INICIATIVA DE LEY SOBRE CELEBRACION DE TRATADOS Fuente

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INICIATIVA DE LEY SOBRE CELEBRACION DE TRATADOS
Fuente: Diario de los Debates de la Cámara de Senadores del 15-IV-99.
(Presentada por el C. Senador Jorge Calderón Salazar, del grupo parlamentario del PRD)
- El C. Senador Jorge Calderón Salazar: Señor Presidente; estimadas Senadoras y Senadores:
Voy a presentar a su consideración una iniciativa de Ley sobre Celebración de Tratados, que estimo, tal como
intentaré fundamentar a continuación, es congruente con los principios constitucionales de política exterior
definidos en el artículo 89, fracción X; y es también acorde con las facultades sustantivas que en el ámbito de las
relaciones internacionales y la aprobación de tratados tiene la Cámara de Senadores de acuerdo al artículo 76,
fracción I.
Estimo que, dada la creciente complejidad, riqueza, diversidad, de la dinámica de globalización, en la que México
está inmerso, es imperativo abrogar la Ley de Tratados vigente e indispensable que nuestro país cuente con un
ordenamiento jurídico que permita la adecuada defensa del interés nacional de la soberanía y de la integridad de la
República.
El proyecto de Ley sobre la Celebración de Tratados, que presentamos a esta H. Cámara de Senadores, tiene como
finalidad regular la facultad que establecen los artículos 76, fracción I y 89, fracción X de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, en lo que se refiere a la aprobación y ratificación de los tratados, convenios y
acuerdos internacionales.
En el Derecho Internacional prevalece el principio de que todas las obligaciones, internacionalmente asumidas,
deben ser respetadas. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece, como norma
primordial, lo que ésta dispone y las leyes que de ella emanen. Los tratados y convenios internacionales, conforme
al artículo 133, tienen que estar de acuerdo con la misma.
Sin embargo, deseo llamar la atención de esta soberanía, la muy relevante disposición que establece el artículo 15
de la Constitución, que a la letra dice que no se autoriza la celebración de tratados para la extradición de reos
políticos ni para la de aquellos delincuentes del orden común, que hayan tenido en el país donde cometieron el
delito, la condición de esclavos.
Pero, y esto deseo resaltarlo particularmente, añade: ni de convenios o tratados en virtud de los que se alteren las
garantías y derechos establecidos por esta Constitución para el hombre y el ciudadano.
Adicionalmente, el artículo 133 establece de manera puntual, que esta Constitución, las leyes del Congreso de la
Unión que emanen de ella y todos los tratados, subrayo, que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se
celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán Ley Suprema de la Unión.
Lo expuesto fundamenta la necesaria y obligatoria congruencia entre los tratados negociados por el Ejecutivo y
ratificados por el Senado, y las garantías y derechos constitucionales; así también, es obligatoria y mandataria la
precisa definición constitucional de que los tratados deben estar acordes con las definiciones, criterios y normas
que define nuestra Carta Magna.
La iniciativa que someto a la consideración del Senado, busca, además de precisar y normar adecuadamente los
mecanismos de celebración de tratados, establecer la adecuada congruencia entre tratados e instrumentos
internacionales, y lo que disponen el 15 y 133 constitucional respecto a la vinculación entre estas negociaciones
internacionales y el orden jurídico de nuestra nación.
En este proyecto de ley se propone la desaparición de los llamados Acuerdos Interinstitucionales, que son extraños
a nuestro sistema jurídico y no se reconocen en el derecho internacional.
Las Secretarías de Estado y la Procuraduría General de la República no son reconocidas por el derecho
internacional, y tampoco lo son por nuestra Carta Magna, para firmar, celebrar y ratificar instrumentos
internacionales en forma autónoma; son entidades del Poder Ejecutivo Federal, y los resultados de sus
negociaciones deben ser obligatoriamente sometidas a la consideración de la Cámara de Senadores.
Estos acuerdos, firmados con entidades tan diversas como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial;
por la Secretaría de Hacienda, por ejemplo, o con la DEA y otras entidades estadounidenses; por la Procuraduría y
por muchas más Secretarías de Estado, estos acuerdos, si no son ratificados por el Senado de la República, en su
caso, violan el artículo 117, fracción I de la Constitución, que prohibe a los estados de la Unión la celebración de
alianzas, tratados o coaliciones con otros Estados o potencias extranjeras y, además, confunden lo que es facultad
soberana y sustantiva del Presidente de la República con la aprobación del Senado de acuerdo al artículo 89,
fracción X.
