TEXTO 1. Comparatismo: TEXTO 2. Tradición Clásica:

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Literatura y cine: la anagnórisis como recurso interdiscursivo
BLOQUE TEÓRICO.
TEXTO 1. Comparatismo:
La literatura comparada es el estudio de la literatura más allá de los confines de un solo
país, y el estudio de las relaciones entre la literatura y otras áreas de conocimiento y
creencias, como las artes (por ejemplo, pintura, escultura, arquitectura, música), la filosofía,
la historia, las ciencias sociales (ciencia política, economía, sociología), las ciencias
experimentales, la religión, etc. En suma, es la comparación de una literatura con otra u
otras, y la comparación de la literatura con otras esferas de la expresión humana.
H. H. Remak, “La Literatura Comparada: definición y función”, en Mª J. Vega y N.
Carbonell, Literatura comparada: Principios y métodos, Madrid, Gredos, 1998: 89-99.
TEXTO 2. Tradición Clásica:
Nuestro mundo moderno es, en muchos aspectos, una continuación del mundo de Grecia y
Roma. En la mayor parte de nuestras actividades intelectuales y espirituales somos nietos
de los romanos y biznietos de los griegos. Otras influencias han contribuido a hacer de
nosotros lo que somos; pero el impulso grecorromano fue uno de los más ricos y poderosos.
Sin él, nuestra civilización habría sido, no solamente distinta de lo que es, sino también
mucho más raquítica y fragmentaria, menos pensadora y más materialista. En realidad, por
muchas riquezas que hubiese ganado, por muchos inventos que hubiese realizado, sería
menos merecedora del nombre de civilización, porque sus conquistas espirituales serían
menos grandes.
G. Highet, La tradición clásica. Influencias griegas y romanas en la cultura occidental, 2
vols., México, Fondo de Cultura Económica, 1954.
CUESTIONARIO:
1ª-¿Qué aportan los enfoques metodológicos del Comparatismo y de la Tradición Clásica a los
Estudios Literarios? Aportad razones que lo justifiquen.
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Literatura y cine: la anagnórisis como recurso interdiscursivo
TEXTO 3. Anagnórisis: definición.
La anagnórisis es un proceso retórico que conduce a un momento en que la repentina
recepción de información origina el súbito reconocimiento de un personaje, de un objeto o
de un hecho, por parte de otro personaje. Puede ser unilateral o recíproco. Puede producirse
debido a señas particulares de los actores o de los objetos, o a otros indicios (que pueden
ser acciones), o a declaraciones o confesiones que circunstancias accidentales o planeadas
propician. El reconocimiento provoca un cambio en el curso de la acción, pues hace que el
proceso de deterioro de la suerte de un personaje se convierta en proceso de mejoramiento o
a la inversa.
H. Beristáin, Diccionario de Poética y Retórica, México, Porrúa, 2001
TEXTO 4. Anagnórisis: clasificación y tipología aristotélica.
1) Por señales: marcas corporales, congénitas o adquiridas, o bien a través de objetos
añadidos al cuerpo.
2) Por artificio del poeta: confesión del propio personaje por las palabras que pone en su
boca el poeta.
3) Por la memoria o las emociones visibles que suscita el recuerdo.
4) Por silogismo o razonamiento deductivo.
5) Por paralogismo o falso razonamiento de los espectadores.
6) Por la evolución de los acontecimientos.
CUESTIONARIO:
1ª- ¿Qué es la anagnórisis? Explicadlo, brevemente, con vuestras palabras. 2ª- ¿Cuántos tipos
existen? 3ª- ¿Podríamos completar esta clasificación?
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BLOQUE PRÁCTICO 1. La anagnórisis en la Literatura.
A) Odisea (VIII a.C.) de Homero.
TEXTO 5. Anagnórisis: Eumeo-Ulises.
ULISES‒ Él en casa está ya, soy yo mismo.
