Página 1 de 3 Tratamiento contable y fiscal del fondo de comercio negativo en el nuevo PGC Prada Larrea, José Luis / 1-6-2008 / CONTABILIDAD Se aborda el tratamiento contable y fiscal del llamado fondo de comercio negativo, a partir de los principios recogidos en el nuevo PGC, que produce una transformación sustancial en aquéllos, así como se valoran las consecuencias que en ambos órdenes legales entraña la redacción de la Disposición Transitoria Primera del RD 1514/2007, relativa a la formulación del balance de apertura. El nuevo Plan General de Contabilidad ofrece un tratamiento del llamado fondo de comercio negativo sustancialmente distinto al recogido en la previa normativa contable. En efecto, en el marco normativo anterior, y de conformidad con lo dispuesto en la Resolución de 21 de enero de 1992, del Presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, la empresa adquirente debía recoger la diferencia constitutiva del fondo de comercio negativo como una "Provisión para riesgos y gastos", en la medida en que el importe de la diferencia señalada no era atribuible a un menor valor de los activos. O lo que es lo mismo, en sentido económico; el precio pagado ya estaba descontando el efecto de los futuros gastos eventuales en que habría de incurrir la empresa adquirida, gastos que debían ser provisionados por aplicación del principio de prudencia valorativa. El tratamiento subsiguiente de la citada provisión consistía en que, a medida que se explicitaban y afloraban los gastos proyectados que habían dado lugar a esta dotación, debía llevarse la provisión a cuentas de ingresos, gastos e ingresos que, el producirse, se integraban sin excepción en la base imponible del Impuesto sobre Sociedades. Este tratamiento contable traía causa principal de la rigurosa aplicación del principio de prudencia, que en el anterior orden contable tan solo perdía preeminencia ante el de imagen fiel, de suerte que debían recogerse como provisionables, tan pronto fueran conocidos, todos los probables o eventuales gastos que pudieran, en el futuro, ponerse de manifiesto. Sin embargo, como es sabido, el principio de prudencia valorativaha perdido, en la nueva legislación mercantil (en particular, a partir de la Ley 16/2007, de 17 de julio, de Reforma Contable y de su norma de desarrollo, el RD 1514/2007, de 16 de Noviembre, por el que se aprueba el nuevo Plan General de Contabilidad), el carácter preferente con el que antes se presentaba. Así, la Norma de Registro y Valoración nº 19 del nuevo PGC, relativa a "Combinaciones de negocios", inspirada en criterios emanados de las Normas Internacionales de Contabilidad/Normas Internacionales de Información Financiera, señala: "En un supuesto excepcional de que el valor de los activos identificables adquiridos menos los pasivos asumidos en los términos del apartado anterior, fuese superior al coste de la combinación de negocios, el exceso se contabilizará en la cuenta de pérdidas y ganancias como un ingreso". En definitiva, en el actual Derecho Contable se debe reconocer directamente un ingreso en la cuenta de pérdidas y ganancias equivalente al fondo de comercio negativo, al momento de producirse la adquisición de éste y sin Carta Tributaria 6/20/2008 Página 2 de 3 perjuicio del posterior registro del gasto a medida que el mismo se devengue, ingreso que, sin duda alguna, resulta ser plenamente tributable. El nuevo PGC lo que hace es considerar que la sociedad ha de reconocer un ingreso desde el momento en que paga un precio por un conjunto de activos y de pasivos, inferior al coste de adquisición neto de los mismos -el coste de la combinación de negocios-. Y como no da carácter preferente al principio de prudencia, pese a que tal ingreso se correlacione en el futuro con un conjunto de gastos potenciales implícitamente adquiridos, obliga a reconocer ese ingreso desde que se produce la adquisición de la empresa. Al margen de esto, cabe plantearse, en términos de derecho transitorio, cuál haya de ser el tratamiento contable y fiscal que ha de darse, en 2008, a una "Provisión para riesgos y gastos", previamente reconocida conforme a la legislación anterior. En tal sentido, recuérdese que la Disposición Transitoria Primera del RD 1514/2007, en su número 1, letra b), señala; "Deberán darse de baja todos los activos y pasivos cuyo reconocimiento no está permitido por el Plan General de Contabilidad". Y el número 2 de la misma añade; "La contrapartida de los ajustes que deban realizarse para dar cumplimiento a la primera aplicación será una partida de reservas, con las excepciones previstas en las disposiciones transitorias de este real decreto y salvo que, de acuerdo con los criterios incluidos en la segunda parte del Plan General de Contabilidad, deban utilizarse otras partidas." Pues bien, como quiera que la "Provisión para riesgos y gastos", tal y como se venía conociendo, desaparece en el nuevo PGC, toda vez que la Norma de Registro y Valoración nº 15 configura las provisiones de pasivo como obligaciones ciertas -si bien indeterminadas respecto a su importe o a la fecha en que se cancelarán-, a la vista de lo expresado en esta Transitoria, cabe concluir que, contablemente, al darse de baja la provisión citada, deberá hacerse un ajuste positivo en las reservas. Desde el punto de vista tributario, sólo cabe plantearse si este asiento, verificado en el balance de apertura, ha de originar un ajuste positivo en la base imponible del impuesto societario equivalente al importe de las reservas abonadas. Y a este fin, es necesario traer a colación la vigente redacción del artículo 19.3 del TRLIS, relativo a los criterios de imputación temporal, cuyo segundo párrafo, tal y como ha sido redactado por la Disposición Adicional Octava de la Ley 16/2007, dice; "Los ingresos y los gastos imputados contablemente en la cuenta de pérdidas y ganancias o en una cuenta de reservas en un período impositivo distinto de aquel en el que proceda su imputación temporal, según lo previsto en los apartados anteriores, se imputarán en el período impositivo que corresponda de acuerdo con lo establecido en dichos apartados. No obstante, tratándose de gastos imputados contablemente en dichas cuentas en un período impositivo posterior a aquel en el que proceda su imputación temporal o de ingresos imputados en la cuenta de pérdidas y ganancias en un período impositivo anterior, la imputación temporal de unos y otros se efectuará en el período Carta Tributaria 6/20/2008 Página 3 de 3 impositivo en el que se haya realizado la imputación contable, siempre que de ello no se derive una tributación inferior a la que hubiere correspondido por aplicación de las normas de imputación temporal prevista en los apartados anteriores." O lo que es lo mismo; una vez sabido que un ingreso registrado en la cuenta de pérdidas y ganancias, con carácter previo a su devengo, debe imputarse al momento de su inscripción contable sólo cuando se trate de un auténtico ingreso en cuenta de resultados, no de un abono a reservas, en el supuesto de tratarse de un ingreso que se imputa contablemente a reservas por así disponerlo la norma mercantil, el criterio de imputación fiscal será necesariamente el de devengo -así se desprende de la referencia a los "apartados anteriores" que contiene el anterior artículo-. Y como quiera que no parece razonable admitir que el ajuste a reservas en el balance de apertura coincida con el devengo de esa renta -renta que habrá de entenderse producida, bien al momento de adquisición de la empresa, bien a medida que se produzcan los gastos correlacionados-, concluiremos en la improcedencia de practicar ajuste positivo en la base imponible del Impuesto sobre Sociedades. Todo ello, naturalmente, sin perjuicio del ajuste positivo que haya de realizarse a medida que se registre el gasto cuya existencia potencial dio lugar, inicialmente, a la constitución de la provisión. Carta Tributaria 6/20/2008