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Ganadería del futuro:
Investigación para el desarrollo
Ganadería del futuro:
Investigación para el desarrollo
AUTORES
Enrique Murgueitio Restrepo
Muhammad Ibrahim
Carlos Hernán Molina Castro
Carlos Hernando Molina Durán
Enrique José Molina Durán
Juan Pablo Molina Durán (q.e.p.d)
Walter Fernando Galindo Sarria
Álvaro Zapata Cadavid
Carlos Eduardo Mejía Palacio
Andrés Felipe Zuluaga Salazar
Julián David Chará Orozco
Gloria Ximena Pedraza Ordóñez
Lina Paola Giraldo Sánchez
Juan Carlos Camargo García
Harold Cardona Trujillo
Jhony Gaviria Vásquez
Zoraida Calle Díaz
Lorena Piedrahita López
Nelson David Fajardo
Richard Johnston González
Luis Alfredo Neira
Edwin Múnera
Brian Carl Bock
Diana María Bolívar Vergara
Javier Antonio Botero Botero
Leonardo Fabio Rivera Pedroza
María Botero Gómez
Selene Escobar Ramírez
Inge Armbrecht
Ligia María Arias Giraldo
Daniel Uribe Restrepo
Margarita Ruiz Soto
Margarida Mesquita Carvalho Soares
José Ladeira da Costa
Deise Ferreira Xavier
Silvio Fornos Castillo
Rubén Gaad Espinel Marín
Rodrigo Soto Bedoya
Bayardo García
Diego Chamorro Viveros
Ana María Rey Obando
Patricia Isabel Sarria Buenaventura
Adriana Builes Correa
César Augusto Gómez Restrepo
Liliana Mahecha Ledesma
Juan Pablo Escobar
Juan Fernando Suárez
Luis Fernando Restrepo B.
Alejandro Ceballos Márquez
Victoria Rubio B.
Julián Estrada Álvarez
Miryam Pérez Sierra
Federico Patiño Toro (q.e.p.d)
Fernando Uribe Trujillo
Carlos Uribe Trujillo
Título
Ganadería del futuro: Investigación para el desarrollo.
Editores
Enrique Murgueitio Restrepo
César Augusto Cuartas Cardona
Juan Fernando Naranjo Ramírez
Diseño Gráfico
www.patasolaestudio.com
Impresión
Feriva S.A.
Para citar este libro
Murgueitio E., Cuartas C. y J. Naranjo (eds). 2008.
Ganadería del futuro: Investigación para el desarrollo.
Fundación CIPAV. Cali, Colombia. 490p.
ISBN: 978-958-9386-55-2
Este libro no puede ser reproducido en todo ni en parte
por ningún medio impreso o de reproducción, sin
permiso escrito del titular del Copyright.
Impreso en Colombia / Printed in Colombia
© 2008 Fundación CIPAV. Cali, Colombia
Centro de Investigación y Estudios
en Biodiversidad y Recursos Genéticos
Contenido
13 . . . . . . . . . . . . . . PRÓLOGO. Ganadería del Futuro: Responsabilidad Social y
Ambiental.
José Félix Lafaurie Rivera
GANADERÍA Y MEDIO AMBIENTE
19 . . . . . . . . . . . . . . Capítulo 1. Ganadería y Medio Ambiente en América Latina.
Enrique Murgueitio Restrepo y Muhammad Ibrahim
41 . . . . . . . . . . . . . . Capítulo 2. Carne, Leche y Mejor Ambiente en el Sistema
Silvopastoril Intensivo con Leucaena leucocephala (Lam.) de
Wit MIMOSACEAE.
Carlos Hernán Molina Castro, Carlos Hernando Molina Durán,
Enrique José Molina Durán y Juan Pablo Molina Durán (q.e.p.d)
67 . . . . . . . . . . . . . . Capítulo 3. Reconversión Ambiental de Fincas Ganaderas en
los Andes Centrales de Colombia.
