagen, 775º de la Aparición o hallazgo
por el Cautivo y 10º Aniversario de la Coronación Pontificia. Saldremos hacia las nueve
de la mañana de la Plaza para volver hacia la una de la tarde.
Retiro-Convivencia
Lunes 2 de Marzo a partir de las 17:00 h., en la Capilla del Hospital de Jesús Nazareno.
Cena del Hambre
Viernes 6 de marzo a las 20:30 h., en los Salones parroquiales de la Aurora.
Pregón de Semana Santa 2015
El sábado día 14 de Marzo, después de la misa de 19:30 h. Estará a cargo de D. Enrique
Ortiz Baena.
Vía Crucis de las HH. y Cofradías
El viernes día 20 de Marzo, comenzando con la Santa Misa de las 19:30 h., en la
Parroquia.
CULTOS PREVIOS A LA SEMANA SANTA
Lunes 23 de marzo
A las 19:30 h. en la Ermita de la Aurora: Hermandad del Señor de la Humildad y María
Santísima de la Compasión.
Martes 24 de marzo
A las 19:30 h. en la Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción: Cofradía del Santo Sepulcro,
Hermandad de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Cofradía de San Juan Evangelista.
Miércoles 25 de marzo
A las 19:30 h. en la Capilla del Hospital de Ntro. Padre Jesús Nazareno: Hermandad de
Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Hermandad de penitentes de las Tres
Caídas.
Jueves 26 de marzo
A las 19:30 h. en la Ermita del Rosario: Devota y Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús
Nazareno y María Santísima de la Soledad.
Viernes 27 de marzo
A las 19:30 h. en la Ermita de San Bartolomé: Archicofradía del Santísimo Cristo de la
Vera Cruz y María Santísima de los Dolores. A continuación de la Santa Misa se
procederá al Besamanos de la Titular.
Sábado 28 de marzo
A las 19:30 h. en la Iglesia de San Agustín: Hermandad del Santísimo Cristo del
Silencio y Expiración, y Hermandad de San Juan.
Nota. La Hermandad del Señor Resucitado realizará su Misa de Regla el Domingo de
Resurrección, antes de su salida procesional, en la Parroquia de Ntra. Sra. de la
Asunción
CELEBRACIONES LITÚRGICAS
29 de Marzo: DOMINGO DE RAMOS
A las 10:30 h. en la Capilla de Jesús Nazareno: Bendición de las palmas y olivos.
Procesión con la imagen de “La Borriquita” y Santa Misa a su llegada a la Parroquia.
2 de Abril: JUEVES SANTO
A las 17:30 h. en la Parroquia: Misa de la Cena del Señor y Lavatorio de pies a los
apóstoles.
A las 23:00 h. en la Parroquia: Hora Santa ante el Monumento del Santísimo
Sacramento.
3 de Abril: VIERNES SANTO
A las 16:00 h. en la Parroquia: Celebración de la Pasión y Muerte del Señor.
A las 20:30 h. en la Parroquia: Descendimiento y Sermón de la Siete Palabras.
4 de Abril: SÁBADO DE GLORIA
A las 23:00 h. en la Parroquia: SOLEMNE VIGILIA PASCUAL
5 de Abril: DOMINGO DE RESURRECCIÓN
A las 10:30 h. en la Parroquia: Misa Solemne de la Resurrección del Señor.
DESFILES PROCESIONALES
VIERNES DE DOLORES: 1ª Cuadrilla de Judíos Cola Negra
Salida del Cuartel a las 19:00 h. para asistir a su misa. Ofrenda floral a Jesús Nazareno y
recorrido por las ermitas.
DOMINGO DE RAMOS: Hermandad de Ntro. Padre Jesús en su entrada
triunfal en Jerusalén
Capilla del Hospital de Jesús Nazareno.
Salida: 10:30 h. Entrada: 14:00 h.
MARTES SANTO: Hermandad de los penitentes de las Tres Caídas.
Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción
Salida: 22:30 h. Entrada: 00:30 h.
MIÉRCOLES SANTO: Hermandad del Señor de la Humildad y María
Stma. de la Compasión, y Cofradía de San Juan Evangelista
Ermita de la Aurora.
Salida: 21:30 h. Prendimiento: 22:15 h. Entrada: 00:30 h.
JUEVES SANTO: Archicofradía del Stmo. Cristo de la Vera Cruz y María
Stma. de los Dolores
Ermita de San Bartolomé.
Salida: 20:30 h. Entrada: 23:30 h.
VIERNES SANTO MADRUGADA: Hermandad del Stmo. Cristo del
Silencio y Expiración
Iglesia de San Agustín.
Salida: 01:30 h. Entrada: 04:00 h.
VIERNES SANTO MAÑANA: Devota y Antigua Cofradía de Ntro.
Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la Soledad, y Hermandad de San
Juan
Ermita del Rosario.
Salida: 06:30 h. Sermón del Paso: 10:30 h. Entrada: 12:00 h.
VIERNES SANTO TARDE: Cofradía del Santo Sepulcro, Devota y
Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la
Soledad, y Cofradía de San Juan Evangelista
Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción.
Salida: 21:30 h. Entrada: 01:00 h.
SÁBADO SANTO: Hermandad de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Devota
y Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la
Soledad
Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción.
Salida: 18:30 h. Entrada: 22:00 h.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN: Hermandad del Señor Resucitado.
Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción.
Salida: 12:00 h. Entrada: 15:30 h.
PREGONERO DE SEMANA SANTA,
LUQUE 2015
Enrique Ortiz Baena
E
nrique Ortiz Baena nació en la
estación de Luque el día 9 de marzo
de 1946, siendo el menor de ocho
hermanos. Está casado desde 1970 con Antonia
Mármol Alcaraz y es padre de cuatro hijos: Miguel,
Enrique, María Trinidad y Antonio José. Cursó
estudios de primaria en la escuela del "maestro del
algarrobo" y de bachiller superior por libre en el
Instituto Aguilar y Eslava de Cabra.
En 1966 obtiene el título de Maestro de Enseñanza Primaria por la Escuela de
Magisterio de Córdoba. Durante los cursos 1966-67 y 1967-68 fue maestro en el
Colegio María Auxiliadora de los Padres Salesianos de Córdoba.
En 1968 supera las oposiciones, obteniendo plaza de maestro nacional. En
1968-69 realiza el servicio militar en Madrid. Desde el curso escolar 1969-70, hasta su
jubilación, ejerce como maestro en el Colegio Nuestra Señora del Rosario, de Luque. A
lo largo de su vida laboral cursó todos los cursos de técnicas directivas existentes por
aquel entonces, ocupando durante años el cargo de secretario del mencionado colegio.
Desde 1979 hasta 1983 formó parte como primer teniente de alcalde del primer
gobierno de la democracia del ayuntamiento de Luque, al ganar UCD las primeras
elecciones municipales, tras la restauración democrática. Durante más de quince años,
en las décadas de 1980 y 1990, ocupó el cargo de secretario de la Hermandad de San
Juan. Entre 1984 y 1986 fue hermano mayor de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús
Nazareno y María Santísima de la Soledad. En los años 90 también ocupó el cargo de
secretario de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima
de los Dolores.
A lo largo de su vida siempre ha sido un firme defensor de las costumbres y
tradiciones de su pueblo, Luque.
VIERNES DE DOLORES
Primera Cuadrilla de Judíos Cola Negra
eterna.
E
n esta semana, el mundo entero conmemora la muerte de Jesucristo, el
Hijo de Dios, el cual vino a la tierra tomando forma de hombre y, sin
experimentar pecado, murió por cada uno de nosotros para darnos vida
A ésta en especial la llamamos “Semana Santa”, pero ¿será que verdaderamente
es una semana santa para nuestra vida?, en especial, en esta semana todo el mundo tiene
vacaciones, las cuales utilizan para ir con la familia a la playa, a las ciudades o pueblos
a visitar a los familiares o para simplemente descansar en casa; otras personas utilizan
esta semana para ir de fiesta con los amigos y realizar acciones que no tienen nada que
ver con la santidad, que debería reflejar esta llamada “Semana Santa”.
Personalmente no celebro una semana
específica como “Semana Santa”, porque desde que
conocí a Cristo he entendido que cada día, que cada
semana, que cada mes o cada año tengo que ser lleno de
santidad de mi parte hacia Dios. Yo no puedo estipular
una sola semana para consagrarme a Dios, en mi
manera de vivir, demostrando con esto el
agradecimiento que tengo al hecho de que Jesús diera
su vida por mí.
Querido hermano, Dios no se merece solo una semana de agradecimiento o de
consagración; al contrario, el sacrificio que Jesús hizo por nosotros deberíamos
recordarlo a diario, para evitar caer en el pecado y pisotear dicho sacrificio. Cada día de
nuestra vida tendría que ser una razón más para valorar el hecho de vivir en santidad,
pues esa es la voluntad de Dios al salvar nuestra vida.
Para los cristianos es muy importante celebrar esta semana, es el momento para
reconocer y recordar que Dios anhela de mí una vida santa, pero sobre todo para que
esta semana nos ayude a no olvidar durante todo el año que esta santidad tiene que ser
un modelo de vida, tratando de imitar a Jesús. Invito a que no dediquemos solo una
semana a buscar a Dios, a tratar de vivir santamente durante ese periodo de tiempo,
porque entonces la pregunta sería: ¿y después qué? Lo importante es el después, el que
cada día de nuestra vida nos podamos levantar experimentando eso tan bonito como es
la misericordia de Dios, y podamos reconocer que el sacrificio de Jesús en la Cruz del
Calvario fue tan grande, que no alcanzaremos en nuestra corta vida en la tierra para
agradecer el precioso acto de amor que realizó por nosotros.
