DISERTACIÓN DEL DOCTOR JULIO DE GIOVANNI EN LAS IV JORNADAS NACIONALES DERL FORO FEDERAL DE CONSEJOS DE LA MAGISTRATURA Y JURADOS DE ENJUICIAMIENTO, MAR DEL PLATA, 14 Y 15 DE ABRIL DE 2011. LA AUTONOMIA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES Y LA CONSTRUCCION DE SU PODER JUDICIAL I. INTRODUCCION Hasta la sanción de la Constitución del 94, los ciudadanos porteños éramos una suerte de ciudadanos de segunda en la Argentina. Teníamos a tal punto disminuidos nuestros derechos políticos que no podíamos elegir nuestras autoridades locales, como los ciudadanos de las demás provincias argentinas. Esto generó un movimiento político y de opinión de reinvindicación que se vio reflejado en la plataforma de los partidos políticos, en la opinión de las ONGs de la Ciudad, y en los proyectos legislativos de los diputados nacionales de todos los sectores políticos que representaban a la Ciudad capital en el Congreso de la Nación. Con la reforma constitucional de 1994 se concretó un sentido anhelo de todos los porteños. Con la autonomía de la Ciudad se consagró en la República Argentina la igualdad de todos los ciudadanos de la Nación, en cuanto a su derecho a regirse por sus propias normas y a organizar sus instituciones de gobierno. El habitante de Buenos Aires pudo, a partir de entonces, elegir a sus autoridades y controlarlas. Hasta ese momento el Jefe político de la Ciudad era un intendente, funcionario nombrado por y delegado del Presidente de la República (cargo que en nuestra vida institucional prácticamente nunca fue ejercido por un ciudadano porteño). 1 La autonomía se plasmó en el artículo 129 de la Constitución Nacional, al otorgarle a la Ciudad facultades de legislación y jurisdicción. Analizando el texto constitucional en relación a nuestra Ciudad, vemos que la nueva Constitución Nacional en los artículos 44, 45, 54, 75 inciso 2°, 30 y 31, 99 inciso 20, 124 y 125, y especialmente en el artículo 129 y en las Disposiciones Transitorias Cuarta, Séptima y Decimoquinta, cita a la Ciudad de Buenos Aires como nueva persona jurídica de derecho público por su propio nombre: Ciudad de Buenos Aires. 1) Los artículos 44, 45 y 54 tratan el tema electoral de la Ciudad de Buenos Aires con relación al Congreso, equiparando la representación de la Ciudad a la de las demás provincias argentinas. 2) El nuevo artículo 75, que establece las atribuciones del Congreso para imponer contribuciones, en su inciso 2º se refiere a su distribución entre la Nación, las Provincias y la Ciudad de Buenos Aires, la que se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas. Los dos últimos párrafos del artículo 75 inciso 2º establecen que no habrá transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de recursos, aprobada por ley del Congreso cuando correspondiere y de la Provincia interesada o de la Ciudad de Buenos Aires, en su caso. Así también un Organismo Fiscal Federal tendrá a su cargo el control y fiscalización de la ejecución de lo establecido en ese inciso. La ley de coparticipación deberá asegurar la representación de todas las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires en su composición (este tema se encuentra pendiente de resolución). 3) El artículo 75 inciso 31 faculta al Congreso Nacional a disponer la intervención federal a la Ciudad de Buenos Aires. Por su parte, el artículo 99 inciso 20 establece que el Poder Ejecutivo Nacional decreta la intervención federal a una provincia o a la Ciudad de Buenos Aires. 2 La circunstancia de que la intervención federal esté expresamente prevista para la Ciudad de Buenos Aires, no es más que otra demostración del estatus jurídico de la Ciudad que ha sido convertida –a través de la reforma constitucional-, en un nuevo Estado integrante de la confederación que forma la República Argentina. 4) El artículo 125 equipara las facultades provinciales con las de la Ciudad de Buenos Aires, en cuanto a la facultad de conservar organismos de seguridad social para sus empleados y los profesionales; y promover el progreso económico, el desarrollo humano, la generación de empleo, la educación, la ciencia, el conocimiento y la cultura. 5) El artículo 124 de la Constitución reformada introduce en el Derecho Constitucional Argentino el concepto de “Región”. Faculta a las provincias –y con régimen especial, a legislar por el Congreso, a la Ciudad de Buenos Aires- a crear regiones para el desarrollo económico y social, estableciendo organismos interjurisdiccionales con facultades para el cumplimiento de sus fines. En esta materia, pues, la reforma del ´94 posibilita la discusión entre iguales con la Provincia de Buenos Aires1. 6) Por último, y según lo previeron los constituyentes nacionales en el artículo 129 se reconoció a la Ciudad de Buenos Aires, la facultad de darse un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción. Este plexo normativo define el contenido jurídico-político de la autonomía de nuestra Ciudad. Como dice el preámbulo de la Constitución de la Ciudad de 1996: “Los representantes del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, reunidos en 1 Creo Bay, Horacio;“Autonomía y gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Según la reforma constitucional de 1994” Editorial: Astrea. Año: 1995. ISBN: 950-508-431-5 ob. cit.: “Se ha dicho que el hecho urbanístico trasciende, viola las jurisdicciones. Hace tiempo que Buenos Aires se extiende más allá de la General Paz. Es necesario, por tanto, avanzar en programas integradores, que regionalicen el diseño de las políticas. Hay problemas que involucran por igual a la ciudad y al conurbano. No se puede dejar de reconocer que Buenos Aires funciona en bloque con los Partidos del Gran Buenos Aires y que ninguno de los grandes temas de la ciudad puede ser manejado de manera aislada de su pertenencia a un área metropolitana.” 