un viaje hacia fuera, es decir hacia adentro - IADAP

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UN VIAJE HACIA FUERA, ES DECIR HACIA ADENTRO
-A propósito de la relación Universidad-Sociedad a partir de una Experiencia de Investigación-
Por:
JAIRO RODRIGUEZ ROSALES1
Cuando nos miramos a un espejo pensamos que la imagen que
nos mira se ajusta a la realidad. Pero muévete un milímetro y la imagen
cambia. En realidad estamos viendo un conjunto infinito de reflejos.
Pero a veces un escritor tiene que romper el espejo –porque el otro lado
del espejo es el lugar desde donde nos está mirando la verdad.
Creo que a pesar de las inmensas dificultades que existen, es
necesaria una decisión intelectual firme, inquebrantable, feroz, la
determinación como ciudadanos, de definir la auténtica verdad de
nuestras vidas y nuestras sociedades – es una obligación crucial para
todos, un imperativo real.
Si una determinación tal no toma cuerpo en nuestra visión
política no tenemos esperanza de restaurar lo que ya casi se nos ha
perdido –la dignidad del hombre.
Harold Pinter
Con frecuencia en la vida pública actual nos sentimos
incapaces de ver al prójimo como plenamente humano, como algo más
que ¨sueños o puntos minúsculos¨ Esa falta de compasión va también
con frecuencia acompañada por una confianza excesiva en los métodos
técnicos para modelar la conducta humana, sobre todo los que derivan
del utilitarismo económico¨.
Martha Nussbaum
Antes de la aprobación del Proyecto de Investigación TEJIENDO ALTERNATIVAS DE VIDA
DESDE LOS ENTORNOS DE SAN JUAN DE PASTO por el sistema de investigaciones de la
Universidad de Nariño, los integrantes del en marcha proyecto CENTRO DE
INVESTIGACIONES PANAMAZONICAS –CIPAM- como integrantes del Instituto Andino de
Artes Populares -IADAP- ya habíamos decidido dejar la seguridad que brindan los muros
de la ciudadela universitaria y de la ciudad San Juan de Pasto2, para atrevernos a dar unos
cuantos pasos en dirección a vivir la experiencia de la lectura del mundo y de la vida que
hasta el momento nos había negado el encierro del saber estrictamente académico,
acomodado a la rutina, al silencio cómplice y a la ausencia de preguntas al interior de las
(j)aulas universitarias, asumiendo fríamente la irresponsabilidad con la vida y
1
Estudiante de Primer año del Doctorado en Ciencias de la Educación. Línea: Historia de la Universidad
Latinoamericana. RUDECOLOMBIA – UNIVERSIDAD DE NARIÑO. Profesor de Literatura del Departamento de
Humanidades y Filosofía. Director del Grupo de Investigación IADAP- TEJIENDO VIDA DESDE EL
PENSAMIENTO Y LA MEMORIA PANAMAZONICA de la Universidad de Nariño. Coordinador de la
Investigación: TEJIENDO ALTERNATIVAS DESDE LOS ENTORNOS DE SAN JUAN DE PASTO.
2
San Juan de Pasto, (ciudad-capital del Departamento de Nariño, asentada en lo que podríamos llamar el
centro del Nudo de Huaca, punto de encuentro o cruce de caminos de las comunidades: negras de la costa
pacífica nariñense, campesinas e indígenas de la cuenca amazónica -Ingas, Kamentsa, Sionas, Cofanes,
Uitotos-, campesinas e indígenas de los pastos del norte del Ecuador y sur de Colombia, campesinas e
indígenas del Sur del departamento del Cauca –Paeces, Guambianos, etc-)
absolutamente indiferentes a la realidad que está más allá de los muros que guardan y
encierran las ciencias, las disciplinas y las profesiones.
Queríamos vivir una experiencia realmente transformadora y estábamos obligados a salir
de la cotidianidad del encierro al que estábamos acostumbrados en la vida universitaria y
que nos impedía acercarnos a ver más de cerca el paisaje que nos provocaba en cada
amanecer, en cada atardecer, cuando el manto de estrellas hacia más misteriosa la
presencia de las montañas andinas.
Y siendo seres pequeñitos frente a la inmensidad de la cordillera de los
Andes nos correspondió fijarle un inicio a la espiral de la aventura, y
ese inicio fue en el Atun Llacta o Valle de los Mayores, donde en la
actualidad se levanta la ciudad de San Juan de Pasto, rodeada en sus
contornos por poblaciones herederas Ancestrales de fuentes de Saber
potentes capaces de entender la vida colectiva, a las cuales habría que
retornar para nutrirse de ese pensamiento vivo, vegetal y diverso que en
ellas late3.
