Oficio 220-048269 Del 08 de Abril de 2011

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Oficio 220-048269 Del 08 de Abril de 2011
Ref.: Radicación 2011- 03- 002502
Disolución y liquidación de sociedad, cuando su única socia ha abandonado la compañía (Se
transcribe oficio).
Aviso recibo del escrito en referencia, a través del cual pone de presente que “ “ Hace unos meses se
constituyó una Sociedad por Acciones Simplificada y su única Accionista está radicada en Italia, junto con mi
esposo somos los Representantes Legales. Resulta que no fue posible ejecutar su objeto social y la Accionista
manifestó que no estaba interesada en la Sociedad aquí en Colombia, le enviamos el poder para efectuar la
Disolución y liquidación, pero no ha vuelto a contestar ni llamadas, ni correos… .” , por lo que manifiestan que
no desean continuar representando a la sociedad ni tampoco efectuar los trámites legales y pregunta que
pueden hacer para desvincularse de la Sociedad y si es posible disolver y liquidar la sociedad.
En primer lugar, debo precisarle que en términos generales la disolución y liquidación sociedades anónimas
simplificadas – S. A. S.-, conforme los términos del Art. 35 y 36 de la Ley 1258 de 2008, debe realizarse
conforme al procedimiento señalado para la liquidación de las sociedades de responsabilidad limitada. Sin
embargo, como aquí de lo que se trata es la resolución de una situación en que el asociado ha abandonado
los negocios en el país, se requiere la remisión a las disposiciones generales, a las que deben acudir las
sociedades comerciales, cualquiera que sea el tipo societario, cuando se encuentren en situaciones
equivalentes (Art. 45 Ley 1258 Cit,).
Es así que frente a la situación de una sociedad con dos socios de nacionalidad y domicilio en España, que no
desarrolla el objeto social hace más de dos años y el máximo órgano social no han vuelto a reunirse, el
Despacho mediante Oficio 220- 041214 de 16 de marzo de este año, expresó:
“ (… .)
Como apoderada general manifiesta que no ha sido posible ubicarlos porque desconoce el lugar de residencia
y ha perdido contacto con ellos, lo que ha traído como consecuencia la parálisis total de la compañía.
Argumenta que conforme la doctrina de esta Superintendencia, la sociedad comercial se encuentra frente a
una causal de disolución, por imposibilidad de desarrollar su objeto social y parálisis del máximo órgano de la
sociedad (Num. 2 del artículo 218 del Código de Comercio), causal que no opera de manera automática o por
orden de alguna entidad.
Luego de revisar algunos pronunciamientos con la suplente del gerente, quienes están al frente de la
administración, acompañados del revisor fiscal, entre ellos, Oficio 220-40463 de julio 21 de 1998, Oficio 22063000 de 1 de diciembre de 2004 y oficio 220-36549 de 3 de septiembre de 2009, observan que los mismos
no aclaran el procedimiento a seguir en estos casos, por lo que pregunta ¿De qué manera se puede perfeccionar
dicha causal y llevarse a cabo el trámite respectivo? e inmediatamente formula las siguientes inquietudes:
“ 1. ¿Cuál es la solución jurídica o tramite respectivo proceder al inicio de la liquidación de una sociedad
comercial, como la de éste caso en que la misma se encuentra frente a una causal de disolución general por
imposibilidad total de seguir desarrollando su objeto social como consecuencia de una parálisis total del
máximo órgano de la sociedad, teniendo en cuenta que según la legislación colombiana, dicha causal debe ser
perfeccionada por el máximo órgano de la sociedad, pero, precisamente este no puede operar?.
2. ¿Cómo se puede llevar a liquidación dicha sociedad comercial?.
3. Si no es posible proceder al inicio de la liquidación esta ¿Deberá seguir sobreviviendo indefinidamente la
sociedad comercial hasta que llegue su fecha de vencimiento, como un ente estático, acéfalo y totalmente
paralizado, el cual no puede desarrollar su objeto social?, teniendo en cuenta que la misma tiene como fecha
de expiración el 31 de Diciembre de 2050.
4. La suscrita apoderada general fue nombrada por el representante legal del momento de iniciar actividades
la menciona da sociedad.
5. ¿Pueden los actuales administradores Suplente del Gerente y/o Apoderada General de la sociedad comercial
perfeccionar la causal de disolución respectiva y llevarla a su posterior liquidación?”
.
