maratonistas - Santiago Runners

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Matías Brain:
“Mi sueño
profesional se está
haciendo realidad”
Dr. Norman MacMillan:
Hidratación
para
maratonistas
Hernán Monckeberg y Sergio Mújica:
Dos Runners
(Petroleros) en el Paraíso
Tergat,
Gebrselassie
Luisa Rivas:
“A mis sueños les he puesto
Energía, Esfuerzo y Perseverancia”
y yo
R u n n e r s
S a n t i a g o
“La regata es tan dura como nuestras
maratones, en la llegada la reflexión interna
es la misma: no corro nunca más, me digo, el
frío, ropas enteramente mojadas, mareado,
golpeado y moreteado en canillas, antebrazos
y codos en los cambios de borda y maniobras
sobre la resbaladiza cubierta. Al día siguiente
ya estamos nuevamente a bordo listos para
enfrentar otro nuevo desafío; sabemos que
correremos al límite del umbral”.
RUNNERS NAVEGANDO
Individualistas trabajando en equipo
Editorial
orrial
Por Alberto Achondo
L
a navegación es una
aventura que cautiva; una costosa
estructura de fibra, aluminio y
madera, varios juegos de velas,
herrajes, cables y cabos para pedirle
al viento que nos lleve con su
generosidad caprichosa al rumbo
que fijamos como objetivo llegar.
Mareas y oleaje pueden dificultar el
camino, pero jamás son obstáculos
para conseguirlo.
Esta pasión cautiva al hombre
desde siempre, hoy es una afición
sofisticada, la tecnología se
ha incorporado activamente, sin
embargo aquellos elementos que
constituyen lo básico desde su origen
son los mismos, permanecen
inalterables y son los que determinan
al final de la jornada, un mejor o
peor resultado.
Condenados a un irremediable
quinto o sexto lugar en las
competencias, recalando de vuelta
en la marina, el Capitán del Yali
expresa en un tono de voz y como
si me hablara sólo a mí, siendo el
único integrante de la tripulación
que debo poder entender: “Runner,
me dice, no hay secretos en la
competencia, son los mismos
factores, la velocidad de casco del
Yali nos condena, nunca bajaremos
las "3 horas" por estructura”. Es
Ramón que asintiendo, abre sus ojos
moviendo levemente la cabeza de
arriba abajo con una conformidad
plácida que el resto de la tripulación
interpreta como la extraña sabiduría
de quienes corremos maratones
desde comienzos de los 90.
De la misma manera que el Runner
talentoso quien supera sus límites
se convierte en virtuoso, el trabajo
en equipo de una tripulación
cohesionada, entusiasta y esforzada
llevará a la embarcación más allá de
los propios talentos naturales que
su diseñador le obtuvo y regaló.
El viento es igual para todos, pero
la sabiduría y madurez del marino
que navega desde niño y lo lleva en
sus venas podrá detectar dónde
sopla más cuando está escaso o
interpretar su enigmático capricho,
en navegaciones largas como
nuestras maratones, la cantidad de
factores y el momento aplanan
cualquier gran diferencia puntual,
sin embargo, la suma de instantes
van haciendo la diferencia.
Decidir si izar una vela u otra entre
las 4 ó 5 alternativas de éstas, será
también otro factor determinante de
DIRECTOR EJECUTIVO
René Ramírez
EDITOR GENERAL
Alberto Achondo
COMITE EDITORIAL
Isabel González
Paula Vildósola
Sergio Mujica
PERIODISTA
Begoña Bofill
DISEÑO Y PRODUCCION
Publisiga Ltda.
diferencia, virar ahora o más allá
enfrentando el viento en diagonal,
lograr una combinación de tamaño
de vela, viraje oportuno y cambios
acertados permiten lograr una
modalidad de mejoramiento de
velocidad en relación al punto de
llegada.
La regata es tan dura como nuestras
maratones, en la llegada la reflexión
interna es la misma; no corro
nunca más, me digo, el frío, ropas
enteramente mojadas, mareado,
golpeado y moreteado en canillas,
antebrazos y codos en los cambios
de borda y maniobras sobre la
resbaladiza cubierta. Al día siguiente
ya estamos nuevamente a bordo
listos para enfrentar otro nuevo
desafío; sabemos que correremos al
límite del umbral.
Es el espíritu del runner, el verdadero
ser que emana para vencer cualquier
adversidad, en la pista, en el mar, en
la vida. Buscamos lograr una buena
llegada, disfrutando el camino
intensamente, tomando conciencia
de nuestra velocidad de casco y
nuestros talentos, de poder ser
virtuosos a través del esfuerzo
humilde, metódico y sistemático.
Renunciando a la individualidad
solitaria para constituirnos en un
equipo que funcione como uno,
apreciando la naturaleza y el
lugar donde corremos, la montaña,
el mar y el viento que es nuestro
amigo. Haber corrido sólo por el
afán de hacerlo nos ha dado acceso
a esa sabiduría que la joven
tripulación del Yali interpreta como
divertida y extraña, pero que ya han
adoptado.
SANTIAGO RUNNERS CLUB
[email protected]
www.santiagorunners.cl
“A mis sueños les he puesto
energía, esfuerzo
y perseverancia”
Perfil Humano
Luisa Rivas ha cruzado la meta
muchas veces en la vida. Y no
siempre han sido recorridos
cronometrados por un chip los
que ha logrado terminar en forma
exitosa. Han sido muchas las
metas que ha logrado, gracias a
su tesón y a una mirada llena de
optimismo. “Se debe buscar
soluciones y no quedarse
en el problema”, asegura.
Por Begoña Bofill
Santiago Runners
D
2
e voz dulce y tenue,
algo tímida, delgada, casi frágil
es Luisa Rivas. Es difícil imaginar
que esta mujer sea la misma
que ha logrado en pocos años
mejorar considerablemente su
desempeño en los maratones
que ha corrido. Que participó en
los últimos Juegos Sudamericanos
en Montevideo, Uruguay, y logró el
primer lugar en su categoría en la
prueba de los 21 K. Que salvó ilesa
–salvo un corte de ligamento de un
dedo de la mano derecha- del
accidente que se produjo en el
puente Loncomilla. Incluso al
reflexionar, ella piensa que Dios le
dio el privilegio de pasar por esta
experiencia. Y hoy, todavía un poco
choqueada por lo que le tocó vivir,
le pide a Dios que le muestre que
es lo que quiere de ella, “puesto
que por algo me dejó con vida”.
Y es que Luisa, desde muy pequeña,
se ha propuesto metas y ha luchado
hasta lograrlas. Recuerda que en su
Cauquenes natal, su padre –a quien
recuerda con mucho cariño y
admiración- incluso la catalogaba de
caprichosa, ya que no se detenía
hasta alcanzar su objetivo. A pesar
de ello, su padre la apoyaba en la
tarea, “ya que creo que veía en mí
al hijo hombre que no tuvo”.
Tal vez parte de su manera de vivir
la vida se resuma en no complicarse,
en buscar soluciones, en vivir con
optimismo, disfrutando de lo que se
tiene y no pensando en lo que se
podría tener. Luisa, piensa que esta
mirada la heredó de su padre, quien
era un hombre con una filosofía
de vida que tenía como principal
elemento el sentido común.
Además, ella atribuye esta
“simplicidad” a que vivó plenamente
cada una de las etapas de su
vida. No siente que tenga deudas
con el pasado. “Hasta los 13 años
jugué a la muñecas; luego en mi
adolescencia lo pasé muy bien con
mis amigos, inventaba paseos en
bicicleta por los cerros, cuando ni se
pensaba en la existencia de las
mountainbike; entré a la Universidad,
más tarde me casé, tuve a mis tres
hijos, me dediqué a cada uno de
ellos con especial afán… en fin, no
he dejado de proponerme metas y
luchar por cumplirlas”.
La importancia de una casualidad
Luisa se define como una persona
que durante toda su vida ha
sido deportista. Mientras vivía en
Cauquenes participaba en básquetbol
y en revistas de gimnasia. También
practicaba ballet y le encantaba subir
cerros.
Hace unos 10 ó 12 años comenzó a
correr por el barrio donde vivía.
Quería hacer algún deporte y
encontró que el trote le acomodaba,
“ya que uno establece los horarios”.
En esa época iba de vacaciones a
Peyuhue y corría por la playa largas
distancias casi sin darse cuenta, luego
se bañaba en el mar y regresaba a
la casa. “Descubrí que esta actividad
me hacía muy bien, me dejaba vital
para todo el día”.
Estuvo varios años corriendo a su
manera. Se ponía nuevos desafíos
en cuanto a distancias, pero siempre
de forma bastante autodidacta.
Recuerda que en 1998 ó 1999 fue
a una carrera en Vitacura a mirar
el ambiente y con ciertas ganas
de participar. No estaba muy
convencida hasta que vio que
corría mucha gente de distintas
condiciones deportivas. Se inscribió
y corrió muy tranquila. Cuando ya
se iba, escuchó su nombre por
los parlantes. Había logrado el
segundo lugar. “La verdad es que
me sorprendió, cuenta, porque yo
ni siquiera sabía que premiaban a
los primeros lugares, y menos pensé
que yo podía subirme al podium”.
Hacia fines del ’99 o principios de
2000 por una casualidad llegó
al Santiago Runners. “Me encontraba
en la caja del Jumbo, esperando
que avanzara la fila. Había muchísima
gente, ya que el supermercado tenía
algún problema que no permitía
que funcionaran las registradoras.
