Los principio de la Ciudad - Municipalidad de General Pico

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La historia de una ciudad se va haciendo todos los días.
Y un descampado, como un gran pedazo de sabana instalado en el centro mismo del país
seguramente apareció a la vista de los primeros pobladores, un poco antes de 1905, porque ya para
entonces sin haber sido fundado especialmente, General Pico ya tenia algunos habitantes, a dos
leguas de éste se encontraba una pequeña población, y una "pulpería", llamada "Las Liebres", del Sr.
Santos Ayerra, de aspecto humilde y con el clásico enrejado delante del mostrador y la pequeña
abertura para despachar los artículos a los pocos pobladores que acudían.
No había allí otro signo de civilización, los campos estaban en su totalidad dedicados a la cría
de oveja, pues solo existía el pasto natural y algunas aguadas.
Fue entonces cuando Don Eduardo de Chapeaurouge agrimensor, le propone a Eduardo Castex,
dueño de las tierras, la fundación de un pueblo teniendo en cuenta que el ferrocarril oeste pasaría
por el lugar en forma casi inmediata, ya que sé venia construyendo una línea desde Bahía Blanca.
Castex; acepta y el negocio queda en manos de Chapeaurouge, éste como agrimensor divide
las tierras en solares y chacras.
Ya para Julio de 1905, la actual estación de Ferrocarril estaba en construcción a un metro y
medio del nivel del suelo; y el agrimensor Sr. Aubin, venido de Intendente Alvear, después de
terminar la mensura del gran pueblo, con una cuadrilla de veinte peones, formo campamento
frente a la estación, para levantar los galpones de hierro de la casa de comercio de los Sres. Juan
L. Pozzo y Cia. Los materiales para la construcción del galpón eran traídos de la Capital Federal en
carros y en tren de balastros, cuando se podía.
Construido el galpón para la casa de comercio, al mismo tiempo edificaron en adobe y barro
pequeñas habitaciones, los Sres. Saturnino Moreno y Julio Baquedano que se dedicaban al comercio
de restaurantes y Hoteles.
Fijada la fecha del remate por el Sr. Eduardo Chapeaurouge, socio a su vez en aquel entonces
de la firma Juan L. Pozzo y Cia, para el 11 de noviembre, empezaron las construcciones de carpas
y casas de cinc, que se levantaban en el día, con el permiso del Sr. Chapeaurouge, se ubicaban en
los solares que los creían más convenientes para quedar propietarios sujetándose al precio del día
del remate.
En estaciones del Ferrocarril se publicitaba, la fundación de la futura gran Ciudad del oeste
para el día 11 de Noviembre de 1905; denominada por Chapeaurouge
"La Chicago Argentina"
(quizás por el hecho de que Chicago era el más importante núcleo Ferroviario y además el principal
productor de la prospera región del medio oeste de Estados Unidos) estos avisos y esa frase no solo
se reprodujeron en afiches, sino también en avisos de diarios, Ej. La Nación.
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La publicidad produce sus efectos y para ello no se dejo librado al azar ningún detalle, la
fecha de fundación coincidió con el remate de las tierras y con la llegada del primer tren del oeste,
así llegaron los primeros compradores procedentes de Buenos Aires y mucha gente en carros de
distintas zonas; atraídos por los anuncios de que se vendían las mejores tierras, con la mejor agua
del centro del país.
El remate de las tierras se realizo en el galpón de ramos generales de Juan L. Pozzo y C.I.A.,
que más tarde se llamó a título de buen derecho "La Fundadora" ubicado en calles 18 esquina 19,
donde actualmente se encuentra una estación de servicios.
Ya desde temprano mas de 200 vehículos de puntos lejanos habían llegado al renombrado Pico
con ansias.
El remate duro tres días, siendo el tercer día mas animado que el segundo y las ventas
sobrepasaron el millón de pesos, moneda nacional.
Todos querían poseer un pedazo de suelo como si se tratara de una "Tierra Prometida", pero
no todo andaba bien, ya que entre la concurrencia había personas interesadas en hacer fracasar el
remate. Algunas de estas personas eran emisarios de fundadores de otros pueblos que a pesar de
una descarada ayuda oficial no conseguían progresar, debido a las pésimas tierras en que los habían
ubicado.