La institución del Poder Ejecutivo facultada para instrumentar la política exterior del titular del Ejecutivo Federal,
es la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Con la ley vigente, ésta pierde la capacidad efectiva de conducción de esta importante actividad, y en ciertos casos
se convierte en una especie de entidad que realiza el registro de los acuerdos interinstitucionales, pero sin poder
orientar de manera decisiva esta muy relevante acción.
De acuerdo al artículo 76, fracción I de la Constitución, le corresponde, como facultad exclusiva a la Cámara de
Senadores, la aprobación de los tratados y convenios que celebre el Ejecutivo de la Unión.
En el presente proyecto de ley se establece la obligatoriedad de la participación y la conducción de la Secretaría de
Relaciones Exteriores en todos los tratados, convenios, acuerdos, instrumentos y memorándum de carácter
internacional que tengan obligaciones vinculatorias.
Por otra parte, consideramos que la Cámara de Senadores debe ratificar, como lo hace para cónsules y embajadores
, los nombramientos de agentes diplomáticos hechos por el Poder Ejecutivo, cuando son mandatados para conducir
o realizar negociaciones internacionales.
La aprobación de tratados internacionales, por parte del Senado, no limita a nuestro cuerpo representativo para
formular reservas dentro del respeto que existe entre los poderes de la Unión.
El artículo 19 de la Convención de Viena sobre Tratados Internacionales, faculta a los Estados en cualquier
negociación de un tratado a formular las reservas que su interés nacional imponga.
Es, pues, una obligación del Senado revisar los textos de los tratados y convenios para su aprobación; y cuando
algún elemento de su contenido pudiera ser nocivo para el interés nacional, y previo a su ratificación, debemos
hacer explícita la facultad de formular reservas que podrán notificársele al Presidente de la República para que las
incorpore en el instrumento pertinente antes de la aprobación del órgano legislativo.
Por otra parte, en el artículo 8º de la iniciativa que se somete a su consideración, se propone una participación más
activa del Senado en la negociación de los instrumentos internacionales.
No buscamos una confrontación entre poderes, sino un mecanismo de coordinación acorde con el espíritu del
Constituyente de 1917.
Otro aspecto relevante es que recogemos las normas de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, donde
se define que antes de acudirse a los órganos regionales de defensa de los derechos humanos, se tienen que agotar
los procedimientos jurisdiccionales establecidos en el orden jurídico interno de cada nación.
Adicionalmente, debo destacar ante ustedes que hemos visto con preocupación que en los tratados de comercio
firmados por nuestro país, y en los denominados "Acuerdos de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones",
se establecen formas de solución de controversias que violan garantías individuales y sociales, y no se respeta la
primacía de la Suprema Corte de Justicia y de los órganos de administración de justicia de nuestro país.
El respeto a los derechos humanos, laborales, sociales y ambientales, debe ser parte integral de los tratados que se
celebren, ya que así lo establecen los artículos 15 y 133 de la Constitución.
Sin embargo, algunos tratados ya vigentes no incluyen el respeto a las garantías de los ciudadanos.
En lo relativo a la solución de controversias, deben recordarse las palabras de Venustiano Carranza, en su
condición de Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos:
"Ningún individuo debe pretender -dice Venustiano Carranza- una situación mejor que la de los ciudadanos del
país a donde va a establecerse, ni hacer de su calidad de extranjeros un título de protección y de privilegio.
Nacionales y extranjeros deben ser iguales ante la soberanía del país en que se encuentran".
Otro elemento que esta iniciativa de ley busca regular, es establecer mecanismos claros de supervisión de los
convenios, acuerdos que firma con entidades internacionales la Procuraduría General de la República.
Estimamos que debe ser una facultad acotada, supervisada por la Secretaría de Relaciones Exteriores; y que todo
convenio, acuerdo, memorándum o entendimiento en materia de cooperación antinarcóticos o de seguridad pública,
debe ser obligatoriamente aprobado por el Senado de la República.
Por lo anteriormente expuesto, se propone una nueva ley, de la que sólo deseo destacar dos artículos por la
importancia para nuestro órgano legislativo:
El primero, el artículo 8º que se somete a la consideración dice así: "La Cámara de Senadores formulará los
lineamientos básicos que deberá contener el proceso de negociación de instrumentos internacionales vinculatorios.