De pronto me puse a conversar con
Arreglos florales para
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Santiago Runners
De niña siempre le gustó la vida al
aire libre. “Me crié en un ambiente
lleno de naturaleza. Me gustaba
andar a caballo, subir cerros,
organizar paseos… era muy inquieta.
Me encantaba hacer cosas distintas,
explorar…”. A pesar de ello, una vez
que terminó cuarto medio se
propuso como meta estudiar en una
ciudad grande y vivir en Santiago.
Es así como estudió pedagogía en
inglés en Concepción y más tarde
se trasladó a la capital. Y aunque
parece raro que alguien que vivió su
niñez en el campo, le guste el ajetreo
de Santiago, ella explica que esto
no le complica, que la receta está
en organizarse para no vivir en medio
de los tacos o para que el estrés
no pase a formar parte de su vida.
Tanto así que volvería al campo sólo
de paseo. Su sueño sería vivir en
una ciudad grande con mar. “Ojalá,
Santiago tuviera mar”, asevera.
3
una mujer joven que estaba delante
de mí. Era la señora de Javier Achondo.
Por supuesto que llegamos al tema
del trote y de las carreras. Ella me
habló del Club y me dijo que me
ayudaría a contactarme con la gente
del Santiago Runners”.
Perfil Humano
Comenzó a integrarse tímidamente.
Corrió su primera maratón el año
2000 en Santiago. No quiso decirle
a nadie, ya que no sabía cómo sería
el resultado. No tenía experiencia
en estas lides. Llegó a la meta en
4 horas y 21 minutos. Corrió sin reloj,
no sintió necesidad de tomar
líquido y cruzó la meta muy
contenta. Sin embargo, en la tarde
se descompensó de tal manera que
sus hijos se asustaron y le dijeron
que no corriera más. Pero ella dijo:
“ésta no es la última maratón”.
Luego de esta experiencia se integró
de manera más fuerte al Club. Siguió
el entrenamiento con Cherezade y
en su segundo maratón que fue en
Viña del Mar, cruzó la meta a las 3
horas y 30 minutos.
“Con el tiempo reconozco que me
he vuelto una fanática y que lucho
por bajar mi propia marca, sin
embargo, tengo claro que uno debe
encontrar el equilibrio. Lo que sí es
cierto es que cuando no corro siento
que algo me falta”.
Santiago Runners
El año 2004 fue un año especial para
Luisa. Murió su madre, logró el
4
primer lugar en su categoría en el
maratón de Chicago con 3 horas y
8 minutos, tuvo la oportunidad de
correr los Juegos Sudamericanos,
donde logró el primer lugar en su
categoría en la prueba de los 21 K
y le tocó vivir la caída del puente
Loncomilla.
Este año piensa correr otro maratón.
Aún no sabe cuál será el escogido.
Lo que tiene claro y que se ha
preocupado de transmitírselo a sus
hijos y a sus alumnos en el colegio
Antártica Chilena, es que los sueños
pueden lograrse siempre y cuando
se le pongan energía, esfuerzo y
perseverancia. SRN
Chicago
Camino al Profesionalismo
• “Las teorías para correr un maratón son muchas y muy variadas, pero el
conocimiento de algunos “mateos” es tan grande, que llegué a pensar que
no iba a poder correr la carrera debido a que no había estudiado lo suficiente,
sin importar la cantidad de entrenamiento que tenía”.
S
Debutaron un Día
in lugar a dudas correr
un maratón internacional es una
experiencia muy valiosa. Es ser
partícipe de una verdadera fiesta
del deporte donde se concentra
una serie de sentimientos. Es la
culminación de un largo y sacrificado
proceso de entrenamiento, la
adrenalina y nerviosismo propios de
una competencia y, sin lugar a dudas,
la posibilidad de compartir con los
compañeros del Club.
La concentración en la carrera para
un runner comenzó en forma muy
anticipada, llegando al grado de
olvidar todo, enfocándose solamente
en las 26 millas del maratón de
Chicago. No habíamos pasado
policía internacional y el primer
efecto del grado de concentración
y profesionalismo se hizo evidente.
Uno de nuestros queridos directores
olvidó que uno de sus hijos, con los
cuales viajaba, es menor de edad y
no tenía la documentación adecuada
para sacarlo del país, el resultado
fue que su señora tuvo que correr
los 42 kms. (en auto) hasta el
aeropuerto para poder entregar
la documentación necesaria y
así apoyar una vez más a
este concentrado o, más bien,
desconcentrado corredor.
Los consejos y experiencias anteriores
no se demoraron en aparecer durante
las agradables jornadas previas al
maratón. La que más me impresionó
fue cuando me enteré de lo que
sucede en el encajonamiento de
la partida, cuando ir al baño
es imposible, pero absolutamente
necesario. “Esto es algo que yo
recomiendo no contar”. Las teorías
para correr un maratón son muchas
y muy variadas, pero el conocimiento
de algunos “mateos” es tan grande,
que llegué a pensar que no iba a
poder correr la carrera debido a que
no había estudiado lo suficiente, sin
Chicago
Por Roberto Chávez
importar la cantidad de entrenamiento
que tenía.
Les puedo contar que la primera
noche quedé impresionado de la
cantidad de vitaminas, magnesio,
sodio, barras energéticas, entre
otros, que mis compañeros de viaje
consumieron para los músculos,
huesos, piel, pelo y todo aquello que
de una forma directa o indirecta
pudiera afectarles en la carrera. Esto
se repitió varias veces. De hecho, me
despertaba con los ruidos que hacían
cuando comían alguno de estos
productos; ya que, no alcanzaban a
Foto
Debutaron un Día
abrir un ojo cuando comían o
tomaban algún producto o sólo
ingerían agua para hidratarse.
Dentro de las otras cosas curiosas
me llamó la atención que un día al
llegar a la habitación me encontré
con un equipo ionizador de aire, esto
es un simple ejemplo del nivel de
profesionalismo existente en el
Santiago Runner. El responsable de
instalar este equipo está claramente
identificado.
El día antes del maratón desperté
con la conversación de dos runners;
eran las 6:30 A.M., y el diálogo era
más o menos el siguiente: “en la
milla 5 doblamos a la derecha por
Michigan Av., en la milla 6 pasamos
el puente, en la milla 7 entramos a
China Town…, repite conmigo”. Mis
compañeros de habitación se
estaban aprendiendo el recorrido de
memoria, yo creo que pensaban que
iban a ir primeros y no tendrían quién
los guiara en el camino.
Santiago Runners
Las cervezas tampoco estuvieron
fuera de discusión, “ojo son
diuréticas”, “sí, pero es mucho más
líquido y la concentración de alcohol
es muy baja”, necesitábamos
hidratarnos mucho y cualquier líquido
era bienvenido, más si tenía un
poquito de alcohol.
6
El día del maratón comenzó muy
temprano, nos levantamos a las 5
A.M. con el nerviosismo lógico de
la ocasión; nos juntamos en el lobby
y luego nos dirijimos todos al punto
de partida. Con un compañero del
Club esperamos juntos el inicio del
maratón, sentados mirando este
magno espectáculo. Me impresionó
muchísimo la cantidad de
espectadores que había y me hizo
recordar que en mi primer maratón
en Santiago, casi no había gente
motivando a los participantes. Mis
pensamientos en ese momento
además fueron para mi señora e
hijos quienes me han apoyado
mucho, deseando que hubiesen
estado junto a mí disfrutando de la
bella ciudad y de esta fiesta del
deporte.
Chicago
Go Chile
De pronto la canción nacional y
la partida. La multitud de gente
durante toda la carrera era algo
impresionante, la gente desbordaba
de alegría y el apoyo constante a
todos los corredores se hacía más
personalizado a medida que las millas
recorridas aumentaban. Los tan
conocidos gritos de apoyo por los
miembros del Club “Go Chile”, eran
una tónica permanente. Obviamente
que un buen representante del país
y del Club tiene la obligación de
responder a este apoyo con una
sonrisa si son mujeres o una simple
seña si son hombres.
El plan de carrera funcionaba a la
perfección, estaba corriendo en los
tiempos planificados y el cuerpo
respondía como una máquina
perfecta, hasta que... sucedió lo que
nadie me había advertido, ni los
papers que me entregaron el día
antes para estudiar contenían esta
información. No tuve problemas con
mis rodillas, un pinchazo, el cordón
de las zapatillas, falta de hidratación,
tampoco me perdí en el recorrido,
ya que algo había logrado memorizar
el día anterior cuando escuché a
mis compañeros que estaban
estudiando. Simplemente escuché
el típico “Go Chile” y cuando dirigí
la vista para agradecer el apoyo, me
di cuenta que eran dos estupendas
gringas; por lo tanto, me vi en la
obligación de agradecerles con
mi mejor sonrisa a lo cual ellas
aumentaron el apoyo y me
gritaron “You look good man”. La
interpretación de esta frase depende
de cada uno, pero mi ego me jugó
una mala pasada y aceleré mi ritmo
de carrera corriendo las siguientes 5
millas un minuto más rápido cada
una. Como todos saben eso se paga
muy caro en la parte final del
maratón.
No puedo dejar de expresar mi
asombro por el abrazo que se dieron
dos runners del Club en el parque
al lado de la llegada; sólo les puedo
dar un dato: “el abrazo tirados en el
pasto fue al estilo Massú-González“.
