La defensa en juicio de las Comunidades Autónomas. Francisco del

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FRANCISCO DEL RIO MUN OZ
.
Jefe del Gabinete Jurídico
Junta de Andalucía
LA DEFENSA EN JUICIO DE LAS
COMUNIDADES AUTONOMAS
SUMARIO
I. PREAMBULO
n.
PROBLEMATICA GENERAL
A) Representación y Defensa en Juicios.
B) Notificaciones y Emplazamientos .
III. ACTUACION ANTE LOS DISTINTOS ORGANOS JURISDICCIONALES
A) Tribunal es Civiles.
B) Tribunales Penales.
C) Tribunales Contencioso-Administrativos.
a) Recursos
b) Ejecución de Sentencias
c) Ley 62178 de 26 de Diciembre.
D) Tribunales de lo Social
IV. CONCLUSION
1.
PREAMBULO
La entrada en vigor de la Constitución Española de 29 de Diciembre de 1978,
además de la consagración del sistema democrático , del reconocimiento de los
derechos y libertades ciudadanos y otras innovaciones substanciales para la conviven­
cia, estableció una nueva organización territorial del Estado , posibilitando la creación
de las Comunidades Aut ónomas .
No constituye el objeto de esta ponencia entrar a considerar la naturaleza y la
problemática general de éstas . Sólo nos interesa al respecto que, con anterioridad a la
vigencia de la Constitución , empezaron a constituirse por Decreto Ley bajo lo que se
denominó régimen preautonómico y una vez reconocida constitucionalmente y me­
diante la aprobación de los respectivos Estatutos, pasaron a ocupar la posición que
conforme a la Constitución les corresponde .
Aunque por envidente no sería necesario destacarlo, las Comunidades Autóno­
mas tienen personalidad jurídica; son Administraciones Públicas y más tarde se
insistirá en el reconocimiento de esa condición; ejercen una serie de actividades en las
que se someten al ordenamiento jurídico, unas inherentes a su propia naturaleza y
personalidad como la potestad normativa, la facultad de contratar , de autoorganizar­
se , etc ... , otras en el ejercicio de las competencias que los respectivos Estatutos le han
atribuido de acuerdo con la Con stitución ; nombrar funcionarios; contratar personal
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FRANCISCO DEL RIO MUN'OZ
lab o ral ; responder de la ac tuació n de sus gestores y age ntes siguie ndo la vieja
terminología del Có digo Civi l. E n defin itiva se co mporta n co mo una A dministración
Públ ica .
En su act uac ió n y co mo con secu en cia de lo exp ues to , las Co munida des A ut óno­
mas pueden ser res idencia das ante los d istint os ó rga nos juris dic cio na les existe ntes ,
ocupando las diferen tes sit uacio nes procesales qu e permiten las ley es , lo que ge nera
un a serie de pr obl em as e incide ncias a cu yo examen se va a dedicar mi inte rve nció n,
co mple me nta da co n las inestimables aport acion es de los mu y cualificados co munica n­
tes que me aco mpañan , as í co mo en el posteri or co loq uio .
Necesari am ente nos tenemos qu e referi r a situacio ne s pa sadas y al proceso q ue
se ha seguido , ya qu e gra n parte de los pro blemas iniciales co ntinúa n subsiste ntes .
En nu est ro orde na mie nto jurídico la posició n de las partes en e l proceso ,
represent ación , defe nsa , comuni cacion es, e mp lazamie ntos, no tifica cio nes, et c. , así
com o las pec uliaridades de algunos sujetos com o pue de ser e l Estado, aparece
regul ad o por la Ley co n ra ngo fo rma l de ta l.
L as Com un ida des A utó no mas no apa recía n lógicam ente en las norm as p rocesa­
les pr econstitucio nales , pero con posteri or idad a la mism a su situació n en este aspecto
tampoco ha sido plename nte con templ ad o .
Los Estat utos de A uto no mía salvo el de Ga licia, se limitan a es tablece r qu e sus
actos y d isposicio nes serán susceptibles de recurso ante la Juri sdi cción Co nte ncioso
Administrativa. Con otros té rm inos , e l de And alu cía contie ne qu e la Co munida d
A utó no ma es Ad mi nistració n Públ ica a los efectos de la Ley regulador a de la
J ur isd icció n Co nte ncioso-a d ministra tiva .
Sue len co ntene r ade más los Estat utos la ex igencia de la recl am ación previa e n
vía adminis tra tiva par a el eje rcicio de acciones por los particul a res , así co mo la
exe nción de prest ar cauc io nes y co nsti tui r dep ósitos para accio nar o recu rrir.
E n e l caso de Val en cia, Cana rias, Cantabri a , A ragó n, Casti lla- La Man ch a,
Madrid y Cas tilla León, le atribu ye los pri vilegios y potestades del Esta do , un os con
ca rác te r ge nera l y otros enum er ánd olos, e ntre los que se encu entr a a lguno de caráct er
pro ce sal a qu e a ntes se ha hech o referen cia .
Co n ran go de Le y o rdinaria, la Ley 34/81 de 5 de Octubre es tableció qu e a todos
los efec tos a q ue se refie re la Ley regul ad or a de la Juri sdi cción Co nte ncioso Ad­
mini st rat iva , se entend e rá com o A dminis tració n Pública la A d minis trac ión de las
Co munida des A utó no mas , añadie ndo qu e las E ntida des so me tidas a la tutela de est as
Co munida des tendrán igu a l co nside ració n .
El Te xto Refundid o de P ro ced im iento L ab oral , aproba do por R eal Decret o
L egislat ivo 1568/80 de 13 de Juni o , me ncio na a las Co munida des Autónomas e n su
art. 64 junto a las Corporacion es Locales a los efectos de la necesid ad de ago ta r la vía
ad ministrativa que ya hemos visto se en contraba en los E st atutos , debiénd ose des­
tacar que el mismo requisi to p ara el Estad o aparece en un pr ecepto d istinto , e l art.
49.
E n cua nto a la representación y defen sa en la Le y O rgán ica del Pod e r Judicial se
va él exam ina r co n mayor a mp litud .
Co n és tas , a todas luces, insuficie nte norm ativ a nos enco ntrába mos , cua ndo en
J unio de 1984 un a fe liz inicia tiva del J efe de los Servicios Jurídicos de la Junta de
Ca narias, nos co nvocó a una reun ión pa ra trat a r de estos tem as.
A llí se puso de mani fiesto to dos los pr obl em as ; la im posibilidad de eq uiparar las
Co munida des Autónom as, ni a ún las un ipr o vinciales, a las Corporacio nes Loca les;
hace falta colegi ación a los letrad os incard inad os e n sus servicios juríd icos: le es de
aplicación el régim en sec ular de not ificaciones y emplazami entos qu e rige para la
A dm inist ra ció n del E stad o en cuanto se le hace a la person a del Abogado del Estad o ;
basta co n la remisión del ex pedien te a los Tribun ales Co nte ncioso -a dministra tivo o se
requie re co mpa recer.
NOTAS YCOMENTARIOS
11
D entro de la d iversidad de situac io nes qu e const itu ye la esenci a y la mayor
riqu eza de las distintas auton om ías , se confluyó e n un a serie de ex tre mos . Las
Co munida des Autón omas eran Estado, como ya se hab ía pronunci ad o al res pec to el
T ribunal Const itu cion al en su Senten cia de 28 de ] ulio de 1981 y su régim en jurídico
procesal no podía diferir del est abl ecido para la Admin istración del E stad o .
Por otro lado , la impo rtancia de los intereses públ icos qu e ges tio na n y la rigidez
de las norm as pr ocesales, requ erían en un a aplicación e leme nta l del principio de
seg urida d jurídica , qu e tod as es tas cues tio nes no qu ed asen a (a apre ciació n de cada
órgano jurisd iccion al , en un a int erpre tación analógica qu e podía llev ar , y de hecho
llevó , a muy difer entes solucio nes .
Se hacía necesar io una disposición con rango legal , qu e dada la urg en cia de la
situación se esti mó qu e podía ser e l Real D ecreto Le y.
