107-2013 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia

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107-2013
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce horas y
dos minutos del día veintiséis de julio de dos mil trece.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por el señor Rafael de
Jesús Orellana Ardón, a quien se atribuyen delitos de agresión sexual en menor, en contra del
Tribunal de Sentencia de Cojutepeque.
Analizado el proceso y considerando:
I. El favorecido reclama que el tribunal demandado no le ha notificado dos sentencias
condenatorias emitidas en fechas diferentes, de dieciséis y doce años de prisión respectivamente,
relacionadas con tres casos de violación; lo cual le ha impedido recurrir.
II. De conformidad con lo establecido en la Ley de Procedimientos Constitucionales, se
nombró juez ejecutor al licenciado Edgar Abraham Zavala Pino, quien intimó al Tribunal de
Sentencia de Cojutepeque y, en acta de veinte de junio de dos mil trece, hizo constar que en ese
tribunal solamente existe una causa en contra del favorecido, identificada con el número 159-U32011.
En informe emitido el día veinticuatro de junio de dos mil trece el licenciado Zavala Pinto
indicó que el señor Orellana Ardón fue detenido el día veintisiete de abril de dos mil once, por el
delito de violación en menor e incapaz y el día veintinueve de los mismos mes y año, en las
bartolinas policiales de Suchitoto, le fue notificada otra denuncia interpuesta por un nuevo delito
de violación en menor e incapaz; por lo que en audiencia inicial fueron acumuladas ambas causas
promovidas en su contra.
Con posterioridad, el tribunal de sentencia ya aludido celebró vista pública por ambos
delitos, habiéndose llevado a cabo los días ocho y quince, ambos de diciembre de dos mil doce,
finalizada la cual el imputado fue condenado por dos delitos, cuya calificación jurídica fue
modificada a agresión sexual en menor e incapaz, a dieciséis años de prisión —ocho años en
relación con cada víctima—.
Sobre lo alegado por el pretensor en su solicitud de hábeas corpus considera que, a este
"le fue notificado en el acta de vista pública celebrada a las ocho horas y treinta minutos del día
quince de diciembre del año dos mil once, la Sentencia Condenatoria así mismo le fue notificado
el día y hora de la Lectura de la Sentencia Condenatoria, en relación a la Lectura de dicha
Sentencia cabe mencionar que ninguna de las partes se hi[z]o presente para la realización de tal
acto, pero tal como lo establece el artículo ciento cincuenta y nueve del Código Procesal Penal
(...) al haberse notificado tal acto al Defensor (...) se le hi[z]o la respectiva notificación, y el acto
es válido no obstante no haberse apersonado el defensor a la realización de la diligencia, quien a
la vez pudo hacer uso de los medios que establece la ley" (sic). Por ello considera que no hay
violación al derecho de libertad física del favorecido.
III. La autoridad demandada remitió informe a esta sala el día veinticinco de junio de dos
mil trece. Manifestó que en ese tribunal se instruyó el proceso penal número 159- U3-NP11, en
contra del señor Rafael de Jesús Orellana Ardón, quien en vista pública fue condenado a la pena
de dieciséis años de prisión, por delitos de agresión sexual en menor e incapaz, en perjuicio de
dos víctimas. La sentencia quedó firme el día veintisiete de enero de dos mil doce.
IV. Antes de efectuar el análisis que procede han de expresarse los fundamentos
jurisprudenciales base de esta resolución, relacionados con los actos procesales de comunicación,
dado que la queja del peticionario está referida a que se ha obstaculizado su derecho a conocer el
contenido y a recurrir de condenas dictadas en su contra, en razón de no habérsele notificado las
sentencias respectivas.
La notificación como acto de comunicación condiciona la eficacia del proceso, pues
asegura un conocimiento real y exacto del acto o resolución que la motiva, permitiendo que el
notificado pueda disponer lo conveniente para la defensa de sus derechos o intereses. Por tanto, la
falta de un acto de comunicación o su realización deficiente —impidiendo su finalidad orientada
a trasladar al conocimiento del destinatario lo decidido por la autoridad judicial—, incide
negativamente en el derecho de defensa de aquel.
El Código Procesal Penal desarrolla, en el capítulo V del título IV del libro primero, lo
relativo a los actos de comunicación. Dentro de dichas disposiciones, el artículo 156 dispone,
entre otras cuestiones, que las resoluciones deben notificarse a quienes corresponda, en un plazo
de veinticuatro horas después de haber sido dictadas.
Por su parte, el artículo 159 establece que "Si las partes tienen defensor, representante o
apoderado, las notificaciones serán hechas solamente a estos, salvo que la ley o la naturaleza del
acto exijan que también ellas sean notificadas personalmente".
