159 Breviario para mis nietos Ibrahim González-Urbaneja La Página de los Jueves Copyright © TXu 1-703-206 LA SEMANA SANTA Edición: Norka Salas LA SEMANA SANTA L a Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret o, lo que es igual, conmemorar sus últimos días; por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección. La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra la Eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección. Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión. La Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la luna llena astronómica. Por ello puede ser tan temprano como el 22 de marzo, o tan tarde como el 25 de abril. En algunos países se suspenden las labores docentes durante dos semanas que abarcan desde el sábado anterior al Viernes Santo hasta el segundo domingo después del Viernes Santo. La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, une el triunfo de Cristo –aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén y hoy en el rito de la procesión de las palmas por los cristianos– y el anuncio de la Pasión con la proclamación de la narración evangélica en la Misa. Los ramos son el signo de la participación gozosa en el rito procesional, la expresión de la fe en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, ese domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual. El pueblo hebreo celebra la Pascua en conmemoración de la víspera del éxodo de la opresión egipcia en busca de la Tierra Prometida por Dios a Abraham. 1411 Para los cristianos hoy día, la Pascua es el paso de Cristo de la Muerte a la Vida y es la más importante de las fiestas cristianas. El domingo anterior a la Pascua Judía, Jesús llega a Jerusalén para celebrar esta fiesta con sus discípulos. Al llegar es recibido como Mesías pero, a la semana, es condenado a muerte y crucificado. Se consuman así la redención del pecado y la victoria sobre la muerte. En la Semana Santa se recuerda la entrada triunfal a Jerusalén, la Última Cena, la Crucifixión y la Resurrección de Cristo. Durante el Triduo Pascual (jueves, viernes y sábado) se realizan las celebraciones centrales de Semana Santa. El Jueves Santo es una especie de «profecía» de la Pascua. En el Monte de los Olivos Jesús vive, concientemente y de manera anticipada, su Pasión y su Muerte. Este día se bendice el Santo Crisma, –que se utilizará hasta el siguiente Jueves Santo– , también se realiza la Misa de la Cena del Señor, en la que se recuerda la Última Cena que Jesús tuvo con sus amigos, los apóstoles. La Última Cena puede interpretarse como la instauración de la Misa. 1412 1413 Imágenes del Nazareno de San Pablo Viernes Santo es un día de silencio, pues se recuerda la Crucifixión de Cristo y es, por eso, el único día del año en que no se realiza misa. En su lugar se hace una celebración en la que se recuerda la Pasión del Señor, se reza por la salvación de todo el mundo y se adora la cruz. Una de las tradiciones populares que ha tomado mucha fuerza en la celebración del Viernes Santo es la representación en vivo del Vía Crucis El Sábado Santo por la noche se celebra la Solemne Vigilia Pascual o la Misa de Gloria. Es el punto final del Triduo Pascual. Cuando llega el momento de rezar la oración de Gloria se hacen repicar las campanas para anunciar a todo el mundo que Cristo resucitó. Según una antiquísima tradición los fieles cristianos encienden velas simbolizando la invitación de Cristo a su mesa. El Domingo Santo o de la Resurrección, es el día más importante del año litúrgico: se celebra la Resurrección de Cristo. La Resurrección es el fundamento de la fe en Jesús, ya que en ella se basa la esperanza de la salvación del mundo. La iglesia entera festeja el triunfo de Cristo sobre el pecado y es por ello que todas las iglesias se embellecen de flores y reúnen a toda la comunidad cristiana. El misterio de la Encarnación se completa con el misterio de la Redención. La conmemoración de tal acontecimiento otorga a los días de la Semana Santa el carácter de un tiempo sagrado. 1415 El Crisma. Los Santos Oleos, que se bendicen o consagran en la Misa Crismal matutina del Jueves Santo por el obispo, son de tres clases: el crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos. Esa misa crismal debe ser concelebrada. La sustancia de los óleos debe ser de aceite de oliva o de otros aceites vegetales si es difícil conseguir el de oliva. Al crisma se le añade algún bálsamo o aroma para obtener una fragancia simbólica y también por motivos prácticos: para distinguirlos de los otros óleos. La preparación del crisma se puede hacer privadamente antes de su consagración, o bien hacerla el obispo en la misma acción litúrgica. La consagración del crisma es de competencia exclusiva del obispo, sólo en caso de necesidad podría hacerlo un presbítero pero siempre dentro de la celebración del sacramento. Los párrocos tienen la obligación de recoger y custodiar dignamente los santos óleos para su uso en los sacramentos en los que se precisan. La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, cuando eran ungidos con el óleo de la consagración los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa «el Ungido del Señor». Del mismo modo se significa con el Santo Crisma que los cristianos, injertados por el bautismo en el misterio pascual de Cristo, han muerto, han sido sepultados y resucitados con él, participando de su sacerdocio real y profético, y recibiendo por la confirmación la unción espiritual del Espíritu Santo, que se les da. 1416 El crisma se consagra, los otros óleos solamente se bendicen. Hay que aclarar que no es lo mismo bendecir (benedicere, o sea desear algo bueno) que consagrar (hacer sagrada una cosa). La palabra «crisma» es griega y denomina un ungüento aromático mezcla de aceite y bálsamo oloroso. Su etimología proviene de «chrio», ungir, que ha dado origen al término «Cristos» que significa «El Ungido». De ahí deriva la palabra Cristo, con la que designamos al Salvador. El sacerdote encargado de su custodia debe velar para que se renueve cada año. Los óleos del año anterior deben quemarse o si sobran en gran cantidad pueden consumirse en alguna lámpara. No obstante, si no hubiese disponible el del año, el sacramento impartido con él sería válido. ¿Cuándo se usa el Santo Crisma? El crisma, que es bendecido y consagrado por el obispo se utiliza para el sacramento del bautismo. Con este crisma son ungidos los nuevos bautizados en la frente luego de recibir el agua en la pila bautismal. También son signados en la frente los que reciben la confirmación para significar la donación del Espíritu. En la ordenación de presbíteros y obispos se ungen las manos de los presbíteros y la cabeza de los obispos. Por último con el crisma se ungen las paredes y los altares en el rito de la consagración de iglesias. Con el óleo de los catecúmenos se preparan y disponen para el bautismo los mismos catecúmenos. Este óleo extiende el efecto de los exorcismos, para que los bautizandos reciban la fuerza para renunciar al diablo y al pecado, antes de que se acerquen y renazcan de la fuente de la vida. Con el óleo de los enfermos, en el rito hoy llamado de Unción de enfermos y antes Extremaunción, éstos son aliviados en sus enfermedades. 1417