La Cámara de Senadores será un órgano de consulta obligatorio en las negociaciones internacionales. El Poder
Ejecutivo, sin menoscabo de sus facultades de conducción de la política exterior, debe escuchar las observaciones
que le haga el Senado de la República. Los secretarios de despacho y los agentes diplomáticos mandatados para
representar a México en las negociaciones internacionales tomarán en cuenta los comentarios, observaciones y
sugerencias que a ese efecto realicen los miembros del cuerpo colegiado con el fin de preservar el interés nacional,
la soberanía e integridad de la República y los principios de política exterior establecidos en la Constitución.
El Poder Ejecutivo y las entidades de la administración pública federal deberán informar de manera periódica,
suficiente y oportuna al Senado de la República los aspectos sustantivos y fundamentales de la negociación de
estos instrumentos".
Por otra parte, el artículo 9, dice así: "El Senado de la República dentro de la facultad exclusiva de aprobación de
los tratados internacionales, podrá formular reservas al Tratado Internacional dentro del dictamen que
corresponda".
Adicionalmente, se establece en el artículo 11 la facultad de Relaciones Exteriores para participar y coordinar las
negociaciones de toda clase de tratados, acuerdos, convenciones e instrumentos.
En el 12 se definen normas muy claras para acotar facultades en materia de cooperación antinarcóticos de la PGR.
Y finalmente, en el artículo 14 se establece: "Los tratados comerciales y los de carácter financiero y de inversiones
deberán ajustarse a las siguientes reglas:
I. Respetar las garantías individuales, sociales, ambientales y laborales establecidas en la Constitución de los
Estados Unidos Mexicanos. En ningún momento los extranjeros tendrán más derechos que los nacionales en
territorio mexicano".
Y se concluye este artículo diciendo: "Si los tratados tienen procedimientos para dirimir controversias, sus
resoluciones deberán ajustarse a lo que establezca el juez nacional competente, conforme al derecho interno".
Estimo, y con ello concluyo estimados legisladores, que la iniciativa que someto a su consideración corresponde a
la defensa del interés nacional, y de ser aprobada, una vez dictaminada en las comisiones respectivas, puede
contribuir, si la Colegisladora a su vez la aprobase, a una adecuada estructura jurídica en la negociación de tratados
internacionales, pero sobre todo, lo más importante, puede contribuir a preservar el bienestar del pueblo mexicano
dentro de los diferentes instrumentos que nuestra nación está negociando.
Gracias por su atención.
Gracias señor Presidente, hago entrega formal, señor Presidente, de la iniciativa de ley para el trámite legislativo
que usted se sirva dictar.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Iniciativa
"México, D.F., 15 de abril de 1999
Iniciativa de Ley sobre Celebración de Tratados
El proyecto de Ley sobre Celebración de Tratados que presentamos a esta H. Cámara de Senadores tiene como
finalidad regular la facultad que establecen los artículos 76, fracción I y 89, fracción X de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos en lo que se refiere a la aprobación y ratificación de los tratados, convenios y
acuerdos internacionales como partes fundamentales de nuestra política exterior.
Consideramos que la actual ley cumplió con su cometido. Fue la primera que definió una normatividad sobre estos
temas; sin embargo estimamos que tiene disposiciones que no se ajustan adecuadamente a la voluntad del
Constituyente de 1917. Los objetivos de la ley no son muy claros porque algunas de sus disposiciones ya se
plantean en otro tipo de instrumentos que son Ley Suprema de la Federación como la Convención de Viena sobre
Tratados Internacionales.
En el derecho internacional prevalece el principio de que todas las obligaciones internacionalmente contraidas
deben ser respetadas. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece como norma primordial
lo que ésta dispone y las leyes que de ella emanen. Los tratados y convenios internacionales, conforme al artículo
133, tienen que estar de acuerdo con la misma.
Esta aparente contradicción se resuelve cuando en la Convención sobre Derechos de los Tratados de Viena en el
artículo 46 establece: "el hecho de que el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado haya sido
manifestado en violación de una disposición de derecho interno a la competencia para celebrar tratados no podrá
ser alegado por dicho Estado como vicio de su consentimiento, a menos que esa violación sea manifiesta y afecte a
una norma de importancia fundamental de su derecho interno".
César Sepúlveda confirma lo anterior al destacar que el derecho interno predomina siempre. Más adelante afirma
que se debe evitar la confrontación entre una disposición de derecho interno y una disposición internacional; y, de
ser posible, éstos deben combinarse armoniosamente.
