VI Congreso ALAP - Asociación Latinoamericana de Población

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VI Congreso ALAP
Dinámica de población y desarrollo
sostenible con equidad
Fecundidad adolescente en Uruguay: ¿la pobreza como
umbral de resistencia al descenso?
Carmen Varela Petito; Mariana Tenenbaum; Cecilia Lara
Etapa 3
1
Resumen
A partir de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El
Cairo, se
inicia en Uruguay en 1996 la implementación de Programas de Salud
Sexual y
Reproductiva (SSR), generando avances en el ejercicio universal de
estos derechos.
Sin embargo, aún dista de alcanzarse su pleno ejercicio por parte
de toda la población adolescente de lograrse relaciones de género igualitarias que
habiliten relaciones afectivas y sexuales equivalentes entre mujeres y varones. La
fecundidad en la
etapa adolescente ha disminuido desde el impulso de estos
Programas de SSR, partiendo de tasas de fecundidad adolescente que en 1996 y
1997 se ubicaban en 72 y
74 por mil. En los últimos diez años se observa un
estancamiento de este descenso (actualmente
60 por mil), que no acompaña el
descenso del resto de la fecundidad, alcanzando
un "piso" de resistencia a la baja
difícil de trascender.
Este trabajo analiza la fecundidad de las adolescentes (15 a 19 años) y la salud
SSR de las mismas en el período 1996-2011. Se realiza un análisis a nivel
nacional con desagregación territorial a nivel de departamentos y barrios de
Montevideo (capital del país). En particular se investigan los procesos que dan
cuenta de las especificidades del comportamiento reproductivo de las
adolescentes y la incidencia de los determinantes próximos a la fecundidad, los
determinantes sociales y las desigualdades de género en el estancamiento al
descenso de la fecundidad en esta etapa.
Las claves para la comprensión de esta resistencia a la baja de la fecundidad no
son claras, este trabajo se propone explorar algunas de las posibles
explicaciones, partiendo de la hipótesis que las condiciones de vida y las
desigualdades de género, continúan siendo determinantes sobre el inicio de la
maternidad en la adolescencia.
I. Introducción
Este trabajo analiza la fecundidad de las adolescentes (15 a 19 años) y la salud SSR de
las mismas en el período 1996-2011. Se realiza un análisis a nivel nacional con una
desagregación territorial a nivel de departamentos y barrios de Montevideo. En
particular se investigan los procesos que den cuenta de las especificidades del
comportamiento reproductivo de las adolescentes y particularmente la incidencia de los
2
determinantes próximos a la fecundidad, los determinantes sociales y las desigualdades
de género en el estancamiento del descenso de la maternidad en la adolescencia.
El objetivo principal es avanzar en el conocimiento del comportamiento reproductivo de
las adolescentes: ¿qué cambios y permanencias se encuentran en el transcurso del
período?, ¿quiénes son las jóvenes que inician la maternidad temprana y cómo se
distribuyen territorialmente?, ¿cuánto inciden los determinantes sociales, las
desigualdades de género y los determinantes próximos de la fecundidad en el
estancamiento de la maternidad adolescente y se constituyen en focos de resistencia a la
baja de la misma?
Las claves para la comprensión de esta resistencia a la baja de la fecundidad no son
claras, este trabajo se propone explorar algunas de las posibles explicaciones, partiendo
de la hipótesis que las condiciones de vida y las desigualdades de género continúan
siendo determinantes sobre el inicio de la maternidad en la adolescencia.
El trabajo se encuentra organizado de la siguiente manera: en primer lugar, se realiza un
contexto de la situación de la fecundidad en Uruguay y específicamente de la
fecundidad adolescente, introduciendo a su vez las implicancias claves del fenómeno;
en segundo lugar se realiza un repaso de las principales acciones emprendidas en el país
a partir del impulso del CIPD poniendo especial énfasis en aquellas dirigidas a la
población adolescente; en el cuarto apartado se presenta el diseño metodológico y las
fuentes de datos utilizadas; luego se presentan los resultados, estructurados en 4 sub
apartados: 1) cambios observados en el período 1996 y 2011 a nivel territorial, 2)
Determinantes sociales, 3) Determinantes próximos de la fecundidad y desigualdades de
género relativas al comportamiento reproductivo y 4) Factores explicativos de la
resistencia al descenso; se concluye el documento con unas breves conclusiones finales.
II. Contexto
Uruguay presenta niveles de fecundidad adolescente más elevados de lo esperado en
relación al comportamiento reproductivo que ha presentado desde inicios del siglo XX.
Se ha caracterizado por una temprana Transición Demográfica en relación a la mayoría
de los países Latinoamericanos y actualmente presenta ciertos niveles en los indicadores
de nupcialidad y fecundidad propios de la Segunda Transición Demográfica. Desde
2004 la fecundidad se ubica por debajo del nivel de reemplazo poblacional -actualmente
la TGF es 1,93- (Varela et al, 2014). El ritmo del descenso de la fecundidad total no se
vio acompañado por la disminución de la reproducción en la etapa adolescente. Por el
contrario, en las últimas décadas del siglo pasado ésta experimenta un incremento
relevante que alcanza su cúspide en los años 1997 y 1998 con una tasa de fecundidad de
72 y 74 por mil.
3
En los años siguientes se registra una disminución de esta tasa, situándose en los
últimos años en el entorno de 60 por mil. En comparación con otras regiones del
mundo, Uruguay aún se encuentra muy por encima del promedio de Europa (18 por mil)
y algo superior al promedio del mundo (55 por mil), aunque no está tan distante del de
América Latina y el Caribe (77 por mil) (Varela y Fostik, 2011). En este sentido, la
maternidad adolescente constituye un claro contraste con otros indicadores
sociodemográficos del país, donde la dinámica poblacional se asemeja más a la de las
sociedades desarrolladas que a las latinoamericanas.
El escenario actual de la fecundidad adolescente muestra que no hay evidencia de una
tendencia clara al descenso sino por el contrario se presenta un “piso” de resistencia a la
baja. Las claves para la interpretación de esta resistencia deben de considerar, además
de las preferencias de las adolescentes, prestar especial atención en las desigualdades
existentes que se configuran en determinantes sociales y de género claves en el
comportamiento reproductivo diferencial.
Implicancias de la maternidad en la adolescencia
El inicio de la trayectoria reproductiva en la adolescencia constituye un evento que
complejiza la preparación de los jóvenes para un adecuado desempeño en la vida adulta.
Tener un hijo en esta etapa del ciclo de vida, entre otras, dificulta la permanencia de las
adolescentes en el sistema educativo. Ello compromete su inserción futura en el mundo
del trabajo, en una economía crecientemente basada en el conocimiento y que cada vez
demanda más formación (Varela y Fostik, 2011). Cabe destacar sin embargo, que
diferentes estudios han demostrado que el abandono escolar en muchos casos precede al
embarazo (Stern y García, 2001; Rodriguez, 2003 y 2005; Pantelides, 2004; Stern,
2004; Florez y Soto, 2007; Furstenberg, 2007; Llanes, 2012; Rodriguez y Cavenaghi
2013; Cavenaghi, 2013).
