Neurobiology of autism and attention deficit hyperactivity disorder by

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autismo y tdah
Neurobiología del autismo y del trastorno por
déficit de atención/hiperactividad mediante técnicas
de neuroimagen: divergencias y convergencias
Erika Proal, Jorge González-Olvera, Áurea S. Blancas, Pablo J. Chalita, F. Xavier Castellanos
Resumen. En el área clínica, algunos síntomas del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) se presentan
en los pacientes con trastorno del espectro autista (TEA). Se ha demostrado que existen alteraciones en circuitos cerebrales que impactan en fallos cognitivos y de comportamiento específicos en cada uno de estos trastornos. Sin embargo, se
han estudiado poco los correlatos cerebrales que hay detrás tanto de las similitudes como de las diferencias sintomatológicas. En la presente revisión, se analizaron los estudios metaanalíticos existentes estructurales y funcionales en el TDAH
y el TEA. Por un lado, se observan convergencias en circuitos como el dorsal atencional, de funciones ejecutivas, visual,
somatomotor y circuito de activación por defecto. Estas similitudes pueden explicar las manifestaciones comórbidas entre
los trastornos como el fallo en la integración de información, la motricidad fina y los procesos de atención específicos. Por
otro lado, específicamente en el TDAH, se observa déficit en el circuito de recompensa y en el ventral atencional, sistemas
involucrados en la medición de efectos de refuerzo y monitorización de la atención. En el TEA, los circuitos más afectados
son los implicados en los procesos de cognición social y lenguaje. En conclusión, existen correlatos neuronales en ambos
trastornos que explican las manifestaciones clínicas y de comportamiento tanto convergentes como divergentes.
Instituto de Investigación
neuroMOBIUS; México DF
(E. Proal, A.S. Blancas).
NEUROingenia Clinical Center;
México DF (E. Proal, A.S. Blancas,
P.J. Chalita). Phyllis Green &
Randolph Cowen Institute for
Pediatric Neuroscience; New York
University Child Study Center;
Nueva York, EE. UU. (E. Proal, F.X.
Castellanos). Instituto Nacional de
Psiquiatría Ramón de la Fuente
Muñiz; México DF (J. GonzálezOlvera). Nathan Kline Institute for
Psychiatric Research; Orangeburg,
NY, EE. UU. (F.X. Castellanos).
Palabras clave. Metaanálisis. Resonancia magnética. TDAH. Trastornos del espectro autista. Volumetría.
Correspondencia:
Dra. Erika Proal. NEUROingenia
Clinical Center. Eugenio Sue, 355,
interior 104. Colonia Polanco. CP
11560. México D. F. (México).
Introducción
Tanto el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) como los trastornos del espectro
autista (TEA) son problemas neuropsiquiátricos que
afectan a un gran número de personas en todo el
mundo, el 5,3% en el caso del TDAH [1] y el 1-2%
en el caso de los TEA en los Estados Unidos según
datos de los Centros para el Control y la Prevención
de Enfermedades [2], con una prevalencia media
mundial de 62/10.000 cuando se refiere a los casos
de afectación más grave [3].
El TDAH se caracteriza por síntomas de falta de
atención, hiperactividad e impulsividad. A pesar de
que este trastorno se presenta en la niñez, puede
persistir hasta la edad adulta en una gran proporción [4]. Los TEA se caracterizan por una amplia
gama de síntomas, habilidades y niveles de deterioro, algunos de los más comunes son fallos en la comunicación e interacción social, déficit en la capacidad de imaginar, alteraciones en las funciones
atencionales y ejecutivas (memoria de trabajo e inhibición de respuesta) y un patrón repetitivo y rígido del comportamiento [5,6].
En muchos de los TEA se presentan también los
principales síntomas del TDAH y, con frecuencia,
www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (Supl 1): S163-S175
dichos síntomas provocan en estos sujetos mayor
disfunción y menor eficacia del tratamiento que reciben. Estas semejanzas se han observado en el área
clínica, pero sus bases neurobiológicas se han estudiado poco, específicamente las que pueden abordarse con técnicas de neuroimagen [7-9].
La bibliografía en neuroimagen de los TDAH y
TEA ha crecido con rapidez en los últimos años, y
ha hecho posible evaluar los cambios estructurales
y funcionales en el cerebro y su relación con manifestaciones clínicas determinadas en cada uno de
los trastornos. Por esta razón, se llevan a cabo estudios metaanalíticos que permiten sintetizar hallazgos de diferentes estudios y analizar los que se repiten con consistencia. Esta metodología valida los
hallazgos y elimina falsos positivos, un problema
frecuente en los estudios de neuroimagen.
La presente revisión se enfocará en los metaanálisis existentes de los TDAH y TEA que han examinado los correlatos estructurales y funcionales por
medio de resonancia magnética, incluyendo los llevados a cabo con técnicas de morfometría basada
en vóxeles (VBM, por sus siglas en inglés) y resonancia magnética funcional con tarea (RMf ).
La VBM permite evaluar la morfología cerebral
con muy buena resolución espacial a partir de imá-
E-mail:
[email protected]
Declaración de intereses:
Los autores manifiestan la
inexistencia de conflictos de interés
en relación con este artículo.
Aceptado tras revisión externa:
01.07.13.
Cómo citar este artículo:
Proal E, González-Olvera J, Blancas
AS, Chalita PJ, Castellanos FX.
Neurobiología del autismo y del
trastorno por déficit de atención/
hiperactividad mediante técnicas
de neuroimagen: divergencias y
convergencias. Rev Neurol 2013;
57 (Supl 1): S163-75.
© 2013 Revista de Neurología
S163
E. Proal, et al
Figura 1. Flujograma de selección de estudios metaanalíticos incluidos
en la revisión.
se interpretan como evidencia de que la región que
presenta una hipoactivación o una hiperactivación
está involucrada en la tarea utilizada. Mediante la
RMf, se pueden examinar diferentes procesos cognitivos tales como la inhibición de respuesta, la memoria de trabajo, procesos de atención y vigilancia
o tareas de cognición social, entre otros.
En esta revisión de estudios metaanalíticos se
analizan los resultados estructurales tanto de la sustancia blanca como de la sustancia gris, y posteriormente se analizan estudios funcionales con paradigmas cognitivos. Por último, se tratan las similitudes y diferencias de los circuitos funcionales entre
los dos trastornos y se integran de manera general
para proyectar direcciones futuras en este campo.
