Matías Brain: “Mi sueño profesional se está haciendo realidad” Dr. Norman MacMillan: Hidratación para maratonistas Hernán Monckeberg y Sergio Mújica: Dos Runners (Petroleros) en el Paraíso Tergat, Gebrselassie Luisa Rivas: “A mis sueños les he puesto Energía, Esfuerzo y Perseverancia” y yo R u n n e r s S a n t i a g o “La regata es tan dura como nuestras maratones, en la llegada la reflexión interna es la misma: no corro nunca más, me digo, el frío, ropas enteramente mojadas, mareado, golpeado y moreteado en canillas, antebrazos y codos en los cambios de borda y maniobras sobre la resbaladiza cubierta. Al día siguiente ya estamos nuevamente a bordo listos para enfrentar otro nuevo desafío; sabemos que correremos al límite del umbral”. RUNNERS NAVEGANDO Individualistas trabajando en equipo Editorial orrial Por Alberto Achondo L a navegación es una aventura que cautiva; una costosa estructura de fibra, aluminio y madera, varios juegos de velas, herrajes, cables y cabos para pedirle al viento que nos lleve con su generosidad caprichosa al rumbo que fijamos como objetivo llegar. Mareas y oleaje pueden dificultar el camino, pero jamás son obstáculos para conseguirlo. Esta pasión cautiva al hombre desde siempre, hoy es una afición sofisticada, la tecnología se ha incorporado activamente, sin embargo aquellos elementos que constituyen lo básico desde su origen son los mismos, permanecen inalterables y son los que determinan al final de la jornada, un mejor o peor resultado. Condenados a un irremediable quinto o sexto lugar en las competencias, recalando de vuelta en la marina, el Capitán del Yali expresa en un tono de voz y como si me hablara sólo a mí, siendo el único integrante de la tripulación que debo poder entender: “Runner, me dice, no hay secretos en la competencia, son los mismos factores, la velocidad de casco del Yali nos condena, nunca bajaremos las "3 horas" por estructura”. Es Ramón que asintiendo, abre sus ojos moviendo levemente la cabeza de arriba abajo con una conformidad plácida que el resto de la tripulación interpreta como la extraña sabiduría de quienes corremos maratones desde comienzos de los 90. De la misma manera que el Runner talentoso quien supera sus límites se convierte en virtuoso, el trabajo en equipo de una tripulación cohesionada, entusiasta y esforzada llevará a la embarcación más allá de los propios talentos naturales que su diseñador le obtuvo y regaló. El viento es igual para todos, pero la sabiduría y madurez del marino que navega desde niño y lo lleva en sus venas podrá detectar dónde sopla más cuando está escaso o interpretar su enigmático capricho, en navegaciones largas como nuestras maratones, la cantidad de factores y el momento aplanan cualquier gran diferencia puntual, sin embargo, la suma de instantes van haciendo la diferencia. Decidir si izar una vela u otra entre las 4 ó 5 alternativas de éstas, será también otro factor determinante de DIRECTOR EJECUTIVO René Ramírez EDITOR GENERAL Alberto Achondo COMITE EDITORIAL Isabel González Paula Vildósola Sergio Mujica PERIODISTA Begoña Bofill DISEÑO Y PRODUCCION Publisiga Ltda. diferencia, virar ahora o más allá enfrentando el viento en diagonal, lograr una combinación de tamaño de vela, viraje oportuno y cambios acertados permiten lograr una modalidad de mejoramiento de velocidad en relación al punto de llegada. La regata es tan dura como nuestras maratones, en la llegada la reflexión interna es la misma; no corro nunca más, me digo, el frío, ropas enteramente mojadas, mareado, golpeado y moreteado en canillas, antebrazos y codos en los cambios de borda y maniobras sobre la resbaladiza cubierta. Al día siguiente ya estamos nuevamente a bordo listos para enfrentar otro nuevo desafío; sabemos que correremos al límite del umbral. Es el espíritu del runner, el verdadero ser que emana para vencer cualquier adversidad, en la pista, en el mar, en la vida. Buscamos lograr una buena llegada, disfrutando el camino intensamente, tomando conciencia de nuestra velocidad de casco y nuestros talentos, de poder ser virtuosos a través del esfuerzo humilde, metódico y sistemático. Renunciando a la individualidad solitaria para constituirnos en un equipo que funcione como uno, apreciando la naturaleza y el lugar donde corremos, la montaña, el mar y el viento que es nuestro amigo. Haber corrido sólo por el afán de hacerlo nos ha dado acceso a esa sabiduría que la joven tripulación del Yali interpreta como divertida y extraña, pero que ya han adoptado. SANTIAGO RUNNERS CLUB [email protected] www.santiagorunners.cl “A mis sueños les he puesto energía, esfuerzo y perseverancia” Perfil Humano Luisa Rivas ha cruzado la meta muchas veces en la vida. Y no siempre han sido recorridos cronometrados por un chip los que ha logrado terminar en forma exitosa. Han sido muchas las metas que ha logrado, gracias a su tesón y a una mirada llena de optimismo. “Se debe buscar soluciones y no quedarse en el problema”, asegura. Por Begoña Bofill Santiago Runners D 2 e voz dulce y tenue, algo tímida, delgada, casi frágil es Luisa Rivas. Es difícil imaginar que esta mujer sea la misma que ha logrado en pocos años mejorar considerablemente su desempeño en los maratones que ha corrido. Que participó en los últimos Juegos Sudamericanos en Montevideo, Uruguay, y logró el primer lugar en su categoría en la prueba de los 21 K. Que salvó ilesa –salvo un corte de ligamento de un dedo de la mano derecha- del accidente que se produjo en el puente Loncomilla. Incluso al reflexionar, ella piensa que Dios le dio el privilegio de pasar por esta experiencia. Y hoy, todavía un poco choqueada por lo que le tocó vivir, le pide a Dios que le muestre que es lo que quiere de ella, “puesto que por algo me dejó con vida”. Y es que Luisa, desde muy pequeña, se ha propuesto metas y ha luchado hasta lograrlas. Recuerda que en su Cauquenes natal, su padre –a quien recuerda con mucho cariño y admiración- incluso la catalogaba de caprichosa, ya que no se detenía hasta alcanzar su objetivo. A pesar de ello, su padre la apoyaba en la tarea, “ya que creo que veía en mí al hijo hombre que no tuvo”. Tal vez parte de su manera de vivir la vida se resuma en no complicarse, en buscar soluciones, en vivir con optimismo, disfrutando de lo que se tiene y no pensando en lo que se podría tener. Luisa, piensa que esta mirada la heredó de su padre, quien era un hombre con una filosofía de vida que tenía como principal elemento el sentido común. Además, ella atribuye esta “simplicidad” a que vivó plenamente cada una de las etapas de su vida. No siente que tenga deudas con el pasado. “Hasta los 13 años jugué a la muñecas; luego en mi adolescencia lo pasé muy bien con mis amigos, inventaba paseos en bicicleta por los cerros, cuando ni se pensaba en la existencia de las mountainbike; entré a la Universidad, más tarde me casé, tuve a mis tres hijos, me dediqué a cada uno de ellos con especial afán… en fin, no he dejado de proponerme metas y luchar por cumplirlas”. La importancia de una casualidad Luisa se define como una persona que durante toda su vida ha sido deportista. Mientras vivía en Cauquenes participaba en básquetbol y en revistas de gimnasia. También practicaba ballet y le encantaba subir cerros. Hace unos 10 ó 12 años comenzó a correr por el barrio donde vivía. Quería hacer algún deporte y encontró que el trote le acomodaba, “ya que uno establece los horarios”. En esa época iba de vacaciones a Peyuhue y corría por la playa largas distancias casi sin darse cuenta, luego se bañaba en el mar y regresaba a la casa. “Descubrí que esta actividad me hacía muy bien, me dejaba vital para todo el día”. Estuvo varios años corriendo a su manera. Se ponía nuevos desafíos en cuanto a distancias, pero siempre de forma bastante autodidacta. Recuerda que en 1998 ó 1999 fue a una carrera en Vitacura a mirar el ambiente y con ciertas ganas de participar. No estaba muy convencida hasta que vio que corría mucha gente de distintas condiciones deportivas. Se inscribió y corrió muy tranquila. Cuando ya se iba, escuchó su nombre por los parlantes. Había logrado el segundo lugar. “La verdad es que me sorprendió, cuenta, porque yo ni siquiera sabía que premiaban a los primeros lugares, y menos pensé que yo podía subirme al podium”. Hacia fines del ’99 o principios de 2000 por una casualidad llegó al Santiago Runners. “Me encontraba en la caja del Jumbo, esperando que avanzara la fila. Había muchísima gente, ya que el supermercado tenía algún problema que no permitía que funcionaran las registradoras. De pronto me puse a conversar con Arreglos florales para Matrimonios, Nascimientos, Defunciones y Regalos Despachos a domicilios Nueva Costanera 3485 - Local 4 • Vitacura Celular: 09 825 1071 Tel.: 953 54 88 w w w. o r n a m e n t a . c l [email protected] Ornamenta Flores y más Santiago Runners De niña siempre le gustó la vida al aire libre. “Me crié en un ambiente lleno de naturaleza. Me gustaba andar a caballo, subir cerros, organizar paseos… era muy inquieta. Me encantaba hacer cosas distintas, explorar…”. A pesar de ello, una vez que terminó cuarto medio se propuso como meta estudiar en una ciudad grande y vivir en Santiago. Es así como estudió pedagogía en inglés en Concepción y más tarde se trasladó a la capital. Y aunque parece raro que alguien que vivió su niñez en el campo, le guste el ajetreo de Santiago, ella explica que esto no le complica, que la receta está en organizarse para no vivir en medio de los tacos o para que el estrés no pase a formar parte de su vida. Tanto así que volvería al campo sólo de paseo. Su sueño sería vivir en una ciudad grande con mar. “Ojalá, Santiago tuviera mar”, asevera. 