AMPARO DIRECTO 1185/2010. Número de registro: 22919 Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Tomo XXXIII, Junio de 2011 Página: 1531 AMPARO DIRECTO 1185/2010. **********. CONSIDERANDO: CUARTO.-De los antecedentes transcritos destaca que ********** demandaron de ********** el pago de la indemnización constitucional, salarios caídos y otras prestaciones, por haber sido despedidas el primero de febrero de dos mil siete. Señalaron que fueron contratadas para laborar en una jornada comprendida de las 09:00 a las 17:00 horas, de lunes a sábado, pero que las hicieron trabajar hasta las 19:00 horas; con dos horas intermedias para descansar, la primera, de las 11:00 a las 12:00 y la segunda de las 15:00 a las 16:00 horas, dentro de las instalaciones de trabajo y a las órdenes del patrón. La demandada negó que hubiera despedido a las actoras, pero ofreció el trabajo admitiendo las categorías y el salario que adujeron, refutando la jornada, pues afirmó que laboraron de las 09:00 a las 18:00 horas de lunes a viernes, y los sábados de las 09:00 a las 15:00 horas, con dos horas para descansar, de las 11:00 a las 12:00 y de las 15:00 a las 16:00 horas, de lunes a viernes, y los sábados de las 11:00 a las 12:00 horas, pero fuera del centro de labor, y que no excedieron en la jornada legal de 48 horas. La Junta calificó de buena fe la propuesta, por lo que revirtió la carga probatoria a las actoras. Alegan las inconformes que la Junta emitió un laudo ilegal, porque calificó el ofrecimiento del trabajo de buena fe y les revirtió la carga de la prueba, lo que les causó perjuicio, porque el horario con el que se les ofreció, comprendido de las nueve a las dieciocho horas, de lunes a viernes y el sábado de las nueve a las quince horas, no era jornada legal, por lo que se debió calificar de mala fe la oferta. Los argumentos reseñados resultan fundados. Conforme a la relatoría de antecedentes, las actoras coincidieron en señalar que laboraban en una jornada comprendida de las nueve a las diecisiete horas, de lunes a sábado, con dos horas intermedias para descansar, la primera, de las once a las doce y la segunda, de las quince a las dieciséis horas, dentro de las instalaciones de trabajo y a las órdenes del patrón, mientras que -1- AMPARO DIRECTO 1185/2010. la demandada ofertó el trabajo con un horario comprendido de las nueve a las dieciocho horas, de lunes a viernes y los sábados de las nueve a las quince horas, con dos horas para descansar, de las once a las doce, y de las quince a las dieciséis horas, de lunes a viernes y los sábados de las once a las doce horas, pero fuera del centro de labor. Como se adelantó, la responsable consideró de buena fe la oferta, determinación que fue incorrecta, por las siguientes consideraciones: De los artículos 59 a 66 de la Ley Federal del Trabajo se desprenden las modalidades en que se puede desarrollar la jornada de trabajo, de las que destaca, para el caso que se analiza, la continua, que la ley no define pero no significa ininterrumpida, puesto que impone un descanso de media hora, y la discontinua, cuya característica principal es la interrupción del trabajo de tal manera que el trabajador pueda, libremente, disponer del tiempo intermedio, lapso durante el cual no queda a disposición del patrón. En la especie, la propuesta versó sobre un horario que iba de las nueve a las dieciocho horas, de lunes a viernes y los sábados de las nueve a las quince horas; de lunes a viernes, con dos horas para descansar, de las once a las doce, y de las quince a las dieciséis horas; y los sábados, una de descanso, de las once a las doce horas, todas, fuera de la fuente de trabajo. Dicha jornada se encuentra fuera de los límites legales, en virtud de que de las nueve a las dieciocho horas, median nueve horas diarias, por los cinco días que van de lunes a viernes, resultan cuarenta y cinco, que rebasan las ocho horas diarias que establece la ley y no respeta el principio de duración máxima a la semana de cuarenta y ocho horas, ya que además se propuso laborar también los sábados de las nueve a las quince horas, que dan seis horas, que sumadas a las cuarenta y cinco anteriores, resultan un total de cincuenta y un horas semanales. Lo anterior, con independencia de que se hayan propuesto periodos de descanso de dos horas intermedias, de lunes a viernes, y una los sábados, ya que cabe señalar que el horario propuesto se trató de una jornada continua, que como se precisó, aun cuando la ley no define, no significa que sea ininterrumpida, puesto que en ella se impone un descanso de media hora, por lo menos, conforme al artículo 63 de la legislación laboral; por ende, como durante una jornada continua el trabajador tiene derecho a "interrumpirla", media hora por lo menos, independientemente de que ese lapso se disfrute dentro o fuera del centro de trabajo, para que sea calificado de buena fe el ofrecimiento de trabajo que se haga con el máximo legal de la jornada, debe incluir esa media hora y no exceder la jornada máxima de ocho horas si se trata de jornada diurna, o bien, aquella que corresponda a la nocturna o mixta, según sea el caso, o bien, de la máxima semanal cuando se haya pactado el descanso sabatino. Ilustra lo anterior, la tesis 2a. XCVII/95, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte -2- AMPARO DIRECTO 1185/2010. de Justicia de la Nación, registro 200710, que aparece en la página 311, Tomo II, octubre de 1995, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que a la letra establece: "JORNADA DE TRABAJO. MODALIDADES EN QUE SE PUEDE DESARROLLAR.