Metodología
genes basadas en la propiedad física conocida como
relajación T1. En las imágenes T1, se observa el líquido cerebroespinal en negro, la sustancia blanca
en un tono casi blanco y la sustancia gris en tonalidades de gris. Utilizando la VBM, se compara de
manera automatizada el volumen del cerebro que
se va a estudiar con plantillas estandarizadas para
este fin; este proceso se conoce como normalización espacial y descarta cambios anatómicos gruesos. Con posterioridad, las imágenes se someten a
un proceso llamado suavizado, donde cada vóxel se
reemplaza por el promedio ponderado a partir de
los vóxeles aledaños y finalmente el volumen se compara vóxel a vóxel, esto se lleva a cabo mediante algoritmos fiables [10].
La RMf [11] se basa en diferencias en la señal dependiendo del nivel de oxigenación de la hemoglobina (BOLD por sus siglas en inglés, blood oxygenation level dependent). Este proceso detecta cambios
en la oxigenación sanguínea en respuesta a la actividad cerebral y por eso se debe llevar a cabo una
comparación entre las imágenes obtenidas en dos
momentos, durante la ejecución del paradigma experimental (el proceso cognitivo que se desea estudiar) y durante otro período de comparación, que
puede ser el reposo u otra tarea más básica [11].
Con esto se obtiene información relevante, en particular en el área de las neurociencias cognitivas,
donde el uso de paradigmas avanzados permite
examinar diferencias entre patrones BOLD de dos
condiciones distintas. Las diferencias estadísticamente significativas en la señal BOLD entre grupos
S164
Se inició una búsqueda de los estudios metaanalíticos de neuroimagen relacionados con el TDAH y
los TEA. Se utilizaron las bases de datos PubMed,
Ovid Medline, PsycINFO, Web of Science y EMBASE. Se seleccionaron los términos clave relacionados con imagen cerebral, TDAH y TEA siempre
antecedidos de la palabra meta-analysis.
Se definieron como criterios de exclusión que no
incluyeran la comparación entre grupo experimental y grupo control, que utilizaran otra metodología
en neuroimagen que no fuese VBM o RMf y que
sólo se limitaran al estudio de las regiones de interés (Fig. 1).
Resultados estructurales por medio de VBM
TDAH
Volumen total cerebral
Los estudios de resonancia magnética coinciden en
la existencia de una disminución global del volumen cerebral total en sujetos con TDAH. Nakao et
al reunieron en un estudio metaanalítico los resultados de seis artículos que incluían muestras pediátricas y comunicaron una reducción en el volumen
total cerebral de los sujetos con TDAH en comparación con los sujetos controles [12].
Volumen por regiones
Hay tres metaanálisis que incluyen estudios de VBM.
El primero lo llevaron a cabo Ellison-Wright et al,
donde el único hallazgo fue la disminución de una
región de los ganglios basales que incluía el globo
pálido y el putamen; este hallazgo fue confirmado por
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Autismo y TDAH
Tabla I. Hallazgos estructurales y funcionales en el TDAH.
Metaanálisis VBM (estructural)
Muestra
Primer autor
Año
Método
Grupo
exp.
Grupo
control
Frodl [15]
2012
SDM
320
Nakao [12]
2011
SDM
ALE, VBM
Ellison-Wright
2008
[13]
Hallazgos
Edad
Tarea/
paradigma
GE > GC
GC > GE
Circuitos cerebrales
asociados
288
Niños y
adultos
Niños: GP, putamen, caudado,
amígdala y CA. Adultos: CA
De recompensa y de
funciones ejecutivas
378
344
Niños y
adultos
pC y CP
GP, núcleo caudado y tálamo
De activación por
defecto y de recompensa
114
143
Niños y
adolescentes
Putamen y GP
De recompensa
Metaanálisis RMf (funcional)
Dickstein [27] 2006
Hart [25]
2012
ALE
SDM
175
150
IR, toma de
decisiones
y PE (AT y MT)
197
Niños
y adultos
145
Adolescentes Estimación
y adultos
temporal
IR: cx frontal medial,
lóbulo paracentral
IR: CPF inf, cx precentral, CA,
cx parietal sup, cuerpo del caudado
PE: ínsula, cx frontal
medial, cx precentral,
tálamo y núcleo
lentiforme
PE: cx medial frontal, ínsula,
cx cingulada, cx parietal sup,
central y motora, tálamo y cx
temporo-occ y cx occ medial
pC bilateral,
cúneo y CP
Vermis del cerebelo, cx frontal
inf/ínsula, giro supramarginal,
giro temp sup y poscentral,
CPFDL
IRM: cx motora suplementaria
y CA, cx frontal inf/ínsula, tálamo,
cabeza del caudado y Gr Fus
Hart [22]
2013
SDM
449
498
Niños y
adultos
IRM, IRI y AT
AT: cerebelo
y cúneo
IRI: CA, cx frontal inf/ínsula,
cabeza del caudado, ínsula
posterior y lóbulo pariental
AT: CPFDL, putamen y GP, tálamo,
cola del caudado, ínsula posterior,
cx parietal inf, pC y Gr tem sup
Cortese [23]
2012
ALE
741
801
Niños y
adultos
IR, MT y AT
IR: giro angular
y cx. occ. medial,
cx. suplementaria,
surco frontal
IR: cx motora suplementaria,
cx frontal sup, inf y medial,
cx paracingulada, Gr tem sup,
tálamo y cx occ inf
MT: cx frontal inf/insular
y cx frontal medial
De activación por defecto,
atencional dorsal, visual,
somatomotor
De activación por defecto,
visual, atencional ventral,
de funciones ejecutivas,
somatomotor
De activación por defecto,
somatomotor, atencional
dorsal, de recompensa,
de funciones ejecutivas
De lenguaje, somatomotor,
visual, de lenguaje, de
activación por defecto
AT: cx paracingulada
ALE: activation likelihood estimation; AT: atención; CA: cíngulo anterior; CP: cíngulo posterior; CPF: corteza prefrontal; CPFDL: corteza prefrontal dorsolateral; cx: corteza; exp: experimental;
GP: globo pálido; Gr Fus: giro fusiforme; Gr Tem: giro temporal; inf: inferior; IR: inhibición de respuesta; IRI: inhibición de respuesta de interferencia; IRM: inhibición de respuesta motora; MT:
memoria de trabajo; occ: occipital; pC: precúneo; PE: procesos ejecutivos; SDM: signed differential mapping; sup: superior; temp: temporal; TM: tareas motoras; TPP: tarea de procesamiento
de palabras; TRF: tarea de reconocimiento facial; TRO: tarea de reconocimiento de objetos; VBM: voxel-based morphometry.
