Educación científica: Tecnologías de la Información y la Comunicación y Sostenibilidad Indice Sesión VI Varias visiones en torno al Agua Subterránea. Ángel Luis Cortés Gracia1 y Javier San Román Saldaña2 1 Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Facultad de Educación, Universidad de Zaragoza. San Juan Bosco, 7. 50009 Zaragoza. [email protected]. 2 Confederación Hidrográfica del Ebro. Paseo de Sagasta, 24-26. 50071 Zaragoza. [email protected] Resumen En este trabajo se presentan distintas visiones en torno a un elemento común: el agua subterránea. La Hidrogeología aporta las bases científicas para la comprensión de su importancia general y su dinámica. Se analizan los problemas relacionados con el uso incontrolado de agua subterránea y sus consecuencias, así como las medidas que se están tomando desde la administración. Muchos de estos problemas están relacionados con la falta de formación de la sociedad en general, que presenta modelos alternativos sobre el agua subterránea y su funcionamiento que se van generando y reforzando desde los primeros niveles educativos. Palabras clave: agua subterránea, uso y gestión, percepción social, ideas alternativas, educación científica Title: Several views about groundwater. Abstract In this work, several views about groundwater are shown. Scientific basis to understand both the general importance and dynamics of groundwater are provided by Hydrogeology. Main problems and consequences related to no-controlled uses are analysed together with management resources coming from civil services. A great part of these problems are related to the lack of formation on the matter in the society. People show alternative models about groundwater and its dynamics that appear and are reinforced from the basic educational levels. Key words: groundwater, use and management, social perception, alternative conceptions, science education Introducción El agua es, hoy en día, uno de los principales recursos naturales de nuestro planeta. Dentro de la hidrosfera, el agua subterránea constituye la principal reserva de agua dulce líquida en la Tierra. Hasta hace sólo unas décadas, el aprovechamiento de agua subterránea no era concebido en las dimensiones que ha alcanzado en la actualidad. No obstante, y a pesar de su importancia, desde muy distintos sectores (científicos, gestores, educadores) se destaca el desconocimiento generalizado sobre el funcionamiento de los sistemas hidrogeológicos, su relación con los 1 Varias visiones en torno al Agua Subterránea sistemas hidrológicos superficiales y, en concreto, su influencia en los ecosistemas acuáticos. Este desconocimiento generalizado, unido a la existencia de modelos conceptuales alternativos sobre el agua subterránea muy arraigados en nuestra ciudadanía desde los primeros niveles educativos, hace difícil la comprensión de estos fenómenos naturales, la reflexión crítica ante los problemas relacionados y la posible toma de decisiones bien fundamentada. Por lo tanto, la opinión crítica de la ciudadanía queda en manos de los recursos para el convencimiento ajeno empleados por los distintos grupos implicados en el uso y gestión de los recursos, basados muchas veces en parámetros económicos y/o afectivos más que en criterios científicos y/o racionales. En este trabajo presentamos una recopilación de datos y ejemplos sobre el tema citado procedentes de la comunidad científica, de los responsables de gestión y usuarios del agua subterránea y del análisis sobre la percepción social general de la misma. También mostraremos algunos ejemplos procedentes de la investigación en torno a los problemas de enseñanza-aprendizaje sobre el agua subterránea que encontramos en nuestro sistema educativo. Hidrogeología: el estudio del agua subterránea La Hidrogeología se dedica al estudio del agua subterránea desde el punto de vista de su circulación y almacenamiento, así como de su composición y calidad para ser utilizada por el hombre (Bastida, 2005). Hablamos de agua subterránea para referirnos al agua contenida en los poros, grietas y fracturas de suelos, sedimentos y rocas bajo la superficie terrestre. Más concretamente, al agua contenida en la denominada zona saturada (o freática) del subsuelo, donde todos esos poros están repletos de agua. Al plano imaginario que separa la zona saturada de la zona no saturada (también denominada vadosa o de aireación) se le denomina nivel freático y su posición es variable en el espacio y en el tiempo, dependiendo, entre otros factores naturales, de la topografía y la pluviosidad en las áreas de recarga. El principal problema que tiene el agua subterránea es que no se ve hasta que sale a la superficie. Por ese motivo, desde los tiempos más remotos de la historia hasta los tiempos casi recientes (siglo XVIII), el origen del agua de los manantiales que alimenta a los ríos ha constituido un enigmático problema objeto de numerosas especulaciones y controversias (Martínez Gil, 1972). Según algunas estimaciones recientes (Tarbuck y Lutgens, 2000), el agua subterránea constituye únicamente el 0,62% del agua total contenida en la hidrosfera. Ahora bien, si eliminamos el agua de los mares y océanos (97,2%) y la de los casquetes polares y glaciares (2,15%), el resto del agua existente en la Tierra (algo más de 4.000.000 km3) representa menos del 1% del total. Ahí es donde reside la importancia del agua subterránea, ya que constituye actualmente el 94% de las reservas de agua dulce líquida en nuestro planeta (Figura 1). 