3 Convención Constituyente por imperio de la Constitución Nacional, integrando la Nación en fraterna unión federal con las Provincias, con el objeto de afirmar su autonomía, organizar sus instituciones y promover el desarrollo humano...” II. LA CONSTITUCION DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES. Para comprender el funcionamiento real del sistema político-institucional y poblacional de la Ciudad debemos señalar que Buenos Aires es una megalópolis, que tiene una población fija de alrededor de tres millones de residentes, cifra que no ha sufrido variaciones en los últimos quince años, y que a nuestra Ciudad ingresan -diariamente- otros diez millones de habitantes provenientes del llamado Gran Buenos Aires, los que ejercen sus derechos políticos en diversos partidos del conurbano bonaerense. Institucional y jurídicamente, la reforma constitucional de 1994 creó, con la Ciudad de Buenos Aires, una nueva entidad que forma parte del universo federal de la República Argentina. Según el artículo 129 de la Constitución Nacional, la Ciudad de Buenos Aires tiene –o debe tener- un régimen de gobierno autónomo, con facultades de legislación y jurisdicción. Como resultado de este proceso de creación institucional, los representantes del pueblo, reunidos hace dieciséis años en la Convención Constituyente, sancionaron la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional. En ella los constituyentes establecieron la elección en forma directa de su Jefe de Gobierno, de sus legisladores y de los demás funcionarios locales, sin intervención del gobierno federal; la facultad de legislar en todas aquellas materias no delegadas por las provincias en el gobierno federal; la 4 administración de justicia, en aquellas facultades jurisdiccionales no atribuidas al gobierno federal; el ejercicio del poder de policía, así como de los poderes fiscales conservados, en igualdad de condiciones con los restantes Estados autónomos que conforman la federación; la facultad de celebrar tratados parciales con las Provincias y con el Gobierno Federal, en la forma y con los límites establecidos en la Constitución Nacional (Constitución Nacional: artículos 5, 75 inciso 12, 121, 122, 123, 124, 125 y 129 C.N. y Disposición Transitoria respectiva; Constitución de la Ciudad de Buenos Aires artículos 12, 13, 23, 24, 68, 69, 80, 81, 82, 95, 96, 106, 116, 117 y 127); y el ejercicio de las competencias concurrentes establecidas por los artículos 75 inciso 18 y 125 C.N. III. LA CONSTITUCION JURISDICCIONAL DE NACIONAL LA Y CIUDAD LA POTESTAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES Antes de la reforma de 1994, la jurisdicción judicial se dividía en nacional y provincial, según cual fuera la entidad política en cuyo nombre se ejercitaba la función jurisdiccional2. La reforma de 1994 introdujo como novedad que el gobierno autónomo de la Ciudad de Buenos Aires tendría facultades de jurisdicción. Esto significa que actualmente, aún en el caso de que no se quisiera admitir que el de la Ciudad es un gobierno provincial más, se debe considerar que –cuanto menos- existen tres órdenes de gobierno en la República Argentina: Nacional, Provincial y de la Ciudad de Buenos Aires; y por ende tres órdenes de jueces para ejercer las funciones jurisdiccionales que son, a saber: nacionales, provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires. 2 Joaquín V. González; “Manual de la Constitución Argentina - completo comentario sobre la Constitución de la República Argentina.” Pág. 587: “Como el Gobierno se divide en dos órdenes, el que se refiere a la Nación y el de las Provincias, la Constitución reconoce dos órdenes de jueces que deben administrar justicia, con diferente potestad: de donde se deriva la primera división en nacional y provincial, determinadas y deslindadas según que las cosas o las personas de que hayan de entender, correspondan a uno u otro de esos órdenes…” 5 Por lo tanto coexisten en la Ciudad la jurisdicción nacional y la del Gobierno de la Ciudad, y por lo tanto jueces nacionales y jueces de la Ciudad de Buenos Aires. Esta coexistencia reclama necesariamente de reglas que establezcan de qué tienen que ocuparse cada una de ellas y, eventualmente, determinen los mecanismos para dirimir los conflictos que pudieran generarse entre ambos órdenes jurisdiccionales. En este sentido entendemos que la Constitución Nacional, interpretada de buena fe y de acuerdo con los criterios establecidos desde siempre por nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación, nos da el hilo conductor para resolver esta cuestión. Ambas jurisdicciones (la Federal y la de la Ciudad de Buenos Aires – ordinaria) tienen su fundamento en la Constitución Nacional, por ello no es materia que pueda ser dejada libremente al arbitrio del legislador. De acuerdo con el artículo 108 de la Constitución Nacional el ejercicio de la jurisdicción le corresponde, en el orden nacional al Poder Judicial de la Nación que será ejercido por una Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales inferiores, que el Congreso estableciere en el territorio de la Nación. La Ley Fundamental también establece la esfera de competencia donde puede ser válidamente ejercida esa jurisdicción. El artículo 116 de la Constitución Nacional establece que corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del artículo 