Además, el inciso final del artículo 396 señala que, dentro de los diez días hábiles después
de dictado el fallo verbal por el tribunal de sentencia, se convocará a una audiencia para entregar
a las partes copia íntegra de la sentencia, quedando notificadas con dicha entrega.
Es así que, según la regla general y con relación al imputado, las resoluciones deben ser
notificadas únicamente a su defensor, con el objeto de asegurar que quien desarrolla un rol de
asesoramiento técnico y de defensa de los derechos del procesado tenga conocimiento de las
decisiones judiciales y pueda ejercer el control de estas mediante cualquiera de los medios de
impugnación que señala la normativa procesal penal. La regla apuntada tiene dos excepciones
reguladas por el mismo legislador en el artículo 159 ya citado, entonces el imputado debe ser
notificado personalmente cuando: esté dispuesto así en la ley (a) o, sea una exigencia de la
naturaleza del acto realizado o que se va a realizar (b).
Respecto al segundo de los casos de excepción planteados, esta sala ha insistido en la
necesidad de notificar directamente al imputado cuando la decisión del juez o tribunal constituya
una privación directa y gravosa a un derecho fundamental, como en el caso de la sentencia
condenatoria, con el objeto de posibilitar el conocimiento y la impugnación de tal decisión —v.
gr. resolución HC 48-2010 de fecha 25/8/2010—.
Por otro lado, se ha sostenido que la competencia de este tribunal para conocer de casos
como el presente, viene dada por el derecho fundamental involucrado de manera inmediata ante
la alegada falta de notificación de la sentencia definitiva condenatoria y la consecuente
imposibilidad de impugnarla mediante los recursos pertinentes, en tanto que uno de los efectos
que pueden generarse al impugnar una sentencia es, precisamente, la puesta en libertad del
procesado; por lo que el reconocimiento de vulneración constitucional, no implicaría como
efecto, la restitución del derecho de libertad personal del favorecido, pues este tipo de
pronunciamiento lo que posibilita es que la autoridad judicial correspondiente notifique la
sentencia para que dicha actividad habilite el planteamiento de los recursos que establece el
Código Procesal Penal, con la viabilidad de lograr, según llegase a decidirse en sede penal, la
puesta en libertad de la persona; es decir, que la abstención del acto de notificación supone una
afectación constitucional que al acontecer, tiene como efecto ordenar a la autoridad demandada
verifique la diligencia que permita ejercer el derecho a recurrir —v. gr. resolución de HC 142009 de fecha 26/11/2010—.
V. En el caso concreto esta sala advierte —a partir de la documentación que se encuentra
agregada al proceso de hábeas corpus— que el licenciado José Virgilio Jurado Martínez, juez
suplente del Tribunal de Sentencia de Cojutepeque, en vista pública finalizada el día quince de
diciembre de dos mil once emitió un fallo condenatorio en contra del señor Rafael de Jesús
Orellana Ardón, por la comisión de delitos de agresión sexual en menor e incapaz y señaló fecha
para la lectura integral de la sentencia el día veintitrés de diciembre del mismo año (fs. 47).
Esta última actuación fue reprogramada, debido a la complejidad del caso, para el día seis
de enero de dos mil doce.
El día señalado, se elaboró un acta en la que se hizo constar que no comparecieron a la
diligencia aludida la Fiscalía General de la República, la defensora pública del incoado ni este
último, así como tampoco las víctimas, a pesar de haber sido legalmente convocados, por lo cual
se tuvo por notificada la sentencia (fs. 65).
No aparece que el Tribunal de Sentencia de Cojutepeque haya gestionado el traslado del
favorecido a la audiencia de lectura de sentencia —quién según la sentencia se encontraba en
detención—, ni que dicha resolución se le hubiere notificado en, el lugar en el cual se encontraba
recluido.
Así las cosas, en el supuesto en examen, es evidente que al imputado no se le notificó
directamente la sentencia condenatoria emitida en su contra por parte de la autoridad demandada,
en contravención a la obligación que se deriva de la interpretación que debe hacerse a la luz de la
Constitución de las disposiciones legales aludidas en el considerando precedente, con lo cual se
ha impedido el uso de los recursos legalmente dispuestos para oponerse a dicha decisión; no
constando ninguna gestión del tribunal sentenciador para comunicar de manera directa a la
persona sobre la que recae la decisión adoptada, es decir el acusado, los fundamentos que
soportan la misma, a efecto que este pueda verificar su contenido y propiciar, de estimarlo, el uso
de los medios impugnativos susceptibles de interponerse sobre tal decisión.
