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Delimitación entre el TRABAJO AUTONOMO, el TRADE y el
Trabajo por CUENTA AJENA
Determinar en cada caso particular cuando una persona debe incluirse en uno u otro
régimen de la Seguridad Social, con las consecuencias que ello implica en cuanto a
cotizaciones, obligaciones, responsabilidades, no es tarea fácil en la actualidad, teniendo
en cuenta la existencia en muchos casos de tres posibles regímenes de encuadre.
La aprobación del Estatuto del Autónomo, ha venido a introducir una nueva figura, el
TRADE, que complica bastante la situación, dado que está a medio camino entre el
Trabajador por cuenta propia o AUTONOMO ( ahora lo identificaremos como NO
DEPENDIENTE) y el Trabajador por cuenta ajena o ASALARIADO/A.
Partiremos en este artículo de las notas definitorias del TRADE para en función de ellas,
diferenciar cuando estamos ante esta figura o ante las otras anteriormente citadas.
Los Trabajadores Económicamente Dependientes ( TRADEs) se caracterízan por :
a) Realizan una actividad económica o profesional a título lucrativo y de forma
habitual.
b) ejecutan dicha actividad de manera personal, directa y predominante para una
persona física o jurídica, denominada clientes.
c) dependen de este cliente económicamente por percibir de él, al menos el 75% de
sus ingresos por rendimientos de trabajo y de actividades económicas o
profesionales.
Para el desempeño de la actividad económica o profesional como TRADE, deberá
reunir simultáneamente las siguientes condiciones:
a) no tener a su cargo trabajadores por cuenta ajena ni contratar o subcontratar
parte o toda la actividad con terceros, tanto respecto de la actividad contratada
con el cliente del que depende económicamente como de las actividades que
pudiera contratar con otros clientes.
b) No ejecutar su actividad de manera indiferenciada con los trabajadores que
presten servicios bajo cualquier modalidad de contratación laboral por cuenta del
cliente.
c) Disponer de infraestructura productiva y material propios, necesarios para el
ejercicio de la actividad e independientes de los de su cliente, cuando en dicha
actividad sean relevantes económicamente.
d) Desarrollar su actividad con criterios organizativos propios, sin perjuicio de las
indicaciones técnicas que pudiese recibir de su cliente.
e) Percibir una contraprestación económica en función del resultado de su
actividad, de acuerdo con lo pactado con el cliente y asumiendo riesgo y ventura
de aquélla.
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Los titulares de establecimientos o locales comerciales e industriales y de oficinas y
despachos abiertos al público y los profesionales que ejerzan su profesión
conjuntamente con otros en régimen societario o bajo cualquier otra forma jurídica
admitida en derecho no tendrán en ningún caso la consideración de trabajadores
autónomos económicamente dependientes.
¿ Cuando estamos ante un trabajo Autónomo Dependiente?
En la prestación del TRADE no hay dependencia jurídica pero si dependencia
económica, por ello una de las claves para determinar que estamos ante esta figura es
que el Autónomo trabaja solo para un cliente o factura a un mismo cliente más del 75%
de su facturación total.
La falta de subordinación jurídica es clave para hablar de TRADE y no de Trabajador
por Cuenta Ajena, entendida como prestación del trabajo sin sometimiento a las
órdenes e instrucciones de un empleador.
La falta de subordinación y la autonomía en la prestación del trabajo no es
incompatible con la existencia de una coordinación con la empresa cliente,
coordinación dirigida a procurar un buen resultado de la actividad de ésta última, a
incardinar dicha prestación de trabajo dentro del ciclo o necesidades productivas de la
empresa. Esa coordinación implica por ejemplo la existencia de unas normas de
procedimiento o reglas técnicas en la prestación del servicio para que el mismo se
preste dentro de los estándares de calidad y características de la empresa cliente.
En definitiva el TRADE debe disponer de un amplio margen de libertad para organizar
sus tareas, reduciéndose el papel de la empresa a trazar las grandes líneas por donde
debe discurrir la actividad.
Son titulares de su propia organización productiva y no se someten al poder de
dirección de otro empresario. Poseen ciertas dosis de auto-organización en la
prestación del trabajo si bien por las condiciones del trabajo a realizan este se ordena en
todo o en parte conforme a las necesidades de una empresa o empresas determinadas,
con las que se establece un vínculo de dependencia funcional y económica. Ejecuta una
actividad propia, concreta y específica; organiza, dirige y controla efectivamente, de
forma independiente, el desarrollo de su propio quehacer y asume las eventuales
responsabilidades y los riesgos derivados de su labor profesional o económica.
El TRADE cuenta con los medios materiales, o de cualquier otro tipo, necesarios para
prestar su actividad profesional, maquinaria, vehículo, ordenador, cámara fotográfica,
utillaje….
Otros factores a valorar para determinar ante que tipo de relación estamos son el control
sobre los horarios de trabajo, la imagen de marca utilizada, la inserción en una
estructura empresarial, el lugar donde se presta el servicio, la propiedad de los medios
con los que se presta el servicio.