Asimismo la condición de privaciones sociales interviene en una mayor nivel de
vulnerabilidad de las jóvenes hacia un embarazo precoz y no deseado. Esta condición se
correlaciona en muchos casos con la deserción temprana del sistema educativo
(Rodriguez y Cavenaghi, 2013). A su vez la entrada a la maternidad genera una serie de
privaciones que refuerzan la condición de pobreza y restringen el proyecto de vida de
las adolescentes al mundo doméstico (Amorín, Carril y Varela, 2006).
Las desigualdades de clase refuerzan las desigualdades de género (Szasz, 2008). Esto
constituye un aspecto relevante en el análisis del comportamiento reproductivo de las y
los adolescentes. “El modelo sociocultural dominante también pauta el comportamiento
sexual entre varones y mujeres: los roles de género predisponen actitudes y conductas
4
que pautan el ejercicio de la sexualidad y el uso o no de la anticoncepción” (Varela y
Fostik, 2011).
Las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres disminuyen las
posibilidades de negociación por parte de éstas, dificultando así la práctica de sexo
seguro (Casique, 2012) y las alternativas para adoptar una conducta de prevención,
reforzando su vulnerabilidad hacia un embarazo temprano y en muchos casos no
deseado.
Las desigualdades sociales y de género condicionan las trayectorias de vida de las
personas, lo que se ve reflejado en la construcción de proyectos de vida diversos (De
Oliveira y Mora, 2008). En aquellos casos que las mujeres logran desarrollar un
proyecto de vida centrado en la formación profesional y alcanzan buenas inserciones en
el mercado de trabajo, donde la maternidad no es el centro de su proyecto de vida, estas
jóvenes logran generalmente adoptar conductas de prevención en relación al ejercicio de
la sexualidad y posponer el inicio de la maternidad hacia edades más avanzadas (Varela
y Fostik, 2011). En otros sectores, donde el peso de las desigualdades de género suele
ser más notorio y las privaciones de bienestar social son importantes, la maternidad es el
centro de la vida de las mujeres, y esto les proporciona un reconocimiento entre sus
pares y un anclaje en la sociedad (Corrêa, 2009).
La etapa del ciclo vida por la que atraviesan las y los adolescentes, también interviene
en la adopción de conductas menos consientes y poco preventivas en las relaciones
sexuales, aumentando el riesgo de los embarazos no deseados. En estas edades, los
adolescentes suelen sentirse poco expuestos hacia cualquier tipo de riesgo, y eso es
extensivo a sus relaciones afectivas y sexuales (Pantelides, 2004).
En suma, como menciona Cavenaghi (2013) los factores que intervienen en la
maternidad en la adolescencia son multidimensionales. En ella intervienen al menos, las
condiciones de bienestar o privación social, la educación alcanzada, las desigualdades
de género y el acceso a la salud sexual y reproductiva.
III. La salud sexual y reproductiva de las adolescentes desde El Cairo a la
actualidad
A partir de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo de 1994
(CIPD), en Uruguay se inicia en 1996 la implementación de Programas en Salud Sexual
y Reproductiva (SSR) con perspectiva de género que permiten avanzar en el ejercicio
universal de los derechos sexuales y reproductivos y de los adolescentes en particular.
5
La participación del movimiento feminista y diversos actores políticos fueron
fundamentales en el impulso de estos Programas. Estos fueron evolucionando pasando
de un paradigma asistencialista y focalizado en la población carenciada a un modelo de
atención integral que jerarquiza la promoción de la salud y la prevención de las
patologías, asentado en una concepción de derechos y de igualdad de género.
Desde la implementación de estos Programas y particularmente desde la aprobación de
determinadas leyes los avances fueron sustantivos en materia de SSR (López,
Abracinskas y Furtado, 2009). Esto no implica que los objetivos iniciales se hayan
cumplido en su cabalidad y que todavía permanezcan planteados una serie de desafíos y
metas a alcanzar.
A partir de 2005, con el ingreso de un gobierno de izquierda a la administración del
Estado, y en el marco de la Reforma del Sistema de Salud, se implementa una política
nacional en SSR y se generan una serie de cambios en lo que respecta a la concepción
sobre los servicios de la salud. El paradigma basado en la asistencia y la rehabilitación
gira definitivamente hacia un sistema que privilegia la atención integral de su población,
orientando la salud a la promoción y prevención de enfermedades y hacia una
sexualidad satisfactoria, libre de embarazos no deseados.
En la etapa que se inicia en el año 2005 hay cuatro fenómenos que constituyen grandes
hitos y conforman un camino de transformaciones sobre la orientación de la salud
sexual y reproductiva hacia el conjunto de la población del país y particularmente hacia
los adolescentes: a) Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS); b) Programa Nacional
de Salud de la Mujer y Género (con programas específicos para adolescentes; c) Ley de
Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva y d) Implementación de la
educación sexual en los niveles de educación formal: Primaria, Secundaria y Técnica
(apoyada en la aprobación de la Ley en SSR y en la Ley de Educación).
En relación a la Ley de Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva (Ley
18.426), aprobada en noviembre de 2008, fue excluida de la ley, por veto presidencial,
el artículo 4 que plantea la despenalización del aborto. Este artículo era el más polémico
y contaba con el apoyo de la mayoría de la población, lo que se manifestó en su
aprobación por ambas cámaras del Poder Legislativo. En octubre de 2012 finalmente se
aprueba la Ley de interrupción voluntaria del embarazo (Ley 18.987) que despenaliza el
aborto. La misma está siendo acompañada por la implementación de políticas públicas
en educación sexual y reproductiva.
Los programas en SSR implementados en el Uruguay desde 1996, han significado
avances hacia el cumplimiento de las metas de la CIPD de El Cairo y de los Objetivos
6
del Milenio. Se ha implementado un modelo en salud sexual y reproductiva de atención
integral basado en una concepción de derechos y de género.
Sin embargo, la legitimación y práctica de esta nueva concepción constituye un proceso
que aún está en camino. El cambio desde un paradigma que permita superar la
consideración de la SSR, con un enfoque teórico de corte asistencialista y centrado en
la reducción de “riesgos”, hacia otro fundado en la promoción de una sexualidad
satisfactoria basada en relaciones igualitarias entre mujeres y varones, protegida de
enfermedades y libre de embarazos no deseados, implica transformaciones culturales y
sociales que se van a ir procesando en las conciencias de los distintos individuos
involucrados, usuarias y usuarios, profesionales de la salud y la población en general.
En síntesis, los logros alcanzados hasta el momento en Uruguay en materia de SSR
dirigidos hacia la población adolescente se pueden resumir en 3 puntos centrales:
1. Se pasa de un modelo asistencialista que abordaba aspectos parciales,
desarticulado y dirigido únicamente a los adolescentes con carencias sociales críticas, a
un escenario que propicia la atención integral de la SSR, dirigida al conjunto de la
población
adolescente y articulada a su vez con las acciones de otras instituciones
del Estado que
desarrollan actividades para el logro de un ejercicio pleno de los
derechos de SSR .