3 una mujer joven que estaba delante de mí. Era la señora de Javier Achondo. Por supuesto que llegamos al tema del trote y de las carreras. Ella me habló del Club y me dijo que me ayudaría a contactarme con la gente del Santiago Runners”. Perfil Humano Comenzó a integrarse tímidamente. Corrió su primera maratón el año 2000 en Santiago. No quiso decirle a nadie, ya que no sabía cómo sería el resultado. No tenía experiencia en estas lides. Llegó a la meta en 4 horas y 21 minutos. Corrió sin reloj, no sintió necesidad de tomar líquido y cruzó la meta muy contenta. Sin embargo, en la tarde se descompensó de tal manera que sus hijos se asustaron y le dijeron que no corriera más. Pero ella dijo: “ésta no es la última maratón”. Luego de esta experiencia se integró de manera más fuerte al Club. Siguió el entrenamiento con Cherezade y en su segundo maratón que fue en Viña del Mar, cruzó la meta a las 3 horas y 30 minutos. “Con el tiempo reconozco que me he vuelto una fanática y que lucho por bajar mi propia marca, sin embargo, tengo claro que uno debe encontrar el equilibrio. Lo que sí es cierto es que cuando no corro siento que algo me falta”. Santiago Runners El año 2004 fue un año especial para Luisa. Murió su madre, logró el 4 primer lugar en su categoría en el maratón de Chicago con 3 horas y 8 minutos, tuvo la oportunidad de correr los Juegos Sudamericanos, donde logró el primer lugar en su categoría en la prueba de los 21 K y le tocó vivir la caída del puente Loncomilla. Este año piensa correr otro maratón. Aún no sabe cuál será el escogido. Lo que tiene claro y que se ha preocupado de transmitírselo a sus hijos y a sus alumnos en el colegio Antártica Chilena, es que los sueños pueden lograrse siempre y cuando se le pongan energía, esfuerzo y perseverancia. SRN Chicago Camino al Profesionalismo • “Las teorías para correr un maratón son muchas y muy variadas, pero el conocimiento de algunos “mateos” es tan grande, que llegué a pensar que no iba a poder correr la carrera debido a que no había estudiado lo suficiente, sin importar la cantidad de entrenamiento que tenía”. S Debutaron un Día in lugar a dudas correr un maratón internacional es una experiencia muy valiosa. Es ser partícipe de una verdadera fiesta del deporte donde se concentra una serie de sentimientos. Es la culminación de un largo y sacrificado proceso de entrenamiento, la adrenalina y nerviosismo propios de una competencia y, sin lugar a dudas, la posibilidad de compartir con los compañeros del Club. La concentración en la carrera para un runner comenzó en forma muy anticipada, llegando al grado de olvidar todo, enfocándose solamente en las 26 millas del maratón de Chicago. No habíamos pasado policía internacional y el primer efecto del grado de concentración y profesionalismo se hizo evidente. Uno de nuestros queridos directores olvidó que uno de sus hijos, con los cuales viajaba, es menor de edad y no tenía la documentación adecuada para sacarlo del país, el resultado fue que su señora tuvo que correr los 42 kms. (en auto) hasta el aeropuerto para poder entregar la documentación necesaria y así apoyar una vez más a este concentrado o, más bien, desconcentrado corredor. Los consejos y experiencias anteriores no se demoraron en aparecer durante las agradables jornadas previas al maratón. La que más me impresionó fue cuando me enteré de lo que sucede en el encajonamiento de la partida, cuando ir al baño es imposible, pero absolutamente necesario. “Esto es algo que yo recomiendo no contar”. Las teorías para correr un maratón son muchas y muy variadas, pero el conocimiento de algunos “mateos” es tan grande, que llegué a pensar que no iba a poder correr la carrera debido a que no había estudiado lo suficiente, sin Chicago Por Roberto Chávez importar la cantidad de entrenamiento que tenía. Les puedo contar que la primera noche quedé impresionado de la cantidad de vitaminas, magnesio, sodio, barras energéticas, entre otros, que mis compañeros de viaje consumieron para los músculos, huesos, piel, pelo y todo aquello que de una forma directa o indirecta pudiera afectarles en la carrera. Esto se repitió varias veces. De hecho, me despertaba con los ruidos que hacían cuando comían alguno de estos productos; ya que, no alcanzaban a Foto Debutaron un Día abrir un ojo cuando comían o tomaban algún producto o sólo ingerían agua para hidratarse. Dentro de las otras cosas curiosas me llamó la atención que un día al llegar a la habitación me encontré con un equipo ionizador de aire, esto es un simple ejemplo del nivel de profesionalismo existente en el Santiago Runner. El responsable de instalar este equipo está claramente identificado. El día antes del maratón desperté con la conversación de dos runners; eran las 6:30 A.M., y el diálogo era más o menos el siguiente: “en la milla 5 doblamos a la derecha por Michigan Av., en la milla 6 pasamos el puente, en la milla 7 entramos a China Town…, repite conmigo”. Mis compañeros de habitación se estaban aprendiendo el recorrido de memoria, yo creo que pensaban que iban a ir primeros y no tendrían quién los guiara en el camino. Santiago Runners Las cervezas tampoco estuvieron fuera de discusión, “ojo son diuréticas”, “sí, pero es mucho más líquido y la concentración de alcohol es muy baja”, necesitábamos hidratarnos mucho y cualquier líquido era bienvenido, más si tenía un poquito de alcohol. 6 El día del maratón comenzó muy temprano, nos levantamos a las 5 A.M. con el nerviosismo lógico de la ocasión; nos juntamos en el lobby y luego nos dirijimos todos al punto de partida. Con un compañero del Club esperamos juntos el inicio del maratón, sentados mirando este magno espectáculo. Me impresionó muchísimo la cantidad de espectadores que había y me hizo recordar que en mi primer maratón en Santiago, casi no había gente motivando a los participantes. Mis pensamientos en ese momento además fueron para mi señora e hijos quienes me han apoyado mucho, deseando que hubiesen estado junto a mí disfrutando de la bella ciudad y de esta fiesta del deporte. Chicago Go Chile De pronto la canción nacional y la partida. La multitud de gente durante toda la carrera era algo impresionante, la gente desbordaba de alegría y el apoyo constante a todos los corredores se hacía más personalizado a medida que las millas recorridas aumentaban. Los tan conocidos gritos de apoyo por los miembros del Club “Go Chile”, eran una tónica permanente. Obviamente que un buen representante del país y del Club tiene la obligación de responder a este apoyo con una sonrisa si son mujeres o una simple seña si son hombres. El plan de carrera funcionaba a la perfección, estaba corriendo en los tiempos planificados y el cuerpo respondía como una máquina perfecta, hasta que... sucedió lo que nadie me había advertido, ni los papers que me entregaron el día antes para estudiar contenían esta información. No tuve problemas con mis rodillas, un pinchazo, el cordón de las zapatillas, falta de hidratación, tampoco me perdí en el recorrido, ya que algo había logrado memorizar el día anterior cuando escuché a mis compañeros que estaban estudiando. Simplemente escuché el típico “Go Chile” y cuando dirigí la vista para agradecer el apoyo, me di cuenta que eran dos estupendas gringas; por lo tanto, me vi en la obligación de agradecerles con mi mejor sonrisa a lo cual ellas aumentaron el apoyo y me gritaron “You look good man”. La interpretación de esta frase depende de cada uno, pero mi ego me jugó una mala pasada y aceleré mi ritmo de carrera corriendo las siguientes 5 millas un minuto más rápido cada una. Como todos saben eso se paga muy caro en la parte final del maratón. No puedo dejar de expresar mi asombro por el abrazo que se dieron dos runners del Club en el parque al lado de la llegada; sólo