1 Mocondino y los derechos comunitarios: Agua y conflictos ambientales* Julián Esteban Arturo Ordoñez Nathalie Allroggen Estrada** Resumen Mocondino, corregimiento de la ciudad de San Juan de Pasto, tiene pobladores de ascendencia quillasinga, en cuyas formas particulares de existir reconocen una unión vital con el territorio y el agua, que perduraron en el tiempo pese a la desaparición formal de sus resguardos de origen colonial y cabildos. Pero el crecimiento de la ciudad hacia estos territorios, guardianes de páramos y bosques reguladores de fuentes de agua y oxígeno, así como el paso de la vía perimetral y las necesidades de más fuentes de agua, ha generado disputas entre las Juntas Administradoras de Agua, y de estas con la institucionalidad (Alcaldía de Pasto) con proyectos inconsultos con la población, generando la resistencia comunitaria y la revitalización de sus formas autónomas de derecho para afrontar los conflictos por el agua y así salvaguardar y respetar las formas de vida del territorio de Mocondino. Palabras clave Mocondino, Juridicidades, Subalternidad, Costumbre, Agua. Abstract Mocondino, district of the city of San Juan de Pasto, is Quillasinga ancestry residents, in particular forms exist which recognize a vital link with the land and water, which persisted over time despite the formal disappearance of their reserves of origin colonial * El presente ensayo recoge y hace parte lo avanzado en el proyecto de investigación en curso Fuentes materiales de derechos alternativos en los territorios de Jenoy, Mocondino y La Laguna del municipio de Pasto, presentado por los grupos de investigación La Minga de la Facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Pasto, e IADAP de la Universidad de Nariño en la convocatoria CONADI (Comité Nacional para el Desarrollo de la Investigación) 2011. ** Estudiantes de derecho, Universidad Cooperativa de Colombia, sede Pasto. 1 2 and councils. But the growth of the city to these territories, moorland and forest guards regulators sources of water and oxygen, and the passage of the perimeter road and needs more water sources, has generated disputes between Water Administration Boards, and with these institutions (Municipality of Pasto) inconsultos projects with the population, generating community resistance and revitalization of its autonomous forms of law to address water conflicts and thus safeguard and respect the lifestyles of the territory of Mocondino. Keywords Mocondino, Juridicity, Subaltern, Custom, Water. Introducción La evolución jurídica en la contemporaneidad ha dado cabida al entendimiento y reconocimiento de diferentes tipos de formas jurídicas, encontrando dentro de un mismo estado diferentes juridicidades, las cuales no solo provienen de los órganos estatales, sino del acontecer de grupos ancestrales, los cuales, gracias a distintos instrumentos jurídicos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Convenio 169 de la OIT, la Constitución Nacional colombiana de 1991, rigen discrecionalmente dentro del área geopolítica de su dominio, a través de sus propias formas jurídicas consuetudinarias y autoridades; lo cual indudablemente reivindicó los derechos de estas comunidades, reconociendo validez a su derecho costumbrista siguiendo a la escuela histórica del derecho (Savigni, 1908), situación que en otrora hubiese sido inconcebible con los regímenes estatales clásicos y/o liberales donde el derecho únicamente podía provenir del órgano legítimo de producción normativa. Aquel recelo con la alteridad normativa logró superarse conformando un nuevo paradigma que prescinde del concepto hermético del derecho suministrándole herramientas jurídicas diversas para manifestarse además de las leyes, y es a través de la cosmovisión y las costumbres que germina un derecho diferente y paralelo al de la 2 3 mayoría de las comunidades circunscritas de forma coactiva e implacable al derecho clásico, que evita reconocer las diferentes nacionalidades que puede albergar un mismo Estado; y es dentro de éstas nacionalidades conformadas por grupos que comparten unas mismas costumbres, un idioma, rasgos étnicos particulares que se matiza una juridicidad alternativa. Es entonces que la preeminencia de las fuentes formales del derecho olvida que el mundo jurídico es un conjunto de lenguajes que superan sus rígidas dimensiones normativas, jurisprudenciales y positivizadas, condenadas a establecer una distancia entre lo considerado civilizado y las otras visiones sobre cómo habitar el planeta. Sin embargo existe la imposibilidad de invisibilizar la cosmovisión y la historia de los “no civilizados”, de los otros