Nakao et al [12,13]. En este último estudio, también
documentaron incrementos en el volumen del cíngulo posterior izquierdo y el precúneo. Además, se
encontró que, cuanto mayor edad tengan los individuos con TDAH, presentan mayor volumen del pu-
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tamen derecho (Tabla I). También se observó que
los individuos que toman medicamentos estimulantes tienen mayor volumen del núcleo caudado
en comparación con aquellos que no los toman. Estos hallazgos sugieren la hipótesis de que ciertas
S165
E. Proal, et al
Tabla II. Hallazgos estructurales y funcionales en ASD.
Metaanálisis VBM (estructural)
Muestra
Primer autor
Año
Método
Grupo
exp
Stanfield [16]
2007
STATA
SE v. 8
800
Hallazgos
Grupo
Edad
control
De activación
por defecto, de
cognición social,
somatomotor
Autismo: cerebelo, Gr Fus,
hipocampo, uncus, Gr tem.
Asperger: amígdala, giro
frontal sup, giro occipital,
cerebelo, precúneo, putamen,
giro frontal medial
De cognición
social, visual,
somatomotor
378
Niños y
adultos
471
Adolescentes
y adultos
ALE, VBM
323
Nickl-Jockschat
[20]
2012
ALE, VBM
277
De lenguaje, de
cognición social,
visual, de FE
Complejo amígdala-hipocampo,
claustro, corteza parietal medial
bilateral (pC), cx parietal
poscentral
350
2012
CA y CC
Cx frontal
medial e inf
ALE, VBM
Duerden [21]
Somatomotor y
de cognición social
De lenguaje,
somatomotor,
de FE
2011
ALE, VBM
CC, vermis cerebeloso
y amígdala
Tonsil cerebelar, lóbulo parietal
inf, amígdala, cx insular,
Gr tem medial, cola del
caudado, pC y cx precentral
Cauda [18]
2011
Cerebelo y caudado
Cerebelo, Gr tem
medial, cíngulo
anterior, cabeza
del caudado y Gr L
237
Yu [19]
246
151
Autismo/
149
Asperger
Circuitos cerebrales
asociados
SDM, VBM
496
GC > GE
Fascículo arqueado,
cápsula extrema,
fascículo uncinado,
fascículo frontooccipital
2010
SDM, VBM
GE > GC
Niños y
adultos
Radua [14]
2011
Tarea/
paradigma
800
Adolescentes
y adultos
Via [17]
190
y
214
Adolescentes
y adultos
Autismo: CA, caudado,
giro cingulado, Gr L,
Gr tem sup, cerebelo,
Gr Fus, Gr tem medial,
giro hipocampal,
ínsula, precúneo.
Asperger: Gr Fus, uncus,
lóbulo parietal inf
369
Niños y
adultos
Adultos: CPF lateral.
Niños: Gr Fus, cíngulo
e ínsula
Putamen y CPF medial
De cognición social,
somatomotor
303
Niños y
adultos
Cx lateral occ,
región pericentral,
Gr tem medial,
ganglios basales,
opérculo parietal
CA
Visual, de FE
regiones cerebrales disminuidas en el TDAH se
normalizan con la edad o con el tratamiento, sin
embargo, se necesitan estudios longitudinales para
comprobar dicha hipótesis [14].
En el tercer metaanálisis, de Frodl et al en este
caso, se incluyeron estudios de adultos y niños. Encontraron que en niños disminuye el volumen del
putamen y el globo pálido derecho, lo que coincide
con los dos estudios anteriores [15] (Tabla I). Encontraron que los niños con TDAH medicados revierten la disminución del volumen del cíngulo anterior y tienden a los niveles normales de los niños
sanos. Los resultados en adultos también mostraron un decrecimiento del volumen en dicha región,
S166
lo que evidencia al cíngulo anterior como una zona
clave relacionada con los síntomas de TDAH y que
posiblemente recupera su morfología normal con
el uso de medicamento. Sin embargo, también es
necesario contar con evidencias longitudinales para
corroborar estos hallazgos.
TEA
Volumen total cerebral
La mayoría de los estudios de neuroimagen en los
TEA muestran un incremento en el volumen total
cerebral, contrario a los del TDAH. En el metaanálisis de Stanfield et al, se encontraron consistencias
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Autismo y TDAH
Tabla II. Hallazgos estructurales y funcionales en ASD (cont.).