753; y de los tratados con las naciones extranjeras, de las 3 Néstor P. Sagüés en un interesante artículo, afirma “…si el art.129 otorga en términos amplios a la Ciudad Autónoma poderes de “jurisdicción”, tal norma específica y puntual debe prevalecer. No es sensato admitirle explícitamente tal competencia jurisdiccional, y después 6 causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero. Cabe destacar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido en reiterados pronunciamientos que no obstante la generalidad de los términos de los artículos 67 inciso 17, 84 y 100 de la Constitución Nacional (actuales artículos 75 inciso 20, 108 y 116 de la Ley Fundamental), estas disposiciones no se oponen a la exclusión de la competencia federal sino existen los propósitos que la informan, puesto que sólo deben reputarse de jurisdicción federal exclusiva (C.S.J.N. Fallos 190:469; 244:28; 245:455; 247:740 y 290:116, entre otros). Pero este reconocimiento de la facultad del Congreso de la Nación de acotar con criterio restrictivo los alcances del ámbito en el que puede ejercerse la competencia de la justicia federal cuando no existan razones de tutela de intereses nacionales que la justifiquen, no entraña –inversamente- la facultad de ampliar esa esfera de lo federal a cuestiones ajenas a las contempladas en las normas constitucionales. Esta ampliación de la competencia federal está vedada por otras normas constitucionales (artículos 75 inciso12, 121 y 129 C.N.) toda vez que entrañaría un avasallamiento de la autonomía de las Provincias o, en su caso de la Ciudad de Buenos Aires, en violación de su deber de garante de esas instituciones (artículos 5, 6, 75 inciso 31 y 99 inciso 20 C.N.). Desde el punto de vista constitucional, ya establecidos los poderes surgidos del nuevo régimen de la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, la única negársela (en lo civil, comercial, penal, minero, laboral y de la seguridad social), por no estar mencionada en otro precepto -el art. 75 inc. 12- (cf. En cuanto la tesis del “olvido”, a la que adherimos, Morello, Augusto M. y Loñ, Félix; “El Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires”, en 1996-IV-633 y De Giovanni, Julio; “El nuevo status jurídico de la Ciudad de Buenos Aires después de la reforma constitucional de 1994”, La Ley, 1994-E, 1153) 7 Justicia Nacional que hoy puede ejercer sin reparos su jurisdicción en el territorio de la Ciudad de Buenos Aires es la que, en principio, coincide con la llamada Justicia Federal de la Capital. En este sentido no hacemos otra cosa que recoger la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En efecto, nuestro máximo Tribunal sostuvo (C.S.J.N. Fallos 30:120) que la jurisdicción de los jueces federales difería sustancialmente de la de los jueces del territorio de la Capital, no obstante ser unos y otros nacionales y proceder a su nombramiento el Gobierno Nacional. La Corte consideró que los primeros ejercían una jurisdicción de excepción limitada a los casos enumerados en el artículo 100 (actual 116) de la Constitución Nacional, mientras que los segundos ejercían la jurisdicción ordinaria que el Poder Legislativo les confiriera. Es nuestra opinión que si bien la jurisdicción de los Jueces Nacionales Ordinarios de la Capital Federal podría haber tenido algún sentido en el pasado, basándose en que la Ciudad carecía de autonomía y en que algún tribunal debía encargarse de las cuestiones de derecho común que se suscitaran en un territorio federal, hoy estas razones han dejado de existir. Otra cuestión constitucional diferente es la determinación, con criterios lógicos y razonables, de cuáles son los alcances de las facultades de jurisdicción que debe tener la Ciudad de Buenos Aires, después de la reforma constitucional de 1994. Entendemos que la fórmula que nos llevará a encontrar la solución correcta es excluir de la esfera de su jurisdicción las cuestiones que son eminentemente federales y reservar para sí todas las cuestiones no federales, de conformidad con la interpretación armónica de los artículos 108, 116, 117 y 129 C.N. Puede, sin embargo, establecerse por vía de convenios interjurisdiccionales entre el Estado Nacional y la Ciudad de Buenos Aires, que ciertas 8 competencias, que por motivos especiales pueden ser de interés Federal, sean mantenidas en su órbita. IV. EL TRANSITORIO OBSTACULO DE LA LEY 24.588 Y LA CONSTITUCION NACIONAL. Mediante la organización de la Justicia porteña estamos dando cumplimiento a los principios del federalismo y de la democracia representativa sostenidos expresamente por la Constitución Nacional. Si por mandato constitucional (artículo 129 CN) la Ciudad tiene facultad de jurisdicción así como la tienen las provincias, la consecuencia lógica es que en tanto la Ciudad de Buenos Aires como el resto de las provincias, tiene la facultad de administrar justicia, siempre y cuando ésta no sea de competencia federal. Algunas disposiciones de la ley 24.588 (por ejemplo su artículo 8º) han demorado y obstaculizado injustamente la definitiva organización de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Analizando las argumentaciones jurídicas que han sostenido los defensores del denominado “quietismo”, advertimos que ninguna de ellas conmueve el fundamento constitucional del ejercicio del poder jurisdiccional por parte de la Ciudad Autónoma. En efecto, el concepto constitucional de autonomía está íntimamente ligado al de federalismo, como lo resolvió nuestra C.S.J.N, en el caso Gauna4. 