390 Ciro Nolberto Güechá Medina podría verse afectado, se puede omitir la claridad que amerita el procedimiento administrativo de contratación y mucho menos el control de legalidad de los actos. Décima. El carácter de actos administrativos de las decisiones tomadas en la etapa precontractual, es incontrovertible y en esta medida, el control de legalidad debe seguir las reglas previstas para la generalidad de los mismos, así sean dictados dentro de un procedimiento especial como es el de contratación; porque si esto no es así, al existir diversidad de trámites administrativos, en esta misma medida el control de legalidad de los actos sería especial, lo cual es inadecuado. Décimo Primera. La inscripción en el registro único de proponentes, constituye un acto previo al contrato, cuyo control de legalidad se torna especial, en cuanto a que por excepción, es posible en vía gubernativa, cosa que no ocurre con los demás actos administrativos; pero además, la impugnación en sede jurisdiccional, no tiene las limitaciones en cuanto a la titularidad de la acción como sucede con los demás actos dentro del procedimiento administrativo de contratación. Décimo segunda. En cuanto a los actos administrativos en general, el origen de la noción de los mismos, no puede circunscribirse a una fecha determinada, sino que éste va íntimamente ligado a la formación de la Administración y del derecho administrativo. Esto es así, en la medida que las decisiones de la Administración están subordinadas a una normatividad previamente establecida y que por ser las mismas consecuencia de una actividad propia de las entidades públicas, su régimen está determinado por las normas propias del derecho administrativo, en contraposición de la normatividad aplicable a los particulares, que no es otra que la del derecho privado; circunstancia que determina, que el control de legalidad frente a los mismos, tenga un carácter especial, apartándose del de los acto privados. Décimo tercera. Pero una aproximación más cercana a la formación del acto administrativo, nos permite decir que es bajo el sistema del Estado Derecho y del principio de legalidad, cuando la noción adquiere reconocimiento como institución dentro del ordenamiento jurídico, en la medida que la Administración está subordinada a derecho; generándose la obligatoriedad de ejercer un control de legalidad respecto de la misma a través de la jurisdicción natural de ésta, que no es otra que la contencioso administrativa, que es la encargada de verificar que los actos dictados por la Administración, no contraríen el ordenamiento jurídico.