Enrique Murgueitio Restrepo y Walter Fernando Galindo Sarria
GANADERÍA Y SERVICIOS AMBIENTALES
87 . . . . . . . . . . . . . . Capítulo 4. Pagos por Servicios Ambientales en
Agroecosistemas Ganaderos en el Proyecto Enfoques
Silvopastoriles Integrados para el Manejo de Ecosistemas en
Colombia.
Alvaro Zapata Cadavid, Carlos Eduardo Mejía Palacio, Andrés
Felipe Zuluaga Salazar, Enrique Murgueitio Restrepo
111 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 5. Corredores Ribereños como Herramienta de
Protección de Ambientes Acuáticos en Zonas Ganaderas.
Julián David Chará Orozco, Gloria Ximena Pedraza Ordóñez y Lina
Paola Giraldo Sánchez
131 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 6. Regeneración Natural de Árboles Maderables
en Pasturas como Estrategia para el Establecimiento de
Sistemas Silvopastoriles en la Zona Cafetera de Colombia.
Juan Carlos Camargo García, Harold Cardona Trujillo y Jhony
Gaviria Vásquez
147 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 7. Conservación de Flora Amenazada en Fincas
Ganaderas de la Cuenca Media del Río La Vieja (Colombia).
Zoraida Calle Díaz y Lorena Piedrahita López
171 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 8. Sistemas Ganaderos Amigos de las Aves.
Nelson David Fajardo, Richard Johnston González y Luis Alfredo Neira
205 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 9. Composición y Estructura de la Avifauna en
Diferentes Hábitats en el Departamento de Córdoba, Colombia.
Edwin Múnera, Brian Carl Bock, Diana María Bolívar Vergara, Javier
Antonio Botero Botero
227 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 10. Diversidad de Hormigas en Sistemas Ganaderos
Leonardo Fabio Rivera Pedroza, María Botero Gómez, Selene
Escobar Ramírez e Inge Armbrecht
245 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 11. Carbono Orgánico Edáfico en Rodales de
Guadua Guadua angustifolia Kunth, POACEAE y en Pasturas
Arborizadas en la Zona Cafetera de Colombia.
Ligia María Arias Giraldo, Juan Carlos Camargo García y Harold
Cardona Trujillo
263 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 12. El Agroecoturismo Sostenible: Una Alternativa
para los Agricultores y Pequeños Ganaderos.
Daniel Uribe Restrepo y Margarita Ruiz Soto
EXPERIENCIAS DE AGROFORESTERÍA PECUARIA
287 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 13. Agroforestería Pecuaria en Zonas de Ladera en la
Región Sudeste de Brasil.
Margarida Mesquita Carvalho Soares, José Ladeira da Costa y
Deise Ferreira Xavier
301 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 14. Establecimiento y Desarrollo de Sistemas
Silvopastoriles en Nicaragua.
Silvio Fornos Castillo, Rubén Gaad Espinel Marín, Enrique
Murgueitio Restrepo, Carlos Eduardo Mejía Palacio, Rodrigo Soto
Bedoya y Bayardo García
325 . . . . . . . . . . . . .
Capítulo 15. Finca Los Masones, en Puerto Libertador
(Córdoba): un Ejemplo de Ganadería Amiga de la Biodiversidad.
Diana María Bolívar Vergara y Javier Antonio Botero Botero
ASPECTOS DE NUTRICIÓN, SALUD ANIMAL Y MANEJO
EN SISTEMAS SILVOPASTORILES
349 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 16. El Componente Arbóreo como Dinamizador
del Sistema de Producción de Leche en el Trópico Alto
Colombiano. Experiencias de Corpoica - Tibaitatá.
Diego Chamorro Viveros y Ana María Rey Obando
399 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 17. Evaluación de la Producción y Calidad de Kikuyo
Pennisetum clandestinum Asociado con Árboles de Aliso Alnus
acuminata en los Andes Centrales, Antioquia.