Metaanálisis RMf (funcional)
Primer autor
Di Martino [26]
Sugranyes [28]
Muestra
Año
2009
2011
Método
ALE
ALE
Grupo
exp
479
55
Hallazgos
Grupo
Edad
control
453
55
Adolescentes
y adultos
adultos
Tarea/
paradigma
TS (TRF) y TNS
(AT, lenguaje,
MT y motoras)
TRF
GE > GC
GC > GE
TS: cx pre central y
poscentral, Gr tem
medial sup e inf,
Gr Fus y cx occ inf
TS: cx precentral, cx prefrontal
medial inf, CA, cx parietal inf,
Gr tem sup, ínsula, CP, giro
parahipocampal/amígdala,
Gr Fus lingual, tálamo y cx occ
medial e inf
TNS: cx frontal medial
e inf, cíngulo anterior,
Gr tem sup, cx occ
medial, Gr L
Gr tem sup
TM: cx parietal sup e
inf, precentral, frontal
medial e inf, culmen y
corteza parietal inf
Philip [29]
2012
ALE
1083
1000
aprox
Adolescentes
y adultos
TM, TV y FE
(inhibición de
respuesta, AT
y MT), TAL, TSB
y TSC
TV: tálamo, cx frontal
medial y caudado
FE: cx frontal medial
TAL: cx precentral, CP,
cx frontal inf
TSB: Gr tem sup
TSC: cx frontal pre y
post sup y cx frontal inf
TRF: Gr Fus occ y temp,
Gr L, Gr tem medial y sup
Samson [30]
Dickstein [27]
2012
2013
ALE
ALE
357
262
370
273
Adolescentes
y adultos
Niños y
adultos
TRF, TRO y TPP
TRO: Gr Fus occ, cx occ
medial, cx parietal sup
e inf y cíngulo
TPP: Gr Fus occ y temp,
Gr tem medial, pC y cx
frontal inf, sup y medial
y putamen
TS y TNS
(lenguaje, IR, AT)
TS: cx precentral,
Gr tem sup
TNS: ínsula, cx frontal
medial, cx occ inf y CA
TNS: cx frontal medial,
cx parietal sup e inf, giro
supramarginal y lingual,
ínsula, Gr tem sup y tálamo
cx poscentral
Circuitos cerebrales
asociados
Atencional dorsal,
visual, circuito de
cognición social,
de activación
por defecto,
de lenguaje
De cognición
social, dorsal
atencional
TM: núcleo lentiforme, cx frontal
medial y precentral, Gr tem sup
TV: cíngulo, cx precentral,
Gr L y cx occ medial
FE: ínsula, núcleo lentiforme,
cx parietal inf, corteza frontal
medial y CP
TAL: Gr tem sup y cíngulo
Somatomotor,
atencional dorsal,
de FE, de cognición
social, de lenguaje,
visual
TSB: Gr Fus, cx occ inf,
culmen, Gr tem medial
TSC: Gr tem sup y cx parietal inf
TRF: Gr Fus, occ y temp, Gr tem
sup y medial, cx precentral,
frontal y sup, ínsula
TRO: Gr L, Gr Fus temp, pC,
cx parietal sup e inf, ínsula,
cx frontal sup y putamen
TPP: Gr L, cx occ inf, Gr tem
medial, cx frontal precentral
sup e inf, caudado, tálamo
y giro parahipocampal
TS: Gr tem sup, giro hipocampal/
amígdala, Gr Fus, cx precentral,
culmen y CA
TNS: caudado y cx frontal sup
De cognición social,
de lenguaje, visual,
atencional dorsal,
de activación por
defecto
De cognición social,
de lenguaje, visual,
de FE
ALE: activation likelihood estimation; AT: atención; CA: cíngulo anterior; CC: cuerpo calloso; CP: cíngulo posterior; CPF: corteza prefrontal; CPFDL: corteza prefrontal dorsolateral; cx: corteza;
FE: funciones ejecutivas; Gr Fus: giro fusiforme; Gr L: giro lingual; Gr tem: giro temporal; inf: inferior; MT: memoria de trabajo; occ: occipital; PE: procesos ejecutivos; SDM: signed differential
mapping; sup: superior; TAL: tareas auditivas y de lenguaje; TE: tareas ejecutivas; temp: temporal; TM: tareas motoras; TNS: tareas no sociales; TPP: tarea de procesamiento de palabras; TRF:
tarea de reconocimiento facial; TRO: tarea de reconocimiento de objetos; TS: tareas sociales; TSB: tareas sociales básicas; TSC: tareas sociales complejas; TV: tareas visuales; VBM: voxel-based
morphometry.
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S167
E. Proal, et al
Figura 2. Circuitos convergentes. La figura muestra los circuitos que se han documentado alterados tanto
en el TDAH como en el TEA. Nótese que las regiones marcadas son ilustrativas, ya que no se obtuvieron
en esta revisión de manera cuantitativa. CA: corteza anterior; G: giro; GFS: giro frontal superior; GIF: giro
inferior frontal; CPFDL: corteza prefrontal dorsolateral; CPFo: corteza prefrontal orbital; CPFvm: corteza
prefrontal ventromedial; LTs: Lóbulo temporal superior; uTP: unión temporoparietal.
a
b
d
c
e
en el aumento global del volumen cerebral [16]. Lo
interesante fue observar que niños con TEA tienen
un volumen total cerebral reducido en el momento
de nacer, que aumenta durante el desarrollo hasta
los 5 años aproximadamente y después éste se va
atenuando hasta llegar a la edad adulta [16].
Volumen por regiones
En la búsqueda sistematizada, obtuvimos mayor número de metaanálisis del TEA comparado con el
TDAH. Radua et al incluyeron 13 estudios con VBM
de sustancia blanca e interpretaron los resultados de
interconexiones estructurales entre regiones más
que áreas por separado [14]. Encontraron diferencias en el fascículo arqueado derecho, que conecta
áreas temporales con parietales y frontales, el frontooccipital, encargado de conectar las regiones frontales con las occipitales, así como en el uncinado
(Tabla II).
Otro estudio metaanalítico llevado a cabo por el
mismo grupo reveló que la amígdala y el hipocampo
están reducidos en sujetos con TEA y presentan un
ligero incremento en la corteza frontal inferior en
comparación con los sujetos control [17] (Tabla II).
Regiones como el lóbulo parietal, la amígdala, la
ínsula, el precúneo, el giro precentral [18], el lóbulo
temporal medial [18,19] o el cíngulo anterior [14,
20] también se han documentado como disminui-
S168
das en sujetos con TEA en comparación con los sujetos control. Además, se han comunicado aumentos en el cerebelo y en otras áreas como el núcleo
caudado [18,19], el giro fusiforme [21], las regiones
temporales [18-20] y occipitales [19]. Uno de los hallazgos que más ha llamado la atención en los TEA es
el aumento en estructuras del sistema límbico como
la ínsula [21] y los ganglios basales [18-20] (Tabla II).
En resumen, los resultados estructurales muestran que en el TDAH hay disminuciones tanto del
volumen cerebral total como de las regiones específicas. Las principales áreas reducidas son parte importante del circuito límbico frontoestriatal (recompensa). Además, estas áreas están involucradas
en el circuito de funciones ejecutivas. Por el contrario, en los TEA, sobre todo en niños, el volumen
total cerebral se observa aumentado, aunque este
aumento se normaliza durante el desarrollo. Las regiones disminuidas en los TEA están implicadas en
los circuitos de cognición social. A su vez, se observan aumentos en regiones límbicas y regiones pertenecientes a los circuitos somatomotor, de lenguaje y visual (Figs. 2 y 3).