Tal diciendo el andrajo apartó que la herida cubría y sus siervos al verla entendiéronlo todo:
lloraban arrojando sus brazos en torno de Ulises discreto, su cabeza y sus hombros besaban
con tierno cariño y también la cabeza y los hombros besóles Ulises.
(Odisea, XXI, vv. 221-225) (Trad. Luis Alberto De Cuenca, Akal, 1981).
TEXTO 6. Anagnórisis: Telémaco-Ulises.
ULISES‒ Soy tu padre por quien gimes y sufres tantos dolores y aguantas los ultrajes de los
hombres
ULISES‒ ¡Telémaco! No conviene que te admires de tan extraordinaria manera, ni te
asombres de tener a tu padre aquí dentro; pues ya no vendrá otro Odiseo, que ese soy yo, tal
como ahora me ves, que habiendo padecido y vagado mucho, torno en el vigésimo año a la
patria tierra.
(Odisea, XVI, vv. 200-212) (Trad. Luis Alberto De Cuenca, Akal, 1981).
TEXTO 7. Anagnórisis: Ulises-nodriza Euriclea.
Al tocar la vieja con la palma de la mano esa cicatriz, reconocióla y soltó el pie a Odiseo;
dio la pierna contra el caldero, resonó el bronce, inclinóse la vasija hacia atrás, y el agua se
derramó en tierra. El gozo y el dolor invadieron simultáneamente el corazón de Euriclea, se
le arrasaron los ojos de lágrimas y la voz sonora se le cortó.
(Odisea, XIX, vv. 469-476) (Trad. Luis Alberto De Cuenca, Akal, 1981).
TEXTO 8. Anagnórisis: Ulises-Penélope.
ULISES‒ Hay una gran señal en el labrado lecho que hice yo mismo y no otro alguno.
Creció dentro del patio un olivo de alargadas hojas, robusto y floreciente, que tenía el
grosor de una columna. En torno del mismo labré las paredes de mi cámara, empleando
multitud de piedras; la cubrí con excelente techo, y la cerré con puertas sólidas, firmemente
ajustadas. Después corté el ramaje de aquel olivo de alargadas hojas; pulí con el bronce su
tronco desde la raíz, haciéndolo diestra y hábilmente; lo enderecé por medio de un nivel
para convertirlo en pie la cama, y lo taladré todo con un barreno. Comenzando por este pie,
fui haciendo y pulimentando la cama hasta terminarla; la adorné con oro, plata y marfil; y
extendí en su parte inferior unas vistosas correas de piel de buey, teñidas de púrpura […].
Penélope sintió desfallecer sus rodillas y su corazón, al reconocer las señales que Odiseo
describiera con tal certidumbre. Al punto corrió a su encuentro, derramando lágrimas;
echóle los brazos alrededor del cuello, le besó en la cabeza y le dijo: […] Ahora, como
acabas de referirme las señales evidentes de aquel lecho, que no vio mortal alguno sino
solos tú y yo, […] has logrado traer el convencimiento a mi espíritu.
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(Od. XXIII, 205-230) (Trad. Luis Alberto De Cuenca, Akal, 1981).
CUESTIONARIO:
1ª- Seleccionad una de las escenas mencionadas. 2ª- Explicad el proceso de reconocimiento,
prestando especial atención a la actitud y las emociones de los personajes. 3ª ¿Qué importancia
tienen estas escenas en la estructura de la obra?
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B) Quéreas y Calírroe (I a.C.-I d. C.), de Caritón de Afrodisias.
TEXTO 9. Anagnórisis: Quéreas-Calírroe.
Caía ya la tarde y aún quedaban en tierra muchos prisioneros. Cansado, Quéreas se disponía a
organizar todo para hacerse a la mar. Y, cuando se presentó en el ágora, le dijo el egipcio:
- Ahí está la mujer, señor, que no quiere partir y se deja morir. Quizá tú puedas convencerla de que se
levante, pues, ¿por qué tienes que dejar lo más hermoso del botín?
Se mostró de acuerdo Policarmo, queriendo empujarle, si podía, a un amor nuevo que le consolara del
de Calírroe.