Con el aumento de la complejidad de las relaciones internacionales debido a la globalización, es necesario que
México cuente con una nueva Ley sobre Celebración de Tratados que armonice nuestro derecho interno con los
instrumentos internacionales. Este proyecto tiene entre sus objetivos la adecuación de la política exterior a nuestra
Norma Fundamental la cual establece los principios de política exterior y las instancias que controlan y administran
su funcionamiento. Precisa cuales son las que nuestra Constitución señala para la conducción de la política
exterior: Poder Ejecutivo, representado por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, el Poder Legislativo
representado por la Cámara de Senadores, la Secretaría de Relaciones Exteriores, como auxiliar del Poder
Ejecutivo, especializada en la conducción de la política exterior.
En este proyecto de ley desaparecen los llamados acuerdos interinstitucionales que son extraños a nuestro sistema
jurídico y no se reconocen en el derecho internacional. Las secretarías de Estado y la Procuraduría General de la
República no son entes reconocidas por el derecho internacional y por nuestra Carta Magna para celebrar, firmar y
ratificar instrumentos internacionales en forma autónoma. Son entidades del Poder Ejecutivo Federal y los
resultados de sus negociaciones deben ser sometidos a la consideración de la Cámara de Senadores.
Estos acuerdos violan el artículo 117, fracción I de la Constitución al prohibir a los estados la celebración de
alianzas, tratados o coaliciones con otros Estados o potencias extranjeras y dispersan la función soberana que
solamente tiene el Poder Ejecutivo, de acuerdo al artículo 89, fracción X, con aprobación de la Cámara de
Senadores.
La inclusión de los acuerdos interinstitucionales pretenden ser imitación fiel de los llamados acuerdos ejecutivos
que están previstos en el sistema jurídico de los Estados Unidos de Norteamérica. Estos surgieron por el
impedimento que representa la mayoría calificada de las dos terceras partes del Senado de la República del país
vecino, para aprobar los tratados internacionales. Esto se llama veto del Senado. Por la actividad internacional
desarrollada por los gobiernos estadounidenses les es necesario tener instrumentos flexibles.
El imitar sin antes conocer lo previsto en nuestra Constitución ocasiona prácticas viciosas como éstas, extrañas a
nuestro ordenamiento interno. Los contrapesos diseñados por el Constituyente de 1916-1917, entre el Senado de la
República y el Poder Ejecutivo, desaparecen de la política exterior.
La institución del Poder Ejecutivo facultada para dirigir nuestra política exterior, establecida en la Ley Orgánica de
la Administración Pública Federal, aprobada por el Congreso de la Unión, es la Secretaría de Relaciones
Exteriores. Con la actual Ley sobre Celebración de Tratados ésta pierde su competencia y se convierte sólo en una
especie de registro público de los acuerdos interinstitucionales, que como se indica arriba son actos
inconstitucionales.
De acuerdo al artículo 76, fracción I de la Constitución le corresponde como facultad exclusiva a la Cámara de
Senadores la aprobación de los tratados y convenios que celebre el Ejecutivo de la nación, éste último como el
único conductor de la política exterior. Como auxiliar del Poder Ejecutivo actúa la Secretaría de Relaciones
Exteriores, que es la facultada por ley para conducir la política exterior. En el presente proyecto se torna obligatoria
la participación de la Secretaría de Relaciones Exteriores en todos los tratados, convenios y cualquier tipo de
instrumento internacional.
Es un gran costo de índole político, social y económico para el país, duplicar funciones con otras secretarías o
dependencias públicas; ya que la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene el personal especializado para llevar a
cabo las delicadas tareas de la conducción de nuestra política exterior, la representación del país en los diversos
foros internacionales y el conocimiento del derecho internacional. Son escasas las instituciones de la
administración pública federal con personal de carrera. Por ello no debe desaprovecharse esta situación en aras de
fines inmediatos.
Al considerar la importancia para el país del proceso de negociación de instrumentos internacionales que tienen
carácter vinculatorio, los representantes de la nación deben tener plenos poderes como agentes diplomáticos. La
Ley para Celebración de Tratados vigente en su artículo 3 le otorga la facultad de otorgar plenos poderes al
Presidente de la República. La Ley del Servicio Exterior Mexicano establece en su artículo 14 la designación de
misiones especiales como facultad discrecional del Poder Ejecutivo. Las dos disposiciones anteriores son
inconstitucionales, debido a que no participa en su nombramiento el Senado de la República de acuerdo a lo que
establece el artículo 76, fracción II de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, al referirse como una
facultad exclusiva la ratificación de los nombramientos de agentes diplomáticos.