Empezaron con divulgar la noticia de que el empalme del Ferrocarril Pacífico era un sueño,
que el pueblo no tendría vida propia, que el nombre de "La Chicago Argentina" era una burda
superchería y que los compradores que invertían sus ahorros en estas tierras, tarde o temprano
quedarían en la miseria.
En efecto el Ferrocarril Pacífico había prometido empalmar en el lugar en donde estaba
ubicada la estación de Ferrocarril Oeste, pero no había pasado de la promesa. Esta demora hacía
fracasar parte de los planes de los compradores. Sé sabia que en Catriló había un ingeniero del
ferrocarril Pacifico, pero nada más.
Además aprovechando el arenal que contenían los medanos existentes en los futuros terrenos
de la ciudad, en donde las personas se enterraban hasta casi las rodillas, aseguraban que en ese
arenal era imposible vivir.
El primer día del remate no hubo mucha animación, ya que la gente quería ver llegar la
cuadrilla del Ferrocarril Pacifico y nada se divisaba.
En los planos figuraba el empalme dibujado en los lienzos y avisos de propaganda, pero hasta
ese momento nada había seguro. Los ánimos estaban excitados; y los emisarios hacían circular
malas noticias. Hubo un momento en que se suspendió el remate; el almuerzo no fue alegre, había
algo flotando en el ambiente, abatimiento, desconfianza, pero de pronto alguien lanzo un grito
¡Llega alguien a caballo! Son indios dijeron algunos, ¡no!, son coches que vienen al remate, dijeron
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otros pero nada se divisaba mas que un punto negro envuelto en una nube de polvo en el lejano
horizonte.
Los concurrentes miraban todos para aquel lado y poco a poco se divisaron las mulas y los
carros cargados de carpas y de herramientas que bajo la dirección del ingeniero Tomas Allan y
1.700 hombres, darían principio al terraplenamiento de la línea.
Este hecho borro todo temor, realzo los ánimos y a partir de allí todo fue a las mil maravillas.
El mismo día de la fundación se empezaron a cavar pozos para proveerse de agua. Hubo
también quienes, habiendo llegado prevenidos, descargaron de los carros en que habían viajado, los
postes, lonas y chapas con que armarían los optimistas toldos pobladores. Contaban los que vivieron
aquel 11 de noviembre al caer la noche la vastedad lugareña se iluminaba con decenas de pabilos
diseminados en distintas direcciones y desde entonces no hubo tiempo para el descanso, hacer y
hacer era el imperativo. Vinieron los adobes, los muros de “chorizo” hasta que empezaron a salir
los primeros ladrillos fabricados por Don Juan Cariddi, que llegado como integrante del personal
que tendía las vías dispuso no seguir adelante y quedarse en General Pico.
La mayoría de los compradores de tierras fueron inmigrantes con algún oficio, albañiles,
carpinteros, herreros, también panaderos o carniceros, en síntesis se formo una comunidad de
trabajo, esto junto a la gente que venía haciendo la línea del ferrocarril desde Bahía Blanca, que
eran alrededor de 1.700 personas, hicieron al crecimiento rápido del pueblo.
A poco de fundado General Pico, no faltaban personas, que en transito por el nuevo pueblo se
"riera" de sus pretensiones de progreso. "Que va a progresar ésto, decían burlonamente, si está en
un arenal" y efectivamente, en algunas partes la arena llegaba "a las rodillas".
Sin embargo,
animosos y emprendedores, aquellos primeros pobladores y teniendo en cuenta su excelente
ubicación y el privilegio de ser nudo ferroviario, lograron que en breve tiempo General Pico se
destacara por su dinámica actividad.
Diversos comentarios periodísticos de Aquellos tiempos daban fe del avance píquense que en
relación con lo que era entonces La Pampa y con lo que sus posibilidades
socioeconómicas
permitían, se perfilo con características inéditas, a tal punto que en 1914, con solo 9 años de vida,
estaba a la vanguardia del territorio en cuanto a población, con 6.404 habitantes, siguiéndole Santa
Rosa, capital Pampeana con 5.563.