- Entremos, Quéreas –le dijo.
Al franquear el umbral y ver la figura tendida en el suelo, cubierta por el velo, se le cortó la
respiración y su semblante demudado traicionó la turbación de su alma, y se sintió profundamente
conmovido. Por supuesto, la hubiera reconocido del todo si no hubiera estado totalmente convencido de
que Calírroe le había sido devuelta a Dionisio. Acercándose, pues, le dijo dulcemente:
- Ten ánimo, mujer, quienquiera que seas, pues no te haremos violencia alguna. Tendrás al marido que
quieras.
Aún estaba hablando cuando Calírroe, reconociendo la voz, se descubrió, y ambos gritaron a la vez:
- ¡Quéreas!
- ¡Calírroe!
Y abrazándose el uno al otro cayeron desvanecidos.
Ellos, como quienes hundidos en un profundo pozo oyen con dificultad la voz desde el fondo, fueron
volviendo poco a poco en sí, y luego, al verse de nuevo uno a otro y abrazarse, otra vez se desmayaron, y
esto lo hicieron dos tres veces, diciendo solamente:
- ¡Al fin te tengo!
- ¡Sí, en verdad eres Calírroe!
- ¡Sí, en verdad eres Quéreas!
(Quéreas y Calírroe, VIII, 1, 6-11) (Trad. Carlos García Gual, Gredos, 1979)
CUESTIONARIO:
1ª- Explicad el proceso de reconocimiento, prestando especial atención a la actitud y las
emociones de los personajes. 2ª ¿Qué tiene la escena en la estructura de la obra?
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C) La española inglesa (1613), de Miguel de Cervantes Saavedra.
TEXTO 10. Anagnórisis: Isabela-Ricaredo.
Salió Isabela de su casa a pie, que el estar tan cerca el monasterio excusó los coches y carrozas. El
concurso de la gente fue tanto, que les pesó de no haber entrado, que no les daban lugar de llegar al
monasterio. Unos bendecían a sus padres, otros al cielo, que de tanta hermosura la había dotado; unos se
empinaban por verla; otros, habiéndola visto una vez, corrían adelante por verla otra. Y el que más
solícito se mostró en esto, y tanto que muchos echaron de ver en ello, fue un hombre vestido en hábito de
los que vienen rescatados de cautivos, con una insignia de la Trinidad en el pecho, en señal que han sido
rescatados por la limosna de sus redemptores. Este cautivo, pues, al tiempo que ya Isabela tenía un pie
dentro de la portería del convento, donde habían salido a recibirla, como es uso, la priora y las monjas con
la cruz, a grandes voces dijo:
- Detente, Isabela; detente, que mientras yo fuero vivo no puedes ser tú religiosa.
A estas voces, Isabela y sus padres volvieron los ojos, y vieron que hendiendo por toda la gente hacia
ellos venía aquel cautivo, que habiéndole caído un bonete azul redondo que en la cabeza traía descubrió
una confusa madeja de cabellos de oro ensortijados y un rostro como el carmín y como la nieve, colorado
y blanco, señales que luego le hicieron conocer y juzgar por extranjero de todos. En efecto, cayendo y
levantando llegó donde Isabela estaba, y asiéndola de la mano le dijo:
- ¿Conósceme, Isabela? Mira que yo soy Ricaredo, tu esposo.
- Sí conozco –dijo Isabela-, si ya no eres fantasma que viene a turbar mi reposo.
Sus padres le asieron y atentamente le miraron, y en resolución conocieron ser Ricaredo el cautivo, el
cual, con lágrimas en los ojos, hincando las rodillas delante de Isabela, le suplicó que no impidiese la
extrañeza del traje en que estaba su buen conocimiento ni estorbarse su baja fortuna que ella no
correspondiese a la palabra que entre los dos se habían dado. Isabela, a pesar de la impresión que en su
memoria había hecho la carta de la madre de Ricaredo, dándole nuevas de su muerte, quiso dar más
crédito a sus ojos y a la verdad que presente tenía, y así, abrazándose con el cautivo, le dijo:
- Vos, sin duda, señor mío, sois aquel que sólo podrá impedir mi cristiana determinación. Vos, señor,
sois sin duda la mitad de mi alma, pues sois verdadero esposo. Estampado os tengo en mi memoria y
guardado en mi alma
(Miguel de Cervantes, Novelas Ejemplares, 2 vols. Madrid, Cátedra (ed. de Harry Sieber).