4 CSJN “Gauna, Juan O.” 7/05/1997; DJ, 1997-2-507. Del voto de los doctores Fayt, Belluscio y Bossert “…implica por lo menos, el poder efectivo de organizar el gobierno local en las condiciones de la Constitución de la República, de darse las instituciones adecuadas, regirse por las formas exclusivas de elegir a sus autoridades públicas independientes del Gobierno Federal, de regular el desempeño de sus funciones, y la capacidad de desarrollar dentro de su territorio el imperio jurisdiccional por las leyes y otros estatutos con relación a todo otro asunto no comprendido entre los acordados por la Constitución al Gobierno nacional. Esta enumeración de funciones implica que la autonomía es, primariamente, la 9 Precisamente una de las ramas del Gobierno autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, expresamente prevista por el artículo 129 C.N., es la que ejerce la jurisdicción, y por lo tanto el pueblo de la Ciudad tiene el derecho de organizarla sin interferencias del Gobierno Federal. Asimismo, está reconocido por la doctrina que el mandato jurisdiccional, aunque en forma indirecta, es mandato popular. En consecuencia, si los porteños recobramos la posibilidad de elegir nuestras autoridades, incluido el Poder Legislativo, es lógico que tengamos la facultad de intervenir en la elección de nuestros jueces locales. Debemos rechazar firmemente la peregrina teoría de que la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires no puede sustituir a la Justicia Nacional Ordinaria porque la Constitución Nacional (en virtud del artículo 75 inciso 12) le veda a los jueces porteños aplicar los Códigos de fondo, aplicación que estaría reservada exclusivamente a los jueces nacionales y provinciales. Esta interpretación del artículo 75 inciso 12 C.N. no se adecua a las normas de exégesis de la Constitución Nacional. En efecto “ninguna norma de la Ley Fundamental debe ser interpretada en forma aislada, desconectándola del todo que compone. La interpretación debe hacerse, al contrario, integrando las normas en la unidad sistemática de la Constitución, comparándolas, coordinándolas y armonizándolas de forma tal que haya congruencia y relación entre ellas” (C.S.J.N. Fallos 312:2192, entre otros). La competencia federal tiene origen en la Constitución Nacional. Los artículos 100 y 101 de la Constitución del 53/60 establecen los límites de la competencia de la Justicia Federal. La facultad de prescribir excepciones a la competencia federal, que la Corte Suprema ha reconocido al Congreso, no lleva consigo la de ampliarla más allá de la expresamente atribuida por el artículo 100 CN. La misión de la justicia federal es conocer en aquellos calificación del modo de actuar de un grupo social determinado. Por esta razón no puede afirmarse que existía un espacio autónomo sin una población que ejerza esa autonomía.” 10 temas privativos de la Nación, constituyendo un fuero de excepción, que no puede extenderse más allá de los casos expresamente previstos. Además, inicialmente la Corte Suprema (Fallos 30:120) sostuvo que la jurisdicción de los jueces federales difería sustancialmente de la de los jueces del territorio de la Capital Federal, no obstante ser unos y otros jueces nacionales y proceder su nombramiento del Gobierno Nacional, por considerar que los primeros ejercían una jurisdicción de excepción limitada a los casos enumerados en el artículo 100 CN, en tanto los segundos ejercían la jurisdicción ordinaria que el Poder Legislativo les había conferido. Fue la Ley 13.998 (dictada en 1950) la que integró los tribunales de la Capital Federal a la Justicia Nacional, si bien separando claramente el Fuero Federal de la Justicia Ordinaria, y la que les dio la organización que, con leves variantes, aún hoy conservan. Es por ello que podemos concluir en que la denominada Justicia Nacional de la Capital es una creación legislativa, que no tiene su origen en la Constitución Nacional. Por el contrario, esta legislación deberá modificarse para dar cumplimiento al mandato constitucional de artículo 129 CN. V. LA CONSTRUCCION DEL PODER JUDICIAL DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES. Sentados estos principios, veamos cuál es el camino que ha comenzado a recorrer la Ciudad de Buenos Aires para organizar su administración de justicia. La Constitución porteña -con clara inspiración en los principios del Estado de Derecho- prohíbe tanto que el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo puedan ejercer funciones judiciales o arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas (artículo 108 CCABA.). 11 Los Jueces de la Ciudad están sujetos al principio de legalidad (artículo 13 inciso 3 de la CCABA). Tienen la obligación de encontrar dentro del ordenamiento jurídico las normas que, según su criterio, sean aplicables el caso a resolver. Además, la Constitución de la Ciudad establece expresamente que rigen todos los derechos y garantías reconocidos en la Constitución Nacional, en las leyes de la Nación y en los tratados internacionales, interpretados de buena fe. Agrega que los derechos y garantías no pueden ser negados ni limitados por la omisión o insuficiencia de su reglamentación y ésta no puede cercenarlos. En cuanto a su organicidad, la Constitución local establece en su artículo 107: “El Poder Judicial de la Ciudad lo integra el Tribunal Superior de Justicia, el Consejo del a Magistratura, los demás tribunales que la ley establezca y el Ministerio Público.” Son tres los cuerpos orgánicos o instituciones que conforman el Poder Judicial de la Ciudad: 1) el Tribunal Superior (artículo 111 CCABA) y los demás tribunales inferiores (artículo 118 CCABA) constituyen