Resultados funcionales
basados en la RMf de tarea
TDAH
El primer metaanálisis de RMf lo llevaron a cabo en
el año 2006 Dickstein et al, incluyendo estudios donde las principales tareas desempeñadas fueron la
toma de decisiones y la inhibición de respuesta. Se
concluyó que los sujetos con TDAH presentan hipoactivación en el cíngulo anterior, la corteza prefrontal dorsolateral, inferior y orbitofrontal, las regiones
parietales, el tálamo y los ganglios basales. Aunque
los autores no lo mencionan en su discusión, notamos que ciertas áreas como la corteza medial occipital también resultaron alteradas. Los resultados de
este primer estudio fueron apoyados por un meta­
análisis más reciente donde sujetos con TDAH, comparados con controles, mostraron disminuciones en
la activación de la corteza frontal inferior que se extendía hacia la ínsula, la corteza motora, el cíngulo
anterior, el tálamo y los ganglios basales (núcleo caudado y putamen) durante el desempeño de tareas de
inhibición de respuesta (motoras y de interferencia)
[22]. Además, también se documentan hallazgos durante las tareas de atención, donde en el TDAH existe una hiperactivación en regiones posteriores como
el cerebelo y el cúneo y una hipoactivación en los
ganglios basales, la corteza prefrontal dorsolateral, el
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Autismo y TDAH
tálamo, la ínsula posterior, el lóbulo parietal inferior,
el precúneo y la corteza temporal superior (Tabla I).
Cortese et al emprendieron una actualización
del metaanálisis de Dickstein et al donde incluyeron 55 estudios de RMf con pacientes con TDAH.
El objetivo principal fue comparar las alteraciones
entre niños y adultos y evidenciar las diferencias
debidas a la edad. Además, llevaron a cabo subcomparaciones con respecto al efecto del tratamiento,
comorbilidades psiquiátricas y diferentes tareas. En
niños, se observó hipoactivación en las regiones
prefrontales, los ganglios basales así como en las
áreas parietales, comparados con niños sanos. En
adultos, se documentó hipoactivación en la zonas
precentrales y la corteza frontal medial [23]. Tanto
en niños como en adultos, el giro angular y la corteza occipital medial tuvieron mayor activación y los
niños presentaron hiperactivación en el cíngulo
medial y posterior.
Al separar por tareas, encontraron que, durante
la inhibición de respuesta, los sujetos con TDAH
muestran menor activación en la corteza motora
suplementaria, la corteza frontal (superior, inferior
y medial), la parte del cíngulo más rostral, la corteza temporal superior, el tálamo y el occipital inferior. Por el contrario, regiones como el giro angular,
la corteza suplementaria y el lóbulo occipital medial tienen mayor activación en esa misma tarea.
Durante el proceso de memoria de trabajo, en sujetos con TDAH, las regiones frontales como la inferior (insular) y medial se observaron hipoactivadas
del mismo modo que la corteza paracingulada durante las tareas de atención (Tabla I).
Hart et al llevaron a cabo un estudio de tareas de
estimación temporal, una tarea de ejecución motora que indica la habilidad con la que percibimos la
duración de un intervalo de tiempo [24]. Los pacientes con TDAH presentan hipoactivación en regiones como la corteza prefrontal inferior, la ínsula,
el cerebelo y la corteza parietal inferior. Se encontró también una correlación positiva entre el uso de
estimulantes y la normalización de la activación de
la corteza prefrontal dorsolateral [25] (Tabla I).
En otro estudio, se encontró que durante las tareas de inhibición de respuesta en los sujetos con
TDAH disminuye la activación en la corteza frontal
inferior y se extiende hacia la ínsula, la corteza motora, el cíngulo anterior y otras regiones subcorticales como los ganglios basales comparados con sujetos control [22]. Durante el análisis de las tareas de
atención, la corteza prefrontal dorsolateral, el putamen, el globo pálido, el tálamo, la cola del caudado,
el lóbulo parietal y el precúneo son algunas regiones
que presentan hipofunción. Al contrario, el cerebelo
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Figura 3. Circuitos divergentes. Las figuras 3a y 3b muestran los circuitos que se han documentado alterados en el TDAH. Las figuras 3c y 3d muestran los circuitos alterados característicos de los TEA. Nótese
que las regiones marcadas son ilustrativas, ya que no se obtuvieron en esta revisión de manera cuantitativa. CA: corteza anterior; CP: cíngulo posterior; CPFam; corteza prefrontal anteromedial; CPFDL: corteza
prefrontal dorsolateral; CPFdm: corteza prefrontal dorsomedial; CPFm: corteza prefrontal medial; COi:
corteza occipital inferior; Cpm: corteza premotora; COm: corteza occipital medial; CTi: corteza temporal
inferior; Cx: corteza; Hc: hipocampo; LPi: lóbulo parietal inferior; LPip: lóbulo parietal inferioposterior;
LPs: lóbulo parietal superior; Phc: parahipocampo; TM: temporal medial.
a
b
c
d
y el cúneo muestran un incremento en la actividad
(Tabla I). Se observó que los niños tienen una hipofunción más marcada en los ganglios basales y el cíngulo anterior en comparación con los adultos [22].
TEA
El proceso más estudiado en los TEA por medio de
la RMf ha sido la cognición social, que abarca varios procesos simples (reconocimiento de caras y
emociones) y complejos en los que se involucra la
interpretación, el razonamiento y la toma de decisiones, lo que se conoce como teoría de la mente.
Sin embargo, también se han analizado respuestas
cerebrales funcionales durante la ejecución de otras
pruebas como procesamiento visual, motoras, de
atención y procesos ejecutivos.
Hay dos estudios metaanalíticos que establecieron comparaciones entre funciones sociales y no sociales entre sujetos con TEA y controles. En el año
2009, Di Martino et al ejecutaron dos metaanálisis
por separado, uno para procesos sociales y otro para
tareas no sociales (como memoria de trabajo y con-
S169
E. Proal, et al
trol de la atención). Comunicaron que, durante las
tareas sociales, los sujetos con TEA muestran hipoactivación en la ínsula anterior y en la región perigenual del cíngulo anterior, ambas regiones implicadas
en procesos emocionales [26]. Por su parte, Dick­
stein et al mostraron también en niños y adultos con
TEA hipoactivación del cíngulo anterior y el culmen
en comparación con los sujetos control. Además,
observaron en los niños con TEA una menor activación en las áreas temporales, la amígdala y el giro
precentral y una mayor activación en las regiones
precentrales y temporales [27] (Tabla II).