Patricia Isabel Sarria Buenaventura, Adriana Builes Correa, César
Augusto Gómez Restrepo y Enrique Murgueitio Restrepo
417 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 18. Evaluación del Uso de Tithonia diversifolia
(Hemsl.) A. Gray ASTERACEAE, como Suplemento Forrajero
de Vacas Cruzadas.
Liliana Mahecha Ledesma, Juan Pablo Escobar, Juan Fernando
Suárez y Luis Fernando Restrepo
431 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 19. Desequilibrios Minerales de Bovinos en Sistemas
Silvopastoriles.
Alejandro Ceballos Márquez, Victoria Rubio B. y Julián Estrada
Álvarez
451 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 20. Validación en Campo del Efecto de Beauveria
bassiana (Balsamo) Vuillemin y Metarhizium anisopliae
(Metsch.) Sorokin como Agentes Reguladores Biológicos
sobre Boophilus microplus Canestrini y Amblyomma cajennense
Fabricius (Arachnida: Ixodidae).
Miryam Pérez Sierra y Federico Patiño Toro (q.e.p.d)
467 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 21. Acuaacupuntura en el Tratamiento de Diarreas
en Terneros.
Fernando Uribe Trujillo
477 . . . . . . . . . . . . . Capítulo 22. Los Equinos de Trabajo para las Fincas Ganaderas.
Carlos Uribe Trujillo
Prólogo
Ganadería del Futuro:
Responsabilidad Social y Ambiental
José Félix Lafaurie Rivera1
Se habla mucho de la ganadería, para bien o para mal. Y no podría ser de otra manera, pues no en vano se trata del renglón que genera el 3% de la riqueza nacional,
participa con el 26% del PIB agropecuario y representa el 60% del PIB pecuario. La
ganadería, además, es la actividad económica con mayor presencia efectiva en el
difícil papel de ocupación pacífica del territorio rural. En muchas regiones, inclusive,
la ganadería no es sólo una actividad económica sino toda una cultura que permea
el quehacer cotidiano de sus pobladores.
No obstante, quienes hablan mal de la ganadería pretenden desfigurar el enorme
esfuerzo de producir carne y leche con una serie de estereotipos interesados, que
no consultan la realidad de la ganadería misma ni la del campo colombiano, inmerso todavía en una aguda situación de pobreza, de violencia y de abandono.
Dentro de ese contexto, y a partir de la cómoda percepción urbana que ha sesgado al modelo de desarrollo nacional, a los ganaderos se les tilda, entre otras
muchas cosas, de atrasados, de explotadores y, también, de consumados depredadores de la naturaleza.
Las acusaciones van desde la potrerización del país, pasando por la compactación
de los suelos y, más recientemente —quién lo creyera— hay muy serios estudios,
incluido uno de la FAO, que culpan a las flatulencias del ganado de un alto porcentaje del efecto invernadero y el calentamiento global. Así pues, el problema no
es exclusivo de los ganaderos colombianos.
En el tema ambiental colombiano, sin embargo, lo primero es poner las cosas en
su sitio para delimitar causas y responsabilidades, asumiendo las propias y, sobre
Presidente Ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, FEDEGAN.
1
13
todo, adoptando una actitud propositiva frente a vías de solución para una interacción más amable con la naturaleza.
¿Tiene la culpa la ganadería de la llamada “potrerización”?. Definitivamente no.
Para encontrar las causas basta devolverse a la década crítica de los sesenta del
siglo pasado, cuando fue la política pública la que promovió la deforestación de
grandes extensiones “incorables” o “mecanizables”.
En efecto, con la amenaza de la “incoración”, los grandes sectores de bosque
natural que todavía quedaban en los predios rurales desde comienzos de siglo se
fueron convirtiendo en potreros para ganadería o agricultura, porque, sencillamente, eran calificados como tierra improductiva y expropiable. Paralelamente, la
revolución verde, que también podría llamarse la revolución de los tractores y los
agroquímicos, arrastraba el mensaje de la productividad a toda costa a partir de
la mecanización. La tierra buena era aquella por donde pudiera avanzar un tractor
sin obstáculo alguno.