3
LEYTON, Francisco. Psicólogo. Integrante del Grupo de Investigación IADAP-TEJIENDO VIDA
DESDE LA MEMORIA Y EL PENSAMIENTO PANAMAZONICO. Universidad de Nariño.
Los muros, las fronteras, se convertían en los primeros obstáculos que era preciso
sobrepasar en la perspectiva de propiciar verdaderos encuentros con el conocimiento y
con la vida. Sentíamos en el corazón que ir al encuentro con ¨los naturales4¨ y su
entorno, era ir al re-encuentro con nuestro propio ¨natural¨, es decir con nuestro mundo.
Algún día llegamos a la ciudad, que primero nos trató como extranjeros, pero muy pronto
nos fue metiendo y enredando en el laberíntico pasadizo del sistema educativo, de sus
estilos y modos de vida. El encierro se iba estrechando cada vez mas, pre-escolar,
escuela, colegio, pre-grado, maestría, doctorado, prueba laberíntica digna de los más
atractivos realitis del momento en la megapantalla mundial. Sin embargo, fuimos
ganado puesto en ese reducido espacio a costa de nuestra propia vida, a costa de nuestro
propio aire, a costa de nuestro propio sol, fuimos reduciendo no solo el espacio físico
sino el mental, el pensamiento se iba dejando a un lado, ya no era necesario pensar, solo
reproducir, transmitir y repetir una información que solo servía para el momento del
examen, de la tarea, de la tesis y no más.
Drogados por el saber, anestesiados por sobredosis de información, a punto de morir
atorados o ahogados por montañas de fotocopias, habíamos perdido el contacto con la
realidad más inmediata ¿éramos reales? Enclaustrados cual monjes de la edad media
seguíamos, a principios del siglo XXI, sin querer acercarnos a la realidad, a las
problemáticas que viven las gentes de los alrededores de la ciudadela universitaria.
Ocupados en la simple tarea de transmitir las verdades establecidas por las ciencias, las
disciplinas, las profesiones y las tecnologías; en la recepción pasiva de información
cualquier cantidad de información, poco a poco, habíamos olvidado nuestra
responsabilidad ética, política, estética y terapéutica, de nosotros como profesores y como
estudiantes de la universidad, que querámoslo o no se alimenta financieramente de los
recursos que miles de campesinos, trabajadores y obreros pagan en impuestos, pero que a
cambio, solo reciben la indiferencia y la ingratitud de sus propios hijos, dizque educados
en su universidad.
Las puertas de su universidad cada vez se cierran más y más, primero el cernidero de los
exámenes del Estado, luego el de los costos –a la universidad pública, ya no van jóvenes
de los estratos uno, dos o tres, allí se matriculan los hijos de los ricos, de los estratos
cuatro para arriba-, una vez dentro, la esterilidad de la rutina que en nada contribuye en la
transformación de su pensamiento y de su realidad. Llegar a la Universidad para darse
cuenta que era el lugar para dejar de pensar por cuenta propia y dedicarse a repetir sin
cansancio las verdades establecidas por el Estado, la Iglesia y las Empresas que tienen
otros intereses y que utilizan en la mayoría de los casos a las ciencias, a las disciplinas y
a las profesiones para anestesiar su cuerpo y paralizar su mente.
4
Con el denominativo de ¨Naturales¨ se conoce a los indígenas y campesinos de la región. Calificativo
utilizado de manera despectiva para referirse a quienes viven más cerca de la naturaleza que las gentes de la
ciudad, preocupadas mas por aparentar que por vivir, victimas de la tiranía de los medios de información
que somete a sus caprichos e intereses.
La actividad social de la gente de Universidad debe ser total y
radicalmente ajena a toda actitud de conformismo con la injusticia social, a la
desigualdad económica, a la opresión intelectual. Urge señalar como básico
objetivo la creación de un hombre nuevo, de profunda agudeza política
transformadora y comprensión de los problemas nacionales. Ajeno a los
espejismo de las utopías y siempre firmemente asentado en la realidad.
Conocedor del pasado, diseccionador del presente, y en proyección realista al
futuro. Destruyendo mitos, espectros y fantasmas. Ajeno a simples intereses
egoístas, personales y materiales. Su carácter debe ser el de un permanente y
eficaz servidor público. La comunidad no puede distraer sus recursos, sus
esfuerzos, sus energías, en la formación de ¨verdugos profesionalizados¨, es
decir, dar preparación científica a sus probables explotadores. O sea que la
universidad para actualizarse debe abandonar su actual filosofía
programática de ¨fábrica de doctores y técnicos¨ para transformarse en
vanguardia ordenada, enjundiosa y capaz de señalar los caminos viables del
cambio nacional.
