A.P.N.D.P.121-10 Cámara de la Tercera Sección de Occidente: Ahuachapán, a las dieciséis horas, del día diecisiete de noviembre de dos mil diez. Se ha recibido en esta sede judicial, el proceso penal instruido contra RODRIGO ALFONSO GARCIA QUEVEDO, de treinta y nueve años de edad, jornalero, originario de Tacuba, residente en colonia Nuevo Amanecer, polígono “P”, cantón Palo Pique, de esta ciudad, con documento único de identidad número cero tres millones doscientos noventa y dos mil cincuenta y seis guión uno, por la infracción penal de Tenencia, Portación o Conducción Ilegal o Irresponsable de Arma de Fuego art.346-B Pn., en detrimento de La Paz Pública; el que se conoce por recurso de apelación interpuesto por el licenciado Juan Manuel Chávez, defensor particular del sindicado, contra la decisión judicial en la que la Jueza Segundo de Paz de esta localidad, impone la medida cautelar de detención provisional a su defendido. Cumpliendo el recurrente las condiciones de admisibilidad de la alzada, admítese. Resolución recurrida: Detención provisional decretada al procesado García Quevedo, en acta de audiencia inicial de las diez horas del día ocho de noviembre del corriente año; impuesta por la concurrencia de los presupuestos procesales del Fumus Boni Iuris y Periculum in mora, por haberse establecido la existencia del ilícito penal, la probable participación del encausado en el mismo, y ser el delito que se atribuye de naturaleza grave. Fundamentos de la alzada: El licenciado Juan Manuel Chávez en sus alegatos expone: - Que la decisión judicial le causa agravios, ya que el delito que se atribuye a su representado no está contemplado en la lista de prohibición de sustitución de la detención provisional por otras medidas Art. 294 Inc. 2º CPP. - Que su defendido en ningún momento evadirá la acción de la justicia, ya que tiene un hogar y sus menores hijos que dependen económicamente de él, asimismo tiene un lugar de residencia y no posee los ingresos económicos suficientes para andar evadiendo la acción de la justicia; por lo que se podría aplicar otra medida menos gravosa. - Que su defendido goza del principio de presunción de inocencia Arts.12 Cn. y 4 CPP, y el arraigo se presume, siendo el ente fiscal la obligada a desvirtuarlo mediante pruebas concretas. - Que con la documentación agregada en autos y anexada con el libelo de apelación, se ha establecido el arraigo de su cliente, por lo que solicita se modifique la medida cautelar por otras menos gravosas como las establecidas en el art. 295 CPP. Visto los autos y considerando: I- La detención provisional es una medida cautelar con propósitos asegurativos, que evidencia una importancia especial dentro del derecho procesal ya que compromete la libertad física de una persona; es por ello, que su aplicación se debe de dar de manera excepcional, siendo éste el último recurso a aplicar. Los presupuestos que deben de concurrir para su adopción son el Fumus Boni Iuris, es decir, la Apariencia de Derecho que requiere que el hecho que se investiga tenga los caracteres de delito y que el imputado sea con bastante probabilidad autor o partícipe; y, el Periculum in Mora o peligro en la demora, por el cual el procesado abuse de su libertad para eludir la acción de la justicia, o la obstaculice. II- En el caso in examine, el primero de ellos no ha sido impugnado, sino únicamente el periculum in mora, por lo que esta Curia se circunscribirá al examen de este último. La Jueza Segundo de Paz de este distrito judicial razonó este presupuesto únicamente en el criterio objetivo de “gravedad del delito”, y en desacuerdo a ello, el apelante alega que su defendido posee arraigo y que el supuesto de hecho atribuido a su cliente no está dentro del catálogo establecido en el art. 294 inc. 2º CPP en los que no está permitido la sustitución. Al respecto se estima: El precepto 292. 