Bueno ellos también lograron sus
medallas, no olímpicas, pero con un
valor personal invaluable y un alto
profesionalismo. SRN
Aviso
Geasport
pág 7
Santiago Runners
Turismo Aventura
Dos Runners
8
(Petroleros) en el Paraíso
• Hernán Monckeberg y Sergio Mujica, viajaron junto a sus
respectivas familias hasta Maui con dos objetivos: conocer y
disfrutar de un destino tan actractivo, y correr el maratón de
esa localidad.
• El viaje tuvo de dulce y agraz. Pero sin duda fue una oportunidad
inolvidable para compartir con los suyos y “a pesar de nuestros
modestos tiempos en la prueba, dejamos muy en alto la tricolor
y el buen nombre de los Runners”.
Por Sergio Mujica
P
artimos igual que todas las
delegaciones chilenas: éramos ocho
"dirigentes" y dos deportistas. Hernán
Monckeberg con la Trini y sus tres
hijos, más mi familia, conformada
por mi señora, Pilar, y mis tres hijos.
Hasta ahí empatando. La primera
demostración de superioridad fue
en el aeropuerto cuando entre las
maletas de los Monckeberg apareció
una enorme tabla de surf ultra
protegida, así como se cuidan las
cosas muy importantes o muy caras.
Nos fuimos una semana antes de la
carrera dispuestos a pasarlo bien
y si nos quedaba tiempo trotaríamos
un poco. Así lo hicimos, un par
de veces trotamos lento, 3 ó 4
kilómetros bajo la sombra de grandes
árboles; hasta llegamos a pensar
que ya estábamos aclimatados. El
domingo 19 de septiembre íbamos
a tomar conciencia de nuestra
ingenuidad: en las islas no se
aclimatan ni los nativos porque el
calor es enorme.
El resto de la actividad eran paseos
que se ofrecen por montones y
donde destacan algunos como
el que hicimos a una de estas
islas donde nos aseguraron que
podríamos bucear en medio de una
variada fauna marina que incluía
desde caballitos de mar a tiburones.
Después descubrimos que
a cincuenta metros del hotel se
veían igual o más y gratis, pero no
importa por que el paseo tenía su
encanto. El barco casi zarpó sin
nosotros después que Hernán, quien
tenía que seguirnos al puerto,
persiguió un auto igual al nuestro
por un buen rato antes de darse
cuenta del error.
Navegamos en un estupendo barco
desde donde se divisaba Maui,
su volcán y los grandes hoteles,
dirigidos por un capitán portugués
que había estado en Valparaíso y
ahora comandaba una tripulación de
veinteañeros que nos atendían con
líquidos y sólidos al ritmo de los Bee
Gees. La isla de destino resultó ser
un pobre peñasco que había tenido
sus momentos de gloria antes de
que la U.S. Air Force con todo su
poderío resolviera usarla como
blanco para pruebas de combate.
Mientras terminaban las maniobras
de fondeo nos aperamos con
snorkels, gualetas y… derecho al
agua verde y cálida. Después de
todas esas bombas era casi
un milagro que hubiera peces, pero
había y, por cientos, de todos los
tipos y colores, un espectáculo
precioso. Parte de los nacionales,
entre los que no me cuento, declaró
haber visto tiburones. Un par de
horas más tarde, de nuevo todos a
bordo y a disfrutar de una parrilla
con pollo, hamburguesas y mucha
cerveza.
Los Monckeberg, además de usar la
enorme tabla que habían acarreado,
arrendaban otras y tomaban clases de
surf; nos tenían muy impresionados.
Cuando estábamos en franca
desventaja llegó mi hijo mayor a
poner las cosas en su lugar, no por
nada se pasó ocho meses surfeando
en Australia. Nuevamente estábamos
empatados.
El paseo más destacado resultó
el descenso del gran volcán. Ya en
Santiago saboreábamos por internet
la posibilidad de ser trasladados en
un camión hasta la cima del volcán
para descender pedaleando hasta
la playa en un recorrido de cuatro
horas de duración con las islas a
nuestros pies.
Allá llegó la delegación en pleno;
durante toda la subida nos dieron
precisas instrucciones respecto de
los peligros y cómo evitarlos. Como
se verá, eso fue una total pérdida de
tiempo.
Una vez arriba nos repartieron capas
de agua, bicicletas y, por suerte,
enormes cascos. Las fotos de rigor,
que serían las últimas sonriendo ese
día, y a pedalear cuesta abajo.
Preciosas vistas de las islas, sus
enormes y verdes plantaciones
de caña de azúcar y los distintos
poblados.
Habíamos recorrido no más de
cinco kms. cuando la Trini topó con
su bicicleta la de su hija Elisa
p ro v o c a n d o u n a ro d a d a d e
proporciones, se fueron al suelo
y hasta ahí no más llegaron. Los
americanos con su elevado espíritu
solidario detenían sus autos, se
bajaban a ayudar y detenían el
tráfico; más atrás venía la Pilar que
de puro susto con la escena también
se fue a tierra. El desparramo de
mujeres botadas y fierros en el
camino era enorme. No pasaron más
de 10 minutos y llegó la policía casi
junto con la ambulancia con todas
sus luces y la sirena sonando; los
Santiago Runners
Los días pasaban alegres, nos
levantábamos temprano y partíamos
a alguna de las más de 60 playas
que tiene la isla, muchas de ellas sin
más ocupantes que las palmeras;
almorzábamos en alguno de los bien
conservados pueblos o villas donde
viven los 140.000 isleños que reciben
a dos millones de turistas cada año.
Estos lugares mantienen su carácter
de poblados donde en la avenida
principal, muy bonita, se reúne el
comercio con pequeñas tiendas,
restoranes y galerías de arte,
mientras en las calles aledañas
se desarrolla la plácida vida
de los isleños con sus casas,
colegios, hospitales, etc.
9
bomberos fueron un poco más lentos
porque venían en un camión de
quince toneladas y de subida, pero
igual llegaron. Todo igual que en la
película 911, pero los protagonistas
éramos nosotros.
Santiago Runners
Turismo Aventura
Tomado el primer inventario, la
situación era la siguiente: 30% de la
delegación inutilizada, la Elisita con
heridas sangrantes en las piernas, la
Trinidad con poca sangre pero
mucho dolor y la Pilar machucada
como membrillo colegial.
10
En el Memorial Hospital hasta donde
las ambulancias trasladaron a las
víctimas, los exámenes y diagnósticos
dejaban a la Elisa sin poder bañarse
durante el resto del viaje, lo que
estando allá es como no comer, y
a la Trini inmóvil en cama con la
clavícula quebrada. Naturalmente
que los ánimos no estaban para
fiestas.
Así llegamos al día de la maratón
A las tres de la madrugada
estábamos con Hernán en el lobby
del hotel. Nuestras tenidas runners,
que siempre lucimos con tanto
orgullo, se veían ridículas de noche
entre los comensales de una fiesta
que se celebraba a esa hora; seguro
que éramos los únicos dos que
pasábamos la prueba del alcotest.
Nos metieron a un bus y nos llevaron
a un estadio en Kahului, la capital
de la isla, donde se juntaban los
1.780 corredores. Nos sorprendió la
cantidad de orientales y mujeres
participantes, más de la mitad. Un
largo discurso en japonés y una
espléndida versión de la canción
nacional de Estados Unidos,
indicaban que la largada era
inminente, faltaban pocos minutos
para las cinco de la mañana, estaba
oscuro y la temperatura era de 24
grados. Disfrutamos con esa magia
de las largadas que son mezcla de
alegría, ansiedad y pánico, pero
siempre tan distintas.
Nos abrazamos, nos deseamos
suerte y partimos corriendo detrás
de unas lindas japonesitas por las
desiertas calles de la ciudad hasta
llegar a la carretera que nos llevaría
a la meta en Kaanapali horas más
tarde. Impresionante la organización
que incluía generadores eléctricos
cada 300 mts. Todo iba bien hasta
el km. 14 cuando empezó a aclarar
y la temperatura subía, faltaba
todavía lo peor, que saliera el sol.
Tomábamos agua como camellos
deshidratados.
Hernán es un corredor experimentado
y hemos corrido juntos varios
maratones. Ya sé que es capaz de
mantener un ritmo sólido y que se
agranda con el paso de las horas de
manera que mi plan de carrera era
no más que tratar de mantenerme
cerca y dejarlo escapar al final como
lo venía haciendo los últimos cinco
años. La ventaja de esta estrategia
es que me aseguraba un tiempo muy
decente, mientras que la desventaja
era que una vez más Mujica iba a
llegar detrás de Monckeberg y
tendría que arreglármelas con las
bromas de Goycoolea.
A las 6. 50 A.M. salió el sol, la
temperatura era de 28 grados y al
frente teníamos los 6 kms. de cuestas
y túneles que incluye el trazado,
seguíamos adelante pero ya bastante
más lentos. Estábamos en problemas
y había que olvidarse de los
pronósticos y arreglarnos para llegar
como fuera. Me acordaba de los
consejos que nos dio Juan Antonio
Arrasate, quien –entre otras cosas-
nos sugirió ingerir mucho líquido.
Ahí lamenté haber interpretado que
mucho líquido era lo mismo que
mucha cerveza.
Por ahí por el km. 30, mis hijos,
Benjamín y la María del Pilar,
entrenados para informarme, me
dicen que Hernán viene 3 minutos
atrás y complicado. Los dolores eran
enormes pero pienso que si en esas
mismas islas cayó la Armada más
poderosa del mundo, era posible
que yo le pudiese ganar por
primera vez a mi profesor y gran
amigo.