La universidad no debe ser ni transmisora de las ideologías de las
clases explotadoras, ni tampoco un campo abierto para el desorden, la
anarquía, el populismo y la demagogia. Su tarea es vital como investigadora
de la realidad colombiana, creadora de conocimiento adecuado a la solución
de la actual tragedia nacional; irradiadora de la más rigurosa ética social,
como quien dice, vocero de una conciencia colectiva dirigida hacia una pronta
conquista de la libertad real.
La universidad no debe buscar el mantenimiento del actual orden
injusto; todo lo contrario, sobre la ciencia edificar la viabilidad del desarrollo
junto con la democracia integral¨
Eduardo Umaña Luna5.
Primer (Des) encuentro. Valle de Aranda.
Más allá de nuestra casa todo es incierto,
igual sucede con nuestra universidad,
y con nuestra ciudad.
El calor del establo no permite
La aventura del pensamiento.
Eran los primeros días del mes de octubre de 2006, en Aranda celebraban la Fiesta de la
Virgen del Rosario, su Patrona. Como todos sabemos el santoral cristiano oculta bajo
sus imágenes las milenarias tradiciones indígenas, rituales de siembra o de cosecha,
ceremonias de agradecimiento o rogativas, a la Madre Tierra o al Padre Sol, entre otras .
Con la fe que caracteriza al campesino se había preparado todo. La llegada del cura. La
hora de la Misa. La serenata de parte de los músicos de la localidad a la Virgen, los
grupos de danzas de niños y jóvenes, la orquesta que amenizaría la fiesta, el castillo, la
vaca loca y la presencia masiva de propios y extraños.
5
Universidad y Democracia. En: ¿Qué universidad para qué sociedad? Centro de Investigaciones. Fondo
Editorial Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá D.E. 1989. Profesor de Derecho de la
Universidad Nacional de Colombia.
Entre los extraños estábamos un grupo de profesores y estudiantes de la Universidad que
llamábamos la atención entre los propios no solo por nuestra manera de vestir, sino por
nuestro olor, olíamos a ciudad, a centro comercial, a Universidad, a intelectualidad, a ese
extraño mundo de la vida académica que para muchos de ellos sería sencillamente
inalcanzable. Muchos de ellos ni siquiera habían logrado terminar la educación primaria,
por su misma situación económica tuvieron que dejar la escuela para ir a trabajar como
jornaleros, obreros en la construcción, en galpones de ladrillos, pequeños agricultores que
llenan las despensas alimentarias de la ciudad, transportistas, vendedores ambulantes y de
minutos en las calles de la ciudad y así ayudar al sostenimiento de la familia., y otros
tantos, engrosando los cordones de pobreza y miseria: prostitución, explotación sexual,
suicidio, exclusión social. Muchos de ellos son hijos sin padre, que luchan al lado de su
madre y de sus hermanos asumiendo la responsabilidad de un adulto que
irresponsablemente un día decidió abandonar a su mujer y a sus hijos. Nada extraño en
América latina, conocida por esta extraña herencia de machismo, irresponsabilidad y
violencia.
Allí estábamos nos-otros los ¨investigadores¨, los que pretendíamos observar, ahora
éramos observados e investigados a la vez. El sacristán del templo, en un primer intento
nos negó la posibilidad de unas fotografías del interior del templo, queríamos llevarnos
en la digital la imagen de la Virgen el día de su santo, pero sobre todo de la dedicación y
esmero como habían adornado el interior del templo, todo era resplandeciente, luminoso
como si realmente allí habitara la divinidad de esa mujer, Madre de Dios, y que para
muchos es el símbolo de la Feminidad, de la Madre Tierra y de sus infinitos ciclos de
fertilidad y poder creativo.
Al intentar tomar las primeras fotografías fuimos sorprendidos por un representante de la
policía nacional quien nos informó que estaba prohibida la toma de fotografías, era una
orden que venía del joven sacristán. Un muchacho de unos 20 años que se había
apoderado de la fiesta y ordenaba lo que se debía y lo que no debía hacer. Sumisamente
guardamos nuestras cámaras de fotografía y de Video. Por ahora teníamos que llevar en
nuestra memoria cualquier imagen que quisiéramos tener a la hora de sentarnos a
redactar y sistematizar el informe de esa visita.