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Un/a TRADE no se sujetan a horarios, ni ejercen su actividad de una forma preferente o
predominante en los locales de la empresa, ni sufren el control personal del empleador.
Un TRADE por su propia definición presta trabajos de forma habitual, entendida como
regular y continua para un solo o muy pocos clientes, de una forma prolongada en el
tiempo.
En los casos de encargos puntuales o varios en el periodo de un año por ejemplo pero de
una forma no regular, sin responder a una necesidad duradera y constante para la
empresa cliente estaríamos en un supuesto de TRABAJADOR AUTONOMO no
DEPENDIENTE.
Otra característica básica para estar en presencia de un TRADE es que no debe tener a
su cargo trabajadores por cuenta ajena ni contratar o subcontratar parte o toda la
actividad con terceros, tanto respecto de la actividad contratada con el cliente del que
depende económicamente como de las actividades que pudiera contratar con otros
clientes» (art. 11.2 de la LETA). En caso contrario estaríamos también en presencia
clara de una TRABAJADOR AUTONOMO no DEPENDIENTE.
Para el desempeño de la actividad económica o profesional como TRADE no podrá
ejecutar su actividad de manera conjunta e indiferenciada con los trabajadores que
presten servicios bajo cualquier forma contractual por cuenta del cliente y deberá
disponer de infraestructura productiva y material propios, necesarios para el ejercicio de
la actividad e independientes de los de su cliente, cuando en dicha actividad sean
relevantes económicamente. Si esto no se cumpliera estaríamos ante un CONTRATO
LABORAL POR CUENTA AJENA.
¿Cuando estamos ante un trabajo por cuenta ajena?
Las dos notas definitorias de un TRABAJADOR/a POR CUENTA AJENA son la
DEPENDENCIA y la AJENEIDAD. Valorar si se dan ambas supone una labor de
análisis de un conjunto de indicios, de entre los cuales podemos destacar:
a) En relación con la DEPENDENCIA → la asistencia al centro de trabajo del
empleador, el desempeño personal del trabajo sin perjuicio de excepcionales suplencias
o sustituciones, la inserción del trabajador en la organización productiva de la empresa,
que es la que se encarga de programar la actividad laboral y la ausencia de organización
empresarial propia por parte del trabajador. (STS 23/10/89, STS 20/0995, STS 08/10/92, STS
22/0496)
Por tanto la DEPENDENCIA implica una relación de jerarquía entre los contratantes,
es decir, por una falta de autonomía del trabajador en la ejecución del trabajo, de suerte
que la organización del trabajo y la propia ejecución del mismo se encuentre sometida a
las órdenes e instrucciones del empresario, a cuyo control y supervisión se halla
sometido. (STS 31/03/97,(STS 15/04/90, STS 29/12/99, STS 20/09/95, STS 23/10/89).
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b) En relación con la AJENEIDAD → la entrega o puesta a disposición del
empresario de los productos elaborados o de los servicios realizados por el trabajador, el
que sea el empresario y no el trabajador el que adopte las decisiones relativas a las
relaciones del mercado o con el público, la fijación de precios o tarifas, la selección de
clientela, la indicación de personas a atender, el carácter fijo o periódico de la
remuneración del trabajo y el cálculo de la retribución o de los principales conceptos de
la misma, de acuerdo con un criterio que guarde proporción con la actividad profesional
prestada, sin el riesgo y sin el lucro especial que caracterizan a la actividad del
empresario o al ejercicio libre de las profesiones.
Respecto a la AJENEIDAD, la STS 31-3-1997 al resolver sobre la situación laboral de
un fotógrafo que, con su propia máquina de fotos y su propio coche hacía reportajes para un
periódico que le asignaba una determinada zona, que seleccionaba cuales de las fotos
realizadas iba a publicar y que le pagaba una cantidad por cada foto seleccionada y
publicada, establece que se trata de una relación laboral por cuenta ajena. La argumentación
se basa es que existe AJENEIDAD porque el reportero gráfico “no hace los trabajos
fotográficos por propia iniciativa y para sí mismo, con propósito de ofrecerlos luego en el
mercado de la información, sino que los realiza atendiendo a precisas indicaciones
temáticas o de objeto de una empresa periodística, que tiene la facultad de seleccionar a
precio preestablecido las fotos que más le interesan de los reportajes realizados, y que
adquiere así el principal resultado del trabajo, que son los derechos de explotación y
publicación en prensa de las fotografías seleccionadas”
Otra sentencia que puede servir de ejemplo de lo que los Tribunales están considerando
TRABAJO POR CUENTA AJENA a pesar de que formalmente las partes le den una
apariencia de prestación de servicios mercantil, es la STS 07/11/07 en la que la
Inspección de Trabajo de oficio demanda a varios odontólogos que tenían suscrito un
contrato de prestación de servicios para una clínica de odontología, y a está misma por
entender que la relación de los primeros con la clínica era laboral, con las consecuencias
en cuanto a afiliación y cotizaciones que de ello se deriva. Es de destacar que las
características de la prestación del trabajo por parte de los citados odontólogos era la
que sigue:
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Se hallaban dados de alta en el R.E.T.A y en el I.A.E
Tenían suscritos contratos de seguro de responsabilidad civil profesional
Prestaban sus servicios profesionales en otras clínicas dentales.