Los últimos kilómetros fueron un
calvario, con 34 grados a todo sol y
para colmo confundo el agua con el
Gatorade y me pongo dos vasos
llenos del pegote jugo en la cabeza;
crucé la meta con un montón de
moscas y abejas revoloteándome.
Hernán llegaría unos minutos
después, mientras yo pensaba si al
ganarle no había cometido el error
de despertar al león dormido. Lo
voy a saber en nuestra próxima
aventura, posiblemente China 2005.
Fue un gran maratón, un viaje
inolvidable con los nuestros, donde
compartimos de todo; el dolor y las
alegrías de momentos felices pero
por sobre todo, y a pesar de nuestros
modestos tiempos, habíamos dejado
muy en alto la tricolor y el buen
nombre de los Runners. SRN
Hidratación para
maratonistas
Dr. Norman Mac Millan
Profesor de Nutrición
Universidad Católica de Valparaíso
[email protected]
• En el siguiente artículo se exponen las estrategias de hidratación previas y
durante un maratón, con el fin de no exponerse a una deshidratación que
podría comprometer el rendimiento deportivo.
T
ermorregulación durante
el ejercicio
Durante el ejercicio el trabajo de
contracción muscular genera calor.
De hecho y, a pesar de lo eficiente
de la “máquina” humana, sólo un
bajo porcentaje del gasto energético
de la actividad física corresponde al
rendimiento mecánico del músculo
y cerca del 75% de la energía total
se disipa como calor.
Para mantener la temperatura
corporal dentro de rangos
fisiológicos, el cuerpo utiliza
entonces diversos mecanismos de
termorregulación. El más eficiente
de éstos es la sudoración y, más
específicamente, la evaporación del
sudor (1 litro de sudor, transfiere un
poco más de 500 kilocalorías al
evaporarse). Cada deportista debería
estimar sus pérdidas de líquido por
transpiración, pesándose antes y
después de entrenar. En general,
éstas varían entre 500 ml y 1.000 ml
por cada hora de ejercicio.
Santiago Runners
Deshidratación y rendimiento
deportivo
12
Las pérdidas de líquido corporal
producidas durante el ejercicio
deben ser compensadas, ya que la
deshidratación puede comprometer
el rendimiento deportivo. Este
deterioro se produce por tres
mecanismos: reducción de volemia
(líquido circulante), menor volumen
de eyección cardíaco (el corazón
envía menos sangre con cada
latido) y aumento de la temperatura
corporal.
En la práctica, la mayoría de los
estudios realizados durante esfuerzos
aeróbicos de larga duración, ha
demostrado que la deshidratación
puede afectar en forma importante
el rendimiento: reducción de 10
a 40%, incluso con pérdidas
relativamente bajas equivalentes a
un 2% del peso corporal. En este
nivel de deshidratación, la SED está
generalmente ausente, por lo que no
es un buen signo de alerta para el
deportista. La recomendación es
entonces consumir líquido durante
la actividad física, ANTES que
aparezca la SED
Tipo de líquido
El principal objetivo del aporte de
líquido durante el ejercicio es
reponer el agua que se pierde por
transpiración. Una recomendación
general es consumir 500 ml a 700 ml
de agua por cada hora de ejercicio,
ajustando esta cantidad según el
cálculo de pérdida de peso ya
mencionado.
Un segundo objetivo puede ser el
aportar energía, especialmente en
el caso de ejercicios de intensidad
moderada y larga duración, donde
se ha demostrado una mejoría del
rendimiento deportivo al ingerir
carbohidratos durante el esfuerzo.
El carbohidrato almacenado en los
músculos alcanza para unas dos horas
de ejercicio a intensidad aeróbica y
su agotamiento puede originar el
fenómeno conocido como “chocar
contra la muralla”. Esto significa que
durante un maratón (suponiendo un
tiempo superior a las 2 horas y
media), es fundamental mantener un
aporte suplementario de energía en
forma de carbohidratos de absorción
rápida, que complementen la
utilización de glucógeno muscular y
mantengan niveles más estables de
glicemia, retardando la aparición de
la fatiga.
Aceptando los beneficios sobre
el rendimiento de la adición de
carbohidratos en el líquido para
ingerir durante un ejercicio
prolongado, es necesario tomar en
cuenta que una concentración
demasiado elevada de este
componente puede retrasar la
llegada del líquido a la circulación
e, incluso, perjudicar al deportista.
Antes de ser absorbido en el
intestino, el líquido ingerido debe
primero salir del estómago a una
velocidad que se reduce cuando la
concentración de carbohidrato
sobrepasa 8% (80 gramos/litro).
Consejo Profesional
Existe además un límite de oxidación
(utilización como energía muscular)
de un carbohidrato ingerido durante
el ejercicio que se aproxima a 60
gramos/hora, por lo que en la
actualidad, se recomienda que el
aporte de carbohidrato durante
ejercicios de más de 1 hora de
duración, debería estar entre 30 y
60 gramos/hora, lo que se logra
consumiendo entre 500 y 1.000 ml
de una bebida deportiva o isotónica
por cada hora de ejercicio (este
tipo de preparados contiene
normalmente 60 a 80 gramos de
carbohidratos por litro de solución).
La opción es ingerir la cantidad
recomendada de agua sola y
adicionar el carbohidrato como un
alimento de fácil digestión (fruta) o
algún suplemento (barra o gel).
Tomando en cuenta que el sudor
es hipotónico (2 a 4 gramos de
sodio/litro en relación a la sangre
que tiene 9 gramos/litro), en general
no es necesario consumir sodio (sal)
durante ejercicios de menos de dos
horas de duración. El sodio que
también contienen los líquidos
isotónicos, tiene más bien como
objetivo principal el mejorar su
absorción intestinal y habitualmente
la concentración de este mineral no
sobrepasa 0,5 gramos por cada litro
de solución.
Estrategia de hidratación previa y
durante un maratón
El cuerpo humano no es capaz de
“almacenar” agua, y sobre hidratarse
previo a un maratón puede estimular
una mayor producción de orina
por el riñón, con las molestias y
eventuales desventajas de esta
situación. El ideal es consumir agua
en forma abundante hasta dos horas
previo al esfuerzo y luego detener
la hidratación. Unos 15 minutos
previos al inicio de la carrera, ingerir
agua o líquido isotónico en
un máximo volumen tolerable
(habitualmente 200 a 400 ml). En
este lapso no se alcanza a estimular
la producción de orina y se aprovecha
el efecto de la distensión del
estómago, que al ir “rellenándose”,
mantendrá una mayor velocidad de
vaciamiento durante la carrera. Para
esto, y de acuerdo a los ritmos
previstos, deberá ingerirse 250 ml
de líquido isotónico (o agua + la
opción de carbohidrato por separado)
en cada puesto de abastecimiento
(considerando pasar dos puestos
por cada hora), para totalizar la
recomendación de 500 ml/hora.
Resumen
• La actividad física genera calor y la
mejor forma de disiparlo es por la
evaporación del sudor.
• La pérdida de líquido que genera
la sudoración durante el ejercicio,
aún en niveles bajos (<2% del peso
corporal), debe ser compensada
pues reduce el rendimiento
deportivo.
• La reposición de líquido debe
realizarse con agua o agua +
carbohidrato, existiendo ventajas
en el rendimiento deportivo al
consumir este último preparado,
durante ejercicios de más de una
hora de duración.
• Como la distensión gástrica favorece
su vaciamiento, se debe iniciar el
ejercicio con un volumen tolerable
de líquido en el estómago y buscar
mantener esta distensión,
consumiendo dosis periódicas
durante el esfuerzo.
• La dosis recomendada de agua
durante el ejercicio varía con el
clima y nivel de transpiración de
cada persona, pero en general se
considera un mínimo de 500
ml/hora.
• L a d o s i s re c o m e n d a d a d e
carbohidratos durante el ejercicio
es de 30 a 60 gramos/hora. Si se
elige la forma de un líquido
isotónico, ésta se logra con 500
ml/hora (250 ml en cada puesto de
abastecimiento).
Referencias
1. Convertino V, Armstrong L, Coyle
E. American College of Sports
Medicine position stand: exercise
and fluid replacement. Med Sci
Sports Exerc. 1996;28:i-vii.
2. Coyle E. Fluid and fuel intake
during exercise. Journal of Sports
Science. 2004;2(1):39-55.
3. Jeukendrup A. Carbohydrate
intake during exercise and
performance. Nutrition. 2004;
20(7-8):669-77.
Santiago Runners
Sociales
Maratón de Chicago
14
Maratón de Atenas
Maratón de Amsterdam
Santiago Runners
15
Sociales
Subida al Cerro
Fiesta Fin de Año
10 K Nike
Matías Brain:
“Mi sueño
profesional se está haciendo realidad”
Por Andrea Ulloa
• Conversar con Matías Brain es definitivamente una experiencia
agradable. Su pasión por el deporte se refleja a simple vista y
en las ganas que tiene de transmitir lo que está haciendo en
estos minutos de su vida, consolidando su propio club de atletas
al que llama “Brain Team”.
E
l ex triatleta campeón
nacional, Matías Brain (30 años),
describe el actual momento de su
vida como “mi sueño profesional
hecho realidad”. Su club,
denominado “Brain Team” acaba de
cumplir un año de existencia, cuenta
con 40 socios, hombres y mujeres,
entre los 11 y los 65 años, todos
unidos por el mismo espíritu: unidad,
compañerismo e identidad con los
principios del club.