-De la interpretación de los artículos 59 a 66 de la Ley Federal del Trabajo, se desprenden diversas modalidades en que se puede desarrollar la jornada de trabajo, destacándose la diurna que es la comprendida entre las seis y las veinte horas, dentro de la cual la duración máxima es de ocho horas; la mixta, que comprende periodos de las jornadas diurna y nocturna, siempre que el periodo nocturno sea menor de tres horas y media, porque si no, se reputará jornada nocturna; jornada mixta cuya duración máxima es de siete horas y media; la nocturna, cuyos límites son de las veinte a las seis horas y tiene una duración máxima de siete horas; la continua, que la ley no define pero no significa ininterrumpida puesto que impone un descanso de media hora; la discontinua, cuya característica principal es la interrupción del trabajo de tal manera que el trabajador pueda, libremente, disponer del tiempo intermedio, lapso durante el cual no queda a disposición del patrón; la especial, que es la que excede de la jornada diaria mayor pero respeta el principio constitucional de duración máxima de la jornada semanal de cuarenta y ocho horas, si con ello se consigue el reposo del sábado en la tarde o cualquier otra modalidad equivalente que beneficie al trabajador; la extraordinaria que es la que se prolonga más allá de sus límites ordinarios por circunstancias excepcionales y que no podrá exceder de tres horas diarias ni de tres veces en una semana; y la emergente que es la que se cumple más allá del límite ordinario en los casos de siniestro o riesgo inminente en que peligre la vida del trabajador, de sus compañeros o del patrón, o la existencia misma del centro de trabajo." Asimismo, se reproduce la jurisprudencia 2a./J. 174/2006, registro 173748, sustentada por la citada Segunda Sala, localizable en la página 201, Tomo XXIV, diciembre de 2006, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto siguientes: "JORNADA SEMANAL. EN LA DISTRIBUCIÓN DE LAS HORAS QUE LA CONFORMAN, SE PRESUME LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 59 DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO.-En virtud de que el contrato de trabajo es un acto consensual, para cuya validez la ley no exige formalidad alguna, y de que el citado precepto legal permite una jornada especial que podrá exceder de ocho horas la diurna, siete la nocturna y siete horas y media la mixta; cuando en el juicio no existe conflicto respecto del desempeño en esa jornada, que excede de la jornada diaria mayor pero respeta el principio constitucional de duración máxima de la jornada diurna semanal de cuarenta y ocho horas, deberá presumirse que las partes acordaron tal evento, independientemente de que exista un convenio escrito, bastando la prueba del hecho de que así se ha desempeñado el trabajo sin inconformidad expresa del trabajador, pues ello implica la aplicación de las modalidades previstas en el artículo 59 de la Ley Federal del Trabajo; sin embargo, de existir desacuerdo entre las partes -3- AMPARO DIRECTO 1185/2010. respecto del reparto de tal jornada, corresponde al patrón demostrar ese hecho mediante los medios de prueba respectivos, por disposición expresa del artículo 784, fracción VIII, de la Ley citada, que le obliga a demostrar la duración de la jornada de trabajo." Como se anticipó, en este asunto la empresa demandada ofreció el trabajo con una jornada que no debió ser considerada como legal, puesto que no obstante que las actoras contarían con dos lapsos de descanso intermedio entre el horario comprendido de lunes a viernes y una hora los sábados, no respetó el principio de duración máxima a la semana de cuarenta y ocho horas ya que, se insiste, se trató de un horario de cincuenta y un horas semanales. Apoya esta consideración, aplicada a contrario sensu, la jurisprudencia 4a./J. 43/93, registro 207748, que sustentó la anterior Cuarta Sala del Alto Tribunal, página 22, de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 71, noviembre de 1993, que dice así: "OFRECIMIENTO DEL TRABAJO. EL CONTROVERTIRSE LA DURACIÓN DE LA JORNADA, EN BENEFICIO DEL TRABAJADOR, NO IMPLICA MALA FE EN ÉL.