Al evaluarse otras habilidades sociales complejas,
los individuos con TEA muestran una menor activación en las zonas límbicas como el cíngulo anterior y la amígdala [28]. Otras de las áreas que durante estos procesos se han comunicado hipoactivadas
son la región frontal medial, la precentral, la temporal medial y la parietal inferior [28,29] (Tabla II).
En el estudio de Philip et al, los autores no sólo
estudiaron tareas de cognición social compleja sino
que separaron el estudio metaanalítico en varias
subpruebas y observaron que, durante las tareas de
cognición social simple, se activaba el culmen y las
zonas temporales así como la región occipital inferior [29]. Durante la tarea específica de procesamiento visual encontraron que los TEA muestran
hiperactivación en el giro frontal medial e hipoactivación en el cíngulo anterior y las regiones occipitales como el giro lingual y medial [29] (Tabla II).
Dado que la cognición social está relacionada con
el proceso visual, Samson et al subdividieron los estudios dependiendo del tipo de procesamiento visual
(caras, objetos y palabras). En general, se observó
una menor activación en el giro fusiforme y el temporal medial, zonas occipitales como el giro fusiforme occipital y el giro inferior, frontales como el giro
precentral y superior, y otras regiones como la ínsula
y el cerebelo e hiperactivación en la corteza frontal,
el precúneo, el giro fusiforme temporal y el occipital
medial [30] (Tabla II). En específico, durante el reconocimiento de caras, el giro fusiforme tanto temporal como occipital se observó hipoactivado en los
TEA en comparación con los sujetos control, así
como el giro precentral, la ínsula y el frontal inferior.
En cambio, se encontró una mayor actividad en regiones tanto occipitales (giro lingual y fusiforme)
como temporales (medial y superior) [30]. Por el
contrario, en la tarea de reconocimiento de objetos,
el giro lingual occipital y el temporal fusiforme se
encontraron con una menor activación entre otras
regiones como posteriores, frontales y límbicas [30].
Finalmente, al reconocer palabras, los sujetos con
TEA mostraron el giro lingual hipoactivado así co­
S170
mo las regiones frontales (precentral, inferior y superior), temporales (medial) y subcorticales como el
caudado, el tálamo y el parahipocampo. El putamen,
el precúneo y las regiones frontales estuvieron más
activadas en este tipo de tareas en los TEA en comparación con los sujetos control [30] (Tabla II).
Otra función estudiada en los TEA son los procesos ejecutivos en los que se ha observado hipoactivación en personas con TEA en el cíngulo anterior pero en la parte más dorsal [26], el núcleo caudado [27], la ínsula y el lóbulo parietal inferior [29],
en comparación con sujetos control. Por otro lado,
hay una mayor activación en la ínsula y el giro frontal medial en los niños, y en la corteza occipital inferior y el giro frontal medial en los adultos [27, 29],
asi como en el cíngulo anterior [27] (Tabla II).
En cuanto al lenguaje y la audición, los pacientes
con TEA, en comparación con la población sana,
muestran hiperactivación en el giro frontal, el precentral y el cíngulo posterior e hipoactivación en el
giro cingulado y el giro temporal superior. Finalmente, durante las tareas motoras, se reportan hiperactivaciones en las regiones frontales, mientras
que existen hipoactivaciones en regiones occipitales y temporales [29] (Tabla II).
En resumen, los metaanálisis por medio de la
RMf en los TDAH y TEA muestran que las regiones
observadas como alteradas se relacionan con el tipo
de paradigma que se aplique. En los TDAH se han
estudiado mayormente procesos de inhibición de
respuesta y atención, mientras que en los TEA se
han realizado principalmente tareas de cognición
social, lenguaje y procesos ejecutivos variados. En
los TDAH, las regiones con menor activación forman parte de circuitos como el ejecutivo, atencional
y somatomotor, y se aprecia hiperactivación en áreas
visuales. En los TEA, por un lado, también se muestra menor activación en partes de los circuitos ejecutivo, dorsal atencional y somatomotor y, además,
en sistemas relacionados con la cognición social y
lenguaje. Por otro, existe mayor activación en áreas
frontales, occipitales y en el cíngulo anterior, sobre
todo la parte más dorsal, durante tareas de funciones ejecutivas, audición y lenguaje (Figs. 2 y 3).
Discusión
Actualmente, se ha demostrado con técnicas de neu­
roimagen que las alteraciones cerebrales en trastornos como el TDAH y los TEA no están limitadas a
regiones separadas, sino que más bien se presentan
en varias áreas que interactúan entre sí para formar
sistemas o circuitos [31]. Por lo anterior, los resulta-
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Autismo y TDAH
dos de la presente revisión se tratan desde una perspectiva de los circuitos cerebrales en conexión y su
relación con el comportamiento y el funcionamiento cognitivo de pacientes con TDAH y TEA.
Tanto en la estructura como en la función, se observó que existen circuitos similarmente alterados
en ambos trastornos como el circuito de activación
por defecto (CAD) y los circuitos de funciones ejecutivas, el somatomotor, el dorsal atencional y el visual. Asimismo, se observaron diferencias características de cada trastorno en el circuito de recompensa y el ventral atencional en el TDAH y en el circuito de cognición social y de lenguaje en los TEA.
Circuitos convergentes
Circuito de funciones ejecutivas
En la figura 2a se muestra este circuito que se encontró alterado en los TEA y TDAH. Es el encargado de guiar las acciones de una persona hacia metas u objetivos. Además, brinda la flexibilidad durante el procesamiento de información para poder
cambiar de una tarea a otra [32] e integrar la información exterior con las representaciones internas.