el estamento encargado fundamentalmente de las funciones jurisdiccionales: vale decir, dirimen los conflictos; 2) el Consejo de la Magistratura (artículos 115 y 116 CCABA) es el encargado de velar por la independencia del Poder Judicial; de seleccionar mediante concurso público a los candidatos a la Magistratura y al Ministerio Público; de ejercer facultades disciplinarias respecto de los magistrados y también de promover su remoción ante el jurado de enjuiciamiento; y fundamentalmente le compete la administración de los recursos del Poder Judicial5, y 3) el Ministerio Público (artículos 124 y 125 CCABA) que tiene por misión la defensa de la legalidad, de los intereses 5 Nótese que el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, a diferencia del orden nacional, integra el Poder Judicial y tiene diagramada en la propia Constitución los mecanismos de su integración. Solución esta adecuada, razonable y republicana para el órgano específico que debe velar por la independencia del Poder Judicial. 12 generales de la sociedad6, de acuerdo con los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica, de velar por la normal prestación del servicio de justicia y de procurar ante los tribunales la satisfacción del interés social y dirigir la Policía Judicial. Aquí no hay rangos sino funciones. Así, en el Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires coexisten varias funciones perfectamente deslindables. Junto a la esencial labor de "juzgar y hacer ejecutar lo juzgado", existen otras no menos esenciales como la constituida por la labor promotora de la Justicia -a cargo del Ministerio Público- cuando se vieran comprometidos el interés público o social o los derechos de los ciudadanos o los intereses y derechos de incapaces, niños, niñas y adolescentes7. El Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires es una institución independiente dentro del Poder Judicial, ya que en algunos casos efectúa el control de legalidad de orden público en las causas judiciales, en otros provee a la adecuada protección del derecho de defensa y al cumplimiento del principio de igualdad a ejercer la defensa pública. Del mismo modo ejerce la representación de los niños, niñas, adolescentes e incapaces. Así, a diferencia del orden federal y de otras provincias argentinas, la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires se ha enrolado en la legislación que postula la concepción que integra el Ministerio Público como parte del Poder Judicial. 6 Quiroga Lavié, Horacio. “Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, comentada”, p. 324; Ed. Rubinzal-Culzoni. “Entre los cuerpos orgánicos que integran el Poder Judicial no hay supremacías ni relaciones de subordinación de ninguna. especie. Entre ambos hay, en cambio, relaciones recíprocas de coordinación, impuestas para funcionarizar el desenvolvimiento del Poder Judicial.” 7 De Giovanni, Julio. “El Ministerio Público. Análisis comparativo del Ministerio Federal y de la Ciudad de Buenos Aires”, La Ley 2000-E, 1190 y también “Algunas reflexiones sobre la temática del Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires”, El Dial, Biblioteca Jurídica Online, 8 de Junio de 2006: “La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires recientemente ha sancionado una nueva ley para su Ministerio Público. En su nueva redacción se regulan los conceptos de autonomía funcional y autarquía dentro del Poder Judicial que prescribe la Constitución de la Ciudad. Preservando que no haya duplicidad de funciones con el Consejo de la Magistratura, se otorga al Ministerio Público la posibilidad práctica de ejercer sus atribuciones y potestades, al otorgarle las prerrogativas necesarias para su administración.” 13 Según la normativa, el Poder Judicial de la Ciudad debe estar organizado de tal modo que, como afirma Manfredini8, no sólo cada juez sea independiente de juzgar según su ciencia y conciencia, sino que el Poder Judicial colectivamente considerado como poder del Estado, sea independiente de los otros poderes del Estado, se baste a sí mismo, encuentre en sí mismo las maneras y medidas para recorrer el ciclo de su función de administrar Justicia. Una de las preocupaciones más urgentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue poner en funciones a los fueros atribuidos a la Ciudad por la ley 24.588. En efecto, según la ley 24.588 la Ciudad de Buenos Aires tiene facultades propias de jurisdicción en materia de vecindad, contravencional, tributaria y contencioso administrativa. La Cláusula Transitoria Decimosegunda de la Constitución de Buenos Aires establece que la Justicia Contravencional y de Faltas será competente para conocer en el juzgamiento de todas las contravenciones tipificadas en las leyes nacionales y otras normas aplicables en el ámbito local, cesando toda competencia jurisdiccional que las normas vigentes asignen a cualquier otra autoridad. La Legislatura de la Ciudad dictó el Código Contravencional (Ley Nº 10) y la Ley de Procedimiento Contravencional (Ley Nº 12). También ha dictado el Régimen de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires (Ley Nº 451), habiendo sancionado además el Código Procesal Penal de la Ciudad (Ley 2303) y el Régimen Procesal Penal Juvenil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Ley 2451). 8 Manfredini, “Il diritto iudiziario civile”, vol. I, p. 413. Las dudas doctrinales y la insatisfacción acerca de la falta de definición de los poderes del Ministerio Público, se extienden a otros países. Véase, por ejemplo, Ciavario, M.: “Riforma del ruolo e dei poteri del pubblico ministerio”, Revista Italiana di Diritto e Procedura Penale, 1971, ps. 755 a 786. 