-El hecho de que la parte demandada niegue el despido y a la vez controvierta algún hecho de la demanda, como lo es la duración de la jornada laboral, sosteniendo que el trabajador desempeñaba una menor a la aducida, o sea, la jornada legal y, en esos términos, ofrezca el trabajo, no implica mala fe, pues una oferta acorde a las condiciones legales, esto es, dentro de los máximos que la Ley Federal del Trabajo establece, es legalmente válida, y dado que la propuesta de ofrecimiento del trabajo no se califica atendiendo a fórmulas rígidas o abstractas, sino de acuerdo a los antecedentes del caso, a la conducta de las partes y a todas las circunstancias que permitan concluir de manera prudente y racional, si la oferta revela, efectivamente, la intención del patrón de continuar la relación laboral, resulta innecesario exigir, para estimar que el ofrecimiento es de buena fe, que la demandada acredite la duración de la jornada que desempeñaba el actor, pues al ofrecer el trabajo con una jornada de duración menor, pero dentro de los límites legales, no altera dolosamente las condiciones de trabajo, independientemente de que, si durante la secuela del proceso queda establecido que el trabajador laboró una jornada mayor de la legal, el tiempo en exceso se pague como si se tratara de tiempo extraordinario." Conviene reiterar que el horario propuesto se trató de una jornada continua, pues no debe soslayarse que se señaló que sería de las nueve a las dieciocho horas de lunes a viernes, y de nueve a quince horas los sábados y de acuerdo a la jurisprudencia del Alto Tribunal, resulta independiente que entre la jornada diaria se haya especificado, como en el caso, un descanso de dos horas, de lunes a viernes, y una los sábados, fuera de las instalaciones de la fuente de trabajo, pues para que el ofrecimiento fuera calificado de buena fe, ese descanso a que se refiere el artículo 63 de la Ley Federal del Trabajo, debía ser computado dentro del máximo legal de ocho horas, lo cual no sucedió en la especie, ya que dicha jornada constaba de nueve -4- AMPARO DIRECTO 1185/2010. horas al día, de lunes a viernes, y los sábados, de nueve a quince horas (seis horas), con independencia de que los descansos se disfrutaran dentro o fuera de la fuente laboral. La jurisprudencia de que se trata es la 2a./J. 84/2007, sostenida por la Segunda Sala del Alto Tribunal, registro 172537, que puede consultarse en la página 851, Tomo XXV, mayo de 2007, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que establece: "DESCANSO DE MEDIA HORA EN JORNADA CONTINUA. DEBE SER COMPUTADO DENTRO DE ÉSTA PARA QUE EL OFRECIMIENTO DE TRABAJO QUE SE HAGA CON EL MÁXIMO LEGAL SEA CALIFICADO DE BUENA FE.-La media hora de descanso que debe concederse al trabajador durante la jornada continua, conforme al artículo 63 de la Ley Federal del Trabajo, forma parte de la jornada laboral por ser una prerrogativa mínima reconocida al obrero y, por tanto, debe ser computada dentro de la misma y remunerada como parte del salario ordinario, independientemente de que ese lapso se disfrute dentro o fuera del centro de trabajo, quedando a elección del trabajador permanecer o salir de él; así, para que sea calificado de buena fe el ofrecimiento de trabajo que se haga con el máximo legal de la jornada, debe incluir esa media hora." Con similares argumentos, este Tribunal Colegiado resolvió los juicios de amparo **********, promovidos por **********, respectivamente, resueltos, en su orden, en las sesiones de once de enero de dos mil ocho, cuatro de junio de dos mil nueve y dieciséis de agosto de dos mil diez, en los que se sostuvo medularmente que en una jornada continua legal de ocho horas diarias, el lapso de descanso con que se proponga volver al trabajo, debe estar comprendido dentro de ese horario, por lo que si en el ofrecimiento de trabajo no se respetó esa disposición, debe ser calificado de mala fe. De lo hasta aquí expuesto, se debe dejar asentado que en la tesis aislada 2a. XCVII/95, de rubro: "JORNADA DE TRABAJO. MODALIDADES EN QUE SE PUEDE DESARROLLAR.", la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respecto de la jornada continua, asentó que la ley no define, aunque se menciona en el artículo 63 de la ley laboral (a propósito del descanso de media hora), y que es un concepto que expresa la idea de que desde la hora en que se inicia la jornada y aquella en que concluye, el trabajador se encuentra a disposición del patrón, pues continuo no significa ininterrumpido, ya que el trabajador tendrá derecho a un descanso de media hora, por lo menos; y en relación con la jornada discontinua, que su característica principal es la interrupción del trabajo, de tal manera que el trabajador pueda, libremente, disponer del tiempo intermedio, lapso durante el cual no queda a disposición del patrón; asimismo, en la jurisprudencia 2a./J. 84/2007, de rubro: "DESCANSO DE MEDIA HORA EN JORNADA CONTINUA. DEBE SER COMPUTADO DENTRO DE ÉSTA PARA QUE EL OFRECIMIENTO DE TRABAJO