Y para todo esto nunca debemos olvidar que jamás podremos llegar a la santidad
sin amor.
Todo cristiano ha de recorrer el camino de la
santidad para alcanzar la perfección del amor, éste es el
designio de Dios.
En la Primera Carta a los Corintios, San Pablo nos
habla del amor, del AMOR supremo. En este pasaje, San
Pablo contrasta el amor con todas las cosas que creemos
importantes (la elocuencia, los misterios, la caridad, el
sacrificio y el martirio, e incluso con la fe).
Pero nos dice que por muchas de todas estas cosas que tengamos, de NADA nos
sirven si no tenemos AMOR.
El espectro del amor tiene nueve ingredientes:
La paciencia: el amor “es sufrido”.
La amabilidad: el amor “es benigno”.
La generosidad: el amor “no tiene envidia”.
La humildad: el amor “no se envanece”.
La cortesía: el amor “no hace nada indebido”.
El desinterés: el amor “no busca lo suyo”.
El buen genio: el amor “no se irrita”.
La sencillez: el amor “no guarda rencor”.
La sinceridad: el amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”.
Que cada semana santa de nuestra vida sirva para ayudarnos a descubrir cada
vez más cercano al único y verdadero Salvador.
DOMINGO DE RAMOS
Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su entrada triunfal en
Jerusalén, “La Borriquita”
SALUTACIÓN DE LA HERMANA MAYOR
M
e llena de orgullo y
satisfacción,
dado
los
tiempos que corren, ver un
año más a la Borriquita por las calles de
nuestro pueblo. Quiero agradecer por el
esfuerzo y dedicación a nuestros costaleros,
costaleras y todos los colaboradores que, de
forma altruista, ayudan a que nuestra fiesta de
la Semana Santa sea orgullo de nuestro pueblo.
Cada mañana de Domingo de Ramos podemos volver a vivir con Jesús su
entrada triunfal en Jerusalén, acompañándolo todos los luqueños en su procesión por
nuestras calles.
Reciban un cordial saludo.
Mª Pepa Lázaro,
Hermana Mayor.
SALIDA: 10:30 horas de la Capilla del Hospital de Jesús Nazareno
MARTES SANTO
Hermandad de las Tres Caídas
CUARESMA CON TRES RAZONES, TRES CAÍDAS PARA LEVANTARSE Y
AVENTURARSE EN UN CAMBIO… UN “CORAZÓN PARTÍO”…
A
menudo me pregunto si la situación ha cambiado por la política o por
la inercia y dejadez de las personas. Es cierto que no es conveniente, ni
interesante, ser pasivo, ni nadie debe ser esclavo de su identidad.
Cuando surge una lógica posibilidad de cambio, se debe cambiar ya que la necesidad,
ignorancia o cualquier limitación de una persona, no son tierra fértil para la evolución y
desarrollo. Ser abierto al conocimiento, la cordura y el entendimiento es lo más indicado
para promover un cambio; limpieza de la corrupción y del desamor que sufrimos día a
día.
“La aventura podrá ser loca, pero el aventurero para llevarla a cabo, ha de ser
cuerdo” (Gibert Keth).
La aventura acompaña al cambio, que nos
escoge a nosotros, con cierto romanticismo y diálogo
entre personas que les agrada vivir la política, el
amor... sin importarles lo que dejan en el camino, pero
si proporcionar alegría y una inolvidable compañía,
una buena conversación y compenetración que habías
perdido o que nunca la encontraste. Siempre hay un
poco de locura en el amor, pero siempre hay también
un poco de razón en la locura. Puedo decir que amar
es bueno, pero que a cierta edad no es fácil sin
calidad humana, generosidad y diálogo. Es la
oportunidad para madurar, compartir y agradecer sin
comparaciones, pero que se enfrenta a la timidez y a
la responsabilidad.
J. L. M. M.
SALIDA: 22:00 horas desde el cuartel (C/ Cocheras Hermanos de la Aurora, 5) hacia la
Parroquia.
MIÉRCOLES SANTO
Hermandad del Señor de la Humildad y María Santísima de la
Compasión
L
a Semana Santa del presente 2015 se presenta con un cambio importante
para nuestra Hermandad, pues el pasado año se produjo la renovación de
la junta de gobierno. Siguiendo lo establecido en nuestros estatutos y con
la guía del Consiliario y Párroco D. Manuel Rabadán, tras la renuncia de la anterior
hermana mayor, doña Isabel María García Lázaro, se inició el proceso de elecciones en
las cuales ha sido elegido como hermano mayor D. José Romero Girón, cuya toma de
posesión se produjo el pasado día 20 de noviembre de 2014.
En ese mimo acto también tomaron posesión de sus cargos el resto de los
miembros de la junta de gobierno, quedando ésta constituida de la siguiente manera:
-
José Romero Girón………………. Hermano mayor
Carlos Expósito Luque…………... Vice-Hermano mayor
Baldomero León Bravo………….. Tesorero
María del Carmen Pinto Ortiz…… Vice-Tesorero
Luis Miguel Serrano López……… Secretario
Joaquín López Jiménez………….. Vice-Secretario
Juan José Carrillo Rodríguez……. Capataz del Señor
José Manuel Villalba Pérez……... Capataz de la Virgen
Antonio Fuentes Ruiz…………… Actividades caritativas y sociales
Francisco Ramírez Cañete………. Vocal de culto
José Miguel Luque Marzo………. Vocal de evangelización
Isabel María García Lázaro………Vocal estación penitencia
Vicenta Molina Ruiz……………. Camarera de la Virgen
Enriqueta Navarro Tienda………. Camarera del Señor
Rafael Carrillo Jurado…………… Vocal de mantenimiento
La nueva junta quiere aprovechar esta ocasión para agradecer a doña Isabel
María García Lázaro y a la anterior junta de gobierno, el gran trabajo que han realizado
a lo largo de estos años, pues sin duda han hecho más grande nuestra Hermandad,
siendo una muestra de ello la participación en el concurso de patios del pasado año, que
demostró con creces lo que una hermandad unida puede conseguir.
Este año, tan sólo hace unas semanas, y tras varios meses cerrada al culto, ha
abierto sus puertas una vez más nuestra preciosa iglesia. Reparados los daños que se
habían producido en varias molduras de yeso del techo debido a la humedad, de nuevo
luce con todo su esplendor para que en esta Semana de Pasión vuelvan a resonar entre
sus paredes los vivas y vítores a nuestro Señor y su Santísima Madre, y luzcan como se
merecen en todos los actos que con tanto fervor se organizan.
Por último, quiero concluir estas líneas dando las gracias una vez más a la
anterior junta, a nuestro consiliario y a todas las personas que me acompañan en esta
nueva etapa, la cual deseo y estoy convencido que estará llena de alegría y bien en pro
de nuestra Hermandad, la Semana Santa de Luque y la fe que nos guía y anima a
levantar la voz y decir con ilusión: ¡viva el Señor de la Humildad y María Santísima de
la Compasión!
SALIDA: 21:30 horas de la Ermita de la Aurora.
MIÉRCOLES SANTO
Cofradía de San Juan Evangelista
MUERTE DE SAN JUAN EVANGELISTA
T
uve una hermosa visión de la muerte
de San Juan. Era ya muy anciano; su
rostro empero se conservaba siempre
fresco, hermoso y juvenil. Lo he visto en Éfeso, en
la iglesia, creo, durante tres días, partiendo y
repartiendo el pan (expresión antigua para significar
la comunión). Me pareció que Jesús se le apareció y
le predijo su próxima muerte. Tengo de ello una idea
algo confusa; sin embargo, recuerdo que Jesús se le
apareció: lo he visto enseñando al aire libre, fuera de
la ciudad, debajo de un árbol, rodeado de muchos
discípulos. Se retiró con dos discípulos a un lugar
hermoso, detrás de una pequeña colina, entre el
boscaje, había allí una hermosa pradera, y se veía el
reflejo del cielo en el mar en calma. Él les señalaba
algo a ellos en la tierra; me pareció que les decía que
debían hacer o completar su sepulcro allí; creo más
bien que debían sólo completarlo, pues he visto que
pronto estuvo hecho muy bien.
Pienso que lo demás había sido hecho con anterioridad, tanto más que las palas
ya estaban allí. Lo vi luego volver a donde estaban los demás. Él les enseñaba con amor,
rezaba, y les decía que se amasen los unos a los otros. Los dos volvieron, y uno de ellos
le dijo: "¡Ah, Padre, me parece que me quieres dejar!"... Se apretaban en torno, se
echaban de rodillas y lloraban.
El los amonestaba, rezaba con ellos y los bendecía. Luego les mandó
permanecer donde estaban y con cinco de ellos se fue al lugar de la sepultura. Esta no
era muy honda, y estaba muy bien hecha, cubierta con verdor; tenía una especie de tapa
de mimbres, sobre la cual debían poner hierbas y encima una piedra. Juan rezaba con
los brazos extendidos, de pie, junto a la sepultura; echó luego su manto adentro, bajo a
ella, se tendió y rezó nuevamente. Una gran luz descendió sobre él. Aun habló con sus
discípulos. Estos estaban echados en el suelo, junto a la sepultura; lloraban y rezaban.
He visto luego algo maravilloso: mientras Juan estaba tendido y moría
plácidamente, he visto en el resplandor, sobre él, una figura luminosa, como él mismo,
saliendo de su cuerpo, como de una envoltura y desapareciendo en la misma luz y
resplandor. He visto luego acudir a los demás, y echarse alrededor de su sepultura, que
luego cubrieron. He visto también que el cuerpo de Juan no está en la tierra. Veo entre
el este y el oeste un espacio luminoso, semejante a un sol, lo veo allí dentro, como si
intercediera a favor de los demás, como si recibiera algo desde arriba y lo diera a los de
abajo. Este lugar lo veo como algo perteneciente a la tierra, pero del todo elevado sobre
ella, de ningún modo se puede llegar hasta allí. (*)
(*) San Antonino trae los hechos narrados en la misma forma que los ve la Beata Ana Catalina (VI, Cap.