Para resolver la inquietud planteada, la cual se resume en la posibilidad de disolver y liquidar una compañía
cuando sus dos (2) únicos socios, no solo se encuentran en el exterior, desde donde podrían reunirse y tomar
decisiones conforme lo previsto en los artículos 19 y 20 de la Ley 222 de 1995, sino que al parecer han
abandonado sus negocios y no tienen intención de continuar desarrollando el objeto social para lo cual fue
constituida la compañía, es pertinente precisarle lo siguiente:
1. Como lo manifiesta en el escrito, los oficios consultados no resuelven la situación planteada, pues allí los
elementos de juicio son diferentes, pues si bien están orientados obviamente a disolver y liquidar la compañía,
el supuesto es que el máximo órgano social no se integra por ausencia de algunos de los asociados, de donde
la Entidad, luego del análisis de las normas que regulan el tema observa que al desparecer uno de los
elementos esenciales del contrato de sociedad, cual es el animo de permanecer asociado, procede la liquidación
judicial de que trata el artículo 627 del Código de Procedimiento Civil, mecanismo legal que requiere que la
petición al Juez de la República para que declare la disolución de la compañía y ordene la liquidación de la
misma, la formule cualquiera de los asociados.
2. Como puede observar la consultante, la situación antes descrita es diametralmente opuesta al tema en
consulta, pues aquí se ha perdido comunicación y contacto con los dos (2) únicos socios quienes han
desatendido de manera permanente el funcionamiento de la compañía, situación que evidencia el desinterés
y abandono de los negocios por quienes constituyeron la compañía, únicos legalmente llamados a tomar
decisiones en junta de socios, entre otros asuntos, reformar los estatuotas sociales (Art. 187, Núm.1º
concordante con el Art. 360 del C. de Co.)
En ese orden de ideas, ningún empleado o directivo de la compañía, menos aún la revisoría fiscal que tiene
funciones claramente determinadas en la ley que le impiden actuar a nombre de alguno de los asociados,
están investidos de facultades para actuar y/o representar los intereses de los asociados, a menos que medie
poder debidamente constituido por alguno de los asociados, para que en su nombre acuda a la justicia ordinaria
y solicite la disolución y liquidación de la compañía. Dicho en otras palabras, salvo que medie poder para tales
fines, no existe posibilidad legal alguna para que terceros sin interés jurídico gestionen la disolución y
liquidación de los bienes de la compañía.
Vale la pena precisar que la existencia del ente social continuará en el mundo jurídico hasta tanto el liquidador
inscriba en el registro mercantil el acta final de liquidación (Art. 247 C. de Co. concordante con el Art. 31 de
la Ley 1429 de 2010), luego de agotar las etapas procesales previstas a partir del artículo 225 del Cód Cit. En
el entretanto los administradores de la compañía y el revisor fiscal continuarán respondiendo por los deberes
y obligaciones que la ley y los estatutos les imponen.
Frente a la declaratoria de la causal, el Art. 24 de la Ley 1429 antes Cit. dispone “ … . Los asociados, por la
mayoría establecida en los estatutos o en la ley, deberán declarar disuelta la sociedad por ocurrencia
de la causal respectiva e inscribirán el acta en el registro mercantil.
(… .)
Cuando agotados los medios previstos en la ley o en el contrato para hacer la designación de liquidador, esta
no se haga, cualquiera de los asociados podrá acudir a la Superintendencia de Sociedades para que
designe al liquidador. La designación por parte del Superintendente procederá de manera inmediata, aunque
en los estatutos se hubiere pactado cláusula compromisoria.
(… .)” . (Negrilla no es del texto original).
De la preceptiva trascrita se colige que la declaratoria de la causal de disolución corresponde de manera
privativa a los socios reunidos en junta, decisión que debe ser adoptada con las mayorías previstas en la ley
o en los estatutos para las reformas estatutarias. Sin embargo, se insiste, de no ser posible llevar a cabo una
reunión presencial o no presencial para tales fines, el único mecanismo será la acción judicial prevista en el C.
de P. C. para lo cual obviamente se requiere que algunos de los socios actúe a través de apoderado
debidamente constituido, en el entre tanto la sociedad aunque inactiva continuará existiendo por tanto sujeto
de derechos, obligaciones y responsabilidades, al igual que sus administradores y el revisor fiscal frente a los
terceros (Arts. 22 y 23 de la Ley 222 de 1995).
Pese a que no se solicita el procedimiento para que cese la responsabilidad que el cargo de representante legal
y revisor fiscal imponen, se precisa observar los términos de la sentencia proferida el 29 de julio de 2003 por
la Corte Constitucional.
