Número de registro: 10 Octava Época Instancia: Tercera Sala

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IMPEDIMENTO 71/94.
Número de registro: 10
Octava Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: Tomo XIV, Julio de 1994
Página: 147
IMPEDIMENTO 71/94. FRANCISCO N. CANTU ZARATE.
CONSIDERANDO:
QUINTO.-Es infundada la causa de impedimento atribuida a los Magistrados Juan Miguel
García Salazar, Ramiro Barajas Plasencia y Enrique Cerdán Lira, integrantes del Tercer
Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, para seguir conociendo del juicio de amparo en
revisión 19/94, del índice de dicho órgano, por lo siguiente:
Conforme al criterio sustentado por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación al resolver la contradicción de tesis 104/91, entre las sustentadas por la Tercera y la
Cuarta Sala de este Alto Tribunal, en sesión celebrada el nueve de agosto de mil novecientos
noventa y dos, los casos en los que los ministros de la Suprema Corte, los Magistrados de los
Tribunales Colegiados de Circuito, los Jueces de Distrito y las autoridades que conozcan de
los juicios de amparo conforme al artículo 37 de la Ley de Amparo están impedidos para
conocer de los juicios en los que intervengan, se encuentran limitados a los que enumera el
artículo 66 del propio ordenamiento legal.
Textualmente se dijo al respecto:
"La finalidad de los impedimentos es evitar que el órgano jurisdiccional dicte resoluciones
afectadas de parcialidad; tratándose del juicio de garantías, la Ley de Amparo en su artículo
66, establece cuáles son los casos en que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, los
Magistrados de los Tribunales Colegiados de Circuito, los Jueces de Distrito y las autoridades
que conozcan de los juicios de amparo conforme al artículo 37 de la propia ley, están
impedidos para conocer de los juicios en que intervengan; aquel precepto se transcribe a
continuación: 'Artículo 66. No son recusables los Ministros de la Suprema Corte de Justicia,
los Magistrados de los Tribunales Colegiados de Circuito, los Jueces de Distrito, ni las
autoridades que conozcan de los juicios de amparo conforme al artículo 37; pero deberán
manifestar que están impedidos para conocer de los juicios en que intervengan, en los casos
siguientes: I. Si son cónyuges o parientes consanguíneos o afines de alguna de las partes o de
sus abogados o representantes, en línea recta, sin limitación de grado; dentro del cuarto
grado, en la colateral por consanguinidad, o dentro del segundo, en la colateral por afinidad;
II. Si tienen interés personal en el asunto que haya motivado el acto reclamado; III. Si han
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sido abogados o apoderados de alguna de las partes, en el mismo asunto o en el juicio de
amparo; IV. Si hubiesen tenido con anterioridad el carácter de autoridades responsables en el
juicio de amparo, si hubiesen aconsejado como asesores de la resolución reclamada, o si
hubiesen emitido, en otra instancia, la resolución impugnada. V. Si tuvieren pendiente algún
juicio de amparo, semejante al de que se trata, en que figuren como partes; VI. Si tuviesen
amistad estrecha o enemistad manifiesta con alguna de las partes o sus abogados o
representantes. En materia de amparo, no son admisibles las excusas voluntarias. Sólo podrán
invocarse, para conocer de un negocio, las causas de impedimento que enumera este artículo,
las cuales determinan la excusa forzosa del funcionario. El Ministro, Magistrado o Juez que,
teniendo impedimento para conocer de un negocio, no haga la manifestación correspondiente,
o que, no teniéndolo presente excusa apoyándose en causas diversas de las de impedimento,
pretendiendo que se le aparte del conocimiento de aquél, incurre en responsabilidad'.
"De dicho artículo se desprende que en sus seis fracciones enumera y describe las causas de
impedimento de los funcionarios judiciales para conocer de un asunto de su competencia;
además, en su segundo párrafo las limita exclusivamente a las que en él se señalan, al
disponer expresamente 'sólo podrán invocarse, para no conocer de un negocio, las causas de
impedimento que enumera este artículo, las cuales determinan la excusa forzosa del
funcionario'. Por tanto, es evidente que al establecerlas de manera expresa y limitativa, no
deja la posibilidad de que el juzgador, las partes, o bien, el superior encargado de calificar el
impedimento hagan valer o analicen, subjetivamente, causas distintas a las señaladas en el
numeral invocado, lo cual se corrobora con lo que el propio artículo dispone en su último
párrafo, en el sentido de que 'El Ministro, Magistrado o Juez que, teniendo impedimento para
conocer de un negocio, no haga la manifestación correspondiente, o que no teniéndolo,
presente excusa apoyándose en causas diversas de los impedimentos, pretendiendo que se le
aparte del conocimiento de aquél, incurren en responsabilidad'. Finalmente, el artículo 82 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, luego de enumerar en diecisiete las
causas de impedimento en materia genérica, reserva específicamente a la Ley de Amparo las
causales relativas en los juicios de garantías."