6/3). La tradición confirma lo visto por la vidente en la muerte del Santo. San Agustín, San Gregorio de
Tours, Alberto Magno, Tomas de Villanueva y otros son de parecer que Juan murió efectivamente, pero
que su cuerpo fue sustraído de la tierra y que ahora vive, como Enoch y Elías, para volver al fin de los
tiempos a predicar a las naciones. El oficio de la Iglesia griega ha recibido esta tradición en su liturgia .
(Revelaciones de la Beata Ana Catalina de Emmerick).
SALIDA: Acompaña a las cofradías del Señor de la Humildad y Santo Sepulcro.
JUEVES SANTO
Archicofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María
Santísima de los Dolores
2005-2015: DIEZ AÑOS CON NUESTRO HERMANO MAYOR Y JUNTA DE
GOBIERNO
E
l 7 de octubre de este año se cumplen
diez años de aquella asamblea
general en la que por unanimidad fue
elegido, el hasta entonces vocal, José A. Campos
Mayorga como hermano mayor, sustituyendo a
Francisco Jiménez Carrillo quien aún, a día de hoy,
todavía continúa participando activamente en la
junta directiva y en todas sus celebraciones y
eventos. Se cumplen, pues, diez años de un equipo,
una junta unida, siempre por un mismo fin que, pese
a las diferencias y problemas económicos por los
que pasa nuestra Archicofradía, siempre trabaja
unida y colaborando para mejorar cada año nuestros
pasos, y solventar la deuda de un proyecto con el
que iniciaron su mandato.
Es muy gratificante para nosotros comprobar cómo en el Libro de Actas que
tenemos en la secretaría de la Archicofradía, que data de 1930 en adelante (las
anteriores están en la Parroquia), podemos presumir de tener la junta más duradera y
estable de todas las que aparecen desde entonces, y nuestro hermano mayor el que más
tiempo ha ocupado el cargo con toda la responsabilidad y carga que conlleva (sólo
superado -por ahora- por D. Antonio López Jiménez, que ocupó el cargo desde 1962
hasta 1977).
De la primera junta de gobierno, celebrada aquel 2 de diciembre de 2005, no
solo todos los cargos se han mantenido sino que, además, contamos con algunos vocales
más que también colaboran muy activamente y aportan mucho en todas nuestras
reuniones y actividades organizadas. Esta junta la forman José Antonio Campos
Mayorga, como Hermano Mayor; José Manuel Villalba Pérez, como Vice hermano
mayor; Mª Ángeles Molina Aguilera, como secretaria; Diego Luque Molina, como
Vicesecretario; Juan Francisco Cordón Carrillo, como Tesorero; Manuel Porras Rivera
(D. E. P.), como Vicetesorero, quien merece una mención especial puesto que desde
1981, que empezó como Secretario en la misma, durante su mandato de hermano mayor
(1991-1997), y posteriormente como Vicetesorero y vocal, siempre ha colaborado
activamente con entrega y pasión con su Hermandad hasta 2011, sustituido a su muerte
en este cargo por Francisco Jiménez Carrillo.
Como vocales tenemos, en
primer lugar, y como hermano honorífico, a
D. Agustín Arjona Cañete, que también
desde 1981 forma parte de la directiva de la
Archicofradía, ocupando distintos cargos.
Destacamos en estos últimos años su trabajo
y entrega en el proyecto de restauración de la
Ermita que, sin él, no hubiese sido posible, al
ofrecernos un ajustado presupuesto, toda la
maquinaria de la que dispone y la facilidad
de pago, que es lo más importante y lo que
más le agradecemos.
El resto de vocales y equipo con el que trabajamos y contamos para todo lo que
se organiza son: Inmaculada Molina Navas, Antonio Jiménez Molina, Mª Carmen
Baena Olmedo, Matilde López Carrillo, Francisco Ortiz López, Almudena Sánchez
Pérez, Modesto Marín Baena, Antonio Baena Jiménez, Daniel Marzo Jiménez, Antonia
Castro Luque, Juan Carlos Campos Mayorga, María Marín Bermúdez, Antonio Ojeda
Luque, Agustín Molina Cañete…., un gran equipo que, junto con el hermano mayor, su
hermana y sobrinos, trabajamos mano a mano para mejorar cada semana santa, y
recaudar fondos con cada chiringuito, verbena, caseta de feria en San Juan, Feria de la
tapa cofrade, loterías, rifas, cenas de convivencia…. Fondos con los que durante estos
diez años hemos invertido, no sólo en los gastos propios de las procesiones de semana
santa y Cruz de Mayo, sino también en nuevas aportaciones de esta junta a la
Archicofradía, caso del cambio de túnicas de las costaleras de la Virgen, las medallas de
la Archicofradía y, sobre todo, nuestro gran proyecto: la obra de restauración de la
Ermita, que se está pagando gracias a todos y todo lo mencionado en este artículo, y
también gracias a las aportaciones de nuestro Ayuntamiento, cooperativas, nuestros
costaleros y costaleras, hermanos y hermanas y los donativos de todo aquel que ha
querido y quiera colaborar, puesto que aún nos queda 32.408 € que solventar, de los
139.137 iniciales.
A TODOS, MUCHAS GRACIAS.
SALIDA: 20:30 horas de la Ermita de San Bartolomé.
VIERNES SANTO
Cofradía del Santísimo Cristo del Silencio y Expiración
COFRADÍAS, FE Y DEVOCIÓN
L
os que nos llamamos cristianos y a la vez pertenecemos a una hermandad
o cofradía, tenemos la obligación de dar fiel testimonio de fe y devoción,
en todas las cosas que miran hacia Dios, bajo la perspectiva que
conllevan las manifestaciones religiosas encaminadas hacia las procesiones de nuestra
semana santa, procesiones que nacieron con el drama del Calvario y en las que los
cristianos, a lo largo de los tiempos, supieron poner su fe para divulgar y propagar
públicamente el Reino de Cristo, valiéndose de imágenes para representar
extraordinariamente estampas de la Pasión de Jesús.
Es la semana santa de la calle. La de los cristos y dolorosas, la de los pasos, los
nazarenos, los tambores y las bandas de cornetas, la de las saetas en los balcones; la
semana santa que cala en el pueblo y arranca las lágrimas, la admiración y el aplauso; la
que produce una intensa emoción en el espíritu, hasta de los más indiferentes y
agnósticos. No hay espectáculo tan atractivo como ese desfile de los pasos y de los
nazarenos: arte, poesía, fe popular. Todo eso unido hace posible esa semana santa.
Pero hay “otra” semana santa. La de los
templos. La de las celebraciones litúrgicas del
Jueves, Viernes y Sábado Santo. Es la otra
cara de la Semana Mayor, la más antigua. La
de la calle se remonta al siglo XV, con los
cristos de la Vera Cruz y las hermandades de
disciplinantes, que se extiende en la primera
mitad del siglo XVI. La otra, la del interior de
los templos, es mucho más primitiva.
Es la Semana Santa que se vive en la inmensa mayoría de los países: la de la
liturgia intimista y comunitaria.
Esa liturgia, desde el lavatorio de los pies hasta la Misa de la Solemne Vigilia
Pascual, pasando por la Institución de la Eucarística, el Monumento, la Conmemoración
de la Pasión, la adoración de la Cruz o el Pregón Pascual, constituye un resumen
extraordinario de la fe, una síntesis de la Salvación que se nos brinda en Cristo a los
hombres. Es la semana santa menos aparatosa y bulliciosa, pero esencial.
En el Monumento, tradición que se remonta a la Edad Media, el creyente reza,
agradece y medita. En el lavatorio de los pies se nos enseña que la labor del cristiano es
ayudar a los demás con una actitud de servicio, amor y humildad.
El Viernes Santo es día para el dolor, el recuerdo y el silencio. Dios ha muerto
crucificado y no necesita sermones. La cruz es la mejor homilía, resume el Evangelio, la
historia de Dios y también toda la miseria humana.
El Sábado Santo es anticipo de la Resurrección. La luz, elemento natural, se
convierte en símbolo de vida, felicidad, alegría y esperanza. El Cirio Pascual significa
que Cristo resucitado está presente con nosotros aquí, y ahora, simbolizando la victoria
de la vida sobre la muerte. Esta es la “otra” semana santa: la del interior de los templos,
la de las celebraciones litúrgicas, la de una vivencia profunda y sosegada de esos
grandes misterios de la fe.
Los cristianos de verdad viven y participan de las dos; una y otra se
complementan. Por todo ello, el cofrade ha de dar testimonio de Cristo, no solamente en
los desfiles procesionales, sino en todo momento de su vida cotidiana, sin medias tintas,
con naturalidad y sencillez, para que su fe y devoción se propaguen a los demás.
Labor muy importante de las cofradías debería ser despertar en todos los
cofrades esa ilusión y gozo por la liturgia del Triduo Pascual.
J. A. O.
SALIDA: 01:30 horas de la Iglesia de San Nicolás de Tolentino.