les puedo dar un dato: “el abrazo tirados en el pasto fue al estilo Massú-González“. Bueno ellos también lograron sus medallas, no olímpicas, pero con un valor personal invaluable y un alto profesionalismo. SRN Aviso Geasport pág 7 Santiago Runners Turismo Aventura Dos Runners 8 (Petroleros) en el Paraíso • Hernán Monckeberg y Sergio Mujica, viajaron junto a sus respectivas familias hasta Maui con dos objetivos: conocer y disfrutar de un destino tan actractivo, y correr el maratón de esa localidad. • El viaje tuvo de dulce y agraz. Pero sin duda fue una oportunidad inolvidable para compartir con los suyos y “a pesar de nuestros modestos tiempos en la prueba, dejamos muy en alto la tricolor y el buen nombre de los Runners”. Por Sergio Mujica P artimos igual que todas las delegaciones chilenas: éramos ocho "dirigentes" y dos deportistas. Hernán Monckeberg con la Trini y sus tres hijos, más mi familia, conformada por mi señora, Pilar, y mis tres hijos. Hasta ahí empatando. La primera demostración de superioridad fue en el aeropuerto cuando entre las maletas de los Monckeberg apareció una enorme tabla de surf ultra protegida, así como se cuidan las cosas muy importantes o muy caras. Nos fuimos una semana antes de la carrera dispuestos a pasarlo bien y si nos quedaba tiempo trotaríamos un poco. Así lo hicimos, un par de veces trotamos lento, 3 ó 4 kilómetros bajo la sombra de grandes árboles; hasta llegamos a pensar que ya estábamos aclimatados. El domingo 19 de septiembre íbamos a tomar conciencia de nuestra ingenuidad: en las islas no se aclimatan ni los nativos porque el calor es enorme. El resto de la actividad eran paseos que se ofrecen por montones y donde destacan algunos como el que hicimos a una de estas islas donde nos aseguraron que podríamos bucear en medio de una variada fauna marina que incluía desde caballitos de mar a tiburones. Después descubrimos que a cincuenta metros del hotel se veían igual o más y gratis, pero no importa por que el paseo tenía su encanto. El barco casi zarpó sin nosotros después que Hernán, quien tenía que seguirnos al puerto, persiguió un auto igual al nuestro por un buen rato antes de darse cuenta del error. Navegamos en un estupendo barco desde donde se divisaba Maui, su volcán y los grandes hoteles, dirigidos por un capitán portugués que había estado en Valparaíso y ahora comandaba una tripulación de veinteañeros que nos atendían con líquidos y sólidos al ritmo de los Bee Gees. La isla de destino resultó ser un pobre peñasco que había tenido sus momentos de gloria antes de que la U.S. Air Force con todo su poderío resolviera usarla como blanco para pruebas de combate. Mientras terminaban las maniobras de fondeo nos aperamos con snorkels, gualetas y… derecho al agua verde y cálida. Después de todas esas bombas era casi un milagro que hubiera peces, pero había y, por cientos, de todos los tipos y colores, un espectáculo precioso. Parte de los nacionales, entre los que no me cuento, declaró haber visto tiburones. Un par de horas más tarde, de nuevo todos a bordo y a disfrutar de una parrilla con pollo, hamburguesas y mucha cerveza. Los Monckeberg, además de usar la enorme tabla que habían acarreado, arrendaban otras y tomaban clases de surf; nos tenían muy impresionados. Cuando estábamos en franca desventaja llegó mi hijo mayor a poner las cosas en su lugar, no por nada se pasó ocho meses surfeando en Australia. Nuevamente estábamos empatados. El paseo más destacado resultó el descenso del gran volcán. Ya en Santiago saboreábamos por internet la posibilidad de ser trasladados en un camión hasta la cima del volcán para descender pedaleando hasta la playa en un recorrido de cuatro horas de duración con las islas a nuestros pies. Allá llegó la delegación en pleno; durante toda la subida nos dieron precisas instrucciones respecto de los peligros y cómo evitarlos. Como se verá, eso fue una total pérdida de tiempo. Una vez arriba nos repartieron capas de agua, bicicletas y, por suerte, enormes cascos. Las fotos de rigor, que serían las últimas sonriendo ese día, y a pedalear cuesta abajo. Preciosas vistas de las islas, sus enormes y verdes plantaciones de caña de azúcar y los distintos poblados. Habíamos recorrido no más de cinco kms. cuando la Trini topó con su bicicleta la de su hija Elisa p ro v o c a n d o u n a ro d a d a d e proporciones, se fueron al suelo y hasta ahí no más llegaron. Los americanos con su elevado espíritu solidario detenían sus autos, se bajaban a ayudar y detenían el tráfico; más atrás venía la Pilar que de puro susto con la escena también se fue a tierra. El desparramo de mujeres botadas y fierros en el camino era enorme. No pasaron más de 10 minutos y llegó la policía casi junto con la ambulancia con todas sus luces y la sirena sonando; los Santiago Runners Los días pasaban alegres, nos levantábamos temprano y partíamos a alguna de las más de 60 playas que tiene la isla, muchas de ellas sin más ocupantes que las palmeras; almorzábamos en alguno de los bien conservados pueblos o villas donde viven los 140.000 isleños que reciben a dos millones de turistas cada año. Estos lugares mantienen su carácter de poblados donde en la avenida principal, muy bonita, se reúne el comercio con pequeñas tiendas, restoranes y galerías de arte, mientras en las calles aledañas se desarrolla la plácida vida de los isleños con sus casas, colegios, hospitales, etc. 9 bomberos fueron un poco más lentos porque venían en un camión de quince toneladas y de subida, pero igual llegaron. Todo igual que en la película 911, pero los protagonistas éramos nosotros. Santiago Runners Turismo Aventura Tomado el primer inventario, la situación era la siguiente: 30% de la delegación inutilizada, la Elisita con heridas sangrantes en las piernas, la Trinidad con poca sangre pero mucho dolor y la Pilar machucada como membrillo colegial. 10 En el Memorial Hospital hasta donde las ambulancias trasladaron a las víctimas, los exámenes y diagnósticos dejaban a la Elisa sin poder bañarse durante el resto del viaje, lo que estando allá es como no comer, y a la Trini inmóvil en cama con la clavícula quebrada. Naturalmente que los ánimos no estaban para fiestas. Así llegamos al día de la maratón A las tres de la madrugada estábamos con Hernán en el lobby del hotel. Nuestras tenidas runners, que siempre lucimos con tanto orgullo, se veían ridículas de noche entre los comensales de una fiesta que se celebraba a esa hora; seguro que éramos los únicos dos que pasábamos la prueba del alcotest. Nos metieron a un bus y nos llevaron a un estadio en Kahului, la capital de la isla, donde se juntaban los 1.780 corredores. Nos sorprendió la cantidad de orientales y mujeres participantes, más de la mitad. Un largo discurso en japonés y una espléndida versión de la canción nacional de Estados Unidos, indicaban que la largada era inminente, faltaban pocos minutos para las cinco de la mañana, estaba oscuro y la temperatura era de 24 grados. Disfrutamos con esa magia de las largadas que son mezcla de alegría, ansiedad y pánico, pero siempre tan distintas. Nos abrazamos, nos deseamos suerte y partimos corriendo detrás de unas lindas japonesitas por las desiertas calles de la ciudad hasta llegar a la carretera que nos llevaría a la meta en Kaanapali horas más tarde. Impresionante la organización que incluía generadores eléctricos cada 300 mts. Todo iba bien hasta el km. 14 cuando empezó a aclarar y la temperatura subía, faltaba todavía lo peor, que saliera el sol. Tomábamos agua como camellos deshidratados. Hernán es un corredor experimentado y hemos corrido juntos varios maratones. Ya sé que es capaz de mantener un ritmo sólido y que se agranda con el paso de las horas de manera que mi plan de carrera era no más que tratar de mantenerme cerca y dejarlo escapar al final como lo venía haciendo los últimos cinco años. La ventaja de esta estrategia es que me aseguraba un tiempo muy decente, mientras que la desventaja era que una vez más Mujica iba a llegar detrás de Monckeberg y tendría que arreglármelas con las bromas de Goycoolea. A las 6. 