14 También la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que la Justicia en lo Contencioso Administrativo y Tributario entiende en todas las cuestiones en que la Ciudad sea parte cualquiera fuera su causa y origen, tanto en el ámbito del derecho público como del derecho privado (artículos 37 y 48 de la Ley Nº 7). En el diseño de los sistemas procesales de ambos Fueros de la Ciudad han sido incorporadas novedosas instituciones que permiten la prestación de un servicio al justiciable eficaz, rápido y de alta calidad. Los declamados principios de celeridad, inmediación, garantía del debido proceso y de la defensa, dela sustitución de las penas afligentes por esquemas de servicios comunitarios, han logrado la consolidación de un Poder Judicial activo, con notas destacables y una profunda vocación de servicio y de integración hacia su comunidad. Los magistrados de ambos fueros y de ambas instancias fueron designados de conformidad con el procedimiento previsto en la Constitución porteña y esta competencia judicial está en funcionamiento. También se ha trabajado en la redacción de una Ley de Organización y Procedimiento de Familia (la Comisión Redactora del Código de Procedimiento de Familia estuvo integrada por los doctores Jorge L. Kielmanovich, Nelly Minyersky y Angenila Ferreira), en la expectativa de que las próximas competencias objeto de transferencia sean, precisamente, las que actualmente ejerce el fuero de familia del Poder Judicial de la Nación. El traspaso de la competencia en materia de familia es una de las prioridades para la conformación de la Justicia local. Este traspaso es necesario y prioritario en tanto la Justicia de familia debe dar respuestas a los diferentes conflictos familiares, conteniendo a sus actores no solamente desde el punto de vista legal, sino desde una perspectiva psicológica y sociológica. Actualmente, para brindar y asegurar esa contención los 15 tribunales ordinarios nacionales recurren a las instituciones de nuestra Ciudad. VI. EL COMPLEJO PROCESO DE LA TRANSFERENCIA DE COMPETENCIAS JUDICIALES. Los convenios de transferencia de las competencias de la justicia nacional ordinaria a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires. Perforación de la Ley Cafiero. Presente y futuro. La Cláusula Transitoria Decimotercera de la Constitución de la Ciudad facultó al Gobierno de la Ciudad para acordar con el Gobierno Federal que los Jueces Nacionales de los fueros ordinarios de la Ciudad de cualquier instancia, fueran transferidos a su Poder Judicial9, conservando su inamovilidad y jerarquía, cuando se dispusiera que la Justicia Ordinaria del territorio de la Ciudad fuera ejercida por sus propios jueces. Esta facultad no impedía –según la propia Constitución- que las autoridades constituidas pudieran llegar a un acuerdo en términos diferentes para lograr una transferencia racional de la función judicial. En todos los casos el acuerdo comprendería, necesariamente, la transferencia de las partidas presupuestarias o la reasignación de recursos conforme al artículo 75 inciso 2º de la Constitución Nacional. 9 Bielsa, Rafael en “La Transferencia a la ciudad de Buenos Aires de la función judicial de los tribunales nacionales con competencia ordinaria”, La Ley, 26/2/97. El uso de la voz transferencia, como abreviatura de una compleja operación jurídico-política que no se reduce a algunos cambios de rótulos y reracionamientos funcionales y presupuestarios, no debe confundir, ni excusar un análisis cuidadoso de los diversos aspectos implicados en la misma. La transferencia de competencias, servicios o funciones de la Nación a las Provincias y a la ciudad de Buenos Aires está expresamente prevista en el art. 75, atribución 2ª de la Constitución Nacional, que la condiciona a la respectiva reasignación de recursos aprobadacuando corresponda- por ley del Congreso y por la provincia interesada o la ciudad de Buenos Aires en su caso. 16 Hasta el presente se han celebrado dos Convenios de transferencia de competencias judiciales penales, sin transferir Jueces, personal, edificios ni partidas presupuestarias. El primero tuvo por objeto la transferencia de la competencia con relación al delito de tenencia, portación y suministro de armas de uso civil. Fue celebrado por el Presidente de la Nación y por el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 7 de diciembre de 2000 y fue aprobado por la Ley nacional Nº 25752 de 2003 y por la Ley CABA 597 de 2001. El segundo transfirió competencias judiciales con relación a trece delitos y contravenciones10 y fue suscripto el 1º de junio de 2004 (al igual que el anterior por los titulares de los Poderes ejecutivos de ambas jurisdicciones) y aprobado por la Ley Nacional Nº 26357/2008 y por la Ley CABA 2257/2007). Ambos se están ejecutando, habiendo asumido los Jueces de la Ciudad las competencias transferidas en forma plena. Con los descriptos convenios interjurisdiccionales se logró perforar la Ley Cafiero11. Ya no es discutible que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ejerce competencias judiciales, 10 Lesiones en riña, Abandono de personas, Omisión de auxilio, Exhibiciones obscenas, Matrimonios ilegales, Amenazas, Violación de domicilio, Usurpación, Daños, Ejercicio ilegal de la medicina, Inasistencia Familiar, Protección animal y Discriminación. 