270094. . Tercera Sala. Sexta Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen LXXXVIII, Cuarta Parte, Pág. 27. LETRAS DE CAMBIO. SI EL GIRADO O ACEPTANTE NO SABE FIRMAR PERO IMPRIME SU HUELLA DIGITAL Y ADEMAS FIRMA OTRA PERSONA A SU NOMBRE NO PUEDE REHUIR SU PAGO. Es verdad que el artículo 97 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito señala la forma en que debe hacerse la aceptación de la obligación cambiaria por el girado en una letra de cambio; pero a diferencia del artículo 86 de la misma ley que prevé la hipótesis de que el girador no sepa o no pueda escribir, aquél precepto fue omiso a este respecto y nada dice lo que deba hacerse cuando el girado no sepa firmar. Para llenar esta laguna de la ley, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación sostuvo en la ejecutoria que resolvió el amparo directo 3142/60/2a., promovido por J. Trinidad Mora, que en caso de que el girado no sepa firmar, se aplicará por analogía el artículo 86 referido, o sea que a ruego del aceptante firmará otra persona y en fe de lo cual lo hará también algún funcionario que tenga fe pública. Sin embargo, esta aplicación analógica solo tiene por finalidad, como la misma ejecutoria lo hace notar, la de dar firmeza a la circulación de la letra de cambio, por que constando en el texto del documento o en hoja adherida a él, la razón del funcionario con fe pública, de que ante él compareció el girado y dijo no saber firmar y haberlo hecho a su ruego otra persona, en su misma presencia, necesariamente creará un ambiente de confianza y de seguridad en los tenedores y futuros adquirentes del título de crédito, porque tendrán la certeza de que aun cuando no sabe firmar el aceptante, no se rehusará a pagar la letra de cambio por la causa de no ser el obligado, o no haber autorizado a otra persona a firmar en su nombre. En otras palabras, la intervención del fedatario solo sirve para dar seguridad de quien firma por el que no sabe hacerlo, lo hace a petición de éste y que la persona que se obliga es realmente la misma que se menciona en el documento. Esta aclaración pone de manifiesto que cuando el aceptante, que no sabe firmar, imprime sus huellas digitales en la letra de cambio en señal de aceptación de la obligación cambiaria y a su ruego también firma otra persona, pero no lo hace funcionario público alguno que de fe de esta circunstancia, esta omisión no puede beneficiar al aceptante ni servirle de pretexto para rehuir el pago del título de crédito si no alegó suplantación de su persona, falsedad de sus huellas digitales o no haber autorizado a firmar a quien lo hizo en su nombre. Amparo directo 5470/63. María Luisa Carrasco. 2 de octubre de 1964. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Rafael Rojina Villegas. Ponente: Mariano Azuela. -1-