El término de agente diplomático es muy amplio. En la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas
incluye no sólo a los jefes de misión, sino a los miembros de la misión que tienen carácter de diplomáticos. La
definición es la de ser representante que envía el gobierno de un Estado a otro Estado. También los miembros de
misiones especiales son agentes diplomáticos. A través de las misiones especiales nuestro país se ha obligado en
diversos tipos de instrumentos internacionales.
Si nuestra Constitución no distingue entre los diferentes agentes diplomáticos, las leyes secundarias no la deben
contradecir. El Senado de la República puede por lo tanto ratificar los nombramientos de los miembros de las
misiones diplomáticas, sean éstas permanentes o especiales.
En el proceso de negociación de instrumentos internacionales en donde nuestro país se obliga, es fundamental que
nuestros representantes estén debidamente acreditados. La Cámara de Senadores debe ratificar el nombramiento
hecho por el Poder Ejecutivo, después de un proceso de auscultación revisando que dicho representante tenga los
mínimos requisitos en cuanto a capacidad, ética y nacionalismo. Nuestra iniciativa será complementada en el
futuro por una propuesta de reglamentación de la fracción II del artículo 76 constitucional.
La aprobación de los tratados internacionales por parte del Senado, no limita al cuerpo representativo de poder
formular reservas, dentro del respeto que existe entre los poderes de la Unión. Esto se fundamenta en el artículo 19
de la Convención de Viena sobre Tratados Internacionales, en donde el Estado que forme parte del proceso de
negociación de un tratado, puede formular reservas en cualquier momento antes de la ratificación.
Es una obligación del Senado de la República al revisar los textos de los tratados y convenios para su aprobación,
cuando algo de su contenido puede ser perjudicial para el interés nacional y, en su caso, señalarlo a través de un
proyecto de reservas, la cual se le podrá notificar al Presidente de la República en el dictamen correspondiente.
Esta iniciativa propone una participación más activa del Senado de la República en la negociación de instrumentos
internacionales tal como esta plasmado en el espíritu de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
No pretendemos crear un factor de discordia, sino que el Senado y el Poder Ejecutivo actúen armoniosamente por
el bien de la nación.
Los tratados o convenios referentes a derechos humanos firmados y/o ratificados por México de los que forma
parte adquieren importancia en la presente iniciativa. Estos tratados tienen una importancia mayúscula al establecer
principios universales para proteger la dignidad de las personas. La presente iniciativa de ley los distingue y
considera que tienen una especial relevancia en el conjunto de instrumentos internacionales, ya que tienen
disposiciones de observancia obligatoria que deben ser incluidas en las negociaciones comerciales o de
cooperación antinarcóticos.
Al carecer de control sobre los actos internacionales que realizan las dependencias de la administración pública
federal, estatal o municipal, no se respetan adecuadamente los valores que integran los derechos humanos. Pero
como establecemos en la presente iniciativa, con la participación del personal especializado de la Secretaría de
Relaciones Exteriores, como entidad especializada del Poder Ejecutivo y el control del Senado, se crean mejores
condiciones para garantizar el respeto a la Constitución.
Los tratados que México ha ratificado a nivel regional o internacional sobre derechos humanos, incrementan las
garantías que establece nuestra Carta Magna, y crea nuevas instancias para que el ciudadano común pueda acudir a
defenderse cuando es afectada su esfera personal.
Estos tratados son respetuosos con el sistema mexicano de administración de justicia. En la Convención Americana
sobre Derechos Humanos se establece que antes de acudir a los órganos regionales de defensa de los derechos
humanos, se tienen que abarcar las instancias internas. Además como forma de respeto al Estado en controversia,
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, éste tiene como contraparte a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, órgano multinacional, que representa a los ciudadanos afectados. En cambio, en los tratados
de libre comercio firmados por nuestro país y en los acuerdos de promoción y protección recíproca de inversiones
(APPRIS) se establecen formas de resolución de controversias, que violentan las garantías individuales y no se
respetan los órganos de administración de justicia.
El respeto a los derechos humanos debe ser parte integral de todos los tratados que celebren ya que así lo establece
el artículo 15 y 133 de la Constitución: Sin embargo, pese a que no hay duda de lo establecido en nuestro máximo
ordenamiento, algunos tratados comerciales firmados por nuestro país no incluyen el respeto a las garantías para
los ciudadanos.
