participación del señor doctor eduardo garcía villegas, en el primer

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Versión 06/10/08
PARTICIPACIÓN
DEL SEÑOR
DOCTOR EDUARDO GARCÍA
VILLEGAS, EN EL PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE LA
CULTURA DE LA LEGALIDAD Y POLÍTICAS PUBLICAS EN EL
ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO, ORGANIZADO POR LA
SECRETARIA DE GOBERNACIÓN, EN LA CIUDAD DE MÉXICO,
LOS DÍAS 6 Y 7 DE OCTUBRE DE 2008.
"LA CULTURA DE LA LEGALIDAD EN EL ÁMBITO PRIVADO DE LAS
PERSONAS".
Algunos significados de una frase que debiera ser parte de nuestra
vida cotidiana.
"...una política de legalidad es hoy
la más radical de las revoluciones
posibles, además de la primera de
las revoluciones deseables...".
Paolo Flores D'Arcais.
Afianzar una sólida cultura de la legalidad de conformidad con
los
objetivos
del
plan
nacional
de
desarrollo
2007-2012
y
específicamente en este panel tendiente a promover La Cultura de la
Legalidad en el Ámbito Privado de las Personas, es verdaderamente
una celebración y es para mi altamente gratificante compartir con
ustedes esta mañana; ya que como notario público, una de mis
principales funciones es precisamente el promover La Cultura de la
Legalidad en el Ámbito Privado de las Personas.
Agradezco a los señores Lie. Juan Camilo Mouriño Terrazo,
Secretario
de
Gobernación;
Ing.
Abraham
González
Uyeda,
Subsecretario de Gobierno; Lie. Daniel Francisco Cabeza de Vaca
Hernández, Subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos;
Dr. Eduardo de Jesús Castellanos Hernández, Director de Compilación
y Consulta del Orden Jurídico Nacional y a todos ustedes señoras y
señores que mucho me honran con su presencia.
Para explicar lo que a nuestro juicio llena de contenido tales
conceptos, me referiré al primer componente: el término cultura
partiré de la definición de cultura, la cual siguiendo al maestro
Recaséns, (1) significa "todo aquello que los miembros de una
determinada sociedad concreta aprenden de sus predecesores y
contemporáneos lo que añaden a ese legado y las modificaciones que
operan en el mismo".
Es !a herencia social utilizada, revivida y
modificada
La cultura de la legalidad, en el ámbito privado de las personas,
entendida en su acepción más simple de imperio de la ley, ha sido
siempre una constante en otras culturas.
Debemos señalar que la permeabilidad que ha tenido el
concepto cultura de la legalidad en los últimos años se debe en gran
parte a los cambios que se han venido sucediendo en algunos
sistemas políticos, como por ejemplo los latinoamericanos, en los que
el término cultura de la legalidad ha adquirido un significado particular.
(1) Asumimos aquí el concepto sociológico de cultura, opuesto al concepto genérico que
la define como vida humana objetivada.
De igual manera usar otros términos como cultura jurídica,
implicaría aludir a la tradición que han seguido diversos pueblos para
elaborar, aplicar e interpretar su derecho (2), o bien a la concepción
del derecho que ha orientado a estos grupos humanos como la
entiende Giovanni Taraello (3)
El derecho pertenece, como dijera Don Luis Recaséns Siches, al
campo de la vida humana objetivada, al campo de lo cultural (4). Por
tanto, forma parte de esa categoría de lo que llamamos "lo cultural".
(2) Véase Menrryman, John Henry. La tradición jurídica Romano Canónica. FCE, México,
1990, quien obviamente usa el término tradición jurídica propiamente para referirse a
"sistema jurídico".
(3) Taraello, Giovanni. Cultura jurídica y política del derecho FCE, México, 1995.
El derecho, las normas jurídicas, en cuanto vida humana
objetivada, son productos culturales. Pero no es sino hasta que esas
normas son observadas o cumplidas, que puede decirse que el
derecho sea parte de la cultura viva o actual de un pueblo. Debemos
promover que el derecho sea cada vez, con mayor intensidad, parte
viva de nuestra cultura, promover esa cultura de la legalidad que tanto
se pregona y tan poco se hace por construir (5), porque para vivir el
Estado de Derecho es menester que refleje no solo lo que somos, sino
lo que aspiramos a ser.