50 A.M. salió el sol, la temperatura era de 28 grados y al frente teníamos los 6 kms. de cuestas y túneles que incluye el trazado, seguíamos adelante pero ya bastante más lentos. Estábamos en problemas y había que olvidarse de los pronósticos y arreglarnos para llegar como fuera. Me acordaba de los consejos que nos dio Juan Antonio Arrasate, quien –entre otras cosas- nos sugirió ingerir mucho líquido. Ahí lamenté haber interpretado que mucho líquido era lo mismo que mucha cerveza. Por ahí por el km. 30, mis hijos, Benjamín y la María del Pilar, entrenados para informarme, me dicen que Hernán viene 3 minutos atrás y complicado. Los dolores eran enormes pero pienso que si en esas mismas islas cayó la Armada más poderosa del mundo, era posible que yo le pudiese ganar por primera vez a mi profesor y gran amigo. Los últimos kilómetros fueron un calvario, con 34 grados a todo sol y para colmo confundo el agua con el Gatorade y me pongo dos vasos llenos del pegote jugo en la cabeza; crucé la meta con un montón de moscas y abejas revoloteándome. Hernán llegaría unos minutos después, mientras yo pensaba si al ganarle no había cometido el error de despertar al león dormido. Lo voy a saber en nuestra próxima aventura, posiblemente China 2005. Fue un gran maratón, un viaje inolvidable con los nuestros, donde compartimos de todo; el dolor y las alegrías de momentos felices pero por sobre todo, y a pesar de nuestros modestos tiempos, habíamos dejado muy en alto la tricolor y el buen nombre de los Runners. SRN Hidratación para maratonistas Dr. Norman Mac Millan Profesor de Nutrición Universidad Católica de Valparaíso [email protected] • En el siguiente artículo se exponen las estrategias de hidratación previas y durante un maratón, con el fin de no exponerse a una deshidratación que podría comprometer el rendimiento deportivo. T ermorregulación durante el ejercicio Durante el ejercicio el trabajo de contracción muscular genera calor. De hecho y, a pesar de lo eficiente de la “máquina” humana, sólo un bajo porcentaje del gasto energético de la actividad física corresponde al rendimiento mecánico del músculo y cerca del 75% de la energía total se disipa como calor. Para mantener la temperatura corporal dentro de rangos fisiológicos, el cuerpo utiliza entonces diversos mecanismos de termorregulación. El más eficiente de éstos es la sudoración y, más específicamente, la evaporación del sudor (1 litro de sudor, transfiere un poco más de 500 kilocalorías al evaporarse). Cada deportista debería estimar sus pérdidas de líquido por transpiración, pesándose antes y después de entrenar. En general, éstas varían entre 500 ml y 1.000 ml por cada hora de ejercicio. Santiago Runners Deshidratación y rendimiento deportivo 12 Las pérdidas de líquido corporal producidas durante el ejercicio deben ser compensadas, ya que la deshidratación puede comprometer el rendimiento deportivo. Este deterioro se produce por tres mecanismos: reducción de volemia (líquido circulante), menor volumen de eyección cardíaco (el corazón envía menos sangre con cada latido) y aumento de la temperatura corporal. En la práctica, la mayoría de los estudios realizados durante esfuerzos aeróbicos de larga duración, ha demostrado que la deshidratación puede afectar en forma importante el rendimiento: reducción de 10 a 40%, incluso con pérdidas relativamente bajas equivalentes a un 2% del peso corporal. En este nivel de deshidratación, la SED está generalmente ausente, por lo que no es un buen signo de alerta para el deportista. La recomendación es entonces consumir líquido durante la actividad física, ANTES que aparezca la SED Tipo de líquido El principal objetivo del aporte de líquido durante el ejercicio es reponer el agua que se pierde por transpiración. Una recomendación general es consumir 500 ml a 700 ml de agua por cada hora de ejercicio, ajustando esta cantidad según el cálculo de pérdida de peso ya mencionado. Un segundo objetivo puede ser el aportar energía, especialmente en el caso de ejercicios de intensidad moderada y larga duración, donde se ha demostrado una mejoría del rendimiento deportivo al ingerir carbohidratos durante el esfuerzo. El carbohidrato almacenado en los músculos alcanza para unas dos horas de ejercicio a intensidad aeróbica y su agotamiento puede originar el fenómeno conocido como “chocar contra la muralla”. Esto significa que durante un maratón (suponiendo un tiempo superior a las 2 horas y media), es fundamental mantener un aporte suplementario de energía en forma de carbohidratos de absorción rápida, que complementen la utilización de glucógeno muscular y mantengan niveles más estables de glicemia, retardando la aparición de la fatiga. Aceptando los beneficios sobre el rendimiento de la adición de carbohidratos en el líquido para ingerir durante un ejercicio prolongado, es necesario tomar en cuenta que una concentración demasiado elevada de este componente puede retrasar la llegada del líquido a la circulación e, incluso, perjudicar al deportista. Antes de ser absorbido en el intestino, el líquido ingerido debe primero salir del estómago a una velocidad que se reduce cuando la concentración de carbohidrato sobrepasa 8% (80 gramos/litro). Consejo Profesional Existe además un límite de oxidación (utilización como energía muscular) de un carbohidrato ingerido durante el ejercicio que se aproxima a 60 gramos/hora, por lo que en la actualidad, se recomienda que el aporte de carbohidrato durante ejercicios de más de 1 hora de duración, debería estar entre 30 y 60 gramos/hora, lo que se logra consumiendo entre 500 y 1.000 ml de una bebida deportiva o isotónica por cada hora de ejercicio (este tipo de preparados contiene normalmente 60 a 80 gramos de carbohidratos por litro de solución). La opción es ingerir la cantidad recomendada de agua sola y adicionar el carbohidrato como un alimento de fácil digestión (fruta) o algún suplemento (barra o gel). Tomando en cuenta que el sudor es hipotónico (2 a 4 gramos de sodio/litro en relación a la sangre que tiene 9 gramos/litro), en general no es necesario consumir sodio (sal) durante ejercicios de menos de dos horas de duración. El sodio que también contienen los líquidos isotónicos, tiene más bien como objetivo principal el mejorar su absorción intestinal y habitualmente la concentración de este mineral no sobrepasa 0,5 gramos por cada litro de solución. Estrategia de hidratación previa y durante un maratón El cuerpo humano no es capaz de “almacenar” agua, y sobre hidratarse previo a un maratón puede estimular una mayor producción de orina por el riñón, con las molestias y eventuales desventajas de esta situación. El ideal es consumir agua en forma abundante hasta dos horas previo al esfuerzo y luego detener la hidratación. Unos 15 minutos previos al inicio de la carrera, ingerir agua o líquido isotónico en un máximo volumen tolerable (habitualmente 200 a 400 ml). En este lapso no se alcanza a estimular la producción de orina y se aprovecha el efecto de la distensión del estómago, que al ir “rellenándose”, mantendrá una mayor velocidad de vaciamiento durante la carrera. Para esto, y de acuerdo a los ritmos previstos, deberá ingerirse 250 ml de líquido isotónico (o agua + la opción de carbohidrato por separado) en cada puesto de abastecimiento (considerando pasar dos puestos por cada hora), para totalizar la recomendación de 500 ml/hora. Resumen • La actividad física genera calor y la mejor forma de disiparlo es por la evaporación del sudor. • La pérdida de líquido que genera la sudoración durante el ejercicio, aún en niveles bajos (<2% del peso corporal), debe ser compensada pues reduce el rendimiento deportivo. • La reposición de líquido debe realizarse con agua o agua + carbohidrato, existiendo ventajas en el rendimiento deportivo al consumir este último preparado, durante ejercicios de más de una hora de duración. • Como la distensión gástrica favorece su vaciamiento, se debe iniciar el ejercicio con un volumen tolerable de líquido en el estómago y buscar mantener esta distensión, consumiendo dosis periódicas durante el esfuerzo. • La dosis recomendada de agua durante el ejercicio varía con el clima y nivel de transpiración de cada persona, pero en general se considera un mínimo de 500 ml/hora. • L a d o s i s re c o m e n d a d a d e carbohidratos durante el ejercicio es de 30 a 60 gramos/hora. Si se elige la forma de un líquido isotónico, ésta se logra con 500 ml/hora (250 ml en cada puesto de abastecimiento). Referencias 1. Convertino V, Armstrong L, Coyle E. American College of Sports Medicine position stand: exercise and fluid replacement. Med Sci Sports Exerc. 1996;28:i-vii. 2. Coyle E. Fluid and fuel intake during exercise. Journal of Sports Science. 2004;2(1):39-55. 3. Jeukendrup A. Carbohydrate intake during exercise and performance. Nutrition. 