Con respecto a las formas de resolución de controversias con inversionistas extranjeros incluidos en los tratados de
libre comercio y en los APPRIS que nuestro país ha firmado recientemente, recordemos las palabras del Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: Venustiano Carranza en su segundo informe de gobierno:
"Que ningún individuo debe pretender una situación mejor que la de los ciudadanos del país a donde va a
establecerse, ni hacer de su calidad de extranjero un título de protección y de privilegio. Nacionales y extranjeros
deben ser iguales ante la soberanía del país en que se encuentran, y finalmente; que las legislaciones deben ser
uniformes e iguales en lo posible, sin establecer distinciones por causa de nacionalidad excepto en lo referente al
ejercicio de la soberanía".
El crimen organizado ha traspasado las fronteras. La cooperación entre países ante este flagelo es obligada. No
obstante las bases de esta cooperación tienen que seguir las normas establecidas por las constituciones de cada país.
México tiene que ajustarse a las nuevas realidades del crimen organizado transnacional. Por eso nuestro país tiene
que formar parte de instrumentos internacionales, para perseguir con más eficacia a la delincuencia transnacional.
Estos instrumentos deben ser aprobados por el Senado de la República.
La práctica negativa para nuestro orden constitucional de los acuerdos interinstitucionales también se expresa en la
seguridad pública. La Procuraduría General de la República ha suscrito este tipo de documentos con contrapartes
de otros países, sin ningún miramiento por lo establecido en la Constitución. La Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República establece como facultad internacional de esta dependencia negociar tratados y convenios,
y proponer al Poder Ejecutivo de instrumentos internacionales.
El artículo 11 último párrafo de la misma Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, en una
redacción poco clara, faculta a la institución a hacer reservas:
"Cualquier apoyo o colaboración para la ejecución de programas derivados de instrumentos de carácter o con
alcance internacional que involucren asuntos de la competencia de la institución, se entiende con reserva sobre
evaluaciones o medidas que excedan la naturaleza de los programas, otorguen autoridad a personas o entidades
extranjeras en territorio mexicano, o involucren consecuencias sobre materias ajenas al ámbito específico que
cubre el programa respectivo. Esta reserva se consignará en los instrumentos que fijen las bases de dichos
programas de conformidad con lo que establece la Ley sobre la Celebración de Tratados".
Como arriba está descrito las únicas instancias para hacer reservas son el Presidente de la República, el Senado y la
Secretaría de Relaciones Exteriores como auxiliar del Poder Ejecutivo. Lo que quiere decir este artículo es que no
dará apoyo o colaboración en virtud de un tratado o convenio si se viola o excede lo establecido en los mismos.
La última parte del artículo parece que faculta a esta institución para negociar con instituciones de otros países, en
los cuales puede realizar reservas. Es evidente que esta falta de precisión es perjudicial para la coordinación de las
acciones de seguridad pública entre México y otras naciones. Y otorgan un poder metaconstitucional a la
Procuraduría General de la República.
Por eso en esta iniciativa proponemos establecer reglas sencillas para la coordinación con otros países en acciones
contra el crimen organizado, con respeto a los poderes federales encargados de la política exterior.
El control que debe tener la Cámara de Senadores de los miembros de cuerpos policíacos extranjeros en nuestro
país, se refiere a la facultad consagrada en el artículo 76, fracción III, en donde la Cámara de Senadores autoriza el
paso de tropas extranjeras. El término de "tropas", significa grupo, y se utiliza indistintamente para fuerzas
militares o policíacas.
Entre las diversas intervenciones que nuestro país ha sufrido no sólo fueron de fuerzas militares. La historia
registra el ingreso ilegal de fuerzas policíacas, parapolicíacas o paramilitares, unos con el fin de perseguir a
delincuentes o indios bravos que se internaban en nuestro territorio, otros con fines aviesos.
Los recientes incidentes de operaciones policíacas por parte de organismos públicos de los Estados Unidos de
América en nuestro país, violatorias de nuestra soberanía dan muestra de la necesidad de controlar esta
cooperación por el órgano colegiado facultado por la Constitución, que es el Senado de la República.
Los artículos 8, 9, 10 y 11 de la actual Ley sobre Celebración de Tratados desaparecen en esta iniciativa por
considerarlo innecesarios, al contar con instrumentos internacionales en los que México forma parte como la
Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales Extranjeras y la Convención
Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros. La reiteración
puede ser perjudicial para el fin propuesto por estos instrumentos.
Por último citaremos a un destacado internacionalista mexicano.