2. Se realizan transformaciones sustanciales en el sistema de salud y se crean
leyes que
sustentan la implementación de los Programas. Estos refieren a: i) la
creación de un
Sistema Nacional Integrado de Salud, ii) la creación, bajo la
órbita del MSP, del Programa Nacional de Salud de la Mujer y Género, con un área
dirigida a la SSR y, en
particular, una subárea específica para los adolescente, iii)
la aprobación de la Ley de Defensa de la Salud Sexual y Reproductiva que declara la
universalización de la SSR en el primer nivel de atención y iv) la aprobación de una
Ley de Educación que
asegura la implementación de la educación sexual en todos
los niveles de la enseñanza pública y privada. Estos factores permitieron: a) proyectar
y diseñar un Programa
Nacional de Salud Sexual y Reproductiva para el conjunto
de los adolescentes y b)
consolidar una política pública al respecto.
3. Se otorga capacitación bajo el nuevo paradigma adoptado de SSR a un
conjunto de profesionales agentes de la salud pública y la educación. Se crean los
Espacios
Adolescentes, donde interactúan promotores juveniles con los
adolescentes, promoviendo su participación ciudadana y posibilitando una relación con
la
sexualidad y la salud reproductiva basada en el modelo integral descrito.
7
A 20 años de la CIPD de El Cairo, Uruguay ha avanzado en la implementación de
Programas que atiendan la salud sexual y reproductiva de los adolescentes. Esto es
coincidente con el descenso de los niveles de la fecundidad adolescente, si bien no es
posible afirmar que esta baja se deba exclusivamente a la implementación exitosa de
estos Programas, es innegable que la salud sexual y reproductiva de los adolescente
tienen creciente relevancia dentro de la agenda social.
IV. Datos y métodos
El objetivo central de este trabajo es investigar el comportamiento reproductivo de las
adolescentes y sus especificidades, particularmente intentar dar cuenta de la incidencia
de los determinantes próximos a la fecundidad, los determinantes sociales y las
desigualdades de género en el estancamiento del descenso de la maternidad adolescente
en Uruguay.
La estrategia metodológica se centra en el análisis de los microdatos de los Censos de
Población y Vivienda de 1996 y 2011 y de la Encuesta Nacional de la Juventud (ENAJ)
de 2008, realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE)1.
Los indicadores utilizados para el análisis de la fecundidad adolescente son: porcentaje
de madres entre las mujeres de 15 a 19 años y paridez media de las madres de este
tramo de edad.
Los resultados del trabajo se organizan en tres secciones. En primer lugar, se realiza un
análisis descriptivo de la fecundidad en la adolescencia a partir de la información
censal, tomando dos momentos del tiempo: 1996 y 2011. Se analiza el comportamiento
reproductivo para el total del país y discriminado por unidades geográficas (los 19
departamentos del país y los diferentes barrios de la capital -Montevideo-).
En segundo lugar, se realiza un análisis descriptivo de: a) los determinantes sociales a
partir de información censal del 2011 (condiciones de bienestar mediante el indicador
de Necesidades Básicas Insatisfechas, nivel educativo de las madres, clima educativo
del hogar, tipología de los hogares); b) los determinantes próximos a la fecundidad en
mujeres y varones (situación conyugal, edad de la primera relación sexual, uso de
anticonceptivos en la última relación sexual, uso habitual de anticonceptivos), éstos a su
vez cruzados por determinantes sociales (condición de pobreza); y c) variables
actitudinales en relación a los roles de género. Los puntos b) y c) se realizan a partir de
información proveniente de la ENAJ 2008.
Finalmente, para analizar la probabilidad de que una mujer sea madre adolescente se
aplica un modelo probit de función normal que incorpora determinantes sociales y
próximos a la fecundidad, a partir de datos del Censo 2011.
1
La ENAJ se realizó a 5.017 casos en viviendas con adolescentes y jóvenes entre 12 y 29 años en localidades de más
de 5.000 habitantes de todo el país.
8
V. Resultados
1. Cambios y permanencias de la fecundidad adolescente (1996-2011)
La fecundidad de las adolescentes ha disminuido en los quince años analizados. Sin
embargo, como se mencionó anteriormente, continúa siendo elevada en comparación a
los valores alcanzados a mitad de siglo XX y en la comparación regional. La paridez
media acumulada (0,19 a 0,11 hijos en promedio) y el porcentaje de madres
adolescentes (14% a 10%) son indicativo de la persistencia de este fenómeno.
El análisis agregado del nivel de la fecundidad oculta heterogeneidades del
comportamiento reproductivo. La desagregación a nivel territorial (departamentos y
barrios de Montevideo), permite observar diferenciales en relación a la maternidad en
esta etapa del ciclo de vida.
El lugar de residencia de las persona pauta espacios de socialización diversos en la
medida que responden a distintos modelos sociales y culturales. El comportamiento
reproductivo de las personas está asociado entre otros, a estos espacios. La región de
residencia interviene en la trayectoria reproductiva tanto en el calendario como en la
intensidad de la misma. La literatura ha mostrado evidencias en este sentido que revelan
diferenciales importantes (Varela et al, 2008).
Los datos analizados para Uruguay presentan diferencias claras del comportamiento
reproductivo entre los diecinueve departamentos del país y entre los barrios del interior
de su capital2.
La fecundidad adolescente desagregada de acuerdo a la división del territorio en
departamentos, revela la existencia de diferencias que quedaban ocultas en la
agregación de país. Entre 1996 y 2011 se destacan al menos tres fenómenos:
1.
El descenso de la fecundidad a nivel del total del país (14% a 10% de madres
adolescentes y 0,19 a 0,11 de paridez media acumulada), se procesó a diferentes
2
Cabe aclarar que si bien el espacio de residencia de las mujeres se vincula con su trayectoria
reproductiva, en el caso de los datos utilizados para este trabajo, puede no coincidir el lugar actual con el
lugar en que fueron socializadas.
9
intensidades en cada departamento. En 1996 la mayoría de los departamentos tenían
porcentajes de madres adolescentes que oscilaban entre un 16% y un 22% y una paridez
media acumulada entre 0,20 y 0,39. En 2011 la mayoría de los departamentos alcanzan
entre el 10% y el 15% y una paridez media entre 0,11 y 0,16. El mayor descenso se
explica por la disminución de la fecundidad en los departamentos del “resto del país o
interior”, es decir aquellos que no son la capital. A pesar de esta caída las diferencias
entre regiones se mantienen. Este fenómeno también fue observado en las distintas
regiones de Brasil en el estudio de Cavenaghi (2013).
2.
En 1996 se podían distinguir tres patrones de fecundidad adolescente y en 2011
básicamente dos.
3.
Las brechas existentes entre el norte - centro del país con la zona sur
(mayoritariamente costera) no solo se mantienen sino que se delinean más claramente
(Mapa 1).