La gente llegaba y la plazoleta del templo se apretujaba de gente, como el propósito de la
visita también eran dialogar con representantes de la comunidad averiguando con uno y
con otro, dimos con la presencia del Presidente de la Junta de Acción Comunal, quien
amablemente, al saber que éramos de la Universidad nos atendió, comentando cosas que
como líder de la comunidad le preocupaba. El señor un campesino de los propios,
convencido de su papel en la comunidad y de su responsabilidad, mientras hablaba nos
compartía sus sueños que eran respuestas a las necesidades vitales de su gente, escuelas,
colegios, centros de salud, mejores vías de acceso, seguridad, más atención de parte del
gobierno municipal que casi siempre se hacia el de la vista gorda y como siempre
buscaban a la gente de la comunidad solo en época de elecciones.
Aprovechando su presencia –ahora estaba del lado nuestro- le comentamos la actitud del
sacristán al dar la orden a la policía que nos prohibiera la toma de fotografías y video.
Dijo –que el sacristán no era nadie para prohibir eso ni nada- así que con su autorización
aprovechamos de ahí en adelante para tomar fotos de la misa, de lo que sucedía afuera y
de cada uno de los actos que sucedieron a la celebración de tan importante fecha para
ellos, nosotros éramos unos extraños en busca de fotografías, información, y uno cuantos
contactos que nos permitieran continuar un dialogo para cumplir con el objetivo de
nuestra investigación, revitalizar las tradiciones culturales de los entornos de San Juan de
Pasto.
Aprovechamos la cercanía del presidente de la junta, para que la gente viera que
estábamos de su lado que no éramos totalmente extraños a su comunidad, que si
estábamos allí era porque nos interesaba realmente no solo la fiesta sino su amistad,
queríamos estrechar lasos de amistad con su comunidad –si nos lo permitían- y nosotros
que de una u otra manera representábamos la Universidad de Nariño, concretamente el
Instituto Andino de Artes Populares y al departamento de Humanidades y Filosofía.
Queríamos hacerles sentir nuestra sinceridad y nuestro compromiso con sus sueños, con
sus necesidades, estábamos allí para que tu-vieran en nosotros sus amigos de la ciudad,
sus amigos de la universidad, que sintieran la cercanía de la universidad así fuera
imposible su ingreso y su titulación en ella.
Con el calor de la fiesta, de la música de tríos y de la orquesta, sintiendo en nuestras
propias venas el vibrar de sus guitarras y sus canciones, decidimos comprar una botella
de aguardiente, era una manera de sentirnos también en nuestra propia casa; los que
estábamos allí: Darío, Franco, Francisco, Dayana, Guillermo, proveníamos de familias
campesinas que por una u otra circunstancias habíamos llegado a la ciudad y que ahora
éramos un poco distantes de esa realidad en la que un día vivimos y que por cuestiones de
estudio y trabajo ahora nos era indiferente.
Darío había guardado la cámara de video en su mochila y ya relajados con un par de
tragos decidimos disfrutar del baile, del castillo y la vaca loca. No hay fiesta de
campesinos que no esté amenizado por estos elementos que al mismo tiempo encienden
las emociones y hacen danzar el corazón, son cosas que están en nuestra sangre y hacen
parte fundamental de nuestra existencia. Mientras luces de mágicos colores aparecían y
desaparecían en el fondo oscuro y frío de la noche, mientras la música hacía danzar
nuestros corazones, mientras nuestras miradas se cruzaban con los brillantes ojos negros
de las lindas muchachas del lugar, mientras nos dejábamos llevar por la magia de la
fiesta, de la poesía y del licor, hechizados por la magia de la noche y del encuentro….
Darío nos hizo caer en cuenta que le habían robado la cámara de video, hacía cinco
minutos la tuvo en sus manos, mientras fue a orinar la colocó en la mochila en su espalda,
al rato no tenía nada. Los policías que abundaban en el lugar, los que estuvieron atentos
a prohibirnos la toma de fotografías, no pudieron hacer nada frente a una realidad que
hacia parte de la vida cotidiana del lugar y de Colombia entera.
Hasta allí llego nuestra alegría del primer (des) encuentro como investigadores. Nunca
más supimos de la cámara de video. Un poco cabizbajos regresamos a la Ciudad, a
nuestra casa, casi a media noche, con el temor de ser asaltados en cualquier momento, ya
que teníamos que atravesar barrios en donde por la falta de empleo se veían obligados a
robar para no morir de hambre.
La Ciudad es una Madre; pero una Madre terrorista que infantiliza y
animaliza a los ciudadanos bebés en nombre del "bien" comunitario,
que nadie tiene derecho a eludir6.
