ARBOLES EN EL UNIVERSO Como todas las mañanas, Alejandro

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ARBOLES EN EL UNIVERSO
Como todas las mañanas, Alejandro se dispone a desplazarse al Centro Integrado para la
Dependencia de la calle Extremadura de Valladolid, lugar donde trabaja su padre. Es un día gris del
mes de Noviembre, como cada otoño, las hojas marrones caídas de los árboles del jardín que hay
en la puerta del centro y a la orilla del río Pisuerga, cubren como un manto todo el suelo. Las
nubes, amenazan con lluvia, los patos nadan unos tras otros río arriba. De fondo, el sonido del
agua del río, el cantar de los pájaros que sobrevuelan los árboles, de los coches y de la gente .
Sentado en uno de los bancos que hay debajo de los árboles con la vista al río y perdido en el
sonido de la naturaleza, Manuel, su padre, espera impaciente a su hijo y al perro de este, cuando de
repente, un ladrido interrumpe su silencio, al girar la cabeza, ve que el niño se acerca a él guiado
por su perro y con una bolsa en la mano.
Hola hijo, ¿ que tal estas?¿ que tal el día? - le preguntó el padre al niño con una sonrisa al ver que
este se acercaba a él arrastrado por el perro- .
Bien papa, bien, hoy mama te hizo un bocadillo de tortilla, como a ti tanto te gusta.- contestó el
niño a la vez que le entregaba la bolsa a su padre-.
Muy bien, muy bien, no olvides agradecérselo cuando vuelvas a casa ¿ vale? - le dijo el padre a la
vez que sentaba al niño en sus pies y se disponía a comerse el bocadillo, que sujetaba con una
mano, pues con la otra, sujetaba al niño por la cintura-.
¿Quieres?- le pregunta el padre-.
No, gracias, mama me hizo a mi uno que me comí antes de salir de casa, ¡ estaba buenísimo... !.
Si que lo está,- asintió su padre con la cabeza-.
El niño, le pasa la única mano libre por el rostro de su padre, pues en la otra sujetaba la correa del
perro, al llegar al oído, nota que este le mete el dedo tocando el audífono.
-Papa, ¿ que es eso que tienes dentro de los oídos?.- Le pregunta el niño al padre-,
El padre, con la imaginación en el pasado y la mirada perdida en el infinito, cambia la mirada
hacia el niño y se dispone a preguntarle:¿ Te refieres a estos tapones, hijo?
-Si papa, a estos tapones -le contesta el niño indicándole con el dedo-.
Pues estos tapones, como tu les llamas, pero que en realidad se llaman audífonos, son mis oídos.
¿Tus oídos? -pregunta el niño-.
Y ¿ por que tus oídos no son como los míos? ¿ por que yo no tengo audífonos?- pregunta el niño-.
Por que tu oyes bien y no los necesitas, en cambio yo, oigo gracias a ellos y es por eso por lo que
son mis oídos, aunque en realidad, es un aparato inventado por el hombre para que aquellas
personas que tienen falta de audición puedan oír bien.¿ comprendes cariño?.
-Alejandro asintió con la cabeza y seguidamente preguntó entonces a su padre-.
! Ah..!, ¿ y por que tu no oyes bien sin los audífonos, papa?
Bueno, digamos que fue voluntad de Dios que yo naciese sin oír bien o dejase de oír en el
camino....
-¿La voluntad de Dios..? no entiendo..
-Si cariño, la voluntad de Dios. No olvides nunca que existe una mano que guía nuestros pasos,
esta mano es Dios. El siempre nos conducirá según su voluntad. Todo cuanto sucede en la vida,
sucede por alguna razón, e incluso, todo aquello malo cuanto existe en el mundo podrá tener alguna
razón, aunque no siempre los hombres sabríamos darle una explicación, pero estoy seguro que la
tiene.
- El niño, intrigado por cuanto le decía su padre, se dispone a preguntarle:
Pero Papa, Dios se supone que es bueno¿ no?, al menos es lo que dice mama, si eso es así
¿entonces por que te quita a ti los oídos? y ¿por que deja que pasen tantas cosas malas en el mundo
como salen en la tele? ¿por que hay tantas enfermedades con las que muere tanta gente? ¿ por que
consiente tanta hambre y tanta miseria a tantas personas? y ¿ que me dices de esas guerras que
tantas veces cuenta el abuelo en las que tanta gente muere?. ¿ Donde está Dios para evitar todo
esto....?
-El padre suelta un suspiro y a continuación le dice al niño-.
-Haber mi amor...., como ya te he dicho antes, no todo a de tener una explicación, y si la tiene, no
siempre sabremos dar con ella, pero hijo... a veces, es el hombre quien provoca en el mundo tanto
mal, tantas enfermedades y tantas muertes ¿comprendes?.
Yo creo que Dios es bueno y generoso al menos, con nosotros lo ha sido, aunque te sorprenda
que me quitase mis oídos.