A estos dos factores se debe sumar la presión colonizadora de la frontera agrícola
colindante con la selva tropical en la Orinoquia y la Amazonia. Mas no ha sido
la ganadería la que ha convertido en potreros —de muy bajo nivel productivo,
además— grandes extensiones de selva. Han sido la persecución, la exclusión, la
pobreza, el abandono y la violencia, los que fueron dando lugar a la “roza” sistemática, que así se conoce al proceso de quemar, cortar y allanar la selva. El narcotráfico, más recientemente, se encargaría de apuntalar para sus fines delictivos el
proceso de deforestación masiva.
Sobre la compactación de los suelos me refiero solamente a la mención que sobre
el tema hace el Plan Estratégico de la Ganadería Colombiana 2019, cuando afirma que “...no es sino otro impacto negativo que la tierra sufre por cuenta de su
explotación productiva, no mayor que muchos impactos físicos o químicos que
otras actividades agrícolas le producen al valioso recurso tierra, y además, mucho
más fácilmente subsanable que aquellos”.
Algo similar se puede predicar de la emisión de gases causantes del efecto invernadero. El aporte de la ganadería tropical de pastoreo al calentamiento global es
mucho menor que los sistemas de engorde y lechería intensivos de los países desarrollados y no es siquiera comparable al de la gran industria; pero es, además, el
resultado de un proceso de la naturaleza misma, que no de la incontrolada y contaminante transformación industrial o del consumo intensivo de combustibles
fósiles. En otras palabras, con ganadería o sin ella, como actividad económica
organizada, los vacunos existirían como parte de la naturaleza y, muy segura-
14
mente, en mayor cantidad, por simple reproducción natural. En este aspecto, los
estudios pueden ser muy serios, pero frágil el argumento para achacar responsabilidades, pues la naturaleza tiene sus mecanismos de dosificación, equilibrio y
compensación. Es el hombre el que ha roto los equilibrios y desbordado las dosis
sin compensarlas. Culpar del calentamiento a la emisión de gases de los vacunos,
es como hacer lo propio con la especie humana, o tildar de contaminantes a las
emisiones sulfurosas de las “aguas termales”.
Este ejercicio de “poner las cosas en su lugar” no pretende, en forma alguna, colocarse en el extremo opuesto de mostrar a la ganadería como una actividad ambientalmente inofensiva. Por supuesto que no. Todas las actividades y todos los seres vivos
o inanimados, por el solo hecho de existir, tienen un impacto, más o menos fuerte,
sobre su entorno natural. Y la ganadería no es una excepción. Así lo reconocen las
metas del Plan Estratégico de la Ganadería Colombiana 2019, —PEGA 2019 —,
que prevén la devolución a la naturaleza de 10 millones de hectáreas explotadas
hoy inadecuadamente en ganadería por diferentes razones, como su proximidad a
las fuentes o espejos de agua, su pendiente o sus condiciones agrológicas.
Me remito, una vez más, al texto del PEGA 2019, para hacer claridad sobre los
términos de tal devolución: “No se trata de ‘incorarlas’ o de devolvérselas a alguien. La devolución tiene que ver con excluirlas de la producción ganadera para
dedicarlas a un fin para el que tengan mayor aptitud, principalmente la reforestación. Inclusive, devolverlas ‘a la naturaleza’ puede representar continuar dedicándolas a la ganadería, pero en condiciones más amigables con la naturaleza. Los
sistemas silvopastoriles son una de tales opciones”.
Son muchas las estrategias para alcanzar la meta propuesta. En el plano legal corresponde a las autoridades hacer cumplir normas ya existentes, pero FEDEGAN
ha liderado la expedición de las Guías Ambientales para la actividad ganadera,
que se incorporan a las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG), promovidas desde
nuestros Centros de Servicios Tecnológicos Ganaderos, Tecnig@n. Es necesario
hacer esfuerzos grandes en cambio de cultura a partir de programas que promuevan la responsabilidad social entre los ganaderos, pero quizás el frente más
importante es hacer posible la reconversión desde el punto de vista financiero.