De todo eso parece fácil sacar conclusiones. Aranda comunidad semi-rural alrededor de
Pasto, una de las más pobladas de los entornos de la ciudad, poco a poco, va perdiendo la
tranquilidad de la vida campesina, la falta de puestos de salud, de escuelas, de trabajo, la
llegada de desplazados del interior del país, de hermano departamento del Putumayo y
de otros municipios de Nariño, habían cambiado su realidad, una realidad que cada vez se
hacia más compleja, más difícil -a la Ciudad Sorpresa de Colombia, le tocaba por ahora
la suerte de la violencia, del sicariato, de niños mujeres y adultos viviendo en la miseria
sin que nada ni nadie se apiade de ellos-, marginados de los centros comerciales de la
ciudad, de los Templos del Capitalismo y de la sociedad de consumo (Saramago), a ellos
les tocó vivir de los desperdicios, de la basura, de lo desechable…
El Valle de Aranda vive ahora la complejidad de una comunidad rural que esta siendo
devorada por las problemáticas de una ciudad en pleno crecimiento y con todas las
contradicciones que propone el desarrollo capitalista que aprovecha su paso para dejar en
el camino los restos de quienes quedan aplastados por la indiferencia, la explotación, la
arrogancia, y la infinita obsesión por el poder.
Como dice William Ospina ¨parece que a partir de cierto momento las ciudades de la
imaginación empezaron a ensombrecerse, no sólo a parecerse a lo peor de las ciudades
reales sino a magnificarlo espectralmente. La visión de la pobreza sugería infinitas
barriadas de desamparo y de indiferencia. El auge de las máquinas, inmensos distritos
fabriles agobiados por el humo y la herrumbre. El auge de la manufactura, interminables
comercios. En esa desaparición de las fantasías espléndidas estaba como cifrada la
perdida de la fe de los hombres en las posibilidades de la ciudad y también la muerte o la
fuga de las divinidades que eran su centro y su espíritu.
Bruscamente nos vimos arrojados a lo hoy se llama la ciudad real. Está en los
poemas de Baudelaire: es una hormigueante metrópoli tiranizada por el trabajo y el tedio,
donde el espíritu debe refugiarse en los paraísos artificiales de la absenta y del opio. Está
en las novelas de Dickens, donde seres humanos maltratados y solitarios sobreviven a la
adversidad de un mundo a la vez populoso y vacío. Está en las novelas de Balzac, donde
la sociedad burguesa come y trabaja y se divierte despojada ya de todo idealismo, movida
por la sola fuerza del lucro. Está en Dostoievski y en Henri James, y avanza
ensombreciéndose hacia unos despiadados mecanismos urbanos en los que el hombre es
extranjero y está para siempre perdido: la ciudad de los relatos y las novelas de Franz
Kafka.
6
François Brune.
Segundo (Des)encuentro – Corregimiento de Mocondino.
Al proponernos dibujar el croquis del pueblo de Mocondino ya nos implicó la
memoria y la duda sobre su territorio, su organización territorial y su historia.
Puesto que, por lo menos, aparecieron tres opciones para dibujarlo:
Mocondino como pueblo, Mocondino como corregimiento y el antiguo
Mocondino. El antiguo Mocondino se remonta a la organización de los
antiguos, de los que los Mocondinos de hoy son raíz y retoño. Cuando
estuvieron organizados en tres pueblos. Dicen los pobladores que era la
organización de los tres caciques: Jamondinoy, Mocondinoy y Pejendinoy.
Entonces el mapa de Mocondino comprendía a todo lo que hoy es Dolores,
Canchala, Puerres y los barrios Popular, La Estrella, Santa Mónica,
Mercedario, Santa Bárbara y el Tejar, para nombrar a los sobresalientes,
puesto que por esta parte noroccidental llegaba hasta lo que posteriormente se
llamó el Ejido y el río Chapal o de las Monjas, que baja por la llamada
avenida Chile. Al sur y oriente con el pueblo de Jamondinoy, los páramos de
Casanare y el pueblo de Pejendinoy. Territorio que con el tiempo se estrechó
con la invasión paulatina de la ciudad de Pasto y las propiedades privadas de
algunos pastusos. Además, por la presencia imprevista de los puerreños y
canchalas, desterrados de la Provincia, 7 que formaron los asentamientos de
Puerres y Canchala, y los de Dolores que aún no se tiene conocimiento de
dónde llegaron, seguramente, también desalojados, en una ya remota época,
de sus comunidades madre. Igual como ha sucedido en los tiempos modernos
con los que entraron a formar el Barrio Popular y últimamente el
asentamiento junto al Cementerio8.