y por ello la estructura del derecho se ve perturbada y forzada a introducir en ella otras juridicidades que por su historia, cultura y cosmovisión de vida no deben ser sujetos a un derecho que nació, se desarrolló e implantó después de un proceso histórico ajeno a su devenir histórico. En este contexto, y advirtiendo que en este “otro” derecho la oralidad juega un papel preponderante para encarar problemas sociales y ambientales que extienden efectos jurídicos en su territorio, visibilizamos a los asentamientos indígenas donde su entorno físico-social los inspira, forjando cimientos sólidos que constituyen parte de nuestra historia, nuestra cultura, nuestro derecho y geografía. Así, encontramos en San Juan de Pasto, municipio colindante con el volcán Galeras, rodeado en lo rural de poblaciones de ascendencia indígena (hoy corregimientos) como Genoy, Mocondino, Jamundino, Buesaquillo, entre otros, y ante quienes se encuentra latente realidades problemáticas relacionadas con la preservación del ambiente tales como: el 1) Crecimiento del casco urbano hacia los corregimientos, de vocación agraria y ecológica, pues en su territorio se encuentran los páramos y bosques que regulan fuentes de agua y el oxígeno locales 2) Problemas con el manejo cultural del agua, 3 4 debido al crecimiento de la urbanización y su demanda de fuentes de agua 3) Disputas locales entre las juntas administradores de los acueductos propios que poseen corregimientos y veredas de los entornos de Pasto (IADAP, 2008) por políticas y planes exógenos a sus dinámicas socio culturales tradicionales. Este proyecto tiene como objetivo descentralizar el estudio clásico del derecho y emitir un discurso jurídico complementado con herramientas del discurso antropológico y social para una aproximación de soluciones a aquellas realidades anteriormente anotadas, con base al estudio de derechos alternativos que necesariamente hacen que el derecho trascienda a otras disciplinas del conocimiento evocándose con ello el fenómeno de la transdisciplinariedad, para alcanzar el fin propuesto. Advirtiendo la dificultad con la que nos encontramos al intentar exponer, perspectivas poco exploradas para el derecho en el contexto regional, es pertinente en esta investigación despojarnos de los prejuicios que encasillan el estudio del derecho a lo normativo y jurisprudencial, entendiendo que el derecho es un todo histórico social que abarca no solo a la costumbre como fuente legitima sino como forma de vida y cultura (Savigni, 1908). Por ello para concretizar ésta aspiración buscamos interrelacionarnos con los pobladores del corregimiento de Mocondino para que sean ellos, desde sus discursos particulares, quienes cuenten su historia, su realidad, su problemática y sus posibles soluciones, con el fin de no conocer historias contadas por sujetos externos al contexto histórico-social, logrando una reflexión y análisis desde la perspectiva desde la subalternidad entendida como el rescate de la cultura de un pueblo, cansado de que su realidad e historia sea dibujada por entes externos y colonizadores, que a su manera y conveniencia, relataban el tiempo, el modo, el uso, las costumbres antiguas (Prakash, 2007)1; Se hace necesario, entonces, lograr posesionar la otra cara de la historia, desde la visión de los marginados, quienes viven este periodo histórico, a pesar de la opresión 1 La Escuela de Estudios Subalternos es un grupo de intelectuales del sureste asiático y de la india, entre cuyos postulados básicos se cuenta con la confrontación de discursos de los subalternos o sometidos en razón de alguna circunstancia fortuita (como ser de una mejor casta) y políticamente mal intencionada, como una monarquía o seudo democracia occidental. 4 5 y dominación absoluta de los colonizadores, nunca perdieron sus raíces, su religión y cultura que se arraigaron a pesar de padecer esta invasión en su sociedad. El corregimiento de Mocondino territorio de pueblos de ascendencia indígena, no ajeno al mundo de lenguajes míticos y que en su territorio se relacionan con el agua, con sus paramos, con sus maizales. Un territorio que siendo suyo, siendo propio está cada vez más propenso a desaparecer, por el crecimiento descontrolado del sector urbano, ellos anclan sus raíces e intentan subsistir ante este huracán de cemento, modernidad, capitalismo y progreso, que despedaza poco a poco esta zona verde y mágica que albergó hace mucho tiempo sus antepasados; tal es la realidad que hoy vive este corregimiento que casi como un barrio más de la ciudad de Pasto, sufre la implementación de grandes carreteras que seguramente afectarán sus páramos que