A fin de completar el esquema inicial me referiré al segundo
de los componentes de la expresión: El término "legalidad".
(4) Recaséns Siches, Luis. Introducción al estudio del derecho. 6a. Edición, Porrúa,
México, 1981, pág. 25-28. "Hay en el mundo una serie de objetos que no son cosas ni
hechos producidos por la naturaleza, sino que son creados por los hombres, que son
resultado de las actividades de los humanos...todos esos objetos tienen substratos
reales..Pero su ser peculiar, su esencia, no consiste en esas realidades en que se nos
manifiestan...Por e! contrario, su ser esencial consiste en que poseen un sentido, una
significación, una intencionalidad, o bien un propósito...no son propiamente vida humana
auténtica, pero constituyen rastros, huellas, resultados o productos de vidas
humanas...Tales objetos, en tanto que ya hechos, ya realizados son vida humana
objetivada...El derecho, en tanto que normas preconstituidas...se localiza en el universo...
de las objetivaciones de la vida humana, o reino de la cultura".
(5) Participación de la señora Ministra OLGA SÁNCHEZ CORDERO DAVILA DE GARCÍA
VILLEGAS, en la clausura de la 2a. Feria internacional del libro jurídico organizada por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Dice Luis Ferrajoli (6), que "el principio de legalidad viene a
configurarse como el principio constitutivo de la experiencia jurídica
moderna; en cuanto fuente de legitimación de las normas jurídicas
vigentes y por otra parte, de las válidas, es efectivamente constitutivo
del moderno derecho positivo y al mismo tiempo del moderno estado
de derecho";
La legalidad va mucho más allá de un conjunto de normas y
leyes que están y deben estar sujetas a cambios que reflejen la
evolución de la sociedad. "La legalidad entraña una manera de
concebir el mundo, un modo de relación entre los individuos y una
forma de interacción entre la sociedad y el gobierno. La legalidad
implica una manera de coexistir que va más allá de la ley del
momento" (7)
(6) Derecho y razón. Teoría del garantismo penal. Prologo de Norberto Bobbio. Tercera
edición, Trotta, Madrid, 1998, P. 869:
(7) Rubio, Luis, et all, coordinadores. Fix Fierro, Héctor, Editor. A la puerta de la ley. El
Estado de derecho en México. Cal y arena, México, 1994, p. 218. Loe. cit.
En todos los ámbitos, el problema de la legalidad salta a la vista,
pues "la ley y la justicia son dos componentes centrales del desarrollo
humano
y
su
existencia
determina,
en
buena
medida,
las
potencialidades de la convivencia en sociedad."
En el ámbito de la seguridad, en el económico, en el político, en
el del derecho público, en el del derecho privado, el problema de la
legalidad es patente, pero a la vez trasciende esos problemas. Es un
concepto integral que no puede ser parcializado, es decir diversificado
según, el campo de que se trate.
Así, los principios generales de un sistema jurídico tienen que
ser aplicables a todas las actividades para cumplir con las condiciones
esenciales que los caracterizan: certidumbre y previsibilidad.
Cultura de la legalidad es también fortalecer a cada uno de los
poderes y de las Instituciones en la forma particular en que cada uno
de ellos necesita ser fortalecido.
Este fortalecimiento únicamente puede provenir del respeto que,
para si mismo, tenga cada uno de los poderes y de las Instituciones, y
del respeto que estos tengan para con los demás. Ello solamente se
logra mediante el establecimiento de una verdadera cultura de la
legalidad que tenga a la Constitución por principio y a la ley como
guardia, pero la Cultura de la legalidad exige que no solamente cada
poder del Estado, cada órgano, cada Institución, actualicen para sí
esta cultura de legalidad sino que cada familia, cada persona (8),
asuma el papel que le corresponde desempeñar responsablemente,
sin ambages, sin temores, sin protagonismos. Solamente así se
logrará el fortalecimiento de nuestra democracia y el bienestar del
pasado, a quien nos debemos.
En ese sentido una vez, definidos los términos que componen la
expresión cultura de la legalidad, nos resta el tercer asunto a tratar:
el aplicar estos conceptos en el ámbito privado de las personas.