César Sepúlveda opina que las funciones de la Cámara de Senadores: "a la vez que auxilia a la Presidencia en la
difícil tarea de llevar los asuntos exteriores del país, permite que sus actos reciban un asentimiento más amplio, se
esfuma toda crítica de autocracia, se contribuye al funcionamiento de la separación de poderes, y ese cuerpo se
convertiría en un foro alimentador de opciones sobre los temas externos más importantes".
Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en la fracción II del artículo 71 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se somete a consideración de la Honorable Cámara de Senadores, la siguiente
iniciativa de
LEY SOBRE CELEBRACION DE TRATADOS REGLAMENTARIA DEL ARTICULO 89, FRACCION X DE
LA CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Artículo 1.- La presente ley es reglamentaria del artículo 89, fracción X de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos en lo que se refiere a la Celebración de Tratados entre los Estados Unidos Mexicanos y uno o
varios sujetos de derecho internacional público.
Artículo 2.- La presente ley tiene como finalidad regular la celebración de tratados, convenios y acuerdos
internacionales y de otros instrumentos diplomáticos como parte primordial de la política exterior. Los tratados
internacionales son Ley Suprema de la Unión de acuerdo al artículo 133 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
Artículo 3.- El Poder Ejecutivo al celebrar tratados, convenios y acuerdos internacionales o instrumentos
diplomáticos respetará los principios que nuestra Constitución establece en los artículos 89, fracción X y 15. En
todo tratado y convenio internacional se deben respetar las garantías individuales, consagradas en la Constitución y
lo dispuesto en los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por México.
Artículo 4.- De acuerdo al artículo 117, fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
queda terminantemente prohibido para los estados de la Unión, celebrar alianza, tratado, coalición o cualquier tipo
de instrumento internacional con uno o varios sujetos del derecho internacional público, además de organismos
gubernamentales extranjeros u organizaciones internacionales. La prohibición es extensiva a los órganos o
dependencias de los gobiernos federal, estatales o municipales. La celebración y negociación de tratados,
convenios, acuerdos e instrumentos internacionales es facultad exclusiva del titular del Poder Ejecutivo Federal, los
cuales deben ser aprobados por el Senado de la República.
No son válidos para la nación los instrumentos internacionales que se realicen violando este precepto.
Artículo 5.- La prohibición anterior no se aplica a las obligaciones adquiridas en virtud de un contrato de carácter
privado, regulado por el derecho internacional en el cuál no se comprometa la soberanía, la seguridad nacional, el
territorio, las garantías individuales y sociales y las instituciones democráticas de gobierno.
Artículo 6.- Para los efectos de la presente ley se entenderá por:
I. Firma ad referéndum: el acto mediante el cual los Estados Unidos Mexicanos hacen constar su consentimiento en
obligarse por un tratado requiere, para ser considerado como definitivo, de su posterior ratificación.
II. Aprobación: el acto por el cual el Senado aprueba los tratados que celebra el Presidente de la República.
III. Ratificación, adhesión o aceptación: el acto por el cual los Estados Unidos Mexicanos hacen constar en el
ámbito internacional su consentimiento en obligarse por un tratado.
IV. Plenos poderes: el documento mediante el cual se designa a una o varias personas para representar a los
Estados Unidos Mexicanos en cualquier acto relativo a la celebración de tratados.
V. Reserva: la declaración formulada al firmar, ratificar, aceptar o adherirse a un tratado, con objeto de excluir o
modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su aplicación a los Estados Unidos
Mexicanos.
VI. Organización internacional: la persona jurídica creada de conformidad con el derecho internacional público.
Artículo 7.- Corresponde al Presidente de la República otorgar plenos poderes, siendo posteriormente ratificados
por el Senado de la República de acuerdo a establecido en el artículo 76, fracción II de la Constitución.
Los plenos poderes tendrán que otorgarse conforme a la Ley del Servicio Exterior Mexicano, durante el tiempo y
las características de la función específica que en cada caso se indique. Se preferirá en toda ocasión a los miembros
pertenecientes al Servicio Exterior Mexicano.
Artículo 8.- La Cámara de Senadores formulará los lineamientos básicos que deberá contener el proceso de
negociación de instrumentos internacionales vinculatorios.
La Cámara de Senadores será un órgano de consulta obligatorio en las negociaciones internacionales. El Poder
Ejecutivo, sin menoscabo de sus facultades de conducción de la política exterior, debe escuchar las observaciones
que le haga el Senado de la República. Los secretarios de despacho y los agentes diplomáticos mandatados para
representar a México en las negociaciones internacionales tomarán en cuenta los comentarios, observaciones y
sugerencias que a ese efecto realicen los miembros del cuerpo colegiado con el fin de preservar el interés nacional,
la soberanía e integridad de la República y los principios de política exterior establecidos en la Constitución.