son una fuente de agua. Como si fuera poco, la ejecución de un proyecto de acueducto para nuevos asentamientos periurbanos (Barrio/Vereda de Canchala Alto), amenaza el abastecimiento eficientemente del agua en el corregimiento, ocasionando un conflicto por el manejo del agua, ya que este implica, se quiera o no, contenidos eminentemente políticos. Por ello el tema en los actuales foros de Agua en el mundo ha sido la gobernanza del agua, concepto en el cuál va implícita la funcionalidad política que el agua está adquiriendo. Todo esto, desde luego merece una reflexión no sólo desde la luz de los principios constitucionales y legales, sino desde las costumbres como fuentes materiales del derecho, que den cuenta del despojo de la historia e identidad cultural que los habitantes de Mocondino están prontas a padecer. Y para ello, se vuelve indispensable que la academia visibilice realidades presentadas en contextos como los de Mocondino en los que el dominio y destrucción de sus asentamientos por las dinámicas del modelo de ciudad a ellos, para formar una historia con los habitantes del corregimiento, que 5 6 marginados se sienten sin protección jurídica alguna para evitar la invasión a su historia, su cultura, su territorio. En ese orden de ideas, vale la pena recordar las elecciones primarias del derecho, analizando la teoría de las fuentes, en la que el protagonismo y preponderancia es asumida por la ley o el derecho escrito, el que subsume a las otras fuentes de derecho, dejando relegada, verbigracia la costumbre, aun plano auxiliar, siempre ante la ausencia de textos normativos e interpretativos dentro del ordenamiento jurídico jerarquizado. Esta primacía en el estudio de las fuentes del derecho debe ser descartada desde todo punto de vista cuando se trata de abordar problemas en los que se ven involucrados actores sociales colectivos, como los indígenas, campesinos, afros y otras colectividades, ya que la constitución reconoce para algunos de estos actores la posibilidad de tener jurisdicciones propias. En este proyecto financiado por el Comité Nacional para el desarrollo de la investigación (CONADI) de la Universidad Cooperativa de Colombia, se proponen iniciativas que permitan ampliar las perspectivas académicas del derecho como un conjunto de normas y articulados escritos, conociendo, estudiando y valorando otras formas de entender la vida mediadas por la costumbre y prácticas comunitarias basadas principios como la solidaridad, la reciprocidad y la hospitalidad (Perugache, 2008), que indudablemente se enmarcan dentro de las políticas universitarias. Frente a lo cual, el deseo es dar respuesta al interrogante que se avecina ¿Qué mecanismos idóneos existen en las Juridicidades alternativas en el ordenamiento jurídico colombiano para salvaguardar y reivindicar derechos colectivos en problemas ambientales como los del manejo del agua, en el corregimiento de Mocondino de San Juan de Pasto? Para lo cual es menester realizar un barrido, revisión y lectura del 6 7 material bibliográfico existente y desplazamientos constantes al corregimiento de Mocondino, para conocer, sensibilizar, relacionarse con los habitantes, conocer su opinión frente a la problemáticas y construir con ellos las soluciones y propuestas de soluciones de los mismos. Marco teórico de la propuesta La percepción indígena dentro de nuestro territorio colombiano ha sido una lucha constante para lograr reivindicar los derechos de los pueblos originarios bañada de periodos donde los cabildos fueron abolidos, como ocurrió en el Estado Soberano del Cauca en 1859 o cuando se catalogó a los resguardos indígenas como “un impedimento para alcanzar la civilización” efectuando medidas discriminatorias como la expedición de la ley 89 de 1890 “Por medio de la cual se determina la manera como deben ser gobernados los salvajes que vayan reduciéndose a la vida civilizada” o la ley 5 de 1905 en la cual se otorgaba aval a la venta de los resguardos indígenas, todo ello aunado al periodo misionero evangelizador de España a las comunidades indígenas no les quedaba más remedio que resistir la magnitud de estas fuerzas para poder subsistir como pueblo, acudiendo desde conformación de fundaciones, movimientos sociales e institutos indigenistas para luchar y proteger desde su propiedad colectiva hasta su corriente ideológica. A pesar de este oscuro panorama, con el tiempo estos grupos y resistencias lograron influir en las legislaciones del país, permitiéndoles su reconocimiento y protección, y es a mediados de los años 70 donde sus luchas resultaron en un somero éxito para lograr la recuperación de sus tierras, y