2 CPP., regula como presupuesto para imponer la medida gravosa de detención preventiva, el criterio objetivo de “Gravedad del delito”, que de acuerdo al art.18 Pn., es aquel que se encuentra sancionado con pena cuyo límite máximo exceda de tres años de prisión. La gravedad de la pena no debe valorarse como un criterio absoluto para imponer la medida cautelar de detención provisional, porque de ser así, se establecería una regla general para los delitos graves consistente en que a su comisión se impondría siempre la medida precautoria de la detención provisional; situación que sería contraria a lo establecido en la Constitución e instrumentos internacionales, es por ello, que el criterio objetivo de gravedad de la pena como parámetro para inferir el riesgo de fuga debe ser valorada en conjunto con otros elementos que arroje la investigación y que hagan inferir un verdadero riesgo procesal. En el caso de marras, si bien es cierto que el supuesto de hecho de Tenencia, Portación o Conducción Ilegal o Irresponsable de Arma de Fuego que se le imputa al sindicado Rodrigo Alejandro García Quevedo es de naturaleza grave(formal), pues la consecuencia jurídica máxima sobrepasa los tres años de prisión (art. 346-B CP.); empero, este elemento por sí solo estimamos ser insuficiente para justificar la medida gravosa de detención provisional, máxime cuando no existen en las diligencias investigativas indicios mínimos que revelen o indiquen: que el sindicado no se someterá al juicio, que se dará a la fuga, que tiene recursos económicos como para mantenerse en caso de huida, o antecedentes que el procesado se dedique a este tipo de actividades delictivas. El aceptar la gravedad del delito por la pena que se espera, en este caso sería una circunstancia en abstracto con un fundamento parcial, pues, en su límite mínimo la pena en abstracto equivale a un delito menos graves; por ello, al no concurrir otros elementos que vengan a sumarse a ese criterio, la imposición de la detención pudiera tener a apariencia de ser arbitraria. Unido a lo anterior, es de considerar que existen dentro del expediente indicios mínimos del criterio subjetivo de arraigo del sindicado, que si bien es de reconocer que se presume, pero ello no es óbice para que la defensa técnica se mantenga en una actitud apacible, sin agregar ningún instrumento que fortalezca esa presunción; siendo que en el caso de autos, ha presentado documentación con la cual pretende acreditar este criterio, constando: certificaciones de partidas de nacimiento de: Rodrigo Ernesto y Ana Elizabeth, ambos de apellidos García Sandoval, hijos del procesado, con los que acredita indicios mínimos del arraigo, lo que ayuda a garantizar que no se sustraerá de la administración de justicia. Respecto del alegato del art. 294 inc. 2º Pr.Pn., este Tribunal no hará pronunciamiento alguno, ya que no fue considerado por la Jueza a quo a la hora de decretar la medida. Por lo expuesto, consideramos que la detención provisional decretada por la jueza inferior resulta desproporcionada, por lo que de revocarse; sin embargo, para garantizar el éxito de la etapa de instrucción, las resultas del proceso y lograr la comparecencia del imputado al juicio, debe imponerse medidas cautelares idóneas y distintas a la detención. En virtud de lo expuesto, dispositivos legales citados y a lo que disponen los arts. 295, 304, 406, 407, 417 y 418 Pr. Pn. esta Cámara RESUELVE: a) Revócase la medida cautelar de detención provisional impuesta a Rodrigo Alonso García Quevedo; por el ilícito penal de Tenencia, Portación o Conducción Ilegal o Irresponsable de Arma de Arma de Fuego, art.346-B Pn., en detrimento de La Paz Pública; b) Impónganseles las medidas cautelares siguientes: 1-Presentarse cada quince días al Juzgado de Instrucción de esta ciudad; y, 2 Prohibición de salir del país por cualquier vía; c) Certifíquese la presente resolución a los Juzgados siguientes: Segundo de Paz y de Instrucción, ambos de esta localidad; y Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de la ciudad de Santa Ana. Hágase saber. PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.