A llí mismo se prep aró un borrad o r qu e, en lo substa ncial, recogía la ap licació n a
las Co m uni dade s A utóno mas del régimen jurídico pro cesal qu e se esta bleciese par a el
Es ta do , ade más de la a tr ibución de la representac ión y defe nsa a los letrad os adscri tos
a los se rvicios jurídicos de cada un a de e llas .
Es te borrad or , qu e co ncre tame nte la J unta de A nda lucía e levó como propuest a
al Gobie rno de la N ación, no pr osper ó. Se no s arg uyó que plan teab a dud as su
Co nstitucionalidad e n cu an to e l art o86.1 de la Constitució n excluy e del D ecret o Ley
el régimen de las Co m unida des A utó no mas , interp re ta ción qu e es timamos rigurosa ,
ya qu e e l no e limina r la tramitac ión pa rlame ntaria tie ne just ificac ión e n otros aspec­
tos del régimen de las Co munida des A utóno mas , pero no e n e l jurídico pr ocesal , que ,
a unq ue de gra n trascendenc ia es , en cierto mod o dom éstico , unid o a la equipa ració n
e n cua nto a po testad es y priv ilegios co n e l Estado qu e figura e n la may oría de los
Es ta tuto s y lat e e n los dem ás.
E l o tro argume nto fue que se cont empl arí a en la inmin ente reform a de las leyes
procesale s , lo qu e ev ide nteme nte tampoco ha tenido lugar.
11 .
PROBLEMATICA GENERAL
A)
Representación y defensa en juicio
Los pr oblemas q ue se ve nía n produciendo co ntinua ro n y, co mo un ejemplo de lo
que supon e este vacío nor ma tivo , convi en e det en erse en e l punto de la represent ación
y de fens a en juici o de las Co munida des Au tón om as , felizment e res uel to por la Ley
O rgánica del Poder Judi cial , si bien no se pu ed e decir lo mismo de los e mplazam ie n­
tos y notificaciones ín tima me nte con ect ad o con aq ué l, de form a qu e pu e de llev ar a
dism inuir aprec iable me nte su eficacia.
El reconocimiento de qu e los letrados de los serv icios ju rídicos de las Comunida­
des Autón omas no requer ían colegiación pa ra ac tuar ante los T ribunales en defen sa
de éstas, así co mo que las representaban sin va lerse de procurad or , cons tituyó un o de
los punt os que se estimó funda me nta l par a la co nfiguración del régimen jurídico
procesal de las mism as.
Limitándo nos a aqué llas qu e lo plasmaron e n un a norm a co n r ango de Ley y
salvo o misió n invo luntaria, ten emos por or de n cro no lóg ica la Ley de Gobierno y
Admin istr ació n de And alucía de 21 de Juli o de 1983 ; Ley de Serv icios Jurídicos
Conten ciosos de la Junta de Galicia de 26 de J unio 1984; Ley de Co mpa re ce ncia en
Juici o de 29 de Juni o de 1984 e n Valenci a ; Ley de Co mpa rece ncia e n J uicio de 29 de
Di ciembre de 1984 e n Cas tilla La Man cha ; Ley de Co mpa rec encia en Ju icio de 1 de
Jul io de 1985 en Murcia ; Ley de Co mparece ncia en Jui cio de 16 de Dicie mbr e de 1985
en Ex trema d rua y Ley de Representació n y D efen sa en Juici o de 26 de Ju nio de 1986
e n e l País Vasco .
Pese a estas dispo siciones y o tras aná logas co n ra ngo de Decret o en otras
Comunid ad es, la situación no fue pa cífica.
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FRANCISCO DEL RIO MUN-OZ
Como ejemplo , la Sala Sexta del Tribunal Supremo por Auto de 28 de Marzo de
] 984, de sestimó el recurso de súplica que había interpuesto la representación letrad a
de la G eneralidad de Val enci a , co ntra la providencia que le requería para que
acre ditase la colegiación en el Ilustre Colegio de Abogados d e Madrid , par a la
admisión del recurso de casaci ón qu e había interpuesto un letrado .
El fallo se basó en que las norm as que invocaba de la Generalidad V al enc ian a no
tiene eficacia fuera de su territori o, sile nciand o la alegación qu e se le había hecho
respecto de la equiparación qu e procedía con el régimen estatal.
La misma Sala, aunque con distinto ponente, por Auto de 16 d e Octubre d el
mismo año , estima e l recurso de súplica que en la mism a situación y ant e idéntica
providencia había int erpuest o la representación de la Junta de And alucía , bast ándole
en este caso que el art . SO de la Le y de Gobierno y Admini st ración , atribuyes e la
representaci ón y d efen sa e n jui cio d e la Comunidad Aut ón om a a los Letr ad os del
Gabinete Jurídico .
Durante e l mismo período d e tiempo , e l Tribunal Cent ral de Trab aj o el 8 de
Mayo de 1984 dict ó A uto po r e l qu e se ten ía por no int erpue sto recurso de suplicació n
contra una Sent en cia de la Magistratura de Trabajo , por no concurrir en el Let rado
del Gabinete Jurídico que lo susc ribía e l requisito de es ta r legalm ente habilitado para
eje rcer la profesión ante la Magistratura que dic tó la Sentencia , lo qu e se o bte nía por
la incorporación al Col egio de Abogad os correspond iente .
Recurrido en Súplica , es d esestimada por Auto d e 15 de Juni o del mism o año .
Interpuesto po r la Junt a de Andalucía recurso de ampar o , el T ribunal Co nstitu­
cional en Senten cia de 30 d e Mayo de 19R5 oto rga el mism o , en base a que la
habilitación legal no se cu b re só lo con la incorporación a un Co legio Profesion al,
siendo a esto s efe ctos suficie nte e l contenido del artículo SO de la Ley de G obi erno y
Admini stración de la Comunid ad Autónoma , al mism o tiempo que e ntra ba a conside­
rar las característic as de la rel aci ón funcionarial , cit ando al efec to la idé ntica habilita­
ción de los Abo gad os d el Es ta do.
Mientras tanto in iciaba la tramitación parlam ent ari a el p ro yecto de Ley Orgánica
del Pod er Jud icial. Parecía qu e e l problema se iba a solucio nar defin itivamente , dado
que en el proyecto ap ro ba do por el Gobiern o se equip ar ab a a es to s efectos la
representaci ón y def en sa del Estad o y de las Comunid ad es Au tón om as, pero tampo­
co iba a ser fácil. Una e nmienda aprobada en el Cong reso o mitió la ref erencia a las
Comunidades A u tó no m as con lo que , si bien su bsistía n los argume ntos que funda­
mentaron e l fallo del Tribunal Constitucional , no ofr ecía duda qu e el hecho de que se
hubies e modificado en este punto el proyecto de Ley , con stitu ía un crite rio interpre­
tativo desfavorable pa ra nuestra tesis.
Fu e pr eci sam ente en o tra jornada de encuentro de los Servicios Jurídicos de [as
distintas Comunid ades , celebrado en Córdoba en Marzo de 1985, donde se trató la
cuestión , el ab or ándo se un informe que, a través de los ca uces opo rt unos, se hizo
llegar a los se na do re s.
Pod emos afirm ar que el Senado tu vo se nsibilida d en e l tr atamiento de los
problem as de las Co mu nid ades Autónomas , y ap ro bó una nu ev a enmienda por la qu e
se incluían las Com unid ades Autónomas ade más de las Co rpo racio nes Loc ales, con la
red acción d e lo qu e actua lme nte es e l art . 447. 2 y qu e no pr esen tó problemas e n su
ratificaci ón por el Co ngreso con form e a l art . 90 .2 de la Co nstit ución .
B)
Notificaciones y emplazamientos
El p roblem a que como indicábamos antes no se encue nt ra resuelto , es el de los
emplaz am ientos y notificaciones .
D esd e el primer momento se detectó que con stituía una cues tió n clav e para la
defens a e n juicio de las Comunidades Autón omas.