su situación se transformaría parcialmente cuando sus voces llegaron a oídos del Estado Social de derecho promovido por la Constitución Política de 1991, el cual advirtiendo la desinformación, discriminación y la vulneración a los pueblos ancestrales o indígenas los cuales unidos por una línea inquebrantable de identidad pretenden contener su origen, sus creencias, su etnia, el Estado moderno considera urgente adoptar medidas que fomenten la protección y restablecimiento de estas comunidades reconociendo su aporte cultural, económico y social a la totalidad de nuestro país, y es entonces que se surge el convenio 169 de la OIT, ratificado por Colombia a través de la ley 21 de 1991 7 8 con un enfoque solidario pretendiendo la colaboración mutua del gobierno con las comunidades indígenas con “miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad” , su libertad protegiendo su diferencia, sus valores, su estilo de vida, su organización y su lengua, además de garantizar la igualdad de oportunidades que la legislación ofrece a la comunidad nacional como en el campo educativo o laboral fomentando “La artesanía, las industrias rurales y comunitarias y las actividades tradicionales” además de prometer una economía estable para estos pueblos la cual será administrada según los usos y costumbres de los mismos. En síntesis, a las comunidades indígenas les fue otorgada a raíz del proceso constitucional de 1991 y la adhesión de los tratados internacionales al bloque de constitucionalidad “la autonomía en el manejo de sus propios asuntos, en cuanto a su territorio, el uso de su lengua y, en fin, el ejercicio de la jurisdicción conforme a las normas y procedimientos plasmados en sus usos y costumbre, siempre que no sean contrarios a la constitución y a las layes de la República”, sin afectar, en principio, la autonomía que permite que al interior de la comunidad indígena se gestionen los recursos tanto económicos, sociales y naturales forjando la identidad indígena, pero esta soberanía que caracteriza a los pueblos ancestrales no debe desbordar los límites mínimos impuestos por el sistema jurídico nacional e internacional, como son la garantía de los bienes jurídicos de los individuos y el cuidado de la naturaleza, asimismo los pueblos indígenas tienen en principio injerencia por fuera de su jurisdicción y su participación especialmente en proyectos o planes relacionados con su región2. 2 Hay una posición que ve en la Constitución Política de 1991 no la garantía de libertades y derechos para los pueblos indígenas, sino la desarticulación del movimiento indígena, que ajeno a las supuestas reivindicaciones de las que fue objeto con la constitución del 91, tenía una unidad y fuerza que de diluyó en los dineros de las transferencias y politiquería que minó la resistencia indígena. Luis Guillermo Vasco pone de relieve que fue la Constitución quien integró a las sociedades indígenas a la nación, trasmitiéndole no sólo unos supuestos derechos (cuestionables y ganados por sus luchas y no por el quehacer jurídico), sino sus vicios más recalcitrantes (Vasco, 2011) 8 9 Por lo tanto es válido aseverar que es compatible en el país la coexistencia de múltiples sistemas jurídicos; lo cierto es que nuestra legislación ha permitido la injerencia de este “otro derecho” y le ha concedido un valor jurídico trascendental para que este pueda subsistir por sí solo aunque limitado por sus propios valores, abanderado como pilar fundamental de la estructura jurídica las prácticas costumbristas, la cultura y el misticismo colectivo. Con ello resulta evidente que aunque desde años atrás se diga que la ley, la costumbre, los principios generales del derecho y la doctrina son las fuentes del derecho, hoy en día hay una nueva concepción del derecho con otras jerarquías en cuanto a sus fuentes, alternas, subalternas, bajo un nuevo paradigma en contra la concepción clásica y liberal del derecho, que sin lugar a dudas, desconoce aún hoy ese otro derecho. Como efecto del reconocimiento de los territorios y jurisdicciones indígenas en nuestro Estado, se dispensan medidas legales y jurídicas para permitir el restablecimiento de las parcelas que se suprimieron a los indígenas en los distintos periodos de tiempo; estas medidas han ido evolucionando y madurando y es actualmente la ley 160 de 1994 y su decreto reglamentario 2164 de 1995 las cuales intenta regular la preservación, conservación y restablecimiento de los territorios o reservas indígenas. En cuanto al procedimiento a efectuar para lograr legalmente la posesión de este terreno, es el INCODER el cual a través de una solicitud generalmente diligenciada