Las cosas en Mocondino han sido distintas, como tiene que ser. En cada lugar una nueva
experiencia, otra experiencia. Otras gentes, otras creencias. En cierta medida otra cultura,
otra manera de ser, de sentir-pensar.
El encuentro con don Lucio Jojoa, uno de los Mayores más comprometidos con su
comunidad y que por su edad se ha convertido para nosotros en la biblioteca ambulante, a
través del cual inferimos diferentes lecturas del contexto sociopolítico, histórico y
cultural de Mocondino. El y su familia han sido vitales a la hora de acercarnos, cada vez
más a su comunidad. No solo ha tenido la paciencia de pasar días enteros con nosotros,
ha tenido – a su edad 84 años, la fuerza y la vitalidad de un joven para conducirnos por
los caminos de a pie que nos han llevado a conocer de cerca la realidad de Mocondino.
El Cuido era no sólo solidaridad, sino un modo de vida enmarcado por
el territorio de vida ante la muerte, ante lo malo. Así, pues los mayores
siempre nos hablan del servicio a la comunidad, el entregarse por ver
progresar a su vereda, su corregimiento o su pueblo. El Cuido aún
puede verse en las comunidades cuando salen a trabajar juntos en el
camino, para que este bien y las gentes, tanto de la comunidad como de
afuera, puedan circular por sus venas. El Cuido se puede ver aún en las
mingas, en la solidaridad entre las personas cuando acuden sin mayor
7
Vocablo con que se designa a los habitantes de la antigua provincia de los Pastos.
MAMIAN, Dumer. Profesor de Filosofía. Integrante del Grupo de Investigación IADAP-TEJIENDO
VIDA DESDE LA MEMORIA Y EL PENSAMIENTO PANAMAZONICO. Universidad de Nariño.
8
interés que el auxilio de los otros. El Cuido se puede ver también en las
fiestas, donde los fiesteros, por uno u otro motivo, preparan la
celebración comunal, para todos sin distingo, entregando su tiempo,
esfuerzo y dinero en ello. El Cuido se puede apreciar en la vida misma
aferrándose en los hilos del tiempo fuera de la muerte, huyendo –
viviendo de la muerte de otros seres. El Cuido se puede ver en la
resistencia de ciertas comunidades a desaparecer bajo el manto del
urbanismo desmedido y sus costumbres cosmopolitas9.
Nosotros, los universitarios, los que siempre subimos a los buses urbanos para
transportarnos hasta la ciudadela universitaria de Toro-Bajo, que no damos un paso sin
pensar en estos medios de transporte masivo. Hemos disfrutado los camino de a pie,
resbalando en el lodo, pisando los charcos, torciendo nuestros tobillos, llenando nuestros
pulmones de verdadero oxigeno, degustando chaquilulos, charmuelanes, chulco, capulí,
motilón, moras y otras frutas silvestres. Volcados como niños, recobrando nuestra
inocencia, nuestra alegría de vivir, volviendo a reír, empezando a danzar con la vida, más
allá de la rigidez de los programas académicos, planes de estudios y currículos, más allá
de la seriedad intelectual, aprendiendo a aprender, a reconocernos en el otro, con el otro,
sintiéndonos y pensándonos como hombres de los andes, hijos de estas montañas que
desde lejos nos han visto crecer, pero que también han sido víctimas de nuestra
indiferencia, estas montañas milenarias que guardan los secretos de nuestros abuelos,
estas tierras sagradas que han nutrido generaciones y generaciones nos dan ahora la
oportunidad de reencontrarnos con nuestro ser natural, ser natural que implica frescura,
transparencia, respeto y re-encuentro con la sabiduría ancestral de la Madre Tierra.
Por supuesto queda la gratitud y por supuesto, la alegría, entorno a las
cuales, la hermandad todavía se teje. Las vidas de los campesinos de
los lugares en referencia se cruzan como las tramas y las urdimbres de
la existencia. Existencia que va y viene, tocando los puntos del ovillo.
Que nos hace nacer muchas veces durante nuestra vida, que nos acerca
a la primera sonrisa. Entonces, si recordamos esa primera sonrisa
siempre, trataremos de reír al unísono y podremos andar por la vida
alegrándonos, aguantando el dolor hasta que se amaine, y como
después de nacer, sonreír, pelar los dientes si ya los hay o si aún
quedan, y continuar10.
9
CEBALLOS ROSERO, Franco. Abogado. Profesor de Filosofía. Integrante del Grupo de Investigación
IADAP-TEJIENDO VIDA DESDE LA MEMORIA Y EL PENSAMIENTO PANAMAZONICO.
Universidad de Nariño.
10
CEBALLOS ROSERO, Franco. Ibidem.