Santiago Runners
“Somos un grupo humano fuerte.
Le damos mucho énfasis a lo
social y a los trabajos en equipo.
Tenemos uniforme, programas de
entrenamiento, un sitio web,
organizamos competencias, en fin,
hemos realizado muchas cosas en
tan poco tiempo”, explica el ex atleta,
que tiene a su haber el segundo lugar
en el triatlón de Pucón de 1999.
16
Cuando comenzó a entrenar a los 14
años, nunca pensó que su carrera
derivaría en la preparación para el
En el año 2000 fue
clasificado para los Juegos
Olímpicos de Sydney.
deporte que a él lo cautivó. Mientras
estaba en el colegio, practicaba
todos los deportes, ninguno en
especial. Recuerda que fue el papá
de un compañero quien lo incentivó
a participar de un deporte nuevo
que estaba surgiendo en Chile: el
Triatlón. Así, en 1989, ingresó a la
escuela de la Universidad Católica y
no paró de ejercitar hasta el verano
de 2003 cuando decidió retirase de
las competencias por falta de
financiamiento. “Es difícil conseguir
el apoyo monetario necesario para
quienes practicamos deportes que
no son ni fútbol ni tenis. El triatlón
no es un deporte barato, necesitas
equiparte y viajar a las competencias”,
manifiesta.
A pesar de las dificultades, se ubicó
segundo en el triatlón de Pucón en
1999, fue campeón nacional por siete
años y fue clasificado para los Juegos
Olímpicos de Sydney (2000), donde
obtuvo el lugar 41.
Matías junto a su señora y sus hijos Matías Jr. y
María Trinidad.
17
Con los corredores, explica, el
objetivo es prepararlos para
participar en maratón, 1/2 maratón,
10 K, entre otras pruebas. Los
entrenamientos son los miércoles en
el estadio Las Condes (CORFO) a
las 19:30 hrs. “Además, hemos
incorporado salidas de trotes largos
los días lunes”.
En natación, el “Brain Team”, se
concentra en la enseñanza y
perfeccionamiento de los estilos,
además de mejorar el rendimiento
de los nadadores de triatlones y de
los interesados amateur en los
torneos master de natación. Los
Hoy cursa 5° año de
Educación Física.
Santiago Runners
Hoy sus esfuerzos están puestos en
sacar adelante el “Brain Team” que
está compuesto por tres grupos:
triatletas (28), nadadores (8) y
corredores (2). En triatlón se prepara
principalmente para la prueba más
importante que se realiza en Chile,
el Half Ironman de Pucón (1.900 mts.
de natación, 90 kms. de ciclismo y
21 kms. de trote). El entrenamiento
de natación se efectúa todos los días;
el ciclismo, los sábados, en rutas
programadas, y el trote, los miércoles
en la tarde.
entrenamientos se realizan en la
piscina del Estadio Israelita, de lunes
a viernes. Las sesiones van desde 2
a 5 por semana, dependiendo del
tiempo disponible de cada persona
y los objetivos propuestos. Una vez
al mes se efectúa una clase en la
Hacienda Santa Martina.
Esposo, Padre y Estudiante
Al preguntarle por qué los runners
deberían interesarse por practicar
natación y ciclismo, Brain responde
que “ambos deportes sirven para
complementar el trote o cuando
existen lesiones. Sin embargo, a mi
me gustaría desafiarlos a participar
del Triatlón de Pucón que se realiza
todos los años la última semana de
enero. Es una carrera con prestigio
internacional, muy dura en exigencia
física pero en un entorno precioso y
acogedor. La competencia es muy
interesante; para los runners sería un
bonito desafío. Tienen la mitad del
camino hecho, una base aeróbica
increíble, sólo tienen que atreverse
a pedalear y, sobre todo, a practicar
natación que es lo que generalmente
más les cuesta. Es una prueba en la
cual el primero demora 4 horas y el
último llega en más de 7 horas”.
El ex triatleta actualmente está
cursando el quinto año de Educación
Física en la Universidad Andrés Bello.
Matías es padre de dos niños, Matías
“Junior” (3 años) y María Trinidad (8
meses). Su esposa es educadora
diferencial y la define como
“completamente alejada del mundo
deportivo”
Al preguntarle cómo se definiría
agrega: “Soy emprendedor, una
persona que sabe aprovechar las
oportunidades. Independiente si
gano o pierdo en una competencia,
tengo la capacidad de dar siempre
vuelta la página”.
Con respecto a su sueño como atleta
manifiesta que el sueño de cualquier
deportista es tener un club, “meta
que la tengo casi cumplida, sólo falta
desarrollarlo un poco más, incorporar
nuevos socios, pero eso sí, siempre
manteniendo el espíritu del club:
unidad, compañerismo y que todos
se sientan identificados con el espíritu
de BRAIN TEAM”.SRN
www.brainteam.cl
Tergat,
Gebrselassie
y yo
Por Francisco López
• Este artículo relata la curiosa historia de un corredor que sin
siquiera proponérselo, le ganó a los atletas de elite un maratón
de Santiago.
E
n la cabina de primera
clase del avión, Paul iba ocupando
sólo la mitad del ancho asiento de
cuero que lo cobijaba. Su cuerpo
huesudo no hallaba el mismo confort
que el resto de los robustos cinco
pasajeros que lo acompañaban en
First Class, y sus 28 pulsaciones por
minuto lo acercaban más a un estado
vegetativo que a una persona con
miedo a volar.
Santiago Runners
Haile, por otro lado, desplegaba su
enorme sonrisa de niño al lado de
un americano rosado y enorme que,
con seis whiskies en el cuerpo, trataba
de explicarle en un inglés traposo
algo relacionado a la guerra de Irak.
Viendo el contraste entre tamaño y
colores de ambos pasajeros, daba la
impresión de padre e hijo adoptado
en proceso de adaptación mutua.
18
ejecutivos de la cabina se
preguntaban quién diablos eran
estos negritos flacuchentos y qué
tipo de negocio tendrían en Chile.
Una cosa tenían clara, no obstante:
a la cumbre del APEC no iban. Y los
buzos deportivos que llevaban les
hacían pensar que tampoco eran
banqueros. Quizás, pensaba el más
tecnológico de esa cabina, era
verdad aquel e-mail que le había
llegado varias veces, el cual
comentaba acerca de un príncipe
africano que tenía varios millones de
dólares y quería invertir en Chile.
Sólo por precaución, inmediatamente
comenzó a buscar su notebook con
la esperanza vana de tener aún el
correo.
El vuelo desde sus países de origen
extremadamente largo, y después
de cientos de carreras ganadas en
sus años de gloria, hacen que ambos
colosos del atletismo se merezcan
ampliamente el derecho de
ir cómodos a sus competencias.
Además, el hecho que sus
respectivos managers lo incluyeran
como primera cláusula en sus
contratos de participación en eventos
también solía ayudar.
Cada media hora, y como indicó el
Dr. Gabriel Rosa en su planificación
de hora a hora, Paul Tergat pasea su
metro ochenta y cuatro por la cabina,
estirando sus largas piernas de
zancudo. Da tres pasos largos
que cubren toda la cabina, se
devuelve y completa este ciclo 30
veces. La azafata pasa y le sonríe
automáticamente, preguntándose
qué tipo de obsesión padecerá el
atleta, y reflexionando sobre lo bien
que le vendría ganar un poquito de
peso a este moreno. Unos 30 kilitos,
por ejemplo.
Mientras, y a períodos regulares,
los hombres de negocio y altos
Es primera vez que llegan a Chile
tales astros del deporte, lo que ha
sido un milagro gestado por la
Federación de Atletismo y por las
empresas privadas, merced a la
nueva ley de donaciones y de
fomento al deporte recién estrenada
después de sólo seis años de trámite
legislativo.
Y las apuestas son altas: Por primera
vez se intentará, con posibilidades
reales, romper una mejor
marca mundial o, por lo menos,
panamericana en el maratón de
Santiago.
Tergat ya está en pleno tapering,
después de haber completado su
ciclo de preparación de 18 semanas,
en donde llegó a un peak de 280
kilómetros a la semana, lo que para
él representa un poco más de horas
diarias. En una semana, el keniata
recorría más kilómetros que la mayoría
de los automovilistas de Santiago. Y
probablemente más rápido.
Haile, ya retirado del fondismo en
pista, se ha decidido a atacar las 2.05
en ésta, su segunda carrera, lo cual
se prevé como un enorme desafío
para el recordman mundial en
ejercicio. Paul ha perdido en dos
juegos olímpicos frente a su amigo,
pero esta vez no está dispuesto a
ceder.
Por Chile, competirá lo más granado
del atletismo criollo, que por un par
Los dos periodistas le preguntan a
Paul y Haile -en un inglés primariosi “les gusta Chile, qué opinan de
Marcelo Salas, el retiro del Chino
Ríos, si conocen a Erika Olivera, y
qué esperan lograr”. Al día siguiente
en la página 9 del suplemento de
Deportes del Mercurio, detrás del
partido de primera B, saldrá una
pequeña nota sobre el arribo de
estos deportistas a Santiago.
Otro ánimo reina en la FEDACHI, en
donde hay efervescencia y ha
concurrido lo más selecto de la
dirigencia del deporte nacional. Allí,
los 83 dirigentes presentes se
palmotean la espalda por este gran
triunfo, se dan abrazos y planifican
a viva voz el próximo deportista de
clase mundial a traer.