NOTAS YCOMENTARIOS
El
Basta pen sar en las dispe rsas sedes de los distintos órganos de su Admini st ración
central así co mo la periféri ca e n aq ué llas , la mayoría , que so n pluriprovincial es. par a
comprender qu e un e mp laza mie nto o not ifica ción recibid a e n cua lq uiera de las sedes ,
con las simples dilig en cia s de reg istr o y a unque éstas se lleven a ca bo co n la mayor
cel erid ad , cuando se recib a en los servicios ju ríd icos , si no ha ca d ucado e l plazo
pro cesal ele la act uación habr á disminuido se nsib leme nte e l q ue rest e , de mod o qu e
o bliga rá a o per a r apresur ad amente , lo qu e incide negativamente e n el resulta do .
E n la Admin istración del Estad o la cues tión est ab a re suelta y no só lo por el ar t.
56 del R eglam ento Orgán ico de la Dirección G eneral de lo Contencioso y Cuer po de
Abogados del E sta do q ue , co mo es sa bido, es ta blece q ue las noti ficacion es y dem ás
diligen cias se entende rá n d irectament e co n e l A bogado del Es tado en su despach o
of icia l, sino por un a tra d ició n de funcio na mie n to q ue, todo hay qu e decirl o , e n
muchas ocas iones tien e m ás im por ta ncia q ue lo qu e se co ntiene en los preceptos .
En la mecánica o rd ina ria de tod os los órganos jurisd iccion ales se e nc ue ntra
asumido q ue las dem andas q ue se dirij an co ntra el E stado y sus O rga nismos A utóno ­
mos , deb en rem itirse a l Abogado del Estad o, así co mo todas las no tificaciones q ue se
pr oduz can en e l curso del proceso .
Cu a nd o empiezan á ac tu ar e n j uicio las Co munida es Autón om as, se cu estion a
don de se hacen estas noti ficacion es q ue ro mpe n e l esque ma as umido de años , ya qu e
no son min iste rios sino con sejerías y la de nominación de las mism as tampoco coi nci­
de . Es to lleva a q ue un os lo hagan en la se de del ó rga no, seg ún el do micilio qu e figura
en la dem and a , lo qu e inclu so da pie a la picare sca de las pa rt es par a ate nde r a
oficinas qu e ten gan sede distin ta de la ce ntral aunq ue esté n co nec ta da s co n el as unto ,
y otros, atendie ndo a es as funciones re present ati vas q ue los Es ta tutos a tr ibuye n al
Pr esidente de la Comunidad Au tó no ma, se lo envían person almente al mism o .
E l an ecd ot ario qu e pod emos apo rtar co lmaría co n mu cho el tiempo dedi cado a
est a sesi ó n , pero hay algo que re sulta indud able, tod o esto gen era ret raso s y las
su bsigui entes cad ucidades y firm ezas de resolu cion es dañ osas por haberse agota do los
pla zos de recu rso.
Por part e de las Co mu nida des A utó no ma s se reaccionó, así en algunas, por
ej emplo , Val encia, E xtrem adura , Ca nta br ia, Andalu cía , etc . .. , en los Reglam entos
regul ad or es del fun cion ami en to de las aseso rías ju rídicas , se esta bleció qu e los
em plazam ien to s y not ificacion es se hacían e n la sede de los se rvicios ju ríd icos .
Todos é ra mos con scientes qu e nos movíamos en un terreno po co estable, ya que
se pod ía arg ume nta r qu e se incur ría en incom peten cia po r trat arse de un a mat er ia
pr oce sal q ue correspo nde al Est ad o por e l art. 149. 1.6 de la Co nstitución. No
o bsta nte la apreciació n la est imo excesiva me nte literalista y rigurosa .
No es necesario entrar aho ra a de sarroll ar e l tem a del domicil io de las Ad­
min ist racion es Públ icas , pero en cua nto la co mpe te ncia, conforme a las norm as de
procedim iento es una a tr ibució n de ca da órgano, par ece lógico qu e e l domi cilio a q ue
hay q ue ate nder e n e l desa rro llo de cada actividad , es la sede del órg ano qu e tiene
atri buida la com petencia .
Por e llo no pu ed o estima r qu e se está incidien do en la le gislación procesal
reserv ad a al E stad o, cua ndo un a Co munida d A utó no ma e n e l e jercicio de su pot estad
de a utoorganizació n, atribuye al pe rsonal de uno de sus órganos su representación y
defen sa en ju icio , fija ndo co mo co nse cue ncia cuá l va a ser su do mic ilio a es tos
efectos, y esta disposi ción se establece co n caráct er ge ne ral dá ndose le la pu blicida d
adec uada a través de los distintos boletines oficia les .
La re alidad es qu e la Ad mini str ación del E st ado no ha formul ad o requerimiento
de incom pet en cia ante es tas disposicio ne s, pero si ha sido aprecia do en algún caso por
los órganos juri sdi ccion ales .
No se pued e o lvida r qu e e l vicio de notificació n se invoca siempre instando la
nulid ad de actuaciones, a nte la caducid ad de un tr ám ite e incluso fre nte a urra
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•
FRANCISCO DEL RIO MUN-OZ
sentencia que puede haber ganado firmeza y es lógico que se sopese la incidencia que
puede tener el volver a repetir todo el procedimiento .
En todo caso, en lo que ha sido sistemáticamente ignorado estas disposiciones, es
en cuanto al requisito de fijar domicilio en la sede del órgano que fundamentan en el
art. 4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Entendemos que este precepto que tiene su apoyo en el principio de seguridad
jurídica para aquellos supuestos en que no es necesario comparecer a través de
procurador , no contempla el supuesto de las Administraciones Públicas, en las que ,
por la publicidad de los registros de entrada , hay siempre una fecha fehaciente del
momento en que la notificación se ha recibido, máxime cuando en las últimas
reformas de las leyes procesales se ha autorizado el correo certificado como instru­
mento ordinario de notificación .
Por otro lado , parece que es un argumento difícilmente contestable , el que si la
Ley atribuye la representación de la Comunidad Autónoma a los letrados adscritos a
sus servicios jurídicos, el domicilio a efecto de notificaciones debe de ser el del
representante , es decir la sede oficial de estos letrados.
Ni que decir tiene que esta fijación de domicilio en la sede del órgano , plantea
graves inconvenientes cuando éste reside fuera del territorio de la Comunidad Autó­
noma , obligando a depender de agentes ajenos a la propia organización y dando lugar
a unos gastos, fondos públicos en definitiva, que podrían evitarse.
Sin perjuicio de que volvamos sobre el tema al tratar de los Juzgados de lo Social,
hay que concluir que se trata de un problema no resuelto que incide de forma muy
negativa en la eficacia de nuestros servicios y que obliga a continuar gestiones ante los
distintos órganos jurisdiccionales para explicar la situación, que en muchos casos hay
que volver a repetir cada vez que por el sistema de cobertura de plazas cambia el
funcionario responsable .
11I.
ACTUACION ANTE LOS DISTINTOS ORGANOS JURISDICCIONALES
Una vez examinado lo que podría denominarse problemática general de la
defensa en juicio de las Comunidades Autónomas, en cuanto son cuestiones que se
plantean indistintamente en todos los órdenes , y sin perjuicio de que se insista en
ellos en aquellos casos en que presentan una incidencia especial, vamos a considerar
los pleitos específicos de cada orden jurisdiccional, inspirándonos a estos efectos en la
ya caduca terminología de las distintas jurisdicciones, dado que la Constitución
consagra en su artículo 117 el principio de la unidad de jurisdicción e igualmente
aparece en el artículo tercero de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Estimamos que las actuaciones ante el Tribunal Constitucional quedan fuera del
contenido de esta ponencia, por lo que no se va a hacer referencia a las mismas , si
bien hay que hacer constar que ante él no se plantea ninguno de los problemas que
hasta ahora hemos considerado.
El art. 82 de la Ley Orgánica 2179 de 3 de Octubre en las normas de procedimien­
to , estableció que los órganos ejecutivos tanto del Estado como de las Comunidades
Autónomas serán representados y defendidos por sus abogados, frente al criterio
general de la representación a través de procurador y la dirección de letrado que
figura en el art. 81.
Por otro lado . para las notificaciones se utiliza el correo certificado dirigido al
letrado en el domicilio en que radica su sede oficial.