MAPA 1. PORCENTAJE DE MADRES ADOLESCENTES (15-19 AÑOS) POR
DEPARTAMENTO. URUGUAY, 1996 Y 2011
Año 1996
Año 2011
10
13.98
Artigas
21.56
Artigas
12.78
Salto
17.65
Salto
11.74
Rivera
17.67
Rivera
15.96
Paysandú
11.24
Paysandú
18.99
Tacuarembó
11.92
Tacuarembó
12.41
Cerro Largo
20.03
Cerro Largo
18.31
Río Negro
16.27
Soriano
7-9
9 - 10
10 - 13
13 - 15
15 - 17
17 - 19
19 - 21.6
10.55
Soriano
13.66
San José
13.78
Canelones
10.89
Montevideo
11.61
Durazno
16.67
Treinta y Tres
17.73
Flores
15.83
Florida
11.66
Colonia
14.08
Río Negro
16.54
Durazno
9.82
Flores
9.95
Florida
14.29
Lavalleja
15.13
Maldonado
20.98
Rocha
7-9
9 - 10
10 - 13
13 - 15
15 - 17
17 - 19
19 - 21.6
9.06
Colonia
11.98
Treinta y Tres
9.54
San José
8.57
Canelones
8.03
Montevideo
7.44
Lavalleja
10.71
Rocha
9.42
Maldonado
Fuente: elaborado a partir de los Censos de Población de 1996 y 2011.
El caso de Montevideo es especialmente heterogéneo en relación a la fecundidad
adolescente, en un contexto de porcentaje de madres adolescentes en el total del
departamento menor a la media del país, (11% y 8% en Montevideo en relación al 14%
y 10% en el total del país). Sin embargo se observa grandes brechas al interior del
mismo tanto en 2011 como en 1996, con niveles que oscilan entre 3% y 24% en 1996, a
0% y 15% en 2011. (Mapa 2). Los barrios con los niveles más altos de madres
adolescentes superan a los observados en el promedio de América Latina y el Caribe
(13%) (Rodríguez y Cavenaghi, 2013).
La gran dispersión a nivel territorial responde en gran medida a la distribución
socioeconómica de la población en la capital del país. La distribución es muy clara: los
barrios del cinturón de la ciudad, donde se concentran los hogares con peores
desempeños de bienestar, alcanzan los mayores porcentajes de madres adolescentes;
mientras que los barrios que se encuentran recostados en la costa de la capital y
alcanzan mejores niveles de vida, presentan porcentajes muy inferiores de madres
adolescentes (Calvo et al, 2013).
MAPA 2. PORCENTAJE DE MADRES ADOLESCENTES (15-19 AÑOS) POR
BARRIO. MONTEVIDEO. 1996 Y 2011
11
Año 1996
Año 2011
0-4
4-7
7 - 11
11 - 18
18 - 24
0-4
4-7
7 - 11
11 - 18
18 - 24
Fuente: elaborado a partir de los Censos de Población de 1996 y 2011.
En suma, se observan cambios en relación al nivel de la fecundidad adolescente, en el
período de estudio, ésta desciende tanto a nivel del total país, como en las diferentes
unidades geográficas analizadas. Sin embargo, persisten las brechas territoriales e
incluso en algunos casos se profundizan.
2.
Determinantes sociales
Los atributos socioeconómicos diferencian claramente a las mujeres respecto a su
comportamiento reproductivo y específicamente determinan niveles diferenciales de
fecundidad adolescente (Cavenaghi, 2013).
En este apartado se analiza la fecundidad de las mujeres de 15 a 19 años en el año 2011,
según determinados indicadores que se encuentran asociados con las condiciones de
vida de las personas y de sus hogares: Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), nivel
educativo de las madres3, clima educativo del hogar4, tipología de hogares.
3
El nivel educativo se mide de acuerdo a los años de estudio aprobados: 1) hasta 6 años de educación, 2) de siete a
nueve años de educación, 3) de diez a doce años de educación
4
El clima educativo del hogar es el promedio de años de educación acumulados por los integrantes mayores de 18
años del hogar.
12
El indicador de NBI permite aproximarse al nivel de bienestar de los hogares a partir de
un conjunto de dimensiones.5
En aquellos hogares donde todas las Necesidades Básicas se encuentran cubiertas se
observan niveles bajos de fecundidad adolescente (3,6% a nivel nacional), en
Montevideo este porcentaje es particularmente bajo (2,9%). Esto no implica que al
interior de la capital se encuentre una gran heterogeneidad en el comportamiento
reproductivo al analizarlo por NBI. Como se indicó en el apartado anterior, los mayores
porcentajes de madres adolescentes se concentran en determinados barrios de la ciudad
que a su vez son las zonas donde se presentan los mayores niveles de carencias críticas.
Los hogares con NBI presentan porcentajes considerablemente más elevados de
fecundidad adolescente (16,5%) que aquellos SNB (3,6%), este patrón se ve reiterado
en los 19 departamentos del país. Cuando los hogares presentan 2 NBI o más los
porcentajes de madres adolescentes son aún mayores y se ubican entre el 20% y 28%,
según el departamento.
Al analizar el porcentaje de madres adolescente según las diferentes dimensiones que
conforman el indicador de NBI, se constata que los niveles más altos (superiores al
20%) se alcanzan en aquellos hogares con carencias en las variables más estructurales
asociadas a las condiciones habitacionales (materiales de la vivienda, acceso a agua
potable, acceso a electricidad y saneamiento). Asimismo dentro de la NBI de vivienda
es el material de construcción de la misma el que presenta mayor incidencia de la
maternidad adolescente.
Las brechas que se observan en el comportamiento reproductivo de las adolescentes,
entre aquellos hogares con y sin carencias críticas dan cuenta de la vinculación entre
maternidad en esta etapa del ciclo de vida y las condiciones de vida de los hogares que
ellas integran.
5
Ver nota metodológica en Anexo.
13
GRÁFICO 1. PORCENTAJE
DE MADRES
DIMENSIONES DE NBI. URUGUAY, 2011
ADOLESCENTES
POR
NBI EDUCACIÓN
NBI CONFORT
NBI ELECTRICIDAD
SIN
CON
NBI SANEAMIENTO
NBI AGUA POTABLE
NBI VIVIENDA
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
Fuente: elaborado a partir del Censo de Población 2011
La educación constituye un factor determinante en el comportamiento reproductivo de
las mujeres tanto en la edad al primer hijo como en la intensidad alcanzada. Distintas
investigaciones revelan que a mayor educación se retrasa la edad al primer hijo más allá
de la adolescencia, incluso en la juventud tardía (30 a 34 años) Rodriguez y Cavenaghi,
2013; Varela, Fostik y Fernández, 2012; Pantelides, 2004; Stern, 2005) En efecot, las
adolescentes que acumulan más años de estudio son madres en menor proporción.
Concretamente, una de cada cuatro adolescentes uruguayas con menor cantidad de años
de estudio (hasta 6 años), es madre. Mientras que entre aquellas que acumulan entre 10
y 12 años la incidencia de la maternidad adolescente es del 3% (gráfico 2).
