357721. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LII, Pág. 150. DERECHOS HEREDITARIOS, TIEMPO EN QUE PUEDE HACERSE LEGALMENTE LA NOTIFICACION RELATIVA A LOS HEREDEROS, SOBRE LA ENAJENACION DE LOS (LEGISLACION DE PUEBLA). Los artículos 3632 y 3633 del Código Civil del Estado de Puebla, nada expresan ni indican en cuanto al tiempo en que deba darse a conocer a los coherederos la cesión de derechos hereditarios, ni tampoco establecen sanción alguna por la falta del aviso respectivo; pero si se tiene en cuenta que, legalmente, la herencia, antes de la partición, constituye una universalidad común, el silencio de los preceptos citados obliga a acudir a las disposiciones relativas contenidas en el artículo 2692 del propio ordenamiento, que habla de la venta de cosa indivisa, e instituye también el derecho del tanto a favor de los copropietarios, y como al final de este artículo se lee que: "Mientras no se haya hecho la notificación, la venta no producirá efecto legal alguno", es claro que esta frase claramente permite, por una parte, que la notificación se haga después de la venta, y por la otra, suspende, en rigor, los efectos de la enajenación, hasta que se de el aviso a los copropietarios, de donde se sigue, en relación con las demás disposiciones de este último artículo, que si el copropietario notificado, hace uso del derecho del tanto, la venta será inexistente, y como corolario obvio, que si no usa de tal derecho, la venta surtirá efectos desde el momento de la convención entre comprador y vendedor, de lo que se concluye que si el copropietario vendedor debe notificar a los demás copropietarios, la venta que tuviere convenida, y el heredero instruir a los demás coherederos, de la enajenación de su parte en la herencia, así como de las condiciones respectivas, y si la sanción legal de la falta de esa notificación, es que mientras no se haga, la venta o enajenación no produzca efecto legal alguno, resulta claro que si antes de tal notificación, el copropietario vendedor o heredero enajenante, llegó a un acuerdo con el comprador o adquirente, sobre el precio y demás elementos de la operación, convenio que pudo ser verbal, en documento privado o en escritura publica, según el caso, ya que la ley nada prescribe como forma especifica de la enajenación de herencia o de cosa indivisa, y si lo natural es que el aviso o notificación se dé antes de otorgar el documento correspondiente, para evitar gastos, si no subsiste la operación a virtud del uso del derecho del tanto, nada impide que las partes, a riesgo de incurrir en gastos infructuosos, quieran dar desde luego a la venta o enajenación la forma externa que exija la ley, en razón de la naturaleza de la cosa que constituye la copropiedad o la herencia, a fin de que entre ellas quede el contrato completamente perfeccionado, y dependiente tan sólo de la voluntad ajena que protege el derecho del tanto; por lo que si la notificación se hace con posterioridad al otorgamiento del documento, la única consecuencia es que el término para el uso del tan repetido derecho del tanto, no comience a correr sino hasta que aquella se realice, interpretación que no está en pugna con la naturaleza misma del derecho, cuya esencia es la facultad de adquirir una cosa con preferencia sobre otro comprador, teniendo la notificación como único fin, hacer saber las condiciones de la enajenación propalada, para que, con sujeción a las mismas, pueda hacerse uso del mismo derecho, fin que se cumple, ya sea haciendo la notificación antes de formalizar legalmente la venta, o después de llenarse esta formalidad. Amparo civil en revisión 1674/36. Cuautli Leoncio. 6 de abril de 1937. Unanimidad de cuatro votos. El Ministro Abenamar Eboli Paniagua no intervino en la resolución de este asunto por las razones que constan en el acta del día. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-