2004; 20(7-8):669-77. Santiago Runners Sociales Maratón de Chicago 14 Maratón de Atenas Maratón de Amsterdam Santiago Runners 15 Sociales Subida al Cerro Fiesta Fin de Año 10 K Nike Matías Brain: “Mi sueño profesional se está haciendo realidad” Por Andrea Ulloa • Conversar con Matías Brain es definitivamente una experiencia agradable. Su pasión por el deporte se refleja a simple vista y en las ganas que tiene de transmitir lo que está haciendo en estos minutos de su vida, consolidando su propio club de atletas al que llama “Brain Team”. E l ex triatleta campeón nacional, Matías Brain (30 años), describe el actual momento de su vida como “mi sueño profesional hecho realidad”. Su club, denominado “Brain Team” acaba de cumplir un año de existencia, cuenta con 40 socios, hombres y mujeres, entre los 11 y los 65 años, todos unidos por el mismo espíritu: unidad, compañerismo e identidad con los principios del club. Santiago Runners “Somos un grupo humano fuerte. Le damos mucho énfasis a lo social y a los trabajos en equipo. Tenemos uniforme, programas de entrenamiento, un sitio web, organizamos competencias, en fin, hemos realizado muchas cosas en tan poco tiempo”, explica el ex atleta, que tiene a su haber el segundo lugar en el triatlón de Pucón de 1999. 16 Cuando comenzó a entrenar a los 14 años, nunca pensó que su carrera derivaría en la preparación para el En el año 2000 fue clasificado para los Juegos Olímpicos de Sydney. deporte que a él lo cautivó. Mientras estaba en el colegio, practicaba todos los deportes, ninguno en especial. Recuerda que fue el papá de un compañero quien lo incentivó a participar de un deporte nuevo que estaba surgiendo en Chile: el Triatlón. Así, en 1989, ingresó a la escuela de la Universidad Católica y no paró de ejercitar hasta el verano de 2003 cuando decidió retirase de las competencias por falta de financiamiento. “Es difícil conseguir el apoyo monetario necesario para quienes practicamos deportes que no son ni fútbol ni tenis. El triatlón no es un deporte barato, necesitas equiparte y viajar a las competencias”, manifiesta. A pesar de las dificultades, se ubicó segundo en el triatlón de Pucón en 1999, fue campeón nacional por siete años y fue clasificado para los Juegos Olímpicos de Sydney (2000), donde obtuvo el lugar 41. Matías junto a su señora y sus hijos Matías Jr. y María Trinidad. 17 Con los corredores, explica, el objetivo es prepararlos para participar en maratón, 1/2 maratón, 10 K, entre otras pruebas. Los entrenamientos son los miércoles en el estadio Las Condes (CORFO) a las 19:30 hrs. “Además, hemos incorporado salidas de trotes largos los días lunes”. En natación, el “Brain Team”, se concentra en la enseñanza y perfeccionamiento de los estilos, además de mejorar el rendimiento de los nadadores de triatlones y de los interesados amateur en los torneos master de natación. Los Hoy cursa 5° año de Educación Física. Santiago Runners Hoy sus esfuerzos están puestos en sacar adelante el “Brain Team” que está compuesto por tres grupos: triatletas (28), nadadores (8) y corredores (2). En triatlón se prepara principalmente para la prueba más importante que se realiza en Chile, el Half Ironman de Pucón (1.900 mts. de natación, 90 kms. de ciclismo y 21 kms. de trote). El entrenamiento de natación se efectúa todos los días; el ciclismo, los sábados, en rutas programadas, y el trote, los miércoles en la tarde. entrenamientos se realizan en la piscina del Estadio Israelita, de lunes a viernes. Las sesiones van desde 2 a 5 por semana, dependiendo del tiempo disponible de cada persona y los objetivos propuestos. Una vez al mes se efectúa una clase en la Hacienda Santa Martina. Esposo, Padre y Estudiante Al preguntarle por qué los runners deberían interesarse por practicar natación y ciclismo, Brain responde que “ambos deportes sirven para complementar el trote o cuando existen lesiones. Sin embargo, a mi me gustaría desafiarlos a participar del Triatlón de Pucón que se realiza todos los años la última semana de enero. Es una carrera con prestigio internacional, muy dura en exigencia física pero en un entorno precioso y acogedor. La competencia es muy interesante; para los runners sería un bonito desafío. Tienen la mitad del camino hecho, una base aeróbica increíble, sólo tienen que atreverse a pedalear y, sobre todo, a practicar natación que es lo que generalmente más les cuesta. Es una prueba en la cual el primero demora 4 horas y el último llega en más de 7 horas”. El ex triatleta actualmente está cursando el quinto año de Educación Física en la Universidad Andrés Bello. Matías es padre de dos niños, Matías “Junior” (3 años) y María Trinidad (8 meses). Su esposa es educadora diferencial y la define como “completamente alejada del mundo deportivo” Al preguntarle cómo se definiría agrega: “Soy emprendedor, una persona que sabe aprovechar las oportunidades. Independiente si gano o pierdo en una competencia, tengo la capacidad de dar siempre vuelta la página”. Con respecto a su sueño como atleta manifiesta que el sueño de cualquier deportista es tener un club, “meta que la tengo casi cumplida, sólo falta desarrollarlo un poco más, incorporar nuevos socios, pero eso sí, siempre manteniendo el espíritu del club: unidad, compañerismo y que todos se sientan identificados con el espíritu de BRAIN TEAM”.SRN www.brainteam.cl Tergat, Gebrselassie y yo Por Francisco López • Este artículo relata la curiosa historia de un corredor que sin siquiera proponérselo, le ganó a los atletas de elite un maratón de Santiago. E n la cabina de primera clase del avión, Paul iba ocupando sólo la mitad del ancho asiento de cuero que lo cobijaba. Su cuerpo huesudo no hallaba el mismo confort que el resto de los robustos cinco pasajeros que lo acompañaban en First Class, y sus 28 pulsaciones por minuto lo acercaban más a un estado vegetativo que a una persona con miedo a volar. Santiago Runners Haile, por otro lado, desplegaba su enorme sonrisa de niño al lado de un americano rosado y enorme que, con seis whiskies en el cuerpo, trataba de explicarle en un inglés traposo algo relacionado a la guerra de Irak. Viendo el contraste entre tamaño y colores de ambos pasajeros, daba la impresión de padre e hijo adoptado en proceso de adaptación mutua. 18 ejecutivos de la cabina se preguntaban quién diablos eran estos negritos flacuchentos y qué tipo de negocio tendrían en Chile. Una cosa tenían clara, no obstante: a la cumbre del APEC no iban. Y los buzos deportivos que llevaban les hacían pensar que tampoco eran banqueros. Quizás, pensaba el más tecnológico de esa cabina, era verdad aquel e-mail que le había llegado varias veces, el cual comentaba acerca de un príncipe africano que tenía varios millones de dólares y quería invertir en Chile. Sólo por precaución, inmediatamente comenzó a buscar su notebook con la esperanza vana de tener aún el correo. El vuelo desde sus países de origen extremadamente largo, y después de cientos de carreras ganadas en sus años de gloria, hacen que ambos colosos del atletismo se merezcan ampliamente el derecho de ir cómodos a sus competencias. Además, el hecho que sus respectivos managers lo incluyeran como primera cláusula en sus contratos de participación en eventos también solía ayudar. Cada media hora, y como indicó el Dr. Gabriel Rosa en su planificación de hora a hora, Paul Tergat pasea su metro ochenta y cuatro por la cabina, estirando sus largas piernas de zancudo. Da tres pasos largos que cubren toda la cabina, se devuelve y completa este ciclo 30 veces. La azafata pasa y le sonríe automáticamente, preguntándose qué tipo de obsesión padecerá el atleta, y reflexionando sobre lo bien que le vendría ganar un poquito de peso a este moreno. Unos 30 kilitos, por ejemplo. Mientras, y a períodos regulares, los hombres de negocio y altos Es primera vez que llegan a Chile tales astros del deporte, lo que ha sido un milagro gestado por la Federación de Atletismo y por las empresas privadas, merced a la nueva ley de donaciones y de fomento al deporte recién estrenada después de sólo seis años de trámite legislativo. Y las apuestas son altas: Por primera vez se intentará, con posibilidades reales, romper una mejor marca mundial o, por lo menos, panamericana en el maratón de Santiago. Tergat ya está en pleno tapering, después de haber completado su ciclo de preparación de 18 semanas, en donde llegó a un peak de 280 kilómetros a la semana, lo que para él representa un poco más de horas diarias. En una semana, el keniata recorría más kilómetros que la mayoría de los automovilistas de Santiago. Y probablemente más rápido. Haile, ya retirado del fondismo en pista, se ha decidido a atacar las 2.05 en ésta, su segunda carrera, lo cual se prevé como un enorme desafío para el recordman mundial en ejercicio. Paul ha perdido en dos juegos olímpicos frente a su amigo, pero esta vez no está dispuesto a ceder. Por Chile, competirá lo más granado del atletismo criollo, que por un par Los dos periodistas le preguntan a Paul y Haile -en un inglés primariosi “les gusta Chile, qué opinan de Marcelo Salas, el retiro del Chino Ríos, si conocen a Erika Olivera, y qué esperan lograr”. Al día siguiente en la página 9 del suplemento de Deportes del Mercurio, detrás del partido de primera B, saldrá