En 1909 un cronista viajero, publica en el periódico La Capital de Santa Rosa, sus impresiones
sobre las localidades visitadas en su recorrido, entre las que figuraban General Pico y decía: "El Sr.
Eduardo Chapeaurouge en terreno del Sr. Eduardo Castex, fundó hace apenas tres años ese pueblo,
que más tarde fue buscado por el F.C.P. para cruzar con sus líneas a Bahía Blanca. Hoy es un pueblo
con mas de quinientos habitantes, con calles bien delineadas, con casas de estilo moderno, grandes
establecimientos comerciales, un molino, una escuela mixta, un médico diplomado, un
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farmacéutico idóneo, una empresa telefónica bien atendida que lo pone en comunicación al
pueblos y estaciones como Dorila, Monte Nievas, Metileo y muchos establecimientos agropecuarios
de las inmediaciones y tendrá este año una sucursal del Banco.
Es una pequeña Ciudad donde no faltan los elementos culturales y pasatiempos que la
civilización proporciona.
Los Sres. Chapeaurouge y Castex han hecho toda clase de esfuerzos por el adelanto de este
pueblo, que hasta ahora no tiene mas autoridades que un Juez de Paz y un comisario de policía,
pero se espera que en este año se dote de Municipalidad electiva, que por ley le corresponde.
Los demás pueblos del departamento, están aun en formación, siendo el más importante
Monte Nievas."
Es oportuno señalar que el departamento se llamo primeramente "General Pico" y cuando se
cambio su nombre por el de Maracó por decreto nacional del 20 de octubre de 1915, se modificaron
sus limites."
En 1916, se publico el Álbum Gráfico de General Pico y su departamento, con motivo de
cumplirse el 10° Aniversario de la fundación del pueblo.
Su autor y editor, el educador Ludovico Brudaglio, expresaba en la introducción de este
trabajo excelentemente documentado e ilustrado lo siguiente: "General Pico es un ejemplo
palpitante de la pujanza de esta región privilegiada. Único ejemplo, si se quiere, pues después de
las ciudades cincuentenarias de Mercedes y Chivilcoy, en la línea de Once a Telén, no encontrará el
viajero otro centro de la importancia comercial de Pico, fundado solamente hace 10 años."
Brudaglio, tenia mucha razón ya que General Pico se proyectaba como caso único por su
acelerado progreso, y así lo fundamentan sus cronistas " A sus nueve años General Pico ya tenia una
Intendencia Municipal, Juzgado de Paz, Registro Civil, que permitió registrar en Pico los
nacimientos, casamientos y defunciones que hasta entonces se registraban en Intendente Alvear,
Inspección de Policía con comisaría de Primera Clase, Hospital, Iglesia Católica, Banco de La
Nación, Banco Santa María Ltda., Correos, Teléfonos, una Fábrica productora de electricidad.
La enseñanza escolar cuenta con un inspector y con 7 centros y docentes para ambos sexos,
cinco de ellos con carácter oficial.
Existen 6 sociedades de socorro mutuo, además de la filantrópica institución de damas de
beneficencia.
El servicio medico farmacéutico esta atendido por tres distinguidos doctores que
reemplazaron (hasta ahí nomás) a los curadores de la culebrilla, los empachos y la rotura de huesos
provocadas por las rodadas del caballo al meter la pata en alguna cueva de peludo. Además existían
tres farmacias que vendían unto-sin sal, limonada, untura blanca y vasos para ventosas.
Contamos con dos escribanías publicas, agentes judiciales, escritorios de remates y
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comisiones, etc.
Dos espaciosos y concurridos Bares, Cinematógrafos y más de 20 Hoteles, restaurantes y
fondas, atestiguan el movimiento extraordinario de este floreciente pueblo, al cual día a día
llegaban los viajeros en carros y sulkys desde la comarca rural. Para los caballos en las fondas había
un corralón donde los fardos y el agua ayudaban a reponer fuerzas.