QUE SE HAGA CON EL MÁXIMO LEGAL SEA CALIFICADO DE BUENA FE.", dejó en claro que durante una jornada continua el trabajador tiene derecho a "interrumpirla", -5- AMPARO DIRECTO 1185/2010. media hora por lo menos, independientemente de que ese lapso se disfrute dentro o fuera del centro de labores, y que para que sea calificado de buena fe el ofrecimiento de trabajo que se haga con el máximo legal de la jornada, debe incluir esa media hora. De lo anterior se concluye que la jornada continua debe entenderse como aquella que en principio el patrón precisa en forma corrida, ya sea comprendiendo la jornada máxima legal de ocho horas diarias o más, con independencia de la mayor o menor temporalidad del lapso que se permita dentro de ella para descansar, de tal manera que por el solo hecho de que ese periodo supere en cualquier medida la media hora a que alude el artículo 63, no debe estimarse que se está en presencia de una jornada discontinua, porque ello contrariaría a la citada jurisprudencia 2a./J. 84/2007. Por el contrario, la jornada discontinua es aquella que se ofrece en periodos diarios interrumpidos, en la que el operario, dentro del horario específico que se estipula, interrumpe sus labores siempre a la misma hora, de manera tal que cuenta con la libertad de disponer de ese tiempo intermedio en el que no está a disposición del patrón, para reincorporarse nuevamente a la hora que previamente se asignó para su regreso, sin que ese entreacto se entienda como tiempo de descanso, pues así no se encuentra convenido en el horario respectivo; para ilustrar lo anterior, conviene citar el ejemplo de una empresa que propone volver al trabajo con una jornada que comienza a las ocho horas y se interrumpe a las doce, para luego reiniciar a las catorce y concluir a las dieciocho, determinándose así que tal horario comprende dos periodos, pues tiene la peculiaridad de suspender el trabajo sin que la patronal pueda disponer del obrero. Por las razones apuntadas, en la especie, la oferta debió ser calificada de mala fe, por lo que al no observarlo de esta manera, la Junta responsable violó garantías individuales en perjuicio de la ahora quejosa. Consecuentemente, ha lugar a conceder el amparo solicitado para el efecto de que la Junta deje insubsistente el laudo reclamado y emita otro en el que, sin perjuicio de reiterar los aspectos resueltos en definitiva y que no son materia de la presente concesión, califique de mala fe la oferta de trabajo de la demandada **********, porque la propuso con una jornada que excede de los límites legales, y, por tanto, prescinda de fijarle a la actora la carga para demostrar la existencia del despido y se la imponga a esa demandada a fin de que lo desvirtúe; hecho que sea, con libertad de jurisdicción, resuelva la controversia planteada. Dados los efectos por los que se concede el amparo impetrado, resulta innecesario el análisis de los restantes conceptos de violación relativos a combatir la absolución de la prima de antigüedad. Lo anterior con apoyo en la tesis 168, de la Segunda Sala de nuestro Más Alto Tribunal, que aparece visible en la página 113 del Apéndice de 1995, Tomo VI, Materia Común, Parte Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece: -6- AMPARO DIRECTO 1185/2010. "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. CUANDO SU ESTUDIO ES INNECESARIO.-Si el amparo que se concede por uno de los capítulos de queja, trae por consecuencia que se nulifiquen los otros actos que se reclaman, es inútil decidir sobre éstos." Por lo expuesto y, con apoyo, además, en los artículos 76, 77, 78, 79, 80, 158, 184 y 190 de la Ley de Amparo, se resuelve: ÚNICO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a **********, contra el acto de la Junta Especial Número Doce de la Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, consistente en el laudo pronunciado el treinta de junio de dos mil nueve, en el juicio laboral **********, seguido por las quejosas contra **********. El amparo se concede para los efectos precisados en la parte final del último considerando de la presente ejecutoria. Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al lugar de origen; háganse las anotaciones correspondientes en el libro de gobierno de este tribunal y, en su oportunidad, archívese el expediente. Así, con las adiciones y reformas propuestas en la sesión, por mayoría de votos, lo resolvió el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito, que integran los Magistrados María del Rosario Mota Cienfuegos, José Manuel Hernández Saldaña y Héctor Landa Razo. Fue relator el tercero de los nombrados. El Magistrado Héctor Landa Razo emitió voto particular que se transcribe al final de esta ejecutoria. En términos de lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como los numerales 77, 78 y 79, del Acuerdo General 84/2008 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos. -7-