Estamos estructurando paquetes de financiamiento con asistencia técnica para
proyectos de reforestación con maderables, con una gran rentabilidad de largo
plazo pero también con altos requerimientos de inversión. Quizás por ello estamos concentrando esfuerzos en los proyectos silvopastoriles como alternativa
viable desde el punto de vista productivo y financiero.
15
Desde la esquina de mi propia experiencia
Yo llegué por accidente al tema silvopastoril. A finales de 2004 estaba recién desempacado como presidente de FEDEGAN, y mi afición a los toros me tenía sentado en mi puesto de siempre, en barrera de la Plaza de Cañaveralejo en Cali, con mi
vecino de siempre, Enrique Villegas, quien me “echó el cuento” silvopastoril y me
insistió para que conociera una experiencia vallecaucana de ganadería sostenible.
Fue más su convicción que su insistencia, lo que me llevó, un poco a regañadientes,
a sacarle tiempo al descanso —la dirigencia gremial no conoce el descanso— para
conocer la Reserva Natural El Hatico, para “reconocer” a la rama de la familia
Molina dedicada al apostolado científico de la producción agropecuaria sostenible; y para conocer también a la Fundación CIPAV y a Enrique Murgueitio.
El Hatico es un verdadero oasis, preservado con vocacional cuidado en medio de
las inmensas y monótonas extensiones de caña. Lo que vi me convenció. Lo que
a media distancia parecían matorrales altos, de cerca eran plantaciones técnicamente diseñadas de leucaena con gramíneas, dentro de las cuales, prácticamente
ocultos entre toneladas de comida a diferentes alturas del suelo, se alimentaban
hermosos animales, casi todos de nuestra raza colombiana Lucerna, en medio de
un microecosistema que incluye su propio microclima, con temperaturas varios
grados por debajo del ambiente caluroso de la región. Hasta la compactación se
convierte en tema secundario por la acción de las raíces cruzadas de estas pequeñas “selvas de pastoreo”.
En el mes de marzo del año siguiente, organicé una sesión de la Junta Directiva de
FEDEGAN en la zona, buscando socializar la experiencia con los representantes
del gremio en todo el país. Empecé a pensar no solamente en el excelente manejo
ambiental del silvopastoreo, como una forma de saldar la deuda ganadera con la
naturaleza, sino en una verdadera revolución productiva de la ganadería a partir
de la adecuación del modelo a los diferentes pisos térmicos. No obstante, antes
de formular la medicina a los ganaderos colombianos, pensé que era importante
probarla yo mismo, para apuntalar con mi propia experiencia la impresión favorable que había recibido en “El Hatico”.
No es del caso incorporar fotografías a este prólogo; solo me limito a testimoniar
cómo, en apenas algunos meses, una propiedad mía —El Porvenir— en el municipio de Codazzi, Cesar; heredad de mis ancestros y heredera de la angustia deforestadora de la expropiación y de la revolución verde, bastante agotada por el cultivo
recurrente de algodón en otras épocas, y bastante abandonada por años de violencia; es decir, un típico predio de las tórridas llanuras interiores de la Costa Caribe, se convirtió en un paraíso de verde, de naturaleza y, sobre todo, de alimento
16
“concentrado” para un grupo de animales que, además, ya no requiere resguardarse del sol inclemente en apretados grupos a la sombra de los pocos árboles del
potrero, sino que deambula en un ambiente más fresco que el del entorno.
Me he convertido, desde la esquina de mi propia experiencia, en un apóstol de los
proyectos silvopastoriles, que ya hacen parte integral de las metas de modernización ganadera del Plan Estratégico de las Ganadería Colombiana 2019 —PEGA
2019—. No sólo estamos realizando los procesos de investigación y desarrollo en
los diferentes pisos térmicos que albergan a las regiones ganaderas, sino también
los de asistencia técnica para su implementación y, por supuesto, de articulación
de recursos para su financiamiento, a partir de instrumentos de política pública
como las líneas de crédito FINAGRO y el Programa Agroingreso Seguro.