Los metaanálisis concuerdan con que en el TDAH,
durante las tareas de inhibición de respuesta y motoras, existe una menor actividad funcional en este
circuito y, cuando los TEA llevan a cabo tareas no
sociales, también sufren una disminución en la actividad cerebral, sobre todo en regiones como el
cíngulo anterior, el caudado y la corteza parietal
inferior, integrantes de este sistema [34]. En el
TDAH, es uno de los circuitos más estudiados y se
han documentado hipoactivaciones durante las tareas de inhibición de repuesta [31], además en estudios con la RMf en reposo se ha corroborado la
implicación del circuito en el trastorno [34-36].
Por el contrario, en los TEA, las funciones ejecutivas no se han estudiado tanto, sin embargo, se ha
demostrado que tienen déficit en la memoria de
trabajo y sobre todo cuando la información resulta
compleja [37].
Circuito dorsal atencional
Este circuito desempeña un papel importante en la
orientación y dirección de objetivos relacionados
con los procesos de control ejecutivo. En concreto,
durante la función de atención visual, es el encargado de reorientar la información cada vez que entra
un estímulo nuevo y de controlar la atención espacial, es decir, la habilidad para enfocarse en un estímulo dentro de un ambiente visual. Las regiones
más implicadas en este sistema incluyen la corteza
premotora y el surco intraparietal [38] (Fig. 2d). Nues-
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tros resultados muestran que estas regiones tienen
menor activación, tanto en individuos con TDAH
como con TEA, durante las tareas ejecutivas y de
atención. Un estudio llevado acabo durante las tareas de atención sostenida mostró diferencias entre
los TEA y el TDAH en zonas frontales y cerebelares; sin embargo, demostraron una similitud en la
hipofunción de zonas precentrales y poscentrales
durante dicho proceso, partes fundamentales del
circuito dorsal atencional [8]. Lo anterior sugiere
que los individuos de ambos trastornos atiendan a
estímulos sólo cuando existe una motivación intrínseca y que de lo contrario manifiesten síntomas
de desatención [39,40].
Además, los TEA muestran hiperactivaciones de
este circuito durante los procesos de cognición social y las tareas motoras; en estos sujetos es muy
frecuente la conducta focalizada y comportamientos repetitivos [5,6], donde es posible que requieran
de más esfuerzo atencional.
Circuito de activación por defecto
o CAD (default mode network)
El CAD demuestra desactivación durante la ejecución de la mayoría de tareas cognitivas y se activa
en estado de reposo. Este circuito se ha relacionado
con la propia monitorización de los estados internos y de la memoria autobiográfica [41] (Fig. 2b).
La activación del CAD se correlaciona negativamente con la activación del circuito de funciones
ejecutivas; cuando este último se pone en marcha,
el CAD suprime su función [42]. Se ha documentado que tanto en el TDAH como en los TEA hay una
supresión menor de la actividad de este circuito.
Por lo anterior, se crea una interferencia con los circuitos funcionales ejecutivos y de atención, lo que
sugiere que estos sujetos manifiesten lapsos de ausencia durante el desempeño de tareas [43-45]. En
los estudios metaanalíticos encontramos que el pre­
cúneo, región posterior del circuito, tiene un mayor
volumen en el TDAH y un menor volumen en los
TEA. Sin embargo, en cuanto a la función, hay un
aumento en ambos trastornos durante diferentes
tareas cognitivas. Di Martino et al, en un estudio de
RMf en reposo, demostraron que una de las similitudes más importantes en la conectividad cerebral
entre el TDAH y los TEA es la disminución de la
conectividad (grado de centralidad) en el precúneo,
incluyendo las regiones del CAD [46].
Circuito somatomotor
El circuito somatomotor encargado del control de
movimiento y de la percepción sensorial involucra
al sistema cortical motor y somatosensorial (Fig. 2e).
S171
E. Proal, et al
El cerebelo, que forma parte importante de este sistema, se encontró involucrado tanto en el TDAH
como en los TEA. En el TDAH, disminuciones de
volumen e hipofunción durante las tareas motoras
y atencionales; en los TEA por el contrario, aunque
no se encontraron diferencias en cuanto a la función, se documentaron aumentos en el volumen.
Esta diferencia entre trastornos puede explicarse
con lo que se observa en la clínica, donde mientras
que los pacientes con TDAH tienen dificultades
para controlar los movimientos e inhibir respuestas
[31] los pacientes con TEA se enfocan en movimientos repetitivos y rígidos [7]. Además, otras regiones del circuito somatomotor se observaron alteradas de manera similar en el TDAH y los TEA
como zonas precentrales relacionadas con la inhibición de respuesta y la motricidad.
Circuito visual (Fig. 2c)
Este circuito se ha estudiado poco en ambos trastornos, sin embargo, como observamos en los metaanálisis, con frecuencia se documentan alteraciones en regiones occipitales tanto en los TEA como
en el TDAH durante el desempeño de diferentes tareas. La región occipital medial interactúa con el
circuito dorsal atencional en procesos de atención
sostenida visual y supresión de estímulos irrelevantes [47], ambas funciones alteradas en el TDAH y
los TEA. Consideramos que estas observaciones del
circuito visual, comúnmente no tratadas en los estudios de neuroimagen, se deben analizar con mayor detalle, ya que dicho circuito es parte fundamental de los procesos de atención.
Circuitos divergentes
TDAH
Circuito ventral atencional. Este circuito (Fig. 3b)
es un componente importante del sistema regulatorio de la atención y trabaja en conjunto con el circuito dorsal atencional. Es el encargado de monitorear los estímulos relevantes y de interrumpir la
actividad que se está ejecutando cuando sea necesario [38]. En la presente revisión, se encontró que,
durante tareas motoras de estimación temporal, regiones implicadas en este circuito, como la ínsula
anterior o el giro supramarginal, están hipoactivadas en sujetos con TDAH [25]. Se han documentado alteraciones en el circuito ventral atencional en
sujetos adultos con TDAH durante tareas que requerían la capacidad de cambiar la atención de un
estímulo a otro más relevante [48]. Además, otros
estudios han demostrado hiperactivaciones en algunas áreas de este circuito [23] y, debido a que se
S172
necesita suprimir esta función para dejar de prestar
atención a los estímulos irrelevantes [49], su hiper­
activación explica la fácil distracción que presentan
la mayoría de los sujetos con TDAH [23].