¡Sergei Bubka! Grita uno; ¡no mejor
Carl Lewis!, dice otro; ¡Akebono la
lleva!, clama desde una punta
del salón un dirigente recién
elegido, provocando las caras de
estupefacción de los presentes, que
todavía no están familiarizados con
la rama de sumo y sus figuras.
En tanto, los cuatro atletas chilenos
invitados son los únicos en acercarse
a saludar a los africanos cuando
llegan a la sede. Simultáneamente
Con un concepto rupturista e
innovador, “CP S&S” le hace una
fiera competencia al Balthus,
pero ayudando a los socios a
ganar peso y pasarlo bien. No
existen allí Gatorade ni
Powerbar. En su lugar, pasteles
de choclo y jugosas empanadas
constituyen los snacks básicos
de cada miembro.
Las repeticiones, a diferencia de
los ejercicios repetitivos, cortos
y de alta intensidad, aquí se
entienden como servirle al
comensal de turno un segundo
plato idéntico al recientemente
manducado.
Comienza la ceremonia y toma la
palabra el presidente de la
Federación, quien destaca lo
importante que es para ellos haber
traído a estas figuras del atletismo
mundial a Santiago. Los otros 16
dirigentes que suben después,
incluido el de aeromodelismo,
básicamente repiten lo mismo,
agregando el rol fundamental de su
Federación en este logro.
En un rinconcito, los representantes
de los Runners que consiguieron
asistir al evento -invitados por un
runner que misteriosamente
consiguió entradas para el evento y
las distribuyó según criterios
insondables– miran con cierta
pena el espectáculo. Uno de ellos,
en un inglés más que aceptable
le pregunta: Mr. Tergat and Mr.
Gebrselassie: ¿Wil you be attempting
to break the record in Santiago?
La sala se queda en silencio mientras
los africanos elaboran una larga
respuesta con sabor a reggae y que
nadie entiende, pero que, al parecer,
dice que “no porque el circuito es
muy difícil, pero que darán lo mejor
de sí mismos”.
Yo que he salido de paseo con mi
amigo V.C. alcanzo a comer un
canapé medio aplastado que está
en el suelo, pero que es lo único que
queda después de 90 segundos de
arribar las bandejas.
¡A dormir, que mañana hay carrera!
Me acurruco en la alfombra y a
saltitos logro conciliar el sueño.
Santiago Runners
(*) R.S ha dejado la organización
de eventos deportivos y ha
abierto un restaurante de comida
nepalesa, dándose cuenta, con
mucha satisfacción, que es
mucho más fácil ganarse la vida
agregándole kilos a las personas
que convencerlos de que los
bajen participando en carreras.
Su nuevo negocio le ha
mejorado el carácter, anda
siempre rodeado de animales y
pájaros, como un San Francisco
de Asís contemporáneo y,
adicionalmente, ha seguido la
franquicia de la cadena
americana de gimnasios “CP
S&S“, algo así como Couch
Potatoes Sport&Spa.
y yo
En el aeropuerto sólo dos periodistas
están esperando a los astros del
fondismo, lo que contrasta con los
267 profesionales de la prensa y 54
noteros que esperaban a Maradona
la semana pasada, cuando vino al
programa del día lunes a contar su
última crisis cardíaca y cómo ahora
sí se estaba rehabilitando en Cuba
“por sus hijas, por el fúbol y por la
Argentina, viste”
al primer flash de cámara, y sin saber
de dónde, el inefable R.S. (*) se
aproxima a saludar a los deportistas.
Tergat,
Gebrselassie
de horas tendrá el privilegio de
compartir el asfalto de la capital con
estos monstruos del deporte. Erwin
Valdebenito, gran ultra atleta, estará
presente. Allí estará también Jonathan
Monje; Eduardo Carrasco; Mauricio
Díaz, que se ha venido desde España
en donde ha tenido una brillante
carrera; Clara Morales y Erika Olivera
(quien estrenará un color verde
fosforescente en el pelo para la
ocasión, y tratará de bajar las
3:15) y un nutrido contingente de
miembros del Santiago Runners, que
aspiran a sacarse una foto con tan
destacadas visitas.
19
Domingo 8 A.M., Elipse del Parque
O’Higgins
Se inicia la carrera. Tergat y Haile
salen en punta a ritmo de 2,55 el
mil. Dos valientes chilenos se pegan
a ellos, pero mientras los africanos
van conversando entre ellos, los
dos chilenos, de pelo duro, y con
uniformes de las fuerzas armadas,
parecen a punto de tener mellizos,
en un parto natural, colocando caras
de dolor, resoplando, y con la
cabeza agachada. Yo, que salí con
ellos, los dejo y me voy tras los
africanos.
Me pego a sus espaldas, al mismo
ritmo. Estoy sin camiseta ni número,
pero es que aún no he encontrado
una que me guste. Tergat me nota
y en un principio acelera el ritmo
como si yo lo fuera a morder. Haile
ni se inmuta, ya que ha visto muchas
cosas en sus casi 20 años de carrera.
Seguimos como siameses durante
los primeros 30 kilómetros, y ya la
noticia se ha esparcido sobre la
insólita situación de tener a los dos
seguros ganadores con esta
inesperada –y para algunos
indeseada– compañía de tan poco
pedigrí. “Sólo en Chile puede pasar
esto...”, sentencia un comentarista
de televisión, mientras mueve
lentamente, de lado a lado la
cabeza en un gesto estudiado por
horas frente al espejo de su
camarín.
Santiago Runners
En el kilómetro 35 los africanos
apenas si aminoran la marcha para
coger un vaso de agua. Yo, que voy
con la lengua colgando, también
tengo mucha sed, pero no puedo
tomar en vaso plástico, y si me
detengo, me van a descolgar, de
modo que sigo detrás de ellos,
aprovechando que ya me han
ignorado.
20
Tomo agua en un charco que se
forma al pie de un grifo de avenida
Maratón, en medio de una barriada
gris y desolada. Los africanos
parecen haberse resignado a este
espécimen chileno pisándoles los
talones, pero en el fondo presiento
que me consideran de otra
categoría, como de otra especie. Y
algo de razón tienen. Por lo menos
así lo siento yo, y tengo un instinto
animal para detectar estas cosas.
Los últimos metros de gloria
Un par de borrachitos le gritan
algunas groserías a los atletas, y a
mí me lanzan un piedrazo, pero el
vino les ha descalibrado la puntería
y no me pegan. Paul y Haile les llevan
más de 15 minutos de ventaja a los
fondistas chilenos de elite, y van
saludando a la gente con un leve
giro de las manos.
Paul se desliza con su correr
majestuoso, de tal modo que parece
flotar en el concreto capitalino. Da
la impresión de ir manejando un
poderoso convertible y apenas un
par de gotitas de sudor adornan su
frente.
Haile va a la par con su paso redondo
en donde sus piernas parecen salir
desde el estómago hacia el frente y
comerse el pavimento mientras la
otra pierna, cual garrocha, prepara
el siguiente salto, como si fuera
haciendo patitos en el asfalto.
Mientras tanto, yo sigo detrás,
pegadito a mis socios. Un hilo de
saliva empieza a correr por mi cuello,
y me doy cuenta que voy a tope,
pero determino seguir aperrando. Y
así será.
Un móvil de CQC y otro de Canal
13 nos enfocan e, incidentalmente,
al ver la situación, nos dejan en
cámara y en vivo para todo el país.
Parece que soy un factor de sorpresa,
pero veo caras de disgusto entre los
organizadores a bordo, ya que no
tienen planificada esta salida de
libreto.
Entramos en la elipse del Parque
O’Higgins, y los dos atletas van
cabeza con cabeza, han acelerado
el ritmo y van en un sprint a 2,45. A
100 metros se ve la meta. Un equipo
de sonido con música estruendosa
anima la llegada.
Por una vez siento como inflamado
el pecho y decido que es mi día, que
voy a probar suerte, estoy contento,
y le doy con todo.
Me adelanto a los africanos y en los
últimos 10 metros, como si tuviera
cuatro extremidades, en un esfuerzo
agónico, estiro mi cuello y cruzo
primero la meta, alzando la punta
de mi hocico, que se adelanta por
milímetros a la frente de Haile, que
en un postrer esfuerzo, se zambulle
hacia delante.
Gané... les gané. ¡Yo gané!
Los atletas lucen cansados, pero se
recuperan casi de inmediato,
parloteando entre ellos un dialecto
incomprensible.
Yo siento que he representado
bien a mi patria, me duele todo,
especialmente las patas, pero Chile
lo merece. Me paseo orondo por la
meta mientras algunos niños
intentan acercarse para hacerme
cariño, ante el horror de sus madres,
que los tironean y reprenden ante
la idea.
Sin darme cuenta, y sin ver desde
donde, recibo una fuerte patada en
las costillas, que me levanta y
deposita a medio metro de mi lugar.
Suelto un aullido de dolor, me
repliego y salgo corriendo, ante los
insultos del agresor.
Veo que viene mi amigo Víctor,
Víctor C. mi querido amo. Me pone
la cadena y me va aleccionando, en
un inglés cortante, que eso no se
hace, pero no puede disimular su
orgullo.
Total, no todos los días se obtienen
estos triunfos para el país.