(8) Es particularmente el aspecto personal en el que la realización de la cultura de la
legalidad tiene su mejor aliado, pues si no se da un cambio de actitud a nivel personal
sobre el papel que la ley tiene y el respeto que le debemos, no podemos esperar que la
sociedad en su conjunto cambie. Cabe aquí la remembranza del episodio narrado por
Plantón en "Gritón o del deber" (Diálogos. SEP UNAM, México, 1988) sobre la actitud de
Sócrates respecto al planteamiento de eludir a la justicia ateniense que lo había hecho
preso injustamente. "¿La acción que preparas no tiende a trastornar, en cuanto a ti
depende, a nosotros y al estado entero? Porque ¿qué estado puede subsistir, si los fallos
dados no tienen ninguna fuerza y son eludidos por los particulares?".
8
La Cultura de la Legalidad en el Ámbito Privado de las Personas
sirve para generar conciencia, a efecto de que la gente use su
intelecto para "conocer y razonar", tendiente a que seamos un país
culto, respetuoso de nuestras Instituciones y de nuestro derecho sin
necesidad de importar de otros países, derecho e Instituciones ajenos
a nuestra cultura, pues nuestra realidad jurídica, es diversa a otras
realidades.
En lo personal debemos dar una lucha contra la ignorancia de la
ley, conocer los derechos que se tienen es el primer paso para
hacerlos efectivos, es el primer paso para que los ciudadanos puedan
a cabalidad ejercerlos. Es el primer paso hacia una verdadera libertad,
estabilidad y paz social evitando así una espiral de corrupción e
impunidad.
La cultura de la legalidad tiene que permear a todos los ámbitos
de la vida y hacerse presente a través de todos los mecanismos
posibles, porque con ella va implícito el mejoramiento de nuestras
condiciones de vida.
9
Por otro lado recordemos que la tradición jurídica del "common
law", en la que el derecho no escrito ha sido la constante y en la que la
idea de derecho es tan determinante que prescinde, incluso, de algo
para nosotros tan fundamental como es la constitución escrita (9).
El derecho anglosajón es altamente litigioso, pues de ahí se
obtienen los precedentes que le dan vida y actualidad lo que lo
convierte en un sistema altamente costoso para la población; en
cambio en el derecho latino nos encontramos con la figura del notario
cuya función es preventiva y por ende es un derecho menos litigioso y
resulta menos oneroso.
En este sentido considero que es un derecho y también una
obligación de todas las personas, tengan la certeza y seguridad
jurídica que sus documentos, inmuebles, derechos, bienes y acciones
requieran y estén conformados a lo que el derecho dispone, siendo
este un vehículo que les permita vivir y morir tranquilos habiendo
cumplido consigo mismos y con sus herederos, de ahí la importancia
de los fedatarios públicos.
(9) Véase, al respecto Zagrebelsky, Gustavo. El derecho Dúctil. Trotta, Madrid, 1997.
10
De ahí que si nuestro país pertenece al ámbito del derecho latino
como tal cuenta con la Institución del notariado que desde hace más
de 200 años, aconseja a las partes, da forma a los contratos, calcula y
entera los impuestos que se generan en las operaciones pasadas ante
su fe, reproduce los documentos originales, otorgando certeza y
seguridad jurídicas.
Quien se encuentra dentro de la legalidad en su ámbito privado
es una persona conciente, que honra y representa metas e ideales,
una persona que se respeta a si misma y a quienes lo rodean.
Resulta indispensable que a este afán en nuestro país se sumen
todas las Entidades Federativas, todos los Municipios, todos los
ciudadanos.
Porque promover la cultura de La Legalidad en el Ámbito Privado
de las Personas es signo inequívoco de que queremos convertir en
realidad nuestro derecho, terminar con la opacidad y ayudar a
combatir la pobreza en todas sus variantes.
11
Cuantas veces nos encontramos con sucesiones acumuladas
que no son atendidas y con patrimonios heredados que se van
perdiendo de generación en generación; si existiera la conciencia de
escriturar debidamente dichos bienes éstos adquieren un mayor valor
para sus dueños al sacarlos de la incertidumbre jurídica y por otro lado
al estado le redunda en un beneficio al permitirle el cobro de
impuestos.