11 “La reforma constitucional de 1994 estableció la autonomía legislativa, jurisdiccional y administrativa de la Ciudad de Buenos Aires contribuyendo, de ese modo, al fortalecimiento del sistema federal argentino. Más allá del debate doctrinario sobre el “status” de la ciudad, en cuanto a su identificación con las provincias, resulta claro que el “desideratum” de la norma constitucional es concluir en una autonomía jurisdiccional plena, en los mismos términos que gozan las provincias. Tal como lo establecen la cláusula transitoria décimo tercera de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; la disposición primera del Título Cuarto de la Ley 7, Ley Orgánica del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires; y el art. 6 de la Ley 24.588, Ley de Garantía de los intereses del Estado Nacional en la Ciudad de Buenos Aires, quedan habilitados el gobierno de la Nación y el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para suscribir convenios que conduzcan a un ordenado traspaso de competencias. Es evidente la necesidad de un traspaso progresivo de competencias, que gradúen el cambio de funciones de los diferentes operadores de justicia, a fin de garantizar en el período de transición una administración de justicia que no se vea alterada en su prestación por los cambios.” (del Informe de la Comisión formada por representantes de la Nación y de la Ciudad con actuación en la órbita del Ministerio de Justicia de la Nación). 17 más allá de las previstas en el artículo 8º de la Ley 24.588 antes de la sanción de las Leyes Nacionales Nºs 25.762 y 26.357. Actualmente se encuentra pendiente de consideración por la H. Cámara de Diputados de la Nación el “Proyecto de Ley por el cual se transfiere la competencia para investigar y juzgar delitos y contravenciones cometidos en su territorio al Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, que cuenta con media sanción del Senado, cuyos autores son los senadores Daniel Filmus y Miguel Ángel Pichetto, el primero de ellos Presidente de la Comisión Bicameral “Ciudad de Buenos Aires”, creada por la Ley 24.588 (Ley Cafiero). El Proyecto así aprobado cuenta ya con dictamen favorable de las Comisiones de Asuntos Municipales, Legislación Penal y Justicia de la Cámara de Diputados, estando a estudio de la última comisión de su giro, Presupuesto y Hacienda. Es la expectativa de la Ciudad que a la brevedad el Proyecto resulte aprobado y que por esta Ley se transfieran al Poder Judicial de la Ciudad las competencias judiciales para el juzgamiento de los delitos previstos en su Anexo12: a) Delitos complementarios a aquéllos cuya competencia fue 12 ANEXO. TRANSFERENCIA DE COMPETENCIAS PENALES Y CONTRAVENCIONALES DE LA JUSTICIA NACIONAL ORDINARIA A LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES. PRIMERO: DELITOS COMPLEMENTARIOS DE LAS COMPETENCIAS TRANSFERIDAS POR LEYES 25.752 Y 26.357. a) Lesiones (artículos 89 al 94, Código Penal); b) Duelo (artículos 97 al 103, Código Penal); c) Abuso de armas (artículos 104 y 105, Código Penal); d) Violación de domicilio (Título 7 Capítulo II, artículos 150 al 152, Código Penal); e) Incendio y otros estragos (artículos 186 al 189, Código Penal); f) Tenencia, portación y provisión de armas de guerra de uso civil condicional, previstos en el artículo 189 bis, acápites 2 y 4, Código Penal, con excepción de los casos en que el delito aparezca cometido por un funcionario público federal o sea conexo con un delito federal; g) Impedimento u obstrucción de contacto, tipificado por Ley 24.270; h) Penalización de Actos Discriininatorios, conforme lo dispuesto en la Ley 23.592; y i) Delitos y Contravenciones en el Deporte y en Espectáculos Deportivos, conforme lo dispuesto en las Leyes 20.655 y 23.184 y sus modificatorias, en los aspectos que resulten aplicables a la jurisdicción local. La Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires intervendrá en el supuesto del artículo 151 del Código Penal contemplado en el apartado d) precedente, siempre que el hecho lo cometiere un funcionario público o agente de la autoridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. SEGUNDO: DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA, ocurridos exclusivamente en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando se tratare de actos cometidos por sus funcionarios públicos, o contra sus funcionarios públicos, que atenten contra el funcionamiento de sus poderes públicos u ocurran en el marco de un 18 transferida en los convenios ya mencionados; b) Delitos contra la administración pública ocurridos en el ámbito de la Ciudad; c) Delitos contra la fé pública referidos a los instrumentos emitidos o de competencia de la Ciudad para emitirlos; y d) Delitos vinculados a materias de competencia pública local. VII. CONCLUSIONES. Una descripción histórica, jurídica y política del proceso de autonomía de la Ciudad no puede considerarse completa sin un balance crítico realizado desde la visión política. proceso judicial que tramite ante los tribunales locales: a) Atentado y resistencia contra la autoridad (artículos 237, 238, 239, 240, 241, 242 y 243, Código Penal); b) Falsa denuncia de delitos cuya competencia se encuentre transferida a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (artículo 245, Código Penal); c) Usurpación de autoridad, títulos u honores (artículos 246 incisos 1, 2. y 3., y 247, Código Penal); d) Abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios públicos (artículos 248, 248 bis, 249, 250, 251, 252 1° párrafo y 253, Código Penal); e) Violación de sellos y documentos (artículos 254 y 255, Código Penal); f) Cohecho y tráfico de influencias (artículos 256, 256 bis, 257, 258, 258 bis y 259, Código Penal); g) Malversación de caudales públicos (artículos 260 al 