Al utilizar indicador de la paridez media acumulada de las mujeres entre 15 y 19 años
se constata la misma relación entre fecundidad y educación, que la observada con el
14
porcentaje de madres. Todos los departamentos presentan el mismo patrón, con la
persistencia de diferencias territoriales. En las subpoblaciones con menor nivel
educativo, la paridez media acumulada llega a ser de 0,3 en gran parte del país. Se trata
de cifras muy elevadas, que dan cuenta del vínculo entre bajo nivel educativo y
maternidad temprana.
GRÁFICO 2. PORCENTAJE DE MADRES ADOLESCENTES POR AÑOS DE
EDUCACIÓN. URUGUAY, 2011
Hasta 6 años
24%
De 7 a 9
De 10 a 12
10%
3%
Fuente: elaborado a partir del Censo de Población 2011
Otro indicador de educación que da cuenta del capital educativo acumulado por el hogar
es el clima educativo. En este caso se realiza un análisis de los años de educación
acumulados a nivel de los hogares- y no de las mujeres-, comparando entre aquellos que
tienen al menos una madre adolescente y aquellos que no (cuadro 1).
Prácticamente la totalidad de los hogares (97,7%) que tienen entre sus integrantes una
adolescente que es madre han acumulado hasta 6 años de educación. Asimismo los
hogares con madres adolescentes que acumulan entre 7 y 9 años de educación alcanzan
el 2,2% y aquellos con 10 años, ni llegan a la unidad porcentual, mientras que entre el
resto de los hogares 1 de cada 5 acumulan entre 7 y 9 años y el 3% 10 y más.
De este modo, se confirma nuevamente la concentración de madres adolescentes en
aquellos hogares que acumulan menos años de educación, constatando la importancia de
los estudios en el retraso de la maternidad. Esto a su vez se encuentra correlacionado
con las condiciones de bienestar y privación social que contribuyen en la permanencia
de los adolescentes en el sistema educativo (Heaton el al, 2002).
CUADRO 1. CLIMA EDUCATIVO DEL HOGAR (%). URUGUAY, 2011
Hasta 6 años
Clima educativo del hogar (%)
Sin madre
Con madre
adolescente
adolescente
76,0
97,7
15
Total
76,1
De 7 a 9
20,9
2,2
20,8
10 y más
3,1
0,1
3,1
100,0
100,0
100,0
Total
Fuente: elaborado a partir del Censo de Población 2011
Al diferenciar la composición de los hogares entre aquellos que cuentan entre sus
integrantes con una madre adolescente y aquellos que no, se presentan diferencias
destacables. En primer lugar, prácticamente 6 de cada 10 hogares con madres
adolescentes conforman hogares extendidos, mientras que este tipo de hogar representa
el 15% entre aquellos sin madres entre 15 y 19 años. Los hogares nucleares, que son los
más habituales dentro de la población (60%), entre aquellos con integrantes
adolescentes que son madres descienden su representación al 35%. A su vez los hogares
compuestos presentan una diferencia de 5 puntos porcentuales a favor de aquellos con
madres adolescentes (cuadro 2).
La mayor conformación de hogares extendidos y compuestos puede entenderse como
consecuencia de la entrada a la maternidad por parte de una integrante adolescente, que
al no contar con las posibilidades de emanciparse de su hogar de origen y conformar su
propio hogar, generan estos tipos de hogares. Realizar la transición a la maternidad en
esta etapa del ciclo de vida no implica asumir otro rol de la vida adulta, como es la
salida del hogar paterno.
CUADRO 2. TIPOLOGÍA DE HOGARES (%). URUGUAY, 2011
Tipología de hogares (%)
Sin madre adolescente Con madre adolescente
22,6
0,16
Unipersonal
60,2
35,0
Nuclear
14,8
57,5
Extendido
2,5%
7,4
Compuesto
100,0
100,0
Total
Fuente: elaborado a partir del Censo de Población 2011
Total
22,3
59,9
15,2
2,5
100,0
En suma, la fecundidad adolescente se vincula con las condición de pobreza, al
presentarse con mayor intensidad en los hogares con NBI y agudizándose en aquellos
con mayor cantidad de carencias críticas y aún más en los que presentan carencias en las
variables asociadas con las condiciones habitacionales.
Los dos indicadores de educación utilizados-tanto a nivel de la adolescente como del
hogar- confirman una vez más, que cuanto mayor acumulación de años de estudio
menor incidencia del fenómeno de la maternidad adolescente. La mayoría de las
6
Este leve porcentaje de hogares unipersonales con madres adolescentes puede explicarse por aquellas
que no se encuentran conviviendo con sus hijos.
16
adolescentes que son madres, así como los mayores de edad que integran sus hogares,
difícilmente superen los 6 años de educación.
La maternidad no implica la conformación de un hogar propio, el 63% de los hogares
que se encuentran integrados por una adolescente que es madre, conforman hogares
extendidos o compuestos, probablemente asociado a la imposibilidad de estas mujeres
de emanciparse de su hogar de origen.
Este primer análisis revela que la maternidad en la adolescencia presenta una clara
diferenciación de acuerdo a la situación social, determinada entre otras, por las
condiciones de privación social y por los años de educación acumulados. Esto se verá
constatado más adelante mediante el modelo explicativo.
3.
Determinantes próximos a la fecundidad
Los determinantes próximos de la fecundidad son fundamentales a la hora de analizar el
comportamiento reproductivo. Davis y Blake (1956) definen una serie de variables que
intervienen directamente sobre el nivel de la fecundidad. Estos se vinculan a: la
exposición al riesgo del embarazo, la concepción y la gestación. En esta cadena de
eventos la edad de inicio de las relaciones sexuales, la unión, la anticoncepción y el
aborto son factores claves. Los determinantes próximos están a su vez determinados por
las condiciones socioeconómicas y contextuales. Este conjunto de factores interviene en
el timing y el nivel de la fecundidad (Flores y Soto, 2007).
En esta sección, a partir de la Encuesta Nacional de la Juventud de 2008 se analizan
algunos de estos determinantes en relación a la maternidad adolescente: 1) exposición al
riesgo de embarazo, 2) edad de inicio a las relaciones sexuales (proporción de mujeres y
varones sexualmente activos, porcentaje de madres entre las sexualmente activas,
porcentaje de padres entre los sexualmente activos), 3) unión (proporción de madres sin
pareja), 4) uso de anticonceptivos en la última relación sexual y uso habitual.
La exposición al riesgo de embarazo puede medirse a través de la proporción de
adolescentes en actividad sexual, lo cual está unido con la edad de inicio a las relaciones
sexuales. Los varones comienzan su actividad sexual de forma más temprana que las
mujeres, esto se refleja en la evolución de la proporción de adolescentes que iniciarion
su actividad sexual por edad y sexo según la ENAJ 2008 para Uruguay (gráfico 3).