A)
Tribunales Civiles
Si bien se encuentra muy lejo s del volumen de asuntos de que conocen hasta
ahora las Salas de lo Contencioso Administrativo, las cuestiones patrimoniales ,
interdictos , tercerías, responsabilidad extracontractual, etc. , dan lugar a una impor­
tante carga de trabajo en los servicios jurídicos .
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I
NOTAS YCOMENTARIOS
Quizás la cues tió n específiva e n la que convendría detenerse e n este punto es la
del llam ad o fuero territ orial del Estad o, para lo cual hay que pl ant e arse si co ntin úa
vigente y si le es de aplicación a las Comunidades Autón om as.
Co mo es sa bido e l llam ado fuero territorial del E st ad o, con siste e n la compe ten­
cia territ orial de los Juzgados de las ciudades en qu e exista Audiencia , para el
conocimiento de todos los asuntos de carácter civil que interesen al Est ado o a los
establecim ient os de instrucción o beneficiencia gen er al.
Par a examin ar la vigencia de este llamado privil egio proc esal del Es tado , yo
prefiero den om inarl o peculiaridad por razón del sujeto , hay qu e exa minar si su
subs iste ncia viol a el o rden constitucional, ya que en ese caso operaría la Disposición
Derogatoria de la Constitución y en caso contrario , es decir si es conforme , ver la
sue rt e que ha podido corr er a lo largo de toda la reforma legislativ a .
La Co nstitució n e n su art o 117 est abl ece qu e e l ej e rcicio de la pot estad juri s­
diccion al e n todo tip o de pr ocesos , ju zgand o y haciendo e jec utar lo ju zgad o , co rres­
ponde ex clus iva me nte a los Ju zgad os y Trihunal es det ermin ad os po r las leyes , seg ún
las normas de compet enci a y procedimiento qu e las mismas es ta blezca n .
Por su parte el a rt o 24.2 , e n un apart ad o qu e tien e un a inequívoca voca ció n de
esta r di rigido a la ju sti cia pen al , reconoce co mo der ech o funda me nta l de los ciuda da ­
nos el de se r e njuiciados por e l Ju ez ord inari o pr ed e termin ad o por la Ley.
E n con secu enc ia , los requisit os co nstit ucio na les so n que los ju eces es té n det ermi­
nad os por las ley es, co nfo r me a las norm as de co mpe te ncia qu e és tas es ta blez can y e n
el art. 24 , qu e se a el juez ordin ari o pr ed et erm inad o po r la L ey.
Hay que hacer constar, qu e la termin ología tan al uso del ju ez natural es
simpleme nte doctrinal ya qu e la Constituc ió n se refier e al juez ordi na rio .
Pe se a qu e como indicábamos el art . 24.2 de la Co nstitució n se invoc a sie mpre e n
el ám bito penal y aquí est amos tratando de as untos civiles , no ofre ce duda qu e los
Ju zgados de Primera Instancia son los ordin arios para e l e njuicia mie nto de las
cuestiones civiles, por lo que el hecho de qu e con oz ca e l de la sede de la respectiva
Audienci a o el de otro partido judicial distinto , exclusiva me nte a fecta a la competen­
cia que la Constitución sólo requiere qu e se encu entre det erminad a por las Leyes.
Por otro lado , la posible discrimin ación co n los parti cul ar es que desde un punto
de vista mu y es tricto podría alegarse ca rece de fund am ento , ya que es principio
ge nera lme nte aceptado por el Tribun al Co nstitucional qu e la discriminación se pro­
duce e ntre iguales y no es necesario entra r a consid erar las difer encias qu e existen
entre los particulares y las A dministra cio nes Públicas, un ido a qu e , como más
ade lante verem os , existe un a ju stifi cación razo na ble y si en ocasio nes pu ede re sultar
una difi cultad adi cion al , no co nstituye un o bstáculo qu e pon ga en peli gro el derecho a
la tutela judicial efectiva qu e co nsagra el art. 24 de la Constitu ció n .
Piénsese a es to s efecto s en la doctrina sentad a e n diversas Sentencias del Tribu­
nal Constitucional rec aíd a en rec ursos de am pa ro, referen tes a la su bsiste ncia de la
reclamación previa en vía admini str ativ a , pese a qu e ha desap ar ecido com o tr ámite
obli gado el acto de concili ación.
Una vez comprobado qu e el fue ro te rritorial del Es ta do no pugn a co n los
preceptos constitucionales, ten e mos qu e exam ina r si se en cu entra e n vigor.
El pr ecept o en cu esti ón apa re ce en la Ley Adicio na l a la Orgánica del Pod er
Judicial de 14 de O ctubre de 1982 , en su artíc ulo 57 .
Bastaría con exa mina r la disposición derogat oria de la L ey Orgánica del Pod er
Judici al , en que expresame nte se derog a a aqué lla, para qu e tengamos resuelto
negativam ente el problem a , pero hay q ue seg uir invest igando en los preceptos .
Co mo se ña la Se bas tián Mart ín R et ortill o e n su o bra «La Defensa en Derecho del
E stado », la ju stificac ión de dich o ar tíc ulo se e nco ntró en corresponderl e a los Fiscales
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FRANCISCO DEL RIO MUN-OZ
la defensa del Estado , por lo que al atribuirse a los Abogados del Estado , el Tribunal
Supremo en Sentencia de 21 de Febrero de J984 y 29 de Septiembre de 1914 entendió
que no estaba vigente.
Para contrarrestar esta doctrina jurisprudencial , el precepto se incluye en el Real
Decreto Ley de 12 de Enero de 1915, cuyo superior rango normativo , el autor citado
lo funda en que se aprueba conforme a una autorización contenida en la Ley de
Presupuestos para 1915, Ley de 26 de Diciembre de 1914 , autorización que compren­
día la reorganización de Cuerpo de Abogados del Est ado y la Dirección General de lo
Contencioso , manteniendo en vigor los principios del Real Decreto de 16 de Marzo de
1886, Real Decreto de 11 de Enero de 1893 y artículo 34 de la Ley de Presupuestos
del mismo año. Precisamente en el propio texto se contiene que se dicta usando de la
autorización legislativa contenida en la Ley de Presupuestos.
Por otro lado , el art. 20 y último , contiene que el Ministro de Hacienda dará
cuenta a las Cortes, lo cual no se compagina con una eventual naturaleza reglamenta­
ria del texto que se pretendiese mantener.
El fuero territorial del Estado se incluye e n el arto 8 del Real Decreto Ley de 21
de Enero de 1925, por el que se apru eba el Estatuto de la Dirección General de lo
Contencioso y del Cuerpo de Abogados del Estado .
En est e momento en España gobierna la dictadura del General Primo de Rivera .
Las Cortes están disueltas y se legisla por Decreto Ley.
El texto es una refundición autorizada por el art. 25 del Real Decreto Ley de 30
de Junio de 1924, por el que se aprobaron los presupuestos para el ejercicio 1924-25 .
Como todos saben la obra legislativa de la Dictadura fue objeto de revisión por el
Decreto Ley de 15 de Abril de 1931. El Estatuto de la Dirección General de lo
Contencioso no fue objeto de pronunciamiento específico, por lo que de acuerdo con
la citada norma , procedería su lIamémosle degradación a Reglamento . Pero dentro
del plazo fijado para la revisión, el Decreto de 30 de Mayo del mismo año invierte los
términos de ésta para las disposiciones del Ministerio de Hacienda, declarando su
subsistencia legal hasta tanto tenga lugar su revisión.
Es decir, en vez de quedar degradadas hasta que se revisen, mantienen el rango
hasta qu e esa revisión tenga lugar.
En todo caso , cualquiera que sea el criterio que se mantenga respecto al rango
normativo del Estatuto de 21 de Enero de 1925, no ofrece duda que es un texto
refundido en el que, por su propia naturaleza, los preceptos que contienen mantienen
el rango de las normas de las que proceden , y ya hemos visto el que le corresponde al
Real Decreto Ley de 12 de Enero de 1915 en el que , después de la Ley Adicional a la
Orgánica del Poder Judicial , se recoge.
