RECUSAN Señores Jueces: Graciana Peñafort y Alejandro Rúa, abogados ya presentados en el marco de la Incidencia 50890 de esa Sala I, recusamos al fiscal que ha venido interviniendo ante esa alzada, en los términos del artículo 71 del C.P.P.N., y de conformidad con las previsiones de su artículo 59, y del segundo párrafo del artículo 60 que impone esta interposición “dentro de las 48 horas de producida” la causal sobreviniente. 1.- EL FORUM SHOPPING DE LOS FISCALES 1.- A propósito de ello, hacemos saber que en su edición del último sábado 28 de marzo, el diario La Nación publicó una noticia del periodista Hernán Cappiello en la que con el título “Germán Moldes: Me apuro porque quiero evitar una mala jugada”, se da cuenta de unas declaraciones que el mencionado fiscal ante esa Cámara habría concretado respecto de este trámite, y en donde “explica que quiere apurarse para recurrir el fallo de la Cámara Federal que desestimó la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Kirchner para evitar que por una cuestión de turnos recaiga el asunto en la Cámara de Casación cuando le toque intervenir a un fiscal cercano al Gobierno en sus ideas”. Dicha publicación se encuentra disponible en http://www.lanacion.com.ar/1779869german-moldes-me-apuro-porque-quiero-evitar-una-mala-jugada, y lleva mediante un link a otra del día anterior (http://www.lanacion.com.ar/1779599-el-fiscalmoldes-confirmo-que-apelara-rapidamente-el-fallo-que-rechazo-la-denuncia-denisman-contra-cristina), en donde se transcriben aquellos dichos del fiscal, en los siguientes términos: "’Lo voy a hacer prestamente, no porque me sume a este vértigo que se viene viendo, sino porque no quiero caer en esta maniobra de ingeniería judicial y que me esté esperando un fiscal militante de Justicia Legítima’ que 1 eventualmente le impidiera llegar a hacer la presentación, lanzó Moldes por radio Mitre”. Incluso el audio de esa entrevista se encuentra allí mismo disponible. Y allí se escucha a quien bajo una admonición a lo Luis XIV (“la única parte soy yo”), se pronunció en términos similares a los referidos en la noticia periodística, aunque con más detalle (porque “me levanté medio charlatán”). Habló así de una “sincronización de tiempos” en orden a lo que calificó como una “nueva pseudo-ciencia, la ingeniería judicial”, y sobre la necesidad de utilizar “calendario y cuadro de turnos” en referencia al sistema de asignación de causas por ante la Cámara de Casación y la intervención allí del representante del ministerio público. Tildó graciosamente a los sorteos como “tan caprichosos”, y confesó derechamente su voluntad de actuar de un modo determinado, con la pretensión de influir en la designación que corresponda del fiscal que en esa Alzada debería conocer a propósito del recurso que anunciaba presentar. Explicó así que hay cuatro salas en la Cámara de Casación, y que “cuando yo interponga mi recurso de casación, para que mi recurso de casación tenga vida ante la sala que le toque, sea cual fuere, es necesario que el fiscal de la casación me lo mantenga. En consecuencia, hay un fiscal en casación que va a recibir el recurso y tiene la llave de mantener o no el recurso de casación que yo interpuse. Me entiende cuál es el… Hay un pasito previo a que la casación se pronuncie, que es que al interior del ministerio público, se mantenga o no el recurso en que yo estoy trabajando” Y consultado entonces sobre el temor a que no le mantengan el recurso, dijo: “a veces a la noche tengo ese tipo de pesadillas”. Agregó que también “los fiscales de la casación son cuatro”, y que “el turno de ellos es un turno muy especial” que “se determina por la fecha en que la causa entra en casación, no entran por sorteo”. Y se ufanó de que “es muy fácil predeterminar 2 qué fiscal querés que te toque en casación. Basta con que hagas llegar la causa el día que está de turno el fiscal que te resulte simpático”. Y ante la pregunta expresa de que si era “por eso entonces que usted lo va a hacer muy rápido”, derechamente confesó que “sí”, reafirmándolo varias veces. Dramatizó finalmente que el cierre de esta causa sería “la tercera muerte de Nisman, cuando se sepulte viva su denuncia”. Y que “esto es lo que vamos a recurrir en casación y después cómo sale, Dios dirá, muchachos, yo hice todo lo que pude”. 2.