por el cabildo indígena o de oficio donde se indicará, además de las pretensiones, las calidades del terreno, ubicación, número de habitantes, linderos etcétera. Paralelamente a la concepción indígena tradicional sobre la visión del mundo, como un compuesto de seres naturales a los que se les debe respeto, tenemos las prácticas de manejo de nuestros recursos hídricos desde la concepción utilitarista, la cual consiste convierte al agua en un negocio sustentado constitucionalmente en su título XII, que señala que “la actividad económica y la iniciativa privada son libres dentro de los límites del bien común y que la libre competencia es un derecho de todos que supone 9 10 responsabilidades”, ofreciendo colaborar en el cumplimiento de los fines del Estado, proteger la equidad y la dignidad humana en el país asegurando una óptima prestación de los servicios, siendo la prestación adecuada de los servicios públicos de gran importancia para alcanzar los objetivos de la política urbana: competitividad, solidaridad, sustentabilidad y gobernabilidad en nuestras urbes; de otro lado, las características del desarrollo urbano facilitan o impiden la consecución de los propósitos de eficiencia, calidad, universalidad e integridad que se le ha planteados al sector del agua potable, y por tanto apoyarían y respaldarían por completo los planes de gobierno y de desarrollo en el país, y a su vez fortalece el ideal de encaminarse hacia la “modernidad” imitando las prácticas internacionales e industrializadas con el manejo del agua, convirtiendo a la ciudad en un sitio atractivo para invertir o reinvertir capitales productivos, ello nos brinda claridad de las pretensiones lucrativas y expansionistas de las empresas y por tanto lo único que podemos esperar es la compra de nuestro acceso y calidad al agua y por supuesto de nuestros derechos en conexidad con este recurso vital, además teniendo en cuenta los objetivos de las empresas privadas entendemos que el único inconveniente que tendrían es encauzar el crecimiento de las ciudades por una vía que propicie la eficiencia, la confiabilidad y autosuficiencia financiera de las empresas de servicios, es decir poco o nada interesaría el crecimiento descontrolado de la urbe siempre y cuando se cuente con los planes, innovación tecnológica y recursos financieros para extender su prestación de servicios y generar para sí un excedente lucrativo (Banco Mundial, 1996). Nuestro panorama actual nos ofrece una dinámica económica y expansionista desmedida generando que la separación territorial de las zonas urbanas y rurales no sea evidente, ésta transformación producto del sistema moderno incrementa el deterioro ambiental como la desintegración de nuestros grupos étnicos minoritarios, quienes observan que el camino del río desaparece, los bosques pierden su color y la polución típica de la ciudad invade ahora su ambiente. Porque la nueva concepción neoliberal implementa y “diseña estrategias para apropiarse del territorio y de los recursos naturales sin considerar que al mismo tiempo, indígenas, negros y campesinos, defienden su diversidad biológica y étnica para legitimar el derecho al territorio étnico, su lenguaje, sus costumbres, su dignidad y autonomía con todo el 10 11 derecho que les da el ser herederos de los pueblos milenarios de América Latina”. Desvirtuando la concepción constitucional donde se protege la diversidad étnica y cultural para dar paso a la apertura económica y la globalización, lo cual encaja en la versión capitalista de desarrollo y progreso humano creando a estos grupos colectivos la necesidad de migrar a la urbe y acomodarse al nuevo sistema imperante donde se se reduce la posibilidad de la diferenciación y unifica miradas, actores y culturas. Debido a que nuestro recurso hídrico se ha transformado en un monopolio comercial, no es sorpresa que regulaciones jurídicas sustenten esta actividad, por ejemplo la ley 142 de 1994, las cuales permiten la captación de consumidores e inversionistas, surge la competencia empresarial, la expansión y beneficios económicos incluso para la región, este ideal de progreso y modernidad que nos venden las empresas a cambio de contribuir a su fortalecimiento progresivo y la extinción de los acueductos o redes de distribución del agua comunitarias, faculta la exclusión de elementos que propician la identidad cultural, económica y social propia de las comunidades tradicionales, costumbristas por la transformación y destrucción de su entorno y el advenimiento de la ciudad a lo rural, permitiendo la intromisión indiscreta de un proyecto de vida que encierra un estereotipo y modelo de