Por otro lado , el Estatuto de 1925 no opera con posterioridad dentro del
ordenamiento jurídico como una norma reglamenta ria , y es expresivo al respecto que
haya sido objeto de de sarrollo a nivel de reglamento en dos ocasiones , uno con fecha
10 de Junio de 1925 y otro aprobado por Decreto de 27 de Julio de 1943.
En consecuencia , el llamado fuero territorial del Estado tiene suficiente cobertu­
ra normativa con rango de Ley, sin que estimemos que se encuentre afectado ni por la
Ley Orgánica del Poder Judicial ni por la Ley de Planta y Demarcación Judicial, ya
que sólo podría incidirle la Ley de Enjuiciamiento Civil y, dado su carácter especial,
en virtud de una derogación expresa.
A estas alturas de la ponencia , se puede alguno preguntar si está justificado tanto
esfuerzo para defender lo que puede considerarse un residuo decimonónico .
Decía con anterioridad que no comparto la expresión de privilegios procesales
del Estado o de las Administraciones Públicas y prefiero hablar de peculiaridades
procesales por razón del sujeto.
El Estado tiene que organizar sus servicios con arreglo a criterios de eficacia ,
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NOTAS YCOMENTARIOS
eliminando racionalmente ob stácul os que puedan dificultar gravemente su funciona­
miento , y con a rreg lo a crit eri os de eco no mía , manten iendo unas estructuras ajusta­
das a las nece sid ades y procurando e l mayor rendi miento de las mism as, ya qu e es el
erari o público el que soporta los co stes y éste se nutre de las ap o rt acion es de los
ciudadanos .
El fuer o territorial del Estado persigue pr eci sam ente o ptimizar e l rend im iento de
los servicios jurídicos que de o tro modo, se enfre nta ría n a la nec esid ad de mantener
unas plantill as so bredirnensio nadas, o bien escoger ti cua l juicio no se as iste en los
casos de co incide ncias de fe ch as en distintos partid os , ade más del efecto saludable
que genera e n el dificultoso tema de las co municac iones y notificacion e s.
Lo s efectos so n como se adv ie rte beneficiosos para el interés ge ne ra l y e n cu anto
excluye la justicia penal , e n la que sí se pu ede poner un ma yor é nfasis en la
conveni en cia de la cercanía del órgano jurisdiccion al al lugar en qu e el hech o delicti vo
se produj o , no creo qu e se pu eda plantear siq uie ra que litigar en la ca pital de la
provincia e n lugar de en un partido judicial de la mism a , sea un obstáculo qu e lesion e
el derech o a la tutel a judicial efectiva .
Dem ostrad a la vigen cia, nos toc a ex amina r su aplica ció n a las Co munida des
Autón om as .
En aquéllas que se han promulgado leyes específicas par a regul ar la actua ció n e n
juici o , el fue ro territorial del Estado se contempl a , ex pre sa me nte com o es el caso de
Gali cia y Extremadur a o bien declarándolo apli cables las mismas normas que rigen
par a e l Esta do en Val en cia , País Vasco, Mu rcia y Castilla La M an ch a .
En las que no existe n estas norm as , qu e una vez más volvem os a insistir no
ten em os notici as de que ha yan sido impugn adas por e l Estado , ya vimos com o los
Es tatutos re cog en la aplicació n de los privil egios y prerrogati vas es ta ta les .
A mayor abund amiento, los R eal es D ecret os de tr an sfer en cia en mat eri a de
tributos cedidos, ases or ami ento jurídico , defen sa en juicio, fiscali zación e int er ven­
ción , ope ra n la transferen cia de los servicios de la Abogacía del Estado para la
defens a e n juicio qu e estima tiva me nte pu ed a ge ne rar las co mp et encias asumidas por
la resp ecti va Comunid ad A utó no ma , sin qu e en el ap art ad o co rres po ndie nte se
apre cie la modificaci ón de las normas de fun cionamiento de és ta.
Pero cualesquiera qu e se an los ar gumentos que se puedan ad ucir con fundame n­
taci ón normativa, hay un as razones que me atre vo a califi car de lógica con stitu cional.
Las Comunidades Autónomas forman parte del Estad o , las co mpe te ncias qu e
ej ercen co nfor me a sus E sta t utos correspondían con anteri oridad a la Admini stración
del Estado y en su act uación procesal se dan las mismas ra zon es que como ya vimo s
justificab an la subsiste ncia de esta peculiar id ad procesal e n e l á mbito del Estado , po r
lo que le es de aplicaci ón idé ntico régim en qu e a és te .
Mantener lo contrario supo ne hac er pr ev alecer una int erpretación estricta me nte
liter alista desatendiendo la finalidad de la norma , lo qu e co ntravie ne todos los
criterios hermenéut icos .
B) Tribunales Penales
Só lo a e fectos de co m pleta r la ex pos ició n, se ha incluido un ap a rtado referid o a la
defen sa en jui cio de las Co munida des A utó no mas ante los T ribuna les Pen ales.
La realidad es qu e no existe n peculi arid ad es es pe cíficas y la problemática pr oc e­
sal en este orden, no d ifiere de lo qu e con car áct er general se ha expues to en e l prim e r
aparta do cuand o nos referimos a notificaciones y emplazamientos .
Por otro lado, la actuació n e n su mayor ía se reduce a eje rcita r la acción civil
derivada de la co misió n de hechos qu e pu ed an ser calificados co mo delit o o falt a , o
bien ocupar la posición proces al de respon sabl es civiles s ubsidia rios, por los actos
llevados a cab o por fun cionarios o person al qu e dep enda de la A d ministra ció n .
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FRANCISCO DEL RIO MUN-OZ
/
C)
Tribunales Contencioso Administrativos
Constituye e l volumen d e as u ntos más imp ortante que manti en en ante los
Tribunales las A dministracio nes Públicas en general y e n consecuencia las Comunida­
des Autón om as.
Como ya se hizo menci ón al comi en zo de la pon enci a , e n este punto si hubo un a
inicial actu ación legislativa para co n te mp lar la situ ación de las Comu nid ades A utó no ­
ma s.
La Ley 34/81 d e 5 de Octub re , es ta bleció e n su a rtíc ulo primero qu e a todos los
efectos a qu e se refi ere la vigen te Le y reguladora de la Jurisdicci ón Con te ncioso
Administrativa , se entenderá com o A d ministració n Pú blica la Admini st ración de las
Co m u nidades A u tó no mas . La s E ntid ades su jetas a la tu te la de estas Co mu nida de s
tendrán igu al con sid eración.
E n el art. 2 se legitim aba a la A d mi nistrac ió n d el E stado para impu gn ar las
d ispo sicion es de ca rác te r gen eral de las Co munida des A u tó no mas y en e l 3 a és tas
par a hace r lo pr op io co n las disp osicion es esta ta les , pe ro só lo cua ndo afectasen al
ámb ito de su au to no mía .
El jui cio qu e m er ece esta Ley no pu ede por men os d e calificar se de inn ecesari a y
po r su cont en id o insufici ente.
Innecesaria, porque e n los Es tat u to s ap ro bados o qu e es ta ba n en e labo rac ió n ,
apa recía con mayor ran go e l so me timie nto de los actos y disp o sicion es de las respecti­
vas Co m unida des A utó no mas a lo s Tri bu na les Cont en cio so A d minist ra tivos . Por
o tro lad o , lo s R eales Decretos Ley es a tr avés de lo s qu e se co nst ituía e l llam ad o
régimen pre au tonó mico , co nte nía n pr ecepto s similares .
In suficiente , porqu e no se modi fica e l artículo 1 d e la Ley de la Jurisd icción
aña die ndo un ap artad o más en su núm e ro 2 qu e , como sabemos, en ume ra qu ien es
so n A dm inistraciones Públi cas a los efectos de la Ley: A dm inis tra ció n d el Estado e n
SLlS div er sos grados; las E ntid ades qu e integ ra n la Admin istrac ión Local y las Co rpo ­
racion es e In stitu cion es Públicas so me tidas a la tutel a del Es ta do o de alguna E ntida d
Local.