Circuito de recompensa. Este sistema se encuentra
involucrado en la mediación de los efectos de refuerzo. Las estructuras principales de esta red se
presentan en la figura 3a. En cuanto a los estudios
estructurales, se muestran con claridad regiones
disminuidas como el cíngulo anterior, el estriado
ventral, el globo pálido y la corteza prefrontal dorsal en niños y adultos con TDAH, componentes
clave en la regulación del circuito de recompensa
[50,51]. Sin embargo, en cuanto a la función, sólo
un estudio metaanalítico documenta hipoactivaciones en ciertas regiones pertenecientes a este circuito durante las tareas de atención [22]. Esto se debe
en parte a que los estudios con RMf de tareas de
recompensa se han analizado enfocándose en regiones específicas y por lo tanto no se han incluido
en estudios metaanalíticos. Estudios en el TDAH
han propuesto que los fallos en este sistema causan
que los individuos con el trastorno tiendan a preferir recompensas a corto plazo y no sean capaces de
esperar recompensas mayores pero a largo plazo
[52,53], lo que da lugar a síntomas de hiperactividad/impulsividad [54].
TEA
Circuito de lenguaje. A pesar de que durante las tareas de inhibición de respuesta los individuos con
TDAH mostraron ciertas diferencias en regiones de
este circuito (Fig. 3d), las diferencias funcionales cerebrales resultan ser más marcadas en el TEA. Una
de las manifestaciones principales en los TEA es el
retraso en la función de lenguaje [55]. Nuestros resultados demuestran que regiones pertenecientes al
circuito de lenguaje como el giro supramarginal, el
temporal superior y el frontal inferior tienen mayor
activación durante las tareas de cognición social
simple y compleja en sujetos con TEA en comparación con sujetos control. A su vez, durante las tareas
no sociales, auditivas y de lenguaje, el lóbulo temporal superior, la región relevante en este sistema [56],
mostró una menor activación en los TEA. En estudios anteriores, alteraciones en el giro superior temporal y otras regiones temporales se han asociado al
autismo [46,57], así como otras regiones pertenecientes al circuito como el giro supramarginal [7].
Circuito de cognición social. Uno de los aspectos que
nos distingue como humanos es la capacidad de entender a otros como sujetos conscientes que tienen
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Autismo y TDAH
estados mentales internos. Entre las funciones de
cognición social que se han estudiado en los TEA
se encuentran la empatía, la teoría de la mente y la
mentalización [58,59]. Las estructuras que forman
parte de este circuito se muestran en la figura 3c.
Lo que pudimos notar es que algunas de estas regiones, como la amígdala y la ínsula, están aumentadas en cuanto al volumen en los individuos con
TEA, además estas mismas regiones resultan hipoactivadas durante las tareas sociales. Estos resultados, junto con las alteraciones en las regiones temporales, pueden explicar los fallos en la socialización, la imaginación y la comunicación característicos del espectro autista [60].
En conclusión, tanto desde el punto de vista estructural como desde el funcional se observaron diferencias que son características de cada uno de los
trastornos. Además, hay alteraciones en los circuitos cerebrales que convergen en ambos padecimientos y que explican la comorbilidad sintomatológica que se presenta en algunos casos clínicos
como los lapsos de inatención, problemas en las
funciones motrices y fallos en el procesamiento de
la información.
Una de las limitaciones de comparar estudios
con RMf es que los circuitos resultantes asociados a
cada trastorno dependen de las hipótesis generadas
por los investigadores y los paradigmas que se utilicen. Como se ha podido ver en esta revisión, en el
caso del TDAH, los estudios se han enfocado más
en las tareas de los procesos de atención y ejecutivos como la inhibición de respuesta y la memoria de
trabajo; por su parte, en el caso de los TEA, se centran más en las tareas de cognición social y sólo en
algunos casos en tareas no sociales, aunque de manera muy variada. Lo anterior no nos permite extraer conclusiones definitivas de los correlatos neurobiológicos que diferencian a cada trastorno. Sin
embargo, hoy en día hay técnicas novedosas como
la RMf en estado de reposo [61] que permite identificar los circuitos funcionales cerebrales globales sin
la necesidad de presentar un paradigma específico,
lo que da la posibilidad de establecer comparaciones entre diferentes grupos de un modo más concreto. De hecho, el primer estudio con RMf en reposo que compara a individuos con TDAH y TEA
se ha publicado hace poco y muestra similitudes en
la conectividad en regiones como el precúneo y diferencias características de cada trastorno. En el
TDAH, hay mayor conectividad entre las regiones
estriatales y el globo pálido y en los TEA, en las regiones temporolímbicas. Además, algo interesante
es que los sujetos con TEA y comorbilidad sintoma-
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tológica de TDAH muestran también alteraciones
en las regiones que presentan mayor conectividad
en el TDAH (estriatales y globo pálido) [46]. Asimismo, en general, la bibliografía de la RMf en reposo en el TDAH [62-66] y los TEA [67-69] está
ayudando a entender cada vez más los correlatos cerebrales globales implicados en estas enfermedades.
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Neurobiology of autism and attention deficit hyperactivity disorder by means of neuroimaging
techniques: convergences and divergences
Summary. In the clinical area, some symptoms of attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) also present in patients
with autism spectrum disorders (ASD). Research has shown that there are alterations in brain circuits that have an impact
upon specific cognitive and behavioural failures in each of these disorders. Yet, little research has been conducted on the
brain correlates underlying both the similarities and the differences in the symptoms. In this review, the structural and
functional meta-analytical studies that have been carried out to date on ADHD and ASD have been analysed. On the one
hand, there are convergences in the attentional dorsal, executive functions, visual, somatomotor circuits and the default
activation circuit. These similarities can account for the comorbid manifestations between the disorders, such as failure
in the integration of information, fine motor control and specific attention processes. On the other hand, specifically in
ADHD, there is a deficit in the reward circuit and in the attentional ventral, which are systems involved in the measurement
of the effects of reinforcement and monitoring of attention. In ASD, the circuits that are most strongly affected are those
involved in social cognition and language processes. In conclusion, there are neuronal correlates in both disorders that
explain both the convergent and divergent clinical and behavioural manifestations.
Key words. ADHD. Autism spectrum disorders. Magnetic resonance imaging. Meta-analysis. Volumetric measurement.
www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 57 (Supl 1): S163-S175
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