una pequeña nota sobre el arribo de estos deportistas a Santiago. Otro ánimo reina en la FEDACHI, en donde hay efervescencia y ha concurrido lo más selecto de la dirigencia del deporte nacional. Allí, los 83 dirigentes presentes se palmotean la espalda por este gran triunfo, se dan abrazos y planifican a viva voz el próximo deportista de clase mundial a traer. ¡Sergei Bubka! Grita uno; ¡no mejor Carl Lewis!, dice otro; ¡Akebono la lleva!, clama desde una punta del salón un dirigente recién elegido, provocando las caras de estupefacción de los presentes, que todavía no están familiarizados con la rama de sumo y sus figuras. En tanto, los cuatro atletas chilenos invitados son los únicos en acercarse a saludar a los africanos cuando llegan a la sede. Simultáneamente Con un concepto rupturista e innovador, “CP S&S” le hace una fiera competencia al Balthus, pero ayudando a los socios a ganar peso y pasarlo bien. No existen allí Gatorade ni Powerbar. En su lugar, pasteles de choclo y jugosas empanadas constituyen los snacks básicos de cada miembro. Las repeticiones, a diferencia de los ejercicios repetitivos, cortos y de alta intensidad, aquí se entienden como servirle al comensal de turno un segundo plato idéntico al recientemente manducado. Comienza la ceremonia y toma la palabra el presidente de la Federación, quien destaca lo importante que es para ellos haber traído a estas figuras del atletismo mundial a Santiago. Los otros 16 dirigentes que suben después, incluido el de aeromodelismo, básicamente repiten lo mismo, agregando el rol fundamental de su Federación en este logro. En un rinconcito, los representantes de los Runners que consiguieron asistir al evento -invitados por un runner que misteriosamente consiguió entradas para el evento y las distribuyó según criterios insondables– miran con cierta pena el espectáculo. Uno de ellos, en un inglés más que aceptable le pregunta: Mr. Tergat and Mr. Gebrselassie: ¿Wil you be attempting to break the record in Santiago? La sala se queda en silencio mientras los africanos elaboran una larga respuesta con sabor a reggae y que nadie entiende, pero que, al parecer, dice que “no porque el circuito es muy difícil, pero que darán lo mejor de sí mismos”. Yo que he salido de paseo con mi amigo V.C. alcanzo a comer un canapé medio aplastado que está en el suelo, pero que es lo único que queda después de 90 segundos de arribar las bandejas. ¡A dormir, que mañana hay carrera! Me acurruco en la alfombra y a saltitos logro conciliar el sueño. Santiago Runners (*) R.S ha dejado la organización de eventos deportivos y ha abierto un restaurante de comida nepalesa, dándose cuenta, con mucha satisfacción, que es mucho más fácil ganarse la vida agregándole kilos a las personas que convencerlos de que los bajen participando en carreras. Su nuevo negocio le ha mejorado el carácter, anda siempre rodeado de animales y pájaros, como un San Francisco de Asís contemporáneo y, adicionalmente, ha seguido la franquicia de la cadena americana de gimnasios “CP S&S“, algo así como Couch Potatoes Sport&Spa. y yo En el aeropuerto sólo dos periodistas están esperando a los astros del fondismo, lo que contrasta con los 267 profesionales de la prensa y 54 noteros que esperaban a Maradona la semana pasada, cuando vino al programa del día lunes a contar su última crisis cardíaca y cómo ahora sí se estaba rehabilitando en Cuba “por sus hijas, por el fúbol y por la Argentina, viste” al primer flash de cámara, y sin saber de dónde, el inefable R.S. (*) se aproxima a saludar a los deportistas. Tergat, Gebrselassie de horas tendrá el privilegio de compartir el asfalto de la capital con estos monstruos del deporte. Erwin Valdebenito, gran ultra atleta, estará presente. Allí estará también Jonathan Monje; Eduardo Carrasco; Mauricio Díaz, que se ha venido desde España en donde ha tenido una brillante carrera; Clara Morales y Erika Olivera (quien estrenará un color verde fosforescente en el pelo para la ocasión, y tratará de bajar las 3:15) y un nutrido contingente de miembros del Santiago Runners, que aspiran a sacarse una foto con tan destacadas visitas. 19 Domingo 8 A.M., Elipse del Parque O’Higgins Se inicia la carrera. Tergat y Haile salen en punta a ritmo de 2,55 el mil. Dos valientes chilenos se pegan a ellos, pero mientras los africanos van conversando entre ellos, los dos chilenos, de pelo duro, y con uniformes de las fuerzas armadas, parecen a punto de tener mellizos, en un parto natural, colocando caras de dolor, resoplando, y con la cabeza agachada. Yo, que salí con ellos, los dejo y me voy tras los africanos. Me pego a sus espaldas, al mismo ritmo. Estoy sin camiseta ni número, pero es que aún no he encontrado una que me guste. Tergat me nota y en un principio acelera el ritmo como si yo lo fuera a morder. Haile ni se inmuta, ya que ha visto muchas cosas en sus casi 20 años de carrera. Seguimos como siameses durante los primeros 30 kilómetros, y ya la noticia se ha esparcido sobre la insólita situación de tener a los dos seguros ganadores con esta inesperada –y para algunos indeseada– compañía de tan poco pedigrí. “Sólo en Chile puede pasar esto...”, sentencia un comentarista de televisión, mientras mueve lentamente, de lado a lado la cabeza en un gesto estudiado por horas frente al espejo de su camarín. Santiago Runners En el kilómetro 35 los africanos apenas si aminoran la marcha para coger un vaso de agua. Yo, que voy con la lengua colgando, también tengo mucha sed, pero no puedo tomar en vaso plástico, y si me detengo, me van a descolgar, de modo que sigo detrás de ellos, aprovechando que ya me han ignorado. 20 Tomo agua en un charco que se forma al pie de un grifo de avenida Maratón, en medio de una barriada gris y desolada. Los africanos parecen haberse resignado a este espécimen chileno pisándoles los talones, pero en el fondo presiento que me consideran de otra categoría, como de otra especie. Y algo de razón tienen. Por lo menos así lo siento yo, y tengo un instinto animal para detectar estas cosas. Los últimos metros de gloria Un par de borrachitos le gritan algunas groserías a los atletas, y a mí me lanzan un piedrazo, pero el vino les ha descalibrado la puntería y no me pegan. Paul y Haile les llevan más de 15 minutos de ventaja a los fondistas chilenos de elite, y van saludando a la gente con un leve giro de las manos. Paul se desliza con su correr majestuoso, de tal modo que parece flotar en el concreto capitalino. Da la impresión de ir manejando un poderoso convertible y apenas un par de gotitas de sudor adornan su frente. Haile va a la par con su paso redondo en donde sus piernas parecen salir desde el estómago hacia el frente y comerse el pavimento mientras la otra pierna, cual garrocha, prepara el siguiente salto, como si fuera haciendo patitos en el asfalto. Mientras tanto, yo sigo detrás, pegadito a mis socios. Un hilo de saliva empieza a correr por mi cuello, y me doy cuenta que voy a tope, pero determino seguir aperrando. Y así será. Un móvil de CQC y otro de Canal 13 nos enfocan e, incidentalmente, al ver la situación, nos dejan en cámara y en vivo para todo el país. Parece que soy un factor de sorpresa, pero veo caras de disgusto entre los organizadores a bordo, ya que no tienen planificada esta salida de libreto. Entramos en la elipse del Parque O’Higgins, y los dos atletas van cabeza con cabeza, han acelerado el ritmo y van en un sprint a 2,45. A 100 metros se ve la meta. Un equipo de sonido con música estruendosa anima la llegada. Por una vez siento como inflamado el pecho y decido que es mi día, que voy a probar suerte, estoy contento, y le doy con todo. Me adelanto a los africanos y en los últimos 10 metros, como si tuviera cuatro extremidades, en un esfuerzo agónico, estiro mi cuello y cruzo primero la meta, alzando la punta de mi hocico, que se adelanta por milímetros a la frente de Haile, que en un postrer esfuerzo, se zambulle hacia delante. Gané... les gané. ¡Yo gané! Los atletas lucen cansados, pero se recuperan casi de inmediato, parloteando entre ellos un dialecto incomprensible. Yo siento que he representado bien a mi patria, me duele todo, especialmente las patas, pero Chile lo merece. Me paseo orondo por la meta mientras algunos niños intentan acercarse para hacerme cariño, ante el horror de sus madres, que los tironean y reprenden ante la idea. Sin darme cuenta, y sin ver desde donde, recibo una fuerte patada en las costillas, que me levanta y deposita a medio metro de mi lugar. Suelto un aullido de dolor, me repliego y salgo corriendo, ante los insultos del agresor. Veo que viene mi amigo Víctor, Víctor C. mi querido amo. Me pone la cadena y me va aleccionando, en un inglés cortante, que eso no se hace, pero