Pues bien, en el caso concreto, el ale gante no invoca como impedimento alguna de las causas
que establece el artículo 66 de la Ley de Amparo, sino que pretende que con apoyo en los
antecedentes no probados que expone, se declare impedidos a los Magistrados integrantes del
Tercer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito para conocer del amparo en revisión 19/94.
Ciertamente, de la lectura del escrito en el que se formuló el impedimento se aprecia que el
promovente afirma que 'se pone en predicamento' la imparcialidad de los Magistrados Juan
Miguel García Salazar y Ramiro Barajas Plasencia, por diversos precedentes que han
sostenido y por los antecedentes que en seguida se exponen:
Primeramente sostiene el promovente que en el toca en revisión 51/92 fue negado el amparo
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no obstante que existían fundamentos legales que justificaban su concesión; que este
proceder se debió a que el apoderado jurídico en dicho juicio el licenciado Luis H. Cantú
tiene diferencias con los Magistrados indicados, lo cual según afirma, se puede apreciar en el
juicio de amparo 1266/87 resuelto por el licenciado Juan Miguel García Salazar en aquel
entonces Juez Tercero de Distrito.
Al respecto debe decirse que independientemente de que no puntualiza los fundamentos
legales que en su concepto existían para justificar la concesión del amparo, y de que no
aportó prueba alguna que evidenciara que el proceder de los funcionarios judiciales fue
determinado por sus diferencias con el apoderado en el aludido amparo en revisión, el hecho
de que los Magistrados acusados hayan resuelto en determinado sentido una ejecutoria
diversa, no encuadra entre los supuestos que contiene el artículo 66 de la Ley de Amparo
como causa de impedimento.
Agrega también el promovente, que posteriormente el mismo licenciado Juan Miguel García
Salazar, ya como Magistrado, junto con los también Magistrados Ramiro Barajas y José
Antonio Hernández, resolvieron el toca en revisión 19/90, contradiciendo el criterio de la
ejecutoria pronunciada en el amparo en revisión 47/88.
Puntualiza que por coincidencia tanto en el amparo en revisión 19/90 como en el 47/88,
intervino el Magistrado José Antonio Hernández Martínez, apreciándose una contradicción
en ambas tesis, ya que en el primero se negó el amparo y en el segundo se concedió,
sosteniéndose argumentos y hechos totalmente diversos.
Pues bien, por una parte, tampoco en este caso el promovente demostró la existencia de la
irregularidad que atribuye a los Magistrados de Circuito, ya que únicamente aportó a los
autos copia fotostática de la ejecutoria que recayó al amparo en revisión 19/90, pero no la
relativa al diverso juicio 47/88.
Pero independientemente de ello, la diversidad de criterios sustentados por un Tribunal
Colegiado y la posibilidad de que se pudiera sostener alguno de ellos al resolver el juicio de
amparo a que el impedimento se refiere, no constituye una causa de impedimento prevista por
el artículo 66 de la Ley de Amparo.
Es aplicable a contrario sensu, el criterio sostenido por esta Tercera Sala en la tesis
consultable en la foja 23 de la página 87, Segunda Parte, del Informe de Labores
correspondiente al año de mil novecientos ochenta y ocho, que es del tenor siguiente:
"IMPEDIMENTO. NO ES CAUSA DEL MISMO QUE LOS MAGISTRADOS
PRETENDAN SOSTENER UN MISMO CRITERIO QUE EN ASUNTOS ANTERIORES.Dentro de las causas de impedimento que especifica el artículo 66 de la Ley de Amparo no se
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encuentra la relativa a que los integrantes de un tribunal pretendan sostener en un juicio de
amparo, igual criterio jurídico al sustentado en asuntos anteriores, por lo que debe
considerarse infundado ese planteamiento, en especial cuando no se prueba la situación
alegada."