Aunque sean brindados por un
perro. SRN
“Me adelanto a los africanos y en los
últimos 10 metros, como si tuviera cuatro
extremidades, en un esfuerzo agónico,
estiro mi cuello y cruzo primero la meta,
alzando la punta de mi hocico, que se
adelanta por milímetros a la frente de
Haile, que en un postrer esfuerzo, se
zambulle hacia delante”.
AVISO
MONTGRASS
Mujeres en la
Pista
• Si ya el trote me ha hecho sufrir mucho en la vida, porque nunca
he disfrutado trotando, sino todo lo contrario, en honor a la
verdad tengo que decir que las mujeres no han hecho nada para
aliviar ese sufrimiento, sino que, al contrario, lo han ahondado.
La Columna de Hermógenes
Por Hermógenes Pérez de Arce
L
as mujeres me han hecho
sufrir mucho trotando. Ya estoy
resignado a que casi todos los
hombres, con la salvedad del Mota
Menéndez y Danilo Sánchez, me
ganen. Incluso que algunos me vejen,
como el chico Barros, que cierta vez,
cuando participábamos en una de
esas carreras de beneficio, se había
quedado compasivamente atrás para
acompañarme, pero cuando divisó
en lontananza a un grupo de
espectadores, me dijo que se iba a
tener que adelantar, porque él tenía
cierto cartel (una vez ganó un maratón
de la Hispanidad) y le daba vergüenza
que lo vieran correr al mismo ritmo
mío.
Pero los sufrimientos mayores se
los debo a ellas. No voy a dar
nombres, pero una trotadora joven
y buenamoza me dijo una vez en la
partida de uno de esos 10 K que se
corrían en Trapenses, que le habría
gustado correr junto conmigo, pero
estaba lesionada y se iba a tener que
quedar atrás. Cuando se dio la partida
me dejó atrás a los 100 metros y llegó
un cuarto de hora antes que yo. No
se lo he perdonado nunca.
Otra vez íbamos con el mismo chico
Barros subiendo hacia la Virgen
y, como no había nadie que nos
viera, él iba a mi ritmo. Entonces
nos cruzamos con una trotadora
estupenda que venía de vuelta y
Barros, que tiene mucho oficio,
le preguntó por qué no nos
acompañaba a subir un poco. Ella
dijo que feliz, porque se había vuelto
sólo por miedo a ser asaltada y le
encantaría llegar a la Virgen. Entonces
ellos dos se olvidaron de mi ritmo y
empezaron a adelantarse. Yo, por
orgullo traté de mantenerme a la par
y al final llegué relativamente cerca,
pero agónico. Estuve tan próximo
a un desenlace fatal que al día
siguiente, en un almuerzo, un amigo
al verme me preguntó, juzgando por
mi aspecto, si había pasado toda la
noche de juerga. Bueno, pero a esa
misma trotadora que me hizo sufrir
yo le recomendé incorporarse al
Runners, donde es hoy una de las
más destacadas. Y siempre me
agradece la sugerencia. El sufrimiento
valió la pena.
Hay una morena estilizada que trota
diariamente en el verano entre
Algarrobo y Mirasol con un ritmo
endemoniado. Con ella, por suerte,
siempre nos cruzamos, porque si
fuéramos en el mismo sentido yo,
por mantener el honor en alto, podría
quedar en estado de ni siquiera
alcanzar a llegar a la UTI.
Ni la trotadora más longeva de la
plaza se apiadó de mí. Una vez me
alcanzó en el cerro, conversamos
un par de minutos y luego se
despidió, diciéndome que no estaba
acostumbrada a correr tan despacio,
a pesar de que yo estaba tratando
de mantenerme a la par de ella y
completamente excedido de mi
ritmo. Fue muy duro para mí.
En París una rubia me hizo algo aún
más terrible. Yo iba agónico, faltando
unos 200 metros para la meta
y jugándome entero por bajar de
las cinco horas, cuando ella me
alcanzó y, en lugar de pasarme, se
me puso sugerentemente al lado.
Era angelical, no se le veía una gota
de transpiración y ni siquiera llevaba
la respiración agitada. Iba con un
buzo flamante que decía algo de
California. Me sonrió y yo le devolví
lo que debe haber sido una mueca,
pues ya no tenía energía ni para
levantar la comisura de los labios,
pero ella siguió generosamente a mi
ritmo. Eso me hizo concebir la idea
peregrina de que ella podría querer
cruzar la meta junto conmigo y llegar
a conocerme mejor, o algo así, pero
justo cuando faltaban 50 metros inició
un pique fantástico y me abandonó
para siempre.
Son heridas que van quedando. Si ya
el trote me ha hecho sufrir mucho en
la vida, porque nunca he disfrutado
trotando, sino todo lo contrario, en
honor a la verdad tengo que decir
que las mujeres no han hecho nada
para aliviar ese sufrimiento, sino que,
al contrario, lo han ahondado. No
obstante lo cual les extiendo un
perdón sin reservas, generoso y de
todo corazón. SRN
“El Grupo”
S
e les puede ver apiñados desembarcando de uno o dos
autos todos los martes y jueves a la 1.10 P.M. en punto, por la subida
de la Pirámide del cerro San Cristóbal. Llueva, truene o caigan los
patos asados, allí los verán, infalibles a su cometido. Este grupo de
compañeros de trabajo -el que ahora ya se ha transformado simplemente
en un grupo de amigos-, comparte la misma afición o, más bien,
obsesión por correr y adicción a las endorfinas que esto les genera.
Ellos dicen que en el ascenso van quedando ansiedades, estrés, rabias
y penurias varias, propias de la jornada laboral o simplemente de la
vida misma. Pero ya de regreso se les puede ver sonrientes, sosegados,
sin estrés y casi en paz. Ellos dicen que correr no soluciona los
problemas, pero sí ayuda a mejorar el ánimo y enfrentarlos de otra
manera.
Dicen también que se sienten tremendamente afortunados y
agradecidos de poder disfrutar del cerro en soledad, en silencio, pleno
de aromas y de colores, cualquiera sea la época del año. Cada estación
del año, tiene su encanto para estos corredores.
• Todos los martes y jueves a la
hora de almuerzo, un grupo de
13 personas de distintas
nacionalidades emprende el
ascenso al cerro San Cristóbal
por la subida de la Pirámide.
Todos comparten la misma
afición, o tal vez, la misma
adicción: correr. Se trata de un
grupo de compañeros de
trabajo que transmiten y
contagian buena onda y alegría.
Por Mariela Garabadian
El Grupo aún no ha sido bautizado, pero para efectos de este artículo
seguiremos refiriéndonos a él, simplemente como “el Grupo”. Dentro
del Grupo hay una ex Santiago Runners, y dos activas. Una de ellas,
miembro y activa participante de todos los carretes del Santiago
Runners es “afuerina” a este Grupo. Sin embargo, fue acogida con los
brazos abiertos; así, sin condiciones. La otra miembro del Santiago
Runners es más conocida por algunos como “la corredora autista”, ya
que quienes la conocen, dicen que como más disfruta corriendo es
justamente así, solita. La verán subiendo sola a la Virgen todos los
sábados para bajar siempre muy bien acompañada.
El Grupo está compuesto por alrededor de 13 personas provenientes
de Chile, Venezuela, Suecia, Alemania, México, Argentina, Italia,
Ecuador, Colombia y Bolivia, pero se habla en chileno puro. La jerarquía
que existe en el trabajo deportivo, desaparece al momento de exhibir
piernas (peludas las que deberían ser peladas y lampiñas las que no
deberían serlo), tenidas top de algunos(as) y muy improvisadas las de
muchos y, sobre todo, al dejar en evidencia la arquitectura física real,
no aquella que se esconde bajo los ternos y las tenidas de trabajo
glamorosas. Al final, el cansancio, la sudoración y la sensación de
misión cumplida, ataca a todos por igual.
Sólo se les ve juntos al inicio y al final de cada aventura ya que a las
1.55 P.M., deben estar todos de vuelta en el punto de partida para
emprender raudos y nuevamente apiñados, el regreso. Ahí comienza
la segunda carrera: subirse a los autos, llegar a la oficina (que está muy
cerca), correr a los camarines, desvestirse, ducharse, vestirse, pintarse
y secarse el pelo las mujeres, correr a la cafetería a almorzar lo que se
pueda, y estar en sus respectivos puestos de trabajo a más tardar a
las 2.45 P.M. como si nada hubiese pasado. Es toda una hazaña la que
hace este Grupo, que sin duda, es digna de ser destacada y por qué
no, también imitada.
Si bien muchos los tildan de fanáticos, casi todos alaban su tesón,
constancia y disciplina. ¿El resultado de este esfuerzo? Un grupo de
compañeros de trabajo que transmiten y contagian buena onda y
alegría. SRN
Santiago Runners
Develando la
identidad de
23
AVISO FAVORITA
Santiago Runners
Esencia
de
25
Depor tista
Por Rodrigo Ugalde P.
G
eneralmente escribimos
artículos en nuestra revista para
compartir con los otros runners
nuestras experiencias en maratones
y otras carreras de fondo.
•
Esta es la historia,
desconocida por muchos, de
un atleta -miembro del
Santiago Runnersque refleja profundamente
el espíritu de un verdadero
deportista.