En Mocondino no solo hemos andado los caminos, hemos escuchado y sentido como
nuestra su realidad, sus problemas:
El nuevo paisaje que anuncia el desplazado, real o agazapado en la mano de
un vil filántropo, de un vil programa social o de un vil constructor. El nuevo
paisaje al que los notifica el trazo de la carretera panamericana, aquella que
los atravesará plenamente cubriéndolos de ruido y polución, singularmente de
olores lubricantes, de talleres y desechos ferrosos, de miseria y aceites bajo el
rótulo de progreso y civilización 11.
Según la administración Municipal –y obedeciendo las políticas neoliberales imperantesse abrirá paso la transversal sur-oriental, variante de la carretera panamericana que
atravesará Botana, Jamondino, Mocondino, San Fernando, Pejendino, Cabrera, Cujacal, y
el Valle de Aranda (…). Como todos sabemos las actuales políticas maquiavélicas,
pisotean y destruyen todo lo que encuentran en su camino, solo para lograr sus
propósitos, carreteras que les permita transportar los recursos naturales explotados en
estos territorios y que tendrán como destinos calmar el hambre de Norteamericanos y
Europeos, mientras nuestra gente seguirá sumiéndose en la miseria, el desempleo, falta de
centros de salud, recorte y desaparición de instituciones de educación pública,
prácticamente muriendo de hambre.
De tal manera que no solo se violenta su territorio –en este caso el de los Mocondinos- se
violenta su cultura, sus tradiciones, sus valores, su sabiduría, sus vidas. Su alegre paisaje
–donde el verde es de todos los colores12 - pronto se convertirá en desierto encementado,
11
MAMIAN GUZMAN, Dumer. Profesor-Investigador Grupo de Investigaciones IADAP-TEJIENDO
VIDA DESDE LA MEMORIA Y EL PENSAMIENTO PANAMAZONICO. Universidad de Nariño.
12
ARTURO, Arturo, poeta nariñense. Poeta del Siglo como lo proclamara la UNESCO, precisamente por
su poesía ecológica, es autor de un breve poemario titulado MORADA AL SUR.
fiel producto del desarrollo y el utilitarismo galopante. Pronto veremos estas verdes
praderas donde se cultivan los alimentos que bajan a la ciudad convertidas en el basurero
de la sociedad de consumo. Ya no serán los cultivos de papa, cebolla, acelga, lechugas,
maíz, serán bolsas, tapas, botellas de plástico, los elementos que envenenarán la tierra,
elementos que tardarán miles de años en descomponerse dejando un inmenso daño para
el futuro de las generaciones que no tendrán ni donde caer muertos.
Riqueza que no ha sido apreciada con la atención y seriedad que
corresponde, y que debería ser liderada por quienes desde el
pensamiento tienen la lucidez para hacerlo, en el caso de las
comunidades sus lideres naturales; en la ciudad los centros educativos
tienen la responsabilidad social de fomentar el autoreconocimiento de
las poblaciones y los individuos a los cuales sirven, como una forma de
promover bienestar y preservar sus patrimonios culturales, en ese
contexto las universidades, en especial la pública, están convocadas en
los diálogos y polígolos suscitados entre Pasto y las comunidades de
sus entornos, esto es también otra problemática que se percibe en
Mocondino13.
Los universitarios, profesores y estudiantes, tenemos una gran deuda con nuestro propio
territorio. Dialogando con los mayores y con la gente sencilla de los alrededores de san
Juan de pasto, en lo primero que caemos en cuenta es que como universitarios hemos
vivido encerrados en las cuatro paredes de sus jaulas y hemos perdido de vista, una parte
fundamental de la existencia y de la vida universitaria, no su extensión a la comunidad,
sino su capacidad de dialogo, su capacidad de abrirse en la posibilidad de construir
conocimiento y vida con el otro y para NOS- OTROS. En la universidad muchos
profesores orgullosamente alardean que la U. de Nariño por ser la única universidad
pública del departamento, es querida y amada por su gente, pero ésta como pretendida
bonita se ha hecho la difícil y ha pagado mal a quienes no solo ven en ella la posibilidad
de una esperanza, llevando a sus hijos para que sean educados, pero no ha sucedido nada,
por el contrario su universidad pública ha desconocido por muchos años las culturas que
nutren la memoria y el pensamiento panamazónico cumpliendo su papel medieval de
colonizadora, de reproductora de conocimiento venidos de otras partes y alejada casi
totalmente de la presencia ancestral panamazónica.