CUESTIONARIO:
1ª- Explicad el proceso de reconocimiento, prestando especial atención a la actitud y las
emociones de los personajes. 2ª ¿Qué importancia tiene la escena en la estructura de la obra?
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BLOQUE PRÁCTICO 2. La anagnórisis en el Cine.
A) La princesa prometida (1987), de Rob Reiner.
TEXTO 11. Anagnórisis: Westley-Buttercup
Westley— ¿Puedes moverte?
Buttercup— ¿Moverme? ¿Estás vivo? Si lo quisieras podría volar.
Westley— Te dije que volvería a buscarte, ¿Por qué no me has esperado?
Buttercup— Porque habías muerto.
Westley— La muerte no detiene al amor. Lo único que puede hacer es demorarlo.
Buttercup— Nunca volveré a dudar.
Westley— Nunca tendrás necesidad.
(Fragmento extraído del guión cinematográfico).
CUESTIONARIO:
1ª- Prestad atención al lenguaje no verbal de los personajes y a los elementos semióticos que
aparecen en la escena. 2ª- Reflexionad sobre su desarrollo. ¿Cuál podría ser su sentido? ¿Qué
ideas quiso transmitirnos el director?
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B) Cold Mountain (1997), Charles Frazier / Cold Mountain (2003), de Anthony Minghella
TEXTO 12. Anagnórisis: Inman-Ada
Al oír su nombre, Ada quedó sumida en el mayor desconcierto. Bajó ligeramente el cañón de la
escopeta, que hasta ese momento mantenía apuntando al pecho. Escrutó a aquel hombre y no lo
reconoció. Parecía un mendigo con ropas de desecho, andrajos colgados sobre un armazón de palos.
Tenía el rostro demacrado, las mejillas hundidas sobre la crecida barba, y la miraba con unos extraños
ojos negros que brillaban en las cuencas bajo la sombra proyectada por el ala del sombrero...
- Me ha costado mucho llegar a ti. Nunca te dejaré marchar - dijo Inman.
Ada seguía sin reconocerlo. Le parecía un loco vagando en la ventisca, la mochila a los hombros,
nieve en la barba y en el ala del sombrero...
- Yo no lo conozco – dijo Ada.
Inman oyó sus palabras y las consideró justas...
- Creo que me he confundido – respondió Inman.
Se dio media vuelta dispuesto a marcharse...
Quizá se debió al timbre de su voz, quizá al ángulo del perfil. Algo fue. El largo hueso del antebrazo,
la forma de los nudillos bajo la piel de las manos. En todo caso, Ada lo reconoció de pronto, o al menos
eso creyó. Bajó el cañón de la escopeta hasta donde, si apretaba el gatillo, sólo le arrancaría las rodillas.
Ada pronunció su nombre, y él contestó sí.
Y en ese instante a Ada le bastó un vistazo a su cara demacrada para ver no a un loco, sino a Inman.
Estaba herido y maltrecho, harapiento y exhausto y descarnado, pero era Inman.
(Fragmento de la novela extraído del trabajo de David CARMONA CENTENO, “Cold Mountain: filme y
novela. La tradición clásica en una historia de la Guerra de Secesión”, Tejuelo: Didáctica de la Lengua y
la Literatura. Educación, 11 (2011): 9-46.
CUESTIONARIO:
1ª- Prestad atención al lenguaje no verbal de los personajes y a los elementos semióticos que
aparecen en la escena. Reflexionad sobre su desarrollo. ¿Cuál podría ser su sentido? ¿Qué ideas
quiso transmitirnos el director?
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