El Poder Ejecutivo y las entidades de la administración pública federal deberán informar de manera periódica,
suficiente y oportuna al Senado de la República los aspectos sustantivos y fundamentales de la negociación de esos
instrumentos.
Artículo 9.- Los tratados que se sometan al Senado para los efectos de la fracción I del artículo 76 de la
Constitución, se turnarán a comisión en los términos de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados
Unidos Mexicanos, para la formulación del dictamen que corresponda.
El Senado de la República dentro de la facultad exclusiva de aprobación de los tratados internacionales, podrá
formular reservas al tratado internacional dentro del dictamen que corresponda. El resultado del mismo será
informado al Presidente de la República para en su caso realizar las acciones pertinentes conforme al derecho
internacional.
Los tratados, para ser obligatorios en el territorio nacional, deberán haber sido publicados previamente en el Diario
Oficial de la Federación.
Artículo 10.- La voluntad de los Estados Unidos Mexicanos para obligarse por un tratado se manifestará a través de
intercambio de notas diplomáticas, canje o depósito del instrumento de ratificación, adhesión o aceptación,
mediante las cuales se notifique la aprobación por el Senado del tratado en cuestión.
Artículo 11.- La Secretaría de Relaciones Exteriores, como entidad del Poder Ejecutivo Federal, es la única
dependencia facultada por el Congreso de la Unión para conducir la Política Exterior, por lo que participará y
coordinará la negociación de toda clase de tratados, acuerdos, convenciones e instrumentos internacionales en que
el país forme parte. Cuando coincidan los tratados, acuerdos y convenciones con el ejercicio de las atribuciones de
otras dependencias y entidades de la administración pública federal, éstas formularán opiniones acerca de la
materia de su competencia respecto a la procedencia de suscribirlos.
Artículo 12.- Los tratados internacionales que se refieren a seguridad pública y/o cooperación antinarcóticos con
otros países deberán ajustarse a las siguientes reglas:
I. Prohibición del uso de armas de fuego por agentes extranjeros en el territorio nacional.
II. Conforme a lo dispuesto en el artículo 76, fracción III, el Senado de la República es el único facultado para
autorizar la entrada a territorio nacional de personas pertenecientes a fuerzas policíacas extranjeras que tienen el fin
de colaborar en operaciones de seguridad pública.
III. Deberá existir coordinación entre la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Relaciones
Exteriores.
IV. Si la actividad de personas o entidades extranjeras en territorio nacional excede lo establecido por el
instrumento internacional; si en violación al orden jurídico se pretende realizar actos de autoridad que son
competencia exclusiva del gobierno mexicano o si se involucran en materias ajenas al ámbito especifico que cubre
el instrumento respectivo, el Poder Ejecutivo y las dependencias competentes en la seguridad pública y persecución
de delitos no darán apoyo o colaboración de ningún sentido.
Artículo 13.- Los agentes extranjeros de seguridad pública que actúen en territorio nacional sin permiso de
autoridad competente; y, en los casos previstos por la ley, sin autorización del Senado de la República; se les
sancionará conforme al delito de usurpación de funciones y demás delitos tipificados en el Código Penal para el
Distrito Federal en materia común y para toda la República en materia federal.
Artículo 14.- Los tratados comerciales y los de carácter financiero y de inversiones en donde nuestro país sea parte
deberán ajustarse a las siguientes reglas:
I. Respetar las garantías individuales, sociales, ambientales y laborales establecidas en la Constitución de los
Estados Unidos Mexicanos, y los tratados y convenios internacionales sobre derechos humanos en que nuestro país
forme parte. En ningún momento los extranjeros tendrán más derechos que los nacionales en territorio mexicano.
II. Si los tratados tienen procedimientos para dirimir controversias, sus resoluciones deberán ajustarse a lo que
establezca el juez nacional competente conforme al derecho interno y a los tratados y convenios internacionales
firmados y ratificados por México.
III. Los procesos de integración latinoamericana tiene preferencia sobre los tratados o acuerdos de comercio o
inversiones con otros países o regiones.
TRANSITORIOS
ARTICULO PRIMERO. Se abroga la Ley sobre Celebración de Tratados vigente.
ARTICULO SEGUNDO. Se derogan todas las disposiciones que estén en contra de la presente ley.
ARTICULO TERCERO. La presente ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de
la Federación.
Atentamente
Sen. Jorge Alfonso Calderón Salazar".
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