Secretaría Suprema Corte Registrado bajo el N°953 P. 125.612 - “Barroso, Claudio Alejandro s/ Recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en causa N° 68.428 del Tribunal de Casación Penal, Sala I”. ///PLATA, 1° de julio de 2015.AUTOS Y VISTOS: La presente causa P. 125.612, caratulada: “Barroso, Claudio Alejandro s/ Recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en causa N° 68.428 del Tribunal de Casación Penal, Sala I”, Y CONSIDERANDO: 1. La Sala Primera del Tribunal de Casación Penal, mediante el pronunciamiento dictado el 5 de marzo de 2015, rechazó el recurso homónimo interpuesto por la defensa particular de Claudio Alejandro Barroso contra la sentencia del Tribunal en lo Criminal N° 10 de Lomas de Zamora, que lo condenó -en el marco de un juicio abreviado- a la pena de doce años de prisión, accesorias legales y costas, por resultar autor penalmente responsable de los delitos de homicidio calificado por el empleo de arma de fuego (fs. 50/62 vta.). 2. Frente a lo así resuelto, el defensor de confianza -doctor Damián Flores Ortigoza- interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley ante el Tribunal de Casación Penal (fs. 79/84). En orden a la procedencia se quejó de violación o errónea interpretación de los arts. 1, 3, 106, 210, 371 incs. 2, 4 y 5, 373, 375 y ccds. del C.P.P. y de los arts. 40, 41, 41 bis del C.P.; arts. 16, 18 y 75 inc. 22 de la C.N.; 10 y 15 de la Constitución provincial (fs. 81 vta.). En ese andarivel destacó que el art. 41 bis no resulta aplicable a los delitos de homicidio, pues quien desea matar a otro puede valerse de cualquier medio y que la norma (…) “más allá de su legitimidad, pretende aventar el empleo de armas en una clara disposición contraria a la generación 1 de peligro derivado de uso para otros bienes”. Afirmó que “el legislador ha realzado algunas circunstancias especiales de comisión como categorías calificantes del homicidio. Por ejemplo, por el “modo”, cuando se matare a otro por “ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso” (art. 80 inc. 2°, C.P.); cuando el “medio” empleado fuere idóneo para crear un peligro común (art. 80 inc. 5°, C.P.), es decir que todas las agravantes del homicidio están específicamente señaladas en el art. 80 por lo que, la agravante del art. 41 bis no encuentra cabida en el homicidio contemplado en el art. 79 del C.P.”(fs. 82 y vta.). Añadió que “[s]i la razón fundante de la agravación de cualquier delito en que se use un arma de fuego (…) es el peligro que deriva del uso esos implementos, en el caso del homicidio simple, ese peligro se ha concretado con la muerte del sujeto pasivo”, y que “[ello] torna irrazonable relevar un peligro que como resulta de lo dicho- ha quedado absorbido (se ha realizado) en la muerte, lesión del bien jurídico que importa la ruptura definitiva de la relación de disponibilidad de ese sujeto pasivo con su vida” (fs. 82 vta. cit.). Entendió que “al no existir agravante de pena tendría que rondar en el mínimo legal para el injusto” y que el monto de pena es excesivo y violatorio de los arts. 40 y 41 del C.P. (fs. 83 y vta.). 3. El recurso fue concedido por el órgano recurrido (fs. 85/87 vta.). Empero, debe ser rechazado sin más trámite -en los términos del art. 31 bis de la ley 5827-. 4. Al pronunciarse en referencia a dicho punto, la casación lo rechazó con fundamento en que “el sentenciante expresó el proceso de su raciocinio (…) que ha llevado a decidir el fallo sin infringir en ello los criterios de la lógica y de la experiencia, no advirtiéndose arbitrariedad o absurdo en su valoración” (fs 59). Adunó que “el Tribunal Pleno con fecha 19 de marzo de 2013 en el 2 P. 125.612 marco de la causa registrada bajo el número 36.328 resolvió -por mayoría- que la agravante en trato es aplicable a la figura tipificada en el art. 79 del C.P.”, por lo que en función de dicha doctrina “corresponde la aplicación al caso de la agravante prevista en el art. 41 bis del C.P.” (fs. 59 vta.). Lo resuelto por el a quo es conteste con la doctrina legal de esta Corte pues la alegación de que el art. 41 bis mencionado fue indebidamente aplicado a la figura del homicidio simple, ha sido desestimada en casos análogos (P. 101.124, sent. del 25/III/2009; P. 107.058, sent. del 2/VII/2010; P. 107.276, sent. del 14/VII/2010; P. 99.987, sent. del 22/IX/2010, entre otros), conforme lo que sigue. Al respecto, cabe recordar que el primer párrafo del art. 41 bis consagra una regla general del siguiente modo: “Cuando alguno de los delitos previstos en este Código se cometiera con violencia o intimidación contra las personas mediante el empleo de un arma de fuego, la escala penal prevista para el delito del que se trate se elevará en un tercio en su mínimo, sin que ésta pueda exceder el máximo legal de la especie de pena que corresponda”. De seguido, establece una excepción en su segundo párrafo al prever que “no será aplicable cuando la circunstancia mencionada en ella ya se encuentre contemplada como elemento constitutivo o calificante del delito de que se trate”. Establecido lo anterior y desde la óptica del sistema de regla general y excepción propio del art. 41 bis del Código Penal, comprobada la utilización de violencia o intimidación en las personas por el uso de armas de fuego, resulta procedente la aplicación de dicha agravante genérica respecto del art. 79 del citado cuerpo normativo, pues el ilícito contra la vida en su figura básica -de eso se trata en el caso- no contempla como parte constitutiva, ni mucho menos calificante, los dos elementos propios de dicha norma. La aplicación de dicha agravante se encuentra justificada en el sistema normativo por la mayor contundencia y poder de vulnerabilidad sobre 3 las víctimas que se ejerce mediante las armas de fuego. Dado que la figura contemplada por el art. 79 del Código Penal no alude a ningún medio ejecutivo en particular, el empleo de un arma de fuego para cometer el homicidio queda captado por el art. 41 bis, que agrava la escala penal y deja el caso fuera del alcance de la excepción del segundo párrafo (cfe. P. 107.276 -sent. del 14/VII/2010- y P. 105.855 -sent. del 13/VII/2011-, entre otras). En definitiva, cabe concluir que el reclamo por el que se denuncia la inaplicabilidad del art. 41 bis en función del 79 del Código Penal, amen de tratarse de una reedición del llevado al órgano casatorio, resulta -tal como ha sido formulado- improcedente. Por otra parte, la referida denuncia de violación de los artículos 40 y 41 del Código Penal, constituye una mera opinión discrepante acerca del monto de la pena impuesta a Barroso, la que el impugnante considera como “excesiva”, sin evidenciar cual sería la infracción a las normas invocadas (art. 495 del C.P.P.). Por ello, la Suprema Corte de Justicia; RESUELVE: 1. Rechazar -sin más trámite- el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido a favor de Claudio Alejandro Barroso, con costas (arts. 31 bis, ley 5827, 494, 495 y ccds. del C.P.P.). 2. Regular los honorarios profesionales del doctor Damián Flores Ortigoza en la suma de ... pesos los trabajos realizados ante esta instancia (art. 31 dec. ley 8904/1977), con más el 10% de la ley 10.268. Regístrese, notifíquese y, oportunamente, devuélvase.Luis Esteban Genoud Héctor Negri 4 Eduardo Néstor de Lázzari Daniel Fernando Soria R. Daniel Martínez Astorino Secretario 5