El niño no comprendía como el padre podría hablar de esa manera de Dios.... cuando este, había
sido tan injusto con él, y motivado por la curiosidad le exige a su padre que le diera una razón para
comprender todo cuanto este le decía. El padre, que no le quitaba ojo al niño, prosiguió diciéndole:
- Bien, no te daré una razón nada mas, sino varias, para entender todo cuanto te voy a decir, has de
prestar mucha atención. Si piensas siempre en positivo, veras las cosas de otra manera a la que tu
me las has planteado, por ejemplo, piensa que Dios, solo me quitó una capacidad, la de oír bien, y
que por ello, yo soy Discapacitado, es decir, soy menos capacitado porque no oigo bien o por que
oigo menos que otras personas, ¿vale? - el niño asiente con la cabeza sin decir nada-, pero como te
decía, si piensas en positivo podrás comprobar que me dio otras muchas capacidades, tantas que
podría considerarme una persona muy rica, muchas de ellas, las personas totalmente capacitadas,
no han sabido hacer uso de ellas porque ignoran que las tienen, por no haberle surgido
la
necesidad de hacer uso de ellas, o bien, por pereza y conformismo y escasez de esfuerzo.
Nosotros, los discapacitados, al contrario que ellos, estamos obligados a saber y hacer uso de ellas.
Las necesidades nos han obligado a buscar y sacar lo mejor de nosotros mismos, haciendo
un
buen uso de todas nuestras capacidades y estoy seguro, que todavía tengo muchas otras que aun
desconozco, ¿comprendes cariño?
- El chico, asombrado por la respuesta que le había dado su padre, asentía con la cabeza y el padre
le cogía el rostro con sus dos manos, mirándolo fijamente, le diceSabes hijo, los Discapacitados, también somos árboles en el universo, pero hemos tenido
que
esforzarnos y luchar mucho, sacrificarnos más que los demás porque no podíamos quedarnos
atrás, la sociedad no perdona, por ello, nos hemos ocupado del problema en vez de preocuparnos,
hemos aprendido a levantarnos después de caer. Los Discapacitados, hemos aprendido que cuando
nos encontremos una montañas en el camino, no basta con pedirle a Dios que nos la quite del
medio, no, nosotros pedimos fuerza para escalarla. Hemos aprendido a amar,
a perdonar, a
agradecer y a ayudar, ayudar a quien necesite de nosotros. Bien sabes tu, que yo y otros muchos
como yo, en mi trabajo, ayudamos a otras personas, a las personas mayores que por el desgaste
físico y psicológico y por el paso de los años, ya no se valen por si solas y necesitan de otras. Hoy
estas personas, gracias a nosotros, hacen una vida normal y mas fácil y lo mas bonito de esto, su
agradecimiento, siempre con su sonrisa, su felicidad y su cariño. Del mismo modo que nosotros ,
ellos también aportan algo útil a otras personas, son personas mayores, tienen años, han vivido
mucho y por lo tanto, tienen experiencia, saben de la vida, pueden enseñar a los jóvenes de lo ya
vivido, o simplemente, como te he dicho, pueden enseñarnos a como agradecer a quienes nos
ayudan con una sonrisa y con cariño. Dios hizo al hombre para amar, agradecer y ser agradecidos,
es su voluntad, por ejemplo, tu perrito, Micky ¿a que te agradece todo cuanto haces por él?-- el niño
asiente con la cabeza acariciando a la vez al perro-. El te agradece cuando le das de comer, cuando
le das de beber, cuando juegas con el, cuando lo abrazas¿ verdad?.
- Si papa, verdad - contesta el niño sin dejar de acariciar al perro y motivado por cuanto le decía su
padre, se decide a volver preguntarle- ¿ Tu crees papa que algún día yo podré ayudar a otras personas?,
Desde luego que si, de la misma manera que yo, tu también podrás ayudar a las personas que
necesiten de ti y estoy seguro que cuando se te presente esa oportunidad, sacaras lo mejor de ti
mismo para cada momento y circunstancia y aprenderás a superar todos los obstáculos que se te
presenten en el camino, y con la ayuda de Dios, sacarás de ti la fuerza que te ayudará a escalar
todas aquellas montañas que vayas encontrando en el camino.
Recuerda que lo mas importante en esta vida, no es precisamente tener las mejores cartas, sino jugar
bien las que posees, por ello, buscaras en ti y para cada momento y circunstancias que lo necesites,
las mejores de tus cualidades y de tus capacidades, para hacer uso de ellas y no olvides nunca, que a
pesar de tus esfuerzos, algunas veces caerás, eso te hará sentir mal, te dejará débil y sin ganas de
seguir, porque caer tras un largo esfuerzo es duro, pero es peor todavía no haber intentado
levantarse. Has de pensar, que no se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos, por
lo tanto, cuando esto ocurra no te abandonaras, porque abandonar algo podría tener justificación,
pero abandonarse, nunca.¿ Entiendes todo cuanto de digo, hijo?, -pregunta el padre al niño-.