VIERNES SANTO
Hermandad de San Juan y Ntra. Sra. de Gracia y Angustias
C
omo la mayoría conocéis, entre los meses de octubre y noviembre,
nuestra Hermandad ha llevado a cabo obras de rehabilitación en la
capilla de nuestros Sagrados Titulares en la iglesia de San Nicolás de
Tolentino: teniendo como fin limitar la humedad y proporcionar un soporte adecuado
para recolocar, en un futuro próximo, el retablo barroco donde en tiempos atrás recibían
culto. La ejecución de esta obra se ha realizado con fondos propios de nuestra
corporación. Aprovechando el momento, se han realizado otra serie de mejoras en el
conjunto de la iglesia:
1) Renovación de la ventana situada encima del retablo de San Pedro, para evitar la
entrada de agua de la antigua deteriorada de madera. A la nueva, se le han
colocado unos cristales al ácido para preservar del soleamiento los valiosos
cuadros que penden en la pared opuesta a la citada.
2) Otra serie de arreglos en varias paredes en distintos puntos, tantos interiores
como exteriores del templo.
3) Limpieza por aspiración del conjunto del retablo del altar mayor.
4) Retirada y salvaguarda de la fina imagen tallada de San Agustín, ubicada en la
portada principal exterior de la iglesia, para que no se siga deteriorando; queda a
la espera realizar una reproducción de la misma para que vuelva a presidir la
Iglesia y el conjunto del “Patín”. Agradecer al pintor D. Francisco Arévalo por
acercar su elevadora, gratuitamente, para tal fin. Se aprovechó esta circunstancia
para intentar atajar el problema de filtraciones que se producía por la espadaña
de la campana.
5) Saneado del paramento descubierto en la sacristía al desmontar el retablo que
vamos a restaurar, y traslado de la Sagrada Imagen de Santo Tomás de
Villanueva a la sacristía, a fin de dignificar su exposición al culto.
6) Tiempo atrás, también se ha procedido a la colocación de unas ventanas nuevas
en la sacristía y la ex-capilla de Santo Tomás de Villanueva, así como a la
colocación de un nuevo motor de evacuación de las aguas residuales del aseo.
7) Pintado y limpieza de la iglesia. La Hermandad agradece encarecidamente la
colaboración altruista y devota de las mujeres que, tras la obra, han acudido
prestas para hacer posible que la iglesia se reabriese con un aspecto remozado.
Por ello, rogamos al Señor tenga presente a estas personas por los actos de buena
voluntad y corazón.
Volviendo a la capilla, lo último que se procedió fue a desmontar el retablo del
siglo XVIII situado en la actual sacristía, para proceder a su restauración y recolocación
en la actual capilla de San Juan y la Virgen. Para la primera fase de la restauración
hemos contado, sólo, con la colaboración del gobierno de la Diputación Provincial, que
ha sido sensible y ha acudido a nuestra petición de preservar el patrimonio de Luque;
ahora queda un camino por recorrer en solitario hasta ejecutar el resto de fases y poder
pagar la totalidad; que resulta tan costosa como ilusionante.
Capilla antes de la obra.
Capilla después de la obra.
Decir a modo de conclusión que hemos vuelto la mirada a la Iglesia de San
Nicolás de Tolentino porque es la sede monumental donde la Virgen de Gracia y
Angustias, con San Juan, permanecen los 365 días del año y porque invertir en
recuperar el patrimonio histórico-artístico de Luque es el mejor modo de devolver a los
luqueños el apoyo que nos prestan cuando se lo requerimos.
Otros arreglos.
SALIDA: 06:30 horas de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario.
VIERNES SANTO
Devota y Antigua Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y
María Santísima de la Soledad
MÁS DE VIDA INTERIOR
C
omo cada año, me piden unas palabras, un breve comentario al ciclo de
la Pasión, quizás una lectura pausada de lo que Cristo hizo por nosotros
en estos días de Semana Santa. En cualquier caso veo oportuno recalcar
y señalar las sabias palabras del que fuera fundador y primer prelado del Opus Dei, San
Josemaría Escrivá que, en su obra de 1934 Camino, dice con gran sentido disciplinario:
“Perdido el sentido sobrenatural de tu vida, tu caridad será filantropía; tu pureza,
decencia; tu mortificación, simpleza; tu disciplina, látigo, y todas tus obras, estériles”.
Últimamente, con todo el tema de la crisis y recesión económica, está muy de moda eso
de “reflexionar”, pero no confundamos reflexionar con el paso previo a obrar bien, pues
también se puede reflexionar retorcidamente. Para reflexionar sincera y humildemente
conversemos de tú a tú, en primera persona, sentados y sin ruidos ni cargas mentales.
Para ti, y también para mí, nos es duro leer en los Santos Evangelios la pregunta de
Pilato: “¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, llamado Cristo?”. En
cambio resulta aún más triste, y terriblemente penoso, oír nuestra respuesta: “¡A
Barrabás!”. Pero todavía hay más. Y es que ¡muchas veces!, sin darme cuenta, al
apartarme del camino, he dicho también “¡A Barrabás!”, y he añadido: “¿A Cristo?....
Crucifige eum – ¡Crucifíquenlo!”.
Esta es nuestra realidad, ¿acaso te espantas?, ¿he ofendido tu fibra sensible?, no,
me imagino… al fin y al cabo estamos reflexionando. Todo eso que nos preocupa, de
momento, puede importar más o menos. Lo que importa absolutamente es que seamos
felices, que nos salvemos. Vemos con cierta frecuencia luces nuevas, aplícalas en tu
vida. Vamos a aprovechar esos instantes para romper a cantar un himno de acción de
gracias y desempolvar rincones del alma, de dejar rutinas rancias, feas, de obrar más por
el Señor y no tanto por uno mismo, de evitar aquel posible escándalo que traía entre
manos para vengarme de… En una palabra: que tu agradecimiento se manifieste en un
propósito concreto: vida interior. ¿Sabes lo que implica vida interior? Vida interior es
tomarse en serio la vida de cristiano: reconocer a Cristo como nuestro Redentor, asistir
asiduamente a la Santa Misa -expresión sacramental del Misterio Pascual-, confesión,
comunión, rezar diariamente el Rosario, hacer buenas obras y, en lugar de tanto golpe
en el pecho, reflexión, pero reflexión diaria, entiéndelo como un examen de conciencia.
Cristo cargó con una cruz hasta llegar al
Gólgota, donde fue crucificado. Tras Él, María
Santísima de la Soledad, San Juan y la Magdalena
fueron testigos de cada momento, de cada insulto,
de cada desprecio, en definitiva nuestros propios
desprecios, transportados a otra época. Verónica,
tú fuiste una buena mujer, con tu gesto valiente
aliviaste por momentos el calvario de Jesús. Él te
lo agradece aún.
Cristo ya no es persona; es un ser maltratado, burlado y ensangrentado. No
puede más: ha expirado. Ha muerto por ti y por mí, o mejor dicho por nuestros pecados.
Piénsalo bien, ha muerto. En tal circunstancia, ¿qué debemos hacer nosotros? Nuestra
experiencia personal -ese desabrimiento, esa inquietud, esa amargura que a veces
sentimos al fracasar- nos hace vivir la verdad de aquellas inolvidables palabras de Jesús:
“¡Nadie puede servir a dos señores!” (Mt. 6, 24)… Te diré algo, jamás hicieron falta
muchas palabras para entender un mensaje tan sencillo.
J. L. C.
SALIDA: 06:30 horas de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario. Acompaña San Juan.
VIERNES SANTO
Cofradía del Santo Sepulcro
TODOS SEGUIMOS MUY DE CERCA Y RECORDAMOS CADA AÑO LA
PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESÚS.
L
os hermanos de la Cofradía
del
Santo
Sepulcro
contemplan y velan rezando
su lecho de muerte, envuelto en ese cristal
celestial desde el que nos lanza con su
mirada su postura y sus gestos, un lenguaje
con el que parece que nos habla y nos
consuela mientras lo lloramos, nos
arrepentimos, le imploramos y, bajo nuestro
silencio, solo con nuestro pensamiento y
nuestra fe en Él, reconocemos con dolor
que ha fallecido por nosotros, soportando
un calvario, para que nos salvemos.
Todo se calla, se entristece, y todos los que ven pasar al Sepulcro agachan la
cabeza, porque en cierta forma se sienten culpables. Los penitentes recorren las calles
de Luque, casi arrastrando los pies, tan solo se oyen sus pasos de luto llenos de tristeza
y agonía, porque acompañan al Santo Sepulcro, donde descansa el Señor.
Ese llanto mudo de la Cofradía, ese respeto, ese desconsuelo, esas miradas que
observan la urna llevada con delicadeza, orgullo y templanza, sensaciones tan profundas
que son provocadas porque saben que llevan a su Padre.
No necesitamos más argumentos para saber que este es el momento más
solemne de nuestra Semana Santa, porque nosotros llevamos en ese cristal divino, toda
la solemnidad que puede existir tras todos los momentos por los que pasó Jesús.
Porque es el Santo, porque no hay ningún instante más sagrado, porque por Él
suspiramos, VIERNES SANTO, y con Él nos quedamos, velando, esperando, a que
llegue ese día, y cuando así suceda, aquí estaremos de nuevo, cada año.
SALIDA: 21:30 horas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Acompañan
María Santísima de la Soledad y San Juan Evangelista.
SÁBADO DE GLORIA
Hermandad de Nuestra Señora del Mayor Dolor
S
ábado Santo, Sábado de luto y de silencio, Sábado de Madre Dolorosa,
Sábado de fe y penitencia; un fervor que te atrapa desde la primera vez
que la miras a Ella: Nuestra Señora del Mayor Dolor. Se renueva el rito.
Empieza a asomarse por la Puerta
del Perdón, en la tarde del sábado: Ella,
majestuosa, con el dolor silencioso y
desgarrador de una madre. Rota, impávida
ante las notas de música o cualquier mirada.
No hay consuelo. Un recorrido lleno por el
sufrimiento por un hijo: Jesús. Imposible
pensar en Él sin volver el corazón y la
mente a la imagen de su Madre. Sólo ella
pudo formar en sus entrañas, por obra del
Espíritu Santo, a Cristo.