2 Educación científica: Tecnologías de la Información y la Comunicación y Sostenibilidad Figura 1. Volumen (en porcentajes) de los distintos tipos de agua en la hidrosfera. A la izquierda, referido al volumen total de agua en la hidrosfera. A la derecha, teniendo en cuenta únicamente las reservas de agua dulce (modificado de Tarbuck y Lutgens, 2000). Los avances recientes en Hidrogeología nos permiten conocer, entre otros datos, cuál es la distribución del agua subterránea (localización espacial, estimaciones de volumen), sus características físico-químicas (composición química, conductividad, presencia de contaminantes), su comportamiento dinámico (movimientos, direcciones y velocidades de flujo, situación y evolución del nivel freático), etc. Todos estos datos permiten a los hidrogeólogos diagnosticar el estado de las aguas subterráneas y predecir las posibles variaciones espaciales y temporales de las mismas, tanto en sus aspectos “profundos” (su evolución en el subsuelo) como en sus posibles relaciones con los sistemas hidrológicos superficiales. Es decir, para una correcta interpretación, uso y gestión del agua es necesaria la participación activa de la Hidrogeología. Los problemas en el uso y gestión del agua subterránea Una de las características de los aprovechamientos de agua subterránea en España, al igual que en la mayoría de los países áridos y semiáridos, es que en gran medida éstos son fruto de la iniciativa privada. Además, la denominada “insumisión hidrológica”, es decir, la perforación de pozos sin los oportunos permisos, es un hecho patente. En prácticamente todos estos países, incluido España, se ha producido en el último medio siglo una “revolución silenciosa” consistente en el uso intensivo de este recurso realizado por miles de pequeños agricultores (Llamas Madurga, 2005). Estos usuarios del agua subterránea, por lo general, carecen de la más mínima formación hidrogeológica, y recurren con frecuencia a personas con supuestos poderes “paranormales” que les ponen en contacto con las empresas perforadoras. Esta forma de operar lleva a que los campos de pozos se hayan extendido a modo de manchas de aceite, dificultando notablemente cualquier planteamiento de gestión, según destacan los responsables de la administración (San Román y Coloma, 2002). En algunas zonas, el creciente aprovechamiento intensivo del agua subterránea está empezando a provocar (o ha provocado ya) descensos importantes de niveles piezométricos y afecciones en las descargas 3 Varias visiones en torno al Agua Subterránea naturales. Por citar un claro ejemplo, la relación existente entre la sobreexplotación del ya famoso acuífero 23 y el funcionamiento del sistema hidrológico de la cuenca alta del Guadiana (Tablas de Daimiel, Ojos del Guadiana), constituye un ejemplo paradigmático a escala mundial de los conflictos entre el aprovechamiento intensivo del agua subterránea y la conservación de humedales (Llamas Madurga, 2005). Según diversos estudios, el humedal de las Tablas de Daimiel se encuentra actualmente desconectado del acuífero, manteniéndose encharcado únicamente por las aportaciones superficiales del río Cigüela en los escasos episodios húmedos y por los caudales derivados del Acueducto Tajo-Segura. Los acuíferos ejercen un importante efecto amortiguador, tanto sobre las recargas de lluvia, como sobre los bombeos. Cuando se inicia la explotación de un acuífero, durante los primeros años se extrae agua exclusivamente de las reservas del mismo, cifra que a veces es muy superior a la de los recursos renovables (no hay que olvidar que los acuíferos se comportan como gigantescas “esponjas” en el subsuelo, y que su funcionamiento puede equipararse al de grandes embalses de regulación hiperanual). Conforme avanza este vaciado, van descendiendo los niveles, y a medio plazo se empieza a afectar a las descargas naturales del acuífero. El creciente aumento de solicitudes de concesiones en muchos puntos del territorio nacional, y las cada vez mayores afecciones que se producen a manantiales y cursos de agua, ha hecho necesario tomar medidas restrictivas en muchos sectores. Esta problemática ha llevado a que las confederaciones hidrográficas se planteen o limiten las nuevas concesiones en las distintas unidades hidrogeológicas (San Román y Coloma, 2002), adoptando diferentes medidas como la instalación de contadores, la reducción de los plazos de concesión, las revisiones del