En cuanto a la "otra razón" que expone el promovente, consistente en la estrecha relación que
afirma existe entre los citados Magistrados con los licenciados Eloy Cantú Garza, Eloy Cantú
Segovia, Napoleón Cantú Serna y Francisco Rivera Bedoya, y que sostenga que casualmente
estos dos últimos fueron quienes ejercieron acción penal en contra del licenciado Luis H.
Cantú, siendo en aquel entonces el licenciado Eloy Cantú Segovia secretario de
Programación y Presupuesto y el Magistrado Juan Miguel García, Juez Tercero de Distrito,
así como la afirmación de que existe animadversión entre el Magistrado García Salazar y el
licenciado Luis H. Cantú, desde el tiempo en que dicho funcionario judicial era secretario del
Juzgado Segundo de Distrito en el Estado, todas estas cuestiones resultan igualmente ajenas a
las causas de impedimento previstas por el artículo 66 de la Ley de Amparo.
En efecto, si bien la fracción VI del citado precepto prevé como causa de impedimento el que
los funcionarios judiciales o las autoridades que conozcan de los juicios de amparo en
términos del artículo 37 de la propia Ley, tuviesen amistad estrecha o enemistad manifiesta
con alguna de las partes, o sus abogados o representantes, en el caso tal supuesto no se
actualiza, ya que del análisis de los autos del juicio de amparo en revisión 19/94, no se
advierte que las personas respecto de las cuales el promovente alega que existe estrecha
relación con los Magistrados acusados, ni en contra de quien afirma existe animadversión de
parte del Magistrado García Salazar, sean partes, abogados o representantes en el juicio del
que deriva el presente impedimento.
Por tanto, como la amistad estrecha y la enemistad manifiesta a que alude dicha fracción VI
como causa de impedimento, requiere para que se configure que se relacione con alguna de
las partes en el juicio, o los abogados o los representantes en el mismo, resultan infundados
los argumentos del promovente que se analizan.
Consecuentemente, dado que las razones que expone el alegante no se ubican en las hipótesis
de impedimento previstas por el artículo 66 de la Ley de Amparo y la aplicación analógica de
diversas causas no procede, deberá declararse infundado el presente impedimento.
SEXTO.-En otro aspecto, el artículo 71 de la Ley de Amparo dispone que cuando se deseche
un impedimento que no haya sido propuesto por el agente del Ministerio Público Federal, se
impondrá, sin perjuicio de las sanciones penales que procedan, a la parte que lo hizo valer o a
su abogado, o a ambos, una multa de treinta a ciento ochenta días de salario.
El artículo 3º bis de la ley en cita, establece que para calcular el importe de las multas se
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tendrá como base el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal, al momento de
realizarse la conducta sancionada, y que el juzgador sólo aplicará las multas previstas en la
ley a los infractores que, a su juicio, actúen de mala fe.
Ahora bien, para fijar el importe de la multa que se impondrá al alegante con apoyo en los
mencionados preceptos legales, deben tomarse en consideración las circunstancias del caso
concreto.
El promovente plantea el presente impedimento sin que los motivos alegados encuadren en
alguna de las fracciones que componen el artículo 66 de la Ley de Amparo.
Tal proceder evidencia que obró de mala fe, al imputar, sin fundamento, a los Magistrados
integrantes del Tercer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, una conducta parcial derivada
de una supuesta causal de impedimento que resulta inadmisible en este tipo de asuntos,
conforme al criterio jurisprudencial antes referido, en virtud de que todas sus
argumentaciones carecen de objetividad y van encaminadas a entorpecer las funciones del
citado Tribunal Colegiado, buscando con ello obtener un beneficio no contemplado en la ley.
Lo anterior constituye una conducta indebida e irrespetuosa, pues imputar a los Magistrados
en cuestión que se encuentran impedidos para conocer de un asunto, equivale a acusarlos de
irresponsabilidad, ya que de existir alguna causal de impedimento habrían estado obligados a
excusarse forzosamente.
En consecuencia, al haberse planteado en contra de los tres integrantes del Tercer Tribunal
Colegiado del Cuarto Circuito, una causal de impedimento no prevista legalmente como tal,
ni ser posible su aplicación en forma analógica, se ha incurrido en una actitud irrespetuosa
para con los funcionarios judiciales aludidos, lo cual debe tomarse en cuenta para determinar
el monto de la multa.