Momento único, grandioso y
sublime, de donde nació el Hijo de Dios, el
mismo que un día fue sentenciado a morir
en una cruz de madera, por nuestra
Salvación, la salvación de toda la
humanidad.
Madre mía, tú que has sabido de despedidas y soledades, sólo tú que has
aceptado que tu amado Hijo viva del gran Misterio de Dios, alejándose cada vez más de
ti para cumplir su Misión, a pesar de no comprender nada.
Tú, rota de dolor, al pie de la cruz, mientras ves agonizar a tu Hijo,
convirtiéndote en Madre de todos, Madre Nuestra, Virgen Perpetua, Maternidad Divina
y perfecta Santidad.
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de
Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él
amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí
tienes a tu Madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
SALIDA: 18:30 horas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Acompaña
María Magdalena.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Hermandad del Señor Resucitado
D
ía 20 de abril de 2014, Domingo de Resurrección, la joven Hermandad
tenía prevista su primera salida procesional, la imagen del Señor
Resucitado estaba preparada para dar su primer paseo por las calles del
pueblo de Luque, su pueblo. El día amaneció lluvioso y sin síntomas de que fuese a
aclarar, y la tristeza se apoderó de Luque que esperaba ansioso para ver a esta
Hermandad en la calle. Llegada la hora de la salida, y con apenas unos síntomas de
mejoría, la junta de gobierno de la Hermandad decidió salir a la calle. Los nervios entre
todos y cada uno de los que componían el cortejo procesional se palpaban en el
ambiente. Atrás quedaban muchas horas de trabajo, muchas horas sin dormir y muchos
los problemas sorteados para llegar a ese momento. Por fin había llegado el momento de
la puesta de largo de esta Hermandad y la ilusión era que todo saliese a la perfección, tal
y como se había preparado.
Tras el himno nacional y a los sones de
la marcha “Una vida de Esperanza”
magníficamente interpretada por la Banda de
TT. y CC. Nuestra Señora de la Salud de
Córdoba, la imagen del Señor Resucitado,
radiante en su paso (a pesar de estar en
primera fase de carpintería) apareció por fin
por el cancel de la puerta de la Parroquia de
Nuestra Señora de la Asunción. La
representación de la Pasión, Muerte y
Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo se
completó en ese momento en nuestro pueblo.
Con el Señor en la calle, el tiempo quiso
mantenerse más estable dando la sensación de
que el propio Señor Resucitado quería ver todo
su pueblo, y permitió a la Hermandad hacer
prácticamente su recorrido al completo.
La nueva cruz de guía para Luque, la alegría de los esclavines, la blancura de los
nazarenos, las mantillas blancas, los acólitos, el esfuerzo de los costaleros y las
ininterrumpidas marchas, daban paso a miles de lágrimas de emoción que ese día fueron
derramadas.
El reto que se había propuesto este grupo de
jóvenes cuando se enfrascó en tan gran proyecto,
estaba cumplido. El sueño se había hecho realidad
gracias a que el pueblo de Luque había colaborado
en todas y cada una de las actividades organizadas
por esta Hermandad para conseguir fondos y
sufragar todos los gastos que conllevan poner en la
calle una procesión como la que se habían
propuesto conseguir.
Ni una semana de descanso se tomó la
Hermandad, ya que a los pocos días los trabajos y
las actividades volvían al día a día para continuar
con la labor. El esfuerzo para este año se basaba en
conseguir el tallado del frontal del paso del Señor y
nuevamente, gracias a todos, el Señor Resucitado
lucirá la delantera del paso con su talla finalizada.
Desde esta Hermandad, queremos invitar a todo el mundo a que dediquen al
menos unos minutos de esta Cuaresma y Semana Santa al recogimiento, a hacer examen
de conciencia, a pedir perdón a Dios por los pecados para que, al igual que el Señor
resucitó, que resucite en nuestro corazón una mejor persona cada día.
Del mismo modo, queremos invitar a todos a participar en la Semana Santa de
Luque y como no, a disfrutar junto con nuestra Hermandad, de la Resurrección de
Nuestro Señor.
Un fuerte abrazo.
Antonio José Ortiz Mármol
Hermano Mayor
SALIDA: 12:00 horas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
Pregón de Semana Santa
Domingo 13 de abril. Parroquia de Nuestra Señora de la
Asunción. Luque, 2014
Por Juan Luque Carrillo,
doctorando en Historia del Arte
Prólogo:
Vultum tuum Domine requiram, buscar el rostro de Dios es el principal objetivo de todo
hombre que ha sentido en lo más profundo de su corazón la presencia de Aquel de quien
dice la Escritura “contempladlo y quedaréis radiantes”. En la medida en que miramos a
Cristo, contemplamos el rostro de un Dios que nos ama, el rostro de un Dios que nos
espera y el rostro de un Dios que nos invita a seguirle. Mirando a Cristo conocemos a
Dios y nos conocemos a nosotros mismos. Mi amigo Juan Luque, con el siguiente
pregón, nos impulsa a contemplar el rostro de Cristo en el momento de su Pasión y
Muerte, una contemplación que ha de llevarnos a entrever a un Dios cercano, que nos
ama y llama a dejarlo todo para irnos con Él, y que espera de nosotros una respuesta que
sólo podremos dar entregándole nuestra propia vida.
P. Borja Núñez Delgado
Secretario de D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, y capellán del
Convento de las Hermanas de la Cruz (Sevilla, 9 de febrero de 2014).
SR. CURA PÁRROCO, ILMA. SRA. ALCALDESA, AUTORIDADES CIVILES,
REPRESENTANTES Y MIEMBROS DE LAS DISTINTAS COFRADÍAS Y
HERMANDADES, QUERIDOS PAISANOS Y AMIGOS TODOS:
U
n año más, nos encontramos reunidos en nuestra parroquia de la
Asunción para dar comienzo a los actos previos de Semana Santa, la
gran semana de los cristianos en que celebramos los Sagrados Misterios
de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Con más de cinco siglos de historia,
nuestro pueblo se dispone nuevamente a ser partícipe de esta singular manifestación
religiosa, tan rica en contenido como esencial en el desarrollo de nuestra religiosidad
popular actual. Centrémonos, pues, en la verdadera esencia de esta santa semana.
Abandonemos las fachadas y necedades que nos alejan de Cristo y reflexionemos sobre
la importancia que ha de tener la cruz en nuestras vidas. Si Cristo sacrificó su vida por
nosotros, ¿somos por tanto deudores y culpables de esta oblación?
Antes de dar lectura al presente pregón, quisiera hacer público mi
agradecimiento al párroco y a los distintos hermanos mayores por la elección llevada a
cabo. No es fácil elegir a una persona capaz de transmitir los sentimientos y vivencias
de una semana llena de Pasión, Dolor y Gloria y más aún, cuando se cuenta, como es mi
caso, con una edad tan corta y poco experimentada al respecto. Ante semejante realidad,
e impulsado por el gran apoyo de mi familia, acepté la propuesta de ser el pregonero de
la Semana Santa de este año 2014, convirtiéndose tal decisión en un reto de gran
responsabilidad dadas mis circunstancias personales (mi residencia fuera del pueblo) y,
por otro lado, mi situación académica, que tan alejado me tiene de mis raíces populares.
Pero demos comienzo sin más al pregón. Para ello citaré, a modo de
introducción, los tres aspectos en los que me he basado para articular el texto:
primeramente, una revisión crítico-histórica de lo que ha sido la Semana Santa en
nuestro pueblo, seguida de la reflexión pasionista propiamente dicha -lo cual me
obligará a alterar el orden en que procesionan nuestras hermandades- y, por último, mis
vivencias como fiel y creyente.
Gracias a la valiosa documentación custodiada en el Archivo Parroquial de
Luque, cuyas primeras noticias datan del año 1516 e informan de manera
ininterrumpida durante las siguientes centurias, se ha podido estudiar y analizar el
proceso de configuración de la Semana Santa en este pueblo del sur de la provincia de
Córdoba a lo largo del siglo XVI. Junto a esta información de primer orden, resulta
también de gran interés la obra de 1993 Historia de la Semana Santa de Luque (15161992)1, donde los autores reflexionan sobre la aparición y desarrollo de este fenómeno
religioso popular que, salvo en determinados aspectos, toma como modelo el ejemplo
de nuestra vecina localidad de Baena.
1
Juan ARANDA DONCEL – Vicente ESTRADA CARRILLO, Historia de la Semana Santa de Luque
(1516-1992). Excma. Diputación Provincial de Córdoba, Córdoba 1993.
No obstante, aunque los orígenes de la celebración de la Pasión se documentan
en nuestro pueblo a comienzos del siglo XVI, no será hasta el último tercio de la
centuria cuando se configure propiamente la semana santa luqueña, gracias al
nacimiento de dos cofradías: la Vera Cruz y Nombre de Jesús, que realizan estación de
penitencia en la noche del Jueves Santo y en la madrugada del Viernes respectivamente.
Los hermanos de ambas cofradías vuelven a desfilar en la tarde del Viernes Santo, en
este caso para acompañar a la procesión del Santo Entierro, que carece de hermandad,
siendo el clero de la villa el encargado de sacarla y asistirla en todas sus necesidades.
Aunque se desconoce el año exacto, la Cofradía de la Vera Cruz de Luque se
funda en la década de 1560, a tenor de la información suministrada por las visitas
pastorales del Obispado. En este sentido, cabe destacar cómo la primera referencia
documental data del año 1569, frente a la relación de hermandades de la Vera Cruz
elaborada en Córdoba en 1567, en que no consta. Por lo tanto, entre ambas fechas hay
que situar la fundación de la Cofradía.