vida en torno al capital, cediendo paso a la homogenización de los pueblos. Por lo tanto, debemos ser flexibles a las corrientes ideológicas alternativas al régimen actual, las cuales plantean un modelo de desarrollo socio económico que no desconozca las necesidades e intereses propios de los colectivos sociales y la necesidad de armonización ambiental de los procesos históricos y sociales llevados a cabo en los territorios, tal es el caso de las comunidades organizadas sin animo de lucro , que por cierto se encuentran en vía de extinción a causa de la constante presión ejercida por el estado en su conjunto, el cual por medio de herramientas de orden legal y sublegal han querido darle desde la entrada en vigencia de la constitución política de 1991 al servicio público del agua la connotación empresarial y monopolizadora que permita obtener el mayor lucro posible de esta necesidad básica, subyugando así a los 11 12 usuarios del servicio a las condiciones impuestas por el mercado del capital con un factor adicional y es que con el monopolio del mercado se genera una única oferta, lo cual indudablemente brinda la prerrogativa de estas sociedades por acciones de imponer mayores condiciones tarifarias y del servicio, ello se sustenta con los propósitos perseguidos por la ley 142 de 1994, CONPES 3463 de 2007,decreto 3200 de 2008. Sin embargo pese al oscuro panorama que se avizora existen comunidades que siguen en la lucha por reivindicar derechos sociales y económicos como el agua, que por su importancia para la existencia misma de la vida social, se interrelacionan con la naturaleza, tal es el caso de la comunidad de Mocondino, quienes con el trasegar del tiempo y sin importar lo adverso de las circunstancias, han mantenido su acueducto comunitario en funcionamiento y en mejoramiento gracias a la financiación que otorgan las mingas, rehusándose a las múltiples ofertas realizadas por la Alcaldía, recurriendo a su raigambre quillasinga en aras de obtener autonomía en el manejo de sus recursos y en la toma de decisiones políticas que les permitan defender y administrar el territorio que ancestralmente les pertenece, todo esto surge a consecuencia de los estrechos y muchas veces inexistentes espacios democráticos que tienen estas comunidades de injerir con respecto a las decisiones que se toman sobre su territorio en un sistema constitucionalmente reconocido como democrático participativo y que en temas como el estudiando muchas veces no llega siquiera a ser representativo. Y es así que a pesar de vivir en entorno donde el progreso es sinónimo de dinero, existen comunidades donde los recursos naturales, y más el agua no son vistos como objeto netamente comercial, y por ello el progreso en su cultura es más espiritual “los lugares de agua son muy importantes para los pueblos indígenas. Les asignan el papel de santuarios naturales y tienen importancia simbólica en la organización del territorio” (Peña, 2008), es para estas comunidades el agua un centro destacado de su vida cultural, sus costumbres, mitos y leyendas, y es así que el manejo de este recurso tiene inmerso estas actividades integrando también la actividad conjunta, por ello el agua no solamente es un derecho al cual hay que proteger sino además en las comunidades 12 13 indígenas “también abogan por la protección de los lugares donde ésta se encuentra” (Peña, 2008). Avances de la investigación3 Mediante la interacción con la comunidad de Mocondino y las autoridades locales logramos obtener información valiosa acerca de la mutación que ha sufrido del manejo del agua con el trasegar del tiempo, donde a pesar de la innovación tecnológica que puede definir los diferentes esquemas de acceso al agua, aún persisten las costumbres solidarias ancestrales en el proceder de la comunidad, lo cual no escapa al manejo del recurso hídrico, que por lo demás ha sobrevivido a las distintas tribulaciones de las diferentes épocas históricas y que en la actualidad retoma fuerza pese a su desacreditación estatal con la ley 89 de 1890 y decaimiento en el territorio nariñense en los años cuarentas y cincuentas del siglo veinte a causa de la propaganda ideológica del aparato estatal que se empeño por todos los medios de cuestionar la validez y eficacia de tal paradigma yuxtaponiéndolo con el de la modernidad occidental, ello sumado a las políticas económicas estatales que prometían subsidios y prestamos aquellas personas propietarias que no se cumplieron completamente por decir lo menos, y que además trajo consigo el minifundio que sería desastroso para la economía agrícola colombiana. Empero ante la sed empresarial del estado y