no puede disimular su orgullo. Total, no todos los días se obtienen estos triunfos para el país. Aunque sean brindados por un perro. SRN “Me adelanto a los africanos y en los últimos 10 metros, como si tuviera cuatro extremidades, en un esfuerzo agónico, estiro mi cuello y cruzo primero la meta, alzando la punta de mi hocico, que se adelanta por milímetros a la frente de Haile, que en un postrer esfuerzo, se zambulle hacia delante”. AVISO MONTGRASS Mujeres en la Pista • Si ya el trote me ha hecho sufrir mucho en la vida, porque nunca he disfrutado trotando, sino todo lo contrario, en honor a la verdad tengo que decir que las mujeres no han hecho nada para aliviar ese sufrimiento, sino que, al contrario, lo han ahondado. La Columna de Hermógenes Por Hermógenes Pérez de Arce L as mujeres me han hecho sufrir mucho trotando. Ya estoy resignado a que casi todos los hombres, con la salvedad del Mota Menéndez y Danilo Sánchez, me ganen. Incluso que algunos me vejen, como el chico Barros, que cierta vez, cuando participábamos en una de esas carreras de beneficio, se había quedado compasivamente atrás para acompañarme, pero cuando divisó en lontananza a un grupo de espectadores, me dijo que se iba a tener que adelantar, porque él tenía cierto cartel (una vez ganó un maratón de la Hispanidad) y le daba vergüenza que lo vieran correr al mismo ritmo mío. Pero los sufrimientos mayores se los debo a ellas. No voy a dar nombres, pero una trotadora joven y buenamoza me dijo una vez en la partida de uno de esos 10 K que se corrían en Trapenses, que le habría gustado correr junto conmigo, pero estaba lesionada y se iba a tener que quedar atrás. Cuando se dio la partida me dejó atrás a los 100 metros y llegó un cuarto de hora antes que yo. No se lo he perdonado nunca. Otra vez íbamos con el mismo chico Barros subiendo hacia la Virgen y, como no había nadie que nos viera, él iba a mi ritmo. Entonces nos cruzamos con una trotadora estupenda que venía de vuelta y Barros, que tiene mucho oficio, le preguntó por qué no nos acompañaba a subir un poco. Ella dijo que feliz, porque se había vuelto sólo por miedo a ser asaltada y le encantaría llegar a la Virgen. Entonces ellos dos se olvidaron de mi ritmo y empezaron a adelantarse. Yo, por orgullo traté de mantenerme a la par y al final llegué relativamente cerca, pero agónico. Estuve tan próximo a un desenlace fatal que al día siguiente, en un almuerzo, un amigo al verme me preguntó, juzgando por mi aspecto, si había pasado toda la noche de juerga. Bueno, pero a esa misma trotadora que me hizo sufrir yo le recomendé incorporarse al Runners, donde es hoy una de las más destacadas. Y siempre me agradece la sugerencia. El sufrimiento valió la pena. Hay una morena estilizada que trota diariamente en el verano entre Algarrobo y Mirasol con un ritmo endemoniado. Con ella, por suerte, siempre nos cruzamos, porque si fuéramos en el mismo sentido yo, por mantener el honor en alto, podría quedar en estado de ni siquiera alcanzar a llegar a la UTI. Ni la trotadora más longeva de la plaza se apiadó de mí. Una vez me alcanzó en el cerro, conversamos un par de minutos y luego se despidió, diciéndome que no estaba acostumbrada a correr tan despacio, a pesar de que yo estaba tratando de mantenerme a la par de ella y completamente excedido de mi ritmo. Fue muy duro para mí. En París una rubia me hizo algo aún más terrible. Yo iba agónico, faltando unos 200 metros para la meta y jugándome entero por bajar de las cinco horas, cuando ella me alcanzó y, en lugar de pasarme, se me puso sugerentemente al lado. Era angelical, no se le veía una gota de transpiración y ni siquiera llevaba la respiración agitada. Iba con un buzo flamante que decía algo de California. Me sonrió y yo le devolví lo que debe haber sido una mueca, pues ya no tenía energía ni para levantar la comisura de los labios, pero ella siguió generosamente a mi ritmo. Eso me hizo concebir la idea peregrina de que ella podría querer cruzar la meta junto conmigo y llegar a conocerme mejor, o algo así, pero justo cuando faltaban 50 metros inició un pique fantástico y me abandonó para siempre. Son heridas que van quedando. Si ya el trote me ha hecho sufrir mucho en la vida, porque nunca he disfrutado trotando, sino todo lo contrario, en honor a la verdad tengo que decir que las mujeres no han hecho nada para aliviar ese sufrimiento, sino que, al contrario, lo han ahondado. No obstante lo cual les extiendo un perdón sin reservas, generoso y de todo corazón. SRN “El Grupo” S e les puede ver apiñados desembarcando de uno o dos autos todos los martes y jueves a la 1.10 P.M. en punto, por la subida de la Pirámide del cerro San Cristóbal. Llueva, truene o caigan los patos asados, allí los verán, infalibles a su cometido. Este grupo de compañeros de trabajo -el que ahora ya se ha transformado simplemente en un grupo de amigos-, comparte la misma afición o, más bien, obsesión por correr y adicción a las endorfinas que esto les genera. Ellos dicen que en el ascenso van quedando ansiedades, estrés, rabias y penurias varias, propias de la jornada laboral o simplemente de la vida misma. Pero ya de regreso se les puede ver sonrientes, sosegados, sin estrés y casi en paz. Ellos dicen que correr no soluciona los problemas, pero sí ayuda a mejorar el ánimo y enfrentarlos de otra manera. Dicen también que se sienten tremendamente afortunados y agradecidos de poder disfrutar del cerro en soledad, en silencio, pleno de aromas y de colores, cualquiera sea la época del año. Cada estación del año, tiene su encanto para estos corredores. • Todos los martes y jueves a la hora de almuerzo, un grupo de 13 personas de distintas nacionalidades emprende el ascenso al cerro San Cristóbal por la subida de la Pirámide. Todos comparten la misma afición, o tal vez, la misma adicción: correr. Se trata de un grupo de compañeros de trabajo que transmiten y contagian buena onda y alegría. Por Mariela Garabadian El Grupo aún no ha sido bautizado, pero para efectos de este artículo seguiremos refiriéndonos a él, simplemente como “el Grupo”. Dentro del Grupo hay una ex Santiago Runners, y dos activas. Una de ellas, miembro y activa participante de todos los carretes del Santiago Runners es “afuerina” a este Grupo. Sin embargo, fue acogida con los brazos abiertos; así, sin condiciones. La otra miembro del Santiago Runners es más conocida por algunos como “la corredora autista”, ya que quienes la conocen, dicen que como más disfruta corriendo es justamente así, solita. La verán subiendo sola a la Virgen todos los sábados para bajar siempre muy bien acompañada. El Grupo está compuesto por alrededor de 13 personas provenientes de Chile, Venezuela, Suecia, Alemania, México, Argentina, Italia, Ecuador, Colombia y Bolivia, pero se habla en chileno puro. La jerarquía que existe en el trabajo deportivo, desaparece al momento de exhibir piernas (peludas las que deberían ser peladas y lampiñas las que no deberían serlo), tenidas top de algunos(as) y muy improvisadas las de muchos y, sobre todo, al dejar en evidencia la arquitectura física real, no aquella que se esconde bajo los ternos y las tenidas de trabajo glamorosas. Al final, el cansancio, la sudoración y la sensación de misión cumplida, ataca a todos por igual. Sólo se les ve juntos al inicio y al final de cada aventura ya que a las 1.55 P.M., deben estar todos de vuelta en el punto de partida para emprender raudos y nuevamente apiñados, el regreso. Ahí comienza la segunda carrera: subirse a los autos, llegar a la oficina (que está muy cerca), correr a los camarines, desvestirse, ducharse, vestirse, pintarse y secarse el pelo las mujeres, correr a la cafetería a almorzar lo que se pueda, y estar en sus respectivos puestos de trabajo a más tardar a las 2.45 P.M. como si nada hubiese pasado. Es toda una hazaña la que hace este Grupo, que sin duda, es digna de ser destacada y por qué no, también imitada. Si bien muchos los tildan de fanáticos, casi todos alaban su tesón, constancia y disciplina. ¿El resultado de este esfuerzo? Un grupo de compañeros de trabajo que transmiten y contagian buena onda y alegría. SRN Santiago Runners Develando la identidad de 23 AVISO FAVORITA Santiago Runners Esencia de 25 Depor tista Por Rodrigo Ugalde P. G eneralmente escribimos artículos en nuestra revista para compartir con los otros runners nuestras experiencias en maratones y otras carreras de fondo. • Esta es la historia, desconocida por muchos, de un atleta -miembro del Santiago Runnersque refleja profundamente el espíritu de un verdadero deportista. En esta oportunidad mi objetivo es otro, no porque no tenga nada que contar de mis experiencias en maratones, triatlones y duatlones, sino porque quiero dejar