Pero más allá de lo que cada uno haya escogido para su respectiva
existencia, por el ombligo de cada uno de los seres y por el ombligo de
la tierra que es el ombligo de todos, aún se siente el resplandor de la
vida antes de la vida como la conocemos. Así es como podemos amar el
vientre de nuestras madres, así es como la tierra que conocemos y que
nos vio nacer es amada, y por ese amor profesado, de una u otra
manera nuestros ombligos brillan con sus colores. De esa manera
también “el sentir” que se debe hacer algo se manifiesta de manera
mágica en quienes se dejan impregnar. La unión se hace tangible, el
corte hecho al cordón umbilical se anuda. El llamado de la tierra se
13
Francisco Leyton. Psicólogo. Investigador Grupo IADAP- TEJIENDO VIDA DESDE EL
PENSAMIENTO Y LA MEMORIA PANAMAZONICA. Universidad de Nariño.
siente, como cuando el Niño de los Santos Reyes busca quien le haga la
fiesta:
Tercer (Des) encuentro: Los Caminos del Dialogo Inconcluso
¨La diversidad de los pueblos y de las culturas tiende a ser
borrada por el auge de una cultura internacional de jeans y camisetas y
chicles, de cuñas comerciales homogéneas, de espectáculos planetarios
masivos, de noticias idénticas; día a día se sustituyen tradiciones ricas
y curiosas, trajes complejos y llenos de sentido, bebidas, leyendas, un
universo prosudo y profundo arraigado de mil maneras distintas en la
tierra nutricia, por una sola expresión casi siempre evanescente y
trivial.
Como los caudillos militares, el capital se complace en borrar
diferencias y uniformar a los hombres. Cuando ya no seamos más estos
millones de rostros singulares expresando cada uno un pasado, un
carácter, un alma, sino el mismo ser insensatamente repetido hasta el
vértigo, habrá alcanzado su plenitud esta curiosa tendencia moderna
que llama progreso a perder todas nuestras conquistas civilizadas, a
diluir en unos cuantos colores impuestos la infinita variedad de los
matices del espíritu humano. Así se irá cumpliendo la melancólica
afirmación de aquellos versos de Emerson según los cuales el hombre
declina: Renunciando a su mundo estrella por estrella¨
William Ospina
Viajando por esta experiencia de investigación es hora de preguntarnos si la
Universidad, nuestra universidad, ha contribuido a mantener y enriquecer la diversidad
de pueblos y culturas o por el contrario en su papel colonizador que muchas veces ha
mantenido sigue en su afán de imponer las ideas de desarrollo y progreso creyendo de
esta manera cumplir con uno de sus objetivos fundamentales, extender a las comunidades
los saberes que deben imponerse, aplastando y negando la semilla ancestral de sabidurías
maravillosas que podrían salvarnos de la catástrofe mundial a la que estamos siendo
sometidos sutilmente, tan sutilmente que casi no nos damos cuenta que muchos creen
como el Cándido de Voltaire, que vivimos en el mejor de los mundos…
¨Ni el libro europeo, ni el libro yanqui, daban la clave del enigma hispanoamericano (…)
Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América. Los
jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la
levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado y que la
salvación está en crear (Martí, José) Por eso, es necesario crear nuestras propias
universidades; en este momento, frente a las políticas neoliberales, es urgente defender la
universidad pública que apoyando o con el apoyo de la sociedad se dedique a investigar
la realidad de nuestras comunidades campesinas, indígenas, negras, mestizas para develar
las mentiras que día tras día se encarnan en nuestras mentalidades como verdades, es
necesario una universidad sin condiciones, libre, que se dedique a buscar y decir la
verdad, justificando el derecho a la libre expresión y su obligación a decir la verdad
cueste lo que cueste¨14
UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD es un tema que vale la pena pensarse desde los caminos
de a pie, desde las montañas de los Andes, desde la Costa Pacífica Nariñense y no solo
desde la estreches de los muros que encierran la ciudadela universitaria de Toro-Bajo. He
hablado desde la experiencia a pesar de los aportes que ha hecho la Universidad al
contexto sociocultural al cual pertenece.
Me apresuro a pensar que NUESTRA UNIVERSIDAD esta por hacerse, por crearse. Esa
universidad que responda a las verdades propias con más urgencia que a las verdades
ajenas.
Gracias.
14
RODRIGUEZ ROSALES, Jairo. Invitación a Pensar Nuestra América de José Martí. Ensayo Inédito.
Presentado al profesor Javier Ocampo López en el Seminario HISTORIA DEL PENSAMIENTO
PEDAGOGICO LATINOAMERICANO. Mayo 28 – 1 de junio de 2007. Universidad de Nariño.
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