GRÁFICO 3. PROPORCIÓN DE ADOLESCENTE QUE INICIARON SU
ACTIVIDAD SEXUAL POR SEXO Y EDAD. URUGUAY, 2011
17
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
mujeres
varones
total
0%
15
16
17
18
19
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Mientras que a los 15 años más de un 45% de los varones a esa edad ya habían iniciado
su actividad sexual, en el caso de las mujeres la incidencia se reduce a un 24%. Además,
se observa para cada edad simple entre 15 y 19 años una brecha entre la proporción de
adolescentes que iniciaron su actividad sexual a favor de los varones, la cual va
disminuyendo a medida que aumenta la edad. A los 19 años, un 9% de los varones aún
no habían tenido relaciones sexuales y para el caso de las mujeres ese porcentaje
asciende a 14% según datos de la ENAJ 2008. Este fenómeno de la iniciación más
temprana de los varones respecto a las mujeres no es un caso aislado en Uruguay, y está
vinculado a factores de carácter socio cultural y a las conductas esperadas por la
sociedad determinada por los roles de género.
Tal como se ha mencionado ut supra, una iniciación más temprana de la vida sexual
implica una mayor exposición al embarazo, y eso se refleja en el siguiente cuadro. Entre
las mujeres que tienen al menos un hijo con 14 años y menos ya se habían iniciado un
26% de ellas en contraste con un 8% para el caso de las mujeres sin hijos. Para el caso
de los varones, las proporciones son 61% para los padres adolescentes y 30% quienes
aún no son padres (cuadro 3).
CUADRO 3. EDAD DE INICIO A LA SEXUALIDAD POR SEXO Y SEGÚN
CONDICIÓN DE MATERNIDAD/PATERNIDAD (%)
Edad de inicio a la sexualidad por sexo y según condición de
maternidad/paternidad (%)
Varón
Tuvo hijo
Mujer
Tuvo hijo
18
No tuvo
9
11
12
13
14
15
16
17
18
19
No
Si
No
25,8%
0,0%
44,9%
0,2%
0,0%
0,0%
0,4%
0,0%
0,0%
3,7%
0,0%
0,5%
7,2%
14,2%
1,6%
17,8%
46,9%
6,2%
23,3%
8,2%
14,6%
14,0%
15,4%
15,0%
4,9%
15,3%
9,9%
2,4%
0,0%
6,3%
0,4%
0,0%
1,0%
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Si
0,0%
0,0%
1,3%
1,4%
6,6%
16,8%
37,8%
24,7%
11,4%
0,0%
0,0%
Por otro lado, también se puede analizar la edad de inicio a las relaciones sexuales por
otros factores socioeconómicos, como la educación alcanzada y la condición de
pobreza. En relación al primero, la edad de inicio de las relaciones sexuales varía según
el nivel educativo del adolescente. De acuerdo a lo que se refleja en el cuadro 4, a
mayor nivel educativo (en este caso estar en nivel de secundaria respecto a solamente
haber completado primaria), se vincula con una postergación de la iniciación a la vida
sexual, más intensa para las mujeres que para varones. Sin embargo, también se constata
que a partir de los 15 años ya no existe una distancia tan marcada por nivel educativo.
CUADRO 4. EDAD DE INICIO A LA SEXUALIDAD POR SEXO Y
EDUCACIÓN (%)
Edad de inicio a la sexualidad por sexo y educación (%)
Varones
Mujeres
Secundaria Primaria Secundaria Primaria
26%
24%
42%
26%
No tuvo
10%
18%
2%
7%
Antes de los 14
18%
23%
7%
15%
14
23%
22%
17%
16%
15
15%
9%
16%
19%
16
8%
4%
17%
17%
Luego de 16
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
19
En relación a la situación socioeconómica, se observa que la condición de pobreza7
tiene una mayor incidencia entre quienes son padres respecto a quienes no lo son. Para
el caso de las mujeres, un 23% de las que se encuentran en situación de pobreza son
madres, mientras que entre las no pobres la incidencia es bastante menor (8%). En los
varones por el contrario se observa la baja incidencia de la paternidad en estas edades
tanto para los que están en condiciones de pobreza como los que no la tienen. ¿Será
porque en estas edades los varones no tienen hijos? ¿o porque no los tienen y no los
asumen?
CUADRO 5. PORCENTAJE DE ADOLESCENTES QUE SON PADRES SEGÚN
CONDICIÓN DE POBREZA, POR SEXO (%)
Porcentaje de adolescentes que son padres según condición de
pobreza, por sexo
No pobre
Pobre
Varones
Mujeres
No tuvo hijo Tuvo hijo No tuvo hijo Tuvo hijo
98%
2%
92%
8%
97%
3%
77%
23%
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Otro determinante próximo a la fecundidad se refiere al estado de unión conyugal. Se
destacan dos resultados, en primer lugar la alta incidencia de la unión entre quienes son
padres y madres adolescentes. Mientras que un 1% de los varones y 3% de las mujeres
que no son padres están unidos, esta proporción es de 39% y 35% respectivamente
cuando se trata de adolescentes con hijos. También es relevante el porcentaje de madres
soleteras (65%) y de padres solteros (61%). Esto da cuenta de que el fenómeno de la
maternidad en esta etapa de la vida no implica necesariamente la conformación de una
pareja y tampoco como vimos anteriormente, la emancipación (cuadro 6).
CUADRO 6. PORCENTAJE DE ADOLESCENTES POR ESTADO DE UNIÓN
CONYUGAL
SEGÚN
SEXO
Y
CONDICIÓN
DE
PATERNIDAD/MATERNIDAD
Porcentaje de adolescentes por estado de unión conyugal según
sexo y condición de paternidad/maternidad
Varones
Tuvo hijo
No unida
Unida
7
No
99%
1%
Si
61%
39%
En este caso la pobreza se mide a través del método de ingresos
20
Mujeres
Tuvo hijo
No
Si
97%
65%
3%
35%
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Por último, en relación al uso de anticonceptivos en la última relación sexual y su uso
habitual se destacan algunas incongruencias. Un 42% de las madres adolescentes no usó
método anticonceptivo en la última relación sexual y un 12% no usa habitualmente.
Entre las que no son madres la proporción de no uso anticonceptivo en la última
relación sexual y en el uso habitual es menor pero también con inconsistencias (de 20%
y 7% respectivamente). Esto revela la irregularidad en la protección en sus relaciones
sexuales tanto para evitar embarazos no deseados como enfermedades de trasmisión
sexual. La justificación del no uso de anticonceptivos, particularmente entre las mujeres,
como dice Flórez y Soto (2007) se vincula con:
“El no uso de métodos de planificación familiar entre los adolescentes se asocia con: i)
la percepción de invulnerabilidad; ii) el escepticismo frente a la efectividad de los
métodos; iii) las creencias infundadas acerca de sus efectos secundarios; iv) la
creencia de que utilizar el condón con la persona que se ama y a la que se le tiene
confianza es un irrespeto; v) las expectativas que se tienen de las relaciones románticas
y sexuales; vi) el deseo de complacer a la pareja”.
Es llamativo que entre los varones el uso de métodos tanto el habitual como en la última
relación sexual, es siempre más elevado que en las mujeres. Hay que tener en cuenta
que a nivel de discurso, se esté realizando esta declaración y que puede no coincidir con
la realidad (cuadro 7). Además se debe de tener en cuenta que tanto para las mujeres
como para el caso de las parejas de los varones, estas preguntas no permiten realizar un
análisis biográfico de forma que permitiera conocer si cuando quedaron embarazadas
habían utilizado métodos anticonceptivos.