Co mo hem o s visto la Ley establece qu e las Comunidad es Autónomas so n Ad­
min istraciones Públi cas , lo cual ya lo sab íamos desde qu e se promulgó la Con st itu­
ción , pero en la Ley de la Jurisdicción Co nte nc ioso Admin istr ativa aparece difer en­
cia da la posición y e l régim en procesal de la Admin istraci ó n del Es ta do y e l de las
Corporaciones Lo cal es: Co mpa rece nc ia , recursos extraord inari os e inclu so e l co ntro ­
ve rtido tem a de la suspe ns ió n de la ejecución de se ntenc ias , so n mat erias en qu e la
sit uaci ó n es dist in ta .
¿F ue un olvid o ? ¿Q uizás no se le qu iso extender a las Comunidades Autón omas
e l régimen jurídico procesal del Estado , pe ro tampoco arrostra r las re acci on es qu e
pod r ía provocar el qu e ello se expres ase co n claridad ?
La re alidad es qu e e l pr ecept o , com o d ije , qu edó insuficie n te e n su co nte nido y la
co nsec ue nc ia es crea r la inseguridad j uríd ica .
Los problema s no se hicier on es perar y comenzar on por algo mu y sim ple, la
necesid ad o no de person ación.
Como es sa bido e l ar t o 63.2 de la Ley de la Jurisd icción es ta blece una reg la
es pecia l para la per sonación de la Admin istración del Es ta do, de mod o qu e se
entie nde per sonad a y p arte po r el en vío del expediente .
El tem a no es baladí , ya qu e la per son ación supo ne un escrito más qu e en e l
volumen de as un tos, al final, sie mpre ge ne ra un po rce nt aj e de e rrores y los perjuicio s
subsig uie ntes .
La so luc ión hubo que bu scarl a a tr avés de los co ntactos con los di stintos ó rga nos
jurisdiccion ales e ine vita ble me nte la solución fue diversa . Hubo algunas Comunid a­
NOTAS YCOMENTARIOS
des Aut ón omas en las que se le ap licó sin nin gún probl ema e l régim en del E stad o ,
co mo oc ur rió e n las Sa las de lo Con te ncioso A dmin ist rat ivo de las dos Audi en cias
T errito riales de A nda lucía, e n o tras, las menos , se exigió el requ isito de la person a­
ción for ma l y hubo alguna qu e ante tod as las d ificultad es , op tó po r seg uir co n el
sistem a de compar ecer a través de procurado res par a evita r probl em as.
Como puntos q ue re quie ran un a con side rac ión es pe cia l dado qu e incid en en la
ac tua ció n de las Com un ida des Au tó nom as en este or de n, vam os a examinar los
recu rso s , la inej ecuci ón de se nte ncias , así com o algú n as pec to de la Ley 62178 de
Pr ot ección Juri sdi ccio nal de los Dere chos Fund am en tales.
a)
Recursos
Vo y a tratar del recurso de casació n a nte el T ribuna l Suprem o contra Sentencias
de los Tribun ales Su perio res de Ju sticia y del recurso de ape lac ió n ex traord ina rio e n
int erés de Ley.
E l art. 58 de la L ey Orgán ica de l Pod er Judicial , atri buye él la co mpe te ncia de l
Tri bun al S upr e mo el co nocimiento del recurso de casació n qu e es tab lez ca la Ley
co ntra las se nte ncias d icta das en única instanci a po r las Sa las de lo Conten cioso
Adm inist ra tivo de los T ribuna les Supe rio res de Ju st icia , en rel ación co n actos y
disp osicion es de las Co munida des A utó no mas y sie mpre que dich o recurso se fu nde
en infracción de norm as no ema na das de los órga nos de aq u élla.
E l art o 58 de la Ley de Dem ar cación y Plant a J ud icia l, conten ido dentro de l
Títul o IV «De las dispos icio nes de orden procesal para la efect ividad de la pl anta
judicial», se ref iere a un recurso de ape lació n en los mism os casos , a ñadiendo que
para que pro ced a e l escri to de int erposición del recur so deb e fund ar se e n la infracción
de norm as no e ma na das de la Comun idad A utó no ma .
Dejand o a un lad o e l hech o de qu e un re curso de casación se conv ierta e n
ap el ación, lo cual lo ju stifico en qu e no ca be una casación sin una Ley procesal qu e la
regule ya qu e no se pu ed e aplicar sin más la casació n civil, ambos preceptos nos
pleante an dos pr obl em as.
E n la Ley O rgánica de l Pode r Ju d icial , e l recu rso deb ía fund arse en in fracció n de
norm as no eman ad as de la Comu nidad Autón om a , lo qu e impl ica que el órga no
exam ine la fundam entación del recurso , ya qu e és ta se incorpor ar á al escrito de
int er posición y en co nse cuencia puede apreciar si co ncurr e e l re qu isito para su
ad misió n .
E n la Ley de D em ar cación y Plan ta , co mo la apelació n no se fund am enta e n su
int er posición ; se establece qu e el escrito de int erposición ha de fun da rse e n la
infr acción de norm as no e ma nadas de la Comunid ad Autónom a .
Pero . ¿Basta con decir que e l rec ur so se fund a e n la infracción de normas
es ta ta les?; ¿H ay qu e cita r cuá les so n és tas?; ¿E llo impl ica una vincul ación para e l
mom e nto e n qu e se fo rma lice e l recurso ? ; ¿E l Tribun al «a qu a » qu e co n arreglo a las
norm as de la ape lació n ad mite e l recurso , pue de entra r a co no ce r de si e l recur so en
verd ad se funda en la infracción de las norm as qu e se a lega? En caso af irmativo ¿no
estará hurt ando e l con ocimiento del Trib una l Suprem o?
Po r último, al co municar la Sal a del T ribunal Supe rio r el recurso procedente , a lo
qu e vie ne obligada po r e l ar t o248 .4 de la Ley Orgán ica del Poder Jud icial , va a tener
qu e a precia r si ha podido vio lar derecho es ta ta l en su propi o fallo o se va a limit ar a
afirm ar qu e cabe recur so de ape lació n si co ncurre n los req uisitos del a rt . 58 de la Ley
de D em arcaci ón y Planta .
Since ra mente se ha hecho un híbrido casació n-ape lación , sin motivos tasados
pe ro co n un principi o de fundame ntac ió n en la interposición, cuya efectividad depen­
derá del rigo r de los T ribun ales al apreciar el cumplimi e nto .
Pero hay otro pr o blem a más grave ya qu e se vincula al propio ámbito de la
au ton o mía.
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FRANCISCO DEL RIO MUN"OZ
Parece qu e se p retende qu e el e nj uiciam ien to de la apli cación de las norm as de l
E st ado termine en e l T ribu nal Sup re mo y e l de las Co m unida des A utó no mas en el
Tribunal Superior res pec tivo .
Pero ¿q ué oc urre cua nd o e l derech o es ta ta l se a plica co n carácter su p letorio
co nfo rme a l ar t. 149.3 de la Co nst itución ?
Co mo se pu so de man ifiesto e n su tr abajo elaborado por Javi er Balza y Pedro de
Pabl o de las A sesorías Jurídicas d el País Vasco y Na varra respecti vamente . entende­
mos que est a sup leto rie da d es de o rden ami ent os , con 10 q ue cua ndo se apl ica el
de re cho supl et orio se hace co mo derech o pro pio .
Mantener o tra cosa nos llevaría a qu e si un a Co m unida d A utó no ma legisla so bre
u na mat eri a de su co mp ete nc ia , los recu rsos qu e se int e rp on gan en la ap licación
term ina rán e n el T ribun al Supe rio r de Ju sticia . Pero si no legisla y aplica suple to ria­
mente las norm as estata les, cabe casació n o es ta pecul iar ape lació n ante e l T ribun al
Supre mo . Co mo puede de d ucirse e l p rincipio d e seg ur id ad juríd ica no qu ed a bien
pa ra do.
E n cons ecu en cia . hab ría qu e acudir a los á m bitos com pe te nciales, ga na ndo
fir mez a las se nte ncia s de los T ribun ales Sup erio res de Ju sticia en los casos en qu e
co mpe ta n él la Co m unidad A utóno ma la plen a co m pete ncia norm ativa.