- Semejante maniobra fue calificada como “el fórum shopping de los fiscales” por uno de esos cuatro fiscales de Casación a los que hizo alusión el aquí recusado, en una entrevista que el Fiscal Javier De Luca, concediera ese mismo sábado 28 de marzo, en el programa “Inimputables” de radio América. a los periodistas Romina Manguel y Martín Angulo, a propósito de la divulgación de aquellos dichos. Este audio se encuentra en http://inimputablesamerica.blogspot.com.ar/ y http://www.ivoox.com/audio_rf_4278490_1.html, y en todo caso, al igual que el otro, podrá ser reclamado a las emisoras si el tribunal lo considera necesario. Y en esa entrevista el fiscal De Luca precisó que leyó esas declaraciones “tiradas a mansalva con una finalidad política” y que “no se puede admitir este tipo de comentarios”. Que “este tipo de declaraciones no conducen a nada bueno”. Y que “el problema” que tiene el fiscal Moldes “es que tiene que hacer un recurso, y punto”. Y que “si jurídicamente su recurso es bueno será mantenido, y si su recurso no es bueno no será mantenido, por mí o por cualquiera de los otros [tres] fiscales”. Que “el problema que tiene él es que está haciendo declaraciones políticas, no jurídicas”. Y que “él pretende condicionar con estas declaraciones”. Y que “no se puede ni admitir ese tipo de comentarios”. Que “no puede haber un fiscal que está planificando cómo plantear un recurso, en qué fecha hacerlo, porque arriba le va 3 a tocar un colega, que pertenece al mismo estudio jurídico, léase el ministerio público fiscal, que le va a dictaminar a favor o en contra”. Que “no hay estrategia a seguir” al respecto, que “no existe esto en derecho”. Que “los fiscales no podemos tener este tipo de estrategias y mucho menos cuando se trata o cuando involucra a una persona de su mismo espacio institucional”. Que “él cree que son todos de su misma condición”. “Le diría que se comporte con más prudencia y con más responsabilidad”. Que hizo declaraciones “de un gánster”. Que hace declaraciones “totalmente impropias de un magistrado”. Que debe proceder “conforme a derecho” y atendiendo “a la legalidad y el ejercicio de la acción, lo dice el artículo 120 la Constitución”. Que es “una barbaridad”, “una locura que haga eso para que le toque a uno u otro fiscal”. Que “es ridículo toda esta situación”, que “no puede ocurrir esto en el ministerio público”. Que un fiscal “actúa conforme a la legalidad”, “desinteresadamente del caso”, que “no tiene un interés personal en el caso”. Que “no lo puede tener”. Que es “es absurdo”, “tan burdo”. Que “está todo pre-direccionado, pre-dirigido”. “¿Desde dónde habla?” II.- LA SOSPECHA FUNDADA SOBRE SU FALTA DE OBJETIVIDAD 1.- En este mismo caso esa Alzada ya ha advertido, en su resolución del 17 de este mes, que “el artículo 120 de la Constitución Nacional, a raíz de la reforma del año 1994, dispone que el Ministerio Público ‘…tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad, de los intereses generales de la sociedad…’.- Ese precepto fue luego receptado en el primer artículo de la Ley Orgánica del Ministerio Público -N° 24.946-, como su misión principal. Siguiendo esa misma línea, en el artículo 25 se incluyó entre sus funciones, el ‘velar por el efectivo cumplimiento del debido proceso legal’. Y que ‘dicho marco normativo permite colegir que los funcionarios del Ministerio Público Fiscal deben ajustar su actuación en un proceso penal a un principio de objetividad, en tanto su función 4 está determinada, esencialmente, por la búsqueda de la verdad, de conformidad con los procedimientos legalmente establecidos”. Que “en relación con ello, Julio Maier explica… que ‘…al menos en los sistemas que provienen del continente europeo, de cuya cultura, organización y caracterización del oficio nosotros somos dependientes, a la fiscalía le incumbe tanto el deber de objetividad (imparcialidad en la persecución penal) como el de lealtad con el imputado y su defensa… Conforme a estos deberes, propios del oficio concebido de una manera determinada, se comprende la posibilidad de que las personas que ejercen el oficio de fiscales sean excluidos de cumplir esa función por razones similares a las de los jueces y por las mismas vías (temor de parcialidad que provoca la recusación o la excusación)…”. Y asimismo han destacado que al respecto “nuestro Máximo Tribunal se ha ocupado del tema en el fallo ‘Quiroga’, donde precisó que ‘a pesar de que el Ministerio Público Fiscal es una de las ‘partes’ en la relación ‘triangular’ en la estructura de nuestro sistema criminal, sus integrantes tienen el deber de actuar con objetividad, ello implica que deben procurar la verdad y ajustarse a las pruebas legítimas en sus requerimientos o conclusiones, ya sean contrarias o favorables al imputado’ (Fallos 327:5863, considerando 30, voto del Dr. Maqueda).