CUADRO 7. PORCENTAJE DE ADOLESCENTES QUE USARON MÉTODO
DE ANTICONCEPCIÓN EN LA ÚLTIMA RELACIÓN SEXUAL SEGÚN SEXO
Y CONDICIÓN DE MATERNIDAD/PATERNIDAD
Porcentaje de adolescentes que usaron método de anticoncepción
en la última relación sexual según sexo y condición de
maternidad/paternidad
Varones
No tuvo hijo
Tuvo hijo
Usó método
87%
76%
21
Mujer
No tuvo
Tuvo
hijo
hijo
80%
58%
No usó
método
13%
24%
20%
42%
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
CUADRO
8.
PORCENTAJE
DE
ADOLESCENTES
QUE
USAN
HABITUALMENTE MÉTODO DE ANTICONCEPCIÓN SEGÚN SEXO Y
CONDICIÓN DE MATERNIDAD/PATERNIDAD
Porcentaje de adolescentes que usan habitualmente método de
anticoncepción según sexo y condición de maternidad/paternidad
Varones
Usa
No usa
Mujer
No tuvo
Tuvo
No tuvo hijo
Tuvo hijo
hijo
hijo
97%
92%
93%
88%
3%
8%
7%
12%
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
El análisis sobre uso y no uso de anticonceptivos, revela que a pesar de los avances
señalados en el Uruguay, a partir de El Cairo en relación a la Salud Sexual y
Reproductiva, dista bastante de alcanzar una adecuada SSR, y que en el caso de las
mujeres eso es aún más complejo por las desigualdades que persisten en las relaciones
afectivas que responden a la persistencia de las desiguales de género para unas y otros..
Variables actitudinales en relación a los roles de género
El análisis de los determinantes próximos a la fecundidad está relacionado con lo que
los adolescentes expresan a través del discurso sobre las actitudes en relación a los roles
de género esperados. A través de algunas preguntas de la ENAJ se desprenden
percepciones sobre los roles de género en la sociedad y la desigualdades que persisten a
partir de estas construcciones.
En el caso de las preguntas: “las mujeres deberían elegir las carreras que no
interfieran con el futuro proyecto de familia” y “criar a los hijos debe ser tarea
primordial de las mujeres”, más de un 30% de los varones y de las mujeres opinan que
están de acuerdo con ambas afirmaciones. Es decir, aquí se refleja el modelo cultural de
que las mujeres están más preparadas para la crianza de los hijos, y por lo tanto son
quienes deben relegar otros proyectos de realización personal vinculados a lo laboral.
Este modelo en el discurso es sostenido tanto por los varones como por las mujeres.
22
CUADRO 9. PORCENTAJE DE ACUERDO SOBRE: CRIAR A LOS HIJOS
DEBE SER TAREA PRIMORDIAL DE LAS MUJERES"
Porcentaje de acuerdo sobre: criar a los hijos
debe ser tarea primordial de las mujeres"
muy en desacuerdo
desacuerdo
acuerdo
ni acuerdo ni desacuerdo
Varones
9%
35%
24%
20%
Mujeres
11%
31%
13%
26%
12%
19%
muy de acuerdo
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
CUADRO 10. PORCENTAJE DE ACUERDO SOBRE: LAS MUJERES
DEBERÍAN ELEGIR LAS CARRERAS QUE NO INTERFIERAN CON EL
FUTURO PROYECTO DE FAMILIA
Porcentaje de acuerdo sobre:
las mujeres deberían elegir las carreras que no
interfieran con el futuro proyecto de familia
Varones
Mujeres
10%
11%
muy en desacuerdo
29%
31%
desacuerdo
27%
21%
acuerdo
26%
27%
ni acuerdo ni desacuerdo
8%
10%
muy de acuerdo
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Luego, en lo que refiere a las tareas del hogar sobre si las mismas deberían ser
compartidas entre mujeres y varones, se destaca el mayor porcentaje de acuerdo por
parte de las mujeres en que así sea (55%) mientras que en los varones es
sustancialmente inferior (36%). Y si las tareas del hogar deben ser asumidas
mayoritariamente por las mujeres, se evidencia un desacuerdo mayor por parte de ellas
(60%) en relación a los varones (43%). En estas dos preguntas se observa que más allá
del discurso del modelo “machista” constatado con las preguntas anteriores, en la
realidad las mujeres desean que las responsabilidades de la vida doméstica no queden
recargadas en ellas.
23
CUADRO 11. PORCENTAJE DE ACUERDO SOBRE: LAS MUJERES
DEBERÍAN COMPARTIR LAS TAREAS DEL HOGAR CON LOS VARONES
PARA DESARROLLARSE DENTRO Y FUERA DEL HOGAR
Porcentaje de acuerdo sobre:
las mujeres deberían compartir las tareas del hogar con
los varones para desarrollarse dentro y fuera del hogar
Varones
Mujeres
1%
0%
muy en desacuerdo
3%
2%
desacuerdo
9%
2%
acuerdo
61%
42%
ni acuerdo ni desacuerdo
27%
53%
muy de acuerdo
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
CUADRO 12. PORCENTAJE DE ACUERDO SOBRE: LAS TAREAS DEL
HOGAR DEBEN SER ASUMIDAS SOBRE TODO POR LAS MUJERES
Porcentaje de acuerdo sobre:
las tareas del hogar deben ser asumidas sobre todo por
las mujeres"
Varones
Mujeres
9%
16%
muy en desacuerdo
34%
44%
desacuerdo
24%
16%
acuerdo
25%
17%
ni acuerdo ni desacuerdo
7%
7%
muy de acuerdo
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Las respuestas analizadas en relación a los roles esperados para mujeres y varones en
torno a la maternidad y la no interferencia del desarrollo profesional con este rol,
muestran la vinculación sobre la importancia de la maternidad en la construcción de la
identidad femenina con en el comportamiento reproductivo. Estas constituyen parte de
las explicaciones que pueden estar interviniendo en el piso de resistencia a la baja de la
fecundidad adolescente.
24
4.
Factores explicativos de la resistencia al descenso de la fecundidad
El análisis descriptivo de los determinantes sociales y determinantes próximos de la
fecundidad y las desigualdades de género, aportaron algunos indicios que orienten las
posibles explicaciones sobre los focos de resistencia a la baja de la fecundidad. En este
punto, se decide modelizar la probabilidad de que una mujer sea madre adolescente
aplicando un modelo de función normal con el objetivo de determinar aquellas variables
que más explican este fenómeno.
Se toma como base de datos del Censo de Población 2011 y se elige como universo el
total de mujeres entre 15 y 19 años, el cual asciende a 123.771.
Se define como variable dependiente la condición de madre adolescente, la cual puede
tomar dos valores: a) ser madre (valor=1) y b) no ser madre (valor=0).
Se seleccionan las siguientes variables explicativas:




Determinantes próximos: situación conyugal
Características individuales: condición de actividad en el mercado laboral
(activo/inactivo), etnia
Características del hogar: necesidades básicas insatisfechas por cada una de las
dimensiones relevadas (materialidad, hacinamiento, cocina, elementos de
confort, electricidad, saneamiento, agua, educación).