Antes de su salida, tiene lugar en la ermita de San Bartolomé el llamado Sermón
de la Disciplina, en el que el predicador hace unas reflexiones espirituales sobre la
Pasión y el sentido de la penitencia, abriendo paso a continuación al acto religioso más
importante de la noche del Jueves Santo: la procesión de disciplinantes de la
Hermandad de la Vera Cruz. En ella procesionan los denominados hermanos de luz, que
portan cirios encendidos y, junto a ellos, también los hermanos de sangre, llamados así
porque durante todo el recorrido van azotándose, siendo este tipo de penitencia
suprimida siglos después por la Iglesia. Las imágenes que se procesionan son un
crucificado -el Santísimo Cristo de la Vera Cruz-, interesantísima talla protobarroca que
adelanta la estética realista y efectista del Barroco, muy estudiada por mi profesora Mª
Teresa Dabrio González, y por otro lado una dolorosa conocida con el nombre de
Nuestra Señora de las Angustias y que más tarde, a partir de 1780, cambia su
advocación por la actual: los Dolores.
La otra cofradía que se funda en Luque
en el último tercio del siglo XVI es la del
Nombre de Jesús. Esta advocación, ligada
desde la Edad Media en algunos lugares a la
Orden de Predicadores, indudablemente se
potenció con las directrices de Trento, que
abogan por su implantación en todas las
poblaciones para desterrar la arraigada
tendencia al pecado.
Es así que, en las últimas décadas del Quinientos, alcanza la advocación una
gran difusión en todos los pueblos de la Diócesis de Córdoba, especialmente entre las
localidades circundantes a las sierras Subbéticas, caso de Doña Mencía, Zuheros,
Lucena, Carcabuey, Priego de Córdoba e incluso Baena, esta última inscrita en la
demarcación de la campiña sur.
Pero a pesar de no tratarse de una advocación estrictamente pasionista, la
Cofradía del Nombre de Jesús va a mostrar una clara orientación penitencial, al
procesionar en ella un conjunto de penitentes nazarenos durante la madrugada del
Viernes Santo. Con total seguridad, las primeras prácticas de esta estación de penitencia
han de fecharse en los primeros años del Seiscientos.
A diferencia de los hermanos de la Vera Cruz, los nazarenos no son propiamente
disciplinantes, siendo su penitencia habitual ir con los pies descalzos, portando una cruz
de madera sobre los hombros. Antes de la salida procesional, se celebra en la Ermita de
Nuestra Señora del Rosario, sede de la Cofradía, el denominado Sermón de los
Nazarenos, en el que el predicador hace una reflexión de la Pasión. Procesionan en el
desfile las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad
y más tarde, entre 1633 y 1650, se incorporan al cortejo la Verónica, Santa María
Magdalena y San Juan.
Son los propios nazarenos los que portan sobre sus hombros las andas con cada
una de las cinco imágenes. Junto a los hermanos de la Cofradía, la procesión gana
monumentalidad gracias al elevado número de clérigos que acompañan a las imágenes y
que, habiendo recibido una cantidad en concepto de limosna, se hallan presentes en el
recorrido.
Siempre ligados a la Cofradía del Nombre de Jesús veremos, ya desde mediados
del siglo XVII, a la Primera Cuadrilla de Judíos (el matiz de Cola Negra vendrá siglos
después). Aunque son bastantes remotos sus orígenes, resulta evidente la influencia que
ejerce nuestra vecina localidad de Baena en la configuración de estas figuras bíblicas,
tanto en sus vestimentas, significación y vinculación con la Cofradía del Nazareno,
como en el papel tan activo que terminan adoptando en el conjunto de nuestra semana
santa. Pero sea del modo que fuere, lo que sí está claro es el motivo por el cual aparece
el judío: ser una figura más, llámese teatral, para la escenificación del Sermón del Paso.
Por lo tanto surgen como meros actores, que intervienen en los distintos pasajes del
Nuevo Testamento pero que finalmente acaban por adoptar una personalidad muy
ambigua, convirtiéndose en el efectivo que de manera más intensa participa en los
desfiles de la semana santa.
Varias reorganizaciones ha vivido la Primera Cuadrilla de Judíos, ahora sí Cola
Negra, a lo largo de su historia, siendo la última la que tiene lugar en el año 1993, con
mi entrañable y gran amigo Antonio Martínez “el Maestro” como presidente, y su hijo
Miguel Ángel como cuadrillero.
Durante la etapa barroca, la
Semana Santa de Luque vivió uno de sus
momentos de mayor esplendor, reflejado
principalmente en el incremento
sustancial de los efectivos humanos. En
las décadas finales del siglo XVII, se
funda la Hermandad del Señor de la
Humildad, cuya imagen del Señor
“sentado en la piedra” realiza estación de
penitencia en la noche del Miércoles
Santo, junto a una dolorosa puesta bajo
la advocación de la Compasión.
Aunque no se sabe el año exacto de su fundación, tenemos como punto de
referencia el año de 1694, fecha en que el mayordomo de la Cofradía presenta las
primeras cuentas al Obispado. La imagen titular representa a Cristo sentado en una roca,
después de haber sido flagelado y coronado con espinas. Es la viva imagen de un Ecce
Hommo, la iconografía cristífera que los historiadores empleamos para referirnos a este
momento concreto de la Pasión. Se veneraba en sus orígenes en el llamado Hospital de
San Carlos, u Hospital de la Santa Caridad, que hubo en su día en la calle empedrada,
actual Santa María, lo que justifica el singular recorrido que hace cada año la Cofradía.
Siglos después, entre 1730 y 1750, traslada su sede a la Ermita de la Aurora.
Posteriormente, el racionalismo del espíritu ilustrado del siglo XVIII
desencadenó en un enfrentamiento entre los titulares de la Silla de Osio y las cofradías
de Semana Santa, afectando por extensión al caso de Luque. La crítica a esta
manifestación popular va a ser una constante durante todo el Setecientos, lo que
provocará una gran crisis de cara a los efectivos humanos y devocionales. De hecho, la
decisión del obispo don Miguel Vicente Cebrián, en 1745, de eliminar el Sermón del
Paso de la mañana del Viernes Santo provocó grandes disputas y rebeliones entre
nuestros antepasados vecinos del pueblo. Se prohíbe el Sermón del Paso, dejan de
procesionar San Juan, la Verónica y la Magdalena y las cuatro hermandades erigidas en
aquel momento (Humidad, Vera Cruz, Nombre de Jesús y Santo Sepulcro) se reducen a
una sola: la del Entierro. Ningún motivo especial hemos de buscar en la figura del
obispo Cebrián al tratarse, como ha ocurrido siempre en la historia, de un hijo de su
propio tiempo.
Pervive el espíritu ilustrado durante los primeros años del siglo XIX, lo que hará
que hasta 1830 aproximadamente se dé una gran crisis, hasta el punto de que la
Hermandad del Santo Sepulcro, poderosa en tiempos atrás, desaparezca a mediados del
siglo.
Continúa la crisis durante la primera mitad de la centuria. El reinado de Isabel II
marcó una esperada etapa de revitalización, truncada de manera exitosa durante el
Sexenio Revolucionario. Cobró nuevamente protagonismo la Semana Santa durante el
periodo conocido como la Restauración, lo que propició una nueva etapa de estabilidad
en la que la Iglesia recobró posiciones. Como nota característica de este momento, se ha
de destacar la incorporación del Sermón del Paso a nuestra Semana Santa. Se
reincorporó y ya jamás, hasta el día de hoy, dejó de escenificarse, ni siquiera durante los
años de la contienda civil española. La década de 1920, especialmente durante los años
de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), se caracterizó por el notable auge que,
como era de esperar, contrastó con la crisis de la II República.
Se funda en los años 50 la Cofradía de la Expiración, también llamada del
Silencio, y la Semana Santa de Luque conoció una nueva etapa de revitalización. De
hecho esta Cofradía nació como una proyección más de los jóvenes luqueños del
momento, muchos de ellos vinculados a la Adoración Nocturna, apoyados por nuestro
estimado y querido difunto don Pedro Vallejo Mérida.
Llegamos a la década de 1990 y dos hermandades nuevas se fundan en nuestra
localidad: por un lado la de Nuestra Señora del Mayor Dolor, en el año 1994, de gran
estima y especial interés entre las mujeres del pueblo, y por otro, la de la Entrada
Triunfal de Cristo en Jerusalén, la Borriquita, ésta más identificada y celebrada por los
niños y jóvenes. La entrega de un grupo de mujeres luqueñas y de la ya desaparecida
Asociación Cultural Abuchite hicieron posible estas dos felices realidades, hoy partes
esenciales de nuestra semana santa.
Ya en los albores de nuestro siglo, en 2001, la Primera Cuadrilla de Judíos Cola
Negra decidió manifestar su más sincero respeto y devoción hacia nuestra semana santa,
fundando la que es sin duda, a día de hoy, una de las procesiones más singulares de
nuestro pueblo; las Tres Caídas. Seria, rigurosa, y de espíritu estrictamente penitencial,
las Tres Caídas recorre cada año nuestras calles simulando el camino de Cristo hacia el
Gólgota. Paralelamente también se reorganizó la Cofradía de San Juan Evangelista, una
joven hermandad centrada desde sus orígenes en dar culto a la figura del discípulo
amado, en este caso tomando como modelo la bellísima talla atribuida al escultor
francés Miguel Verdiguier (1706-1796)2.
Varias centurias de tambores y cornetas ha visto nacer, y desaparecer, nuestro
pueblo. Tal es el caso de la Centuria Romana de Luque, que tuvo su momento de
máximo auge en los años finales del siglo pasado; la banda de tambores y cornetas de
Nuestro Padre Jesús Nazareno y San Juan, cuya efímera existencia agrupó a un
cuantioso grupo de jóvenes luqueños, y la actual Banda de Tambores y Cornetas del
Santo Sepulcro.