R esp ect o de l recurso de ape lació n ex tra o rd ina rio llam ad o en int e rés de Ley qu e ,
co mo sabe mos , le posi bilit a al A boga do del E sta do e l art o lO l de la Ley de la
J urisd icció n , en los casos de se n te ncias q ue no sie ndo suscep tib les de ape lació n
o rdi naria, se est ime q ue su co n teni do es graveme nte d añ oso y err ó neo, se pla nteó si
podría ser int erpu esto en lo s m ismos sup uestos po r los letrad os de las Co m unida des
A utónomas .
Co mo razon es para fu ndame nta r la so lución afi rma tiva se podía n ad ucir :
- Des de la vige ncia d e la Ley O rgán ica del Po de r Judi cial , al Abogado de l
Estado no le co m pe te la rep resentación y def en sa sus tit ut iva de las Corpo rac iones
Locales qu e a parece e n la Ley de la Ju risdi cción .
- Es a la Co m un idad A utó no ma a la qu e le co rres po nde ap reciar el ca rácte r
gravem e nte dañ os o del fa llo , máxim e cu an d o pu ed e fu nda rse e n la infr acción del
de recho prop io.
- Limi ta rlo al Abogad o del Es tad o, s upo ndría exclui r de la po sib ilid ad de es te
rec ur so tod os los asunto s ge nera dos en el ám bito de actuació n de las Co mu nida des
Autón om as y que con ante rio rida d a la co nsti tución de éstas la ten ían abierta.
- Si se mantiene qu e la Co mu nida d A utóno ma debe d e so licita r de la Abogacía
de l Es tado la int erpo sición del rec urso , en cua nto éste no se encue nt ra ob ligado a
hace rlo, su po ne e l so met imiento a un ó rga no es ta tal. Es decir puede califica rse de un
caso de tutela incompatibl e co n la auto no mía .
Todos es tos a rgume ntos se expu sieron por la Comu nida d Autónom a de Murcia
en un recurso de apelación extraord inario qu e int er pu so . Po r Senten cia de la Sa la
Quinta de l T ribu nal Suprem o de fec ha 27 de Mayo de 1988 el Alto Tribun al declaró
mal adm itido e l rec urs o , con un a seri e de fund am en tos liter alistas de los qu e' hay qu e
d est acar la frase «siem pre pod rán ado pta rse las medid as co nd uce ntes para su int erpo­
sició n e xcitá nd o la o pr opon iénd ola».
Co mo p uede ded uci rse , se esti ma co mpa tib le co n la a uto no mía el q ue la Co m u­
nid ad A utó no ma so licite d e la A dminis tració n del Es ta do e l qu e los órga nos de és ta
int erp on gan un d et erminad o recurso , po r mu y ex t raordinario qu e se a .
b)
Ejecución de Sentencias
E l plantea mie nto de es te tem a no lo va mos a hacer desde la perspectiva de la Ley
de la Ju risd icción , indud abl em en te afecta da en es te p un to por e l tex to co nsti tucio na l.
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NOTAS YCOMENTARIOS
11I
El bo rrad or de nuevo texto pr ocesal qu e es lo único disponi ble , distin gu e e ntre el
supue sto de impos ibilida d mat erial o legal de ej ec ució n, cuya so lució n estim ó sa tis­
fa ctoria, del caso qu e se denomin a expro piaci ó n de los derechos reconoci dos por la
se nte ncia.
A mbos su p ues tos pu eden se r e nj uiciados no ya cons ide ra ndo qu e es un bo rra­
dor , dado que co inciden co n e l contenido del art. 18 de la Le y Orgánica del Po der
Judici al.
En el seg undo supues to , la co mpe te ncia para declarar la ut ilidad pú blica o
int er és socia l corres po nde de clar arl a al Gobie rno .
Co nstituc io na lme nte e l Go bie rno es e l de la nación y nos en contramos co n qu e
las Co m unidades A utó no mas tien en potest ad ex p ro pia to ria . E l Tribunal Co nstitucio ­
nal e n su Sentencia 37/87 de 26 de Marzo reca ída e n el recurso de incon stitucion alid ad
inte rpuesto contra la Ley de Reforma Agra ria de And alu cía , dej ó claro q ue las
Comunid ades A utónomas p ueden decl ar ar nu evas causas exp ro pia ndi, y sin e mba rgo
par a apreciar la utilid ad públi ca o int erés socia l de ex pro p iar un de rech o recon ocido
por se ntencia , de be rá de so licita rlo del Gobie rno de la Nación y éste, lógicam ente ,
ap rec iar si co ncurre o no esas circ unsta ncias.
En la práctica condu ce a hacer de mejor co nd ició n e l derecho re con ocido por
se ntencia , de aq ué l qu e no se ha cuestio nad o en juici o y que pu ed e ac redita rse po r
cualq uie r otro medio. E n el fondo parece qu e lat e esa descon fian za ante la ac tuación
de las Co munida de s Autó nomas , qu e se mani fiest a en las d iversas fo rm as más o
men os veladas de co ntro l qu e va n apareciendo a l margen de la Co ns titució n .
e)
Ley
62ns de 26 de Diciembre
Po r ú ltimo requie re un bre ve com entario la Ley 62178 de 26 de Di ciembr e de
Prot ección Ju risdicci on al de los D erech os F unda me nta les de las Person as.
Lim itán don os só lo <:t I aspecto pro cesal , e nco ntra mos qu e de ntro de la Secció n 2
ded icad a a la gara ntía co nte ncios o-a d min istra tiva , en el art . 7 y referido a la pieza de
suspe nsió n se da tr aslad o a l Ministeri o Fisca l y al A boga do de l E stad o y se requi e re al
ó rga no de q ue dim an a el acto para que inform e . Por su parte co nfo rme al ar tíc ulo 8,
se da tr aslado para alegacion e s al Ministerio Fiscal, a l Abogado del E stado y a
quien es se hubi esen person ad o.
E s decir co nforme a la literalidad de la Ley, e n la pieza se parada de suspe nsió n
que , co mo sa be mos, co nst ituye la únic a fina lida d qu e se pe rsigue e n gra n pa rte de
es tos rec ursos, no hay qu e o ír a la represen tación proc esal de la Co munida d A utó no­
ma , sól o a l ó rga no de qu e emanó el acto.
E n cua nto él las alegacio nes, si la Co munida d Autón om a no ha co mpa reci do
e nglo bada de ntro de los términos «q uienes se hu biesen person ado », tam poco las
formul ar ía.
L a rea lida d práctica ha sido distint a y en virt ud de esos contac tos co nst ruct ivos a
que me he referido en o tro moment o , se le ha dado tras lado de es tos asun tos a los
letr ad os de las Comunida des Autónomas, pero ha subsist ido hasta hace poco tiempo
una actuación bifr onte de la Abog acía del E stado, ya que inform ab a cua ndo la
Admini stración dem and ada co m parecía y asu mía la defensa cua ndo e l de ma ndado
era el Es ta do .
E n defini tiva, e l eje mp lo de esta Ley es un o más de có mo las leyes procesales
o lvida n la existencia de las Comunida des Autónomas.
D) Tribunales de lo Social
Un o de los fen ó men os qu e se ha produ cid o en los últimos tiempos ha sido el
increm en to del per son al so me tido a l régimen lab oral e n las Administracio nes P úbli­
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FRANCISCO DEL RIO MUN'OZ
cas , sin que sea el momento de e ntrar a valorar esta situación , qu e ha merecido qu e el
Tribunal Con stituci onal en su Sentencia de 11 de Junio de 1987 a l enjuiciar la
constitucionalidad de la Ley 30/84, recordase la opción gen éri ca que la Co nstitución
hace en los arts. 103.3 y 149.1.18 a fav or de un ré gimen estatutario para los servidores
públi cos.
El resultado ha sido un a proliferación de asuntos laborales .
Siguiendo la línea de esta ponencia , no me voy a referir a aquellas cuestiones qu e
afect an a la Comunidad Autónoma que , en defin itiva , son an álogas a lo que le pu ed e
ocurrir a la Administración del Est ado .
Necesariamente y pes e a haberse tratado con car áct er ge ne ral, en el ámbito de la
justici a laboral incide con mayor gravedad el tema de las cit aciones y notificaciones .