los particulares contemporáneos, quienes se empeñan en lucrarse de las necesidades básicas del ser humano, lo que sin lugar a dudas llego al corregimiento de Mocondino bajo el discurso de la innovación y eficiencia que al ser rechazada por la comunidad se intentó implementar por la fuerza bajo la vía jurídica de la tutela de forma aviesa, ello genero una inevitable reacción de la 3 La metodología utiliza herramientas etnográficas, comprometidas solidariamente para la relación UniversidadRegión, buscando alternativas de vida y juridicidad desde el campo académico y vital a partir de la conversación con mayores, líderes y personas del común, reflexionando la experiencia de vivir, convivir, conversar y reflexionar sobre fenómenos jurídicos difusos, entendiendo estos últimos como aquellos que se difuminan en el todo social como prácticas. La metodología general tiene un enfoque transdisciplinario, usando herramientas de investigación históricas, etnográficas, hermenéuticas y míticas. 13 14 comunidad de Mocondino que se tradujo en su renacer indígena en aras de proteger y reivindicar su dominio ancestral y con soporte constitucional sobre su territorio y el manejo de sus recursos de acuerdo a su cosmovisión de raigambre quillacinga, que por ende propende por el equilibrio y conservación del medio ambiente sustentado en su historia y tradición misma. Estos usos y costumbres que han mutado con el tiempo, pero que mantienen su espíritu solidario, como cuando expresan que antes el agua caía en acequias a Cánchala, Puerres y Mocondino donde actos como recoger agua, leña e ir a la rivera del rio Dolores para lavar ropa constituían paralelamente oportunidades para reunirse con los vecinos y pasar momentos fraternos con los mismos, lo que indubitadamente constituyó un factor importante en su cultura y cosmovisión, debido a que este constituyó por muchos años su espacio de interacción; pero eso dejo de ser así después de la construcción del acueducto hace 40 años, ellos jabonar antes del mentado suceso iban a su ropa en el lindero del rio dolores, aquellos relatos indubitadamente contrastan con el panorama actual donde gracias a la construcción de la vía perimetral aquel sitio se ve rodeado de puentes, donde el agua pasa canalizada por debajo de los mismos. En la actualidad la infraestructura del acueducto está compuesto por cuatro bocatomas, las cuales son surtidas de agua a través de una cámara de reparto, estas cuatro bocatomas suministran agua a tres poblaciones diferentes las cuales tienen juntas administradoras del agua independientes, y la distribución está hecha de la siguiente manera: -LA TOMA: para Canchala (con su propio fontanero) -CHORRERA NEGRA: para Puerres (con su propio fontanero) -MOTILON: para Mocondino (con su propio fontanero) -TOMBILLO: para Mocondino (con su propio fontanero) 14 15 Salida de campo a la bocatoma de La Toma Foto Nathalie Allroggen, Mocondino, 23 de septiembre de 2012 15 16 Bocatoma La Chorrera Negra Archivo de la comunidad de Mocondino, 14 de octubre de 2012 Desarenador de El Tambillo en Mocondino Foto archivo de la comunidad de Mocondino, 14 de octubre de 2012 16 17 Lo anterior es repartido de acuerdo a la densidad poblacional y a la extensión del terreno que en el caso de Mocondino es aproximadamente cinco mil habitantes en 700 hectáreas. Sin embargo con el trasegar del tiempo el acueducto comunitario ha debido afrontar diversos desafíos entre los cuales se denotan el proyecto de Canchala Alto para realizar un acueducto paralelo, o los terrenos que compro la alcaldía municipal de pasto por medio de los cuales quiso abrir senderos paralelos para surtir de agua proyectos urbanísticos en el sector de Canchala Alto en la ciudad de pasto, y uno de los más controvertidos problemas que es El proyecto de la vía perimetral desvía el agua del acueducto , tal problema nunca fue previsto en el plan de construcción y a pesar de que devinar se ha comprometido a colocar unos cables provisionales que pasarían por encima de la carretera (espacio aéreo) para luego hacer una estructura que soporte los conductos, sin embargo ninguna de estas propuestas han sido debidamente formalizadas, además el mentado puente de la vía perimetral dejaría incomunicada a la comunidad de las instalaciones del acueducto, entonces cuando hayan daños en las instalaciones del mismo no se podrían llevar los materiales necesarios para arreglar, toda vez que no existen vías alternas para acceder al lugar, ya que la topografía del lugar es muy empinada. El actual acueducto funciona para Mocondino, Puerres y Cánchala, por tal razón fue el mismo construido por los tres pueblos