- En las palabras de D’Albora, ‘la ley le requiere actuar conforme a un criterio de objetividad traducido en procurar, no sólo las medidas adversas al imputado, sino todas aquellas que conduzcan –aun de resultarle favorables- a una recta administración de justicia’ (“Código Procesal Penal de la Nación”, ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1993, pág. 93)”. Que “es ese, entonces, el correcto alcance que debe otorgarse al concepto de objetividad”. Siendo que en esa resolución también se explicó luego que “la objetividad está más bien referida a ‘neutralidad’ o ‘impersonalidad’. Se trata de un distanciamiento del sujeto respecto de él mismo en aras de acercarse al objeto, 5 desde una concepción en que la objetividad y la subjetividad se excluyen mutuamente”. 2.- En su primera presentación ante esa Alzada en este trámite, esta defensa ya advirtió que “el fiscal Moldes no se encuentra en condiciones de asumir debidamente ninguna intervención en el asunto”, pero el tribunal entendió que los motivos expuestos por quienes lo recusaron no eran suficientes para sostener, “al menos de momento, que el Fiscal General ha perdido la necesaria objetividad que debe guiar su actuación como miembro del Ministerio Público Fiscal”. La situación ha cambiado. La actuación irregular de la que se ha tenido noticia este último fin de semana y que aquí se ha reseñado, sustenta la sospecha fundada que compartimos con nuestro asistido respecto de que el fiscal recurrido se encuentra desequilibrado por algún interés personal en el asunto que mina la neutralidad o impersonalidad con la que debería desempeñarse, y que su militancia en este caso trasciende el interés del ministerio público. A propósito de ello, resulta de aplicación la corriente jurisprudencial que a partir del caso ‘Llerena” sostiene la no taxatividad de la normativa procesal en materia de recusaciones, con sustento en las previsiones expresas de los artículos 26 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 8,1 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, y 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, ha sostenido la significativa evolución de la garantía de la imparcialidad (aplicada aquí con las limitaciones que se vieran, en el sentido de la objetividad del fiscal) a partir de su inclusión expresa en el bloque constitucional; siendo que “los miembros del ministerio público deberán inhibirse y podrán ser recusados por los mismos motivos establecidos respecto de los jueces” según el citado artículo 71 del C.P.P.N. 6 Que ello obligaba a “determinar si... hay hechos averiguables que podrán suscitar dudas respecto de su imparcialidad”, u objetividad en el caso. Que “en este sentido, hasta las apariencias podrán tener cierta importancia”. Que así “resultaba suficiente la existencia de motivos que justificaran la desconfianza… y, por otra parte, que las razones no debían llevar concretamente a esta desconfianza, ya que resultaba suficiente que fuesen idóneas para insinuar esta conclusión”. Y por ello se concluyó que bastaba la existencia de una “preocupación legítima”, “fundamentos serios y razonables” o “una valoración razonable” que llevara a tales conclusiones, ya que todas estas fórmulas, en definitiva, apuntaban a lo mismo: que el temor estuviese justificado” (según jurisprudencia de esa propia Cámara,, cf. por todos causa 38.429, “Rosati”, resuelta 25 de octubre de 2005). Se impone así “una pauta de interpretación amplia”. Y en este sentido, se sigue citando el mismo precedente, “el fallo ‘Llerena’ lo hace explicito”, y “el temor de parcialidad [o de falta de objetividad, en caso de los fiscales] se convierte, como describe Maier, en un motivo genérico de exclusión… que da cuenta de un sistema abierto en contraposición a la doctrina que bregaba por una interpretación taxativa o restrictiva de las causales incluidas en los códigos de procedimiento”. III.