Finalmente, durante los dos últimos años, un grupo de luqueños han
materializado y hecho posible el verdadero sentido de la Semana Santa: la Resurrección,
un proyecto que, por primera vez, este año verá luz y que concluirá con la novedad que
2
Agradezco al respecto las aportaciones de mis profesores Enrique Valdivieso, Teresa Laguna Paúl,
Jesús Miguel Palomero y, de modo especial, Mª Ángeles Raya, todos ellos grandes maestros de la
escultura hispana de los siglos XVI, XVII y XVIII.
parece imprimir, al incorporar elementos ajenos y desconocidos en nuestra semana
santa.
Examinadas todas las cofradías y hermandades que conforman nuestros días de
Pasión, planteémonos una pregunta: ¿qué debe significar la semana santa para un
cristiano?
Retrocedamos en el tiempo. Año 33 de nuestra era; días previos al Domingo de
Ramos. Llegados a Betfagé, millas antes de Jerusalén, cuenta el Evangelio que Jesús da
la orden a sus discípulos de que vayan a por un borriquillo que encontrarían atado en la
aldea vecina. Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús. Trajeron
el borrico, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó para dirigirse a Jerusalén. A su
paso, la multitud extendía sus mantos por el camino. Algunos incluso cortaban ramas de
olivos y palmas con el fin de alfombrar la calzada, siendo este el verdadero y único
significado que tienen las palmas y olivos en el Domingo de Ramos. La gente que iba
detrás, y delante, gritaba: “Hosana al hijo de David, ¡Bendito el que viene en nombre
del Señor!”. Jesús eres aclamado en tu entrada a Jerusalén. Pero no seamos hipócritas,
estos que ahora te aclaman son los mismos que días después van a pedir a gritos tu
muerte ante Pilatos, prefiriendo salvar a Barrabás, ese cruel ladrón que solía
escandalizar al pueblo con sus agresiones. Así es el mundo, y así somos tú y yo. Unas
veces estamos plenamente contigo, y es cuando mejor vivimos, y otras, en cambio,
como si no existieras.
Noche de la Pascua Judía; Cristo ha terminado de cenar con sus apóstoles. Judas,
el Traidor, ha abandonado el habitáculo y se dirige a delatar al Maestro ante los judíos.
Mientras tanto, Cristo se retira al huerto llamado de Getsemaní y ora: Pater mi, Abba
Pater… fiat! (Dios eres mi Padre, aunque me mandes sufrimiento). ¿Somos nosotros
realmente así?, te pregunto: ¿Cómo reaccionamos ante el sufrimiento? Tú y yo, a pesar
de nuestras rebeldías, queremos también cumplir la voluntad de Dios, siguiendo los
pasos de Cristo, ¿Por qué me quejo entonces, si encuentro por compañero de camino al
sufrimiento? Solo así, si concebimos el sufrimiento como esencia de nuestras vidas,
constituiremos una señal de filiación, y solo así Dios nos tratará como verdaderos hijos.
¿Acaso estás a la espera de librarte de la cruz, de tu cruz, aún sin poseer la condición
divina?... Déjame aconsejarte, reza para que tu cruz sea más llevadera: Pater mi, Abba,
Pater… fiat! (Dios eres mi Padre, aunque me mandes sufrimiento).
¡Cadenas a Jesús! Cadenas con las
cuales prenden al Hijo de Dios, cadenas que Él
voluntariamente se dejó poner. Estas cadenas
hacen sufrir al Señor. La cadena no es
únicamente un signo de esclavitud. Más en el
caso de que así fuera, como solía decir San
Josemaría Escribá, fundador y primer prelado
del Opus Dei, “más vale ser esclavo de mi Dios,
que esclavo de mi carne”.
San Josemaría Escribá de Balaguer, fundador de la
Prelatura Opus Dei.
Durante el simulacro de proceso en el pretorio, Cristo calla. Luego responde a
las preguntas de Caifás y de Pilatos. Con Herodes, veleidoso e impuro, ni una palabra.
A veces, a nosotros nos pasa lo mismo, nos resentimos ante la verdad. Callemos, pues,
recemos y reflexionemos antes de actuar. Y ahora di conmigo: ¡Señor!, ¿Dónde están
tus amigos? Te han abandonado… Esto es una continua desbandada que dura ya más de
veinte siglos… huimos todos de la Cruz, de tu Santa Cruz. Sangre, soledad y una
insaciable hambre de almas son el cortejo de tu realeza.
Al noroeste de Jerusalén aún existe hoy en día el “Golgotha”, término arameo
que, al latinizarlo, da lugar al Lugar de las Calaveras, o como popularmente se suele
decir: Calvario. Jesús se entrega a su condena y cae sobre sus hombros el peso de la
cruz infamante, cruz que acabará siendo, por obra de Amor, el trono de su realeza.
Las gentes de Jerusalén y los forasteros venidos para la Pascua se agolpan por
las calles de la ciudad, para ver a Jesús Nazareno, el Rey de los Judíos. Hay un tumulto
de voces; y a intérvalos, cortos silencios: tal vez Cristo ha fijado sus ojos en ti y en mi y
nos intenta decir: “Si alguno quiere venir en pos de mi, TOME SU CRUZ DE CADA
DÍA y sígame”. ¡Con qué amor abraza Jesús a su cruz, y camina hacia la muerte! Y
nosotros, ¿abrazamos nuestra cruz, o solo nos dedicamos a quejarnos y a llamar
tontamente la atención? Piensen… El peso de la cruz destroza los hombros de Cristo. La
turba de gente cada vez se agolpa más. Los soldados apenas pueden contener la
encrespada. El cuerpo extenuado de Jesús se tambalea bajo la cruz. A izquierda y
derecha, Cristo ve esa multitud que anda como ovejas sin pastor, que somos nosotros.
Podría llamarnos uno a uno, por nuestros nombres y apellidos, y dejarnos en evidencia
públicamente, pero no lo hará, pues tampoco lo hizo con la adúltera oriunda de la región
de Magdala a la que todo el mundo quería apedrear. Mientras nosotros lloramos
nuestras miserias, Cristo, silencioso y extenuado por el dolor, se desploma, cae. Pero
apenas se ha levantado de su primera caída, encuentra a su Madre Santísima. Con
inmenso amor mira María a Jesús, y Éste mira a su Madre; sus ojos se encuentran, y
cada corazón vierte en el otro su propio dolor. ¡Cuántos recuerdos vendrían a la
memoria de esa madre! Belén, el lejano Egipto, la aldea de Nazaret, los inicios de la
vida pública, los primeros milagros, y ahora… y ahora… y ahora el triste Calvario.
Pero Cristo sigue caminando. Su paso se hace cada vez más torpe, y los soldados
tienen prisa por acabar con Él, de modo que se requiere de la ayuda de un hombre para
llegar cuanto antes a la cima del Gólgota. Caminaba hacia la Puerta Judiciaria de la
ciudad un hombre llamado Simón de Cirene, que regresaba de su jornada de trabajo en
su granja. Sin querer, le fuerzan a que lleve la cruz de Cristo. En el conjunto de la
Pasión, es bien poca cosa lo que supone esta ayuda. Pero a Jesús le basta una sonrisa,
una palabra, un gesto, un poco de amor para derramar copiosamente su gracia sobre el
alma del amigo, esa sonrisa que muchas veces a ti y a mí nos falta por nuestras
insolentes conductas.
No hay en Él parecer, ni hermosura que atraiga las miradas, ni belleza, sino todo
lo contrario. Es Cristo, varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos, ante quien
se vuelve el rostro, menospreciado, estimado en la nada. Cuenta la tradición de la
Iglesia cómo una humilde mujer, llamada Verónica3, se abre paso ante la muchedumbre,
llevando un lienzo blanco plegado entre sus manos. Acercándose al Maestro, con el
peligro que ello implicaba por la autoridad de los soldados, le limpia cuidadosamente el
rostro. ¡Oh Señor has dejado grabada tu Faz en el lienzo de esta mujer! ¿Pero porque
nos empeñamos en luchar por nuestros tristes objetivos mundanos, a veces tan lejanos
de la voluntad de Dios? Consolemos en estos días de Pasión a Cristo, aliviándolo en el
Camino del Calvario, con nuestros buenos propósitos e intenciones, del mismo modo
que lo hizo esta santa mujer.
Llegado al Calvario, Cristo es obligado a beber un poco de vino mezclado con
hiel, como un narcótico, para que disminuyera en la medida de lo posible el dolor de la
Crucifixión. Pero Cristo se niega a beberlo. Se entrega a la muerte con la plena libertad
del Amor. Luego, los soldados lo despojan de sus vestimentas, las dividen en cuatro
partes y se las reparten entre ellos. Pero la túnica no mostraba costura, por lo que
deciden finalmente no dividirla en cuatro partes, sino sortearla. De este modo se volvió
a cumplir la escritura: “Partieron entre sí mis vestidos y sortearon mi túnica”. Es el
despojo, la pobreza más absoluta, la sensación de abandono más temida e indeseable,
esa que ni tú, ni yo, hemos aún conocido.
Ahora crucifican al Señor, y junto a Él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a
la izquierda. Es el Amor lo que ha llevado a Cristo al Calvario, y ya en la cruz, todos
sus gestos y todas sus palabras son de amor, de amor sereno y fuerte. “Jesús Nazareno,
Rey de los Judíos”, es la cartela que aparece clavada en la parte alta del madero. Todos
los que pasan por el lugar, le injurian y se mofan de Él. ¿Acaso me río yo de tu
sufrimiento, Señor mío?, ¿Crees que pasamos indiferentes ante tu dolor? Danos fuerza
para reconocer nuestros pecados y arrepentirnos de nuestras faltas. Vamos a intentar que
tus pecados, y los míos, al menos durante estos días, no hagan más daño a Cristo.