en conjunto, siendo los integrantes de los mismos quienes mediante mingas servían de mano de obra y suministraron la mayoría de los materiales para la construcción del acueducto, mediante la realización de festivales donde vendían comida como lo son las empanadas y demás, es más para la mano de obra debía ir al menos un delegado por familia, sin embargo en lo que atañe a la administración del mismo existen juntas independientes en cada población. En cuanto a Mocondino, su junta administradora del acueducto está compuesta por seis personas, sin embargo existe un nuevo proyecto estatutario el cual busca ser aprobado, 17 18 este último estipularía ocho personas como junta administradora del acueducto, por lo demás las juntas administradoras están en el cargo por un periodo de 2 años ;estos personajes son elegidos por la comunidad, y es que cuando la junta administradora del acueducto convoca a reunirse a la comunidad, las mentadas reuniones son de carácter obligatorio, toda vez que la inasistencia a las mismas constituye una multa de $50.000 pesos. El servicio del agua tiene un costo de $2.000 pesos mensuales, los cuales de no pagar se debe cortar el servicio, sin embargo el espíritu de ayuda y solidaridad hace que la mentada estipulación no sea cumplida a cabalidad, toda vez que el espíritu de solidaridad comunitaria se encuentra tan arraigada a la comunidad que muchas veces antes de proceder a cortar el servicio de agua por falta de pago ya han sobrepasado el plazo estipulado en los estatutos para la suspensión del servicio. Por otra parte cabe resaltar que el dinero que el usuario del acueducto comunitario debe consignar mensualmente está destinado a mantener y tratar el agua que ulteriormente se suministra (entre dichos gastos se encuentra el salario que se le paga al fontanero, que en la actualidad es de $250.000 pesos, siendo este el único miembro del personal que no trabaja AD-HONOREM ), además el acueducto comunitario cuenta con un fondo de emergencia, el cual se nutre del mismo pago mensual de los consumidores , toda vez que tras el tratamiento del agua y mantenimiento de la infraestructura del acueducto quedan reductos que van dirigidos a el mentado fondo común. Entre uno de los denotados proyectos hacia el futuro del acueducto comunitario se encuentra la liquidación de la personería jurídica que el acueducto tiene registrada en la cámara de comercio para efectos de que el mismo lo maneje el cabildo de Mocondino, en donde se tendrá una junta interna (al cabildo) que manejara los temas atinentes al acueducto y su manejo, no obstante lo anterior tal junta estará bajo la supervisión del cabildo y la comunidad, razón por la cual la cabeza visible de la junta del acueducto ya 18 19 no será el presidente de la junta, sino que será el cabildo y toda la comunidad de mocondino; además con esta medida se evitarían rendir cuentas y declara renta ante la cámara de comercio ya que a la luz de la ley 99/93 las comunidades indígenas tienen la potestad de manejar sus recursos naturales en su área de dominio. Posesión de las autoridades del Cabildo Foto Julián Arturo, Mocondino, 29 de abril de 2012 Por otra parte dentro de la comunidad existen planes de reforestación y mantenimiento del medio ambiente que circunda la comunidad de Mocondino, donde básicamente el cabildo ha comprado 4 hectáreas en el sector del Tambillo, terreno destinado a la reforestación, donde en esencia se deja que “la naturaleza haga su trabajo”, es decir que el terreno genere espontáneamente la vegetación natural del mismo. La anterior información fue suministrada por don Fabio Naspirán Presidente de la Junta del Acueducto comunitario de Mocondino, hoy Alcalde de Medio Ambiente del Cabildo. 19 20 Todo lo anterior denota que a pesar de la disolución de los cabildos en los años cincuenta del pasado siglo en el departamento de Nariño el estado a través de sus órganos ejecutivos se vio obligado a entregar la administración de los acueductos, cementerios y demás a grupos dentro de las distintas poblaciones denominados juntas de acción comunal, asociaciones de usuarios y juntas administradoras, las cuales se constituían AD-HONOREM y con un deber y responsabilidad sobre la comunidad a la cual pertenecían, gestionando su administración bajo los criterios de solidaridad y vida comunitaria que sin lugar a dudas constituye prueba suficiente del espíritu y organización de los cabildos indígenas, por lo tanto es deducible que pese a la desintegración de los cabildos los usos y costumbres indígenas en el área de Mocondino jamás han cesado hasta estos días. 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