volumen concedido, la prohibición o limitación horaria y/o estacional de los bombeos, etc. En los últimos años, las comisarías de aguas han entendido que lo primero que necesitan los usuarios de agua subterránea es formación e información sobre los pozos, las técnicas de perforación, los tipos de bombas, los acuíferos, su recarga, la relación con las aguas superficiales, la legislación de aguas, etc. y en este sentido se han impartido diversas charlas divulgativas en las zonas más problemáticas. Es muy importante desmontar los tradicionales esquemas de las corrientes subterráneas de agua, trasmitidas por los zahoríes, y que perpetúan la mayor parte de las empresas perforadoras (San Román y Coloma, 2002). La percepción social del agua subterránea En contraste con el aprovechamiento del agua superficial, ligado tradicionalmente a acciones colectivas, en general financiadas y controladas por la Administración, el aprovechamiento de agua subterránea ha sido realizado de modo individual o por pequeñas colectividades a través de pozos y galerías. Hasta hace unas décadas, los caudales obtenidos eran muy reducidos y el origen, localización y movimiento de las aguas subterráneas se consideraba como algo misterioso, en donde era muy difícil encontrar una relación clara entre los efectos y sus causas (Llamas Madurga, 2005). Un claro ejemplo del tradicional desconocimiento sobre el tema es expuesto por Fetter (1994), cuando cita una decisión judicial de 4 Educación científica: Tecnologías de la Información y la Comunicación y Sostenibilidad 1861 en relación con un conflicto sobre las aguas subterráneas en el estado norteamericano de Ohio: "Debido a que la existencia, origen, movimiento y curso de tales aguas, así como de las causas que gobiernan y dirigen su movimiento son tan secretos, ocultos y escondidos, un intento de establecer cualquier tipo de normas legales con respecto a estas aguas, sería prácticamente imposible" (traducción en Llamas y Custodio, 1999). La razón por la que estas percepciones son, a menudo, poco claras e incorrectas, es que el ambiente del agua subterránea está muy oculto a la vista (Tarbuck y Lutgens, 2000). La observación de la superficie de la Tierra nos lleva a interpretar que el planeta es “sólido”. Cuando entramos en una caverna (por ejemplo, en sistemas kársticos) nos da la impresión de que el agua sale por unos conductos excavados en roca sólida, y vemos que circula por cauces e incluso forma lagos subterráneos. Sin embargo, la mayor parte del agua subterránea se encuentra almacenada o circulando a través de pequeños poros entre granos, grietas y fisuras. Hoy en día, los avances científicos en el conocimiento del funcionamiento de los sistemas hidrogeológicos son muy importantes, aunque no tanto el grado de conocimiento de la sociedad, que no ha aumentado demasiado. Por el contrario, sí ha aumentado significativamente el grado de explotación de estos recursos, como se ha citado en el apartado anterior. En relación con el escaso conocimiento que tiene la sociedad en general sobre el tema, como se indicaba anteriormente, buena parte de la ciudadanía posee unos determinados modelos alternativos de las aguas subterráneas como corrientes subterráneas de agua (ríos y lagos situados en puntos muy localizados del subsuelo). Estas ideas han sido tradicionalmente trasmitidas por los zahoríes, y perpetuadas por buena parte de las empresas perforadoras. En algunos países como EEUU, se han realizado investigaciones sobre el conocimiento y percepción social de la ciudadanía sobre el agua subterránea para poder desarrollar futuros programas educativos (Suvedi et al., 2000) A todo lo anterior se une que en amplios sectores de la sociedad predomina el mito de que el agua subterránea es un recurso muy frágil (“hidromito”, según Llamas Madurga, 2005). Un falso paradigma amplio y mundialmente difundido es el siguiente: “todo pozo termina por secarse o salinizarse”, y la consecuencia práctica del mismo es que muchos planificadores hidrológicos sólo consideran utilizables las aguas superficiales a pesar del mayor coste económico y ecológico que esta utilización conlleva frente a la alternativa de las aguas subterráneas (Custodio, 2002). La visión didáctica: algunos aprendizaje del agua subterránea problemas en la enseñanza- Uno de los principales problemas que aparecen en el proceso de enseñanza-aprendizaje del ciclo hidrológico, en general, y del agua subterránea, en particular, es la existencia en el alumnado de una serie de ideas alternativas muy similares a las que citábamos anteriormente en el apartado de la percepción social. La interacción entre estas ideas (muy comunes, persistentes y con cierta coherencia interna) y los recursos didácticos existentes (a veces impregnados de esas mismas ideas o similares) puede dar lugar a consecuencias imprevisibles. 