Por tanto, en atención a lo antes considerado, esta Tercera Sala estima que en el presente caso
la falta cometida por el promovente amerita la imposición de la sanción máxima prevista en
el artículo 71 de la Ley de Amparo, equivalente a ciento ochenta días de salario mínimo
general en el Distrito Federal, vigente al veintiuno de febrero de mil novecientos noventa y
cuatro, fecha de presentación del impedimento, que da como resultado una multa de dos mil
setecientos cuarenta y ocho nuevos pesos con sesenta centavos, tomando en cuenta que en la
fecha referida el salario mínimo aludido ascendía a quince nuevos pesos con veintisiete
centavos.
En apoyo a lo anterior, es aplicable la tesis de jurisprudencia 6/91 sustentada por esta Tercera
Sala, en el Tomo VII de marzo de 1991, página 57, que textualmente dice:
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"MULTA EN IMPEDIMENTO. IMPOSICION DE LA MAXIMA LEGAL SI SE
FORMULA SIN MOTIVO Y RESPECTO DE TRES MAGISTRADOS.-Si el formulante de
un impedimento invoca una causal, sin lograr demostrarla, y lo hace respecto de los tres
Magistrados que integran un Tribunal Colegiado de Circuito, debe considerarse que tal
conducta justifica la imposición de la multa máxima legal, pues tal forma de proceder
equivale a acusar no sólo a un Magistrado, lo que ya constituye una conducta grave, sino a
los demás integrantes del órgano jurisdiccional, en cuestión, de irresponsabilidad, ya que de
existir la causa de impedimento, éstos habrían estado obligados a excusarse, por lo que la
conducta realizada por el promovente constituye una actitud injuriosa y ofensiva hacia los
funcionarios judiciales que, objetivamente debe considerarse para imponer al ocursante la
sanción máxima prevista en el artículo 71 de la ley de la materia."
La multa debe hacerse efectiva por conducto de la Tesorería de la Federación, a través del
procedimiento de ejecución de acuerdo con la tesis de jurisprudencia número 14 de esta
Tercera Sala, que aparece publicada en la página 65, Segunda Parte, del Informe de Labores
correspondiente al año de mil novecientos ochenta y ocho, que señala:
"MULTAS IMPUESTAS POR LA SUPREMA CORTE, LA AUTORIDAD HACENDARIA
DEBE HACERLAS EFECTIVAS, DE INMEDIATO, A TRAVES DEL PROCEDIMIENTO
DE EJECUCION.-Tomando en cuenta que en contra de las sentencias de la Suprema Corte
de Justicia no procede medio de defensa alguno, así como que las mismas se notifican en el
juicio respectivo, debe concluirse que cuando en uno de sus puntos resolutivos se impone una
multa a alguna o varias de las partes ordenándose comunicarlo a la Tesorería de la Federación
para que se haga efectiva, esta autoridad hacendaria debe cobrarla de inmediato a través del
procedimiento de ejecución."
Por lo expuesto, fundado y con apoyo en los artículos 70 y 71 de la Ley de Amparo, y 26,
fracción IX de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve:
PRIMERO.-Se declara infundado el impedimento formulado por Francisco N. Cantú Zárate,
en contra de los licenciados Juan Miguel García Salazar, Ramiro Barajas Plasencia y Enrique
Cerdán Lira, Magistrados integrantes del Tercer Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, para
conocer del juicio de amparo en revisión 19/94, interpuesto por el propio promovente.
SEGUNDO.-Se impone a Francisco N. Cantú Zárate una multa de dos mil setecientos
cuarenta y ocho nuevos pesos con sesenta centavos que se le hará efectiva por conducto de la
Tesorería de la Federación, a la que se enviará el oficio correspondiente solicitándole informe
a esta Sala del debido cumplimiento a esta determinación, indicándole que de las constancias
de autos aparece como domicilio para recibir notificaciones, el que se ubica en Calle
Balcones del Pinal No.2640 altos #2 Col. Balcones de A. Vista, Monterrey, Nuevo León.
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Notifíquese, con testimonio de esta resolución devuélvanse los autos al Tercer Tribunal
Colegiado del Cuarto Circuito, para que continúe con el trámite respectivo y en su
oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.
Así lo resolvió la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cinco votos de los señores Ministros presidente Carlos Sempé Minvielle, Mariano Azuela
Güitrón, Sergio Hugo Chapital Gutiérrez, Luis Gutiérrez Vidal y Diego Valadés, designado el
cuarto de los nombrados por el H. Pleno de este Alto Tribunal para cubrir la vacante
existente. Fue ponente el primero de los señores Ministros antes mencionados.
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