El art. 36 del Texto Refundido de Procedimiento La bo ra l, refiri éndose a las
notifi cacion es, cit acion es y emplazami entos, es tablece qu e cuando es tas dili gencias
deban entend ers e con las E ntidades Gestoras de la Seguridad Soci al o cua lq uie r otra
person a jurídica , se practicará en su caso en las delegaciones, sucursa les, representa­
ciones o agencias establecidas en la provincia donde radiqu e la Magistratura que
con ozca del asunto , aunqu e carezcan de pod er para co mpa re ce r en juici o las person as
que están al frente de e llas .
Co mo pu ede ver se merece menci ón expresa las Entid ad es Gestoras de la Seguri­
dad Social, pero e n un a norma pr omulgada en Julio de 1980, las Co munida de s
A utó no ma s y también hay que decirlo las Corp oraciones Loca les, en tran dentro del
conc epto de «cualq uier a o tra person a jurídica».
Se me podrá contraargumentar que tampoco se cita al E stado , per o es qu e no
resulta nec esario , ya qu e en el a r t . 32 se rec onoce ex pres a me nte que las notifi caciones
se le hac en a l Abogad o del Estado , aunque sea para posibilitar qu e se utilice e l
procedimiento de correo certificado .
La situació n es fácilm ente ima ginable, las comunicacion es se pu eden remitir a
cualquier oficina o centro de trabajo y aunque se dirijan al ór gano e n que presta
servicios el demandante , no deja de ser un do cum ento an ómalo en e l funcio namie nto
ordinario del órgano qu e será registrado en su momento y sólo cuando llegue a un
funcionario de cierta cualificación , podrá apreciar que debe de enviarse a los servi cios
jurídicos. Todo ello co mporta retrasos, caducidades y al final ind efensión de los
int ereses públicos.
Otra diferenciación perjudicial para las Co munidades Autónomas , se produce en
los plazos par a la celebración de la vista .
Conform e al art.73 .3", en cua nto la Co m unidad A utó no ma es «otra pe rsona
jurídica» de las del art o 32 , la noti ficació n debe de tene r lugar co n quince días de
antelación a la celebración de la vista . Este pl azo se convierte en 22 para el Abogado
del Estado para qu e con sulte a la Dirección General de lo Contencioso.
Como puede comprenderse no estoy en contra de qu e el A boga do del Estado
disponga de 22 días , lo que no me parece bien, es qu e en e l caso de las Comunidades
Autónomas éste se reduzca a 15.
La situac ió n de los respectivos se rvicios jurídicos es an álo ga . E n am bos caso s hay
una dispersión de los ce ntros de trabaj o a los que hay que pedi r antecedentes, a su
vista preparar y en muchas ocasiones reclam ar los medios de pru eba y sin embargo
hay siet e días hábil es de diferencia para re alizarlo en uno y otro supuesto .
Los problemas planteados en este o rde n , pu ed en ten er so lució n cua ndo se
promulgue el Texto Refundido de Procedim iento L ab oral, qu e co nfor me al artículo
prim ero de la Ley de Bases 7/89 de 12 de Abril deb erá aprobar se e n el pl azo de un
año .
Esp er o qu e conforme va pasando e l tiempo , sea más difíc il de scon ocer la
NOTAS YCOMENTARIOS
realidad de la existencia de las Comunidades Autónomas y se contemple adecuada­
mente su situació n.
IV.
CONCLUSION
Hasta aq uí hemos examinado los problemas qu e plante a la posición en juiciode
las Comunidades Autónomas ante los distintos tribunales y ó rde nes jurisdiccionales.
No pu ed o por menos que volver a recordar aquel bo rr ador de D ecreto Ley ,
elaborado por un os juri stas que de forma ilusionada y siempre resp on sable , habían
asumido la tarea de organizar y dirigir los servicios jurídicos de las Comunidades
Autónomas e n su inicio.
Es indudabl e que si aque lla aplicación general del régimen jurídico pr oce sal del
Estad o incluida en su artículo segundo se hubiese conv ertido e n norma, gran parte de
los p roblem as qu e se han enume ra do habían tenid o solución , pu es só lo supo ndría
aplicar a un nuevo suj eto las mism as normas de fun cion am iento qu e ya es taba n
perfectamente as umidas e int egradas e n la burocracia de la Admini stración judicial.
La necesidad de una regulaci ón clar a del régimen jurídico pr ocesal de las
Comunidades A utó no mas , b ien sea específica o por remi sión a las norm as estatales,
se hac e cada vez más acucia nte, ya qu e estas Administracion es Públi cas eje rce n la
mayoría de las compet enci as de gestión que por su relaci ón más dir ecta con los
ciud ad an os gen er an e l porc entaje más alto de pleitos .
La promesa de qu e el pr obl ema se ría resuelto en las normas pr ocesales qu e no se
ha cumplido en las ref ormas qu e ha tenido lug ar , unid o a qu e e l retraso de las aún
pendientes nos han dado la razón en que se requería un a norma espe cial al respecto.
Qui zás los problem as que he expuesto pu edan ser con siderados men ores por e l
legislador o a lguien pien se qu e un a Co munidad Autónoma es como un a Diputación
algo más gr ande, cuando en el caso de Andalu cía contamos con un Tribunal Superior
de Ju sticia con siete salas distribuidas e n tres sedes distintas , ocho A udie ncias
Provinciales y ochenta y cuatro Partidos Judiciales .
Poder actua r nos ha llevado a con figurar un ré gimen casi con ven cion al , e n qu e se
han invertido muchas horas en e xplica r, aclarar y con vencer , tiempo qu e se podía
haber dedicado a otra actuac ión más beneficiosa , y que no ha pod ido evitar en
dema siad as ocas iones [a indefensi ón y e l co nsiguie nte quebranto para los intereses
públicos.
La función del Derech o es or de na r la sociedad para facilitar la pacífica conviven­
cia y las normas procesales no pu ed en olvida r la existencia de las Comunidades
Autónomas. Contemplar su situación es imprescindible para la adecuada defens a de
los int ereses que le están encomendados que so n en definitiva los de los ciudad ano s.
Texto de la ponencia pr esentad a en las Jornadas sob re Representaci ón y D efensa
en Ju icio de las Admini straci on es Públi cas o rganiza das por la Xunta de G alic ia , qu e
se ce lebr aron en Santiago de Co mpos te la los días 13 y 14 de Octubre de 1989.
Co n posterioridad a la presentación de esta pon enci a se ha promulgad o e l Re al
D ecreto Legislativo 521/90 de 27 de A bril por el que se a prue ba el texto articulado de
la Ley de Procedimiento Laboral.
Resp ect o de las cue stiones tr at ada s, se pu ed e e ntende r re suelto e l tem a de las
notifi cacion es , ya qu e en su artículo 59.3, despu és de establecer que los actos de
co municación con e l Abogado del Estad o así co mo co n los Letrados de la Seguridad
Soci al se pr act icaron en su despacho oficial, añ ade qu e es tas diligencias se entenderán
respe cto de las Co munidades Autónomas con quien establezca su legislación propia .
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ID
FRANCISCO DEL RIO MUN-OZ
La so lución es correct a y res pet uosa con la a uto no mía de las distintas Co munida ­
de s si bien po r un a e leme nta l co rre lació n ha y qu e ente nde r qu e se po drá det er min ar
por la Comunidad Autónom a la person a y el luga r.
No cabe decir lo mismo re specto del plazo entre la citación a jui cio y la
ce lebr ació n del mism o . Las Comunidades Autón om as se incl uye n e n el ar t . 83.3
dentro del co nce pto ge né rico de «perso nas jurídi cas p úblicas o pr ivadas» igua lándo las
a cua lq uie r aso ciació n o soc ieda d q ue p uede ten er un a mínima ac tivida d. El plazo en
es te caso es de quince días , mientras qu e para e l Abo gad o del Esta do se amp lía a
veintidós pa ra que el eve co nsulta.
Com o se ve su bsiste la misma sit ua ció n qu e en e l Texto Refundido de Pr ocedi­
mie nto Labo ral.
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