Infinidad de pequeñas industrias, fábricas, imprentas y otros negocios en los que se cuentan
casas de reconocida importancia comercial, lo que unido a nuestras vías ferroviarias de
comunicación y tráfico, auxiliadas por 5 Garajes de automóviles, nos hace augurar un halagüeño
porvenir para el pueblo que honrosamente celebra el noveno año de su Fundación.
Desde la fundación de General Pico hasta que surgen las primeras autoridades municipales
transcurren siete años, en ese lapso, la gestión publica es encauzada a través de comisiones de
fomento que designaba el gobierno de La Pampa.
En 1912, se hace la primera elección municipal y resulta presidente del consejo municipal
Pedro Alfredo Bo.
En lo que hace a instituciones surgieron rápidamente ya que en 1907 nació la sociedad
Italiana, y un año después la sociedad Española, el fin de estas instituciones era el socorro mutuo,
los socios pagaban una cuota y eran asistidos, la mayor tarea era la de solidarizarse con italianos y
españoles que llegaban a estas tierras, mas trabajo tenían las primeras por razones de idiomas.
Las primeras fábricas fueron una de soda, una jabonería, hornos de ladrillo y por supuesto
dependían de la producción del campo, se almacenaba mucho cereal en bolsas que se guardaban en
los galpones del ferrocarril; los trenes trabajaban mucho con el transporte de hacienda a Buenos
Aires y es por ello que los embarcaderos tenían mucha actividad, el primero de ellos estuvo muchos
años en la esquina de la 10 y la 21. Siguieron apareciendo poco a poco otros negocios, como la
herrería de Viscardis, luego ésta se transformó en una fábrica; se hacían cocinas, bombas para
agua, etc.
General Pico se transformo rápidamente en un centro de trabajo.
Según la programación de Chapeaurouge, se preveía que el centro de General Pico fuera la
plaza, pero al irse aglutinando el comercio en las inmediaciones del ferrocarril, condujo a un
predicamento mayor a esos lugares, que lo siguen siendo en la actualidad, como por Ej. Las calles
20, 15 y 17.
La primera de las escuelas fue la Escuela Nº 26 y durante muchos años la educación se redujo
a cinco escuelas primarias, es decir la escuela Nº 26, Nº 57, y luego la Nº 64, Nº 66, y Nº 111. A
fines de la década del cuarenta surgió el instituto secundario que se transformaría luego en colegio
nacional, mas tarde se crea la escuela de artes y oficios, hoy E.P.E.T. Nº 1 y siguieron apareciendo
los distintos niveles de educación hasta llegar al universitario, que sin lugar a dudas contribuyo en
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el crecimiento de la ciudad.
En 1915, se habían terminado la edificación de los mataderos, se habían abovedado 20
cuadras centrales, se terminaba la construcción del mercado en primer termino, y se licitaba la
construcción del palacio municipal, tiene General Pico cuatro colegios del estado y dos
particulares, dos institutos musicales, una fábrica de fideos, soda, jabón, hielo y mosaicos, y tiene
un comercio respetable y sólido, representado por antiguas y acreditadas casas como las de Ayerra
Hnos., Ripalda, Baratillo Colombo, Los Vascos, Casa Colombo y Molino del Oeste.
La edificación aumenta día tras día, surgiendo
construcciones elegantes, modernas,
distinguidas, diseñadas por el arquitecto de moda, Sr. Pedro S. Pallaris.
En el año 1956, llega el asfalto a General Pico, era comisionado municipal, el señor José
Domínguez, él había hecho el proyecto de la primera etapa de pavimentación, llamo a licitación, y
se presentaron las empresas, se adjudico la obra y se estaba en esa etapa cuando se produjo una
revolución.
Lo primero que realizan las nuevas autoridades es indagar todo lo hecho por Domínguez,
felizmente estaba todo perfecto y entonces la empresa Polledo, adjudicataria
de la obra, pudo
empezar. La primera etapa comprendía unas trescientas cuadras, esto fue un gran crecimiento para
General Pico, se mejoraron las residencias, y las que se construían nuevas eran con otra fisonomía,
empezaron a aparecer mas automóviles, al no tener mas problemas para desplazarse.