264, Código Penal); h) Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas (artículo 265, Código Penal); i) Exacciones ilegales (artículos 266 al 268, Código Penal); j) Enriquecimiento ilícito de Funcionarios y empleados (artículos 268 (1), 268 (2) y 2,8 (3), Código Penal); k) Prevaricato (artículos 269 al 2/2, Código Penal); 1) Denegación y retardo de justi.,ia (artículos 273 y 274, Código Penal); m) Falso testimonio (artículos 275 y 276, Código Penal); y n) Evasión y quebrantamiento de pena (artículos 280, 281 y 281 bis, Código Penal). TERCERO: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA, siempre que se trate de instrumentos emitidos, o cuya competencia para emitirlos sea de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: a) Falsificación de sellos, timbres y marcas (artículos 288, 289 inciso 1., 290 y 291, Códig. Penal); y b) Falsificación de documentos (artículos 292 al 298, Código Penal). CUARTO : DELITOS VINCULADOS A MATERIA DE COMPETENCIA PÚBLICA LOCAL: a) Delitos de los funcionarios públicos contra la libertad individual (artículos 143 al "44 quinto, Código Penal), siempre que fuera cometido por un miembro de los poderes públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; b) Delitos contra la libertad de trabajo y asociación (artículos 158 y 159, Código Pedal); c) Estafa procesal acaecida en prccesos judiciales tramitados ante los tribunales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (artículo 172, Código Penal); d) Defraudación (artículo 174 inciso 5, Código Penal), siempre que el hecho se cometiere contra la Administración Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; e) Delito contra la seguridad del tránsito (artículo 193 bis, Código Penal); f) Desarmado de autos sin autorización, conforme lo prescripto en el artículo 13 de la Ley 25.761; g) Profilaxis, en relación a los delitos tipificados por la Ley 12.331; y h) Estupefacientes, con ajuste a lo previsto en el artículo 34 de la Ley 23.737 conforme la redacción de la Ley 26.052 (artículos 5° incisos c), e y párrafos penúltimo y último, 14 y 29, Ley 23.737) y suministro infiel de irregular de medicamentos, artículos 204, 204 bis, 204 ter y 204 quater, Código Penal. CLÁUSULA TRANSITORIA: Las causas que por las materias enumeradas precedentemente se hallen pendientes ante los Juzgados Nacionales al momento de perfeccionarse la transferencia de competencias, serán terminadas y fenecidas ante los mismos tribunales.” 19 Si evaluamos el proceso de la autonomía de la Ciudad desde el punto de vista del funcionamiento de sus instituciones, podemos decir que el grado de avance es realmente aceptable. Ya se han elegido y renovado por varias veces los mandatos del Poder Legislativo; también -en reiteradas oportunidades- el pueblo de la Ciudad votó a su Jefe de Gobierno; y se ha avanzado notablemente en la organización de la estructura orgánica y funcional de su Poder Judicial. Durante estos primeros años se dictaron las denominadas leyes organizativas y se sancionaron los Códigos y Leyes Procesales para los Fueros en funciones. Se sancionaron, además, leyes que crearon institutos novedosos -al amparo de normas de derecho internacional vinculantes para el Estado Nacional y de exitosas prácticas en otras jurisdicciones-. Funcionan en forma eficientísima los tres órganos del Ministerio Público de la Ciudad; y el Consejo de la Magistratura ha creado y cuenta para el mejor servicio a sus justiciables con servicios auxiliares originales, diseñados desde la finalidad de dotar de la mayor y mejor eficacia posibles al servicio de justicia13. Próximamente la Ciudad contará con la organización de las comunas con autoridades electas por los vecinos, debiendo aún instrumentar sus tribunales vecinales. Resulta necesario, entonces, continuar con una racional política de convenios y leyes convenios que transfieran no solamente las competencias o 13 Programa de implementación del Cuerpo de Mediadores de la Justicia de la CABA o Peritos auxiliares de la Justicia o Departamento de Apoyo a la Investigación (MINISTERIO PUBLICO DE LA DEFENSA) o Oficina de control de las condiciones de detención de personas, y de ejecución de probations y de las penas privativas de libertad o Oficina de asistencia al imputado privado de su libertad. o Cuerpo médico del Poder Judicial de la CABA o Comisión ad hoc para la implementación de políticas penitenciarias para la CABA 20 judiciales, sino los juzgados y estructuras de la Justicia Nacional Ordinaria, en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 75 inciso 2º de la Constitución Nacional. Su amplitud y frecuencia temporal dependerán de las necesidades del servicio de administración de justicia, de la situación política y de la coordinación de las finanzas públicas de la Nación y de la Ciudad. Será una compleja operación jurídico-política que involucrará la transferencia de competencias, de relaciones funcionales y de partidas presupuestarias y que por su envergadura necesitará de un trabajo legislativo minucioso con la participación de representantes de los otros dos poderes de la Ciudad Autónoma. No cabe más que agradecerles a los representantes de los Consejos de la Magistratura de todo el país, su deferencia y paciencia con mi larga y detallada exposición, que ha tenido por finalidad recordar, y también anticipar, la evolución de nuestra reciente autonomía que nos permitió integrarnos al concierto federal de la República Argentina. Les reitero que cuando defendemos la autonomía estamos defendiendo nuestro Federalismo y el de todas las provincias argentinas. Muchas gracias. 21