Características geográficas: Montevideo versus interior del país
En relación al determinante próximo de la fecundidad, el estado conyugal, los valores
que puede tomar esta variable para este modelo es: a) unida, b) no unida. Sobre las
características individuales, la condición de actividad refiere a si la persona se encuentra
activa o no en el mercado laboral, siendo a) inactiva y b) activa (empleada o
desempleada); y la etnia refiere a la condición de afrodescendencia: a) afro y b) no afro.
En cuanto a las características del hogar, se toman todas las necesidades básicas
insatisfechas, de forma de indagar cuál de ellas está más correlacionada con el
fenómeno de la maternidad adolescente. Las variables toman el valor 1 si tiene
necesidad básica insatisfecha y 0 si no carece de dicha necesidad (Calvo et al, 2013)
Por último se considera una variable geográfica, que toma el valor 1 si la adolescente
vive en Montevideo y 0 si vive en el interior.
El cuadro presenta los siguientes resultados que surgen de la aplicación del modelo. El
signo de todas las variables dependientes es consistente con los resultados esperados.
Con excepción de materialidad, cocina, electricidad y agua; las restantes variables
resultan significativas.
25
En lo que concierne a la situación conyugal, las mujeres que se hallan unidas tienen
mayor probabilidad de ser madres adolescentes que aquellas que no se encuentran en
esta situación. Además esta variable es la que más contribuye a explicar en este modelo
el ser madre adolescente (38%).
En cuanto a la variable de ascendencia étnico racial, si la mujer es afro aumenta en un
1,3% la probabilidad de que la adolescente sea madre. En relación a las características
del hogar se confirma que las mujeres mayormente expuestas al riesgo de ser madres
adolescentes son aquellas de hogares con problemas de hacinamiento, confort,
saneamiento y educación. El hacinamiento es la variable que se asocia más fuertemente
con la maternidad adolescente, seguida de educación.
En el caso de la variable sobre el mercado laboral el hecho que la mujer se encuentre
activa en el mismo está positivamente correlacionado con el riesgo de ser madre en la
adolescencia. La entrada a la maternidad las puede estar motivando a entrar en el
mercado laboral como forma de sostener económicamente la crianza de su o sus hijos.
Por otro lado, se registra una caída de la probabilidad de ser madre adolescente cuando
el lugar de residencia es Montevideo y no el interior del país.
CUADRO 13. SALIDA MODELO PROBIT. VARIABLE DEPENDIENTE:
PROBABILIDAD DE FECUNDIDAD ADOLESCENTE
Std.
Error
0,2317042 0,0125581
1,581714 0,0132584
0,1187571 0,0184307
Intervalo de
confianza
18,45
0
0,2070908 0,2563176
activo
119,3
0
1,555728
1,6077
unida
6,44
0
0,0826337 0,1548806
afro
0,44
0,663
0,1191859
nbi_mat 0,0216946 0,0497414
0,0757967
41,82
0
0,5657894 0,6214369
nbi_hac 0,5936132 0,0141961
1,01
0,314
0,0635949
nbi_coc 0,0215838 0,0214347
0,0204274
10,75
0
0,1194095 0,1726429
nbi_conf 0,1460262 0,0135802
1,47
0,141
0,1969772
nbi_elec 0,0845318 0,0573711
0,0279136
24,74
0
0,2877399 0,3372605
nbi_educ 0,3125002 0,012633
7,18
0
0,109457 0,1916083
nbi_sane 0,1505327 0,0209574
0,34
0,731
0,0630987
nbi_agua 0,0094209 0,0273871
0,0442569
-0,032289 0,0129399
-2,5
0,013
mdeo
0,0576507 0,0069273
-2,064546 0,0111174
-185,7
0
-2,086336 -2,042756
_cons
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
Coef.
z
26
P value
CUADRO 14. EFECTOS MARGINALES
dy/dx
0,0277119
activo*
0,3805101
unida*
0,0139173
afro*
nbi_mat* 0,0023918
nbi_hac* 0,0890287
nbi_coc* 0,0023739
nbi_conf* 0,0166764
nbi_elec* 0,009795
nbi_educ* 0,0387362
nbi_sane* 0,0181297
nbi_agua* 0,0010281
mdeo*
0,0034716
Fuente: elaborado a partir de ENAJ 2008
En suma, el modelo explicativo permiten establecer que los fenómenos que más
explican la probabilidad de tener un hijo en la etapa adolescente son: la condición de
privación social (fundamentalmente el hacinamiento y la educación), estar en unión y
ser activas en el mercado laboral.
Esto es consistente con los resultados hallados en el análisis descriptivo y con lo que la
literatura refiere en relación a este fenómeno.
27
VI. Conclusiones
Luego de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo, Uruguay
emprende una serie de acciones dirigidas a universalizar el acceso a la SSR de toda la
población y específicamente programas dirigidos a la población adolescente, si bien esto
se ve reflejado en el descenso del nivel de fecundidad adolescente en los 15 años
analizados, en determinados sectores de la población la incidencia del fenómeno
continúa siendo alto y se asemeja a los niveles alcanzados en América Latina.
A partir de los datos analizados en este trabajo, se puede afirmar que los determinantes
centrales que ayudan a comprender el nivel de fecundidad adolescente en Uruguay y
conforman ese umbral difícil de trascender son: la condición de privación social, tanto
medida por el método por ingresos como por las NBI; los años de estudio alcanzados,
tanto a nivel de la adolescente como del hogar; el lugar de residencia; exposición al
riesgo de embarazo; la edad de inicio a las relaciones sexuales; el uso habitual de
anticonceptivos y la desigualdad de género persistente en la sociedad.
Del abordaje territorial se evidenció la disminución de la fecundidad adolescente en la
totalidad de los departamentos del país, así como también en la totalidad de los barrios
de Montevideo. Asimismo se constató que se mantienen brechas importantes y que se
vinculan en parte con los niveles de carencias críticas de la población.
De la modelización realizada se desprende que las variables que más explican la
probabilidad de una maternidad temprana son: la condición de privación social
(fundamentalmente el hacinamiento y la educación), estar en unión y ser activas en el
mercado laboral. Este hallazgo está alineado con los resultados encontrados en el
análisis descriptivo y con lo que la literatura refiere en relación a este fenómeno.
En este sentido, hemos constatado la hipótesis inicial de este trabajo que plantea que las
condiciones socioeconómicas son las determinantes claves para la conformación del
28
piso de resistencia a la baja de la fecundidad. A su vez estos factores estructurales,
intervienen en el comportamiento de los determinantes próximos de la fecundidad. Esto,
se retroalimenta con las carencias en Salud Sexual y Reproductiva y las desigualdades
de género.
Es claro que los impulsos iniciados a partir del CIPD han tenido sus efectos sobre el
ejercicio de los Derechos en Salud Sexual y Reproductiva pero aún restan desafíos por
asumir para trascender definitiva ese “umbral”.
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