En el plano social, durante los primeros 25 a 30 años solamente se realizaba algún baile para
alguna fecha clave, como por ejemplo un 25 de mayo o un 9 de julio, y las clásicas romerías ya sean
italianas o españolas que duraban 3 o 4 días, estos eran acontecimientos que hacían que arribara
mucha gente inclusive había gente de campo que por esos días venia a establecerse al lugar,
después al aparecer los clubes cambio mucho, de todas maneras por esta época es cuando se
comienza a llamar a General Pico, "General Milonga", los clubes trajeron las piletas y en esas
noches de verano la gente se quedaba, ya que estaban abiertas hasta las 24 horas, se comenzaba a
poner música y todo era informal, esto se realizaba todos los días y No solo en un estadio, sino en
los tres, que en ese entonces era Pico Foot Ball, Independiente y Argentino, esto para todos
aquellos que estaban de paso era algo espectacular, mucha gente se venia a Pico a pasar la noche,
esto demostraba el espíritu juvenil que tenia el pueblo, que se manifestaba también en otros tipos
de realizaciones, como por Ej. Cuando Pico necesito resolver su problema eléctrico, ya que era
abastecido en forma precaria, Pico construyo su cooperativa.
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“General Pico nos deja la impresión de un pueblo grande, de un pueblo prospero, de un
pueblo rico. En él todo es caro, pero todo el mundo vive y vive sin sentir hambre. La miseria huye
espantada de este pueblo activo y laborioso.”
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Propietarios de las Tierras donde se fundó General Pico
Las tierras donde se levantó General Pico tuvieron distintos propietarios, según pudimos
encontrar en archivos donde consta lo siguiente: El Gobierno Nacional transfirió en propiedad a don
Jorge Enrique Read, el lote de campo N°12, fracción C de la Sección primera de Territorios
Nacionales, con 10.000 hectáreas, según el título que le remitieran el General Julio Argentino Roca
como Presidente de la Nación, el doctor Juan José Romero como Ministro de Hacienda y el doctor
Pedro Agote, como Presidente del Crédito Público, con fecha junio 19 de 1883 bajo el número 61,
exped. 367, registrado en la Escribanía Mayor de Gobierno bajo el N° 521, folio 303.
Jorge Enrique Read, soltero, lo vendió a don Emilio Wenk, soltero, el 20 de diciembre de
1883, ante Manuel Salas, Registro 34, folio 1373, vto.
Wenk, casado, lo vendió a doña Federica Tasch de Ludwig, viuda, el 27 de mayo de 1891, ante
Carlos de la Torre, reg. 50 folio 227, y lo volvió a comprar a la misma el 20 de octubre de 1892,
ante dicho de la Torre, folio 695.
Wenk, casado, lo vendió después a Máximo Eckell, casado, el 25 de febrero de 1898, ante
Alberto L. Pombo, reg. 3, folio 268.
Eckell dividió el campo y vendió a don Camilo E. de Alvear, los lotes 1 y 2, según escritura de
fecha 18 de abril de 1904, ante Eusebio E. Giménez, Reg. 37, folio137 vto.
El 15 de noviembre de 1904, ante Manuel Escudero, reg. 95, folio 241 vto. Camilo E. de
Alvear, casado los vendió a Eduardo Castex, viudo. Cuando este último era propietario de esos
lotes, se fundó - el 11 de noviembre de 1905- General Pico.
Sucesión Eduardo Castex: En Capital Federal. Juzgado Civil a cargo del doctor Roberto
Reppeto, secretario, doctor Cornelio J. Viera: Declaratoria del 31-10-1912 a favor de Alberto
Eduardo Castex; inscripción tomo 37, Pampa, folio 751, finca N°620.
El 31 de diciembre de 1914, Alberto Eduardo Castex, vendió a Eduardo de Chapeaurouge,
diversos solares, manzanas y quintas chicas de su propiedad situados en la sección I del territorio
Nacional de la Pampa Central, parte norte del lote 12, fracción C, del plano general y designados
en los planos del pueblo General Pico, ante los escribanos Enrique Maqueda y Manuel P. Bravo,
Maipú 427, Buenos Aires.
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