- AHORA SI SE LO APARTE Ya en su resolución del último 17 de marzo que se ha venido citando, en la que “al menos de momento” se lo mantuvo en el caso, se dejo constancia de los “desafortunados” términos con que procediera el fiscal ante esta instancia. Y que “sus afirmaciones contienen un vocabulario que parece más propio del terreno de la discusión político partidaria, y no se condice con la forma en la que debe conducirse un funcionario de jerarquía del Ministerio Público Fiscal”. 7 Se agregó que “ello resulta también aplicable a la impropia caracterización que efectuó el Dr. Moldes de la conducta desplegada por la Procuradora del Tesoro de la Nación”, aun cuando se advirtió que “la actuación funcional de la Dra. Abbona está siendo analizada en el marco de un proceso ajeno al presente”. Pero fue precisamente ese mismo día, que en ese proceso (el CFP 1610/2015), la autoridad judicial, tras descartar la razonabilidad de la hipótesis que le presentara allí el fiscal Moldes y advertir las omisiones en que incurriera en su denuncia, la desestimó, no sin antes cuestionarle “la frivolización de los expedientes penales” y “el efecto negativo de banalizar nuestra tarea, que debe estar orientada al juzgamiento de delitos” y no a la atención de asuntos que no son tales. En el mismo sentido, también en la segunda resolución dictada en ese trámite por esa Alzada, el 26 de este mes, por la que se rechazó la pretensión recursiva mantenida en esta instancia por fiscal Moldes, se le recordó expresamente que “los estrados penales no son las tablas de un teatro ni sus expedientes el celuloide de una película, o que una persona deba quedar sometida a los influjos de un proceso criminal sin otra razón más que la publicidad de su figura”. E incluso con la cita de “un precedente mucho más reciente que el invocado por el Sr. Fiscal General, y que fue suscripto no por dos, sino por los tres jueces de esta Sala I, expresamente se señaló cuanto aquí se ha dicho”, y entonces se le recordó que “toda pesquisa debe desarrollarse con racionalidad y prudencia, de modo de aventar todo riesgo de lesionar las garantías de las que goza todo justiciable”. No es esta la ocasión de denunciar el mal desempeño del fiscal Moldes en su intento de hacer “todo lo que pueda” para que siga el trámite. De lo que se trata en esta instancia, es que se advierta que su cuestionada determinación de promover un forum shopping de fiscales, del modo que frívolamente lo ha anunciado, con la pretensión de influir en la designación que corresponda del fiscal que por ante la casación deba en su caso conocer a propósito del recurso que anuncia presentar, sostiene 8 objetivamente la sospecha de esta parte respecto de que no está procediendo como corresponde, y que su desbordado interés ya no es el propio del ministerio público. Dicho en los términos en que el mismo recusado lo ha confesado: sería para él una “pesadilla” que no mantuvieran su recurso en el caso, y frente a ello ha maquinado una estrategia “con calendario y cuadro de sorteos”, a fin de predeterminar qué fiscal “tocará” en casación, sabiendo que basta con que se haga llegar la causa el día que está de turno el fiscal que le resulta “simpático”, y actuando en consecuencia. O dicho en palabras de su fiscal superior: el fiscal Moldes tiene que hacer un recurso y punto, ya que si jurídicamente su recurso es bueno será mantenido por cualquiera de los fiscales. Pero no puede estar planificando en qué fecha hacerlo, porque crea que arriba le va a tocar un colega que le va a dictaminar a favor. Es una barbaridad, una locura que haga eso. Es un forum shopping de fiscales. No puede ocurrir esto en el ministerio público. Es impropio de un magistrado. Un fiscal debe proceder conforme a derecho y desinteresadamente del caso. No puede tener un interés personal. Pero el fiscal Moldes actúa política y no jurídicamente, y “cree que son todos de su misma condición”. Por todo lo expuesto, y en atención los nuevos acontecimientos, solicitamos que resuelva “en juicio oral y sumario” la recusación del fiscal Moldes que aquí se plantea en los términos del artículo 71 del C.P.P.N. Será Justicia. Graciana Peñafort Alejandro Rúa 9