Digamos como el Buen Ladrón: “Señor soy un pecador, pero acuérdate de mí cuando
estés en el Paraíso”. Amemos el sacrificio, que es fuente de vida interior; amemos la
cruz, que es el altar del sacrificio y, cómo no, amemos el dolor, hasta beber, como
Cristo, las heces del cáliz.
Se apaga la luz del cielo, y toda la tierra queda sumida en tinieblas. Son cerca de
las tres cuando Jesús exclama: Elí Elí, lamma sabachtani! (Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?) “Tengo sed”, “Todo está cumplido” y “Padre en tus manos
encomiendo mi espíritu” son las últimas frases que salen de tu boca. Cristo ha muerto.
Ha exhalado su último aliento. Los discípulos le habían oído decir a menudo: “mi
aliento es hacer la voluntad del que me ha enviado y dar cumplimiento a su obra”. Él lo
ha hecho hasta el fin, con paciencia, con humildad, sin reservarse nada… Apliquemos
cada uno de nosotros esta frase a nuestras vidas personales.
3
Surge el nombre de Verónica al unir los vocablos latinos -vera e -icono, -verdadera e -imagen que, al
castellanizarlos da “Verónica”, veraicono, la verdadera imagen; la que Cristo dejó grabada en el lienzo.
Después de haber obtenido de Pilatos el permiso que la ley romana exige para
sepultar a los condenados, llegó al calvario un senador de la curia romana llamado José,
oriundo de Arimatea. Siendo un hombre justo, discípulo de Cristo, no temió en dar la
cara por el Señor. Junto a Él, Nicodemo (que era otro discípulo) tomó el cuerpo de Jesús
y lo dejaron en brazos de su Santísima Madre. Son, estos dos personajes bíblicos, los
llamados “Santos Varones”, tan estudiados por el exégeta francés Louis Réau. Muy
cerca del Calvario, en un huerto, José de Arimatea se había hecho labrar en la roca un
sepulcro, un speo, tipo de enterramiento de influencia egipcia que estará muy presente
en estos primeros siglos de la historia de la arquitectura. Se traslada el cuerpo inerte de
Cristo al sepulcro, al speo, y se deposita en el lugar. Sin nada vino Jesús al mundo en
aquel descuidado portalito de Belén, y sin nada -ni siquiera el lugar donde reposa- se
nos ha ido.
Cae la noche. Ahora ha pasado todo. Se
ha cumplido la obra de Nuestro Redentor. Ya
somos hijos de Dios, porque Jesús ha muerto
por nosotros y su muerte nos ha rescatado.
Solo se me ocurre formular una pregunta,
aplícatela: ¿Qué debemos hacer, Madre mía,
ante tanto dolor, miseria e injusticias a nuestro
alrededor? No pudimos hacerle personalmente
esta pregunta a nuestra Madre, pero sí se la
hicieron muchos creyentes, en la Sevilla del
siglo XIX, a Santa Ángela de la Cruz, la
fundadora de la Compañía e Instituto de las
Hermanas de la Cruz. Jamás olvidaré sus
palabras: “Plantad el estandarte de la Cruz en
cada rincón de vuestras vidas, que no olviden
los hombres que su Redentor murió en una
cruz”. Y nunca las olvidaré porque, al igual
que tú, yo también tengo mi cruz.
Santa Ángela de la Cruz. Fundadora de la
Compañía e Instituto de las Hermanas de la
Cruz, Sevilla, 1929. Foto: Archivo CHCS.
P. J. Torres Padilla.
Resumamos en dos palabras la gran verdad que llena de contenido nuestra fe:
Cristo vive. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, y lo ha hecho, del mismo modo
que una semana antes entraba en Jerusalén, en domingo. Es por tanto Cristo vencedor de
la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta
invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venís
a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado; ya resucitó, no está aquí. Haec est dies
quam fecit Dominus, exsultemus et laetemur in ea; éste es el día que hizo el Señor,
regocijémonos.
El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa
época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano.
Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un determinado
momento de nuestra historia y se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo
maravillosos, ¡no!: Cristo vive. Jesús es el Enmanuel: Dios con nosotros. Su
Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos. ¿Puede acaso una madre
olvidarse del fruto de su vientre? Pues aunque ella se olvidase, yo no me olvidaré de ti,
había prometido. Y ha cumplido su promesa. Esos eran los designios de Dios: Jesús,
muriendo en la cruz, nos daba el espíritu de Verdad y de Vida. Cristo permanece en su
Iglesia; en sus sacramentos, en sus liturgias, en su predicación, en toda su actividad. De
modo especial Cristo sigue presente entre nosotros, en esa entrega diaria de la Sagrada
Eucaristía. Por eso la misa es centro y raíz de la vida cristiana. En toda misa está
siempre el Cristo Total, Cabeza y Cuerpo: per Ipsum, et cum Ipso et in ipso. Porque
Cristo es el Camino: en Él lo encontramos todo; fuera de Él nuestras vidas quedarían
vacías. En Jesucristo, e instruidos por Él, nos atrevemos a decir -audemus dicere- Pater
noster, Padre Nuestro que estás en el cielo... La presencia de Jesús vivo en la Hostia
Santa es la garantía, la raíz y la consumación de su presencia en el mundo.
Cristo vive en el cristiano, vive en ti y vive en mí. La fe nos dice que el hombre,
en estado de gracia, está endiosado. Somos hombres y mujeres, no ángeles. Seres de
carne y hueso, con corazón, con problemas y con pasiones, con tristezas y desalientos,
pero la divinación redunda en cada uno de nosotros, como un anticipo de la resurrección
gloriosa. Es obligación nuestra por tanto cultivar el camino, el camino que Dios nos
tiene preparados a cada uno, para estar preparados cuando nos llegue el momento de
encontrarnos con Él. La vida de Cristo debe ser nuestra vida, según lo que prometiera a
sus apóstoles el día de la Última Cena: cualquiera que me ama, observara mis
mandamientos, y mi Padre le amará, y vendremos a Él, y haremos mansión de Él (Jn.
XIV, 23). El cristiano debe vivir según la vida de Cristo, haciendo suyos los
sentimientos de Cristo, de manera que pueda exclamar con San Pablo, non vivo ego,
vivit vero in me Christus, no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mi.
Es así que me gustaría terminar este pregón
manifestando mi agradecimiento nuevamente al Señor
Párroco y hermanos mayores de las distintas
cofradías; gracias a todas aquellas personas que, sin
conocerme lo suficiente, confiasteis en mi propuesta;
agradecimiento que hago extensible a mi madre y
hermanos por el apoyo que desde el primer momento
manifestasteis hacia mi decisión; gracias por supuesto
a todos los presentes, amigos y conocidos que hoy me
acompañáis en este momento y, cómo no, gracias a ti
PAPÁ, fuerza motivadora y continua llama que me ha
iluminado en cada una de mis palabras, frases y
meditaciones. A ti, y a la buena práctica de tus
valores, debo gran parte de lo que esta noche presento
ante nuestro pueblo, que también en su día fue el tuyo.
Espero que mis palabras hayan sido objeto
de reflexión acerca del significado de nuestra
semana santa. No permitamos que la
superficialidad y folklore de estos días nos
distraigan de nuestras obligaciones esenciales de
cristianos. Acompañemos con seriedad a nuestras
imágenes, guardemos silencio, practiquemos la
caridad, seamos humildes y reflejemos el dolor de
Cristo en nuestras vidas diarias.
Solo así encontraremos verdadero sentido a nuestra semana santa que, con gran
orgullo, os acabo de pregonar.
Buenas noches y muchas gracias.
Fuentes y bibliografía:
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
AA. VV. Libro de Actas, Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María
Santísima de la Soledad.
Archivo General del Obispado de Córdoba (A. G. O. C.). Secciones: Visitas
pastorales y despachos ordinarios. VV. AA.
Archivo Parroquial de Luque (A. P. L.). Sección: Visitas Pastorales. VV. AA.
ARANDA DONCEL, Juan – ESTRADA CARRILLO, Vicente, Historia de la Semana
Santa de Luque (1516-1992). Córdoba 1993.
CRUZ, Sor Ángela de la: Un tesoro en vasija de oro, Sevilla, 2009.
ESCRIBÁ DE BALAGUER, José María: Camino, Madrid, 1934.
ESCRIBÁ DE BALAGUER, José María: Surco, Pamplona, 1950.
LUQUE CARRILLO, Juan: “Arte y componente devocional en torno a una centenaria
escenificación de la Pasión y Muerte de Cristo en la villa de Luque, Córdoba”. En:
Actas del XXI Simposium Nacional El Patrimonio Inmaterial de la Cultura Cristiana.
San Lorenzo del Escorial, Madrid, 2013.
LUQUE CARRILLO, Juan: “El Sermón del Paso en la mañana del Viernes Santo en
Luque: aspectos religiosos, sociales y culturales”. En: Actas del Congreso Nacional
Camino del Calvario: rito, ceremonia y devoción. Puente Genil, Córdoba, 2014.
LUQUE CARRILLO, Juan: “Luque y el culto a Nuestra Señora de los Dolores, cuatro
siglos de devoción popular”. En: Actas del Congreso Internacional Virgo Dolorosa,
Carmona, Sevilla, 2014.
VÁZQUEZ LESMES, Juan Rafael: “Un monumento de Jueves Santo en la villa de
Luque”. En Alto Guadalquivir, revista de semana santa, (56) 1970, pp. 76-78.
Descargar