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Diario Constitucional y Derechos Humanos Nro 100 – 22.02.2016
El derecho a la ciudadanía italiana: Principios jurídicos, normas y pactos
internacionales que rigen la materia
Por Denise Ciraudo
Desde principios del 1800 y hasta 1970 inclusive, llegaron la Argentina contingentes de inmigrantes de toda
Italia. En un primer momento, la mayor parte de ellos provenían del norte del país, principalmente de regiones como
Lombardía y Véneto. En el siglo XX, se acentuó la inmigración proveniente del sur del país, en especial, de regiones
como Calabria, Sicilia, la Campania y Apulia. De esta manera, Argentina se convirtió en uno de los países con mayor
cantidad de población italiana en el mundo, y más allá de toda estadística, inundó a nuestra cultura de italianismos
propios de cada pequeño pueblo de esta república europea, lo cual nos lleva muchas veces a preguntarnos: ¿hay algo
más italiano que la Argentina?
En estas páginas trataremos de sintetizar los principios, las normas y los acuerdos internacionales que regulan
el reconocimiento de la ciudadanía italiana a los descendientes nacidos en Argentina.
¿Qué significa ser ciudadano de un país?
El término ciudadanía proviene del latín "civitas", que significa ciudad. Por lo tanto, ciudadanía es la
condición que se otorga al ciudadano de ser miembro de una comunidad organizada, de ejercer sus derechos y
cumplir con sus deberes dentro de la sociedad.
¿Por qué los descendientes de italianos nacidos fuera de Italia pueden solicitar la ciudadanía? El principio de
iussolis vs. Iussanguinis.
Es preciso aclarar que existen diferentes formas de obtener la ciudadanía italiana. En este artículo me referiré
solamente a la adquisición automática por descendencia o filiación. En cuestiones de nacionalidad, hay dos
principiosde derecho internacional público que rigen la materia: el “iussolis” (derecho del suelo) y el “iussanguinis”
(derecho de la sangre). Básicamente, el primero significa que son ciudadanas de un país todas aquellas personas que
nacen dentro de los límites del territorio. El segundo – derecho de la sangre – implica que la nacionalidad se
transmite por la filiación, independientemente del lugar de nacimiento.
¿Qué criterio utiliza Argentina para considerar a una persona “ciudadana argentina”?
Argentina utiliza el primer concepto, y es así como en virtud del art. 75 inc. 12 de la CN, se redactó la Ley de
Ciudadanía (Ley 346 y modificatorias) cuyo artículo primero establece que“son argentinos todos los individuos
nacidos, ó que nazcan en el territorio de la República Argentina, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres, con
excepción de los hijos de Ministros extranjeros y miembros de la Legación residentes en la República...”.
¿Qué criterio utiliza Italia para considerar a una persona “ciudadana italiana”?
Italia, por su parte,al igual que España y muchos otros países europeos, rigen los derechos de sus ciudadanos
en base al principio de “iussanguinis”. Esto es lo que permite que una persona nacida en Argentinasea italiana, si al
menos uno de sus padres es italiano.
¿Por qué podemos tener ambas ciudadanías?
Argentina e Italia suscribieron en 1971 un Acuerdo ítalo-argentino de nacionalidad, el cual fue ratificado unos
años más tarde por ambos países, con el fin de estrechar los vínculos entre dichas naciones y mediante el cual se
establece que los argentinos y los italianos nativos podrán adquirir la nacionalidad italiana y argentina,
respectivamente, en las condiciones y en la forma prevista por la legislación en vigor en cada una de las Partes
Contratantes, manteniendo su anterior nacionalidad. Este acuerdo es importante porque modifica lo que sucedía antes
de su suscripción: si el inmigrante italiano venía a la Argentina y se naturalizaba argentino, este acto implicaba una
renuncia tácita a su anterior nacionalidad, es decir, perdía la ciudadanía italiana de origen, y por ende, perdía la
posibilidad de transmitirla a sus descendientes. Asimismo, actualmente, la ciudadanía italiana está regulada por la ley
italiana del 5 de febrero 1992, N. 91 (y relativos reglamentos de ejecución) la cual revaloriza el peso de la voluntad
individual en la adquisición y en la pérdida de la ciudadanía y reconoce el derecho a la titularidad contemporánea de
más ciudadanías.
¿Hay límites generacionales para solicitar la ciudadanía?
En casos en los que el ascendiente italiano sea hombre, la ciudadanía italiana es otorgada sin límite de
generaciones. Es decir, si una persona tuviera un familiar en línea recta, como por ejemplo un tatarabuelo, bisabuelo,
abuelo o padre italiano, tendrá derecho a su reconocimiento, sin importar cuantas generaciones hayan transcurrido en
el medio – esto hace que la obtención de la ciudadanía sea mucho más flexible, a diferencia de lo que sucede con la
legislación española -. El único requisito es que el ascendiente italiano no haya perdido la ciudadanía italiana por
ningún motivo.
En el caso de las mujeres es diferente. Antiguamente las mujeres no transmitían a sus hijos el derecho a la
ciudadanía. En 1948 se sancionó en Italia la Constitución de la República Italiana, en la cual se incluyeron derechos
individuales, principios democráticos como la igualdad ante la ley, y principios de no discriminación. Como
consecuencia de ello, la transmisión de la ciudadanía por línea materna es posible sólo para los hijos nacidos después
del 1 de enero de 1948. Pese a ello, en 2009 la Corte Suprema de Casación italiana cambió sustancialmente la
jurisprudencia de la aplicación de la vieja normativa, por lo que se abrieron nuevas puertas al reconocimiento de la
ciudadanía a quienes antes tenían este impedimento. Sin embargo, si bien es posible, el trámite en estos casos es más
engorroso, lleva más tiempo y es más costoso, porque debe realizarse por vía judicial en Italia.
Como conclusión de esta primera entrega, podemos afirmar que el reconocimiento de la ciudadanía italiana a
descendientes argentinos encuentra su fundamento en principios de derecho internacional y en leyes tanto italianas
como argentinas y pactos internacionales firmados por ambas naciones. De este conjunto de normas surge el derecho
al reconocimiento de la ciudadanía de todas aquellas personas cuyos ascendientes en línea recta sean italianos. Sin
embargo, en lo personal y más allá de todo tecnicismo, creo que este derecho significa mucho más que la posibilidad
de obtener un pasaporte comunitario: el proceso de la averiguación sobre el pasado implica conocer el origen de las
familias de muchos de los argentinos. Leer partidas de nacimiento antiguas, armar un árbol genealógico que exceda
las tres generaciones, descubrir cómo se repiten nombres de familiares, saber a qué se dedicaban, dónde nacieron, a
qué edad se casaron y cuántos hijos tuvieron nos hace partícipes de nuestra propia historia, genera mucha más
satisfacción que la de obtener un librito color borgoña. En la siguiente entrega, especificaremos qué documentación
hay que presentar para iniciar el trámite en el Consulado y hablaremos de los pasos a seguir para evitar dilaciones en
el procedimiento.
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