En esta oportunidad mi objetivo es
otro, no porque no tenga nada que
contar de mis experiencias en
maratones, triatlones y duatlones,
sino porque quiero dejar en el papel
una situación que, protagonizada
por uno de los nuestros, merece ser
conocida y recordada. Ella refleja
-creo yo- lo que es en esencia un
verdadero deportista. La historia
pertenece a un atleta que tengo el
placer de conocer desde los lejanos
años ‘60, cuando muy chico lo veía
llegar a tomar once a la casa de calle
Catedral donde yo vivía en esos años.
Llegaba allí, luego de entrenar en la
Quinta Normal, junto con mi tío
Héctor y otros atletas del mítico
Stade Français de la época.
También lo hago por cuanto es muy
probable que muchos de los actuales
miembros del club – especialmente
los sub 40- desconozcan los enormes
logros deportivos de quien es el
protagonista de la historia de
solidaridad deportiva que motiva
este artículo. Tales logros aumentan
la importancia de su noble
gesto. Algunos ejemplos de sus
impresionantes éxitos deportivos son
los siguientes:
• Campeón chileno y sudamericano
en 400 metros vallas, tanto juvenil
como adulto.
• Record de Chile (durante más de
una década) en los 400 metros
vallas.
• Record de Chile en la posta 4 por
100 y 4 por 400.
• Finalista en los 400 metros vallas
en los Juegos Panamericanos de
Winnipeg en 1967 (6º lugar en la
final).
Con tales credenciales deportivas
nuestro amigo runner fue seleccionado
para representar a Chile en los
Juegos Olímpicos de México de
1968, junto con otros destacados
atletas chilenos, entre los que
recuerdo al gran Jorge Grosser
(elegante atleta porteño con marcas
de 1.49 en los 800 y 3.41 en los
debido al descomunal esfuerzo de
correr esta exigente prueba en la
altura de Ciudad de México.
1.500, en pista de ceniza) e Iván
Moreno (el famoso “mono moreno“,
con 10.2 en los 100 metros planos
y 20.8 en los 200 metros).
Es cierto: Perdió todo aquello
Nuestro amigo runner llegó a
México luego de meses de
sacrificada preparación y con el
legítimo deseo de lograr su mejor
marca histórica en la cita olímpica,
con lo que seguramente accedería
a la final de su prueba.
Sin embargo, creo que ganó mucho
más, puesto que con su actitud
solidaria, desinteresada y desconocida
por el gran público, logró que Iván
Moreno se recuperara de su
enfermedad y tuviera una estupenda
actuación en los Juegos Olímpicos
de México, llegando a las semifinales
en los 200 metros planos. Se ganó
con ello la admiración de todos los
que posteriormente nos enteramos
(por terceros, puesto que él no lo
cuenta) de lo que hizo por su amigo
y por el atletismo de Chile.
Los que vivimos dicha Olimpíada
como espectadores a través de los
diarios y la TV en blanco y negro de
la época, nada supimos en 1968 de
este gesto que contaré.
Principalmente la recordamos por
grandes marcas de los atletas del
“black power“ , como la del salto
largo (los 8,90 de Bob Beamon),
como la de los 400 metros planos
(43,8 de Lee Evans) y, además, por
que en aquellos juegos se bajó por
primera vez de los 10 segundos en
los 100 metros planos (Jim Haines).
En la Villa Olímpica ocupó su lugar
nuestro amigo runner y esperó su
oportunidad de participar en los
Juegos.
A los pocos días llegó también
a México su co-equipo Iván
Moreno. Como era de suponer no
había ningún dirigente –ni nadieesperando a Iván en el aeropuerto
y tampoco existía reserva de
alojamiento para él en la Villa
Olímpica. De este modo, no le
quedó otra que dormir en el pasillo
de la Villa, lo que le generó un fuerte
resfrío, acompañado de fiebre alta
que ponía en serias dudas su
participación en los Juegos.
Santiago Runners
Aquí es donde apareció nuestro
runner, quien a riesgo de enfermarse,
le facilitó su pieza a Iván Moreno.
Más aún, se preocupó de buscar y
comprar los remedios necesarios y
de servirle de enfermero, todo con
el consiguiente resultado de lograr
la recuperación del gran “mono “.
26
Lamentablemente nuestro amigo
runner se contagió y terminó,
en plenos Juegos Olímpicos,
enfermándose de los mismos males
que Iván Moreno, todo por haber
ayudado a su amigo de siempre.
¿Qué sucedió en los Juegos?
Muy sencillo, nuestro runner participó
muy enfermo. La verdad es que
estuvo a punto de no hacerlo, pero
la insistencia y el apoyo de su amigo
Gonzalo Alcaíno hicieron que se
levantara de la cama con 40 grados
de fiebre y que, luego de meterlo a
la ducha fría, pudiera correr su serie
de los 400 metros vallas. En ella logró
entrar primero a la recta de los últimos
100, desfalleciendo en la recta final
a causa de la fiebre. Sin embargo, a
pesar de todo, logró terminar la
carrera, en la que no hizo la marca
esperada, la que de todos modos fue
53 segundos y fracción, realmente
buena para las circunstancias en que
corrió. Como la marca obtenida no
fue la esperada, se le criticó por los
mismos que, con su desidia y falta
de planificación, habían causado la
enfermedad del gran especialista en
100 y 200 metros planos y que él
había logrado recuperar, sacrificando
su salud y su preparación de meses
y años.
Peor aún, perdió la única oportunidad
que tendría en su vida de entrar a
una final olímpica. Esto último es real,
no es un invento, puesto que sus
estupendos tiempos perfectamente
daban para una final. Prueba de ello
es que su eterno rival, el argentino
Juan Carlos Dryzca (a quien ya había
vencido en el Sudamericano), hizo
49,9 en la prueba, terminando tirado
en la pista, desmayado y con oxígeno,
Además ganó algo más importante,
ya que con su gesto seguro debe
haber consolidado una amistad que
ha sido de toda la vida con el gran
atleta al que ayudó en un momento
tan difícil.
Personalmente, aún recuerdo la foto
en la primera página de El Mercurio
con Iván Moreno dando dura
pelea a los atletas de color en la
prueba reina del atletismo y en la
semifinal de los 200, donde tuvo la
oportunidad de correr con dos
verdaderos gigantes del atletismo,
como Tommie Smith y John Carlos.
Seguramente el gran Iván recordó
en ese tan especial momento para
un atleta, al amigo que le tendió la
mano y que hizo posible que pudiera
cumplir con el sueño olímpico, a
riesgo de perder el suyo.
¿Quién es este verdadero runner?
Para los que aún no lo han adivinado
es nuestro amigo Santiago Gordon
Armas, el que hasta hoy -pasados
los 60 años (perdona Santiago
por decir la edad) -, continúa siendo
un gran atleta, un gran ciclista
(varios cruces de los Andes en
bicicleta lo avalan), un gran amigo
siempre listo a compartir y enseñar
y, por sobre todo, un ejemplo
para todos nosotros de cómo
debe ser asumido el deporte
para que sea una actividad que
permita un verdadero crecimiento
personal. SRN
Crema Volteada
Por: Rosita Villanueva
INGREDIENTES:
2 tazas de quinua cocida con una
astilla de canela y dos clavos de olor
1 lata de leche evaporada Ideal
1 lata de leche condensada Nestle
4 huevos grandes
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 taza de azúcar
Cocinando
con...
Cocinando con...
de Quinua
PREPARACION
Derretir el azúcar en una olla, verter
a un molde redondo con hueco y
distribuir por todo el molde.
Licuar la quinua con la leche
evaporada Ideal. Batir los huevos y
mezclar la leche condensada Nestlé,
la esencia de vainilla, y la quinua
licuada.
Verter la preparación en el molde y
llevar al horno de 350º f (175º C) en
baño maría por una hora
aproximadamente o hasta introducir
un cuchillo y que salga sequito, retirar,
dejar enfriar completamente y
desmoldar.
Tiempo de Preparación
20 minutos
Tiempo de Cocción
1 hora
Tips: postres peruanos , la quinua se
consigue en el Jumbo o en la
bodeguita peruana en el Pueblo del
Inglés; es un gran alimento lo
consumían los incas. Al cocinar la
quinua obtendrá mejores resultados
si le cambia el agua del primer
hervor. SRN
Nacimientos
Santiago Runners
Nuevos
Socios
Familia Serrano-Bofill junto al retoño
José Pedro.
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Birgit Müller
46 años, casada con nuestro amigo y socio
Francisco Olivari, nació en Austria y ya lleva
10 años en Chile. Le encanta la música y las
actividades al aire libre. De profesión médico.
Ya tiene un 21k en el cuerpo y su sueño es
ser profeta en su tierra, posiblemente debute
en Viena en mayo de 2006.
Enrique Rawlins
59 años, casado con Patricia Schneider López,
dos hijos, Enrique y Joan. Otros hobbies,
disfruta de la navegación a vela y del
montañismo. De profesión constructor civil.
Tiene once maratones en el cuerpo y un
pasado de cuatro años por el Santiago
Runners Club, hoy lo tenemos de vuelta y
promete no retirarse jamás. En sus maratones,
destacan Nueva York, Berlín, Estocolmo, Twin
Cities, Chicago, Portland, Washington y San
Francisco.
Luis Antonio Baeza
46 años, casado con Sofía Infante Lira, tres
hijos, Federico (18), Magdalena (16) y Felipe
(11). Otros hobbies: disfruta de la navegación
a vela y la lectura. De profesión ingeniero
comercial. Ha corrido dos maratones, ambas
en Santiago, espera debutar internacionalmente en Nueva York 2005. Se declara
hincha de la “U”.
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