-Lo entiendo, Papa, y ¿ Sabes que ?, -le dice el niño a su padre con la mano acariciando a su perroQue ahora que lo pienso... llevas razón, a mi me pasa con Micky, él me guía y me ayuda, yo se lo
agradezco con caricias, con mimos, le doy premios y él siempre se deja, a pesar de ello, me lame,
supongo que eso sera en él la sonrisa de la que me hablabas... ahora lo entiendo.
- Sin dejar de acariciar al animal, el niño, curioso , vuelve a preguntarle a su padre - y tú Papa,
¿tienes a alguien a quien agradecer algo que halla hecho por ti? o ¿ a ti nunca te ha ayudado
nadie?
-El padre sonriente, coge la mano de su hijo y con cariño, se la pasa por el pecho y posando la
vista al infinito, le dice-:
A muchas personas, cariño, entre ellas, a mi empresa, Clece e integra que como a mí, le da la
oportunidad de trabajar a otros muchos discapacitados. Pero a quien mas he de agradecer por lo que
han hecho por mi durante toda mi vida, son a ellos cariño, a los abuelos.
-¿ Los abuelos, Papa?,- pregunta el niño-,
Si hijo, a los abuelos, a ellos que han hecho de mi todo cuanto soy, a ellos que han hecho que
nunca me sintiese diferente a los demás por mi sordera, a ellos que me enseñaron el camino.
A Ella, que hizo mejor este mundo durante todos y cada unos de los días de toda su vida,
dedicándome todo su amor y su cariño a mi, a mis hermanos y a su marido. Nos dedicó por entero
su vida con los valores de la libertad y la fidelidad, de la responsabilidad, del trabajo, del
esfuerzo,del gusto por lo bien hecho, de la solidaridad. Y todo, con la dulzura precisa, con el amor
necesario, con el esfuerzo debido, con la prudencia del silencio, de la palabra hallada y firme. Ella
recorrió las calles de su vida con pasos cortos, seguros, decididos, insobornables, en la dirección
que la necesidad marcaba, con los principios que su corazón y su mente dictaban casi al unísono,
pues no había tiempo para divagaciones la mayoría de las veces.
Y junto a ella, Él, el abuelo, prudente y protector, maestro de paciencia infinita, trabajador y con la
mirada siempre puesta más allá del poniente, con las manos llenas de durezas de antaño, de venas y
piel arrugada. EL, la otra parte de ella, con la que ha recorrido los mismos caminos, ganándose el
respeto con sacrificio y pasos seguros, con orgullo, con el bien hacer de las cosas.
-El niño, tras una larga pausa en silencio, le pasa a su padre el brazo por el cuello, le brinda un beso
en la cara-.
Los quieres mucho¿ verdad papa?,- le pregunta el niño-
-Mucho cariño, mucho – le contesta al padre con los ojos lagrimosos -Yo también te quiero mucho a ti, papa, - añadió el niño-.
Lo se cariño – le dice el padre con lágrimas por el recuerdo-.
Te contaré un secreto, pero has de prometerme que no se lo dirás a mama,
¿Un secreto? - le pregunta el padre con una leve sonrisa en los labios- ! Vaya!, ! Cuéntame!,
Pues que te quiero a ti más que a mama, - le dice el niño acercando la boca al oído del padre y en
voz baja¿ Más que a mama? - pregunta el padre sorprendido- ¿como es eso?. Tu sabes que mama también
te quiere mucho, tanto como yo, - le dice el padreLo sé... pero yo te quiero a ti mas.- insiste el niñoBueno, me alegro por eso, me haces feliz por ello, – dijo el padre tras vacilar un instantePero has de saber algo sobre los secretos.- vacila el padre¿Saber?, ¿que tengo que saber de los secretos? – pregunta el niño sorprendido por el comentarioPues has de saber que cuando uno revela un secreto a otra persona, no podrá pedirle discreción, ¿Ah, no? ¿por que no? - pregunta el niño-, pues porque uno mismo no la ha tenido.
Es verdad... nunca había caído en eso – comentó en voz baja y sorprendido el niñobueno, no te preocupes, como tu, hay mucha otras personas que todavía no han caído – añadió el
padre –,con el tiempo tu iras aprendiendo muchas mas cosas que yo te enseñaré.
-Y ahora, he de llevarte a casa, el cielo amenaza con llover y se acerca la hora de volver al trabajo,
por lo tanto, coge a Micky y pongámonos en marcha.
-El niño sujetando la correa de su perro con una mano, se incorpora y con la otra coge la mano de
su padre y se disponen a caminar, tras dar unos pasos, el niño se detiene, gira la cabeza hacia su
padre y le pregunta: Papa, ¿ tu crees que algún día, Dios me devolverá mis ojos.........?
FIN.
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