5 Varias visiones en torno al Agua Subterránea Marcén Albero (2003) destaca que más de la mitad de los estudiantes de secundaria desconocen de dónde procede el agua que consumen, casi el 80% no saben que se potabiliza y depura y casi todos desconocen procesos de formación y mantenimiento de aguas. Muchos estudiantes representan la circulación freática (agua subterránea) como ríos y lagos subterráneos (Yus Ramos, 1994). Por otro lado no suelen asociar la existencia de un río superficial con el agua subterránea, con lo que dan por supuesto que si no llueve durante una temporada el río se seca. Figura 2. Representación gráfica del agua subterránea (dibujos de la izquierda) y del ciclo del agua (derecha) en libros de texto de Educación Primaria. No es de extrañar la existencia de estos modelos alternativos, ya que, aunque no tienen porque ser los únicos responsables, muchos libros de texto (Figura 2), especialmente en Educación Primaria, ilustran el tema (ciclo del agua) con esquemas en los que se representan precisamente esos ríos y lagos subterráneos (Márquez et al., 2002; Calvo et al., 2004). En un análisis detallado de ese tipo de representaciones (textuales y gráficas) en libros de texto de primaria y secundaria, Márquez et al. (2002) diferencian varios tipos de diagramas, según muestren o no la idea de ciclo. En los ejemplos que presentan las autoras se pueden reconocer algunos de estos modelos alternativos que citábamos anteriormente. Las explicaciones escritas indican que el agua se infiltra en la tierra y circula por el subsuelo (especialmente en secundaria). Los dibujos aportan una representación del 6 Educación científica: Tecnologías de la Información y la Comunicación y Sostenibilidad agua subterránea similar a la superficial, con ríos y lagos. Como indican estas autoras, los dibujos que acompañan a los textos y que deberían ayudar a su comprensión, contribuyen a desarrollar una “concepción errónea” del agua subterránea. En todos los casos mostrados en la figura 2, el agua subterránea es representada como ríos, lagos o “bolsas” de agua en el subsuelo, que están conectados con los sistemas superficiales a través de procesos de filtración (el agua va de arriba hacia abajo, nunca al revés) o directamente mediante “conductos” que vierten directamente al mar. La forma en que se representa la salida del agua del subsuelo hacia la superficie es a través de procesos artificiales de extracción (pozos, sondeos). Hay que destacar que el aprendizaje en ciencias no supera la enseñanza obligatoria en la mayor parte de la ciudadanía y que las posibilidades de profundizar en los aspectos geológicos (y más aún en Hidrogeología) están limitados a la optatividad en ESO y Bachillerato, o a la especialización en el ámbito universitario. En este contexto, los modelos alternativos sobre el agua subterránea se generan y/o refuerzan en los primeros niveles educativos, y el escaso conocimiento generalizado unido a estas ideas sobre el tema se sigue perpetuando (algo que no es exclusivo del sistema educativo español). Consideraciones finales Como hemos visto anteriormente, el agua subterránea constituye la mayor reserva de agua dulce líquida de nuestro planeta. Sin embargo, el grado de conocimiento de la sociedad sobre el tema es bastante escaso. La “facilidad de obtención” de agua procedente del subsuelo y el aprovechamiento incontrolado de la misma (bajo la poco fundada creencia de que es un recurso inagotable) ha dado lugar a que en muchas regiones se estén planteando graves problemas que llegan a afectar a los sistemas hidrológicos superficiales. En estos casos, la administración está utilizando recursos que controlan, limitan e incluso impiden, en algunos casos, estos aprovechamientos. Esto no quiere decir que los recursos hidrogeológicos estén en fase de agotamiento, sino que hay que hacer un uso racional de los mismos. En este sentido, algunos autores destacan la existencia de mitos y falsos paradigmas utilizados en ocasiones por sectores interesados en desechar el uso de agua subterránea en favor de políticas de aprovechamiento de agua superficial. La falta de formación (y de información) sobre el tema da lugar a que aparezcan posturas enfrentadas entre distintos sectores de nuestra sociedad, así como a numerosos conflictos entre usuarios y gestores. Esta percepción poco clara e incluso incorrecta del agua subterránea, con falsas creencias y modelos alternativos muy extendidos y persistentes, se fundamenta o refuerza en parte en las representaciones que se presentan desde los primeros niveles educativos. Todas estas carencias en el conocimiento hacen que la toma de posturas críticas o decisiones ante cualquier situación relacionada con el agua subterránea responda, en muchas ocasiones a factores poco científicos e incluso afectivos. 7 Varias visiones en torno al Agua Subterránea Referencias bibliográficas Bastida, F. (2005). Geología. Una visión moderna de las Ciencias de la Tierra. Gijón: Ediciones TREA. Calvo, J.M., Cortés, A.L. y Martínez, M.B. (2004). 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