Me he convertido en un apóstol de la ganadería sostenible, y por ello me siento
honrado de prologar el libro “Ganadería del futuro: Investigación para el desarrollo”, editado por CIPAV, pues fue de su mano que yo entré a este mundo promisorio y posible de la ganadería sostenible pero también productiva.
Vamos a derribar ese mito de que respetar la naturaleza es costoso y, por lo tanto,
no es rentable. En principio, el respeto a la naturaleza no es un asunto de costos
sino de responsabilidad social con nuestra generación y con las futuras. En ese
sentido el respeto a la naturaleza es una inversión hacia el futuro, pero tanto mejor si la podemos convertir en una inversión rentable a corto plazo. La ganadería
en silvopastoreo es un ejemplo de ello, y yo lo puedo constatar con mi propia
experiencia.
Pero más allá del tema, ético si se quiere, de la responsabilidad social, el mundo
avanza aceleradamente hacia la incorporación del respeto a la naturaleza como
barrera al comercio internacional. Los certificados verdes están a la orden del día
en las compras de alimentos de los países desarrollados, y en los principales mercados internacionales ya importa tanto el producto que se ofrece como la forma
en que éste es producido.
Así pues, si hablamos de ganadería y futuro, como lo hace el libro de CIPAV, tenemos que hablar de responsabilidad social y ambiental; tenemos que hablar de
ganadería y desarrollo sostenible; tenemos que hablar de equilibrio ecológico, de
conservación y de reparación; tenemos que hablar de gratitud con la naturaleza;
tenemos que hablar de compromiso con el mañana de Colombia y del mundo. Y
después de hablar de ello..., tenemos que convertirlo en realidades benéficas para
la ganadería, para el campo colombiano y para el país todo.
17
Capítulo 1
Ganadería y Medio Ambiente en
América Latina
Enrique Murgueitio Restrepo1
Muhammad Ibrahim2
Director Ejecutivo de la Fundación CIPAV. Cali, Colombia. [email protected]
Director del Grupo Ganadería y Medio Ambiente - GAMA. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza - CATIE. Turrialba, Costa Rica. [email protected]
1
2
Ganadería y medio ambiente en América Latina
Introducción
Los animales domésticos que hoy ocupan la mayor proporción de las poblaciones
pecuarias de América llegaron en las naves de los españoles desde el segundo viaje
de Cristóbal Colón hace cinco siglos a las islas del Caribe y de ahí fueron trasladadas
al continente, a través de las distintas expediciones de conquista (Pinzón 1984).
La ganadería se inició en América aprovechando los ecosistemas de sabanas naturales presentes en varias regiones del Caribe, la Orinoquia y la pampa argentina.
Poco a poco avanzaría acompañando los desmontes de los bosques de los ecosistemas secos y húmedos así como las laderas de las montañas y los altiplanos. Los
conquistadores realizaron algo similar durante la conquista y colonización de la
Mata Atlántica de Brasil. Con el tiempo estos animales de pastoreo fueron determinantes para consolidar el modelo político y económico de control del territorio
a través de la propiedad privada, que luego pasó de las colonias ibéricas a las repúblicas y perdura hasta nuestros días de diferentes maneras (Murgueitio 2003).
Foto 1.1
Faena de arreo de
ganado en el departamento del Casanare.
Foto: Carlos Pineda,
archivo CIPAV.
El uso del fuego se aplicó como estrategia de manejo para repeler la sucesión vegetal y también como herramienta de transformación de bosques nativos. Para la
transformación de millones de hectáreas fue definitiva la difusión de gramíneas
africanas como el puntero Hyparrhenia rufa, gordura o yaraguá Melinis minutiflora y
la india o guinea Panicum maximum por su agresividad, tolerancia al fuego y la capacidad de producir semillas de fácil multiplicación en grandes cantidades (Parsons 1972) a partir de finales del siglo XIX.