en el papel una situación que, protagonizada por uno de los nuestros, merece ser conocida y recordada. Ella refleja -creo yo- lo que es en esencia un verdadero deportista. La historia pertenece a un atleta que tengo el placer de conocer desde los lejanos años ‘60, cuando muy chico lo veía llegar a tomar once a la casa de calle Catedral donde yo vivía en esos años. Llegaba allí, luego de entrenar en la Quinta Normal, junto con mi tío Héctor y otros atletas del mítico Stade Français de la época. También lo hago por cuanto es muy probable que muchos de los actuales miembros del club – especialmente los sub 40- desconozcan los enormes logros deportivos de quien es el protagonista de la historia de solidaridad deportiva que motiva este artículo. Tales logros aumentan la importancia de su noble gesto. Algunos ejemplos de sus impresionantes éxitos deportivos son los siguientes: • Campeón chileno y sudamericano en 400 metros vallas, tanto juvenil como adulto. • Record de Chile (durante más de una década) en los 400 metros vallas. • Record de Chile en la posta 4 por 100 y 4 por 400. • Finalista en los 400 metros vallas en los Juegos Panamericanos de Winnipeg en 1967 (6º lugar en la final). Con tales credenciales deportivas nuestro amigo runner fue seleccionado para representar a Chile en los Juegos Olímpicos de México de 1968, junto con otros destacados atletas chilenos, entre los que recuerdo al gran Jorge Grosser (elegante atleta porteño con marcas de 1.49 en los 800 y 3.41 en los debido al descomunal esfuerzo de correr esta exigente prueba en la altura de Ciudad de México. 1.500, en pista de ceniza) e Iván Moreno (el famoso “mono moreno“, con 10.2 en los 100 metros planos y 20.8 en los 200 metros). Es cierto: Perdió todo aquello Nuestro amigo runner llegó a México luego de meses de sacrificada preparación y con el legítimo deseo de lograr su mejor marca histórica en la cita olímpica, con lo que seguramente accedería a la final de su prueba. Sin embargo, creo que ganó mucho más, puesto que con su actitud solidaria, desinteresada y desconocida por el gran público, logró que Iván Moreno se recuperara de su enfermedad y tuviera una estupenda actuación en los Juegos Olímpicos de México, llegando a las semifinales en los 200 metros planos. Se ganó con ello la admiración de todos los que posteriormente nos enteramos (por terceros, puesto que él no lo cuenta) de lo que hizo por su amigo y por el atletismo de Chile. Los que vivimos dicha Olimpíada como espectadores a través de los diarios y la TV en blanco y negro de la época, nada supimos en 1968 de este gesto que contaré. Principalmente la recordamos por grandes marcas de los atletas del “black power“ , como la del salto largo (los 8,90 de Bob Beamon), como la de los 400 metros planos (43,8 de Lee Evans) y, además, por que en aquellos juegos se bajó por primera vez de los 10 segundos en los 100 metros planos (Jim Haines). En la Villa Olímpica ocupó su lugar nuestro amigo runner y esperó su oportunidad de participar en los Juegos. A los pocos días llegó también a México su co-equipo Iván Moreno. Como era de suponer no había ningún dirigente –ni nadieesperando a Iván en el aeropuerto y tampoco existía reserva de alojamiento para él en la Villa Olímpica. De este modo, no le quedó otra que dormir en el pasillo de la Villa, lo que le generó un fuerte resfrío, acompañado de fiebre alta que ponía en serias dudas su participación en los Juegos. Santiago Runners Aquí es donde apareció nuestro runner, quien a riesgo de enfermarse, le facilitó su pieza a Iván Moreno. Más aún, se preocupó de buscar y comprar los remedios necesarios y de servirle de enfermero, todo con el consiguiente resultado de lograr la recuperación del gran “mono “. 26 Lamentablemente nuestro amigo runner se contagió y terminó, en plenos Juegos Olímpicos, enfermándose de los mismos males que Iván Moreno, todo por haber ayudado a su amigo de siempre. ¿Qué sucedió en los Juegos? Muy sencillo, nuestro runner participó muy enfermo. La verdad es que estuvo a punto de no hacerlo, pero la insistencia y el apoyo de su amigo Gonzalo Alcaíno hicieron que se levantara de la cama con 40 grados de fiebre y que, luego de meterlo a la ducha fría, pudiera correr su serie de los 400 metros vallas. En ella logró entrar primero a la recta de los últimos 100, desfalleciendo en la recta final a causa de la fiebre. Sin embargo, a pesar de todo, logró terminar la carrera, en la que no hizo la marca esperada, la que de todos modos fue 53 segundos y fracción, realmente buena para las circunstancias en que corrió. Como la marca obtenida no fue la esperada, se le criticó por los mismos que, con su desidia y falta de planificación, habían causado la enfermedad del gran especialista en 100 y 200 metros planos y que él había logrado recuperar, sacrificando su salud y su preparación de meses y años. Peor aún, perdió la única oportunidad que tendría en su vida de entrar a una final olímpica. Esto último es real, no es un invento, puesto que sus estupendos tiempos perfectamente daban para una final. Prueba de ello es que su eterno rival, el argentino Juan Carlos Dryzca (a quien ya había vencido en el Sudamericano), hizo 49,9 en la prueba, terminando tirado en la pista, desmayado y con oxígeno, Además ganó algo más importante, ya que con su gesto seguro debe haber consolidado una amistad que ha sido de toda la vida con el gran atleta al que ayudó en un momento tan difícil. Personalmente, aún recuerdo la foto en la primera página de El Mercurio con Iván Moreno dando dura pelea a los atletas de color en la prueba reina del atletismo y en la semifinal de los 200, donde tuvo la oportunidad de correr con dos verdaderos gigantes del atletismo, como Tommie Smith y John Carlos. Seguramente el gran Iván recordó en ese tan especial momento para un atleta, al amigo que le tendió la mano y que hizo posible que pudiera cumplir con el sueño olímpico, a riesgo de perder el suyo. ¿Quién es este verdadero runner? Para los que aún no lo han adivinado es nuestro amigo Santiago Gordon Armas, el que hasta hoy -pasados los 60 años (perdona Santiago por decir la edad) -, continúa siendo un gran atleta, un gran ciclista (varios cruces de los Andes en bicicleta lo avalan), un gran amigo siempre listo a compartir y enseñar y, por sobre todo, un ejemplo para todos nosotros de cómo debe ser asumido el deporte para que sea una actividad que permita un verdadero crecimiento personal. SRN Crema Volteada Por: Rosita Villanueva INGREDIENTES: 2 tazas de quinua cocida con una astilla de canela y dos clavos de olor 1 lata de leche evaporada Ideal 1 lata de leche condensada Nestle 4 huevos grandes 1 cucharadita de esencia de vainilla 1 taza de azúcar Cocinando con... Cocinando con... de Quinua PREPARACION Derretir el azúcar en una olla, verter a un molde redondo con hueco y distribuir por todo el molde. Licuar la quinua con la leche evaporada Ideal. Batir los huevos y mezclar la leche condensada Nestlé, la esencia de vainilla, y la quinua licuada. Verter la preparación en el molde y llevar al horno de 350º f (175º C) en baño maría por una hora aproximadamente o hasta introducir un cuchillo y que salga sequito, retirar, dejar enfriar completamente y desmoldar. Tiempo de Preparación 20 minutos Tiempo de Cocción 1 hora Tips: postres peruanos , la quinua se consigue en el Jumbo o en la bodeguita peruana en el Pueblo del Inglés; es un gran alimento lo consumían los incas. Al cocinar la quinua obtendrá mejores resultados si le cambia el agua del primer hervor. SRN Nacimientos Santiago Runners Nuevos Socios Familia Serrano-Bofill junto al retoño José Pedro. 28 Birgit Müller 46 años, casada con nuestro amigo y socio Francisco Olivari, nació en Austria y ya lleva 10 años en Chile. Le encanta la música y las actividades al aire libre. De profesión médico. Ya tiene un 21k en el cuerpo y su sueño es ser profeta en su tierra, posiblemente debute en Viena en mayo de 2006. Enrique Rawlins 59 años, casado con Patricia Schneider López, dos hijos, Enrique y Joan. Otros hobbies, disfruta de la navegación a vela y del montañismo. De profesión constructor civil. Tiene once maratones en el cuerpo y un pasado de cuatro años por el Santiago Runners Club, hoy lo tenemos de vuelta y promete no retirarse jamás. En sus maratones, destacan Nueva York, Berlín, Estocolmo, Twin Cities, Chicago, Portland, Washington y San Francisco. Luis Antonio Baeza 46 años, casado con Sofía Infante Lira, tres hijos, Federico (18), Magdalena (16) y Felipe (11). Otros hobbies: disfruta de la navegación a vela y la lectura. De profesión ingeniero comercial. Ha corrido dos maratones, ambas en Santiago, espera debutar internacionalmente en Nueva York 2005. Se declara hincha de la “U”.