Para concluir:
Una larga tradición de pensamiento, nos dice que los conflictos
entre los seres humanos deben ser dirimidos a través de cauces
previamente establecidos por aquello que algunos han comparado con
la representación más clara de la racionalidad: el derecho.
El derecho es algo que atañe no solamente a los jueces, a los
legisladores o a los abogados, sino algo que nos atañe a todos.
El derecho es parte de la vida. Concierne, incumbe, afecta a
todos los campos de la vida; pero además, el derecho es una
herramienta poderosísima de cambio social.
12
Dada su importancia, el derecho debiera ser parte de nuestra
cultura. Y al decir esto no solo me refiero a nuestra cultura como parte
de un conjunto de conocimientos, ideas o teorías que se han
conjuntado y sistematizado. Me refiero a que debiera estar
incorporado a nuestra vida cotidiana como lo están otras muchas
cosas.
La expresión cultura de la legalidad trasciende a cualquier
concepción que pretenda designarla solamente como cultura jurídica o
Estado de Derecho (10).
(10) Hablar de cultura jurídica, como señala Gerardo Laveaga (La cultura de la legalidad.
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas. Serie Estudios Jurídicos Número 8. México,
2000, p.20), implicaría aludir a la tradición que han seguido diversos pueblos para
elaborar, aplicar e interpretar su derecho, (véase Merryman, John H. La tradición jurídica
Romano Canónica, FCE, México, 1990) o bien a la concepción del derecho que ha
orientado a estos grupos humanos, como la entiende Giovanni Tarello. "...el término
cultura de la legalidad...define mejor que cualquier otro el conocimiento que un pueblo
tiene de su derecho, así como los esfuerzos que hacen grupos y facciones principalmente el gobierno- para difundir o no difundir tal conocimiento, las variables del
proceso mediante el que un pueblo acata las normas que lo rigen, los efectos concretos
que este ejercicio tiene en la sociedad civil y los límites a los que se circunscribe. "
Laveaga, loe. cit.
13
La
cultura
de
la
legalidad
implica
conocimiento del ordenamiento jurídico.
necesariamente
el
Conocimiento que puede
tenerse a distintos niveles, pero que tiene, como irremediable
consecuencia, el fortalecimiento del orden social en un Estado. (11).
Construir una verdadera cultura de la legalidad tiene como
presupuesto esencial la transformación de muchos paradigmas de
pensamiento a todos los niveles. Desde el ciudadano común que
transgrede con frecuencia ordenamientos que podrían considerarse de
poca importancia - como los reglamentos gubernativos o de tránsitobasta el más alto funcionario que falta a su deber constitucional de
cumplir y hacer cumplir las leyes y reglamentos. En todos los casos, la
trascendencia de esas acciones es de magnitudes inconmensurables.
La cultura de la legalidad, en el ámbito privado de las personas
conlleva, particularmente, un cambio en la concepción de todos los
ciudadanos convirtiéndolos en difusores de la cultura jurídica.
Cultura de la legalidad tiene que ver con una mejoría sustancial
en nuestra deficiente educación cívica y política y se traduce también,
en un serio compromiso por promover los fines del derecho.
(11) "...la adecuada difusión de nuestras disposiciones jurídicas contribuye a fortalecer el
orden social de un estado. Ciertamente, orden social es un concepto lleno de aristas:
pues puede significar la coexistencia pacífica de los distintos grupos que integran una
comunidad, pero, también la preservación del statu quo de la misma." Gerardo Laveaga la
cultura de la legalidad UNAM.
14
Pero sobre todo, promover la cultura de La Legalidad en el
Ámbito Privado de las Personas, nos lleva a terminar con la pobreza
intelectual, con ese tipo de pobreza que es el camino más directo a la
ignorancia, que a su vez es preámbulo del miedo. Ese miedo que se
torna en el vehículo más eficaz para la parálisis y el freno del
progreso, en opacidad, en mentira. No es fácil esa lucha contra la
pobreza intelectual, pero es la que con mayor intensidad debemos dar
(12).
Muchas gracias.
(12) Participación de la señora Ministra OLGA SÁNCHEZ CORDERO DAVILA DE
GARCÍA VILLEGAS, en la clausura de la 2a. Feria internacional del libro jurídico
organizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
15
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