La ganadería basada en pastoreo ha realizado el mayor cambio en los paisajes
rurales hasta llegar a una escala continental y debe reconocerse como un proceso
de enormes repercusiones ambientales y sociales (Bennett & Hoffmann 1992).
21
Murgueitio & Ibrahim
En América tropical el mayor uso de la tierra de los agroecosistemas en la actualidad se encuentra en pasturas, llegando en algunos países a ocupar entre el 60%
y el 80% del área territorial total. El incremento de esta actividad se ha realizado
en la mayor parte de los casos sobre la reducción de ecosistemas naturales especialmente bosques tropicales y de montaña y en menor proporción de humedales
y zonas costeras.
Foto 1.2
Quema de bosques para
el establecimiento de pasturas. Barriales, Provincia
de Darién, Panamá. Foto:
Víctor Galindo,
archivo CIPAV
Foto 1.3
Erosión producida por el
ganado en áreas con poca
cobertura vegetal y de alta
pendiente, no aptas para
la ganadería. Foto: David
Fajardo, archivo CIPAV.
La elevada tasa de deforestación en los países tropicales tiene efectos locales como
la degradación de los suelos y la pérdida de su productividad y a escala regional
genera pérdida en la capacidad de regulación hídrica y contaminación de los principales ríos. En el contexto global el mayor impacto se encuentra en la pérdida de
biodiversidad al perderse o reducirse los ecosistemas de bosque del neotrópico
caracterizados por su alta riqueza de especies de flora y de fauna. También el
cambio de uso de la tierra hacia pasturas contribuye con emisiones de CO2 y otros
gases (CH4, N2O) hacia la atmósfera.
22
Ganadería y medio ambiente en América Latina
Durante los últimos años gran parte del área boscosa fue deforestada para promover la ganadería extensiva en América Latina (Kaimowitz 2001). Por ejemplo
en Colombia entre 1960 y 1995 los bosques naturales y otros usos se redujeron de
94,6 a 72,4 millones de hectáreas, mientras la ganadería se incrementó de 14,6 a
35,5 millones de hectáreas (IAvH 1998) y es posible que en los últimos años esta
cifra llegue a 40 millones de hectáreas. En América Central en la actualidad el área
en pasturas representa un 46% del total (18,4 millones de hectáreas), siendo uno
de los más importantes usos de la tierra (Szott et al. 2000).
Pese a que el área de pasturas en América tropical sigue en incremento, la producción de carne y leche de bovinos, la especie que más se utiliza en la región,
evidencia un bajo crecimiento de productividad, expresado en baja carga animal, bajos índices de producción por animal (litros de leche o kilogramos de
carne) y por hectárea, reducida contribución a la capitalización y al empleo
rural.
En vastas regiones la ganadería se practica en suelos inapropiados, lo que promueve la degradación ambiental como en las regiones de trópico húmedo bajo
(selva amazónica y otros) y en las regiones de montañas (andes del norte y laderas
de América Central). La capacidad de carga de las pasturas ha disminuido, debido a que una alta proporción (>40%) están degradadas por el manejo inadecuado
y las especies inapropiadas (Szott et al. 2000).
Sin embargo, la ganadería puede incrementar significativamente sus contribuciones económicas y sociales y los sistemas silvopastoriles (SSP) son fundamentales para el proceso de cambio. Estos pueden tener, además de la actividad
pecuaria, otros usos complementarios como son la producción de madera y
frutos; la contribución a un microclima más benigno, la oferta de hábitat para
la fauna silvestre, la regulación hídrica en cuencas hidrográficas y una mayor
belleza del paisaje.
Sistemas silvopastoriles en el trópico de América
Los sistemas silvopastoriles son una modalidad de la agroforestería en la que se
combinan en el mismo espacio plantas forrajeras como gramíneas y leguminosas
rastreras con arbustos y árboles destinados a la alimentación animal y usos complementarios.
En América Latina y con mayor énfasis en la región neotropical la llamada agroforestería pecuaria, de la que hacen parte los SSP, ha despertado gran interés en los
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