Que los odontólogos prestaban sus servicios con libertad horaria que se
distribuía según sus propias necesidades y las citas con los pacientes, sin
recibir para ello instrucción alguna de la clínica, determinando asimismo
cuando toman vacaciones y quien les sustituye, atendiendo tanto
pacientes propios de cada odontólogo como aquellos que acuden a la
clínica.
En la clínica prestan sus servicios trabajadores por cuenta ajena de la
mercantil demandada, que realizan funciones de recepción, atención
telefónica, atención a clientes, gestión administrativa y de auxiliar de
clínica.
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Que la infraestructura que utilizan los odontólogos para el ejercicio de
su actividad profesional es propiedad de la clínica
Que la retribución que perciben los odontólogos consiste en un
porcentaje sobre los ingresos correspondientes a lo abonado por los
pacientes por las asistencias realizadas por el odontólogo
Las consecuencias del impago de los servicios por parte de los pacientes,
las asume el odontólogo que le trata".
El Alto Tribunal estima en el caso aludido que estamos ante una relación laboral dado
que es la clínica y no el médico quien dispone de organización sanitaria propia para la
prestación de los servicios, que dichos odontólogos están integrado en el cuadro
médico de la misma, que el lugar, el horario, los medios e incluso, si bien indicativa y
no imperativamente, el modo de trabajo han sido programados o predispuestos por la
clínica. . La clientela es de la clínica y no del facultativo, entre otros indicios de
ajeneidad y dependencia.
¿Cuando estamos ante un trabajo Autónomo No Dependiente?
Creo que la completa ausencia de dependencia y ajeneidad es clave para hablar de este
tipo de autónomos, que no reciben órdenes e instrucciones empresariales y además son
los que aprovechan directamente los frutos del trabajo para consumirlos o venderlos,
asumiendo personalmente los riesgos comerciales y económicos de la actividad
profesional y accediendo directamente al mercado de bienes y servicios tanto para la
adquisición de medios o materias primas como para la comercialización de los
productos o servicios
Las decisiones acerca del trabajo, de cómo llevarlo a cabo, pero también la más simple
de hacerlo o no, son de su exclusiva competencia.
Además la inversión y el riesgo son notas diferenciadoras importantes en este tipo de
autónomos.
Conclusiones
No es fácil tener la completa seguridad de la calificación de una relación como uno u
otro tipo, a la luz de lo difusas que son las definiciones de requisitos o condiciones en
cada caso, y de las interpretaciones de los Tribunales, sin olvidar en este último caso
que las que actualmente existen en esta materia son todas anteriores a la entrada en
vigor del Estatuto del Autónomo, que introduce la figura de los TRADE, con lo que
todavía no conocemos sentencias, y mucho menos del Tribunal Supremo, que nos
oriente sobre los criterios para determinar cuando una relación laboral queda bajo el
amparo del Estatuto por considerarse por Cuenta Ajena o al amparo del Régimen de los
Trabajadores Económicamente Dependientes.
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Ante esta tesitura, a nuestro juicio lo más recomendable para las empresas que
subcontratan servicios o trabajos, sería considerar AUTONOMOS NO
DEPENDIENTES a los que cumplan las siguientes circunstancias:
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Que trabajan para varias empresas además de para ella y que con ella no
obtienen el +75% de sus ingresos, lo cual no creo que pueda ser salvado
con una simple declaración en un contrato por parte del Autónomo, si no
que debe existir otros indicios o pruebas, como puede ser el carácter más
o menos habitual, constante y regular de la prestación de servicios.
Que tengan empleados/as a otras personas o subcontraten con terceros
los trabajos propios de su actividad
Que atendiendo a las características de la actividad tengan una estructura
de medios y organización apropiada a dichas características.
Que no estén sometidos a horarios, instrucciones de ningún tipo.
Que asuman totalmente el riego de su actividad, la obtención o no de
beneficio, la responsabilidad.
Que la contraprestación de su trabajo no sea una cantidad fija y que esté
basada en la obtención de un resultado, más que en la prestación de
trabajos sin más. La existencia de un presupuesto detallado y aceptado
para cada encargo o trabajo a prestar contraprestación sería un indicio de
esa NO DEPENDENCIA.
Sin perjuicio que lo anterior son indicios que habría que valorar según cada actividad,
de no cumplirse, la empresa debe valorar si la relación que le une con su subcontrata, es
de AJENEIDAD o de DEPENDENCIA ECONOMICA, conforme a lo visto en el
presente artículo, y que riesgos asume por un incorrecto encuadramiento de la misma.
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