En ese sentido, ha existido una vulneración al derecho de recurrir del favorecido al
haberse omitido la notificación a este de la sentencia condenatoria dictada en su contra, lo que
incide en su derecho de libertad física en tanto, como se ha dicho, uno de los efectos que pueden
generarse al impugnar una sentencia es, precisamente, la puesta en libertad del procesado.
Cabe añadir que, en su solicitud de habeas corpus, el señor Orellana Ardón manifestó
haber sido condenado por la autoridad demandada en relación con tres casos, a penas de dieciséis
y doce años de prisión, sin embargo, según información proporcionada por el juez ejecutor —la
cual es coherente con lo informado por la autoridad demandada— en ese tribunal únicamente se
le condenó a la primera de las penas aludidas por la comisión de dos hechos delictivos, en el
proceso número 159-U3-NP11, sobre el cual ha versado esta resolución.
VI. En relación con los efectos materiales de esta sentencia, como se mencionó en
párrafos precedentes, el reconocimiento de vulneración constitucional en perjuicio del imputado
al no haberle notificado personalmente la sentencia condenatoria, no puede implicar la restitución
de su derecho de libertad personal, pues este tipo de pronunciamiento lo que posibilita es la
notificación de la sentencia a aquel, para que, de estimarse, se puedan plantear los recursos
legalmente dispuestos frente a dicha decisión, con la viabilidad de lograr la puesta en libertad de
la persona sentenciada. En igual sentido se pronunció esta sala, por ejemplo, en resoluciones HC
152-2010, de 11/2/2011 y HC 186-2012, de 20/3/2013.
Asimismo, se advierte que existe una orden de restricción —de detención provisional que
se determinó continuara al momento de dictarse el fallo condenatorio—, la cual ha sido emitida
con anterioridad al acto violatorio de los derechos constitucionales del favorecido que hoy se
estima y por tanto, no ha estado sujeta a análisis en este proceso constitucional, razón por la cual
no se ve afectada con la vulneración constitucional aquí reconocida.
Adicionalmente debe decirse que, al haberse establecido que la sentencia aún no ha
adquirido firmeza, la condición jurídica del favorecido es de procesado, por lo cual, en caso de
que el tribunal demandado haya realizado comunicaciones a otras autoridades afirmando la
existencia de una condena ejecutoriada en su contra, deberá llevar a cabo las gestiones
correspondientes para restituir su condición de imputado mientras no adquiera firmeza la decisión
dictada.
VII. Finalmente, en relación con la notificación personal de esta resolución al pretensor,
esta debe llevarse a cabo a través del auxilio judicial del Juzgado Segundo de Paz de San Vicente,
según se indicó en resolución de veinte de mayo de este año; sin embargo, de advertirse alguna
circunstancia que imposibilite la comunicación por medio de este, se autoriza a la secretaría de
este tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la
legislación procesal pertinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias
en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez
agotados los procedimientos respectivos.
Con base en los argumentos expuestos y de conformidad con los artículos 2, 11 y 12 de la
Constitución; 20, 141, 171 y 181 del Código Procesal Civil y Mercantil; esta sala RESUELVE:
1. Ha lugar al hábeas corpus promovido a su favor por el señor Rafael de Jesús Orellana
Ardón, por haberse vulnerado sus derechos de libertad física y a recurrir por parte del Tribunal de
Sentencia de Cojutepeque, al omitir la notificación de la sentencia condenatoria emitida en su
contra.
2. Con fundamento en lo expuesto en el considerando VI de esta decisión, deberá
continuar el favorecido en la restricción de su derecho de libertad en que se encuentra.
3.
Ordénase al Tribunal de Sentencia de Cojutepeque que notifique al señor Orellana
Ardón, de manera inmediata y personal, la decisión judicial en la que fue condenado por delitos
de agresión sexual en menor e incapaz, a efecto de posibilitarle hacer uso de los recursos
legalmente dispuestos contra ese tipo de decisiones. De igual forma, si es el caso, deberá realizar
las comunicaciones pertinentes para hacer saber a las autoridades que han tenido participación en
la verificación del cumplimiento de la pena impuesta al favorecido, para que se deje sin efecto
cualquier actuación realizada, a partir del acto violatorio reconocido en este pronunciamiento; y
se restablezca en la condición de procesado mientras no adquiera firmeza la aludida decisión
dictada en su contra.
4.
Notifíquese esta decisión, de acuerdo con lo dispuesto en el considerando VII.
5.
Archívese.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------J.S. PADILLA------J.B. JAIME-------E.S. BLANCO R.------R. E. GONZÁLEZ B.-------------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN-------------------------------------------E SOCORRO C.------------------SRIA--------------------------------------------------------------------------------------RUBRICADAS------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
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