Así lo ha expresado la Entidad en diversos pronunciamientos, uno de ellos, Oficio 220-000528 de 4 de enero
del 2005, oportunidad en la que frente a la pregunta “ sí un representante legal que presentó e inscribió en el
registro mercantil la renuncia al cargo que venía desempeñando, sin que la sociedad haya provisto su
reemplazo, puede revocar un poder que en tal calidad había otorgado, para efecto de salvaguardar la
responsabilidad administrativa, procesal y judicial que conserva pese a su renuncia” ,manifiesto:
“ Previo a dar respuesta a su solicitud, resulta procedente traer a colación algunos apartes de la sentencia C621-, mediante la cual la Corte expresó lo siguiente: “ (....) Por todo lo anterior la Corte concluye que las
normas demandadas no pueden ser consideradas constitucionales, sino bajo el entendido de que la
responsabilidad que endilgan a los representantes legales y revisores fiscales salientes de sus cargos, mientras
se registra un nuevo nombramiento, no puede carecer de límites temporales y materiales. Dichos límites
temporales y materiales implican que: (i) Se reconozca que existe un derecho a que se cancele la
inscripción del nombramiento del representante legal o del revisor fiscal en todas las oportunidades en
que por cualquier circunstancia cesan en el ejercicio de sus funciones. Este derecho acarrea la
obligación correlativa de los órganos sociales competentes en cada caso, de proveer el reemplazo y registrar
el nuevo nombramiento. (ii) Para el nombramiento del reemplazo y el registro del nuevo nombramiento se
deben observar, en primer lugar, las previsiones contenidas en los estatutos sociales. (iii) Si los estatutos
sociales no prevén expresamente un término dentro del cual debe proveerse el reemplazo del
representante legal o del revisor fiscal saliente, los órganos sociales encargados de hacer el
nombramiento deberán producirlo dentro del plazo de treinta días, contados a partir del momento
de la renuncia, remoción, incapacidad, muerte, finalización del término estipulado, o cualquier otra
circunstancia que ponga fin al ejercicio del cargo. Durante este lapso la persona que lo viene
desempeñando continuará ejerciéndolo con la plenitud de las responsabilidades y derechos
inherentes a él. A esta conclusión arriba la Corte, aplicando por analogía las normas que regulan la
terminación del contrato de trabajo a término indefinido, contenidas en el artículo 47 del Código Sustantivo
del Trabajo, subrogado por el artículo 5º del Decreto Ley 2351 de 1956 Decreto Ley 2351 de 1965, artículo
5º, numeral 2º: “ El contrato a término indefinido tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le dieron
origen y la materia del trabajo. Con todo, el trabajador podrá darlo por terminado mediante aviso escrito con
antelación no inferior a treinta (30) días, para que el patrono lo remplace” . (iv) Pasado el término anterior
sin que el órgano social competente haya procedido a nombrar y registrar el nombramiento de un
nuevo representante legal o revisor fiscal, termina la responsabilidad legal del que cesa en el ejercicio
de esas funciones, incluida la responsabilidad penal. No obstante, para efectos de la cesación de la
responsabilidad a que se acaba de hacer
referencia, el representante legal o el revisor fiscal
saliente debe dar aviso a la Cámara de Comercio respectiva, a fin de que esa información se
incorpore en el certificado de existencia y representación legal correspondiente a la sociedad. (v)
Si vencido el término de treinta días y mediando la comunicación del interesado a la Cámara de
Comercio sobre la causa de su retiro no se produce y registra el nuevo nombramiento de quien reemplazará
al representante legal o al revisor fiscal saliente, éste seguirá figurando en el registro mercantil en
calidad de tal, pero únicamente para efectos procesales, judiciales o administrativos, sin perjuicio
de las acciones que pueda interponer en contra de la sociedad por los perjuicios que esta situación pueda
irrogarle. (vi) No obstante todo lo anterior, la falta de publicidad de la causa que da origen a la terminación
de la representación legal o de la revisoría fiscal, hace inoponible el acto o hecho frente a terceros, ante
quienes el representante legal o revisor fiscal que figure registrado como tal continuará respondiendo para
todos los efectos legales.
Los anteriores condicionamientos hacen que la permanencia en el registro mercantil de la inscripción del
nombre de quien venía ejerciendo la representación legal o la revisoría fiscal de la sociedad se mantenga una
vez producida la causa de su desvinculación, como una forma de garantía a los intereses de terceros y por
razones de seguridad jurídica. Empero, pasado el término de treinta días, y mediando comunicación
del interesado sobre el hecho de su desvinculación, dicha inscripción adquiere un carácter
meramente formal (....)” (Negrilla fuera de texto)” .
Para mayor información sobre temas societarios, se sugiere consultar la página de Internet de la Entidad
(www.supersociedades.gov.co), o examinar los libros de Doctrinas y Conceptos Jurídicos y Contables
publicados por la Entidad.
En los anteriores términos se ha dado respuesta a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos son
contemplados en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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